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AREQUIPA-PERÚ
2018
“CONSTRUYENDO UN GENERADOR ELÉCTRICO PARA APROVECHAR LOS
RECURSOS HIDRAÚLICOS”
INTRODUCIÓN
La energía hidráulica se basa en aprovechar la caída del agua desde cierta altura para
producir energía eléctrica. Actualmente, el empleo de la energía hidráulica tiene uno de
sus mejores exponentes: la energía minihidráulica, de bajo impacto ambiental.
Arequipa. Así como carecemos de represas y reservorios para aprovechar el agua para
fines agrícolas, lo mismo ocurre en el sector hidroenergético, donde el caudal de los
principales ríos no se utiliza para generar energía y se desperdicia en el mar. Según la
Autoridad Nacional de Agua (ANA), en Arequipa solo se aprovecha el 4% del potencial
técnico que ofrecen las cuatro principales cuencas para generar energía. De usarse todo
el potencial se llegaría a producir 4 mil 176 MW. Arequipa solo cuenta con seis centrales
hidroeléctricas de la Empresa de Generación de Electricidad de Arequipa S.A. (Egasa),
que producen en conjunto 166 megavatios (MW). Todas estas se ubican en la cuenca
del río Chili, el único afluente que se usa para generar energía en la región. El
subdirector de Estudios de Proyectos Hidráulicos Multisectoriales del ANA, Jhonny
Castro Patiño, señala que el potencial es mucho mayor. "Los ríos podrían generar 9 mil
803 MW". BENEFICIOS "Lo único que necesitamos es inversión, nada más", sentencia
el gerente general de Egasa, Heberth Anculle. Precisa que el Estado no ha generado el
ambiente necesario para promover el financiamiento de proyectos en este sector.
Anculle toma como antecedente el proyecto hidroenergético Inambari, que tuvo un
rechazo social en la región Puno, por posibles consecuencias ambientales, y terminó
archivado en el 2011.
PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN
OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN
JUSTIFICACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN
MARCO TEÓRICO
Carbón.- Combustible sólido de origen vegetal de color negro, que contiene una
importante proporción de carbono. es contaminante. Se subdivide en carbón vegetal y
carbón mineral. Es una energía no renovable.
Se puede transformar a muy diferentes escalas. Existen, desde hace siglos, pequeñas
explotaciones en las que la corriente de un río, con una pequeña represa, mueve una
rueda de palas y genera un movimiento aplicado, por ejemplo, en molinos rurales. Sin
embargo, la utilización más significativa la constituyen las centrales hidroeléctricas de
represas.
EXPERIMENTACIÓN
El proyecto consiste en construir un generador hidráulico a base de elementos caseros
y de uso común, el cual funciona a través de la generación de energía de un dinamo
que gira por el movimiento que produce la caída del agua en las aspas hechas con
cucharas.
La realización de este proyecto está dentro de los contenidos del área de Ciencias
ambientales.
ANEXOS
5.2. Procedimiento
1er paso:
Para iniciar el proyecto se necesita los materiales anteriores, una vez obtenidos estos
materiales, empezaremos haciendo, las aspas, en donde se utilizan la pelotita de
tecnoport y las cucharas, como primera indicación, se pegan las cucharas en el
tecnoport, para más fácil colocar cuatro cucharas primero en forma de los puntos
cardinales en la rueda, pegarlas bien, después cruzar por en medio el tubo de metal.
2do paso:
Posteriormente se realiza la siguiente fase que consta de, instalar las hélices dentro de
la cubeta.
3er paso:
Colocar el motorcito en la base de triplay sujetándola fuertemente, pero teniendo
cuidado que coincida su eje con el eje del tubo metálico para que gire jalado por una
faja (liga).
4to paso:
Unir el tubo con el dinamo.
5to paso:
Recabar todos los elementos ya hechos y unirlos de manera que la caída de agua haga
mover el hélice y esto genere el movimiento del motor que genera la electricidad.
6. RESULTADOS
El resultado del proyecto es satisfactorio pues permite demostrar que se puede usar la
energía de la caída de agua para producir energía eléctrica usando la energía hidráulica.
CONCLUSIONES
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
https://tareafacilcom.blogspot.com/2016/06/proyecto-de-ciencias-generador.html
https://diariocorreo.pe/edicion/arequipa/arequipa-tiene-potencial-para-producir-energia-
renovable-para-el-sur-del-peru-823277/
https://twenergy.com/a/que-es-la-energia-hidraulica-426
https://andina.pe/agencia/noticia-minam-arequipa-se-consolida-como-impulsor-energias-
renovables-668349.aspx
Enrique López Albújar
(Chiclayo, 1872 - Lima, 1966) Escritor peruano cuyos relatos breves preludiaron el desarrollo de
la novela indigenista peruana, tendencia que culminaría en la obra maestra de Ciro Alegría, El
mundo es ancho y ajeno (1941), y, ya desde una perspectiva más compleja, en la narrativa
de José María Arguedas. Enrique López Albújar estudió en el Colegio Nacional de Guadalupe y
en la Universidad de San Marcos. Finalizados sus estudios, impartió clases de historia el Colegio
de San Miguel de Piura; posteriormente fue juez instructor de Huánuco, magistrado y presidente
del Tribunal Superior de Justicia de Tacna. En el terreno periodístico fue director de las
publicaciones El Amigo del Pueblo y La Prensa de Lima (1916).
La obra de Enrique López Albújar se desarrolla dentro de las orientaciones del realismo crítico y
renovador de Hispanoamérica, con atención especial hacia el elemento indígena. Lo más
estimable de su obra se encuentra en sus Cuentos andinos (1920), que continuó con Nuevos
cuentos andinos (1937) y con El hechizo de Tomayquichua (1943). Su identificación con las
víctimas de la injusticia social, en este caso los indios, lo llevó a trazar cuadros de gran plasticidad
e interés, pese a su escasa penetración psicológica. En la misma línea construyó la
novela Matalaché (1929), sobre la dura existencia de los negros en las grandes haciendas.
Cuentos andinos es una colección diez narraciones breves en los cuales el autor vierte
principalmente su experiencia como Juez Instructor de la provincia de Huánuco y cuyos
personajes son en general los indígenas de aquella región. Los tres jircas transcribe la leyenda
popular sobre el origen de las tres montañas que rodean la ciudad de Huánuco. En La soberbia
del piojo, a través de las palabras de un anciano, se compara al hombre con ese parásito y se
concluye afirmando la necesidad de respetarle la vida. El campeón de la muerte y Ushanan-
jampidescriben con fuerte acento dramático las modalidades del crimen y la justicia popular de
los indios.
De índole patriótica, pues se refiere a un suceso de la guerra entre el Perú y Chile (1879-1883)
en Huánuco, es el cuento El hombre de la bandera. En cambio, relatos como El licenciado
Aponte, El caso de Julio Zimmens, Cachorro de tigre y La mula de Taita Ramun tratan problemas
sociales, penetrados con hondura y transmitidos al lector con singular poder expresivo. Cómo
habla la coca relata las reflexiones de un masticador de esa hoja narcótica que pretende
rebelarse contra el vicio, pero, a la postre, sucumbe a él. Del conjunto de los Cuentos andinos se
destacan aquellos que muestran el misterioso y a veces feroz espíritu de los quechuas, a los que
el autor había conocido a lo largo de su dilatada labor de magistrado.
Otras obras suyas son Miniaturas (1895), semblanzas de bellezas limeñas; De mi casona (1924),
"especie de memoria de un Bradomín criollo y tropical", según frase del crítico peruano Luis
Alberto Sánchez; Calderonadas (1930), greguerías de intención satírica; Los caballeros del
delito (1937); De la tierra brava (1938), poesías; y Las caridades de la señora Tordoya (1950).
También se le debe el drama en un acto titulado Desolación (1916). Obtuvo el Premio Nacional
de Cultura en 1950. Entre sus últimos libros destacan unas Memorias (1966) y la segunda parte
del ensayo De mi casona (1966).
tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy
torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar maestro?. ¿Qué puedo hacer para que
me valoren más?
El maestro, sin mirarlo, le dijo:
– ¡Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mis propios
problemas. Quizás después… Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este
tema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.
– E… encantado, maestro -titubeó el joven pero sintió que otra vez era desvalorizado y
sus necesidades postergadas-.
– Bien -asintió el maestro-. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño de la mano
izquierda y dándoselo al muchacho agregó: Toma el caballo que está allí afuera y
cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo para pagar una deuda. Es necesario
que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de
oro. Vete y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.
El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los
mercaderes. Estos lo miraban con algún interés hasta que el joven decía lo que
pretendía por el anillo. Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían,
otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la
molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio
de un anillo.
En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero
el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro, así que
rechazó la oferta.
Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado -más de cien
personas- y abatido por su fracaso, montó su caballo y regresó.
¡Cuánto hubiese deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro! Podría habérsela
entregado al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y
su ayuda.
El joven volvió a cabalgar. El joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con su
lupa, lo pesó y luego le dijo:
– Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58
monedas de oro por su anillo.
– ¿¿¿¿58 monedas???? -exclamó el joven-.
– Sí, -replicó el joyero-. Yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70
monedas, pero no sé… Si la venta es urgente…