Actualmente es muy frecuente escuchar que se habla de la calidad como si de un
evangelio se tratase y es importante para diversos tipos de profesionistas, ya que esta ha resultado un tema de mejora continua para estar al día con las exigencias que sugiere el desarrollo acelerado de la humanidad. Para entender con más amplitud cómo se ha desarrollado la calidad a través del tiempo, hay que situarse en el siglo XX, precisamente unos años después de la 2da guerra mundial, en la cual Japón quedó devastado y su población se propuso a salir de esta crisis. En 1950, William Edward Deming físico y matemático de Estados Unidos quien trabajó en el departamento de agricultura de su país como consultor en control de calidad y estadística, impartió varias conferencias sobre control de calidad en Japón y convenció a la alta gerencia japonesa para involucrarse en el proceso de mejora continua. Gracias a esto, los japoneses prosperaron y empezaron a introducir en el mercado estadounidense desplazando parte de la producción norteamericana.
Deming infundó en los japoneses su perspectiva a través de varias teorías que
estaban dirigidas hacia una concepción sistemática de la administración que formuló luego de vivir cerca y analizar las malas prácticas que observaba en la gerencia norteamericana. También indicó que la variabilidad de los procesos era algo inherente a estos pero que se podía controlar aplicando técnicas estadísticas adecuadas y así minimizar costos, aumentar la producción, aumentar la relación calidad/precio y generar más empleos. Recalcó, que para mantener los procesos de mejora continúa se debía planear, hacer, verificar y actuar, lo cual se desarrolla como un ciclo y se le llamó: Ciclo de Demíng.
Muchos empresarios estadounidenses estaban preocupados por la imponente
inserción del mercado japonés en su territorio y se dieron cuenta que había sido uno de los suyos, quien había detonado esta revolución. De esta manera recurren a él y se generan de forma masiva conferencias sobre control de calidad, y esto trasciende las aulas universitarias y ya ningún profesional era indiferente a este tema. Se hace público que las razones del fracaso norteamericano eran debido a cuestiones de mala gerencia.
La calidad ha impulsado estas reformas de desarrollo social, nuevas direcciones y
cambios fundamentales, pero esto se logra gracias al “querer y poder cambiar”,que se traduce en “desear la calidad” y “poder lograr la calidad”. Con esto, se observa que para que un cambio surja se requiere de una necesidad y que la competencia obliga también a mantenerse dentro de esta, de lo contrario el fracaso es inminente.