Ensayo sobre El Liberalismo triunfante –Luis González-
A raíz del movimiento insurgente que se originó en el departamento de Guerrero en
el año de 1854, conocido como la Revolución de Ayutla, da bases para restauración de la Republica Federal y la división de funciones, cimentando una nueva generación de presidencias liberales encabezada por el General Juan Álvarez, como presidente interino, en 1855 con la integración de Ignacio Comonfort, que apoyando a Félix Zuloaga en el plan de Tacubaya, desconocieron la constitución de 1857, provocando así el odio de los liberales. Sube a la silla presidencial, el ministro de Justicia Benito Juárez, después combate al segundo imperio mexicano, implantado por la segunda intervención francesa, que culmina con el fusilamiento de Maximiliano en el cerro de las campanas. Juárez regresa triunfante a la presidencia. La camada de liberales emanaba de dos generaciones distintas, los que nacieron con las guerras de independencia y el primer imperio (González) que era de la generación de Juárez, liberales, los cuales eran personas cultas y letradas, señores de 4 décadas para arriba, de entre 1806 y 1822, contando con poetas románticos, clásicos y populares, y por lo mismo se sentían totalmente juaristas, con orígenes más refinados, solo dos lloraron en cunas pobre (González), Altamirano y Juárez, en esta generación se contaron con trece abogados, dos médicos, y tres sin título universitario, unos cuantos distinguidos en el constituyente de 1856. Del otro lado lo que nacieron con la época de Santa Anna, entre 1823 y 1839, que tenían de lado las espadas y medallas condecoradas, tenían un origen más humilde que el de los letrados, ellos de la generación de Porfirio Díaz Morí, eran y se sentían porfiristas, de estos guerreros solo Don Vicente Riva Palacio se había recibido con el título de abogado y algunos como Rocha, Díaz, Gonzáles y Alatorre se formaron en el Colegio Militar, Seminario, o solo la escuela primaria, por lo menos seis ingresaron en la carrera de armas y se ganaban popularidad en el combate En su conjunto letrados y héroes de guerra creían en el catolicismo y proclamaban la independencia del clero y el Estado. Con la segunda intervención francesa los letrados fueron orillados al paso del norte, y quedaron combatiendo gloriosamente los 12 espadachines incultos, esta guerra con Francia había producido doce soldados recibidos como héroes, lo que no habían podido hacer los intelectuales, que consiguieron puestos importantes en la política, con la caída del imperio los héroes se sumieron en la penumbra y los picos de oro subieron al deslumbrante escenario de la política nacional. Después de la caída del segundo imperio, el papel de los dieciocho liberales tuvo mucho más responsabilidad para la patria. En el año de 1867 Benito Juárez regresó victorioso a la Ciudad de México nombró un tribunal militar para juzgar a Maximiliano y a sus aliados. Fueron juzgados en el Teatro de la ciudad de Querétaro y fueron condenados con la muerte por diversos delitos. Maximiliano fue fusilado junto con las personas que lo apoyaron, Tomás Mejía y Miguel Miramón. Se necesitaba orden político, la práctica de la Constitución liberal de 1857, desarrollo de manufactura, pacificación del país, las libertades de credo y de prensa, reducir el contingente armado que era una muestra de imperialismo y dictadura, nutrir a la patria con brazos extranjeros, hacer aceptar a la población de modernidades con la ciencia positiva, todo esto se redujo a tres ideales precisos, religión liberalizada, libertada para ala controversia política, y educación científica universal. En el periodo que duro la república restaurada, fortalecieron la agricultura, la industria y las comunicaciones. Se reanudó la construcción de la línea de ferrocarril México-Veracruz, aumentaron las líneas telegráficas y se apoyó a las inversiones extranjeras. Los reformistas pensaban que el mejoramiento social y el progreso, se lograrían en la medida en que la población se fuera educando. Para ello abrieron escuelas gratuitas a las que podían asistir personas de bajos recursos y también fomentaron la instrucción de las mujeres. En contraparte en ese periodo estuvieron suspendidas las garantías individuales, rebajada la libertad personal y vigorizando el poder ejecutivo, por lo cual Luis Gonzales le llama la Dictadura ilustrada. Con base el descontento de algunos militares por las consecuentes reelecciones de Juárez en 1871 empieza la revuelta de la Noria en 1871, en 1872 muere Juárez por una angina de pecho, y como el General Porfirio Díaz tiene suspendidos sus derechos políticos asciende al poder Sebastián Lerdo de Tejada. Cuando Sebastián iba a concluir con el periodo de su gobierno, en 1876 trató modificar algunas leyes para poder reelegirse para el puesto, lo cual provocó el disgusto de muchos mexicanos. El 10 de enero de 1876 Porfirio Díaz se levantó en armas con el propósito de derrocar a Sebastián Lerdo de Tejada mediante la promulgación del “Plan de Tuxtepec” en Villa de Ojitlán en el estado de Oaxaca. En vista de eso Iglesias como presidente de la corte, se autonombra presidente y propone que ni él ni ningún miembro de su gabinete se postulara para la presidencia, esto duraría hasta el restablecimiento de la paz, Iglesias no quería ceder el poder a Díaz, y Díaz se autonombra jefe del poder ejecutivo. Díaz en su primer periodo presidencial se muestra inculto con conocimientos bajos de política, torpe al hablar, una burla a lado de los señores que habían estado en su puesto, por eso decide retirarse a tlacotlapan, cedió la presidencia al Manuel González en 1880, el cual empezó con negociaciones de la deuda externa dio concesiones para la construcción de ferrocarriles, pero también cometió errores que hicieron que el pueblo lo odiara, como la sustitución de la moneda de plata por níquel, el incremento en los costos de vida, los gonzalistas que robaban dinero de las arcas nacionales, eso enfureció al pueblo mexicano y vieron con júbilo el regreso de Díaz, que había regresado más culto, con más conciencia social, mas educado y refinado gracias a su nueva mujer según el vox populi, regreso con la misma mano dura contra los generales lerdistas, guerrilleros, necesitaba pacificación instauro el lema de mátalos en caliente, acabo con el aislamiento internacional del segundo imperio, dejo ser a los que tenía aspiraciones económicas pero no a los de políticas, implemento en 1888 la política inmigracionista. De 1877 a 1887 México modifica notoriamente su conducta, asume una monarquía republicana, un neoiturbidismo solapado…a eso se le llamo orden, pone en marcha la construcción de un mercado nacional una industria para el consumo interno una minera para el consumo externo y una capitalización desde fuera… a eso se le llamo progreso. Se dio una influencia filosófica en el país y el tema principal fue el estudio de la historia. En 1891 se promulgó la ley reglamentaria de educación la cual comenzó a ser laica, gratuita y obligatoria. Pagó la deuda externa que tenía México con los Estados Unidos con plazos que duraron hasta 15 años. Para eso tuvo la ayuda del Ministro de Relaciones Exteriores, de Ignacio Mariscal y del Ministro de Hacienda, Marías Romero. Dicha deuda quedó finiquitada el 01 de abril de 1893. Hubo una crisis económica en 1908 y el gobierno federal tuvo muchos problemas debido a eso. Se dio el aumento de precios en la canasta de alimentos básica. También se dio el desempleo a mayor escala y caída de salarios. La clase obrera comenzó a exigir el mejoramiento de sus derechos laborales.
La lucha armada -Berta Ulloa-
La Revolución comenzó con un movimiento democrático moderno acompañado de una añeja petición de tierras. Pese a su triunfo inicial, esta primera etapa desencadenó una reacción autoritaria. La respuesta a esta contrarrevolución generó fuerzas militares y sociales que, una vez triunfantes, no consiguieron alcanzar un acuerdo que condujese a la restauración del orden. La disensión llevó a la guerra y a una ruptura concéntrica no muy diferente de la vivida por el país durante la guerra de Independencia y en la primera mitad del siglo XIX. El triunfo de una facción devolvió la corriente a su cauce. Las ideas y las políticas fueron sustituyendo gradualmente a las balas. Durante las últimas dos décadas del proceso, México fue un laboratorio de cambios revolucionarios bajo los auspicios del nuevo Estado. La revolución encabezada por Madero estalló el 20 de noviembre de 1910 y en cuestión de meses se extendió a varias zonas del país. Los principales estados fueron los de Chihuahua y Morelos. Francisco I. Madero dirigió en persona las operaciones en Chihuahua, auxiliado por hombres que se volverían legendarios, como Pascual Orozco y Francisco Villa. Los campesinos que siguieron a Emiliano Zapata combatieron en Morelos. A principios de mayo de 1911, Orozco y Villa ocuparon Ciudad Juárez, vecina a El Paso, Texas, y merced a esta ocupación obligaron al gobierno porfirista a negociaciones que, al terminar el mes, provocaron la renuncia del dictador. Su gobierno estuvo conformado por personas que formaban parte del gabinete en el gobierno de Porfirio Díaz. Madero no brilló como un buen presidente que había prometido un cambio en todo el país. Prometió restituir a los campesinos las tierras que se les habían quitado por los hacendados, pero no lo cumplió y tampoco apoyó a las clases marginadas, eso provocó varios enfrentamientos. Hubo agitación por la renovación de los poderes y rebeliones de tendencias contrarrevolucionarias y revolucionarias emprendidas por Emiliano Zapata, Emilio Vázquez Gómez, Pascual Orozco, Bernardo Reyes y Félix Díaz. Resolver todos esos problemas en tan corto tiempo, era una empresa casi imposible, para Madero, que quería gobernar stricto sensu. Zapata fue el primero en rebelarse con el plan de Ayala, en dicho plan también desconocía el gobierno de Madero. Un año más tarde Pascual Orozco exigió cambios políticos, sociales y económicos en el país, por lo que firmó el Plan de la Empacadora, cuyo lema principal era Reforma, Libertad y Justicia. Madero sería derribado por un golpe militar debido al general Victoriano Huerta. Francisco I. Madero junto con José María Pino Suárez fueron obligados a renunciar a sus puestos, el primero a la presidencia y el segundo a la vicepresidencia. Quien tomó el puesto de la presidencia fue Pedro Lascuráin sólo por 45 minutos y lo único que hizo fue nombrar a Victoriano Huerta secretario de gobernación y este sucedió la presidencia. Victoriano Huerta estuvo en el poder en el corto periodo del 19 de febrero de 1913 al 15 de julio de 1914. Pensó que todo estaría bien en durante su gobierno, sin embargo Venustiano Carranza, quien era gobernador del estado de Coahuila desconoció su gobierno y formó el ejército constitucionalista, el cual derrotó al gobierno de Victoriano Huerta y finalmente renunció a la presidencia y entrego el puesto al licenciado Francisco S. Carvajal. Entre marzo de 1913 y julio de 1914, varios cuerpos del ejército constitucionalista -así llamado porque el movimiento aspiraba a restaurar el orden constitucional violado por Huerta- reconocieron la autoridad de Carranza como comandante en jefe. Mientras la guerra se concentró en derrotar a Huerta, Carranza mantuvo unidas las facciones, pero no bien, el usurpador renunció y partió al destierro, la Revolución fue incapaz de administrar su propia victoria. Los jefes militares se reunieron en una convención que se desarrolló en la ciudad de Aguascalientes. Tenía por propósito elegir el nuevo gobierno y definir la dirección futura de México. Para entonces era evidente el enfrentamiento entre Villa y Carranza. La convención produjo un gobierno que Carranza se negó a reconocer; inmediatamente estableció su propio gobierno en el puerto de Veracruz. Los dirigentes tuvieron que escoger si estaban con Villa o con Carranza. En aquel momento el movimiento zapatista rebasó su base en Morelos y unió sus fuerzas a las de Villa. Ambos otorgaron su apoyo a Eulalio González, el presidente designado por la convención. Álvaro Obregón y Francisco Villa, dos colosos militares, habrían de enfrentarse -en la primavera de 1915- en el Bajío, la meseta central de México. Con la aplastante victoria de Obregón, el gobierno de la convención se deshizo y el nacionalista Venustiano Carranza se convirtió en presidente. Había pasado la hora de los tres dirigentes revolucionarios de aquellos caudillos cuyo propósito fue la liberación de México: Madero, -el Apóstol de la Democracia-, con su Plan de San Luis proyectado para salvar a México de la dictadura; Zapata, -el Caudillo del Sur-, cuyo Plan de Ayala intentaba devolver la tierra a los campesinos; y Villa, -el Centauro del Norte-, una fuerza ciega que no se atenía propiamente a ningún programa sino a un afán implacable, y a menudo sangriento, de justicia. Llegó entonces la hora de los jefes, quienes procurarían encauzar el torrente de la Revolución. Uno de ellos. Carranza, deseaba un México civilizado, bajo gobernantes civiles. El otro, Obregón, quería un México civilizado bajo gobierno militar. Por un tiempo trabajaron juntos. Carranza convocó un congreso constituyente a principios de 1917, y en febrero del mismo año fue proclamada en Querétaro una nueva Constitución genuinamente revolucionaria, que otorgaba al Estado poderes políticos, responsabilidades sociales y jurisdicciones económicas similares a los ostentados por la antigua monarquía española. Carranza ocupó la presidencia de 1917 a 1920. Cuando éste intentó hacer de un civil su sucesor, el poderoso Ejército del Noreste -bajo el mando aparente de Adolfo de la Huerta (si bien el verdadero jefe era Álvaro Obregón)- se alzó contra él y lo derrotó. A finales de mayo de 1920 los dirigentes militares oriundos de Sonora asumirían el poder y lo conservarían quince años.
La Institucionalización del Nuevo régimen -Lorenzo Meyer-
En 1920 la tarea de los revolucionarios victoriosos era la de la institucionalización de su sistema de dominación política y la reestructuración del económico, por ello era importante incorporar políticamente a los grupos más importantes de las clases populares, también de imponer el control nacional sobre la economía, en la cual se vio inmiscuido el poder político y económico que contaban los empresarios extranjeros. Lo que contrarresto el peso fue el nacionalismo como fuente de legitimidad para el nuevo régimen. El rápido triunfo de Obregón inicio la hegemonía del grupo revolucionario sonorense, los problemas de estos líderes Obregón y Calles fue la división del grupo llevara a la misma dirección de que paso con Carranza. Para acabar con la inestabilidad se creó un nuevo partido de Estado, el PNR, se limitó la autonomía de los caudillos locales. En 1920 Obregón pudo enfrentarse y derrotar a Carranza porque una buen parte del ejército lo apoyaba, y por tal motivo era conveniente neutralizar a Pablo González, y lo exiliaron. Obregón busco disminuir el poder político que tenían los militares reorganizando al ejército, disminuyendo el contingente activo y por la baja de generales y jefes. Obregón favoreció la candidatura de Calles, lo cual propicio que hubiera más revueltas, en este caso por la del movimiento De la huertista, el cual con apoyo de Washington y el gobierno mexicano fue liquidado en marzo de 1924, este acontecimiento hizo que la iglesia estallara con el nuevo régimen, y la oposición de la iglesia a los revolucionarios provoco que en el constituyente de 1917 se refirmaran y radicalizaran lasa posiciones anticlericales que estaban inmiscuidas en la de 1857, ante las negativas de la iglesia, se fue engrandeciendo los grupos de oposición entre el nuevo régimen y el clero, y creo una serie de políticas anticlericales que con el presidente Calles se intensificaron poniendo medidas coercitivas, así empezó la guerra cristera. En los últimos días de Calles fue la propuesta de la creación de un partido político que atrajera a todas las corrientes similares, el PNR, tomada a raíz del asesinato de Obregón. La creación del PNR represento un avance mayor en el proceso de centralización, sin embargo tenía que respetarse el poder de los caudillos y caciques por eso el PNR se constituyó como una agrupación de partidos estatales, Reservando a Calles como árbitro entre disputas y mediador final, el partido respondió perfectamente a las necesidades del grupo en el poder pues en sus documentos demandaba el cabal cumplimiento de los artículos 3,27,28 y 123 constitucionales, al nu8evo gobierno se le suponía capaz de favorecer a jornaleros campesinos. En 1928 Álvaro Obregón se lanzó nuevamente como candidato para el puesto de la presidencia debido a que se había hecho una reforma en la Constitución el año anterior a las elecciones, la cual consistió en permitir la reelección de quienes ya había sido presidentes anteriormente. Obregón tuvo conflictos por su reelección y la oposición representada por los generales Arnulfo R. Gómez y Francisco R. Serrano también se lanzó como candidatos para el puesto. Pero el ganador había sido Álvaro Obregón pero unos días antes le habían informado a éste de una amenaza de muerte pero no tomó importancia. El día 17 de julio de 1928 José de León Toral asesinó a Obregón con cinco disparos. Y la persona que quedó en el puesto de la presidencia que por segunda vez hubiera sido de Obregón, lo tomó Emilio Portes Gil y así fue como comenzó el periodo llamado “Maximato”. Durante el periodo comprendido entre la salida de Calles de la presidencia y el ascenso de Cárdenas tuvieron lugar tres gobiernos, dos de ellos interinos y un tercero producto de una elección. Paralelamente se consolidó el primer instrumento político de cohesión vinculado al Estado: el Partido Nacional Revolucionario (PNR), y el general Calles se convirtió en el "Jefe Máximo" de los revolucionarios, cubriendo con su función en el ejercicio del poder una fase de tránsito entre el caudillo político-militar y el partido de masas. El licenciado Emilio Portes Gil desempeñó el cargo de presidente interino del 14 de diciembre de 1928 hasta marzo de 1930. Este personaje surgió como alternativa política conciliatoria al caos provocado por la muerte de Obregón. En los catorce meses de su gobierno se desarrolló la pugna entre los obregonistas y los callistas, que derivó en la liquidación de los primeros. En lo que toca al conflicto con la Iglesia Católica, surgido durante el gobierno de Calles, Portes Gil promovió el restablecimiento de las conversaciones con el delegado apostólico, monseñor Leopoldo Ruiz y Flores, arzobispo de Morelia y, con la abierta colaboración del embajador norteamericano Morrow, el 27 de junio de 1929 se reanudaron los servicios religiosos suspendidos desde julio de 1926. El acuerdo suscrito entre el clero y el Estado se asentaba en un punto central: el reconocimiento a la jerarquía eclesiástica para designar los sacerdotes que debían registrarse y el respeto a la organización interna de la Iglesia. El acuerdo oficial se suscribió el 21 de junio de 1929.
La paz procurada por el gobierno era indispensable y funcional al verse en la
posibilidad de ser rebasado por una coyuntura que concatenó la escisión del grupo gobernante cohesionado por Obregón, que procreó una asonada militar, la imposición al grupo dirigido por Calles de un candidato a la presidencia sin prestigio político-militar, la presencia de una oposición en la campaña presidencial, ampliamente legitimada en los sectores medios urbanos, encabezada por José Vasconcelos, el inicio del "gran crack" y su incidencia en las condiciones de vida del pueblo en general y el desmoronamiento de la CROM, principal instrumento de contención y control de bases sociales. En este contexto, el discurso ideológico antirreligioso, con una población de acendrada tradición católica, que tenía que echarse a cuestas la cruz de la crisis, resultaba políticamente inadecuado. A pesar de la difícil posición en que se encontraba , el nuevo presidente Cárdenas, desde el inicio empezó a implementar varias medidas que se encontraban en contra del jefe máximo, decidió eliminar a calles con ayuda de las organizaciones obreras y campesinas, el ordenamiento de generales y jefes del ejército a expresarle su apoyo incondicional y en prontitud Cárdenas contrarresto el reto que le había impuesto Calles, donde más tarde Calles huyo al vecino del norte, y a su regreso Cárdenas ya tenía la situación controlada, y aunque quería tomar una revuelta pero lo acuso ante la procuraduría general de preparar un movimiento armado contra el gobierno, todos había entendido que el maximato había acabado.