Sei sulla pagina 1di 50

T. 1 EL TERRITORIO COMO DADOR DE IDENTIDAD.

PORQUE LOS POBRES LUCHAN POR


PERTENECER A LA CIUDAD

*Se pretende abordar un modo de mapear la cuestión de la ocupación del territorio desde los
protagonistas, desde sujetos como los habitantes de las villas y/o barrios pobres de la ciudad.
*abordar la cuestión del espacio en su dimensión geográfica y simbólica; plantear como se articulan el
territorio, la construcción de las identidades colectivas y la ciudadanía.
*la hipótesis –Bourdieu- es que la ocupación del espacio geográfico reproduce la distribución en el
espacio social de las clases o sectores
*desde una mirada multidisciplinar, algunos desafíos que deberíamos plantearnos quienes creemos
que es posible construir ciudad desde las diferencias.

Algunas obviedades.. o no tanto.


Es necesario afirmar que el debate que se viene dando con relación a la propiedad de la tierra, no es
más que el debate sobre el derecho al espacio: entendiéndolo desde una perspectiva que excede el
territorio geográfico, que no debería ser concebido solo como espacio de consumo y vivienda, sino
como espacio de reconocimiento y constitución de identidades sociales. Si definimos el espacio como
soporte material, y como espacio simbólico, podremos pensarlo como lugar antropológico: cargado de
historia, sentido y relaciones.
De allí que con motivo del traslado de “masas de población marginal”, junto al debate sobre la
propiedad de la tierra se reaviva otro conflicto, igual o mas grave: el de la definición de los deseables,
respetables, aceptables en el imaginario urbano y los indeseables, irrespetables, inaceptables. O al
decir de Pable Feiman : “la Uno y la Otro”. La autoridad del Uno para decir no sólo quienes son los
Otros, sino donde y como deben vivir estos.
Lo que se ha reavivado y debe sorprender, es esta propiedad-autoridad en la definición de los
unos y los otros, de lo deseable e indeseables, del nosotros y lo nuestro.
Entonces ¿Quiénes son ciudadanos? Jordi Borja afirma que en los centros urbanos las luchas urbanas
y ciudadanas expresan un modo de entender el ejercicio ciudadano en relación con el derecho a la
ciudad. Estas relaciones y oposiciones entre la ciudad y los ciudadanos, configura un campo de
estudio fecundo para pensar las nuevas dinámicas del conflicto urbano contemporáneo.
Queda claro que los dispositivos territoriales expresan los patrones de distribución y asentamiento
territorial. El derecho al espacio requiere la consideración de diversas externalidades estrechamente
ligadas a la localización de la vivienda (educación , recreación, fuentes de trabajo). En la medida en
que estos bs y ss se encuentren desigualmente distribuidos, las posibilidades de acceso según el
lugar de residencia son asimétricas.
Siguiendo la lógica, se considera el derecho al espacio como la capacidad de fijar el lugar de
residencia dentro del espacio, capacidad estrechamente ligada al lugar que los grupos o sectores
ocupan en la estructura social.
Puesto que la idea de derecho al espacio trasciende el de derechos la vivienda; propongo analizar la
situación como luchas por la inclusión en la estructura espacial, jurídica y simbólica, por el
reconocimiento social, político, cultural y normativo, por afirmarse en el espacio social donde ser
reconocidos por atributos que diferencian y distingan.

Para seguir pensando


Propongo pensar el derecho a la ciudad como configuraciones y momentos de un proceso constante
de lucha por la ocupación de un espacio y por el reconocimiento de identidades.
Así es necesario reiterar que todos los ciudadanos tenemos derecho:

*Al lugar: derecho a mantener residencia en el lugar donde se tienen las relaciones sociales, entornes
significantes. O a tener otro por libre elección.
*A la identidad colectiva dentro de la ciudad: la organización interna del espacio urbano debe respetar
y facilitar la cohesión sociocultural de las comunidades. La pobreza identitaria se debe a la falta de
sentido de pertenencia de los sujetos con su territorio, y a la ausencia de vínculos entre ellos. El
arraigo o sentido de pertenencia, y una sólida identidad colectiva puede construir una fuente de

1
motivación que impulsa a la gente a hacer frente a los problemas, buscara soluciones y participar en
su puesta en práctica.
*Ese transito hacia la ciudad: del poblador que pelea por un lugar en la ciudad, al poblador que pelea
por el derecho a la ciudad, supone un cambio de la inscrito en el mundo de las necesidades hacia el
mundo de la libertad: hacia una forma democrática mas moderna.
*Supone el reconocimiento del derecho a la ciudad, exige una mirada distinta sobre los sectores
populares: como protagonistas del desarrollo urbano.
*Una advertencia final: He colocado el eje en las potencialidades y derechos de los sujetos adrede,
porque considero que en general la mirada sobre estos grupos ha estado y esta teñida de un sentido
común que los trata como asistidos, tutelados, desagradecidos, incapaces. Nunca ciudadanos.

T.2 LA DINÁMICA DE LOS PROCESOS DE MARGINALIZACIÓN DE LA VULNERABILIDAD A LA


EXCLUSIÓN

Se trata de intentar captar la marginalización, realmente, como un proceso y de comprender La


situación de esos individuos como el desenlace de una dinámica de exclusión que se manifiesta antes
de que produzca esos efectos completamente desocializantes.
La marginalización está alimentada por desreguladores que afectan también a individuos que no son
exactamente marginales sino que están en peligro, que son inestables, frágiles y que corren el riesgo
de caer en esta zona de exclusión o de cuasi exclusión que representa la marginalidad profunda.
1- Pobreza, Deficiencia y dinámica de Marginalización
a) La aproximación en términos de pobreza
Es indiscutible que la indigencia económica está en la base de la mayoría, si no de todas las
situaciones de marginalidad profunda. Pero la heterogeneidad de las evaluaciones demuestra que la
dimensión económica pura jamás da la información suficiente como para decidir quién es “pobre”.
Hay una pobreza Integrada: viven al borde del “umbral de pobreza”, Sin embargo, se los considera
autónomos y autosuficientes y no ameritan medidas especiales
hay una indigencia integrada que no es nada:, ciertas formas de mendicidad tolerada. En cambio otros
grupos como los vagabundos, que a priori no son ni más ni menos pobres y son completamente
marginados. Es así como el nivel de recursos económicos, cualquiera sea el grado o umbral que se
establezca no es más que un elemento para caracterizar las situaciones marginales.
0,) La aproximación clasificatoria de las categorías de dependientes.
La Lógica de los servicios sociales procede generalmente a partir del recorte de poblaciones-blanco
haciéndose un esfuerzo para detectar medios específicos que permitan hacerse cargo, se moviliza
para ellas recursos y especialistas, y se definen instituciones especiales a partir de constatar que cada
una plantea un problema específico.
El modelo presente detrás de esta orientación es la extensión y el refinamiento de lo que Goftman
llama la relación de servicio poner en correspondencia a esos blancos poblacionales con
competencias profesionales e instituciones específicas. Presenta por lo menos dos inconvenientes.
Primero, implica un carácter estigmatizante; además, se observan cada vez más formas nuevas de
marginalidad que se ajustan a esos sistemas de categorización.
Frente a esta inestabilidad, las culturas institucionales y profesionales se encuentran sin recursos:
Sin pretender proponer una alternativa global, u opuesta en relación a esas dos gestiones economista
y técnico-clínica, quisiera defender una aproximación Transversal a esas poblaciones preguntándome
qué tienen en común, que no es solamente un nivel de ingresos muy bajo, ni tal o cual deficiencia
personal especifica.

II- Las Cuatro Zonas


Propongo ubicar las situaciones marginales al final de un doble proceso de desenganche en relación
al trabajo y en relación a la inserción relacional. Esquematizando mucho distinguimos tres valores en
cada uno de los ejes: *trabajo estable - trabajo precario – no trabajo e *inserción relacional fuerte -
fragilidad relacional - aislamiento social. Acoplando esos valores de dos en dos se obtienen tres zonas:
la zona de integración (trabajo estable y fuerte inscripción relacional, que a menudo van juntos), la
zona de vulnerabilidad (trabajo precario y fragilidad de los soportes relacionales), y la zona de

2
marginalidad, que prefiero llamar zona de desafiflacíón para marcar bien el doble desenganche:
ausencia de trabajo y aislamiento relacional.
El tratamiento de la indigencia inválida representa así una cuarta zona, la zona de asistencia. Esta
cumple con una protección cercana sobre la base del domicilio de emergencia.
Así incluso en el sector de casos extremos. pobreza o de indigencia, dos tipos muy distintos de
población, que son tratados también de forma muy diferente. El vagabundo que es capaz de trabajar
es expulsado de las redes familiares de sostén, de la protección de proximidad, y es completamente
rechazado y estigmatizado. El indigente incapaz de trabajar es asistidos, ya sea directamente por la
comunidad o a través de formas institucionales
La exhortación al trabajo, aún acompañada de pesadas sanciones, jamás logró suprimir el problema
de la marginalidad errante.
Dos enseñanzas principales que pueden ayudar a aclarar el problema de la marginalidad en nuestros
días.
1) El factor pobreza, sin negar su importancia decisiva, no es exclusivamente determinante. Por lo
menos tres situaciones aparecen como cualitativamente diferentes: la pobreza integrada,
que es una pobreza trabajadora; la indigencia integrada, que obtiene ayuda sobre la base de su
inserción comunitaria; la indigencia desafihada, marginalizada o excluida, que no encuentra lugar en el
orden laboral ni por inserción en las redes comunitarias.
2) El esquema anterior debe leerse de manera dinámica. Las “zonas” que he distinguido no están
dadas de una vez para siempre, sino que sus fronteras son cambiantes, y de una a otra se operan
pasajes incesantes.
La zona de vulnerabilidad ocupa, en particular, una posición estratégica. Es un espacio social de
inestabilidad, poblado de individuos precarios en cuanto a su relación con el trabajo y frágiles en su
inserción relacional, de allí el riesgo de caer en la tercera zona, que aparece entonces como el fin del
recorrido. Es la vulnerabilidad la que alimenta la marginalidad profunda o la desafiliación.

III- Asistencia Generalizada y Marginalidad Residual


En La situación de los países marcada por la estabilización de la zona de vulnerabilidad, la
marginalidad representa un factor residual en una formación social globalmente integrada.
En la asistencia tradicional se ejerce una tutela sobre los necesitados que al mismo tiempo
proporciona ayuda y mantiene en una relación de interdependencia; esta es la inscripción fundamental
de las políticas asistenciales, que el espíritu filantrópico del siglo XIX, luego los servicios sociales
modernos, continúa desplegando bajo formas eufemísticas, estrategias de ayuda cuyo ideal consiste
en establecer una relación personalizada entre la instancia dispensadora y el beneficiado.
Cuando a fines del siglo XIX los principales estados europeos imponen el derecho a la ayuda, la
asistencia hace un progreso considerable garantizando prestaciones uniformes y legalmente exigibles.
Pero conviene advertir que las categorías de beneficiarios son muy restringidas, tiene por lo tanto un
contenido muy restrictivo en cuanto a las poblaciones a las que se refiere:
Con la generalización del salariado y el establecimiento de una condición obrera estable fundada en la
preeminencia del contrato de trabajo de duración indeterminada, la cobertura social se extiende a la
inmensa mayoría de las poblaciones de las sociedades. Los seguros, sin duda, han permitido controlar
una parte importante de la zona de vulnerabilidad alimentada por la precariedad del trabajo. Esta
coyuntura, dominante a principios de los años setenta en los países industrializados europeos,
fundaba una concepción de la marginalidad que se puede calificar de residual.
La amplitud de las protecciones determinaba que aquellos que quedaban fuera fueran calificados de
marginales al ser incapaces de adaptarse a las exigencias de una sociedad moderna en la cual los
progresos de la protección, social corrían parejos con los progresos del crecimientos (ideología de los
Estados-Providencia).
Es el caso de las poblaciones llamadas “del cuarto mundo”, como si la miseria representara
situaciones cuasi exóticas en las sociedades industriales.
En esta idea de la marginalidad es al mismo tiempo la antítesis de la modernidad y la forma moderna
de lo a-social: caracteriza a los dejados a cuenta del progreso, a todos aquellos que no han podido o
no han querido someterse a las presiones del desarrollo.
En ese contexto pueden distinguirse dos formas principales de marginalidad: una marginalidad libre”,
caracterizada por su distancia en relación al trabajo regular, pero también en relacion a las formas

3
organizadas de la protección próxima representada por la asistencia. El marginal se organiza una
existencia precaria en los intersticios de la vida social. Esto permite distinguir netamente a esos grupos
asistidos de los propiamente marginales, a los que se puede calificar como fuera del status y se
encuentra institucionalizado en espacios separados. La propensión de los servicios médicos y sociales
es la de caracterizar a estas poblaciones a partir de una deficiencia específica; se los provee de un
status, pero el mismo, establecido sobre las base de una deficiencia, les impone un régimen especial y
un tratamiento, fuera de lo común, en los hospicios para ancianos indigentes, los establecimientos
para menores abandonados o deficientes.

IV- La Reactivación de la Vulnerabilidad


La situación tal como ha sido esquematizada es sin duda dominante en la actualidad. Paradójicamente
los grandes marginales son tanto los que más se escapan a la institucionalización y todavía se
entregan, en las sociedades modernas, a formas de nomadismo inciertas y peligrosas
Sin embargo me parece que desde hace unos años se han producido inflexiones que llevan, por lo
menos, a reactualizar ese esquema.
Hasta mediados de los años setenta se hablaba fácilmente de exclusión. Esos fenómenos de
exclusión representaban al mismo tiempo excepciones en relación a los progresos de la modernidad,
pero no cuestionaban la dinámica social general. Con respecto a esta coyuntura me parece que el
hecho nuevo, desde hace unos quince años, es el reflote de la vulnerabilidad tal como lo caracterice,
en tanto conjunción de la precarización del trabajo y de la fragilización de los soportes relacionales.
Me parece que ese desarrollo de zona inestable, entre integración y exclusión renueva, al menos
parcialmente, la problemática de la marginalidad.
En relación al: trabajo, la vulnerabilidad parecía, estabilizada por la generalización de una situación
salarial sólida, cuyas condiciones de posibilidad son el crecimiento económico y el quasi pleno empleo.
Esta situación se ha deteriorado en los últimos quince años. No se trata solamente del aumento de la
desocupación, sino también, y de la precarización del trabajo.
El segundo grupo de marginales es de desestabilización de una fracción importante del mercado de
empleo. Estos empleos precarios con títulos diversos representan actualmente
la mayoría de los contratos y los asalariados. Es así como la llamada “reestructuración del aparato
productivo” lleva a marginalizar la fuerza de trabajo condenada a la desocupación o a la recurrencia de
períodos de desocupación y de empleos precarios.
Esta transformación del mercado de trabajo en el sentido de su precarizadón se acompaña de un
deterioro de los soportes sociales relacionales que aseguran una “protección próxima”.
En efecto, la inserción de un individuo depende al mismo tiempo de su inscripción en la familia y en
una red relacional más amplia.
Desde la pertenencia, el ángulo de la estructura familiar, los principales indicadores que sugieren él
debilitamiento de la familia no resulta, un “fin de la familia”, sino una restricción de las protecciones que
ella garantiza y una fragilización de su estructura. Lo que importa aquí es que esta tendencia general
está particularmente acentuada en las categorías más desfavorecidas.
Se percibe que la precariedad del trabajo o la desocupación y la debilidad de las redes relacionales
están a menudo asociadas y aumentan los riesgos de deslizamiento de la vulnerabilidad en lo que he
denominado la desafiliación, es decir el acoplamiento pérdida de trabajo-aislamiento relacional. Tanto
más cuanto la fragilidad de la estructura familiar va frecuentemente aparejada a situaciones de
deterioro de las redes de sociabilidad popular.
Los jóvenes,en circunstancias así hacen la experiencia de una relación doblemente negativa: en
relación al trabajo, la alternancia entre la desocupación y la subocupación no permite definir una
trayectoria profesional estable; en relación a las referencias socio-relacionales, cuando la familia no
tiene para transmitir como capital social, cuando el sistema escolar es extraño a la cultura de origen.

IV Marginalidad y Prácticas de Inserción


Al lado de las formas tradicionales de marginalización que subsisten, vemos aparecer nuevas, a partir
de las recomposiciones más recientes del aparato productivo, de la fragilización de la estructura
familiar y de la crisis de la cultura obrera.
Sería inútil hablar de una “nueva marginalidad”. De un análisis más fino se desprenderán ciertamente
perfiles muy tradicionales

4
Me ha parecido interesante preguntarme qué tienen en común esos grupos que los lleva a compartir
una misma condición de privación. Entonces vemos que bajo formas diversas y vivencias diferentes se
manifiesta ese doble desenganche con respecto a la integración a través del trabajo y en relación a la
inserción relacional. Podría tener mas sentido realizar un corte transversal en el proceso que abrió,
alrededor de ellos, un vacío social.Todo los separa, excepto esta experiencia común de ruptura del
vínculo social.
Semejante indeterminación plantea graves dificultades y los profesionales frecuentemente se
encuentran sin respuesta frente a esas situaciones, que no incumben exactamente ni al sistema
sanitario, ni a la policía, ni a la justicia y que sin embargo plantean, simultánea o sucesivamente,
problemas de seguridad, de salud y de asistencia.
Sin pretender aportar una solución quisiera defender los méritos de una asistencia global de esas
poblaciones, desde una perspectiva de inserción que no pase necesariamente por su recorte en
categorías específicas. Si es cierto, que la marginalidad profunda es el extremo de un proceso de
alejamiento con respecto al trabajo y de aislamiento social; esta condición común puede entonces
incitar a definir estrategias de inserción cuyo ideal sería negociar con esas personas un compromiso
para llenar ese vacío social. Se trata de elaborar un programa destinado a movilizar las capacidades
del sujeto para salir de su situación de excluido.
Es cierto que esta noción de inserción es fundamentalmente ambigüa. La inserción “ideal” que sería la
integración en un empleo estable es, la mayoría de las veces imposible, a la vez a causa del estado
del mercado de trabajo y de las aptitudes de muchos de los beneficiarios.
En esas situaciones (se habla entonces de inserción social y no de inserción profesional), Pero me
parece que hay que entender esta ambigüedad como constitutiva de la inserción a partir de
situaciones de desinserción previas a las que debe enfrentar, y que culminan en la marginalidad
profunda.
Los esfuerzos “científicos” para hacerse cargo de la marginalización muchas veces refuerzan el
sentimiento de extrañamiento multiplicando los estatus de excepción fundados en oposiciones
bipolares, normal-patológico, trabajadores-ociosos, integrados-desviados, autónomos-dependientes.
Existe un proceso de descenso, que va de la integración a la exclusión, pasando por la vulnerabilidad.
Inversamente se puede concebir la inserción como una estrategia para remontar esta pendiente,
reconstruyendo soportes a la vez relacionales y ocupacionales para arrancarle a la exclusión a
aquellos que progresiva o bruscamente se desengancharon.
Las intervenciones son posibles, por un lado, dentro de una perspectiva preventiva, para consolidar la
zona de vulnerabilidad e intentar evitar la caída en la marginalidad y, por otro lado, en la zona de
desafiliación para tratar de evitar la instalación en los márgenes que transforme las dificultades para
insertarse en exclusión definitiva.
Desde un punto de vista práctico, es necesario distinguir esas dos estrategias, pero al mismo tiempo
no despreciar ninguna. No cabe duda de que las ‘grandes” políticas de lucha contra la marginalidad
deberían ser aquellas que se centraran en las “causas de la miseria y la desgracia. Pero esos
programas, en los que todos coinciden, por lo menos en superficie, soportan presiones políticas y
económicas muy fuertes. Estan las políticas “reparadoras” (y no preventivas) Por ésto no
debemospensar las acciones preventivas y las acciones reparadoras como antagónicas sino más bien
como complementarias.

TEXTO Nº 3 : SUJETOS Y CONCEPCIONES ( CECILIA MOREY).


El entrecruzamiento de prácticas que permean y abarcan una multiplicidad de
representaciones sociales, nos lleva a reflexionar sobre las complejas relaciones entre las estrategias
de los agentes, las formas simbólicas utilizadas y la distribución del poder en los espacios territoriales.

El escenario y el posicionamiento de los agentes que participan en el campo.


Las poblaciones se definen por su anclaje territorial y construyen a partir de sus experiencias,
un escenario de acción. Pino y Jelin expresan que “en el proceso histórico de construcciones
territoriales sentidas cuenta especialmente la experiencia humana”. Se trata de ver el lugar como
manifestación de la experiencia humana y del sentido, conectado con unas prácticas sociales.
Reconocer que la comunidad está sujeta a intereses locales y de poder. Aun cuando en ciertos

5
momentos se comparten momentos comunes, de encuentro, de consenso o identificación, no siempre
lo local es un lugar común, homogéneo y ajeno a disputas.
Resulta significativa la apreciación que se realiza en relación a la identidad construida sobre
estos espacios territoriales, que estigmatiza a aquellos que se encuentran en las situaciones más
difíciles y sin recursos para afrontar el derrumbe producido en todas las dimensiones de nuestra vida
socio-cultural.
Bonvillani plantea que nos enfrentamos en nuestras prácticas de intervención a la tensión,
siempre presente, entre la satisfacción del encargo institucional y la demanda de los propios
pobladores, a partir de nombrar la necesidad desde sus propios registros. Estas tensiones son
necesarias comprenderlas, observar las condiciones estructurales, pero con especial atención, las
significaciones que se construyen en la definición de las necesidades y las acciones que, como
agentes, construimos conjuntamente con los vecinos del espacio poblacional.

Algunas precisiones sobre el sujeto colectivo: las organizaciones.


Todas nuestras prácticas se encuentran relacionadas con organizaciones de las que somos
parte, por lo que afectamos o somos afectados, de manera directa o indirecta, en los procesos de
participación y que finalmente inciden en la construcción de nuestras subjetividades y de lo social.
Las acciones en contextos de pobreza, son emprendidas para la movilización de recursos
materiales y simbólicos. Hay dos maneras de entender las culturas organizativas, ellas son:
a- Las organizaciones como respuesta a determinadas necesidades y problemas: la posibilidad
de concentración de los recursos establece entre los vecinos una relación clientelar ya que, para la
adjudicación de los mismos, se produce un complejo entramado en la q se tejen diversas relaciones
que se construyen en tención con las necesidades individuales y colectivas. El centro vecinal se
constituye como una organización de base que brinda respuestas a determinadas necesidades con
modalidades particulares para satisfacerlas. El tipo de estrategia que lleva a delante es el resultado de
una lógica interna q reproduce la posición de otros actores de su campo, condicionando asi la acción
colectiva.
Como sostiene Auyero, las relaciones clientelares se constituyen en una red que reproduce
dominación y desigualdad. Los gobiernos locales promueven estas formas de organizaciones
comunitarias, ejerciendo, por otro lado, fuerte control sobre sus iniciativas q permiten contener asi, la
expresión de sus demandas.
Asociar las problemáticas presentes en la conformación de las organizaciones de los espacios
territoriales y las que pertenecen a la órbita de la residencia y reconocer como operan, en ambos
casos, la determinación implícita o explícita en las regolas de juego, q como señala Bonvillani, “buscan
adecuar y normalizar los espacios problemáticos e integrar a colectivos con carencias de acuerdo a la
definición de quien está en posición de legitimidad para hacer esta definición políticos y técnicos”. Las
formas normativas de funcionamiento acentúan las modalidades autoritarias y jerárquicas de
conducción, dificultando la promoción de espacios horizontales, que favorecen a la participación activa
de los sujetos, burocratizando asi las practicas. Desafío es promover en nosotros la formación de
conciencia ciudadana, que permita reflexionar sobre la visión delegativa del poder, favorecer el acceso
de información y posibilitar acciones integradas, para la resolución de problemas y necesidades,
democratizando asi, la producción de conocimientos que construyan nuevas prácticas.
b- Las organizaciones como construcción. La emergencia de conflictos ponen en juego la
concepción sobre los obstáculos a la participación real, basada no en problemas de comunicación
sino en las formas hegemónicas de representación. Son en este sentido puestas en cuestión, sin por
ello dejar de reconocer las oportunidades que brindan la participación en las diversas organizaciones e
instituciones del espacio poblacional. Se construyen procesos de reflexión crítica sobre los marcos
normativos y legales que regulan las organizaciones. Además en la búsqueda de oportunidades y la
lucha por el reconocimiento se activan nuevos espacios donde la participación se orienta a promover
nuevas formas de integración comunitaria. Emergen nuevas formas de lo colectivo, más flexibles y
dinámicas, que tienden a crear y acumular capital social para la construcción de oportunidades de
participación para la resolución de sus necesidades. Se activan intermitentemente redes comunitarias
de interacción participativa, estimulando asi las posibilidades de lograr eficacias en las diversas
organizaciones territoriales para mejorar las condiciones de vida, material y simbólica, de
reproducción y de inclusión social de sus pobladores. Podemos asi, acompañar al grupo para redefinir

6
las necesidades comunes q que promueven nuevas formas de asociación que, siendo inclusivas,
tienen como finalidad incorporar en la agenda publica necesidades que los afectan de manera
colectiva.
Las organizaciones son también construcciones sociales. Es decir, son los ámbitos en los cuales los
individuos actúan, interpretan estas reglas y crean otras nuevas mediante las cuales regulan sus
relaciones y acciones. Además de los objetivos y los fines comunes, los individuos tienen objetivos
particulares, por lo que se generan dinámicas de organización que son el producto de la tensión entre
los objetivos generales y los particulares. Las organizaciones presentan zonas de incertidumbre ya
que las acciones se vinculan a las estrategias definidas no por las normas que se imponen sino por las
visiones de las situaciones que las relaciones producen.
Para los habitantes en estos espacios territoriales la presencia de lazos fuertes promueve formas de
participación individual y colectiva, expresando asi estrechos vínculos y un alto grado de organización.
Estas experiencias van creando una identidad colectiva, van permeando a los grupos que participan,
de determinadas y diversas representaciones y conocimientos y experiencias, otorgando a la
organización en la cual participan, experiencias que se construyen como procesos de identificaciones,
que son históricamente apropiadas, confiriéndoles sentido como grupo social, como una estructura
significativa para asumirse como comunidad. Construyen significados colectivos, alianzas y una visión
distinta al sentirse pertenecientes al barrio, lo que posibilita a sus vez, la actuación en red,
estableciendo relaciones con otros agentes que facilitan la concreción de objetivos colectivos.
En estos espacios, la reflexión entre los distintos actores reviste una importancia central, tanto para
abordar los procesos de producción y transformación de las reglas y normas como para entender
cómo se establecen nuevas bases para pensar la relación entre acción y representación en la
construcción de categorías colectivas.
Se trata en definitiva de lograr modos de acceso a la cultura entendida por Geertz como una “trama
de significados compartidos” y sobre todo considerar dentro de nuestro marco de lectura que las
concepciones de la vida social están conectadas entre sí por la opinión de que los seres humanos ni
están guiados por fuerzas sino sometidos a reglas, que las reglas sugieren estrategias y las
estrategias inspiran acciones.

A modo de conclusión: las tensiones, contradicciones y posibilidades en las intervenciones


profesionales.
El cimiento de estas intervenciones está dada por la importancia del vinculo establecido por el
equipo de profesionales entre sí, con las personas, familias, grupos, organizaciones e instituciones de
este espacio población, considerándolo como lo que estructura hoy la potencia de las
transformaciones. Viviendo como mayor sensibilidad el “vinculo social con el otro”, donde primen las
expectativas y demandas de sinceridad, honestidad y el establecimiento de vínculos de confianza.
Emergen hoy nuevas formas de lo colectivo, más flexibles, livianas y fugaces.
Es, en la constitución de nuevos espacios, donde se refleja el movimiento y la creatividad que se
ve potenciada por el encuentro de los diversos saberes y posiciones ocupados en el campo. El campo
implica relaciones de poder, es decir, que cada actor, luche por una posición dentro del campo, para
alcanzar los siempre escasos y desiguales capitales. Reflexionar sobre las tensiones presentes en
toda practica social, de asimilación y resistencia, permiten aproximarnos a la comprensión de procesos
contradictorios que , por la lucha de intereses u por la dominancia de determinados grupos sobre
otros, no siempre permitirán efectivizar estrategias que nos permiten, mecánicamente, oponernos a
poderes facticos en el espacio territorial y local. Todos los sujetos sociales estamos posicionados; por
lo que ver toda acción como social, es reconocer la constitución de la acción en la sociabilidad y en los
procesos de socialización.
Afirmar la permanencia de la potencialidad para el cambio social y la agencia de individuos, es
precisamente lo que deber ser interpretado y entendido: la significación de las trayectorias de
cualquier transformación social particular.
La participación activa en la definición de las necesidades, las acciones colectivas, produjeron
transformaciones concretas, por lo que consideramos central sostener, tal como dice Giddens que “la
obra colectiva construye poder”. Asi, podemos apreciar que estas prácticas, resultado de pequeños
proyectos, movilizan diversas oportunidades donde se reconocer los derechos, definiendo sus
necesidades y construyendo alternativas, como una manifestación concreta de poder. Entendemos la

7
acción colectiva como “practica organizada de los actores sociales, con capacidad de interpelar a
otros, ejercer presión sobre la política pública e ir construyendo desde la base social, nuevas formas
de sociabilidad excluyente”

Texto 4: PRÁCTICAS Y REPRESENTACIONES DE LA VIDA BARRIAL.

Sujeto y vida urbana en el contexto de la modernidad


1_ El Sujeto Moderno:
La modernidad suponía una profunda transformación del sujeto en relación con el orden anterior al
desarrollo, este nuevo orden implicó un quiebre con las formas tradicionales.
A partir de la clásica distinción realizada por TONNIES entre Comunidad y Sociedad, podemos ver que
el desarrollo del mundo moderno implicó un desarraigo con respecto a las relaciones mas intimas
generadas a nivel local y se pasó a un nuevo tipo de relaciones caracterizadas por la impersonalidad e
instrumentalizad.
Esta distinción se basa en el supuesto de que existen 2 tipos ideales en las relaciones humanas: las
de Comunidad q se darían en las personas que comparten un territorio común, entendido como un
orden natural en el que se desarrollan los vínculos sociales entre amigos, parientes, vecinos, donde
existe una valoración por la tradiciones del pasado; y las que se desprenden de la Sociedad conllevan
nuevas formas de asociación donde prima una estructura formal y una racionalización de los vínculos
sociales en un marco contractual, donde prima la racionalidad y se valora el futuro en detrimento del
pasado.
A partir de esta distinción, el sujeto que existía en la comunidad es distinto al de la sociedad en tanto
posee una valoración diferente de las relaciones con los demás. Sin Embargo, el paso de la
comunidad a la sociedad NO ES ABSOLUTO. Tonnies señala que la sociedad moderna a través del
Estado se ve en la necesidad de recrear elementos de la comunidad con el fin de asegurar el orden
social.
Weber propone q el paso de lo tradicional a lo moderno está dado por la secularización de la vida,
para èl: Comunidad hace referencia a un tipo particular de acción humana que está relacionada con
lo afectivo en donde operan más los sentimientos; por Sociedad entiende un tipo de acción humana
pero motivada por los fines y donde opera la racionalidad. Sin embargo, sostiene que toda relación
participa tanto de la sociedad como de la comunidad.
De esta forma, comunidad y sociedad coexisten y se van relacionando de manera dialéctica a través
del tiempo.
Tonnies afirma que la sociedad va ganando cada vez más terreno a la comunidad, poniendo en peligro
los vínculos comunitarios.
Aplicar estas dicotomías a la sociedad actual es un análisis complejo. Partiendo desde el punto de
vista del SUJETO, este conviviría simultáneamente entre 2 mundos.
Al respecto, Sennet sostiene que uno de los males que conlleva el capitalismo, es precisamente la
desvinculación que se produce en el sujeto a partir de la alienación del trabajo. Para superar este
desconocimiento y desvinculación en las relaciones humanas los individuos tenderían a reforzar
aquellas relaciones que se san en el espacio mas intimo e inmediato transformando el territorio local
en algo sagrado: la “celebración del gueto”. El problema de este proceso de reforzamiento de las
relaciones comunitarias radicaría en que el crecimiento personal se consigue a partir del contacto con
lo desconocido, en este sentido se impide que las personas puedan enriquecer su propia experiencia a
través del intercambio con experiencias de otros.
Simmel plantea que estos 2 procesos tienden a reforzarse, en la medida que la sociedad comienza a
crecer , las relaciones entre los grupos se vuelven mas reciprocas y se debilitan los mecanismos de
diferenciación. Comparte con Tonnies la idea de que la sociedad moderna tiende constantemente
hacia relaciones mas instrumentales. Simmel denomina “urbanita” al habitante de la ciudades y
postula que este está determinado por las condiciones psicológicas que se desprenden de la vida
moderna y se opone al habitante de las pequeñas ciudad.
Esta contradicción que parece tan evidente nos lleva a preguntarnos si este sujeto escindido entre
estos dos mundos seria propio de la modernidad.
Marshall Berman, sostiene que existen distintas etapas de la modernidad, si bien en un comienzo
suponía el quiebre con el pasado, con lo tradicional, en los 70 se vuelca hacia el pasado en busca de

8
aquellas relaciones sociales que den seguridad u estabilidad. El hombre moderno comienza a reforzar
los vínculos con la familia.

TEXTO 5: EN TORNO A LOS SUJETOS, APORTES, DEBATES, EJES DE ANÁLISIS: LA


ORGANIZACIÓN COMO CONSTRUCCION COLECTIVA. – PATRICIA ACEVEDO-
Ninguna conceptualización que se haga de los sujetos es neutra, sino que se sustenta en un marco
teorico y también político. Partimos del supuesto que siempre operamos en la realidad desde algun
lugar teorico.
No existe solo la pobreza, existen los pobres, no solo hablamos de violencia familia sino que hablamos
de niños y mujeres golpeadas, no hablamos solo de desocupación sino tmb de desocupados. Estas
referencias ocultan e invisibilizan a los sujetos con los que trabaja nuestra profesión ya que estos
siempre emergen al interior de una categoría analítica determinada. Nuestras búsquedas se inclinan
así por comprender al sujeto situado, contextualizado, diverso, no univoco, complejo y contradictorio.
Ian Hacking plantea que la manera de clasificar tiene efectos sobre la gente, cambia a los individuos, y
los individuos cambian también la clasificación.
De allí, que a nuestro criterio, la necesidad de revisar las categorías y el modo en que se entrelazan a
concepciones de sujetos, cobra, para nuestra disciplina una relevancia sustancial. Esto adquiere
particular relevancia en el ámbito de las políticas públicas donde las nominaciones han alcanzado una
legitimidad instrumental y no solo discursiva. Las categorías y designaciones que hablan de los sujetos
sólo desde sus carencias, tiene como consecuencia producir sujetos fijados a esa enunciación como
único lugar de reconocimiento.
No considerar la importancia y la necesidad del debate y la reflexión sobre los sujetos implicaría
aceptar sus condiciones como naturales, como dadas, e incluso nos llevaría al riesgo de pensar las
mismas como incambiables, inmodificables.

Los aportes del debate actual en la teoría social en torno a los sujetos:
El eje del debate actual en torno a los sujetos, podríamos decir que se encuentra en la critica al
esencialismo, al abandono de la categoría de sujeto como entidad transparente y racional que otorga
un significado homogéneo al campo total de la conducta por ser la fuente de la acción.
1_desde los aportes de Giddens, debemos reconocer una frontera flexible entre conciencia discursiva
y conciencia practica de los sujetos, es decir, entre el informe discursivo sobre intenciones y razones
de su actuar, y el actuar mismo. Lo que Giddens llama Consecuencias No Buscadas. Esta ayuda
teorica nos permite proponer una relativización de las posibilidades de prever planificadamente, en el
T.S, los comportamientos de los sujetos.
2_desde Bourdieu un sujeto no se define solamente por sus condiciones objetivas, sino también, y
fundamentalmente, por lo que ha llamado Habitus, o disposiciones, una estructura estructurada por las
condiciones objetivas y estructurante de percepciones, pensamiento y acción. Si los objetivos de la
intervención desconocen el habitus pueden aparecer frente a los agentes como imposible, fuera de su
alcance. Esta segunda ayuda teórica nos permite pensar las limitaciones de la formulación de
estrategias de intervención siguiendo solamente nuestra intencionalidad e ignorando lo que es el otro.
3_ con la ayuda de Lechner, hay que seguir hablando de sujetos, teniendo en cuenta la imposibilidad
de una subjetividad plena, se afirma que los sujetos siempre están en devenir, lo que nos permite intuir
que siempre portan potencialidades. Los sujetos se constituyen recíprocamente, a través del
establecimiento conflictivo o negociado de los limites entre uno y otro.
4_ Desde Castel: vamos a recuperar la marginalización como un proceso y no como un estado. El
autor habla de dos tipo de soportes: la inscripción relacional, en cuanto a soporte de relaciones, y
inscripción laboral, en cuanto al mercado laboral y tipo de trabajo. Ubica a los sujetos en distintas
zonas y las llama: Zona de desafiliación ( cuando no hay soporte relacional ni trabajo); zona de
vulnerabilidad( el trabajo es inestable pero existe y hay fragilidad en las relaciones); zona de
marginalidad integrada; zona de integración (aunq el trabajo sea en negro y donde hay una inscripción
relacional).
Podríamos decir que desde nuestro nivel de abordaje, fundamentalmente trabajamos con sujetos
artificialmente ubicados, pero en que zona? En la de la VULNERABILIDAD y la de INTEGRACION,
muy rara vez trabajamos con desafiliados.

9
5_desde los aportes de Laclau, no hay identidades necesarias sino que siempre son contingentes y
precarias. Cada agente social es penetrado por una multiplicidad de posiciones de sujeto que no
encuentran un eje aglutinante necesario en la posición de ese agente en las relaciones sociales.
En Laclau no hay intereses objetivos ni sujetos preconstituidos; hay procesos sociales contingentes e
identidades precarias. Cuestiona la “constitutividad” de los sujetos:
 crítica a la concepción de sujeto que hace de èl un agente racional y transparente a si mismo
(nieztche).
 crítica a la supuesta unidad y homogeneidad del conjunto de sus posiciones (Freud)
 crítica a la concepción que ve en èl el origen y fundamente de las relaciones sociales
(Heidegger)

Los sujetos no son el origen de las relacione sociales, sino que hay POSICIONES DE SUJETO al
interior de una estructura discursiva. Las fuerzas en lucha están sometidas a constantes
desplazamientos que requieren permanente redefinición.
Plantea 3 formas de relación entre los sujetos, que no deben identificarse:
 SUBORDINACION: un agente sometido alas decisiones de otro.
 OPRESION: relaciones de subordinación q se han transformado en sede de antagonismos.
 DOMINACION: relaciones de subordinación consideradas ilegitimas desde el juicio de un
agente exterior a ellas.

¿cómo se constituyen relaciones de opresión a partir de relaciones de subordinación? Toda conducta


tiene significados o es significativa. Los actores constituyen y mantienen marcos de significado que
proveen esquemas interpretativos mediante los cuales la experiencia cotidiana es asimilada y
manejada.
En la base de la relación de opresión está la imposibilidad de constituir a las relaciones. Constituir
relaciones de opresión a partir de relaciones de subordinación significa construir discursivamente
como una imposición relaciones de subordinación que hasta ese momento habían sido aceptadas
como incuestionables. Hay que impedir la estabilización de la subordinación como diferencia.
Laclau afirma que cada agente social es penetrado por una multiplicidad de posiciones de sujeto que
no encuentran un eje aglutinante necesario en la posición de ese agente en las relaciones de
producción.
Toda subjetividad social y política se constituye a través de un procesos que es a la vez relacional e
intrínsecamente inestable. Por lo tanto:
 Está eliminada la idea del carácter unitario del sujeto
 Se descarta la visión del sujeto como un agente racional y transparente que mientras mas
conoce mejor actúa, que sabe siempre a donde va, etc.
 Se ha abandonado la unidad y homogeneidad del conjunto de sus posiciones
 Hay una fuerte exigencia de abordar simultáneamente sus condiciones objetivas y sus
procesos de subjetivación. Ya no basta saber si trabaja o no, si tiene NBI o no, sino que resulta
importante comprender los procesos de subjetivación que han sido internalizados.

Están estallando los esquemas de interpretación, están quebrando las viejas lentes epistemológicas y
teóricas. El desafío de la intervención social no remite solamente al cómo, sino fundamentalmente al
PORQUÉ. Trabajo social se inserta en la delicada tensión entre el cómo y el porqué. La intervención
no es un mero hacer. Si no mejoramos estas dos miradas, la mejora de la intervención es imposible.
Si nosotros queremos reformar las intervenciones asistencialistas, no hay otro camino que revisar las
interpretaciones. Al campo del trabajo social ingresan los sujetos que tienen dificultades para
reproducir su existencia en los términos establecidos socialmente. Estas dificultades no son solo de
orden económico, sino tmb afectivo, vincular, simbólico.
Pero los ejes a partir de los cuales los sujetos se encuentran incluidos o excluidos hoy se encuentran
multiplicados por q lo social ha estallado. Todos los criterios binarios de categorización, como
consecuencia, tmb estallan: dominantes-dominados; periferia-centro; burguesía-proletariado; deben
ser resinificados a partir de sujetos que pueden portar distintas posiciones.

10
Ciudadanía y Acción Colectiva:
La ciudadanía como categoría política puede considerarse en torno a 3 dimensiones:
 La ciudadanía se identifica con los derechos- civiles políticos y sociales: la ciudadanía
civil otorga al individuo un conjunto de derechos asociados a la libertad: libertad de palabra, de
circulación, de pensamiento, religión, de igualdad ante la ley, etc. Por su parte la ciudadanía
política reconoce el derecho al sufragio, a la participación política en calidad de elector o
dirigente. Y finalmente, la ciudadanía social, atribuye a los sujetos el derecho a un nivel
adecuado de educación, de salud, de habitación y de seguridad social.
 La ciudadanía es pertenencia a la comunidad política.
 La ciudadanía es participación: en la que derechos significa su ejercicio efectivo y en la que
la pertenencia es participación en la construcción de una identidad y de un orden político
democrático.

La participación ciudadana y la iniciativa asociativa solidaria son valores sociales estratégicos a


desarrollar en las personas, para asegurar mejores condiciones de vida, tener experiencias personales
y sociales plenas y vivir en armonía. Esto no vienen con los genes, sino que los vamos aprendiendo,
modificando, en los distintos espacios grupos y organizaciones en que participamos y nos rodean.
Aprender a ser Ciudadano implica superar el nivel de información teorica sobre derechos alentando la
participación de adolescentes y jóvenes en formación en espacios sociales que faciliten el ejercicio y
las practicas.
De allí, que nos planteamos abordar el tema de las organizaciones en el territorio desde una mirada q
trascienda lo instrumental, lo operativo, lo pragmático,, la consideramos una apuesta política en la
construcción de sociedades democráticas y ciudadanos activos.
La organización como construcción colectiva y alternativa para resolver problemas y satisfacer
necesidades:
Tener una mirada amplia del sujeto, es uno de los elementos mas necesarios, como tmb mirar cómo el
sujeto se organiza, para que la intervención sea mas eficaz.
Los primeros hombres y mujeres comenzaron a reunirse para cubrir sus necesidades, al principio se
agrupaban momentáneamente, pero luego el hombre se vuelve sedentario porque aprendió que para
mejorar, debía organizarse.
El hombre como sujeto tiene necesidades y trata de satisfacerlas en relación con otros, es a partir de
esta relación q podemos empezar a hablar de la posible existencia de grupos y organizaciones. La
organización es una manera de resolver necesidades individuales, familiares y comunitarias en forma
colectiva.
Las ORGANZIACIONES pueden ser definidas como espacios colectivos tanto del ámbito estatal como
publico-societal q teniendo un anclaje en el territorio, tienen continuidad temporo-espacial y están
destinadas a intervenir en los procesos de satisfacción de necesidades materiales q garanticen la
reproducción cotidiana de la existencia, como asi tmb de necesidades de participación y pertenencia.
Son espacios sociales que se constituyen mediante una red de relaciones entre las personas que la
conforman:
o Buscan satisfacer las necesidades en beneficio de las personas y de la comunidad: cuando
una organización comunitaria alcanza ciertos logros o beneficios, tmb los sujetos que participan
en ella se benefician.
o Tienden a lograr objetivos ya q al aglutinarse en función de necesidades o intereses, se busca
dar respuesta a ellos planteándose objetivos comunes.
o Pensar lo organizativo como un proceso o una practica implica ampliar el campo de una visión
mas alla de las organizaciones formales.
o La logia instrumental está en el origen de la mayoría de los propósitos asociativos, pero es
importante tener en cuenta que en estas organizaciones se combinan intereses estrictamente
corporativos con calores universalistas orientados por objetivos ciudadanos generosos.

La organización de la sociedad, las organizaciones comunitarias en el contexto:

11
La ubicación en la historia nos remite a momentos particulares del contexto que van dando vida a la
organización. Asi los principales hechos le imprimen a las mismas particularidades, de acuerdo al
proceso histórico, social económico y político.
Desde el contexto surgen problemas o necesidades q influyen en las organización o en algunos casos,
impulsan q las mismas surjan.
Contexto inmediato o significativo: comprende factores físicos (barrio, ambiente ecológico) y otros
factores humanos como los actores sociales, indiv, colec.
Contexto general: las políticas, los planes, la modificación e interacción de organizaciones .
Ambos contexto influyen en la organización, esta influencia puede ser negativa o positiva, por ello la
organización debe estar atenta.

Identidad colectiva: identidad nos referimos a un conjunto de relaciones y representaciones sobre


estas relaciones que los actores tienen concibiendo la misma en tanto construcción histórico-social.
Cual es el valor de analizar la identidad? Es importante porque a partir de ella se definen amigos y
enemigos, aliados y adversarios y el conocer estas características resulta fundamental.
Las relaciones y representaciones en torno a estas, suelen ubicarse en diferentes planos: 1)con los
iguales; 2) con los diferentes; 3) con los opuestos o enemigos.
Hablar de identidad colectiva supone al menos la elaboración compartida de un horizonte histórico
común, la definición de los propios en lalación de diferenciación u oposición.
La identidad colectiva supone el logro den una cierta coherencia, cohesión y continuidad, identificar a
los “otros” permite clarificar el sentido de pertenencia , el definir lo q no somos a través del otro, nos
permite clarificar lo que si somos. Nos distinguimos del otro pero respetamos la diferencia.
La composición de las identidades colectivas es heterogénea, abierta, inestable y dispuesta al cambio.
Son históricamente discontinuas. La identidad es un proceso de identificaciones históricamente
apropiadas q le confieren sentido a un grupo social y le dan estructura significativa para asumirse
como unidad.
Retomando a LACLAU, las relaciones de producción capitalista, al extenderse al conjunto del tejido
social, están generando una proliferación creciente de antagonismos y reivindicaciones nuevas.
Emergen en el escenario de lo publico como sujetos diferentes con problemáticas y reivindicaciones
particualres.

Acción colectiva cooperación y conflictos:


Toda acción colectiva puede generarse:
 Por restricción de expectativas y objetivos que los individuos depositan en la organización. La
organización no puede resolver ni hacerse cargo de todas las necesidades. Debe haber un
limite a lo que la organización puede dar respuesta.
 Por la manipulación afectiva o ideológica, definiendo solo algunos miembros el deber ser, los
objetivos y manipulando al resto.

La organización implica entonces como primer desafío resolver el problema de la acción colectiva
¿porque estamos juntos ¿, que propones y que ponemos en la organización? Como resolvemos
tensiones?.
La acción colectiva es un producto en proceso y un proceso de producción.
Colocamos como pares de análisis cooperación y conflicto, en tanto COOPERAR es operar con otros,
y en ese camino a la co-operación, emergen dia a dia situaciones CONFLCITIVAS q impiden u
obstaculizan la acción colectiva.
El conflicto, es estudiado por autores como Crozier y Friedberg desde la temática del poder, según
èstos, cualquier análisis serio de la acción colectiva debe considerar al PODER como centro de sus
reflexiones. Los seres humanos nos encontramos o generamos situaciones conflictivas, pueden darse
por:
o Suele haber intereses encontrado
o Se ve y se analiza la realidad de diferentes maneras, entonces un mismo hecho puede ser
justo o injusto segun quien lo mire
o No se respetan normas o acuerdos sobre el objeto o la situación en conflicto.

12
Los conflictos pueden resolverse:
 Aniquilando al otro
 Abviandolo
 A traves de la negociación.

Según Darehdorf: lo q puede lograrse es la regulación de los conflictos a traves de la negociación. La


negociación puede definirse como un acuerdo inteligente al que se arriba luego de considerar los
intereses de cada parte y del grupo o comunidad.
Participación: la gente participa en grupos y organizaciones por diversas cuestiones, pero
fundamentalmente por la posibilidad de satisfacer necesidades que no se logran resolver
individualmente.
 En la década del 50: las ideas y conceptos en torno a la participación se aplicaron y adoptaron
bajo la denominación de animación rural o desarrollo de la comunidad. La participación de la
gente estaba representada por su capacidad de organizarse y movilizarse en torno a
programas y acciones ya decididas en otros ámbitos.
 En la década del 60: la participación se proponía como un imperativo ético, una convivencia en
la q todos habrían de compartir responsabilidades tareas y decisiones.
 A mediados de los años 70: Huntington asociaba ingobernabilidad con exceso de participación,
seria la sobrecarga de demandas sociales dirigidas al Estado y la incapacidad de èste para dar
respuesta, lo que llevaría a la perdida de confianza de la ciudadanía en los políticas y en las
instituciones democráticas.
 En los 80: la participación debía ser una capacidad educada. La educación de tal capacidad se
entendió como un proceso en el cual el cambio cultural se provocaba a partir de una practica
de construcción de sociedad deseada que, en este caso, era empujada por los sujetos y no por
el estado o desde la evolución de la misma sociedad.
 Entrando a los 90: el neoliberalismo empezó a mostrar sus limitaciones y sus efectos no
proclamados: pobreza, aumento del desempleo.. esto favoreció el retorno a la preocupación
por la presencia y el papel del estado en la organización y funcionamiento de la sociedad.
 Desde el año 2001: observamos que las organizaciones locales cobran un nuevo lugar e
importancia en la escena publica, lo barrial-local vuelve a emerger como un lugar significativo
en la constitución de agrupaciones e identidades colectivas.

Con respecto a la participación existe una amplia variedad de definiciones:


o Hugo Quiroga afirma q la participación hace referencia a aquellas actividades que los
individuos desarrollan como parte de la interacción social, en diferentes espacios de la vida
social, se vincula al desarrollo de la forma de solidaridad y reconocimiento de la identidad
colectiva.
o Maria Teresa Sirvent plantea que participar significa incidir en las decisiones q afectan la vida
cotidiana, analizar problemas articular demandas, planificar, proponer. Ella plantea 2 formas de
participación:

_La forma REAL: cuando los miembros de una isntitucion o grupo influyen efectivamente sobre todos
los proceso de la vida institucional y sobre la naturaleza de sus decisiones. Ejercen poder real en el
proceso de toma de decisiones de la política institucional
_La forma SIMBOLICA: acciones que ejercen poca o nula influencia sobre la política y la gestión
institucional y que generan en los individuos o grupos, la ilusión de u poder inexistente.

La representación y la delegación: referirse a la representación implica tener en cuenta 2 dimensiones:


*Contenido: ¿Qué se representa? Una representación como visión del mundo compartida, como
simbolización: A) representación como visión del mundo DESCRIPTIVA( las cosas son asi); B)
representación como visión del mundo PREESCRIPTIVA(las cosas deben ser asi).

13
* Forma: ¿Qué y quienes se representan?Represetnacion como delegación, elección, selección de los
representantes del conjunto.

Representaciones sociales:
*Son ideas, pensamientos, imágenes, concepciones, percepciones, visiones y nociones de los
agentes, acotes-sujetos sociales acerca de sus relacione subjetivas e intersubjetivas, sonsico mismos,
con los otros y con la realidad socialemnte construida.
*Giddens plantea que es necesario entender los imaginarios sociales como un sistema simbolico q
produce un grupo o coelctividad a traves del cual se percibe, de divide, que tienen funciones de
legitimación o invalidación, exlusion inclusión, designa la identidad de un coelctivo y ordena la historia.

Ligados se encuentra el papel y la concepción de DIRIGENTES:


El modelo de dirigente q la sociedad presenta: exitoso, efiz, mediatico.
El modelo que la gente espera: democrático, eficaz, q logre cosas.
El modelo dirigente que los agentes externos creen, piensan, proyectan el de dirigentes democrático
resolutivo negociador.
Cuando hablamos de dirigentes hacemos referencia a aquel miembro de la organización que tiene la
responsabilidad de conducir las actividades del colectivo, contribuir a organizarse y representar a la
organización.

Articulacion:
Significa establecer relaciones con otros actores que faciliten la concreción de objetivos sociales y q
trascienden los intereses particulares de las organización y/o intuiciones involucradas. Podemos
hablar de:
_Articularnos territorialmente: establecemos relaciones sociales y políticas con entidades u
organización con las que compartimos el territorio,. Nos reconocemos como actores capaces de
pensar, coordinar y realizar acciones conjuntas.
_Articularnos sectorialmente: establecemos relaciones de solidaridad con otras organización o
grupos de nuestra misma naturaleza. Relacionándonos en espacios mayores de participación
colectiva. En función de intereses, problemas y necesidades comunes y proponer alternativas de
resolución
_Articularnos intersectorialmente: nos relacionamos con otras entidades o instituciones en función de
temáticas y problemas propios.

Ninguna de las articulaciones se excluyen una a la otra, ya que:


*aunamos e intercambiamos esfuerzo, recursos, experiencias y conocimientos.
*reconocemos q las necesidades e intereses que tiene los demás afecta al bienestar de mucha
población.
*ampliamos nuestros horizontes de participación
*aumentamos nuestra presencia social y nuestra capacidad de gestión.

Las organización comunitarias: potencialidades, limites. Aspectos en tensión.. no hay dos


organizaciones iguales.
Cuando hablamos de limites hablamos de puntos de tensión q se presenta en las organizaciones y q
generalmente suelen convertirse en obstáculos al desarrollo de las mismas. Entre las casusas
reconocidas como determinantes encontramos:
o Las distintas improntas de las etapas de desarrollo de la organización
o Las formas de comunicación y distribución de información entre dirigentes y dirigidos.
o Competencias y deserciones entre quienes trabajan por militancia social o pro la paga de algún
salario informal.
o Liderazgo o dirigentes que han permanecido en lugares claves con escasa alternancia en los
cargos importantes de conducción.
o Las formas normativas de funcionamiento acentúan las modalidades autoritarias y jerárquicas
de conducción impidiendo la promoción de espacios horizontales.

14
Potencialidades
 Comportamientos asociativos: existirá un proceso de socialización de la acción colectiva
que podría trasladarse a nuevas iniciativas cuando la realidad lo imponga. La participación
en organizaciones populares contribuye a desactivar la lógica del individualismo.
 Fortalecimiento de la identidad positiva: en tanto estas experiencias pueden permitir
encontrar/se con otros iguales y diferentes, y a partir de este reconocimiento entablar
acciones colectivas q mejoren sus condiciones de vida y modifiquen sus representaciones.
 Aprendizaje de comportamientos democráticos: aun cuando muchas veces no exista una
noción clara de democracia, mayoría de quienes valorizan los espacios colectivos
comunitarios como instancias donde es posible debatir, criticar, opinar, proponer.
 Cambio en las condiciones de vida y espacio compensatorio de ayuda mutua: con el
desempleo, el hambre, la crisis la violencia, una copa de leche, un techo, una fiesta, un
método anticonceptivo contribuye mejorar las condiciones de vida.
 Favorecer el desarrollo y crecimiento personal: cuando las personas lograr expresara sus
opiniones, tomar decisiones pro si mismas o realizar acciones a un objetivo,, se sienten
mas útiles y confiadas en si misma, lo q afecta positivamente su autoimagen y la valoración
de mi misma.
 Fortalece la motivación y el compromiso con la organización: cuando se promueve la
participación de las personas en tareas especificas y en al toma de decisiones e genera
una relación de cercanía entre los miembros y mayor compromiso e integración de grupo.
 Promover la democracia y el respeto por las diferencias: promover la participación implica
conocer y practicar una serie de normas, valores y actitudes que sirven como aprendizaje
para la vida colectiva y la participación en la sociedad.

(TEXTO 6) REPRESENTACION, DELEGACION Y ACCION COLECTIVA EN COMUNIDADES


URBANAS POBRES (FANFANI)
Para hacer cosas en común es necesario ser algo más que una agregación aritmética de
individuos. No es suficiente que un conjunto de personas compartan determinadas condiciones de vida
para constituirse en actor social.
La acción colectiva requiere, entre otras cosas, la instauración de un mecanismo de
representación. Este tiene básicamente dos dimensiones. Por una parte, se trata de generar y
compartir representaciones entendidas como visiones del mundo, tanto en el sentido descriptivo
(visiones y di-visiones-clasificaciones de las cosas) como prescriptivo (como deben ser las cosas).
Además, un grupo para actuar como tal precisa de la constitución de la representación como
delegación. Mediante este procedimiento, un miembro es elegido como representante y portavoz del
conjunto.
Las dos dimensiones de la representación constituyen ingredientes indispensables para la
constitución y funcionamiento de cualquier tipo de organización que pretenda la realización de
objetivos comunitarios.
Opinar es una forma de participación. También la producción de la opinión supone el uso de
recursos. Entre otras cosas requiere competencia (en términos de recursos expresivos) y autoridad. A
menudo muchas personas cuando son invitadas a hacer sugerencias o a proponer cursos de acción
específicos, se declaran incompetentes.
A modo de hipótesis general, puede decirse que existe una asociación entre la profundidad de
la situación de pobreza y las dificultades para participar. Esto vale tanto para la forma más simple de
expresión de una simple opinión hasta el hecho de emprender actividades colectivas.
Visiones y di-visiones de la pobreza
Aun en los espacios que desde afuera se consideran más homogéneos existen múltiples
factores de diferenciación. La pobreza es una realidad extremadamente heterogénea y diversificada.

15
El “arriba” y el “abajo” son categorías que expresan concretamente un ordenamiento físico, que
al mismo tiempo es un ordenamiento jerárquico. Arriba está el poder, los que tienen y deciden. Abajo
los súbditos. Una vez instalada esta distinción, funciona como esquema de percepción que separa a
las personas e impide cualquier acción colectiva estable. Esta distinción estructura el espacio urbano y
social.
Pero también existe un eje de oposición interna, con una cierta localización espacial. Los “del
fondo”. Allí también surgen los discursos que describen y condenan cierto tipo de pobreza. Se trata de
identificar a los “pobres por su culpa”, que no son merecedores de ninguna ayuda. Siempre aparece el
discurso acusador hacia aquellos que, o bien son más pobres que uno, o carecen de cosas que uno
tiene. No se trata siempre de cosas materiales sino de valores morales. La indignación moral funciona
como defensa, como forma de auto-presentación, en especial frente a los de “afuera”.
La desocupación y la poca voluntad de trabajo, por parte de algunos, constituyen dos factores
que la población asocia con la probabilidad de incurrir en prácticas delictivas. Según una
representación el desempleo no autoriza al que lo padece a permanecer ocioso, “sin trabajar”. Desde
esta perspectiva el trabajo es sobre todo una cuestión de voluntad.
Los pobres que no siempre han sido pobres, que han experimentado una trayectoria social
descendente, manifiestan un gran interés en distinguirse del resto de los pobres de la villa con quienes
comparten una situación objetiva de necesidad. La pobreza tiende a ser explicada como
consecuencia de una conducta moralmente condenable.
En muchos casos, la conciencia de la condición de pobreza contiene un claro conocimiento de
los determinismos sociales, y al mismo tiempo, una voluntad manifiesta de oponer la fuerza de lo
posible al destino más probable.
Pobreza extrema y obstáculos para la acción colectiva
Las condiciones objetivas de vida y las configuraciones que las expresan en la subjetividad de
los agentes condicionan las prácticas individuales y colectivas. Por ello, es preciso prestar más
atención a la lógica de la acción colectiva en contextos urbanos pobres.
Hay que preguntarse por que se realizan exitosamente algunas obras de interés general y
porque fracasan otras. Cooperar supone la posesión de predisposiciones específicas. La actitud
“natural” consiste en confiar en uno mismo.
La cooperación supone una cierta capacidad de tomar decisiones en grupo, de participar en
acciones que tienen objetivos que trascienden intereses particulares. Mientras más chico es el grupo
cooperante y más cerca se encuentran, más probable es la acción colectiva sostenida. Mayor es el
nivel de integración, más complejos son los problemas de la representación, representatividad, control
por parte de los miembros de la asociación, etc. La acción grupal no brinda siempre la seguridad de
ser beneficiado. Muchos prefieren que la ayuda vaya directamente a las familias. La mediación del
grupo genera incertidumbre acerca del destino final de los recursos asignados. Para comprometerse
en acciones colectivas se requieren recursos, entre ellos el tiempo. El trabajo en los hombres y el
número de hijos de las amas de casa, en muchos casos determinan la cantidad de tiempo disponible
para participar en actividades de interés común.
A veces el impulso inicial viene de afuera, la presencia de un agente externo constituye una
especie de catalizador, una voz autorizada que congrega a una pluralidad de sujetos para emprender
una acción de interés común. Este tipo de acción colectiva, además de local es acotada. La
organización que la promueve y realiza muere con la conquista del objetivo, está limitada a su
realización. Para cada necesidad hay una experiencia de organización, un proceso especifico, actores
determinados.
Las condiciones estructurales atentan contra la constitución de organizaciones fuertes, estables
y representativas aptas para administrar conflictos y para el logro de finalidades más generales.
También es muy común encontrarse con un conjunto de instituciones y organizaciones que
compiten por la representación en el barrio. No es fácil la convivencia y la realización de acciones
colectivas entre representantes de distintos intereses políticos, ideológicos, religiosos, etc que por lo
general no están ni capacitados ni predispuestos para la negociación y el acuerdo.
Mientras más críticas son las condiciones de vida de la población, mayor es la probabilidad de
encontrarnos con situaciones de fragmentación de la representación, organizaciones múltiples e
inestables, tendencias a la acción puramente individualista y desconfianza hacia toda forma de
autoridad local.

16
Las villas miseria tienen un carácter estructuralmente inestable. Esto no quiere decir que no
haya grupos estabilizados en las villas sino que es el caso menos frecuente. La mayoría se vive allí
porque no se tiene alternativa. Las instituciones y las relaciones sociales son siempre provisorias,
siempre amenazas por otras formas y relaciones. Todos los liderazgos deben trabajar
permanentemente por la revalidación de sus títulos. No hay legitimidad institucionalizada por un
procedimiento que haga previsible las vías de acceso al liderazgo, ni su cuestionamiento y duración.
Toda autoridad es sospechada. Las delegaciones son extremadamente inestables. La posición del
representante se encuentra siempre amenazada por alguno de los representados, los cuales, dada la
proximidad, pueden imaginarse estando en el lugar del representante y gozar de sus ventajas, sean
reales o imaginarias. En la comunidad local, las relaciones primarias impiden que se establezca esa
distancia entre representante y representados que hace posible muchas veces la “magia” de la
legitimidad.
Ante la pregunta de quienes serian los eventuales ejecutores legítimos de programas
asistenciales, muchos responden que confiarían más en personas que están por encima de las
disputas internas del barrio. En otros términos, puesto que de repartir se trata, muchos prefieren
confiar en individuos que están por encima (en términos de jerarquía social y conocimiento) de los
mismos necesitados para hacer esta tarea. Junto con la figura del asistente social aparecen otros
personajes que no entran en las “sospechas” como los sacerdotes y las religiosas.
Las evidencias indican que no estamos en presencia de una lucha donde las iniciativas de los
subordinados son explícitamente desconocidas y reprimidas por los dominantes. En realidad, estos
últimos dominan no tanto porque reprimen (o no escuchan) “la voz del pueblo”, sino porque los grupos
sociales muchas veces carecen hasta de las capacidades mínimas para expresar sus necesidades e
intereses y para transformarlas en demandas y objetivos.
Dilemas prácticos del asistencialismo
La asistencia se despliega básicamente como una acción directa de distribución de bienes o
servicios. Se trata de una relación estructuralmente asimétrica entre alguien que da y alguien que
recibe. Toda acción social tiene una elevada potencialidad de conflicto.
La asistencia, en su forma ideal-típica es particularmente arbitraria. Es difícil estandarizar
necesidades y prioridades como definir satisfactores adecuados a cada situación.
En general, las cualidades de los agentes distribuidores no son, en lo fundamental, rasgos
personales del sujeto, sino una especie de “efecto de institución”. No es lo mismo ser asistente social
que militante de un partido político, voluntario de una iglesia, o bien funcionario de gobierno. En todos
los casos, la pertenencia institucional activa distintas expectativas, actitudes y predisposiciones por
parte de la población-objeto de la ayuda social.
La pobreza en su estado más extremo y duradero genera una actitud proclive al
asistencialismo. La situación objetiva de necesidad no permite elegir.
Por lo general, todo reparto es insuficiente. La focalización tan buscada no es una operación
sencilla. Sin embargo, el asistencialismo es una intervención que por definición requiere criterios de
inclusión/exclusión. La misma población lo demanda. Un reparto indiscriminado que beneficia también
a quienes no tienen necesidades no goza de la simpatía de la gente. La mayoría de las veces
instauran una distinción entre el pobre que merece ayuda y el que no. El factor discriminante
generalmente es de orden moral.
Aquellos que actúan como intermediadores entre las instituciones asistenciales y los
pobladores adquieren una posición de liderazgo que no es conquistada, delegada o elegida. Por un
lado, hay que tener condiciones expresivas y aprender mediante la experiencia. Este “repartidor
cercano” precisamente en virtud de la vecindad espacial y social que lo une a los asistidos, tiene que
hacer un esfuerzo mayor para lograr un efecto de distinción, para que no sea confundido con los
demás.
Existen dos actitudes típicas de participación. Una es la predisposición a la asistencia, fruto de
determinadas condiciones objetivas de vida y de una experiencia concreta como usuario de
programas asistenciales. Otra es la participación obligada en programas que en el fondo, además de
brindar una ayuda producen una cierta insatisfacción en la medida que afecta la dignidad y autoestima
de los beneficiarios.
Instrumentalización política

17
El asistencialismo tiene una racionalidad política explicita. El reparto y la asignación de bienes y
recursos es siempre un trueque. Sin embargo, el carácter discontinuo, discreto, puntual del
intercambio asistencial no lo vuelve apto para construir legitimidades duraderas. Por el contrario sirve
para hacer “negocios” localizados y temporales.
Hay razones para dudar acerca de la existencia de una relación estable entre el reparto y el
voto. Sin embargo, la estrategia asistencial todavía constituye un instrumento útil para movilizar o
lograr afiliaciones partidarias.
El resultado es una percepción muy particular de la política como práctica. Se asocia a la
desunión, la lucha de intereses, la fragmentación, la mentira, las promesas incumplidas, la
inescrupulosidad ante los medios, el poder, entendido como capacidad de usar recursos públicos para
fines privados, la corrupción, etc.
Las condiciones objetivas de vida, por más estrechas y limitadas que sean, nunca determinan
completamente la conducta de los sujetos. Estos siempre actúan en forma inteligente y sus prácticas
no pueden ser interpretadas con modelos teóricos deterministas simples.

T. 7 LA RELACIÓN SUJETO-OBJETO EN TRABAJO SOCIAL: UNA RESIGNIFICACIÓN POSIBLE

Si pudiéramos detenernos hoy en el análisis del debate en el Cono Sur Latinoamericano en los
últimos años, en torno a las transformaciones en Trabajo Social., podríamos plantear el estado de la
cuestión señalando que se discute:
- La relación del Trabajo Social –Sociedad.
- Dentro de esta relación, se discute el rol y la construcción de Identidad del Trabajo Social.
- Y la relación Investigación – Intervención en Trabajo Social, que equivale a la vieja discusión de la
relación entre Teoría y Práctica en Trabajo Social.

se viene produciendo un proceso de CONSOLIDACIÓN DE NUESTRA PROFESIÓN.


consolidación como proceso que va permitiendo la superación de aquellos aspectos que por distintas
vías, hacían de la nuestra, una intervención indiscriminada. INDISCRIMINADA, en tanto no podía
justificar los intereses que la fundaban (religiosos, ideologicos, militancia de voluntariado, o la
racionalidad científica).
La línea de análisis de la especificidad ha sido, a nuestro criterio, uno de los caminos que
aportó en este proceso de consolidación de la profesión, combatiendo la indiscriminación, ambigüedad
y la imprecisión.
Tomamos entonces la línea de la especificidad, como condición previa a la interdisciplinariedad
y fundamentalmente como un intento de REAFIRMACIÓN DE NUESTROS SABERES Y DE
NUESTRO OFICIO, y además, como un protocolo que ha resultado muy útil para la acumulación
teórica.
Creo que el Trabajo Social en los 90’ está viviendo un momento INSTITUYENTE de LUCIDEZ
sobre sí mismo como espacio de una práctica social específica, democratizando nuestras razones, y
haciéndonos, por lo tanto, críticos. Se están pariendo nuevas significaciones, nuevas prácticas,
nuevas miradas. Quizá la historia del Trabajo Social pudiera ser contada en tres momentos: uno en el
que queríamos hacer, un segundo momento en que queríamos pensar lo que hacemos; hoy queremos
hacer, pensar lo que hacemos; pero además, queremos SABER LO QUE PENSAMOS. Para eso
estamos aquí.

Definimos formalmente a Trabajo Social en términos de INTERVENCIÓN FUNDADA. remite a


algunas cuestiones:
- El Trabajo Social tiene una naturaleza. Su naturaleza no es a priori,ni metafísica, sino
histórico-social, condicionada por las coordenadas de tiempo y espacio que van resignificando sus
elementos constitutivos; es decir que tiene un objeto, que se ha configurado como práctica social
primero y como práctica social profesional luego; para atender ciertos problemas, concretos y
específicos.
- A diferencia de la intervención indiscriminada, la intervención fundada produce una práctica
específica al intervenir ciertos objetos y hacerlo desde la racionalidad científica. No creemos que la

18
racionalidad científica genere una intervención mejor, sino una intervención específica, y esa es la
cuestión.

- Como ocurre con cualquier profesión de intervención, la nuestra presenta tres relaciones
problemáticas, algunos campos de tensión, que vienen siendo objeto de análisis a nivel del Cono Sur:
- Por una parte, la relación investigación – intervención. Una y otra responden a lógicas diferentes,
tiene objetivos diferentes. La investigación responde a la lógica explicativa de porqué las cosas son
o están como están, buscando respuestas fundadas a este problema. La intervención, en cambio,
responde a la modificación, a la transformación, a la restitución, al cambio, y SU EJE NO ESTÁ
CENTRADO EN EL ESPACIO RACIONAL. Contiene a lo racional como MEDIACIÓN, pero se
define en el campo de práctica real. Es la práctica real la que modifica: las ideas operan como
mediaciones.Es la mediación de la teoría, o del logos, o del sentido, la que hace que la práctica
redefina su significado. Pero es una lógica que se define en el terreno de la práctica –teóricamente
fundada-. Aquí radican las posibilidades de Trabajo Social, y también sus limitaciones.
- Por otra parte, otro campo de tensión radica en que, si Investigación e Intervención son diferentes,
y cuando planteamos relaciones de mediación entre ellas, estamos hablando de articulación. Esta
se da en un doble sentido:
 La investigación funda a la práctica de intervención. Sin la investigación la intervención
es indiscriminada. No la podemos justificar.
 La intervención determina a la investigación en Trabajo Social, le señala su finalidad. En
TS investigamos para intervenir. La intervención determina modos específicos de ver.

- El tercer campo de tensión que queremos marcar hace a la necesidad de discriminar entre
intervención y diagnóstico. Diagnosticar es aplicar saberes instrumentales a un quehacer, de
manera que hace parte constitutiva de la intervención; no produce conocimientos, sino que utiliza
saberes y también los produce; es directamente funcional a la intervención, tiene una finalidad
práctica; la investigación, en cambio, tiene por finalidad la producción de conocimientos
CON ESTO ESTAMOS AFIRMANDO ENFÁTICAMENTE QUE LA INTERVENCIÓN NO PRODUCE
CONOCIMIENTOS SINO SABERES. SI LA PROFESIÓN REQUIERE LA PRODUCCIÓN DE
CONOCIMIENTOS ESPECÍFICOS, DEBERÁ INDEFECTIBLEMENTE, APELAR A LA LÓGICA DE
LA INVESTIGACIÓN, QUE ES DIFERENTE DE LA LÓGICA DE LA INTERVENCIÓN.
La vieja distinción binaria entre saber y hacer ha sido reemplazada por la tensión saber-
conocer en la intervención.

Digamos, finalizando esta introducción, que cuando hablamos de INTERVENCIÓN no nos


referimos solo a un modo particular de hacer sino de ver. Para nuestro criterio los procesos de
reflexibilidad son vitales y constitutivos de la intervención. Pensar nuestras formas de ver: de esto no
se salva quien quiera hacer intervención, no es sólo para quien hace investigación, porque
precisamente nuestra profesión está puesta en el desafío de la INTERVENCIÓN SOCIAL. Pero este
desafío no remite solamente al cómo, sino fundamentalmente al por qué. La intervención no es mero
hacer, es el horizonte donde se juegan las miradas epistemológicas y de la teoría social.. Y según
como interpretemos el fenómeno, los caminos de intervención serán diferentes (Cada nominación está
designando de acuerdo a diferentes interpretaciones, y está remitiendo a estrategias de intervención
diferentes. Si queremos reformar las intervenciones asistencialistas, no hay otro camino que revisar las
interpretaciones)
El desafío sería, que a través de sus mecanismos de intervención y de investigación, Trabajo
Social devele las condiciones existentes en los ámbitos específicos que ocupa.

OBJETO: Al plantear que Trabajo Social es intervención fundada, que tiene una naturaleza,
estamos diciendo que tiene, un objeto, y que se requiere una teoría en torno al mismo. Hablar de
objeto de una disciplina es preguntarnos por el equivalente teórico de un campo de problemas reales
que demandan resolución; es afirmar nuevamente que los hechos hablan de acuerdo con las teorías
que los están sustentando, se accede a lo real a través de mediaciones, de articulación entre teoría y
empiria, entre expresiones de lo real y sus significaciones.

19
la intención es precisarlo y resignificarlo, en la convicción de su carácter histórico-social, para
afirmar la necesidad de refutar los contenidos categoriales a priori. La racionalidad hoy pasa por
reconstituir los fenómenos sociales en situación, recuperando para ello la pluralidad de las voces en
conflicto.

El campo del Trabajo Social se ubica, en la compleja intersección entre los obstáculos que
tienen los sectores subalternos para la reproducción cotidiana de su existencia, y la organización de la
distribución secundaria del ingreso. Trabajo Social interviene en los procesos específicos de encuentro
de los sectores subalternos con los objetos de su necesidad.Trabajo Social modifica los procesos a
través de los cuales los sujetos intentan defender, mejorar o adaptar sus condiciones de vida a través
de la demanda y de la búsqueda, de satisfactores. En torno al objeto tiene un lugar específico en la
lucha por las necesidades; y la lucha no se reduce a los procesos de asignación de recursos; termina
resolviéndose con la asignación de satisfactores, pero comienza mucho antes.
a modo de hipótesis Trabajo Social tiene un lugar específico en tres momentos fundantes de la
política de necesidades, y los tres son –o deberían constituirse- en objeto de Trabajo Social. Estos tres
momentos son:

1. La lucha por establecer o por negar el estatuto público de una necesidad dada, esto es, la
lucha por validar la necesidad como un asunto de legítima preocupación política o por
clasificarlo como un tema no político.

Este momento, constitutivo del objeto, requiere por un lado, el reconocimiento de la necesidad
de un discurso acerca de las necesidades, y por el otro, el reconocimiento de que en el campo se
encuentran en competencia una diversidad de formas de hablar sobre las necesidades de las
personas. Se trata, de la lucha por las necesidades, lucha simbólica, donde se juegan los recursos
discursivos disponibles por el colectivo a los fines de disputar legitimidad, frente a la colectividad
enfrentada con sus demandas. Bourdieu: “el mundo social es el lugar de luchas a propósitos de
palabras que deben su gravedad –y veces su violencia- al hecho de que las palabras hacen las cosas
en gran parte, y que cambiar las palabras... es ya cambiar las cosas... El combate para conocer
científicamente la realidad debe casi siempre comenzar por una lucha contra las palabras”. Hablamos
de diversidad de formas de hablar haciendo referencia al pluralismo, a la estratificación, al
reconocimiento de la existencia de discursos que son hegemónicos, autorizados y sancionados
oficialmente, y otros no hegemónicos, descalificados y descartados. Que los discursos hegemónicos
sobre las necesidades están institucionalizados en los terrenos discursivos y los discursos subalternos
sobre las necesidades suelen estar insertos en contextos subculturales y normalmente son excluidos
de los terrenos discursivos centrales.

aquí está la gran riqueza de este momento de la lucha si se piensa nuestra posibilidad de
articulación entre la dimensión académica y la dimensión de las prácticas sociales de los sectores con
los cuales trabajamos, en la competencia por otorgar estatuto político a sus necesidades. Uno de los
problemas sustantivos para nosotros es que lo que nos está faltando es un proceso de profunda
reflexividad que se exprese en nuevas palabras, sin lo cual no hay interpretación lúdica posible.
No hay hechos en sí, no hay necesidades en sí, las necesidades como cualquier otro hecho, no
tienen otra posibilidad de existencia sino siendo al mismo tiempo interpretadas. Cada vez que
enunciamos algo, tendremos que aceptar que hay versiones distintas del mismo hecho para que
desate el conflicto de interpretaciones. Si esto se generaliza, lo que cae primero es el argumento de
autoridad y el discurso absoluto.

2. La lucha por la interpretación de la necesidad, la lucha por el poder definirla y así


determinar cómo satisfacerla.
Este momento también es objeto de Trabajo Social; es tratar de reconocer que la interpretación
de las necesidades, una vez reconocido su estatuto público, no es simplemente dada, sino
problemática, que es muy importante develar quién interpreta las necesidades y a la luz de qué
intereses, para Trabajo Social es fundamental preguntarse en qué lugar de la sociedad, en qué
instituciones se desarrollan las interpretaciones autorizadas sobre las necesidades. Y reconocer,

20
además, que como resultado de esta relación asimétrica entre colocutores y cointérpretes,
comúnmente los miembros de los grupos subalternos vienen internalizando interpretaciones sobre sus
necesidades que van en contra de sus propios intereses.

3. Si estos dos momentos de la lucha –por otorgar un estatuto político a la necesidad y por su
interpretación- se resuelven favorablemente, recién entonces nos encontramos frente al
momento de la asignación de los recursos.

Recién entonces estaremos en condiciones de intervenir en los procesos de encuentro de los


sujetos con los objetos de su necesidad, porque se habrán convertido en focos de la intervención
social dirigida a regular las asimetrías, en forma más o menos estable, pero nunca de una vez y para
siempre; este momento plantea nuevos campos de tensión: esta vez se plantea entre discursos
opositores, estatistas y reprivatizadores, y también entre “expertos” que se disputan las necesidades
reconocidas, como objetos de su especificidad profesional. Mientras mayores recursos conceptuales
poseamos para afrontar este momento, mejor ubicados estaremos en la contienda del campo.

Los tres momentos, a mi entender, son, o deben devenir, objeto del Trabajo Social ya que no se
trata entonces tan solo de asignar recursos o de denegarlos, sino de la producción discursiva en la
lucha por las necesidades, por su constitución e interpretación como tal. Cada momento remite a
distintas estrategias, supone distintos actores e interlocutores. Pero en los tres momentos, se trata de
ACTOS E INTERVENCIONES.
Trabajo Social, por el nivel de su inserción en la dinámica social, se ubica como un experto
cuyo discurso opera como medio para traducir las necesidades en objeto de potencial intervención
estatal. Su particularidad es que, al trabajar con sectores subalternos, puede operar como PUENTE
PRIVILEGIADO entre las demandas de tales sectores y las instituciones estatales y agencias no
estatales que potencialmente pueden articularse para atender las demandas. Por otra parte, puede
intervenir activamente –hablamos de la dimensión socioeducativa- en la lucha por el despliegue de
interpretaciones alternativas a las hegemónicas, contribuyendo a su reposicionamiento como
interlocutores con mayor fuerza, recuperando su condición de miembros de grupos sociales, y no
como “casos”.
No se trata del esquema binario pobreza-modernización, ya no se puede pensar en estos
términos. La pobreza no es algo ajeno a la modernización, sino que la modernización produce
pobreza, y también desintegración. Todos los criterios binarios de categorización hoy estallan y deben
ser resignificadas a partir del reconocimiento de sujetos que pueden portar distintas posiciones en
campos específicos. Hoy es necesario reconocer que de los procesos simbólicos de expectativas de la
modernización, toda la población participa. Se trata de procesos que han permeado profundamente a
todos los sectores sociales. Por eso decíamos que los sectores populares internalizan los discursos
hegemónicos. Y además, al decir de Emilio Tenti, “la pobreza de condición produce pobreza de
disposición”, la pobreza no produce claridad, produce grandes dificultades para la práctica crítica.
La cuestión de los sujetos en también requiere una profunda resignificación, a partir de su
ingreso coactivo a universos culturales que les son ajenos.

Estamos proponiendo, resignificar nuestro objeto de intervención y redefinirnos desde nuestra


posición como intermediarios de servicios predefinidos, ampliando nuestra intervención como agentes
involucrados en la lucha por instituir un estatuto público a las necesidades y una la interpretación más
democrática y pluralista posible, en el espacio público societal. Y resignificar los sujetos con los que
trabajamos, alejándonos de toda tentación de mirada binaria.

Y aquí adquiere importancia, la distinción entre investigación e intervención. A través de la


intervención s vamos a constituir saberes acerca del tercer momento, pero de lo que se trata también
es de producir conocimiento, de explicarnos la lucha discursiva por otorgar estatuto público a las
necesidades y por otorgarles una significación específica. Esto requiere un proceso de investigación
social, que mejora nuestra intervención.
El tema es complejo, su puesta en práctica requiere no sólo claridad y voluntad sino capacidad
de accionar colectivo. Creo que, Trabajo Social tiene capacidad y potencialidad, y que además es

21
parte constitutiva de su especificidad la lucha por un nuevo estatuto político para la cuestión social, su
intervención en la tensa disputa por la intervención de las necesidades de nuestra gente, y finalmente
la intervención activa, en el proceso de encuentro de los sujetos con los objetos de su necesidad.
Entonces, creo, seguiremos enriqueciendo la esencia de nuestro oficio y el sentido de nuestra
profesión.

T. 8 ACERCA DEL OBJETO DEL TRABAJO SOCIAL

Nidia Aylwin de Barros, partiendo de la afirmación de que ni la ciencia ni la tecnología trabajan


con objetos reales sino construidos contra el sentido común, plantea que el desarrollo del Trabajo
Social como disciplina tecnológica, exige la construcción de su objeto superando la noción de
problema social del sentido común. Ello exige un proceso de esclarecimiento en torno al objeto-
proceso. Partimos diciendo que el objeto de intervención de una profesión es el equivalente teórico de
una necesidad demandada por la realidad, para cuya realización (satisfacción o redefinición) debe
ejercerse una función específica.
Por el hecho de que la nuestra sea una profesión de intervención (y el objeto, objeto de
intervención), la definición de objeto designa a través de conceptos la realidad del campo, y así la
teoría hace de la intervención una intervención fundada, y la inscribe, en el campo de las prácticas
científicas.
Intentamos asumir una posición constructivista según la cual el problema es una forma de
expresión de lo social, a la cual a través de mediaciones que tratan, de reconstruir las relaciones entre
las expresiones de lo real y sus significaciones. Esta perspectiva constructivista con relación al objeto
considera que el fenómeno inmediato no se construye en objeto, porque “el fenómeno inmediato no
presenta problemas”; tal fenómeno sólo se torna objeto cuando es problematizado por los objetos que
se proponen comprender, redefinir o modificar. La perspectiva debería estar orientada centralmente
por la teoría, que asume la conducción de la problematización de los fenómenos que intervenimos, sin
excluir otras dimensiones. (consideramos a la teoría un proceso de construcción permanente que
anticipa, adjudica un sentido a nuestras búsquedas y a nuestras intervenciones; una construcción
inconclusa, en tanto histórico-social, y en tanto los contenidos teóricos y las evidencias empíricas se
transforman mutuamente)
Lo dicho está queriendo señalar la importancia de fortalecer la inscripción de Trabajo Social en
el conjunto de las Ciencias Sociales pero con una advertencia: los marcos de referencia de nuestra
profesión generalmente se han conceptualizado desde los aportes de otras disciplinas; y esta
utilización requiere de un proceso de mediación que permita la resignificación crítica y situada de las
teorías sociales a las que apelamos, interrogadas desde nuestro campo.

Un recorrido por distintos autores que vienen planteándose el problema del objeto del Trabajo
Social en los últimos años permite señalar, en el proceso de discusión, por lo menos cuatro obstáculos
más o menos constantes:
 La tendencia a identificar el objeto con una de las categorías más amplias y abarcativas de la
dinámica social: el “problema social”, lo cual dificulta el necesario cierre del campo.
 La predominancia del sentido común como marco de referencia.
 El empirismo que entraña la consideración de los objetos que abordamos como “dados”, como
“hechos en sí” y que por lo tanto no requieren interrogación.
 la utilización sin mediaciones de las construcciones teóricas de otras disciplinas, tomadas como a
priori, y que conforman una visión formalista

una definición de Trabajo Social: “Profesión que orienta su intervención a la atención de


necesidades (materiales y no materiales) de personas, familias, grupos y poblaciones que tienen
dificultades para la reproducción de su existencia, promoviendo su vinculación con instituciones
públicas y privadas que disponen o pueden crear satisfactores. (claves: -Obstáculos para la
reproducción de la existencia. -Atención de necesidades materiales y no materiales. -Disposición o
creación de satisfactores)

22
Formulamos las siguientes hipótesis:
1. El campo del Trabajo Social es el campo de la reproducción cotidiana de la existencia
2. En los procesos de reproducción cotidiana de la existencia, Trabajo Social interviene en tanto se
presenten obstáculos a dicha reproducción, y sean socialmente reconocidos como tales,
estableciendo vinculación entre las necesidades y carencias y los satisfactores involucrados en la
intervención.
3. Los procesos de vinculación entre necesidades y carencias por un lado, y satisfactores por otro,
tienen una dimensión material y una no material; esta última incorpora las representaciones o
saberes y las relaciones entre los sujetos.

Estamos afirmando a través de estas tres hipótesis que nuestro objeto de intervención se sitúa
en Procesos –expresión con la cual apelamos a la idea de tránsito, de movimiento, de encuentro entre
sujetos, hechos, fenómenos y cosas– a través de los cuales se redefinen situaciones materiales, pero
también vinculares y simbólicas.

1. El campo del Trabajo Social es el campo de la reproducción cotidiana de la existencia


Todo campo profesional se estructura como una forma específica de respuesta a ciertos
problemas que devienen imperativos sociales y que plantean la necesidad de una práctica social
determinada. El imperativo social que configura el origen de Trabajo Social, está dado por los efectos
que las contradicciones que definen a la organización social, producen en los procesos reproductivos
particulares y sociales de los sectores subalternos.
La reproducción remite a tres niveles:
a) Reproducción biológica: Tanto en el plano familiar como social. El primero hace a la procreación
de los hijos, en tanto el segundo se refiere a los aspectos socio-demográficos (fecundidad y
crecimiento de la población)
b) Reproducción cotidiana: Se refiere al mantenimiento de la población existente a través de las
tareas domésticas de subsistencia.
c) Reproducción social: Contempla todas las actividades dirigidas al mantenimiento del sistema
social.

Sostenemos que Trabajo Social interviene en los procesos de la reproducción cotidiana que se
desarrollan fundamentalmente en el ámbito doméstico,que implica todas aquellas actividades de
producción y consumo cotidiano de bienes y servicios, así como las actividades ligadas a la reposición
generacional (procreación, cuidado y socialización de los hijos). De modo que el espacio público
comunitario también es constitutivo del ámbito doméstico, en tanto se centra en la provisión de
infraestructura básica y servicios sociales facilitadores de las tareas domésticas, como así también en
el desarrollo de procesos de capacitación y constitución de vínculos y actores.

2. En los procesos de reproducción cotidiana de la existencia, Trabajo Social interviene en


tanto se presenten obstáculos a dicha reproducción, y sean socialmente reconocidos como
tales, estableciendo vinculación entre las necesidades y carencias y los satisfactores
involucrados en la intervención.
La asimetría en la aprobación de las posibilidades de ser, estructural a nuestras sociedades,
produce efectos en las condiciones de vida de los sectores subalternos, que configuran un campo de
problemas que son los que han dado origen a nuestra profesión. Esta categoría –necesidades
sociales- ubicada en el centro de nuestra profesión.El situar como objetivo de nuestra profesión a una
dimensión tan amplia y propia de todos los procesos de interacción social, produce el siguiente efecto
en el ejercicio cotidiano:
- El trabajador social todo lo puede y todo lo debe, lo cual se traduce en la realización de infinidad de
tareas no profesionales,burocrático y voluntarista.
- Cualquiera que tenga sensibilidad social y se interese por los problemas sociales puede ser
trabajador social.

Esto está en en la necesidad de delimitar empíricamente y precisar conceptualmente el objeto,


en tanto elemento centralísimo de la especificidad del Trabajo Social.

23
Al respecto, hacemos nuestras las afirmaciones de Susana García Salord en cuanto a que sí,
intervenimos –como otras profesiones- en las condiciones de vida y en las circunstancias de la
interacción social, pero en cuanto se presentan obstáculos para la producción y reproducción de los
sujetos, e indirectamente, de la sociedad. Esta intervención en la esfera de los obstáculos a la
reproducción de los sectores subalternos, se produce, en procesos de búsqueda y encuentro de los
sujetos con los objetos de su necesidad: el objeto se constituye por la red de relaciones que va
tejiéndose entre los sujetos demandantes de satisfactores socialmente disponibles y necesarios para
la reproducción, y los agentes que disponen de los recursos.
Es inevitable la alusión a los procesos de distribución secundaria del ingreso, que si bien se
ubican a nivel estatal, van definiendo cuáles son los recursos socialmente disponibles, y para quiénes;
por lo que la referencia a estos procesos, no remite a un campo puramente estatal, sino
fundamentalmente societal, en tanto permea al conjunto de la sociedad civil, en cuyo seno se van
definiendo, qué satisfactores se demandan, cuales se inscriben como requerimiento para las
estrategias de vida de los distintos grupos sociales. Por eso decimos que la distribución secundaria del
ingreso trasciende la esfera estatal y compromete al conjunto de la sociedad civil.

3. Los procesos de vinculación entre necesidades y carencias por un lado y satisfactores por
el otro, tienen una dimensión material y una no material; esta última incorpora las
representaciones o saberes y las relaciones entre los sujetos.

a) En cuanto a la dimensión material:


Para conceptualizar, nos apoyamos en Agnes Heller
El hombre, en tanto ser genérico, es un ser de necesidades: es creador de los objetos de su
necesidad y de los medios para satisfacerla. Pero esta creación no es libre: está sometida y
condicionada por procesos de regulación, dirección, limitación, institucionalización. Es el orden
establecido el que crea ciertas necesidades y las crea a partir de cierto potencial de satisfacción.
Tanto las necesidades humanas como los deseos y capacidades para la creación de o el
encuentro con los satisfactores, están asimétricamente repartidos en virtud de diferentes posiciones
que los sujetos ocupan en la organización social. De modo que las posiciones ocupadas en el seno de
la sociedad por los sujetos, determinan su estructura de necesidades, o al menos, sus límites.

Norbert Lechner plantea una situación dilemática en cuanto al sistema de necesidades, que
llega a interiorizarse hasta formar parte de la estructura de personalidad. Expresa que, al mismo
tiempo que se puede demostrar la artificialidad de muchas necesidades en sociedades como la
nuestra, en el otro extremo se produce una manipulación de las necesidades al nivel de la
sobrevivencia física: expresa que, a menor nivel de necesidades, más fácil su satisfacción; es una
seudosatisfacción, que se logra mediante la restricción drástica de las necesidades. Se satisfacen
pocas necesidades de todos y muchas necesidades de algunos; la igualdad en la satisfacción se logra
a través de una mayor desigualdad en las necesidades.
Coincidentemente, Agnes Heller dice que en el Capitalismo es la posesión, el eje que preside la
articulación de la estructura de necesidades, y la posesión, en los sectores subalternos, se expresa
como necesidad de reducir los deseos a meras necesidades vitales, y que estos sectores han
aprendido y van aprendiendo a no pretender más que una satisfacción de las necesidades que les han
asignado.
Este nos parece un tema clave para Trabajo Social, sobre todo para aquellas estrategias de
intervención a realizar un mayor análisis de esta cuestión, y también para debatir cierta tendencia a
analizar las necesidades de la gente desde una estructura universal, supuestamente válida para
cualquier situación; además ayuda a repensar aquella expresión acuñada de “necesidades sentidas”
en cuanto aparentemente nos ligaría con los deseos libremente desarrollados por la gente, sin tomar
en cuenta las determinaciones sociales a las que hacíamos referencia.

Reconstruyendo el pensamiento de Agnes Heller nos parece útil plantear algunas categorías de
necesidades.La autora, plantea lo siguiente:

24
Estructura de necesidades

Necesidades necesarias: 1. Necesidades existenciales de sobrevivencia

2. Necesidades necesarias propiamente dichas

Necesidades propiamente humanas: 1. Necesidades alienadas


2. Necesidades no alienadas (radicales)

Necesidades existenciales de sobrevivencia: se refieren a la reproducción del hombre


particular, actual y futura (comprende el sustento de los hijos). No son naturales y universales, sino
históricas y sociales y dependen del desarrollo cultural y tecnológico. Pero, a diferencia de las
siguientes, prácticamente no contienen al deseo, son previas a él: están ligadas con las carencias más
imperiosas, de las cuales depende la vida.

Necesidades necesarias propiamente dichas:aquellas cuya satisfacción apunta no sólo a la


reproducción del hombre sino a la reproducción social, designan a aquellas necesidades que deben
ser satisfechas para que los miembros de una determinada sociedad sientan que su vida es normal, y
con ello presten su consentimiento a lo establecido (escolaridad televisión, etc) Son, necesarias a la
reproducción social, en tanto producción de sentido.

Necesidades humanas alienadas: son alienadas porque el fin se convierte en medio y el


medio en fin; el hombre se convierte en medio para otro hombre, y el bien económico se convierte en
fin en sí mismo.; la satisfacción es un medio para la valorización del capital. Se crean necesidades
nuevas allí donde la producción de ciertos satisfactores es más rentable, en detrimento de otros
fundamentales como puede ser el arte o el tiempo libre.
La alienación refiere también que la necesidad de tener; homogeneiza y reduce el resto de las
necesidades. El esfuerzo que requiere para los sectores subalternos, reduce hasta la clausura sus
pasiones, aptitudes y deseos.
En tercer lugar, la autora refuta la identificación de necesidades de la sociedad con el interés
general, negando la existencia de este último ya que se limitan las necesidades de unos hombres a
través de los intereses de otros hombres. El interés general, en la práctica, se revela como la
necesidad de los sectores hegemónicos. Si algunos sectores tuviesen necesidades que no coinciden
con el “interés general” significa que no han “reconocido” las verdaderas necesidades. Habría,
entonces, necesidades “reconocidas” y “no reconocidas”. Volvemos a la idea de necesidades
asignadas,(por el mercado y quienes lo manejan) aparece otro concepto clave: demanda, que no es
sinónimo de necesidad social, sino que expresa una magnitud de determinadas necesidades que
requiere para su satisfacción de la existencia en el mercado de cierta cantidad de artículos o recursos
no materiales. Si las demandas no coincidieran con la disposición de ciertos satisfactores, dicha
demanda estaría expresando necesidades falsas, o necesidades no reconocidas. Y allí donde existen
necesidades no reconocidas, se crean también “educadores” que enseñen a “reconocer sus
verdaderas necesidades” (implicancias para TS, en cuanto procesos socioeducativos propios de
función de educador social)

Refutando estas argumentaciones, Heller afirma que la antítesis no es necesidades


reconocidas/ necesidades no reconocidas, tampoco necesidades conscientes/ necesidades
inconscientes. La antítesis es realizar y no realiza las necesidades, necesidades susceptibles y no
susceptibles de satisfacción de una sociedad determinada. Son las necesidades no susceptibles de
satisfacción en una sociedad determinada, las que dan lugar a la constitución de las necesidades
radicales.

Necesidades radicales: O propiamente humanas, implican deseo consciente, intención


dirigida hacia los satisfactores, no importa que se trate de una mercancía, un sentimiento, un modo de

25
vida. Se desarrollan en el seno mismo de una sociedad determinada, pero no pueden ser satisfechas
dentro de ella, por no ser incorporables al sistema de necesidades de esa sociedad determinada. Las
necesidades radicales pueden motivar que los hombres, produzcan una formación social radicalmente
diferente de la precedente, cuyo sistema de necesidades –radicalmente nuevo- se diferenciará
cualitativamente de los pasados.

Ahora bien, ¿en qué nivel de la estructura de necesidades interviene TS?. Nosotros creemos
que lo hace a nivel de las necesidades necesarias a la reproducción del particular, y la reproducción
social. Que, como ocurre con cualquier práctica social, puede intervenir reproduciendo, los contenidos
alienados o desde una perspectiva crítica.
Para abonar nuestra afirmación acerca de nuestra intervención a nivel de las necesidades
existenciales y necesarias propiamente dichas, nos parece importante citar textualmente a Marshal
Wolfe: “…la asistencia se basa en la estructura de la sociedad, cualquiera sea ella. La meta de la
asistencia consiste en mitigar algunas manifestaciones extremas de las diferencias sociales, a fin de
que la estructura social pueda seguir basándose en esas diferencias. como el centro de atención es el
todo social, no hay razón para ayudar a la persona más de lo que exige el mandamiento statu quo
social. El punto de vista son los requisitos del orden existente, no las necesidades de la mayoría.

b) En cuanto a la dimensión no material:


Más allá de las profundas diferencias de objetivos y contenidos de las intervenciones, la nota
que las atraviesa es la siguiente: la intervención no se estructura a partir de carencias de orden
material, sino de problemas de relación y/o representaciones que producen conflictos.
Históricamente TS ha abordado las necesidades y carencias de sectores sociales, como así
también sus representaciones y su estructura vincular, independientemente del grado de
intencionalidad que esta intervención haya presentado, como así también de la perspectiva teórico-
ideológica que se haya asumido.
apelamos a que nuestra injerencia en las representaciones y en la estructura de las relaciones
cotidianas, sea reflexionada, intencional. El saber cotidiano se define como la suma de nuestros
conocimientos acerca de la realidad en la que vivimos y que utilizamos en la vida cotidiana, ya que
guía nuestras acciones.

No hay acción social que no implique una compleja estructuración de representaciones


simbólicas que orientan los estilos de vida por la mediación del sentido común. El sentido común
representa cierto esquema de interpretación a partir del cual concebimos a nuestra vida como normal
y natural, pero al mismo tiempo nos permite concebir los otros aspectos de nuestra vida. Las certezas
que es “sentido común”, expresan la construcción social de las pautas de convivencia y da cuenta de
los criterios de normalidad de grupos sociales en determinada época histórica.
construcción social del sentido común, refiere a la orientación que imprimen ciertos aparatos
formales: verdaderas usinas de constitución de pautas de conducta, y de identidad. Es importante,
para el Trabajo Social, descubrir la elaboración colectiva que realiza cada grupo social de su propio
sentido común, pero teniendo en cuenta que tal sentido siempre participa de una significación
colectiva,implícita o explícitamente, aceptando o rechazando los contenidos colectivos.

Trabajo Social, en sus múltiples intervenciones, se topa diariamente con aquello que Sartre ha
denominado “lo que hace el hombre con lo que han hecho de él”, y en esta dimensión puede ser de
dos tipos: aportando información que el sujeto desconoce, o criticando los contenidos de su esquema
de interpretación a partir de sus propios resultados. la información no sólo se refiere a la organización
y administración de los recursos, sino al plano de la prevención, o en la creación de nuevos
satisfactores a través de experiencias autogestionadas. Respecto a la segunda línea el Trabajador
social se ubicaría como agente externo y puede aportar intentando que los sujetos con los que actúa
pongan presentes aquellas rutinas que, por demasiado conocidas, nunca son registradas. es posible
solo a partir de sus propios resultados, cuando ocurre una “crisis”, y las certezas básicas elaboradas
como esquema resultan insuficientes

26
Cualquiera de las dos orientaciones exige al Trabajador social un conocimiento de la estructura
de los saberes cotidianos que cristalizan en sentido común, características sobresalientes:
- Su historicidad: En cada momento histórico varía el contenido. Hay cambios en cuanto al
contenido y a la extensión.
- Su pragmatismo: El saber cotidiano está destinado a resolver problemas cotidianos: responde a
objetivos prácticos, Para el saber cotidiano es verdadero el conocimiento que permite actuar
adecuadamente.
- Su gran estabilidad y cristalización: Sus contenidos son sumamente consistentes, precisamente
porque el único criterio de verdad es la acción. Su resistencia aparece en toda su magnitud cuando
se recibir críticas o impugnaciones.

A manera de síntesis
El objeto de Trabajo Social se sitúa en la delicada intersección entre los procesos de
reproducción cotidiana de la existencia, los obstáculos o dificultades que tienen los sectores
subalternos para su reproducción, y los procesos de distribución secundaria del ingreso TS interviene
en los procesos de encuentro de los sujetos con los objetos de su necesidad, y en ese tránsito
modifica no sólo condiciones materiales, sino también representaciones y relaciones sociales
cotidianas y con otras instancias de la dinámica social.

TEXTO: 9 ESTUDIOS LATINOAMERICANOS SOBRE CULTURA Y TRANSFORMACIONES


SOCIALES EN TIEMPOS DE GLOBALIZACIÓN – DANIEL MATO
Acerca de la idea de representaciones sociales:
La idea de representaciones sociales se define como formulaciones sintéticas de sentido, descriptibles
y diferenciables, producidas por actores como como formas de interpretación y simbolización de
aspectos claves de su experiencia social. En tanto unidades de sentido, las representaciones sociales
“organizan_” la percepción e interpretación de la experiencia.
Podemos pensar en las representaciones sociales como las palabras o imágenes “claves” dentro de
los discursos de los actores sociales. De este modo, orientan y otorgan sentido a las practicas sociales
que estos actores desarrollan en relación con ellas, y son modificadas a través de tales practicas.
Estas simbolizaciones envuelven o suponen, formas de interpretación y simbolización de aspectos de
la experiencia que producen los actores sociales en su participación de la vida social, es decir, en sus
relaciones con otros actores. Estas representaciones se originan y a la vez inciden en las formas de
“ver el mundo” o de interpretar la experiencia. De este modo, las representaciones sociales orientan
las maneras de actuar, es decir, las practicas sociales de los actores. Pero además, estas practicas
sociales a su vez inciden en las maneras de interpretar la experiencia, es decir, inciden en las
representaciones.
EJEMPLO.
Son particularmente significativas las representaciones de ideas de “identidades” y “diferencias” ya
que de ellas depende precisamente la mera existencia de los actores: la existencia de cada actor
social depende de la formulación de una cierta representación de identidad, y èsta está asociada a la
formulación de representaciones de diferencias.
El trabajo de Moscovici y de otros psicólogos sociales, postula que la idea de “representación social”
se aparea con la de “realidad”, es decir, supone que la “representación” lo es de una cierta realidad.
Mi idea de “representación” se aparea con la de “experiencia”. Esto supone q no hay una “realidad” por
“representar”, sino diversas maneras de interpretar y simbolizar la experiencia social. Por eso,
sostengo que las categorías analíticas que constituyen la base de las teorías y discursos académicos
no son sino un tipo especial de “representaciones sociales”, aquellas que se producen en los marcos
institucionales de las practicas académicas o científicas.
Asumo que las características de las “representaciones sociales” especificas dependen de las
peculiaridades de la “experiencia social” de los actores y que a su vez esta experiencia depende de las
representaciones que modelan la forma de interpretar y simbolizar las interacciones con otros actores
sociales, resulta obvio que lo único significativo que se puede estudiar son procesos o dinámicas y no
objetos o resultados.

27
Los actores sociales están siempre en (trans)formación y la idea es que en el caso de los actores
colectivos, estas (trans)formaciones dependen en buena medida de las interacciones de varios
individuos o colectivos dentro de ciertos marcos institucionales.

TEXTO: ¿COMUNIDAD? MEDIACION COMUNITARIA, HABITAR EFÍMERO Y DIVERSIDAD


CULTURAL – GABRIELA RODRIGUEZ FERNANDEZ
La sociabilidad(o el compartir valor y percepciones):
Si una base de la comunidad era compartir espacio, la otra era compartir valores y las percepciones
en base a las cuales se actúa en el espacio común.
La permanente movilidad laboral –vertical y horizontal- que profundiza la polarización social entre
integrados y marginales y la necesidad de adaptación permanente al mercado laboral cambiante
generan una ruptura de los vínculos de la socialidad laboral e institucional: el trabajador carece de un
grupo de referencia y de estructuras sindicales capaces de defender sus derechos. El espacio de
trabajo deja entonces de ser un punto de referencia valorativo y el individuo abandona la posibilidad de
(auto)definirse por la tarea que realiza.
Petras ha demostrado cómo esta mutación impacta también en las relaciones intergeneracionales: los
padres no pueden “legar” a sus hijos una forma de vida que les fue propia y los hijos no pueden tomar
al padre como modelo de referencia.
El segundo factor importante a la hora de relatar nuestras diferencias con el siglo pasado es el de la
inmigración y la diversidad cultural que comporta esta vez: distintas formas de entender la vida,
barreras lingüísticas y religiosas, etc. En el centro de la ciudad conviven dos de los grupos mas
desocializados: no trabajadores e inmigrantes con una amenaza permanente de marginalidad legal,
laboral y política.
Se produce una lucha excluyente por el espacio, tanto privado como publico y un choque entre los que
se definen como parte de la “cultura del trabajo” y la “cultura del servicio y el ocio”. El choque cultural
se compone de un elemento ligado a la pertenencia a otra etnia y de la habituación a otro modelo de
vida social, el de la precariedad en la sociedad de la información.
En este contexto, la función mediadora de las instituciones también se encuentra cuestionada.
Quienes se identifican como pertenecientes al espacio receptor, buscan en las instituciones
tradicionales respuestas a su incertidumbre. Dado que las instituciones intermedias no pueden
solucionar estos problemas q las exceden, se convierten en receptáculos de “demandas vacías”, que
no pueden ser respondidas ni vehiculizadas hacia arriba. A la vez, los grupos mas distantes del
modelo étnico-cultural con el que la sociedad receptora se autodefine sufren la falta de representación
y de institucionalidad reconocida, cuando estas demandas emergen, lo hacen de forma abrupta.
Se producen asi conflictos intergeneracionales e interculturales y se degrada la calidad de las
relaciones intergrupales. En el contexto de problemas de (in)definición de una identidad que se
reivindica, el individualismo y el desconocimiento. La respuesta discursiva del estado a esta situación
suele consistir en llamadas a la civilidad y a un tipo de integración que supone la asimilación de la
cultura minoritaria a la mayoritaria, a la que se supone una homogeneidad inexistente.
En este marco no es sorprendente que no exista ya la comunidad de valores, sino mas bien
demonización del “otro” acompañada de una definición del otro como todo lo no idéntico a quien define
como lo otro peligroso. La ciudad conflicto del siglo XXI, donde los ciudadanos no habitan y los no
ciudadanos sobreviven mejor que en sus lugares de origen.
Diferencia, Conflicto y Comunidad
La posibilidad de pensar la comunidad hoy se enfrenta a la necesidad de una profunda revisión que
comprenda que la diferencia entre los integrantes, la movilidad espacial y social y el manejo de la
variable temporal ya no son las mismas. El desafío es aceptar que la convivencia entre distintos
importa crear nuevas maneras de hacer permeables las estructuras sociales, convertirlas en redes
mas que en andamios, hacerlas capaces de sostener y conectar a aquellos que no tienen lugar en los
moldes sociales que sirvieron hace 100 años.
El nuevo tipo de comunidad en el que puede pensarse es el de la comunidad en red, que respete y
valore las diferencias y las movilidades.

Mediación comunitaria hacia la integración y mediación comunitaria con el modelo dialogico: dos
modelos conceptuales, dos modelos estructurales

28
Si el concepto de comunidad ha de ser sometido a revisión, la manera de mediar los conflictos
comunitarios recibirá el impacto de esa renovación. Con el apoyo de Berger podemos decir que mas
allá de la forma habitual de resolución de los conflictos, esto es, la imposición de una decisión por la
autoridad, hay dos enfoques conceptuales con los que es posible intervenir con espíritu mediador en la
gestion de los conflictos.
Hay dos modelos ideales de organización de la gestión de conflictos comunitarios que responden a
ellos: el primero de ellos el de la INTEGRACION, enfatiza el análisis de lo común que hay entre
aquellos que contienden: intereses, necesidades, conveniencias, etc. Y trabaja mirando al futuro para
resolver con base tales elementos comunes. Se trata de lograr una transacción entre los que disputan,
donde ambos cedan en función de sus propios intereses; la segunda opción, apoyada en una
comprensión dialógica del conflicto que incluye la diferencia como valor a partir del cual se construye,
supone un acercamiento a la SOCIOLOGIA DEL CONFLICTO. Una intervención mediadora y a la vez
transformativa: es la experiencia del proceso de revisión y análisis del conflicto emergente y
subyacente lo que aporta el índice de movilidad a las partes y en eso reside la esperanza de su
intervención. En la tarea, el mediador contribuye en un primer movimiento a la construcción del
discurso diferencial de cada parte, para luego intentar en el segundo movimiento yuxtaponer cada
discurso, cuestionando lo construido para dar lugar a una nueva construcción normativa común a
ambos discursos- tercer movimiento-
Si la sucesión de intervenciones tiene éxito propiciará la conversación de las visiones estructurales de
la sociedad en perspectivas mas cercanas a la red, en la que los diferentes se relacionan a partir de
lazos que no cuestionan la identidad sino que la refuerzan.
La practica de esta ultima perspectiva, aportaría elementos de flexibilidad a los grupos donde se
aplique, brindando herramientas para enfrentar los cambios, las movilidades y las desigualdades
materiales y simbólicas que producen nuestra sociedad de la información. Combinada con una
estrategia mas amplia de creación de instituciones intermedias alrededor de un programa de
mediación comunitaria de estas características podría conducir a la existencia de un soporte social
retroalimentado y flexible.
El modelo que hemos llamado aquí de mediación/ integración suele:
a) Tener una estructura de mediadores profesionalizados.
b) Ligados normalmente a la administración por una estructura funcionarial o a traves de la
tercerización del servicio.
c) Que intervienen a pedido de la administración, sin recibir casos de demanda “espontanea” ni
de derivación comunitaria.
d) Sin tener/mantener una relación directa y permanente con el tejido social
e) En sus intervenciones son fundamentales reactivas: responden a la existencia de un problema
y actúan en ese conflicto puntual y
f) Sus resultados suelen medirse en términos del numero de acuerdos alcanzados y la
evaluación suele realizarla la administración.

(podríamos llamarlo “tópico” en el sentido de que intervienen en conflictos aislados)

El modelo conceptual de la mediación dialógica, en cambio, utiliza y necesita de otro tipo de


estructura, de otro tipo organizacional. Asi, la tendencia a una medicación comunitaria dialógica suele
comportar:
a) Una estructura de mediadores profesionalizados, que trabaja en conexión con mediadores
voluntarios y con los mediadores naturales de esa comunidad.
b) No dependientes de la administración en una estructura funcionarial sino contratados ad-hoc
para llevar adelante un centro/proyecto.
c) Que intervienen por pedido de los propios involucrados, a demanda de la comunidad o por
derivación de la administración(fuente tripartita de casos)
d) Manteniendo una relación directa y permanente con el tejido social, funcionan en red no
solamente con los distintos niveles técnicos de la administración, sino también con la
ciudadanía organizada y no organizada.

29
e) Sus intervenciones son preventivas (funcionan para prevenir conflictos) proyectivas (intentan
remover las causas de los conflictos) y también reactivas (respondiendo a la existencia de un
conflicto), por lo que sostienen proyectos de intervención sostenida en la comunidad.
f) Sus resultados suelen medirse en términos de cantidad de vínculos establecidos con y entre
los ciudadanos, y de satisfacción expresada por estos, por ello, la evaluación suelen realizarla
los usuarios del sistema, los técnicos que derivan casos, las asociaciones que trabajan en el
territorio y los responsables de la administración.

(Èste podría llamarse “territorial” en tanto intenta poner raíces en el ámbito geográfico donde actua.)

TEXTO 10: LAS PRACTICAS SOCIALES UNA INTRO A PIERRE BOURDIEU. ALICIA GUTIERREZ
Bourdieu define a su enfoque como constructivismo estructuralista. Por estructuralismo
entiende que existen en el mundo estructuras objetivas independientes de la conciencia y de la
voluntad de los agentes, que son capaces de orientar o de coaccionar sus prácticas o sus
representaciones. Por constructivismo entiende que hay una génesis social de una parte de los
esquemas de percepción de pensamiento y de acción que son constitutivos de lo que llamo habitus.
El autor retoma el pensamiento relacional identificando lo real con relaciones por oposición al
pensamiento sustancialista que solo reconoce como realidades aquellas que se ofrecen a la intuición
directa. Pensar racionalmente es centrar el análisis en la estructura de las relaciones objetivas que
determina las formas que pueden tomar las interacciones y las representaciones que los agentes
tienen de la estructura de su posición en la misma de sus posibilidades y de sus practicas. El modo de
pensamiento sustancialista conduce a los mismos errores en la comparación no solo entre sociedades
diferentes sino también entre periodos sucesivos de la misma sociedad.
Pierre Bordieu tiene un rigor metodológico que queda atestiguado en dos hechos: primero sus
dos conceptos centrales habitus y campo constituyen nudos de relaciones. Un campo consiste en un
conjunto de relaciones objetivas entre posiciones históricamente definidas, y el habitus toma la forma
de un conjunto de relaciones históricas incorporadas a los agentes sociales.
Segundo, ambos conceptos son igualmente relacionales en el sentido en que se comprenden
uno con el otro.
Además es importante destacar que Bourdieu introduce la dimensión histórica en el modo de
pensamiento relacional, es decir el análisis tanto de las estructuras sociales externas como de las
estructuras sociales internalizadas comprende dos dimensiones la sincrónica y la diacrónica.
Hay ciertos enfoques que consisten en ubicar al actor social en el sistema de condiciones
objetivas en el que está inserto, sistema que, por coercitivo que sea nunca elimina totalmente el
margen de autonomía individual.
La acción social es explicada en términos de estrategia, partiendo de la hipótesis de que el
actor social selecciona aquella alternativa que, entre las que brindan sus condiciones objetivas,
considere acorde a sus intereses ligados a su posición dentro de ese sistema. Pero al considerar el
sistema de relaciones solo en su dimensión sincrónica sin tener en cuenta la historia del sistema en
términos de estructuración y restructuración de posiciones, y la historia incorporada al agente social en
forma de habitus, se pierde la posibilidad de explicar ciertas cuestiones como por ejemplo ¿que es lo
que hace que dos agentes que ocupan igual posición en el sistema, actúen de manera distinta?

TEXTO 11 CALIDAD DE VIDA Y PRAXIS URBANA : JULIO ALGUACIL GÓMEZ

4. Las necesidades humanas: descender un escalón en la complejidad

Introducción: En términos generales se tiene muy asumido que la naturaleza humana busca
una continua superación, de tal forma que la satisfacción de una necesidad se viene a considerar
como un punto de partida para acometer nuevas necesidades. Deben, por tanto, considerarse en todo
momento las transformaciones culturales, los cambios sociales y los nuevos valores que conllevan. Se
suele hablar de la aparición de nuevas necesidades, cuando con toda propiedad habría que hablar de

30
nuevas condiciones en permanente cambio que hace que las necesidades sean satisfechas de formas
diferentes. Las nuevas relaciones de producción nos hacen pensar en nuevas necesidades.

Persisten, por lo tanto, las necesidades de siempre, pero aparecen otras nuevas formas
sociales. Se establecen nuevos escenarios donde se precisan muy distintas maneras de satisfacer las
necesidades humanas. En las sociedades desarrolladas las nuevas manifestaciones son fenómenos
que se suceden con rapidez y que implican la necesidad de crear y reconvertir estrategias
institucionales y asistenciales, pero también nuevos valores sociales y formas de vida.

Un autor como TONI DOMENECH sostiene que la moderna cultura burguesa ha despertado
necesidades autodestructivas, incompatibles con la supervivencia de la especie en un futuro nada
remoto y con la justicia y la igualdad en el lacerante presente. Y lo que no es preocupante, ha
arruinado la capacidad de los individuos para conocerse a sí mismos, para controlar sus deseos y
formar buena parte de sus necesidades. Partimos de la idea de que las necesidades, aunque diversas,
son interdependientes (sinérgicas), no así los satisfactores; esto es, una primera distinción
entre necesidades y deseos, y también la oportunidad de un cierto sentido de las necesidades
humanas orientado a la equidad y la reciprocidad.

Principales aproximaciones a la Teoría de las Necesidades: antes de desarrollar las


distintas perspectivas parece pertinente hacer una primera aproximación de lo que han sido las
principales maneras de clasificar los tipos de necesidades.

La categorización de las necesidades: La categorización de las necesidades corre el riesgo


de establecer esquemas de jerarquización, que suponen de facto un aislamiento de unas categorías
de necesidades de otras, estableciendo, también, prioridades de unas sobre otras.

MASLOW establece cinco categorías de necesidades que se suceden en una escala


ascendente. Las organiza en dos grandes bloques de lo más objetivo a lo más subjetivo en tal orden
que el sujeto tiene que cubrir las necesidades situadas a niveles más bajos (más objetivas) para verse
motivado o impulsado a satisfacer necesidades de orden más elevado (más subjetivas). En el primer
bloque establece cuatro tipos:

1. Fisiológicas. más básicas, precisan de elementos materiales para su satisfacción, sin su


satisfacción no son posibles los impulsos para afrontar otras necesidades, y su ausencia amenaza la
propia supervivencia humana.
2. De salud y seguridad. Una vida segura, ordenada y cierta, donde se encuentran ausentes los
peligros y riesgos para la integridad personal y familiar.
3. De pertenencia y amor. voluntad de reconocer y ser reconocido por los semejantes. Sentirse
arraigados en lugares e integrados en grupos y redes sociales. Se refiere al ambiente social que debe
de posibilitar el contacto, la relación social, la amistad y la asociación.
4. De estima. Condiciones adecuadas para la evaluación personal y el reconocimiento de uno
mismo en referencia a los demás. La capacidad para sentirse miembro o parte de un cuerpo social de
pleno derecho.

En un segundo bloque se establece una quinta categoría lo que denomina como necesidades
de autorrealización o metanecesidades. Una vez cubiertas las demás necesidades estaremos en
condiciones de recibir impulsos hacia metas inagotables. Contemplan en esta categoría una mezcla de
valores: virtudes éticas, deseos y aspiraciones, desarrollo de capacidades, potencialidades. La
concepción maslowiana confunde las necesidades de las preferencias y deseos de los individuos. Esto
es puesto en evidencia por DOYAL Y GOUGH que rechazan este enfoque.

Desde otra perspectiva, historicista y dialéctica, cabe reseñar la establecida por AGNES HELLER.
Las necesidades se desarrollan por la continua superación de estadios históricos. La dialéctica de las
contradicciones en cada contexto se supera por la transformación de la sociedad en nuevas etapas

31
donde se lograrían satisfacer las necesidades plenamente. La principal autora de la Escuela de
Budapest clasifica las necesidades según:

1. Existenciales: necesidades básicas tanto materiales como no materiales (fisiológicas y de


sociabilidad).
2. Alienadas: de carácter cuantitativo, como la de poder, posesión, ambición y acumulación de
riqueza.
3. No alienadas: de carácter cualitativo, como las de amor, estima, amistad, actividad cultural, de
desarrollo personal.
4. Radicales: generadas por el capitalismo, las necesidades radicales conllevan la necesaria
superación del sistema capitalista, lo que implica una reestructuración global de la vida cotidiana en un
sistema que genera necesidades a la vez que es incapaz de satisfacerlas.

Según HELLER las necesidades se refieren siempre a valores, y son definibles sólo a partir de
estos. Sólo podemos considerar como necesidades aquéllas de las cuales somos conscientes. Se
constituye, por tanto, una jerarquía de necesidades siempre relativas, ya que las necesidades
universales se deben conseguir, pero sólo se pueden lograr tras una transformación revolucionaria del
sistema capitalista. Las necesidades radicales se expresan en términos de liberación como: la
liberación del trabajo, democratización de las instituciones, la mayor participación de los sujetos, etc.

Otros autores propugnan una categorización de las necesidades fundamentada en una base de
universalización de las necesidades humanas, y para ello asignan un sentido estratégico inherente
para alcanzar su satisfacción. En este sentido, las necesidades humanas siempre representan
objetivos comunes que persiguen todos los individuos en cualquier contexto social y cultural. Lo que
varía son los medios y las formas de lograr las satisfacciones

GALTUNG parte del supuesto de que por cada necesidad identificable existe algún medio que
puede satisfacerla. Distingue entre:

1. Básicas materiales: Fisiológicas. Ambientales, individuales. Ambientales, protección del grupo y


de la familia. Salud, Educación, en el sentido de autoexpresión/diálogo. Libertad de expresión
2. Básicas no materiales: Creatividad. Identidad. Autonomía. Compañía. Participación.
Autorrealización. Sensación de que la vida tiene un sentido.
3. No básicas: Optimización de las necesidades básicas a través de un uso solidario de la
tecnología. Denomina como «desarrollo excesivo» cuando se consume por encima de un máximo
social o nivel tope.

GALTUNG establece también, lo que denomina como medios materiales de satisfacción cada
uno de los cuales puede ayudar a cubrir distintas necesidades. Por su parte, MAX-NEEF distingue entre
necesidades, satisfactores y bienes económicos. Si, por una parte, los bienes económicos tienen la
capacidad de afectar la eficiencia de los satisfactores, éstos, por otra parte, serán determinantes en la
generación y creación de aquéllos.

 Las necesidades: constituyen un sistema. No están ordenadas jerárquicamente y existe una


reciprocidad simétrica entre ellas. Son finitas, pocas y clasificables, siendo las mismas en todas las
culturas y en todos los períodos históricos. MAX-NEEF combina dos criterios posibles de
desagregación:
1. Según necesidades humanas fundamentales.
2. Según modos de experiencia.
 Los satisfactores (medios para satisfacer las necesidades) son, por tanto, lo que varía en
función del contexto cultural:
1. Los violadores o destructores. Al ser aplicados con la intención de satisfacer una
determinada necesidad.

32
2. Pseudo-satisfactores. Estimulan una falsa sensación de satisfacción de una necesidad
determinada.
3. Inhibidores. Sobre satisfacen una necesidad determinada dificultando seriamente la
posibilidad de satisfacer otras necesidades.
4. Singulares. Se dirigen a la satisfacción de una sola necesidad,
5. Sinérgicos. Por la forma en que satisfacen una necesidad determinada, estimulan y
contribuyen a la satisfacción simultánea de otras necesidades.

Los satisfactores sinérgicos se impulsan de abajo hacia arriba. Son endógenos, liberadores y
contra hegemónicos.

 Los bienes económicos son los objetos (artefactos, tecnologías) que contribuyen a la
competencia operativa de los satisfactores, es decir son la materialización de las necesidades.

Por último, DOYAL Y GOUGH sostienen que las necesidades humanas se construyen
socialmente. Establecen una distinción entre necesidades básicas y necesidades intermedias:

1. Las necesidades básicas son para DOYAL Y GOUGH: la salud física y la autonomía de acción o
de urgencia, los medios requeridos para satisfacerlas varían según las culturas. El cumplimiento de
ese nivel óptimo lleva a un proceso Autonomía Crítica entendida como libertad de acción y libertad
política.
2. Las necesidades intermedias se conciben como aquellas cualidades de los bienes, servicios y
relaciones que favorecen la salud física y la autonomía humanas en todas las culturas. DOYAL Y
GOUGH establecen once necesidades intermedias:
o Alimentación adecuada y agua potable.
o Vivienda que reúna las características adecuadas.
o Ambiente de trabajo libre de riesgos.
o Medio físico sin riesgos.
o Atención sanitaria apropiada.
o Seguridad en la infancia.
o Relaciones primarias significativas.
o Seguridad física.
o Seguridad económica.
o Control de nacimientos, embarazo y parto seguros.
o Enseñanza básica.

La perspectiva naturalista: desde el mecanicismo neoclásico al utilitarismo neoliberal. No hay


duda que en el contexto histórico actual donde triunfa la ideología naturalista radical, el neoliberalismo
de libre mercado, éste impera sobre la concepción que defiende la existencia de unas necesidades
absolutas que deben ser canalizadas por el Estado y ser satisfechas por el aparato productivo, y
también predomina sobre el funcionalismo que preconiza que a cada necesidad le corresponde una
función y viceversa.

Esa lectura del utilitarismo radical incide en que las necesidades no son producidas
socialmente, sino individualmente según la capacidad de consumo de cada uno. Desde esos
postulados se construye una paradójica consecuencia: las necesidades son subjetivas y sólo se
pueden objetivizar considerándolas como demandas. Son los propios sujetos, individualmente, los que
deciden qué es lo que necesitan, pero que sólo el mercado es capaz de regular estimulándolas. La
perspectiva naturalista tiene en común un rechazo implícito a una representación objetiva y universal
de las necesidades humanas. Para el neoliberalismo «la necesidad como fenómeno social no tiene
validez económica.

La perspectiva marxista: la ambivalencia entre universalidad y relatividad: Las referencias


aisladas que MARX expresa, sobre las necesidades, a lo largo de su obra mantienen un marcado
33
carácter ambivalente que se debate entre la universalidad de las necesidades y la subjetividad de las
mismas, marcada por un contexto de modelo capitalista. Será la clase trabajadora, como sujeto
revolucionario, la que llevará a la liberación de la humanidad y a la satisfacción de unas necesidades
que parece que se invocase en términos de universalidad.

La primera tarea será, el cambio social, y no la satisfacción de las necesidades universales.


Sólo la transformación social creará las condiciones necesarias para satisfacer las necesidades de
forma universal. Es esa lectura la que predomina y de la que se derivan los posicionamientos
principales dentro de la(s) teoría(s) marxista(s) pudiéndose resumir en que:

1. Cada formación social tiene sus propias necesidades variables. Las necesidades, por tanto,
vienen determinadas por el carácter histórico y cultural de cada sistema social que hace
contraproducente los juicios sobre las necesidades desde la comparación de sistemas de necesidades
distintos.
2. La satisfacción de las necesidades no puede excluir su relación estructural con el sistema en
que se generan, en nuestro caso, el capitalismo. MARCUSE establece una diferencia entre falsas
necesidades y verdaderas necesidades, La satisfacción de las primeras no es otra cosa que la euforia
dentro de la necesidad, y las segundas se explicitan socialmente sin ser suscitadas por un aparato
inductor.
3. Las necesidades son represivas por lo que es necesario despojarse de ellas contraponiendo
nuevas necesidades. La negación de las necesidades represivas, las
denominará HELLER como necesidades radicales germinadas en la sociedad capitalista, a
consecuencia de procesos de en la sociedad civil.

La perspectiva culturalista: La no resuelta vinculación entre lo micro y lo macro. Las


necesidades se construyen culturalmente, pero desde ese supuesto se abren muy diferentes
posibilidades, en la medida que la dimensión de lo cultural es compleja y diversa, y esto tiene su
traslado en la configuración de distintos enfoques. Se conjugan los enfoques macro-culturales y micro-
culturales. Designamos aquí los aportes más significativos:

1. El posmodernismo se preocupa del dominio de la cultura del consumo, una macro-cultura


podríamos decir, que significa la negación mágica y definitiva de la escasez. Es el reino de los objetos-
signo que no están en absoluto ligados a una función o necesidad definida. La naturaleza de las
necesidades en una sociedad de consumo no tiene sentido.

BAUDRILLARD radicaliza y lleva hasta sus últimas consecuencias los postulados críticos
de MARCUSE: el origen y desarrollo de la necesidad es inseparable del poder, haciéndose imposible la
transformación del poder en el que se sustenta el modelo, ya que es éste el que determina, programa
y canaliza todas las necesidades de la abundancia (del deseo). Los signos-objetos deseados son
patrimonio de las clases dominantes y los demás colectivos sociales sufrirán una ansiedad
permanente en el deseo sublimado de alcanzar igual status, lo que a su vez hace permanecer al
sistema productivo y perpetuar los mecanismos de poder. Sólo hay necesidades (de deseo)
producidas, porque el sistema las necesita para su reproducción.

2. El posmarxismo radical se pronuncia claramente contra el imperialismo cultural de la macro-


cultura que se cierne sobre las subculturas o micro-culturas. Hay una pluralidad de culturas y las
necesidades de forma diferenciada se construyen socialmente en cada una de esas subculturas. Se
aboga por una Democracia radical plural que sea capaz de articular la mayor cantidad de luchas
democráticas que reivindiquen las necesidades objetivas de los sectores oprimidos y desposeídos.
3. El enfoque etnometodológico es el análisis del cuerpo de conocimiento de sentido común y de
la gama de procedimientos y consideraciones por medio de los cuales los miembros de la sociedad
dan sentido a las circunstancias en las que se encuentran, hallan el camino a seguir en esas
circunstancias y actúan en consecuencia. Quienes se inscriben en esta escuela dirigen sus esfuerzos
al análisis de la vida cotidiana en un nivel microsocial. Se puede decir con toda propiedad que este

34
enfoque es una las perspectivas micro más extremas de la teoría sociológica. Para los
etnometodólogos las necesidades son construidas socialmente, a través de las interacciones de la
vida cotidiana, pero a la misma vez son dinámicas y subjetivas, en función de los condicionantes del
entorno y de la cultura específica de cada estructura micro. Los métodos conversacionales y los
discursos de los grupos concretos son la manera de revelar las necesidades que producen y
reproducen esos mismos grupos.

Desde esta perspectiva los agentes humanos son competentes en cuanto al conocimiento
de su sociedad y sólo ellos saben realmente cuáles son sus necesidades. La metodología del
investigador será aportar la racionalización y organización reflexiva de los comportamientos sociales.
Son muy diversas las críticas realizadas a la perspectiva etnometodológica, siendo la objeción más
común aquella que pone en evidencia la falta de contemplaciones respecto de las implicaciones que
las macroestructuras ejercen sobre las microestructuras. La omisión de la presencia del poder y de la
fuerza coercitiva de las instituciones sobre la vida cotidiana es una de los principales olvidos.

La perspectiva eco-humanista: Hacia la difícil vinculación entre lo micro y lo macro. La idea


que se tiene de las necesidades se vincula estrechamente con el Desarrollo Humano, por lo que las
necesidades humanas tienen un carácter universal que es equivalente para todos los seres humanos.
Ello no excluye la idea de que las necesidades se construyen socialmente.

Hay, en consecuencia, desde el eco-humanismo un empeño por buscar un concepto operativo


de la necesidad, y de la satisfacción de la necesidad, que se debate entre los vericuetos de la
heterogeneidad. La resolución de las interacciones micro-macro viene orientada desde esa estrategia
dual que se manifiesta en forma de propuesta: complementar de forma óptima lo macro con lo micro,
en una estrategia que algunos han denominado como gestión pluralista del Estado de Bienestar. Se
propone una tercera vía entre el Estado y el Mercado, que desde la sociedad civil implique la máxima
participación social y el máximo control democrático. En otro orden de cosas, la perspectiva, acepta en
sus términos más genuinos la idea de sostenibilidad ecológica que viene a significar la confluencia de
la solidaridad diacrónica (con las generaciones venideras) y sincrónica (con los excluidos de las
periferias sociales). Se trata de limitar, y evaluar, social y ambientalmente las consecuencias del
exceso de consumo, la redistribución adecuada de los recursos y el tándem pobreza-externalidades
ambientales.

La articulación de las necesidades humanas: un paso hacia el concepto de Calidad de Vida: En


este momento nuestra labor consistirá fundamentalmente en la construcción de las relaciones entre
aquellos aspectos que nos sirven para conectar la idea de necesidades con la idea de Calidad de
Vida.

Las necesidades son (tienen sentido), si se consideran universales: No podemos entender la


reproducción de la especie humana y de sus formas societarias sin la existencia de aquellos
mecanismos que posibilitan permanentemente la satisfacción de las necesidades humanas. Ahora
bien, tenemos que establecer una diferencia entre necesidad (ausencia o carencia de algo
imprescindible) y el hecho de satisfacerla (proceso a través del cual desaparece la ausencia o
carencia). En ese sentido, las necesidades no se construyen socialmente según el contexto, más bien
se satisfacen socialmente (de una forma o de otra, con unos medios u otros, según el uso y abuso de
recursos).

La relación entre las necesidades en sí y la satisfacción de las mismas viene marcada por una
tensión dialéctica. Esa doble condición se debate permanentemente entre la carencia (necesidad en
sí) y la potencia, o proyecto. En el primer caso sólo tenemos la conciencia de la existencia de la
necesidad, en el segundo se trata de la conciencia de las formas de satisfacción de las necesidades y
de la actividad consciente dirigida a su satisfacción. Si consideramos en primer lugar la necesidad
exclusivamente como cualidad de la privación, nos inscribimos en el ámbito que la acepta como
estado natural y cuya solución, exógena para los implicados, significa la institucionalización de la

35
carencia. En esta lógica el papel del Estado sería determinante para la satisfacción de las
necesidades.

Por el contrario, si consideramos aisladamente la necesidad como posibilidad ilimitada se


requiere de una intervención del aparato productivo que también es ajena a los individuos y se
produce una mercantilización de las aspiraciones (deseos). El papel del mercado sería el determinante
para la satisfacción de los deseos. Sin embargo, la desigual accesibilidad al consumo hace de la
satisfacción de las aspiraciones una quimera. En esa cultura del consumo es concluyente la pérdida
del sentido de los límites de las aspiraciones y de las vinculaciones de los sujetos con los sujetos, y de
los sujetos con la naturaleza.

La tensión entre la acción del Estado y la acción del Mercado, entre la necesidad en sí, y las
formas y medios de satisfacerse, precisan de una complementación que abra vías a nuevas
estructuras que permitan la acción consciente y responsable de los sujetos. El hecho de descubrir las
necesidades, de gestionar los recursos y medios para satisfacerlas, por los propios sujetos y colectivos
afectados, en un proceso de hacerse, es lo que se ha identificado por algunos teóricos como «la
nueva organización de la comunidad».

Ese es nuestro objeto de estudio en este trabajo y ese es nuestro afán por demostrar cómo las
necesidades son objetivas cuando las objetivizan los propios sujetos a través de procesos de
participación activa, y son subjetivizadas cuando quedan fuera de su control, cuando son
normativizadas por élites políticas y administrativas separadas de los individuos y/o inducidas por los
mecanismos del mercado. Identificamos las necesidades humanas fundamentales con una
combinación híbrida de las dos categorías de necesidades básicas desarrolladas por DOYAL Y
GOUGH y las nueve necesidades humanas fundamentales establecidas por MAX-NEEF; las necesidades
básicas y universales serían:

1. La salud física: subsistencia, protección, afecto e identidad.


2. La Autonomía: comprensión, participación, creación, recreo, identidad y libertad.

Necesidades
según categorías Necesidades según categorías existenciales
saxiológicas
SER TENER HACER RELACIONES
1-Salud física,
salud mental, 3-Alimentarse,
2-Alimentos, cobijo, 4-Entorno vital, marco
SUBSISTENCIA equilibrio, sentido procrear,
trabajo social
del humor, descansar, trabajar
adaptabilidad
6-Sistemas de
5-Asistencia,
seguros, ahorros, 7- Cooperar,
adaptabilidad, 8- Espacio vital,
seguridad social, prevenir, planificar,
PROTECCIÓN autonomía, entorno social,
sistemas sanitarios, ocuparse de curar,
equilibrio, vivienda
derechos, familia, ayudar
solidaridad
trabajo
AFECTO 9-Autoestima, 10-Amistades, 11-Hacer el amor, 12- Vida privada,
decisión, relaciones familiares, acariciar, expresar intimidad, hogar,
generosidad, relaciones con la emociones, espacios de unión
receptividad, naturaleza compartir, ocuparse entre personas.
pasión, de cultivar, apreciar
sensualidad,
sentido del

36
humor,
tolerancia,
solidaridad,
respeto
13-Conciencia
crítica,
14-Literatura, 15- Investigar, 16- Marcos de
receptividad,
maestros, método, estudiar, interacción formativa,
curiosidad,
COMPRENSIÓN políticas educativas, experimentar, escuelas,
asombro,
políticas de educar, analizar, universidades, grupos,
disciplina,
comunicación meditar comunidades, familia
intuición,
racionalidad
17-Adaptabilidad,
receptividad, 19- Afiliarse,
20- Marcos de
solidaridad, cooperar, proponer,
18- Derechos, relaciones
disposición, compartir, disentir,
responsabilidades participativas, partidos,
PARTICIPACIÓN decisión, obedecer,
deberes, privilegios, asociaciones, iglesias,
dedicación, relacionarse, estar
trabajo comunidades, barrios,
respecto, pasión, de acuerdo,
familia
sentido del expresar opiniones
humor
21- Pasión,
24- Marcos
decisión,
productivos y de
intuición,
23- Trabajar, reaprovechamiento de
imaginación, 22- Habilidades,
inventar, construir, información,
CREACIÓN audacia, oficios, método,
diseñar, componer, seminarios, grupos
racionalidad, trabajo
interpretar culturales, espacios
inventiva,
para la expresión,
autonomía,
libertad temporal
curiosidad
25- Curiosidad,
sentido del
27- Divagar, 28- Privacidad,
humor,
26- Juegos, abstraerse, soñar, intimidad, espacios de
receptividad,
RECREO espectáculos, clubes, añorar, fantasear, encuentro, tiempo
imaginación,
fiestas, paz mental evocar, relajarse, libre, ambientes,
temeridad,
divertirse, jugar paisajes
tranquilidad,
sensualidad
31-
30- Símbolos, Comprometerse,
29- Sentimiento
lenguaje, religión, integrarse, 32- Ritmos sociales,
de pertenencia,
hábitos, costumbres, enfrentarse, decidir, marcos de la vida
consistencia,
IDENTIDAD grupos de referencia, conocerse a uno diaria, ámbitos de
diferenciación,
sexualidad, valores, mismo, pertenencia, etapas de
autoestima,
hormas, memoria reconocerse a uno madurez
afirmación
histórica, trabajo mismo, realizarse,
crecer
LIBERTAD 33- Autonomía, 34- Igualdad de 35- Discrepar, 36- Plasticidad
autoestima, derechos elegir, ser diferente espacio-temporal
decisión, pasión, de, asumir riesgos,
afirmación, desarrollar

37
amplitud de
consciencia,
miras, audacia,
comprometerse,
rebeldía,
desobedecer
tolerancia

Los satisfactores: como límite, o como potencia: Es indispensable establecer una distinción entre
ambos conceptos. Mientras que la necesidad viene determinada por nuestra propia esencia, es decir,
son atributos esenciales que evolucionan al ritmo de la evolución de la propia especie, los
satisfactores son la forma de hacerse presente la necesidad diacrónicamente, y evoluciona al ritmo de
la evolución cultural. Los satisfactores se refieren a todo aquello que, por representar formas de ser,
tener, hacer y estar, contribuyen a la satisfacción de las necesidades básicas; un conjunto de
elementos instrumentales materiales y no materiales: a todos los objetos, actividades, relaciones,
estructuras, prácticas, que median en la satisfacción de nuestras necesidades y, por tanto, no se
refieren exclusivamente a los bienes económicos materiales. Así pues, podemos dividir a los
satisfactores en:

1. Objetos obtenidos directamente del medio natural, o por transformación del mismo a través de
la tecnología.
2. Estructuras sociales que conforman sistemas de organización y de relaciones.

La coherencia de la distinción entre necesidades y deseos. Cuando hablamos de satisfactores


de actualización y apoyo a las necesidades universales, como necesidades intermedias, hablamos de
potencia. Cuando hablamos de los satisfactores como medios que se convierten en fines en sí mismos
(sistema de consumo) habría que introducir el concepto de límite. Los deseos son a la vez ilimitados y
limitadores (subjetivización de lo objetivo). Las necesidades son a la vez limitadas y de potencia
continuada (objetivización de lo subjetivo).

El que un satisfactor pueda tener efectos contrarios, de limitación o de potenciación, depende


no sólo del propio contexto, sino también en buena parte de los bienes que el sistema crea, de cómo
los produce y de cómo organiza el consumo de los mismos. Los satisfactores como potencia, deben
ser susceptibles de aplicación en cualquier contexto cultural de tal forma que desarrollen las
cualidades de los bienes y estructuras tendentes a satisfacer la salud física y la autonomía en todas
las culturas. Los satisfactores como proceso de potencia tienen objetivos focales que al mismo tiempo
sirven de medio hacia otros muchos fines diversos.

Por el contrario, cuando la forma de producción y consumo de bienes conduce a erigir los
bienes en fines en sí mismos, entonces se abona el terreno para la confirmación de una sociedad
alienada que se embarca en una carrera productivista sin sentido humano. La vida se pone al servicio
del aparato productivo en vez de establecer un modelo de desarrollo al servicio de la vida.

Los satisfactores limitativos son exógenos, inhibidores, aniquiladores y compensatorios, en la


medida en que determinan una limitación de las necesidades humanas globalmente, tanto en un
sentido diacrónico, como sincrónico. JOAQUÍN SEMPERE establece tres límites del sistema de
necesidades que apuntan a la quiebra del mismo:

1. El primero es el hecho de que sus sujetos y beneficiarios representan sólo entre un cuarto y un
quinto de la humanidad: buena parte de las poblaciones del mundo industrializado y unas minorías del
tercer mundo. Los niveles de consumo actuales en los países desarrollados no son universalizables a
la totalidad de la población mundial, y crean conflictos y situaciones insostenibles. No cabe duda de
que los gastos energéticos y el consumo de recursos se dirige a la satisfacción ilimitada de deseos de
unos pocos, y que ello significa la limitación de las necesidades humanas del conjunto de la población

38
mundial. Esa lógica de la desigualdad procura que los beneficiarios de la situación aclamen por el
mantenimiento del status quo.
2. El segundo lo constituyen los límites ecológicos del planeta, inseparables de los procesos de
desigualdad, que vienen a completar el binomio pobreza-crisis ambiental.
3. El tercero consiste en las contradicciones generadas en el seno de los países privilegiados. La
tendencia a la creciente precarización (la no satisfacción de necesidades humanas) de minorías
numéricamente relevantes en las metrópolis del primer mundo y, también, la emergencia de nuevos
valores (solidaridad, protección del medio ambiente, de mayor democratización...) provocan
situaciones de ingobernabilidad y conflictividad social de nuevo tipo.

Tres principios se pueden contraponer a los tres límites del sistema de necesidades dominante:
Equidad-solidaridad, Sostenibilidad-moderación y Participación social-cooperación.

Desde el principio de equidad se trata de crear las condiciones objetivas para que los hombres
puedan preferir, saber y ser en vez de poseer. Se plantea una dimensión ética de las necesidades
básicas que considerándolas legítimas para todos los humanos (universales) las hace extensibles a
todos ellos. En segundo lugar, el principio de sostenibilidad remite a una moderación en el consumo de
los recursos naturales y una nueva gestión que no quiebre la armonía con los mismos, de tal manera
que no se produzcan daños irreparables en los ecosistemas. Los recursos naturales entendidos como
un patrimonio colectivo a nivel planetario implican una solidaridad diacrónica. El tercer principio de
participación social, remite a cómo los deberes implican derechos sólo en base a la existencia de unos
valores éticos que desde la legitimidad de la autonomía individual y colectiva deben permitir la
autonomía y la praxis política de los demás, y deben poseer la facultad emocional de actuar en
consecuencia. Confiere al individuo el papel de portador de responsabilidades en un contexto que
implica una solidaridad orgánica.

Se trataría, de una profunda transformación que signifique el abandono del carácter limitativo
de los satisfactores para pasar a desarrollar su carácter sinérgico, entendiendo a éstos como potencia
y posibilidad. Ese cambio radical es en esencia un cambio de valores éticos a los que se puede
acceder a través de múltiples condiciones que podemos agrupar en torno a tres conceptos clave:
conocimiento, consciencia y libertad de acción (autonomía).

El contenido ético de los satisfactores de los que hablamos sería el de ser contraposición activa
al concepto dominante de necesidades. La aceptación de la responsabilidad social, en términos plenos
de derechos y de deberes, nos lleva a una idea de satisfacción óptima de las necesidades que va más
allá de los propios postulados del Estado del Bienestar.

La participación social como expresión de la optimización de las necesidades: Las necesidades


son y están, se satisfacen o no, de una forma o de otra, independientemente del nivel de consciencia
que los sujetos tienen sobre ellas y los procesos en los que se genera la satisfacción o no de unas
necesidades que ya hemos considerado como universales. La experiencia vivida produce efectos
multiplicadores o reductores en la satisfacción de las necesidades, según los casos. El «silencio de las
necesidades» como estado en el que los sujetos «no resienten las necesidades» por motivos de
carencia de referencias, de falta de autoestima, de opresión, marginación o exclusión..., no son óbice
de la inexistencia de las mismas. Más bien, es el escaso nivel de consciencia la expresión de
condiciones no favorables para la satisfacción de unas necesidades que están presentes. El
aprendizaje individual sobre los procesos sociales juega un doble papel: de una parte puede facilitar el
conocimiento lingüístico y las pautas de comportamiento social de su propia realidad, de otra puede
obtener los recursos conceptuales suficientes para examinarla y poder establecer referencias y
comparaciones respecto de otras realidades y posibilidades sociales diferentes. Comprensión y
capacidad psicológica serían las aptitudes que las enmarcan, pero también son necesarias las
oportunidades para la praxis. Más allá de la autonomía que consiste en poseer la capacidad de elegir
opciones, está el adecuado grado de autonomía que nos permita actuar en consecuencia con nuestros

39
niveles de comprensión, en definitiva: de formular, practicar y utilizar los instrumentos precisos para
desarrollar proyectos con estrategias y objetivos propios.

Hay tres variables clave, o tres momentos, que señalan los niveles de autonomía y que en conjunto
nos permiten determinar la optimización de ésta:

1. El óptimo grado de comprensión de la realidad social inmediata a los sujetos les debe
encaminar a poseer el mejor conocimiento posible en lo relativo a las cuestiones técnicas a utilizar en
las estrategias propias.
2. La mayor capacidad psicológica implica un conocimiento hermenéutico. Es decir, mayor
capacidad de autoaprendizaje interactivo (entendimiento recíproco entre las distintas partes que
conforman la heterogeneidad social) en un contexto de diversidad social y cultural. Una mayor
capacidad de comunicación induce una mayor confianza social y mayores posibilidades de consenso.
3. La existencia de oportunidades que permitan la práctica de la acción de las capacidades
disponibles significa el desarrollo de la mayor amplitud posible del modelo democrático que se
aproxime a la igualdad de atribuciones en los distintos niveles de decisión de las estructuras
institucionales y del denominado Tercer Sector.

Para que la autonomía individual alcanzara una optimización, o lo que es lo mismo obtuviera
una capacidad crítica, deben estar presentes dos tipos distintos de libertad: la libertad de acción y la
libertad política. Hay cuatro argumentos clásicos para la optimización y equiparación de oportunidades
participativas en el proceso político: protegerse a sí mismo y al propio grupo contra la tiranía de otros,
para lograr una mejora política mediante la implicación en el proceso de toma de decisiones de todos
aquellos a quienes afecten éstas, para estimular el desarrollo de la persona y su capacidad de juicio
político y para garantizar una dignidad equitativa a todos los ciudadanos. La fuerza de todas estas
razones tomadas en conjunto motivan la adición de un cuarto principio que coincide con la idea
de necesidades radicales definida por AGNES HELLER como deseo consciente de una distribución
social del poder:

La emergencia de iniciativas de base, como proyectos conscientes y con voluntad de dar una
respuesta activa a la satisfacción de sus propias necesidades precisan, para tener legitimidad y
potencia en vigor, de una división social del poder y sus instituciones, en definitiva una distribución
social del poder o desarrollo de necesidades radicales, de tal forma que se aprovechen óptimamente y
sean capaces de complementar los recursos exógenos y los recursos endógenos (conocimientos y
energías de las realidades cotidianas) contribuyendo así a la creación de satisfactores adecuados a
las necesidades. Para ello se necesita de la concurrencia de otro tipo de Estado al que conocemos. El
Estado alternativo habría de ser un estado sensible a una máxima descentralización y a una profunda
cultura democrática hasta llegar al límite de cuestionar su propia pervivencia como estructura de
poder, un Estado social solidario. Se trata de hacer existir una sociedad civil más densa y de
desarrollar espacios de cambio y de solidaridad que puedan ser encajados en su seno y no
exteriorizados y proyectados hacia los dos únicos polos del mercado o del Estado. Se confiere al
Estado un papel de descubridor, promotor, articulador y reforzador de iniciativas sociales participativas,
más que de inhibidor o controlador de las mismas. En resumidas cuentas lo que requiere la
optimización de la satisfacción de necesidades es una estrategia dual que incorpore tanto la
generalidad del estado como la particularidad de la sociedad civil» (DOYAL Y GOUGH, 1994: 361).

La complementación o articulación equilibrada entre Estado y Sociedad Civil presenta


una estrategia dual en una triple vertiente:

1. En lo económico: es necesario una política dual que haga tolerantes la planificación central con
la participación social y democrática.
2. En la cultura política: es necesaria una reestructuración y democratización de las instituciones
que vaya aparejada a una extensión de la igualdad social y de la libertad política, de la responsabilidad
social.

40
3. En los ámbitos espaciales: es necesaria una complementación entre escalas mayores y
escalas locales de tal forma que éstas últimas obtengan la mayor capacidad de gestión sobre sus
recursos y la mayor autonomía política.

En definitiva, la participación social plena sólo es posible a una escala reducida donde los
sujetos pueden constituir y controlar las interacciones sociales, donde los ciudadanos pueden formar
parte de pleno derecho de estructuras organizativas (instituciones y asociaciones), donde los
individuos pueden reconocer fácilmente el espacio y gestionar los recursos propios, donde se puede
llegar a una disposición del uso y reparto del tiempo.

Composición final: Recapitulación de eslabones transitivos

1. El concepto de desarrollo tiene un significado mucho más amplio que el crecimiento


económico, en la medida que incorpora todas aquellas variables relativas a la satisfacción de las
necesidades humanas, entendiendo éstas como universales y considerando que las diferencias entre
necesidades materiales básicas y necesidades materiales no básicas en ningún caso pueden
entenderse en una relación jerárquica y parcelada, sino sinérgica. Estas se satisfacen a través de
satisfactores que son diferentes según contextos y condiciones, siendo éstos meros medios para
alcanzar unos fines.
2. La satisfacción de las necesidades, como motor del desarrollo, y el medio natural, presentan tal
grado de interacción que es inimaginable su viabilidad por separado. Con la incorporación del análisis
de las limitaciones ambientales se apunta una solidaridad entre los hombres de carácter diacrónico, es
decir, con los individuos de generaciones venideras.
3. La satisfacción óptima de las necesidades sólo es posible a través de un conocimiento de su
naturaleza (es decir de una percepción cognitiva de los recursos disponibles convencionales y no
convencionales) y un amplio consenso social (máxima capacidad de comunicación para la máxima
democracia posible) sobre unas estrategias colectivas para conseguirlas por parte de los sujetos
afectados. La libertad política es una condición imprescindible para que los sujetos descubran, definan
y satisfagan sus necesidades a partir de la acción protagónica. De allí que todo proceso articulador
debe organizarse desde abajo hacia arriba, pero promovido por sujetos cuyo comportamiento
consciente conlleve una voluntad articuladora
4. Las necesidades humanas son múltiples, sinérgicas y recurrentes, de tal modo que la
satisfacción de unas necesidades llevan directamente o indirectamente a la satisfacción de otras
necesidades. Satisfactores con potencial sinérgico son aquellos que, por la forma en que satisfacen
una necesidad determinada, estimulan y contribuyen a la satisfacción simultánea de otras
necesidades, mientras que otros satisfactores de orden no sinérgico, al satisfacer una necesidad
determinada solamente sirven a la satisfacción exclusiva de esa necesidad, o colateralmente pueden
dificultar la satisfacción de otras necesidades para otros colectivos. Es más, el exceso en la
satisfacción, propio del capitalismo de consumo puede conllevar, de facto, efectos perversos tanto en
el mismo lugar donde se satisfacen, como en otros lugares periféricos de donde se extraen los
recursos, pero lo que nos interesa aquí es lo que ello significa en términos de frustración, no sólo en la
no distribución equitativa en el uso de los recursos convencionales, sino también en la dependencia y
puesta bajo mínimos de los recursos no convencionales en los ámbitos de periferia social.
5. Lograr la transformación de la persona-objeto en persona-sujeto del desarrollo es, entre otras
cosas, un problema de escala, porque no hay protagonismo posible en sistemas gigantísticos
organizados jerárquicamente desde arriba hacia abajo. La optimización de la satisfacción de las
necesidades universales de forma equitativa conlleva, en última instancia, algún modelo donde
instituciones reguladoras a nivel mundial obtengan la autoridad suficiente para garantizar la extensión
de dicha universalidad. Pero, por otro lado, también ha quedado demostrado cómo la satisfacción de
las necesidades humanas precisa de una articulación de las escalas, de una estrategia dual que
respete la complejidad frente a una estrategia única que hace exclusiva la simplicidad. Ello sólo parece
posible si se establecen paralelamente procesos de corresponsabilidad ciudadana en los niveles
organizativos y espaciales de escala reducida, que independientemente de su potencialidad en esos
niveles, también pueden ser una base para la puesta en común de valores y acciones que pueden
influir en el modelo global.
41
La corresponsabilidad se encuentra conformada por cuatro aspectos básicos:

1. Libertad individual: control del espacio y del tiempo.


2. Responsabilidad social: control del conjunto de actividades socialmente útiles.
3. Responsabilidad ecológica: no destruir recursos sobre los ritmos de reposición, no producir
desechos sobre las capacidades de reabsorción.
4. Responsabilidad global: En todo caso, la acción en escalas micro no puede generar efectos
negativos (externalidades ambientales o externalidades sociales) en otros espacios o sectores micro, y
como consecuencia de ello en ámbitos de lo global. La acción local interactúa con el contexto global y
por ello debe sincronizar su acción con las estructuras globales imprescindibles para la defensa de las
necesidades universales.

Como consecuencia de lo anteriormente expuesto, el potencial sinérgico implícito en la satisfacción de


las necesidades parece que sólo se puede desarrollar bajo un conocimiento hermenéutico y un control
de los sujetos sobre los procesos en los que se inscribe (funciones diversas y mezcladas), sobre el
entorno vital (el espacio), sobre su cotidianeidad compleja (el tiempo). Es decir, sólo aquellos grupos o
comunidades que tengan capacidad para reconocer y controlar sus recursos, y tener autonomía para
organizar y dirigir sus condiciones de vida, lograrán alcanzar un nivel óptimo en la satisfacción de sus
necesidades.

Como conclusión de esto que podemos considerar eslabones transitivos desarrollados, nos interesa
retener cómo es desde la optimización de las necesidades que se está en condiciones de visualizar
formas operativas de las necesidades radicales, lo que nos sitúa en una perspectiva de movimiento.

(Texto 12)OCUPACION EN SECTORES POPULARES Y LAZOS SOCIALES. PREOCUPACIONES


TEORICAS Y ANALISIS DE CASOS (FELDMAN-MURMIS)

LAZOS SOCIALES: REVISION CRÍTICA DE ALGUNOS MATERIALES


LA VULNERABILIDAD
CASTEL retoma un ejemplo de BOURDIEU en el cual la pérdida de trabajo por parte de una
pareja que había alcanzado un cierto nivel económico hace que las familias de ambos cónyuges
asuman una actitud de reprobación y condena. Advierte también que es mucho más difícil contar con
datos de alcance general acerca de otros aspectos centrales para el eje relacional. Menciona en este
contexto la fragilización de apoyos relacionales que van más allá de la familia tales como las
relaciones de vecindad, la participación de grupos, asociaciones, partidos y sindicatos y la decadencia
de la cultura obrera.
LOS ENFOQUES SOBRE LOS LAZOS SOCIALES
WILSON comparte la preocupación de CASTEL por la disolución de vínculos sociales. Su tema
central es el de la pérdida de modelos de rol que impliquen formas de participación social más valiosa.
Ante todo hay que señalar que cuando WILSON caracteriza a los sujetos de sus ghetos o vecindades
muy pobres hace referencia a sus problemas de trabajo considerándolos desocupados aún cuando
tengan ocupaciones informales, a las que considera sólo como forma de desocupación disfrazada. Si
bien hace referencia a situaciones en las cuales la sociabilidad es débil, insiste sin embargo, en la
presencia de formas de conexión que tienen fuerte vitalidad. Claro que estas formas de vida social no
representan una fortaleza para situarse en la sociedad más amplia: no permiten el contacto o
interacción sostenida con instituciones, familiares e individuos que representan la sociedad más
amplia. En verdad, es corriente que esos lazos sociales empujen a la asunción de conductas
negativas para los individuos, incluyendo conductas delictivas. Los contactos sociales existentes
pueden llegar hasta permitir trabajo informal para resolver necesidades mínimas pero nunca para
llevar a los residentes hasta el mercado formal.
BOAVENTURA DE SOUSA SANTOS formula la hipótesis de que los lazos sociales en los
países periféricos incluyen relaciones primarias de mucha mayor vigencia que las presentes en los
países centrales.

42
BANFIELD plantea que la preeminencia de las intensas relaciones primarias daba lugar en un
pueblo italiano que el estudio a un tipo de sociabilidad de consecuencias muy negativas, que él llamó
familismo amoral, haciendo referencia a la forma en que la sociabilidad primaria tenía como
consecuencia conductas negativas y agresivas para los no incluidos en el círculo cercano.
Recientemente SCIOLLA retoma la idea de la fuerza de los lazos primarios en la vida italiana, pero
esforzándose por mostrar que podían servir de base a formas ampliadas de sociabilidad y
participación. Es interesante percibir aquí la similitud con planteos de WILSON: hay que distinguir
entre el tema de la presencia o ausencia de lazos y el de los efectos de la presencia de estos lazos.
TEORIA E IDEOLOGIA
La idea según la cual los grupos populares poseen la capacidad de superar situaciones
problemáticas está asociada, y lo ha estado históricamente, a distintas líneas interpretativas. Si la
afirmación de esa capacidad comenzó ligada en las últimas décadas con visiones de izquierda o
populistas, se convirtió luego en componente central de una amplia gama de otras visiones. También
cabe mencionar la existencia de una tradición de populismo romántico de derecha. El acercamiento al
tema desde la izquierda tiene que ver con el reclamo de que se reconozcan las capacidades
creadoras de grupos populares en situación de carencia. Se reclama que no deben ser vistos solo
como grupos precisamente carentes sino que se debe atender a sus rasgos positivos.
También muchos organismos estatales e internacionales han retomado el tema de la
valorización de las capacidades de sectores populares para actuar en la solución de sus propios
problemas, para lo cual la participación resulta imprescindible.
Es importante diferenciar estos planteos de versiones radicales para las cuales no sólo se
trataría de la capacidad de actuar, de la participación sino más aún de la capacidad de solucionar los
problemas por sí mismos y a partir de sus relaciones sociales más cercanas. Tal capacidad puede
valorizarse tanto como para llegar a postular que la intervención estatal resulta innecesaria o que
puede se cuanto más, subsidiaria.
LA TEORIA DE REDES Y DEL CAPITAL SOCIAL
El desarrollo del análisis de redes privilegia el estudio de las estructuras a partir de las
relaciones sociales a diferencia de formas más tradicionales de análisis de estructuras basadas en la
distribución de la población en distintos tipos de posiciones sociales. Un ejemplo reciente de la
aplicación de este tipo de análisis en América Latina es el trabajo del sociólogo chileno ESPINOZA,
quien rechaza que se esté dando un proceso de desintegración comunitaria radical. Hay lazos
familiares fuertes y lazos intensos entre vecinos que permiten sobrevivir en situaciones de crisis
económica y crisis laboral. Si bien encuentra poca presencia de los lazos débiles útiles para situarse
en el mercado de trabajo, verifica que los miembros de las redes utilizan contactos burocráticos para
satisfacer necesidades de dinero, a la vez que colaboran entre sí para resolver problemas de
alimentación o de crédito. Subraya también la vitalidad de esos lazos, no los considera suficientes
para superar la marginación de la comunidad o permitir el desarrollo de un espíritu de ciudadanía.
El análisis de redes, sin embargo, no centra la atención tanto en las estrategias mismas sino en
las relaciones a través de las cuales se alcanzan efectivamente los objetivos buscados.
Una de las vertientes que confluye en el análisis de redes es la del análisis de relaciones
sociales vistas como bases del apoyo social. ARGYLE parte del concepto de relación como “concepto
primitivo” busca identificar las áreas de relaciones básicas ligadas a la ayuda y la cooperación. Un
tema significativo en los estudios de redes, el estudio de las comunidades, también apunta a la
recreación de lazos que dan sustento a la vida comunitaria.
LA NECESIDAD DE ANALISIS CIRCUNSTANCIADOS
Entendemos que no sólo es necesario tomar en cuenta una gama de relaciones no
exclusivamente cooperativas o de apoyo sino también la diversidad de contextos personales e
institucionales de las relaciones entre individuos.
ESPINOZA encara también otro aspecto importante: el de los problemas específicos que
activan los contactos, tales como la dificultad de acceso a alimentos, problemas educativos, etc. No
obstante, surge aquí otro inconveniente: la evaluación de la importancia de las relaciones mercantiles
tanto con el mundo del trabajo como, más en general, con el mundo de los intercambios monetarios en
los estudios de fracciones en situaciones de gran debilidad económica.

43
Lo fructífero es tratar de captar el despliegue de una diversidad de relaciones que permita
registrar tipos de situaciones y, con ello, identificar contactos o aislamientos, en áreas específicas de
interacción, en diferentes contextos de sociabilidad y la diversidad de tipos de contactos.
El objetivo que debe lograrse es que los análisis que toman en cuenta las posiciones de los
sujetos, su situación ocupacional y su acceso a bienes y recursos y, más en general, las condiciones
generales definidas por las posiciones en el sistema social, se vean complementadas y sobre-
determinadas por el conjunto de relaciones que los sujetos establecen.
COOPERACION Y CONFLICTO
SIMMEL otorga a la lucha un papel decisivo e imposible de ser dejado de lado en la
constitución de todas las relaciones sociales. “La lucha” es una de las más vivas acciones reciprocas
y aunque parezca paradójico constituye un elemento necesario en la constitución de las formas de
sociabilidad, o sea en lo que él denomina formas de socialización, y esto independientemente de sus
consecuencias. Hace varios señalamientos muy pertinentes para la metodología del estudio de lazos
sociales:
1. en la teoría de las relaciones sociales aparecen habitualmente como términos enfrentados los que
tienen que ver con la unidad de las relaciones sociales y las que actúan en contra de la unidad. Pero
inmediatamente señala con énfasis que toda relación histórica real incluye ambas categorías.
2. la presencia de la lucha no puede ser vista solamente como un obstáculo a la constitución de la
unidad sino también como uno de los caminos para lograrla.
3. no es posible estudiar sólo formas de acción cooperativa por dos razones. Por un lado, en cada
proceso específico pueden enfrentarse las tendencias a la unidad por cooperación y la disociación por
lucha. Por otro lado, porque también es necesario tomar en cuenta no sólo los procesos sociales
visiblemente positivos y basados en la cooperación producen unidad, sino que también la otra forma
de acción reciproca, la lucha, tiene la capacidad de producir formas de unidad social.
Por un camino teórico diferente el conflicto está ausente en el análisis de CASTEL. Subestima
en su estudio tanto las formas tradicionales de organización y contactos como las modernas,
subestimando por consiguiente las relaciones que entre ellas se establecen.
Así, tanto el enfoque de CASTEL como los estudios de redes, de estrategias de supervivencia
y, en general, la mayoría de los enfoques relacionales, están preocupados fundamentalmente por la
integración y la cohesión social, ignorando las relaciones de conflicto, institucionalizadas o no.
En el caso de CASTEL, la preocupación por la cohesión social se expresa a través de una
vehemente denuncia de los efectos destructivos de las debilitadas relaciones laborales y sociales y en
un fuerte reclamo de intervención estatal. Los enfoques relacionales se interesan en comprobar el
papel de las relaciones más cercanas para mantener la integración social.

TEXTO -Nº 13 :SOCIEDAD Y LIBERTAD (RALF DAHRENDORF)

ELEMENTOS PARA UNA TEORIA DEL CONFLICTO SOCIAL.


Es explicable que la clase dominante de las sociedades totalitarias no haga mucho caso de los
conflictos sociales. En la actual sociedad dirigida “desde afuera”, se considera poco elegante la lucha
para implantar los propios intereses. Muchos consideran en el conflicto no la realidad propia, sino la
enfermedad de los demás. Pero en esta actitud negativa ante los conflictos sociales hay un doble
error: quien considera el conflicto como una enfermedad no entiende en absoluto la idiosincrasia de
las sociedades históricas; quien echa la culpa de los conflictos, en primer lugar, a “los otros, queriendo
indicar con ello q cree posibles las sociedades sin conflictos, entrega la realidad y sus análisis en
manos de sueños utópicos. Toda sociedad sana autoconsciente y dinámica conoce y reconoce
conflictos en su estructura; pues su denegación tiene consecuencias tan graves para la sociedad
como el arrinconamiento de conflictos para los individuos. No quien habla del conflicto, sino quien trata
de disimularlo, está en peligro de perder por el su seguridad.
¿Qué cosa mantiene unidad a las sociedades? Y ¿Qué es lo que las empuja hacia adelante?,
son cuestiones básicas del análisis sociológico.
Tener en cuenta que siempre encontraremos conflictos allí donde existan sociedades humanas.
No plantearemos si existen conflictos sociales en determinadas sociedades y en qué condiciones.
Presuponiendo que no existen sociedades sin conflictos, debería responder una teoría general sobre
el conflicto social a las siguientes preguntas:

44
1- Que hay que entender por conflicto social y que clases de conflictos podemos distinguir
en las sociedades históricas? Preguntas de tipo definitorio y clasificatorio, en las que reina la
arbitrariedad de la decisión terminológica.
2- Dentro de que imagen social se ofrecen los conflictos sociales a la captación
racionalizadora de la teoría científica? En la sociología resulta imprescindible la discusión explicita de “
orientaciones generales” que sirven de fundamento de las teorías.
3- Como se pueden determinar los puntos de partida estructurales de determinadas
especies de conflictos sociales?
4- De que como se despliegan los conflictos sociales ante el fondo de determinadas
relaciones estructurales sociales?
5- Cuáles son las dimensiones de variabilidad de determinadas especies de conflictos
sociales y en que condiciones varían las formas conflictivas dentro de estas dimensiones?
6- De qué modo pueden regularse los conflictos sociales?

II
En el lenguaje corriente relacionamos CONFLICTO con la idea de discusiones especialmente
violentas. La definición que aquí empleamos difiere de este sentido corriente, el concepto de conflicto
ha de designar , en primer lugar, cualquier relación de elementos que puedan caracterizarse por una
oposición de tipo objetivo (latente) o subjetivo( manifiesto). La oposición entre los elementos
concurrentes puede ser consciente o meramente deducida, la querida o impuesta por las
circunstancias; tampoco el grado de conciencia es importante para designar determinadas relaciones
como constitutivas de conflictos. Pero todo conflicto puede reducirse a una relación entre dos o solo
dos elementos. Los elementos de conflictos dados pueden ser en su seno multiformes.
Un conflicto se llamara social cuando proceda a la estructura de las unidades sociales, es decir,
supra individual. En cambio, un conflicto entre dos individuos, que solo se base en ambos, no puede
sufrirse mutuamente, no es un conflicto social. Esta limitación es importante sobre todo en dos casos:
por una parte hay en unidades sociales muy pequeñas (roles, grupos) con mayor frecuencia
diferencias que no poseen relevancia estructural y a las que no se aplica, por tanto, la teoría del
conflicto social; por otras parte, es fácil suponer que incluso las discusiones entre unidades sociales
muy extensas precisan a veces de una explicación psicológica más que sociológica.
Puede hacerse la advertencia de que gran número de fenómenos que asi se interpretan como
fenómenos de conflictos resultan probablemente más útiles si se los entiende como una multiforme
variedad de expresiones de un único fenómeno básico que se lo divide en un número de fenómenos
distintos. Tanto para evitar generalidades sin contenido como simplificaciones es necesaria una
clasificación de las distintas especies de conflicto social. El empleo de dos criterios clasificatorios
distintos puede darnos una idea de la multiformidad empírica de los conflictos sociales.
Una primera clasificación se ofrece partiendo del volumen de la unidad social, dentro de la cual
existe un conflicto dado. Con una limitación que resulta arbitraria pueden distinguirse como mínimo 5
especies de conflictos sociales, partiendo de unidades menores a unidades mayores. Ellas son:
- Conflictos dentro y entre los roles sociales individuales. Conflicto de expectativa y de la
sociedad moderna entre la familia y la profesión, es decir, el rol familiar y el profesional.
- Conflictos dentro de grupos sociales dados.
- Conflicto entre agrupaciones sociales organizadas o no organizadas, dentro de sectores
regionales o institucionales en las sociedades.
- Conflictos entre agrupaciones organizadas o sin organizar que afectan a todo una
sociedad. El prototipo de discusión política entre dos partidos políticos
- Conflicto entre dos unidades mayores de uniones entre dos países, dentro de
federaciones más amplias que pueden abarcar as todo el mundo.
Atravesando esta clasificación hay otra que se orienta según la categoría de los grupos o elementos
que toman parte en los conflictos. Dentro de cada una de las unidades sociales que acabamos de
distinguir. Ellos son:
- Conflictos entre dos partes de la misma categoría.
- Conflicto entre contendientes que desde el punto de vista de su relevancia son
superiores o inferiores.

45
- Conflicto entre el total de la respectiva unidad y una parte de la misma.
Combinando las características se obtienen ya 15 especies más o menos de conflictos
sociales. Resultaría más asequible agrupar las distintas clases de conflictos sociales de modo que un
número reducido de diversas teorías, pudiera hacerse cargo de aquellos: teorías del “conflicto de
roles”, “de la competencia”, de la “lucha de clases”, de las “minorías”, la “conducta desviada”, de la
“lucha proporcional y de las “relaciones internacionales”.
Entre esas especies hay algunas que caracterizan preferentemente diferentes épocas y
determinadas sociedades, mientras que otras han tenido parecidos significados en todos los tiempos y
en todas las sociedades. Los elementos aquí expuestos de una teoría del conflicto social, se refieren
solo a los conflictos de grupos dentro de sociedades enteras , en cuanto a esos conflictos se originan
entre grupos de distintas categorías.

III
En la historia del pensamiento social y político hay dos soluciones de principio al problema del
orden en Hobbes. La primera es la solución del propio Hobbes. La cohesión de las sociedades se
basada en la coacción, en la soberanía de un solo o de pocos que ejercen el poder. Para protegerse
de las consecuencias de la guerra originaria o “natural” de todos contra todos, forman los hombres
sociedades y traspasan determinadas libertades a un poder central que garantiza por su parte la
integridad del orden social. La integración de las sociedades se puede describir por ello como la
reducción violenta que la tendencia humana a las disputas. La otra solución del problema es la de
Rosseau: la sociedad y la cohesión social resultan de un acuerdo de todo, es decir, de un consenso a
la vez libre y universal. El contrato social representa el valor común de todos los hombres como seres
sociales; eleva a una unidad superior, sin disminuir su autonomía y soberanía.
La teoría del consenso de la integración social que domina en gran parte en la teoría
sociológica, descansa en las siguientes 4 tesis sobre la esencia de las sociedades humanas:
- Toda sociedad es un sistema constante y estable de elementos.
- Toda sociedad es un sistema equilibrado de elementos.
- Cada elemento dentro de la sociedad contribuye al funcionamiento de esta.
- Cada sociedad se mantiene gracias al consenso de todos sus miembros a cerca de
determinados valores comunes.
Autores que tratan de alejarse de ellas en mayor o menor medida. Frente a esta orientación
puede pensarse en la existencia de una teoría coactiva de integración social, que parte de tesis
totalmente distintas y posiblemente opuestas acerca de las sociedades humanas. Pueden
caracterizarse estas tesis del siguiente modo:
- Toda sociedad y cada uno de sus elementos esta sostenido en todo tiempo y cambio.
- Toda sociedad es un sistema de elementos contradictorios en sí y explosivos.
- Cada elemento dentro de la sociedad contribuye a su cambio.
- Toda sociedad se mantiene gracias a la coacción que alguna de sus miembros ejercen
sobre los otros.
Examinar aquí cual de las dos imágenes sociales resulta más apropiado como concepto de
orientación general de una teoría sociológica de conflicto. Afirmaría que solo puede darse una teoría
satisfactoria del conflicto social si colocamos como base de ella la teoría coactiva de la integración
social.
Quien se acerca a las sociedades humanas con las tesis de estabilidad, equilibrio,
funcionalismo y consenso, tropieza desde el primer momento con unos fenómenos que deja en el aire
todas estas tesis. Basándose en ellas, son posibles determinadas manifestaciones acerca de los
conflictos sociales: manifestaciones sobre las perturbaciones del equilibrio y su origen, la contribución
de los conflictos, el funcionamiento de las sociedades, la formación de un consenso universal gracias
al conflicto, la génesis, y consecuencias de una conducta desviada. Los conflictos representan un
fenómeno extraordinario y por ello pasajero y eliminable.
En cuanto que la teoría del conflicto social presupone la efectividad creadora constante de los
conflictos sociales, puedan afirmarse que es menos difícil descubrir y comprender los conflictos si se
entienden las sociedades humanas admitiendo la tesis de la historicidad, explosividad,
disfunsionabilidad y coactividad: sobre semejante base se presenta el conflicto como un factor

46
necesario en todos los procesos de cambio. Parece más lógico suponer en la teoría coactiva de la
sociedad el fondo apropiado para una teoría del conflicto social.

IV
No la existencia de conflictos sino la aparente tranquilidad de sistemas sociales nos dan
motivos para sorprendernos, pues toda sociedad histórica conoce conflictos sociales.
Las diferencias de categorías de “partidos” de conflictos que se desarrollan en una sociedad
en conjunto pueden tener muchos sentidos. Estas desigualdades de categoría podrían reducirse al
desigual reparto del poder en los grupos sociales, de modo que los conflictos aquí considerados son
siempre conflictos en razón del poder y acerca del mismo. Todas las demás desigualdades de
categorías son más que efectivos y formas especiales de la desigualdad más universal del reparto del
poder legítimo.
Hay alguno que en razón de suposición social dentro de un campo concreto y respecto a los
demás poseen poderes de dominio y otros que en sus posiciones sociales se encuentran sometidos a
estos mandatos. La decisión entre “arriba” y “abajo” es una de las experiencias fundamentales de la
mayoría de los hombres en sociedad; y parece buscar el origen estructural de los conflictos sociales
en las relaciones de dominio que regían dentro de ciertas unidades de la organización social. La
estructura de las sociedades se convierte en tanto, en puntos de partida de conflictos sociales, en
cuando a estas sociedades pueden ser descritas como asociaciones de dominio.
Max Weber “el dominio significa la oportunidad de hallar obediencia para un mandato de un
contenido dado en persona susceptibles de recibir dicho mandato”. Esta definición contiene:
- El dominio, designa una relación de supra y subordinación entre dos individuos o grupos.
- Se espera de la parte supra ordinada que controle la conducta de los subordinados por
medio de órdenes, indicaciones, advertencias o prohibiciones.
- Esta expectativa está unida a una posición social que teóricamente es independiente del
peculiar carácter de la persona que la ocupa. El dominio comporta, una relación institucionalizada
entre individuos o grupos.
- El dominio se limita siempre a “contenidos determinado” y a “personas susceptibles de
mandato”; no es jamás un control absoluto sobre otros.
- Se sanciona la desobediencia a prescripciones dadas en razón de dominio; un tema de
derecho que vigile la efectividad del dominio.
En toda asociación de dominio pueden distinguirse los dos grupos de aquellos que solo poseen
los derechos fundamentales comunes y aquellos otros que poseen facultades de dominio más
amplias. La identificación del reparto dominical explica los conflictos actuales y permite a la vez
pronósticos sobre los frentes de conflictos futuros.
Esta tesis consigue en rarizar el fenómeno fundamental del conflicto social en una de las formas
más universales (“conflicto de clases”) no solo en estructuras sociales firmes, sino sobre todo en
elementos “normales” de la estructura social, es decir, en circunstancias que se encuentran en cada
sociedad y en todos los tiempos.
Para cualesquiera otros tipos de los conflictos se puede afirmar que su razonamiento ha de
deducirse de elementos estructurales diversos a los del reparto de dominio.
Probablemente se incluyan los conflictos a raíz de las condiciones de dominio entre las especies
más universales, efectivas y demás graves consecuencias de todos los antagonismos sociales; pero
es evidente, que existen también conflictos motivados en circunstancias totalmente distintas.

V
Puede aplicarse probablemente el proceso de desenvolvimiento de los conflictos, a partir de
determinadas situaciones estructurales, a todas las distintas especies. El camino que lleva desde
determinadas situaciones estructurales sociales hasta los conflictos sociales desarrollados, es decir, la
formación de grupos de conflicto pasan analíticamente a través de tres etapas: la primera , el punto de
partida estructural, es decir, forma la primera etapa del descubrimiento de conflictos; la segunda,
desenvolvimiento de los conflictos consistirá en la propia cristalización, es decir, la evolución
consistente de los intereses latentes en la organización de los cuasi- grupos en agrupaciones fácticas,
todo conflicto social tiende a manifestarse a la concreción visible; la tercera, consiste en los mismos
conflictos ya desarrollados, al menos por su tendencia , los conflictos constituyen siempre diferencias
47
entre bandos, o sea, elementos con una identidad personal visible. Todo conflicto dado alcanza su
configuración final solo en el momento en que los elementos integrantes del mismo presentan una
identidad organizada.

VI
Los conflictos sociales nacen de la estructura de las sociedades en la medida en que estas
constan de asociaciones de dominio. Es evidente que aun conflictos emparentados por su origen no
siempre se parecen en las distintas sociedades y en los diversos tiempos. Evolucionan por las formas
de los conflictos sociales y la teoría del conflicto social. Son estas las cuestiones sobre las
dimensiones y los factores de variabilidad de los conflictos sociales.
Las dimensiones de los conflictos sociales a la medida de que estos pueden variar hay dos que
parecen resaltar: las de la intensidad y la violencia, pueden variar independientemente una de otra. La
dimensión de la violencia se refiere a las formas de expresión de los conflictos sociales. Hay que
pensar aquí en los medios que elijen los bandos en discordia para imponer sus intereses. La escala de
violencia, la guerra, el dialogo, la discusión, las negociaciones, disputas entre grupos (huelga,
competencia), etc.
La dimensión de la intensidad se refiere al grado de participantes de los afectados en los
conflictos dados. La intensidad de un conflicto es grande si este importa mucho a los afectados, es
decir, si los costes de la derrota son cuanticiosos. Cuanto mayor sea la importancia que los
participantes atribuyan a una disputa más intensa será esta.
La intensidad se refiere siempre, por tanto, a la energía invertida por los participantes y con ello
al peso social de determinados conflictos.
La forma de disputa que en el lenguaje corriente se denomina “conflicto”, se presenta ahora
como una forma más del fenómeno conflictivo más amplio a saber, como la forma de violencia más
externa o al menos más acentuada.
La plena manifestación de los conflictos es ya un paso para suavizar sus formas. Muchas
disputas alcanzan su máximo grado de intensidad y violencia cuando uno de los dos bandos en pugna
es capaz de organizar, es decir, disponer de las condiciones sociales y técnicas necesarias, pero se le
deniega al mismo tiempo esa organización, es decir, faltan las condiciones políticas. El más peligroso
es siempre el conflicto solo medio visible, que no acaba de captarse y q se manifiesta en movimientos
explosivos, revolucionarios o cuasi- revolucionarios.
Más importancia parece tener, con vistas a la intensidad de los conflictos, el elenco de factores
de la movilidad social. En la medida en que es posible la movilidad, sobre todo entre las partes en
disputa, pierden los conflictos en intensidad y al revés. Cuanto más frecuente se hayan encadenado el
individuo a su posición social, tanto más intensos son los conflictos nacidos de esta posición, porque
son menores las posibilidades que tiene los afectados de sustraerse a ellos. Los conflictos nacidos de
posiciones relacionadas con la edad o el sexo serán siempre más intensos que los originados por
posiciones profesionales, o que las disputan confesionales son por lo general mas intentas que las de
tipo regional. Una movilidad vertical u horizontal, el ascenso, el descenso y el cambio, producen
siempre una disminución en la intensidad de los conflictos.
Uno de los grupos de factores más importantes que es capaz de influir en la intensidad de los
conflictos se encuentra en la dimensión de lo que equivocadamente podría designarse como
pluralismo social o como la superposición o separación de sectores estructurales sociales.
A medida que crecen en una sociedad estos parecidos fenómenos de superponían aumenta la
intensidad de los conflictos; por el contrario, disminuye la intensidad de los conflictos a medida que la
estructura de la sociedad se torna pluralista, es decir, ofrece muchos y varias sectores autónomos. Al
superponerse disantos sectores sociales implica cada conflicto una lucha por el todo; quien quiere
imponer en este caso una decisión en el sector económico ha de alterar al mismo tiempo las
condiciones de dominio políticas. Si en cambio, se separan los sectores, ya no hay tantos intereses en
juego en cada conflicto en particular y los costes de la derrota (también la intensidad) son menores.
A estos tres conjuntos de factores le hemos de añadir sobre todo otro que se refiere a la
violencia de los conflictos sociales : el de la regulación de conflictos.

VII

48
Esta postura garantiza un control efectivo de la violencia en conflictos sociales entre y dentro de
las sociedades. La represión no es solo un método inmoral, sino tmb inefectivo para tratar conflictos
sociales. En la misma medida en que se intentan reprimir los conflictos sociales aumentan estos en
potencia virulenta con lo cual provocan una represión todavía más violenta, hasta que finalmente no
hay ningún poder en la tierra que sea capaz de mantener las energías de conflicto privadas de su
manifestación al exterior. La mayor parte de las formas estatales no parlamentarias mezclan la
represión y la regulación de conflictos de un modo sutil. Cuando cualquier oposición o antagonismo se
ahogan efectivamente mediante la violencia, solo será cuestión de tiempo la erupción de conflictos de
extrema violencia. Una y otra vez se ha intentado en la historia hacer desaparecer de un modo
definitivo contradicciones y antagonismos interviniendo duramente en las estructuras vigentes. Bajo el
termino de “solución” de los conflictos habrá que entender aquí todo un intento de hacer desaparecer
de raíz cualquier oposición. Los antagonismos que sistemáticamente han surgido en las estructuras
sociales no se dejan “resolver” teóricamente en el sentido de una supresión definitiva. Quien intenta
resolver conflictos para siempre, caerá pronto en la peligrosa tentación de dar la impresión, mediante
el empleo de las fuerzas, de haber conseguido aquella “solución” que no podía lograr siguiendo el
curso natural del asunto en cuestión.
Regulación de conflictos una postura que se diferencie de la represión y la solución, que promete
tener éxito porque se acopla a las realidades sociales. Constituye el medio decisivo para disminuir la
violencia de casi todas las especies de conflictos. Estos no desaparecen por su regulación, ni siquiera
son menos intensos, pero en la medida en que se consigna canalizarlos se harán más controlables y
se pondrá energía creadora al servicio de un desarrollo progresivo de las estructuras sociales.
El control positivo de los conflictos exige, desde luego, una serie de presupuestos. Para ello falta
que los conflictos en general y también los antagonismos dados en particular san considerados por
todos los interesados como inevitables, e incluso como justificados y con sentido. Quien no guste de
los conflictos, quien los tiene por desviaciones patológicas, de un estado normal soñado no lograra
dominarlos. Tampoco basta el reconocimiento resignado de la inevitabilidad de los conflictos. Esto
significa que toda intervención en un conflicto se limita a la regulación de sus formas y renuncia al
vano intento de extirpar sus causas. No se pueden eliminar las causas de los conflictos, de ahí que al
regularlos se habla solo de ordenar esas formas manifestadas al exterior y aprovechar su variabilidad.
Esto solo se consigue canalizando las diferencias dadas de un modo que tenga garantías de éxito. La
manifestación de los conflictos es condición previa de dicha canalización. Una vez cumplidas todas
las condiciones previas, el siguiente paso es que todos los interesados convengan en ciertas “reglas
de procedimiento”, según las cuales quieren dirimir sus diferencias.
Las “reglas del juego” se ocupan del modo como piensan dirimir sus diferencias las partes
afectadas. Formas que se emplean:
- Discusión: creación de una entidad en la que se encuentran regularmente las partes
litigantes, para discutir todos los problemas del conflicto y adoptar decisiones según determinadas
formulas, acomodadas a su situación estructural.
- Mediación: el acuerdo de las partes litigantes de escuchar en cada caso concreto la
opinión de un tercero y estudiar sus propuestas y solución. Terceras personas no implicadas en el
conflicto.
- Arbitraje: instrumento muy efectivo para regular conflictos, es decir , proceder o bien a
que debe ser llamado un tercero que ha sido invocada su intervención, debe ser cumplida su decisión.
Caracteriza la actitud de las instituciones jurídicas frente a determinados conflictos.
- Arbitraje forzoso: cuando se hacen obligatorias tanto la instancia de un tercero como la
aceptación de su decisión por las partes litigantes, límite entre el arreglo y la represión de conflictos.
Los conflictos no desaparecen al ser regulados; aunq si queda en cierto sentido descargado.

VIII
Las posibilidades de aplicación de las teorías del conflicto son múltiples y básicas. Un primer
campo de aplicación de esta teoría se encuentra en el análisis de los procesos sociales dentro de
relaciones históricas concretas, o sea, con intensión generalizadora.
La democracia y los totalitarismos no son más que dos maneras de tratar los conflictos
sociales; el totalitarismo se basa en la represión de conflictos, la democracia en su regulación. Las
formas democráticas prosperan en sociedades con estructuras pluralistas, con un grado de movilidad

49
elevado y múltiples posibilidades de organización; los Estados totalitarios exigen, en cambio,
sociedades monolíticas, en las que un mismo y único grupo dirige todo el orden institucional,
sociedades carentes de ciertos procesos de movilidad social y de libertad de coalición.
Un segundo campo de aplicación de la teoría trasciende el análisis propiamente científico y se
refiere al auto comprensión social de determinadas épocas y sociedades. Las cosas humanas son
siempre mudables , las sociedades siempre históricas, y ninguna sociedad puede estar tan segura de
su estructura que no pueda considerar posible su desquiciamiento.
El otro aspecto de esta advertencia sobre el auto- conocimiento demasiado ligero o superficial
consiste en la esperanza de que dependa de las acciones humanas mismas, al menos en parte, el
desarrollo ulterior de los conflictos sociales; y en la indicación de determinadas posibilidades
terapéuticas reside el tercer campo de aplicación de la teoría social.
El que los conflictos se manifiestes con más o menos violencia depende , en gran parte, de la
actitud que se adopte ante ellos, en especial de que exista o falte un sistema para su regulación
racional.
Toda vida social es conflicto, porque es cambio. No hay en la sociedad humana algo estable,
porque no hay nada cierto. En el conflicto se halla el núcleo creador de toda sociedad y la oportunidad
de la libertad, pero al mismo tiempo el reto para resolver racionalmente y controlar los problemas
sociales.

50

Potrebbero piacerti anche