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*Se pretende abordar un modo de mapear la cuestión de la ocupación del territorio desde los
protagonistas, desde sujetos como los habitantes de las villas y/o barrios pobres de la ciudad.
*abordar la cuestión del espacio en su dimensión geográfica y simbólica; plantear como se articulan el
territorio, la construcción de las identidades colectivas y la ciudadanía.
*la hipótesis –Bourdieu- es que la ocupación del espacio geográfico reproduce la distribución en el
espacio social de las clases o sectores
*desde una mirada multidisciplinar, algunos desafíos que deberíamos plantearnos quienes creemos
que es posible construir ciudad desde las diferencias.
*Al lugar: derecho a mantener residencia en el lugar donde se tienen las relaciones sociales, entornes
significantes. O a tener otro por libre elección.
*A la identidad colectiva dentro de la ciudad: la organización interna del espacio urbano debe respetar
y facilitar la cohesión sociocultural de las comunidades. La pobreza identitaria se debe a la falta de
sentido de pertenencia de los sujetos con su territorio, y a la ausencia de vínculos entre ellos. El
arraigo o sentido de pertenencia, y una sólida identidad colectiva puede construir una fuente de
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motivación que impulsa a la gente a hacer frente a los problemas, buscara soluciones y participar en
su puesta en práctica.
*Ese transito hacia la ciudad: del poblador que pelea por un lugar en la ciudad, al poblador que pelea
por el derecho a la ciudad, supone un cambio de la inscrito en el mundo de las necesidades hacia el
mundo de la libertad: hacia una forma democrática mas moderna.
*Supone el reconocimiento del derecho a la ciudad, exige una mirada distinta sobre los sectores
populares: como protagonistas del desarrollo urbano.
*Una advertencia final: He colocado el eje en las potencialidades y derechos de los sujetos adrede,
porque considero que en general la mirada sobre estos grupos ha estado y esta teñida de un sentido
común que los trata como asistidos, tutelados, desagradecidos, incapaces. Nunca ciudadanos.
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marginalidad, que prefiero llamar zona de desafiflacíón para marcar bien el doble desenganche:
ausencia de trabajo y aislamiento relacional.
El tratamiento de la indigencia inválida representa así una cuarta zona, la zona de asistencia. Esta
cumple con una protección cercana sobre la base del domicilio de emergencia.
Así incluso en el sector de casos extremos. pobreza o de indigencia, dos tipos muy distintos de
población, que son tratados también de forma muy diferente. El vagabundo que es capaz de trabajar
es expulsado de las redes familiares de sostén, de la protección de proximidad, y es completamente
rechazado y estigmatizado. El indigente incapaz de trabajar es asistidos, ya sea directamente por la
comunidad o a través de formas institucionales
La exhortación al trabajo, aún acompañada de pesadas sanciones, jamás logró suprimir el problema
de la marginalidad errante.
Dos enseñanzas principales que pueden ayudar a aclarar el problema de la marginalidad en nuestros
días.
1) El factor pobreza, sin negar su importancia decisiva, no es exclusivamente determinante. Por lo
menos tres situaciones aparecen como cualitativamente diferentes: la pobreza integrada,
que es una pobreza trabajadora; la indigencia integrada, que obtiene ayuda sobre la base de su
inserción comunitaria; la indigencia desafihada, marginalizada o excluida, que no encuentra lugar en el
orden laboral ni por inserción en las redes comunitarias.
2) El esquema anterior debe leerse de manera dinámica. Las “zonas” que he distinguido no están
dadas de una vez para siempre, sino que sus fronteras son cambiantes, y de una a otra se operan
pasajes incesantes.
La zona de vulnerabilidad ocupa, en particular, una posición estratégica. Es un espacio social de
inestabilidad, poblado de individuos precarios en cuanto a su relación con el trabajo y frágiles en su
inserción relacional, de allí el riesgo de caer en la tercera zona, que aparece entonces como el fin del
recorrido. Es la vulnerabilidad la que alimenta la marginalidad profunda o la desafiliación.
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organizadas de la protección próxima representada por la asistencia. El marginal se organiza una
existencia precaria en los intersticios de la vida social. Esto permite distinguir netamente a esos grupos
asistidos de los propiamente marginales, a los que se puede calificar como fuera del status y se
encuentra institucionalizado en espacios separados. La propensión de los servicios médicos y sociales
es la de caracterizar a estas poblaciones a partir de una deficiencia específica; se los provee de un
status, pero el mismo, establecido sobre las base de una deficiencia, les impone un régimen especial y
un tratamiento, fuera de lo común, en los hospicios para ancianos indigentes, los establecimientos
para menores abandonados o deficientes.
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Me ha parecido interesante preguntarme qué tienen en común esos grupos que los lleva a compartir
una misma condición de privación. Entonces vemos que bajo formas diversas y vivencias diferentes se
manifiesta ese doble desenganche con respecto a la integración a través del trabajo y en relación a la
inserción relacional. Podría tener mas sentido realizar un corte transversal en el proceso que abrió,
alrededor de ellos, un vacío social.Todo los separa, excepto esta experiencia común de ruptura del
vínculo social.
Semejante indeterminación plantea graves dificultades y los profesionales frecuentemente se
encuentran sin respuesta frente a esas situaciones, que no incumben exactamente ni al sistema
sanitario, ni a la policía, ni a la justicia y que sin embargo plantean, simultánea o sucesivamente,
problemas de seguridad, de salud y de asistencia.
Sin pretender aportar una solución quisiera defender los méritos de una asistencia global de esas
poblaciones, desde una perspectiva de inserción que no pase necesariamente por su recorte en
categorías específicas. Si es cierto, que la marginalidad profunda es el extremo de un proceso de
alejamiento con respecto al trabajo y de aislamiento social; esta condición común puede entonces
incitar a definir estrategias de inserción cuyo ideal sería negociar con esas personas un compromiso
para llenar ese vacío social. Se trata de elaborar un programa destinado a movilizar las capacidades
del sujeto para salir de su situación de excluido.
Es cierto que esta noción de inserción es fundamentalmente ambigüa. La inserción “ideal” que sería la
integración en un empleo estable es, la mayoría de las veces imposible, a la vez a causa del estado
del mercado de trabajo y de las aptitudes de muchos de los beneficiarios.
En esas situaciones (se habla entonces de inserción social y no de inserción profesional), Pero me
parece que hay que entender esta ambigüedad como constitutiva de la inserción a partir de
situaciones de desinserción previas a las que debe enfrentar, y que culminan en la marginalidad
profunda.
Los esfuerzos “científicos” para hacerse cargo de la marginalización muchas veces refuerzan el
sentimiento de extrañamiento multiplicando los estatus de excepción fundados en oposiciones
bipolares, normal-patológico, trabajadores-ociosos, integrados-desviados, autónomos-dependientes.
Existe un proceso de descenso, que va de la integración a la exclusión, pasando por la vulnerabilidad.
Inversamente se puede concebir la inserción como una estrategia para remontar esta pendiente,
reconstruyendo soportes a la vez relacionales y ocupacionales para arrancarle a la exclusión a
aquellos que progresiva o bruscamente se desengancharon.
Las intervenciones son posibles, por un lado, dentro de una perspectiva preventiva, para consolidar la
zona de vulnerabilidad e intentar evitar la caída en la marginalidad y, por otro lado, en la zona de
desafiliación para tratar de evitar la instalación en los márgenes que transforme las dificultades para
insertarse en exclusión definitiva.
Desde un punto de vista práctico, es necesario distinguir esas dos estrategias, pero al mismo tiempo
no despreciar ninguna. No cabe duda de que las ‘grandes” políticas de lucha contra la marginalidad
deberían ser aquellas que se centraran en las “causas de la miseria y la desgracia. Pero esos
programas, en los que todos coinciden, por lo menos en superficie, soportan presiones políticas y
económicas muy fuertes. Estan las políticas “reparadoras” (y no preventivas) Por ésto no
debemospensar las acciones preventivas y las acciones reparadoras como antagónicas sino más bien
como complementarias.
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momentos se comparten momentos comunes, de encuentro, de consenso o identificación, no siempre
lo local es un lugar común, homogéneo y ajeno a disputas.
Resulta significativa la apreciación que se realiza en relación a la identidad construida sobre
estos espacios territoriales, que estigmatiza a aquellos que se encuentran en las situaciones más
difíciles y sin recursos para afrontar el derrumbe producido en todas las dimensiones de nuestra vida
socio-cultural.
Bonvillani plantea que nos enfrentamos en nuestras prácticas de intervención a la tensión,
siempre presente, entre la satisfacción del encargo institucional y la demanda de los propios
pobladores, a partir de nombrar la necesidad desde sus propios registros. Estas tensiones son
necesarias comprenderlas, observar las condiciones estructurales, pero con especial atención, las
significaciones que se construyen en la definición de las necesidades y las acciones que, como
agentes, construimos conjuntamente con los vecinos del espacio poblacional.
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las necesidades comunes q que promueven nuevas formas de asociación que, siendo inclusivas,
tienen como finalidad incorporar en la agenda publica necesidades que los afectan de manera
colectiva.
Las organizaciones son también construcciones sociales. Es decir, son los ámbitos en los cuales los
individuos actúan, interpretan estas reglas y crean otras nuevas mediante las cuales regulan sus
relaciones y acciones. Además de los objetivos y los fines comunes, los individuos tienen objetivos
particulares, por lo que se generan dinámicas de organización que son el producto de la tensión entre
los objetivos generales y los particulares. Las organizaciones presentan zonas de incertidumbre ya
que las acciones se vinculan a las estrategias definidas no por las normas que se imponen sino por las
visiones de las situaciones que las relaciones producen.
Para los habitantes en estos espacios territoriales la presencia de lazos fuertes promueve formas de
participación individual y colectiva, expresando asi estrechos vínculos y un alto grado de organización.
Estas experiencias van creando una identidad colectiva, van permeando a los grupos que participan,
de determinadas y diversas representaciones y conocimientos y experiencias, otorgando a la
organización en la cual participan, experiencias que se construyen como procesos de identificaciones,
que son históricamente apropiadas, confiriéndoles sentido como grupo social, como una estructura
significativa para asumirse como comunidad. Construyen significados colectivos, alianzas y una visión
distinta al sentirse pertenecientes al barrio, lo que posibilita a sus vez, la actuación en red,
estableciendo relaciones con otros agentes que facilitan la concreción de objetivos colectivos.
En estos espacios, la reflexión entre los distintos actores reviste una importancia central, tanto para
abordar los procesos de producción y transformación de las reglas y normas como para entender
cómo se establecen nuevas bases para pensar la relación entre acción y representación en la
construcción de categorías colectivas.
Se trata en definitiva de lograr modos de acceso a la cultura entendida por Geertz como una “trama
de significados compartidos” y sobre todo considerar dentro de nuestro marco de lectura que las
concepciones de la vida social están conectadas entre sí por la opinión de que los seres humanos ni
están guiados por fuerzas sino sometidos a reglas, que las reglas sugieren estrategias y las
estrategias inspiran acciones.
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acción colectiva como “practica organizada de los actores sociales, con capacidad de interpelar a
otros, ejercer presión sobre la política pública e ir construyendo desde la base social, nuevas formas
de sociabilidad excluyente”
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aquellas relaciones sociales que den seguridad u estabilidad. El hombre moderno comienza a reforzar
los vínculos con la familia.
Los aportes del debate actual en la teoría social en torno a los sujetos:
El eje del debate actual en torno a los sujetos, podríamos decir que se encuentra en la critica al
esencialismo, al abandono de la categoría de sujeto como entidad transparente y racional que otorga
un significado homogéneo al campo total de la conducta por ser la fuente de la acción.
1_desde los aportes de Giddens, debemos reconocer una frontera flexible entre conciencia discursiva
y conciencia practica de los sujetos, es decir, entre el informe discursivo sobre intenciones y razones
de su actuar, y el actuar mismo. Lo que Giddens llama Consecuencias No Buscadas. Esta ayuda
teorica nos permite proponer una relativización de las posibilidades de prever planificadamente, en el
T.S, los comportamientos de los sujetos.
2_desde Bourdieu un sujeto no se define solamente por sus condiciones objetivas, sino también, y
fundamentalmente, por lo que ha llamado Habitus, o disposiciones, una estructura estructurada por las
condiciones objetivas y estructurante de percepciones, pensamiento y acción. Si los objetivos de la
intervención desconocen el habitus pueden aparecer frente a los agentes como imposible, fuera de su
alcance. Esta segunda ayuda teórica nos permite pensar las limitaciones de la formulación de
estrategias de intervención siguiendo solamente nuestra intencionalidad e ignorando lo que es el otro.
3_ con la ayuda de Lechner, hay que seguir hablando de sujetos, teniendo en cuenta la imposibilidad
de una subjetividad plena, se afirma que los sujetos siempre están en devenir, lo que nos permite intuir
que siempre portan potencialidades. Los sujetos se constituyen recíprocamente, a través del
establecimiento conflictivo o negociado de los limites entre uno y otro.
4_ Desde Castel: vamos a recuperar la marginalización como un proceso y no como un estado. El
autor habla de dos tipo de soportes: la inscripción relacional, en cuanto a soporte de relaciones, y
inscripción laboral, en cuanto al mercado laboral y tipo de trabajo. Ubica a los sujetos en distintas
zonas y las llama: Zona de desafiliación ( cuando no hay soporte relacional ni trabajo); zona de
vulnerabilidad( el trabajo es inestable pero existe y hay fragilidad en las relaciones); zona de
marginalidad integrada; zona de integración (aunq el trabajo sea en negro y donde hay una inscripción
relacional).
Podríamos decir que desde nuestro nivel de abordaje, fundamentalmente trabajamos con sujetos
artificialmente ubicados, pero en que zona? En la de la VULNERABILIDAD y la de INTEGRACION,
muy rara vez trabajamos con desafiliados.
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5_desde los aportes de Laclau, no hay identidades necesarias sino que siempre son contingentes y
precarias. Cada agente social es penetrado por una multiplicidad de posiciones de sujeto que no
encuentran un eje aglutinante necesario en la posición de ese agente en las relaciones sociales.
En Laclau no hay intereses objetivos ni sujetos preconstituidos; hay procesos sociales contingentes e
identidades precarias. Cuestiona la “constitutividad” de los sujetos:
crítica a la concepción de sujeto que hace de èl un agente racional y transparente a si mismo
(nieztche).
crítica a la supuesta unidad y homogeneidad del conjunto de sus posiciones (Freud)
crítica a la concepción que ve en èl el origen y fundamente de las relaciones sociales
(Heidegger)
Los sujetos no son el origen de las relacione sociales, sino que hay POSICIONES DE SUJETO al
interior de una estructura discursiva. Las fuerzas en lucha están sometidas a constantes
desplazamientos que requieren permanente redefinición.
Plantea 3 formas de relación entre los sujetos, que no deben identificarse:
SUBORDINACION: un agente sometido alas decisiones de otro.
OPRESION: relaciones de subordinación q se han transformado en sede de antagonismos.
DOMINACION: relaciones de subordinación consideradas ilegitimas desde el juicio de un
agente exterior a ellas.
Están estallando los esquemas de interpretación, están quebrando las viejas lentes epistemológicas y
teóricas. El desafío de la intervención social no remite solamente al cómo, sino fundamentalmente al
PORQUÉ. Trabajo social se inserta en la delicada tensión entre el cómo y el porqué. La intervención
no es un mero hacer. Si no mejoramos estas dos miradas, la mejora de la intervención es imposible.
Si nosotros queremos reformar las intervenciones asistencialistas, no hay otro camino que revisar las
interpretaciones. Al campo del trabajo social ingresan los sujetos que tienen dificultades para
reproducir su existencia en los términos establecidos socialmente. Estas dificultades no son solo de
orden económico, sino tmb afectivo, vincular, simbólico.
Pero los ejes a partir de los cuales los sujetos se encuentran incluidos o excluidos hoy se encuentran
multiplicados por q lo social ha estallado. Todos los criterios binarios de categorización, como
consecuencia, tmb estallan: dominantes-dominados; periferia-centro; burguesía-proletariado; deben
ser resinificados a partir de sujetos que pueden portar distintas posiciones.
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Ciudadanía y Acción Colectiva:
La ciudadanía como categoría política puede considerarse en torno a 3 dimensiones:
La ciudadanía se identifica con los derechos- civiles políticos y sociales: la ciudadanía
civil otorga al individuo un conjunto de derechos asociados a la libertad: libertad de palabra, de
circulación, de pensamiento, religión, de igualdad ante la ley, etc. Por su parte la ciudadanía
política reconoce el derecho al sufragio, a la participación política en calidad de elector o
dirigente. Y finalmente, la ciudadanía social, atribuye a los sujetos el derecho a un nivel
adecuado de educación, de salud, de habitación y de seguridad social.
La ciudadanía es pertenencia a la comunidad política.
La ciudadanía es participación: en la que derechos significa su ejercicio efectivo y en la que
la pertenencia es participación en la construcción de una identidad y de un orden político
democrático.
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La ubicación en la historia nos remite a momentos particulares del contexto que van dando vida a la
organización. Asi los principales hechos le imprimen a las mismas particularidades, de acuerdo al
proceso histórico, social económico y político.
Desde el contexto surgen problemas o necesidades q influyen en las organización o en algunos casos,
impulsan q las mismas surjan.
Contexto inmediato o significativo: comprende factores físicos (barrio, ambiente ecológico) y otros
factores humanos como los actores sociales, indiv, colec.
Contexto general: las políticas, los planes, la modificación e interacción de organizaciones .
Ambos contexto influyen en la organización, esta influencia puede ser negativa o positiva, por ello la
organización debe estar atenta.
La organización implica entonces como primer desafío resolver el problema de la acción colectiva
¿porque estamos juntos ¿, que propones y que ponemos en la organización? Como resolvemos
tensiones?.
La acción colectiva es un producto en proceso y un proceso de producción.
Colocamos como pares de análisis cooperación y conflicto, en tanto COOPERAR es operar con otros,
y en ese camino a la co-operación, emergen dia a dia situaciones CONFLCITIVAS q impiden u
obstaculizan la acción colectiva.
El conflicto, es estudiado por autores como Crozier y Friedberg desde la temática del poder, según
èstos, cualquier análisis serio de la acción colectiva debe considerar al PODER como centro de sus
reflexiones. Los seres humanos nos encontramos o generamos situaciones conflictivas, pueden darse
por:
o Suele haber intereses encontrado
o Se ve y se analiza la realidad de diferentes maneras, entonces un mismo hecho puede ser
justo o injusto segun quien lo mire
o No se respetan normas o acuerdos sobre el objeto o la situación en conflicto.
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Los conflictos pueden resolverse:
Aniquilando al otro
Abviandolo
A traves de la negociación.
_La forma REAL: cuando los miembros de una isntitucion o grupo influyen efectivamente sobre todos
los proceso de la vida institucional y sobre la naturaleza de sus decisiones. Ejercen poder real en el
proceso de toma de decisiones de la política institucional
_La forma SIMBOLICA: acciones que ejercen poca o nula influencia sobre la política y la gestión
institucional y que generan en los individuos o grupos, la ilusión de u poder inexistente.
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* Forma: ¿Qué y quienes se representan?Represetnacion como delegación, elección, selección de los
representantes del conjunto.
Representaciones sociales:
*Son ideas, pensamientos, imágenes, concepciones, percepciones, visiones y nociones de los
agentes, acotes-sujetos sociales acerca de sus relacione subjetivas e intersubjetivas, sonsico mismos,
con los otros y con la realidad socialemnte construida.
*Giddens plantea que es necesario entender los imaginarios sociales como un sistema simbolico q
produce un grupo o coelctividad a traves del cual se percibe, de divide, que tienen funciones de
legitimación o invalidación, exlusion inclusión, designa la identidad de un coelctivo y ordena la historia.
Articulacion:
Significa establecer relaciones con otros actores que faciliten la concreción de objetivos sociales y q
trascienden los intereses particulares de las organización y/o intuiciones involucradas. Podemos
hablar de:
_Articularnos territorialmente: establecemos relaciones sociales y políticas con entidades u
organización con las que compartimos el territorio,. Nos reconocemos como actores capaces de
pensar, coordinar y realizar acciones conjuntas.
_Articularnos sectorialmente: establecemos relaciones de solidaridad con otras organización o
grupos de nuestra misma naturaleza. Relacionándonos en espacios mayores de participación
colectiva. En función de intereses, problemas y necesidades comunes y proponer alternativas de
resolución
_Articularnos intersectorialmente: nos relacionamos con otras entidades o instituciones en función de
temáticas y problemas propios.
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Potencialidades
Comportamientos asociativos: existirá un proceso de socialización de la acción colectiva
que podría trasladarse a nuevas iniciativas cuando la realidad lo imponga. La participación
en organizaciones populares contribuye a desactivar la lógica del individualismo.
Fortalecimiento de la identidad positiva: en tanto estas experiencias pueden permitir
encontrar/se con otros iguales y diferentes, y a partir de este reconocimiento entablar
acciones colectivas q mejoren sus condiciones de vida y modifiquen sus representaciones.
Aprendizaje de comportamientos democráticos: aun cuando muchas veces no exista una
noción clara de democracia, mayoría de quienes valorizan los espacios colectivos
comunitarios como instancias donde es posible debatir, criticar, opinar, proponer.
Cambio en las condiciones de vida y espacio compensatorio de ayuda mutua: con el
desempleo, el hambre, la crisis la violencia, una copa de leche, un techo, una fiesta, un
método anticonceptivo contribuye mejorar las condiciones de vida.
Favorecer el desarrollo y crecimiento personal: cuando las personas lograr expresara sus
opiniones, tomar decisiones pro si mismas o realizar acciones a un objetivo,, se sienten
mas útiles y confiadas en si misma, lo q afecta positivamente su autoimagen y la valoración
de mi misma.
Fortalece la motivación y el compromiso con la organización: cuando se promueve la
participación de las personas en tareas especificas y en al toma de decisiones e genera
una relación de cercanía entre los miembros y mayor compromiso e integración de grupo.
Promover la democracia y el respeto por las diferencias: promover la participación implica
conocer y practicar una serie de normas, valores y actitudes que sirven como aprendizaje
para la vida colectiva y la participación en la sociedad.
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El “arriba” y el “abajo” son categorías que expresan concretamente un ordenamiento físico, que
al mismo tiempo es un ordenamiento jerárquico. Arriba está el poder, los que tienen y deciden. Abajo
los súbditos. Una vez instalada esta distinción, funciona como esquema de percepción que separa a
las personas e impide cualquier acción colectiva estable. Esta distinción estructura el espacio urbano y
social.
Pero también existe un eje de oposición interna, con una cierta localización espacial. Los “del
fondo”. Allí también surgen los discursos que describen y condenan cierto tipo de pobreza. Se trata de
identificar a los “pobres por su culpa”, que no son merecedores de ninguna ayuda. Siempre aparece el
discurso acusador hacia aquellos que, o bien son más pobres que uno, o carecen de cosas que uno
tiene. No se trata siempre de cosas materiales sino de valores morales. La indignación moral funciona
como defensa, como forma de auto-presentación, en especial frente a los de “afuera”.
La desocupación y la poca voluntad de trabajo, por parte de algunos, constituyen dos factores
que la población asocia con la probabilidad de incurrir en prácticas delictivas. Según una
representación el desempleo no autoriza al que lo padece a permanecer ocioso, “sin trabajar”. Desde
esta perspectiva el trabajo es sobre todo una cuestión de voluntad.
Los pobres que no siempre han sido pobres, que han experimentado una trayectoria social
descendente, manifiestan un gran interés en distinguirse del resto de los pobres de la villa con quienes
comparten una situación objetiva de necesidad. La pobreza tiende a ser explicada como
consecuencia de una conducta moralmente condenable.
En muchos casos, la conciencia de la condición de pobreza contiene un claro conocimiento de
los determinismos sociales, y al mismo tiempo, una voluntad manifiesta de oponer la fuerza de lo
posible al destino más probable.
Pobreza extrema y obstáculos para la acción colectiva
Las condiciones objetivas de vida y las configuraciones que las expresan en la subjetividad de
los agentes condicionan las prácticas individuales y colectivas. Por ello, es preciso prestar más
atención a la lógica de la acción colectiva en contextos urbanos pobres.
Hay que preguntarse por que se realizan exitosamente algunas obras de interés general y
porque fracasan otras. Cooperar supone la posesión de predisposiciones específicas. La actitud
“natural” consiste en confiar en uno mismo.
La cooperación supone una cierta capacidad de tomar decisiones en grupo, de participar en
acciones que tienen objetivos que trascienden intereses particulares. Mientras más chico es el grupo
cooperante y más cerca se encuentran, más probable es la acción colectiva sostenida. Mayor es el
nivel de integración, más complejos son los problemas de la representación, representatividad, control
por parte de los miembros de la asociación, etc. La acción grupal no brinda siempre la seguridad de
ser beneficiado. Muchos prefieren que la ayuda vaya directamente a las familias. La mediación del
grupo genera incertidumbre acerca del destino final de los recursos asignados. Para comprometerse
en acciones colectivas se requieren recursos, entre ellos el tiempo. El trabajo en los hombres y el
número de hijos de las amas de casa, en muchos casos determinan la cantidad de tiempo disponible
para participar en actividades de interés común.
A veces el impulso inicial viene de afuera, la presencia de un agente externo constituye una
especie de catalizador, una voz autorizada que congrega a una pluralidad de sujetos para emprender
una acción de interés común. Este tipo de acción colectiva, además de local es acotada. La
organización que la promueve y realiza muere con la conquista del objetivo, está limitada a su
realización. Para cada necesidad hay una experiencia de organización, un proceso especifico, actores
determinados.
Las condiciones estructurales atentan contra la constitución de organizaciones fuertes, estables
y representativas aptas para administrar conflictos y para el logro de finalidades más generales.
También es muy común encontrarse con un conjunto de instituciones y organizaciones que
compiten por la representación en el barrio. No es fácil la convivencia y la realización de acciones
colectivas entre representantes de distintos intereses políticos, ideológicos, religiosos, etc que por lo
general no están ni capacitados ni predispuestos para la negociación y el acuerdo.
Mientras más críticas son las condiciones de vida de la población, mayor es la probabilidad de
encontrarnos con situaciones de fragmentación de la representación, organizaciones múltiples e
inestables, tendencias a la acción puramente individualista y desconfianza hacia toda forma de
autoridad local.
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Las villas miseria tienen un carácter estructuralmente inestable. Esto no quiere decir que no
haya grupos estabilizados en las villas sino que es el caso menos frecuente. La mayoría se vive allí
porque no se tiene alternativa. Las instituciones y las relaciones sociales son siempre provisorias,
siempre amenazas por otras formas y relaciones. Todos los liderazgos deben trabajar
permanentemente por la revalidación de sus títulos. No hay legitimidad institucionalizada por un
procedimiento que haga previsible las vías de acceso al liderazgo, ni su cuestionamiento y duración.
Toda autoridad es sospechada. Las delegaciones son extremadamente inestables. La posición del
representante se encuentra siempre amenazada por alguno de los representados, los cuales, dada la
proximidad, pueden imaginarse estando en el lugar del representante y gozar de sus ventajas, sean
reales o imaginarias. En la comunidad local, las relaciones primarias impiden que se establezca esa
distancia entre representante y representados que hace posible muchas veces la “magia” de la
legitimidad.
Ante la pregunta de quienes serian los eventuales ejecutores legítimos de programas
asistenciales, muchos responden que confiarían más en personas que están por encima de las
disputas internas del barrio. En otros términos, puesto que de repartir se trata, muchos prefieren
confiar en individuos que están por encima (en términos de jerarquía social y conocimiento) de los
mismos necesitados para hacer esta tarea. Junto con la figura del asistente social aparecen otros
personajes que no entran en las “sospechas” como los sacerdotes y las religiosas.
Las evidencias indican que no estamos en presencia de una lucha donde las iniciativas de los
subordinados son explícitamente desconocidas y reprimidas por los dominantes. En realidad, estos
últimos dominan no tanto porque reprimen (o no escuchan) “la voz del pueblo”, sino porque los grupos
sociales muchas veces carecen hasta de las capacidades mínimas para expresar sus necesidades e
intereses y para transformarlas en demandas y objetivos.
Dilemas prácticos del asistencialismo
La asistencia se despliega básicamente como una acción directa de distribución de bienes o
servicios. Se trata de una relación estructuralmente asimétrica entre alguien que da y alguien que
recibe. Toda acción social tiene una elevada potencialidad de conflicto.
La asistencia, en su forma ideal-típica es particularmente arbitraria. Es difícil estandarizar
necesidades y prioridades como definir satisfactores adecuados a cada situación.
En general, las cualidades de los agentes distribuidores no son, en lo fundamental, rasgos
personales del sujeto, sino una especie de “efecto de institución”. No es lo mismo ser asistente social
que militante de un partido político, voluntario de una iglesia, o bien funcionario de gobierno. En todos
los casos, la pertenencia institucional activa distintas expectativas, actitudes y predisposiciones por
parte de la población-objeto de la ayuda social.
La pobreza en su estado más extremo y duradero genera una actitud proclive al
asistencialismo. La situación objetiva de necesidad no permite elegir.
Por lo general, todo reparto es insuficiente. La focalización tan buscada no es una operación
sencilla. Sin embargo, el asistencialismo es una intervención que por definición requiere criterios de
inclusión/exclusión. La misma población lo demanda. Un reparto indiscriminado que beneficia también
a quienes no tienen necesidades no goza de la simpatía de la gente. La mayoría de las veces
instauran una distinción entre el pobre que merece ayuda y el que no. El factor discriminante
generalmente es de orden moral.
Aquellos que actúan como intermediadores entre las instituciones asistenciales y los
pobladores adquieren una posición de liderazgo que no es conquistada, delegada o elegida. Por un
lado, hay que tener condiciones expresivas y aprender mediante la experiencia. Este “repartidor
cercano” precisamente en virtud de la vecindad espacial y social que lo une a los asistidos, tiene que
hacer un esfuerzo mayor para lograr un efecto de distinción, para que no sea confundido con los
demás.
Existen dos actitudes típicas de participación. Una es la predisposición a la asistencia, fruto de
determinadas condiciones objetivas de vida y de una experiencia concreta como usuario de
programas asistenciales. Otra es la participación obligada en programas que en el fondo, además de
brindar una ayuda producen una cierta insatisfacción en la medida que afecta la dignidad y autoestima
de los beneficiarios.
Instrumentalización política
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El asistencialismo tiene una racionalidad política explicita. El reparto y la asignación de bienes y
recursos es siempre un trueque. Sin embargo, el carácter discontinuo, discreto, puntual del
intercambio asistencial no lo vuelve apto para construir legitimidades duraderas. Por el contrario sirve
para hacer “negocios” localizados y temporales.
Hay razones para dudar acerca de la existencia de una relación estable entre el reparto y el
voto. Sin embargo, la estrategia asistencial todavía constituye un instrumento útil para movilizar o
lograr afiliaciones partidarias.
El resultado es una percepción muy particular de la política como práctica. Se asocia a la
desunión, la lucha de intereses, la fragmentación, la mentira, las promesas incumplidas, la
inescrupulosidad ante los medios, el poder, entendido como capacidad de usar recursos públicos para
fines privados, la corrupción, etc.
Las condiciones objetivas de vida, por más estrechas y limitadas que sean, nunca determinan
completamente la conducta de los sujetos. Estos siempre actúan en forma inteligente y sus prácticas
no pueden ser interpretadas con modelos teóricos deterministas simples.
Si pudiéramos detenernos hoy en el análisis del debate en el Cono Sur Latinoamericano en los
últimos años, en torno a las transformaciones en Trabajo Social., podríamos plantear el estado de la
cuestión señalando que se discute:
- La relación del Trabajo Social –Sociedad.
- Dentro de esta relación, se discute el rol y la construcción de Identidad del Trabajo Social.
- Y la relación Investigación – Intervención en Trabajo Social, que equivale a la vieja discusión de la
relación entre Teoría y Práctica en Trabajo Social.
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racionalidad científica genere una intervención mejor, sino una intervención específica, y esa es la
cuestión.
- Como ocurre con cualquier profesión de intervención, la nuestra presenta tres relaciones
problemáticas, algunos campos de tensión, que vienen siendo objeto de análisis a nivel del Cono Sur:
- Por una parte, la relación investigación – intervención. Una y otra responden a lógicas diferentes,
tiene objetivos diferentes. La investigación responde a la lógica explicativa de porqué las cosas son
o están como están, buscando respuestas fundadas a este problema. La intervención, en cambio,
responde a la modificación, a la transformación, a la restitución, al cambio, y SU EJE NO ESTÁ
CENTRADO EN EL ESPACIO RACIONAL. Contiene a lo racional como MEDIACIÓN, pero se
define en el campo de práctica real. Es la práctica real la que modifica: las ideas operan como
mediaciones.Es la mediación de la teoría, o del logos, o del sentido, la que hace que la práctica
redefina su significado. Pero es una lógica que se define en el terreno de la práctica –teóricamente
fundada-. Aquí radican las posibilidades de Trabajo Social, y también sus limitaciones.
- Por otra parte, otro campo de tensión radica en que, si Investigación e Intervención son diferentes,
y cuando planteamos relaciones de mediación entre ellas, estamos hablando de articulación. Esta
se da en un doble sentido:
La investigación funda a la práctica de intervención. Sin la investigación la intervención
es indiscriminada. No la podemos justificar.
La intervención determina a la investigación en Trabajo Social, le señala su finalidad. En
TS investigamos para intervenir. La intervención determina modos específicos de ver.
- El tercer campo de tensión que queremos marcar hace a la necesidad de discriminar entre
intervención y diagnóstico. Diagnosticar es aplicar saberes instrumentales a un quehacer, de
manera que hace parte constitutiva de la intervención; no produce conocimientos, sino que utiliza
saberes y también los produce; es directamente funcional a la intervención, tiene una finalidad
práctica; la investigación, en cambio, tiene por finalidad la producción de conocimientos
CON ESTO ESTAMOS AFIRMANDO ENFÁTICAMENTE QUE LA INTERVENCIÓN NO PRODUCE
CONOCIMIENTOS SINO SABERES. SI LA PROFESIÓN REQUIERE LA PRODUCCIÓN DE
CONOCIMIENTOS ESPECÍFICOS, DEBERÁ INDEFECTIBLEMENTE, APELAR A LA LÓGICA DE
LA INVESTIGACIÓN, QUE ES DIFERENTE DE LA LÓGICA DE LA INTERVENCIÓN.
La vieja distinción binaria entre saber y hacer ha sido reemplazada por la tensión saber-
conocer en la intervención.
OBJETO: Al plantear que Trabajo Social es intervención fundada, que tiene una naturaleza,
estamos diciendo que tiene, un objeto, y que se requiere una teoría en torno al mismo. Hablar de
objeto de una disciplina es preguntarnos por el equivalente teórico de un campo de problemas reales
que demandan resolución; es afirmar nuevamente que los hechos hablan de acuerdo con las teorías
que los están sustentando, se accede a lo real a través de mediaciones, de articulación entre teoría y
empiria, entre expresiones de lo real y sus significaciones.
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la intención es precisarlo y resignificarlo, en la convicción de su carácter histórico-social, para
afirmar la necesidad de refutar los contenidos categoriales a priori. La racionalidad hoy pasa por
reconstituir los fenómenos sociales en situación, recuperando para ello la pluralidad de las voces en
conflicto.
El campo del Trabajo Social se ubica, en la compleja intersección entre los obstáculos que
tienen los sectores subalternos para la reproducción cotidiana de su existencia, y la organización de la
distribución secundaria del ingreso. Trabajo Social interviene en los procesos específicos de encuentro
de los sectores subalternos con los objetos de su necesidad.Trabajo Social modifica los procesos a
través de los cuales los sujetos intentan defender, mejorar o adaptar sus condiciones de vida a través
de la demanda y de la búsqueda, de satisfactores. En torno al objeto tiene un lugar específico en la
lucha por las necesidades; y la lucha no se reduce a los procesos de asignación de recursos; termina
resolviéndose con la asignación de satisfactores, pero comienza mucho antes.
a modo de hipótesis Trabajo Social tiene un lugar específico en tres momentos fundantes de la
política de necesidades, y los tres son –o deberían constituirse- en objeto de Trabajo Social. Estos tres
momentos son:
1. La lucha por establecer o por negar el estatuto público de una necesidad dada, esto es, la
lucha por validar la necesidad como un asunto de legítima preocupación política o por
clasificarlo como un tema no político.
Este momento, constitutivo del objeto, requiere por un lado, el reconocimiento de la necesidad
de un discurso acerca de las necesidades, y por el otro, el reconocimiento de que en el campo se
encuentran en competencia una diversidad de formas de hablar sobre las necesidades de las
personas. Se trata, de la lucha por las necesidades, lucha simbólica, donde se juegan los recursos
discursivos disponibles por el colectivo a los fines de disputar legitimidad, frente a la colectividad
enfrentada con sus demandas. Bourdieu: “el mundo social es el lugar de luchas a propósitos de
palabras que deben su gravedad –y veces su violencia- al hecho de que las palabras hacen las cosas
en gran parte, y que cambiar las palabras... es ya cambiar las cosas... El combate para conocer
científicamente la realidad debe casi siempre comenzar por una lucha contra las palabras”. Hablamos
de diversidad de formas de hablar haciendo referencia al pluralismo, a la estratificación, al
reconocimiento de la existencia de discursos que son hegemónicos, autorizados y sancionados
oficialmente, y otros no hegemónicos, descalificados y descartados. Que los discursos hegemónicos
sobre las necesidades están institucionalizados en los terrenos discursivos y los discursos subalternos
sobre las necesidades suelen estar insertos en contextos subculturales y normalmente son excluidos
de los terrenos discursivos centrales.
aquí está la gran riqueza de este momento de la lucha si se piensa nuestra posibilidad de
articulación entre la dimensión académica y la dimensión de las prácticas sociales de los sectores con
los cuales trabajamos, en la competencia por otorgar estatuto político a sus necesidades. Uno de los
problemas sustantivos para nosotros es que lo que nos está faltando es un proceso de profunda
reflexividad que se exprese en nuevas palabras, sin lo cual no hay interpretación lúdica posible.
No hay hechos en sí, no hay necesidades en sí, las necesidades como cualquier otro hecho, no
tienen otra posibilidad de existencia sino siendo al mismo tiempo interpretadas. Cada vez que
enunciamos algo, tendremos que aceptar que hay versiones distintas del mismo hecho para que
desate el conflicto de interpretaciones. Si esto se generaliza, lo que cae primero es el argumento de
autoridad y el discurso absoluto.
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además, que como resultado de esta relación asimétrica entre colocutores y cointérpretes,
comúnmente los miembros de los grupos subalternos vienen internalizando interpretaciones sobre sus
necesidades que van en contra de sus propios intereses.
3. Si estos dos momentos de la lucha –por otorgar un estatuto político a la necesidad y por su
interpretación- se resuelven favorablemente, recién entonces nos encontramos frente al
momento de la asignación de los recursos.
Los tres momentos, a mi entender, son, o deben devenir, objeto del Trabajo Social ya que no se
trata entonces tan solo de asignar recursos o de denegarlos, sino de la producción discursiva en la
lucha por las necesidades, por su constitución e interpretación como tal. Cada momento remite a
distintas estrategias, supone distintos actores e interlocutores. Pero en los tres momentos, se trata de
ACTOS E INTERVENCIONES.
Trabajo Social, por el nivel de su inserción en la dinámica social, se ubica como un experto
cuyo discurso opera como medio para traducir las necesidades en objeto de potencial intervención
estatal. Su particularidad es que, al trabajar con sectores subalternos, puede operar como PUENTE
PRIVILEGIADO entre las demandas de tales sectores y las instituciones estatales y agencias no
estatales que potencialmente pueden articularse para atender las demandas. Por otra parte, puede
intervenir activamente –hablamos de la dimensión socioeducativa- en la lucha por el despliegue de
interpretaciones alternativas a las hegemónicas, contribuyendo a su reposicionamiento como
interlocutores con mayor fuerza, recuperando su condición de miembros de grupos sociales, y no
como “casos”.
No se trata del esquema binario pobreza-modernización, ya no se puede pensar en estos
términos. La pobreza no es algo ajeno a la modernización, sino que la modernización produce
pobreza, y también desintegración. Todos los criterios binarios de categorización hoy estallan y deben
ser resignificadas a partir del reconocimiento de sujetos que pueden portar distintas posiciones en
campos específicos. Hoy es necesario reconocer que de los procesos simbólicos de expectativas de la
modernización, toda la población participa. Se trata de procesos que han permeado profundamente a
todos los sectores sociales. Por eso decíamos que los sectores populares internalizan los discursos
hegemónicos. Y además, al decir de Emilio Tenti, “la pobreza de condición produce pobreza de
disposición”, la pobreza no produce claridad, produce grandes dificultades para la práctica crítica.
La cuestión de los sujetos en también requiere una profunda resignificación, a partir de su
ingreso coactivo a universos culturales que les son ajenos.
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parte constitutiva de su especificidad la lucha por un nuevo estatuto político para la cuestión social, su
intervención en la tensa disputa por la intervención de las necesidades de nuestra gente, y finalmente
la intervención activa, en el proceso de encuentro de los sujetos con los objetos de su necesidad.
Entonces, creo, seguiremos enriqueciendo la esencia de nuestro oficio y el sentido de nuestra
profesión.
Un recorrido por distintos autores que vienen planteándose el problema del objeto del Trabajo
Social en los últimos años permite señalar, en el proceso de discusión, por lo menos cuatro obstáculos
más o menos constantes:
La tendencia a identificar el objeto con una de las categorías más amplias y abarcativas de la
dinámica social: el “problema social”, lo cual dificulta el necesario cierre del campo.
La predominancia del sentido común como marco de referencia.
El empirismo que entraña la consideración de los objetos que abordamos como “dados”, como
“hechos en sí” y que por lo tanto no requieren interrogación.
la utilización sin mediaciones de las construcciones teóricas de otras disciplinas, tomadas como a
priori, y que conforman una visión formalista
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Formulamos las siguientes hipótesis:
1. El campo del Trabajo Social es el campo de la reproducción cotidiana de la existencia
2. En los procesos de reproducción cotidiana de la existencia, Trabajo Social interviene en tanto se
presenten obstáculos a dicha reproducción, y sean socialmente reconocidos como tales,
estableciendo vinculación entre las necesidades y carencias y los satisfactores involucrados en la
intervención.
3. Los procesos de vinculación entre necesidades y carencias por un lado, y satisfactores por otro,
tienen una dimensión material y una no material; esta última incorpora las representaciones o
saberes y las relaciones entre los sujetos.
Estamos afirmando a través de estas tres hipótesis que nuestro objeto de intervención se sitúa
en Procesos –expresión con la cual apelamos a la idea de tránsito, de movimiento, de encuentro entre
sujetos, hechos, fenómenos y cosas– a través de los cuales se redefinen situaciones materiales, pero
también vinculares y simbólicas.
Sostenemos que Trabajo Social interviene en los procesos de la reproducción cotidiana que se
desarrollan fundamentalmente en el ámbito doméstico,que implica todas aquellas actividades de
producción y consumo cotidiano de bienes y servicios, así como las actividades ligadas a la reposición
generacional (procreación, cuidado y socialización de los hijos). De modo que el espacio público
comunitario también es constitutivo del ámbito doméstico, en tanto se centra en la provisión de
infraestructura básica y servicios sociales facilitadores de las tareas domésticas, como así también en
el desarrollo de procesos de capacitación y constitución de vínculos y actores.
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Al respecto, hacemos nuestras las afirmaciones de Susana García Salord en cuanto a que sí,
intervenimos –como otras profesiones- en las condiciones de vida y en las circunstancias de la
interacción social, pero en cuanto se presentan obstáculos para la producción y reproducción de los
sujetos, e indirectamente, de la sociedad. Esta intervención en la esfera de los obstáculos a la
reproducción de los sectores subalternos, se produce, en procesos de búsqueda y encuentro de los
sujetos con los objetos de su necesidad: el objeto se constituye por la red de relaciones que va
tejiéndose entre los sujetos demandantes de satisfactores socialmente disponibles y necesarios para
la reproducción, y los agentes que disponen de los recursos.
Es inevitable la alusión a los procesos de distribución secundaria del ingreso, que si bien se
ubican a nivel estatal, van definiendo cuáles son los recursos socialmente disponibles, y para quiénes;
por lo que la referencia a estos procesos, no remite a un campo puramente estatal, sino
fundamentalmente societal, en tanto permea al conjunto de la sociedad civil, en cuyo seno se van
definiendo, qué satisfactores se demandan, cuales se inscriben como requerimiento para las
estrategias de vida de los distintos grupos sociales. Por eso decimos que la distribución secundaria del
ingreso trasciende la esfera estatal y compromete al conjunto de la sociedad civil.
3. Los procesos de vinculación entre necesidades y carencias por un lado y satisfactores por
el otro, tienen una dimensión material y una no material; esta última incorpora las
representaciones o saberes y las relaciones entre los sujetos.
Norbert Lechner plantea una situación dilemática en cuanto al sistema de necesidades, que
llega a interiorizarse hasta formar parte de la estructura de personalidad. Expresa que, al mismo
tiempo que se puede demostrar la artificialidad de muchas necesidades en sociedades como la
nuestra, en el otro extremo se produce una manipulación de las necesidades al nivel de la
sobrevivencia física: expresa que, a menor nivel de necesidades, más fácil su satisfacción; es una
seudosatisfacción, que se logra mediante la restricción drástica de las necesidades. Se satisfacen
pocas necesidades de todos y muchas necesidades de algunos; la igualdad en la satisfacción se logra
a través de una mayor desigualdad en las necesidades.
Coincidentemente, Agnes Heller dice que en el Capitalismo es la posesión, el eje que preside la
articulación de la estructura de necesidades, y la posesión, en los sectores subalternos, se expresa
como necesidad de reducir los deseos a meras necesidades vitales, y que estos sectores han
aprendido y van aprendiendo a no pretender más que una satisfacción de las necesidades que les han
asignado.
Este nos parece un tema clave para Trabajo Social, sobre todo para aquellas estrategias de
intervención a realizar un mayor análisis de esta cuestión, y también para debatir cierta tendencia a
analizar las necesidades de la gente desde una estructura universal, supuestamente válida para
cualquier situación; además ayuda a repensar aquella expresión acuñada de “necesidades sentidas”
en cuanto aparentemente nos ligaría con los deseos libremente desarrollados por la gente, sin tomar
en cuenta las determinaciones sociales a las que hacíamos referencia.
Reconstruyendo el pensamiento de Agnes Heller nos parece útil plantear algunas categorías de
necesidades.La autora, plantea lo siguiente:
24
Estructura de necesidades
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vida. Se desarrollan en el seno mismo de una sociedad determinada, pero no pueden ser satisfechas
dentro de ella, por no ser incorporables al sistema de necesidades de esa sociedad determinada. Las
necesidades radicales pueden motivar que los hombres, produzcan una formación social radicalmente
diferente de la precedente, cuyo sistema de necesidades –radicalmente nuevo- se diferenciará
cualitativamente de los pasados.
Ahora bien, ¿en qué nivel de la estructura de necesidades interviene TS?. Nosotros creemos
que lo hace a nivel de las necesidades necesarias a la reproducción del particular, y la reproducción
social. Que, como ocurre con cualquier práctica social, puede intervenir reproduciendo, los contenidos
alienados o desde una perspectiva crítica.
Para abonar nuestra afirmación acerca de nuestra intervención a nivel de las necesidades
existenciales y necesarias propiamente dichas, nos parece importante citar textualmente a Marshal
Wolfe: “…la asistencia se basa en la estructura de la sociedad, cualquiera sea ella. La meta de la
asistencia consiste en mitigar algunas manifestaciones extremas de las diferencias sociales, a fin de
que la estructura social pueda seguir basándose en esas diferencias. como el centro de atención es el
todo social, no hay razón para ayudar a la persona más de lo que exige el mandamiento statu quo
social. El punto de vista son los requisitos del orden existente, no las necesidades de la mayoría.
Trabajo Social, en sus múltiples intervenciones, se topa diariamente con aquello que Sartre ha
denominado “lo que hace el hombre con lo que han hecho de él”, y en esta dimensión puede ser de
dos tipos: aportando información que el sujeto desconoce, o criticando los contenidos de su esquema
de interpretación a partir de sus propios resultados. la información no sólo se refiere a la organización
y administración de los recursos, sino al plano de la prevención, o en la creación de nuevos
satisfactores a través de experiencias autogestionadas. Respecto a la segunda línea el Trabajador
social se ubicaría como agente externo y puede aportar intentando que los sujetos con los que actúa
pongan presentes aquellas rutinas que, por demasiado conocidas, nunca son registradas. es posible
solo a partir de sus propios resultados, cuando ocurre una “crisis”, y las certezas básicas elaboradas
como esquema resultan insuficientes
26
Cualquiera de las dos orientaciones exige al Trabajador social un conocimiento de la estructura
de los saberes cotidianos que cristalizan en sentido común, características sobresalientes:
- Su historicidad: En cada momento histórico varía el contenido. Hay cambios en cuanto al
contenido y a la extensión.
- Su pragmatismo: El saber cotidiano está destinado a resolver problemas cotidianos: responde a
objetivos prácticos, Para el saber cotidiano es verdadero el conocimiento que permite actuar
adecuadamente.
- Su gran estabilidad y cristalización: Sus contenidos son sumamente consistentes, precisamente
porque el único criterio de verdad es la acción. Su resistencia aparece en toda su magnitud cuando
se recibir críticas o impugnaciones.
A manera de síntesis
El objeto de Trabajo Social se sitúa en la delicada intersección entre los procesos de
reproducción cotidiana de la existencia, los obstáculos o dificultades que tienen los sectores
subalternos para su reproducción, y los procesos de distribución secundaria del ingreso TS interviene
en los procesos de encuentro de los sujetos con los objetos de su necesidad, y en ese tránsito
modifica no sólo condiciones materiales, sino también representaciones y relaciones sociales
cotidianas y con otras instancias de la dinámica social.
27
Los actores sociales están siempre en (trans)formación y la idea es que en el caso de los actores
colectivos, estas (trans)formaciones dependen en buena medida de las interacciones de varios
individuos o colectivos dentro de ciertos marcos institucionales.
Mediación comunitaria hacia la integración y mediación comunitaria con el modelo dialogico: dos
modelos conceptuales, dos modelos estructurales
28
Si el concepto de comunidad ha de ser sometido a revisión, la manera de mediar los conflictos
comunitarios recibirá el impacto de esa renovación. Con el apoyo de Berger podemos decir que mas
allá de la forma habitual de resolución de los conflictos, esto es, la imposición de una decisión por la
autoridad, hay dos enfoques conceptuales con los que es posible intervenir con espíritu mediador en la
gestion de los conflictos.
Hay dos modelos ideales de organización de la gestión de conflictos comunitarios que responden a
ellos: el primero de ellos el de la INTEGRACION, enfatiza el análisis de lo común que hay entre
aquellos que contienden: intereses, necesidades, conveniencias, etc. Y trabaja mirando al futuro para
resolver con base tales elementos comunes. Se trata de lograr una transacción entre los que disputan,
donde ambos cedan en función de sus propios intereses; la segunda opción, apoyada en una
comprensión dialógica del conflicto que incluye la diferencia como valor a partir del cual se construye,
supone un acercamiento a la SOCIOLOGIA DEL CONFLICTO. Una intervención mediadora y a la vez
transformativa: es la experiencia del proceso de revisión y análisis del conflicto emergente y
subyacente lo que aporta el índice de movilidad a las partes y en eso reside la esperanza de su
intervención. En la tarea, el mediador contribuye en un primer movimiento a la construcción del
discurso diferencial de cada parte, para luego intentar en el segundo movimiento yuxtaponer cada
discurso, cuestionando lo construido para dar lugar a una nueva construcción normativa común a
ambos discursos- tercer movimiento-
Si la sucesión de intervenciones tiene éxito propiciará la conversación de las visiones estructurales de
la sociedad en perspectivas mas cercanas a la red, en la que los diferentes se relacionan a partir de
lazos que no cuestionan la identidad sino que la refuerzan.
La practica de esta ultima perspectiva, aportaría elementos de flexibilidad a los grupos donde se
aplique, brindando herramientas para enfrentar los cambios, las movilidades y las desigualdades
materiales y simbólicas que producen nuestra sociedad de la información. Combinada con una
estrategia mas amplia de creación de instituciones intermedias alrededor de un programa de
mediación comunitaria de estas características podría conducir a la existencia de un soporte social
retroalimentado y flexible.
El modelo que hemos llamado aquí de mediación/ integración suele:
a) Tener una estructura de mediadores profesionalizados.
b) Ligados normalmente a la administración por una estructura funcionarial o a traves de la
tercerización del servicio.
c) Que intervienen a pedido de la administración, sin recibir casos de demanda “espontanea” ni
de derivación comunitaria.
d) Sin tener/mantener una relación directa y permanente con el tejido social
e) En sus intervenciones son fundamentales reactivas: responden a la existencia de un problema
y actúan en ese conflicto puntual y
f) Sus resultados suelen medirse en términos del numero de acuerdos alcanzados y la
evaluación suele realizarla la administración.
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e) Sus intervenciones son preventivas (funcionan para prevenir conflictos) proyectivas (intentan
remover las causas de los conflictos) y también reactivas (respondiendo a la existencia de un
conflicto), por lo que sostienen proyectos de intervención sostenida en la comunidad.
f) Sus resultados suelen medirse en términos de cantidad de vínculos establecidos con y entre
los ciudadanos, y de satisfacción expresada por estos, por ello, la evaluación suelen realizarla
los usuarios del sistema, los técnicos que derivan casos, las asociaciones que trabajan en el
territorio y los responsables de la administración.
(Èste podría llamarse “territorial” en tanto intenta poner raíces en el ámbito geográfico donde actua.)
TEXTO 10: LAS PRACTICAS SOCIALES UNA INTRO A PIERRE BOURDIEU. ALICIA GUTIERREZ
Bourdieu define a su enfoque como constructivismo estructuralista. Por estructuralismo
entiende que existen en el mundo estructuras objetivas independientes de la conciencia y de la
voluntad de los agentes, que son capaces de orientar o de coaccionar sus prácticas o sus
representaciones. Por constructivismo entiende que hay una génesis social de una parte de los
esquemas de percepción de pensamiento y de acción que son constitutivos de lo que llamo habitus.
El autor retoma el pensamiento relacional identificando lo real con relaciones por oposición al
pensamiento sustancialista que solo reconoce como realidades aquellas que se ofrecen a la intuición
directa. Pensar racionalmente es centrar el análisis en la estructura de las relaciones objetivas que
determina las formas que pueden tomar las interacciones y las representaciones que los agentes
tienen de la estructura de su posición en la misma de sus posibilidades y de sus practicas. El modo de
pensamiento sustancialista conduce a los mismos errores en la comparación no solo entre sociedades
diferentes sino también entre periodos sucesivos de la misma sociedad.
Pierre Bordieu tiene un rigor metodológico que queda atestiguado en dos hechos: primero sus
dos conceptos centrales habitus y campo constituyen nudos de relaciones. Un campo consiste en un
conjunto de relaciones objetivas entre posiciones históricamente definidas, y el habitus toma la forma
de un conjunto de relaciones históricas incorporadas a los agentes sociales.
Segundo, ambos conceptos son igualmente relacionales en el sentido en que se comprenden
uno con el otro.
Además es importante destacar que Bourdieu introduce la dimensión histórica en el modo de
pensamiento relacional, es decir el análisis tanto de las estructuras sociales externas como de las
estructuras sociales internalizadas comprende dos dimensiones la sincrónica y la diacrónica.
Hay ciertos enfoques que consisten en ubicar al actor social en el sistema de condiciones
objetivas en el que está inserto, sistema que, por coercitivo que sea nunca elimina totalmente el
margen de autonomía individual.
La acción social es explicada en términos de estrategia, partiendo de la hipótesis de que el
actor social selecciona aquella alternativa que, entre las que brindan sus condiciones objetivas,
considere acorde a sus intereses ligados a su posición dentro de ese sistema. Pero al considerar el
sistema de relaciones solo en su dimensión sincrónica sin tener en cuenta la historia del sistema en
términos de estructuración y restructuración de posiciones, y la historia incorporada al agente social en
forma de habitus, se pierde la posibilidad de explicar ciertas cuestiones como por ejemplo ¿que es lo
que hace que dos agentes que ocupan igual posición en el sistema, actúen de manera distinta?
Introducción: En términos generales se tiene muy asumido que la naturaleza humana busca
una continua superación, de tal forma que la satisfacción de una necesidad se viene a considerar
como un punto de partida para acometer nuevas necesidades. Deben, por tanto, considerarse en todo
momento las transformaciones culturales, los cambios sociales y los nuevos valores que conllevan. Se
suele hablar de la aparición de nuevas necesidades, cuando con toda propiedad habría que hablar de
30
nuevas condiciones en permanente cambio que hace que las necesidades sean satisfechas de formas
diferentes. Las nuevas relaciones de producción nos hacen pensar en nuevas necesidades.
Persisten, por lo tanto, las necesidades de siempre, pero aparecen otras nuevas formas
sociales. Se establecen nuevos escenarios donde se precisan muy distintas maneras de satisfacer las
necesidades humanas. En las sociedades desarrolladas las nuevas manifestaciones son fenómenos
que se suceden con rapidez y que implican la necesidad de crear y reconvertir estrategias
institucionales y asistenciales, pero también nuevos valores sociales y formas de vida.
Un autor como TONI DOMENECH sostiene que la moderna cultura burguesa ha despertado
necesidades autodestructivas, incompatibles con la supervivencia de la especie en un futuro nada
remoto y con la justicia y la igualdad en el lacerante presente. Y lo que no es preocupante, ha
arruinado la capacidad de los individuos para conocerse a sí mismos, para controlar sus deseos y
formar buena parte de sus necesidades. Partimos de la idea de que las necesidades, aunque diversas,
son interdependientes (sinérgicas), no así los satisfactores; esto es, una primera distinción
entre necesidades y deseos, y también la oportunidad de un cierto sentido de las necesidades
humanas orientado a la equidad y la reciprocidad.
En un segundo bloque se establece una quinta categoría lo que denomina como necesidades
de autorrealización o metanecesidades. Una vez cubiertas las demás necesidades estaremos en
condiciones de recibir impulsos hacia metas inagotables. Contemplan en esta categoría una mezcla de
valores: virtudes éticas, deseos y aspiraciones, desarrollo de capacidades, potencialidades. La
concepción maslowiana confunde las necesidades de las preferencias y deseos de los individuos. Esto
es puesto en evidencia por DOYAL Y GOUGH que rechazan este enfoque.
Desde otra perspectiva, historicista y dialéctica, cabe reseñar la establecida por AGNES HELLER.
Las necesidades se desarrollan por la continua superación de estadios históricos. La dialéctica de las
contradicciones en cada contexto se supera por la transformación de la sociedad en nuevas etapas
31
donde se lograrían satisfacer las necesidades plenamente. La principal autora de la Escuela de
Budapest clasifica las necesidades según:
Según HELLER las necesidades se refieren siempre a valores, y son definibles sólo a partir de
estos. Sólo podemos considerar como necesidades aquéllas de las cuales somos conscientes. Se
constituye, por tanto, una jerarquía de necesidades siempre relativas, ya que las necesidades
universales se deben conseguir, pero sólo se pueden lograr tras una transformación revolucionaria del
sistema capitalista. Las necesidades radicales se expresan en términos de liberación como: la
liberación del trabajo, democratización de las instituciones, la mayor participación de los sujetos, etc.
Otros autores propugnan una categorización de las necesidades fundamentada en una base de
universalización de las necesidades humanas, y para ello asignan un sentido estratégico inherente
para alcanzar su satisfacción. En este sentido, las necesidades humanas siempre representan
objetivos comunes que persiguen todos los individuos en cualquier contexto social y cultural. Lo que
varía son los medios y las formas de lograr las satisfacciones
GALTUNG parte del supuesto de que por cada necesidad identificable existe algún medio que
puede satisfacerla. Distingue entre:
GALTUNG establece también, lo que denomina como medios materiales de satisfacción cada
uno de los cuales puede ayudar a cubrir distintas necesidades. Por su parte, MAX-NEEF distingue entre
necesidades, satisfactores y bienes económicos. Si, por una parte, los bienes económicos tienen la
capacidad de afectar la eficiencia de los satisfactores, éstos, por otra parte, serán determinantes en la
generación y creación de aquéllos.
32
2. Pseudo-satisfactores. Estimulan una falsa sensación de satisfacción de una necesidad
determinada.
3. Inhibidores. Sobre satisfacen una necesidad determinada dificultando seriamente la
posibilidad de satisfacer otras necesidades.
4. Singulares. Se dirigen a la satisfacción de una sola necesidad,
5. Sinérgicos. Por la forma en que satisfacen una necesidad determinada, estimulan y
contribuyen a la satisfacción simultánea de otras necesidades.
Los satisfactores sinérgicos se impulsan de abajo hacia arriba. Son endógenos, liberadores y
contra hegemónicos.
Los bienes económicos son los objetos (artefactos, tecnologías) que contribuyen a la
competencia operativa de los satisfactores, es decir son la materialización de las necesidades.
Por último, DOYAL Y GOUGH sostienen que las necesidades humanas se construyen
socialmente. Establecen una distinción entre necesidades básicas y necesidades intermedias:
1. Las necesidades básicas son para DOYAL Y GOUGH: la salud física y la autonomía de acción o
de urgencia, los medios requeridos para satisfacerlas varían según las culturas. El cumplimiento de
ese nivel óptimo lleva a un proceso Autonomía Crítica entendida como libertad de acción y libertad
política.
2. Las necesidades intermedias se conciben como aquellas cualidades de los bienes, servicios y
relaciones que favorecen la salud física y la autonomía humanas en todas las culturas. DOYAL Y
GOUGH establecen once necesidades intermedias:
o Alimentación adecuada y agua potable.
o Vivienda que reúna las características adecuadas.
o Ambiente de trabajo libre de riesgos.
o Medio físico sin riesgos.
o Atención sanitaria apropiada.
o Seguridad en la infancia.
o Relaciones primarias significativas.
o Seguridad física.
o Seguridad económica.
o Control de nacimientos, embarazo y parto seguros.
o Enseñanza básica.
Esa lectura del utilitarismo radical incide en que las necesidades no son producidas
socialmente, sino individualmente según la capacidad de consumo de cada uno. Desde esos
postulados se construye una paradójica consecuencia: las necesidades son subjetivas y sólo se
pueden objetivizar considerándolas como demandas. Son los propios sujetos, individualmente, los que
deciden qué es lo que necesitan, pero que sólo el mercado es capaz de regular estimulándolas. La
perspectiva naturalista tiene en común un rechazo implícito a una representación objetiva y universal
de las necesidades humanas. Para el neoliberalismo «la necesidad como fenómeno social no tiene
validez económica.
1. Cada formación social tiene sus propias necesidades variables. Las necesidades, por tanto,
vienen determinadas por el carácter histórico y cultural de cada sistema social que hace
contraproducente los juicios sobre las necesidades desde la comparación de sistemas de necesidades
distintos.
2. La satisfacción de las necesidades no puede excluir su relación estructural con el sistema en
que se generan, en nuestro caso, el capitalismo. MARCUSE establece una diferencia entre falsas
necesidades y verdaderas necesidades, La satisfacción de las primeras no es otra cosa que la euforia
dentro de la necesidad, y las segundas se explicitan socialmente sin ser suscitadas por un aparato
inductor.
3. Las necesidades son represivas por lo que es necesario despojarse de ellas contraponiendo
nuevas necesidades. La negación de las necesidades represivas, las
denominará HELLER como necesidades radicales germinadas en la sociedad capitalista, a
consecuencia de procesos de en la sociedad civil.
BAUDRILLARD radicaliza y lleva hasta sus últimas consecuencias los postulados críticos
de MARCUSE: el origen y desarrollo de la necesidad es inseparable del poder, haciéndose imposible la
transformación del poder en el que se sustenta el modelo, ya que es éste el que determina, programa
y canaliza todas las necesidades de la abundancia (del deseo). Los signos-objetos deseados son
patrimonio de las clases dominantes y los demás colectivos sociales sufrirán una ansiedad
permanente en el deseo sublimado de alcanzar igual status, lo que a su vez hace permanecer al
sistema productivo y perpetuar los mecanismos de poder. Sólo hay necesidades (de deseo)
producidas, porque el sistema las necesita para su reproducción.
34
enfoque es una las perspectivas micro más extremas de la teoría sociológica. Para los
etnometodólogos las necesidades son construidas socialmente, a través de las interacciones de la
vida cotidiana, pero a la misma vez son dinámicas y subjetivas, en función de los condicionantes del
entorno y de la cultura específica de cada estructura micro. Los métodos conversacionales y los
discursos de los grupos concretos son la manera de revelar las necesidades que producen y
reproducen esos mismos grupos.
Desde esta perspectiva los agentes humanos son competentes en cuanto al conocimiento
de su sociedad y sólo ellos saben realmente cuáles son sus necesidades. La metodología del
investigador será aportar la racionalización y organización reflexiva de los comportamientos sociales.
Son muy diversas las críticas realizadas a la perspectiva etnometodológica, siendo la objeción más
común aquella que pone en evidencia la falta de contemplaciones respecto de las implicaciones que
las macroestructuras ejercen sobre las microestructuras. La omisión de la presencia del poder y de la
fuerza coercitiva de las instituciones sobre la vida cotidiana es una de los principales olvidos.
La relación entre las necesidades en sí y la satisfacción de las mismas viene marcada por una
tensión dialéctica. Esa doble condición se debate permanentemente entre la carencia (necesidad en
sí) y la potencia, o proyecto. En el primer caso sólo tenemos la conciencia de la existencia de la
necesidad, en el segundo se trata de la conciencia de las formas de satisfacción de las necesidades y
de la actividad consciente dirigida a su satisfacción. Si consideramos en primer lugar la necesidad
exclusivamente como cualidad de la privación, nos inscribimos en el ámbito que la acepta como
estado natural y cuya solución, exógena para los implicados, significa la institucionalización de la
35
carencia. En esta lógica el papel del Estado sería determinante para la satisfacción de las
necesidades.
La tensión entre la acción del Estado y la acción del Mercado, entre la necesidad en sí, y las
formas y medios de satisfacerse, precisan de una complementación que abra vías a nuevas
estructuras que permitan la acción consciente y responsable de los sujetos. El hecho de descubrir las
necesidades, de gestionar los recursos y medios para satisfacerlas, por los propios sujetos y colectivos
afectados, en un proceso de hacerse, es lo que se ha identificado por algunos teóricos como «la
nueva organización de la comunidad».
Ese es nuestro objeto de estudio en este trabajo y ese es nuestro afán por demostrar cómo las
necesidades son objetivas cuando las objetivizan los propios sujetos a través de procesos de
participación activa, y son subjetivizadas cuando quedan fuera de su control, cuando son
normativizadas por élites políticas y administrativas separadas de los individuos y/o inducidas por los
mecanismos del mercado. Identificamos las necesidades humanas fundamentales con una
combinación híbrida de las dos categorías de necesidades básicas desarrolladas por DOYAL Y
GOUGH y las nueve necesidades humanas fundamentales establecidas por MAX-NEEF; las necesidades
básicas y universales serían:
Necesidades
según categorías Necesidades según categorías existenciales
saxiológicas
SER TENER HACER RELACIONES
1-Salud física,
salud mental, 3-Alimentarse,
2-Alimentos, cobijo, 4-Entorno vital, marco
SUBSISTENCIA equilibrio, sentido procrear,
trabajo social
del humor, descansar, trabajar
adaptabilidad
6-Sistemas de
5-Asistencia,
seguros, ahorros, 7- Cooperar,
adaptabilidad, 8- Espacio vital,
seguridad social, prevenir, planificar,
PROTECCIÓN autonomía, entorno social,
sistemas sanitarios, ocuparse de curar,
equilibrio, vivienda
derechos, familia, ayudar
solidaridad
trabajo
AFECTO 9-Autoestima, 10-Amistades, 11-Hacer el amor, 12- Vida privada,
decisión, relaciones familiares, acariciar, expresar intimidad, hogar,
generosidad, relaciones con la emociones, espacios de unión
receptividad, naturaleza compartir, ocuparse entre personas.
pasión, de cultivar, apreciar
sensualidad,
sentido del
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humor,
tolerancia,
solidaridad,
respeto
13-Conciencia
crítica,
14-Literatura, 15- Investigar, 16- Marcos de
receptividad,
maestros, método, estudiar, interacción formativa,
curiosidad,
COMPRENSIÓN políticas educativas, experimentar, escuelas,
asombro,
políticas de educar, analizar, universidades, grupos,
disciplina,
comunicación meditar comunidades, familia
intuición,
racionalidad
17-Adaptabilidad,
receptividad, 19- Afiliarse,
20- Marcos de
solidaridad, cooperar, proponer,
18- Derechos, relaciones
disposición, compartir, disentir,
responsabilidades participativas, partidos,
PARTICIPACIÓN decisión, obedecer,
deberes, privilegios, asociaciones, iglesias,
dedicación, relacionarse, estar
trabajo comunidades, barrios,
respecto, pasión, de acuerdo,
familia
sentido del expresar opiniones
humor
21- Pasión,
24- Marcos
decisión,
productivos y de
intuición,
23- Trabajar, reaprovechamiento de
imaginación, 22- Habilidades,
inventar, construir, información,
CREACIÓN audacia, oficios, método,
diseñar, componer, seminarios, grupos
racionalidad, trabajo
interpretar culturales, espacios
inventiva,
para la expresión,
autonomía,
libertad temporal
curiosidad
25- Curiosidad,
sentido del
27- Divagar, 28- Privacidad,
humor,
26- Juegos, abstraerse, soñar, intimidad, espacios de
receptividad,
RECREO espectáculos, clubes, añorar, fantasear, encuentro, tiempo
imaginación,
fiestas, paz mental evocar, relajarse, libre, ambientes,
temeridad,
divertirse, jugar paisajes
tranquilidad,
sensualidad
31-
30- Símbolos, Comprometerse,
29- Sentimiento
lenguaje, religión, integrarse, 32- Ritmos sociales,
de pertenencia,
hábitos, costumbres, enfrentarse, decidir, marcos de la vida
consistencia,
IDENTIDAD grupos de referencia, conocerse a uno diaria, ámbitos de
diferenciación,
sexualidad, valores, mismo, pertenencia, etapas de
autoestima,
hormas, memoria reconocerse a uno madurez
afirmación
histórica, trabajo mismo, realizarse,
crecer
LIBERTAD 33- Autonomía, 34- Igualdad de 35- Discrepar, 36- Plasticidad
autoestima, derechos elegir, ser diferente espacio-temporal
decisión, pasión, de, asumir riesgos,
afirmación, desarrollar
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amplitud de
consciencia,
miras, audacia,
comprometerse,
rebeldía,
desobedecer
tolerancia
Los satisfactores: como límite, o como potencia: Es indispensable establecer una distinción entre
ambos conceptos. Mientras que la necesidad viene determinada por nuestra propia esencia, es decir,
son atributos esenciales que evolucionan al ritmo de la evolución de la propia especie, los
satisfactores son la forma de hacerse presente la necesidad diacrónicamente, y evoluciona al ritmo de
la evolución cultural. Los satisfactores se refieren a todo aquello que, por representar formas de ser,
tener, hacer y estar, contribuyen a la satisfacción de las necesidades básicas; un conjunto de
elementos instrumentales materiales y no materiales: a todos los objetos, actividades, relaciones,
estructuras, prácticas, que median en la satisfacción de nuestras necesidades y, por tanto, no se
refieren exclusivamente a los bienes económicos materiales. Así pues, podemos dividir a los
satisfactores en:
1. Objetos obtenidos directamente del medio natural, o por transformación del mismo a través de
la tecnología.
2. Estructuras sociales que conforman sistemas de organización y de relaciones.
Por el contrario, cuando la forma de producción y consumo de bienes conduce a erigir los
bienes en fines en sí mismos, entonces se abona el terreno para la confirmación de una sociedad
alienada que se embarca en una carrera productivista sin sentido humano. La vida se pone al servicio
del aparato productivo en vez de establecer un modelo de desarrollo al servicio de la vida.
1. El primero es el hecho de que sus sujetos y beneficiarios representan sólo entre un cuarto y un
quinto de la humanidad: buena parte de las poblaciones del mundo industrializado y unas minorías del
tercer mundo. Los niveles de consumo actuales en los países desarrollados no son universalizables a
la totalidad de la población mundial, y crean conflictos y situaciones insostenibles. No cabe duda de
que los gastos energéticos y el consumo de recursos se dirige a la satisfacción ilimitada de deseos de
unos pocos, y que ello significa la limitación de las necesidades humanas del conjunto de la población
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mundial. Esa lógica de la desigualdad procura que los beneficiarios de la situación aclamen por el
mantenimiento del status quo.
2. El segundo lo constituyen los límites ecológicos del planeta, inseparables de los procesos de
desigualdad, que vienen a completar el binomio pobreza-crisis ambiental.
3. El tercero consiste en las contradicciones generadas en el seno de los países privilegiados. La
tendencia a la creciente precarización (la no satisfacción de necesidades humanas) de minorías
numéricamente relevantes en las metrópolis del primer mundo y, también, la emergencia de nuevos
valores (solidaridad, protección del medio ambiente, de mayor democratización...) provocan
situaciones de ingobernabilidad y conflictividad social de nuevo tipo.
Tres principios se pueden contraponer a los tres límites del sistema de necesidades dominante:
Equidad-solidaridad, Sostenibilidad-moderación y Participación social-cooperación.
Desde el principio de equidad se trata de crear las condiciones objetivas para que los hombres
puedan preferir, saber y ser en vez de poseer. Se plantea una dimensión ética de las necesidades
básicas que considerándolas legítimas para todos los humanos (universales) las hace extensibles a
todos ellos. En segundo lugar, el principio de sostenibilidad remite a una moderación en el consumo de
los recursos naturales y una nueva gestión que no quiebre la armonía con los mismos, de tal manera
que no se produzcan daños irreparables en los ecosistemas. Los recursos naturales entendidos como
un patrimonio colectivo a nivel planetario implican una solidaridad diacrónica. El tercer principio de
participación social, remite a cómo los deberes implican derechos sólo en base a la existencia de unos
valores éticos que desde la legitimidad de la autonomía individual y colectiva deben permitir la
autonomía y la praxis política de los demás, y deben poseer la facultad emocional de actuar en
consecuencia. Confiere al individuo el papel de portador de responsabilidades en un contexto que
implica una solidaridad orgánica.
Se trataría, de una profunda transformación que signifique el abandono del carácter limitativo
de los satisfactores para pasar a desarrollar su carácter sinérgico, entendiendo a éstos como potencia
y posibilidad. Ese cambio radical es en esencia un cambio de valores éticos a los que se puede
acceder a través de múltiples condiciones que podemos agrupar en torno a tres conceptos clave:
conocimiento, consciencia y libertad de acción (autonomía).
El contenido ético de los satisfactores de los que hablamos sería el de ser contraposición activa
al concepto dominante de necesidades. La aceptación de la responsabilidad social, en términos plenos
de derechos y de deberes, nos lleva a una idea de satisfacción óptima de las necesidades que va más
allá de los propios postulados del Estado del Bienestar.
39
niveles de comprensión, en definitiva: de formular, practicar y utilizar los instrumentos precisos para
desarrollar proyectos con estrategias y objetivos propios.
Hay tres variables clave, o tres momentos, que señalan los niveles de autonomía y que en conjunto
nos permiten determinar la optimización de ésta:
1. El óptimo grado de comprensión de la realidad social inmediata a los sujetos les debe
encaminar a poseer el mejor conocimiento posible en lo relativo a las cuestiones técnicas a utilizar en
las estrategias propias.
2. La mayor capacidad psicológica implica un conocimiento hermenéutico. Es decir, mayor
capacidad de autoaprendizaje interactivo (entendimiento recíproco entre las distintas partes que
conforman la heterogeneidad social) en un contexto de diversidad social y cultural. Una mayor
capacidad de comunicación induce una mayor confianza social y mayores posibilidades de consenso.
3. La existencia de oportunidades que permitan la práctica de la acción de las capacidades
disponibles significa el desarrollo de la mayor amplitud posible del modelo democrático que se
aproxime a la igualdad de atribuciones en los distintos niveles de decisión de las estructuras
institucionales y del denominado Tercer Sector.
Para que la autonomía individual alcanzara una optimización, o lo que es lo mismo obtuviera
una capacidad crítica, deben estar presentes dos tipos distintos de libertad: la libertad de acción y la
libertad política. Hay cuatro argumentos clásicos para la optimización y equiparación de oportunidades
participativas en el proceso político: protegerse a sí mismo y al propio grupo contra la tiranía de otros,
para lograr una mejora política mediante la implicación en el proceso de toma de decisiones de todos
aquellos a quienes afecten éstas, para estimular el desarrollo de la persona y su capacidad de juicio
político y para garantizar una dignidad equitativa a todos los ciudadanos. La fuerza de todas estas
razones tomadas en conjunto motivan la adición de un cuarto principio que coincide con la idea
de necesidades radicales definida por AGNES HELLER como deseo consciente de una distribución
social del poder:
La emergencia de iniciativas de base, como proyectos conscientes y con voluntad de dar una
respuesta activa a la satisfacción de sus propias necesidades precisan, para tener legitimidad y
potencia en vigor, de una división social del poder y sus instituciones, en definitiva una distribución
social del poder o desarrollo de necesidades radicales, de tal forma que se aprovechen óptimamente y
sean capaces de complementar los recursos exógenos y los recursos endógenos (conocimientos y
energías de las realidades cotidianas) contribuyendo así a la creación de satisfactores adecuados a
las necesidades. Para ello se necesita de la concurrencia de otro tipo de Estado al que conocemos. El
Estado alternativo habría de ser un estado sensible a una máxima descentralización y a una profunda
cultura democrática hasta llegar al límite de cuestionar su propia pervivencia como estructura de
poder, un Estado social solidario. Se trata de hacer existir una sociedad civil más densa y de
desarrollar espacios de cambio y de solidaridad que puedan ser encajados en su seno y no
exteriorizados y proyectados hacia los dos únicos polos del mercado o del Estado. Se confiere al
Estado un papel de descubridor, promotor, articulador y reforzador de iniciativas sociales participativas,
más que de inhibidor o controlador de las mismas. En resumidas cuentas lo que requiere la
optimización de la satisfacción de necesidades es una estrategia dual que incorpore tanto la
generalidad del estado como la particularidad de la sociedad civil» (DOYAL Y GOUGH, 1994: 361).
1. En lo económico: es necesario una política dual que haga tolerantes la planificación central con
la participación social y democrática.
2. En la cultura política: es necesaria una reestructuración y democratización de las instituciones
que vaya aparejada a una extensión de la igualdad social y de la libertad política, de la responsabilidad
social.
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3. En los ámbitos espaciales: es necesaria una complementación entre escalas mayores y
escalas locales de tal forma que éstas últimas obtengan la mayor capacidad de gestión sobre sus
recursos y la mayor autonomía política.
En definitiva, la participación social plena sólo es posible a una escala reducida donde los
sujetos pueden constituir y controlar las interacciones sociales, donde los ciudadanos pueden formar
parte de pleno derecho de estructuras organizativas (instituciones y asociaciones), donde los
individuos pueden reconocer fácilmente el espacio y gestionar los recursos propios, donde se puede
llegar a una disposición del uso y reparto del tiempo.
Como conclusión de esto que podemos considerar eslabones transitivos desarrollados, nos interesa
retener cómo es desde la optimización de las necesidades que se está en condiciones de visualizar
formas operativas de las necesidades radicales, lo que nos sitúa en una perspectiva de movimiento.
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BANFIELD plantea que la preeminencia de las intensas relaciones primarias daba lugar en un
pueblo italiano que el estudio a un tipo de sociabilidad de consecuencias muy negativas, que él llamó
familismo amoral, haciendo referencia a la forma en que la sociabilidad primaria tenía como
consecuencia conductas negativas y agresivas para los no incluidos en el círculo cercano.
Recientemente SCIOLLA retoma la idea de la fuerza de los lazos primarios en la vida italiana, pero
esforzándose por mostrar que podían servir de base a formas ampliadas de sociabilidad y
participación. Es interesante percibir aquí la similitud con planteos de WILSON: hay que distinguir
entre el tema de la presencia o ausencia de lazos y el de los efectos de la presencia de estos lazos.
TEORIA E IDEOLOGIA
La idea según la cual los grupos populares poseen la capacidad de superar situaciones
problemáticas está asociada, y lo ha estado históricamente, a distintas líneas interpretativas. Si la
afirmación de esa capacidad comenzó ligada en las últimas décadas con visiones de izquierda o
populistas, se convirtió luego en componente central de una amplia gama de otras visiones. También
cabe mencionar la existencia de una tradición de populismo romántico de derecha. El acercamiento al
tema desde la izquierda tiene que ver con el reclamo de que se reconozcan las capacidades
creadoras de grupos populares en situación de carencia. Se reclama que no deben ser vistos solo
como grupos precisamente carentes sino que se debe atender a sus rasgos positivos.
También muchos organismos estatales e internacionales han retomado el tema de la
valorización de las capacidades de sectores populares para actuar en la solución de sus propios
problemas, para lo cual la participación resulta imprescindible.
Es importante diferenciar estos planteos de versiones radicales para las cuales no sólo se
trataría de la capacidad de actuar, de la participación sino más aún de la capacidad de solucionar los
problemas por sí mismos y a partir de sus relaciones sociales más cercanas. Tal capacidad puede
valorizarse tanto como para llegar a postular que la intervención estatal resulta innecesaria o que
puede se cuanto más, subsidiaria.
LA TEORIA DE REDES Y DEL CAPITAL SOCIAL
El desarrollo del análisis de redes privilegia el estudio de las estructuras a partir de las
relaciones sociales a diferencia de formas más tradicionales de análisis de estructuras basadas en la
distribución de la población en distintos tipos de posiciones sociales. Un ejemplo reciente de la
aplicación de este tipo de análisis en América Latina es el trabajo del sociólogo chileno ESPINOZA,
quien rechaza que se esté dando un proceso de desintegración comunitaria radical. Hay lazos
familiares fuertes y lazos intensos entre vecinos que permiten sobrevivir en situaciones de crisis
económica y crisis laboral. Si bien encuentra poca presencia de los lazos débiles útiles para situarse
en el mercado de trabajo, verifica que los miembros de las redes utilizan contactos burocráticos para
satisfacer necesidades de dinero, a la vez que colaboran entre sí para resolver problemas de
alimentación o de crédito. Subraya también la vitalidad de esos lazos, no los considera suficientes
para superar la marginación de la comunidad o permitir el desarrollo de un espíritu de ciudadanía.
El análisis de redes, sin embargo, no centra la atención tanto en las estrategias mismas sino en
las relaciones a través de las cuales se alcanzan efectivamente los objetivos buscados.
Una de las vertientes que confluye en el análisis de redes es la del análisis de relaciones
sociales vistas como bases del apoyo social. ARGYLE parte del concepto de relación como “concepto
primitivo” busca identificar las áreas de relaciones básicas ligadas a la ayuda y la cooperación. Un
tema significativo en los estudios de redes, el estudio de las comunidades, también apunta a la
recreación de lazos que dan sustento a la vida comunitaria.
LA NECESIDAD DE ANALISIS CIRCUNSTANCIADOS
Entendemos que no sólo es necesario tomar en cuenta una gama de relaciones no
exclusivamente cooperativas o de apoyo sino también la diversidad de contextos personales e
institucionales de las relaciones entre individuos.
ESPINOZA encara también otro aspecto importante: el de los problemas específicos que
activan los contactos, tales como la dificultad de acceso a alimentos, problemas educativos, etc. No
obstante, surge aquí otro inconveniente: la evaluación de la importancia de las relaciones mercantiles
tanto con el mundo del trabajo como, más en general, con el mundo de los intercambios monetarios en
los estudios de fracciones en situaciones de gran debilidad económica.
43
Lo fructífero es tratar de captar el despliegue de una diversidad de relaciones que permita
registrar tipos de situaciones y, con ello, identificar contactos o aislamientos, en áreas específicas de
interacción, en diferentes contextos de sociabilidad y la diversidad de tipos de contactos.
El objetivo que debe lograrse es que los análisis que toman en cuenta las posiciones de los
sujetos, su situación ocupacional y su acceso a bienes y recursos y, más en general, las condiciones
generales definidas por las posiciones en el sistema social, se vean complementadas y sobre-
determinadas por el conjunto de relaciones que los sujetos establecen.
COOPERACION Y CONFLICTO
SIMMEL otorga a la lucha un papel decisivo e imposible de ser dejado de lado en la
constitución de todas las relaciones sociales. “La lucha” es una de las más vivas acciones reciprocas
y aunque parezca paradójico constituye un elemento necesario en la constitución de las formas de
sociabilidad, o sea en lo que él denomina formas de socialización, y esto independientemente de sus
consecuencias. Hace varios señalamientos muy pertinentes para la metodología del estudio de lazos
sociales:
1. en la teoría de las relaciones sociales aparecen habitualmente como términos enfrentados los que
tienen que ver con la unidad de las relaciones sociales y las que actúan en contra de la unidad. Pero
inmediatamente señala con énfasis que toda relación histórica real incluye ambas categorías.
2. la presencia de la lucha no puede ser vista solamente como un obstáculo a la constitución de la
unidad sino también como uno de los caminos para lograrla.
3. no es posible estudiar sólo formas de acción cooperativa por dos razones. Por un lado, en cada
proceso específico pueden enfrentarse las tendencias a la unidad por cooperación y la disociación por
lucha. Por otro lado, porque también es necesario tomar en cuenta no sólo los procesos sociales
visiblemente positivos y basados en la cooperación producen unidad, sino que también la otra forma
de acción reciproca, la lucha, tiene la capacidad de producir formas de unidad social.
Por un camino teórico diferente el conflicto está ausente en el análisis de CASTEL. Subestima
en su estudio tanto las formas tradicionales de organización y contactos como las modernas,
subestimando por consiguiente las relaciones que entre ellas se establecen.
Así, tanto el enfoque de CASTEL como los estudios de redes, de estrategias de supervivencia
y, en general, la mayoría de los enfoques relacionales, están preocupados fundamentalmente por la
integración y la cohesión social, ignorando las relaciones de conflicto, institucionalizadas o no.
En el caso de CASTEL, la preocupación por la cohesión social se expresa a través de una
vehemente denuncia de los efectos destructivos de las debilitadas relaciones laborales y sociales y en
un fuerte reclamo de intervención estatal. Los enfoques relacionales se interesan en comprobar el
papel de las relaciones más cercanas para mantener la integración social.
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1- Que hay que entender por conflicto social y que clases de conflictos podemos distinguir
en las sociedades históricas? Preguntas de tipo definitorio y clasificatorio, en las que reina la
arbitrariedad de la decisión terminológica.
2- Dentro de que imagen social se ofrecen los conflictos sociales a la captación
racionalizadora de la teoría científica? En la sociología resulta imprescindible la discusión explicita de “
orientaciones generales” que sirven de fundamento de las teorías.
3- Como se pueden determinar los puntos de partida estructurales de determinadas
especies de conflictos sociales?
4- De que como se despliegan los conflictos sociales ante el fondo de determinadas
relaciones estructurales sociales?
5- Cuáles son las dimensiones de variabilidad de determinadas especies de conflictos
sociales y en que condiciones varían las formas conflictivas dentro de estas dimensiones?
6- De qué modo pueden regularse los conflictos sociales?
II
En el lenguaje corriente relacionamos CONFLICTO con la idea de discusiones especialmente
violentas. La definición que aquí empleamos difiere de este sentido corriente, el concepto de conflicto
ha de designar , en primer lugar, cualquier relación de elementos que puedan caracterizarse por una
oposición de tipo objetivo (latente) o subjetivo( manifiesto). La oposición entre los elementos
concurrentes puede ser consciente o meramente deducida, la querida o impuesta por las
circunstancias; tampoco el grado de conciencia es importante para designar determinadas relaciones
como constitutivas de conflictos. Pero todo conflicto puede reducirse a una relación entre dos o solo
dos elementos. Los elementos de conflictos dados pueden ser en su seno multiformes.
Un conflicto se llamara social cuando proceda a la estructura de las unidades sociales, es decir,
supra individual. En cambio, un conflicto entre dos individuos, que solo se base en ambos, no puede
sufrirse mutuamente, no es un conflicto social. Esta limitación es importante sobre todo en dos casos:
por una parte hay en unidades sociales muy pequeñas (roles, grupos) con mayor frecuencia
diferencias que no poseen relevancia estructural y a las que no se aplica, por tanto, la teoría del
conflicto social; por otras parte, es fácil suponer que incluso las discusiones entre unidades sociales
muy extensas precisan a veces de una explicación psicológica más que sociológica.
Puede hacerse la advertencia de que gran número de fenómenos que asi se interpretan como
fenómenos de conflictos resultan probablemente más útiles si se los entiende como una multiforme
variedad de expresiones de un único fenómeno básico que se lo divide en un número de fenómenos
distintos. Tanto para evitar generalidades sin contenido como simplificaciones es necesaria una
clasificación de las distintas especies de conflicto social. El empleo de dos criterios clasificatorios
distintos puede darnos una idea de la multiformidad empírica de los conflictos sociales.
Una primera clasificación se ofrece partiendo del volumen de la unidad social, dentro de la cual
existe un conflicto dado. Con una limitación que resulta arbitraria pueden distinguirse como mínimo 5
especies de conflictos sociales, partiendo de unidades menores a unidades mayores. Ellas son:
- Conflictos dentro y entre los roles sociales individuales. Conflicto de expectativa y de la
sociedad moderna entre la familia y la profesión, es decir, el rol familiar y el profesional.
- Conflictos dentro de grupos sociales dados.
- Conflicto entre agrupaciones sociales organizadas o no organizadas, dentro de sectores
regionales o institucionales en las sociedades.
- Conflictos entre agrupaciones organizadas o sin organizar que afectan a todo una
sociedad. El prototipo de discusión política entre dos partidos políticos
- Conflicto entre dos unidades mayores de uniones entre dos países, dentro de
federaciones más amplias que pueden abarcar as todo el mundo.
Atravesando esta clasificación hay otra que se orienta según la categoría de los grupos o elementos
que toman parte en los conflictos. Dentro de cada una de las unidades sociales que acabamos de
distinguir. Ellos son:
- Conflictos entre dos partes de la misma categoría.
- Conflicto entre contendientes que desde el punto de vista de su relevancia son
superiores o inferiores.
45
- Conflicto entre el total de la respectiva unidad y una parte de la misma.
Combinando las características se obtienen ya 15 especies más o menos de conflictos
sociales. Resultaría más asequible agrupar las distintas clases de conflictos sociales de modo que un
número reducido de diversas teorías, pudiera hacerse cargo de aquellos: teorías del “conflicto de
roles”, “de la competencia”, de la “lucha de clases”, de las “minorías”, la “conducta desviada”, de la
“lucha proporcional y de las “relaciones internacionales”.
Entre esas especies hay algunas que caracterizan preferentemente diferentes épocas y
determinadas sociedades, mientras que otras han tenido parecidos significados en todos los tiempos y
en todas las sociedades. Los elementos aquí expuestos de una teoría del conflicto social, se refieren
solo a los conflictos de grupos dentro de sociedades enteras , en cuanto a esos conflictos se originan
entre grupos de distintas categorías.
III
En la historia del pensamiento social y político hay dos soluciones de principio al problema del
orden en Hobbes. La primera es la solución del propio Hobbes. La cohesión de las sociedades se
basada en la coacción, en la soberanía de un solo o de pocos que ejercen el poder. Para protegerse
de las consecuencias de la guerra originaria o “natural” de todos contra todos, forman los hombres
sociedades y traspasan determinadas libertades a un poder central que garantiza por su parte la
integridad del orden social. La integración de las sociedades se puede describir por ello como la
reducción violenta que la tendencia humana a las disputas. La otra solución del problema es la de
Rosseau: la sociedad y la cohesión social resultan de un acuerdo de todo, es decir, de un consenso a
la vez libre y universal. El contrato social representa el valor común de todos los hombres como seres
sociales; eleva a una unidad superior, sin disminuir su autonomía y soberanía.
La teoría del consenso de la integración social que domina en gran parte en la teoría
sociológica, descansa en las siguientes 4 tesis sobre la esencia de las sociedades humanas:
- Toda sociedad es un sistema constante y estable de elementos.
- Toda sociedad es un sistema equilibrado de elementos.
- Cada elemento dentro de la sociedad contribuye al funcionamiento de esta.
- Cada sociedad se mantiene gracias al consenso de todos sus miembros a cerca de
determinados valores comunes.
Autores que tratan de alejarse de ellas en mayor o menor medida. Frente a esta orientación
puede pensarse en la existencia de una teoría coactiva de integración social, que parte de tesis
totalmente distintas y posiblemente opuestas acerca de las sociedades humanas. Pueden
caracterizarse estas tesis del siguiente modo:
- Toda sociedad y cada uno de sus elementos esta sostenido en todo tiempo y cambio.
- Toda sociedad es un sistema de elementos contradictorios en sí y explosivos.
- Cada elemento dentro de la sociedad contribuye a su cambio.
- Toda sociedad se mantiene gracias a la coacción que alguna de sus miembros ejercen
sobre los otros.
Examinar aquí cual de las dos imágenes sociales resulta más apropiado como concepto de
orientación general de una teoría sociológica de conflicto. Afirmaría que solo puede darse una teoría
satisfactoria del conflicto social si colocamos como base de ella la teoría coactiva de la integración
social.
Quien se acerca a las sociedades humanas con las tesis de estabilidad, equilibrio,
funcionalismo y consenso, tropieza desde el primer momento con unos fenómenos que deja en el aire
todas estas tesis. Basándose en ellas, son posibles determinadas manifestaciones acerca de los
conflictos sociales: manifestaciones sobre las perturbaciones del equilibrio y su origen, la contribución
de los conflictos, el funcionamiento de las sociedades, la formación de un consenso universal gracias
al conflicto, la génesis, y consecuencias de una conducta desviada. Los conflictos representan un
fenómeno extraordinario y por ello pasajero y eliminable.
En cuanto que la teoría del conflicto social presupone la efectividad creadora constante de los
conflictos sociales, puedan afirmarse que es menos difícil descubrir y comprender los conflictos si se
entienden las sociedades humanas admitiendo la tesis de la historicidad, explosividad,
disfunsionabilidad y coactividad: sobre semejante base se presenta el conflicto como un factor
46
necesario en todos los procesos de cambio. Parece más lógico suponer en la teoría coactiva de la
sociedad el fondo apropiado para una teoría del conflicto social.
IV
No la existencia de conflictos sino la aparente tranquilidad de sistemas sociales nos dan
motivos para sorprendernos, pues toda sociedad histórica conoce conflictos sociales.
Las diferencias de categorías de “partidos” de conflictos que se desarrollan en una sociedad
en conjunto pueden tener muchos sentidos. Estas desigualdades de categoría podrían reducirse al
desigual reparto del poder en los grupos sociales, de modo que los conflictos aquí considerados son
siempre conflictos en razón del poder y acerca del mismo. Todas las demás desigualdades de
categorías son más que efectivos y formas especiales de la desigualdad más universal del reparto del
poder legítimo.
Hay alguno que en razón de suposición social dentro de un campo concreto y respecto a los
demás poseen poderes de dominio y otros que en sus posiciones sociales se encuentran sometidos a
estos mandatos. La decisión entre “arriba” y “abajo” es una de las experiencias fundamentales de la
mayoría de los hombres en sociedad; y parece buscar el origen estructural de los conflictos sociales
en las relaciones de dominio que regían dentro de ciertas unidades de la organización social. La
estructura de las sociedades se convierte en tanto, en puntos de partida de conflictos sociales, en
cuando a estas sociedades pueden ser descritas como asociaciones de dominio.
Max Weber “el dominio significa la oportunidad de hallar obediencia para un mandato de un
contenido dado en persona susceptibles de recibir dicho mandato”. Esta definición contiene:
- El dominio, designa una relación de supra y subordinación entre dos individuos o grupos.
- Se espera de la parte supra ordinada que controle la conducta de los subordinados por
medio de órdenes, indicaciones, advertencias o prohibiciones.
- Esta expectativa está unida a una posición social que teóricamente es independiente del
peculiar carácter de la persona que la ocupa. El dominio comporta, una relación institucionalizada
entre individuos o grupos.
- El dominio se limita siempre a “contenidos determinado” y a “personas susceptibles de
mandato”; no es jamás un control absoluto sobre otros.
- Se sanciona la desobediencia a prescripciones dadas en razón de dominio; un tema de
derecho que vigile la efectividad del dominio.
En toda asociación de dominio pueden distinguirse los dos grupos de aquellos que solo poseen
los derechos fundamentales comunes y aquellos otros que poseen facultades de dominio más
amplias. La identificación del reparto dominical explica los conflictos actuales y permite a la vez
pronósticos sobre los frentes de conflictos futuros.
Esta tesis consigue en rarizar el fenómeno fundamental del conflicto social en una de las formas
más universales (“conflicto de clases”) no solo en estructuras sociales firmes, sino sobre todo en
elementos “normales” de la estructura social, es decir, en circunstancias que se encuentran en cada
sociedad y en todos los tiempos.
Para cualesquiera otros tipos de los conflictos se puede afirmar que su razonamiento ha de
deducirse de elementos estructurales diversos a los del reparto de dominio.
Probablemente se incluyan los conflictos a raíz de las condiciones de dominio entre las especies
más universales, efectivas y demás graves consecuencias de todos los antagonismos sociales; pero
es evidente, que existen también conflictos motivados en circunstancias totalmente distintas.
V
Puede aplicarse probablemente el proceso de desenvolvimiento de los conflictos, a partir de
determinadas situaciones estructurales, a todas las distintas especies. El camino que lleva desde
determinadas situaciones estructurales sociales hasta los conflictos sociales desarrollados, es decir, la
formación de grupos de conflicto pasan analíticamente a través de tres etapas: la primera , el punto de
partida estructural, es decir, forma la primera etapa del descubrimiento de conflictos; la segunda,
desenvolvimiento de los conflictos consistirá en la propia cristalización, es decir, la evolución
consistente de los intereses latentes en la organización de los cuasi- grupos en agrupaciones fácticas,
todo conflicto social tiende a manifestarse a la concreción visible; la tercera, consiste en los mismos
conflictos ya desarrollados, al menos por su tendencia , los conflictos constituyen siempre diferencias
47
entre bandos, o sea, elementos con una identidad personal visible. Todo conflicto dado alcanza su
configuración final solo en el momento en que los elementos integrantes del mismo presentan una
identidad organizada.
VI
Los conflictos sociales nacen de la estructura de las sociedades en la medida en que estas
constan de asociaciones de dominio. Es evidente que aun conflictos emparentados por su origen no
siempre se parecen en las distintas sociedades y en los diversos tiempos. Evolucionan por las formas
de los conflictos sociales y la teoría del conflicto social. Son estas las cuestiones sobre las
dimensiones y los factores de variabilidad de los conflictos sociales.
Las dimensiones de los conflictos sociales a la medida de que estos pueden variar hay dos que
parecen resaltar: las de la intensidad y la violencia, pueden variar independientemente una de otra. La
dimensión de la violencia se refiere a las formas de expresión de los conflictos sociales. Hay que
pensar aquí en los medios que elijen los bandos en discordia para imponer sus intereses. La escala de
violencia, la guerra, el dialogo, la discusión, las negociaciones, disputas entre grupos (huelga,
competencia), etc.
La dimensión de la intensidad se refiere al grado de participantes de los afectados en los
conflictos dados. La intensidad de un conflicto es grande si este importa mucho a los afectados, es
decir, si los costes de la derrota son cuanticiosos. Cuanto mayor sea la importancia que los
participantes atribuyan a una disputa más intensa será esta.
La intensidad se refiere siempre, por tanto, a la energía invertida por los participantes y con ello
al peso social de determinados conflictos.
La forma de disputa que en el lenguaje corriente se denomina “conflicto”, se presenta ahora
como una forma más del fenómeno conflictivo más amplio a saber, como la forma de violencia más
externa o al menos más acentuada.
La plena manifestación de los conflictos es ya un paso para suavizar sus formas. Muchas
disputas alcanzan su máximo grado de intensidad y violencia cuando uno de los dos bandos en pugna
es capaz de organizar, es decir, disponer de las condiciones sociales y técnicas necesarias, pero se le
deniega al mismo tiempo esa organización, es decir, faltan las condiciones políticas. El más peligroso
es siempre el conflicto solo medio visible, que no acaba de captarse y q se manifiesta en movimientos
explosivos, revolucionarios o cuasi- revolucionarios.
Más importancia parece tener, con vistas a la intensidad de los conflictos, el elenco de factores
de la movilidad social. En la medida en que es posible la movilidad, sobre todo entre las partes en
disputa, pierden los conflictos en intensidad y al revés. Cuanto más frecuente se hayan encadenado el
individuo a su posición social, tanto más intensos son los conflictos nacidos de esta posición, porque
son menores las posibilidades que tiene los afectados de sustraerse a ellos. Los conflictos nacidos de
posiciones relacionadas con la edad o el sexo serán siempre más intensos que los originados por
posiciones profesionales, o que las disputan confesionales son por lo general mas intentas que las de
tipo regional. Una movilidad vertical u horizontal, el ascenso, el descenso y el cambio, producen
siempre una disminución en la intensidad de los conflictos.
Uno de los grupos de factores más importantes que es capaz de influir en la intensidad de los
conflictos se encuentra en la dimensión de lo que equivocadamente podría designarse como
pluralismo social o como la superposición o separación de sectores estructurales sociales.
A medida que crecen en una sociedad estos parecidos fenómenos de superponían aumenta la
intensidad de los conflictos; por el contrario, disminuye la intensidad de los conflictos a medida que la
estructura de la sociedad se torna pluralista, es decir, ofrece muchos y varias sectores autónomos. Al
superponerse disantos sectores sociales implica cada conflicto una lucha por el todo; quien quiere
imponer en este caso una decisión en el sector económico ha de alterar al mismo tiempo las
condiciones de dominio políticas. Si en cambio, se separan los sectores, ya no hay tantos intereses en
juego en cada conflicto en particular y los costes de la derrota (también la intensidad) son menores.
A estos tres conjuntos de factores le hemos de añadir sobre todo otro que se refiere a la
violencia de los conflictos sociales : el de la regulación de conflictos.
VII
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Esta postura garantiza un control efectivo de la violencia en conflictos sociales entre y dentro de
las sociedades. La represión no es solo un método inmoral, sino tmb inefectivo para tratar conflictos
sociales. En la misma medida en que se intentan reprimir los conflictos sociales aumentan estos en
potencia virulenta con lo cual provocan una represión todavía más violenta, hasta que finalmente no
hay ningún poder en la tierra que sea capaz de mantener las energías de conflicto privadas de su
manifestación al exterior. La mayor parte de las formas estatales no parlamentarias mezclan la
represión y la regulación de conflictos de un modo sutil. Cuando cualquier oposición o antagonismo se
ahogan efectivamente mediante la violencia, solo será cuestión de tiempo la erupción de conflictos de
extrema violencia. Una y otra vez se ha intentado en la historia hacer desaparecer de un modo
definitivo contradicciones y antagonismos interviniendo duramente en las estructuras vigentes. Bajo el
termino de “solución” de los conflictos habrá que entender aquí todo un intento de hacer desaparecer
de raíz cualquier oposición. Los antagonismos que sistemáticamente han surgido en las estructuras
sociales no se dejan “resolver” teóricamente en el sentido de una supresión definitiva. Quien intenta
resolver conflictos para siempre, caerá pronto en la peligrosa tentación de dar la impresión, mediante
el empleo de las fuerzas, de haber conseguido aquella “solución” que no podía lograr siguiendo el
curso natural del asunto en cuestión.
Regulación de conflictos una postura que se diferencie de la represión y la solución, que promete
tener éxito porque se acopla a las realidades sociales. Constituye el medio decisivo para disminuir la
violencia de casi todas las especies de conflictos. Estos no desaparecen por su regulación, ni siquiera
son menos intensos, pero en la medida en que se consigna canalizarlos se harán más controlables y
se pondrá energía creadora al servicio de un desarrollo progresivo de las estructuras sociales.
El control positivo de los conflictos exige, desde luego, una serie de presupuestos. Para ello falta
que los conflictos en general y también los antagonismos dados en particular san considerados por
todos los interesados como inevitables, e incluso como justificados y con sentido. Quien no guste de
los conflictos, quien los tiene por desviaciones patológicas, de un estado normal soñado no lograra
dominarlos. Tampoco basta el reconocimiento resignado de la inevitabilidad de los conflictos. Esto
significa que toda intervención en un conflicto se limita a la regulación de sus formas y renuncia al
vano intento de extirpar sus causas. No se pueden eliminar las causas de los conflictos, de ahí que al
regularlos se habla solo de ordenar esas formas manifestadas al exterior y aprovechar su variabilidad.
Esto solo se consigue canalizando las diferencias dadas de un modo que tenga garantías de éxito. La
manifestación de los conflictos es condición previa de dicha canalización. Una vez cumplidas todas
las condiciones previas, el siguiente paso es que todos los interesados convengan en ciertas “reglas
de procedimiento”, según las cuales quieren dirimir sus diferencias.
Las “reglas del juego” se ocupan del modo como piensan dirimir sus diferencias las partes
afectadas. Formas que se emplean:
- Discusión: creación de una entidad en la que se encuentran regularmente las partes
litigantes, para discutir todos los problemas del conflicto y adoptar decisiones según determinadas
formulas, acomodadas a su situación estructural.
- Mediación: el acuerdo de las partes litigantes de escuchar en cada caso concreto la
opinión de un tercero y estudiar sus propuestas y solución. Terceras personas no implicadas en el
conflicto.
- Arbitraje: instrumento muy efectivo para regular conflictos, es decir , proceder o bien a
que debe ser llamado un tercero que ha sido invocada su intervención, debe ser cumplida su decisión.
Caracteriza la actitud de las instituciones jurídicas frente a determinados conflictos.
- Arbitraje forzoso: cuando se hacen obligatorias tanto la instancia de un tercero como la
aceptación de su decisión por las partes litigantes, límite entre el arreglo y la represión de conflictos.
Los conflictos no desaparecen al ser regulados; aunq si queda en cierto sentido descargado.
VIII
Las posibilidades de aplicación de las teorías del conflicto son múltiples y básicas. Un primer
campo de aplicación de esta teoría se encuentra en el análisis de los procesos sociales dentro de
relaciones históricas concretas, o sea, con intensión generalizadora.
La democracia y los totalitarismos no son más que dos maneras de tratar los conflictos
sociales; el totalitarismo se basa en la represión de conflictos, la democracia en su regulación. Las
formas democráticas prosperan en sociedades con estructuras pluralistas, con un grado de movilidad
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elevado y múltiples posibilidades de organización; los Estados totalitarios exigen, en cambio,
sociedades monolíticas, en las que un mismo y único grupo dirige todo el orden institucional,
sociedades carentes de ciertos procesos de movilidad social y de libertad de coalición.
Un segundo campo de aplicación de la teoría trasciende el análisis propiamente científico y se
refiere al auto comprensión social de determinadas épocas y sociedades. Las cosas humanas son
siempre mudables , las sociedades siempre históricas, y ninguna sociedad puede estar tan segura de
su estructura que no pueda considerar posible su desquiciamiento.
El otro aspecto de esta advertencia sobre el auto- conocimiento demasiado ligero o superficial
consiste en la esperanza de que dependa de las acciones humanas mismas, al menos en parte, el
desarrollo ulterior de los conflictos sociales; y en la indicación de determinadas posibilidades
terapéuticas reside el tercer campo de aplicación de la teoría social.
El que los conflictos se manifiestes con más o menos violencia depende , en gran parte, de la
actitud que se adopte ante ellos, en especial de que exista o falte un sistema para su regulación
racional.
Toda vida social es conflicto, porque es cambio. No hay en la sociedad humana algo estable,
porque no hay nada cierto. En el conflicto se halla el núcleo creador de toda sociedad y la oportunidad
de la libertad, pero al mismo tiempo el reto para resolver racionalmente y controlar los problemas
sociales.
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