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Nº 10 2017
Representante Legal:
Sergio Orellana Montejo
Director:
Rodolfo Contreras Neira
Comité Editorial
Agustín Llagostera Martínez, Universidad de Antofagasta
Patricio Núñez Henríquez, Museo Augusto Capdeville
Sergio Prenafeta, Periodista Científico
Adriana Hoffmann, Botánica
Dirección
Av. Arturo Prat Nº 5, Taltal-Chile.
Teléfono: 55-2611 891
Corrreo electrónico: museo.taltal@gmail.com
ISSN 0718-7025
TALTALIA:
Publicación anual del Museo Augusto Capdeville Rojas.
Distribuido por suscripción y canje.
Permitida la reproducción de los artículos citando la fuente.
Valor de suscripción anual con envío
€. 20 (euros) en el extranjero
Portada y Contraportada
Obra plástica de Guillermo Núñez Henríquez, hermano mayor de Patricio Núñez Henríquez,
realizada en recuerdo de su hermano luego de su fallecimiento.
Guillermo Núñez H., destacado artista plástico chileno, fue galardonado con el premio nacional
de Artes Plásticas 2007.
CONTENTS
7-9 Presentación
Foreword
125-140 Antesala de una delimitación fronteriza regional: hitos del tratado de 1866.
Atechamber of a regional border limitation: milestones of the 1866 treaty.
Héctor Ardiles y Wilfredo Santoro
PRESENTACIÓN
FOREWORDS
Posicionar una revista especializada, no es fácil, por esto, junto con celebrar el número 10 de nues-
tra publicación periódica y agradecer el compromiso de todos los autores que han colaborado
con este medio en estos largos años, lamentamos la partida de uno de nuestros más importantes
colaboradores y amigo, Patricio Núñez Henríquez. Patricio Núñez, nace en la ciudad de Santiago
el 10 de enero de 1938, iniciando sus estudios universitarios en el Instituto Pedagógico de la
Universidad de Chile para recibirse como Profesor de Historia y Geografía con especialización
en arqueología. Sus primeros trabajos como arqueólogo los realiza en la década del 60 del siglo
pasado, asistiendo al Profesor Bernardo Berdichewsky en las excavaciones arqueológicas de un
conchal de la costa central de Chile, aproximándose por primera vez al estudio de las poblaciones
que habitaron el litoral de nuestro país. Posteriormente, acompaña al arqueólogo norteamericano
Junius Bird en las excavaciones en cueva Fell en la Patagonia Chilena, asiste a las excavaciones en
el sitio paleoindio de Tagua Tagua junto a Julio Montané y tras una breve estadía en Isla de Pascua,
se traslada definitivamente al norte del país, integrándose a la sede Norte de la Universidad de
Chile, actualmente Universidad de Antofagasta donde trabajó hasta su jubilación. En esos años,
participa en numerosos proyectos arqueológicos en la costa e interior del Norte Grande, en sitios
como; Caleta Huelén, Tiliviche, Pisagua, Camarones, Tarapacá, Huatacondo, Tulor, Socaire y
posteriormente Taltal. Su primera aproximación a nuestra ciudad, se produce a mediados de la
década del 90 del siglo pasado, cuando la Universidad del Antofagasta inicia las “Escuelas de
Temporada”, actividad de extensión de la Universidad en que se impartían una serie de cursos de
diversas temáticas orientados a la comunidad. Patricio, destacaba con sus cursos con temáticas
relacionadas con la prehistoria de Chile y el mundo andino acompañadas de exposiciones
museográficas. Algunos de los cursos dictados por él en esas jornadas en Taltal fueron: Filosofía
y pensamiento Andino; Taltal en la prehistoria del norte de Chile; El arte taltalino prehispano
y su entorno inmediato; Taltal prehispano; Arte andino; El feminismo en el norte; Arqueología
y museografía de Taltal junto a las exposiciones museográficas: Raíces andinas; Diseños de
la textilería del norte de Chile; Habitantes prehispanos del litoral del norte de Chile; Nuestras
identidades; Arte preincaico del norte de Chile y Vivir el mar. A principios de la década del
2000, se integra como investigador adjunto al Museo Augusto Capdeville de Taltal, participando
en diversos proyectos de investigación y jornadas de divulgación del patrimonio arqueológico
e histórico del litoral de la región. La figura de Patricio Núñez, fue de gran importancia para la
concreción de una institucionalidad museográfica en el extremo sur de la región de Antofagasta
y el nacimiento de la revista Taltalia, órgano de difusión del Museo Augusto Capdeville Rojas.
Gracias Patricio por tu invaluable aporte al conocimiento de nuestra historia.
El comité editor presenta “Publicaciones de Patricio Núñez Henríquez”, una lista de publicaciones
del autor, quien a lo largo de su vida profesional tuvo una dilatada obra escrita, donde destacan
libros científicos y de divulgación científica, capítulos de libros, artículos para revistas chilenas y
extranjeras, contribuciones de actas de congresos junto a una serie de manuscritos no publicados
en vida.
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Benjamín Ballester es el autor de “Junius Bird y el Muelle de Piedra”, crónica del viaje del
arqueólogo norteamericano en la década del 40 del siglo XX al norte de Chile, en donde realiza
estudios sistemáticos en los sitios arqueológicos de Arica, Pisagua, Bajo Molle, Mejillones,
Antofagasta y Taltal. Ballester desvía su mirada al sitio arqueológico Muelle de Piedra, lugar
donde el arqueólogo norteamericano establece su campamento base durante su estadía en Taltal
y que gracias a una monografía publicada por él en 1943, conocemos un pequeño fragmento del
resultado de sus indagaciones arqueológicas en el sitio, y que a diferencia del clásico conchal
de Morro Colorado, nunca más fue estudiado. El autor, nos presenta la preparación previa del
viaje de Bird, pasajes cotidianos de su estadía en el puerto y su relación con los lugareños, esto,
gracias al material arqueológico y documental de Junius Bird depositado en el American Museum
of Natural History de New York.
David Muñoz, Cristóbal Palacios y Pedro Andrade nos presentan los resultados del proyecto
“Aproximación facial de individuos arqueológicos de la costa arreica de Antofagasta”. Los autores
a través de la aplicación de técnicas de aproximación facial tridimensional (3D) esculturales, en
siete cráneos arqueológicos hallados en la costa arreica de diversos periodos de la prehistoria,
buscan identificar ciertos rasgos típicos en la fisonomía de estos individuos con la finalidad de
compararlos con las descripciones fenotípicas de los Changos etnohistóricos, que habitaron la
costa de la región en momentos históricos y republicanos.
Benjamín Ballester y Francisco Gallardo dedican su trabajo al ensayo “Reflexiones sobre valor
e intercambio de objetos en la costa de Atacama”. Los autores reflexionan sobre la naturaleza de
los intercambios de bienes y productos, desde los más tempranos encuentros entre navegantes
europeos y pescadores en el litoral de atacama, en que destacan las escenas de trueque
e intercambio de productos foráneos y pescado seco como producto de intercambio por las
comunidades costeras. Ballester y Gallardo plantean que a diferencia del modelo funcionalista, los
valores de los objetos cambiados fueron multidimensionales y polisémicos, cargados de sentido y
alusivos a una esfera relacional.
Pedro Rojas Herrera es el autor de “Travesía en un mar de historias”, quien en un análisis diacrónico
de la historia presenta una investigación orientada a conocer la evolución de la industria pesquera
en la localidad de Mejillones, de sus inicios como pesca artesanal, la instalación de la pesca
semi industrial a partir de la década del 40 del siglo XX y su derivación a pesca industrial en
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la actualidad. Analiza las repercusiones de la industria a través del tiempo y las consecuencias
económicas y sociales de este proceso en la población de Mejillones.
Damir Galaz-Mandakovic presenta el texto “Basuras y fiebre: escena de una crisis sanitaria
en Tocopilla (1882-1925)”. El autor analiza la crítica escena sanitaria de Tocopilla en el periodo
de la postguerra, caracterizando el proceso local relacionado con el descontrol sanitario y la
constitución de una vulnerabilidad infecciosa en el puerto salitrero desde 1882 hasta 1925 y
examina la reacción de la elite local ante el aumento de los depósitos de basuras y el consecuente
brote de fiebre amarilla como resultado de las articulaciones transfronterizas del puerto. El autor
indaga, como derivación de esta crisis, la conformación de un frente biopolítico en manos de
estadounidenses que proyectaron reordenar el territorio con el objetivo de obtener un proceso
capitalista exitoso.
Héctor Ardiles y Wilfredo Santoro entregan un interesante trabajo sobre “Antesala de una
delimitación fronteriza Regional: Hitos del Tratado de 1866”. Los autores en un enfoque local
y regional, exploran los antecedentes históricos de la instalación de los hitos fronterizos entre
Bolivia y Chile en el litoral de la II región y los conflictos limítrofes derivados de la conformación
de los Estados Nacionales a principios del siglo XIX.
Revista Taltalia Nº 10 (2017), pp. 11-14
COMITÉ EDITORIAL
Patricio Núñez escribió toda su vida. En una entrevista realizada un par de años antes de su fa-
llecimiento, Patricio relata que a sus apenas doce años de edad ya había comenzado a redactar
una Historia de Chile que contenía varias páginas, obra inconclusa que tal vez yace aún arrimado
entremedio de libros en su antigua biblioteca. Sus únicos escritos conocidos y publicados datan
de un par de décadas después y luego de haber finalizado su formación en la carrera de Historia
con especialidad de Arqueología en la Universidad de Chile en Santiago. El primero de ellos es de
1970 cuando tenía 32 años, en la revista estadounidense American Antiquity. Desde ese momento
se mantuvo escribiendo de forma constante por más de 47 años seguidos, hasta el momento de
su fallecimiento.
Si tuviéramos que hacer un balance cuantitativo, veríamos que a lo largo de su vida cosechó un
enorme volumen de publicaciones, destacando dieciséis libros en veintiún años, veintisiete artí-
culos en numerosas revistas chilenas, argentinas, panameñas y estadounidenses, tres capítulos
de libros, doce contribuciones en actas y memorias de congresos en Chile, Argentina, Perú e
Inglaterra. A esto se suman cinco manuscritos que lamentablemente nunca fueron publicados.
Su legado escrito posee hoy un valor incalculable que se volverá sin lugar a dudas cada vez más
significativo para las futuras generaciones.
Núñez, P. 2000. El Poder en las comunidades Núñez, P. 2002. Chacance. Los primeros Pam-
prehispánicas del Norte de Chile. Universidad pinos. Impresión Ercilla S. R. L., Antofagasta.
de Antofagasta, Antofagasta.
12 TALTALIA, N° 10, 2017
Núñez, P. 2003. Vivir el mar. Universidad de Núñez, L., V. Zlatar y P. Núñez 1972. Reciente
Antofagasta, Antofagasta. prospección de sitios arqueológicos compo-
nentes de un circuito transhumántico entre
Núñez, P. y R. Contreras 2003. Pinturas pre- costa y el borde occidental de la Pampa del
hispánicas de Taltal. Impresión Ercilla S.R.L., Tamarugal, Norte de Chile. Etnia 16: 1-6.
Antofagasta.
Núñez, L., V. Zlatar y P. Núñez 1973. Nota
Núñez, P. 2005. Vivir y morir en los Andes. complementaria a: Reciente prospección de
Universidad de Antofagasta, Antofagasta. sitios arqueológicos componentes de un cir-
Vaïsse, E., F. Hoyos y A. Echeverría y Reyer cuito transhumántico entre costa y el borde
2006 (1895). Glosario de la Lengua Atacameña. occidental de la Pampa del Tamarugal, Norte
Reedición de P. Núñez. Universidad de Anto- de Chile. Etnia 17: 26-27.
fagasta, Antofagasta. Núñez, P. 1974. Nota sobre la aldea preagrí-
Contreras, R., J. Cruz, A. Llagostera, H. Garcés, P. cola de Caleta Huelén 42, desembocadura del
Núñez, O. Rodríguez, H. Gárate y G. Becerra río Loa. Norte de Chile. Serie Documentos de
2007. Los Bronces-1: Un asentamiento de Trabajo 5: 27-43.
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gusto Capdeville Rojas, Taltal. rie de Documentos de Trabajo 5: 2-4.
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tradiciones y el siglo XVI con tópicos de ciencia Huelén-42: una aldea temprana en el norte
y tecnología. Universidad de Antofagasta, An- de Chile (Nota preliminar). Hombre y Cultura
tofagasta. 2(5): 67-103.
Núñez, P. 2015. El arte de navegar y de la Núñez, P. y B. Marinov 1975. Los hombres, el
construcción naval. La época de Cristóbal Co- mar y el Museo Arqueológico de la Universi-
lón y conquista del Tawantinsuyu y Chile. Mu- dad de Chile: 6.000 años de historia regional.
seo Augusto Capdeville Rojas de Taltal, Taltal. Panorama 1(1): 21-25.
Núñez, P. 2016. Vivir después de soñar. Colec- Núñez, P. y V. Zlatar 1975. Aragón-1 taller y
ción Bergantín Águila, Museo Augusto Capde- basurero precerámico (Informe Preliminar).
ville Rojas de Taltal. Panorama 1(1): 13-19.
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Núñez, P. y V. Zlatar 1976. Radiometría de de Taltal, norte de Chile. En Actas del V Con-
Aragón-1 y su implicancia en el precerámi- greso Chileno de Antropología, Tomo 1, pp.
co costero del norte de Chile. En Actas del IV 348-357. Colegio de Antropólogos de Chile A.
Congreso Nacional de Arqueología Argentina, G, San Felipe.
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Rafael, Mendoza. Núñez, P. y R. Contreras 2010. Propuesta de
valorización del sitio arqueológico Los Bron-
Núñez, P. y V. Zlatar 1978. Tiliviche-1b y Ara- ces-1. Taltal, norte de Chile. En Actas del III
gón-1 (Estrato-V); dos comunidades precerá- Congreso Chileno de Conservación y Restau-
micas coexistentes en Pampa del tamarugal, ración: patrimonio, conservación y ciudada-
Pisagua-Norte de Chile. En Actas y Trabajos nía, pp. 70-86. Asociación Gremial de Con-
del III Congreso Peruano El Hombre y la Cultu- servadores y Restauradores de Chile, Santiago.
ra Andina, Tomo II, pp. 734-756. Lima.
BENJAMÍN BALLESTER1
RESUMEN
Hace casi setenta y seis años que Junius Bird visitó Taltal. En la era de la arqueología de las reinvenciones
su legado se difumina. Esta es una crónica de su viaje y estadía en Taltal. Comienza desde sus preparati-
vos en New York, su arribo a Lima, el paso por Arica, Pisagua, Bajo Molle, Mejillones, Antofagasta, hasta
llegar a Taltal. La imagen más aludida es la menos conocida, su campamento-el campamento de quien
vino a estudiar campamentos. El sitio olvidado se dibuja luego de décadas de invisibilización ante la som-
bra del monumentalizado Morro Colorado, ícono del déjàvu arqueológico de Taltal.
ABSTRACT
Almost seventy six years ago Junius Bird visited Taltal. In the Archaeology of the reinventions era his le-
gacy fades out. This is a chronic of his trip and stay in Taltal. Begins in his preparations in New York, the
arrive to Lima, the pass by Arica, Pisagua, Bajo Molle, Mejillones, Antofagasta, until get to Taltal. The most
alluded image is the less known, his camp-the camp from how came to study camps. The forgotten site is
drawn after decades of been invisible by the shadow of the monumentalized Morro Colorado, icon of the
Taltal’s archaeological déjà vu.
UMR 7041 ArScAN, Équipe Ethnologie Préhistorique, Université Paris 1 Panthéon Sorbonne, Francia.
1
benjaminballesterr@gmail.com
16 TALTALIA, N° 10, 2017
dades de Junius Bird estaban bajo la dirección probablemente de finales del 20’ o inicios del
nominal del arqueólogo Duncan Strong (1941, 30’. El 7 de octubre la expedición sale de Ari-
1943), con quien se envió cartas durante toda ca en este vehículo, ahora acoplado a un carro
la expedición -podría decirse que fue su cóm- de arrastre de un solo eje que ellos mismos
plice. construyeron para transportar los materiales
y el campamento. La jornada siguiente entran
a Pisagua y a los pocos días se les integra la
Doctora en Filología Grete Mostny que venía
RUTA AL MUELLE DE PIEDRA
desde Santiago para acompañarlos por todo
el resto del viaje, recomendada directamente
El día 6 de junio de 1941 Junius Bird junto a
por su superior en Museo de Historia Natural
su esposa Peggy McKelvy y sus tres hijos, Ro-
Ricardo Latcham –todo había sido coordinado
bert, Harry y Thomas, salen de New York con
previamente por carta. Aquí se quedan hasta
destino a Lima, Perú. Arriban el día 18 y se
el 30 de noviembre. El primero de diciembre
quedan casi un mes junto a Duncan Strong
se detienen en Punta Molle al sur de Iquique
y Gordon Willey realizando los preparativos
(Figura 1), lugar que los alberga hasta el 12
para el viaje por venir. El 17 de julio dejan
del mismo mes. Terminadas las desconocidas
Lima rumbo al sur, y a los dos días llegan a
faenas arqueológicas en esta punta, parten ha-
Arica. Sin mucho descanso el 22 comienzan
cia el sur a examinar las bahías y roqueríos
sus labores de excavación en los faldeos del
de Mejillones, Antofagasta y Punta Jorge a los
Morro, días entre los cuales planifica la ruta de
pies de Morro Moreno. El 23 de diciembre de-
los meses siguientes. Junius Bird en sus cartas
jan Antofagasta y para llegar el 25 de diciem-
y artículo constantemente enfatiza que buscó
bre a Taltal. En este lugar se quedan hasta el 10
integrar alumnos y jóvenes profesionales de
de febrero del año siguiente, en total 48 días.
la arqueología chilena en su expedición, ta-
rea que no logró por falta de interesados. Sin
embargo, gracias a recomendaciones de Di-
llman Bullock logró incorporar a Hugo Yávar ESTANCIA EN EL MUELLE
en las excavaciones desde Arica hasta el final DE PIEDRA
del viaje, un graduado de la Escuela Agríco-
la de Angol. Con él estableció una estrecha e El arribo de Junius Bird a Taltal estuvo acom-
íntima relación, salían a cazar libélulas en los pañado de inquietudes y preocupaciones; en
alrededores de Arica e hicieron un insectario parte su cabeza no estaba en Atacama. El 8
de especímenes de la costa desértica. Al poco de ese mismo mes, mientras acampaban en
tiempo ya se jactaba de haber formado a un Punta Molle, Estados Unidos oficializaba su
arqueólogo en Chile. El hijo de Hugo Yávar, ingreso a la Segunda Guerra Mundial luego
quien portaba su mismo nombre, lo acompa- del ataque de los japoneses a Pearl Harbour,
ñó décadas después en las excavaciones en y a los pocos días Alemania y sus aliados le
Cueva de Fell –la relación se prolongó a través declaraban la guerra formalmente. Junius Bird
del tiempo y las generaciones. cuenta que la batería de la única radio que po-
seían se había estropeado justo ese mismo día,
El 8 de agosto viajan a Iquique por sólo cua- por lo que el resto del viaje lo hicieron casi sin
tro días a comprar el vehículo con el que con- noticias acerca de los trascendentales aconte-
tinuarán la expedición, un Ford Lincoln que cimientos mundiales. En una de sus cartas a
adornó buena parte de las fotografías posterio- Duncan Strong relata, “It doesn’t seems right
res. En algunas de ellas es posible de apreciar to be sitting down here trying to figure out
que se trataría de un Model-L descapotable, what some poor Indians did for a living and for
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Figura 1: La Ruta costera al sur de Iquique camino hacia Punta Molle. Calle de tierra, arenales y tráfico vehicular en los
primeros días de diciembre de 1941, sector de Primeras Piedras –hoy se encuentra completamente urbanizado y dentro
de la ciudad.
pastime a couple of thousand years ago when la 1:40.000 del territorio nacional gracias a un
so much is happening elsewhere”. convenio de este estado Norteamericano con
el de Chile, los llamados vuelos Trimetrogon,
No obstante, en parte esta contingencia mun- todo esto en pleno desenlace de la Segunda
dial es la que había traído inicialmente hasta Guerra Mundial -evidentemente no fue mera
acá a Junius Bird. La preocupación estadou- coincidencia de fechas y acciones, más aún
nidense por Latinoamérica estaba relacionada por el despliegue logístico que implicó. Entre
a los acontecimientos mundiales, como la ex- 1954 y 1956 se repite la iniciativa a través de
pansión territorial y el control de ciertas gran- los vuelos Hycon en asociación a una entidad
des potencias sobre nuevos territorios; de ahí dependiente del Ejército de Estados Unidos.
el interés del Departamento de Estado por in- Una de estas últimas fotografías encuadra
vertir tales cifras de dinero y personal en estas en un mismo plano toda la bahía de Nuestra
incursiones que abarcaban desde México has- Señora de Taltal, desde la Puntilla Sur hasta
ta la Patagonia austral (Strong 1943). Por aque- Punta Grande, a poco más de una década des-
llos años las costas del Pacífico se convirtieron pués de la estancia de Junius Bird en el Muelle
en un foco de atención mundial, especialmen- de Piedra (Figura 2).
te por el avance japonés. Realidad que queda
de manifiesta también en otros ámbitos aje- En la imagen se aprecia claramente el Taltal
nos a la investigación científica, y uno de los de los años 50’, y al norte el Hueso Parado, el
mejores ejemplos son las primeras fotografías Morro Colorado y la Punta Morada, los prin-
aéreas del territorio chileno. En 1944 y 1945 cipales referentes del trabajo de Junius Bird en
un escuadrón aéreo fotogramétrico de Estados la región. Estos dos últimos hitos los destaca
Unidos realizó más de 300 fotografías a esca- él mismo con un lápiz a tinta en su fotografía
JUNIUS BIRD Y EL MUELLE DE PIEDRA 19
Figura 2: Fotografía aérea de la bahía de Nuestra Señora de Taltal tomada en 1956 por los vuelos Hycon (IGM).
tomada con luz de mañana desde la parte alta esplendor. El camino lo secciona transversal-
del acantilado litoral, desde una elevación de mente, y en la parte baja y a la derecha de la
1800 pies –unos 550 msnm– (Figura 3). Tanto imagen destacan conjuntos de orificios y mon-
en la imagen aérea como en la terrestre, el tículos que parecen corresponder a uno de los
escenario geográfico asombra por su inmen- antiguos y famosos cementerios del morro;
sidad y sus planos extendidos, por la apertura como se ve, completamente saqueado. Hacia
del campo visual, en especial debido a la au- el otro lado del camino el terreno se encuentra
sencia de esa enorme masa de relave que hoy aún más removido, lo que no es de extrañar
contamina la playa. si consideramos que ya en las fotografías pre-
vias de Augusto Capdeville (1914-1924) y de
Por aquellos años el camino rumbo norte ha- Samuel Lothrop (1929-1930) este sector parece
cia Paposo ya existía, cortando de paso ambos un enorme campo de batalla. Casi al centro de
hitos geográficos y arqueológicos. En otra de la imagen, aunque levemente desplazado ha-
las fotografías de Junius Bird (Figura 4), tomada cia la derecha, se observa la unidad de exca-
también desde los faldeos del acantilado pero vación de Junius Bird junto a su harnero -debe
esta vez por sobre el Morro Colorado, puede ser la fotografía final de su excavación.
apreciarse su promontorio basural en todo su
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Figura 3: Fotografía tomada por Junius Bird desde la parte alta del acantilado costero justo al sur de Punta Morada, en
1941.
Ante todos estos detalles tal vez pasa desa- color oscuro, bajo el cual una silueta huma-
percibido el que en este caso debiese ser el na erguida da a entender movimiento y acti-
centro de nuestra atención: el campamento de vidad; tal vez una cocina, un comedor o un
Junius Bird, su familia y acompañantes, justo lugar de trabajo, sin dudas un espacio común
en el margen derecho de la imagen. Desde por la ausencia de muros. En frente y hacia la
esta fotografía se nota únicamente un gran tol- cámara modela el Ford Lincoln, y a un costa-
do blanco y el Ford Lincoln algunos metros do el carro de arrastre estacionado. Junto a la
más allá. Sin embargo, si nos acercamos y to- otra carpa blanca, en dirección hacia la playa,
mamos un plano más cómodo y directo distin- un tendedero de ropa exhibe al menos ocho
guimos mejor las unidades que lo componen prendas colgadas que dan cuenta del ritmo
y su ordenamiento interno (Figura 5). Aprove- hogareño y cotidiano del campamento.
charon el llano abierto entre el Muelle de Pie-
dra y el morro para instalarse, empleando los Al bajar al llano de la playa el asentamiento
afloramientos de este último como protección se muestra en su máximo esplendor a los pies
y cobijo de los vientos del suroeste. Junto a las del ahora imponente morro (Figura 6). Ambas
rocas instalaron dos grandes carpas, idénticas carpas blancas se ven con mejor detalle,
una a la otra, en forma de “A” y dispuestas con bases de formas rectangulares y sus tol-
perpendicular al muro. Junto a una de ellas se dos laterales arremangados para aplacar con
delinea lo que parece ser un toldo recto, de corrientes de aire el fuerte calor del verano.
JUNIUS BIRD Y EL MUELLE DE PIEDRA 21
Figura 4: Fotografía del Morro Colorado tomada desde la parte alta el cerro. Atrás se ve la bahía y el farellón costero.
En su interior se distinguen enseres y algunos de una tela de color más oscuro. En la toma
muebles de habitación. El toldo que describi- ahora el Ford Lincoln tiene acoplado su carro
mos como oscuro ahora es blanco y radiante, y está dispuesto en otra dirección; diferencias
diferencia generada por el uso de dos films de composición que demuestran una clara dis-
diferentes para ambas tomas, la primera con continuidad temporal entre ambas fotografías
un Panatomic X y la segunda con un Intra-D. (Figuras 4 y 5).
Un sujeto de camisa blanca y pantalones ne-
gros manipula dos tambores cerca de lo que En las tres carpas que componían el campa-
pensamos es el espacio común, seguramen- mento debieron distribuirse la familia Bird,
te acarrea agua para el campamento. Hacia Grete Mostny, Hugo Yávar y una señorita ve-
el otro costado de las carpas, otro sujeto de nida desde Santiago que cuidaba a los niños
vestimenta similar quiebra maderas arrumadas y ayudaba con la cocina, llamada Palmira; en
junto al roquerío, probablemente se apronta total las ocho personas que por momentos de-
a encender fuego o avivar una hoguera. Ca- bían comprimirse dentro del Ford Lincoln. Pro-
jas cuadradas y rectangulares de madera y bablemente los cinco integrantes de la familia
metal adornan el escenario. En esta fotografía ocupaban una de las carpas grandes, mientras
no aparece el tendedero de ropa, pero si una la otra albergaba a las jóvenes santiaguinas, y
tercera carpa ausente en la anterior, de tama- la tercera y más pequeña pertenecía a Hugo
ño más pequeño, también en forma de “A” y Yávar –el orden también pudo ser diferente.
22 TALTALIA, N° 10, 2017
El campamento de Taltal fue por lo visto sin- inteligentemente el área de excavación estrati-
gular y distinto a los previos. En las fotogra- gráfica, aprovechando uno de los faldeos del
fías de Punta Molle se observan además de morro para sortear el área más intervenida y
las dos carpas blancas otras dos carpas aún disturbada del sitio (Figura 4). Debido a esto
su excavación quedó en una pendiente de casi
más grandes, del mismo color, una de las cua-
30°. Excavó primero una trinchera a lo largo y
les exhibe una bandera flameante izada en la
en la misma dirección de la pendiente, para
entrada. La carpa pequeña oscura también
luego realizar tres trincheras adicionales a su
protagoniza estas fotografías. Esto quiere decir costado hasta formar un cuadrado (Figura 7A).
que el campamento levantado en Taltal utili- Finalmente excavó el testigo central como un
zó únicamente una fracción de los enseres y solo bloque (Figura 7B). Esta estrategia le per-
aparejos disponibles –las razones no las co- mitió tener pleno control de la estratigrafía y
nocemos. las capas depositacionales del conchal, algo
Figura 5: Fotografía del campamento de la expedición Bird tomada por Grete Mostny seguramente desde el antiguo
camino litoral que iba hacia el norte.
La primera área de excavación arqueológica que aprendió gracias a su paso previo por los
se emplazó a no más de 50 metros hacia el complejos basurales de Punta Píchalo en Pisa-
suroeste del campamento. Se le llamó por esto gua. La misma técnica de trincheras forman-
Midden 1, mientras que a la posterior ubicada do un cuadrado para dejar un bloque como
en la Punta Morada se le denominó Midden testigo central la implementó en su Midden 2,
2 -simple secuencialidad. Junius Bird escogió en Punta Morada. Desde algunas fotografías se
JUNIUS BIRD Y EL MUELLE DE PIEDRA 23
Figura 6: Fotografía desde la playa del Muelle de Piedra hacia el campamento de la expedición Bird.
desprende que además de Junius Bird, Grete where you go, you see where someone has
Mostny, Peggy McKelvy y Hugo Yávar, había corkscrewed down into the ground”.
a lo menos dos trabajadores más colaborando
en las excavaciones. Mientras se realizaban las excavaciones el
equipo aprovechaba de entablar lazos y rela-
Junius Bird debe haber reflexionado mucho ciones con quienes por aquellos años visita-
acerca de cómo excavar estos sitios antes de ban la playa, tal como sucede en la actualidad
llegar a Taltal, ya que las referencias que tenía –las filmaciones de su estadía así lo reflejan
eran muy desalentadoras. En una de sus cartas (San Francisco 2014/2015). Me pregunto si el
enviadas a Duncan Strong desde Punta Molle campamento y las actividades arqueológicas
comenta que su amigo Samuel K. Lothrop le habrán sido tema entre los habitantes de Tal-
había dicho varias veces que Taltal era el peor tal; evidentemente estaban ahí, a la vista de
lugar que había conocido para excavar –no todos, no hablaban bien el español y se distin-
olvidemos que él visitó la zona en 1929-1930 guían por su color de pelo y tez blanca. El mis-
como parte de la Thea Heye-Lothrop Expe- mo Junius Bird en una de sus cartas comenta
dition to Chile del Museum of the American que al pasear por el pueblo sus niños llamaban
Indian de Estados Unidos. Sin embargo, infor- la atención de todos, y como buen bromista
mantes locales le habían asegurado a Junius le enseñó a su hijo Robert que cuando le pre-
Bird que los conchales de Pisagua eran aún guntaran su nombre respondiera “gringo feo”.
peores, por lo que habiendo superado con Pero Taltal por su historia salitrera y portuaria
éxito la prueba no halló más que aceptar el siempre ha bullido en extranjeros que se mez-
desafío de Taltal. Lamentablemente al llegar clan entre la comunidad. Así mismo las exca-
aquí observó que los dichos de su amigo eran vaciones en búsqueda de objetos y tesoros en
reales, y los sitios estaban completamente sa- ese morro han sido habituales por generacio-
queados y destruidos; en sus propias palabras, nes (Looser 1932), es más aún hoy en día lo
“I have never seen an area like it; no matter siguen siendo, por lo que seguramente los Bird
24 TALTALIA, N° 10, 2017
Figura 8: Fotografía luego de la caza del guanaco al interior de Cifuncho; Hugo Yávar, Pascual Sara y un tercer sujeto
sonríen a espaldas del Ford Lincoln y los cerros litorales. Los sombreros, las camisas blancas y los pantalones largos a la
cintura dominan la moda en Taltal en los años 40’.
Figura 9: Las pinturas rupestres del Muelle de Piedra: (A) Estado actual, vista general (octubre 2017); (B) La pintura de
trazos lineales de 1941; (C) Fotografía del mismo sector de la pintura anterior, ahora completamente cubierta de al menos
tres capas de pintura posteriores (octubre 2017).
APROXIMACIÓN FACIAL
DE INDIVIDUOS ARQUEOLOGICOS
DE LA COSTA ARREICA DE ANTOFAGASTA1
RESUMEN
Se presentan los resultados obtenidos de la aproximación facial de siete individuos recuperados en los si-
tios arqueológicos Copaca 1, San Lorenzo 3, Caleta Buena, Alero Bandurrias 2 y Punta Loreto, los cuales se
sitúan en distintas zonas de la costa arreica de la Región de Antofagasta, abarcando los períodos Arcaico IV,
Formativo e Intermedio Tardío (~5000 al 500 AP). A partir de las características resultantes, se procedió a
comparar sus rasgos según sexo, sitio y período, así como también con descripciones etnohistóricas acerca
de la fisonomía de los llamados Changos, antiguos pescadores prehispánicos, quienes habitaron el territo-
rio de la costa norte de Chile hasta fines del siglo XIX. Se observó que los individuos masculinos muestran
características bastante comunes, principalmente aquellos del período Arcaico IV, mientras que los femeni-
nos (Formativo) presentan una mayor diversidad de rasgos, posiblemente debido al aumento de los contac-
tos, en tiempos formativos, entre grupos costeros con los del interior. Por otra parte, si bien la muestra no re-
presentó fielmente lo descrito en los documentos etnohistóricos, sí existen rasgos característicos, los cuales
podrían indicar una cierta homogeneidad de algunas características faciales en estos grupos humanos.
Palabras Claves: Aproximación facial, Changos, fisonomía, etnohistoria, costa arreica del Norte de Chile.
ABSTRACT
We present results obtained from facial approximations of seven individuals recovered from archaeologi-
cal sites Copaca 1, San Lorenzo 3, Caleta Buena, Alero Bandurrias 2 and Punta Loreto, which are located
in different coastal areas of Northern Chile, and belong form Archaic IV, Formative and Late Intermediate
periods (~5000 to 500 AP). From obtained characteristics, we compared traits by sex, site and period,
as well as ethnohistorical descriptions about the physiognomy of historical native population known as
Changos, former prehispanic fishermen, who inhabited the territory of the northern coast of Chile until
late nineteenth century. It was observed that the masculine individuals show quite common characte-
ristics, mainly those of the Archaic IV period, whereas the feminine ones (Formative) present a greater
diversity of traits, possibly due to the increase of the contacts, in formative times, between coastal groups
with those of the hinterlands. On the other hand, although the sample did not faithfully represent what was
described in the ethnohistorical documents, there are characteristic features, which could indicate certain
homogeneity of some facial features in these human groups
1
Proyecto FONDECYT 1100951 y 1151203
2
Antropólogo con Mención en Antropología Física. Universidad de Concepción. davidalemunoz@gmail.com
3
Antropólogo con Mención en Antropología Física. Universidad de Concepción. cpalaciosantropo@gmail.com
4
Arqueólogo. Carrera de Antropología, Universidad de Concepción. pandradem@udec.cl
30 TALTALIA, N° 10, 2017
Figura 1: Mapa de la costa arreica de Antofagasta y sus alrededores. Se muestra la extensión que alcanzan las principales
divisiones de la zona (Tomado de Andrade et al. 2014).
32 TALTALIA, N° 10, 2017
vegetales de esta zona se caracterizan por es- cionadas con un acceso progresivo diferentes
tar adaptados para vivir en un medioambiente dimensiones del mar: recolectores marítimos
en el cual escasea el agua, ubicándose prin- (8.000-6.500 a.C.), en la cual los individuos
cipalmente en las laderas de los cerros. De dominan las orillas del mar por medio del
Paposo al sur, esta franja vegetal (desarrollada uso de redes y chopes; pescadores tempranos
entre 800 y 1.000 metros de altitud) adquiere (6.500 a.C.-200 d.C.), en la cual comienza la
características de matorral, lo cual es propicio utilización de diversos tipos de anzuelos, y fi-
para la proliferación del guanaco (Lama gua- nalmente la etapa de pescadores tardíos (200
nicoe) (Llagostera 1989). En la planicie litoral d.C.), en la cual los individuos costeros logran
predominan varias especies de la familia de dominar la extensión del mar a través del uso
las Nolanáceas, y en la cordillera de la costa de embarcaciones.
adyacente destacan especies arbustivas como
Ephedrabreana, gramíneas y las cactáceas Eu-
lychnia iquiquensis y Cumulopuntia (Maldona- LA CRONOLOGÍA PREHISTÓRICA
do 2006, en Castro et al. 2012). DE LA COSTA ARREICA.
Las poblaciones costeras que habitaron este Castro (2014) distingue seis fases arcaicas en la
litoral tuvieron acceso a la pesca de especies cronología para el litoral de arreísmo absolu-
de mar abierto, como atunes (Thunnus sp.) y to, las que van desde los 10.700 a 3.000 años
dorados (Coryphaena sp.), albacoras (Xiphias AP. La Fase I (10.700-9.500 AP) está represen-
gladius) y delfínidos; peces semiabisales como tada por los sitios La Chimba 13, El Obispo
los congrios (Genypterus chilensis y G. macu- 1, Los Médanos 2, y en la desembocadura de
latus) (Llagostera 1982, en Castro et al. 2012) y quebrada Cascabeles (Taltal), mostrando este
otros como cabrilla (Sebastes capensis) y peje- último un eficiente uso habitacional del alero
perro (Semicoss y phusmaculatus) (Ruz 2011, rocoso. La Fase II (9.500-9.000 AP) está pre-
en Castro et al. 2012). También disponían de sente en los mismos sitios de la Fase I, además
moluscos como el choro zapato (Choromytilus de otros sitios en la costa de Copiapó, y se ca-
chorus), lapas (Fissurellidae, varias especies) racteriza por los litos geométricos (discoidales
y locos (Concholepas concholepas) (Castro y poligonales) confeccionados con arenisca,
2010, en Castro et al. 2012), mientras que en los que no parecen tener uso en la obtención
cuanto a mamíferos, los cetáceos y lobos ma- directa de recursos. La Fase III (9.000-6.000
rinos han tenido una presencia y uso persisten- AP) se ve representada por el sitio San Ramón
te en estas costas a través del tiempo (Castro 15, donde se ubica una mina prehispánica
et al. 2012). asociada a martillos líticos, lascas y restos de
moluscos.
A pesar de ser una zona con escasez del re-
curso hídrico, el ser humano se asentó en La Fase IV (6.000-5.000 AP) está presente en
este paisaje y lo aprovecha de modo óptimo los sitios Cobija 13, Abtao 1, Cerro Colorado y
desde hace 10.000 años a través de la caza Punta Morada (en Taltal), y en los sitios Punta
y recolección marina, con una movilidad nor- Blanca y Punta Guasilla (entre Antofagasta y
te–sur por el litoral mediante asentamientos Tocopilla) caracterizándose por el uso de an-
transitorios (Castro et al. 2012). La presencia zuelos de concha circular y concha con vás-
del desierto de Atacama en la depresión in- tago recto. La Fase V (5.000-4.000 AP) está
termedia constituye una barrera natural que representada por los sitios Caleta Huelén 42,
interfiere en las interrelaciones con el interior Cobija-13 y los Bronces 1, y su rasgo principal
(Llagostera 1989). Berenguer (2008) señala que es la sustitución del anzuelo de concha por el
la adaptación del hombre a este medio pue- de espinas de cactáceas. Por último, la Fase VI
de dividirse en tres etapas, las que están rela- (4.000-3.000 AP) muestra rasgos transiciona-
APROXIMACIÓN FACIAL DE INDIVIDUOS ARQUEOLOGICOS
DE LA COSTA ARREICA DE ANTOFAGASTA 33
les en la forma y materia prima de los anzue- Colorado, Agua Dulce, Los Bronces 1 y Zapa-
los, y en sitios como Caleta Huelén 42, Punta tero. Es importante destacar que esta fase en
Guasilla y Los Canastos se observa un patrón Taltal es contemporánea de sitios como Cobija
de pisos encementados en las estructuras de 13, Cobija S1 y Copaca en el sector de Cobija
vivienda, los que tienen como fin cubrir res- (Bittmann 1984; Castro et al. 2012). El Arcaico
tos humanos (Castro 2014). Este mismo tipo IV (5.500-4.500 cal AP) evidencia en algunos
de estructura, de tipo habitacional y mortuo- sitios una continuidad del período anterior en
ria, puede observarse en el sitio Copaca 1, al lo que respecta a la subsistencia y tecnología,
sur de Tocopilla, como lo señalan Castro et al. pero con diferencias en el patrón de asenta-
(2012). miento y la modalidad residencial. Algunos de
los sitios asociados a esta fase Caleta Bandu-
Cabe destacar la reevaluación de la cronolo-
rrias, Zapatero y Paso Malo Arcaico. El Arcai-
gía prehistórica arcaica de la zona de Taltal y
co V (4.500-3.900? cal AP) es propuesto de
alrededores planteada por Salazar et al. (2015),
forma preliminar en base a las transformacio-
quienes distinguen seis fases arcaicas en base a
nes advertidas en los sistemas de movilidad,
evidencias sobre la transformación de diversas
prácticas mortuorias y modalidad de uso de
variables durante el proceso cronológico-cul-
los sitios habitacionales. Este período sería
tural, las cuales corresponden al período entre
parcialmente contemporáneo de la Fase VI
12.000 cal AP y el comienzo de la era cristiana
propuesta por Llagostera (2005) para la cos-
(1.500 años AP aproximadamente). El Arcaico
I (ca. 12.000-10.000 cal AP) se caracterizaría ta arreica. Entre los sitios que se conocen de
por las primeras ocupaciones de Taltal, asocia- este período se encuentran Punta Cañas Nor-
das al complejo cultural Huentelauquén. Este te, Zapatero, San Lorenzo y Poza Bahamondes
período fue definido por seis sitios, cinco de 4. Finalmente, el Arcaico VI (ca. 3.500-1.500
los cuales corresponden a aleros rocosos con cal AP) es distinguido por los cambios en los
conchales asociados en la desembocadura de asentamientos domésticos y los patrones fu-
la quebrada Cascabeles (Castelleti 2007; Cas- nerarios, además de la proliferación de mate-
telleti et al. 2010; Salazar, Salinas et al. 2013), riales provenientes de tierras altas. Entre los
mientras que el sexto, San Ramón 15, corres- sitios considerados para esta fase se distinguen
ponde a una mina de óxidos de hierro ubica- varios de la etapa anterior, pero a su vez es
da en el curso inferior de la quebrada de San significativa la proliferación de algunos nuevos
Ramón, en las cercanías de Paposo (Salazar et en áreas previamente desocupadas. Algunos
al. 2011; Salazar, Andrade et al. 2013). El Arcai- de ellos son Plaza de los Indios Norte, Poza
co II (ca. 8.500-7.500 cal AP) es representado Bahamondes 4, Morro Colorado, San Lorenzo
principalmente por el sitio Morro Colorado, el 3, Alero Bandurrias 2 y Punta Cañas Norte.
cual destaca entre otras por la producción de
Durante el período Formativo (a partir del
anzuelos de concha de Choromytilus chorus
1.000 a.C.) se observa la presencia de in-
y por posiblemente constituir, en su primera
fluencias desde las tierras altas, las cuales ac-
ocupación, uno de los campamentos residen-
túan como agentes de cambio sociocultural,
ciales más antiguos conocidos hasta la fecha
transformando sus modos de subsistencia de
en Taltal.
sociedades recolectoras a productoras. Sin
En el Arcaico III (7.500-5.500 cal AP) se obser- embargo, en la costa las condiciones no fue-
va un importante cambio en el modo de uso ron favorables para el desarrollo de la agricul-
algunos sitios asociados al período anterior, tura, por lo cual prevaleció el modo de vida
con un aumento en la densidad de materiales cazador recolector (Andrade et al. 2014; An-
culturales y el uso de embarcaciones. Algunos drade et al. 2015), con la adición paulatina de
de los sitios que definen esta fase son Morro nuevas tecnologías (Castro 2014). Algunos de
34 TALTALIA, N° 10, 2017
los sitios representativos de este período son kham (1904, en Latcham 1910) señala que
Caleta Huelén-10, Caleta Huelén-20, Caleta pudieron provenir del pueblo Chimú (quienes
Huelén-43 y Caleta Huelén-7 (Núñez 1971, en habitaban en las costas de Perú) basándose
Castro 2014). El período Medio en la zona de en las similitudes que observó entre los patro-
Antofagasta se reconoce por las influencias de nes de enterramiento que presentaban. Por su
Tiwanaku, aunque estas son muy débiles en la parte, Guevara (1929) plantea que los antiguos
costa del interfluvio. Para la zona arreica no se changos procedían de los uros que habitaban
han detectado evidencias del período Medio las costas del lago Titicaca, los cuales habrían
hasta el presente (Castro 2014). sido conocidos como “camanchacos”. Más re-
cientemente, Rothhammer et al. (2010) realiza-
Entre el período Formativo y tiempos tardíos ron un estudio de ADNmt, en el cual sugieren
prehispánicos se percibe una cultura marítima que los changos serían descendientes de los
bien asentada y con tecnología especializada. antiguos grupos chinchorro (7.900-4.000 AP)
Los pueblos del interior también se interesaron ya que son genéticamente más cercanos que
en el litoral para obtener pescado y posible- otros grupos originarios de Chile.
mente también algas y guano de ave, con el
fin de utilizarlo como abono en los campos de Respecto al origen del término “chango”,
cultivo. Durante el período Intermedio Tardío Cúneo-Vidal (1977, en Rostworowski 1986)
(hacia los 1.000 d.C.) se amplía la integración señala que “camanchaco”, “camachango” y
entre la costa y las tierras altas de los oasis “chango” eran voces para designar a los mis-
de Atacama. El hallazgo de algarrobo, chañar, mos grupos de pescadores, siendo “chango”
maíz y quínoa en contextos prehispánicos tar- una palabra que derivó de la primera. Destaca
díos de Cobija es indicativo del traslado de es- además que el término “camanchaca” es el
tos recursos que provinieron del interior. El uso nombre que se le da a una densa neblina que
de embarcaciones permitió la caza y pesca a se extiende al anochecer y al amanecer (Cú-
mar abierto, junto con un desplazamiento mu- neo-Vidal 1977, en Rostworowski 1986). Gue-
cho más rápido por el extenso litoral (Castro vara (1929) establece que el término proviene
et al. 2012). Durante los períodos Intermedio de transformaciones de la palabra “camancha-
y Tardío se advierte una definitiva ampliación cos”, denominación utilizada por los quechuas
del paisaje a nivel regional. La vinculación de para referirse a los “uros de la costa”, y que
los pueblos costeros con el interior permite significaba “feos y repugnantes”. Sin embar-
una diversificación de su dieta, un enriqueci- go, diversos autores consideran que la palabra
miento del intercambio y transforma su per- chango no refiere a un grupo étnico en par-
cepción ideológica del paisaje. En el período ticular, sino que más bien estaría relacionada
Tardío, la costa es parte del Tawantinsuyu, lo con una forma de vida, que en este caso sería
la actividad productiva costera (Latcham 1910;
cual produjo consecuencias que afectaron la
Herrera 1997; Martínez 1985, en Castro 2001;
percepción del paisaje de los pescadores re-
Letelier 2011).
colectores locales (Castro et al. 2012).
Los europeos del siglo XVI describían a los
LOS CHANGOS. changos como “gente bruta”. Por la sencilla
cultura material que poseían les consideraban
Las poblaciones humanas reconocidas como bárbaros, e incluso malolientes, debido a cos-
changos habitaron el territorio de la franja del tumbres como beber sangre de lobo marino y
Pacífico, comprendido entre quizás los 17° el untarse el cuerpo con aceite de lobo y grasa
Lat. S. (sur del Perú) y los 30° Lat. S. (Tongoy, de ballena. Estos changos con los que se en-
costa chilena) (Bittmann 1984, en Escobar contraron los europeos en las costas de la zona
2007). Sobre el origen de los changos, Mar- norte del país, eran los últimos exponentes de
APROXIMACIÓN FACIAL DE INDIVIDUOS ARQUEOLOGICOS
DE LA COSTA ARREICA DE ANTOFAGASTA 35
carnosa, ancha en las ventanillas, pero nunca Además, agrega que estas eran mucho más
aguileña, jeneralmente recta. La boca es gran- braquicéfalas, de órbitas más grandes y orifi-
de, los carrillos anchos pero no mui salientes” cios nasales más separados que los hombres.
(Latcham 1910:27).
Período
Sitio, Individuo Datación Referencia
correspondiente
muestras utilizadas poseen un buen estado de Caleta Buena. El sitio Caleta Buena se sitúa a
conservación, presentando fragmentaciones unos 31 km al suroeste de Taltal, sector en el
que pueden considerarse como mínimas, ya cual se observó la presencia de restos huma-
que no afectarían mayormente a la conforma- nos altamente removidos y saqueados y que
ción general del rostro ni a las zonas donde se correspondían a un solo individuo. La muestra
ubican las principales estructuras faciales. utilizada corresponde al cráneo y mandíbula
del Individuo 1, el cual es de sexo femenino y
posee un rango de edad de alrededor de 40 a
DESCRIPCIÓN DE LOS SITIOS E 45 años (Andrade et al. 2014).
INDIVIDUOS DE LA MUESTRA.
Alero Bandurrias 2. Este sitio se ubica en
Copaca 1. El sitio Copaca 1 se ubica a unos
un pequeño alero rocoso, 30 km al norte de
30 km al sur de Tocopilla, y corresponde a un
Taltal. La muestra está compuesta por el crá-
conchal de grandes proporciones. La muestra
neo y la mandíbula del Individuo 1, el cual
proveniente de este sitio se compone del crá-
es de sexo femenino y tendría una edad de
neo y mandíbula del Individuo 1 e Individuo
alrededor de 30 a 35 años. En este cráneo en
2, ambos de sexo masculino. En cuanto a su
particular se observa pérdida de gran parte de
edad aproximada, se estima que el primero
ambos parietales, del sector izquierdo del es-
tendría alrededor de 35 a 45 años, mientras
fenoides, de la porción escamosa de temporal
que el segundo tendría entre 25 a 30 años (An-
izquierdo, de ambos palatinos y de la sección
drade et al. 2016; Castro et al. 2016).
posterior izquierda del frontal (Andrade et al.
San Lorenzo 3. Este sitio corresponde a un 2014).
pequeño reparo rocoso que se ubica a 20 km
Punta Loreto. Como muestra del sitio Pun-
al norte de Taltal. Las muestras utilizadas per-
ta Loreto se utilizó el cráneo y la mandíbula
tenecientes a este sitio están formadas por los
del Individuo 1, el cual es de sexo masculino
cráneos sin mandíbula del Individuo 1 e Indi-
y posee entre 25 y 30 años de edad aproxi-
viduo 4. El primero se trata de un individuo
madamente. Debido a que sus restos fueron
femenino de alrededor de 20 a 25 años de
saqueados de una tumba y posteriormente en-
edad, mientras que el segundo corresponde a
tregados por una familia que reside en el sec-
un individuo subadulto de aproximadamente
tor del mismo nombre, no es posible conocer
4 años ± 16 meses de edad (Andrade et al.
claramente el contexto en el cual el individuo
2014).
se encontraba originalmente (Andrade et al.
2014).
38 TALTALIA, N° 10, 2017
La ancestría mongoloide de todos los indi- la muestra son los arcos cigomáticos, los que
viduos de la muestra fue determinada antro- se reconstruyeron tomando como referencia la
poscópicamente (Krenzer 2006), tomando en forma del hueso del lado opuesto del cráneo.
cuenta que presentaban las principales carac- De la misma manera se logró replicar de ma-
terísticas de este tipo de cráneo, como lo son nera aproximada el hueso parietal izquierdo
la forma redondeada de la cabeza, bóveda ausente en el cráneo del Individuo 4 del sitio
craneal corta, perfil facial aplanado, progna- San Lorenzo 3 (Figura 3).
tismo moderado, huesos cigomáticos promi-
nentes, márgenes orbitales redondeados, fosa En el caso particular del Individuo 1 del sitio
canina débil o ausente al igual que los arcos Alero Bandurrias 2, se restauró gran parte de
superciliares, apertura nasal medianamente la bóveda craneal, tomando como referencia
ancha, perfil nasal recto, raíz nasal aplanada la dirección que seguían los huesos, tempo-
y espina nasal corta (Taylor 2001; Wilkinson rales, frontal y occipital, y comparando con
2004). las características de los otros cráneos de la
muestra, con tal de obtener una idea general
de la probable forma de este cráneo (Figura
TÉCNICA EMPLEADA. 4). Debido a que la restauración de esta zona
se elaboró de manera idealizada, no se fue
La técnica empleada fue la aproximación fa-
considerada como referencia al momento de
cial tridimensional, a través del “Método de
realizar comparaciones con otros individuos.
Manchester”, el cual consiste en la utilización
Figura 3: Cráneo Individuo 4 de San Lorenzo 3. Figura 4: Cráneo Individuo 1 de Alero Bandurrias 2.
de las marcas de inserción muscular impresas Los cráneos de los individuos 1 y 4 del sitio San
en el cráneo para predecir la forma y detalles Lorenzo 3 fueron encontrados sin sus mandí-
faciales, y el uso de marcadores de profundi- bulas, por lo que debieron ser confecciona-
dad de tejido para reproducir los espesores de das. En el primer caso esta pieza se moldeó a
los tejidos blandos (Verzé 2009). Para llevar a partir de la mandíbula del individuo femenino
cabo esta técnica se debe obtener previamen- del sitio Caleta Buena, ya que se adaptaba al
te una réplica del cráneo original, por lo que tamaño y forma del cráneo del Individuo 1,
las zonas que se encontraban fragmentadas en mientras que en el segundo caso fue en base
los cráneos de la muestra debieron ser restau- a la de un individuo subadulto (de alrededor
radas. Las principales zonas fragmentadas en de 4 años), perteneciente al sitio Punta Plata 3.
APROXIMACIÓN FACIAL DE INDIVIDUOS ARQUEOLOGICOS
DE LA COSTA ARREICA DE ANTOFAGASTA 39
Las réplicas craneales fueron realizadas uti- utilizaron los datos de profundidad de tejido
lizando alginato dental Jeltrate Chromatic®, reportados por Dong et al. (2012), los cuales
con el cual se obtuvieron moldes de cada crá- fueron obtenidos por medio de tomografía
neo y mandíbula original, en los que posterior- computarizada (TC) sobre una muestra de 200
mente se realizó el vaciado en yeso piedra. La adultos vivos del norte de China. En el Indivi-
reproducción de los tejidos blandos sobre las duo 1 de Punta Loreto se utilizaron los datos
réplicas craneales se realizó utilizando plastili- correspondientes a hombres de complexión
na Van Aken®, excepto para el caso de los in- delgada, mientras que para los individuos fe-
dividuos pertenecientes al sitio Copaca 1, para meninos de los sitios Caleta Buena, San Lo-
los cuales se utilizó arcilla profesional Artel®. renzo 3 y Alero Bandurrias 2, se utilizaron los
Cada réplica craneal fue colocada en un so- datos que corresponden a mujeres de com-
porte firme, y orientada en Plano de Frankfurt, plexión delgada. En estos casos, se optó por
según las indicaciones que señala Wilkinson el uso de estos datos debido a que, al haber
(2004), para posteriormente situar los marca- sido obtenidos por medio de TC en personas
dores de tejido blando facial. vivas, fue posible aumentar la exactitud en
cuanto a la profundidad del tejido en diferen-
tes puntos del cráneo, en comparación a los
MARCADORES DE PROFUNDI- obtenidos en cadáveres. Además de esto, se
DAD DE TEJIDO BLANDO UTILI- consideró adecuado su uso ya que la muestra
ZADOS. utilizada por estos autores está compuesta por
Los marcadores de profundidad de tejido blan- individuos asiáticos, por lo que compartirían
do facial utilizados específicamente para cada la misma ancestría mongoloide que presentan
individuo de la muestra, fueron escogidos los cráneos hallados en los sitios nombrados
considerando su adecuada adaptación a la for- anteriormente.
ma y tamaño de cada cráneo. En el caso de los
Para el caso del Individuo 4 del sitio San Lo-
individuos masculinos del sitio Copaca 1, se
renzo 3 (subadulto) se utilizaron los datos de
utilizaron los datos propuestos por Villanueva
profundidad de tejido correspondientes a ni-
et al. (2006), los cuales se obtuvieron a partir
ños hispanoamericanos, con un rango de edad
de una muestra de 208 cadáveres de adultos
de 3 a 8 años, los que fueron obtenidos por
mexicanos, a través del método de punción
Manhein et al. (2000, en Wilkinson 2004) por
de aguja con escala graduada. En el Indivi-
medio de la técnica del ultrasonido. Si bien
duo 1 se utilizaron los datos correspondientes
existen datos más actualizados acerca de la
a hombres de complexión delgada, mientras
profundidad de tejido blando facial en indivi-
que para el Individuo 2 se optó por los de
duos asiáticos subadultos (que compartirían la
complexión robusta. En una primera instancia,
ancestría mongoloide del Individuo 4) que han
se escogieron estos datos considerando que la
sido publicados por Utsuno et al. (2010), no
población a la cual estos corresponden, ten-
pudieron ser usados como referencia ya que
dría un origen ancestral más cercano con los
este autor sólo reporta datos de profundidad
individuos de la muestra en comparación a
de tejido correspondientes al perfil facial.
otras poblaciones de las cuales existen repor-
tes de tejidos blandos faciales, como los afri-
canos (Aulsebrook et al. 1996), caucásicos (De
Greef et al. 2006), entre otros.
frente destaca por su proyección. Los ojos son presenta un tamaño medio, el labio superior
profundos y centrados, el eje de la abertura sobresale más que el inferior y la región del
palpebral es horizontal, y su distancia inter- mentón es maciza, al igual que la de los án-
cantal interna es bastante amplia. Su nariz es gulos mandibulares, los que sobresalen lige-
prominente y algo achatada, con una marcada ramente. Las orejas presentan una inclinación
inclinación hacia inferior en la región donde leve hacia posterior, y con poca proyección
terminan los huesos nasales, el dorso nasal anterolateral, a pesar de las grandes apófisis
es sinuoso, la punta nasal es levantada y las mastoides que presenta, probablemente por la
ventanillas son anchas. La boca es de tamaño forma prominente de la escama del temporal
medio en relación a la cara, el labio superior (Figura 6).
Figura 5: Individuo 1 del sitio Copaca 1. Figura 6: Individuo 2 del sitio Copaca 1.
Figura 7: Individuo 1 del sitio San Lorenzo 3. Figura 8: Individuo 4 del sitio San Lorenzo 3.
Individuo 4 del sitio San Lorenzo 3. El rostro ción hacia posterior y poca proyección ante-
de este individuo subadulto posee una forma rolateral (Figura 9).
cuadrangular y su perfil facial es relativamente
recto. Los ojos tienen una distancia cercana Individuo 1 del sitio Alero Bandurrias 2.
entre sí, y el eje de la abertura palpebral es Debido a que gran parte de su bóveda cra-
oblicuo de comisura externa ascendente. Su neal fue restaurada de manera idealizada, no
nariz es pequeña, de raíz ancha pero hundi- puede ser analizada en detalle, sin embargo,
da, dorso recto, punta levantada y alas peque- la parte del hueso parietal que se encuentra
ñas. La boca del individuo es grande, con el presente permite señalar que su cabeza no es
labio superior proyectado levemente sobre el ancha transversalmente y su rostro posee una
inferior y sus mejillas son carnosas. Sus orejas forma ovalada, de perfil convexo. Cabe desta-
presentan una leve proyección hacia anterior car que la zona occipital es muy prominente,
(Figura 8). al igual que la región de la glabela, los arcos
superciliares y los pómulos. Sus ojos presentan
Individuo 1 del sitio Caleta Buena. Presenta una amplia distancia intercantal interna, y el
un rostro de forma pentagonal y perfil facial eje de la abertura palpebral es oblicuo de co-
convexo, destacando el prognatismo de su misura externa descendente. La nariz es bas-
mandíbula. La distancia intercantal interna es tante ancha en su base, su raíz es hundida, el
amplia y el eje de la abertura palpebral es obli- dorso convexo y la punta levantada. Su boca
cuo de comisura externa ascendente. La nariz es de tamaño medio con respecto al rostro,
es bastante ancha en la zona de las ventani- con una mayor proyección del labio inferior
llas, con una raíz ligeramente hundida, dorso que del superior, debido a la marcada reab-
sinuoso y punta levantada. La boca de este sorción ósea en la zona del maxilar y su men-
individuo es de tamaño medio, observándose tón es cuadrado. Las orejas poseen una incli-
una depresión en su lado izquierdo, debido a nación muy leve, siguiendo la dirección casi
la gran falta de piezas dentales en esta zona, en ángulo recto que presentan las ramas en
mientras que su mentón es de forma afinada relación al cuerpo mandibular y su proyección
y proyectado hacia anterior. Los pómulos son anterolateral es muy leve (Figura 10).
prominentes y la mejilla izquierda bastante
hundida, debido a la reabsorción de las piezas
dentales. Sus orejas poseen una leve inclina-
APROXIMACIÓN FACIAL DE INDIVIDUOS ARQUEOLOGICOS
DE LA COSTA ARREICA DE ANTOFAGASTA 43
Figura 9: Individuo 1 del sitio Caleta Buena Figura 10: Individuo 1 del sitio Alero Bandurrias 2.
influyeron en el resultado final de las aproxi- Otro posible motivo de la baja similitud es la
maciones. En nuestro caso se optó por utili- diferencia de edad entre los individuos, don-
zar métodos que permitieran un mayor grado de el Individuo 1 de San Lorenzo 3 es mucho
de detalle en las distintas zonas del rostro, así más joven que el de Caleta Buena y el de Ale-
como aquellos que se encontraran empírica- ro Bandurrias 2. Quien sí presenta similitudes
mente comprobados. De la misma forma, se con el Individuo 1 de San Lorenzo 3 es el Indi-
priorizó el uso de marcadores de profundidad viduo 4 del mismo sitio, quizás debido a que
de tejido obtenidos en personas vivas, a dife- el primero al ser bastante grácil puede presen-
rencia del trabajo de Cebellin (1983), en el que tar mayor semejanza con un sujeto en pleno
se utilizaron datos obtenidos de cadáveres, crecimiento, aunque no podemos descartar la
ya que permitieron lograr un mayor grado de posibilidad de que el pertenecer al mismo si-
exactitud y realismo al reproducir los tejidos tio y haber vivido en el mismo período tenga
blandos. alguna relación.
mujeres poseen cráneos mucho más peque- mientras que el Individuo 4 posee una frente
ños que los hombres. proyectada en la región superior a la glabela,
por tratarse de un individuo de corta edad.
COMPARACIÓN ENTRE LOS IN- Los huesos nasales están muy relacionados
DIVIDUOS DE LA MUESTRA Y LA con la forma que adopta el dorso de la nariz,
INFORMACIÓN ETNOHISTÓRICA ya que mientras mayor sea su proyección ha-
RECOPILADA. cia superior, la nariz presentará un dorso des-
de cóncavo hasta sinuoso. En el caso de los
D’Orbigny (1835, en Latcham 1910) destacó
individuos estudiados se observan principal-
algunas de las características faciales de los
mente narices de dorso convexo y sinuoso, las
changos, como la forma horizontal de los ojos
cuales efectivamente corresponden a huesos
y el tamaño medianamente prominente de la nasales bastante pronunciados. Sobre la esco-
nariz, la cual sería angosta en su punta y de tadura hendida, toda la muestra, exceptuan-
ventanillas anchas, pero jamás aguileña. Al do el Individuo 2 de Copaca 1, presenta una
comparar esta información con los rasgos de raíz nasal levemente hundida o muy hundida.
las aproximaciones faciales realizadas, es po- En los individuos de los sitios Caleta Buena,
sible notar que los rostros de los individuos 1 Alero Bandurrias 2 y Punta Loreto se aprecian
y 2 del sitio Copaca 1 son los que más se acer- mandíbulas muy proyectadas en la zona del
can a esta descripción, ya que poseen un eje mentón, pero sólo el segundo de ellos posee
de la abertura palpebral de tipo horizontal y un mentón cuadrado, al igual que el Individuo
una nariz de ventanillas anchas y punta levan- 1 de Copaca 1.
tada. Tanto la prominencia como la dirección
de la punta de la nariz varían en los distintos Respecto a la forma del rostro de los changos,
individuos de la muestra, pero efectivamente Latcham (1910) retoma algunos de los rasgos
no se observan narices de forma aguileña. señalados por D’Orbigny (1835, en Latcham
1910) y agrega que la nariz a pesar de ser pro-
Latcham (1910) realizó una descripción bas- minente y carnosa, posee en general un dorso
tante más completa, en la cual incluyó ca- recto, la boca es grande, los carrillos (pómu-
racterísticas del cráneo de los individuos que los) son anchos pero no muy salientes y las
estudió. Entre ellas menciona que los changos mujeres tienen órbitas más grandes y orificios
poseen un occipital algo protuberante, arcos nasales más separados que los hombres. Al
superciliares y glabela muy pronunciados, al observar los rasgos que presentan las aproxi-
igual que sus huesos nasales; la escotadura maciones faciales realizadas, es posible apre-
nasal es hendida y la mandíbula es fuerte e ciar que ningún individuo posee la totalidad
inclinada hacia anterior, con el mentón rela- de las características descritas por este autor,
tivamente cuadrado. En la muestra es posible pero sí una mezcla de ellas. Por ejemplo, en
apreciar un occipital protuberante en el In- el Individuo 1 de Copaca 1 se aprecian la ma-
dividuo 2 de Copaca 1, en el Individuo 1 de yoría de los rasgos planteados por este autor,
San Lorenzo 3 y en el Individuo 1 de Alero a excepción de una mandíbula cuadrada y
Bandurrias 2. La mayoría de los individuos de proyectada, un dorso nasal recto y carillos an-
la muestra presentan una glabela y arcos su- chos, aunque esto puede deberse simplemen-
perciliares prominentes, a excepción de aque- te a una subestimación del grosor del tejido
llos que pertenecen a San Lorenzo 3, donde facial según los datos de espesores elegidos.
el Individuo 1 presenta arcos superciliares Al comparar el tamaño de las órbitas de los in-
levemente marcados, probablemente debido dividuos femeninos del período Formativo son
a que se trata de un adulto joven de sexo fe- más grandes, en relación al resto del rostro,
menino, presentando rasgos bastante gráciles, que en el individuo masculino de Punta Lo-
46 TALTALIA, N° 10, 2017
Consideramos necesario mencionar algunos dos, ya que durante estos amplios períodos
de los posibles motivos del porqué de las di- de tiempo pudieron ocurrir gran cantidad de
ferencias observadas entre los individuos de eventos, especialmente movimientos migrato-
la muestra y las descripciones recopiladas, las rios y situaciones que implicaron la disminu-
cuales creemos se basan en tres aspectos: ción de individuos en un grupo o su desapa-
rición.
1) Muestra: Debido a su tamaño, la muestra
pudo no ser lo suficientemente representativa 3) Exogamia: si estos grupos se rigieron por la
para observar una mayor cantidad de rasgos regla de la exogamia, probablemente mantu-
comunes entre los individuos. vieron relaciones con grupos ajenos, tanto de
la misma costa como del interior, lo que au-
2) Contexto espacio-temporal: Los individuos mentaría su variabilidad genética, generando
de la muestra fueron excavados en distintos una mayor diversidad de rasgos en los indivi-
sitios arqueológicos, de entre los cuales uno duos de la zona.
pertenecía al período arcaico IV, tres al pe-
ríodo Formativo y uno al período Intermedio Aparte de los motivos señalados anterior-
Tardío. Estos sitios no sólo son distantes tem- mente, se debe recordar que las descripcio-
poralmente, sino que también se encuentran nes de los changos que se encuentran en los
separados por amplias distancias geográficas, documentos etnohistóricos fueron realizadas
en especial el sitio Copaca 1. A partir de estos en contextos históricos particulares, tanto en
planteamientos, son muchas las hipótesis que tiempos de Conquista como en la Colonia.
pueden plantearse respecto a la situación de Los criterios utilizados por los cronistas para
los individuos en cada sitio. Si bien la dieta de describir las características físicas de los chan-
estos individuos, principalmente compuesta gos probablemente fueron muy distintos a los
por recursos marinos, se mantuvo constante a actuales, además de quizás estar influidos por
pesar de los diferentes períodos a los que estos ideas etnocentristas, por lo que las descripcio-
corresponden (Andrade et al. 2014; Andrade nes de rasgos pudieron ser realizadas de ma-
et al. 2015), las posibles diferencias en las for- nera exagerada. Aun así, si bien los individuos
mas de preparación de los alimentos pudieron de la muestra no representaron fielmente lo
influir en un mayor o menor desarrollo de la descrito por los autores, no cabe duda de que
musculatura ligada a la masticación, lo que a sí poseen ciertos rasgos que les caracterizan,
su vez pudo determinar el grado de robustez lo que nos lleva a pensar en una cierta homo-
de la región maxilar. Por otro lado, el uso para- geneidad de algunas características en estos
funcional de la dentadura, en menor o mayor grupos humanos. Como ya fue mencionado
grado, con el fin de trabajar cueros o fibras, anteriormente en los antecedentes, el nombre
habría requerido de fuertes presiones mastica- “chango” probablemente no representa a una
torias (Andrade et al. 2014), pudiendo afectar etnia, más bien estaría relacionado al modo
la conformación facial de estos individuos, en de vida pescador recolector y no a un grupo
especial la forma de la mandíbula y sus res- específico.
pectivas inserciones musculares.
Por último, esperamos que la información
Además, es probable que estos individuos de recopilada y los datos obtenidos a partir de
la costa mantuvieran contacto con grupos hu- la aproximación facial de los individuos que
manos del interior y tierras altas (Santana-Sa- conformaron la muestra sirvan como piedra
gredo et al. 2015), los cuales pudieron influir angular para la realización de nuevas investi-
en sus modos de vida e incluso relacionarse gaciones en el área, que permitan aumentar
con ellos. Estos diversos contextos pudieron los conocimientos respecto a la fisonomía de
causar los diferentes tipos de rasgos observa- los individuos que habitaron la costa arreica
APROXIMACIÓN FACIAL DE INDIVIDUOS ARQUEOLOGICOS
DE LA COSTA ARREICA DE ANTOFAGASTA 49
del perfil osteo-biológico, Tomo V. Centro NÚÑEZ, L., y C. M. SANTORO 2011. El tránsi-
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115. Lea & Blanchard, Estados Unidos.
benjaminballesterr@gmail.com
CIIR, Pontificia Universidad Católica de Chile, Instituto de Sociología, Santiago, Chile.
2
fgallardo.ibanez@gmail.com
54 TALTALIA, N° 10, 2017
marca este punto también como “Mormore- del macizo de Morro Moreno, aparecieron los
ne”. cuerpos esqueletizados de tres personas: un
niño, una mujer y un hombre adulto envueltos
Solo veinte años después (1599) de Drake, en un grueso tejido de color café (Ballester et
en los diarios de viaje de su coterráneo al. 2010; Bravo 1981; Cruz y Llagostera 2011).
Thomas Cavendish, se relata: El ajuar del individuo adulto llamó inmediata-
“El día quince llegamos a un lugar llamado Mo- mente la atención; portaba una pequeña e im-
rro Moreno, que queda ubicado en 23 grados provisada cruz de madera de 20 cm de largo
y medio, y es un excelente embarcadero: y hay en su pecho, hecha con dos maderos delgados
una isla que forma una entrada de mar en la amarrados en su unión, además de un collar
que el barco puede entrar1; aquí fuimos con de cuentas de vidrio esferoidales y tubulares
nuestro general hasta la costa con 30 hombres: en su cuello. Conjunto de elementos que si-
y cuando caminábamos por la costa luego de túan los cuerpos hacia el período Colonial.
desembarcar, los indios del lugar bajaron de Casi cuatro décadas después se volvió a estu-
las rocas para encontrarse con nosotros, con diar el contexto mortuorio, esta vez desde los
agua fresca y madera en sus sacos. Tienen tre- materiales que aún quedaban en las bodegas
mendo temor a los españoles, y son gente muy del Museo de Antofagasta. Lamentablemente
sencilla, y viven de forma muy salvaje: Nos lle- el collar de cuentas de vidrio había desapa-
varon a sus residencias que estaban a dos mi- recido en los constantes traslados de piezas y
llas del embarcadero: y ahí, en vez de casas, cambios de edificio del museo durante la dic-
no hay más que cinco o seis palos cruzados, tadura militar, pero el resto del ajuar continua-
que se mantienen en pie gracias a estacas. Su ba ahí. Junto a los cuerpos había además frag-
dieta es pescado crudo, que apesta terrible- mentos de herraduras oxidadas, clavos gruesos
mente. Y cuando algunos de ellos muere, los de sección cuadrada de distintos largos y do-
entierran con sus arcos y flechas, con su canoa blados por uso, además de una placa delgada
y todo lo que tienen: nosotros abrimos una de de metal con huellas perimetral es producto
estas tumbas, y vimos su orden. Sus canoas o de su utilización como un artefacto de corte
balsas maravillosamente construidas con dos (Figura 1); objetos que refuerzan este vínculo o
pieles a modo de vejigas, que son completa- contacto con el mundo europeo. Sin embargo,
mente infladas por sus extremos: tienen dos con ellos había también una serie de bienes
de estas vejigas completamente infladas, que de clara tradición prehispánica: cuatro puntas
están unidas con un tendón de alguna bestia de proyectil líticas triangulares de base recta
salvaje, atados. Ellos van al mar en estos botes, y cóncava, cinco tubos de hueso, un peine de
y capturan mucho pescado con ellos” (Pretty madera y tres paquetes hechos con retazos de
1904: 306-307). textiles amarrados (Figura 1). Uno de los tu-
bos de hueso tiene una extremidad tallada y
pulida para formar una suerte de boquilla, tal
II vez se trate de una de las populares copunas
para inflar las balsas de cuero de lobo marino
En la década de 1970, durante la construcción (Mac-Lean y Castro 2014). El único de los pa-
de una casa en el balneario de Juan López, an- quetes textiles que se pudo abrir contenía una
tiguamente llamado Abtao y ubicado a los pies pluma alargada de color verde, amarillo y rojo
(Figura 2), de un ave que claramente no habita
el ambiente litoral y que muy probablemente
provino del altiplano o la vertiente oriental de
1
Se trata de la isla Santa María, emplazada entre las actuales
Caleta Constitución y Errázuriz, en los faldeos occidentales los Andes.
del Morro Moreno.
REFLEXIONES SOBRE VALOR E INTERCAMBIODE OBJETOS
EN LA COSTA DE ATACAMA 55
Como complemento del estudio de los ajuares peces los extranjeros intercambian con los
de los cuerpos se hicieron análisis químicos pescadores entre 500 y 600 libras de pescado
para conocer su dieta pasada y antigüedad. seco, el equivalente a entre 225 y 270 kg. Si
Los resultados mostraron que el sujeto adulto el pescado reduce su peso en un 80% tras el
tuvo una alimentación fuertemente orientada proceso de evisceración y secado (Rodríguez
hacia el consumo de animales marinos2, mien- 2007), su peso original pudo ser entre 1130
tras que la datación radiocarbónica arrojó una y 1360 kg de pescado crudo; una cifra con-
fecha de 810±30 años antes del presente (AP)3. siderable que demuestra el enorme volumen
de producción y capacidad de intercambio
de estos colectivos litorales. Pocos años más
tarde, otro francés, Amedée Frezier (1717), co-
III
menta también que los nativos de esta costa se
alimentaban principalmente del mar, aunque
Los relatos de encuentros entre navegantes
complementado en parte con algo de maíz y
foráneos y pescadores locales en el litoral de-
papas que obtenían desde Atacama a cambio
sértico suelen destacar escenas de trueque e
de pescado.
intercambio de bienes y productos; las cróni-
cas de Drake y Cavendish solo son los ejem- En el siglo XIX los relatos de encuentros, con-
plos más tempranos de una larga lista. Algunas vivencias e intercambios se incrementan. Du-
de las referencias más significativas se concen- rante el viaje de 12 días del químico y etnó-
tran a comienzos del siglo XVIII. En 1707 el logo británico William Bollaert (1851, 1854)
mercader francés Vicent Bauver se detiene en desde Cobija a Paposo en 1828, este entabló
Cobija para retratar nítidamente la actividad múltiples contactos con caletas indígenas y
pesquera de los nativos litorales: “cuando ter- pescadores en sus balsas de cuero de lobo
mina la pesca vacían estos pescados para ex- marino. En Caleta de Cardón tres sujetos en
ponerlos al aire en donde se secan sin pudrirse una balsa se acercaron a la embarcación de
y sin tener que salarlos, así es bueno y puro Bollaert para intercambiar pescado seco por
el aire; con ellos se alimentan y los venden harina y coca. Al llegar a Paposo define la lo-
para vestirse pues no atesoran nada” (Pernaud calidad como “el principal lugar de encuen-
1990: 45-46). Sólo tres años después, en mayo tro de los changos o pescadores de la costa,
de 1710, arriba a esta misma bahía el naturalis- quienes intercambian pescado seco por vesti-
ta y sacerdote Louis Feuillée, proveniente tam- mentas, harina, cacao, tabaco, etc.” (Bollaert
bién desde Francia. Sobre sus habitantes dice: 1851:127). A fines de 1853 y comienzos de
“toda la ocupación de los indios es la pesca, el 1854 Rodulfo Philippi (1860) visita los alrede-
pescado hace su riqueza, y su comercio con- dores de Taltal y Paposo luego de una larga
siste en intercambios de pescado secado al sol, travesía en burro y a pie por el desierto. Entre
contra tejidos que los habitantes del interior les sus anécdotas cuenta que los changos litorales
traen antes de la cuaresma, tiempo en el cual solían cambiar pescados secos por coca con
ellos vienen a hacer sus provisiones” (Feuillée sus vecinos atacameños.
1714: 588). Aprovechando la abundancia de
IV
2
Los resultados mostraron que de niveles elevados de la
cadena trófica, con valores de δ15N de 24,97‰ y de δ13Ca
de -12,28‰ (Pestle et al. 2015a, 2015b).
En los cementerios precolombinos del litoral
3
AMS, fecha tomada sobre costilla, código Beta 335822. La
datación obtenida es previa al momento de contacto de Antofagasta se han recuperado objetos
europeo, pero esto se debe al problema del efecto reservorio
de la muestra ya que la dieta del individuo era marina. Su exóticos provenientes de múltiples localida-
calibración es compleja y poco certera, por lo que preferimos
dejar sólo el fechado convencional. des. Tal vez el número no es lo suficientemen-
56 TALTALIA, N° 10, 2017
Figura 1: Piezas arqueológicas asociadas a la tumba colonial de Juan López. Incluye cabezales bifa-
ciales de materia prima lítica (A-D); tubos de hueso trabajados (E-I), uno de ellos con un modelado
en forma de boquilla en uno de sus extremos (E); un peine de madera (J); cuatro clavos de distintos
tamaños y niveles de desgaste, notoriamente doblados, lo que demuestra que fueron utilizados; (O)
un fragmento de herradura de metal.
REFLEXIONES SOBRE VALOR E INTERCAMBIODE OBJETOS
EN LA COSTA DE ATACAMA 57
te elevado para que algunos lo consideren un de Taltal (Mostny 1964). Durante el período
fenómeno significativo, pero deben recordar Formativo, entre los 2500 y 1200 Cal AP, el
que al ser bienes no producidos en la costa volumen de bienes foráneos es notoriamente
circularon en baja cantidad según la inten- mayor, y junto al kit de contenedores cerámi-
sidad de las relaciones económicas de cada cos característicos del período, destacan tam-
época, sin olvidar además que en la región bién cestos de fibras vegetales, tejidos, gorros,
van más de cinco siglos de continuos saqueos turbantes, pipas, tabletas, valvas de moluscos
de tumbas en búsqueda de este tipo de pie- dulceacuícolas (Strophocheilus sp.), adornos
zas; el relato de Thomas Cavendish es el mejor de oro y cobre, artefactos manufacturados so-
ejemplo. No fueron bienes abundantes en el bre animales exógenos y vegetales cultivados
pasado y han sido los objetos más cotizados (Figura 3) (Ballester y Clarot 2014; Capdeville
por los saqueadores de tumbas, condiciones 1928; Carrasco et al. 2015, 2017; Gallardo et
de formación del registro arqueológico en el al. 2017a, 2017b; Labarca et al. 2015; Mostny
presente que deben saber juzgar bien los in- 1964; Núñez, L. 1974, 1984; Spahni 1967). Pos-
vestigadores. terior al 1000 Cal AP y hasta la época de con-
Figura 2: Pluma de colores verde, rojo y amarillo que se encontraba dentro de un envoltorio textil ofrendado a la tumba
colonial de Juan López.
La arqueología costera muestra que los ob- tacto europeo –Períodos Intermedio Tardío y
jetos provenientes del interior comienzan a Tardío–, se concentra la era de mayor circula-
aparecer al menos hacia el período Arcaico ción de objetos y productos hacia el litoral de-
Tardío, entre los 6500 y 4000 Cal AP4 (Balles- sértico; hachas, tumis, placas, cencerros, cam-
ter y Gallardo 2011). Famosas son las plumas panillas, manoplas, alfileres, anillos y pinzas de
de aves cordilleranas, cornamentas de taruca metal, vasijas cerámicas finamente decoradas,
y restos de obsidiana del sitio Caleta Huelén cestos, espátulas de hueso, cucharas y tabletas
42 en la desembocadura del río Loa (Núñez et de madera, tejidos, gorros, peines, husos, tor-
al. 2014; Núñez, P. 1974), así como también la teras y vichuñas, entre tantos otros (Ballester et
pipa de piedra tubular que Augusto Capdeville al. 2014; Fuenzalida y Gallardo 2013; Mostny
recupera de un cementerio de la Puntilla Sur 1964; Núñez 1984, 1987; Spahni 1967).
desde el litoral hacia los valles y oasis del in- multidimensionales y polisémicos, cargados
terior del desierto. Los más comunes fueron de una red de sentidos y alusivos a una esfe-
los pescados, junto a artefactos fabricados con ra relacional, actuando más bien como signos
valvas de moluscos marinos y valvas como que como artefactos pasivos.
materia prima. Desde el sitio de Gatchi 2C de
San Pedro de Atacama se recuperaron restos En los ajuares funerarios de la tumba de época
de peces y valvas de moluscos marinos en un colonial encontrada en Juan López se mezclan
estrato fechado en 5774-5314 Cal AP (Agüe- diversas proveniencias y tradiciones en un
ro y Uribe 2011), situación similar a la que se mismo valor de uso, como ofrenda a un di-
ha documentado en otros sitios interiores del funto. En cierta medida quienes depositaron
Arcaico Tardío, como en Chiuchiu (Benavente estos objetos los dispusieron en igual escala
1988/1989) y Tarapacá (Casteel 1980). La cir- valórica: las puntas líticas junto a los clavos
culación de pescado aumentó considerable- metálicos, los tubos de hueso junto a las he-
mente hacia el Período Formativo, y así lo han rraduras, el collar de cuentas de vidrio junto a
dejado en evidencia la presencia de restos de la colorida pluma exótica. Los valores prístinos
peces en basurales y como ofrenda en con- de estos objetos se licuaron; la punta estaba
textos funerarios, pero especialmente gracias lejos de la caza, el clavo fuera de cualquier
a la información entregada por los análisis de estructura de madera, la copuna desligada del
isótopos estables de los sujetos enterrados en odre de la balsa y la herradura desclavada de
los valles y oasis desérticos (Benavente 1978, la pezuña del animal domesticado. Si conside-
1981; Cartajena 1994; Castillo 2015; Castillo ramos que todos los objetos tienen una arista
et al. 2017;González y Westfall 2010; Pestle et de sentido que desborda su dimensión funcio-
al. 2015a, 2015b; Pollard 1971; Thomas et al. nal más evidente –ninguno es sólo función y
1994; Torres-Rouff et al. 2012). ninguno carece completamente de sentido–,
su valor deambula siempre entre los planos in-
fraestructural y superestructural, moviéndose
en una suerte de balanza que se inclina hacia
V uno u otro plano según el tipo de relaciones
que establece el colectivo social con el objeto
No somos los primeros en acentuar el papel y el contexto particular en el que esto ocu-
del intercambio de bienes entre los antiguos rre. Así, en manos de sus nuevos portadores
habitantes del litoral de Antofagasta; pioneros la escala valórica de los objetos pasa desde el
fueron Augusto Capdeville (Mostny 1964) y Ri- predominio del valor práctico, formal y fun-
cardo Latcham (1909, 1910) hace mucho más cional del artefacto propio de su diseño ori-
de un siglo. No obstante, queremos reflexionar ginal, hacia otro en cuanto signo dentro de su
acerca de la naturaleza de dichos intercam- nuevo contexto social, demostrando las múlti-
bios y del valor que adquieren estos objetos ples dimensiones en las que se desenvuelven
en circulación ahora en nuevas manos, dentro y toman significación los objetos en su propia
de un contexto social diferente al que los vio historia junto a los colectivos humanos.
nacer como productos. Creemos que el rol del
intercambio fue diferente al que nos plantea la Por conspicua que sea su presencia en sitios li-
economía formalista, lejos del beneficio inme- torales, su llegada no fue el resultado de mera
diato, la acumulación y la mera satisfacción de casualidad, el azar o de circunstancias excep-
las necesidades de subsistencia. También pen- cionales. Por el contrario, demuestran el inte-
samos que los valores de los objetos cambia- rés y pasión de un colectivo de agentes por los
dos no fueron monolíticos y evidentes como objetos foráneos, no producidos por sus pro-
nos aseguran las escuelas funcionalistas, sino pias manos, que refieren a mundos y personas
distantes y distintas, íconos de un “otro” no
REFLEXIONES SOBRE VALOR E INTERCAMBIODE OBJETOS
EN LA COSTA DE ATACAMA 59
costero, referentes del “no-yo”. Las palabras El valor de estos objetos cambiados es rela-
de Francis Drake son elocuentes: “hombres de cional. No es inherente a su materia, compo-
60 y 70 años de edad se ponían tan conten- sición y forma, tampoco a su función original
tos como si hubieran recibido alguna tremen- o la cantidad de trabajo invertido en su ma-
damente rica mercancía, siendo gente muy nufactura. En cuanto objeto cambiado éste
simple y llana para tratar” (Vaux 1854:106). deviene signo, y su corporalidad se convierte
El deseo por esos objetos no estaba en la ne- en significante para referirse a ese otro, a su
cesidad inmediata, superaba la idea etnocen- origen exótico y a la existencia de un vínculo
trista del nativo desprovisto que lucha por la entablado en el pasado que se perpetúa gra-
subsistencia, para encarnar sus apetitos por lo cias a la permanencia del objeto. Si sus muer-
exótico y una apertura cosmopolita al cambio, tos al fallecer y ser enterrados no dejan de ser
privilegiando aquellos significantes que mejor miembros activos del colectivo, estos objetos
servían a ese significado. Parece ser que lo im- al ser ofrendados en el ámbito funerario eter-
portante fue entablar el vínculo y poseer algo nizan además su permanencia en el grupo, y
que representara a lo largo del tiempo dicho con esto perpetúan su singular valor. Enten-
lazo con un otro, dotando de un nuevo valor dido así, el valor de estos objetos radica en
al objeto ya lejos de su diseño inicial y ante- su relación y posición frente a una estructura
riores causas de producción. Por eso el clavo mayor junto a quienes lo sueñan, producen,
estaba junto a la pluma y las cuentas de vidrio utilizan, circulan, donan, mueven, piensan y
con los tubos de hueso. consumen.
Figura 3: Algunos ejemplos de piezas arqueológicas ofrendadas en contextos funerarios costeros que tienen un origen
foráneo. Destacan vasijas cerámicas modeladas como las de los cementerios formativos de El Vertedero Municipal de
Antofagasta (A-B) (Carrasco et al. 2015) y de El Vaso Figurado de la Puntilla Sur de Taltal (D) (Mostny 1964), así como al-
gunas de época posterior como Caleta Huelén 12 en la desembocadura del río Loa (E) (Núñez 1987). Otras vasijas cerá-
micas son también foráneas al litoral, como la pieza ofrendada al cementerio formativo de Las Loberas 01 de Mejillones
(C) (Ballester y Clarot 2014) o aquella decorada tipo Taltape del cementerio PIT de Caleta Huelén 12 (F) (Núñez 1987).
En ciertos períodos de la secuencia costera se vuelven más comunes tabletas de madera para inhalar sustancias, como
aquella decorada con tres personajes antropomorfos del cementerio formativo de El Vertedero Municipal de Antofagasta
(G) (Carrasco et al. 2015), una con un modelado facial provenientes de uno de los cementerios formativos de Punta
Blanca en Tocopilla (H) (Ballester y Clarot 2014) y una tableta plana sin decorado recuperada por Jean Christian Spahni
del cementerio formativo de Caleta Huelén 20 (I) (Cabello 2007). Placa metálica decorada (J) presentada en Salazar y
colaboradores (2010: Fig. 3) que parece ser la misma que fotografía Augusto Capdeville (s/f:L44) proveniente el cemen-
terio PIT de Caleta Bandurrias. Finalmente dos de las pipas de piedra tipo T invertida (K) y una valva de Strophocheilus
sp. (L) utilizado como contenedor de pigmento rojo recuperadas del cementerio formativo de El Vertedero Municipal de
Antofagasta (Carrasco et al. 2015).
60 TALTALIA, N° 10, 2017
Pero la valorización de dichos objetos no es sus rasgos característicos para hacerlos pro-
sólo efecto sino también mecanismo. Valori- pios y mezclarlos con sus signos tradicionales.
zarlos a ese nivel generó un fenómeno de ca- Esta raíz relacional se expresa claramente en
talización y fomento del intercambio de este su cultura material prehispánica, pero también
tipo de bienes, fuertemente acentuado ade- luego en la continuidad de sus formas de enta-
más por la práctica común de ofrendarlos a blar vínculos y otorgar valor a los objetos cam-
los muertos, ya que los sacaba de circulación biados con los nuevos actores de la realidad
y de la vida cotidiana en las caletas. Si bien los colonial y republicana.
objetos cambiados tuvieron este valor cotidia-
no en manos de los colectivos litorales como
parte de su universo material, fue su ofrenda
AGRADECIMIENTOS
final a los muertos la que revitalizó su ciclo
económico reactivando las relaciones inter-
Proyecto Fondecyt 1160045. Al Museo de An-
grupales con esos otros de quienes servían de
tofagasta por su abierta disposición al estudio
significantes. Finalmente el consumo de estos
de colecciones. A Alex San Francisco y Mar-
signos incentivó sus significados.
cela Sepúlveda por su lectura y comentarios.
La sociedad litoral se construyó como cosmo-
polita, abierta al intercambio para crear rela-
ciones sociales con colectivos ajenos al mar. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Los objetos cargaron luego con ese valor re-
lacional que recordaba en cuanto significan- AGÜERO, C. y M. URIBE 2011. Las sociedades
te siempre a ese lazo y a ese otro. Incluye- Formativas de San Pedro de Atacama:
ron esos bien foráneos en su cultura material, Asentamiento, cronología y proceso. Estudios
les dieron un rol y cierto protagonismo, una Atacameños 42:53-78.
cabida y espacio en el mundo litoral. Este
fenómeno no es menor, ya que implica que BALLESTER, B. y F. GALLARDO 2011. Pre-
no solo se diseñaron ellos mismos como so- historic and historic networks on the Ataca-
ciedad con esos objetos foráneos –su cultura ma Desert coast (northern Chile). Antiquity
material–, sino que en cuanto signo también 85:875-889.
con su significado que iba más allá del signi-
ficante material –o la corporeidad inmediata BALLESTER, B. y A. CLAROT 2014. La gente
del objeto–, en consecuencia con el otro dis- de los túmulos de tierra. Marmot Impresores,
tante y las relaciones intercomunitarias que los Chile.
unían. En la construcción del yo –self– indivi- BALLESTER, B., A. SAN FRANCISCO y F.
dual y de los colectivos litorales, estos obje- GALLARDO 2010. Modo de vida y economía
tos constituían una función de sus relaciones doméstica de las comunidades cazadoras
extralocales, como una apelación a un ser en recolectoras costeras del Desierto de Atacama
el mundo cuya riqueza principal estaba dada en tiempos coloniales y republicanos. Taltalia 3:
por su capacidad de establecer múltiples vín- 21-32.
culos sociales. Entendido así, el sujeto costero
y su colectivo no vivieron aislados como un BALLESTER, B., A. CLAROT y A. LLAGOSTE-
Robinson Crusoe y estuvieron muy lejos de RA 2014. El Cementerio de Auto Club de An-
la insularidad social. Al contrario, se crearon tofagasta y la sociedad litoral entre los 1000 y
como parte de un universo mayor de unidades 1450 d.C. Hombre y Desierto 18: 187-212.
semejantes, a la vez reconociendo y distin-
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geométricos” (1977:110). Calor y producción. inicia otros –nuevas consumiciones–, en que
Los litos concentran entre fogones, levantan es sobre todo objeto fuera de lugar, caído
un “campamento ceremonial” (Llagostera et del cielo. Los viejos maestros de las piedras
al. 2000: 470), por la tarde la bruma de la alimentaron sus teorías, pero ahora no sabemos
cohesión, una finitud –el porqué del lito–. La cómo interrogar al ritolíto –meramente
permanencia de la comunidad primitiva, – ¡en suspendido como cuerpo señalador–. Acaso
este mundo me quedaré!–, ¿demostración de esa sea la continuidad de su prestigio.
la re-producción, de la reunión periódica, de
las iniciaciones? Lito contexto –reproducción/
formalización de lo circundante–decidida
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invisible, de ahí su impenetrable –volúmenes
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medida o sea transparente. Es su material el BIRD, J. 1970. Paleoindian Discoidal Stones
que lo hace aparecer, el diseño específico from South America. American Antiquity
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en el preciso “tiempo de la piedra”, dureza
en una “suerte de ritmo natural, ritmo bien COUCH, J., J. COUCH y N. WILEY 2009.
condicionado” (Bachelard 1991). Toda esa Saved by the Well: The Keystone Cache at CA-
energía contra el lito, producción que está OR A-83, the Cogged Stone Site. Papers on-
siempre en relación con otras producciones, Southern California Archaeology 21:147-156.
otros trabajos, hasta conseguir en ese cuerpo
GAJARDO, R. 1962-1963. Investigaciones
abrasado la variación coherente, el detalle.
arqueológicas en la desembocadura del río
Ningún instrumento está solo, antes prefiere
Choapa. La cultura Huentelauquén. Anales
los encadenamientos –como en el escondrijo
de Arqueología y Etnología, tomo XVII-XVIII,
de Bolsa Chica Mesa (Couch et al. 2009)–,
7-10.
aunque su fabricación haya sido un secreto
y sus apariciones oportunas, enrojecidas, no IRIBARREN, J. 1961. La cultura Huentelauquén
fuesen más que para acentuar su ausencia y sus correlaciones. Contribuciones arqueoló-
–adoración y ocultamiento, pues no ha gicas del Museo Arqueológico de La Serena 1:
encontrado sustituto posible–, o para esperar 5-18.
suficientemente el abandono de la horda, el
des-tierro. Para los tecnólogos, el primer uso FLUSSER, V. 2002. Filosofía del diseño. La for-
de la piedra es la hoja de la herramienta, la ma de las cosas. Síntesis, Madrid.
punta del proyectil. En todos esos años, los
LLAGOSTERA, A. 1977. Ocupación humana
litos, todavía embriones, pudieron distanciarse
en la costa norte de Chile asociada a peces lo-
del arma, no de la mano, no de la necesidad
cal-extintos y a litos geométricos, 9680+/-160
de ser sostenidos, yendo hacia aquella función
A.P. En Actas del VII Congreso de Arqueología
plástica –por supuesto, vaciándose en su mana
de Chile, vol. I, pp. 93-113. Sociedad Chilena
respectivo–, que podría ya sustraerse al juego
de Arqueología y Sociedad Arqueológica
de la ritualidad, más imperceptible, en que
del Maule, Ediciones Kultrún, Santiago.
el lito media, habita –se alivia, se alimenta,
se reproduce, duerme, descansa por años–, LLAGOSTERA, A. 1980. Una Temprana
unidad sin resistencia, fracturadas las paredes Tradición en la Costa del Pacífico Americano.
REFLEXIONES SOBRE VALOR E INTERCAMBIODE OBJETOS
EN LA COSTA DE ATACAMA 67
AGRADECIMIENTOS
RESUMEN
El objetivo del presente artículo es contribuir, con una mirada diversa, al estudio de las prácticas cul-
turales vinculadas a la caza tradicional de la albacora en la comuna de Taltal en el contexto del siglo
XXI, analizar su sobrevivencia, su imaginario, e indagar sus disonancias territoriales. Para tales efectos,
procuraremos distanciarnos del materialismo histórico y nos centraremos en un enfoque teórico pro-
porcionado por la antropología interpretativa, cuya metodología estará circunscrita por la etnografía.
ABSTRACT
The aim of the research is to contribute with a diverse view of the cultural practices linked to the tra-
ditional hunting of the Albacore in the commune of Taltal in the context of the XXI century, analyz-
ing its survival, its imaginary and investigating its territorial differences. For this purpose, we
will try to distance ourselves from historical materialism and focus on a theoretical approach pro-
vided by interpretive anthropology, whose methodology will be circumscribed by ethnography.
1
Artículo escrito para la obtención del grado de Magíster en Patrimonio Intangible, Sociedad y Desarrollo Territorial. Proyecto “Puesta
en valor digital y formación del capital humano, para el patrimonio intangible de Tarapacá”, financiado por el Fondo de Innovación
para la Competitividad (FIC) del Gobierno Regional de Tarapacá y ejecutado por el Instituto de Estudios Andinos Isluga de la
Universidad Arturo Prat (www.tarapacaenelmundo.cl)
2
Antropólogo con mención social y cultural de la Universidad de Concepción. Director de la Corporación de Estudios Culturales y
Ambientales del Norte (C.E.C.A.N.)
70 TALTALIA, N° 10, 2017
descripciones e interpretaciones del lugar. La bre los otros grupos de la comunidad (Núñez y
mayoría de estos investigadores convergen en Contreras,2004, p. 350).
señalar que el sitio es un lugar sagrado, carga-
do de simbolismo, que daría cuenta no sólo El Médano es interpretado por Ballester y San
del conocimiento de los indígenas sobre su Francisco (2017) en los siguientes términos:
medio natural, sino que, además, de la forma “Entre los afloramientos de la quebrada de El
de pensar, de construir y de imaginar su mun- Médano las pinturas inscriben de rojo la prime-
do. Es decir, en las pictografías de El Médano ra imagen litoral. Aunque destacan las escenas
está plasmado el propio ethos cultural de estos de caza marina con embarcaciones y arpones,
primeros hombres. también hay animales nadando sin amarras,
Los habitantes prehispánicos que frecuenta- reconocibles por enfáticas aletas y hocicos:
ban El Médano mantuvieron una interacción ballenas, delfines, albacoras, jibias, tortugas,
emocionalmente afectiva con las pinturas re- tiburones; guanacos, zorros, humanos difusos.
presentadas, pues los seres que ahí se plasman Es el mundo oceánico fuera de sí, a más de
conviven en la vida real, en tanto son evoca- 600 metros sobre el nivel de las aguas. Una
dos y reproducidos. La interacción es dual, transposición a la zona de frontera, hacia el
pues se expresa a través de la caza en alta borde escarpado. Es en la quebrada profunda
mar, pero también interactúa en tierra en las donde puede reencontrarse el piélago, no en
proximidades de la quebrada de “El Médano”. sus lindes más próximos. Las emanaciones sub-
marinas son elevadas por el creador a la alta
Podemos sostener que las pinturas se hacen opacidad de las camanchacas; como la mar,
corpóreas, generan movilidad social, pues no la representación privilegiada necesita ocul-
sólo representan la caza exitosa de una presa tamiento y concentrada hondura, atracción
marina, sino que se trata de algo mucho más por el detalle anatómico. En la disposición del
profundo: proporcionan por sobre todo iden- nado, en la relación de cuerpos, no hay nunca
tidad y coherencia social. Desde las ciencias una ola. En ese momento la quebrada es el
sociales es posible considerar que las manifes- espacio de la visión artística y tecnológica más
taciones pictóricas del Médano son agentes fantasmática” (Ballester, y San Francisco, 2017,
que norman el sistema de creencias y la vida p. 97).
social misma de quienes las reproducen.
Otra interpretación pictórica de El Médano:
Las manifestaciones pictóricas representadas,
sugieren un conocimiento especializado del “El arte rupestre nos presenta el medio natural,
comportamiento y de la caza de las especies social y cultural de los artistas y de las comu-
marinas. En este sentido, Núñez y Contreras nidades a las cuales pertenecieron, son crea-
(2004) proponen que los artistas de El Médano ciones realizadas en aleros y paredones al aire
fueron grupos especializados que gozaban de libre. La representación de animales marinos
reconocimiento social: denota conocimiento del comportamiento de
animales mayores, especialmente de lobos de
El conocimiento especializado del comporta- mar, cetáceos y delfines, que seguramente les
miento de diversas especies marinas y princi- sirvió para realizar ciertas comparaciones, bus-
palmente del lobo de mar y su hábitat, la ca- car similitudes y desarrollar creencias y mitos
pacidad de recorrer grandes distancias a bordo sobre el mar y sus especies en el ámbito de
de sus balsas de cuero de lobo y el valor pro- la religiosidad. Este conocimiento, fue también
teico de sus capturas gracias al conocimiento de importancia económica, pues permitió
de la navegación, los impregnó de prestigio y acumular experiencias, desarrollar aptitudes y
estatus, que les permitió asegurar el control so- artefactos más adecuados para la caza y pesca
CAZA TRADICIONAL DE LA ALBACORA
Imaginario y patrimonio intangible de los pescadores de Taltal 73
marina. Las expresiones pictóricas relacionan Actualmente, el arpón completo mide dos
momentos de actividades cotidianas y ritua- metros y ochenta centímetros. Es un sistema
les, pero la intención de los artistas demues- compuesto que aparenta ser simple en su
tra la necesidad de trascender en el tiempo”. funcionamiento, no obstante su alto grado de
(Núñez y Contreras, 2004, 348) especialidad lo convierte en una invención
tecnológica eficaz, al punto que no ha sufrido
grandes transformaciones desde su creación.
San Francisco y Ballester nos ilustran sobre la
composición de los primeros arpones:
jarlos. Todo depende de las aguas, si las aguas En Taltal aún se caza albacora con arpón, es
están muy claras, muy limpias, tampoco hay acá donde quedan los últimos cazadores de
caso de atraparlas… albacoras, donde está el arpón y la flecha, que
ahora es de bronce y de acero. El arpón está
El agua tiene que estar media empañadita ahora todo desarmado, tiene su técnica para
para atraparlos, hay “aguas blancas”, teniendo poder cazar, todo tiene un estilo, todo tiene
“rayos” y distintos tipos de aguajes. Cuando va una ciencia, no es que se paren en el tangón
corriendo la albacora, uno debe esperar “el esperando la albacora y le tiren el arpón.
aguaje albacorero” ahí hay que tensar bien las
espalda, el brazo firme, encogerse un poco y En Taltal se caza “al palo” y tiene su
apuntar. El mejor tiro que uno puede hacer es conocimiento (...) He ido varias veces afuera y
al palo, ahí se ve la pericia y la técnica del he visto el trabajo de estos cazadores; el saber
cazador. (Idem) arponear, el saber atajar a la albacora, ese es el
que va en el motor, él tiene que saber, conocer
a la albacora, si anda rápido, si anda lento, si
anda comiendo, si anda boyando. Boyando
quiere decir que hay comida afuera y que
comió mucho, entonces ya ni se mueve, es
como que descansa, ahí pal cazador es mucho
más fácil; si la aleta dorsal esta abajo, a medio
lado o boyando, cuando está boyando está
casi completa afuera. Si anda “chuzando”, es
cuando andan moviéndose de un lado a otro
con su espada, chuzando el cardumen para
comer. Otras andan “troyando”, esto quiere
decir que andan dando vuelta en círculos
alrededor del cardumen. A veces andan
“brincando”, saltando por las aguas.
mos mariscos en una isla, en un islote donde cora, la mayoría somos temporeros no más).
los mariscos no se van, se crían ahí, se van –Decimos, salgamos mañana– se hace petró-
reproduciendo. Uno puede sobrevivir tenien- leo, si es que el viaje es de uno o dos días,
do unos mariscos en piedra para sacar cuando según, siempre uno tiene que andar con más.
uno quiere. Yo creo que los antiguos también Por ejemplo, si vas por un viaje al día, por lo
lo hacían, porque eso yo lo aprendí en la pla- menos tienes que tener 100 litros de petróleo
ya. (Morales, 2016, julio, 22) para hacer viajes cerca. Pues en tiempos de
febrero y marzo, la corriente está muy próxi-
El siguiente relato es de Ernesto Antonio San- ma a la costa, entonces como Taltal (Nuestra
tibáñez Leyton, 46 años, más conocido como Señora) tiene una bahía, la corriente se mete
“Tito pirigüín”. Él nos entrega una valiosa in- mucho hacia la costa, entonces en estas fe-
formación sobre su experiencia como cazador chas, al cazador de la albacora le queda más
de albacoras: cerca y no gasta tanto en petróleo. En esas fe-
Cuando llega la temporada de la albacora, en chas en una hora ya estamos en “la corriente
otoño, la albacora sale a la superficie a rayar. albacorera”.
“A rayar” es cuando la albacora saca sus “ca- “Las aguas albacoreras” quiere decir que
pachos” afuera del agua. Muchos dicen que cuando miras andan las albacoras. Cuando
sale cuando está muy llena (de tanto comer), uno sale a la albacora, es típico que prime-
pero uno como pescador y conocedor del ro el resto de los pescadores le echan talla a
mar, entiende que el pescado todo el año no uno, comienzan a molestar –que vas a salir a
es así… hay veces que el pescado anda más pasear, que van a salir a almorzar afuera– y
de la mitad del año abajo, come y no sale a así. Ya cuando uno se embarca, zarpas con tu
boyar… así que no creo que sea porque come embarcación y el que anda a cargo de la em-
mucho, tiene que ser algo relacionado con la barcación se va a la máquina y revisa todo an-
calidez del agua o la época. tes y si está todo bien se prende el motor para
Cuando se aproxima la temporada y se sale calentarlo. Otros van a la cocina, prenden la
con los compañeros, uno se comienza a acer- tetera, otro hace el desayuno. Cuando uno
car al muelle y ahí nos “dateamos” con la toma desayuno ya se va arreglando el material
gente de mar –sabes que allá en Antofagasta, de caza, cuando se termina se pone a ordenar
un barco vio albacoras que vienen con la co- las “betas”, los cordeles, otros las flechas, pre-
rriente para el Sur– o sea tirando hacia Taltal, parando todo el equipo para la caza de la al-
y empezamos –¡va aparecer una albacora por bacora. Y ahí entremedio esta la conversación,
allá!– La gente como que se pone nerviosa, es el “peluseo” y la camaradería. Normalmente
como una fiebre, como la del oro. Todos los el que va navegando es el dueño de barco y
pescadores andan atentos a los datos. Esto co- es quien “ataja” a la albacora, este hombre es
mienza siempre por fines de febrero, aunque clave, debe ser experimentado y conocer muy
hay años que se adelanta y hay años que se bien el comportamiento de la albacora como
atrasa, pero normalmente cae en esas fechas; también de la mar.
afines de febrero y principios de marzo, es ahí En este tipo de caza se debe ser precavido,
en la temporada alta cuando más cazamos al pero seguro. Es fácil tener un accidente, por lo
palo, porque la albacora sale a rayar mucho. tanto, es medio delicado el asunto.
Nos juntamos en el muelle con amigos, pa- Cuando estas navegando en busca de albaco-
rientes –porque acá la mayoría son parientes– ra, siguiendo las aguas albacoreras, siempre
y nos ponemos de acuerdo para salir (muchos hay datos que vienen de otras lanchas. A ve-
no están trabajando periódicamente la alba-
78 TALTALIA, N° 10, 2017
ces se equivocan, pero es porque las corrien- A veces con sol uno no las ve, pero se sigue
tes son muy rápidas y las albacoras andan en ahí apenas asoma y se le da el “palo” a morir
estas corrientes o distintos tipos de “aguas” no más. Cuando la albacora ya está lancea-
como le decimos nosotros. Uno va mirando da, muchos le tiran bandera, para saber dónde
y dice “niños allá hay un agua bonita”; quiere está. Antes uno “la trabajaba” hasta sacarla,
decir que hay pajaritos y cuando hay pajaritos ahora no, ya no es así, para atrapar más uno
quiere decir que hay comida y si hay comida la deja con el banderín en una boya y si sale
hay albacora. Muchos cuando ven esto le lla- otra albacora, lo mismo. Si son 5 banderas,
man “está bueno el ambiente”, o bien, “está hay 5 pescados, esas son señales de que hay
bueno el comedero”, porque los pajaritos an- pescado pillado, entonces entre nosotros los
dan comiendo pescados, pescaditos que salen pescadores, es como códigos que tenemos, no
a boyar, bueno la cadena de la vida no más… se puede pasar muy cerca de otra bandera,
entones uno está pendiente de estos lugares, porque el pescado aunque este “lanceado”,
la embarcación se mueve de “comedero en igual sale a “rayar” arriba entonces se presta
comedero”, se da vuelta y vueltas, llega a ser para confusión…
aburridor, pero pal que le gusta, anda ahí pen-
diente. Uno se da vuelta ahí con los ojos bien Cuando el mar comienzan a pegar “surazos”
abiertos por las zonas que hay “ambiente” –hay hay que acabar, hay que finalizar la tempora-
que buscarle el lado– y una de esas puedes da de la caza de la albacora, ahí las corrien-
ver una albacora. Cuando se ve una albaco- tes –donde van las albacoras– se comienzan
ra, es un tremendo griterío, es un escándalo, a alejar de la costa, entonces ya no es renta-
es una pasión tan grande que todos quieren ble, porque se gasta mucho tiempo, se gasta
ganarle al otro en ver primero la albacora (…) combustible y la mar se pone más brava, te
puede pescar un “tumbo” y si te pilla mal te
Lo bueno que tiene el grupo con el que sa- da vuelta, si te pilla una mar (ola) atravesado,
limos, y es como nos enseñaron también, es te da vuelta y te ahogas, porque después vie-
que cuando salimos, vamos a “pillar” pesca- ne otra mar y otra y otra… cuando te pilla un
dos, no vamos a jugar, no vamos a ver alba- temporal, lo mejor es quedarse amarrado a la
coras ¡vamos a cazarlas! Somos arriesgados, red albacorera y siempre con la proa de frente
¡pero somos cazadores! a las olas o bien de popa, porque en los tem-
porales el mar se transforma en un infierno, el
Cuando jóvenes salíamos con las embarcacio- bote es como una cascara de nuez en el agua,
nes chicas que teníamos, entonces nos las ju- es desesperante, te mojas entero, no puedes
gábamos. La caza hay que buscarla, pero hay cocinar, te cabrea, pero frente a eso hay que
harto de factor suerte. Hay veces que uno anda estar tranquilo, porque ahí es cuando ocurren
días y días sin ver albacora, de eso que andas los accidentes, cuando se aburren y deciden
ahí mismo en la “mancha” de albacora, pero regresar: “vamos no más, si la hacemos”, ahí
no las ves, no andas con la suerte no más. De es cuando te agarra el mar y ocurren las tra-
repente uno ve un capacho asomándose y ahí gedias. A veces es impresionante, porque es
va la albacora, a veces “en seco” que se llama, como subir una montaña con el bote, después
que es cuando saca todo el capacho y la cola cae, es como que te vas a enterrar por el mar y
y cuando va sacando poquito, va rayando y se te entierras un poco, sobre todo cuando tienes
pierde por las mismas aguas, pero el pescado tangón. Es increíble, hasta uno se asusta. Igual
lleva siempre un solo rumbo, es el agua que hay que saber porque si hay mucho peso ade-
hace que se pierda la albacora, pero está ahí lante, te puedes “clavar por ojo”; es un dicho
siguiendo su rumbo, así que va salir por ahí, cuando los botes se van a pique en estas subi-
ahí uno la sigue despacito, sabiendo esto, no das y bajadas, con el peso, la velocidad te vas
falta los vigías que dicen: ahí va a salir.
CAZA TRADICIONAL DE LA ALBACORA
Imaginario y patrimonio intangible de los pescadores de Taltal 79
por “el ojo del temporal” y después agarras lo dejó a cargo, para que saliera a cazar. No-
agua y ya no subes más ¡Ha pasado ya! Eso es sotros chicos, ¡chicos! 7, 8 años ya andábamos
irse por ojo, así lo llamamos los pescadores. en el muelle molestando y veíamos que el
“Caquilo” traía tiburones, albacoras… ya a los
La gente de mi generación o la gente de Tal- 10 años te sacaban mar afuera, para conocer
tal, la mayoría éramos pescadores, que unos y ahí iba “Caquilo” y empezamos en la onda
tenían más, otros menos, pero todos pesca- pesca y ese viejo nos enseñó.
dores. Al final nos juntábamos en el muelle y
todos eran iguales, era que sacar albacora no El “Caquilo” era súper arriesgado, tenía su
más, ahí estaba la plata. Yo tuve la suerte que compadre, trabajaban los dos no más y ambos
mi papá me compró una lancha y ahí trabajé se “apañaban”. Un día me llamó una lancha
con harta buena gente, aperrados, buscadores cuando estaba pescando en mi embarcación,
de albacora, aguantarse los vientos, los tem- por ahí por Caldera. La lancha estaba por aquí
porales y las lluvias. por Taltal, al ladito norte, estaba pescando a
las 130 millas. De repente me llama (tenemos
Acá cuando chico (entre los pescadores de radios grandes para comunicarnos) –Tito, sa-
la región de la zona norte) a nosotros los de bes que por acá anda el falucho de tu papá, el
Taltal, nos decían que los taltalinos son bue- barracuda, y está pegando el medio “surazo”-.
nos “pal palo” o sea buenos para matar de Era “el Caquilo” que estaba calado, con espi-
un golpe con el arpón. Somos buenos, somos neles pillando albacora. El de la lancha cuenta
innatos para esto, ¡además que somos chan- que “las mares” pasaban por arriba del bote
gos! En la jerga se dice, por ejemplo, que “los y el viejo ahí no más “achicar agua, achicar
chañaralinos son malos para el palo”. Los to- agua”, el falucho aguantaba, era bueno para la
copillanos igual son buenos para el arpón, son mar. Los de la lancha quedaron asombrados,
dedicados. Igual nosotros somos privilegiados, porque ellos tenían lanchas grandes, equipa-
porque para Taltal entra más pescado que para das para andar pescando “mar afuera” y dice
Tocopilla, entonces al entrar más pescado más que él le dijo –oiga váyase para tierra, usted
posibilidades tienes de sacar. Ahí te vas afina- está muy afuera-, -no- le dijo el viejo, que ellos
do, aunque se falla harto, no se pueden pillar estaban acostumbrados. Al final que llegó a
todas, pero a veces andas con suerte y salen puerto con 6 albacoras, todos quedaron boca
10 y sacas las 10. Depende de cómo uno sea abierta. El viejito era ganador de plata, sabía
para el arpón. todas las mañas del mar, iba donde estaban
Nosotros, un día vimos 12 abacoras y estaban las albacoras, sabía de las aguas, si andaban a
a tiro y de las 12 ¡pillamos una! Y de eso que 200 millas para allá, él allá partía. Al viejo le
somos 3 arponeros en el tangón, entonces es gustaba cazar albacora, a veces salía de Taltal
suerte también. Porque les estoy hablando de y llamaba que estaba entrando a Tocopilla; 5,
personas que son buenas para cazar, son efec- 6 albacoras y ahí vendía, luego se regresaba.
tivos, cabros buenos. La albacora cuando te (Santibáñez, 2016, agosto, 8).
ve, le empieza a tiritar el “capacho” y allí hace Relato de Luis Araya Valenzuela. 40 años ca-
maniobra y sale rayando. zando albacoras. Edad 57:
Yo aprendí a cazar porque mi papá tenía em- Me formé en las labores del mar a los 12 años,
barcación y tenía sus trabajadores como en primero partí como “tele” (persona que estabi-
todo rubro de trabajo. Ahí había un trabaja- liza a remo pequeñas embarcaciones). Luego
dor que ahora está viejito, el “Caquilo” y mi a los 13 años salimos en una embarcación pe-
papá se compró un bote y le dijo que se lo queña y con mi hermano aprendimos a cazar.
iba a pasar a él, se compró un “falucho” y se Nos buscamos un atajador y nos lanzamos
80 TALTALIA, N° 10, 2017
hasta que aprendimos. Después nos armamos Cuando se caza al palo, es emoción, adrenali-
un falucho para cazar. na y mucha alegría. Ahora cuando se falla ahí
se generan discusiones, pero es lo normal den-
La mayoría de los albacoreros que aún cazan tro de una embarcación.
al arpón están acá en Taltal, también hay en
Tocopilla, pero quedan muy pocos. La mayo- Cuando la albacora tiene su capacho fuera del
ría que nos dedicamos a esto, somos familia. agua, por lo general es porque está boyando
lo que quiere decir que comió mucho y quedó
En nuestra comuna, se ha ido pasando de ge- flotando.
neración en generación los saberes del mar
para cazar al arpón. Además, los pescadores Para atajar la albacora cuando corre hay que
formados en estas tierras somos completos. tener precisión. De esto se encarga quien ma-
No sólo se sabe arponear, sabemos trabajar niobra la embarcación, el “atajador”. El ataja-
con redes, con ganchos, mariscar, carnear la dor debe buscar siempre la cabeza de la al-
red, el boliche, bucear, etc. bacora, saber dónde va la marea, evitar el sol
en contra. Por su parte el cazador debe ser
La temporada buena para cazar la albacora es preciso en su tiro, sobre todo debe estar segu-
entre finales de febrero hasta abril. Uno sale ro arriba del tangón.
en busca de la albacora a fines de febrero,
recorremos en busca de los “aguajes albaco- A nosotros no nos gusta cazar con red, somos
reros”. Cuando finalmente encontramos alba- cazadores al palo. Primero porque es más
coras, la voz se corre rápido y aparecen más emocionante cazar, además para nosotros es
albacoreros. A esos que sólo salen a la segu- una tradición. Es donde realmente se ve la
ra le llamamos los “pinteros” ellos van con el pericia del hombre de mar. Somos así como
dato preciso (…) Y si no “pillan” ya al otro día los antiguos changos que cazaban en el mar
no salen, no gastan combustible, salen sola- y pintaban sus victorias, Nosotros hacemos
mente con datos. Nosotros buscamos la alba- lo mismo, pero ahora nos grabamos en video
cora, llegamos a veces a Tocopilla o a Caldera para compartirlo con la familia.
buscando las aguas. Donde esté la albacora,
es ahí donde nos gusta andar. Tenemos una embarcación pequeña, cazamos
de forma más selectiva, con dos albacoras ya
Los que trabajamos en la caza, somos pura quedamos bien. Cuando uno usa red, ahí sale
familia o a veces amigos. Dejamos el combus- de todo, es por eso que preferimos cazar al-
tible preparado para la temporada de la alba- bacora al palo. Por otro lado, hay una dife-
cora. Por día gastamos unos 60 litros de com- rencia en el sabor de la albacora cuando está
bustible aproximadamente y a veces estamos capturada con red. La carne del animal queda
un mes sin parar, entonces se gasta dinero. más molida, amarga y harinosa; se vuelve de-
sabrida y se maltrata. En cambio, al palo usted
No siempre el mar es tranquilo, a veces nos la pilla y la carne se mantiene durita, y sabe
ha tocado temporales, el agua entrando por distinta igual, es otro sabor.
todos lados, el tangón subiendo y bajando los
tumbos. Mucho frío entrando al cuerpo. Hay En Taltal, los que aún cazan al arpón son apro-
veces que dan ganas de no ser pescador. Pero ximadamente 6 embarcaciones, pero cuando
cuando uno pilla una albacora, ahí se pasa se dan datos aparecen unas 30 embarcacio-
todo, nos olvidamos de la lluvia, del frío. Es nes, los “pinteros”. Pero los realmente dedi-
una adrenalina inmensa que se siente. Des- cados somos 6 embarcaciones y cada embar-
pués cuando uno llega al muelle con las alba- cación tiene 4 tripulantes, es decir, estamos
coras, es una satisfacción tremenda, además hablando de unos 24 cazadores neto.
que la gente se junta en el muelle.
CAZA TRADICIONAL DE LA ALBACORA
Imaginario y patrimonio intangible de los pescadores de Taltal 81
Algo que favorece la caza de la albacora es quebradas al norte del Taltal y del imaginario
que actualmente y desde hace un tiempo los colectivo que esto suscita.
tangones son para 3 tiradores. Entonces los
que menos saben van aprendiendo del que En las imágenes pictóricas de El Médano se
más sabe. Ahí se observa y se aprende cómo encuentran plasmadas especies oceánicas
lanzar, cómo hay que pararse, cómo se debe deambulando sin ser cazadas, que en canti-
aguantar la respiración, cómo se debe apuntar dad se ven reducidas por las representaciones
etc. Antiguamente, los tangones sólo eran para de la caza marina, entre ellas la caza de al-
una persona no más, lo que hacía más lento el bacora. Estos primeros hombres plasmaron en
aprendizaje. rojo su propia reproducción social y cultural
(sistema de creencias, relación con el medio
Cuando llegamos al muelle con nuestras cap- natural etc.), pero el papel protagónico de las
turas, sentimos harta emoción, uno se siente pictografías recae en la iconografía de la caza
orgulloso, primero baja toda la familia a reci- per se: la recurrencia de sus motivos, su inten-
birlo, a felicitarlo, luego también está la gente sidad, tiempo y dedicación puede interpretar-
del pueblo que le gusta el tema. Se llena el se como una búsqueda en la transcendencia
muelle, uno se siente como un héroe. Es una tanto del “ser” como del “deber ser”. Ante
cuestión que hay que vivirla para entenderla. todo, estas personas eran cazadores.
Cuando nos llaman de afuera y nos consultan
¿cómo nos fue? Y les contamos “vamos con 3 Pareciera ser que el mensaje guardado en las
albacoras”, la gente se pasa el dato y nos espe- profundidades de las quebradas hizo eco en
ra, se sacan fotos para el recuerdo. la comunidad de pescadores de la comuna de
Taltal, pues el cazador moderno muchas veces
Los más pequeños de la familia nos consultan reconstruye y re-crea el ethos; y se identifica
que cómo le pegamos a la albacora, si fue al con la imagen de ese primer cazador y, por
palo o no. Cazar la albacora al palo, es matarla sobre todo, con lo que representa: Esto se ve
de un solo arponazo. reflejado –por ejemplo– en las siguientes citas:
Nosotros trabajamos en parte iguales. La lan- “A nosotros no nos gusta cazar con red, so-
cha gana como una persona más, de ahí se mos cazadores al palo. Primero porque es más
sacan los gastos. Lo bueno de trabajar así, es emocionante cazar, además para nosotros es
que somos nuestros propios jefes y por sobre una tradición. Es donde realmente se ve la
todo, la libertad que nos entrega la mar, es pericia del hombre de mar. Somos así como
algo que se lleva en la sangre. (Araya, 2017, los antiguos changos que cazaban en el mar y
septiembre, 1) pintaban sus victorias” (Luis Araya Valenzue-
la).
su tensión en el lanzamiento y por sobre todo Ahora bien, retomemos nuestra interrogante
en si éste es “al palo” o no. Es un intento por inicial: ¿Cómo sobreviven las prácticas y re-
inmortalizar la hazaña de la caza en busca de presentaciones culturales vinculadas a la caza
reconocimiento y validación social a través del tradicional con arpón de la albacora en la co-
“like”. muna de Taltal en el contexto del siglo XXI?
Sobre los imaginarios, es importante entender En una primera instancia, podríamos decir
primero que la coherencia de los imaginarios que la caza de la albacora con arpón es una
estará en dinamismo y en proceso de re-cons- actividad lucrativa, sin embargo, en términos
trucción constante, donde la puesta en escena económicos es mucho más rentable captu-
de estos imaginarios adquiere realidad en vir- rar albacoras con red, principalmente por el
tud de una idea de representaciones que una volumen en la captura y gasto de combusti-
comunidad tiene sobre si misma. En este sen- ble. Por consiguiente, la sobrevivencia de la
tido y conforme los relatos de los cazadores práctica tiene que ver con asuntos netamente
aquí representados, podemos identificar los si- culturales, específicamente con los referentes
guientes imaginarios: a) el cazador de albaco- simbólicos que proporcionan los imaginarios
ra es conocedor del mar, es selectivo y a veces colectivos que a su vez recrean la identidad
arriesgado; b) la caza de la albacora siempre y el patrimonio cultural local. La comunidad
tiene un relato épico; c) cazar un albacora con de Taltal reconoce y valida la caza de la alba-
arpón es una lucha hombre versus bestia; d) cora, es un referente clave en su construcción
los cazadores tienen reconocimiento social y identitaria. En la época de caza de la albacora
gozan de un cierto estatus que está por sobre el muelle local se alborota, es ahí donde se
el resto de los pescadores; e) el cazador con validan varios imaginarios, como por ejemplo:
arpón es recibido como héroe por la comuni- el encuentro de los familiares y/o comunidad
dad; f) en Taltal están los últimos cazadores; g) con el cazador (recibido como héroe), es ahí
el sabor de la carne de albacora muerta con donde se exhiben los trofeos capturados, don-
arpón, es mejor que el atrapada con red; h) la de se toman las fotografías con las espadas de
mejor caza es “al palo”. la albacora, donde muchas veces se cierran
negocios de venta de carne de albacora, don-
Nos quisiéramos detener, brevemente en el úl- de las familias se despiden de los cazadores
timo imaginario mencionado: la mejor caza es que se aventuran al mar, y por último, es ahí
“al palo”. La literatura especializada atribuye donde se intercambian los “datos” de avista-
la eficacia de la caza del arpón en sus cuerdas miento de albacora.
(Brown 1967; Ramseyer 1988; Pétillon 2008;
Ballester 2017) y la capacidad de éstas para Podemos abordar la interrogante propuesta
retener la presa y no necesariamente en la al comprender que toda comunidad busca
potencialidad del instrumento para infringir la reproducirse desde un punto de vista econó-
muerte de la presa. Sin embargo en los relatos mico, social y cultural. Para que esto ocurra,
de los cazadores “modernos” podemos visua- el ethos cultural debe dar cabida a un ima-
lizar que no sólo importa capturar la presa, ginario, no carente de contradicciones, pero
sino que la forma en que se caza es tremenda- que a su vez pone en escena aquellos refe-
mente significativa. Cuando se logra infringir rentes simbólicos que darán coherencia a su
la muerte de un solo lanzamiento de arpón y quehacer. Por ejemplo, el cazador de albacora
así producir la tan anhelada caza “al palo”, se con arpón proporciona una carne que no es
consolida la pericia del cazador, y su recono- deslavada, no es insípida como la que se le
cimiento y/o prestigio social aumenta al punto es atribuida a la capturada con red. Esto hace
que el relato de la captura se vuelve épico. del cazador ser merecedor de un estatus so-
CAZA TRADICIONAL DE LA ALBACORA
Imaginario y patrimonio intangible de los pescadores de Taltal 83
cial por sobre el pescador con red: existe una por restricciones de naturaleza simbólica o ri-
validación social y un reconocimiento que dan tual (el sabor de la carne, caza ancestral, relato
sentido a su labor. épico etc.) Se busca normalizar una serie de
valores o normas de comportamiento que re-
El imaginario tiene un carácter mistificador, no afirma su propia labor y que involuntariamen-
es simplemente una idea, es una producción y te ofrece continuidad con las formas antiguas
reproducción de las propias representaciones de caza protagonizadas por los denominados
que una persona y/o comunidad tiene sobre changos. En este sentido no es de extrañar
sí, en relación con el medio con el cual in- que los cazadores modernos recurran en sus
teractúa. Hay un proceso de conciencia que relatos a conectarse con un pasado histórico
determina el “deber ser”, en donde el “debe (prehispánico) para dar consistencia a su “ser”
ser” de una persona siempre será su propia y “deber ser”. Se observa una hibridación de
vida real. Por tanto, hay una dimensión fuerte- prácticas en el lenguaje entre viejos referentes
mente evocativa y simbólica que determina el simbólicos (changos) con nuevos referentes,
proceso mental, en desmedro de la naturaleza como por ejemplo: “en Taltal están los verda-
real de las cosas. De esta manera la “realidad” deros cazadores con arpón”.
es comprendida desde las subjetividades pro-
porcionadas por los actores sociales desde un La caza tradicional de la albacora, en tanto
plano cotidiano (Gerrtz, 1989) transformado y práctica cultural, es un elemento que refuerza
construyendo nuevos referentes patrimoniales el patrimonio socio-territorial de la comuna a
y culturales, tales como: “en Taltal están los través de la apropiación de diversos elementos
últimos cazadores”, “los taltalinos son buenos materiales e intangibles. Junto con ella se mo-
para el palo”. viliza la puesta en valor de los referentes sim-
bólicos que darán sentido a la construcción
Con base en los imaginarios colectivos iden- identitaria del “cazador moderno”.
tificados en los relatos de los cazadores que
anteriormente fueron presentados, podemos
sostener que las prácticas y representaciones
culturales que dan continuidad a la caza tradi- REFERENCIAS
cional de la albacora por medio del arpón en
pleno siglo XXI; son los referentes simbólicos ANDERSON, B. (2007) Comunidades Imagi-
y la eficacia simbólica que tiene adosada el nadas. Reflexiones sobre el origen y la difusión
sistema de caza albacorero en sí misma. del Nacionalismo. México D.F: Fondo de Cul-
tura Económica.
Por otro lado, también es plausible sostener
que estos referentes son una potencial inven- BALLESTER, B. (2017) La delgada línea roja:
ción social para el patrimonio cultural e iden- Sogas de arpón de los últimos cazadores mari-
tidad territorial de la comuna de Taltal, pues la nos del norte de Chile (1000-1500 dc). Revista
caza de la albacora con arpón es una práctica Chilena de Antropología 35: 47-71
socialmente validada y aceptada. Acá destaca
BALLESTER. B. Y SAN FRANCISCO. A. (2017)
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Cuerpo del convite. Chile. Ed. Ojo en Tinta
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no con red, es una práctica aceptada abierta-
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donde, los argumentos para utilizar un insumo Médano, norte de Chile: 25 años después
de captura en lugar de otro están gobernados de Mostny y Niemeyer. Boletín del museo
84 TALTALIA, N° 10, 2017
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RESUMEN
ABSTRACT
Research to understand how the fishing areahas evolved in the town of Mejillones, which for more than 40
years has actively contributed to supporting the economic source and work in the community, traveling
through various swings and facing a and again to despair, which had already been present in the face of
the loss of two important sources of work, such as the historic railroad companies (FCAB) and the state com-
pany Fertilizantes. Theme that arises when inquiring about the industrial fishing installed in the mid 60s,
and its predecessors ventures, allowing to unravel its varied history and understanding the fishing activity,
geographically zoned, until the semi-industrialization of fishing becomes a reality, to then give way to the
industry fishing nationwide. From the social perspective, there was an effect of vital importance, experi-
encing a proportional explosive growth, for a population that had always been unprotected andpostponed.
1
Extracto del libro “Travesía en un mar de historias” 2017.
2
Investigador histórico patrimonial. projasherrera@yahoo.com.
88 TALTALIA, N° 10, 2017
peruana no disponía, pues faltaba la imple- para detectar las falencias y obtener una
mentación tecnológica para industrializar. propuesta de un planteamiento efectivo a
Tomando en cuenta la referencia en algunos corto plazo. Quizá sería lo mismo que se
párrafos oficiales, tal como se expresa en el relacionaba con la industria peruana, que
documento del Gerente de la Compañía Ad- comenzaba a explotar el pescado a mayor
ministradora del Guano (Perú), Carlos Llosa escala con plantas reductoras de harina
Belaunde, al Director General de Hacienda, y aceite de pescado, industria totalmente
donde se solicita que se evite la pesca de an- desconocida en el país siguiendo el ejemplo
choveta con fines industriales, fechada el 9 de peruano. La entidad estatal, implementó el
junio de 1951. A su vez, tres meses después, Plan de Acción Inmediata que aplicó desde
el mismo Gerente del CAG dirige una misiva al su inicio, al contar luego de su resultado de
Ministro de Agricultura dándole a conocer so- investigación, detectando las problemáticas
bre “…las graves consecuencias que se están y sus soluciones que debían ser resueltas en
produciendo con el uso de la red «boliche» corto plazo, tales como: a) Extracción de
y manifestar la inconveniencia de autorizar la pescado en cantidad y calidad apropiadas
pesca de anchoveta en forma masiva y las gra- para el consumo, fresco e industrializado;
ves consecuencias que esta pesca puede traer b) Almacenamiento de pescado fresco en
para la producción del guano en el futuro.” cámaras frigoríficas en los centros pesqueros
(Oroza 1951:67). A pesar de aquellos esfuer- y en los mercados para regular su distribución
zos, para controlar y evitar la pesca indiscrimi- a medida del consumo, y c) Transporte de
nada de la anchoveta, finalmente en 1953 se frigorizado del pescado fresco. (Plan de
autorizan las plantas de proceso de harina de Fomento Industrial, Industria pesquera CORFO
pescado para reducción de pescado. 1939: 22-23).
La Corporación intentó, de acuerdo a sus prio- de este acápite, dos cosas que dan las primeras
ridades, ayudar a la semi desarrollada indus- luces de la existencia de la actividad pesquera
tria y a los pescadores, cuya intención social industrial en la localidad de Mejillones, siendo
era no desatenderse de la realidad que pre- el primer caso en ubicar el período en el que
sentaba el sector. Los primeros resultados de estas actividades de Fomento se realizaron en
los estudios iniciados, surtieron su efecto po- el país. (CORFO, Esquema de diez años de
sitivo a partir del Plan de Acción Inmediata, labor, 1939-1949: 40 - 41).
los que permitieron orientar las políticas para
favorecer el fomento pesquero, cuyas princi- Por lo consiguiente, sólo se pudo contar con el
pales directrices se concentraron en conceder dato más regulado a partir del año 1945, por lo
créditos a los pescadores, permitir métodos que también se vieron revividas las actividades
modernos para alcanzar alta mar, renovar y que había previsto el Presidente Aguirre Cerda,
modernizar las plantas conserveras y crear quién a pesar de su fallecimiento durante su
organizaciones para las investigaciones de la mandato, dejó trazado el Plan de Fomento
biología marina. Industrial en septiembre de 1939, que recayó
en su sucesor, Juan Antonio Ríos.
Una de las primeras compañías en el rubro
industrial, fue la Cía. Pesquera Arauco, creada Esta información confirma que la activi-
a propósito por instancias de la Corporación dad, no fue parte de las preocupaciones ni
en 1941, de manera experimental, que por de las inversiones iniciales que el Gobierno,
falta de antecedentes del comportamiento en su idea fundamental, pero tampoco la
sobre la industrialización, debió esperar desconoció. No obstante, entre 1939 y 1940,
cerca de dos años para recién comercializar se asignaron recursos y aportes estatales al
convenientemente el producto de la pesca, sector, más bien para complementar el apoyo
una vez resueltas todas las complejidades. a la situación social de las comunidades
Es interesante conocer los primeros aprontes costeras, que claramente se menciona una
hacia el desarrollo de la industria, cuando insinuante actividad en el puerto de San
la Sociedad Chilena Industrial Pesquera de Vicente de Talcahuano, como inversión de
Corfo, procede a incentivar el emprendimiento particulares en el bien entendido que se
industrial al momento de crear en Iquique trataba de pescadores artesanales.
(1940) la Sociedad Industrial Pesquera De los escasos antecedentes hallados, en
Tarapacá organizada por la Corporación de lo que se refiere al sector pesquero semi
Fomento y el Instituto Minero e Industrial de industrial, se encontraron datos sobre dos
Tarapacá. Al mismo tiempo, se establecieron industrias que se instalaron posteriormente, en
en Antofagasta (1942) y en Talcahuano (1943) las regiones de Tarapacá y de Antofagasta (ex
otras dos industrias similares que comenzaron provincias de los mismos nombres), dentro de
a producir sardinas enlatadas en conservas. Es lo que conocemos como Norte Grande. Una
evidente que la CORFO tuvo un rol relevante en de ellas fue la Sociedad Industrial Pesquera
la industrialización de conservas y congelados de Tarapacá ubicada en el sector de playa
de pescados, y que gracias a los primeros Cavancha, Iquique, dedicada a la conserva de
resultados de sus estudios, lograron observar la atún y sardina española, mientras que la otra,
precaria situación del sector, sus necesidades fue la Compañía Chilena de Fertilizantes, que
y las opciones de desarrollo, que señalaron la se instaló en Mejillones, Iquique y Arica.
urgencia de incorporar este sector a su Plan
de Acción Inmediata, propuesta dada además
hacia todos los otros sectores industriales de la
economía del país. Es destacable que dentro
92 TALTALIA, N° 10, 2017
LA TORMENTOSA INDUSTRIA La situación llegó a tal punto que en 1967, tras in-
PESQUERA sistentes llamados de la Asociación, la CORFO
realizó un diagnóstico que concluyó que el
En esos convulsionados iniciales años 40s, sector pesquero crecía a un ritmo lento e ines-
Mejillones desesperanzado y empobrecido, table debido a dos variables:
también se vio favorecido por el plan de ayu-
•Falta de un conocimiento biológico
da a los pescadores artesanales. Las ruinas
adecuado de la variedad y disponibilidad
visibles que hasta la actualidad son parte de
de las especies marinas, lo que impedía
esta historia, representan en vivo, lo que sig-
dictar normas para su preservación.
nificó la fracasada pequeña industria pesquera
en Mejillones, no así la compañía guanera que •Ausencia de una legislación incentivadora,
obtuvo sus mejores resultados en poco tiem- una política financiera y una política de comer-
po. Bien sabido es que cuando se menciona cialización de los productos del mar.
“industria” [pesquera], a la época de esta his-
toria, su concepto no se acerca a la realidad “Pese a este escenario adverso y a la eferves-
actual de identificar una industria propiamen- cencia social que vivía el país en aquel enton-
te tal. ces, los industriales siguieron invirtiendo: am-
pliaron y modernizaron sus plantas, renovaron
Años después la misma CORFO, confirmó el los antiguos barcos de madera por nuevos
apoyo para crear la más poderosa empresa de acero –con mayor capacidad de bodega
pesquera nacional durante 1961 en el puerto y equipamiento, fabricados en astilleros na-
de Iquique, ésta correspondería a la EMPRESA cionales y alemanes– y adquirieron lanchas
PESQUERA TARAPACA S.A. La amplia zona motorizadas. Un esfuerzo que sería clave para
de Tarapacá, se encontraba deprimida por abrirse al mercado internacional en los años
efectos de la crisis del salitre y que a pesar del venideros.” (Producción de harina de pescado,
tiempo, no se veían soluciones al problema cap. Historia, prof. Alejandro Reyes. Colegio
complejo de salir del escollo económico y so- Villa Independencia, Talcahuano 2015: 4).
cial en que se encontraban las poblaciones de
los puertos de Arica e Iquique. CORFO tuvo
la visión de encontrar la solución al proble-
EL EFECTO PERUANO SOBRE
ma que posicionó a Iquique, como el puerto
LA INDUSTRIA PESQUERA
pesquero industrial más importante del país,
CHILENA
creándose la industria de la harina y aceite de
pescado en dicho puerto y en el Arica.
Durante la década de los 50s, aún no se va-
El traslado de dos fábricas elaboradoras de loraban los recursos pesqueros existentes en
pescado y barcos de Talcahuano a Iquique por las provincias de Tarapacá y Antofagasta, a
el auge de la anchoveta, sumado al terremoto pesar de la abundancia de especies que se
de 1960, significaron una caída en la demanda hacían notar y explotar de manera muy ar-
de pescado para la industria y en la capacidad tesanal, pero sin que el gobierno de la épo-
de captura, lo que se prolongó hasta 1963. El ca privilegiase la zona norte, con el apoyo
telón de fondo de este descenso era el modelo a emprendimientos pesqueros dentro de
de “sustitución de exportaciones”, también lla- las actividades artesanales, semi industria-
mado de “desarrollo endógeno”, que la CEPAL les y la ausencia total de intentos industria-
promovía en toda América Latina y cuyo eje les mayores. Al respecto, vale el interés de
era el rol empresarial del Estado.
TRAVESÍAS EN UN MAR DE HISTORIAS 93
mencionar lo que se expresa en el “librito”3 con esta nueva actividad laboral, que necesitó
que menciona virtudes de la actividad pes- de muchas y variadas funciones para las tareas
quera en la zona iquiqueña en ese período, de operar y mantener maquinarias, como
antes que se produjera el violento impacto que además, convertir a pescadores artesanales
dio paso a la industrialización de la pesca en en tripulantes de estos barcos industriales.
Perú y que luego, se hiciera presente en el nor- Por cierto no había tanta mano de obra para
te chileno, con fines estrictamente industriales cubrir las necesidades que las flotas y plantas
para elaborar harina y aceite de pescado, has- requerían, sin considerar en lo complejo que
ta la fecha productos prácticamente descono- sería crear especialistas para cada función. Los
cidos, tal como se menciona lo siguiente en cargos de mayor importancia, debieron traerse
su especial apartado que se refiere a la pesca desde otras localidades, incluso recurrir a
en Iquique: “Y la industrialización de la zona mano de obra extranjera, tal cual lo ameritan
costera de Iquique ofrece tan enormes posibi- las tareas arriba de los barcos, principalmente
lidades, a la vez que un ambiente tan natural patrones de pesca.
y propicio para su desarrollo, cabe en realidad
preguntarse cuál ha sido la razón de que has- Un cálculo simple para concluir con un número
ta ahora las iniciativas hayan correspondido a aproximado de tripulantes (goleteros) que se
esta realidad tangible. La abundancia es tal, en necesitaron para dar cumplimiento a la oferta
toda clase de especies marinas que práctica- laboral, resulta de la cantidad embarcada
mente y guardando por cierto las proporcio- que se debía asignar a un promedio de 10
nes, la escasez de carne que se ha venido a tripulantes por barcos y éstos en su mejor
producir en los últimos tiempos sobre todo en momento, se lograría alcanzar un poco
la zona norte del país, y que ha afectado tam- más de 300 naves, es decir que la actividad
bién a Iquique, encuentra en los pescados y pesquera concentró una cifra cercana a 3.000
mariscos no solo a un substituto de apreciable embarcados, considerado solamente para sus
valor nutritivo, sino que también de sabor y flotas, lo que creó una cadena de situaciones,
calidad muy superior a aquella. Es verdad que algunas con efecto negativo y otras de gran
a falta de iniciativa oficial para propender a un progreso económico para la postergadas
debido aprovechamiento de la enorme rique- poblaciones Ariqueñas e Iquiqueñas.
za que, como ya hemos dicho, tiene Iquique Fue la anchoveta, la especie pelágica que mar-
en sus aguas.” có el mayor interés para su industrialización,
Hasta entonces la zona de Iquique aún se sos- pues mantenía su hábitat frente a sus costas
tenía de la producción salitrera, aunque cada y muy abundante en las peruanas. Se cono-
día ésta, languidecía como ocurrió al poco cían los períodos de desove en la época de
tiempo después, hasta sucumbir totalmente, verano, donde se le veía aparecer incluso por
por lo que la ciudad pronto se convirtió en nuestras costas antofagastinas, alejadas des-
un centro fantasmal, sin mayores posibilida- de su origen, viéndose importantes masas de
des de desarrollo, aunque ello en pocos años, cardumen desde Arica hasta la región de An-
se revertiría una vez que se volcó totalmente tofagasta, que por ello mismo entusiasmó a
la mirada hacia el mar y en particular, hacia empresarios chilenos para replicar la industria
la actividad pesquera industrial, a similitud pesquera peruana en Chile.
como se estaba desarrollando en el Perú. En la Más al sur, frente a Taltal, ya se conocían los
época, Arica e Iquique, se vieron beneficiadas masivos cardúmenes de anchoveta y jureles,
1954
94 TALTALIA, N° 10, 2017
que mencionó a su vez Augusto Capdeville4 a tienen que saltar los unos por encima de los
principios de siglo XX: otros, fuera del agua, produciendo un prolon-
gado y fuerte ruido particular, persiguiendo y
“Todas las ballenas que flotaban muertas des- devorando a la pequeña anchoa, que en su
de el sur, en el mar, en las cercanías de la cos- loca huida, llega hasta arrojarse en la playa por
ta, venían a parar a la caleta del Hueso Parado. grandes cantidades, que son inmediatamente
Todos los años en verano, a veces en otoño, recogidas por el hombre”. (Capdeville A., Tal-
se presentan ante la bahía de Taltal, como a talia N°2. 2009: 10-52).
distancia de media a una milla de la costa, por
centenares, formando cerros, persiguiendo a la La experiencia vivida por los taltalinos, fue la
sardina, a la anchoa chica…ahora como antes, tónica común, en todo el norte, entre Arica y
a la caída de la tarde, en el crepúsculo, en la Taltal, cuando las localidades y pueblos cos-
época del cuarto creciente de la luna, todos teros, se beneficiaban de lo que la naturaleza
Fig. 1: Visita del Presidente Jorge Alessandri Rodríguez, a las plantas pesqueras en
Iquique, ante el colapso del sector. 1963
los años, en los meses de verano se repite el prodigaba y hacía llegar a las playas, para que
mismo acontecimiento. Aparecen los jureles sus habitantes disfrutaran de aquello, como
en sábanas inmensas, que llegan a formar una rutina veraniega que alimentaba a los hogares
gran nata, y para avanzar más rápidamente, de las familias nortinas, hasta hoy se recuerda
con nostalgia.
Alessandri Rodríguez5 dictó el decreto 266 de ciedad Nacional de Pesca, industriales, que el
CORFO, el cual apoyaba el fomento y la pro- 10 de junio de 1949, se reunieron en Santiago
tección de la industria pesquera chilena por los “que trabajan en la extracción y aprove-
doce años. Sin embargo, a partir de 1952 nos chamiento de los productos del mar” –según
podemos sorprender al conocer algunos regis- consignó la prensa de la época– y concreta-
tros de desembarques de anchoveta para car- ron la formación de la Sociedad Nacional de
nada y elaboración de perlas de fantasía usan- Pesca, “una organización de carácter gremial,
do sus escamas en Arica, para la bisutería de destinada a luchar por el progreso de la indus-
joyería de fantasía, aunque ambos casos, no tria y a defender sus intereses”, en palabras de
tendrían relación alguna con el propósito que su primer presidente, Julio Luna, de la compa-
se vendría tiempo después al instalarse con los ñía pesquera Arauco, contribuyó en 1963 a
primeros productores de harina de pescado. Y la creación del Instituto de Fomento Pesquero
los primeros pasos de producir harina de pes- (IFOP) y a la constitución del Terminal Pes-
cado, del intento empresarial en Antofagasta, quero de Santiago. Además, han participado
lo realizan los españoles Enrique Alsina y José activamente en el estudio y promulgación de
Pita a principios de los 50s, utilizando los de- la legislación y normativa que ha regido a la
sechos de la conservera, al enviar restos secos pesca industrial chilena desde sus orígenes y
y molidos para uso de abono que exportan en diversas delegaciones oficiales que han re-
a Estados Unidos. En alusión al mismo tema, presentado a Chile en reuniones de carácter
especialmente a la industria pesquera que se Internacional pesquero.
comenzaba a desarrollar en Antofagasta, se
incluye al quizá el pionero de la industria con- “…destaca un primer periodo correspondiente
servera creada por don Mateo Zlatar, quién a un crecimiento sostenido del desembarque,
había iniciado en forma rudimentaria la activi- hasta alcanzar un máximo de 1 millón de t.
dad de salar anchoas, al interior de su negocio en 1966, registrando luego, desembarques
de abarrotes en 1935, que depositaba en barri- fluctuantes sobre las 650 mil t. hasta 1971.
les y luego envasándolas en cajas de lata, que Posteriormente, se distingue un segundo pe-
las sellaba soldándolas por el mismo. riodo de baja abundancia entre 1972 y 1985,
con desembarques inferiores a 420.000 t. Fi-
El incremento de plantas pesqueras a partir de nalmente, emerge un nuevo periodo de alta
1960, mantuvo un crecimiento masivo, desor- abundancia que abarca desde 1986 a la fecha,
denado y explosivo, que no tuvo regularidad caracterizado por crecientes capturas hasta el
en el tiempo, debido principalmente al desco- año 1994, con un máximo histórico de 1,9 mi-
nocimiento técnico en la operación en flotas y llones de t., observando luego, un decremento
plantas, como asimismo la incruenta sobreex- de los desembarques, sujeto a una alta varia-
plotación del recurso. El efecto peruano, im- ción interanual, que en los últimos seis años
plementado sobre una sola especie, como lo (1999-2004) oscila en torno a un promedio de
fue exclusivamente la anchoveta, hizo poner 900 mil t./año”6 [en referencia a la anchoveta].
en riesgo el recurso al tal punto de llevarlo a (SUBPESCA, Inf. T. N°83. 2005: 3).
la casi total extinción, creando una preocupa-
ción ecológica en los sectores científicos que La pesquería industrial nacional, al igual que
no conformaban parte de las decisiones em- en Perú, llegó a sucumbir en pocos años, afec-
presariales, advirtiéndose lo que se suponía tando directamente a muchos empresarios
podía suceder. En ese mismo sentido, la So-
6
Informe écnico (R.PESQ.) N° 83, Subpesca. Cuota global
anual de captura, para las unidades de pesquería de
anchoveta y sardina española REGIONES I Y II AÑO 2005.
5
Presidente de Chile durante 1958 hasta 1964 Publicado en Valparaíso en octubre 2004.
96 TALTALIA, N° 10, 2017
pequeños, que vieron perjudicado el nego- especie, se sacaba una ventaja sustancial entre
cio emprendido, por lo que algunos optaron los otros países exportadores de harina.
por vender a las compañías que eran más
solventes y que pudieron formar sociedades, Es indudable que la inversión privada, fue fun-
uniendo sus esfuerzos, que derivó a que las damental para el desarrollo de la pesquería en
empresas se fusionaran con el fin de fortale- toda la década de los 80s, con el efecto cues-
cerse para salir rápidamente de ese impase. tionable de que dicho impulso por un lado,
En su momento, al no existir regulaciones con- aumentó beneficiosamente el nivel de captu-
cretas para ser aplicadas a la pesquería, no ra, pero sin embargo, contribuyó a una agresi-
hubo restricciones y que además se fomenta- va explotación y que sus negativos efectos se
ron créditos para la instalación de fábricas de harían ver años más tarde.
harina y para la adquisición de nuevos barcos. El vaivén del período inicial de la era indus-
Se advierte un crecimiento explosivo de esta trial pesquera, pues se entiende en virtud de
actividad en Arica e Iquique. la participación de que la CORFO tuvo una
En el mismo informe mencionado en el relevante importancia al darle un gran impulso
párrafo anterior, se menciona el historial sobre al desarrollo de esta creciente industria, que a
el recurso sardina: pesar de algunas aprehensiones de lo que se
pretendía, en que sólo se pensaba en abarcar
“…se observó un régimen de baja abundan- el sector artesanal que en años anteriores se
cia, iniciando luego en 1974, un rápido y sos- había quedado estancado. En ese sentido, se
tenido crecimiento hasta alcanzar un máxi- había comenzado a favorecer emprendimien-
mo histórico de 2,6 millones de toneladas en tos más acotados, con marcado sentido social
1985. Posteriormente, el desembarque mostró y económico, pero no tanto así para potenciar
un sostenido decremento, registrando niveles el rubro industrial de la harina de pescado, sin
mínimos a partir de 1994, con volúmenes que embargo, en el corto plazo se estableció que
no superaron las 50 mil t. exceptuando el año ese sería el producto esencial industrializado
1999, donde, el desembarque tuvo un leve re- con fines del negocio de exportación.
punte, disminuyendo luego, a cifras que des-
criben una presencia marginal en las capturas En todo ese contexto, se contrataron además,
de cerco.” (ibid 2005: 3). los servicios de la firma norteamericana es-
pecializada‚ conocida en un principio como
Los indicadores señalan el comportamiento Marine Construction Co.7, de Seattle, USA,
histórico, referidos a la secuencia de la evolu- con el fin de implementar un proyecto para
ción de la industria pesquera en Chile y espe- formar una empresa integral que, proponía
cíficamente en las regiones del norte, conside- desarrollar procesos modernos y a su vez, de
rando el período comparativo desde la fuerte que pudiera elaborar productos de calidad en
explotación del recurso anchoveta en el Perú cantidad suficiente para abrir los mercados in-
desde 1955, aunque los primeros aprontes en ternacionales. La empresa norteamericana fi-
nuestro país comienzan en 1959, y que para nalmente sólo se limitó a construir un astillero,
el caso de la sardina, se comienza a explotar que permitió construir y reparar los primeros
tardíamente en 1973, con propósito directo de barcos en el primer período de bonanza de la
complementar materia prima para producir pesquería industrial de la zona.
harina y aceite de pescado, un ingrediente de
mayor interés para la industria pesquera chile-
na, distinto al sector pesquero peruano, que se 7
Esta compañía norteamericana derivó como Astilleros
basaba prioritariamente en la anchoveta, por MARCO, de allí su nombre. (MARine COnstruction), filial de
la casa matriz ubicada en Seattle, USA. Creada en 1953 por
cierto que con la presencia importante de esta
Peter Schimt y luego esta pequeña sucursal en Iquique, a
partir de los 60s.
TRAVESÍAS EN UN MAR DE HISTORIAS 97
Fue así como en 1965 el puerto de Iquique se nuevas empresas y el resto fue participación
encontraba convertido en el más importante con la Corporación de Fomento, estos últi-
sector industrial pesquero del país, de conside- mos destinados especialmente a cubrir cré-
rable importancia mediante el establecimiento ditos adeudados por las empresas integradas.
de la CORFO, de servicios generales que faci- La decidida y oportuna acción de la CORFO
litaron la instalación de industrias pesqueras hizo posible que durante 1967 se repusieran
en su litoral. Se urbanizó el barrio industrial normalmente las actividades del complejo
El Colorado, habilitándose 100 sitios de una industrial, mayoritariamente ubicado en la
hectárea, lo cual se sumaba a lo realizado en zona de Tarapacá, evitando la crisis sobre la
la zona portuaria propiamente tal. economía del norte y que pudo haber tenido
consecuencias negativas sobre la comunidad
A pesar del alto crecimiento de la extracción que se dedicaba a la pesca y a su vez, en otras
de peces durante tres años seguidos de activi- actividades de esa región.
dad permanente, el sector se enfrentó a la apa-
rición del fenómeno de la corriente El Niño, Luego, a pesar del período de crisis, la indus-
situación que provocó el prolongado desapa- tria pesquera de la zona norte volvió a nor-
recimiento de la anchoveta, entre marzo de malizarse, iniciándose a partir de entonces
1964 a diciembre de 1965. La grave crisis im- un nuevo ciclo de extracción del recurso que
pactó fuertemente a los nacientes empresarios, perduró hasta 1973, año en que nuevamen-
que obligó al Estado a implantar un programa te se presentó el fenómeno de El Niño, con
de racionalización de la industria reductora consecuencias incluso mayores a la crisis de la
de pescado para evitar un colapso mayor, con anchoveta de 1965.
impacto social importante para el sector a tal
punto que la ciudad nortina amaneció un día Al respecto de la recuperación en la década
con banderas negra en señal del descontento, de los 80s, ASIPES menciona:
por la gravedad que se estaba viviendo y sin “La abundancia que experimentaron los recur-
ver medidas de aplacar la gran cesantía en la sos marinos a partir de 1978 –sobre todo los
población. pelágicos como el jurel–, sumada a las innova-
El malestar se hizo presente en esferas guber- ciones de las empresas del gremio y al modelo
namentales, que afortunadamente actuó con exportador que promovía el gobierno, convir-
rapidez, y la solución llegó al contemplarse tieron al país en una de las primeras potencias
facilidades especiales que promovieron las fu- pesqueras, junto a Noruega, Estados Unidos,
siones con nuevas empresas financieramente Japón y China. A modo de ejemplo, si en 1975
solvente, donde además la CORFO se hizo el volumen de captura de peces, crustáceos,
parte de las sociedades industriales y de los moluscos y algas ascendía a 899 mil toneladas,
armadores pesqueros afectados por la crisis, en 1986 superaba los 5,6 millones. Sin lugar a
minimizando el efecto de la desocupación por dudas, la voz de ASIPES alcanzaba resonancia
la amenaza de las quiebras. mundial.”
“Fábrica de Conservas Rojas y Cía., acogida En ese segundo período, en el pueblo de Me-
al decreto Nº 266”. Esta empresa también jillones ya no estaban las históricas industrias
pertenecía a CIPA y fue absorbida a su vez al de Fertilizantes y del Ferrocarril9, por lo con-
momento de la compra por Pesquera Guanaye siguiente la industria pesquera debió soportar
Ltda. en 1968. En la misma sesión parlamen- toda la carga laboral y la socio-económica
taria, se alude a los inicios de la pesquera Co- para toda la comunidad, que comenzó a de-
loso, que luego se convertiría en la industria pender exclusivamente de ella, reflejada en
de mayor inversión y capturas del sector en 1982 con dos plantas procesadoras de harina
las décadas de 80s y 90s, señalando al res- y aceite de pescado, sumando en 198410 otra
pecto: “Sociedad Empresa Pesquera Coloso compañía pesquera y en 1986 un astillero, sin
Ltda. Acogida al decreto 266. No ha obtenido desconocer todas las otras tareas asociadas a
utilidades por estar trabajando a prueba des-
de octubre de 1967. Los años anteriores fue-
ron dedicados a la construcción de la planta.”
Dato referido a la instalación de la pesquera
en Mejillones.
plantas procesadoras fuesen implementadas mente no se iba a poder luchar contra lo que
con nuevos equipos, para producir en menor la naturaleza imponía y se defendía, ante la
tiempo, una mayor cantidad posible de harina agresiva y renovada tecnología de las flotas.
y aceite de pescado. La inversión de los dos La construcción de nuevas naves, modernas
consorcios instalados en la localidad, fue mi- y habilitadas con equipamiento y sistemas so-
llonaria, por lo que no se detuvieron a limitar fisticados de captura, pensados con el fin de
sus gastos, hasta no ver convertidas todas sus mantener o superar los números históricos,
plantas, en modernas y eficientes productoras. fueron las causas sistemáticas del deterioro
que afectó la producción de harina y del acei-
Mientras que en la capital regional, las dos te de pescado, ante la disminución de peces
compañías pesqueras, a principios de los 80´s, en el mar.
debieron hacer frente al cuestionamiento so-
bre el medio ambiental, destacándose en la “En 1997 quedó en evidencia el desequilibrio
prensa local, los efectos negativos de las ema- entre la capacidad de pesca y los recursos
naciones malolientes, que afectaba a la ciudad disponibles, con una flota que aparecía so-
de Antofagasta, que a la época se expandía bredimensionada. El sector se enfrentaba por
hacia el sector poblacional norte, la histórica primera vez a una situación de temporalidad
Zlatar cerró declarándose en quiebra. La otra en su actividad, luego de las sucesivas vedas
planta, correspondiente al consorcio Guana- que la autoridad impuso sobre la especie jurel.
ye, trasladar su planta harinera a Tocopilla11, El fenómeno de “El Niño”, que provocó serios
iniciándose su construcción en noviembre de trastornos en los hábitos migratorios y repro-
1985 y sus operaciones durante junio de 1986, ductivos del principal recurso pelágico de la
culminando nuevamente en el año 1994, de- zona centro sur, ahondó aún más la crisis.” (Sa-
bido a la crisis que se hizo sentir abruptamen- lazar, M. 2014:4)
te, provocando el colapso a gran parte de la
industria del sector, entre ellas también afectó En virtud de los magros resultados económi-
a Pesquera Tocopilla (ex San Pedro), pertene- cos, pronto se suspendieron ciertas inversio-
ciente al grupo Angelini. nes y se debieron restringir los gastos y con
ello, comenzaron las reducciones de mano de
A los años siguientes, a inicios de los 90s, la si- obra y de a poco se reformularon los gastos,
tuación comenzó a advertir efectos más preo- priorizando por cierto todo lo que estuviese
cupantes aún, ante el irregular comportamien- en la visión de mejorar los niveles de capturas,
to de las capturas y por consecuencia, la baja que estaban llegando a niveles muy bajos. A
en la producción de harina y aceite. Mientras pesar de los desafíos impuestos, con toda la
tanto los organismos estatales, (Sernapesca y avanzada tecnología, no se lograron reponer
Armada), determinaron mayores exigencias y los niveles de capturas. Igualmente, todo el ru-
más estrictas medidas de control sobre los vo- bro pesquero relacionado con la producción
lúmenes y tamaño de las especies que captu- de harina y de aceite, sufrieron los estragos del
raban las flotas, estableciéndose por entonces colapso, que hizo remecer a las fuerzas labo-
vedas periódicas a las especies. rales y cuyo final se observó durante el 2012,
en que las plantas que quedaban funcionando
El año 92 ya se había sentado el estado de y en la mayoría de los casos, debieron cerrar
situación orientada a la baja y que para los sus operaciones.
siguientes tiempos, sería muy poco probable
revertir las magras cifras económicas. Clara- “Aunque los niveles de captura parecían indi-
car que quedaba jurel para rato, el principal
recurso pesquero de Chile estaba en crisis:
11
Ref.: TocopilaCity, blogspot. “Pesquera Guanaye, una nueva
e importante industria local”, agosto 2006.
gran parte de la pesca registrada estaba bajo
TRAVESÍAS EN UN MAR DE HISTORIAS 101
la talla de 26 centímetros que indica la ley “El historial de esta pesquería indica que las
para evitar la captura de aquellos que no han fluctuaciones en la abundancia y disponibi-
llegado a la edad de reproducción. Por esta lidad de esta especie obedece a cambios de
razón, las autoridades, encabezadas por el largo plazo en la condición ambiental y no al
entonces subsecretario de Pesca, Juan Manuel efecto de la pesca.” (CAÑON, J.2014).
Cruz, decidieron instaurar en las pesquerías
más importantes el sistema de cuotas globales
anuales. En el caso del jurel, aunque la pro-
NOTAS DE TEXTO
puesta inicial de la Subpesca fue de 800 mil
toneladas, la negociación en el Consejo Na-
Pescan con fisgas: La fisga es un instrumento
cional de Pesca (CNP), donde la mayoría de
de pesca que se inventó para coger los peces
sus miembros son representantes del sector in-
clavándolos a golpe de brazo al modo que
dustrial, la cerró en 1.980.000 toneladas para
con la punta hacia el suelo se arroja o intenta
1999. El resultado inmediato fue un desastre.”
clavar una lanza o dardo.
(CIPER CHILE. El saqueo del mar chileno.
2012) Garcilaso de la Vega: Gómez Suárez de Fi-
gueroa, apodado Inca Garcilaso de la Vega
(Cuzco, Gobernación de Nueva Castilla, 12 de
RECALADA Y EL BASTIÓN abril de 1539-Córdoba, Corona de Castilla, 23
DE LA INDUSTRIA de abril de 1616), fue un escritor e historiador
HACIA EL SIGLO XXI peruano de ascendencia inca y española. Se
le considera como el «primer mestizo bioló-
La sobreexplotación del recurso, hizo que gico y espiritual de América», o en otras pa-
varias compañías chilenas, todas de capitales labras, el primer mestizo racial y cultural de
privados, debieron cerrar y otras obligadas a América que supo asumir y conciliar sus dos
fusionarse para no arriesgar toda la inversión. herencias culturales: la indígena americana y
Las plantas como las flotas, se encontraban la europea, alcanzando al mismo tiempo gran
adaptadas solamente para la captura de la an- renombre intelectual.
choveta, que se entendía que era la única que CORFO: La Corporación de Fomento de la
aceptaba el proceso de harina de esa espe- Producción, fue creada por la Ley N°6.334,
cie, por lo que el rubro prácticamente terminó del 29 de abril de 1939 durante el gobierno de
quebrado en muy corto tiempo, dando paso don Pedro Aguirre Cerda, nacida como orga-
solamente a empresas o consorcios de mayor nismo estatal con el propósito de impulsar la
solvencia, las que absorbieron a las más pe- actividad productiva nacional.
queñas y se mantuvieron logrando superar la
crisis, entre ellas y que se mantuvieron des- Plan de Acción Inmediata: Primera medida de
pués, estaban las pesqueras Guanaye, Coloso, la Corfo, con el fin de análizar y evaluar la fac-
Eperva, Iquique, Tarapacá, Indo y Camancha- tibilidad de desarrollar distintas industrias bá-
ca, todas operando en la zona desde Arica sicas en todos los sectores productivo del país.
hasta Antofagasta.
Sociedad Chilena Industrial de Pesca: La Corfo,
La identificación de los actuales empresarios con el fin de comenzar a desarrollar la in-
ligados a la industria pesquera, son cuatro dustria pesquera, creó esta Sociedad, de tal
grupos quienes controlan el sector pesquero manera que pudo cooperar en la creación de
en Chile, concentrando 76% de la capacidad compañías pesqueras con el fin de mantener
extractiva, que se centraliza principalmente en fábricas de conservas de sardinas y anchoas.
las especies de jurel y sardina. Memoria de la Corfo 1939-1943. Pág. 225 a
102 TALTALIA, N° 10, 2017
DAMIR GALAZ-MANDAKOVIC1
RESUMEN
ABSTRACT:
The purpose of this article is to describe and characterize the critical sanitary scene in Tocopil-
la during the postwar period, by examining the reaction of the local power and elite due to the in-
crease and lack of control of garbage deposits, and the outbreak of yellow fever as effect of the
cross-border articulations of the saltpeter port. Finally, as a result of this crisis, it is analyzed
the conformation of a biopolitical front in the hands of North Americans, that projected to reor-
der the territory to establish a life management in order to obtain a successful capitalist process.
1
Doctor en Antropología (Universidad Católica del Norte). Docteur en Histoire (Université Rennes 2). Email: damirgalaz@gmail.com
104 TALTALIA, N° 10, 2017
INTRODUCCIÓN TOCOPILLA
DE LA POSTGUERRA
Más allá de las transformaciones geopolíticas
provocadas por la guerra del Pacífico, en este La expansión urbana de Tocopilla en el pe-
artículo nos interesa caracterizar y analizar un riodo de la post guerra, remite a un pobla-
proceso local relacionado con el descontrol miento espontaneo por parte de migrantes
sanitario y la constitución de una vulnerabi- provenientes desde el centro del país. Dicho
lidad infecciosa en el puerto salitrero desde poblamiento devino también en diversos dra-
1882. mas sanitarios, siendo la basura domiciliaria
la constitución de un archivo social que se
En ese sentido, queremos responder las siguien- comenzó a acumular en diversos sectores del
tes preguntas: ¿Cómo fue la experiencia sani- poblado generando múltiples problemas.
taria una vez que Tocopilla se transforma en
puerto chileno? ¿Qué tipo de problemas gene- Dichos apilamientos espontáneos incluyeron
ró la ocupación espacial por parte de inmi- pestilencias y enfermedades, pero también
grantes y la acumulación de los desperdicios? constituyeron verdaderas identidades barria-
¿Qué tipo de reacciones tuvieron las autori- les: eran los efectos de un poblamiento sobe-
dades y ciudadanos de la elite ante estas reali- rano y popular que de modo informal se apro-
dades complejas? ¿Qué impacto sanitario tuvo pió del espacio y estructuró no solo un modo
para Tocopilla la articulación internacional en de vida, sino que también una cartografía de la
el marco de la exportación de salitre? ¿Qué transgresión que halló la resistencia por parte
decisiones se abordaron en la constitución de de las autoridades locales.
nuevos proyectos capitalistas?
Las migraciones de la postguerra se dieron
El propósito de este artículo es describir y en el marco de la organización a una mayor
caracterizar la crítica escena sanitaria de escala de la explotación, traslado y embarque
Tocopilla desde 1882 hasta 1925, examinando del salitre producido en la zona del cantón El
la reacción del poder y elite local ante el Toco. El impulso dado por la concesión otor-
aumento y descontrol de los depósitos de gada por el Estado chileno al británico Edward
las basuras, adicionando el brote epidémico Squire, significó la construcción de un atrevi-
de la Fiebre amarilla como resultado de las do ferrocarril salitrero que atravesó la abrupta
articulaciones transfronterizas del puerto Cordillera de la Costa (Binns, 1995), dinami-
salitrero, donde el mar y sus flujos navieros se zando una serie de flujos, no solo de mercan-
transformaron en los vectores de una tragedia cías, sino que también de migrantes, consti-
que impactó profundamente a la población. tuyéndose un territorio que articuló diversos
Posteriormente, se analiza, como derivación flujos de capitales transfronterizos.
de esta crisis, la conformación de un frente
biopolítico en manos de estadounidenses que En ese escenario, llegaron a Tocopilla algunas
proyectaron reordenar y disciplinar el territorio compañías salitreras que exigieron la imple-
para establecer una gestión de la vida con el mentación de muelles, diversos almacenes,
objetivo de obtener un proceso capitalista casas gerenciales y recintos para obreros, di-
exitoso. namizándose también el mercadeo de pro-
ductos y servicios, porque la economía local
Metodológicamente este trabajo se apoya en se sustentaba con los grandes consorcios,
la información obtenida en archivos locales: entre ellos Folsch & Martin, Anglo Chilean y
fuentes primarias concernientes al Estado y Nitrate Agencies. De la misma manera la com-
sus instancias intermedias, como así también, pañía Anglo Chilean Nitrate and Railway.
a fuentes hemerográficas nacionales.
BASURAS Y FIEBRE: ESCENA DE UNA CRISIS SANITARIA
EN TOCOPILLA (1882 - 1925). 105
En ese marco, Tocopilla tuvo su primer censo dante de Armas B. Bischoffshausen, quien, una
chileno en 1885. vez que nombró al primer gobernador chileno
en Tocopilla, Fabio Zañartu, dejó el cargo el
7 de enero de 1882. No obstante, la gestión
Lugar N° habitantes del citado militar, además de las basuras y sus
Ciudad de Tocopilla 1.816 acumulaciones, tuvo que afrontar problemas
Cobija, Gatico y minas 2.382
como las viruelas y enfermedades derivadas
por el consumo de agua de baja calidad. En
Total comuna 4.198
ese marco, el énfasis se tuvo que situar en la
Tabla 1: Guarismos correspondientes al censo de 1885. higienización de la población, surgiendo nu-
Fuente: Instituto Nacional de Estadísticas. Esquema: ela-
boración propia. merosos decretos. Por ejemplo, el 9 de marzo
de 1880 se dictaminaba:
diversos vapores navieros que caleteaban por (AMT, informe de Junta de Vigilancia, 1 de
los muelles del desierto. No obstante, estos marzo 1895).
corralones remitían a la presencia de fuertes
olores producidos por las excretas de los ani- Otra práctica masificada era la de arrojar la
males (AMT, Oficio Nº69 16 de agosto 1888). basura en las playas, al menos en las que se
hallaban desde el sector conocido como Pue-
Por otra parte, la ausencia de alcantarillado y blo Bajo (actual calle Barros Arana) hacia el
la escasez de pozos negros, hicieron que las norte. El arrojo de desperdicios entre los pe-
calles fueran las depositarias, generalmen- queños farellones y barrancos, generaba un
te en las esquinas, del vertimiento de aguas panorama de enormes basurales y mosque-
servidas. Derrames que, naturalmente, pre- ríos que constituían “los focos de epidemias
sentaban la proliferación de hediondeces. y enfermedades.” La comisión inspectora,
No obstante, decenas de documentos muni- recomendaba constantemente la instalación
cipales hicieron mención de los “mosqueríos, de tarros para el depósito. Lamentablemente
pestilencias, infecciones” y microbasurales por estos receptáculos eran robados para luego
doquier (AMT, acta sesión municipal, 12 de ser reducidos en el mercado negro. La instala-
octubre 1888). ción de estos basureros de aluminio eran con
la idea de programar el retiro de las basuras a
Un documento municipal denunciaba: través de carretas que luego vertían las basu-
“Sr. Alcalde: he podido corroborar con mis ras hacia el sector norte de la ciudad.
propios ojos las grandes cantidades de aguas La llamada Junta de Beneficencia (integrada
grises que son derramadas en la calle Washing- por la élite local) igualmente oficiaba a las au-
ton con calle Tocopilla (Av. A.Prat) lugar en toridades sobre la necesidad de eliminar los
donde se vierten las aguas por el barranco grandes basurales formados en sitios eriazos
que da hacia el mar…llegando incluso hasta de la urbe, indicando que en el sector oriente
la calle Caracoles (Actual Calle Baquedano)” del Hospital Juan Salvador de Dios (ubicado
(AMT, oficio Nº 43, 13 de febrero 1889). en Washington esquina Guillermo Matta) es-
Al iniciarse el año 1895, surgió otra Junta de taba atiborrado de desperdicios domiciliarios
Vigilancia organizada por la municipalidad, que daban “caldo de cultivo para la prolifera-
dicha organización era dirigida por Manuel ciones de ratones i pericotes”. Al mismo tiem-
Espina. Dentro de sus labores estaba el visitar po, inició una campaña para la instalación de
algunos domicilios denunciados por los veci- letreros de advertencia de prohibición de arro-
nos por ser considerados como insalubres. En jos de basuras como así también, para indicar
esas circunstancias, se inspeccionaban los pa- el día en que pasarían los carretones retirando
tios, los corrales, los restaurantes y los diversos las basuras de las casas (AGT, corresponden-
comercios. Usualmente los informes hacia el cia Nº5 de J. de Beneficencia, 1895).
municipio eran negativos, siempre redundan- No obstante, el tema de la recolección y re-
do en la acusación de suciedades y precarias cojo de la basura era todo un problema para
condiciones higiénicas. Un informe de dicha un municipio pobre. Todos los años el muni-
Junta de Vigilancia indicaba: cipio realizaba los llamados para las propues-
“En las poblaciones se guardan animales mu- tas públicas y así poder realizar los contratos
lares, caballares i vacunos, incluso en algunos con servicios privados. El 15 de abril 1895 se
lugares funcionan carnales clandestinos que estableció el contrato con Manuel Espina y
son aposentos de inmundicias (…) los vecinos José Luis Dolores “comprometidos a realizar
forman enormes basurales i mosqueríos que el retiro de los desperdicios tres veces por se-
crean focos de epidemias i enfermedades…” mana en las calles de Tocopilla” (AMT, Oficio
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1. “Los patios i corrales deben estar libre de la En esas escenas de miedo, la Municipalidad
acumulación de basuras i aguas sucias. encomendó a las empresas que exigieran a sus
trabajadores tomar medidas extremas de aseo
2. Las letrinas i desagües deben recibir cada y desinfección tanto en sus casas como en sus
ocho días algunas cantidades de cloruro de cal espacios laborales. Se agregaron nuevas carre-
o cal viva i deben estar completamente cerra- tas para la recojo de basuras con la contra-
das i provistas de una chimenea de madera tación de sus respectivos operarios. Por otra
bastante alta que sobresalga del techo de las parte, los dueños de perros fueron obligados a
casas. amarrarlos, siendo también notificados que los
3. Se evitará en lo posible mantener dentro de perros vagos serían envenenados. Agréguese
las habitaciones aguas servidas o en descom- la desinfección de los establos que contenían
posiciones y toda clase de objetos sucios. vacas y mulares.
4. Los colchones de lana deben ser calentados En mayo de 1904, la peste bubónica sumaba
al sol cada ocho días para que eliminen la hu- infectados día a día, en ese escenario el mu-
medad de la piel humana i las substancias quí- nicipio decretó la prohibición de acumulación
micas que por ella se eliminan. de basuras, guano y otros desperdicios en los
patios y corrales, dictaminando desinfectar las
5. Los puestos ambulantes que expendan letrinas con cal que sería proporcionado por el
helados, horchatas, aguas gaseosas i otras be- municipio. A su vez, la presencia de la virue-
bidas tienen prohibición de circular.” (AMT, la exigió la implementación de un Lazareto.
“Carta hijiénica”, 2 de mayo de 1901). Pero se denunciaba que los enfermos queda-
ban prácticamente botados a su suerte. Dicha
En el año 1903 se realizaron colectas de di- epidemia dejó un saldo de 7 muertos, siendo
neros para una campaña denominada “Aseo sepultados a poca profundidad en el cemen-
extraordinario de la ciudad”; los fondos, que terio público. Las nuevas víctimas fueron in-
superaron los $ 240.00 fueron depositados en humadas en similares condiciones. Afortuna-
la Tesorería Comunal para realizar un plan de damente la H. Junta de Beneficencia había
limpieza en el puerto. Plan que no daría a vas- decidido ampliar el cementerio, destinando un
to porque: “por tradición local la basura sigue lugar apropiado para enterrar los cadáveres de
diseminándose por varios sectores dentro del la viruela (Collao, 2001:226).
radio urbano”: tal como lo indicaba un infor-
me municipal de abril de 1903, adicionando El correr de los años, la problemática no pre-
que las playas de Tocopilla eran verdaderos sentaba mayor dinamismo y alteración: de-
basurales y “estercoleros”. cretos, ordenanzas, multas, clausuras de ne-
gocios, no solucionaron el problema de las
La condición de puerto salitrero, instituía a extensas acumulaciones de basuras en el mar.
Tocopilla como centro vulnerable a diversas Es más, el propio municipio lanzaba las basu-
infecciones llegadas vía marítima. Al punto ras hacia el mar construyendo un muelle para
de despertar verdaderas psicosis colectivas, las descargas. Dichas basuras iban a dar hacia
surgiendo delirantes medidas frente a la pes- las playas ubicadas al norte de la ciudad, es-
te bubónica: “Como por aquella época no timulando, es este modo, el poblamiento con
se conocía con precisión las causas de la en- criaderos de cerdo, por tal razón una gran pla-
fermedad y la forma de eludirla, se tomaban ya comenzó a ser conocida como la Playa de
medidas higiénicas descabelladas, como la de los Chanchos (Galaz-Mandakovic, 2013).
obligar a Dickson Harker, cambiar los cierres
de alambre por maderas, por considerarlos in-
fecciosos” (Collao, 2001: 225).
110 TALTALIA, N° 10, 2017
Figura 1: Molo construido por la municipalidad de Tocopilla para verter las basuras di-
rectamente hacia el mar, sistema que operó hasta 1955. El sector ubicado al norte de
este molo comenzó a ser nombrado como la “Playa de los Chanchos”. Fotografía: D.
Galaz-Mandakovic (2013).
un cuadro febril violentísimo de 40°, acompa- ubicadas en la cordillera de Los Andes, desde
ñado de un gran malestar corpóreo y de vómi- donde se transportaba por cañerías precarias
tos sanguinolentos. Cuando afloraban aquellos y se almacenaba en la localidad en grandes
síntomas, la suerte estaba echada. estanques. Lamentablemente, en esos estan-
ques se encontraron focos larvoninfales, como
Los siguientes casos aparecieron entre el 25 asimismo en depósitos caseros para el agua de
de febrero y el 2 de marzo. Entre el 4 y el 10 bebida (tinas, barriles, latas, etc.), también en
de marzo hubo 10 muertos por la enfermedad floreros y pequeños estanques caseros (Ofici-
aún no diagnosticada. A fines de marzo el na Sanitaria Panamericana, 1953).
doctor Vicencio Carrasco fue categórico en su
diagnóstico: todo se trataba de Fiebre amarilla El diario ariqueño La Época comentaba que
(Laval, 2003). la Fiebre se producía por la picadura de pe-
queños mosquitos, “parecido a los zancudos,
Las larvas transportadas por el barco comen- los que se crían en las aguas estancadas”. Se-
zaron a provocar serios estragos en la ciudad. guidamente detallaba los síntomas propios de
Las condiciones ambientales eran propicias la peste: “el paciente, luego de sentirse enfer-
para la difusión de la peste (Laval, 2003). mo, esperimenta escalofríos, nauseas y dolores
“La falta de condiciones de higiene le hacen en el cuerpo especialmente en la cabeza. La
el campo particularmente propicio para de- lengua se cubre de una capa gris amarillenta;
sarrollarse” indicaba la Revista Zig-Zag el 11 siéntese sed inmensa, las encías hinchadas se
de mayo de 1912. Además de las condiciones llegan a ulcerar y sangran. Prodúcense tam-
insalubres estimuladas con las acumulaciones bién emorrajias nasales, de las vías urinarias o
de basura en diversos sectores, las condicio- jenitales. Las materias del vómito son negras y
nes climáticas casi homogéneas también eran por eso esta enfermedad denominase vulgar-
propicias para el desarrollo del mosquito lla- mente (como) el vomitó negro!” (La Época, 1
mado Aedes aegypti. de abril 1912).
El abastecimiento de agua potable en Tocopi- La Fiebre amarilla se propagó hacia el interior
lla provenía de distintas fuentes de captación del puerto llegando hasta los campamentos
112 TALTALIA, N° 10, 2017
Figura 3: Comisión médica compuesta por Leonardo Guzmán, Clemente Holzapfel, Ignacio
Rencoret y Pedro Lautaro Ferrer, quienes posan junto al Gobernador de Tocopilla Víctor
Gutiérrez. Cabe notar que todos portaban sombreros con mosquiteros. Archivo: Museo Na-
cional de Medicina, 1912.
A pesar de una labor permanente, cumplida Todas estas medidas estaban basadas en la Ley
con abnegación por parte de la comisión en de Policía Sanitaria, la que además exigió el
conjunto con la Gobernación, en el mes de aterramiento de los pozos negros, estimulando
mayo se hizo necesario evacuar la población la creación de otros con más de 10 metros de
y llevarla al sector sur de la ciudad. profundidad, no sin antes solicitar la llegada
de un mayor contingente policial para ejecu-
La Revista Zig-Zag envió a un corresponsal al tar cada una de las biopolíticas consideradas
puerto y éste indicó: para revertir los efectos de la también cono-
cida como Plaga americana. Por otra parte, el
“Se ha levantado en las afueras de la ciudad primer grupo de estudiantes de medicina fue
un lazareto en forma de campamento, que no reemplazado, llegando los alumnos de quinto
se pudo establecer en mejores condiciones año: Marcos Macuada Ogalde, Gonzalo Cas-
por la rapidez con que se propagó la epidemia tro Toro y Arturo Barraza Araya.
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Figura 6: Pelotón de carabineros al mando del alférez Arriaza, esperando las órdenes para
tomar posesión del campamento sanitario. Fuente: Revista Zig-Zag, 8 de junio 1912, Nº381.
BASURAS Y FIEBRE: ESCENA DE UNA CRISIS SANITARIA
EN TOCOPILLA (1882 - 1925). 115
Figura 7: Los médicos Pedro Lautaro Ferrer y Larraín Mancheño en una inspección por
la ciudad. Figura 8: El Notario Público suplente Max Pérez dado lectura a viva voz de la
llamada Ley Sanitaria, acompañado por el sub-prefecto de policía Luis Olavarría. Fuente:
Revista Zig-Zag, 8 de junio 1912, Nº381.
Figura 9: Parte del campamento sanitario custodiado en sus bordes por soldados. Fuente:
Revista Zig-Zag, 15 de junio, Nº 382.
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des de la ciudad. El cronista J. Collao indicó: tofagasta, 2 julio 1912), los locales comerciales
“La colonia española residente se aisló en un debían permanecer cerrados. Es en ese con-
campamento que construyó en la quebrada El texto cuando nacen los salnatrones,6 ya que a
Salto el día 26 de abril, zona que en esa época través del humo, los mosquitos caían muertos.
distaba bastante de la ciudad.” (2001:250).
Figura 11: Inspector Sanitario, el médico Pedro Lautaro Ferrer, junto al estudiante Sr. Reco-
rret y el vice-presidente de la Cruz Roja observando un frasco con de larvas encontradas
en barrios infectados. Figura 12: Forma en que la Cruz Roja conduce a los enfermos de la
Fiebre amarilla hasta el Lazareto. Fuente: Revista Zig-Zag, 15 de junio, Nº 382.
Este hecho caló hondamente en la sociedad Con base a la misma fuente, podemos estable-
tocopillana y fue noticia nacional. Al punto cer los siguientes guarismos por sexo:
que, el nuevo hospital tocopillano inaugurado
en 1940, lleva por nombre Marcos Macuada,
quien es considerado “un mártir de la histo-
ria de la medicina de Chile” (MINSAL,1962:6). 7
No quepa duda que la noticia “nacional” estuvo dada por la
calidad de estudiante de medicina, notándose en este hecho,
También llevan su nombre algunas escuelas una jerarquización de la muerte, o un cierto racismo acadé-
mico y también de clase en cuanto a que la vida de un
y centros médicos estatales en la ciudad de médico es más “valiosa” que cualquier otro tocopillano. Esta
situación, hizo que el fenómeno de la Fiebre amarilla ad-
Ovalle. quiriera una curva dramática a través de la notoriedad de
una muerte que adquirió singularidad.
118 TALTALIA, N° 10, 2017
Meses
Fallecidos
Marzo Abril Mayo Junio Totales
Hombres 9 105 100 17 231
Mujeres 1 44 40 3 87
Totales 10 149 140 20 319
Tabla 2: Cuadro estadístico de fallecidos según el mes. Fuente: Guzmán, 1913. Esquema:
elaboración propia.
Después de este suceso, la población toco- la inflación del precio de la carne y otra, pro-
pillana se redujo considerablemente: “prin- mocionando un licor.8
cipalmente por el éxodo que se originó por
temor al contagio y a la desesperanza” (Co- El 20 de junio, la Revista Sucesos comentaba
llao, 2001:251). No obstante, la cifra de 319 lo siguiente: “Informa un periódico de Toco-
muertos es significativa en un contexto demo- pilla que el Orfeón Obrero tocó una retreta
gráfico departamental de 5.906 habitantes, en que fue muy concurrida en el campamento de
referencia al VIII Censo Nacional de Población la empresa Anglo Chilian durante los días en
de Chile, realizado en 1907. que la Fiebre amarilla hacía mayor número de
víctimas. Aseguran que varios enfermos afie-
El 2 de julio El Mercurio de Antofagasta indi- brados por la música de un vals voluptuoso se
có que el médico Pedro Lautaro Ferrer había entregaron a la danza en plena plaza. Hasta
señalado que la peste estaba controlada, auxi- ahora no sabíamos que la Fiebre amarilla se
liaba en esto el descenso de las temperaturas combatía por medio de la música” (Sucesos,
propias del invierno, como así también las in- Nº511, 20 de junio 1912).
tensas labores de profilaxis.
Figura 13: Vista del Lazareto donde Marcos Macuada realizaba sus trabajos medicinales.
Fuente: Revista Zig-Zag, 15 de junio, Nº 382.
10
Según la información que entregó esta comisión, se indica:
“Hay aquí ocho prostíbulos de los llamados decentes; pero
son mucho más los clandestinos. Bajo el amparo de la patente
municipal de hotel con cantina, tan común aquí en el norte,
hay cerca de doscientos pequeños comercios de alcohol
que se proveen en su gran mayoría de las tres grandes fabricas
de licores que hay aquí mismo y que la autoridad deja fun-
9
Este informe tenía como propósito pronunciarse sobre los cionar en entera libertad de falsificación, y con eso se envenena
proyectos de ley, monografías de carácter sociológico, me- al pueblo, y la ebriedad y los delitos de sangre reemplazan
moriales, medidas insinuadas al gobierno y otros anteceden- con ventaja a la bubónica y a la viruela, desconocidas aquí
tes. Todo lo observado y recopilado, fue expresado a través gracias a la bondad del clima y a la configuración especial de
de un documento, el cual, fue leído y pronunciado como la bahía. No tenemos ningún muelle fiscal, aunque este
discurso por el presidente de la Comisión, diputado Enrique puerto da más de doce millones de pesos oro de entrada
Oyarzún en la sesión del 7 de noviembre de 1913. aduanera al año” (ICP, 1913).
120 TALTALIA, N° 10, 2017
de salud eran débiles y precariamente imple- familias: las empresas expresaron en su he-
mentadas, constituyéndose una vulnerabilidad chos el deseo de cuidar la vida, controlar para
ante el aumento de la llegada de barcos des- cuidar. Aquello fue la muestra de gestionar la
de diversas partes del orbe. En ese escenario, salud, de un paternalismo exuberante sobre
la acumulación de basuras más la llegada de los cuerpos y sus acciones (Foucault, 2000).
barcos con tripulación infectada, fueron fata- Gestión expresada en la planificación, orga-
les para la población local. nización, integración, dirección y control de
la mano de obra y sus grupos familiares que
Ante estos antecedentes sanitarios del Tocopi- entraron en la órbita de las reglamentaciones
lla chileno, las empresas transnacionales que empresariales de la compañía de la familia
se instalaron en Tocopilla después de la Fie- Guggenheim que controlaba ambas empresas.
bre, evidencian una fuerza de reordenamiento
del territorio en razón de una biopolítica y dis- En el control del territorio tocopillano se cons-
ciplinamiento paternalista hacia las zonas de tituyó una alteridad a través de una segrega-
trabajo y las zonas de no-trabajo: hacia los es- ción entre el norte y el sur: entre el llamado
pacios de socialización y reproducción fami- “pueblo” y la “villa”, incluyendo una serie de
liar. Es decir, una invención de ciudad deseada imágenes y discursividades criminilizadoras y
y un obrero modelo como programa patronal moralistas que se ejercieron desde el sector
regeneracionista para un “hombre nuevo” lle- sur de la ciudad hacia el sector norte, a saber:
no de “virtudes” sociales y laborales, pero por el sector norte era visto como un sector indis-
sobre todo limpio, cuestión que evidentemen- ciplinado, con residencias para el delincuente,
te tendría un impacto en sus niveles de pro- los insanos, los deshigienizados, los que no
ductividad, tal como ocurrió con la estadou- controlaban sus basuras, los ebrios, las prosti-
nidense The Chile Exploration Company que, tutas, etc. Todas esas categorías eran constitui-
en su misión de electrificar a la mina de cobre das como condiciones sinonímicas que perju-
más grande del mundo, decidió construir un dicarían al proyecto de las empresas que llegó
Company town alejado de la ciudad, con un a un territorio que contenía una memoria de la
fuerte rasgo higiénico, moderno, funcional y catástrofe sanitaria (Galaz-Mandakovic, 2013).
racionalismo barrial, generándose un espacio
controlado y marcado por la clausura. Dicho El sector norte de la ciudad comenzó a ser vis-
proyecto fue replicado por la empresa salitrera to como barrio con potencia de peligro e in-
Anglo Chilean Consolidated Nitrate Corpora- disciplinamiento que a la postre significaría un
tion, que también implementó un campamen- escollo al proceso capitalista que se reinaugu-
to, llamado Villa Prat en la década de 1920.11 raba en Tocopilla a través de la influencia de
la familia Guggenheim de la mano con sus in-
Los crudos procesos sanitarios vividos en To- novaciones técnicas y con voluminosas inser-
copilla, exigieron una nueva cartografía, pero ciones tecnológicas. En esa escena, entonces,
que no llegó de la mano del Estado, sino que esos “otros” se asumen como locus y vectores
de capitalistas extranjeros, que tuvieron que de riesgo para la sociedad que proyectó en la
apostar por una biopolítica de administración ciudad The Chile Exploration y la compañía
de la cotidianeidad de los trabajadores y sus salitrera Anglo Chilean Consolidated Nitrate
Corporation: esos “otros” eran el potencial de
degeneración, infección y contagio que ya ha-
11
Este proceso de inauguración barrial de la mano de con una bían “demostrado” desde los finales del siglo
biopolitización del territorio, se tradujo en cuanto al ordena- XIX.
miento de los cuerpos, control de la circulación, su disposición
en el campamento, su disciplina, horarios de movimiento
peatonal, reglas higiénicas, prohibición de dipsomanías, Sus habitantes, en ese escenario, eran los ex-
espacios para alimentación, recreación, apartamiento por
estado civil, por segmento y jerarquía laboral, también por
nacionalidad.
céntricos al capitalismo que lidiaban con una
BASURAS Y FIEBRE: ESCENA DE UNA CRISIS SANITARIA
EN TOCOPILLA (1882 - 1925). 121
gradación mínima entre normalidad y anor- Uno de los ejemplos de disciplinamiento que
malidad, entre el descontrol y la deseconomía podemos exponer, consiste en la campaña
(Fumagalli, 2010) a través de la suciedad urba- que principió la empresa norteamericana, ex-
na y las infecciones. presada en el Reglamento para la Habitación
Obrera, reglamento celosamente resguardado
En ese nuevo devenir, los respectivos Depar- y citado a la hora de enfrentar algún incum-
tamentos de Bienestar, fueron los organismos plimiento:
fundamentales en estos nuevos ordenamien-
tos, donde “la consideración de la vida por “Damos a continuación el texto del Reglamen-
parte del poder es un ejercicio (…) sobre el to que la Gerencia de The Chile Exploration
hombre en cuanto ser viviente, una especie dictó para los campamentos populares y el
de estatización de lo biológico” (Foucault, que se encuentra colocado en el interior de las
2000:217). Dichos Departamentos fueron tras habitaciones:
el control de una masa poblacional que fruto
de una tradición y forma soberana de adminis- 1. Es deber del ocupante de la casa mantener
trar los desperdicios, manifestaban estructuras el aseo, tanto interior como exterior y la con-
de comportamientos disimiles a lo proyectado servación del edificio. 2. No es permitido agre-
desde las casas matrices de las compañías. Era gar ninguna persona extraña, sin previa auto-
necesario, entonces, la instauración de un pro- rización del Departamento de Casas el cual,
ceso de inspectoría y un conjunto de mecanis- estando conforme, entregará una tarjeta de
mos por medio de los cuales aquello que en permiso al que lo solicite. 3. El dueño de casa
la especie humana constituye sus rasgos bio- que sea sorprendido contrariando esta orden
lógicos fundamentales podría ser parte de una será obligado a desocupar la casa. 4. En caso
política, una estrategia política, una estrategia de nacimiento, defunciones, accidentes, etc.
general del poder (Foucault, 2007:15). Una es deber del dueño de casa avisar al Inspector
estrategia centrada en el cuerpo examinado de Casa, Oficina de Casas o Guardia Especial,
como medio a un objetivo de domesticación lo sucedido. 5. El operario enfermo en su casa
mayor. tiene la obligación de mandar aviso a la Ofici-
na de Casas para que lo visite el doctor, quien
A saber que el cuerpo es una entidad biopo- anotará en su libro de identificación la palabra
lítica, la medicina y el control sanitario son ‘enfermo’. A ninguna persona se le considerará
estrategias de aquella entidad. Los médicos e enfermo sin tener la anotación hecha por el
inspectores de la termoeléctrica y de la com- doctor médico. 6. Todo operario de la Com-
pañía salitrera que operaban en el Company pañía, ocupando casa, tiene que trabajar por
Town empezaron a verse a sí mismos como los menos 25 días al mes, salvo enfermedad
los nuevos apóstoles de esa república que se o servicio especial. 7. La tarjeta de identifica-
constituía en Tocopilla y sus nuevas formas de ción debe estar en poder del interesado todo
relaciones capitalistas. Algo así como los nue- el tiempo y con su respectiva picadura para
vos apóstoles de la economía, del progreso, mostrar cada vez que le sea exigida por los
del capitalismo, de la imagen del consorcio Inspectores de Casas o Guardia Especial que
que necesitaba una ciudad limpia con cuerpos revisará el Campamento de día y de noche. 8.
sanos, trabajadores, eficientes, obedientes. Se A las 10 de la noche, el campamento debe es-
erige así, en el lenguaje de panópticos socia- tar en silencio, salvo casos excepcionales, para
les, un patrullar y penar en aras de los ideales cuyo objeto se entregará una tarjeta firmada
propuestos por la empresa que devino en po- por el Jefe de Casas. 9. Al encontrarse licores
licía sanitaria: “la policía se hace ahora política fuertes en las casas serán destruidos. 10. Vino
y el cuidado de la vida coincide con la lucha y cerveza sólo será permitido su consumo en
contra el enemigo” (Agamben, 2003:186). las horas de comida.Nota: La contravención
122 TALTALIA, N° 10, 2017
de cualquiera de los artículos del presente re- el habitar es el rasgo fundamental del ser. Del
glamento será motivo suficiente para perder el mismo modo el pensar pertenece al habitar”
derecho a casa. W.H. Weeler. Gerente General (Heidegger,1994:120), promoviendo la emer-
The Chile Exploration Company. Enero 1925.” gencia de una desestructuración de los modos
(AGT, copia de reglamento de The Chile Ex- de vida local, al desarrollo de violencias sim-
ploration Company enviada a la Gobernación. bólicas (Bourdieu, 1991), coadyuvado por una
12 Enero de 1925). desterritorialización13 (Gravano, 2009) de los
obreros que fueron instalados en nuevos ba-
Como vemos, este reglamento cruzaba varias rrios y proyectados desde un entorno limpio.
aristas de la vida, estableciendo una política
de gestión de la vida, expresada a través del
aseo, la clausura del territorio para los “extra-
ños”, que en la práctica era la clausura para REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
quienes no trabajaban en la termoeléctrica. El
estatuto barrial también explicitaba la necesi- ARCHIVOS
dad de la vigilancia, o mejor dicho, transmitir
AGT: Archivo Gobernación de Tocopilla. Fon-
a los obreros que eran vigilados y que por eso
do: archivos provinciales, s/f.
era necesario el autocontrol, era la instaura-
ción del panóptico corporativo y disciplinario AMT: Archivo Municipalidad de Tocopilla.
de la empresa, constituyéndose el médico Fondo: archivos comunales s/f.
como agente de inspectoría. Entonces, los ho-
rarios, el alcohol, el ruido, la circulación, las BCN: Biblioteca Congreso Nacional. Fondo:
personas, todo estaba reglamentado, so pena leyes de la República de Chile.
de defenestración en caso de no cumplir.12
INE: Censos de la República de Chile 1885 y
Este tipo de biopolítica moderna se manifiesta
1907.
la necesidad de definir en cada momento lo
que está adentro y lo que está afuera (Agam-
ben, 2003:166).
FUENTES HEMEROGRÁFICAS
Podemos afirmar que la biopolítica de las em-
presas provocaron una censura y crítica hacia Diario El Mercurio de Antofagasta, edición del
el resto de la ciudad en el marco del pasto- 2 de abril de 1912 - 24 de abril de 1912 - 2 de
rado urbano que emprendieron. Como seña- julio de 1912.
ló Heidegger, la relación entre el habitar y el
Diario La Época (Arica), edición del 1 de abril
pensar es concatenado: “sólo si tenemos el po-
de 1912.
der de habitar, podemos construir. Por tanto,
Revista Cocorocó, Nº 10, 1912.
12
Este reglamento imperiosa y diligentemente hecho cumplir Revista Zig-Zag, año 1912
por la compañía, surgió en el contexto de una polémica,
porque los autores del libro “Chuquicamata: Su grandeza
y sus dolores Gutiérrez” de Eulogio Gutiérrez y Marcial
Figueroa (1920), denunciaron el profundo desprecio que
sentían los norteamericanos respecto de sus trabajadores,
acusando que el racismo y la sensación de superioridad de
los jefes, era una situación lamentable. En ese tenor, en la
segunda edición de su libro, reprodujeron algunos pasajes
de un artículo publicado en el diario El Mercurio de Santiago,
artículo escrito por Harry Guggenheim, “uno de los más
fuertes accionista de la Chilex (…) para publicar un artículo 13
La desterritorialización está correspondida a los procesos
en que siguiendo la costumbre yanqui de mirarlo todo en migratorios dentro de la ciudad, los que han dado pie a la
menos dentro de la ignorancia que sobre cosas de Sudamérica pérdida del lugar significativo y la confrontación a un territorio
les caracteriza, entre la andanada de epítetos despectivos con extraño con códigos ajenos de los cuales el advenedizo, el que
que nos denigra por poco dice que andamos con plumas y llega, tiene, quiéralo o no, hacerse cargo para sobrevivir en
pieles como hasta hace poco se veía en la sierra de su patria el medio nuevo, casi inhóspito desde el punto de vista de la
al indígena piel roja.” (1920:6). sociabilidad (Gravano, 2009).
BASURAS Y FIEBRE: ESCENA DE UNA CRISIS SANITARIA
EN TOCOPILLA (1882 - 1925). 123
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RESUMEN
El presente artículo intenta interpretar y explicar, desde el enfoque regional y local, los antecedentes de
la instalación de los hitos limítrofes entre Bolivia y Chile en el Litoral de la II región; conflicto fronterizo
derivado de la conformación de los estados nacionales sudamericanos surgidos a comienzo de siglo XIX.
Este contexto histórico visto desde el territorio del Despoblado de Atacama afecta los lazos históricos con
el Altoperú, el sur peruano y el noreste argentino. La creación de la república de Bolívar, cuyo puerto
oficial será Cobija, provoca entre Bolivia, Perú y Chile una serie de conflictos políticos y escaramuzas béli-
cas en el litoral de Atacama; procesos relacionado con la modernización decimonónica, la conectividad
portuario comercial y funcional a la riqueza regional, especialmente a partir de la década de 1840 con la
explotación del guano tarapaqueño y atacameño. Todo ello, tendrá repercusiones económicas y diplomáti-
cas, que conllevan intervenciones bélicas (invasión de Cobija 1835 y 1837) e incidentes internaciones
(Sportsman) que originan el primer tratado de límites entre Bolivia y Chile en el Litoral de Antofagasta,
con lo cual se delimita una zona altamente histórica para el país y significativa, patrimonialmente para
tres ciudades de la región: Mejillones, Antofagasta y Taltal.
PALABRAS CLAVES: hitos limítrofes, Estados Nacionales, Bolivia, Chile, Altoperú, Despoblado de Ataca-
ma, Cobija, guano, Mejillones, Comisión Pissis Mujia.
ABSTRACT
The present article tries to interpret and explain, from the regional and local focus, the antecedents of the
installation of the border milestones between Bolivia and Chile in the Litoral of the II region; border con-
flict derived from the conformation of the South American national states emerged at the beginning of the
19th century. This historical context seen from the Atacama Desert area affects the historical ties with the
Altoperú, the Peruvian south and the Argentine northeast. The creation of the Republic of Bolívar, whose
official port will be Cobija, causes between Bolivia, Peru and Chile a series of political conflicts and war-
like skirmishes on the Atacama coast; processes related to nineteenth-century modernization, commercial
and functional port connectivity to the regional wealth, especially since the 1840s with the exploitation of
the Tarapaca and Atacameño guano. All this will have economic and diplomatic repercussions, involving
war interventions (invasion of Cobija 1835 and 1837) and international incidents (Sportsman) that orig-
inate the first treaty of limits between Bolivia and Chile in the Antofagasta Coast, which delimits a highly
historical zone for the country and significant, patrimonially for three cities of the region: Mejillones,
Antofagasta and Taltal.
KEY WORDS: bordering milestones, National States, Bolivia, Chile, Altoperú, Depopulated of Atacama,
Cobija, guano, Mejillones, Commission Pissis Mujia.
1
Museo de Antofagasta – Centro de investigación Histórico Cultural Isaac Arce Ramírez, CIIAR; hector.ardiles@museosdibam.cl
2
Consejo Patrimonial de Mejillones – CIIAR;
126 TALTALIA, N° 10, 2017
de Azapa y Lluta; sobre todo, perjudicando la ja, de una u otra manera, minaba la influencia
condición de exclusividad y hegemonía del económica y marítima del Perú en la zona. De
puerto del Callao y Arica, los cuales poseían esta forma, se puede entender las acciones
el control de bienes y servicio hacia el Alto acometidas por las autoridades peruanas so-
Perú, ahora Bolivia. bre el litoral boliviano, expresadas a través de
acciones de intervención directa, tales como,
El caudillaje y los recelos entre las nuevas re- arremetidas armadas, bombardeos, invasio-
públicas debilitan al gobierno de Sucre, abier- nes y bloqueo marítimo sobre el poblado de
tamente el Perú exige su dimisión, por otro La Mar. En este contexto, surgen los primeros
lado, la presión externa unida a las fuerzas conflictos en la zona de Atacama, cuando el
interna provocan revueltas y, en julio de 1828, general Gamarra bloquea el puerto de Cobija
la invasión de Gamarra a Bolivia desencade- en 1831.
na la caída definitiva del dominio granadino o
la línea política bolivariana que representaba En este mismo sentido, la novel república de
Sucre en la región, respaldado por el ejército Bolivia, también tuvo problemas con Buenos
colombiano. La firma del pacto de Piquiza de- Aires, especialmente por las provincias del
termina la expulsión de las tropas colombianas Noroeste argentino; primero por la escisión
y, en cierta forma, ratifica el fin del proyecto de Tarija, separándose voluntariamente de la
de unificación y cohesión política proclamado Confederación del Plata y luego, los intentos
por los próceres de la independencia sudame- separatistas por anexar la provincia de Ataca-
ricana. ma a la circunscripción de Salta. Cabe recordar
que los salteños en 1826, intentaron recuperar
Con el tratado de Piquiza se marca el fin del la región de Atacama haciendo valer los dere-
sueño libertario y de emancipación en el alto chos sobre ella. El gobierno boliviano envió a
Perú, fijando su realidad como país “indepen- la zona una guarnición del Ejército Libertador
diente”, aunque con estrechos vínculos con del Alto Perú al mando del Capitán Casanova,
Perú y Argentina, dos naciones de las cuales, quien con la sola presencia de esta división
en algún momento histórico, dependió admi- garantizó el orden en la frontera, frenando así
nistrativamente. las ambiciones del gobernador de Salta y con
ello evitando, cualquier intento de ocupación,
Tras la retirada del Mariscal Sucre, por el puer- por parte de las provincias limítrofes de Argen-
to de Cobija en agosto de 1828, la anarquía se tina dentro del territorio boliviano.
apodera de la vida política de la nueva Repú-
blica de Bolívar; gobiernos provisorios, múl- Por otro lado los permanentes contactos so-
tiples complot y motines a favor y en contra cioculturales e intereses económicos, entre los
de facciones o incipientes partidos políticos: mercaderes y hacendados de Atacama, Sal-
los unitarios versus confederados. Todo ello, ta, Catamarca y Tucumán, articulados desde
con el advenimiento al poder de Santa Cruz tiempos coloniales, vigentes hasta esa fecha,
en 1829, se pone fin al desorden y se inicia un contribuían a potenciar el circuito comercial
tiempo de sosiego social, consolidación insti- y naviero del puerto La Mar a través de la
tucional y avance económico. conectividad entre el Pacífico con el interior;
los valles de San Pedro, la puna y las regio-
Al mismo tiempo, las medidas de fomento nes trasandinas. Esta comunidad de intereses
decretadas por el gobierno de Santa Cruz re- y tradicional conectividad ancestral, alienta
feridas al Puerto de La Mar, avivan la compe- y originan cada cierto tiempo y bajo ciertas
tencia y alienta los resquemores peruanos, so- circunstancias, frecuentes conflictos derivados
bre el puerto enclavado en plena travesía del por persecuciones políticas, flujos migratorios
Despoblado de Atacama. El enclave de Cobi- de refugiados y disputas territoriales que ge-
128 TALTALIA, N° 10, 2017
neran entre ambos países ideas de anexión y otorgar a la costa del Pacífico y el significado
separatismos intra regionales. que adquieren los puertos regionales para el
desarrollo de sus países. En este sentido, el Ma-
En septiembre de 1829 el primer gobernador riscal Santa Cruz acusa a Gamarra, de querer
de Cobija, Manuel Anaya informa al gobierno perjudicar al puerto de La Mar (Cobija) porque
que desde las provincias trasandinas se difun- su habilitación como puerto franco, otorga a
den e incuban ideas disolventes o emancipa- Bolivia una independencia mercantil inacep-
doras que con el tiempo “podrían acarrear table para la hegemonía marítima portuaria
consecuencias”; se insinúa a los habitantes de del Perú. Desde entonces, el Litoral boliviano,
esta región que unidos a las Provincias argen- cada cierto tiempo, deberá sufrir represalias
tinas, dejarían de pagar algunos tributos, for- políticas mediante escaramuzas bélicas, blo-
marían parte de un gobierno provincial inde- queos e invasiones, producto de la situación
pendiente y disfrutarían de la libertad que no política interna y externa entre ambos países.
gozaban en ese momento. Estas instigaciones
que se hacían más frecuentes cuando surgían Durante los primeros meses de 1831, el inde-
problemas internos o estados políticos excep- fenso puerto de Cobija se vio enfrentado al
cionales, en uno u otro país, como ocurre du- bloqueo unilateral impuesto por el gobierno
rante el estado represivo de Juan Manuel de de Gamarra. Posteriormente, a mediados de
Rosas, causan protestas diplomáticas y tensión 1835, el Mariscal Santa Cruz apoyado por el
fronterizas entre Bolivia y Argentina. congreso de su nación invade el Perú. Frente
a esta intromisión, el oficial peruano Augusto
Para entender estos conflictos iniciales (1825- Salaverry se proclama jefe supremo del Perú
1841) entre Bolivia con Perú y Argentina debe- y declara la guerra a muerte al Mariscal. Esta
mos tener en cuenta la relación histórico es- situación trajo consecuencias para Cobija, ya
tructural que unía a la región de Atacama con que el 22 de septiembre de 1835 el coronel
el sur peruano y el noreste argentino; cuyo te- Quiroga al mando de 260 soldados, asaltan e
rritorio aparentemente quieto y sin importan- invaden, sorpresivamente la localidad. En ese
cia, durante los tres siglos de administración momento, la guarnición de Cobija contaba con
colonial hispana constituye un circuito eco- un fortín con 18 piezas de artillería de diversos
nómico cultural, articulador y funcional en el calibres y una dotación de 87 milicianos; tras
Centro Oeste sudamericano. Pero, con el ad- un combate de dos horas, el puerto se rindió
venimiento del nuevo orden establecido, tras ante la muerte del gobernador del distrito Gas-
las guerras de emancipación y la formación par Aramayo, quien lideraba la defensa del
del estado de Bolívar, como país independien- territorio. La entrega de la plaza supuso para
te, administrativamente desvinculado del anti- Cobija la destrucción del fortín, el incendio de
guo régimen virreinal de Lima y Buenos Aires, los edificios fiscales y el embarque de todo el
obviamente se van a generar rencillas políticas hierro y plomo, junto a las municiones y armas
y problemas limítrofes que durante este perío- que se encontraba en el puerto.
do fueron paulatinas.
Posteriormente, la victoria de Santa Cruz en
Socabay (1836) va a configurar en la región un
reordenamiento geopolítico y administrativo
BLOQUEO DE COBIJA EN 1831 de proyecciones y efecto extraordinario; ya
que se instaura la unidad política territorial for-
En 1831 la coyuntura política de Perú y Bolivia mada por la Confederación Perú – Boliviana,
se manifiesta en la pugna entre los puertos de la cual divide al Perú en dos partes, el norte
Arica y Cobija. En cierto modo representa la y sur, nombrando al Mariscal Santa Cruz, en
importancia que estos gobiernos comienzan a el Supremo Protector de esta Confederación.
ANTESALA DE UNA DELIMITACIÓN FRONTERIZA REGIONAL:
HITOS DEL TRATADO DE 1866 129
Esta nueva conformación política territorial cuantos hombres de las milicias nacionales”
será ratificada por los congresos de ambos (Cajías, 1979: 187)
países en los pactos de Tacna en 1837.
Por su parte Chile temía se vulnerara su pre-
dominio marítimo en el Pacífico sur y, sobre
todo, la hegemonía del puerto franco de Val-
CONFEDERACIÓN PERÚ paraíso respecto al del Callao, entre otros in-
BOLIVIANA EN ATACAMA tereses geopolítico que el “Estado en forma”
portaliano vislumbra en la región. Por ello,
En el contexto regional, la Confederación de Diego Portales, quien conocía bien la idio-
Santa Cruz genera la inmediata reacción de los sincrasia peruana, y era enemigo de modelos
países limítrofes contra la Gran Bolivia; provo- extranjerizantes y, sobre todo, del personalis-
cando la oposición de las fuerzas nacionales mo idealista bolivariano; asume la doctrina del
peruanas, autónomas y contrarias a su pro- intervencionismo radical o el involucramien-
yecto anexionista. Además, Argentina y Chile to directo sin miramientos. Para él había que
se opusieron con tesón a la restauración boli- desarticular dicho proyecto político y, como
variana; según Fernando Cajías “el temor de sabemos, tras su asesinato y algunos cabildeos
una invasión argentina no era menos grande. gubernativos se decide actuar militarmente en
En noviembre de 1836, informa el gobernador la zona.
Esteban Fernández que desde “las provincias
argentinas” siempre vienen noticias contestes Cabe recordar que la impronta diplomática
que los gobiernos de Salta y Tucumán van a de Portales será potenciar a Chile y resguar-
invadir nuestra provincia” (Cajías, 1979: 187). dar su integridad nacional; velando por la se-
En el caso de Chile, el rompimiento de relacio- guridad de la patria y los intereses del estado
nes, repercute –según Cajías– en la provincia en forma. Como Ministro de Estado, modifica
de Atacama de tres maneras: todas las cláusulas que puedan poner al país
en inferioridad frente a otro estado, respec-
“en la utilización por los chilenos de la vía to a los congéneres sudamericanos esgrime,
de Cobija para introducir propaganda contra en principio, la no intervención en asuntos
la política de Santa Cruz, en el temor de un internos y la neutralidad política. Pero sobre
boicot comercial y en la posibilidad de un todo, cree en el equilibrio continental y será
ataque al Puerto. Si se daba el último caso, el contrario a la formación de bloques regiona-
gobernador del Litoral tenía la orden de salvar les demasiados poderosos; a menos que surja
los libros de la Comisión con las cuentas pen- otro bloque regional de igual poder. De este
dientes. Salvarlos era muy importante para la modo, se intenta cautelar y garantizar la paz
economía del puerto puesto que todos los co- del subcontinente. Asimismo Portales señala
merciantes introducían sus mercaderías al inte- “la gran vocación internacional de Chile es
rior adeudando los impuestos aduaneros hasta y debe ser el mar”. A su juicio, el país debía
después de venderlas. Se temía que los invaso- “orientar toda su política exterior a un control
res, o destruyeran los libros impidiendo su co- comercial del océano pacífico” Para ello, era
bro o cobrasen ellos para así conseguir fondos. vital contar con una amplia marina mercante
En cualquier caso, se dañaba, enormemente la y una potente armada. En este sentido el pen-
economía del puerto ya maltrecha por otras samiento internacional del Ministro Portales
circunstancias. Pretender un enfrentamiento o será, políticamente realista, económicamente
una defensa armada hubiese sido ridículo, ya pragmático, defensivo militarmente y naval-
que el Puerto no contaba con ninguna guarni- mente hegemónico. De acuerdo a estos prin-
ción y el resto de la provincia, sólo había unos cipios, la creada Confederación del Mariscal
130 TALTALIA, N° 10, 2017
lada. Por su parte, las autoridades del Litoral vino a sorprendernos. Los cargadores se man-
toman medidas en caso de producirse un blo- tuvieron rebeldes o, al menos, no se rindieron
queo o “para evitar cualquier ataque que pue- ante la escuadra chilena, preferían la muerte
da interferir los intereses nacionales, archivos antes que sucumbir a la arbitrariedad” (Cajías,
públicos o personas de los pueblos de la Re- 1975:193) Durante la estadía de Blanco Encala-
pública en este Puerto de Cobija (…) determi- da en Cobija, los habitantes del borde costero
nado las providencias siguientes: Guardar los boliviano prefieren huir del enemigo, no sólo
archivos públicos y trasladar a los funcionarios por el instinto de salvarse, sino también por-
o empleados del puerto, cuando se conozca que tenían la orden de la autoridad para ha-
que un buque puesto a la vista es sospecho- cerlo, evitando así el contacto con el enemigo,
so al punto de Gatico, punto de reunión para quien podría obtener información y/o exigirles
deliberar y hacer más oculta la retirada a los alguna contribución. Por lo tanto, la población
tres cerros Copaco o Mamiña según los avisos de Cobija, en general fue hostil a la invasión
que reciba de Cobija o seguir el movimiento chilena, dificultando lo más posible su estadía
que advierta en los buques o botes enemigos y, sobre todo, privándole de recursos. Durante
(…) la compra de provisiones, charque, galle- la segunda expedición chilena, al mando del
tas y otros víveres hasta un valor 50 pesos que general Manuel Bulnes la bahía de Cobija no
serán depositados en Gatico (…) y nombrar fue tocada, decidiéndose en la ocasión atacar
a un juez de policía que no esté revestido de desde el norte del Perú.
ningún cargo concejil para que se halle exento
de cualquier tropiezo con algún comandante Tras el desenlace de Yungay (1839) y la caída
militar enemigo” (Cajías, 1979:191-192) de Santa Cruz; Bolivia se vio envuelta en una
serie de revueltas y sublevaciones lideradas
A fines de septiembre de 1837 el ejército chile- por caudillos castrenses; por un lado los que
no al mando de Blanco Encalada formado por seguían a José Ballivián o José Miguel Velas-
17 transportes y un ejército de 3.200 hombres, co, quien asume el gobierno (1839-1841) entre
ocupa militarmente Cobija, permaneciendo varias escaramuzas golpistas. En este contex-
allí por 11 días. En la ocasión serán tomados to, el gobernante del Perú, General Agustín
prisioneros el administrador de Correos Diego Gamarra vuelve a invadir territorio boliviano,
Povil y algunos empleados públicos. De acuer- pero esta vez la invasión concluye, en Ingaví
do a la versión del gobernador interino Ulloa con una estruendosa derrota de su ejército; no
“el 27 de septiembre a las siete de la mañana, solo significa la muerte del “eterno enemigo
desgraciadamente fui cortado en mi retirada a de Bolivia”, sino también la caída de “muchos
pie acompañado del Capitán de Puerto y el jefes prisioneros, entre ellos el General Ramón
oficial mayor de la Comisaría, por una partida Castilla, tres mil doscientos soldados, todo el
de infantería a la boca de la quebrada. Fuimos parque y cuatro banderas, quedaron en el
traídos a Gatico en detención y conducidos campo, entre muertos y heridos, 900 hom-
por mar a la presencia del jefe invasor que nos bres” (Giebel, 2005:161)
mandó retirar hasta el día siguiente, bajo la ga-
rantía del señor Bartolomé Fernández” (Cajías, Este desenlace, cierra un ciclo en la relación
1975:193) fronteriza entre Perú y Bolivia, marcado por
los conflictos post emancipación. En cambio,
Por otro lado, el Capitán de Puerto informa para Chile se inicia una época de estabilidad y
“Con un pequeño resto de cargadores para prosperidad que conlleva un proceso de trans-
observar los movimientos del enemigo (…) formación económica social y la proyección
nos pusimos en marcha en dirección a Gatico. territorial; especialmente hacia los extremos
Llegando allí llega un bote con fuerza enemi- regionales. Por un lado, a la zona austral y
ga y aprovechando la oscuridad de la mañana por otro, hacia el Litoral del Despoblado de
132 TALTALIA, N° 10, 2017
Atacama. Esta política de expansión, se inicia, cés Latrille, el inglés Lamb, el peruano Ulloa y
fundamentalmente durante el gobierno del el chileno Garday” (Querejazu, 1991:29).
General Manuel Bulnes (1841-1851), el mismo
que había derrotado al Mariscal Santa Cruz Los primeros yacimientos de guano fueron des-
en Yungay (1837) y con quien comienza ade- cubiertos por el industrial galo Domingo Latri-
más “los problemas de límites con Argentina lle, “quien obtuvo del Gobierno de Bolivia la
y Bolivia, que habían de alcanzar tan violenta concesión correspondiente para la explotación
intensidad durante todo el siglo XIX y lo que va de esta sustancia hasta 1842. El primer carga-
corrido del XX”. (Barros, 1970:146) mento que remitió a Europa el señor Latrille,
fue embarcado en el buque inglés “Horsburg”,
Durante su mandato, en 1842, declara propie- de más de 2.000 toneladas” (Arce, 1930:36).
dad del Estado a todas las covaderas que que- Al mismo tiempo, las guaneras explotadas por
dasen al sur del paralelo 23 y, al año siguiente, Latrille fueron Angamos y Orejas de Mar, am-
en 1843 crea la provincia de Atacama. Ob- bos lugares adjudicados por la prefectura de
viamente, Bolivia protesta y, “como no fuese Cobija. Igualmente, se comenzaron a explotar
atendida, declaro que se asociaba con el Perú las guaneras de Paquica, “las cuales pertene-
para la explotación del guano hasta el paralelo cieron hacia 1843 a los empresarios Guillermo
27, o sea, en pleno territorio chileno” (Barros, Billinghurst, Diego Barriolhet y Pedro Alessan-
1970:147). Desde entonces, los conflictos polí- dri” (Madariaga, 1996: 68).
ticos entre los Estados Nacionales del Pacífico
será esencialmente un asunto de orden econó- Posteriormente, se incorporan al negocio las
mico – comercial, vinculado a intereses crea- grandes compañías angloamericanas que con-
dos con potencias extranjeras que explotaban trolaban el mercado internacional del gua-
la riqueza regional. De esta manera, la expan- no, es decir, la firma Myers Bland y Gibbs–
sión de Chile hacia el norte confronta la he- Crawley, ambas manejaban en su totalidad la
gemonía del Pacífico con Perú, debido a que explotación y exportación de guano perua-
Bolivia, nunca contó con una escuadra naval no. La natural expansión de estas compañías
significativa en el Litoral, quedando a merced hacia el litoral boliviano significa una fuerte
de mercenarios y capitalistas especuladores competencia para las asociaciones de peque-
como López Gama, Henry Meiggs, Lucian Ar- ños y medianos industriales, sobre todo, en la
mand entre otras sociedades anónimas britá- adjudicación de los derechos de explotación
nicas, americanas y francesas, asociadas con y exportación a gran escala. No obstante, el
inversionistas sudamericanos. monopolio del comercio del guano era princi-
palmente británico y la flota mercante que lo
atendía, habitualmente era estadounidense, la
cual zarpaba desde Valparaíso; dejando sólo
GUANO DE ATACAMA, DISPUTA
a los gobiernos regionales la cobranza de los
QUE ANIMA UNA DISCORDIA
anticipos por concepto de explotación o el im-
FRONTERIZA
puesto de exportación.
nes del Estado” (Peñaloza, 1954:121) a cambio mente algunas covaderas en Mejillones y San
de contratos de explotación exclusivos y de Francisco de Paquica. En 1862 sus derechos
privilegios de orden monopólico en la expor- de explotación sobre Mejillones provocan un
tación, derivan hacia irregularidades y conflic- litigio con Matías Torres y un incidente fronte-
tos por incumplimientos y duplicidad de los rizo y diplomático entre Bolivia y Chile. Res-
mismos. pecto a los depósitos guaneros de Paquica,
López Gama sostenía “ser el descubridor” de
Los primeros contratos de este tipo serán sus- ellos; por lo cual siempre presentó reclama-
critos en 1842 con “Myers Bland Sansetenea y ciones ante las autoridades bolivianas por los
Co.”, cuyos privilegios de explotación abarca privilegios dados a “Myers Bland y Compa-
la costa boliviana, especialmente en torno a la ñía”. Sin embargo, durante la administración
bahía de Mejillones e islas adyacentes. De esta del general Mariano Melgarejo (1864 – 1871)
forma “los contratistas adquirían el derecho consiguió adjudicárselas mediante “un présta-
de exclusividad en la exportación de guano, mo de 16.000 pesos bolivianos para arreglar
teniendo el Estado boliviano el 70 por ciento las finanzas del puerto de Cobija” (Madariaga,
de participación en las utilidades liquidas de 1996:106).
la empresa” (Peñaloza:120) Posteriormente,
esta concesión fue traspasada bajo las mismas Visto los intereses económicos y la riqueza
condiciones a la firma “Gibbs e hijos” y, en que posee el Litoral de Atacama, los conflictos
1848, se prorroga “el precio de la tonelada de regionales serán la natural consecuencia de
guano, pagable a Bolivia por la exportación esta situación económica comercial que los
y explotación, en 7 pesos o reales (…) suma Estados Nacionales de Bolivia, Chile y Perú
que se reconocía al gobierno de Bolivia como fraguan durante sus relaciones bilaterales e
pago neto, deduciéndose previamente el sal- internaciones; las cuales provocan indiscuti-
do que, (…) había quedado en favor de los blemente incidentes limítrofes; especialmente
contratistas. La explotación debía limitarse a referido a la controversia por la región ubica-
las guaneras de San Francisco y el mínimum da, entre los paralelos 23 ° y 25° Latitud Sur.
de exportación debía ser de 6.000 toneladas”. En principio este asunto será tratado diplo-
(Peñaloza: 121) máticamente, a través de cambios de notas y
por publicaciones en uno y otro país en que
Cabe destacar que “Bolivia entre 1842 y 1848 se exponían los derechos que a ellos asistía
exporto 35.334 toneladas de guano hacia el sobre el desierto de Atacama. Mientras Boli-
exterior” (Pinto et al., 1995:60) En tanto las via señalaba “su límite en una línea fluctuante
empresas extranjeras que controlaban la ex- entre los grados 25 y 26, Chile se afirmó en los
plotación del guano boliviano, entre 1842 y derechos que le corresponden hasta el grado
1849 lograron “sacar 4.000 toneladas de las 23” (Cruz, 1966:43) Esta disputa, obviamente
Islas Cobre y Lagartos; 1.500 de Nampa, 1.500 genera conflictos colaterales y alienta poco a
de las Islas Santa María y Orejas de Mar; 6.000 poco vientos de guerra.
toneladas de Angamos y 40.000 de Paquica,
lo que hacía un total aproximado de 53.000 “Esta situación de hecho, no definida jurídica-
toneladas” (Madariaga: 101) mente, produjo inevitables choques, como en
septiembre de 1847” (Cruz, 1966:43), cuan-
En 1860 el empresario brasileño Pedro López do el 17 de ese mes, la barcaza boliviana al
Gama, inicia sus actividades en el litoral de mando de un capitán boliviano, escoltado por
Atacama, después de un breve período se 12 rifleros, venida de Cobija exigió al capitán
convierte en uno de los particulares más in- del bergantín chileno Martina, la presentación
fluyente y acaudalado de Cobija; ya que se de la licencia que lo autorizaba a incursionar
adjudica varias concesiones mineras, especial- en Mejillones “aguas territoriales de Bolivia”
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en Santa María e intenta abandonar el puer- sionario del Gobierno boliviano y vinculado a
to. Frente a esta operación, el Capitán Goni la firma Alsop, la misma compañía que había
advierte que no cuenta con la autoridad para fletado el Sportsman. Esta nueva controversia
juzgar la maniobra, pero le indica que sólo provoca una situación de gravedad entre am-
el asunto podría dirimirse en el juzgado de la bos países, incluso el gobierno de José maría
Gobernación de Caldera y ante la insistencia de Acha (1861-1864) en 1863 convoca a un
del Sportsman por evitar el traslado; la corbeta congreso extraordinario, cuya asamblea el 5 de
Esmeralda se ve en la obligación de remolcar junio, faculta al ejecutivo “para hacer la gue-
el buque norteamericano hasta Caldera; des- rra a Chile siempre que agotados los medios
pués de cuatro días llegan a dicho puerto, el diplomáticos, éste no devolviese los territorios
23 de agosto de 1857. ocupados últimamente” (Arguedas, 1992:231).
Ante un estado de inminente enfrentamiento,
La captura del Sportsman en la bahía de Me- la guerra con España (1864 – 1866) permite
jillones, el 19 de agosto de 1857 por parte de una pausa y abre caminos de entendimiento,
la Armada Nacional, ocasiona para Chile una debido al sentimiento americanista y de her-
larga controversia diplomática con Estados mandad sudamericana que genera este acon-
Unidos, que se resuelve recién a comienzo de tecimiento. La tregua entre los países del Paci-
siglo XX. En cambio con Bolivia va a significar fico Sur frente a la escuadra española permite
el origen de un proceso de largos alegatos y establecer conversaciones serias y concretas
negociaciones, cuyos sobresaltos y contrarie- hacia la fijación de un tratado limítrofe en for-
dades se tornan en ásperos desencuentros. ma e hitos fronterizos precisos en la región.
Tanto Chile como Bolivia, a partir de este in-
cidente intentan demostrar pruebas y títulos
que avalen sus argumentos limítrofes y captar
apoyos a su causa de posesión efectiva del te-
“LA MEDIANERÍA”
rritorio en disputa.
De esta forma llegamos al año 1866, fecha en
Obviamente, para Bolivia la incautación del que el mandatario boliviano Mariano Melgare-
Sportsman fue un “acto de piratería”, pues el jo y su par de Chile; José Joaquín Pérez deci-
buque carguero no estaba actuando clandes- den zanjar la diferencias limítrofes. El país del
tinamente, sino con licencia de las autorida- altiplano había sido aliado en la coalición que
des de Cobija y en conformidad a las leyes y opuso resistencia a la flota española, aquella
usanzas bolivianas. Además, se aprovecha el que en 1865 trató de imponer condiciones a
asunto para apoyar las demandas del gobierno su ex colonia del Perú. Un sentimiento ame-
de Estados Unidos y el de la empresa consig- ricanista hizo que Chile retrocediera desde el
nataria, afectada por el decomiso de la nave, paralelo 23, ubicados 17 kilómetros al norte
la tripulación y su cargamento. Durante esta de Mejillones, en las cercanías de Playa Gran-
época, este caso va a significar para la Canci- de, hasta el paralelo 24, unos 24 kilómetros al
llería altiplánica contar con cierta simpatía y sur de Caleta Coloso. Este fue el Tratado de
favor, por parte de la diplomacia norteameri- Límites entre Chile y Bolivia del año 1866, co-
cana hacia la postura de la soberanía real de nocido también como “de la medianería” (Go-
Bolivia sobre el Despoblado de Atacama y la bierno de Chile; 1875; 49 pp.)
cuestión limítrofe con Chile.
Este retroceso de 105 kilómetros lineales de
Posteriormente con el descubrimiento de gua- territorio por parte de Chile y su entrega a Bo-
no rojo en Morro Mejillones en 1862, por par- livia tuvo sus complejidades. La más impor-
te del chileno Juan López, surge la disputa con tante era el daño económico que sufriría el
el empresario brasileño López Gama, conce- país al dejar de percibir impuestos por los pro-
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ductos exportados. Eso se amortiguó con esta Eso significó que en diciembre de 1866 en
“medianería” en la que Chile percibiría el 50 Mejillones y en “La Chimba” (o Peña Blanca,
por ciento de tributos. Bolivia entonces exigió porque aún no se forjaba el nombre Antofa-
reciprocidad, manifestando que si ellos tenían gasta) por mutuo acuerdo se arrió la bandera
que compartir los impuestos de un paralelo de chilena y se izó la boliviana. El 15 de diciem-
su territorio, Chile también lo hiciera. De esta bre de 1869 se comienzan a intercambiar no-
forma su zona económica se prolongó hasta el tas entre ambos Gobiernos, a fin de cumplir
paralelo 25, Paposo. con esta parte del tratado (Gobierno de Chile;
1870, pp. 65). Bolivia comisionó al coronel
Fotografía 1: Esta situación presenta actualmente los 3 hitos erigidos por la Comisión Pissis Mujia en 1870. Las foto-
grafías de los paralelos 23 y 25 son nuestras. En Paposo se puede apreciar a Anita Olivares y en Mejillones a Wilfredo
Santoro. La fotografía del paralelo 24 fue tomada de pantalla del programa “La tierra en que vivimos”, del documentalista
Sergio Nuño.
Excepto la del paralelo 24, que por motivos tricamente una zona cuyo impacto en el futu-
geográficos no pudo ser instalada en las cer- ro fue abiertamente desconcertante. En primer
canías, el trabajo fue bastante preciso. Esta pi- lugar, definió el territorio por el cual tres países
rámide quedó 4 kilómetros al norte del punto, (Chile, Bolivia y Perú) se irían a la guerra. En
por lo que Chile se amplió un poquito y Boli- segundo lugar, acotó el espacio geográfico que
via retrocedió. Desde ese tiempo se les cono- concentra toda la riqueza minera del Desierto
ció como las “pirámides demarcatorias” aun- de Atacama. Empezamos por el guano de Me-
que en realidad no son pirámides. De hecho jillones, que produjo furor el siglo XIX, segui-
no tienen nada que ver con pirámides. Son mos el mismo siglo con el fabuloso yacimiento
conos. O más bien fueron conos con una base de plata descubierto en Caracoles. También
de 1,5 metros de radio y una altura de 3 me- en ese siglo se comenzó la explotación del sa-
tros, enlucidas en cal roja. Cada una de estas litre y el cobre, que serían el sustento de Chile
“pirámides” tenía una placa de hierro que in- en el siglo XX y que en el caso del metal rojo
dicaba la dirección exacta del paralelo. Estas aún lo es. No podemos dejar de mencionar el
joyas patrimoniales aún se encuentran en pie litio, que amenaza abiertamente con su irrup-
tras 148 años como secretos guardianes. Sin ción económica en este siglo XXI. Un tercer
embargo casi nadie le ha prestado atención. elemento que le otorga valor a estas costas es
Fotografía 2: Estas fotos históricas son parte de la Biblioteca Nacional y aparecen en su extensión digital Memoria Chi-
lena. A la izquierda el paralelo 23, ubicado en Playa Grande, Mejillones y a la derecha, el paralelo 25, Paposo. Están
fechadas como correspondientes al año 1946 por lo que habrían sido tomadas 76 años después de su construcción
(Biblioteca Nacional de Chile; id BN 309104; id MC 00007968 y 00007968)
A las 11.38 dimos por fin con el imponente La información respecto a este hito era muy
monumento. Después de cruzar el desierto difusa. A nivel formal no existían muchos an-
desde la carretera hacia el mar comprobamos tecedentes. Sólo algunos datos respecto a las
sin mucho agrado que dicha “pirámide” se coordenadas que conseguí en una visita a las
halla a poca distancia de “Playa Grande”, un Biblioteca Nacional. Increíblemente lo más
lugar habilitado con una excelente carretera y concreto correspondía a un programa de te-
donde habríamos accedido cómodamente en levisión: “La tierra en que vivimos”, donde el
cualquier vehículo. También nos dimos cuenta documentalista Sergio Nuño recorre en heli-
que seguramente muchas personas la cono- cóptero la costa desde Taltal al norte y al lle-
cían, pero nadie sabía de su trascendencia. gar al paralelo 24 inicia la búsqueda del hito
y lo encuentra. Obviamente tal capítulo pasa
La pirámide de Playa Grande, en Mejillones, a engrosar nuestra lista de fuentes, aunque es
es sin lugar a dudas la que se ha mantenido evidente que Nuño no poseía ningún antece-
en las mejores condiciones. Se halla completa, dente histórico ni certeza con respecto a su
muy poco erosionada y hasta encontramos los búsqueda. Pero tenía un helicóptero y con él
tornillos que afirmaron la placa, la que sí la- encontró un hito.
ANTESALA DE UNA DELIMITACIÓN FRONTERIZA REGIONAL:
HITOS DEL TRATADO DE 1866 139
Por último nos lanzamos a la búsqueda de Tanto el CIIAR de Antofagasta como el Copat
la última “pirámide” de esta trilogía. En esta de Mejillones sostienen que este conjunto de
ocasión llegaron a Paposo, en representación hitos patrimoniales constituyen en su conjun-
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ARGUEDA, ALCIDES; Historia General de Bo- QUEREJAZU CALVO, ROBERTO; Guano, sali-
livia; La Paz Bolivia, Librería editorial “Juven- tre, sangre: Historia de la Guerra del Pacífico
tud”, 1992; 518 pp. (La participación de Bolivia); La Paz Bolivia,
Librería editorial “GUM”, 1991; Tercera edi-
BARROS, MARIO; Historia diplomática de ción; 577 pp.
Chile 1541 – 1938; Barcelona, Ediciones Ariel,
1970; 781 pp. TÉLLEZ LUGARO, EDUARDO; Historia gene-
ral de la frontera de Chile con Perú y Bolivia
BIBLIOTECA NACIONAL DE CHILE; fotografía 1825-1929; Santiago, Colección “Terra Nos-
Pirámide Paralelo 23; id MC: MC0007968 id tra” N° 17, Universidad de Santiago de Chile,
BN: 309104 1989; 235 pp.
BIBLIOTECA NACIONAL DE CHILE; fotogra-
fía Pirámide Paralelo 25; id MC: MC0007969id
BN: 309104
El texto digital debe ser enviado en procesador Las citas textuales deberán ir entre comillas y
de textos Word, con sus páginas foliadas, en claramente referidas a la bibliografía, según la
tamaño carta (216 x 279 mm), con márgenes siguiente formula: (Bermúdez 1968: 37-39).
de 3 cm en todas las direcciones de la página,
Si en el texto se menciona el autor, su ape-
fuente Times New Roman tamaño 12, e inter-
llido puede aparecer seguido del año de pu-
lineado sencillo. El escrito no superará las 25
blicación del título entre paréntesis y con el
páginas considerando resumen, abstract, tex-
número de página si la referencia lo amerita:
to, notas, referencias, figuras, tablas y anexos.
“Bermúdez (1969: 37) afirma que…”
Texto
Se citan hasta dos autores. Si son más de dos,
Incluye título en castellano e inglés del artí- se nombra el primer autor y se agrega et al:
culo, escrito en letra mayúscula; nombre del (Núñez et al. 2004: 150).
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Aquellas citas que excedan 40 palabras -con
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un máximo de 80-, van sin comillas y a reglón
no más de 200 palabras en castellano e inglés;
seguido del texto (hacia arriba y hacia abajo),
además una serie de 4 a 8 palabras clave en
con sangría en su margen izquierdo. Al térmi-
ambos idiomas. Los títulos de Resumen y Abs-
no de la cita se indicará entre paréntesis la re-
tract irán en letra mayúscula, normal y sólo el
ferencia correspondiente (autor, año y página).
texto en inglés en cursiva.
Referencias
Los títulos del artículo deberán ser claros
y concisos. Para los títulos primarios se En hoja aparte y bajo el epígrafe de “Referen-
utilizará letra mayúscula, normal, alineados cias” debe incluirse un listado bibliográfico li-
a la izquierda; los títulos secundarios en letra mitado exclusivamente a aquellas referencias
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Los datos editoriales de cada referencia deben GARRIDO, F. 2007. El camélido sagrado y el
estar completos y se ordenarán de la siguiente hombre de los valles: Una aproximación a la
manera: autor(es), año de edición, título, lugar Cultura Copiapó y sus relaciones a partir de
de publicación, imprenta o editorial y otros la alfarería. Memoria para optar al título de
datos cuyas características variarán según se Arqueólogo. Departamento de Antropología,
trate de una referencia a libro, artículo, revista, Universidad de Chile, Santiago.
etc. III) ENVÍO DE MANUSCRITOS
Los autores deberán ir en mayúscula. Sólo la Enviar una copia electrónica y/o impresa a:
primera letra del título deberá ir en mayúscula.
El título de revista, libro o monografía deberá Rodolfo Contreras N.
aparecer en cursiva. Se deberá consignar sola- Museo Augusto Capdeville Rojas
mente las iniciales de los nombres de los auto- Avenida Arturo Prat n°5
res; cuando haya más de un autor, solamente (55) 611891
para el primero deberá aparecer el apellido Taltal
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