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TALTALIA

Nº 10 2017

MUSEO AUGUSTO CAPDEVILLE


Ilustre Municipalidad de Taltal

Representante Legal:
Sergio Orellana Montejo

Director:
Rodolfo Contreras Neira

Comité Editorial
Agustín Llagostera Martínez, Universidad de Antofagasta
Patricio Núñez Henríquez, Museo Augusto Capdeville
Sergio Prenafeta, Periodista Científico
Adriana Hoffmann, Botánica

Dirección
Av. Arturo Prat Nº 5, Taltal-Chile.
Teléfono: 55-2611 891
Corrreo electrónico: museo.taltal@gmail.com
ISSN 0718-7025
TALTALIA:
Publicación anual del Museo Augusto Capdeville Rojas.
Distribuido por suscripción y canje.
Permitida la reproducción de los artículos citando la fuente.
Valor de suscripción anual con envío
€. 20 (euros) en el extranjero

Portada y Contraportada
Obra plástica de Guillermo Núñez Henríquez, hermano mayor de Patricio Núñez Henríquez,
realizada en recuerdo de su hermano luego de su fallecimiento.

Guillermo Núñez H., destacado artista plástico chileno, fue galardonado con el premio nacional
de Artes Plásticas 2007.

Diseño y diagramación: Marco Murúa C.


E-mail: marcomurua@gmail.com
F: 997968839

Edición: 300 ejemplares

Impreso en: Andros Impresores. www.androsimpresores.cl


Patricio Núñez Henríquez
1938-2017
CONTENIDO

CONTENTS

7-9 Presentación
Foreword

11-14 Publicaciones de Patricio Núñez Henríquez.


Publications of Patricio Núñez Henríquez.
Comité editor

15-28 Junius Bird y el Muelle de Piedra.


Junius Bird and the Rock Dock.
Benjamín Ballester

29-52 Aproximación facial de individuos arqueológicos de la costa arreica de Antofagasta.


Facial approximation of archaeological individuals from the interfluvic coast of
Antofagasta.
David Muñoz, Cristóbal Palacios y Pedro Andrade

53-63 Reflexiones sobre valor e intercambio de objetos en la costa de Atacama.


Reflexions about objets value and echange in the Atacama Coast.
Benjamin Ballester y Francisco Gallardo

65-67 Litos Geométricos (I).


Alex San Francisco

69-85 Caza tradicional de la albacora: Imaginario y patrimonio intangible de los pescadores


de Taltal.
Tradicional hunting of the albacore: imaginary and intangible hetitage of a ficherman of
Taltal.
Javier Escobar

87-102 Travesía en un mar de historias.


Crossing in a sea of stories.
Pedro Rojas

103-123 Basuras y fiebre: Escena de una crisis sanitaria en Tocopilla (1882-1925).


Gabage and fever: scene of health crisis in Tocopilla (1882-1925).
Damir Galaz-Mandakovic

125-140 Antesala de una delimitación fronteriza regional: hitos del tratado de 1866.
Atechamber of a regional border limitation: milestones of the 1866 treaty.
Héctor Ardiles y Wilfredo Santoro

141-142 Normas editoriales.


Revista Taltalia Nº 10 (2017), pp. 07-09

PRESENTACIÓN

FOREWORDS

Posicionar una revista especializada, no es fácil, por esto, junto con celebrar el número 10 de nues-
tra publicación periódica y agradecer el compromiso de todos los autores que han colaborado
con este medio en estos largos años, lamentamos la partida de uno de nuestros más importantes
colaboradores y amigo, Patricio Núñez Henríquez. Patricio Núñez, nace en la ciudad de Santiago
el 10 de enero de 1938, iniciando sus estudios universitarios en el Instituto Pedagógico de la
Universidad de Chile para recibirse como Profesor de Historia y Geografía con especialización
en arqueología. Sus primeros trabajos como arqueólogo los realiza en la década del 60 del siglo
pasado, asistiendo al Profesor Bernardo Berdichewsky en las excavaciones arqueológicas de un
conchal de la costa central de Chile, aproximándose por primera vez al estudio de las poblaciones
que habitaron el litoral de nuestro país. Posteriormente, acompaña al arqueólogo norteamericano
Junius Bird en las excavaciones en cueva Fell en la Patagonia Chilena, asiste a las excavaciones en
el sitio paleoindio de Tagua Tagua junto a Julio Montané y tras una breve estadía en Isla de Pascua,
se traslada definitivamente al norte del país, integrándose a la sede Norte de la Universidad de
Chile, actualmente Universidad de Antofagasta donde trabajó hasta su jubilación. En esos años,
participa en numerosos proyectos arqueológicos en la costa e interior del Norte Grande, en sitios
como; Caleta Huelén, Tiliviche, Pisagua, Camarones, Tarapacá, Huatacondo, Tulor, Socaire y
posteriormente Taltal. Su primera aproximación a nuestra ciudad, se produce a mediados de la
década del 90 del siglo pasado, cuando la Universidad del Antofagasta inicia las “Escuelas de
Temporada”, actividad de extensión de la Universidad en que se impartían una serie de cursos de
diversas temáticas orientados a la comunidad. Patricio, destacaba con sus cursos con temáticas
relacionadas con la prehistoria de Chile y el mundo andino acompañadas de exposiciones
museográficas. Algunos de los cursos dictados por él en esas jornadas en Taltal fueron: Filosofía
y pensamiento Andino; Taltal en la prehistoria del norte de Chile; El arte taltalino prehispano
y su entorno inmediato; Taltal prehispano; Arte andino; El feminismo en el norte; Arqueología
y museografía de Taltal junto a las exposiciones museográficas: Raíces andinas; Diseños de
la textilería del norte de Chile; Habitantes prehispanos del litoral del norte de Chile; Nuestras
identidades; Arte preincaico del norte de Chile y Vivir el mar. A principios de la década del
2000, se integra como investigador adjunto al Museo Augusto Capdeville de Taltal, participando
en diversos proyectos de investigación y jornadas de divulgación del patrimonio arqueológico
e histórico del litoral de la región. La figura de Patricio Núñez, fue de gran importancia para la
concreción de una institucionalidad museográfica en el extremo sur de la región de Antofagasta
y el nacimiento de la revista Taltalia, órgano de difusión del Museo Augusto Capdeville Rojas.
Gracias Patricio por tu invaluable aporte al conocimiento de nuestra historia.

El comité editor presenta “Publicaciones de Patricio Núñez Henríquez”, una lista de publicaciones
del autor, quien a lo largo de su vida profesional tuvo una dilatada obra escrita, donde destacan
libros científicos y de divulgación científica, capítulos de libros, artículos para revistas chilenas y
extranjeras, contribuciones de actas de congresos junto a una serie de manuscritos no publicados
en vida.
8

Benjamín Ballester es el autor de “Junius Bird y el Muelle de Piedra”, crónica del viaje del
arqueólogo norteamericano en la década del 40 del siglo XX al norte de Chile, en donde realiza
estudios sistemáticos en los sitios arqueológicos de Arica, Pisagua, Bajo Molle, Mejillones,
Antofagasta y Taltal. Ballester desvía su mirada al sitio arqueológico Muelle de Piedra, lugar
donde el arqueólogo norteamericano establece su campamento base durante su estadía en Taltal
y que gracias a una monografía publicada por él en 1943, conocemos un pequeño fragmento del
resultado de sus indagaciones arqueológicas en el sitio, y que a diferencia del clásico conchal
de Morro Colorado, nunca más fue estudiado. El autor, nos presenta la preparación previa del
viaje de Bird, pasajes cotidianos de su estadía en el puerto y su relación con los lugareños, esto,
gracias al material arqueológico y documental de Junius Bird depositado en el American Museum
of Natural History de New York.

David Muñoz, Cristóbal Palacios y Pedro Andrade nos presentan los resultados del proyecto
“Aproximación facial de individuos arqueológicos de la costa arreica de Antofagasta”. Los autores
a través de la aplicación de técnicas de aproximación facial tridimensional (3D) esculturales, en
siete cráneos arqueológicos hallados en la costa arreica de diversos periodos de la prehistoria,
buscan identificar ciertos rasgos típicos en la fisonomía de estos individuos con la finalidad de
compararlos con las descripciones fenotípicas de los Changos etnohistóricos, que habitaron la
costa de la región en momentos históricos y republicanos.

Benjamín Ballester y Francisco Gallardo dedican su trabajo al ensayo “Reflexiones sobre valor
e intercambio de objetos en la costa de Atacama”. Los autores reflexionan sobre la naturaleza de
los intercambios de bienes y productos, desde los más tempranos encuentros entre navegantes
europeos y pescadores en el litoral de atacama, en que destacan las escenas de trueque
e intercambio de productos foráneos y pescado seco como producto de intercambio por las
comunidades costeras. Ballester y Gallardo plantean que a diferencia del modelo funcionalista, los
valores de los objetos cambiados fueron multidimensionales y polisémicos, cargados de sentido y
alusivos a una esfera relacional.

Alexander San Francisco se sumerge en el examen de los Litos Geométricos de morfología


Huentelauquén con el ensayo “Litos Geométricos (I)”. El autor, quien nos tiene acostumbrados
al análisis en profundidad de los temas abordados, con una particular metodología, va más allá
de las ciencias sociales al preguntarse del significado dado a las formas poligonales y dentadas
por diversos autores, quienes al desconocer su real sentido, establecen supuestos compartidos y
normados.

Javier Escobar nos da a conocer el resultado de su investigación “Caza tradicional de la Albacora:


imaginario y patrimonio intangible de los pescadores de Taltal”. Con un enfoque proporcionado
por la Antropología interpretativa cuya metodología es esencialmente la etnografía, el autor
contribuye con una mirada diversa al estudio de las prácticas culturales vinculadas a la caza de la
albacora en la comuna de Taltal en el contexto del siglo XXI, que producto del dinamismo propio
de la cultura, determinadas prácticas se han ido perdiendo. El autor analiza sus supervivencias,
sus imaginarios e indaga es sus disonancias territoriales.

Pedro Rojas Herrera es el autor de “Travesía en un mar de historias”, quien en un análisis diacrónico
de la historia presenta una investigación orientada a conocer la evolución de la industria pesquera
en la localidad de Mejillones, de sus inicios como pesca artesanal, la instalación de la pesca
semi industrial a partir de la década del 40 del siglo XX y su derivación a pesca industrial en
9

la actualidad. Analiza las repercusiones de la industria a través del tiempo y las consecuencias
económicas y sociales de este proceso en la población de Mejillones.

Damir Galaz-Mandakovic presenta el texto “Basuras y fiebre: escena de una crisis sanitaria
en Tocopilla (1882-1925)”. El autor analiza la crítica escena sanitaria de Tocopilla en el periodo
de la postguerra, caracterizando el proceso local relacionado con el descontrol sanitario y la
constitución de una vulnerabilidad infecciosa en el puerto salitrero desde 1882 hasta 1925 y
examina la reacción de la elite local ante el aumento de los depósitos de basuras y el consecuente
brote de fiebre amarilla como resultado de las articulaciones transfronterizas del puerto. El autor
indaga, como derivación de esta crisis, la conformación de un frente biopolítico en manos de
estadounidenses que proyectaron reordenar el territorio con el objetivo de obtener un proceso
capitalista exitoso.

Héctor Ardiles y Wilfredo Santoro entregan un interesante trabajo sobre “Antesala de una
delimitación fronteriza Regional: Hitos del Tratado de 1866”. Los autores en un enfoque local
y regional, exploran los antecedentes históricos de la instalación de los hitos fronterizos entre
Bolivia y Chile en el litoral de la II región y los conflictos limítrofes derivados de la conformación
de los Estados Nacionales a principios del siglo XIX.
Revista Taltalia Nº 10 (2017), pp. 11-14

PUBLICACIONES DE PATRICIO NÚÑEZ HENRÍQUEZ

PUBLICATIONS OF PATRICIO NÚÑEZ HENRÍQUEZ

COMITÉ EDITORIAL

Patricio Núñez escribió toda su vida. En una entrevista realizada un par de años antes de su fa-
llecimiento, Patricio relata que a sus apenas doce años de edad ya había comenzado a redactar
una Historia de Chile que contenía varias páginas, obra inconclusa que tal vez yace aún arrimado
entremedio de libros en su antigua biblioteca. Sus únicos escritos conocidos y publicados datan
de un par de décadas después y luego de haber finalizado su formación en la carrera de Historia
con especialidad de Arqueología en la Universidad de Chile en Santiago. El primero de ellos es de
1970 cuando tenía 32 años, en la revista estadounidense American Antiquity. Desde ese momento
se mantuvo escribiendo de forma constante por más de 47 años seguidos, hasta el momento de
su fallecimiento.

Si tuviéramos que hacer un balance cuantitativo, veríamos que a lo largo de su vida cosechó un
enorme volumen de publicaciones, destacando dieciséis libros en veintiún años, veintisiete artí-
culos en numerosas revistas chilenas, argentinas, panameñas y estadounidenses, tres capítulos
de libros, doce contribuciones en actas y memorias de congresos en Chile, Argentina, Perú e
Inglaterra. A esto se suman cinco manuscritos que lamentablemente nunca fueron publicados.
Su legado escrito posee hoy un valor incalculable que se volverá sin lugar a dudas cada vez más
significativo para las futuras generaciones.

Libros: Núñez, P. 2001. Nuestras Identidades: Re-


flexiones. A propósito de la prehistoria de Ta-
Núñez, P. 1995. Diseños en la textilería rapacá y Antofagasta. Universidad de Antofa-
del Norte de Chile. Guía de exposición. gasta, Antofagasta.
Universidad de Antofagasta, Antofagasta.
Muñoz, E., P. Núñez y M. Bahamondes 2001.
Núñez, P. 1998. Colecciones Artísticas Conservación y Restauración del sitio arqueo-
Arqueológicas del Norte de Chile. Universidad lógico Nº 19 de San Pedro de Atacama. Minis-
de Antofagasta, Antofagasta. terio de Educación, Consejo de Monumentos
Nacionales, Santiago.
Núñez, P. 1999. Doce Milenios. Una visión
Social de Género de la Historia del Norte Núñez, P. 2002. Visión histórica del arte
Grande de Chile. Universidad de Antofagasta, preinkaico. Norte de Chile. Universidad de
Antofagasta. Antofagasta, Antofagasta.

Núñez, P. 2000. El Poder en las comunidades Núñez, P. 2002. Chacance. Los primeros Pam-
prehispánicas del Norte de Chile. Universidad pinos. Impresión Ercilla S. R. L., Antofagasta.
de Antofagasta, Antofagasta.
12 TALTALIA, N° 10, 2017

Núñez, P. 2003. Vivir el mar. Universidad de Núñez, L., V. Zlatar y P. Núñez 1972. Reciente
Antofagasta, Antofagasta. prospección de sitios arqueológicos compo-
nentes de un circuito transhumántico entre
Núñez, P. y R. Contreras 2003. Pinturas pre- costa y el borde occidental de la Pampa del
hispánicas de Taltal. Impresión Ercilla S.R.L., Tamarugal, Norte de Chile. Etnia 16: 1-6.
Antofagasta.
Núñez, L., V. Zlatar y P. Núñez 1973. Nota
Núñez, P. 2005. Vivir y morir en los Andes. complementaria a: Reciente prospección de
Universidad de Antofagasta, Antofagasta. sitios arqueológicos componentes de un cir-
Vaïsse, E., F. Hoyos y A. Echeverría y Reyer cuito transhumántico entre costa y el borde
2006 (1895). Glosario de la Lengua Atacameña. occidental de la Pampa del Tamarugal, Norte
Reedición de P. Núñez. Universidad de Anto- de Chile. Etnia 17: 26-27.
fagasta, Antofagasta. Núñez, P. 1974. Nota sobre la aldea preagrí-
Contreras, R., J. Cruz, A. Llagostera, H. Garcés, P. cola de Caleta Huelén 42, desembocadura del
Núñez, O. Rodríguez, H. Gárate y G. Becerra río Loa. Norte de Chile. Serie Documentos de
2007. Los Bronces-1: Un asentamiento de Trabajo 5: 27-43.
5.500 años en la costa de Taltal. Museo Au- Núñez, P. y V. Zlatar 1974. Tarapacá Viejo. Se-
gusto Capdeville Rojas, Taltal. rie de Documentos de Trabajo 5: 2-4.
Núñez, P. 2009. Tawantinsuyu y España: Dos Núñez, L., V. Zlatar y P. Núñez 1974. Caleta
tradiciones y el siglo XVI con tópicos de ciencia Huelén-42: una aldea temprana en el norte
y tecnología. Universidad de Antofagasta, An- de Chile (Nota preliminar). Hombre y Cultura
tofagasta. 2(5): 67-103.
Núñez, P. 2015. El arte de navegar y de la Núñez, P. y B. Marinov 1975. Los hombres, el
construcción naval. La época de Cristóbal Co- mar y el Museo Arqueológico de la Universi-
lón y conquista del Tawantinsuyu y Chile. Mu- dad de Chile: 6.000 años de historia regional.
seo Augusto Capdeville Rojas de Taltal, Taltal. Panorama 1(1): 21-25.
Núñez, P. 2016. Vivir después de soñar. Colec- Núñez, P. y V. Zlatar 1975. Aragón-1 taller y
ción Bergantín Águila, Museo Augusto Capde- basurero precerámico (Informe Preliminar).
ville Rojas de Taltal. Panorama 1(1): 13-19.

Núñez, L., V. Zlatar y P. Núñez 1975. Un cir-


cuito transhumántico entre la costa de Pisagua
Artículos en revistas:
y el borde occidental de la Pampa del Tamaru-
gal. Estudios Atacameños 3: 45-48.
True, D., L. Núñez y P. Núñez 1970. Archaeo-
logical Investigations in Northern Chile: Pro- Núñez, L., V. Zlatar y P. Núñez 1975. Rela-
ject Tarapaca. Preceramic Resources. Ameri- ciones prehistóricas trasandinas entre N.O.
can Antiquity 35(2): 170-184. argentino y norte chileno (período cerámico).
Serie Documentos de Trabajo 6: 1-25.
True, D., L. Núñez y P. Núñez 1971. Tarapaca
10: A Workshop Site in Northern Chile. Proce- Núñez, P. 1976. En torno a la Arqueología y
edings of the American Philosophical Society la Restauración Monumental. Serie de Docu-
115(5): 398-421. mentos de Trabajo 7: 9-14.
PUBLICACIONES DE PATRICIO NÚÑEZ HENRIQUEZ 13

Núñez, P. y V. Zlatar 1977/1978. Actividades Contreras, R., P. Núñez, A. Llagostera, J. Cruz,


en la Comuna de Pisagua. Boletín del Museo A. San Francisco, B. Ballester, O. Rodríguez y
Arqueológico de La Serena 16: 42-52. G. Becerra 2011. Un conglomerado del perío-
do Arcaico costero Medio del área Taltal Pa-
Núñez, P. 1981. Camino del Inca. Creces 2: poso, Norte de Chile. Taltalia 4: 7-31.
48-59.
Núñez, P. 2014/2015. Copiapó: Conquista, Pe-
Núñez, P. 1983. Aldeas Tarapaqueñas. Notas y ríodo Colonial y el mar. Taltalia 7/8: 85-100.
Comentarios. Chungara, Revista de Antropolo-
gía Chilena 10: 29-37. Núñez, P. 2016. El sueño de la Ilustración del
siglo XVIII: su presencia en el Norte de Chile.
Núñez, P. 1984. La Antigua aldea de San Lo- Taltalia 9: 107-129.
renzo de Tarapacá. Norte de Chile. Chungara,
Revista de Antropología Chilena 13: 53-65. Núñez, P. 2017. Chile durante los meses de
enero y febrero de 1817. Revuelta Prehistórica
Núñez, P. 1986. Arqueología y restauración 1: 4-9.
monumental: Dos ciencias sociales. Chun-
gara, Revista de Antropología Chilena 16-17:
275-278.
Capítulos de libros:
Núñez, P. 2004. Arqueología y cambio social:
una visión de género y materialismo históri- Núñez, P. 1996. Artesanías atacameñas, Iden-
co para el norte de Chile. Chungara, Revista tidad y Tradición. En Artesanía tradicional ata-
de Antropología Chilena, Volumen Especial, cameña de la segunda región. Universidad de
Tomo I: 441-451. Antofagasta, Antofagasta.
Núñez, P. y R. Contreras 2008. El arte rupestre Núñez, P. 1997. Mujer, hombre y Desierto cos-
de Taltal norte de Chile. Taltalia 1: 77-85. tero. Período prehispano. En Habitantes indí-
genas prehispanos del Norte de Chile. Univer-
Contreras, R., J. Cruz, H. Garcés, A. Llagostera,
sidad de Antofagasta, Antofagasta.
P. Núñez, O. Rodríguez, G. Becerra y H. Gá-
rate 2008. Los Bronces-1: Un asentamiento de Núñez, P. 1998. A propósito del Arte Rupestre
5.500 años en la costa de Taltal. Taltalia 1: 61- en Chile. En Colecciones artísticas arqueológi-
74. cas del Norte de Chile. Universidad de Antofa-
gasta, Antofagasta.
Contreras, R., P. Núñez y O. Rodríguez 2008.
El Médano: reflexiones antropológicas en tor-
no a la cosmovisión de los habitantes prehis-
panos de la costa sur del Norte Grande. Talta- Publicaciones en Actas
lia 1: 87-122. de Congresos:
Núñez, P. y R. Contreras 2009. A propósito de Goñi, A. y P. Núñez 1971. Cueva 85, Distrito
una miniatura de balsa en Taltal, contemporá- Tahai, Isla de Pascua. En Actas del VI Congre-
nea con Chinchorro. Taltalia 2: 98-110. so Nacional de Arqueología Chilena, pp. 371-
Núñez, P. y R. Contreras 2011. Arte abstracto 396. Boletín de Prehistoria de, Número Espe-
y religiosidad en el arcaico costero medio de cial, Santiago.
Punta Negra-1c, Paposo Taltal. Norte de Chile. Bird, J. y P. Núñez 1972. Fell›s Cave revisited,
Taltalia 4: 33-62. Recentwork at a Chilean Paleo-Indian site
14 TALTALIA, N° 10, 2017

near Magellan Strait. En Actas y Memorias del Interpretativo. Ponencia presentada en VI Sim-
XXXIX Congreso Internacional de Americanis- posio Internacional de Arte Rupestre. San Sal-
tas, Volumen 1, pp. 93. Institutos de Estudios vador de Jujuy, Argentina.
Peruanos, Lima.
Núñez, P. y R. Contreras 2004. El arte rupestre
Núñez, P. y V. Zlatar 1976. Radiometría de de Taltal, norte de Chile. En Actas del V Con-
Aragón-1 y su implicancia en el precerámi- greso Chileno de Antropología, Tomo 1, pp.
co costero del norte de Chile. En Actas del IV 348-357. Colegio de Antropólogos de Chile A.
Congreso Nacional de Arqueología Argentina, G, San Felipe.
pp. 105-117. Museo de Historia Natural de San
Rafael, Mendoza. Núñez, P. y R. Contreras 2010. Propuesta de
valorización del sitio arqueológico Los Bron-
Núñez, P. y V. Zlatar 1978. Tiliviche-1b y Ara- ces-1. Taltal, norte de Chile. En Actas del III
gón-1 (Estrato-V); dos comunidades precerá- Congreso Chileno de Conservación y Restau-
micas coexistentes en Pampa del tamarugal, ración: patrimonio, conservación y ciudada-
Pisagua-Norte de Chile. En Actas y Trabajos nía, pp. 70-86. Asociación Gremial de Con-
del III Congreso Peruano El Hombre y la Cultu- servadores y Restauradores de Chile, Santiago.
ra Andina, Tomo II, pp. 734-756. Lima.

Núñez, P. y V. Zlatar 1980. Coexistencia de


comunidades recolectoras-cazadoras. En Ac- Otras publicaciones:
tas del V Congreso Nacional de Arqueología
Argentina, Tomo I, pp. 79-92. San Juan. Núñez, P. “La dictadura durante la reconquista
en Chile”. Le Monde Diplomatique.
Núñez, P. 1982. Significado del Pukara de
Quitor, Norte de Chile. En Resúmenes del 44° Núñez, P. Chile durante los meses de enero y
Congreso Internacional de Americanistas, pp. febrero de 1817. Le Monde Diplomatique.
157-158. School of Geography Manchester
Núñez, P. “La vida cotidiana, género y pro-
University, Manchester.
ceso social en las comunidades patriarcales
Núñez, P. 1991. Sobre la economía prehis- preinkaicas. Norte de Chile”. Manuscrito.
pánica de Socaire. Norte de Chile. En Actas
Núñez, P. 1969. “Informe de recientes trabajos
del XI Congreso de Arqueología Chilena, pp.
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201-210. Sociedad Chilena de Arqueología,
do”. Manuscrito.
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Núñez, P. 1976. “Comunicación sobre un si-
Núñez, P. 1993. Posibilidades agrícolas y po-
tio de cazadores en el altiplano de Tarapacá:
blación del Incario en el área atacameña. Nor-
Cariquima-1, Pisagua. Norte de Chile”. Manus-
te de Chile. En Actas de XII Congreso Nacional
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Museo Regional de la Araucanía, Temuco.

Núñez, P. 1998. Estudio del arte y la artesanía


prehispánicas en el norte de Chile. En Actas
del III Congreso Chileno de Antropología,
Tomo I, pp. 350-361.Colegio de Antropólogos
de Chile A. G, Temuco.

Núñez. P. y R. Contreras 2003. Las Pinturas


Prehispanas de Taltal: Análisis Descriptivo e
Revista Taltalia Nº 10 (2017), pp. 15-28

JUNIUS BIRD Y EL MUELLE DE PIEDRA

JUNIUS BIRD AND THE ROCK DOCK

BENJAMÍN BALLESTER1

RESUMEN

Hace casi setenta y seis años que Junius Bird visitó Taltal. En la era de la arqueología de las reinvenciones
su legado se difumina. Esta es una crónica de su viaje y estadía en Taltal. Comienza desde sus preparati-
vos en New York, su arribo a Lima, el paso por Arica, Pisagua, Bajo Molle, Mejillones, Antofagasta, hasta
llegar a Taltal. La imagen más aludida es la menos conocida, su campamento-el campamento de quien
vino a estudiar campamentos. El sitio olvidado se dibuja luego de décadas de invisibilización ante la som-
bra del monumentalizado Morro Colorado, ícono del déjàvu arqueológico de Taltal.

Palabras claves: Taltal, Junius Bird, Historia de la Arqueología, Asentamiento.

ABSTRACT

Almost seventy six years ago Junius Bird visited Taltal. In the Archaeology of the reinventions era his le-
gacy fades out. This is a chronic of his trip and stay in Taltal. Begins in his preparations in New York, the
arrive to Lima, the pass by Arica, Pisagua, Bajo Molle, Mejillones, Antofagasta, until get to Taltal. The most
alluded image is the less known, his camp-the camp from how came to study camps. The forgotten site is
drawn after decades of been invisible by the shadow of the monumentalized Morro Colorado, icon of the
Taltal’s archaeological déjà vu.

Keywords: Taltal, Junius Bird, History of archaeology, Settlement.

UMR 7041 ArScAN, Équipe Ethnologie Préhistorique, Université Paris 1 Panthéon Sorbonne, Francia.
1

benjaminballesterr@gmail.com
16 TALTALIA, N° 10, 2017

El muelle de piedra de Taltal todavía atesora PRELUDIO AL MUELLE


uno de los sitios arqueológicos más importan- DE PIEDRA
tes de la historia del litoral desértico. Parado-
jalmente nunca ha sido estudiado, a diferencia El viaje de Junius Bird comenzó meses antes
de su célebre vecino el Morro o Cerro Colo- de tocar el desierto de Atacama, en su oficina
rado que ha acaparado por más de un siglo la ubicada en el quinto piso del Museum (Mo-
atención de los aficionados a las antigüedades rris 1985). Entre sus documentos personales,
por su monumental promontorio de basuras algunos escritos a mano alzada y otros meca-
y cementerios (Andrade y Salazar 2011). Aún nografiados, abundan hojas con esquemas y
hoy este morro continúa siendo insaciable- resúmenes de las anteriores investigaciones
mente intervenido, como si el tiempo no trans- arqueológicas en el norte de Chile. Leyó pro-
curriera junto a los batolitos costeros. funda y minuciosamente a Max Uhle, Augusto
Capdeville, Ricardo Latcham, Aureliano Oyar-
El sitio del cual hablo no es vestigio de los
zún y Francisco Cornely, así como también a
changos, ni de Proanches o Camanchacas,
John Blake, Isaiah Bowman, Oswald Evans,
tampoco de sus ancestros prehispánicos –tal
Amadeo Frezier, Tomás Guevara, José Toribio
vez ahí radique su desdén y olvido, ya que no
Medina y Carl Skottsberg. Parte de estos libros
remite al codiciado ser primitivo americano.
y artículos colman su biblioteca. Junto a los re-
Al contrario, se trata del rastro de uno de sus
súmenes se dibujan impresiones y reflexiones
más grandes e importantes investigadores. Fue
íntimas, además de esquemas y comparacio-
aquí donde el arqueólogo norteamericano
nes con vaivenes temporales y regionales.
Junius Bird instaló en la navidad de 1941 su
campamento base para su estadía de trabajo No hay que olvidar que Junius Bird ya conocía
en Taltal, luego de su paso por Antofagasta y Chile. Había viajado junto a Peggy McKelvy
antes de partir rumbo sur hacia La Serena. a los fiordos australes en su luna de miel, na-
vegando en un pequeño cutter desde Puerto
Gracias a su monografía publicada en 1943
Montt hasta la Isla Navarino entre 1934 y 1937
conocemos en detalle sus excavaciones y los
(Bird 1988; Rivera 1983; Wisler 2009). Adicio-
materiales que recuperó, pero muy poco sa-
nalmente, algunos de sus colegas del museo
bemos acerca de su estancia y experiencia en
tenían proyectos en Perú y Bolivia, por lo que
Taltal. Las páginas que siguen corresponden a
publicaciones, historias de viaje y anécdotas
una breve crónica de su paso por el puerto sa-
rondaban regularmente los pasillos y salones
litrero, su preparación previa al viaje, su cam-
del edificio-no le fue difícil hallar las fuentes.
pamento, acompañantes y algunas anécdotas
Sus principales referencias fueron principal-
de su permanencia; texto alimentado gracias
mente Augusto Capdeville, Max Uhle y Ri-
al material arqueológico y documental depo-
cardo Latcham, con este último cruzó varias
sitado en el American Museum of Natural His-
cartas para organizar la expedición e instruirse
tory de New York.
acerca de aspectos legales de la excavación
en Chile.

El proyecto fue patrocinado y financiado por


el Institute of Andean Research, que por aque-
llos años recibía dinero del Departamento de
Estado del Gobierno de Estados Unidos como
parte de un extenso programa de investigacio-
nes arqueológicas en Latinoamérica (Daggett
2009; Willey 2009). En la práctica, las activi-
JUNIUS BIRD Y EL MUELLE DE PIEDRA 17

dades de Junius Bird estaban bajo la dirección probablemente de finales del 20’ o inicios del
nominal del arqueólogo Duncan Strong (1941, 30’. El 7 de octubre la expedición sale de Ari-
1943), con quien se envió cartas durante toda ca en este vehículo, ahora acoplado a un carro
la expedición -podría decirse que fue su cóm- de arrastre de un solo eje que ellos mismos
plice. construyeron para transportar los materiales
y el campamento. La jornada siguiente entran
a Pisagua y a los pocos días se les integra la
Doctora en Filología Grete Mostny que venía
RUTA AL MUELLE DE PIEDRA
desde Santiago para acompañarlos por todo
el resto del viaje, recomendada directamente
El día 6 de junio de 1941 Junius Bird junto a
por su superior en Museo de Historia Natural
su esposa Peggy McKelvy y sus tres hijos, Ro-
Ricardo Latcham –todo había sido coordinado
bert, Harry y Thomas, salen de New York con
previamente por carta. Aquí se quedan hasta
destino a Lima, Perú. Arriban el día 18 y se
el 30 de noviembre. El primero de diciembre
quedan casi un mes junto a Duncan Strong
se detienen en Punta Molle al sur de Iquique
y Gordon Willey realizando los preparativos
(Figura 1), lugar que los alberga hasta el 12
para el viaje por venir. El 17 de julio dejan
del mismo mes. Terminadas las desconocidas
Lima rumbo al sur, y a los dos días llegan a
faenas arqueológicas en esta punta, parten ha-
Arica. Sin mucho descanso el 22 comienzan
cia el sur a examinar las bahías y roqueríos
sus labores de excavación en los faldeos del
de Mejillones, Antofagasta y Punta Jorge a los
Morro, días entre los cuales planifica la ruta de
pies de Morro Moreno. El 23 de diciembre de-
los meses siguientes. Junius Bird en sus cartas
jan Antofagasta y para llegar el 25 de diciem-
y artículo constantemente enfatiza que buscó
bre a Taltal. En este lugar se quedan hasta el 10
integrar alumnos y jóvenes profesionales de
de febrero del año siguiente, en total 48 días.
la arqueología chilena en su expedición, ta-
rea que no logró por falta de interesados. Sin
embargo, gracias a recomendaciones de Di-
llman Bullock logró incorporar a Hugo Yávar ESTANCIA EN EL MUELLE
en las excavaciones desde Arica hasta el final DE PIEDRA
del viaje, un graduado de la Escuela Agríco-
la de Angol. Con él estableció una estrecha e El arribo de Junius Bird a Taltal estuvo acom-
íntima relación, salían a cazar libélulas en los pañado de inquietudes y preocupaciones; en
alrededores de Arica e hicieron un insectario parte su cabeza no estaba en Atacama. El 8
de especímenes de la costa desértica. Al poco de ese mismo mes, mientras acampaban en
tiempo ya se jactaba de haber formado a un Punta Molle, Estados Unidos oficializaba su
arqueólogo en Chile. El hijo de Hugo Yávar, ingreso a la Segunda Guerra Mundial luego
quien portaba su mismo nombre, lo acompa- del ataque de los japoneses a Pearl Harbour,
ñó décadas después en las excavaciones en y a los pocos días Alemania y sus aliados le
Cueva de Fell –la relación se prolongó a través declaraban la guerra formalmente. Junius Bird
del tiempo y las generaciones. cuenta que la batería de la única radio que po-
seían se había estropeado justo ese mismo día,
El 8 de agosto viajan a Iquique por sólo cua- por lo que el resto del viaje lo hicieron casi sin
tro días a comprar el vehículo con el que con- noticias acerca de los trascendentales aconte-
tinuarán la expedición, un Ford Lincoln que cimientos mundiales. En una de sus cartas a
adornó buena parte de las fotografías posterio- Duncan Strong relata, “It doesn’t seems right
res. En algunas de ellas es posible de apreciar to be sitting down here trying to figure out
que se trataría de un Model-L descapotable, what some poor Indians did for a living and for
18 TALTALIA, N° 10, 2017

Figura 1: La Ruta costera al sur de Iquique camino hacia Punta Molle. Calle de tierra, arenales y tráfico vehicular en los
primeros días de diciembre de 1941, sector de Primeras Piedras –hoy se encuentra completamente urbanizado y dentro
de la ciudad.

pastime a couple of thousand years ago when la 1:40.000 del territorio nacional gracias a un
so much is happening elsewhere”. convenio de este estado Norteamericano con
el de Chile, los llamados vuelos Trimetrogon,
No obstante, en parte esta contingencia mun- todo esto en pleno desenlace de la Segunda
dial es la que había traído inicialmente hasta Guerra Mundial -evidentemente no fue mera
acá a Junius Bird. La preocupación estadou- coincidencia de fechas y acciones, más aún
nidense por Latinoamérica estaba relacionada por el despliegue logístico que implicó. Entre
a los acontecimientos mundiales, como la ex- 1954 y 1956 se repite la iniciativa a través de
pansión territorial y el control de ciertas gran- los vuelos Hycon en asociación a una entidad
des potencias sobre nuevos territorios; de ahí dependiente del Ejército de Estados Unidos.
el interés del Departamento de Estado por in- Una de estas últimas fotografías encuadra
vertir tales cifras de dinero y personal en estas en un mismo plano toda la bahía de Nuestra
incursiones que abarcaban desde México has- Señora de Taltal, desde la Puntilla Sur hasta
ta la Patagonia austral (Strong 1943). Por aque- Punta Grande, a poco más de una década des-
llos años las costas del Pacífico se convirtieron pués de la estancia de Junius Bird en el Muelle
en un foco de atención mundial, especialmen- de Piedra (Figura 2).
te por el avance japonés. Realidad que queda
de manifiesta también en otros ámbitos aje- En la imagen se aprecia claramente el Taltal
nos a la investigación científica, y uno de los de los años 50’, y al norte el Hueso Parado, el
mejores ejemplos son las primeras fotografías Morro Colorado y la Punta Morada, los prin-
aéreas del territorio chileno. En 1944 y 1945 cipales referentes del trabajo de Junius Bird en
un escuadrón aéreo fotogramétrico de Estados la región. Estos dos últimos hitos los destaca
Unidos realizó más de 300 fotografías a esca- él mismo con un lápiz a tinta en su fotografía
JUNIUS BIRD Y EL MUELLE DE PIEDRA 19

Figura 2: Fotografía aérea de la bahía de Nuestra Señora de Taltal tomada en 1956 por los vuelos Hycon (IGM).

tomada con luz de mañana desde la parte alta esplendor. El camino lo secciona transversal-
del acantilado litoral, desde una elevación de mente, y en la parte baja y a la derecha de la
1800 pies –unos 550 msnm– (Figura 3). Tanto imagen destacan conjuntos de orificios y mon-
en la imagen aérea como en la terrestre, el tículos que parecen corresponder a uno de los
escenario geográfico asombra por su inmen- antiguos y famosos cementerios del morro;
sidad y sus planos extendidos, por la apertura como se ve, completamente saqueado. Hacia
del campo visual, en especial debido a la au- el otro lado del camino el terreno se encuentra
sencia de esa enorme masa de relave que hoy aún más removido, lo que no es de extrañar
contamina la playa. si consideramos que ya en las fotografías pre-
vias de Augusto Capdeville (1914-1924) y de
Por aquellos años el camino rumbo norte ha- Samuel Lothrop (1929-1930) este sector parece
cia Paposo ya existía, cortando de paso ambos un enorme campo de batalla. Casi al centro de
hitos geográficos y arqueológicos. En otra de la imagen, aunque levemente desplazado ha-
las fotografías de Junius Bird (Figura 4), tomada cia la derecha, se observa la unidad de exca-
también desde los faldeos del acantilado pero vación de Junius Bird junto a su harnero -debe
esta vez por sobre el Morro Colorado, puede ser la fotografía final de su excavación.
apreciarse su promontorio basural en todo su
20 TALTALIA, N° 10, 2017

Figura 3: Fotografía tomada por Junius Bird desde la parte alta del acantilado costero justo al sur de Punta Morada, en
1941.

Ante todos estos detalles tal vez pasa desa- color oscuro, bajo el cual una silueta huma-
percibido el que en este caso debiese ser el na erguida da a entender movimiento y acti-
centro de nuestra atención: el campamento de vidad; tal vez una cocina, un comedor o un
Junius Bird, su familia y acompañantes, justo lugar de trabajo, sin dudas un espacio común
en el margen derecho de la imagen. Desde por la ausencia de muros. En frente y hacia la
esta fotografía se nota únicamente un gran tol- cámara modela el Ford Lincoln, y a un costa-
do blanco y el Ford Lincoln algunos metros do el carro de arrastre estacionado. Junto a la
más allá. Sin embargo, si nos acercamos y to- otra carpa blanca, en dirección hacia la playa,
mamos un plano más cómodo y directo distin- un tendedero de ropa exhibe al menos ocho
guimos mejor las unidades que lo componen prendas colgadas que dan cuenta del ritmo
y su ordenamiento interno (Figura 5). Aprove- hogareño y cotidiano del campamento.
charon el llano abierto entre el Muelle de Pie-
dra y el morro para instalarse, empleando los Al bajar al llano de la playa el asentamiento
afloramientos de este último como protección se muestra en su máximo esplendor a los pies
y cobijo de los vientos del suroeste. Junto a las del ahora imponente morro (Figura 6). Ambas
rocas instalaron dos grandes carpas, idénticas carpas blancas se ven con mejor detalle,
una a la otra, en forma de “A” y dispuestas con bases de formas rectangulares y sus tol-
perpendicular al muro. Junto a una de ellas se dos laterales arremangados para aplacar con
delinea lo que parece ser un toldo recto, de corrientes de aire el fuerte calor del verano.
JUNIUS BIRD Y EL MUELLE DE PIEDRA 21

Figura 4: Fotografía del Morro Colorado tomada desde la parte alta el cerro. Atrás se ve la bahía y el farellón costero.

En su interior se distinguen enseres y algunos de una tela de color más oscuro. En la toma
muebles de habitación. El toldo que describi- ahora el Ford Lincoln tiene acoplado su carro
mos como oscuro ahora es blanco y radiante, y está dispuesto en otra dirección; diferencias
diferencia generada por el uso de dos films de composición que demuestran una clara dis-
diferentes para ambas tomas, la primera con continuidad temporal entre ambas fotografías
un Panatomic X y la segunda con un Intra-D. (Figuras 4 y 5).
Un sujeto de camisa blanca y pantalones ne-
gros manipula dos tambores cerca de lo que En las tres carpas que componían el campa-
pensamos es el espacio común, seguramen- mento debieron distribuirse la familia Bird,
te acarrea agua para el campamento. Hacia Grete Mostny, Hugo Yávar y una señorita ve-
el otro costado de las carpas, otro sujeto de nida desde Santiago que cuidaba a los niños
vestimenta similar quiebra maderas arrumadas y ayudaba con la cocina, llamada Palmira; en
junto al roquerío, probablemente se apronta total las ocho personas que por momentos de-
a encender fuego o avivar una hoguera. Ca- bían comprimirse dentro del Ford Lincoln. Pro-
jas cuadradas y rectangulares de madera y bablemente los cinco integrantes de la familia
metal adornan el escenario. En esta fotografía ocupaban una de las carpas grandes, mientras
no aparece el tendedero de ropa, pero si una la otra albergaba a las jóvenes santiaguinas, y
tercera carpa ausente en la anterior, de tama- la tercera y más pequeña pertenecía a Hugo
ño más pequeño, también en forma de “A” y Yávar –el orden también pudo ser diferente.
22 TALTALIA, N° 10, 2017

El campamento de Taltal fue por lo visto sin- inteligentemente el área de excavación estrati-
gular y distinto a los previos. En las fotogra- gráfica, aprovechando uno de los faldeos del
fías de Punta Molle se observan además de morro para sortear el área más intervenida y
las dos carpas blancas otras dos carpas aún disturbada del sitio (Figura 4). Debido a esto
su excavación quedó en una pendiente de casi
más grandes, del mismo color, una de las cua-
30°. Excavó primero una trinchera a lo largo y
les exhibe una bandera flameante izada en la
en la misma dirección de la pendiente, para
entrada. La carpa pequeña oscura también
luego realizar tres trincheras adicionales a su
protagoniza estas fotografías. Esto quiere decir costado hasta formar un cuadrado (Figura 7A).
que el campamento levantado en Taltal utili- Finalmente excavó el testigo central como un
zó únicamente una fracción de los enseres y solo bloque (Figura 7B). Esta estrategia le per-
aparejos disponibles –las razones no las co- mitió tener pleno control de la estratigrafía y
nocemos. las capas depositacionales del conchal, algo

Figura 5: Fotografía del campamento de la expedición Bird tomada por Grete Mostny seguramente desde el antiguo
camino litoral que iba hacia el norte.

La primera área de excavación arqueológica que aprendió gracias a su paso previo por los
se emplazó a no más de 50 metros hacia el complejos basurales de Punta Píchalo en Pisa-
suroeste del campamento. Se le llamó por esto gua. La misma técnica de trincheras forman-
Midden 1, mientras que a la posterior ubicada do un cuadrado para dejar un bloque como
en la Punta Morada se le denominó Midden testigo central la implementó en su Midden 2,
2 -simple secuencialidad. Junius Bird escogió en Punta Morada. Desde algunas fotografías se
JUNIUS BIRD Y EL MUELLE DE PIEDRA 23

Figura 6: Fotografía desde la playa del Muelle de Piedra hacia el campamento de la expedición Bird.

desprende que además de Junius Bird, Grete where you go, you see where someone has
Mostny, Peggy McKelvy y Hugo Yávar, había corkscrewed down into the ground”.
a lo menos dos trabajadores más colaborando
en las excavaciones. Mientras se realizaban las excavaciones el
equipo aprovechaba de entablar lazos y rela-
Junius Bird debe haber reflexionado mucho ciones con quienes por aquellos años visita-
acerca de cómo excavar estos sitios antes de ban la playa, tal como sucede en la actualidad
llegar a Taltal, ya que las referencias que tenía –las filmaciones de su estadía así lo reflejan
eran muy desalentadoras. En una de sus cartas (San Francisco 2014/2015). Me pregunto si el
enviadas a Duncan Strong desde Punta Molle campamento y las actividades arqueológicas
comenta que su amigo Samuel K. Lothrop le habrán sido tema entre los habitantes de Tal-
había dicho varias veces que Taltal era el peor tal; evidentemente estaban ahí, a la vista de
lugar que había conocido para excavar –no todos, no hablaban bien el español y se distin-
olvidemos que él visitó la zona en 1929-1930 guían por su color de pelo y tez blanca. El mis-
como parte de la Thea Heye-Lothrop Expe- mo Junius Bird en una de sus cartas comenta
dition to Chile del Museum of the American que al pasear por el pueblo sus niños llamaban
Indian de Estados Unidos. Sin embargo, infor- la atención de todos, y como buen bromista
mantes locales le habían asegurado a Junius le enseñó a su hijo Robert que cuando le pre-
Bird que los conchales de Pisagua eran aún guntaran su nombre respondiera “gringo feo”.
peores, por lo que habiendo superado con Pero Taltal por su historia salitrera y portuaria
éxito la prueba no halló más que aceptar el siempre ha bullido en extranjeros que se mez-
desafío de Taltal. Lamentablemente al llegar clan entre la comunidad. Así mismo las exca-
aquí observó que los dichos de su amigo eran vaciones en búsqueda de objetos y tesoros en
reales, y los sitios estaban completamente sa- ese morro han sido habituales por generacio-
queados y destruidos; en sus propias palabras, nes (Looser 1932), es más aún hoy en día lo
“I have never seen an area like it; no matter siguen siendo, por lo que seguramente los Bird
24 TALTALIA, N° 10, 2017

pasaron relativamente desapercibidos dada la un pequeño marsupial por todos desconoci-


particular historia del puerto y sus conchales. do, abundan nutrias o “gatos de mar” entre los
roqueríos de la Puntilla Sur, además de cormo-
Entre las personas que conocieron en la playa ranes, pelícanos, gaviotas y algunas perdices
destaca Pascual Sara. Sin dar luces acerca de al interior de Paposo. Según Pascual Sara los
quien se trataba realmente, Junius Bird lo men- lobos todavía se cazaban con arpones. Como
ciona en varias de sus cartas y anotaciones de combustible es común el uso de un arbusto
campo por convertirse en una suerte de infor- que llaman “huilla”, así como las algas secas.
mante clave acerca del paisaje litoral. En uno En lugares muy específicos aun crecen algu-
de sus encuentros lo interroga sobre cada uno nos algarrobos. Los guanacos son comunes
de los recursos costeros: En la zona existen entre febrero y marzo, esa es la mejor época
dos especies de zorro, el “chilla” y el “pulpeo”, para cazarlos, especialmente en el valle de Ci-
la chinchilla está casi extinta, hay roedores y

Figura 7: Dos instancias de la excavación de Morro Colorado: (A) Etapa de las


trincheras y formación del testigo central, cuatro trabajadores y una carretilla
adornan la fotografía; (B) Excavación del testigo central, hombre en la pala,
otro en la carretilla y Grete Mostny observa de lejos el harnero. En la tenida
masculina el sombrero es una constante.
JUNIUS BIRD Y EL MUELLE DE PIEDRA 25

funcho, al sur de Taltal. Él dice haber visto más EPÍLOGO AL MUELLE


de 80 en un solo día y en grupos tan grandes DE PIEDRA
de hasta 44 individuos.
El 10 de febrero el campamento ya estaba
Junius Bird alucinó con el guanaco costero, se
completamente desarmado y la expedición
nota en sus apuntes. Tanto así que salieron a
partía rumbo sur hasta La Serena en un viaje
cazar uno al interior de Cifuncho. Lograron su
de tres días cruzando el desierto. Hoy no exis-
cometido y sellaron la hazaña con una fotogra-
ten rastros de dicho asentamiento y cualquier
fía tipo trofeo de caza (Figura 8), a la derecha
evidencia arqueológica de él debe yacer bajo
Hugo Yávar y a la izquierda Pascual Sara, cada
las capas de conchilla fósil molida y arena
uno con su propio rifle –el primero además
blanca que arrojan a la playa para los turistas
lleva un cuchillo en el cinturón–, mientras al
del balneario. Tal vez si hacemos una excava-
centro posa el animal muerto en el portamale-
ción en el lugar encontremos a los 30 cm la
tas del Ford Lincoln. En el margen derecho de
capa Junius Bird, con tapas de botella de los
la foto aparece otro sujeto, un adolecente de
40’, clavos, estacas, botones de niños y adul-
identidad desconocida que también es prota-
tos, algunos alambres y una que otra lata de
gonista en otra fotografía de la serie de caza.
pescado. Posiblemente en la capa encontre-
Atrás de Pascual Sara se ve que el campamen-
mos también restos prehispánicos provenien-
to Bird no era el único en la playa ese día: un
tes de la excavación del Morro Colorado, des-
auto más moderno, una carpa blanca y un
cartados luego de su análisis o traídos por uno
quitasol. Tal fue la fascinación de Junius Bird
de los niños en sus juegos –ese fenómeno que
que en su cuaderno de campo, entre anota-
un arqueólogo llamaría una capa multicompo-
ciones sobre capas y choppes líticos, hizo un
nente, transicional, con elementos intrusivos,
dibujo del animal completo donde anotó las
o de tantas otras formas.
medidas exactas de cada una de sus unidades
anatómicas –cuello, cola, patas, estómago–, En una de las tomas fotográficas de Grete
en algunos casos incluyó hasta los ángulos del Mostny al campamento (Figura 5), tras la car-
cuerpo. En una carta escrita al doctor Clark pa blanca de la derecha se observa un rayado
Wissler, curador del área de Antropología del con pintura blanca donde se distinguen los
American Museum of Natural History de New motivos “PAN” y “0”, junto a otros poco com-
York, datada al 8 de enero de 1942 y con el prensibles también de trazos lineales. Hoy es-
título de “Muelle de Piedra, Taltal”, le infor- tos mismos afloramientos del Muelle de Piedra
ma que tratará de conseguir una piel y un es- están intensamente pintados mediante distin-
queleto de guanaco para las colecciones del tas técnicas, estilos, pinturas y colores (Figura
museo, ya que no recuerda haber visto uno 9:A). Existen claras superposiciones de moti-
proveniente de tan al norte –probablemente vos en los paneles producto seguramente de
acá radique la rigurosidad de sus mediciones y diferentes eventos de pintado separados entre
el interés en cazarlo. ellos en el tiempo. Tal es la abundancia y su-
perposición, que los únicos motivos recono-
Según Pascual Sara la lluvia que cayó ese año
cibles en la fotografía de 1941 (Figura 9:B) se
fue la más fuerte que recordaban en Taltal, y
encuentran hoy casi completamente tapados
que la última importante había ocurrido hace
por otros posteriores. Sus trazos lineales blan-
una década en 1931. El mes más húmedo del
cos –ahora de color crema– se reconocen sólo
año suele ser agosto, por eso Junius Bird des-
en algunos sectores del panel, en el área mar-
taca en sus cartas que en pleno diciembre el
ginal y lateral, bajo una capa de spray verde y
desierto de vuelve mucho más verde desde
otra muy densa de color blanco con delineado
Paposo hacia el sur.
celeste (Figura 9:C). Si el ojo se afina, aún se
26 TALTALIA, N° 10, 2017

Figura 8: Fotografía luego de la caza del guanaco al interior de Cifuncho; Hugo Yávar, Pascual Sara y un tercer sujeto
sonríen a espaldas del Ford Lincoln y los cerros litorales. Los sombreros, las camisas blancas y los pantalones largos a la
cintura dominan la moda en Taltal en los años 40’.

logra identificar el “PAN” arriba y el símbolo publicación en los Anthropological Papers of


“0” abajo la derecha. the American Museum of Natural History de
1943. Volvemos así a la paradoja con la que
La evidencia actual del campamento usado comenzamos: finalmente la escala de estudio
durante 48 días por la expedición Bird es prác- del arqueólogo pierde de vista hasta al mismo
ticamente nula, salvo por sus fotografías, notas arqueólogo.
de campo, cartas y evidentemente su célebre
JUNIUS BIRD Y EL MUELLE DE PIEDRA 27

Figura 9: Las pinturas rupestres del Muelle de Piedra: (A) Estado actual, vista general (octubre 2017); (B) La pintura de
trazos lineales de 1941; (C) Fotografía del mismo sector de la pintura anterior, ahora completamente cubierta de al menos
tres capas de pintura posteriores (octubre 2017).

AGRADECIMIENTOS REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Revista Taltalia Nº 10 (2017), pp. 29-52

APROXIMACIÓN FACIAL
DE INDIVIDUOS ARQUEOLOGICOS
DE LA COSTA ARREICA DE ANTOFAGASTA1

FACIAL APPROXIMATION OF ARCHAEOLOGICAL INDIVIDUALS


FROM THE INTERFLUVIC COAST OF ANTOFAGASTA

DAVID MUÑOZ2, CRISTÓBAL PALACIOS3 Y PEDRO ANDRADE4

RESUMEN
Se presentan los resultados obtenidos de la aproximación facial de siete individuos recuperados en los si-
tios arqueológicos Copaca 1, San Lorenzo 3, Caleta Buena, Alero Bandurrias 2 y Punta Loreto, los cuales se
sitúan en distintas zonas de la costa arreica de la Región de Antofagasta, abarcando los períodos Arcaico IV,
Formativo e Intermedio Tardío (~5000 al 500 AP). A partir de las características resultantes, se procedió a
comparar sus rasgos según sexo, sitio y período, así como también con descripciones etnohistóricas acerca
de la fisonomía de los llamados Changos, antiguos pescadores prehispánicos, quienes habitaron el territo-
rio de la costa norte de Chile hasta fines del siglo XIX. Se observó que los individuos masculinos muestran
características bastante comunes, principalmente aquellos del período Arcaico IV, mientras que los femeni-
nos (Formativo) presentan una mayor diversidad de rasgos, posiblemente debido al aumento de los contac-
tos, en tiempos formativos, entre grupos costeros con los del interior. Por otra parte, si bien la muestra no re-
presentó fielmente lo descrito en los documentos etnohistóricos, sí existen rasgos característicos, los cuales
podrían indicar una cierta homogeneidad de algunas características faciales en estos grupos humanos.

Palabras Claves: Aproximación facial, Changos, fisonomía, etnohistoria, costa arreica del Norte de Chile.

ABSTRACT
We present results obtained from facial approximations of seven individuals recovered from archaeologi-
cal sites Copaca 1, San Lorenzo 3, Caleta Buena, Alero Bandurrias 2 and Punta Loreto, which are located
in different coastal areas of Northern Chile, and belong form Archaic IV, Formative and Late Intermediate
periods (~5000 to 500 AP). From obtained characteristics, we compared traits by sex, site and period,
as well as ethnohistorical descriptions about the physiognomy of historical native population known as
Changos, former prehispanic fishermen, who inhabited the territory of the northern coast of Chile until
late nineteenth century. It was observed that the masculine individuals show quite common characte-
ristics, mainly those of the Archaic IV period, whereas the feminine ones (Formative) present a greater
diversity of traits, possibly due to the increase of the contacts, in formative times, between coastal groups
with those of the hinterlands. On the other hand, although the sample did not faithfully represent what was
described in the ethnohistorical documents, there are characteristic features, which could indicate certain
homogeneity of some facial features in these human groups

Keywords: Facial approximation, Changos, physiognomy, etnohistory, interfluvic coast of Northern


Chile


1
Proyecto FONDECYT 1100951 y 1151203

2
Antropólogo con Mención en Antropología Física. Universidad de Concepción. davidalemunoz@gmail.com

3
Antropólogo con Mención en Antropología Física. Universidad de Concepción. cpalaciosantropo@gmail.com

4
Arqueólogo. Carrera de Antropología, Universidad de Concepción. pandradem@udec.cl
30 TALTALIA, N° 10, 2017

INTRODUCCIÓN de un cráneo femenino precerámico hallado


en el sitio Peñón de los Baños, ciudad de
La aproximación facial es una técnica que per- México, con una data de antigüedad de
mite reproducir los rasgos faciales que pudo alrededor de 12.700 años, pudiendo poner a
tener un individuo en vida, basándose en la prueba los datos de grosor de tejido blando
estructura de su cráneo. Esta técnica ha sido facial obtenidos en población mexicana por
utilizada en ciencias forenses con el fin de Villanueva et al. (2006), Gaytán et al. (2009),
identificar restos humanos, y además para quienes efectuaron la aproximación facial 3D
recrear la apariencia facial de homínidos y del cráneo de una mujer que murió alrededor
humanos modernos (Stephan y Henneberg de los 25 años de edad, a causa de una
2001). Existen variados tipos de técnicas para inusual condición patológica conocida como
llevar a cabo una aproximación facial, como la leontiasis ossea, obteniendo un rostro que
superposición fotográfica, la superposición en presentaba múltiples bultos e irregularidades
video, la aproximación facial en dos dimen- en distintas regiones de la cabeza, moderada
siones, y la aproximación facial tridimensional exoftalmia y gran deformidad de la región
(Omstead 2002). En este artículo se presentan nasal, y por último Hayes (2011), que realizó la
siete aproximaciones faciales tridimensionales aproximación facial gráfica (2D) de un cráneo
(3D) esculturales realizadas sobre una muestra perteneciente a un individuo masculino adulto,
de cráneos pertenecientes al período Arcaico hallado en el valle de Jachal, provincia de San
IV, Formativo e Intermedio Tardío (~5000 al 500 Juan, Argentina, el cual habría sido miembro
AP), hallados en distintos sitios arqueológicos del extinto grupo Huarpe (500-800 AP) cuya
de la costa arreica de Antofagasta. El objetivo fisonomía resultante coincide con lo que se
es identificar rasgos típicos en la fisonomía conoce acerca de este grupo de agricultores
de estos individuos y compararlos con las americanos.
descripciones etnohistóricas acerca de las
características faciales de los individuos identifi- EL AMBIENTE DEL LITORAL ÁRI-
cados como changos, quienes habitaron la DO DE ARREÍSMO ABSOLUTO.
zona de estudio en momentos históricos y
republicanos. El litoral árido de arreísmo absoluto (costa
arreica) se extiende desde Pisagua (I Región)
Como principales antecedentes en Latinoa- hasta Chañaral (III Región) (Llagostera 1989)
mérica de la realización de este tipo de (Figura 1). Se le conoce bajo este nombre
trabajo en contextos arqueológicos, se pueden debido a que a lo largo de toda su extensión
mencionar los trabajos de Cebellin (1983), no existe ningún cause activo de agua y mucho
quien realizó la aproximación facial 3D de un menos para constituir un valle, a excepción
adolescente y una mujer adulta pertenecientes del Loa, y de eventuales manantiales de aguas
a la cultura Maytas-Chiribaya, que habitaron subterráneas, conocidos localmente como
en el valle de Azapa hace más de mil años, y aguadas. En este segmento y hasta cerca de
cuyas principales diferencias radicaron en la Taltal, la Cordillera de la Costa posee una
forma de la nariz y la boca, los de Manzanilla forma más escarpada, alcanzando sus mayores
y Gaytán (2005) quienes realizaron la alturas, acercándose al mar, al punto de dejar
aproximación facial de cráneos teotihuacanos, sectores prácticamente sin plataforma, con
obteniendo rostros que pudieron ser compa- escasas y reducidas playas (Llagostera 2005).
rados con figurillas y murales que muestran
la posible fisonomía de estos antiguos En este clima de desierto costero, la niebla
habitantes, Valencia y Villanueva (2006) que rasante o “camanchaca” permite la existencia
llevaron a cabo la aproximación facial 3D de una variada flora y fauna (Castro 2014). Los
APROXIMACIÓN FACIAL DE INDIVIDUOS ARQUEOLOGICOS
DE LA COSTA ARREICA DE ANTOFAGASTA 31

Figura 1: Mapa de la costa arreica de Antofagasta y sus alrededores. Se muestra la extensión que alcanzan las principales
divisiones de la zona (Tomado de Andrade et al. 2014).
32 TALTALIA, N° 10, 2017

vegetales de esta zona se caracterizan por es- cionadas con un acceso progresivo diferentes
tar adaptados para vivir en un medioambiente dimensiones del mar: recolectores marítimos
en el cual escasea el agua, ubicándose prin- (8.000-6.500 a.C.), en la cual los individuos
cipalmente en las laderas de los cerros. De dominan las orillas del mar por medio del
Paposo al sur, esta franja vegetal (desarrollada uso de redes y chopes; pescadores tempranos
entre 800 y 1.000 metros de altitud) adquiere (6.500 a.C.-200 d.C.), en la cual comienza la
características de matorral, lo cual es propicio utilización de diversos tipos de anzuelos, y fi-
para la proliferación del guanaco (Lama gua- nalmente la etapa de pescadores tardíos (200
nicoe) (Llagostera 1989). En la planicie litoral d.C.), en la cual los individuos costeros logran
predominan varias especies de la familia de dominar la extensión del mar a través del uso
las Nolanáceas, y en la cordillera de la costa de embarcaciones.
adyacente destacan especies arbustivas como
Ephedrabreana, gramíneas y las cactáceas Eu-
lychnia iquiquensis y Cumulopuntia (Maldona- LA CRONOLOGÍA PREHISTÓRICA
do 2006, en Castro et al. 2012). DE LA COSTA ARREICA.
Las poblaciones costeras que habitaron este Castro (2014) distingue seis fases arcaicas en la
litoral tuvieron acceso a la pesca de especies cronología para el litoral de arreísmo absolu-
de mar abierto, como atunes (Thunnus sp.) y to, las que van desde los 10.700 a 3.000 años
dorados (Coryphaena sp.), albacoras (Xiphias AP. La Fase I (10.700-9.500 AP) está represen-
gladius) y delfínidos; peces semiabisales como tada por los sitios La Chimba 13, El Obispo
los congrios (Genypterus chilensis y G. macu- 1, Los Médanos 2, y en la desembocadura de
latus) (Llagostera 1982, en Castro et al. 2012) y quebrada Cascabeles (Taltal), mostrando este
otros como cabrilla (Sebastes capensis) y peje- último un eficiente uso habitacional del alero
perro (Semicoss y phusmaculatus) (Ruz 2011, rocoso. La Fase II (9.500-9.000 AP) está pre-
en Castro et al. 2012). También disponían de sente en los mismos sitios de la Fase I, además
moluscos como el choro zapato (Choromytilus de otros sitios en la costa de Copiapó, y se ca-
chorus), lapas (Fissurellidae, varias especies) racteriza por los litos geométricos (discoidales
y locos (Concholepas concholepas) (Castro y poligonales) confeccionados con arenisca,
2010, en Castro et al. 2012), mientras que en los que no parecen tener uso en la obtención
cuanto a mamíferos, los cetáceos y lobos ma- directa de recursos. La Fase III (9.000-6.000
rinos han tenido una presencia y uso persisten- AP) se ve representada por el sitio San Ramón
te en estas costas a través del tiempo (Castro 15, donde se ubica una mina prehispánica
et al. 2012). asociada a martillos líticos, lascas y restos de
moluscos.
A pesar de ser una zona con escasez del re-
curso hídrico, el ser humano se asentó en La Fase IV (6.000-5.000 AP) está presente en
este paisaje y lo aprovecha de modo óptimo los sitios Cobija 13, Abtao 1, Cerro Colorado y
desde hace 10.000 años a través de la caza Punta Morada (en Taltal), y en los sitios Punta
y recolección marina, con una movilidad nor- Blanca y Punta Guasilla (entre Antofagasta y
te–sur por el litoral mediante asentamientos Tocopilla) caracterizándose por el uso de an-
transitorios (Castro et al. 2012). La presencia zuelos de concha circular y concha con vás-
del desierto de Atacama en la depresión in- tago recto. La Fase V (5.000-4.000 AP) está
termedia constituye una barrera natural que representada por los sitios Caleta Huelén 42,
interfiere en las interrelaciones con el interior Cobija-13 y los Bronces 1, y su rasgo principal
(Llagostera 1989). Berenguer (2008) señala que es la sustitución del anzuelo de concha por el
la adaptación del hombre a este medio pue- de espinas de cactáceas. Por último, la Fase VI
de dividirse en tres etapas, las que están rela- (4.000-3.000 AP) muestra rasgos transiciona-
APROXIMACIÓN FACIAL DE INDIVIDUOS ARQUEOLOGICOS
DE LA COSTA ARREICA DE ANTOFAGASTA 33

les en la forma y materia prima de los anzue- Colorado, Agua Dulce, Los Bronces 1 y Zapa-
los, y en sitios como Caleta Huelén 42, Punta tero. Es importante destacar que esta fase en
Guasilla y Los Canastos se observa un patrón Taltal es contemporánea de sitios como Cobija
de pisos encementados en las estructuras de 13, Cobija S1 y Copaca en el sector de Cobija
vivienda, los que tienen como fin cubrir res- (Bittmann 1984; Castro et al. 2012). El Arcaico
tos humanos (Castro 2014). Este mismo tipo IV (5.500-4.500 cal AP) evidencia en algunos
de estructura, de tipo habitacional y mortuo- sitios una continuidad del período anterior en
ria, puede observarse en el sitio Copaca 1, al lo que respecta a la subsistencia y tecnología,
sur de Tocopilla, como lo señalan Castro et al. pero con diferencias en el patrón de asenta-
(2012). miento y la modalidad residencial. Algunos de
los sitios asociados a esta fase Caleta Bandu-
Cabe destacar la reevaluación de la cronolo-
rrias, Zapatero y Paso Malo Arcaico. El Arcai-
gía prehistórica arcaica de la zona de Taltal y
co V (4.500-3.900? cal AP) es propuesto de
alrededores planteada por Salazar et al. (2015),
forma preliminar en base a las transformacio-
quienes distinguen seis fases arcaicas en base a
nes advertidas en los sistemas de movilidad,
evidencias sobre la transformación de diversas
prácticas mortuorias y modalidad de uso de
variables durante el proceso cronológico-cul-
los sitios habitacionales. Este período sería
tural, las cuales corresponden al período entre
parcialmente contemporáneo de la Fase VI
12.000 cal AP y el comienzo de la era cristiana
propuesta por Llagostera (2005) para la cos-
(1.500 años AP aproximadamente). El Arcaico
I (ca. 12.000-10.000 cal AP) se caracterizaría ta arreica. Entre los sitios que se conocen de
por las primeras ocupaciones de Taltal, asocia- este período se encuentran Punta Cañas Nor-
das al complejo cultural Huentelauquén. Este te, Zapatero, San Lorenzo y Poza Bahamondes
período fue definido por seis sitios, cinco de 4. Finalmente, el Arcaico VI (ca. 3.500-1.500
los cuales corresponden a aleros rocosos con cal AP) es distinguido por los cambios en los
conchales asociados en la desembocadura de asentamientos domésticos y los patrones fu-
la quebrada Cascabeles (Castelleti 2007; Cas- nerarios, además de la proliferación de mate-
telleti et al. 2010; Salazar, Salinas et al. 2013), riales provenientes de tierras altas. Entre los
mientras que el sexto, San Ramón 15, corres- sitios considerados para esta fase se distinguen
ponde a una mina de óxidos de hierro ubica- varios de la etapa anterior, pero a su vez es
da en el curso inferior de la quebrada de San significativa la proliferación de algunos nuevos
Ramón, en las cercanías de Paposo (Salazar et en áreas previamente desocupadas. Algunos
al. 2011; Salazar, Andrade et al. 2013). El Arcai- de ellos son Plaza de los Indios Norte, Poza
co II (ca. 8.500-7.500 cal AP) es representado Bahamondes 4, Morro Colorado, San Lorenzo
principalmente por el sitio Morro Colorado, el 3, Alero Bandurrias 2 y Punta Cañas Norte.
cual destaca entre otras por la producción de
Durante el período Formativo (a partir del
anzuelos de concha de Choromytilus chorus
1.000 a.C.) se observa la presencia de in-
y por posiblemente constituir, en su primera
fluencias desde las tierras altas, las cuales ac-
ocupación, uno de los campamentos residen-
túan como agentes de cambio sociocultural,
ciales más antiguos conocidos hasta la fecha
transformando sus modos de subsistencia de
en Taltal.
sociedades recolectoras a productoras. Sin
En el Arcaico III (7.500-5.500 cal AP) se obser- embargo, en la costa las condiciones no fue-
va un importante cambio en el modo de uso ron favorables para el desarrollo de la agricul-
algunos sitios asociados al período anterior, tura, por lo cual prevaleció el modo de vida
con un aumento en la densidad de materiales cazador recolector (Andrade et al. 2014; An-
culturales y el uso de embarcaciones. Algunos drade et al. 2015), con la adición paulatina de
de los sitios que definen esta fase son Morro nuevas tecnologías (Castro 2014). Algunos de
34 TALTALIA, N° 10, 2017

los sitios representativos de este período son kham (1904, en Latcham 1910) señala que
Caleta Huelén-10, Caleta Huelén-20, Caleta pudieron provenir del pueblo Chimú (quienes
Huelén-43 y Caleta Huelén-7 (Núñez 1971, en habitaban en las costas de Perú) basándose
Castro 2014). El período Medio en la zona de en las similitudes que observó entre los patro-
Antofagasta se reconoce por las influencias de nes de enterramiento que presentaban. Por su
Tiwanaku, aunque estas son muy débiles en la parte, Guevara (1929) plantea que los antiguos
costa del interfluvio. Para la zona arreica no se changos procedían de los uros que habitaban
han detectado evidencias del período Medio las costas del lago Titicaca, los cuales habrían
hasta el presente (Castro 2014). sido conocidos como “camanchacos”. Más re-
cientemente, Rothhammer et al. (2010) realiza-
Entre el período Formativo y tiempos tardíos ron un estudio de ADNmt, en el cual sugieren
prehispánicos se percibe una cultura marítima que los changos serían descendientes de los
bien asentada y con tecnología especializada. antiguos grupos chinchorro (7.900-4.000 AP)
Los pueblos del interior también se interesaron ya que son genéticamente más cercanos que
en el litoral para obtener pescado y posible- otros grupos originarios de Chile.
mente también algas y guano de ave, con el
fin de utilizarlo como abono en los campos de Respecto al origen del término “chango”,
cultivo. Durante el período Intermedio Tardío Cúneo-Vidal (1977, en Rostworowski 1986)
(hacia los 1.000 d.C.) se amplía la integración señala que “camanchaco”, “camachango” y
entre la costa y las tierras altas de los oasis “chango” eran voces para designar a los mis-
de Atacama. El hallazgo de algarrobo, chañar, mos grupos de pescadores, siendo “chango”
maíz y quínoa en contextos prehispánicos tar- una palabra que derivó de la primera. Destaca
díos de Cobija es indicativo del traslado de es- además que el término “camanchaca” es el
tos recursos que provinieron del interior. El uso nombre que se le da a una densa neblina que
de embarcaciones permitió la caza y pesca a se extiende al anochecer y al amanecer (Cú-
mar abierto, junto con un desplazamiento mu- neo-Vidal 1977, en Rostworowski 1986). Gue-
cho más rápido por el extenso litoral (Castro vara (1929) establece que el término proviene
et al. 2012). Durante los períodos Intermedio de transformaciones de la palabra “camancha-
y Tardío se advierte una definitiva ampliación cos”, denominación utilizada por los quechuas
del paisaje a nivel regional. La vinculación de para referirse a los “uros de la costa”, y que
los pueblos costeros con el interior permite significaba “feos y repugnantes”. Sin embar-
una diversificación de su dieta, un enriqueci- go, diversos autores consideran que la palabra
miento del intercambio y transforma su per- chango no refiere a un grupo étnico en par-
cepción ideológica del paisaje. En el período ticular, sino que más bien estaría relacionada
Tardío, la costa es parte del Tawantinsuyu, lo con una forma de vida, que en este caso sería
la actividad productiva costera (Latcham 1910;
cual produjo consecuencias que afectaron la
Herrera 1997; Martínez 1985, en Castro 2001;
percepción del paisaje de los pescadores re-
Letelier 2011).
colectores locales (Castro et al. 2012).
Los europeos del siglo XVI describían a los
LOS CHANGOS. changos como “gente bruta”. Por la sencilla
cultura material que poseían les consideraban
Las poblaciones humanas reconocidas como bárbaros, e incluso malolientes, debido a cos-
changos habitaron el territorio de la franja del tumbres como beber sangre de lobo marino y
Pacífico, comprendido entre quizás los 17° el untarse el cuerpo con aceite de lobo y grasa
Lat. S. (sur del Perú) y los 30° Lat. S. (Tongoy, de ballena. Estos changos con los que se en-
costa chilena) (Bittmann 1984, en Escobar contraron los europeos en las costas de la zona
2007). Sobre el origen de los changos, Mar- norte del país, eran los últimos exponentes de
APROXIMACIÓN FACIAL DE INDIVIDUOS ARQUEOLOGICOS
DE LA COSTA ARREICA DE ANTOFAGASTA 35

los recolectores, pescadores y cazadores que “camanchacas” (Lizárraga 1968, en Bittmann


habitaron durante diez mil años el litoral del 1984). Lizárraga (1987, en Letelier 2011:107)
Pacífico entre el sur del Perú y Coquimbo agrega que “(...) dicen les proviene de la san-
(MCHAP 2008). A la llegada de los españoles, gre que beben de los lobos marinos, y por
estos grupos vivían en pequeñas bandas y te- ese color son conocidísimos”. Este tinte rojizo
nían un contacto económico permanente con pudo ser obtenido por la extracción de mine-
los grupos agrícolas que vivían en el interior. rales de este color, lo cual era una práctica an-
Tenían una población de alrededor de 6.000 cestral en algunos grupos costeros (Salazar et
individuos. (Harb et al. 1998). Larraín (1987) al. 2011). Por su parte, Ruschenberger (1834)
plantea que los changos como grupo cultural realiza una descripción del rostro de un pes-
se extinguieron hacia 1880-1890, quedando cador balsero del puerto de Cobija
individuos mestizos que conservaron buena
parte de su estilo de vida al norte de Paposo y “Su nariz era aplanada y estrecha donde se
Taltal hasta cerca de 1925-1930. une con el hueso frontal, pero no de la misma
forma que en los africanos; y el ángulo de la
A pesar de los términos despectivos utilizados cara era el común para la raza caucásica o eu-
por distintos cronistas para referirse a los pes- ropea. Sus ojos eran pequeños, negros y am-
cadores que vivían a lo largo de la costa del pliamente separados el uno del otro, y a pesar
Norte Grande de Chile, llamaron la atención de no ser bizcos, sus ejes parecían inclinarse
de los europeos fundamentalmente en tres as- mucho el uno al otro (…) (Tenía) pómulos al-
pectos: su condición de vida, su movilidad y tos (…)” (Ruschenberger 1834:165-166).
el aprovechamiento integral del lobo marino,
para la construcción de balsas, viviendas, ves- Por su parte, Latcham (1910) identifica 6 gru-
timenta, recipientes, cordelería y alimentos. pos que habitan las costas del norte de Chile,
Estos grupos habían logrado una buena adap- de entre los cuales 2 son clasificados como
tación a este ambiente, que incluye desde el tales. Primero describe al tipo mesaticéfalo de
mar y su litoral hasta la Cordillera de la Costa, las provincias de Coquimbo y Atacama, el cual
que les proporcionaba otros recursos como define como un pueblo mezclado que proba-
algunos vegetales y animales, como el gua- blemente debió su origen a varias fuentes
naco. A su vez pudieron disponer de ciertos “(...) los cráneos de este pueblo son mesati o
excedentes, susceptibles a intercambios por sub-braquicéfalos, variando sus índices entre
bienes de tierras altas (Bittmann 1979, en Cas- 75 i 82. El occipital es algo protuberante, la
tro 2001). frente ancha pero huyente (...) La cara es mui
Respecto a su aspecto físico, D’Orbigny (1835, ancha i huesuda, i los arcos superciliares i la
en Latcham 1910) describe a los changos glabela mui pronunciados. El esqueleto nasal
como individuos de tinte y forma similar a la se destaca fuertemente, i la escotadura se en-
de los quechuas, aunque con un desarrollo cuentra bastante hendida. La mandíbula es
torácico mayor, y con una estatura de 1.60m fuerte i echada hácia adelante, siendo el men-
para hombres y de 1.45m para mujeres. Po- ton algo cuadrado (…)” (Latcham 1910:27).
seían ojos horizontales, nariz medianamente Latcham (1910) continúa describiendo a los
prominente, pero jamás aguileña, angosta en changos de estas zonas señalando que
su punta, pero ancha en la región de las ven-
tanillas (D’Orbigny 1835, en Latcham 1910). “Su color es moreno oscuro, pero no cobrizo;
Estos individuos tenían la piel de un aspecto más bien tostado. El pelo es negro, liso i tie-
duro y rojizo, motivo por el cual se les ha- so (...) Los ojos son pequeños, pardos oscuros
bría asignado a algunos la denominación de casi negros. La nariz es prominente, grande i
36 TALTALIA, N° 10, 2017

carnosa, ancha en las ventanillas, pero nunca Además, agrega que estas eran mucho más
aguileña, jeneralmente recta. La boca es gran- braquicéfalas, de órbitas más grandes y orifi-
de, los carrillos anchos pero no mui salientes” cios nasales más separados que los hombres.
(Latcham 1910:27).

El segundo tipo que describe este autor sería el


braquicéfalo, de los Changos de las provincias MATERIALES Y MÉTODOS
del norte de Atacama y Antofagasta
La muestra utilizada corresponde a los restos
“Los de esta rejión son de cabeza mas ancha, i óseos craneales pertenecientes a un total de
la mayor parte de los cráneos que conocemos siete individuos, provenientes de los sitios ar-
son sub-braquicéfalos. Al mismo tiempo tie- queológicos Copaca 1, San Lorenzo 3, Caleta
nen la cara mas angosta, la frente mas estrecha Buena, Alero Bandurrias 2, y Punta Loreto, los
i las órbitas mas redondas” (Latcham 1910:30). cuales se ubican en distintas zonas de la Re-
gión de Antofagasta, en el norte de Chile (Fi-
En cuanto a la estatura de estos individuos,
gura 2). De acuerdo a su datación (véase Tabla
Latcham (1910) indica que los hombres me-
1), la muestra abarca los períodos Arcaico IV,
dían alrededor de 1,62 metros, mientras que
Formativo e Intermedio Tardío. En general, las
las mujeres aproximadamente 1,48 metros.

Figura 2: Mapa de la Región de Antofagasta, indicando la ubicación de


los sitios arqueológicos a los cuales corresponden los individuos de la
muestra.
APROXIMACIÓN FACIAL DE INDIVIDUOS ARQUEOLOGICOS
DE LA COSTA ARREICA DE ANTOFAGASTA 37

Período
Sitio, Individuo Datación Referencia
correspondiente

Copaca 1, Individuo 1 5.200 ± 25 AP Arcaico IV Andrade et al 2016


Copaca 1, Individuo 2 5.220 ± 25 AP Arcaico IV Andrade et al 2016
San Lorenzo 3, Individuo 1 2.550 ± 25 AP Arcaico V Andrade et al 2014
San Lorenzo 3, Individuo 4 2.550 ± 25 AP Arcaico V Andrade et al 2014
Alero Bandurrias 2, Individuo 1.600 ± 40 AP Arcaico VI Andrade et al 2014
Caleta Buena, Individuo 1 1.570 ± 25 AP Arcaico VI Andrade et al 2014
Punta Loreto, Individuo 1 900 ± 20 AP Intermedio Tardío Andrade et al 2014

Tabla 1: Identificación de la muestra utilizada.

muestras utilizadas poseen un buen estado de Caleta Buena. El sitio Caleta Buena se sitúa a
conservación, presentando fragmentaciones unos 31 km al suroeste de Taltal, sector en el
que pueden considerarse como mínimas, ya cual se observó la presencia de restos huma-
que no afectarían mayormente a la conforma- nos altamente removidos y saqueados y que
ción general del rostro ni a las zonas donde se correspondían a un solo individuo. La muestra
ubican las principales estructuras faciales. utilizada corresponde al cráneo y mandíbula
del Individuo 1, el cual es de sexo femenino y
posee un rango de edad de alrededor de 40 a
DESCRIPCIÓN DE LOS SITIOS E 45 años (Andrade et al. 2014).
INDIVIDUOS DE LA MUESTRA.
Alero Bandurrias 2. Este sitio se ubica en
Copaca 1. El sitio Copaca 1 se ubica a unos
un pequeño alero rocoso, 30 km al norte de
30 km al sur de Tocopilla, y corresponde a un
Taltal. La muestra está compuesta por el crá-
conchal de grandes proporciones. La muestra
neo y la mandíbula del Individuo 1, el cual
proveniente de este sitio se compone del crá-
es de sexo femenino y tendría una edad de
neo y mandíbula del Individuo 1 e Individuo
alrededor de 30 a 35 años. En este cráneo en
2, ambos de sexo masculino. En cuanto a su
particular se observa pérdida de gran parte de
edad aproximada, se estima que el primero
ambos parietales, del sector izquierdo del es-
tendría alrededor de 35 a 45 años, mientras
fenoides, de la porción escamosa de temporal
que el segundo tendría entre 25 a 30 años (An-
izquierdo, de ambos palatinos y de la sección
drade et al. 2016; Castro et al. 2016).
posterior izquierda del frontal (Andrade et al.
San Lorenzo 3. Este sitio corresponde a un 2014).
pequeño reparo rocoso que se ubica a 20 km
Punta Loreto. Como muestra del sitio Pun-
al norte de Taltal. Las muestras utilizadas per-
ta Loreto se utilizó el cráneo y la mandíbula
tenecientes a este sitio están formadas por los
del Individuo 1, el cual es de sexo masculino
cráneos sin mandíbula del Individuo 1 e Indi-
y posee entre 25 y 30 años de edad aproxi-
viduo 4. El primero se trata de un individuo
madamente. Debido a que sus restos fueron
femenino de alrededor de 20 a 25 años de
saqueados de una tumba y posteriormente en-
edad, mientras que el segundo corresponde a
tregados por una familia que reside en el sec-
un individuo subadulto de aproximadamente
tor del mismo nombre, no es posible conocer
4 años ± 16 meses de edad (Andrade et al.
claramente el contexto en el cual el individuo
2014).
se encontraba originalmente (Andrade et al.
2014).
38 TALTALIA, N° 10, 2017

La ancestría mongoloide de todos los indi- la muestra son los arcos cigomáticos, los que
viduos de la muestra fue determinada antro- se reconstruyeron tomando como referencia la
poscópicamente (Krenzer 2006), tomando en forma del hueso del lado opuesto del cráneo.
cuenta que presentaban las principales carac- De la misma manera se logró replicar de ma-
terísticas de este tipo de cráneo, como lo son nera aproximada el hueso parietal izquierdo
la forma redondeada de la cabeza, bóveda ausente en el cráneo del Individuo 4 del sitio
craneal corta, perfil facial aplanado, progna- San Lorenzo 3 (Figura 3).
tismo moderado, huesos cigomáticos promi-
nentes, márgenes orbitales redondeados, fosa En el caso particular del Individuo 1 del sitio
canina débil o ausente al igual que los arcos Alero Bandurrias 2, se restauró gran parte de
superciliares, apertura nasal medianamente la bóveda craneal, tomando como referencia
ancha, perfil nasal recto, raíz nasal aplanada la dirección que seguían los huesos, tempo-
y espina nasal corta (Taylor 2001; Wilkinson rales, frontal y occipital, y comparando con
2004). las características de los otros cráneos de la
muestra, con tal de obtener una idea general
de la probable forma de este cráneo (Figura
TÉCNICA EMPLEADA. 4). Debido a que la restauración de esta zona
se elaboró de manera idealizada, no se fue
La técnica empleada fue la aproximación fa-
considerada como referencia al momento de
cial tridimensional, a través del “Método de
realizar comparaciones con otros individuos.
Manchester”, el cual consiste en la utilización

Figura 3: Cráneo Individuo 4 de San Lorenzo 3. Figura 4: Cráneo Individuo 1 de Alero Bandurrias 2.

de las marcas de inserción muscular impresas Los cráneos de los individuos 1 y 4 del sitio San
en el cráneo para predecir la forma y detalles Lorenzo 3 fueron encontrados sin sus mandí-
faciales, y el uso de marcadores de profundi- bulas, por lo que debieron ser confecciona-
dad de tejido para reproducir los espesores de das. En el primer caso esta pieza se moldeó a
los tejidos blandos (Verzé 2009). Para llevar a partir de la mandíbula del individuo femenino
cabo esta técnica se debe obtener previamen- del sitio Caleta Buena, ya que se adaptaba al
te una réplica del cráneo original, por lo que tamaño y forma del cráneo del Individuo 1,
las zonas que se encontraban fragmentadas en mientras que en el segundo caso fue en base
los cráneos de la muestra debieron ser restau- a la de un individuo subadulto (de alrededor
radas. Las principales zonas fragmentadas en de 4 años), perteneciente al sitio Punta Plata 3.
APROXIMACIÓN FACIAL DE INDIVIDUOS ARQUEOLOGICOS
DE LA COSTA ARREICA DE ANTOFAGASTA 39

Las réplicas craneales fueron realizadas uti- utilizaron los datos de profundidad de tejido
lizando alginato dental Jeltrate Chromatic®, reportados por Dong et al. (2012), los cuales
con el cual se obtuvieron moldes de cada crá- fueron obtenidos por medio de tomografía
neo y mandíbula original, en los que posterior- computarizada (TC) sobre una muestra de 200
mente se realizó el vaciado en yeso piedra. La adultos vivos del norte de China. En el Indivi-
reproducción de los tejidos blandos sobre las duo 1 de Punta Loreto se utilizaron los datos
réplicas craneales se realizó utilizando plastili- correspondientes a hombres de complexión
na Van Aken®, excepto para el caso de los in- delgada, mientras que para los individuos fe-
dividuos pertenecientes al sitio Copaca 1, para meninos de los sitios Caleta Buena, San Lo-
los cuales se utilizó arcilla profesional Artel®. renzo 3 y Alero Bandurrias 2, se utilizaron los
Cada réplica craneal fue colocada en un so- datos que corresponden a mujeres de com-
porte firme, y orientada en Plano de Frankfurt, plexión delgada. En estos casos, se optó por
según las indicaciones que señala Wilkinson el uso de estos datos debido a que, al haber
(2004), para posteriormente situar los marca- sido obtenidos por medio de TC en personas
dores de tejido blando facial. vivas, fue posible aumentar la exactitud en
cuanto a la profundidad del tejido en diferen-
tes puntos del cráneo, en comparación a los
MARCADORES DE PROFUNDI- obtenidos en cadáveres. Además de esto, se
DAD DE TEJIDO BLANDO UTILI- consideró adecuado su uso ya que la muestra
ZADOS. utilizada por estos autores está compuesta por
Los marcadores de profundidad de tejido blan- individuos asiáticos, por lo que compartirían
do facial utilizados específicamente para cada la misma ancestría mongoloide que presentan
individuo de la muestra, fueron escogidos los cráneos hallados en los sitios nombrados
considerando su adecuada adaptación a la for- anteriormente.
ma y tamaño de cada cráneo. En el caso de los
Para el caso del Individuo 4 del sitio San Lo-
individuos masculinos del sitio Copaca 1, se
renzo 3 (subadulto) se utilizaron los datos de
utilizaron los datos propuestos por Villanueva
profundidad de tejido correspondientes a ni-
et al. (2006), los cuales se obtuvieron a partir
ños hispanoamericanos, con un rango de edad
de una muestra de 208 cadáveres de adultos
de 3 a 8 años, los que fueron obtenidos por
mexicanos, a través del método de punción
Manhein et al. (2000, en Wilkinson 2004) por
de aguja con escala graduada. En el Indivi-
medio de la técnica del ultrasonido. Si bien
duo 1 se utilizaron los datos correspondientes
existen datos más actualizados acerca de la
a hombres de complexión delgada, mientras
profundidad de tejido blando facial en indivi-
que para el Individuo 2 se optó por los de
duos asiáticos subadultos (que compartirían la
complexión robusta. En una primera instancia,
ancestría mongoloide del Individuo 4) que han
se escogieron estos datos considerando que la
sido publicados por Utsuno et al. (2010), no
población a la cual estos corresponden, ten-
pudieron ser usados como referencia ya que
dría un origen ancestral más cercano con los
este autor sólo reporta datos de profundidad
individuos de la muestra en comparación a
de tejido correspondientes al perfil facial.
otras poblaciones de las cuales existen repor-
tes de tejidos blandos faciales, como los afri-
canos (Aulsebrook et al. 1996), caucásicos (De
Greef et al. 2006), entre otros.

Para los individuos de los sitios Punta Loreto,


Caleta Buena, Alero Bandurrias 2 y San Loren-
zo 3 (excepto para el individuo subadulto) se
40 TALTALIA, N° 10, 2017

REPRODUCCIÓN DE LA MUSCU- tanto de los huesos nasales, como de la espi-


LATURA. na nasal, por lo que en aquellos cráneos de la
muestra que presentaban la espina fragmenta-
La reproducción de los músculos se realizó da o ausente, se consideró la dirección gene-
en el siguiente orden: temporales, buccinado- ral del piso de la parte anterior de la apertura
res, maseteros, superciliares, frontal, caninos, piriforme, como lo indican Ullrich y Stephan
mentonianos, orbicular de la boca, músculos (2011).
de los párpados, depresores del labio inferior,
elevadores del labio superior, elevadores co- La forma de la boca se determinó de acuerdo
munes del labio superior y del ala de la nariz, a lo indicado por Wilkinson (2004), mientras
músculos transversos de la nariz, depresor del que para calcular su anchura se consideró lo
septo nasal, depresores del ángulo de la boca, señalado por Stephan y Murphy (2008). En
orbiculares de los ojos, prócer, cigomáticos cuanto a las orejas, su tamaño (desde el punto
menores y mayores, risorios y músculos del más alto del hélix al más bajo del lóbulo, en
cuello (platisma, esternocleidomastoideos y plano horizontal de Frankfurt) se calculó de
trapecio). Las descripciones de las caracterís- acuerdo a lo propuesto por Villanueva (2009),
ticas musculares tales como la forma, tamaño, mientras que su inclinación se determinó se-
orígenes e inserciones, fueron obtenidas de gún lo señalado por Wilkinson (2004).
Wilkinson (2004). Luego se reprodujeron las
glándulas parótidas y los tejidos adiposos sub-
RASGOS FISONÓMICOS A OBSER-
cutáneos, para posteriormente colocar la capa
VAR EN LAS APROXIMACIONES
de piel y las orejas.
FACIALES REALIZADAS.
Las principales características fisonómicas a
APROXIMACIÓN DE LAS ESTRUC-
observar en las aproximaciones realizadas
TURAS FACIALES.
serán: la forma del contorno facial, el perfil
La posición de los ojos en las órbitas, tanto facial, la inclinación del eje palpebral, la dis-
vertical como horizontalmente, se determinó tancia intercantal interna, la raíz, el dorso y
en todos los individuos adultos de la mues- punta nasal, la anchura de la base de la nariz,
tra según lo propuesto por Guyomarc’h et al. la anchura bucal en relación al rostro, y la pro-
(2012), quienes demostraron una ubicación yección anterolateral e inclinación hacia pos-
más superior y lateral del ojo en la órbita, terior de las orejas. Estas servirán como base
mientras que en el individuo subadulto éstos para la posterior comparación de los resulta-
se situaron de manera centrada. La protrusión dos obtenidos.
de los ojos se determinó de acuerdo a lo in-
dicado por Wilkinson (2004). Los ligamentos
palpebrales del ojo fueron ubicados de acuer- RESULTADOS
do a lo señalado por Whitnall (1911) y Wilder
(1912), mientras que la anchura de la abertu-
ra palpebral se calculó según lo señalado por PERÍODO ARCAICO IV.
Stephan y Davidson (2008).
Individuo 1 del sitio Copaca 1. El rostro de
Para determinar la proyección del perfil de la este individuo posee una forma romboidal
nariz, su anchura y ubicar la punta de ésta, se angosta transversalmente, con pómulos muy
consideró lo señalado por Wilkinson (2004). pronunciados, perfil facial recto y mandíbula
El método propuesto por esta autora para cal- de ángulo gonial obtuso, que le entrega un
cular el perfil nasal considera la orientación aspecto delgado y alargado, mientras que su
APROXIMACIÓN FACIAL DE INDIVIDUOS ARQUEOLOGICOS
DE LA COSTA ARREICA DE ANTOFAGASTA 41

frente destaca por su proyección. Los ojos son presenta un tamaño medio, el labio superior
profundos y centrados, el eje de la abertura sobresale más que el inferior y la región del
palpebral es horizontal, y su distancia inter- mentón es maciza, al igual que la de los án-
cantal interna es bastante amplia. Su nariz es gulos mandibulares, los que sobresalen lige-
prominente y algo achatada, con una marcada ramente. Las orejas presentan una inclinación
inclinación hacia inferior en la región donde leve hacia posterior, y con poca proyección
terminan los huesos nasales, el dorso nasal anterolateral, a pesar de las grandes apófisis
es sinuoso, la punta nasal es levantada y las mastoides que presenta, probablemente por la
ventanillas son anchas. La boca es de tamaño forma prominente de la escama del temporal
medio en relación a la cara, el labio superior (Figura 6).

Figura 5: Individuo 1 del sitio Copaca 1. Figura 6: Individuo 2 del sitio Copaca 1.

se proyecta levemente sobre el inferior, la bar-


PERÍODO FORMATIVO.
billa es cuadrada y las mejillas son hundidas. Individuo 1 del sitio San Lorenzo 3. La ca-
Sus orejas se inclinan levemente hacia poste- beza de este individuo femenino destaca por
rior (siguiendo la forma de las ramas mandibu- su prominencia en la zona parietal, la que le
lares) y presentan una proyección mínima, ya otorga una forma trapezoidal invertida al ros-
que sus apófisis mastoides no son abultadas tro y su perfil facial es convexo. Con respecto
hacia lateral (Figura 5). a la región orbital, se observa que la distancia
intercantal interna es amplia y la inclinación
Individuo 2 del sitio Copaca 1. La forma del
del eje palpebral es oblicua de comisura ex-
rostro es relativamente pentagonal, la cabeza
terna descendente. Su nariz es prominente,
es bastante prominente en la zona occipital y
con una raíz delgada y ligeramente hundida,
su perfil facial es principalmente convexo. Sus
de dorso sinuoso, punta horizontal y ventani-
pómulos son prominentes hacia lateral, pero
llas anchas. La boca posee un tamaño medio
sin pronunciarse excesivamente hacia adelan-
en relación al rostro, el labio superior es so-
te. En cuanto a la región ocular, se puede se-
bresaliente, y sus pómulos no son muy pro-
ñalar que la inclinación del eje palpebral es
minentes. Las orejas poseen poca proyección
horizontal y la distancia intercantal interna es
anterolateral, debido a las pequeñas apófisis
amplia. La nariz es bastante ancha, con una
mastoides del individuo (Figura 7).
raíz prominente, dorso recto, punta mediana-
mente levantada y ventanillas anchas. La boca
42 TALTALIA, N° 10, 2017

Figura 7: Individuo 1 del sitio San Lorenzo 3. Figura 8: Individuo 4 del sitio San Lorenzo 3.

Individuo 4 del sitio San Lorenzo 3. El rostro ción hacia posterior y poca proyección ante-
de este individuo subadulto posee una forma rolateral (Figura 9).
cuadrangular y su perfil facial es relativamente
recto. Los ojos tienen una distancia cercana Individuo 1 del sitio Alero Bandurrias 2.
entre sí, y el eje de la abertura palpebral es Debido a que gran parte de su bóveda cra-
oblicuo de comisura externa ascendente. Su neal fue restaurada de manera idealizada, no
nariz es pequeña, de raíz ancha pero hundi- puede ser analizada en detalle, sin embargo,
da, dorso recto, punta levantada y alas peque- la parte del hueso parietal que se encuentra
ñas. La boca del individuo es grande, con el presente permite señalar que su cabeza no es
labio superior proyectado levemente sobre el ancha transversalmente y su rostro posee una
inferior y sus mejillas son carnosas. Sus orejas forma ovalada, de perfil convexo. Cabe desta-
presentan una leve proyección hacia anterior car que la zona occipital es muy prominente,
(Figura 8). al igual que la región de la glabela, los arcos
superciliares y los pómulos. Sus ojos presentan
Individuo 1 del sitio Caleta Buena. Presenta una amplia distancia intercantal interna, y el
un rostro de forma pentagonal y perfil facial eje de la abertura palpebral es oblicuo de co-
convexo, destacando el prognatismo de su misura externa descendente. La nariz es bas-
mandíbula. La distancia intercantal interna es tante ancha en su base, su raíz es hundida, el
amplia y el eje de la abertura palpebral es obli- dorso convexo y la punta levantada. Su boca
cuo de comisura externa ascendente. La nariz es de tamaño medio con respecto al rostro,
es bastante ancha en la zona de las ventani- con una mayor proyección del labio inferior
llas, con una raíz ligeramente hundida, dorso que del superior, debido a la marcada reab-
sinuoso y punta levantada. La boca de este sorción ósea en la zona del maxilar y su men-
individuo es de tamaño medio, observándose tón es cuadrado. Las orejas poseen una incli-
una depresión en su lado izquierdo, debido a nación muy leve, siguiendo la dirección casi
la gran falta de piezas dentales en esta zona, en ángulo recto que presentan las ramas en
mientras que su mentón es de forma afinada relación al cuerpo mandibular y su proyección
y proyectado hacia anterior. Los pómulos son anterolateral es muy leve (Figura 10).
prominentes y la mejilla izquierda bastante
hundida, debido a la reabsorción de las piezas
dentales. Sus orejas poseen una leve inclina-
APROXIMACIÓN FACIAL DE INDIVIDUOS ARQUEOLOGICOS
DE LA COSTA ARREICA DE ANTOFAGASTA 43

Figura 9: Individuo 1 del sitio Caleta Buena Figura 10: Individuo 1 del sitio Alero Bandurrias 2.

PERÍODO INTERMEDIO TARDÍO. se proyecta sobre el inferior y su mentón es


redondeado y prominente. Sus mejillas se ob-
Individuo 1 del sitio Punta Loreto. Su rostro es servan levemente hundidas, remarcando lo
de forma elíptica, con grandes pómulos y per- prominente de sus pómulos. Las orejas mues-
fil facial recto. La distancia intercantal interna tran poca inclinación hacia posterior y se en-
es muy amplia y el eje de la abertura palpebral cuentran relativamente proyectadas anterola-
es oblicuo de comisura externa ascendente. La teralmente, en base a sus prominentes apófisis
raíz nasal es fina y hundida, el dorso convexo mastoides (Figura 11).
y la punta levemente abatida, con ventanillas
relativamente anchas. La boca del individuo
presenta un tamaño medio, el labio superior
DISCUSIÓN

COMPARACIÓN DEL TRABAJO


REALIZADO CON ANTECEDEN-
TES EN CHILE.
El trabajo de aproximación facial realizado so-
bre las muestras puede ser contrastado con el
único antecedente que se conoce en nuestro
país acerca de la utilización de esta técnica
en contextos arqueológicos, que es el traba-
jo reportado por Cebellin (1983), en el que
se realizó la aproximación facial de dos indi-
viduos que habitaron el valle de Azapa hace
más de mil años. Al comparar ambos traba-
jos, se observaron diferencias principalmente
en los métodos y marcadores de profundidad
de tejido empleados durante el proceso de
Figura 11: Individuo 1 del sitio Punta Loreto. aproximación facial, los cuales evidentemente
44 TALTALIA, N° 10, 2017

influyeron en el resultado final de las aproxi- Otro posible motivo de la baja similitud es la
maciones. En nuestro caso se optó por utili- diferencia de edad entre los individuos, don-
zar métodos que permitieran un mayor grado de el Individuo 1 de San Lorenzo 3 es mucho
de detalle en las distintas zonas del rostro, así más joven que el de Caleta Buena y el de Ale-
como aquellos que se encontraran empírica- ro Bandurrias 2. Quien sí presenta similitudes
mente comprobados. De la misma forma, se con el Individuo 1 de San Lorenzo 3 es el Indi-
priorizó el uso de marcadores de profundidad viduo 4 del mismo sitio, quizás debido a que
de tejido obtenidos en personas vivas, a dife- el primero al ser bastante grácil puede presen-
rencia del trabajo de Cebellin (1983), en el que tar mayor semejanza con un sujeto en pleno
se utilizaron datos obtenidos de cadáveres, crecimiento, aunque no podemos descartar la
ya que permitieron lograr un mayor grado de posibilidad de que el pertenecer al mismo si-
exactitud y realismo al reproducir los tejidos tio y haber vivido en el mismo período tenga
blandos. alguna relación.

COMPARACIÓN ENTRE INDIVI- COMPARACIÓN DE INDIVIDUOS


DUOS DEL PERÍODO ARCAICO IV. MASCULINOS DEL PERÍODO AR-
CAICO IV E INTERMEDIO TAR-
A partir de la comparación de los individuos DÍO.
1 y 2 del sitio Copaca 1 (Arcaico IV) se pudo
determinar que poseían características muy si- Al comparar todos los individuos masculinos
milares, tanto en la forma general del rostro de la muestra (dos pertenecientes al período
como en sus estructuras faciales, donde es po- Arcaico IV y uno al Intermedio Tardío), se ad-
sible observar que poseen pómulos grandes, virtió que las características en común que
nariz ancha, labio superior más proyectado presentan son los pómulos proyectados, el
que el inferior, ojos bastante separados y ore- ancho en la base de la nariz, la amplia separa-
jas levemente inclinadas hacia posterior, con ción entre los ojos y la robustez de su frente,
una proyección anterolateral mínima. Esto per- reflejada en sus prominentes arcos superficia-
mitiría inferir que los individuos masculinos les y glabela. Estas características permiten in-
durante este período pudieron presentar un ferir que estos rasgos pudieron ser comunes en
patrón de rostro con rasgos bastante comunes. individuos masculinos que habitaron la zona
de la costa arreica durante estos períodos,
aunque se necesita una muestra mayor para
COMPARACIÓN ENTRE INDIVI- tener una idea más clara.
DUOS DEL PERÍODO FORMATI-
VO.
COMPARACIÓN ENTRE LOS INDI-
En los individuos adultos del período Formati- VIDUOS FEMENINOS Y MASCULI-
vo se apreció un resultado completamente dis- NOS DE LA MUESTRA.
tinto, donde la similitud entre los rasgos obser-
vados es baja. Sólo se encontraron similitudes A pesar de que en los individuos masculinos y
en el ancho de la base de la nariz, la distancia femeninos de la muestra la nariz posee distin-
intercantal interna y el perfil facial convexo. tas características, en todos se determinó que
Probablemente estas diferencias se produjeron era ancha, lo que sería el rasgo más común
por la ausencia de la mandíbula original en el entre ellos, seguido por la profundidad de los
Individuo 1 de San Lorenzo 3, quien además ojos y la distancia intercantal amplia. Si bien
en otras regiones del cráneo presentaba ras- no se aprecia un marcado dimorfismo sexual
gos más gráciles que el resto de los individuos de los rasgos faciales, sí se advierte que las
adultos del período Formativo.
APROXIMACIÓN FACIAL DE INDIVIDUOS ARQUEOLOGICOS
DE LA COSTA ARREICA DE ANTOFAGASTA 45

mujeres poseen cráneos mucho más peque- mientras que el Individuo 4 posee una frente
ños que los hombres. proyectada en la región superior a la glabela,
por tratarse de un individuo de corta edad.
COMPARACIÓN ENTRE LOS IN- Los huesos nasales están muy relacionados
DIVIDUOS DE LA MUESTRA Y LA con la forma que adopta el dorso de la nariz,
INFORMACIÓN ETNOHISTÓRICA ya que mientras mayor sea su proyección ha-
RECOPILADA. cia superior, la nariz presentará un dorso des-
de cóncavo hasta sinuoso. En el caso de los
D’Orbigny (1835, en Latcham 1910) destacó
individuos estudiados se observan principal-
algunas de las características faciales de los
mente narices de dorso convexo y sinuoso, las
changos, como la forma horizontal de los ojos
cuales efectivamente corresponden a huesos
y el tamaño medianamente prominente de la nasales bastante pronunciados. Sobre la esco-
nariz, la cual sería angosta en su punta y de tadura hendida, toda la muestra, exceptuan-
ventanillas anchas, pero jamás aguileña. Al do el Individuo 2 de Copaca 1, presenta una
comparar esta información con los rasgos de raíz nasal levemente hundida o muy hundida.
las aproximaciones faciales realizadas, es po- En los individuos de los sitios Caleta Buena,
sible notar que los rostros de los individuos 1 Alero Bandurrias 2 y Punta Loreto se aprecian
y 2 del sitio Copaca 1 son los que más se acer- mandíbulas muy proyectadas en la zona del
can a esta descripción, ya que poseen un eje mentón, pero sólo el segundo de ellos posee
de la abertura palpebral de tipo horizontal y un mentón cuadrado, al igual que el Individuo
una nariz de ventanillas anchas y punta levan- 1 de Copaca 1.
tada. Tanto la prominencia como la dirección
de la punta de la nariz varían en los distintos Respecto a la forma del rostro de los changos,
individuos de la muestra, pero efectivamente Latcham (1910) retoma algunos de los rasgos
no se observan narices de forma aguileña. señalados por D’Orbigny (1835, en Latcham
1910) y agrega que la nariz a pesar de ser pro-
Latcham (1910) realizó una descripción bas- minente y carnosa, posee en general un dorso
tante más completa, en la cual incluyó ca- recto, la boca es grande, los carrillos (pómu-
racterísticas del cráneo de los individuos que los) son anchos pero no muy salientes y las
estudió. Entre ellas menciona que los changos mujeres tienen órbitas más grandes y orificios
poseen un occipital algo protuberante, arcos nasales más separados que los hombres. Al
superciliares y glabela muy pronunciados, al observar los rasgos que presentan las aproxi-
igual que sus huesos nasales; la escotadura maciones faciales realizadas, es posible apre-
nasal es hendida y la mandíbula es fuerte e ciar que ningún individuo posee la totalidad
inclinada hacia anterior, con el mentón rela- de las características descritas por este autor,
tivamente cuadrado. En la muestra es posible pero sí una mezcla de ellas. Por ejemplo, en
apreciar un occipital protuberante en el In- el Individuo 1 de Copaca 1 se aprecian la ma-
dividuo 2 de Copaca 1, en el Individuo 1 de yoría de los rasgos planteados por este autor,
San Lorenzo 3 y en el Individuo 1 de Alero a excepción de una mandíbula cuadrada y
Bandurrias 2. La mayoría de los individuos de proyectada, un dorso nasal recto y carillos an-
la muestra presentan una glabela y arcos su- chos, aunque esto puede deberse simplemen-
perciliares prominentes, a excepción de aque- te a una subestimación del grosor del tejido
llos que pertenecen a San Lorenzo 3, donde facial según los datos de espesores elegidos.
el Individuo 1 presenta arcos superciliares Al comparar el tamaño de las órbitas de los in-
levemente marcados, probablemente debido dividuos femeninos del período Formativo son
a que se trata de un adulto joven de sexo fe- más grandes, en relación al resto del rostro,
menino, presentando rasgos bastante gráciles, que en el individuo masculino de Punta Lo-
46 TALTALIA, N° 10, 2017

reto, perteneciente al período Intermedio Tar- un mentón redondeado y proyectado hacia


dío. Sin embargo, las órbitas de los individuos anterior.
del Arcaico IV del sitio Copaca 1 son aún más
grandes, por lo que no se cumple lo planteado A partir de los resultados obtenidos al compa-
por Latcham (1910). rar cada descripción con los individuos de la
muestra, nos encontramos con que no se ob-
En su paso por Chile, Ruschenberger (1843) serva un marcado patrón de rasgos comunes
pudo observar directamente a un pescador entre ellos, más bien cada uno de ellos posee
balsero de Cobija, señalando que poseía un algunas de las características mencionadas por
rostro de nariz aplanada y estrecha de raíz, los autores, pero también otras que no coinci-
ojos pequeños y muy separados, con ejes que den con las descripciones. Solamente en los
se inclinaban el uno hacia el otro y de pómu- individuos del sitio Copaca 1 se observó simi-
los altos. Agrega además que el ángulo de su litud con la descripción realizada por D’Or-
cara era similar al común de los caucásicos o bigny (1835, en Latcham 1910), pero al ser am-
europeos. Como se mencionó anteriormente, pliada por Latcham (1910) dejan de seguir el
la raíz aplanada está presente en toda la mues- patrón. No obstante, los rasgos descritos que
tra (a excepción del Individuo 2 de Copaca 1), más se distinguieron entre la muestra fueron
mientras que los únicos que poseen una nariz los pómulos prominentes, la nariz ancha y la
de raíz estrecha son el Individuo 1 de San Lo- amplia distancia entre los ojos.
renzo, el de Alero Bandurrias 2 y el de Punta
Loreto. A partir de las distancias intercantales La ausencia de un individuo que posea rasgos
internas observadas en la muestra, se puede más cercanos a los descritos por los autores
señalar que todos los individuos adultos po- mencionados puede deberse al tamaño de la
seen ojos ampliamente separados, tal como lo muestra, la que podría ser poco representa-
plantea este autor. tiva como para determinar con mayor preci-
sión las características faciales típicas entre los
Respecto a la inclinación de los ojos, nos en- individuos que habitaron la costa arreica de
contramos con que es muy variada dentro de Antofagasta entre los períodos Arcaico IV e In-
la muestra, apreciándose ejes de la abertura termedio Tardío. Otro motivo puede estar rela-
palpebral tanto horizontales como de eje obli- cionado con el hecho de que los individuos de
cuo de comisura ascendente o descendente. la muestra pertenecen a sitios arqueológicos
Los pómulos son prominentes prácticamente distintos, algunos muy separados geográfica-
en todos los individuos adultos, especialmen- mente y pertenecientes a períodos diferentes,
te en los masculinos, destacando los indivi- lo que podría complicar la observación de
duos de Copaca 1. Finalmente, Ruschenber- rasgos comunes marcados entre ellos. Algu-
ger (1834) menciona el “ángulo de la cara”, el nos autores indican que los changos pudieron
cual es un método de comparación facial muy mantener relaciones de carácter exogámico
antiguo, pero que nos permite saber que pro- (MCHAP 2014), lo cual implicaría un aumen-
bablemente consideró que este ángulo en los to de la variabilidad genética en estos grupos
changos era similar a los europeos, al observar debido a las migraciones, la que pudo llegar
individuos con nariz de raíz hundida, labios a expresarse en sus características faciales. A
sin una marcada proyección el uno del otro pesar de que no se pueda asegurar si esta re-
y mentones cuadrados, como un individuo gla se aplicaba a los individuos que habitaban
caucásico. En la muestra sí es posible obser- la costa arreica en tiempos prehispánicos, de
var estos rasgos, exceptuando al individuo de haber sido así es posible que esto determinara
Caleta Buena, que presenta prognatismo de la una mayor variedad de rasgos faciales como
mandíbula y el de Punta Loreto, el cual tiene los que hemos observado en los individuos de
la muestra.
APROXIMACIÓN FACIAL DE INDIVIDUOS ARQUEOLOGICOS
DE LA COSTA ARREICA DE ANTOFAGASTA 47

CONCLUSIONES y Santoro 2011; Pestle et al. 2015), lo cual pudo


provocar una mayor diversidad en los rasgos
A través de la aproximación facial de los 7 in- faciales de los individuos pertenecientes a este
dividuos que conformaron la muestra se logró período.
realizar comparaciones de los rasgos tanto
Tanto en individuos masculinos como femeni-
entre sí como con la información etnohistóri-
nos se observó similitud en rasgos como una
ca recopilada. En cuanto al contraste entre el
nariz ancha, ojos profundos y una distancia
trabajo realizado y lo reportado por Cebellin
intercantal amplia. Sin embargo, no se obser-
(1983), las diferencias radicaron principalmen-
vó un patrón común de rasgos, en especial
te en los métodos y los marcadores de pro-
en los individuos femeninos, probablemen-
fundidad utilizados. En nuestro caso se optó
te debido a la ausencia de mandíbula en el
por aquellos que estuvieran empíricamente
Individuo 1 de San Lorenzo 3. Si bien no se
comprobados, lo que permitió lograr un ma-
aprecia un marcado dimorfismo sexual de los
yor detalle y realismo en las aproximaciones.
rasgos faciales, si se advierte que las mujeres
A partir de la comparación de los individuos poseían cráneos mucho más pequeños que los
1 y 2 del sitio Copaca I (Arcaico IV) se obser- hombres.
vó un rostro de características relativamente
En cuanto a la comparación con datos etnohis-
comunes. Similar resultado se obtuvo al com-
tóricos, se observó que los únicos individuos
parar a todos los individuos masculinos de la
de la muestra que coinciden mayormente con
muestra, lo cual permite inferir que posible-
la descripción física del “chango” realizada
mente pudieron presentar un patrón de rasgos
por D’Orbigny (1835, en Latcham 1910) son
bastante comunes durante este período, aun-
los del sitio Copaca 1, mientras que ninguno
que se necesita una muestra mayor para tener
de los individuos concuerda totalmente con
una idea más clara al respecto.
la descripción de Latcham (1910), la que in-
En el caso de los individuos pertenecientes cluye lo planteado por D’Orbigny (1835, en
al período Formativo se apreció un resultado Latcham 1910) más algunos datos extras. A
completamente distinto, con una baja similitud pesar de esto, todos los individuos mostraron
entre los rasgos. Esta falta de un patrón común al menos una de las características descritas
puede estar relacionada con la ausencia de la por este autor. En el caso de la descripción
mandíbula en el Individuo 1 de San Lorenzo 3, de Ruschenberger (1834), se incluyen rasgos
quien además de ser más joven presenta una como la raíz nasal hundida, que se distingue
mayor gracilidad en el cráneo. Respecto a la en toda la muestra, a excepción del Individuo
comparación entre los individuos adultos y el 2 de Copaca 1, así como la distancia intercan-
subadulto del período Formativo, la mayor si- tal amplia y pómulos prominentes, rasgos que
militud se encontró entre el Individuo 1 y el 4 se observan en todos los individuos.
de San Lorenzo 3, quizás simplemente debido
a que el primero al ser bastante grácil puede Si bien los individuos de la muestra no repre-
presentar mayor semejanza con un sujeto en sentaron fielmente lo descrito por los distintos
pleno crecimiento, aunque no podemos des- autores, no cabe duda de que sí poseen cier-
cartar la posibilidad de que el pertenecer al tos rasgos que les caracterizan. Los pómulos
mismo sitio y haber vivido en el mismo perío- prominentes, la nariz ancha y los ojos bastan-
do tenga algún efecto. te separados son algunos de los rasgos que se
observan en la mayor parte de los individuos
Cabe destacar, que durante el Formativo se estudiados, lo que podría indicar una cierta
hacen mucho más estables los contactos de homogeneidad de algunas características en
los grupos costeros con los del interior (Núñez estos grupos humanos.
48 TALTALIA, N° 10, 2017

Consideramos necesario mencionar algunos dos, ya que durante estos amplios períodos
de los posibles motivos del porqué de las di- de tiempo pudieron ocurrir gran cantidad de
ferencias observadas entre los individuos de eventos, especialmente movimientos migrato-
la muestra y las descripciones recopiladas, las rios y situaciones que implicaron la disminu-
cuales creemos se basan en tres aspectos: ción de individuos en un grupo o su desapa-
rición.
1) Muestra: Debido a su tamaño, la muestra
pudo no ser lo suficientemente representativa 3) Exogamia: si estos grupos se rigieron por la
para observar una mayor cantidad de rasgos regla de la exogamia, probablemente mantu-
comunes entre los individuos. vieron relaciones con grupos ajenos, tanto de
la misma costa como del interior, lo que au-
2) Contexto espacio-temporal: Los individuos mentaría su variabilidad genética, generando
de la muestra fueron excavados en distintos una mayor diversidad de rasgos en los indivi-
sitios arqueológicos, de entre los cuales uno duos de la zona.
pertenecía al período arcaico IV, tres al pe-
ríodo Formativo y uno al período Intermedio Aparte de los motivos señalados anterior-
Tardío. Estos sitios no sólo son distantes tem- mente, se debe recordar que las descripcio-
poralmente, sino que también se encuentran nes de los changos que se encuentran en los
separados por amplias distancias geográficas, documentos etnohistóricos fueron realizadas
en especial el sitio Copaca 1. A partir de estos en contextos históricos particulares, tanto en
planteamientos, son muchas las hipótesis que tiempos de Conquista como en la Colonia.
pueden plantearse respecto a la situación de Los criterios utilizados por los cronistas para
los individuos en cada sitio. Si bien la dieta de describir las características físicas de los chan-
estos individuos, principalmente compuesta gos probablemente fueron muy distintos a los
por recursos marinos, se mantuvo constante a actuales, además de quizás estar influidos por
pesar de los diferentes períodos a los que estos ideas etnocentristas, por lo que las descripcio-
corresponden (Andrade et al. 2014; Andrade nes de rasgos pudieron ser realizadas de ma-
et al. 2015), las posibles diferencias en las for- nera exagerada. Aun así, si bien los individuos
mas de preparación de los alimentos pudieron de la muestra no representaron fielmente lo
influir en un mayor o menor desarrollo de la descrito por los autores, no cabe duda de que
musculatura ligada a la masticación, lo que a sí poseen ciertos rasgos que les caracterizan,
su vez pudo determinar el grado de robustez lo que nos lleva a pensar en una cierta homo-
de la región maxilar. Por otro lado, el uso para- geneidad de algunas características en estos
funcional de la dentadura, en menor o mayor grupos humanos. Como ya fue mencionado
grado, con el fin de trabajar cueros o fibras, anteriormente en los antecedentes, el nombre
habría requerido de fuertes presiones mastica- “chango” probablemente no representa a una
torias (Andrade et al. 2014), pudiendo afectar etnia, más bien estaría relacionado al modo
la conformación facial de estos individuos, en de vida pescador recolector y no a un grupo
especial la forma de la mandíbula y sus res- específico.
pectivas inserciones musculares.
Por último, esperamos que la información
Además, es probable que estos individuos de recopilada y los datos obtenidos a partir de
la costa mantuvieran contacto con grupos hu- la aproximación facial de los individuos que
manos del interior y tierras altas (Santana-Sa- conformaron la muestra sirvan como piedra
gredo et al. 2015), los cuales pudieron influir angular para la realización de nuevas investi-
en sus modos de vida e incluso relacionarse gaciones en el área, que permitan aumentar
con ellos. Estos diversos contextos pudieron los conocimientos respecto a la fisonomía de
causar los diferentes tipos de rasgos observa- los individuos que habitaron la costa arreica
APROXIMACIÓN FACIAL DE INDIVIDUOS ARQUEOLOGICOS
DE LA COSTA ARREICA DE ANTOFAGASTA 49

de Antofagasta y sectores aledaños. Además, REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS


consideramos que la exposición de las aproxi-
maciones realizadas sería un buen aporte para ANDRADE, P., V. CASTRO y C. ALDUNATE
el mayor acercamiento del público no espe- 2016. Reconstrucción del modo de vida de
cializado a las investigaciones científicas. individuos del Arcaico de la costa arreica del
norte de Chile: una aproximación bioarqueo-
Es importante que a futuro se realicen estu-
lógica desde el sitio Copaca 1. Chungara Re-
dios acerca del espesor en los tejidos blan-
vista de Antropología Chilena 48(1):73-90.
dos faciales en poblaciones de nuestro país,
idealmente en personas vivas para reducir el ANDRADE, P., R. FERNÁNDEZ, K. CODJAM-
margen de error que estos puedan presentar. BASSIS, J. URREA, L. OLGUÍN, S. REBOLLE-
Sería interesante que se continuara realizan- DO, F. LIRA, C. ARAVENA y M. BERRÍOS 2015.
do este tipo de investigaciones en individuos Subsistence continuity linked to consumption
de contextos arqueológicos, para así poder of marine protein in the Formative period in
ampliar la muestra y realizar comparaciones the interfluvic coast of northern Chile: Re-as-
con resultados más representativos. Para esto, sessing contacts with agropastoral groups from
lo ideal sería tener acceso a un mayor núme- highlands. Radiocarbon 57(4):679-688.
ro de cráneos de las zonas contempladas en
este trabajo y en especial de aquellas que se ANDRADE, P., D. SALAZAR, J. URREA y V.
ubican entre Tocopilla y Taltal, ya que existe CASTRO 2014. Modos de vida de los caza-
una distancia espacial muy amplia entre éstas. dores-recolectores de la costa arreica del
También se podría trabajar con individuos de Norte Grande de Chile: una aproximación bio-
otras zonas de Chile, con el fin de observar arqueológica a las poblaciones prehistóricas
las variaciones de los rasgos entre los grupos de Taltal. Chungara Revista de Antropología
originarios del país. Respecto a la técnica de Chilena 46(3):467-491.
aproximación facial en sí, se debería realizar
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la comprobación de los métodos más usados
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para determinar la forma de algunas regiones
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Los autores agradecen a los proyectos BITTMANN, B. 1984. Interrelaciones étnicas
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por el apoyo y confianza al poner a nuestra de Chile y sur de Perú en el contexto de la co-
disposición las muestras utilizadas en esta in- lonia: los camanchacas. Estudios Atacameños
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REFLEXIONES SOBRE VALOR E INTERCAMBIO


DE OBJETOS EN LA COSTA DE ATACAMA

REFLEXIONS ABOUT OBJECTS VALUE


AND EXCHANGE IN THE ATACAMA COAST

BENJAMÍN BALLESTER1 Y FRANCISCO GALLARDO2

“Descifrar los signos del mundo quiere decir siempre


luchar contra cierta inocencia de los objetos”
Roland Barthes, La cocina del sentido.
(1993:224)

I pieles de focas; dos de ellas de la misma lon-


gitud unidas entre sí, lado a lado, que se ase-
A pocas décadas de las primeras incursiones mejan en forma a un bote: tienen en cada una
de la Corona de Castilla a tierras chilenas, el de ellas una pequeña tripa, o algo parecido
Imperio Británico ya organizaba viajes al gran para inflarlos de aire, razón por la que flotan, y
Mar del Sur movidos por el conflicto latente se infla rápidamente, permitiéndoles cargar no
entre ambas potencias y la búsqueda de ri- poca carga. En eso, apenas vieron nuestro bar-
quezas. El viaje del comandante Francis Drake co, trajeron una carga de pescado de distintos
entre 1577 y 1580 debe ser uno de los más tipos, para traficar con nosotros por cualquier
conocidos por toda la sabrosa mitología que bagatela que les diéramos a cambio, como cu-
le rodea y por su paso por las costas de Chile chillos, margarites, vidrios, y cosas como esas,
en un intento de instalar bases británicas (Wi- con las que hombres de 60 y 70 años de edad
lliams 1997). Paradojalmente para los propó- se ponían tan contentos como si hubieran re-
sitos de este ensayo, una de las motivaciones cibido alguna tremendamente rica mercancía,
principales de quien fuera nombrado Caballe- siendo gente muy simple y llana para tratar”
ro en 1581 por Elizabeth I fue establecer rela- (Vaux 1854: 106).
ciones de intercambio en tierras controladas
Si bien no se detalla con claridad el punto
por España.
exacto en que este encuentro toma lugar, tan-
Quedémonos con un fragmento del relato de to antes como después del fragmento citado se
este viaje en su paso rumbo al norte por el menciona a la región de “Mormorena”. Es muy
litoral del desierto de Atacama: probable que esta localidad corresponda a
Morro Moreno en la parte sur de la península
Entre el 22 y el 26 de enero de 1579, pasando de Mejillones, ya que el navegante holandés
cerca de algunos pueblos de indios, “vinieron Oliver van Noort (1610) en su mapa de 1602
muchas de estas personas en balsas hechas de

UMR7041,ArScAN, Équipe Ethnologie Préhistorique, Université Paris 1 Panthéon-Sorbonne, Francia.


1

benjaminballesterr@gmail.com
CIIR, Pontificia Universidad Católica de Chile, Instituto de Sociología, Santiago, Chile.
2

fgallardo.ibanez@gmail.com
54 TALTALIA, N° 10, 2017

marca este punto también como “Mormore- del macizo de Morro Moreno, aparecieron los
ne”. cuerpos esqueletizados de tres personas: un
niño, una mujer y un hombre adulto envueltos
Solo veinte años después (1599) de Drake, en un grueso tejido de color café (Ballester et
en los diarios de viaje de su coterráneo al. 2010; Bravo 1981; Cruz y Llagostera 2011).
Thomas Cavendish, se relata: El ajuar del individuo adulto llamó inmediata-
“El día quince llegamos a un lugar llamado Mo- mente la atención; portaba una pequeña e im-
rro Moreno, que queda ubicado en 23 grados provisada cruz de madera de 20 cm de largo
y medio, y es un excelente embarcadero: y hay en su pecho, hecha con dos maderos delgados
una isla que forma una entrada de mar en la amarrados en su unión, además de un collar
que el barco puede entrar1; aquí fuimos con de cuentas de vidrio esferoidales y tubulares
nuestro general hasta la costa con 30 hombres: en su cuello. Conjunto de elementos que si-
y cuando caminábamos por la costa luego de túan los cuerpos hacia el período Colonial.
desembarcar, los indios del lugar bajaron de Casi cuatro décadas después se volvió a estu-
las rocas para encontrarse con nosotros, con diar el contexto mortuorio, esta vez desde los
agua fresca y madera en sus sacos. Tienen tre- materiales que aún quedaban en las bodegas
mendo temor a los españoles, y son gente muy del Museo de Antofagasta. Lamentablemente
sencilla, y viven de forma muy salvaje: Nos lle- el collar de cuentas de vidrio había desapa-
varon a sus residencias que estaban a dos mi- recido en los constantes traslados de piezas y
llas del embarcadero: y ahí, en vez de casas, cambios de edificio del museo durante la dic-
no hay más que cinco o seis palos cruzados, tadura militar, pero el resto del ajuar continua-
que se mantienen en pie gracias a estacas. Su ba ahí. Junto a los cuerpos había además frag-
dieta es pescado crudo, que apesta terrible- mentos de herraduras oxidadas, clavos gruesos
mente. Y cuando algunos de ellos muere, los de sección cuadrada de distintos largos y do-
entierran con sus arcos y flechas, con su canoa blados por uso, además de una placa delgada
y todo lo que tienen: nosotros abrimos una de de metal con huellas perimetral es producto
estas tumbas, y vimos su orden. Sus canoas o de su utilización como un artefacto de corte
balsas maravillosamente construidas con dos (Figura 1); objetos que refuerzan este vínculo o
pieles a modo de vejigas, que son completa- contacto con el mundo europeo. Sin embargo,
mente infladas por sus extremos: tienen dos con ellos había también una serie de bienes
de estas vejigas completamente infladas, que de clara tradición prehispánica: cuatro puntas
están unidas con un tendón de alguna bestia de proyectil líticas triangulares de base recta
salvaje, atados. Ellos van al mar en estos botes, y cóncava, cinco tubos de hueso, un peine de
y capturan mucho pescado con ellos” (Pretty madera y tres paquetes hechos con retazos de
1904: 306-307). textiles amarrados (Figura 1). Uno de los tu-
bos de hueso tiene una extremidad tallada y
pulida para formar una suerte de boquilla, tal
II vez se trate de una de las populares copunas
para inflar las balsas de cuero de lobo marino
En la década de 1970, durante la construcción (Mac-Lean y Castro 2014). El único de los pa-
de una casa en el balneario de Juan López, an- quetes textiles que se pudo abrir contenía una
tiguamente llamado Abtao y ubicado a los pies pluma alargada de color verde, amarillo y rojo
(Figura 2), de un ave que claramente no habita
el ambiente litoral y que muy probablemente
provino del altiplano o la vertiente oriental de
1
Se trata de la isla Santa María, emplazada entre las actuales
Caleta Constitución y Errázuriz, en los faldeos occidentales los Andes.
del Morro Moreno.
REFLEXIONES SOBRE VALOR E INTERCAMBIODE OBJETOS
EN LA COSTA DE ATACAMA 55

Como complemento del estudio de los ajuares peces los extranjeros intercambian con los
de los cuerpos se hicieron análisis químicos pescadores entre 500 y 600 libras de pescado
para conocer su dieta pasada y antigüedad. seco, el equivalente a entre 225 y 270 kg. Si
Los resultados mostraron que el sujeto adulto el pescado reduce su peso en un 80% tras el
tuvo una alimentación fuertemente orientada proceso de evisceración y secado (Rodríguez
hacia el consumo de animales marinos2, mien- 2007), su peso original pudo ser entre 1130
tras que la datación radiocarbónica arrojó una y 1360 kg de pescado crudo; una cifra con-
fecha de 810±30 años antes del presente (AP)3. siderable que demuestra el enorme volumen
de producción y capacidad de intercambio
de estos colectivos litorales. Pocos años más
tarde, otro francés, Amedée Frezier (1717), co-
III
menta también que los nativos de esta costa se
alimentaban principalmente del mar, aunque
Los relatos de encuentros entre navegantes
complementado en parte con algo de maíz y
foráneos y pescadores locales en el litoral de-
papas que obtenían desde Atacama a cambio
sértico suelen destacar escenas de trueque e
de pescado.
intercambio de bienes y productos; las cróni-
cas de Drake y Cavendish solo son los ejem- En el siglo XIX los relatos de encuentros, con-
plos más tempranos de una larga lista. Algunas vivencias e intercambios se incrementan. Du-
de las referencias más significativas se concen- rante el viaje de 12 días del químico y etnó-
tran a comienzos del siglo XVIII. En 1707 el logo británico William Bollaert (1851, 1854)
mercader francés Vicent Bauver se detiene en desde Cobija a Paposo en 1828, este entabló
Cobija para retratar nítidamente la actividad múltiples contactos con caletas indígenas y
pesquera de los nativos litorales: “cuando ter- pescadores en sus balsas de cuero de lobo
mina la pesca vacían estos pescados para ex- marino. En Caleta de Cardón tres sujetos en
ponerlos al aire en donde se secan sin pudrirse una balsa se acercaron a la embarcación de
y sin tener que salarlos, así es bueno y puro Bollaert para intercambiar pescado seco por
el aire; con ellos se alimentan y los venden harina y coca. Al llegar a Paposo define la lo-
para vestirse pues no atesoran nada” (Pernaud calidad como “el principal lugar de encuen-
1990: 45-46). Sólo tres años después, en mayo tro de los changos o pescadores de la costa,
de 1710, arriba a esta misma bahía el naturalis- quienes intercambian pescado seco por vesti-
ta y sacerdote Louis Feuillée, proveniente tam- mentas, harina, cacao, tabaco, etc.” (Bollaert
bién desde Francia. Sobre sus habitantes dice: 1851:127). A fines de 1853 y comienzos de
“toda la ocupación de los indios es la pesca, el 1854 Rodulfo Philippi (1860) visita los alrede-
pescado hace su riqueza, y su comercio con- dores de Taltal y Paposo luego de una larga
siste en intercambios de pescado secado al sol, travesía en burro y a pie por el desierto. Entre
contra tejidos que los habitantes del interior les sus anécdotas cuenta que los changos litorales
traen antes de la cuaresma, tiempo en el cual solían cambiar pescados secos por coca con
ellos vienen a hacer sus provisiones” (Feuillée sus vecinos atacameños.
1714: 588). Aprovechando la abundancia de

IV
2
Los resultados mostraron que de niveles elevados de la
cadena trófica, con valores de δ15N de 24,97‰ y de δ13Ca
de -12,28‰ (Pestle et al. 2015a, 2015b).
En los cementerios precolombinos del litoral
3
AMS, fecha tomada sobre costilla, código Beta 335822. La
datación obtenida es previa al momento de contacto de Antofagasta se han recuperado objetos
europeo, pero esto se debe al problema del efecto reservorio
de la muestra ya que la dieta del individuo era marina. Su exóticos provenientes de múltiples localida-
calibración es compleja y poco certera, por lo que preferimos
dejar sólo el fechado convencional. des. Tal vez el número no es lo suficientemen-
56 TALTALIA, N° 10, 2017

Figura 1: Piezas arqueológicas asociadas a la tumba colonial de Juan López. Incluye cabezales bifa-
ciales de materia prima lítica (A-D); tubos de hueso trabajados (E-I), uno de ellos con un modelado
en forma de boquilla en uno de sus extremos (E); un peine de madera (J); cuatro clavos de distintos
tamaños y niveles de desgaste, notoriamente doblados, lo que demuestra que fueron utilizados; (O)
un fragmento de herradura de metal.
REFLEXIONES SOBRE VALOR E INTERCAMBIODE OBJETOS
EN LA COSTA DE ATACAMA 57

te elevado para que algunos lo consideren un de Taltal (Mostny 1964). Durante el período
fenómeno significativo, pero deben recordar Formativo, entre los 2500 y 1200 Cal AP, el
que al ser bienes no producidos en la costa volumen de bienes foráneos es notoriamente
circularon en baja cantidad según la inten- mayor, y junto al kit de contenedores cerámi-
sidad de las relaciones económicas de cada cos característicos del período, destacan tam-
época, sin olvidar además que en la región bién cestos de fibras vegetales, tejidos, gorros,
van más de cinco siglos de continuos saqueos turbantes, pipas, tabletas, valvas de moluscos
de tumbas en búsqueda de este tipo de pie- dulceacuícolas (Strophocheilus sp.), adornos
zas; el relato de Thomas Cavendish es el mejor de oro y cobre, artefactos manufacturados so-
ejemplo. No fueron bienes abundantes en el bre animales exógenos y vegetales cultivados
pasado y han sido los objetos más cotizados (Figura 3) (Ballester y Clarot 2014; Capdeville
por los saqueadores de tumbas, condiciones 1928; Carrasco et al. 2015, 2017; Gallardo et
de formación del registro arqueológico en el al. 2017a, 2017b; Labarca et al. 2015; Mostny
presente que deben saber juzgar bien los in- 1964; Núñez, L. 1974, 1984; Spahni 1967). Pos-
vestigadores. terior al 1000 Cal AP y hasta la época de con-

Figura 2: Pluma de colores verde, rojo y amarillo que se encontraba dentro de un envoltorio textil ofrendado a la tumba
colonial de Juan López.

La arqueología costera muestra que los ob- tacto europeo –Períodos Intermedio Tardío y
jetos provenientes del interior comienzan a Tardío–, se concentra la era de mayor circula-
aparecer al menos hacia el período Arcaico ción de objetos y productos hacia el litoral de-
Tardío, entre los 6500 y 4000 Cal AP4 (Balles- sértico; hachas, tumis, placas, cencerros, cam-
ter y Gallardo 2011). Famosas son las plumas panillas, manoplas, alfileres, anillos y pinzas de
de aves cordilleranas, cornamentas de taruca metal, vasijas cerámicas finamente decoradas,
y restos de obsidiana del sitio Caleta Huelén cestos, espátulas de hueso, cucharas y tabletas
42 en la desembocadura del río Loa (Núñez et de madera, tejidos, gorros, peines, husos, tor-
al. 2014; Núñez, P. 1974), así como también la teras y vichuñas, entre tantos otros (Ballester et
pipa de piedra tubular que Augusto Capdeville al. 2014; Fuenzalida y Gallardo 2013; Mostny
recupera de un cementerio de la Puntilla Sur 1964; Núñez 1984, 1987; Spahni 1967).

El arribo de estos bienes estuvo acompañado


del flujo inverso de otros objetos y productos
4
Cal AP = años antes del presente, cifra calibrada.
58 TALTALIA, N° 10, 2017

desde el litoral hacia los valles y oasis del in- multidimensionales y polisémicos, cargados
terior del desierto. Los más comunes fueron de una red de sentidos y alusivos a una esfe-
los pescados, junto a artefactos fabricados con ra relacional, actuando más bien como signos
valvas de moluscos marinos y valvas como que como artefactos pasivos.
materia prima. Desde el sitio de Gatchi 2C de
San Pedro de Atacama se recuperaron restos En los ajuares funerarios de la tumba de época
de peces y valvas de moluscos marinos en un colonial encontrada en Juan López se mezclan
estrato fechado en 5774-5314 Cal AP (Agüe- diversas proveniencias y tradiciones en un
ro y Uribe 2011), situación similar a la que se mismo valor de uso, como ofrenda a un di-
ha documentado en otros sitios interiores del funto. En cierta medida quienes depositaron
Arcaico Tardío, como en Chiuchiu (Benavente estos objetos los dispusieron en igual escala
1988/1989) y Tarapacá (Casteel 1980). La cir- valórica: las puntas líticas junto a los clavos
culación de pescado aumentó considerable- metálicos, los tubos de hueso junto a las he-
mente hacia el Período Formativo, y así lo han rraduras, el collar de cuentas de vidrio junto a
dejado en evidencia la presencia de restos de la colorida pluma exótica. Los valores prístinos
peces en basurales y como ofrenda en con- de estos objetos se licuaron; la punta estaba
textos funerarios, pero especialmente gracias lejos de la caza, el clavo fuera de cualquier
a la información entregada por los análisis de estructura de madera, la copuna desligada del
isótopos estables de los sujetos enterrados en odre de la balsa y la herradura desclavada de
los valles y oasis desérticos (Benavente 1978, la pezuña del animal domesticado. Si conside-
1981; Cartajena 1994; Castillo 2015; Castillo ramos que todos los objetos tienen una arista
et al. 2017;González y Westfall 2010; Pestle et de sentido que desborda su dimensión funcio-
al. 2015a, 2015b; Pollard 1971; Thomas et al. nal más evidente –ninguno es sólo función y
1994; Torres-Rouff et al. 2012). ninguno carece completamente de sentido–,
su valor deambula siempre entre los planos in-
fraestructural y superestructural, moviéndose
en una suerte de balanza que se inclina hacia
V uno u otro plano según el tipo de relaciones
que establece el colectivo social con el objeto
No somos los primeros en acentuar el papel y el contexto particular en el que esto ocu-
del intercambio de bienes entre los antiguos rre. Así, en manos de sus nuevos portadores
habitantes del litoral de Antofagasta; pioneros la escala valórica de los objetos pasa desde el
fueron Augusto Capdeville (Mostny 1964) y Ri- predominio del valor práctico, formal y fun-
cardo Latcham (1909, 1910) hace mucho más cional del artefacto propio de su diseño ori-
de un siglo. No obstante, queremos reflexionar ginal, hacia otro en cuanto signo dentro de su
acerca de la naturaleza de dichos intercam- nuevo contexto social, demostrando las múlti-
bios y del valor que adquieren estos objetos ples dimensiones en las que se desenvuelven
en circulación ahora en nuevas manos, dentro y toman significación los objetos en su propia
de un contexto social diferente al que los vio historia junto a los colectivos humanos.
nacer como productos. Creemos que el rol del
intercambio fue diferente al que nos plantea la Por conspicua que sea su presencia en sitios li-
economía formalista, lejos del beneficio inme- torales, su llegada no fue el resultado de mera
diato, la acumulación y la mera satisfacción de casualidad, el azar o de circunstancias excep-
las necesidades de subsistencia. También pen- cionales. Por el contrario, demuestran el inte-
samos que los valores de los objetos cambia- rés y pasión de un colectivo de agentes por los
dos no fueron monolíticos y evidentes como objetos foráneos, no producidos por sus pro-
nos aseguran las escuelas funcionalistas, sino pias manos, que refieren a mundos y personas
distantes y distintas, íconos de un “otro” no
REFLEXIONES SOBRE VALOR E INTERCAMBIODE OBJETOS
EN LA COSTA DE ATACAMA 59

costero, referentes del “no-yo”. Las palabras El valor de estos objetos cambiados es rela-
de Francis Drake son elocuentes: “hombres de cional. No es inherente a su materia, compo-
60 y 70 años de edad se ponían tan conten- sición y forma, tampoco a su función original
tos como si hubieran recibido alguna tremen- o la cantidad de trabajo invertido en su ma-
damente rica mercancía, siendo gente muy nufactura. En cuanto objeto cambiado éste
simple y llana para tratar” (Vaux 1854:106). deviene signo, y su corporalidad se convierte
El deseo por esos objetos no estaba en la ne- en significante para referirse a ese otro, a su
cesidad inmediata, superaba la idea etnocen- origen exótico y a la existencia de un vínculo
trista del nativo desprovisto que lucha por la entablado en el pasado que se perpetúa gra-
subsistencia, para encarnar sus apetitos por lo cias a la permanencia del objeto. Si sus muer-
exótico y una apertura cosmopolita al cambio, tos al fallecer y ser enterrados no dejan de ser
privilegiando aquellos significantes que mejor miembros activos del colectivo, estos objetos
servían a ese significado. Parece ser que lo im- al ser ofrendados en el ámbito funerario eter-
portante fue entablar el vínculo y poseer algo nizan además su permanencia en el grupo, y
que representara a lo largo del tiempo dicho con esto perpetúan su singular valor. Enten-
lazo con un otro, dotando de un nuevo valor dido así, el valor de estos objetos radica en
al objeto ya lejos de su diseño inicial y ante- su relación y posición frente a una estructura
riores causas de producción. Por eso el clavo mayor junto a quienes lo sueñan, producen,
estaba junto a la pluma y las cuentas de vidrio utilizan, circulan, donan, mueven, piensan y
con los tubos de hueso. consumen.

Figura 3: Algunos ejemplos de piezas arqueológicas ofrendadas en contextos funerarios costeros que tienen un origen
foráneo. Destacan vasijas cerámicas modeladas como las de los cementerios formativos de El Vertedero Municipal de
Antofagasta (A-B) (Carrasco et al. 2015) y de El Vaso Figurado de la Puntilla Sur de Taltal (D) (Mostny 1964), así como al-
gunas de época posterior como Caleta Huelén 12 en la desembocadura del río Loa (E) (Núñez 1987). Otras vasijas cerá-
micas son también foráneas al litoral, como la pieza ofrendada al cementerio formativo de Las Loberas 01 de Mejillones
(C) (Ballester y Clarot 2014) o aquella decorada tipo Taltape del cementerio PIT de Caleta Huelén 12 (F) (Núñez 1987).
En ciertos períodos de la secuencia costera se vuelven más comunes tabletas de madera para inhalar sustancias, como
aquella decorada con tres personajes antropomorfos del cementerio formativo de El Vertedero Municipal de Antofagasta
(G) (Carrasco et al. 2015), una con un modelado facial provenientes de uno de los cementerios formativos de Punta
Blanca en Tocopilla (H) (Ballester y Clarot 2014) y una tableta plana sin decorado recuperada por Jean Christian Spahni
del cementerio formativo de Caleta Huelén 20 (I) (Cabello 2007). Placa metálica decorada (J) presentada en Salazar y
colaboradores (2010: Fig. 3) que parece ser la misma que fotografía Augusto Capdeville (s/f:L44) proveniente el cemen-
terio PIT de Caleta Bandurrias. Finalmente dos de las pipas de piedra tipo T invertida (K) y una valva de Strophocheilus
sp. (L) utilizado como contenedor de pigmento rojo recuperadas del cementerio formativo de El Vertedero Municipal de
Antofagasta (Carrasco et al. 2015).
60 TALTALIA, N° 10, 2017

Pero la valorización de dichos objetos no es sus rasgos característicos para hacerlos pro-
sólo efecto sino también mecanismo. Valori- pios y mezclarlos con sus signos tradicionales.
zarlos a ese nivel generó un fenómeno de ca- Esta raíz relacional se expresa claramente en
talización y fomento del intercambio de este su cultura material prehispánica, pero también
tipo de bienes, fuertemente acentuado ade- luego en la continuidad de sus formas de enta-
más por la práctica común de ofrendarlos a blar vínculos y otorgar valor a los objetos cam-
los muertos, ya que los sacaba de circulación biados con los nuevos actores de la realidad
y de la vida cotidiana en las caletas. Si bien los colonial y republicana.
objetos cambiados tuvieron este valor cotidia-
no en manos de los colectivos litorales como
parte de su universo material, fue su ofrenda
AGRADECIMIENTOS
final a los muertos la que revitalizó su ciclo
económico reactivando las relaciones inter-
Proyecto Fondecyt 1160045. Al Museo de An-
grupales con esos otros de quienes servían de
tofagasta por su abierta disposición al estudio
significantes. Finalmente el consumo de estos
de colecciones. A Alex San Francisco y Mar-
signos incentivó sus significados.
cela Sepúlveda por su lectura y comentarios.
La sociedad litoral se construyó como cosmo-
polita, abierta al intercambio para crear rela-
ciones sociales con colectivos ajenos al mar. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Los objetos cargaron luego con ese valor re-
lacional que recordaba en cuanto significan- AGÜERO, C. y M. URIBE 2011. Las sociedades
te siempre a ese lazo y a ese otro. Incluye- Formativas de San Pedro de Atacama:
ron esos bien foráneos en su cultura material, Asentamiento, cronología y proceso. Estudios
les dieron un rol y cierto protagonismo, una Atacameños 42:53-78.
cabida y espacio en el mundo litoral. Este
fenómeno no es menor, ya que implica que BALLESTER, B. y F. GALLARDO 2011. Pre-
no solo se diseñaron ellos mismos como so- historic and historic networks on the Ataca-
ciedad con esos objetos foráneos –su cultura ma Desert coast (northern Chile). Antiquity
material–, sino que en cuanto signo también 85:875-889.
con su significado que iba más allá del signi-
ficante material –o la corporeidad inmediata BALLESTER, B. y A. CLAROT 2014. La gente
del objeto–, en consecuencia con el otro dis- de los túmulos de tierra. Marmot Impresores,
tante y las relaciones intercomunitarias que los Chile.
unían. En la construcción del yo –self– indivi- BALLESTER, B., A. SAN FRANCISCO y F.
dual y de los colectivos litorales, estos obje- GALLARDO 2010. Modo de vida y economía
tos constituían una función de sus relaciones doméstica de las comunidades cazadoras
extralocales, como una apelación a un ser en recolectoras costeras del Desierto de Atacama
el mundo cuya riqueza principal estaba dada en tiempos coloniales y republicanos. Taltalia 3:
por su capacidad de establecer múltiples vín- 21-32.
culos sociales. Entendido así, el sujeto costero
y su colectivo no vivieron aislados como un BALLESTER, B., A. CLAROT y A. LLAGOSTE-
Robinson Crusoe y estuvieron muy lejos de RA 2014. El Cementerio de Auto Club de An-
la insularidad social. Al contrario, se crearon tofagasta y la sociedad litoral entre los 1000 y
como parte de un universo mayor de unidades 1450 d.C. Hombre y Desierto 18: 187-212.
semejantes, a la vez reconociendo y distin-
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LITOS GEOMÉTRICOS (I)

ALEX SAN FRANCISCO

Por uso preliminar de la divagatoria prehistóri- Beach se encontraban conectadas, y todo se


ca, aquí los antiguos litos geométricos se sus- remontaría a una importante cantidad de miles
penden, levitan en la ceremonia de la piedra de años, suficientes para la emergencia del
tallada y la entidad sin función, no hay estado lito. Poco importa, de momento, cómo fueron
mejor para ellos. Contornos anunciados, redu- “traídos” –viaja la idea, viaja la forma, viaja la
cidos al plano del polígono, a los lados enu- técnica–en el cruce de la alborada holocénica,
merados, las descripciones estrelladas. Según o si hay otros sumergidos, juramentados como
los especialistas, el lito es un tipo de artefacto evidencias negativas de la migración por la
dentro de un conjunto cultural determinado, costa del Pacífico. El trayecto de los talismanes
en este caso el Huentelauquén, en cuyas sa- no es aquí lo complejo, la levitación les ahorra
linas, en la costa del río Choapa, se encon- todo sudor. Una pieza escultórica de piedra
traron sus primeras evidencias –aunque el lito puede ser creada, y levitar, en dos o más
sea viejo hallazgo, conocido por gente de cos- lugares simultáneamente. Toda la distancia
ta y valle, que no llamara la atención de Lat- para el disco –Patagonia (Bird 1970), Cabrería,
cham (1910, fig. 2:13)–. Entonces, su función California, etc.– ¿Es el lito un objeto de sus
desconocida es reemplazada por un cierre proximidades?, ¿en qué medida o de qué
diagnosticador del enigma, una función-señal, modo?, ¿no lo es? Se lee en Iribarren: “En
de tipificación de un mundo de objetos posi- estos objetos de formas geométricas variadas
bles a partir de él –herramientas para una vida con caras planas o plano convexas, hemos
adaptada–, pero sin él, pues el lito es siempre reconocido a un elemento de utilización
borde del conjunto de técnicas que lo prefigu- desconocida, que provisoriamente lo hemos
ran. Si su forma condujo a un núcleo ritualista, atribuido a un rito mágico o religioso” (1961:5).
a un piedemonte simbólico –industria huma- Se lee en Gajardo: “Por el parecido de las formas
na, las manos arcaicas que in-forman (Flusser discoidales con los discos de los juegos griegos
2002)–, en tiempo indeterminado le perdimos podríamos vernos tentados a considerarlo
de vista, atraídos por una geomorfología más (…) Sin embargo, pensamos que, dadas las
tremenda, euforia quebrada arriba, obviando, ideas y creencias de los pueblos primitivos,
con todo derecho, la dimanación del un valor simbólico o una función ritual están
microcosmos del lito, la inevitable exigencia mucho antes que una acrobacia de juego, o en
que desafiaría la renegación del fetiche; último caso este juego ha formado parte de un
costumbre “exótica”, “traída” por los primeros ceremonial” (1962-63:52). Permanecemos en
pobladores del continente. “Exótica” –por un juego provisorio; y luego los hallazgos de
verla lejos– por las correlaciones suscitadas: La Chimba de Antofagasta, 9680 años atrás,
la simétrica semejanza con las ruedas circunstancias de clímax térmico, ardentía
dentadas de California, ambas “curiosamente” ecuatorial, ¿consumo de sustancias visionarias,
“casi equidistantes de la línea equinoccial” ayahuasca? Llagostera, el descubridor, advierte:
(Llagostera 1980:57). Así, las bandas de Las “Un complejo psicotrópico viene como un
Salinas de Huentelauquén y las de Long complemento perfecto, a las concepciones
66 TALTALIA, N° 10, 2017

simbólicas que hemos asignado a los litos de su tiempo –de la rítmica mencionada–, e
geométricos” (1977:110). Calor y producción. inicia otros –nuevas consumiciones–, en que
Los litos concentran entre fogones, levantan es sobre todo objeto fuera de lugar, caído
un “campamento ceremonial” (Llagostera et del cielo. Los viejos maestros de las piedras
al. 2000: 470), por la tarde la bruma de la alimentaron sus teorías, pero ahora no sabemos
cohesión, una finitud –el porqué del lito–. La cómo interrogar al ritolíto –meramente
permanencia de la comunidad primitiva, – ¡en suspendido como cuerpo señalador–. Acaso
este mundo me quedaré!–, ¿demostración de esa sea la continuidad de su prestigio.
la re-producción, de la reunión periódica, de
las iniciaciones? Lito contexto –reproducción/
formalización de lo circundante–decidida
BIBLIOGRAFÍA
dispersión americana. Su forma reclama al
invisible, de ahí su impenetrable –volúmenes
BACHELARD, G. 1991. La tierra y los ensueños
encarnados, fuerzas psíquicas, modelo y
de la voluntad. Fondo de Cultura Económica,
transformación, acontecimientos posteriores a
México.
las extinciones–, aunque no esconda ninguna
medida o sea transparente. Es su material el BIRD, J. 1970. Paleoindian Discoidal Stones
que lo hace aparecer, el diseño específico from South America. American Antiquity
sobre la arenisca-granito-andesita-basalto, 35:205-208.
en el preciso “tiempo de la piedra”, dureza
en una “suerte de ritmo natural, ritmo bien COUCH, J., J. COUCH y N. WILEY 2009.
condicionado” (Bachelard 1991). Toda esa Saved by the Well: The Keystone Cache at CA-
energía contra el lito, producción que está OR A-83, the Cogged Stone Site. Papers on-
siempre en relación con otras producciones, Southern California Archaeology 21:147-156.
otros trabajos, hasta conseguir en ese cuerpo
GAJARDO, R. 1962-1963. Investigaciones
abrasado la variación coherente, el detalle.
arqueológicas en la desembocadura del río
Ningún instrumento está solo, antes prefiere
Choapa. La cultura Huentelauquén. Anales
los encadenamientos –como en el escondrijo
de Arqueología y Etnología, tomo XVII-XVIII,
de Bolsa Chica Mesa (Couch et al. 2009)–,
7-10.
aunque su fabricación haya sido un secreto
y sus apariciones oportunas, enrojecidas, no IRIBARREN, J. 1961. La cultura Huentelauquén
fuesen más que para acentuar su ausencia y sus correlaciones. Contribuciones arqueoló-
–adoración y ocultamiento, pues no ha gicas del Museo Arqueológico de La Serena 1:
encontrado sustituto posible–, o para esperar 5-18.
suficientemente el abandono de la horda, el
des-tierro. Para los tecnólogos, el primer uso FLUSSER, V. 2002. Filosofía del diseño. La for-
de la piedra es la hoja de la herramienta, la ma de las cosas. Síntesis, Madrid.
punta del proyectil. En todos esos años, los
LLAGOSTERA, A. 1977. Ocupación humana
litos, todavía embriones, pudieron distanciarse
en la costa norte de Chile asociada a peces lo-
del arma, no de la mano, no de la necesidad
cal-extintos y a litos geométricos, 9680+/-160
de ser sostenidos, yendo hacia aquella función
A.P. En Actas del VII Congreso de Arqueología
plástica –por supuesto, vaciándose en su mana
de Chile, vol. I, pp. 93-113. Sociedad Chilena
respectivo–, que podría ya sustraerse al juego
de Arqueología y Sociedad Arqueológica
de la ritualidad, más imperceptible, en que
del Maule, Ediciones Kultrún, Santiago.
el lito media, habita –se alivia, se alimenta,
se reproduce, duerme, descansa por años–, LLAGOSTERA, A. 1980. Una Temprana
unidad sin resistencia, fracturadas las paredes Tradición en la Costa del Pacífico Americano.
REFLEXIONES SOBRE VALOR E INTERCAMBIODE OBJETOS
EN LA COSTA DE ATACAMA 67

Actas del V Congreso Nacional de Arqueología


Argentina, pp. 67-78. San Juan.

LLAGOSTERA, A., R. WEISNER, G. CASTILLO,


M. CERVELLINO y M. COSTA-JUNQUEIRA
2000. El Complejo Huentelauquén bajo una
perspectiva macroespacial y multidisciplinar-
ia. En Actas del XIV Congreso Nacional de Ar-
queología Chilena, Contribución Arqueológica
5, tomo I, pp-461-480. Museo Regional de
Atacama, Copiapó.

AGRADECIMIENTOS

A bb, jb y fg, por sus comentarios.


Revista Taltalia Nº 10 (2017), pp. 69-85

CAZA TRADICIONAL DE LA ALBACORA


Imaginario y patrimonio intangible
de los pescadores de Taltal1

TRADICIONAL HUNDING OF THE ALBACORE


Imaginary and intangible heritage of a ficherman of Taltal

JAVIER ESCOBAR GALLEGOS2

RESUMEN

El objetivo del presente artículo es contribuir, con una mirada diversa, al estudio de las prácticas cul-
turales vinculadas a la caza tradicional de la albacora en la comuna de Taltal en el contexto del siglo
XXI, analizar su sobrevivencia, su imaginario, e indagar sus disonancias territoriales. Para tales efectos,
procuraremos distanciarnos del materialismo histórico y nos centraremos en un enfoque teórico pro-
porcionado por la antropología interpretativa, cuya metodología estará circunscrita por la etnografía.

Palabras claves: Patrimonio, Caza de albacora, imaginario, Taltal

ABSTRACT

The aim of the research is to contribute with a diverse view of the cultural practices linked to the tra-
ditional hunting of the Albacore in the commune of Taltal in the context of the XXI century, analyz-
ing its survival, its imaginary and investigating its territorial differences. For this purpose, we
will try to distance ourselves from historical materialism and focus on a theoretical approach pro-
vided by interpretive anthropology, whose methodology will be circumscribed by ethnography.

Keywords: Heritage, Hunting of albacore, imaginary, Taltal

1
Artículo escrito para la obtención del grado de Magíster en Patrimonio Intangible, Sociedad y Desarrollo Territorial. Proyecto “Puesta
en valor digital y formación del capital humano, para el patrimonio intangible de Tarapacá”, financiado por el Fondo de Innovación
para la Competitividad (FIC) del Gobierno Regional de Tarapacá y ejecutado por el Instituto de Estudios Andinos Isluga de la
Universidad Arturo Prat (www.tarapacaenelmundo.cl)
2
Antropólogo con mención social y cultural de la Universidad de Concepción. Director de la Corporación de Estudios Culturales y
Ambientales del Norte (C.E.C.A.N.)
70 TALTALIA, N° 10, 2017

Figura I. Territorio de investigación: sector de Taltal, II Región de Antofagasta.

INTRODUCCIÓN El desafío de nuestro artículo reside en ex-


plorar y tensionar los relatos de los cazadores
Taltal es un territorio cuyo imaginario y derro- tradicionales de albacora, con el afán de po-
tero ha estado determinado en gran medida der abordar la interrogante que proporciona el
por el vínculo indisoluble de su gente con el empedrado de nuestro escrito: ¿Cómo sobre-
mar. En este sentido, una parte sustancial3 de viven las prácticas y representaciones cultura-
su devenir social, como también, su ethos cul- les vinculadas a la caza tradicional con arpón
tural ha estado marcado y configurado según de la albacora en la comuna de Taltal en el
las representaciones de su medio natural y contexto del siglo XXI?
material.
Proponemos dos posibles soluciones: a) la
actual sobrevivencia de las prácticas y repre-
sentaciones culturales de los cazadores con
3
La otra parte sustancial está constituida por la influencia arpón en la comuna de Taltal, se explica por
minera en el territorio.
CAZA TRADICIONAL DE LA ALBACORA
Imaginario y patrimonio intangible de los pescadores de Taltal 71

el capital social ejercido en relaciones estricta- SOBRE LOS DERROTEROS


mente económicas; b) la actual sobrevivencia PROPORCIONADOS POR LAS
de las prácticas y representaciones culturales PICTOGRAFÍAS DE EL MÉDANO
de los cazadores con arpón en la comuna de
Taltal, se explica con imaginarios vinculados a
referentes simbólicos arraigados en los deslin-
des propios del territorio en cuestión.

Para los fines de esta investigación trabajare-


mos en los relatos proporcionados por cinco
pescadores vinculados a la práctica artesa-
nal de caza de la albacora. Los relatos son el
resultado de una serie de entrevistas abier-
tas que fueron sistematizadas y sometidas a
análisis cualitativo de contenido a través del
software atlas.ti, versión 7.5.4. Esta herra-
mienta fue clave para clasificar y dar lecturas
iniciales de la información levantada, como
también, para construir, denominar y definir
categorías de primer y segundo orden facili-
tando el proceso analítico.

Cabe mencionar que los relatos serán propor-


Figura II Ilustración que da cuenta del imaginario colec-
cionados en primera persona por los infor- tivo (pescadores) sobre la caza tradicional de la albacora.
mantes, en su forma extensa. No se pretende Ilustración elaborada para los fines de esta investigación

ejecutar un rol de “intérprete” o “traductor”


de los relatos que aquí se presentan, sino que
apostamos por la multifocalidad de actores. En el territorio de Taltal existen varios sitios
Sin embargo, se trata de un trabajo de cons- entre el borde costero y las quebradas que po-
trucción mutua, donde se utiliza el método seen pictografías alusivas con motivos oceáni-
etnográfico, clásico de la antropología, cuyo cos. Sin embargo, el sitio que goza de mayor
foco de investigación está en el proceso de renombre, tanto en la comunidad de Taltal
acercamiento constante a una situación social como fuera de ésta, es sin lugar a dudas la
dada. quebrada de El Médano.

Respecto a la estructura de nuestro artículo, El investigador Augusto Capdeville (1923) se


primero se darán a conocer –a modo general– refiere a este sitio como “las renombradas
los derroteros proporcionados por las comu- piedras pintadas”, apreciación que nos sugiere
nidades de cazadores, recolectores y pesca- que el sitio arqueológico El Médano ya estaba
dores “changos” a través de las pinturas pre- instalado en la memoria colectiva de la comu-
hispánicas alusivas al vínculo con las especies nidad desde tiempos pretéritos.
oceánicas y la actividad de caza. También se
El Médano ha sido estudiado por diversos in-
revisarán algunas conceptualizaciones sobre
vestigadores entre los siglos XX y XXI (Capde-
el arpón, para luego presentar extensivamente
ville, 1923; Mostny y Niemeyer, 1983, 1984;
los relatos de los “cazadores modernos”. Fina-
Contreras y Núñez 2002, 2003, 2004; Beren-
lizando con resultados y conclusiones.
guer, 2009 y Castelleti, Goguitchaichvili et
al., 2015), quienes han establecido diversas
72 TALTALIA, N° 10, 2017

descripciones e interpretaciones del lugar. La bre los otros grupos de la comunidad (Núñez y
mayoría de estos investigadores convergen en Contreras,2004, p. 350).
señalar que el sitio es un lugar sagrado, carga-
do de simbolismo, que daría cuenta no sólo El Médano es interpretado por Ballester y San
del conocimiento de los indígenas sobre su Francisco (2017) en los siguientes términos:
medio natural, sino que, además, de la forma “Entre los afloramientos de la quebrada de El
de pensar, de construir y de imaginar su mun- Médano las pinturas inscriben de rojo la prime-
do. Es decir, en las pictografías de El Médano ra imagen litoral. Aunque destacan las escenas
está plasmado el propio ethos cultural de estos de caza marina con embarcaciones y arpones,
primeros hombres. también hay animales nadando sin amarras,
Los habitantes prehispánicos que frecuenta- reconocibles por enfáticas aletas y hocicos:
ban El Médano mantuvieron una interacción ballenas, delfines, albacoras, jibias, tortugas,
emocionalmente afectiva con las pinturas re- tiburones; guanacos, zorros, humanos difusos.
presentadas, pues los seres que ahí se plasman Es el mundo oceánico fuera de sí, a más de
conviven en la vida real, en tanto son evoca- 600 metros sobre el nivel de las aguas. Una
dos y reproducidos. La interacción es dual, transposición a la zona de frontera, hacia el
pues se expresa a través de la caza en alta borde escarpado. Es en la quebrada profunda
mar, pero también interactúa en tierra en las donde puede reencontrarse el piélago, no en
proximidades de la quebrada de “El Médano”. sus lindes más próximos. Las emanaciones sub-
marinas son elevadas por el creador a la alta
Podemos sostener que las pinturas se hacen opacidad de las camanchacas; como la mar,
corpóreas, generan movilidad social, pues no la representación privilegiada necesita ocul-
sólo representan la caza exitosa de una presa tamiento y concentrada hondura, atracción
marina, sino que se trata de algo mucho más por el detalle anatómico. En la disposición del
profundo: proporcionan por sobre todo iden- nado, en la relación de cuerpos, no hay nunca
tidad y coherencia social. Desde las ciencias una ola. En ese momento la quebrada es el
sociales es posible considerar que las manifes- espacio de la visión artística y tecnológica más
taciones pictóricas del Médano son agentes fantasmática” (Ballester, y San Francisco, 2017,
que norman el sistema de creencias y la vida p. 97).
social misma de quienes las reproducen.
Otra interpretación pictórica de El Médano:
Las manifestaciones pictóricas representadas,
sugieren un conocimiento especializado del “El arte rupestre nos presenta el medio natural,
comportamiento y de la caza de las especies social y cultural de los artistas y de las comu-
marinas. En este sentido, Núñez y Contreras nidades a las cuales pertenecieron, son crea-
(2004) proponen que los artistas de El Médano ciones realizadas en aleros y paredones al aire
fueron grupos especializados que gozaban de libre. La representación de animales marinos
reconocimiento social: denota conocimiento del comportamiento de
animales mayores, especialmente de lobos de
El conocimiento especializado del comporta- mar, cetáceos y delfines, que seguramente les
miento de diversas especies marinas y princi- sirvió para realizar ciertas comparaciones, bus-
palmente del lobo de mar y su hábitat, la ca- car similitudes y desarrollar creencias y mitos
pacidad de recorrer grandes distancias a bordo sobre el mar y sus especies en el ámbito de
de sus balsas de cuero de lobo y el valor pro- la religiosidad. Este conocimiento, fue también
teico de sus capturas gracias al conocimiento de importancia económica, pues permitió
de la navegación, los impregnó de prestigio y acumular experiencias, desarrollar aptitudes y
estatus, que les permitió asegurar el control so- artefactos más adecuados para la caza y pesca
CAZA TRADICIONAL DE LA ALBACORA
Imaginario y patrimonio intangible de los pescadores de Taltal 73

marina. Las expresiones pictóricas relacionan Actualmente, el arpón completo mide dos
momentos de actividades cotidianas y ritua- metros y ochenta centímetros. Es un sistema
les, pero la intención de los artistas demues- compuesto que aparenta ser simple en su
tra la necesidad de trascender en el tiempo”. funcionamiento, no obstante su alto grado de
(Núñez y Contreras, 2004, 348) especialidad lo convierte en una invención
tecnológica eficaz, al punto que no ha sufrido
grandes transformaciones desde su creación.
San Francisco y Ballester nos ilustran sobre la
composición de los primeros arpones:

Los astiles principales eran hechos sobre la


madera densa de un tamarugo, algarrobo o
molle de oasis interiores, podían llegar a medir
hasta tres metros de largo por lo que solían
manufacturarse en varias secciones que se
acoplaban entre sí. En algunos casos los cabe-
zales llevaban puntas de piedras talladas sobre
sílices obtenidas a decenas y a veces a cientos
de kilómetros hacia la pampa. Para adherir los
proyectiles líticos se requería de pegamentos
hechos seguramente a partir de resinas vegeta-
les. Las barbas laterales de los cabezales eran
de hueso de mamíferos terrestres finamen-
te pulidos, de espinas de cactus o de cobre
martillado de la cordillera de la Costa. Éstas
se amarraban a los vástagos gracias a fibras de
algodón trenzadas, planta que no es nativa de
Figura III. Representación de cazadores indígenas cos- la costa y que se fue acercando con el tiempo.
teros. Ilustración elaborada para los fines de esta inves-
tigación. Los vástagos eran hechos con huesos pulidos
de mamíferos marinos o con maderas talladas.
Las cuerdas de retención se manufacturaban
siguiendo un delicado trabajo de lo que hoy
podríamos llamar curtiembre y talabartería de
SOBRE EL ARPÓN
pieles de lobos marinos, que eran peladas, ras-
padas, sobadas y cortadas para obtener sogas
El arpón es una innovación tecnológica, que
de hasta setenta metros, que se mantenían en-
permitió especializar la captura de las especies
rolladas y amarradas con fibra vegetales. Por
marinas. Este aporte, altamente especializado,
lo general, el arpón era bañado con pigmento
demuestra la gran versatilidad, flexibilidad e
rojo (Ballester, B y San Francisco, A, 2017,pp.
ingenio de las primeras comunidades reco-
103-104).
lectoras, pescadoras y cazadoras para aprove-
char íntegramente los recursos oceánicos.

Berenguer (2008) adscribe la invención del


arpón a las comunidades de “pescadores tem-
pranos” (6000 ac.-200 dc.). Los primeros arpo-
nes habrían sido utilizados para cazar peces y
animales marinos menores.
74 TALTALIA, N° 10, 2017

“Generalmente la albacora pega una arranca-


da de unos quinientos metros, fácil, por lo que
hay que tener harto cordel y todo el trabajo es
manual, porque sino se raja la carne.” (Santibá-
ñez, 2016, agosto, 8).

RELATOS SOBRE LA CAZA


DE LA ALBACORA
Figura IV. Representación del arpón prehispánico utili-
zado en la caza oceánica. Ilustración elaborada para los La vida de don Eduardo Flores, al igual que la
fines de esta investigación. obra escrita por Ernest Heminway (1952), estu-
vo ligada a la caza de la albacora y, por sobre
Hoy se utiliza un astil metálico cuyo extremo todo, al vínculo afectivo con el mar. Heredero
opuesto al cabezal tiene cuatro terminaciones de un gran saber, hombre conocedor de “la
sobresalientes que, a su vez, hace de guía en mar”, transmitió sus conocimientos a genera-
la trayectoria del lanzamiento. Respecto del ciones de pescadores de la zona. Esperamos
cabezal o flecha, ya no es de sílice como en la que con este relato podamos inmortalizar sus
antigüedad, sino de bronce o de acero, siendo conocimientos. A continuación presentamos
esta última la más codiciada y utilizada por los su relato:
cazadores de la comuna de Taltal. El cabezal
Mi nombre es Eduardo Enrique Flores Figue-
va embutido en un soporte metálico (espiga)
roa, más conocido como “Caquilo”, tengo 75
que se desprende al entrar en contacto con
años y siempre he sido pescador artesanal y
la musculatura del animal. La espiga va atada
recolector de huiro. Les contaré un poquito
al astil, así ambos insumos son recuperados
sobre la caza de la albacora.
por medio del cabo que sostiene el cazador.
La confección del actual cabezal (flecha) es Comencé de 16 años en la pesca, soy pesca-
realizada por un especialista, lo cual nos hace dor desde el año 62 y le he enseñado a mu-
suponer que entre los primeros cazadores, al chos la cuestión de la caza de la albacora. La
igual que en el presente, existieron expertos verdad es que la albacora se puede pescar con
para la fabricación de la “flecha”, puesto que sistemas de canastos con espinel, pero eso ya
el principal material lítico era trabajado en no se usa, también se puede con red, pero acá
canteras en la profundidad de la pampa. casi no lo usamos tampoco porque la carne
queda “pasada”. Cuando se utiliza la red, la
Una vez que el cabezal de acero o bronce pe-
albacora no se desangra como corresponde y
netra la musculatura de la albacora, comienza
queda con un sabor fuerte.
la faena para extraer el animal con la cuerda
(reinal) del lanzador. Es una labor manual, una Existe una tercera forma de capturar la albaco-
lucha entre cazador y presa. Ambos se resis- ra y esa es la que preferimos. Es la que usaban
ten; uno al arpón y el otro a su presa: “hay que los antiguos y es más técnica, más selectiva,
trabajar la albacora”, es una batalla de múscu- más emocionante y además la carne se man-
los y técnica donde el punto de tensión está tiene intacta y queda sabrosa. Se trata de la
dado por la cuerda de sujeción que conecta la caza con arpón.
albacora con su captor.
La gente antigua me creó una reputación de
Lo anterior queda ejemplificado en el relato hombre arriesgado, porque a mí me gustaba
del cazador Ernesto Santibáñez: sacar albacora, me iba mar adentro sólo con
CAZA TRADICIONAL DE LA ALBACORA
Imaginario y patrimonio intangible de los pescadores de Taltal 75

mi falucho, sin miedo ni nada. Sólo regresa-


ba cuando cazaba mis albacoras. Cuando re-
gresaba al muelle, la gente se pasaba el dato,
me recibían como un héroe, si hasta sacaba
aplausos (Flores, 2016, Agosto, 2)

La fama de este cazador queda plasmada en


los testimonios de otras personas:

“Caquilo en su tiempo fue muy renombrado,


era conocido por ser muy arriesgado, tenía un
bote muy chico, para lo que él se arriesgaba.
“Caquilo” tenía historia acá, respetado entre
los pescadores; –oye, “caquilo” trae tres alba-
coras– y llegaba el viejo con las tres albacoras.
Él se perdía hasta diez días en el mar, cuando
salía siempre traía pescado, era como “el viejo
y el mar”, se iba no más, navegaba donde an-
dan los barcos grandes, estos se preguntaban
Figura V. Representación de una embarcación de cuero
qué anda haciendo una “cáscara” allá afuera, de lobo de mar de cazadores prehispánicos.Ilustración
pero “Caquilo” allá andaba, mar afuera pes- elaborada para los fines de esta investigación.
cando” (“Pirgüín”, 2016, noviembre, 11).

Continuando con el cazador Eduardo Flores:


Generalmente, para atrapar la albacora se
Soy un hombre que se debe al mar y es ahí
hace por intermedio de los anzuelos que van
donde más me gusta estar. Recuerdo que
colgando para abajo, pero a mí me gusta más
cuando yo estaba mar adentro, con apenas mi
con el arpón, cazarlas “al palo” (así le decimos
falucho siempre imaginaba cómo los antiguos
nosotros), aunque estoy viejo para eso.
podían cazar las albacoras sin tener un motor
fuera de borda, lo más probable que sólo era Uno tiene que andar todo el día parado afuera
casualidad (...) No creo que ellos se especiali- en el mar, observando siempre el comporta-
zaran en su caza, sino que hay veces que la miento. Primero sale la cola, tienen un “capa-
albacora de tanto comer, queda “boyando” en cho” atrás (aleta dorsal), eso es lo primero que
el mar. Cuando eso ocurre, es cuando a noso- uno ve, –¡allá va una albacora!– es como una
tros se nos hace fácil atraparla a tiro de arpón. competencia quien ve la albacora primero,
Pero de todas formas, pensar que lograban uno se divierte igual. Cuando uno se enfrenta
hacerlo con su precaria embarcación hecha a un animal como la albacora, es una sensa-
con cuero de lobo de mar, es para sacarse el ción de adrenalina, sólo las personas que han
sombrero. salido a mar abierto saben de lo que estoy ha-
blando.
La albacora no es fácil de apuntar, se nece-
sita rapidez, te ve de lejos, debes conocer el Cuando se “ataja” hay que ir por la cabeza,
“aguaje” donde anda, también saber recono- pero depende para dónde va el sol… si tie-
cer sus “comederos”. Hay veces que si no le nes la albacora con el sol a favor, ven mucho,
das “al palo” y te salió vengativo el bicho, te tienen los tremendos ojos, uno se da cuenta
“chucea” con la espada, es capaz de romper cuando ellos te ven, salen rápido. Son bien in-
un bote, y así dejarte naufragando. teligentes, entonces hay que saber cómo ata-
76 TALTALIA, N° 10, 2017

jarlos. Todo depende de las aguas, si las aguas En Taltal aún se caza albacora con arpón, es
están muy claras, muy limpias, tampoco hay acá donde quedan los últimos cazadores de
caso de atraparlas… albacoras, donde está el arpón y la flecha, que
ahora es de bronce y de acero. El arpón está
El agua tiene que estar media empañadita ahora todo desarmado, tiene su técnica para
para atraparlos, hay “aguas blancas”, teniendo poder cazar, todo tiene un estilo, todo tiene
“rayos” y distintos tipos de aguajes. Cuando va una ciencia, no es que se paren en el tangón
corriendo la albacora, uno debe esperar “el esperando la albacora y le tiren el arpón.
aguaje albacorero” ahí hay que tensar bien las
espalda, el brazo firme, encogerse un poco y En Taltal se caza “al palo” y tiene su
apuntar. El mejor tiro que uno puede hacer es conocimiento (...) He ido varias veces afuera y
al palo, ahí se ve la pericia y la técnica del he visto el trabajo de estos cazadores; el saber
cazador. (Idem) arponear, el saber atajar a la albacora, ese es el
que va en el motor, él tiene que saber, conocer
a la albacora, si anda rápido, si anda lento, si
anda comiendo, si anda boyando. Boyando
quiere decir que hay comida afuera y que
comió mucho, entonces ya ni se mueve, es
como que descansa, ahí pal cazador es mucho
más fácil; si la aleta dorsal esta abajo, a medio
lado o boyando, cuando está boyando está
casi completa afuera. Si anda “chuzando”, es
cuando andan moviéndose de un lado a otro
con su espada, chuzando el cardumen para
comer. Otras andan “troyando”, esto quiere
decir que andan dando vuelta en círculos
alrededor del cardumen. A veces andan
“brincando”, saltando por las aguas.

El cazador, el mejor tiro es cuando lo mata “al


palo” que es de un solo golpe, ahí justo en la
columna, muere a tiro de arpón, se pone tiesa
media plateada y luego se hunde.

Esta técnica es una que me llena mucho, me


emociona, aparte que la he visto muchas ve-
Figura VI: Representación de la caza de la albacora des-
de el Tangón. Ilustración elaborada para los fines de esta ces. Esta forma de caza también está en las
investigación.
pinturas. En El Médano hay una pictografía
muy buena, de una balsa con una albacora
muerta al palo. Cuando la vi, es como si estu-
viera viendo en vivo la caza de esa albacora
El siguiente es el relato de Marcelo Morales en la mar, es lo mismo, la albacora con la es-
Rivera de 39 años. Marcelo, más conocido pada hacia arriba, tiesa muerta, el cordel tenso
como “Chelo”, se ha desarrollado como buzo hasta el bote, como que me emociono cuando
mariscador y recolector de orilla por varios hablo de esto.
años. Él ha salido en varias faenas de caza de
la albacora, ahí ha sido testigo privilegiado de Así como los sureños tienen sus jaulas con
esta labor. Nos comenta: conejos y gallinas, nosotros los changos junta-
CAZA TRADICIONAL DE LA ALBACORA
Imaginario y patrimonio intangible de los pescadores de Taltal 77

mos mariscos en una isla, en un islote donde cora, la mayoría somos temporeros no más).
los mariscos no se van, se crían ahí, se van –Decimos, salgamos mañana– se hace petró-
reproduciendo. Uno puede sobrevivir tenien- leo, si es que el viaje es de uno o dos días,
do unos mariscos en piedra para sacar cuando según, siempre uno tiene que andar con más.
uno quiere. Yo creo que los antiguos también Por ejemplo, si vas por un viaje al día, por lo
lo hacían, porque eso yo lo aprendí en la pla- menos tienes que tener 100 litros de petróleo
ya. (Morales, 2016, julio, 22) para hacer viajes cerca. Pues en tiempos de
febrero y marzo, la corriente está muy próxi-
El siguiente relato es de Ernesto Antonio San- ma a la costa, entonces como Taltal (Nuestra
tibáñez Leyton, 46 años, más conocido como Señora) tiene una bahía, la corriente se mete
“Tito pirigüín”. Él nos entrega una valiosa in- mucho hacia la costa, entonces en estas fe-
formación sobre su experiencia como cazador chas, al cazador de la albacora le queda más
de albacoras: cerca y no gasta tanto en petróleo. En esas fe-
Cuando llega la temporada de la albacora, en chas en una hora ya estamos en “la corriente
otoño, la albacora sale a la superficie a rayar. albacorera”.
“A rayar” es cuando la albacora saca sus “ca- “Las aguas albacoreras” quiere decir que
pachos” afuera del agua. Muchos dicen que cuando miras andan las albacoras. Cuando
sale cuando está muy llena (de tanto comer), uno sale a la albacora, es típico que prime-
pero uno como pescador y conocedor del ro el resto de los pescadores le echan talla a
mar, entiende que el pescado todo el año no uno, comienzan a molestar –que vas a salir a
es así… hay veces que el pescado anda más pasear, que van a salir a almorzar afuera– y
de la mitad del año abajo, come y no sale a así. Ya cuando uno se embarca, zarpas con tu
boyar… así que no creo que sea porque come embarcación y el que anda a cargo de la em-
mucho, tiene que ser algo relacionado con la barcación se va a la máquina y revisa todo an-
calidez del agua o la época. tes y si está todo bien se prende el motor para
Cuando se aproxima la temporada y se sale calentarlo. Otros van a la cocina, prenden la
con los compañeros, uno se comienza a acer- tetera, otro hace el desayuno. Cuando uno
car al muelle y ahí nos “dateamos” con la toma desayuno ya se va arreglando el material
gente de mar –sabes que allá en Antofagasta, de caza, cuando se termina se pone a ordenar
un barco vio albacoras que vienen con la co- las “betas”, los cordeles, otros las flechas, pre-
rriente para el Sur– o sea tirando hacia Taltal, parando todo el equipo para la caza de la al-
y empezamos –¡va aparecer una albacora por bacora. Y ahí entremedio esta la conversación,
allá!– La gente como que se pone nerviosa, es el “peluseo” y la camaradería. Normalmente
como una fiebre, como la del oro. Todos los el que va navegando es el dueño de barco y
pescadores andan atentos a los datos. Esto co- es quien “ataja” a la albacora, este hombre es
mienza siempre por fines de febrero, aunque clave, debe ser experimentado y conocer muy
hay años que se adelanta y hay años que se bien el comportamiento de la albacora como
atrasa, pero normalmente cae en esas fechas; también de la mar.
afines de febrero y principios de marzo, es ahí En este tipo de caza se debe ser precavido,
en la temporada alta cuando más cazamos al pero seguro. Es fácil tener un accidente, por lo
palo, porque la albacora sale a rayar mucho. tanto, es medio delicado el asunto.
Nos juntamos en el muelle con amigos, pa- Cuando estas navegando en busca de albaco-
rientes –porque acá la mayoría son parientes– ra, siguiendo las aguas albacoreras, siempre
y nos ponemos de acuerdo para salir (muchos hay datos que vienen de otras lanchas. A ve-
no están trabajando periódicamente la alba-
78 TALTALIA, N° 10, 2017

ces se equivocan, pero es porque las corrien- A veces con sol uno no las ve, pero se sigue
tes son muy rápidas y las albacoras andan en ahí apenas asoma y se le da el “palo” a morir
estas corrientes o distintos tipos de “aguas” no más. Cuando la albacora ya está lancea-
como le decimos nosotros. Uno va mirando da, muchos le tiran bandera, para saber dónde
y dice “niños allá hay un agua bonita”; quiere está. Antes uno “la trabajaba” hasta sacarla,
decir que hay pajaritos y cuando hay pajaritos ahora no, ya no es así, para atrapar más uno
quiere decir que hay comida y si hay comida la deja con el banderín en una boya y si sale
hay albacora. Muchos cuando ven esto le lla- otra albacora, lo mismo. Si son 5 banderas,
man “está bueno el ambiente”, o bien, “está hay 5 pescados, esas son señales de que hay
bueno el comedero”, porque los pajaritos an- pescado pillado, entonces entre nosotros los
dan comiendo pescados, pescaditos que salen pescadores, es como códigos que tenemos, no
a boyar, bueno la cadena de la vida no más… se puede pasar muy cerca de otra bandera,
entones uno está pendiente de estos lugares, porque el pescado aunque este “lanceado”,
la embarcación se mueve de “comedero en igual sale a “rayar” arriba entonces se presta
comedero”, se da vuelta y vueltas, llega a ser para confusión…
aburridor, pero pal que le gusta, anda ahí pen-
diente. Uno se da vuelta ahí con los ojos bien Cuando el mar comienzan a pegar “surazos”
abiertos por las zonas que hay “ambiente” –hay hay que acabar, hay que finalizar la tempora-
que buscarle el lado– y una de esas puedes da de la caza de la albacora, ahí las corrien-
ver una albacora. Cuando se ve una albaco- tes –donde van las albacoras– se comienzan
ra, es un tremendo griterío, es un escándalo, a alejar de la costa, entonces ya no es renta-
es una pasión tan grande que todos quieren ble, porque se gasta mucho tiempo, se gasta
ganarle al otro en ver primero la albacora (…) combustible y la mar se pone más brava, te
puede pescar un “tumbo” y si te pilla mal te
Lo bueno que tiene el grupo con el que sa- da vuelta, si te pilla una mar (ola) atravesado,
limos, y es como nos enseñaron también, es te da vuelta y te ahogas, porque después vie-
que cuando salimos, vamos a “pillar” pesca- ne otra mar y otra y otra… cuando te pilla un
dos, no vamos a jugar, no vamos a ver alba- temporal, lo mejor es quedarse amarrado a la
coras ¡vamos a cazarlas! Somos arriesgados, red albacorera y siempre con la proa de frente
¡pero somos cazadores! a las olas o bien de popa, porque en los tem-
porales el mar se transforma en un infierno, el
Cuando jóvenes salíamos con las embarcacio- bote es como una cascara de nuez en el agua,
nes chicas que teníamos, entonces nos las ju- es desesperante, te mojas entero, no puedes
gábamos. La caza hay que buscarla, pero hay cocinar, te cabrea, pero frente a eso hay que
harto de factor suerte. Hay veces que uno anda estar tranquilo, porque ahí es cuando ocurren
días y días sin ver albacora, de eso que andas los accidentes, cuando se aburren y deciden
ahí mismo en la “mancha” de albacora, pero regresar: “vamos no más, si la hacemos”, ahí
no las ves, no andas con la suerte no más. De es cuando te agarra el mar y ocurren las tra-
repente uno ve un capacho asomándose y ahí gedias. A veces es impresionante, porque es
va la albacora, a veces “en seco” que se llama, como subir una montaña con el bote, después
que es cuando saca todo el capacho y la cola cae, es como que te vas a enterrar por el mar y
y cuando va sacando poquito, va rayando y se te entierras un poco, sobre todo cuando tienes
pierde por las mismas aguas, pero el pescado tangón. Es increíble, hasta uno se asusta. Igual
lleva siempre un solo rumbo, es el agua que hay que saber porque si hay mucho peso ade-
hace que se pierda la albacora, pero está ahí lante, te puedes “clavar por ojo”; es un dicho
siguiendo su rumbo, así que va salir por ahí, cuando los botes se van a pique en estas subi-
ahí uno la sigue despacito, sabiendo esto, no das y bajadas, con el peso, la velocidad te vas
falta los vigías que dicen: ahí va a salir.
CAZA TRADICIONAL DE LA ALBACORA
Imaginario y patrimonio intangible de los pescadores de Taltal 79

por “el ojo del temporal” y después agarras lo dejó a cargo, para que saliera a cazar. No-
agua y ya no subes más ¡Ha pasado ya! Eso es sotros chicos, ¡chicos! 7, 8 años ya andábamos
irse por ojo, así lo llamamos los pescadores. en el muelle molestando y veíamos que el
“Caquilo” traía tiburones, albacoras… ya a los
La gente de mi generación o la gente de Tal- 10 años te sacaban mar afuera, para conocer
tal, la mayoría éramos pescadores, que unos y ahí iba “Caquilo” y empezamos en la onda
tenían más, otros menos, pero todos pesca- pesca y ese viejo nos enseñó.
dores. Al final nos juntábamos en el muelle y
todos eran iguales, era que sacar albacora no El “Caquilo” era súper arriesgado, tenía su
más, ahí estaba la plata. Yo tuve la suerte que compadre, trabajaban los dos no más y ambos
mi papá me compró una lancha y ahí trabajé se “apañaban”. Un día me llamó una lancha
con harta buena gente, aperrados, buscadores cuando estaba pescando en mi embarcación,
de albacora, aguantarse los vientos, los tem- por ahí por Caldera. La lancha estaba por aquí
porales y las lluvias. por Taltal, al ladito norte, estaba pescando a
las 130 millas. De repente me llama (tenemos
Acá cuando chico (entre los pescadores de radios grandes para comunicarnos) –Tito, sa-
la región de la zona norte) a nosotros los de bes que por acá anda el falucho de tu papá, el
Taltal, nos decían que los taltalinos son bue- barracuda, y está pegando el medio “surazo”-.
nos “pal palo” o sea buenos para matar de Era “el Caquilo” que estaba calado, con espi-
un golpe con el arpón. Somos buenos, somos neles pillando albacora. El de la lancha cuenta
innatos para esto, ¡además que somos chan- que “las mares” pasaban por arriba del bote
gos! En la jerga se dice, por ejemplo, que “los y el viejo ahí no más “achicar agua, achicar
chañaralinos son malos para el palo”. Los to- agua”, el falucho aguantaba, era bueno para la
copillanos igual son buenos para el arpón, son mar. Los de la lancha quedaron asombrados,
dedicados. Igual nosotros somos privilegiados, porque ellos tenían lanchas grandes, equipa-
porque para Taltal entra más pescado que para das para andar pescando “mar afuera” y dice
Tocopilla, entonces al entrar más pescado más que él le dijo –oiga váyase para tierra, usted
posibilidades tienes de sacar. Ahí te vas afina- está muy afuera-, -no- le dijo el viejo, que ellos
do, aunque se falla harto, no se pueden pillar estaban acostumbrados. Al final que llegó a
todas, pero a veces andas con suerte y salen puerto con 6 albacoras, todos quedaron boca
10 y sacas las 10. Depende de cómo uno sea abierta. El viejito era ganador de plata, sabía
para el arpón. todas las mañas del mar, iba donde estaban
Nosotros, un día vimos 12 abacoras y estaban las albacoras, sabía de las aguas, si andaban a
a tiro y de las 12 ¡pillamos una! Y de eso que 200 millas para allá, él allá partía. Al viejo le
somos 3 arponeros en el tangón, entonces es gustaba cazar albacora, a veces salía de Taltal
suerte también. Porque les estoy hablando de y llamaba que estaba entrando a Tocopilla; 5,
personas que son buenas para cazar, son efec- 6 albacoras y ahí vendía, luego se regresaba.
tivos, cabros buenos. La albacora cuando te (Santibáñez, 2016, agosto, 8).
ve, le empieza a tiritar el “capacho” y allí hace Relato de Luis Araya Valenzuela. 40 años ca-
maniobra y sale rayando. zando albacoras. Edad 57:
Yo aprendí a cazar porque mi papá tenía em- Me formé en las labores del mar a los 12 años,
barcación y tenía sus trabajadores como en primero partí como “tele” (persona que estabi-
todo rubro de trabajo. Ahí había un trabaja- liza a remo pequeñas embarcaciones). Luego
dor que ahora está viejito, el “Caquilo” y mi a los 13 años salimos en una embarcación pe-
papá se compró un bote y le dijo que se lo queña y con mi hermano aprendimos a cazar.
iba a pasar a él, se compró un “falucho” y se Nos buscamos un atajador y nos lanzamos
80 TALTALIA, N° 10, 2017

hasta que aprendimos. Después nos armamos Cuando se caza al palo, es emoción, adrenali-
un falucho para cazar. na y mucha alegría. Ahora cuando se falla ahí
se generan discusiones, pero es lo normal den-
La mayoría de los albacoreros que aún cazan tro de una embarcación.
al arpón están acá en Taltal, también hay en
Tocopilla, pero quedan muy pocos. La mayo- Cuando la albacora tiene su capacho fuera del
ría que nos dedicamos a esto, somos familia. agua, por lo general es porque está boyando
lo que quiere decir que comió mucho y quedó
En nuestra comuna, se ha ido pasando de ge- flotando.
neración en generación los saberes del mar
para cazar al arpón. Además, los pescadores Para atajar la albacora cuando corre hay que
formados en estas tierras somos completos. tener precisión. De esto se encarga quien ma-
No sólo se sabe arponear, sabemos trabajar niobra la embarcación, el “atajador”. El ataja-
con redes, con ganchos, mariscar, carnear la dor debe buscar siempre la cabeza de la al-
red, el boliche, bucear, etc. bacora, saber dónde va la marea, evitar el sol
en contra. Por su parte el cazador debe ser
La temporada buena para cazar la albacora es preciso en su tiro, sobre todo debe estar segu-
entre finales de febrero hasta abril. Uno sale ro arriba del tangón.
en busca de la albacora a fines de febrero,
recorremos en busca de los “aguajes albaco- A nosotros no nos gusta cazar con red, somos
reros”. Cuando finalmente encontramos alba- cazadores al palo. Primero porque es más
coras, la voz se corre rápido y aparecen más emocionante cazar, además para nosotros es
albacoreros. A esos que sólo salen a la segu- una tradición. Es donde realmente se ve la
ra le llamamos los “pinteros” ellos van con el pericia del hombre de mar. Somos así como
dato preciso (…) Y si no “pillan” ya al otro día los antiguos changos que cazaban en el mar
no salen, no gastan combustible, salen sola- y pintaban sus victorias, Nosotros hacemos
mente con datos. Nosotros buscamos la alba- lo mismo, pero ahora nos grabamos en video
cora, llegamos a veces a Tocopilla o a Caldera para compartirlo con la familia.
buscando las aguas. Donde esté la albacora,
es ahí donde nos gusta andar. Tenemos una embarcación pequeña, cazamos
de forma más selectiva, con dos albacoras ya
Los que trabajamos en la caza, somos pura quedamos bien. Cuando uno usa red, ahí sale
familia o a veces amigos. Dejamos el combus- de todo, es por eso que preferimos cazar al-
tible preparado para la temporada de la alba- bacora al palo. Por otro lado, hay una dife-
cora. Por día gastamos unos 60 litros de com- rencia en el sabor de la albacora cuando está
bustible aproximadamente y a veces estamos capturada con red. La carne del animal queda
un mes sin parar, entonces se gasta dinero. más molida, amarga y harinosa; se vuelve de-
sabrida y se maltrata. En cambio, al palo usted
No siempre el mar es tranquilo, a veces nos la pilla y la carne se mantiene durita, y sabe
ha tocado temporales, el agua entrando por distinta igual, es otro sabor.
todos lados, el tangón subiendo y bajando los
tumbos. Mucho frío entrando al cuerpo. Hay En Taltal, los que aún cazan al arpón son apro-
veces que dan ganas de no ser pescador. Pero ximadamente 6 embarcaciones, pero cuando
cuando uno pilla una albacora, ahí se pasa se dan datos aparecen unas 30 embarcacio-
todo, nos olvidamos de la lluvia, del frío. Es nes, los “pinteros”. Pero los realmente dedi-
una adrenalina inmensa que se siente. Des- cados somos 6 embarcaciones y cada embar-
pués cuando uno llega al muelle con las alba- cación tiene 4 tripulantes, es decir, estamos
coras, es una satisfacción tremenda, además hablando de unos 24 cazadores neto.
que la gente se junta en el muelle.
CAZA TRADICIONAL DE LA ALBACORA
Imaginario y patrimonio intangible de los pescadores de Taltal 81

Algo que favorece la caza de la albacora es quebradas al norte del Taltal y del imaginario
que actualmente y desde hace un tiempo los colectivo que esto suscita.
tangones son para 3 tiradores. Entonces los
que menos saben van aprendiendo del que En las imágenes pictóricas de El Médano se
más sabe. Ahí se observa y se aprende cómo encuentran plasmadas especies oceánicas
lanzar, cómo hay que pararse, cómo se debe deambulando sin ser cazadas, que en canti-
aguantar la respiración, cómo se debe apuntar dad se ven reducidas por las representaciones
etc. Antiguamente, los tangones sólo eran para de la caza marina, entre ellas la caza de al-
una persona no más, lo que hacía más lento el bacora. Estos primeros hombres plasmaron en
aprendizaje. rojo su propia reproducción social y cultural
(sistema de creencias, relación con el medio
Cuando llegamos al muelle con nuestras cap- natural etc.), pero el papel protagónico de las
turas, sentimos harta emoción, uno se siente pictografías recae en la iconografía de la caza
orgulloso, primero baja toda la familia a reci- per se: la recurrencia de sus motivos, su inten-
birlo, a felicitarlo, luego también está la gente sidad, tiempo y dedicación puede interpretar-
del pueblo que le gusta el tema. Se llena el se como una búsqueda en la transcendencia
muelle, uno se siente como un héroe. Es una tanto del “ser” como del “deber ser”. Ante
cuestión que hay que vivirla para entenderla. todo, estas personas eran cazadores.
Cuando nos llaman de afuera y nos consultan
¿cómo nos fue? Y les contamos “vamos con 3 Pareciera ser que el mensaje guardado en las
albacoras”, la gente se pasa el dato y nos espe- profundidades de las quebradas hizo eco en
ra, se sacan fotos para el recuerdo. la comunidad de pescadores de la comuna de
Taltal, pues el cazador moderno muchas veces
Los más pequeños de la familia nos consultan reconstruye y re-crea el ethos; y se identifica
que cómo le pegamos a la albacora, si fue al con la imagen de ese primer cazador y, por
palo o no. Cazar la albacora al palo, es matarla sobre todo, con lo que representa: Esto se ve
de un solo arponazo. reflejado –por ejemplo– en las siguientes citas:

Nosotros trabajamos en parte iguales. La lan- “A nosotros no nos gusta cazar con red, so-
cha gana como una persona más, de ahí se mos cazadores al palo. Primero porque es más
sacan los gastos. Lo bueno de trabajar así, es emocionante cazar, además para nosotros es
que somos nuestros propios jefes y por sobre una tradición. Es donde realmente se ve la
todo, la libertad que nos entrega la mar, es pericia del hombre de mar. Somos así como
algo que se lleva en la sangre. (Araya, 2017, los antiguos changos que cazaban en el mar y
septiembre, 1) pintaban sus victorias” (Luis Araya Valenzue-
la).

“Nos decían que los taltalinos son buenos “pal


INTERPRETACIONES A MODO palo”, o sea buenos para matar de un golpe
DE CONCLUSIÓN con el arpón. Somos buenos, somos innato
para esto, ¡además que somos changos!” (Tito
Al leer y reflexionar sobre los relatos presen- pirigüín).
tados, creemos que la eficacia simbólica (Lé-
vi-Strauss, 1968) de los cazadores que actual- Al igual que los denominados “changos” que
mente utilizan la forma tradicional de caza de pintaban en roca sus labores de caza, hoy en
la albacora, está alimentada y re-configurada, día los cazadores suelen hacer grabaciones y
en gran medida, por los derroteros constitui- videos que son exhibidos en redes sociales,
dos por las escenas de caza originadas en las donde dan cuenta de la pericia del lanza-
miento, pues las grabaciones siempre ponen
82 TALTALIA, N° 10, 2017

su tensión en el lanzamiento y por sobre todo Ahora bien, retomemos nuestra interrogante
en si éste es “al palo” o no. Es un intento por inicial: ¿Cómo sobreviven las prácticas y re-
inmortalizar la hazaña de la caza en busca de presentaciones culturales vinculadas a la caza
reconocimiento y validación social a través del tradicional con arpón de la albacora en la co-
“like”. muna de Taltal en el contexto del siglo XXI?

Sobre los imaginarios, es importante entender En una primera instancia, podríamos decir
primero que la coherencia de los imaginarios que la caza de la albacora con arpón es una
estará en dinamismo y en proceso de re-cons- actividad lucrativa, sin embargo, en términos
trucción constante, donde la puesta en escena económicos es mucho más rentable captu-
de estos imaginarios adquiere realidad en vir- rar albacoras con red, principalmente por el
tud de una idea de representaciones que una volumen en la captura y gasto de combusti-
comunidad tiene sobre si misma. En este sen- ble. Por consiguiente, la sobrevivencia de la
tido y conforme los relatos de los cazadores práctica tiene que ver con asuntos netamente
aquí representados, podemos identificar los si- culturales, específicamente con los referentes
guientes imaginarios: a) el cazador de albaco- simbólicos que proporcionan los imaginarios
ra es conocedor del mar, es selectivo y a veces colectivos que a su vez recrean la identidad
arriesgado; b) la caza de la albacora siempre y el patrimonio cultural local. La comunidad
tiene un relato épico; c) cazar un albacora con de Taltal reconoce y valida la caza de la alba-
arpón es una lucha hombre versus bestia; d) cora, es un referente clave en su construcción
los cazadores tienen reconocimiento social y identitaria. En la época de caza de la albacora
gozan de un cierto estatus que está por sobre el muelle local se alborota, es ahí donde se
el resto de los pescadores; e) el cazador con validan varios imaginarios, como por ejemplo:
arpón es recibido como héroe por la comuni- el encuentro de los familiares y/o comunidad
dad; f) en Taltal están los últimos cazadores; g) con el cazador (recibido como héroe), es ahí
el sabor de la carne de albacora muerta con donde se exhiben los trofeos capturados, don-
arpón, es mejor que el atrapada con red; h) la de se toman las fotografías con las espadas de
mejor caza es “al palo”. la albacora, donde muchas veces se cierran
negocios de venta de carne de albacora, don-
Nos quisiéramos detener, brevemente en el úl- de las familias se despiden de los cazadores
timo imaginario mencionado: la mejor caza es que se aventuran al mar, y por último, es ahí
“al palo”. La literatura especializada atribuye donde se intercambian los “datos” de avista-
la eficacia de la caza del arpón en sus cuerdas miento de albacora.
(Brown 1967; Ramseyer 1988; Pétillon 2008;
Ballester 2017) y la capacidad de éstas para Podemos abordar la interrogante propuesta
retener la presa y no necesariamente en la al comprender que toda comunidad busca
potencialidad del instrumento para infringir la reproducirse desde un punto de vista econó-
muerte de la presa. Sin embargo en los relatos mico, social y cultural. Para que esto ocurra,
de los cazadores “modernos” podemos visua- el ethos cultural debe dar cabida a un ima-
lizar que no sólo importa capturar la presa, ginario, no carente de contradicciones, pero
sino que la forma en que se caza es tremenda- que a su vez pone en escena aquellos refe-
mente significativa. Cuando se logra infringir rentes simbólicos que darán coherencia a su
la muerte de un solo lanzamiento de arpón y quehacer. Por ejemplo, el cazador de albacora
así producir la tan anhelada caza “al palo”, se con arpón proporciona una carne que no es
consolida la pericia del cazador, y su recono- deslavada, no es insípida como la que se le
cimiento y/o prestigio social aumenta al punto es atribuida a la capturada con red. Esto hace
que el relato de la captura se vuelve épico. del cazador ser merecedor de un estatus so-
CAZA TRADICIONAL DE LA ALBACORA
Imaginario y patrimonio intangible de los pescadores de Taltal 83

cial por sobre el pescador con red: existe una por restricciones de naturaleza simbólica o ri-
validación social y un reconocimiento que dan tual (el sabor de la carne, caza ancestral, relato
sentido a su labor. épico etc.) Se busca normalizar una serie de
valores o normas de comportamiento que re-
El imaginario tiene un carácter mistificador, no afirma su propia labor y que involuntariamen-
es simplemente una idea, es una producción y te ofrece continuidad con las formas antiguas
reproducción de las propias representaciones de caza protagonizadas por los denominados
que una persona y/o comunidad tiene sobre changos. En este sentido no es de extrañar
sí, en relación con el medio con el cual in- que los cazadores modernos recurran en sus
teractúa. Hay un proceso de conciencia que relatos a conectarse con un pasado histórico
determina el “deber ser”, en donde el “debe (prehispánico) para dar consistencia a su “ser”
ser” de una persona siempre será su propia y “deber ser”. Se observa una hibridación de
vida real. Por tanto, hay una dimensión fuerte- prácticas en el lenguaje entre viejos referentes
mente evocativa y simbólica que determina el simbólicos (changos) con nuevos referentes,
proceso mental, en desmedro de la naturaleza como por ejemplo: “en Taltal están los verda-
real de las cosas. De esta manera la “realidad” deros cazadores con arpón”.
es comprendida desde las subjetividades pro-
porcionadas por los actores sociales desde un La caza tradicional de la albacora, en tanto
plano cotidiano (Gerrtz, 1989) transformado y práctica cultural, es un elemento que refuerza
construyendo nuevos referentes patrimoniales el patrimonio socio-territorial de la comuna a
y culturales, tales como: “en Taltal están los través de la apropiación de diversos elementos
últimos cazadores”, “los taltalinos son buenos materiales e intangibles. Junto con ella se mo-
para el palo”. viliza la puesta en valor de los referentes sim-
bólicos que darán sentido a la construcción
Con base en los imaginarios colectivos iden- identitaria del “cazador moderno”.
tificados en los relatos de los cazadores que
anteriormente fueron presentados, podemos
sostener que las prácticas y representaciones
culturales que dan continuidad a la caza tradi- REFERENCIAS
cional de la albacora por medio del arpón en
pleno siglo XXI; son los referentes simbólicos ANDERSON, B. (2007) Comunidades Imagi-
y la eficacia simbólica que tiene adosada el nadas. Reflexiones sobre el origen y la difusión
sistema de caza albacorero en sí misma. del Nacionalismo. México D.F: Fondo de Cul-
tura Económica.
Por otro lado, también es plausible sostener
que estos referentes son una potencial inven- BALLESTER, B. (2017) La delgada línea roja:
ción social para el patrimonio cultural e iden- Sogas de arpón de los últimos cazadores mari-
tidad territorial de la comuna de Taltal, pues la nos del norte de Chile (1000-1500 dc). Revista
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socialmente validada y aceptada. Acá destaca
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CAZA TRADICIONAL DE LA ALBACORA
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Revista Taltalia Nº 10 (2017), pp. 87-102

TRAVESÍA EN UN MAR DE HISTORIAS1

CROSSING IN A SEA OF STORIES

PEDRO ROJAS HERRERA 2

RESUMEN

Investigación para entender de cómo ha evolucionado el sector pesquero de la localidad de Mejillones,


que por más de 40 años ha contribuido activamente a soportar la fuente económica y de trabajo en la
comunidad, transitando por diversos vaivenes y que se viera enfrentada una y otra vez a la desesperanza,
que ya se había hecho presente ante la pérdida de dos importantes fuentes de trabajo, como lo fueron las
históricas compañías del ferrocarril (FCAB) y la estatal de Fertilizantes. Temática que surge al indagar so-
bre la pesca industrial instalada a mediados de los 60s, y sus antecesores emprendimientos, permitiendo
desentrañar su variada historia y comprendiendo la actividad pesquera, zonificada geográficamente, hasta
ver convertida la semi industrialización pesquera, para luego dar paso a la industria pesquera a nivel
nacional. Desde la visión social, hubo un efecto de vital importancia, experimentándose un crecimien-
to explosivo proporcional, para una población que se había visto siempre desprotegida y postergada.

Palabras claves: Mejillones, pesca, industria, Corfo,

ABSTRACT

Research to understand how the fishing areahas evolved in the town of Mejillones, which for more than 40
years has actively contributed to supporting the economic source and work in the community, traveling
through various swings and facing a and again to despair, which had already been present in the face of
the loss of two important sources of work, such as the historic railroad companies (FCAB) and the state com-
pany Fertilizantes. Theme that arises when inquiring about the industrial fishing installed in the mid 60s,
and its predecessors ventures, allowing to unravel its varied history and understanding the fishing activity,
geographically zoned, until the semi-industrialization of fishing becomes a reality, to then give way to the
industry fishing nationwide. From the social perspective, there was an effect of vital importance, experi-
encing a proportional explosive growth, for a population that had always been unprotected andpostponed.

Keyswords: Mejillones, fishing, industry, Corfo.

1
Extracto del libro “Travesía en un mar de historias” 2017.
2
Investigador histórico patrimonial. projasherrera@yahoo.com.
88 TALTALIA, N° 10, 2017

REMOTOS ORÍGENES locidad que parece ave que va volando por la


DE LA PESQUERÍA. mar” (ibid 1539: 158).

El pescado tuvo tres formas de uso, la primera


“Pescaron atunes, congrios, tollos, lisas,
dorados, bagres, jureles y pulpos. Cazaban fue el consumo directo en fresco, la segunda
pinnípedos y cetáceos, incluso la ballena. en condición de seco-salado, para consumo
Se dice que imitaban el ladrido del lobo fuera de época como uso masivo, y tercero,
marino, pudiendo así acercárseles y arpo- se comenzaron a aprovechar sus desechos,
nearlos fácilmente.” (BITTMAN, B., Cobija, como las cabezas y las tripas, como fertili-
panorama etnohistórico. 1983) zante adicionado al tradicional guano. Los dos
últimos estilos mencionados, tienen que ver
El consumo y/o el uso del pescado, no se con lo que se convertiría después en la futura
concentraba como una preponderante activi- industrialización del pescado y que comenzó
dad productiva propia del incanato, sino más a experimentarse de manera permanente du-
bien la necesidad la constituía la agricultura, rante los primeros años el siglo XX, en el rubro
donde los habitantes en la zona norte de Chile específico de enlatados, conocido después
y sur del Perú, no se concentraban en la cos- como conservas.
ta. En ese antiguo período incaico, solamente
se observan los antecedentes de los changos, Se debe agregar que durante la conquista es-
quienes desarrollaron tareas de sobrevivencia pañola, no se produjeron mayores cambios
por la pesca como alimento. en la actividad pesquera, ya que a los con-
quistadores más bien les interesaba el oro y
Sobre el origen inca-pesquero, Garcilaso de la la plata, que se extraía desde las montañas,
Vega menciona en su obra: “En otras partes muy lejos del mar, tan solo dejaron a los in-
de la misma costa, como en las hoyas de Ati- cas costeros, una nueva forma de desplazarse
ca, Atiquipa, Villacori, Malla y Chilca y otros para navegar con mayor seguridad, lo que sig-
valles, estercolan con cabezas de sardinas y nificó poder alejarse de la costa para pescar.
no con otro estiércol” (GOMEZ S., Inca Gar- Los antecedentes históricos, determinan que
cilaso de la Vega.1539:215), es decir evidencia durante la dominación española, la pesquería
la actividad pesquera con un adicional, que estuvo relegada a una actividad sin ninguna
es el residuo que no lo desechaban, sino que importancia económica, tan solo concentrada
lo utilizaban como abono suplementario de la a la alimentación y sobrevivencia humana
actividad costera hacia la agrícola. en su hábitat de los aún existentes changos.
Después de varios siglos, en la zona costera
Detallando la actividad pesquera, “Pescan
peruana, siguió realizándose en forma muy
con fisgas tan grandes como un hombre. Esta
rudimentaria y artesanal, aunque los productos
pesquería de las fisgas (para pobreza de los
del mar se utilizaban solamente como medio
indios) es semejante a la que hacen en Vizcaya
de consumo humano en condición de fresco
de las ballenas. En la fisga atan un cordel del-
o como seco. Dicha precaria elaboración
gado que los marineros llaman volantín; en de
del seco, no fue utilizada por los españoles,
veinte, treinta, cuarenta brazas; el otro cabo
que aun conociéndola, de apoco fueron
lo atan a la proa del barco. En hiriendo al pez,
descartándola como alternativa y modalidad
suelta el indio las piernas, y con ellas abraza
en su alimentación. Esa curiosidad histórica,
su barco, y con las manos va dando carrete al
se revirtió siglos después, cuando fueron los
pez que huye; y enacabándose el córdel, se
inmigrantes españoles quienes introdujeron
abraza con su barco fuertemente, y así asido
la conservación de la sardina (española)
lo lleva el pez, si es muy grande, con tanta ve-
tecnificada para ser preservadas en tinas
rellenas con sal. Así se le atribuyen los
TRAVESÍAS EN UN MAR DE HISTORIAS 89

primeros emprendimientos de este producto chilena, por lo tanto los antecedentes


a los españoles, como también a otros enunciados durante el siglo XIX y anteriores,
inmigrantes europeos, tal como lo fueron los corresponden históricamente dentro de
italianos y los croatas, llegados principalmente territorio y mar peruano.
en las primeras décadas del siglo XX por
consecuencias de las guerras europeas. ¿Cómo entonces se genera eso que los incas
inventaron, en su historial donde hicieron
Durante la descolonización española, el Perú de las cabezas y las vísceras de pescado, un
convertido en República, tampoco consolidó proceso de secado y molienda, para crear la
este tipo de alimento y recurrió simplemente harina de pescado, cuyo fin sería un fertilizante
a las producciones de cortezas, cueros y para abonar las plantaciones agrícolas?
pieles, azúcar, algodón, cobre y años más
tarde, fueron las lanas, el guano y también Complementando dicha historia, en 1923 llega
el salitre. Factores naturales además, hicieron al Perú el ingeniero japonés Nakashima para
desmotivar los intentos de incursionar el mar estudiar las posibilidades de industrializar los
como fuente de recursos para alimentación de productos marinos, y fue por esa idea que pre-
la sociedad cercana a las costas, influyeron sentó ante el gobierno un informe para pro-
en ello la geografía cercana al litoral con la ducir harina de pescado y entre sus párrafos,
existencia de profundas fosas marinas con sus señalando en detalle las características de la
aguas frías y el contrapuesto, con el fenómeno composición fisioquímicas del producto ela-
de la corriente del Niño, caracterizada con borado: “De 450 TM de pescado que se ex-
sus aguas cálidas y grandes marejadas, todo traen por mes salen 100 toneladas entre cabe-
aquello harían del mar peruano una opción de zas y residuos, de los cuales se pueden extraer
difícil explotación. 23 toneladas de fertilizantes. Precisando que
contienen 9.53% de nitrógeno; 3.78% de fos-
En años siguientes, no fue fácil el beneficio de fórico; 0.45% de alcálico; 6.69% de grasas;
los recursos del mar, ya que el solo pensar en 6.89% de agua, además 10%, o sea 10 tm. de
emprender algún negocio, exigiría un mayor aceite fino” (NAKASHIMA, S. 1977: 5). Naka-
nivel de desarrollo para las instalaciones shima, convencido de su experimentación, ins-
productivas, que ni el Estado ni los privados taló una pequeña fábrica de conservas que no
disponían para arriesgar sus inversiones. era otra cosa que una planta piloto para inten-
Tampoco había claridad en colocar los tar demostrar su creación. Entusiasmado más
productos en mercados externos para hacer bien por su comercialización, llegó a producir
más atractivo el negocio, por ende no conservas que fueron vendidas al público con
existía ningún otro producto, elaborado o gran acogida. A su vez, concentró su idea para
semi elaborado que se pudiera exportar. Sin intentar producir fertilizantes directamente a
embargo, la tecnología para el uso productivo través de los deshechos no utilizados. En este
de la anchoveta, será recién demostrada tras esfuerzo logró contar con todo el apoyo nece-
largos años de experiencia e investigaciones, sario de las autoridades, quienes veían en su
haciéndose una realidad en la medianía del producto, un potencial producto para abonar
siglo XX, cuando el negocio recién encuentra las tierras y no tanto para el consumo humano
una atractiva pesquería americana y ésta ni para animales, los desechos se convertirían
empieza a tomar forma y fuerza primero en en harina de pescado y los cuerpos para pro-
el país vecino del norte. Recordemos que la ducir las conservas.
historia contempla el traspaso de soberanía de
Perú a Chile, luego del fin de la Guerra del En síntesis, la explotación de los recursos ma-
Pacífico, por lo que los territorios al sur, es rítimos exigía un nivel de desarrollo de las
decir todo Tarapacá, pasan a tener soberanía fuerzas productivas que la formación social
90 TALTALIA, N° 10, 2017

peruana no disponía, pues faltaba la imple- para detectar las falencias y obtener una
mentación tecnológica para industrializar. propuesta de un planteamiento efectivo a
Tomando en cuenta la referencia en algunos corto plazo. Quizá sería lo mismo que se
párrafos oficiales, tal como se expresa en el relacionaba con la industria peruana, que
documento del Gerente de la Compañía Ad- comenzaba a explotar el pescado a mayor
ministradora del Guano (Perú), Carlos Llosa escala con plantas reductoras de harina
Belaunde, al Director General de Hacienda, y aceite de pescado, industria totalmente
donde se solicita que se evite la pesca de an- desconocida en el país siguiendo el ejemplo
choveta con fines industriales, fechada el 9 de peruano. La entidad estatal, implementó el
junio de 1951. A su vez, tres meses después, Plan de Acción Inmediata que aplicó desde
el mismo Gerente del CAG dirige una misiva al su inicio, al contar luego de su resultado de
Ministro de Agricultura dándole a conocer so- investigación, detectando las problemáticas
bre “…las graves consecuencias que se están y sus soluciones que debían ser resueltas en
produciendo con el uso de la red «boliche» corto plazo, tales como: a) Extracción de
y manifestar la inconveniencia de autorizar la pescado en cantidad y calidad apropiadas
pesca de anchoveta en forma masiva y las gra- para el consumo, fresco e industrializado;
ves consecuencias que esta pesca puede traer b) Almacenamiento de pescado fresco en
para la producción del guano en el futuro.” cámaras frigoríficas en los centros pesqueros
(Oroza 1951:67). A pesar de aquellos esfuer- y en los mercados para regular su distribución
zos, para controlar y evitar la pesca indiscrimi- a medida del consumo, y c) Transporte de
nada de la anchoveta, finalmente en 1953 se frigorizado del pescado fresco. (Plan de
autorizan las plantas de proceso de harina de Fomento Industrial, Industria pesquera CORFO
pescado para reducción de pescado. 1939: 22-23).

Evidente fue la preocupación y el interés de


la corporación, que estaba enfocada hacia la
APRONTES DE LA INDUSTRIA industria alimenticia en base al consumo de
PESQUERA EN CHILE especies marinas, tratadas en las formas que
hasta el momento se pretendían industriali-
En Chile, avanzada la mitad del siglo XX, nada zar, tales como era la fabricación de conser-
industrial o con pocas características de semi vas y otra formas a través de los frigoríficos,
industrial existía el sector de la pesca, aunque que permitían abastecer a la población con un
se veían algunos emprendimientos de privados producto altamente rico en vitaminas y pro-
que pretendían desarrollar el comercio de teínas que no las entregaban otros alimentos,
pescados congelados o en seco salado. Este pero esta industria adolecía de graves falen-
tipo de actividades, de todas formas muy cias que la CORFO pretendía resolver, como
pequeñas, tuvieron una activa participación en la de aumentar la producción, pero que se
la zona de Arauco, San Vicente y en Iquique veía entrampada porque el equipamiento y
a inicios de los 40s y pronto se sumaría San los implementos de pesca no eran modernos,
Antonio y Antofagasta. En el historial de la tampoco se contaba con transportes adecua-
CORFO, se alcanza a observar el incipiente dos para trasladar los productos previamente
inicio de la pesquería semi industrial en sus congelados, los centros de consumo tampoco
primeros 5 años desde su fundación, lo que contaban con cámaras frigoríficas para mante-
confirma así, la primera insinuación por ner la calidad del producto, y para el caso de
potenciar el sector. La corporación destaca en la industria conservera estaba en una situación
su primer informe (1939-1943), que mandató de retraso tecnológico.
un estudio a asesores norteamericanos
TRAVESÍAS EN UN MAR DE HISTORIAS 91

La Corporación intentó, de acuerdo a sus prio- de este acápite, dos cosas que dan las primeras
ridades, ayudar a la semi desarrollada indus- luces de la existencia de la actividad pesquera
tria y a los pescadores, cuya intención social industrial en la localidad de Mejillones, siendo
era no desatenderse de la realidad que pre- el primer caso en ubicar el período en el que
sentaba el sector. Los primeros resultados de estas actividades de Fomento se realizaron en
los estudios iniciados, surtieron su efecto po- el país. (CORFO, Esquema de diez años de
sitivo a partir del Plan de Acción Inmediata, labor, 1939-1949: 40 - 41).
los que permitieron orientar las políticas para
favorecer el fomento pesquero, cuyas princi- Por lo consiguiente, sólo se pudo contar con el
pales directrices se concentraron en conceder dato más regulado a partir del año 1945, por lo
créditos a los pescadores, permitir métodos que también se vieron revividas las actividades
modernos para alcanzar alta mar, renovar y que había previsto el Presidente Aguirre Cerda,
modernizar las plantas conserveras y crear quién a pesar de su fallecimiento durante su
organizaciones para las investigaciones de la mandato, dejó trazado el Plan de Fomento
biología marina. Industrial en septiembre de 1939, que recayó
en su sucesor, Juan Antonio Ríos.
Una de las primeras compañías en el rubro
industrial, fue la Cía. Pesquera Arauco, creada Esta información confirma que la activi-
a propósito por instancias de la Corporación dad, no fue parte de las preocupaciones ni
en 1941, de manera experimental, que por de las inversiones iniciales que el Gobierno,
falta de antecedentes del comportamiento en su idea fundamental, pero tampoco la
sobre la industrialización, debió esperar desconoció. No obstante, entre 1939 y 1940,
cerca de dos años para recién comercializar se asignaron recursos y aportes estatales al
convenientemente el producto de la pesca, sector, más bien para complementar el apoyo
una vez resueltas todas las complejidades. a la situación social de las comunidades
Es interesante conocer los primeros aprontes costeras, que claramente se menciona una
hacia el desarrollo de la industria, cuando insinuante actividad en el puerto de San
la Sociedad Chilena Industrial Pesquera de Vicente de Talcahuano, como inversión de
Corfo, procede a incentivar el emprendimiento particulares en el bien entendido que se
industrial al momento de crear en Iquique trataba de pescadores artesanales.
(1940) la Sociedad Industrial Pesquera De los escasos antecedentes hallados, en
Tarapacá organizada por la Corporación de lo que se refiere al sector pesquero semi
Fomento y el Instituto Minero e Industrial de industrial, se encontraron datos sobre dos
Tarapacá. Al mismo tiempo, se establecieron industrias que se instalaron posteriormente, en
en Antofagasta (1942) y en Talcahuano (1943) las regiones de Tarapacá y de Antofagasta (ex
otras dos industrias similares que comenzaron provincias de los mismos nombres), dentro de
a producir sardinas enlatadas en conservas. Es lo que conocemos como Norte Grande. Una
evidente que la CORFO tuvo un rol relevante en de ellas fue la Sociedad Industrial Pesquera
la industrialización de conservas y congelados de Tarapacá ubicada en el sector de playa
de pescados, y que gracias a los primeros Cavancha, Iquique, dedicada a la conserva de
resultados de sus estudios, lograron observar la atún y sardina española, mientras que la otra,
precaria situación del sector, sus necesidades fue la Compañía Chilena de Fertilizantes, que
y las opciones de desarrollo, que señalaron la se instaló en Mejillones, Iquique y Arica.
urgencia de incorporar este sector a su Plan
de Acción Inmediata, propuesta dada además
hacia todos los otros sectores industriales de la
economía del país. Es destacable que dentro
92 TALTALIA, N° 10, 2017

LA TORMENTOSA INDUSTRIA La situación llegó a tal punto que en 1967, tras in-
PESQUERA sistentes llamados de la Asociación, la CORFO
realizó un diagnóstico que concluyó que el
En esos convulsionados iniciales años 40s, sector pesquero crecía a un ritmo lento e ines-
Mejillones desesperanzado y empobrecido, table debido a dos variables:
también se vio favorecido por el plan de ayu-
•Falta de un conocimiento biológico
da a los pescadores artesanales. Las ruinas
adecuado de la variedad y disponibilidad
visibles que hasta la actualidad son parte de
de las especies marinas, lo que impedía
esta historia, representan en vivo, lo que sig-
dictar normas para su preservación.
nificó la fracasada pequeña industria pesquera
en Mejillones, no así la compañía guanera que •Ausencia de una legislación incentivadora,
obtuvo sus mejores resultados en poco tiem- una política financiera y una política de comer-
po. Bien sabido es que cuando se menciona cialización de los productos del mar.
“industria” [pesquera], a la época de esta his-
toria, su concepto no se acerca a la realidad “Pese a este escenario adverso y a la eferves-
actual de identificar una industria propiamen- cencia social que vivía el país en aquel enton-
te tal. ces, los industriales siguieron invirtiendo: am-
pliaron y modernizaron sus plantas, renovaron
Años después la misma CORFO, confirmó el los antiguos barcos de madera por nuevos
apoyo para crear la más poderosa empresa de acero –con mayor capacidad de bodega
pesquera nacional durante 1961 en el puerto y equipamiento, fabricados en astilleros na-
de Iquique, ésta correspondería a la EMPRESA cionales y alemanes– y adquirieron lanchas
PESQUERA TARAPACA S.A. La amplia zona motorizadas. Un esfuerzo que sería clave para
de Tarapacá, se encontraba deprimida por abrirse al mercado internacional en los años
efectos de la crisis del salitre y que a pesar del venideros.” (Producción de harina de pescado,
tiempo, no se veían soluciones al problema cap. Historia, prof. Alejandro Reyes. Colegio
complejo de salir del escollo económico y so- Villa Independencia, Talcahuano 2015: 4).
cial en que se encontraban las poblaciones de
los puertos de Arica e Iquique. CORFO tuvo
la visión de encontrar la solución al proble-
EL EFECTO PERUANO SOBRE
ma que posicionó a Iquique, como el puerto
LA INDUSTRIA PESQUERA
pesquero industrial más importante del país,
CHILENA
creándose la industria de la harina y aceite de
pescado en dicho puerto y en el Arica.
Durante la década de los 50s, aún no se va-
El traslado de dos fábricas elaboradoras de loraban los recursos pesqueros existentes en
pescado y barcos de Talcahuano a Iquique por las provincias de Tarapacá y Antofagasta, a
el auge de la anchoveta, sumado al terremoto pesar de la abundancia de especies que se
de 1960, significaron una caída en la demanda hacían notar y explotar de manera muy ar-
de pescado para la industria y en la capacidad tesanal, pero sin que el gobierno de la épo-
de captura, lo que se prolongó hasta 1963. El ca privilegiase la zona norte, con el apoyo
telón de fondo de este descenso era el modelo a emprendimientos pesqueros dentro de
de “sustitución de exportaciones”, también lla- las actividades artesanales, semi industria-
mado de “desarrollo endógeno”, que la CEPAL les y la ausencia total de intentos industria-
promovía en toda América Latina y cuyo eje les mayores. Al respecto, vale el interés de
era el rol empresarial del Estado.
TRAVESÍAS EN UN MAR DE HISTORIAS 93

mencionar lo que se expresa en el “librito”3 con esta nueva actividad laboral, que necesitó
que menciona virtudes de la actividad pes- de muchas y variadas funciones para las tareas
quera en la zona iquiqueña en ese período, de operar y mantener maquinarias, como
antes que se produjera el violento impacto que además, convertir a pescadores artesanales
dio paso a la industrialización de la pesca en en tripulantes de estos barcos industriales.
Perú y que luego, se hiciera presente en el nor- Por cierto no había tanta mano de obra para
te chileno, con fines estrictamente industriales cubrir las necesidades que las flotas y plantas
para elaborar harina y aceite de pescado, has- requerían, sin considerar en lo complejo que
ta la fecha productos prácticamente descono- sería crear especialistas para cada función. Los
cidos, tal como se menciona lo siguiente en cargos de mayor importancia, debieron traerse
su especial apartado que se refiere a la pesca desde otras localidades, incluso recurrir a
en Iquique: “Y la industrialización de la zona mano de obra extranjera, tal cual lo ameritan
costera de Iquique ofrece tan enormes posibi- las tareas arriba de los barcos, principalmente
lidades, a la vez que un ambiente tan natural patrones de pesca.
y propicio para su desarrollo, cabe en realidad
preguntarse cuál ha sido la razón de que has- Un cálculo simple para concluir con un número
ta ahora las iniciativas hayan correspondido a aproximado de tripulantes (goleteros) que se
esta realidad tangible. La abundancia es tal, en necesitaron para dar cumplimiento a la oferta
toda clase de especies marinas que práctica- laboral, resulta de la cantidad embarcada
mente y guardando por cierto las proporcio- que se debía asignar a un promedio de 10
nes, la escasez de carne que se ha venido a tripulantes por barcos y éstos en su mejor
producir en los últimos tiempos sobre todo en momento, se lograría alcanzar un poco
la zona norte del país, y que ha afectado tam- más de 300 naves, es decir que la actividad
bién a Iquique, encuentra en los pescados y pesquera concentró una cifra cercana a 3.000
mariscos no solo a un substituto de apreciable embarcados, considerado solamente para sus
valor nutritivo, sino que también de sabor y flotas, lo que creó una cadena de situaciones,
calidad muy superior a aquella. Es verdad que algunas con efecto negativo y otras de gran
a falta de iniciativa oficial para propender a un progreso económico para la postergadas
debido aprovechamiento de la enorme rique- poblaciones Ariqueñas e Iquiqueñas.
za que, como ya hemos dicho, tiene Iquique Fue la anchoveta, la especie pelágica que mar-
en sus aguas.” có el mayor interés para su industrialización,
Hasta entonces la zona de Iquique aún se sos- pues mantenía su hábitat frente a sus costas
tenía de la producción salitrera, aunque cada y muy abundante en las peruanas. Se cono-
día ésta, languidecía como ocurrió al poco cían los períodos de desove en la época de
tiempo después, hasta sucumbir totalmente, verano, donde se le veía aparecer incluso por
por lo que la ciudad pronto se convirtió en nuestras costas antofagastinas, alejadas des-
un centro fantasmal, sin mayores posibilida- de su origen, viéndose importantes masas de
des de desarrollo, aunque ello en pocos años, cardumen desde Arica hasta la región de An-
se revertiría una vez que se volcó totalmente tofagasta, que por ello mismo entusiasmó a
la mirada hacia el mar y en particular, hacia empresarios chilenos para replicar la industria
la actividad pesquera industrial, a similitud pesquera peruana en Chile.
como se estaba desarrollando en el Perú. En la Más al sur, frente a Taltal, ya se conocían los
época, Arica e Iquique, se vieron beneficiadas masivos cardúmenes de anchoveta y jureles,

Edición de promoción turística “Conozca el Norte de Chile”.


3

1954
94 TALTALIA, N° 10, 2017

que mencionó a su vez Augusto Capdeville4 a tienen que saltar los unos por encima de los
principios de siglo XX: otros, fuera del agua, produciendo un prolon-
gado y fuerte ruido particular, persiguiendo y
“Todas las ballenas que flotaban muertas des- devorando a la pequeña anchoa, que en su
de el sur, en el mar, en las cercanías de la cos- loca huida, llega hasta arrojarse en la playa por
ta, venían a parar a la caleta del Hueso Parado. grandes cantidades, que son inmediatamente
Todos los años en verano, a veces en otoño, recogidas por el hombre”. (Capdeville A., Tal-
se presentan ante la bahía de Taltal, como a talia N°2. 2009: 10-52).
distancia de media a una milla de la costa, por
centenares, formando cerros, persiguiendo a la La experiencia vivida por los taltalinos, fue la
sardina, a la anchoa chica…ahora como antes, tónica común, en todo el norte, entre Arica y
a la caída de la tarde, en el crepúsculo, en la Taltal, cuando las localidades y pueblos cos-
época del cuarto creciente de la luna, todos teros, se beneficiaban de lo que la naturaleza

Fig. 1: Visita del Presidente Jorge Alessandri Rodríguez, a las plantas pesqueras en
Iquique, ante el colapso del sector. 1963

los años, en los meses de verano se repite el prodigaba y hacía llegar a las playas, para que
mismo acontecimiento. Aparecen los jureles sus habitantes disfrutaran de aquello, como
en sábanas inmensas, que llegan a formar una rutina veraniega que alimentaba a los hogares
gran nata, y para avanzar más rápidamente, de las familias nortinas, hasta hoy se recuerda
con nostalgia.

En 1960, después de dos años de trabajo y


4
Ref.: Augusto Capdeville. Notas. En, Taltalia Nº 2. Revista con la activa participación de la Sociedad
del Museo Augusto Capdeville: 10-52. Taltal- Chile. (Ordenación
de Textos Rodolfo Contreras). 2009 Nacional de Pesca, el gobierno de don Jorge
TRAVESÍAS EN UN MAR DE HISTORIAS 95

Alessandri Rodríguez5 dictó el decreto 266 de ciedad Nacional de Pesca, industriales, que el
CORFO, el cual apoyaba el fomento y la pro- 10 de junio de 1949, se reunieron en Santiago
tección de la industria pesquera chilena por los “que trabajan en la extracción y aprove-
doce años. Sin embargo, a partir de 1952 nos chamiento de los productos del mar” –según
podemos sorprender al conocer algunos regis- consignó la prensa de la época– y concreta-
tros de desembarques de anchoveta para car- ron la formación de la Sociedad Nacional de
nada y elaboración de perlas de fantasía usan- Pesca, “una organización de carácter gremial,
do sus escamas en Arica, para la bisutería de destinada a luchar por el progreso de la indus-
joyería de fantasía, aunque ambos casos, no tria y a defender sus intereses”, en palabras de
tendrían relación alguna con el propósito que su primer presidente, Julio Luna, de la compa-
se vendría tiempo después al instalarse con los ñía pesquera Arauco, contribuyó en 1963 a
primeros productores de harina de pescado. Y la creación del Instituto de Fomento Pesquero
los primeros pasos de producir harina de pes- (IFOP) y a la constitución del Terminal Pes-
cado, del intento empresarial en Antofagasta, quero de Santiago. Además, han participado
lo realizan los españoles Enrique Alsina y José activamente en el estudio y promulgación de
Pita a principios de los 50s, utilizando los de- la legislación y normativa que ha regido a la
sechos de la conservera, al enviar restos secos pesca industrial chilena desde sus orígenes y
y molidos para uso de abono que exportan en diversas delegaciones oficiales que han re-
a Estados Unidos. En alusión al mismo tema, presentado a Chile en reuniones de carácter
especialmente a la industria pesquera que se Internacional pesquero.
comenzaba a desarrollar en Antofagasta, se
incluye al quizá el pionero de la industria con- “…destaca un primer periodo correspondiente
servera creada por don Mateo Zlatar, quién a un crecimiento sostenido del desembarque,
había iniciado en forma rudimentaria la activi- hasta alcanzar un máximo de 1 millón de t.
dad de salar anchoas, al interior de su negocio en 1966, registrando luego, desembarques
de abarrotes en 1935, que depositaba en barri- fluctuantes sobre las 650 mil t. hasta 1971.
les y luego envasándolas en cajas de lata, que Posteriormente, se distingue un segundo pe-
las sellaba soldándolas por el mismo. riodo de baja abundancia entre 1972 y 1985,
con desembarques inferiores a 420.000 t. Fi-
El incremento de plantas pesqueras a partir de nalmente, emerge un nuevo periodo de alta
1960, mantuvo un crecimiento masivo, desor- abundancia que abarca desde 1986 a la fecha,
denado y explosivo, que no tuvo regularidad caracterizado por crecientes capturas hasta el
en el tiempo, debido principalmente al desco- año 1994, con un máximo histórico de 1,9 mi-
nocimiento técnico en la operación en flotas y llones de t., observando luego, un decremento
plantas, como asimismo la incruenta sobreex- de los desembarques, sujeto a una alta varia-
plotación del recurso. El efecto peruano, im- ción interanual, que en los últimos seis años
plementado sobre una sola especie, como lo (1999-2004) oscila en torno a un promedio de
fue exclusivamente la anchoveta, hizo poner 900 mil t./año”6 [en referencia a la anchoveta].
en riesgo el recurso al tal punto de llevarlo a (SUBPESCA, Inf. T. N°83. 2005: 3).
la casi total extinción, creando una preocupa-
ción ecológica en los sectores científicos que La pesquería industrial nacional, al igual que
no conformaban parte de las decisiones em- en Perú, llegó a sucumbir en pocos años, afec-
presariales, advirtiéndose lo que se suponía tando directamente a muchos empresarios
podía suceder. En ese mismo sentido, la So-

6
Informe écnico (R.PESQ.) N° 83, Subpesca. Cuota global
anual de captura, para las unidades de pesquería de
anchoveta y sardina española REGIONES I Y II AÑO 2005.
5
Presidente de Chile durante 1958 hasta 1964 Publicado en Valparaíso en octubre 2004.
96 TALTALIA, N° 10, 2017

pequeños, que vieron perjudicado el nego- especie, se sacaba una ventaja sustancial entre
cio emprendido, por lo que algunos optaron los otros países exportadores de harina.
por vender a las compañías que eran más
solventes y que pudieron formar sociedades, Es indudable que la inversión privada, fue fun-
uniendo sus esfuerzos, que derivó a que las damental para el desarrollo de la pesquería en
empresas se fusionaran con el fin de fortale- toda la década de los 80s, con el efecto cues-
cerse para salir rápidamente de ese impase. tionable de que dicho impulso por un lado,
En su momento, al no existir regulaciones con- aumentó beneficiosamente el nivel de captu-
cretas para ser aplicadas a la pesquería, no ra, pero sin embargo, contribuyó a una agresi-
hubo restricciones y que además se fomenta- va explotación y que sus negativos efectos se
ron créditos para la instalación de fábricas de harían ver años más tarde.
harina y para la adquisición de nuevos barcos. El vaivén del período inicial de la era indus-
Se advierte un crecimiento explosivo de esta trial pesquera, pues se entiende en virtud de
actividad en Arica e Iquique. la participación de que la CORFO tuvo una
En el mismo informe mencionado en el relevante importancia al darle un gran impulso
párrafo anterior, se menciona el historial sobre al desarrollo de esta creciente industria, que a
el recurso sardina: pesar de algunas aprehensiones de lo que se
pretendía, en que sólo se pensaba en abarcar
“…se observó un régimen de baja abundan- el sector artesanal que en años anteriores se
cia, iniciando luego en 1974, un rápido y sos- había quedado estancado. En ese sentido, se
tenido crecimiento hasta alcanzar un máxi- había comenzado a favorecer emprendimien-
mo histórico de 2,6 millones de toneladas en tos más acotados, con marcado sentido social
1985. Posteriormente, el desembarque mostró y económico, pero no tanto así para potenciar
un sostenido decremento, registrando niveles el rubro industrial de la harina de pescado, sin
mínimos a partir de 1994, con volúmenes que embargo, en el corto plazo se estableció que
no superaron las 50 mil t. exceptuando el año ese sería el producto esencial industrializado
1999, donde, el desembarque tuvo un leve re- con fines del negocio de exportación.
punte, disminuyendo luego, a cifras que des-
criben una presencia marginal en las capturas En todo ese contexto, se contrataron además,
de cerco.” (ibid 2005: 3). los servicios de la firma norteamericana es-
pecializada‚ conocida en un principio como
Los indicadores señalan el comportamiento Marine Construction Co.7, de Seattle, USA,
histórico, referidos a la secuencia de la evolu- con el fin de implementar un proyecto para
ción de la industria pesquera en Chile y espe- formar una empresa integral que, proponía
cíficamente en las regiones del norte, conside- desarrollar procesos modernos y a su vez, de
rando el período comparativo desde la fuerte que pudiera elaborar productos de calidad en
explotación del recurso anchoveta en el Perú cantidad suficiente para abrir los mercados in-
desde 1955, aunque los primeros aprontes en ternacionales. La empresa norteamericana fi-
nuestro país comienzan en 1959, y que para nalmente sólo se limitó a construir un astillero,
el caso de la sardina, se comienza a explotar que permitió construir y reparar los primeros
tardíamente en 1973, con propósito directo de barcos en el primer período de bonanza de la
complementar materia prima para producir pesquería industrial de la zona.
harina y aceite de pescado, un ingrediente de
mayor interés para la industria pesquera chile-
na, distinto al sector pesquero peruano, que se 7
Esta compañía norteamericana derivó como Astilleros
basaba prioritariamente en la anchoveta, por MARCO, de allí su nombre. (MARine COnstruction), filial de
la casa matriz ubicada en Seattle, USA. Creada en 1953 por
cierto que con la presencia importante de esta

Peter Schimt y luego esta pequeña sucursal en Iquique, a
partir de los 60s.
TRAVESÍAS EN UN MAR DE HISTORIAS 97

Fue así como en 1965 el puerto de Iquique se nuevas empresas y el resto fue participación
encontraba convertido en el más importante con la Corporación de Fomento, estos últi-
sector industrial pesquero del país, de conside- mos destinados especialmente a cubrir cré-
rable importancia mediante el establecimiento ditos adeudados por las empresas integradas.
de la CORFO, de servicios generales que faci- La decidida y oportuna acción de la CORFO
litaron la instalación de industrias pesqueras hizo posible que durante 1967 se repusieran
en su litoral. Se urbanizó el barrio industrial normalmente las actividades del complejo
El Colorado, habilitándose 100 sitios de una industrial, mayoritariamente ubicado en la
hectárea, lo cual se sumaba a lo realizado en zona de Tarapacá, evitando la crisis sobre la
la zona portuaria propiamente tal. economía del norte y que pudo haber tenido
consecuencias negativas sobre la comunidad
A pesar del alto crecimiento de la extracción que se dedicaba a la pesca y a su vez, en otras
de peces durante tres años seguidos de activi- actividades de esa región.
dad permanente, el sector se enfrentó a la apa-
rición del fenómeno de la corriente El Niño, Luego, a pesar del período de crisis, la indus-
situación que provocó el prolongado desapa- tria pesquera de la zona norte volvió a nor-
recimiento de la anchoveta, entre marzo de malizarse, iniciándose a partir de entonces
1964 a diciembre de 1965. La grave crisis im- un nuevo ciclo de extracción del recurso que
pactó fuertemente a los nacientes empresarios, perduró hasta 1973, año en que nuevamen-
que obligó al Estado a implantar un programa te se presentó el fenómeno de El Niño, con
de racionalización de la industria reductora consecuencias incluso mayores a la crisis de la
de pescado para evitar un colapso mayor, con anchoveta de 1965.
impacto social importante para el sector a tal
punto que la ciudad nortina amaneció un día Al respecto de la recuperación en la década
con banderas negra en señal del descontento, de los 80s, ASIPES menciona:
por la gravedad que se estaba viviendo y sin “La abundancia que experimentaron los recur-
ver medidas de aplacar la gran cesantía en la sos marinos a partir de 1978 –sobre todo los
población. pelágicos como el jurel–, sumada a las innova-
El malestar se hizo presente en esferas guber- ciones de las empresas del gremio y al modelo
namentales, que afortunadamente actuó con exportador que promovía el gobierno, convir-
rapidez, y la solución llegó al contemplarse tieron al país en una de las primeras potencias
facilidades especiales que promovieron las fu- pesqueras, junto a Noruega, Estados Unidos,
siones con nuevas empresas financieramente Japón y China. A modo de ejemplo, si en 1975
solvente, donde además la CORFO se hizo el volumen de captura de peces, crustáceos,
parte de las sociedades industriales y de los moluscos y algas ascendía a 899 mil toneladas,
armadores pesqueros afectados por la crisis, en 1986 superaba los 5,6 millones. Sin lugar a
minimizando el efecto de la desocupación por dudas, la voz de ASIPES alcanzaba resonancia
la amenaza de las quiebras. mundial.”

El período de ajuste se extendió por otros dos


años, y en 1967 se había formalizado la inte-
gración de 21 empresas refundidas en 6 nue-
vos grupos industriales conformados por las
compañías pesqueras: TARAPACÁ, ARAUCO,
IQUIQUE, PESQUERAS UNIDAS, COLOSO
e INDO, quienes aportaron un poco más del
50% del capital neto para la formación de las
98 TALTALIA, N° 10, 2017

MEJILLONES PESQUERO sus trabajadores. Específicamente se debatió


la problemática surgida hacia los trabajadores
Curiosamente en ese mismo período (1965), se de la industria pesquera CIPA (Compañía In-
decidía que en Mejillones se instalara la pri- dustrial Pesquera Antofagasta), que se había
mera planta de este tipo y fue de esa manera, declarado en quiebra, pero que en el fondo se
que sus primeros propietarios, se vieran en la declaraban sus pérdidas ambas compañías de
situación compleja de vender sus dos plantas la Sociedad Alsina y Pita, como propietarios
que mantenían en Mejillones y en Antofagasta. de CIPA en Antofagasta y CIPEM en Mejillo-
nes.
Regresando a los inicios años de la instala-
ción de las primeras compañías pesqueras en El extracto es el siguiente, dentro del índice
Mejillones, se puede confirmar que junto a general de la Sesión8, se indica textualmente:
pesquera CIPEM, se construyó inmediatamen-
te al costado la Pesquera Coloso Ltda. y ello
se confirma fehacientemente con el siguiente “IV.-DOCUMENTOS DE LA CUEN-
dato mantenido de la Cámara de Diputados, TA 1.-OFICIO DEL SEÑOR MINIS-
cuando se sesionó para debatir la distribución TRO DE TRABAJO Y PREVISION
de las utilidades de las industrias, para con SOCIAL”

“Nº 596.- Santiago, 18 de junio de 1968.

Tengo el agrado de dar respuesta al oficio de


V. E. mencionado al rubro, relacionado con las
utilidades que deben repartir las industrias de
la provincia de Tarapacá y Antofagasta entre
sus empleados y obreros, transcribiéndole el
oficio Nº 603 de la Inspección Provincial del
Trabajo de Antofagasta:

«Fábricas.- Fábrica de Conservas Productos


Marinos, Alsina y Pita y Cía., acogida a las
franquicias del decreto Nº 266, habiéndose
declarado en quiebra y siendo intervenida
por CORFO, con fecha 1° de enero de 1968.
Guanaye S. A. compró la fábrica, adquiriendo
el compromiso de cancelar lo adeudado por
la antigua empresa a empleados y obreros.
Actualmente se encuentra poniendo al día la
contabilidad del año 1964 a la fecha para pro-
ceder a los pagos a que tuvieren derechos los
empleados y obreros.”

Fig. 2 Gráficas de la Compañía Industrial Pesquera


Antofagasta (CIPA) 1955
8
LEGISLATURA ORDINARIA. Sesión 6ª, en miércoles 19 de
junio de 1968 (Ordinaria: de 16 a 17.33 horas), presidida por
el diputado SEÑOR VALENZUELA VALDERRAMA, DON
HECTOR.
TRAVESÍAS EN UN MAR DE HISTORIAS 99

“Fábrica de Conservas Rojas y Cía., acogida En ese segundo período, en el pueblo de Me-
al decreto Nº 266”. Esta empresa también jillones ya no estaban las históricas industrias
pertenecía a CIPA y fue absorbida a su vez al de Fertilizantes y del Ferrocarril9, por lo con-
momento de la compra por Pesquera Guanaye siguiente la industria pesquera debió soportar
Ltda. en 1968. En la misma sesión parlamen- toda la carga laboral y la socio-económica
taria, se alude a los inicios de la pesquera Co- para toda la comunidad, que comenzó a de-
loso, que luego se convertiría en la industria pender exclusivamente de ella, reflejada en
de mayor inversión y capturas del sector en 1982 con dos plantas procesadoras de harina
las décadas de 80s y 90s, señalando al res- y aceite de pescado, sumando en 198410 otra
pecto: “Sociedad Empresa Pesquera Coloso compañía pesquera y en 1986 un astillero, sin
Ltda. Acogida al decreto 266. No ha obtenido desconocer todas las otras tareas asociadas a
utilidades por estar trabajando a prueba des-
de octubre de 1967. Los años anteriores fue-
ron dedicados a la construcción de la planta.”
Dato referido a la instalación de la pesquera
en Mejillones.

La segmentación de los cuadros, muestra claramente el


comportamiento histórico de las capturas en sus dos pe-
ríodos extensivos en 50 años, con las tres especies prin-
cipales, que finalmente se destinarían como materia pri-
ma en reducción para harina y aceite. El primero señala
el inicio de las capturas en Chile y el otro, el repunte
pesquero a partir de 1979 hasta 1985, para luego caer
sostenidamente. (Fuente: INFORME TÉCNICO (R. PESQ.)
N°83, Subpesca. 2004)

Fig. 3: Canchas de acopio de sacos con harina de pesca-


do Pesquera CIPEM de Mejillones, 1966
estas industrias, ligadas en su totalidad al sec-
tor pesquero. Sin lugar a dudas, por entonces
la localidad de Mejillones marcó un impor-
Hago este vínculo de información, debido a tante cambió de rumbo y se mantuvo con un
que a mediados de los 60s, un poco posterior muy buen nivel de vida, favoreciendo a toda
a la instalación de la planta de la CIPEM, se la población, situación que al pasar los años,
construye en Mejillones, una planta de la in- hoy nadie podría desconocer.
dustria procesadora de harina y aceite de pes-
cado Coloso S.A., en los terrenos que luego La impulsiva renovación de la industria pes-
conocimos como el Astilleros Loa a inicios de quera, a inicios de los 80s, hizo que todas las
los años 80s. Por mucho tiempo, se vieron los
antiguos vestigios de esa industria.
9
Compañías dejaron de operar y provocaron la incertidumbre
Observaremos en detalle ambas épocas, la del

de que ante nuevas fuentes de trabajo, el pueblo quedaría
básicamente sujeto a tan sólo las que ofrecía pesquera Guanaye.
inicio desde 1965 hasta fines de los 70s en su La compañía de Fertilizantes cerró en agosto de 1978 y el
ferrocarril culminó sus funciones en la localidad luego de 70
período más bajo y la más importante, desde años, cerrando su maestranza y por consecuencia el campa-
mento a principios de 1982.
1982 hasta 1996 y posteriores, que significó 10
En 1984 se inicia la construcción de Pesquera Angamos S.A.
un nuevo desarrollo para puertos pesqueros. y fue puesta en marcha en 1986.
100 TALTALIA, N° 10, 2017

plantas procesadoras fuesen implementadas mente no se iba a poder luchar contra lo que
con nuevos equipos, para producir en menor la naturaleza imponía y se defendía, ante la
tiempo, una mayor cantidad posible de harina agresiva y renovada tecnología de las flotas.
y aceite de pescado. La inversión de los dos La construcción de nuevas naves, modernas
consorcios instalados en la localidad, fue mi- y habilitadas con equipamiento y sistemas so-
llonaria, por lo que no se detuvieron a limitar fisticados de captura, pensados con el fin de
sus gastos, hasta no ver convertidas todas sus mantener o superar los números históricos,
plantas, en modernas y eficientes productoras. fueron las causas sistemáticas del deterioro
que afectó la producción de harina y del acei-
Mientras que en la capital regional, las dos te de pescado, ante la disminución de peces
compañías pesqueras, a principios de los 80´s, en el mar.
debieron hacer frente al cuestionamiento so-
bre el medio ambiental, destacándose en la “En 1997 quedó en evidencia el desequilibrio
prensa local, los efectos negativos de las ema- entre la capacidad de pesca y los recursos
naciones malolientes, que afectaba a la ciudad disponibles, con una flota que aparecía so-
de Antofagasta, que a la época se expandía bredimensionada. El sector se enfrentaba por
hacia el sector poblacional norte, la histórica primera vez a una situación de temporalidad
Zlatar cerró declarándose en quiebra. La otra en su actividad, luego de las sucesivas vedas
planta, correspondiente al consorcio Guana- que la autoridad impuso sobre la especie jurel.
ye, trasladar su planta harinera a Tocopilla11, El fenómeno de “El Niño”, que provocó serios
iniciándose su construcción en noviembre de trastornos en los hábitos migratorios y repro-
1985 y sus operaciones durante junio de 1986, ductivos del principal recurso pelágico de la
culminando nuevamente en el año 1994, de- zona centro sur, ahondó aún más la crisis.” (Sa-
bido a la crisis que se hizo sentir abruptamen- lazar, M. 2014:4)
te, provocando el colapso a gran parte de la
industria del sector, entre ellas también afectó En virtud de los magros resultados económi-
a Pesquera Tocopilla (ex San Pedro), pertene- cos, pronto se suspendieron ciertas inversio-
ciente al grupo Angelini. nes y se debieron restringir los gastos y con
ello, comenzaron las reducciones de mano de
A los años siguientes, a inicios de los 90s, la si- obra y de a poco se reformularon los gastos,
tuación comenzó a advertir efectos más preo- priorizando por cierto todo lo que estuviese
cupantes aún, ante el irregular comportamien- en la visión de mejorar los niveles de capturas,
to de las capturas y por consecuencia, la baja que estaban llegando a niveles muy bajos. A
en la producción de harina y aceite. Mientras pesar de los desafíos impuestos, con toda la
tanto los organismos estatales, (Sernapesca y avanzada tecnología, no se lograron reponer
Armada), determinaron mayores exigencias y los niveles de capturas. Igualmente, todo el ru-
más estrictas medidas de control sobre los vo- bro pesquero relacionado con la producción
lúmenes y tamaño de las especies que captu- de harina y de aceite, sufrieron los estragos del
raban las flotas, estableciéndose por entonces colapso, que hizo remecer a las fuerzas labo-
vedas periódicas a las especies. rales y cuyo final se observó durante el 2012,
en que las plantas que quedaban funcionando
El año 92 ya se había sentado el estado de y en la mayoría de los casos, debieron cerrar
situación orientada a la baja y que para los sus operaciones.
siguientes tiempos, sería muy poco probable
revertir las magras cifras económicas. Clara- “Aunque los niveles de captura parecían indi-
car que quedaba jurel para rato, el principal
recurso pesquero de Chile estaba en crisis:
11


Ref.: TocopilaCity, blogspot. “Pesquera Guanaye, una nueva
e importante industria local”, agosto 2006.
gran parte de la pesca registrada estaba bajo
TRAVESÍAS EN UN MAR DE HISTORIAS 101

la talla de 26 centímetros que indica la ley “El historial de esta pesquería indica que las
para evitar la captura de aquellos que no han fluctuaciones en la abundancia y disponibi-
llegado a la edad de reproducción. Por esta lidad de esta especie obedece a cambios de
razón, las autoridades, encabezadas por el largo plazo en la condición ambiental y no al
entonces subsecretario de Pesca, Juan Manuel efecto de la pesca.” (CAÑON, J.2014).
Cruz, decidieron instaurar en las pesquerías
más importantes el sistema de cuotas globales
anuales. En el caso del jurel, aunque la pro-
NOTAS DE TEXTO
puesta inicial de la Subpesca fue de 800 mil
toneladas, la negociación en el Consejo Na-
Pescan con fisgas: La fisga es un instrumento
cional de Pesca (CNP), donde la mayoría de
de pesca que se inventó para coger los peces
sus miembros son representantes del sector in-
clavándolos a golpe de brazo al modo que
dustrial, la cerró en 1.980.000 toneladas para
con la punta hacia el suelo se arroja o intenta
1999. El resultado inmediato fue un desastre.”
clavar una lanza o dardo.
(CIPER CHILE. El saqueo del mar chileno.
2012) Garcilaso de la Vega: Gómez Suárez de Fi-
gueroa, apodado Inca Garcilaso de la Vega
(Cuzco, Gobernación de Nueva Castilla, 12 de
RECALADA Y EL BASTIÓN abril de 1539-Córdoba, Corona de Castilla, 23
DE LA INDUSTRIA de abril de 1616), fue un escritor e historiador
HACIA EL SIGLO XXI peruano de ascendencia inca y española. Se
le considera como el «primer mestizo bioló-
La sobreexplotación del recurso, hizo que gico y espiritual de América», o en otras pa-
varias compañías chilenas, todas de capitales labras, el primer mestizo racial y cultural de
privados, debieron cerrar y otras obligadas a América que supo asumir y conciliar sus dos
fusionarse para no arriesgar toda la inversión. herencias culturales: la indígena americana y
Las plantas como las flotas, se encontraban la europea, alcanzando al mismo tiempo gran
adaptadas solamente para la captura de la an- renombre intelectual.
choveta, que se entendía que era la única que CORFO: La Corporación de Fomento de la
aceptaba el proceso de harina de esa espe- Producción, fue creada por la Ley N°6.334,
cie, por lo que el rubro prácticamente terminó del 29 de abril de 1939 durante el gobierno de
quebrado en muy corto tiempo, dando paso don Pedro Aguirre Cerda, nacida como orga-
solamente a empresas o consorcios de mayor nismo estatal con el propósito de impulsar la
solvencia, las que absorbieron a las más pe- actividad productiva nacional.
queñas y se mantuvieron logrando superar la
crisis, entre ellas y que se mantuvieron des- Plan de Acción Inmediata: Primera medida de
pués, estaban las pesqueras Guanaye, Coloso, la Corfo, con el fin de análizar y evaluar la fac-
Eperva, Iquique, Tarapacá, Indo y Camancha- tibilidad de desarrollar distintas industrias bá-
ca, todas operando en la zona desde Arica sicas en todos los sectores productivo del país.
hasta Antofagasta.
Sociedad Chilena Industrial de Pesca: La Corfo,
La identificación de los actuales empresarios con el fin de comenzar a desarrollar la in-
ligados a la industria pesquera, son cuatro dustria pesquera, creó esta Sociedad, de tal
grupos quienes controlan el sector pesquero manera que pudo cooperar en la creación de
en Chile, concentrando 76% de la capacidad compañías pesqueras con el fin de mantener
extractiva, que se centraliza principalmente en fábricas de conservas de sardinas y anchoas.
las especies de jurel y sardina. Memoria de la Corfo 1939-1943. Pág. 225 a
102 TALTALIA, N° 10, 2017

230. el modelo económico neoliberal. Centro


Investigación de la Realidad del Norte,
IFOP: El Instituto de Fomento Pesquero es una Cuaderno Invest. Social N°27.
corporación de derecho privado sin fines de
lucro y con un rol público, dedicada a la in- MALDONADO, H. PUERTAS, M. 2011. La
vestigación científica en el área de las ciencias pesca industrial peruana antes de la anchoveta
marinas (pesquerías, acuicultura, oceanogra- (1923-1955). Universidad Mayor de San Mar-
fía, biodiversidad), y cuya misión es “asesorar cos.
la toma de decisiones de la institucionalidad
de pesca y acuicultura nacional, mediante la NAKASHIMA, S. 1977. Insuficiente desarrollo
elaboración de antecedentes científicos y téc- de la pesquería con limitaciones al capital
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Revista Taltalia Nº 10 (2017), pp. 103-123

BASURAS Y FIEBRE: ESCENA DE UNA CRISIS


SANITARIA EN TOCOPILLA (1882-1925).

GARBAGE AN FEVER: SCENE OF HEALTH CRISIS


IN TOCOPILLA (1882-1925)

DAMIR GALAZ-MANDAKOVIC1

RESUMEN

El propósito de este artículo es describir y caracterizar la crítica escena sanitaria de Tocopilla en el


periodo de la postguerra, examinando la reacción del poder y elite local ante el aumento y descon-
trol de los depósitos de las basuras y el brote epidémico de la Fiebre amarilla como efecto de las ar-
ticulaciones transfronterizas del puerto salitrero. Finalmente, se analiza, como derivación de esta cri-
sis, la conformación de un frente biopolítico en manos de norteamericanos que proyectaron reordenar
el territorio para establecer una gestión de la vida en aras de obtener un proceso capitalista exitoso.

Palabras claves: Tocopilla, basuras, Fiebre amarilla, crisis sanitaria, biopolítica.

ABSTRACT:

The purpose of this article is to describe and characterize the critical sanitary scene in Tocopil-
la during the postwar period, by examining the reaction of the local power and elite due to the in-
crease and lack of control of garbage deposits, and the outbreak of yellow fever as effect of the
cross-border articulations of the saltpeter port. Finally, as a result of this crisis, it is analyzed
the conformation of a biopolitical front in the hands of North Americans, that projected to reor-
der the territory to establish a life management in order to obtain a successful capitalist process.

Key Word: Tocopilla, trash, Yellow fever, health crisis, biopolitics.


1
Doctor en Antropología (Universidad Católica del Norte). Docteur en Histoire (Université Rennes 2). Email: damirgalaz@gmail.com
104 TALTALIA, N° 10, 2017

INTRODUCCIÓN TOCOPILLA
DE LA POSTGUERRA
Más allá de las transformaciones geopolíticas
provocadas por la guerra del Pacífico, en este La expansión urbana de Tocopilla en el pe-
artículo nos interesa caracterizar y analizar un riodo de la post guerra, remite a un pobla-
proceso local relacionado con el descontrol miento espontaneo por parte de migrantes
sanitario y la constitución de una vulnerabi- provenientes desde el centro del país. Dicho
lidad infecciosa en el puerto salitrero desde poblamiento devino también en diversos dra-
1882. mas sanitarios, siendo la basura domiciliaria
la constitución de un archivo social que se
En ese sentido, queremos responder las siguien- comenzó a acumular en diversos sectores del
tes preguntas: ¿Cómo fue la experiencia sani- poblado generando múltiples problemas.
taria una vez que Tocopilla se transforma en
puerto chileno? ¿Qué tipo de problemas gene- Dichos apilamientos espontáneos incluyeron
ró la ocupación espacial por parte de inmi- pestilencias y enfermedades, pero también
grantes y la acumulación de los desperdicios? constituyeron verdaderas identidades barria-
¿Qué tipo de reacciones tuvieron las autori- les: eran los efectos de un poblamiento sobe-
dades y ciudadanos de la elite ante estas reali- rano y popular que de modo informal se apro-
dades complejas? ¿Qué impacto sanitario tuvo pió del espacio y estructuró no solo un modo
para Tocopilla la articulación internacional en de vida, sino que también una cartografía de la
el marco de la exportación de salitre? ¿Qué transgresión que halló la resistencia por parte
decisiones se abordaron en la constitución de de las autoridades locales.
nuevos proyectos capitalistas?
Las migraciones de la postguerra se dieron
El propósito de este artículo es describir y en el marco de la organización a una mayor
caracterizar la crítica escena sanitaria de escala de la explotación, traslado y embarque
Tocopilla desde 1882 hasta 1925, examinando del salitre producido en la zona del cantón El
la reacción del poder y elite local ante el Toco. El impulso dado por la concesión otor-
aumento y descontrol de los depósitos de gada por el Estado chileno al británico Edward
las basuras, adicionando el brote epidémico Squire, significó la construcción de un atrevi-
de la Fiebre amarilla como resultado de las do ferrocarril salitrero que atravesó la abrupta
articulaciones transfronterizas del puerto Cordillera de la Costa (Binns, 1995), dinami-
salitrero, donde el mar y sus flujos navieros se zando una serie de flujos, no solo de mercan-
transformaron en los vectores de una tragedia cías, sino que también de migrantes, consti-
que impactó profundamente a la población. tuyéndose un territorio que articuló diversos
Posteriormente, se analiza, como derivación flujos de capitales transfronterizos.
de esta crisis, la conformación de un frente
biopolítico en manos de estadounidenses que En ese escenario, llegaron a Tocopilla algunas
proyectaron reordenar y disciplinar el territorio compañías salitreras que exigieron la imple-
para establecer una gestión de la vida con el mentación de muelles, diversos almacenes,
objetivo de obtener un proceso capitalista casas gerenciales y recintos para obreros, di-
exitoso. namizándose también el mercadeo de pro-
ductos y servicios, porque la economía local
Metodológicamente este trabajo se apoya en se sustentaba con los grandes consorcios,
la información obtenida en archivos locales: entre ellos Folsch & Martin, Anglo Chilean y
fuentes primarias concernientes al Estado y Nitrate Agencies. De la misma manera la com-
sus instancias intermedias, como así también, pañía Anglo Chilean Nitrate and Railway.
a fuentes hemerográficas nacionales.
BASURAS Y FIEBRE: ESCENA DE UNA CRISIS SANITARIA
EN TOCOPILLA (1882 - 1925). 105

En ese marco, Tocopilla tuvo su primer censo dante de Armas B. Bischoffshausen, quien, una
chileno en 1885. vez que nombró al primer gobernador chileno
en Tocopilla, Fabio Zañartu, dejó el cargo el
7 de enero de 1882. No obstante, la gestión
Lugar N° habitantes del citado militar, además de las basuras y sus
Ciudad de Tocopilla 1.816 acumulaciones, tuvo que afrontar problemas
Cobija, Gatico y minas 2.382
como las viruelas y enfermedades derivadas
por el consumo de agua de baja calidad. En
Total comuna 4.198
ese marco, el énfasis se tuvo que situar en la
Tabla 1: Guarismos correspondientes al censo de 1885. higienización de la población, surgiendo nu-
Fuente: Instituto Nacional de Estadísticas. Esquema: ela-
boración propia. merosos decretos. Por ejemplo, el 9 de marzo
de 1880 se dictaminaba:

La implementación del ferrocarril estimuló un “Desde el 15 del corriente, una comisión de


proceso de articulación denso entre la costa vecinos nombrados por esta Comandancia i
y la pampa, por ejemplo: en 1895 el ramal se acompañados del sargento de policía, pasarán
extendió a la Oficina Peregrina y Santa Fé, pa- una revista general por toda la población i, en
sando por Buena Esperanza e Iberia. En 1899 las casas donde se encuentre desaseo en le-
el Ferrocarril Tocopilla al Toco trasladaba trinas, patios interiores, caballerizas, etc. apli-
215.475 toneladas de salitre y 20.025 pasaje- carán una multa de $ 10.00 a $ 20.00 y otros
ros, cifras que, en 1909, aumentaron a 307.919 tantos días de prisión (…) Los días viernes i
toneladas y 45.512 personas (Binns, 1995). sábado (…) los propietarios i arrendatarios de
casas (sacarán) las basuras a la calle, de 6 a 9
Despuntando el siglo XX, surgieron las Ofi- de la mañana, para que los carretones de
cinas Empresa, Rica Aventura, Grutas y Pros- turno de la policía pasen a recogerla…” (AGT,
peridad. En 1910 como parte del proyecto de Decreto N° 24 del 9 de marzo 1880).
implementación de la Oficina Coya, se em-
Dicha impronta de higienización, la continuó
prendió la construcción de un ramal de 31 ki-
el gobernador Fabio Zañartu, quien llegó a
lómetros que partió desde la estación El Toco.
conformar una Junta de Salubridad, organismo
fusionado entre juristas, militares y médicos,
tomando como primeras medidas las concer-
EL DRAMA DE LAS BASURAS nientes a prohibir el arrojo de basuras y aguas
servidas hacia las calles, como así también
La beligerancia minera iniciada en 1879, más prohibió la quema de basuras en los interiores
allá de sus impactos territoriales y económi- de las casas por el riesgo de incendios. (AGT,
cos en una ciudad de origen boliviano, deja- oficio Nº 34 del 7 de junio de 1882).
ba también una impronta relacionada con la
Dos años más tarde, en 1884, surgió la Junta
basura y sus diversas acumulaciones en nu-
Departamental integrada por otro Gobernador,
merosos sectores del poblado tocopillano. La
Daniel Novoa, quien, junto al Alcalde Toribio
proliferación de basuras era el resultado del
Sobarzo, además del cura del pueblo, varios
interregno político y de gestión operativa lo-
médicos y también empresarios, organizaron
cal, situación que superaría a los militares que
una campaña para evitar la propagación
tuvieron que regir la ciudad mientras se desen-
del cólera; para ello reclutaron personal
cadenaba la guerra minera. para una Junta de Vigilancia. Las primeras
Cabe indicar que, en el transcurso de la gue- medidas consistieron en la adquisición de
rra, la ciudad fue gobernada por el Coman- desinfectantes, entre ellos el sulfato de cobre
106 TALTALIA, N° 10, 2017

y carburo de calcio; la implementación de denunciando a los involucrados con las auto-


un lazareto, incluyendo una comisión para ridades.
realizar visitas domiciliarias y verificar el
tratamiento del agua y las basuras; también, En términos prácticos, esta comisión de la de-
lación fue autorizada para cursar multas y ade-
controlaron la crianza de cerdos e iniciaron
más fue facultada para quemar las basuras de-
una campaña para comer verduras y mariscos
positadas en las quebradas. De este modo, la
cocidos (Collao, 2001).
apropiación y administración del espacio pú-
A esas políticas gubernamentales, se sumó la blico ejecutada por los vecinos tocopillanos,
municipalidad, institución que en 1889 creó era combatida a través del fuego como dispo-
la Policía de Aseo Urbano, integrada por sitivo de control por parte de ciudadanos que
inspectores, aseadores y carretoneros que moralizaban la conducta de los otros. Era un
realizaban el retiro de las basuras domiciliarias. fuego moral y a la vez, era un indicador para
los otros vecinos vieran que ahí se había co-
En los finales del siglo XIX, la basura, cuan- metido una falta. En esas circunstancias, el
do no era depositada en cualquier lugar de las apoyo irrestricto por parte de las autoridades
cuadras urbanas o en los extendidos barran- no se dejó esperar con el objetivo de superar
cos que daban hacia el mar, era derechamente esas transgresiones territoriales y sanitarias.
quemada en cada una de las casas a saber de
las prohibiciones; dicha situación daba paso Entonces, en el decir de Giorgo Agamben, la
a una ciudad que recurrentemente exhibía Zôe tocopillana se expresaba como el simple
fumarolas y pequeñas humaredas divisadas a hecho de vivir sin normas o al borde de lo jurí-
lontananza (AMT, Oficio Nº 45 7 de junio de dico, asimismo eran acciones en los márgenes
1888 y Oficio Nº 56, 11 de junio 1888). urbanos; por ello, la urgencia de constituir un
Bíos, remitía a la necesidad de normar y casti-
Las condiciones higiénicas de Tocopilla eran gar, para así indicar “la forma o manera de vi-
consideradas como “deplorables” por parte vir de individuo o grupo” (Agamben: 2003:9),
de los Gobernadores y Alcaldes: son repetidas era la urgencia para que dichas formas sobe-
las descripciones de una ciudad maloliente ranas de vivir fuesen disipadas y esos cuerpos
en numerosos documentos del Estado; dichas y sus acciones fueran ingresados a la Polis, es
quejas se remitían a las denominadas “malas decir, a la comunidad política para reprodu-
costumbres…” de algunos ciudadanos. cir la posibilidad de un espacio para convivir.
En ese sentido, “la soberanía se presenta en la
Con base a algunos expedientes hallados en
forma de una decisión sobre la excepción (…)
los archivos de la Gobernación de Tocopilla,
representa la inscripción del nomos, de la ex-
en el verano del año 1887, se dejaba constan-
terioridad que anima y da sentido” (Agamben,
cia del “estado calamitoso” en que se hallaban
2003:40). Así, se inauguró una tensión entre
algunas quebradas tocopillanas. En especial
fuerzas contrarias entre las gentes del centro y
en las del sector que luego fue denominado
las gentes de la periferia.
como El Salto (actual calle Colón con Esmeral-
da). La acumulación libre de basuras incentivó Sin embargo, la escena de la realidad local re-
un plan de control para evitar el depósito in- mitía a un paisaje urbano con calles con corra-
disciplinado, dando paso a la creación de una lones para la crianza de animales: cerdos, ga-
Junta de Vigilancia dirigida por civiles, entre llinas, cabros, vacas y también corralones para
ellos: Juan de Dios Herrera, Gregorio Torres, animales de tiro, tales como caballos, mulas y
Santiago Salinas; ciudadanos relacionados al burros. La presencia de estos animales, signi-
comercio que en febrero de 1887 formaron ficaba la producción de todo un mercadeo de
un grupo a cargo de evitar el depósito ilegal fardos y pastos que eran descargados en los
BASURAS Y FIEBRE: ESCENA DE UNA CRISIS SANITARIA
EN TOCOPILLA (1882 - 1925). 107

diversos vapores navieros que caleteaban por (AMT, informe de Junta de Vigilancia, 1 de
los muelles del desierto. No obstante, estos marzo 1895).
corralones remitían a la presencia de fuertes
olores producidos por las excretas de los ani- Otra práctica masificada era la de arrojar la
males (AMT, Oficio Nº69 16 de agosto 1888). basura en las playas, al menos en las que se
hallaban desde el sector conocido como Pue-
Por otra parte, la ausencia de alcantarillado y blo Bajo (actual calle Barros Arana) hacia el
la escasez de pozos negros, hicieron que las norte. El arrojo de desperdicios entre los pe-
calles fueran las depositarias, generalmen- queños farellones y barrancos, generaba un
te en las esquinas, del vertimiento de aguas panorama de enormes basurales y mosque-
servidas. Derrames que, naturalmente, pre- ríos que constituían “los focos de epidemias
sentaban la proliferación de hediondeces. y enfermedades.” La comisión inspectora,
No obstante, decenas de documentos muni- recomendaba constantemente la instalación
cipales hicieron mención de los “mosqueríos, de tarros para el depósito. Lamentablemente
pestilencias, infecciones” y microbasurales por estos receptáculos eran robados para luego
doquier (AMT, acta sesión municipal, 12 de ser reducidos en el mercado negro. La instala-
octubre 1888). ción de estos basureros de aluminio eran con
la idea de programar el retiro de las basuras a
Un documento municipal denunciaba: través de carretas que luego vertían las basu-
“Sr. Alcalde: he podido corroborar con mis ras hacia el sector norte de la ciudad.
propios ojos las grandes cantidades de aguas La llamada Junta de Beneficencia (integrada
grises que son derramadas en la calle Washing- por la élite local) igualmente oficiaba a las au-
ton con calle Tocopilla (Av. A.Prat) lugar en toridades sobre la necesidad de eliminar los
donde se vierten las aguas por el barranco grandes basurales formados en sitios eriazos
que da hacia el mar…llegando incluso hasta de la urbe, indicando que en el sector oriente
la calle Caracoles (Actual Calle Baquedano)” del Hospital Juan Salvador de Dios (ubicado
(AMT, oficio Nº 43, 13 de febrero 1889). en Washington esquina Guillermo Matta) es-
Al iniciarse el año 1895, surgió otra Junta de taba atiborrado de desperdicios domiciliarios
Vigilancia organizada por la municipalidad, que daban “caldo de cultivo para la prolifera-
dicha organización era dirigida por Manuel ciones de ratones i pericotes”. Al mismo tiem-
Espina. Dentro de sus labores estaba el visitar po, inició una campaña para la instalación de
algunos domicilios denunciados por los veci- letreros de advertencia de prohibición de arro-
nos por ser considerados como insalubres. En jos de basuras como así también, para indicar
esas circunstancias, se inspeccionaban los pa- el día en que pasarían los carretones retirando
tios, los corrales, los restaurantes y los diversos las basuras de las casas (AGT, corresponden-
comercios. Usualmente los informes hacia el cia Nº5 de J. de Beneficencia, 1895).
municipio eran negativos, siempre redundan- No obstante, el tema de la recolección y re-
do en la acusación de suciedades y precarias cojo de la basura era todo un problema para
condiciones higiénicas. Un informe de dicha un municipio pobre. Todos los años el muni-
Junta de Vigilancia indicaba: cipio realizaba los llamados para las propues-
“En las poblaciones se guardan animales mu- tas públicas y así poder realizar los contratos
lares, caballares i vacunos, incluso en algunos con servicios privados. El 15 de abril 1895 se
lugares funcionan carnales clandestinos que estableció el contrato con Manuel Espina y
son aposentos de inmundicias (…) los vecinos José Luis Dolores “comprometidos a realizar
forman enormes basurales i mosqueríos que el retiro de los desperdicios tres veces por se-
crean focos de epidemias i enfermedades…” mana en las calles de Tocopilla” (AMT, Oficio
108 TALTALIA, N° 10, 2017

Nº 23, contrato para retiro de basuras, 15 de sordos: se manifestaba el divorcio económico


abril 1895). y social que estas transnacionales imprimieron
fuertemente en el siglo XX en las ciudades en
En un escenario de acusaciones y delaciones, la cuales estaban emplazadas (AMT, copia de
de multas, de servicios recolectores deficiente- correspondencia enviada, Nº 12, 2 de marzo
mente realizados, los inmigrantes chinos eran 1890).
también acusados de “sucios” por la acumula-
ción de basuras, en especial en los mataderos Un informe municipal del 27 de diciembre de
que éstos habían establecido en las cercanías 1901, que hizo referencia a la situación entre
de los basurales que estaban en la playa. Un 1900 y 1901, colocaba el énfasis en la “falta
poco más al norte de la actual playa El Pan- de educación i de buenas costumbres de la
teón, existían los llamados “mataderos de los mayor parte de los pobladores, impidiendo
chinos”, lugares en donde estaba el “negocio mantener una conducta adecuada en la co-
de las carnes muertas”. Lugares que funciona- munidad”. Esto daba paso a una localidad con
ban como “carnales o mataderos primitivos” “hedor insoportable, llena de animales muer-
en medio de “mosqueríos permanentes sin ob- tos, con zunchos y tarros vacíos de hojalata”.
servar condiciones hijiénicas” (AMT, acta mu- (AMT, Informe del Inspector Sanitario sobre
nicipal del 13 de septiembre de 1896). situación de las basuras, 27 de diciembre de
1901).
La bancarrota municipal en los últimos cinco
años del siglo XIX consignaba a una ciudad En el año 1901 surgieron nuevas Juntas de Vi-
oscura por la carencia de alumbrado público, gilancia, en donde participaban destacados
condición que facilitaba la atiborro de sucie- médicos, como Víctor Alzérreca2 y Luis Verga-
dades. Dicha ruina económica del municipio ra Flores3, quienes fueron apoyados por varios
por efecto de deficiente gestión y corruptela, vecinos y comerciantes.
daba pie al nulo interés por parte de los pri-
vados para hacerse cargo del retiro de dese- La incorporación de estos médicos tuvo que
chos ante la nulidad de los pagos. “La ciudad ver con el espantoso resultado que estaba de-
sigue siendo componente de focos infecciosos, jando el cólera y la alfombrilla. Por ello, estas
a pilas de basura, con corralones, casas desa- personalidades locales elaboraron una “Carta
seadas i carpas de sacos…” mencionaba un hijiénica” que fue difundida por la municipali-
reclamo de un comerciante hacia el Alcalde el dad y en ella se indicaba:
18 de diciembre de 1898.

El devenir del poblamiento en Tocopilla im- 2


Médico cirujano que trabajaba en Cobija, y constantemente
pulsado por el apogeo que vivía el puerto viajaba a Tocopilla para atender a los enfermos, debido a
que el hospital tocopillano no poseía funcionarios (Galaz-
embarcador de salitre, fue corriendo paulati- Mandakovic, 2009).
namente el límite de la ciudad. La línea férrea, 3
Médico cirujano que destacó por su altruismo. Fue el tercer
médico del primer hospital en 1892. Militó en el Partido
construida en 1889 e inaugurada por el Presi- Radical y el reconocimiento de sus condiciones lo llevaron a
dente José Manuel Balmaceda, se fue consti- la alcaldía, cargo que desempeñó en varios períodos
continuos. Gracias a él la Municipalidad de Tocopilla pudo
tuyendo en el límite también del depósito de

contarse como la primera en el país de disponer de un
laboratorio para el examen de artículos alimenticios.
desperdicios, al menos en el tramo que indica Escribió comedias y algunas de ellas se representaron en el
teatro de la localidad. Entre ellas estaban: Anda-Collo,
el sector de Cerro Alegre hacia la zona Este Tocopilla por dentro, El Bombero, La Maiga, esta última
editada en La Serena y dedicada a la Logia de Libres
del centro urbano, un sector apropiado por Pensadores de Tocopilla. Vergara Flores murió el 20 de Julio
de 1909 y murió pobre. Antes de morir, pudo haber
los vecinos y transformado en letrina y archivo vendido todo o parte de su valiosa biblioteca o su valiosa
colección de objetos y utensilios arqueológicos recogidos
de escombros. La solicitud de ayuda por parte en sus investigaciones. Su generosidad hizo que las piezas
del municipio hacia las compañías vinculadas de su colección arqueológica, fueran donadas al Museo de
Valparaíso. Su biblioteca fue legada a la municipalidad y con
con el embarque del salitre, sólo halló oídos

dicho acto, se echaron las bases para la Biblioteca Popular
de Tocopilla (Galaz-Mandakovic, 2009).
BASURAS Y FIEBRE: ESCENA DE UNA CRISIS SANITARIA
EN TOCOPILLA (1882 - 1925). 109

1. “Los patios i corrales deben estar libre de la En esas escenas de miedo, la Municipalidad
acumulación de basuras i aguas sucias. encomendó a las empresas que exigieran a sus
trabajadores tomar medidas extremas de aseo
2. Las letrinas i desagües deben recibir cada y desinfección tanto en sus casas como en sus
ocho días algunas cantidades de cloruro de cal espacios laborales. Se agregaron nuevas carre-
o cal viva i deben estar completamente cerra- tas para la recojo de basuras con la contra-
das i provistas de una chimenea de madera tación de sus respectivos operarios. Por otra
bastante alta que sobresalga del techo de las parte, los dueños de perros fueron obligados a
casas. amarrarlos, siendo también notificados que los
3. Se evitará en lo posible mantener dentro de perros vagos serían envenenados. Agréguese
las habitaciones aguas servidas o en descom- la desinfección de los establos que contenían
posiciones y toda clase de objetos sucios. vacas y mulares.

4. Los colchones de lana deben ser calentados En mayo de 1904, la peste bubónica sumaba
al sol cada ocho días para que eliminen la hu- infectados día a día, en ese escenario el mu-
medad de la piel humana i las substancias quí- nicipio decretó la prohibición de acumulación
micas que por ella se eliminan. de basuras, guano y otros desperdicios en los
patios y corrales, dictaminando desinfectar las
5. Los puestos ambulantes que expendan letrinas con cal que sería proporcionado por el
helados, horchatas, aguas gaseosas i otras be- municipio. A su vez, la presencia de la virue-
bidas tienen prohibición de circular.” (AMT, la exigió la implementación de un Lazareto.
“Carta hijiénica”, 2 de mayo de 1901). Pero se denunciaba que los enfermos queda-
ban prácticamente botados a su suerte. Dicha
En el año 1903 se realizaron colectas de di- epidemia dejó un saldo de 7 muertos, siendo
neros para una campaña denominada “Aseo sepultados a poca profundidad en el cemen-
extraordinario de la ciudad”; los fondos, que terio público. Las nuevas víctimas fueron in-
superaron los $ 240.00 fueron depositados en humadas en similares condiciones. Afortuna-
la Tesorería Comunal para realizar un plan de damente la H. Junta de Beneficencia había
limpieza en el puerto. Plan que no daría a vas- decidido ampliar el cementerio, destinando un
to porque: “por tradición local la basura sigue lugar apropiado para enterrar los cadáveres de
diseminándose por varios sectores dentro del la viruela (Collao, 2001:226).
radio urbano”: tal como lo indicaba un infor-
me municipal de abril de 1903, adicionando El correr de los años, la problemática no pre-
que las playas de Tocopilla eran verdaderos sentaba mayor dinamismo y alteración: de-
basurales y “estercoleros”. cretos, ordenanzas, multas, clausuras de ne-
gocios, no solucionaron el problema de las
La condición de puerto salitrero, instituía a extensas acumulaciones de basuras en el mar.
Tocopilla como centro vulnerable a diversas Es más, el propio municipio lanzaba las basu-
infecciones llegadas vía marítima. Al punto ras hacia el mar construyendo un muelle para
de despertar verdaderas psicosis colectivas, las descargas. Dichas basuras iban a dar hacia
surgiendo delirantes medidas frente a la pes- las playas ubicadas al norte de la ciudad, es-
te bubónica: “Como por aquella época no timulando, es este modo, el poblamiento con
se conocía con precisión las causas de la en- criaderos de cerdo, por tal razón una gran pla-
fermedad y la forma de eludirla, se tomaban ya comenzó a ser conocida como la Playa de
medidas higiénicas descabelladas, como la de los Chanchos (Galaz-Mandakovic, 2013).
obligar a Dickson Harker, cambiar los cierres
de alambre por maderas, por considerarlos in-
fecciosos” (Collao, 2001: 225).
110 TALTALIA, N° 10, 2017

Figura 1: Molo construido por la municipalidad de Tocopilla para verter las basuras di-
rectamente hacia el mar, sistema que operó hasta 1955. El sector ubicado al norte de
este molo comenzó a ser nombrado como la “Playa de los Chanchos”. Fotografía: D.
Galaz-Mandakovic (2013).

DE GUAYAQUIL A TOCOPILLA: la ciudad ecuatoriana.4 Luego adicionaba un


LA FIEBRE AMARILLA dato relevante: “El viajero que arriba á estas
playas está expuesto á ser víctima de algunos
“El caso es inmundo, la Fiebre amarilla horrores, pues si se escapa de la amarilla y la
en el Tocopilla, pilla á medio mundo”
Revista Cocorocó bubónica (…) no escapará ciertamente de las
Año I, Nº 10 picaduras de los mosquitos” (1912:1).

La advertencia de hecha por el magazine


Por los muelles de Tocopilla no solo desem- chileno, se cumpliría en su literalidad: al
barcaban los víveres o pacotillas, sino que cabo de una semana, un tripulante del vapor
también los rumores de pestes y epidemias Cóndor, con rumbo a Tocopilla, comenzó a
acontecidas en otros puertos: Iquique, An- experimentar extraños síntomas. Días después
tofagasta y Mejillones eran los nombres que estaba completamente enfermo. Su nombre
circulaban en tono de pánico al informarse era Pastor Parker (Vera, 1947; Lanza, 1993).
de numerosos muertos por extraños vómitos
negros, manchas en la cara, diversas dolencias El día 28 de enero, fue aciago: el barco llegó
y estados febriles. al puerto tocopillano. El enfermo bajó y fue
examinado por el médico de la bahía: se le
Entre rumores y mitos, llegó el verano de 1912. diagnosticó Fiebre tifoidea, por tal razón fue
internado en el hospital de madera. El 2 de fe-
El 20 de enero del mismo año, zarpó desde brero la temperatura del enfermo declinó y se
Guayaquil un vapor de origen británico le diagnosticó ictericia catarral (Laval, 2003).
llamado Cóndor (Vargas, 2002). Cabe indicar
que en Guayaquil se vivían los estragos por Poco a poco, los enfermos que habían concu-
un “clima terrible, por epidemias como la rrido al hospital Juan Salvador de Dios por dis-
Fiebre amarilla y la bubónica…los mosquitos tintas dolencias, presentaron simultáneamente
que desgarran al igual que las fieras la carne
humana”, indicaba el 1 junio de 1912 la Revista
Zig-Zag Nº 380 en un reportaje especial sobre 4
En 1912 en Guayaquil se registraron 403 fallecidos por Fiebre
la situación amarilla; 236 muertos por bubónica y 512 fallecidos por
paludismo (Rodas, 2006).
BASURAS Y FIEBRE: ESCENA DE UNA CRISIS SANITARIA
EN TOCOPILLA (1882 - 1925). 111

Figura 2: Bahía de Tocopilla en 1910. Archivo: D. Galaz-Mandakovic.

un cuadro febril violentísimo de 40°, acompa- ubicadas en la cordillera de Los Andes, desde
ñado de un gran malestar corpóreo y de vómi- donde se transportaba por cañerías precarias
tos sanguinolentos. Cuando afloraban aquellos y se almacenaba en la localidad en grandes
síntomas, la suerte estaba echada. estanques. Lamentablemente, en esos estan-
ques se encontraron focos larvoninfales, como
Los siguientes casos aparecieron entre el 25 asimismo en depósitos caseros para el agua de
de febrero y el 2 de marzo. Entre el 4 y el 10 bebida (tinas, barriles, latas, etc.), también en
de marzo hubo 10 muertos por la enfermedad floreros y pequeños estanques caseros (Ofici-
aún no diagnosticada. A fines de marzo el na Sanitaria Panamericana, 1953).
doctor Vicencio Carrasco fue categórico en su
diagnóstico: todo se trataba de Fiebre amarilla El diario ariqueño La Época comentaba que
(Laval, 2003). la Fiebre se producía por la picadura de pe-
queños mosquitos, “parecido a los zancudos,
Las larvas transportadas por el barco comen- los que se crían en las aguas estancadas”. Se-
zaron a provocar serios estragos en la ciudad. guidamente detallaba los síntomas propios de
Las condiciones ambientales eran propicias la peste: “el paciente, luego de sentirse enfer-
para la difusión de la peste (Laval, 2003). mo, esperimenta escalofríos, nauseas y dolores
“La falta de condiciones de higiene le hacen en el cuerpo especialmente en la cabeza. La
el campo particularmente propicio para de- lengua se cubre de una capa gris amarillenta;
sarrollarse” indicaba la Revista Zig-Zag el 11 siéntese sed inmensa, las encías hinchadas se
de mayo de 1912. Además de las condiciones llegan a ulcerar y sangran. Prodúcense tam-
insalubres estimuladas con las acumulaciones bién emorrajias nasales, de las vías urinarias o
de basura en diversos sectores, las condicio- jenitales. Las materias del vómito son negras y
nes climáticas casi homogéneas también eran por eso esta enfermedad denominase vulgar-
propicias para el desarrollo del mosquito lla- mente (como) el vomitó negro!” (La Época, 1
mado Aedes aegypti. de abril 1912).
El abastecimiento de agua potable en Tocopi- La Fiebre amarilla se propagó hacia el interior
lla provenía de distintas fuentes de captación del puerto llegando hasta los campamentos
112 TALTALIA, N° 10, 2017

salitreros, especialmente en los del grupo médicos Leonardo Guzmán, Clemente


El Toco situado 80 km al interior: se Holzapfel e Ignacio Rencoret, pudiendo
diagnosticaron 188 casos de Fiebre Amarilla organizarse la fumigación con azufre,
con 46 casos letales (Neghme, et al 1953). colocando petróleo en los depósitos de agua
Sobre este último punto, El Mercurio de para extinguir, por falta de aire las larvas de los
Antofagasta indicaba: “Más de 2000 personas mosquitos, comprobar las denuncias y aislar los
ya emigraron de Tocopilla (…) la Fiebre enfermos. A esta comisión se sumó el médico
amarilla se extiende por el cantón El Toco en residente en Tocopilla Víctor Alzérreca, más
Oficinas como Peregrina, Santa Fé y Coya…” otros provenientes desde Antofagasta, tales
(24 de abril de 1912). como Agustín Figueroa, Federico Rudloff y

Figura 3: Comisión médica compuesta por Leonardo Guzmán, Clemente Holzapfel, Ignacio
Rencoret y Pedro Lautaro Ferrer, quienes posan junto al Gobernador de Tocopilla Víctor
Gutiérrez. Cabe notar que todos portaban sombreros con mosquiteros. Archivo: Museo Na-
cional de Medicina, 1912.

Oscar Jensen, más las enfermeras enviadas


Conocidos los padecimientos en el puerto, por el Gobierno: Micaela Gárate y Domitila
el gobierno del Presidente Ramón Barros Arenas (Collao, 2001:250).
Luco denominó a Tocopilla como “ciudad
infectada” (El Mercurio, 2 de abril de 1912). Algunas de las medidas tomadas por la Comi-
En esas circunstancias se dispuso a resolver el sión Médica fue regular los horarios de diver-
problema y envió a un equipo de especialistas sas cocinerías y establecimientos de aglome-
liderados por el Inspector Sanitario Dr. Pedro ración de personas, se exigía el barrido de las
Lautaro Ferrer,5 quien solicitó  la asistencia aceras en cada casa y se prohibió la crianza de
de algunos jóvenes estudiantes de medicina. cerdos en algunos sectores (AGT, decreto Nº
El primer grupo estuvo constituido por los 34, 12 de marzo 1912).

No obstante, en abril, la medida de paralizar


en gran parte los movimientos portuarios re-
5
Ferrer era un médico connotado, también era escritor, político lacionados con el salitre por temor a que las
y llegó a ser Ministro de Estado. Arribó a Tocopilla con la
experiencia de haber sofocado las epidemias de Peste naves propagaran la enfermedad por el resto
Bubónica en Pisagua, Viña del Mar, en Valparaíso en 1906 y
en Mejillones en 1909. del país, acarreó el desabastecimiento de ali-
BASURAS Y FIEBRE: ESCENA DE UNA CRISIS SANITARIA
EN TOCOPILLA (1882 - 1925). 113

mentos ante la prohibición de la llegada de y la falta de recursos en los primeros días de


vapores con víveres (Navarro et al, 2000:16). su comienzo” (Zig-Zag, 15 de junio 1912:20).
La misma fuente, basada en El Mercurio de
Antofagasta, indica que recién el 16 de mayo Los detalles del corresponsal develan un in-
llegó un navío con algunos víveres. teresante detalle referido al policiamiento del
proceso de protección:
La Revista Sucesos, citando El Diario Ilustrado,
indica: “En una correspondencia enviada a EI “Este campamento-lazareto se encuentra día y
Diario Ilustrado, desde Tocopilla, dice: Por las noche resguardado por tropa de la Compañía
calles vemos cantidad de pequeños que andan de Ametralladoras de Guarnición en Tocopilla,
de puerta en puerta mendigando un pedazo a fin de que nadie y por ningún motivo pueda
de pan. La mayor parte de las casas comer- introducirse al lazareto, medida que ha impe-
ciales españolas han clausurado sus puertas, dido la propagación de la epidemia” (Zig-Zag,
como igualmente muchas otras.” (Sucesos, 27 15 de junio 1912:20).
de junio Nº 512).

Figura 4: Tropa de la Compañía de Ametralladoras que cuidaban el campamento sanitario,


conocido como Lazareto. Revista Zig-Zag, 15 de junio, Nº 382.

A pesar de una labor permanente, cumplida Todas estas medidas estaban basadas en la Ley
con abnegación por parte de la comisión en de Policía Sanitaria, la que además exigió el
conjunto con la Gobernación, en el mes de aterramiento de los pozos negros, estimulando
mayo se hizo necesario evacuar la población la creación de otros con más de 10 metros de
y llevarla al sector sur de la ciudad. profundidad, no sin antes solicitar la llegada
de un mayor contingente policial para ejecu-
La Revista Zig-Zag envió a un corresponsal al tar cada una de las biopolíticas consideradas
puerto y éste indicó: para revertir los efectos de la también cono-
cida como Plaga americana. Por otra parte, el
“Se ha levantado en las afueras de la ciudad primer grupo de estudiantes de medicina fue
un lazareto en forma de campamento, que no reemplazado, llegando los alumnos de quinto
se pudo establecer en mejores condiciones año: Marcos Macuada Ogalde, Gonzalo Cas-
por la rapidez con que se propagó la epidemia tro Toro y Arturo Barraza Araya.
114 TALTALIA, N° 10, 2017

Figura 5: Fumigación de casas con el aparato Clayton.

Figura 6: Pelotón de carabineros al mando del alférez Arriaza, esperando las órdenes para
tomar posesión del campamento sanitario. Fuente: Revista Zig-Zag, 8 de junio 1912, Nº381.
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Figura 7: Los médicos Pedro Lautaro Ferrer y Larraín Mancheño en una inspección por
la ciudad. Figura 8: El Notario Público suplente Max Pérez dado lectura a viva voz de la
llamada Ley Sanitaria, acompañado por el sub-prefecto de policía Luis Olavarría. Fuente:
Revista Zig-Zag, 8 de junio 1912, Nº381.

No obstante, en la ciudad de Tocopilla morían Toda la población estaba en crisis. La ciudad


víctimas del flagelo conocidas y prestigiosas tendría que estar aislada, se suspendieron las
personalidades de la industria y el comer- clases y se prohibieron los viajes en tren el
cio de la ciudad; además de niños, jóvenes, cantón El Toco.
obreros y algunos extranjeros. El diario La
Época informaba: “la Fiebre ha continuado El pánico avanzó rápido. Los vecinos decidie-
haciendo sus obligadas víctimas. Entre éstas ron abandonar sus barrios, no sin antes izar
figuran todos los mozos y cuidadores del una bandera en señal de algún residente in-
lazareto donde se encuentran medicinando fectado. La playa se convertiría en un lugar
los enfermos” (1 de abril 1912). alejado del mal, se improvisaron centenas de
pequeñas tolderías y campamentos en los bor-

Figura 9: Parte del campamento sanitario custodiado en sus bordes por soldados. Fuente:
Revista Zig-Zag, 15 de junio, Nº 382.
116 TALTALIA, N° 10, 2017

des de la ciudad. El cronista J. Collao indicó: tofagasta, 2 julio 1912), los locales comerciales
“La colonia española residente se aisló en un debían permanecer cerrados. Es en ese con-
campamento que construyó en la quebrada El texto cuando nacen los salnatrones,6 ya que a
Salto el día 26 de abril, zona que en esa época través del humo, los mosquitos caían muertos.
distaba bastante de la ciudad.” (2001:250).

Figura 10: Campamentos de desplazados por la Fiebre, ubicados en el sector costero de la


ciudad. Archivo: D. Galaz-Mandakovic

Figura 11: Inspector Sanitario, el médico Pedro Lautaro Ferrer, junto al estudiante Sr. Reco-
rret y el vice-presidente de la Cruz Roja observando un frasco con de larvas encontradas
en barrios infectados. Figura 12: Forma en que la Cruz Roja conduce a los enfermos de la
Fiebre amarilla hasta el Lazareto. Fuente: Revista Zig-Zag, 15 de junio, Nº 382.

Simultáneamente se inició la quema de las ba-


suras, se prohibieron las aglomeraciones pú-
blicas, se realizaron fogatas para que el humo 6
Combustión que se genera por la mezcla de pólvora, salitre
y agua, generado una gran humareda que permitió la desa-
espantara al mosquito Aedes aegypti en las parición de los mosquitos. Con el pasar de los años, los
salnatrones adquirieron un carácter festivo, ya que en la cele-
“36 manzanas de la ciudad, así como en la co- bración de cada Año Nuevo son encendidos en las costas
locales provocándose una gran llamarada y sucesivas explo-
lonias inglesa y alemana” (El Mercurio de An- siones ante las arremetidas del mar que al entrar en contacto
con el salitre, provocan estruendos.
BASURAS Y FIEBRE: ESCENA DE UNA CRISIS SANITARIA
EN TOCOPILLA (1882 - 1925). 117

Pero ni el equipo médico lograría zafarse de La revista Zig-Zag, indicó el 29 de junio de


este sombrío fenómeno. Cuando la epidemia 1912: “Efectivamente, Macuada es un héroe
menguaba, el joven Marcos Macuada Ogalde, de la paz, un boy-scout. Su figura, que era
quien recorría la ciudad en caballo, cayó en- la de uno de tantos estudiantes de medicina,
fermo y a las 72 horas, el día 21 de junio de toma ya caracteres singulares. Tiene mereci-
1912, expiraba con tan sólo 24 años. Dicho dos los homenajes que se le tributan y tribu-
joven estudiante era oriundo de Pedregal, cer- tarán” (1912:45).7
ca de Ovalle y “cursaba en aquella época, con
brillo excepcional, el quinto año de medicina” Según la tesis de licenciatura del médico Leo-
(MINSAL,1962:4). nardo Guzmán (1913), se produjeron en pocos
meses 1.101 casos, significando 319 muertes.

Figura 12: Carnet de 1912 correspondiente a Marcos Macuada. Archivo: D. Galaz-Man-


dakovic.

Este hecho caló hondamente en la sociedad Con base a la misma fuente, podemos estable-
tocopillana y fue noticia nacional. Al punto cer los siguientes guarismos por sexo:
que, el nuevo hospital tocopillano inaugurado
en 1940, lleva por nombre Marcos Macuada,
quien es considerado “un mártir de la histo-
ria de la medicina de Chile” (MINSAL,1962:6). 7
No quepa duda que la noticia “nacional” estuvo dada por la
calidad de estudiante de medicina, notándose en este hecho,
También llevan su nombre algunas escuelas una jerarquización de la muerte, o un cierto racismo acadé-
mico y también de clase en cuanto a que la vida de un
y centros médicos estatales en la ciudad de médico es más “valiosa” que cualquier otro tocopillano. Esta
situación, hizo que el fenómeno de la Fiebre amarilla ad-
Ovalle. quiriera una curva dramática a través de la notoriedad de
una muerte que adquirió singularidad.
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Meses
Fallecidos
Marzo Abril Mayo Junio Totales
Hombres 9 105 100 17 231
Mujeres 1 44 40 3 87
Totales 10 149 140 20 319

Tabla 2: Cuadro estadístico de fallecidos según el mes. Fuente: Guzmán, 1913. Esquema:
elaboración propia.

Después de este suceso, la población toco- la inflación del precio de la carne y otra, pro-
pillana se redujo considerablemente: “prin- mocionando un licor.8
cipalmente por el éxodo que se originó por
temor al contagio y a la desesperanza” (Co- El 20 de junio, la Revista Sucesos comentaba
llao, 2001:251). No obstante, la cifra de 319 lo siguiente: “Informa un periódico de Toco-
muertos es significativa en un contexto demo- pilla que el Orfeón Obrero tocó una retreta
gráfico departamental de 5.906 habitantes, en que fue muy concurrida en el campamento de
referencia al VIII Censo Nacional de Población la empresa Anglo Chilian durante los días en
de Chile, realizado en 1907. que la Fiebre amarilla hacía mayor número de
víctimas. Aseguran que varios enfermos afie-
El 2 de julio El Mercurio de Antofagasta indi- brados por la música de un vals voluptuoso se
có que el médico Pedro Lautaro Ferrer había entregaron a la danza en plena plaza. Hasta
señalado que la peste estaba controlada, auxi- ahora no sabíamos que la Fiebre amarilla se
liaba en esto el descenso de las temperaturas combatía por medio de la música” (Sucesos,
propias del invierno, como así también las in- Nº511, 20 de junio 1912).
tensas labores de profilaxis.

Figura 13: Vista del Lazareto donde Marcos Macuada realizaba sus trabajos medicinales.
Fuente: Revista Zig-Zag, 15 de junio, Nº 382.

A saber de esta tragedia, muy bien documen- 8


Las caricaturas poseían los siguientes diálogos: “Qué caro
esta todo ¡es increíble! ¡Figúrate que en Tocopilla están pa-
tada fotográficamente por la revista Zig-Zag, gando los zancudos á veinte centavos!- ¡Horror! ¿Cuánto
valdrá allá un buen, entonces? ¡Los menos dos millones!”
no se excluyó la burla que la misma revista Fuente: Zig-Zag, 29 de abril de 1912, Nº374. La segunda
caricatura era una publicidad de un licor que indicaba:
tendría con este duro transcurso. En ese con- “La Fiebre amarilla en el norte. Aunque sea triste
texto, publicó dos caricaturas satíricas respec-

confesarlo, la aparición de esa plaga es un hecho
absolutamente comprobado, como lo es también (pero aquí
to al proceso infeccioso: una, en el marco de sin tristeza) que la Benedictine, el gran licor francés, es el
más rico de los licores” Fuente: Zig-Zag, 11 de mayo de
1912, Nº377.
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POST FIEBRE y no ha regresado.” (ICP, 1913:4). No obstante,


el informe poseyó una fuerte carga moralista.10
Un mes después de anunciado el control de
A saber de la grave crisis sanitaria del año an-
la Fiebre, el Presidente Ramón Barros Luco,
terior, el hospital Juan Salvador de Dios, no
vista la grave situación sucedida en Tocopilla,
estaba a la altura de sus propósitos: “tenemos
promulgó la Ley Nº 2.687 que poseía un solo
un regular hospital con cuatro salas y ochenta
artículo, el que indicaba:
camas; pero es pobre, pues apenas lo prote-
“Se autoriza al Presidente de la República para gen las Oficinas salitreras, aunque son ellas las
invertir hasta la suma de doscientos mil pesos que nos lo ocupan con los heridos y enfermos
($ 200,000) en la adopción de medidas para que nos mandan desde las Oficinas…” (ICP,
combatir las enfermedades infecciosas i en los 1913:5).
demás gastos orijinados por las mismas i para
De esa manera se constataba la mala situación
el sostenimiento del servicio sanitario del país,
del hospital: un minúsculo espacio, hacina-
debiendo aplicarse hasta la cantidad de cien
do y lúgubre. La misma situación luctuosa se
mil pesos ($100,000) a las medidas destina-
presentaba en las escuelas públicas. Con base
das a prevenir i combatir la epidemia de Fie-
al informe de la Comisión Parlamentaria, se
bre amarilla i hasta la suma de ochenta i tres
evidencia un pueblo alicaído, oscuro, ruinoso,
mil cuatrocientos pesos ($ 83,400), al pago, de
con disminución de la población, con dramas
cuentas pendientes imputables a los servicios
sanitarios y de equipamiento.
a que se refiere esta lei.” (BCN, Ley Nº 2.687
del 28 de agosto de 1912).

Superado el trance sanitario, en el año 1913 PALABRAS FINALES: CAPITALIS-


visitó Tocopilla una Comisión Parlamentaria, MO Y BIOPOLÍTICA COSTERA
quienes levantaron un informe sobre la situa-
ción local.9 Desde el cambio de nacionalidad de Toco-
pilla, el aumento de la explotación y embar-
Aquel documento indicaba: “actualmente –en
que salitrero, trajo aparejado el aumento de
Tocopilla– somos unos cuatro mil habitantes.
la demanda de mano de obra, inaugurándose
Éramos seis mil antes de la Fiebre Amarilla que
procesos migratorios hacia la otrora ciudad
nos visitó el año pasado: murieron unos seis-
boliviana. Estos procesos migratorios, eviden-
cientos (¿?) y el resto se dispersó en la pampa
temente, generaron un aumento poblacional
que significó el incremento de las basuras y
diversos problemas sanitarios en el poblado
ante el agenciamiento ocupacional del terri-
torio. Del mismo modo, las políticas públicas

10
Según la información que entregó esta comisión, se indica:
“Hay aquí ocho prostíbulos de los llamados decentes; pero
son mucho más los clandestinos. Bajo el amparo de la patente
municipal de hotel con cantina, tan común aquí en el norte,
hay cerca de doscientos pequeños comercios de alcohol
que se proveen en su gran mayoría de las tres grandes fabricas
de licores que hay aquí mismo y que la autoridad deja fun-
9
Este informe tenía como propósito pronunciarse sobre los cionar en entera libertad de falsificación, y con eso se envenena
proyectos de ley, monografías de carácter sociológico, me- al pueblo, y la ebriedad y los delitos de sangre reemplazan
moriales, medidas insinuadas al gobierno y otros anteceden- con ventaja a la bubónica y a la viruela, desconocidas aquí
tes. Todo lo observado y recopilado, fue expresado a través gracias a la bondad del clima y a la configuración especial de
de un documento, el cual, fue leído y pronunciado como la bahía. No tenemos ningún muelle fiscal, aunque este
discurso por el presidente de la Comisión, diputado Enrique puerto da más de doce millones de pesos oro de entrada
Oyarzún en la sesión del 7 de noviembre de 1913. aduanera al año” (ICP, 1913).
120 TALTALIA, N° 10, 2017

de salud eran débiles y precariamente imple- familias: las empresas expresaron en su he-
mentadas, constituyéndose una vulnerabilidad chos el deseo de cuidar la vida, controlar para
ante el aumento de la llegada de barcos des- cuidar. Aquello fue la muestra de gestionar la
de diversas partes del orbe. En ese escenario, salud, de un paternalismo exuberante sobre
la acumulación de basuras más la llegada de los cuerpos y sus acciones (Foucault, 2000).
barcos con tripulación infectada, fueron fata- Gestión expresada en la planificación, orga-
les para la población local. nización, integración, dirección y control de
la mano de obra y sus grupos familiares que
Ante estos antecedentes sanitarios del Tocopi- entraron en la órbita de las reglamentaciones
lla chileno, las empresas transnacionales que empresariales de la compañía de la familia
se instalaron en Tocopilla después de la Fie- Guggenheim que controlaba ambas empresas.
bre, evidencian una fuerza de reordenamiento
del territorio en razón de una biopolítica y dis- En el control del territorio tocopillano se cons-
ciplinamiento paternalista hacia las zonas de tituyó una alteridad a través de una segrega-
trabajo y las zonas de no-trabajo: hacia los es- ción entre el norte y el sur: entre el llamado
pacios de socialización y reproducción fami- “pueblo” y la “villa”, incluyendo una serie de
liar. Es decir, una invención de ciudad deseada imágenes y discursividades criminilizadoras y
y un obrero modelo como programa patronal moralistas que se ejercieron desde el sector
regeneracionista para un “hombre nuevo” lle- sur de la ciudad hacia el sector norte, a saber:
no de “virtudes” sociales y laborales, pero por el sector norte era visto como un sector indis-
sobre todo limpio, cuestión que evidentemen- ciplinado, con residencias para el delincuente,
te tendría un impacto en sus niveles de pro- los insanos, los deshigienizados, los que no
ductividad, tal como ocurrió con la estadou- controlaban sus basuras, los ebrios, las prosti-
nidense The Chile Exploration Company que, tutas, etc. Todas esas categorías eran constitui-
en su misión de electrificar a la mina de cobre das como condiciones sinonímicas que perju-
más grande del mundo, decidió construir un dicarían al proyecto de las empresas que llegó
Company town alejado de la ciudad, con un a un territorio que contenía una memoria de la
fuerte rasgo higiénico, moderno, funcional y catástrofe sanitaria (Galaz-Mandakovic, 2013).
racionalismo barrial, generándose un espacio
controlado y marcado por la clausura. Dicho El sector norte de la ciudad comenzó a ser vis-
proyecto fue replicado por la empresa salitrera to como barrio con potencia de peligro e in-
Anglo Chilean Consolidated Nitrate Corpora- disciplinamiento que a la postre significaría un
tion, que también implementó un campamen- escollo al proceso capitalista que se reinaugu-
to, llamado Villa Prat en la década de 1920.11 raba en Tocopilla a través de la influencia de
la familia Guggenheim de la mano con sus in-
Los crudos procesos sanitarios vividos en To- novaciones técnicas y con voluminosas inser-
copilla, exigieron una nueva cartografía, pero ciones tecnológicas. En esa escena, entonces,
que no llegó de la mano del Estado, sino que esos “otros” se asumen como locus y vectores
de capitalistas extranjeros, que tuvieron que de riesgo para la sociedad que proyectó en la
apostar por una biopolítica de administración ciudad The Chile Exploration y la compañía
de la cotidianeidad de los trabajadores y sus salitrera Anglo Chilean Consolidated Nitrate
Corporation: esos “otros” eran el potencial de
degeneración, infección y contagio que ya ha-
11
Este proceso de inauguración barrial de la mano de con una bían “demostrado” desde los finales del siglo
biopolitización del territorio, se tradujo en cuanto al ordena- XIX.
miento de los cuerpos, control de la circulación, su disposición
en el campamento, su disciplina, horarios de movimiento
peatonal, reglas higiénicas, prohibición de dipsomanías, Sus habitantes, en ese escenario, eran los ex-
espacios para alimentación, recreación, apartamiento por
estado civil, por segmento y jerarquía laboral, también por
nacionalidad.
céntricos al capitalismo que lidiaban con una
BASURAS Y FIEBRE: ESCENA DE UNA CRISIS SANITARIA
EN TOCOPILLA (1882 - 1925). 121

gradación mínima entre normalidad y anor- Uno de los ejemplos de disciplinamiento que
malidad, entre el descontrol y la deseconomía podemos exponer, consiste en la campaña
(Fumagalli, 2010) a través de la suciedad urba- que principió la empresa norteamericana, ex-
na y las infecciones. presada en el Reglamento para la Habitación
Obrera, reglamento celosamente resguardado
En ese nuevo devenir, los respectivos Depar- y citado a la hora de enfrentar algún incum-
tamentos de Bienestar, fueron los organismos plimiento:
fundamentales en estos nuevos ordenamien-
tos, donde “la consideración de la vida por “Damos a continuación el texto del Reglamen-
parte del poder es un ejercicio (…) sobre el to que la Gerencia de The Chile Exploration
hombre en cuanto ser viviente, una especie dictó para los campamentos populares y el
de estatización de lo biológico” (Foucault, que se encuentra colocado en el interior de las
2000:217). Dichos Departamentos fueron tras habitaciones:
el control de una masa poblacional que fruto
de una tradición y forma soberana de adminis- 1. Es deber del ocupante de la casa mantener
trar los desperdicios, manifestaban estructuras el aseo, tanto interior como exterior y la con-
de comportamientos disimiles a lo proyectado servación del edificio. 2. No es permitido agre-
desde las casas matrices de las compañías. Era gar ninguna persona extraña, sin previa auto-
necesario, entonces, la instauración de un pro- rización del Departamento de Casas el cual,
ceso de inspectoría y un conjunto de mecanis- estando conforme, entregará una tarjeta de
mos por medio de los cuales aquello que en permiso al que lo solicite. 3. El dueño de casa
la especie humana constituye sus rasgos bio- que sea sorprendido contrariando esta orden
lógicos fundamentales podría ser parte de una será obligado a desocupar la casa. 4. En caso
política, una estrategia política, una estrategia de nacimiento, defunciones, accidentes, etc.
general del poder (Foucault, 2007:15). Una es deber del dueño de casa avisar al Inspector
estrategia centrada en el cuerpo examinado de Casa, Oficina de Casas o Guardia Especial,
como medio a un objetivo de domesticación lo sucedido. 5. El operario enfermo en su casa
mayor. tiene la obligación de mandar aviso a la Ofici-
na de Casas para que lo visite el doctor, quien
A saber que el cuerpo es una entidad biopo- anotará en su libro de identificación la palabra
lítica, la medicina y el control sanitario son ‘enfermo’. A ninguna persona se le considerará
estrategias de aquella entidad. Los médicos e enfermo sin tener la anotación hecha por el
inspectores de la termoeléctrica y de la com- doctor médico. 6. Todo operario de la Com-
pañía salitrera que operaban en el Company pañía, ocupando casa, tiene que trabajar por
Town empezaron a verse a sí mismos como los menos 25 días al mes, salvo enfermedad
los nuevos apóstoles de esa república que se o servicio especial. 7. La tarjeta de identifica-
constituía en Tocopilla y sus nuevas formas de ción debe estar en poder del interesado todo
relaciones capitalistas. Algo así como los nue- el tiempo y con su respectiva picadura para
vos apóstoles de la economía, del progreso, mostrar cada vez que le sea exigida por los
del capitalismo, de la imagen del consorcio Inspectores de Casas o Guardia Especial que
que necesitaba una ciudad limpia con cuerpos revisará el Campamento de día y de noche. 8.
sanos, trabajadores, eficientes, obedientes. Se A las 10 de la noche, el campamento debe es-
erige así, en el lenguaje de panópticos socia- tar en silencio, salvo casos excepcionales, para
les, un patrullar y penar en aras de los ideales cuyo objeto se entregará una tarjeta firmada
propuestos por la empresa que devino en po- por el Jefe de Casas. 9. Al encontrarse licores
licía sanitaria: “la policía se hace ahora política fuertes en las casas serán destruidos. 10. Vino
y el cuidado de la vida coincide con la lucha y cerveza sólo será permitido su consumo en
contra el enemigo” (Agamben, 2003:186). las horas de comida.Nota: La contravención
122 TALTALIA, N° 10, 2017

de cualquiera de los artículos del presente re- el habitar es el rasgo fundamental del ser. Del
glamento será motivo suficiente para perder el mismo modo el pensar pertenece al habitar”
derecho a casa. W.H. Weeler. Gerente General (Heidegger,1994:120), promoviendo la emer-
The Chile Exploration Company. Enero 1925.” gencia de una desestructuración de los modos
(AGT, copia de reglamento de The Chile Ex- de vida local, al desarrollo de violencias sim-
ploration Company enviada a la Gobernación. bólicas (Bourdieu, 1991), coadyuvado por una
12 Enero de 1925). desterritorialización13 (Gravano, 2009) de los
obreros que fueron instalados en nuevos ba-
Como vemos, este reglamento cruzaba varias rrios y proyectados desde un entorno limpio.
aristas de la vida, estableciendo una política
de gestión de la vida, expresada a través del
aseo, la clausura del territorio para los “extra-
ños”, que en la práctica era la clausura para REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
quienes no trabajaban en la termoeléctrica. El
estatuto barrial también explicitaba la necesi- ARCHIVOS
dad de la vigilancia, o mejor dicho, transmitir
AGT: Archivo Gobernación de Tocopilla. Fon-
a los obreros que eran vigilados y que por eso
do: archivos provinciales, s/f.
era necesario el autocontrol, era la instaura-
ción del panóptico corporativo y disciplinario AMT: Archivo Municipalidad de Tocopilla.
de la empresa, constituyéndose el médico Fondo: archivos comunales s/f.
como agente de inspectoría. Entonces, los ho-
rarios, el alcohol, el ruido, la circulación, las BCN: Biblioteca Congreso Nacional. Fondo:
personas, todo estaba reglamentado, so pena leyes de la República de Chile.
de defenestración en caso de no cumplir.12
INE: Censos de la República de Chile 1885 y
Este tipo de biopolítica moderna se manifiesta
1907.
la necesidad de definir en cada momento lo
que está adentro y lo que está afuera (Agam-
ben, 2003:166).
FUENTES HEMEROGRÁFICAS
Podemos afirmar que la biopolítica de las em-
presas provocaron una censura y crítica hacia Diario El Mercurio de Antofagasta, edición del
el resto de la ciudad en el marco del pasto- 2 de abril de 1912 - 24 de abril de 1912 - 2 de
rado urbano que emprendieron. Como seña- julio de 1912.
ló Heidegger, la relación entre el habitar y el
Diario La Época (Arica), edición del 1 de abril
pensar es concatenado: “sólo si tenemos el po-
de 1912.
der de habitar, podemos construir. Por tanto,
Revista Cocorocó, Nº 10, 1912.

12
Este reglamento imperiosa y diligentemente hecho cumplir Revista Zig-Zag, año 1912
por la compañía, surgió en el contexto de una polémica,
porque los autores del libro “Chuquicamata: Su grandeza
y sus dolores Gutiérrez” de Eulogio Gutiérrez y Marcial
Figueroa (1920), denunciaron el profundo desprecio que
sentían los norteamericanos respecto de sus trabajadores,
acusando que el racismo y la sensación de superioridad de
los jefes, era una situación lamentable. En ese tenor, en la
segunda edición de su libro, reprodujeron algunos pasajes
de un artículo publicado en el diario El Mercurio de Santiago,
artículo escrito por Harry Guggenheim, “uno de los más
fuertes accionista de la Chilex (…) para publicar un artículo 13
La desterritorialización está correspondida a los procesos
en que siguiendo la costumbre yanqui de mirarlo todo en migratorios dentro de la ciudad, los que han dado pie a la
menos dentro de la ignorancia que sobre cosas de Sudamérica pérdida del lugar significativo y la confrontación a un territorio
les caracteriza, entre la andanada de epítetos despectivos con extraño con códigos ajenos de los cuales el advenedizo, el que
que nos denigra por poco dice que andamos con plumas y llega, tiene, quiéralo o no, hacerse cargo para sobrevivir en
pieles como hasta hace poco se veía en la sierra de su patria el medio nuevo, casi inhóspito desde el punto de vista de la
al indígena piel roja.” (1920:6). sociabilidad (Gravano, 2009).
BASURAS Y FIEBRE: ESCENA DE UNA CRISIS SANITARIA
EN TOCOPILLA (1882 - 1925). 123

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ANTESALA DE UNA DELIMITACIÓN FRONTERIZA


REGIONAL: HITOS DEL TRATADO DE 1866

ANTECHAMBER OF A REGIONAL BORDER LIMITATION:


MILESTONES OF THE 1866 TREATY

HÉCTOR J. ARDILES VEGA1. WILFREDO SANTORO CERDA 2 .

RESUMEN

El presente artículo intenta interpretar y explicar, desde el enfoque regional y local, los antecedentes de
la instalación de los hitos limítrofes entre Bolivia y Chile en el Litoral de la II región; conflicto fronterizo
derivado de la conformación de los estados nacionales sudamericanos surgidos a comienzo de siglo XIX.
Este contexto histórico visto desde el territorio del Despoblado de Atacama afecta los lazos históricos con
el Altoperú, el sur peruano y el noreste argentino. La creación de la república de Bolívar, cuyo puerto
oficial será Cobija, provoca entre Bolivia, Perú y Chile una serie de conflictos políticos y escaramuzas béli-
cas en el litoral de Atacama; procesos relacionado con la modernización decimonónica, la conectividad
portuario comercial y funcional a la riqueza regional, especialmente a partir de la década de 1840 con la
explotación del guano tarapaqueño y atacameño. Todo ello, tendrá repercusiones económicas y diplomáti-
cas, que conllevan intervenciones bélicas (invasión de Cobija 1835 y 1837) e incidentes internaciones
(Sportsman) que originan el primer tratado de límites entre Bolivia y Chile en el Litoral de Antofagasta,
con lo cual se delimita una zona altamente histórica para el país y significativa, patrimonialmente para
tres ciudades de la región: Mejillones, Antofagasta y Taltal.

PALABRAS CLAVES: hitos limítrofes, Estados Nacionales, Bolivia, Chile, Altoperú, Despoblado de Ataca-
ma, Cobija, guano, Mejillones, Comisión Pissis Mujia.

ABSTRACT

The present article tries to interpret and explain, from the regional and local focus, the antecedents of the
installation of the border milestones between Bolivia and Chile in the Litoral of the II region; border con-
flict derived from the conformation of the South American national states emerged at the beginning of the
19th century. This historical context seen from the Atacama Desert area affects the historical ties with the
Altoperú, the Peruvian south and the Argentine northeast. The creation of the Republic of Bolívar, whose
official port will be Cobija, causes between Bolivia, Peru and Chile a series of political conflicts and war-
like skirmishes on the Atacama coast; processes related to nineteenth-century modernization, commercial
and functional port connectivity to the regional wealth, especially since the 1840s with the exploitation of
the Tarapaca and Atacameño guano. All this will have economic and diplomatic repercussions, involving
war interventions (invasion of Cobija 1835 and 1837) and international incidents (Sportsman) that orig-
inate the first treaty of limits between Bolivia and Chile in the Antofagasta Coast, which delimits a highly
historical zone for the country and significant, patrimonially for three cities of the region: Mejillones,
Antofagasta and Taltal.

KEY WORDS: bordering milestones, National States, Bolivia, Chile, Altoperú, Depopulated of Atacama,
Cobija, guano, Mejillones, Commission Pissis Mujia.

1
Museo de Antofagasta – Centro de investigación Histórico Cultural Isaac Arce Ramírez, CIIAR; hector.ardiles@museosdibam.cl
2
Consejo Patrimonial de Mejillones – CIIAR;
126 TALTALIA, N° 10, 2017

CONFLICTOS REGIONALES AJUSTES TERRITORIALES QUE-


PREVIOS A NEGOCIACIONES EXPLICAN INICIALES CONFLIC-
LIMITROFES TOS REGIONALES

La región actual de Antofagasta durante su Tras la creación de la república de Bolívar,


Historia está íntimamente vinculada con el la provincia de Atacama adquiere una situa-
escenario geográfico, político y sociocultural ción geopolítica significativa en relación a la
conformado por el área de influencia del Centro dinámica de flujos migratorios e intercambios
Oeste de Sudamérica. En este contexto per- económicos, políticos y socioculturales que se
teneció a la influencia de Tihawanaco e Inca; articulan en torno a este territorio, aparente-
posteriormente con la conquista europea, a mente despoblado, pero conectado y unido a
partir del siglo XVI perteneció al Virreinato del tres repúblicas: Perú por el norte, Argentina,
Perú y con las reformas Borbónicas, a fines de por el sureste y Chile hacia el sur, todas sur-
siglo XVIII, pasó administrativamente al nuevo gidas durante el proceso emancipador. Estos
Virreinato del Río de la Plata. nuevos estados que colindan con el Desierto
de Atacama, de forma directa o indirecta van
Por lo tanto, los conflictos regionales que ha a interferir o intervenir, frecuentemente en la
sufrido la región, a través de su Historia tiene realidad sociopolítica de la región, convirtien-
que ver con las grandes sublevaciones y reivin- do la relación fronteriza entre ellos, en una si-
dicaciones que realizaron sus habitantes, cada tuación de inestabilidad territorial y constantes
cierto período, contra sus dominadores y ex- conflictos propios de la estratégica de forma-
plotadores; los cuales con el tiempo fueron ción y construcción de los estados nacionales.
mudando hacia sistemas y regímenes de tri-
butación y servicios personal más elaborados; En septiembre de 1826 surgen los primeros
en algún momento expresados en ofrendas e problemas territoriales, con el gobernador de
intercambios frecuentes de bienes, hasta llegar la provincia peruana de Tarapacá; hasta ese
a tributos y otros operativos especializados y momento los desencuentros entre Atacama y
forzosos de dominación política laboral y ser- Tarapacá no acarrearon mayores consecuen-
vidumbre; ejecutados e implementados, prin- cias. Sin embargo, entre Bolivia y Perú, como
cipalmente durante el periodo de conquista y veremos, los conflictos serán constantes en el
el coloniaje español en América. tiempo e irán aumentando en la medida que
ambos países vean al otro como una amenaza
Sin embargo, el panorama político–institucio- para su desarrollo mercantil y el avance hacia
nal cambia sustantivamente con la creación las vías de acceso a Bolivia. Cabe recordar,
de las naciones estado surgidas a partir de que los habitantes del sur peruano, en algún
la emancipación de los reinos y colonias de momento, solicitan anexarse al Altoperu po-
España en América. La conformación de un tenciando como puerto de salida y entrada
conjunto de nuevas repúblicas en Sudamérica, a esa región el puerto de Arica, pero tras la
constituye un hito fundamental para entender retirada de Bolívar y Sucre, este deseo tarapa-
los conflictos político internacional que se han queño no prospera. Por lo cual las autoridades
producido durante estos 200 años en la re- bolivianas deciden potenciar la bahía de Cobi-
gión; cuyo ejemplo lo podemos visualizar con ja, como el puerto oficial, libre y franco de la
nitidez en nuestra zona, como un área muy nueva república. La habilitación del puerto de
activa en conflictos durante el siglo XIX. La Mar, provoca en el Perú recelos, ya que po-
dría impactar negativamente sobre el puerto
de Arica, repercutiendo el comercio naviero,
la actividad portuaria y mercantil de los valles
ANTESALA DE UNA DELIMITACIÓN FRONTERIZA REGIONAL:
HITOS DEL TRATADO DE 1866 127

de Azapa y Lluta; sobre todo, perjudicando la ja, de una u otra manera, minaba la influencia
condición de exclusividad y hegemonía del económica y marítima del Perú en la zona. De
puerto del Callao y Arica, los cuales poseían esta forma, se puede entender las acciones
el control de bienes y servicio hacia el Alto acometidas por las autoridades peruanas so-
Perú, ahora Bolivia. bre el litoral boliviano, expresadas a través de
acciones de intervención directa, tales como,
El caudillaje y los recelos entre las nuevas re- arremetidas armadas, bombardeos, invasio-
públicas debilitan al gobierno de Sucre, abier- nes y bloqueo marítimo sobre el poblado de
tamente el Perú exige su dimisión, por otro La Mar. En este contexto, surgen los primeros
lado, la presión externa unida a las fuerzas conflictos en la zona de Atacama, cuando el
interna provocan revueltas y, en julio de 1828, general Gamarra bloquea el puerto de Cobija
la invasión de Gamarra a Bolivia desencade- en 1831.
na la caída definitiva del dominio granadino o
la línea política bolivariana que representaba En este mismo sentido, la novel república de
Sucre en la región, respaldado por el ejército Bolivia, también tuvo problemas con Buenos
colombiano. La firma del pacto de Piquiza de- Aires, especialmente por las provincias del
termina la expulsión de las tropas colombianas Noroeste argentino; primero por la escisión
y, en cierta forma, ratifica el fin del proyecto de Tarija, separándose voluntariamente de la
de unificación y cohesión política proclamado Confederación del Plata y luego, los intentos
por los próceres de la independencia sudame- separatistas por anexar la provincia de Ataca-
ricana. ma a la circunscripción de Salta. Cabe recordar
que los salteños en 1826, intentaron recuperar
Con el tratado de Piquiza se marca el fin del la región de Atacama haciendo valer los dere-
sueño libertario y de emancipación en el alto chos sobre ella. El gobierno boliviano envió a
Perú, fijando su realidad como país “indepen- la zona una guarnición del Ejército Libertador
diente”, aunque con estrechos vínculos con del Alto Perú al mando del Capitán Casanova,
Perú y Argentina, dos naciones de las cuales, quien con la sola presencia de esta división
en algún momento histórico, dependió admi- garantizó el orden en la frontera, frenando así
nistrativamente. las ambiciones del gobernador de Salta y con
ello evitando, cualquier intento de ocupación,
Tras la retirada del Mariscal Sucre, por el puer- por parte de las provincias limítrofes de Argen-
to de Cobija en agosto de 1828, la anarquía se tina dentro del territorio boliviano.
apodera de la vida política de la nueva Repú-
blica de Bolívar; gobiernos provisorios, múl- Por otro lado los permanentes contactos so-
tiples complot y motines a favor y en contra cioculturales e intereses económicos, entre los
de facciones o incipientes partidos políticos: mercaderes y hacendados de Atacama, Sal-
los unitarios versus confederados. Todo ello, ta, Catamarca y Tucumán, articulados desde
con el advenimiento al poder de Santa Cruz tiempos coloniales, vigentes hasta esa fecha,
en 1829, se pone fin al desorden y se inicia un contribuían a potenciar el circuito comercial
tiempo de sosiego social, consolidación insti- y naviero del puerto La Mar a través de la
tucional y avance económico. conectividad entre el Pacífico con el interior;
los valles de San Pedro, la puna y las regio-
Al mismo tiempo, las medidas de fomento nes trasandinas. Esta comunidad de intereses
decretadas por el gobierno de Santa Cruz re- y tradicional conectividad ancestral, alienta
feridas al Puerto de La Mar, avivan la compe- y originan cada cierto tiempo y bajo ciertas
tencia y alienta los resquemores peruanos, so- circunstancias, frecuentes conflictos derivados
bre el puerto enclavado en plena travesía del por persecuciones políticas, flujos migratorios
Despoblado de Atacama. El enclave de Cobi- de refugiados y disputas territoriales que ge-
128 TALTALIA, N° 10, 2017

neran entre ambos países ideas de anexión y otorgar a la costa del Pacífico y el significado
separatismos intra regionales. que adquieren los puertos regionales para el
desarrollo de sus países. En este sentido, el Ma-
En septiembre de 1829 el primer gobernador riscal Santa Cruz acusa a Gamarra, de querer
de Cobija, Manuel Anaya informa al gobierno perjudicar al puerto de La Mar (Cobija) porque
que desde las provincias trasandinas se difun- su habilitación como puerto franco, otorga a
den e incuban ideas disolventes o emancipa- Bolivia una independencia mercantil inacep-
doras que con el tiempo “podrían acarrear table para la hegemonía marítima portuaria
consecuencias”; se insinúa a los habitantes de del Perú. Desde entonces, el Litoral boliviano,
esta región que unidos a las Provincias argen- cada cierto tiempo, deberá sufrir represalias
tinas, dejarían de pagar algunos tributos, for- políticas mediante escaramuzas bélicas, blo-
marían parte de un gobierno provincial inde- queos e invasiones, producto de la situación
pendiente y disfrutarían de la libertad que no política interna y externa entre ambos países.
gozaban en ese momento. Estas instigaciones
que se hacían más frecuentes cuando surgían Durante los primeros meses de 1831, el inde-
problemas internos o estados políticos excep- fenso puerto de Cobija se vio enfrentado al
cionales, en uno u otro país, como ocurre du- bloqueo unilateral impuesto por el gobierno
rante el estado represivo de Juan Manuel de de Gamarra. Posteriormente, a mediados de
Rosas, causan protestas diplomáticas y tensión 1835, el Mariscal Santa Cruz apoyado por el
fronterizas entre Bolivia y Argentina. congreso de su nación invade el Perú. Frente
a esta intromisión, el oficial peruano Augusto
Para entender estos conflictos iniciales (1825- Salaverry se proclama jefe supremo del Perú
1841) entre Bolivia con Perú y Argentina debe- y declara la guerra a muerte al Mariscal. Esta
mos tener en cuenta la relación histórico es- situación trajo consecuencias para Cobija, ya
tructural que unía a la región de Atacama con que el 22 de septiembre de 1835 el coronel
el sur peruano y el noreste argentino; cuyo te- Quiroga al mando de 260 soldados, asaltan e
rritorio aparentemente quieto y sin importan- invaden, sorpresivamente la localidad. En ese
cia, durante los tres siglos de administración momento, la guarnición de Cobija contaba con
colonial hispana constituye un circuito eco- un fortín con 18 piezas de artillería de diversos
nómico cultural, articulador y funcional en el calibres y una dotación de 87 milicianos; tras
Centro Oeste sudamericano. Pero, con el ad- un combate de dos horas, el puerto se rindió
venimiento del nuevo orden establecido, tras ante la muerte del gobernador del distrito Gas-
las guerras de emancipación y la formación par Aramayo, quien lideraba la defensa del
del estado de Bolívar, como país independien- territorio. La entrega de la plaza supuso para
te, administrativamente desvinculado del anti- Cobija la destrucción del fortín, el incendio de
guo régimen virreinal de Lima y Buenos Aires, los edificios fiscales y el embarque de todo el
obviamente se van a generar rencillas políticas hierro y plomo, junto a las municiones y armas
y problemas limítrofes que durante este perío- que se encontraba en el puerto.
do fueron paulatinas.
Posteriormente, la victoria de Santa Cruz en
Socabay (1836) va a configurar en la región un
reordenamiento geopolítico y administrativo
BLOQUEO DE COBIJA EN 1831 de proyecciones y efecto extraordinario; ya
que se instaura la unidad política territorial for-
En 1831 la coyuntura política de Perú y Bolivia mada por la Confederación Perú – Boliviana,
se manifiesta en la pugna entre los puertos de la cual divide al Perú en dos partes, el norte
Arica y Cobija. En cierto modo representa la y sur, nombrando al Mariscal Santa Cruz, en
importancia que estos gobiernos comienzan a el Supremo Protector de esta Confederación.
ANTESALA DE UNA DELIMITACIÓN FRONTERIZA REGIONAL:
HITOS DEL TRATADO DE 1866 129

Esta nueva conformación política territorial cuantos hombres de las milicias nacionales”
será ratificada por los congresos de ambos (Cajías, 1979: 187)
países en los pactos de Tacna en 1837.
Por su parte Chile temía se vulnerara su pre-
dominio marítimo en el Pacífico sur y, sobre
todo, la hegemonía del puerto franco de Val-
CONFEDERACIÓN PERÚ paraíso respecto al del Callao, entre otros in-
BOLIVIANA EN ATACAMA tereses geopolítico que el “Estado en forma”
portaliano vislumbra en la región. Por ello,
En el contexto regional, la Confederación de Diego Portales, quien conocía bien la idio-
Santa Cruz genera la inmediata reacción de los sincrasia peruana, y era enemigo de modelos
países limítrofes contra la Gran Bolivia; provo- extranjerizantes y, sobre todo, del personalis-
cando la oposición de las fuerzas nacionales mo idealista bolivariano; asume la doctrina del
peruanas, autónomas y contrarias a su pro- intervencionismo radical o el involucramien-
yecto anexionista. Además, Argentina y Chile to directo sin miramientos. Para él había que
se opusieron con tesón a la restauración boli- desarticular dicho proyecto político y, como
variana; según Fernando Cajías “el temor de sabemos, tras su asesinato y algunos cabildeos
una invasión argentina no era menos grande. gubernativos se decide actuar militarmente en
En noviembre de 1836, informa el gobernador la zona.
Esteban Fernández que desde “las provincias
argentinas” siempre vienen noticias contestes Cabe recordar que la impronta diplomática
que los gobiernos de Salta y Tucumán van a de Portales será potenciar a Chile y resguar-
invadir nuestra provincia” (Cajías, 1979: 187). dar su integridad nacional; velando por la se-
En el caso de Chile, el rompimiento de relacio- guridad de la patria y los intereses del estado
nes, repercute –según Cajías– en la provincia en forma. Como Ministro de Estado, modifica
de Atacama de tres maneras: todas las cláusulas que puedan poner al país
en inferioridad frente a otro estado, respec-
“en la utilización por los chilenos de la vía to a los congéneres sudamericanos esgrime,
de Cobija para introducir propaganda contra en principio, la no intervención en asuntos
la política de Santa Cruz, en el temor de un internos y la neutralidad política. Pero sobre
boicot comercial y en la posibilidad de un todo, cree en el equilibrio continental y será
ataque al Puerto. Si se daba el último caso, el contrario a la formación de bloques regiona-
gobernador del Litoral tenía la orden de salvar les demasiados poderosos; a menos que surja
los libros de la Comisión con las cuentas pen- otro bloque regional de igual poder. De este
dientes. Salvarlos era muy importante para la modo, se intenta cautelar y garantizar la paz
economía del puerto puesto que todos los co- del subcontinente. Asimismo Portales señala
merciantes introducían sus mercaderías al inte- “la gran vocación internacional de Chile es
rior adeudando los impuestos aduaneros hasta y debe ser el mar”. A su juicio, el país debía
después de venderlas. Se temía que los invaso- “orientar toda su política exterior a un control
res, o destruyeran los libros impidiendo su co- comercial del océano pacífico” Para ello, era
bro o cobrasen ellos para así conseguir fondos. vital contar con una amplia marina mercante
En cualquier caso, se dañaba, enormemente la y una potente armada. En este sentido el pen-
economía del puerto ya maltrecha por otras samiento internacional del Ministro Portales
circunstancias. Pretender un enfrentamiento o será, políticamente realista, económicamente
una defensa armada hubiese sido ridículo, ya pragmático, defensivo militarmente y naval-
que el Puerto no contaba con ninguna guarni- mente hegemónico. De acuerdo a estos prin-
ción y el resto de la provincia, sólo había unos cipios, la creada Confederación del Mariscal
130 TALTALIA, N° 10, 2017

Santa Cruz atentaba contra estos principios, PRESENCIA CHILENA


especialmente con el equilibrio continental y EN EL LITORAL DE BOLIVIA
el predominio marítimo.
La actitud separatista y anexionista asumida
Ante esta coyuntura Portales no vacila en ac-
por Santa Cruz favorece la apertura del puer-
tuar, dentro de la estrategia y la táctica que él
to de Cobija hacia la política global, en este
consideraba valida y eficaz; por un lado busca
sentido, cabe recordar que el Mariscal, había
los contrapesos necesarios para neutralizar a la
gestionado a fines de 1828, en Valparaíso la
Confederación y para ello, se acerca a los go-
traída de un contingente 60 colonos chilenos
biernos de Buenos Aires y Quito. En noviem-
para radicarse en Cobija. Asimismo, bajo su
bre de 1836 intenta una alianza con Argentina,
administración, se establecen trascendentes
la cual exigía la devolución de las provincias
tratados internaciones con Bolivia “el 18 de
de Tarija y el Chaco, pero las conversaciones
octubre de 1833 se firma el primer Tratado
no prosperan con el dictador Juan Manuel de
de Amistad, Comercio y Navegación con ese
Rosas, quien declara separadamente la guerra
país; al año siguiente, el 4 de abril de 1834
al Protector del Perú. De igual modo, a pesar
se agrega una Convención Adicional” (Barros,
de varias conversaciones con representantes
1970:199).
de Ecuador, en Quito y Santiago, este país
obsta por no pactar ninguna, acción conjunta Al mismo tiempo, la población chilena en el
contra Santa Cruz. Litoral de Bolivia en 1832, ya superaba el 20
% de los habitantes de Cobija y, en la déca-
Por consiguiente, el todopoderoso Canciller
da de 1840, con el auge de la explotación de
chileno, procede actuar bajo la lógica de la ac-
guano y cobre; muchos chilenos como Juan
ción directa, donde la fuerza naval jugará un
López, José Santos Ossa y José Díaz Gana se
rol fundamental, dando golpes decisivos y cer-
sumaron a otros extranjeros; españoles como
teros al enemigo con el fin de controlar el do-
José María Artola y Manuel Ruiz y Montilla, y
minio del Pacífico. En este sentido, se explica
los franceses Latrille y Durandau, quienes con-
la audaz captura de seis navíos peruanos sur-
tribuyeron al engrandecimiento del puerto.
tos en aguas territoriales de la Confederación,
sin previa declaración de Guerra por parte de Y, a partir de la guerra contra la Confederación
dos buques chilenos al mando de Victorino Perú – boliviana, Chile comienza intervenir en
Garrido y ante la exigencia de la Confedera- la zona y a involucrarse, paulatinamente en
ción por la disolución de la flota, Chile le de- conflictos regionales. De este modo, “Chile iba
clara la guerra el 9 de octubre de 1836. a imponer sus puntos de vista en un área con-
siderable del mundo americano e iba actuar
De este modo, vemos cómo los conflictos
con personalidad propia dentro del hemisferio
políticos regionales derivados de la indepen-
(…) A partir de Yungay, Inglaterra, Francia y
dencia del Altoperu, comienzan a establecer
los Estados Unidos no van a perder de vista
alianzas y estrategias geopolíticas que tarde
el crecimiento y los objetivos internacionales
o temprano desembocan hacia la disputa por
de Chile. Y esta vigilancia se convertirá en el
el comercio marítimo y las rutas navieras en
peor quebranto de cabeza de la diplomacia
el Pacífico; enfrentando a la antigua potencia
chilena” (Barros, 1970:125-126)
marítima colonial, representada por el puerto
del Callao contra la emergente flota naval chi- Tras una serie de notas y propaganda política
lena y el puerto de Valparaíso. contra la figura de Santa Cruz, el gobierno de
Chile, en 1837 toma la iniciativa; enviando a
la zona de conflicto, a la escuadra nacional
al mando del Almirante Manuel Blanco Enca-
ANTESALA DE UNA DELIMITACIÓN FRONTERIZA REGIONAL:
HITOS DEL TRATADO DE 1866 131

lada. Por su parte, las autoridades del Litoral vino a sorprendernos. Los cargadores se man-
toman medidas en caso de producirse un blo- tuvieron rebeldes o, al menos, no se rindieron
queo o “para evitar cualquier ataque que pue- ante la escuadra chilena, preferían la muerte
da interferir los intereses nacionales, archivos antes que sucumbir a la arbitrariedad” (Cajías,
públicos o personas de los pueblos de la Re- 1975:193) Durante la estadía de Blanco Encala-
pública en este Puerto de Cobija (…) determi- da en Cobija, los habitantes del borde costero
nado las providencias siguientes: Guardar los boliviano prefieren huir del enemigo, no sólo
archivos públicos y trasladar a los funcionarios por el instinto de salvarse, sino también por-
o empleados del puerto, cuando se conozca que tenían la orden de la autoridad para ha-
que un buque puesto a la vista es sospecho- cerlo, evitando así el contacto con el enemigo,
so al punto de Gatico, punto de reunión para quien podría obtener información y/o exigirles
deliberar y hacer más oculta la retirada a los alguna contribución. Por lo tanto, la población
tres cerros Copaco o Mamiña según los avisos de Cobija, en general fue hostil a la invasión
que reciba de Cobija o seguir el movimiento chilena, dificultando lo más posible su estadía
que advierta en los buques o botes enemigos y, sobre todo, privándole de recursos. Durante
(…) la compra de provisiones, charque, galle- la segunda expedición chilena, al mando del
tas y otros víveres hasta un valor 50 pesos que general Manuel Bulnes la bahía de Cobija no
serán depositados en Gatico (…) y nombrar fue tocada, decidiéndose en la ocasión atacar
a un juez de policía que no esté revestido de desde el norte del Perú.
ningún cargo concejil para que se halle exento
de cualquier tropiezo con algún comandante Tras el desenlace de Yungay (1839) y la caída
militar enemigo” (Cajías, 1979:191-192) de Santa Cruz; Bolivia se vio envuelta en una
serie de revueltas y sublevaciones lideradas
A fines de septiembre de 1837 el ejército chile- por caudillos castrenses; por un lado los que
no al mando de Blanco Encalada formado por seguían a José Ballivián o José Miguel Velas-
17 transportes y un ejército de 3.200 hombres, co, quien asume el gobierno (1839-1841) entre
ocupa militarmente Cobija, permaneciendo varias escaramuzas golpistas. En este contex-
allí por 11 días. En la ocasión serán tomados to, el gobernante del Perú, General Agustín
prisioneros el administrador de Correos Diego Gamarra vuelve a invadir territorio boliviano,
Povil y algunos empleados públicos. De acuer- pero esta vez la invasión concluye, en Ingaví
do a la versión del gobernador interino Ulloa con una estruendosa derrota de su ejército; no
“el 27 de septiembre a las siete de la mañana, solo significa la muerte del “eterno enemigo
desgraciadamente fui cortado en mi retirada a de Bolivia”, sino también la caída de “muchos
pie acompañado del Capitán de Puerto y el jefes prisioneros, entre ellos el General Ramón
oficial mayor de la Comisaría, por una partida Castilla, tres mil doscientos soldados, todo el
de infantería a la boca de la quebrada. Fuimos parque y cuatro banderas, quedaron en el
traídos a Gatico en detención y conducidos campo, entre muertos y heridos, 900 hom-
por mar a la presencia del jefe invasor que nos bres” (Giebel, 2005:161)
mandó retirar hasta el día siguiente, bajo la ga-
rantía del señor Bartolomé Fernández” (Cajías, Este desenlace, cierra un ciclo en la relación
1975:193) fronteriza entre Perú y Bolivia, marcado por
los conflictos post emancipación. En cambio,
Por otro lado, el Capitán de Puerto informa para Chile se inicia una época de estabilidad y
“Con un pequeño resto de cargadores para prosperidad que conlleva un proceso de trans-
observar los movimientos del enemigo (…) formación económica social y la proyección
nos pusimos en marcha en dirección a Gatico. territorial; especialmente hacia los extremos
Llegando allí llega un bote con fuerza enemi- regionales. Por un lado, a la zona austral y
ga y aprovechando la oscuridad de la mañana por otro, hacia el Litoral del Despoblado de
132 TALTALIA, N° 10, 2017

Atacama. Esta política de expansión, se inicia, cés Latrille, el inglés Lamb, el peruano Ulloa y
fundamentalmente durante el gobierno del el chileno Garday” (Querejazu, 1991:29).
General Manuel Bulnes (1841-1851), el mismo
que había derrotado al Mariscal Santa Cruz Los primeros yacimientos de guano fueron des-
en Yungay (1837) y con quien comienza ade- cubiertos por el industrial galo Domingo Latri-
más “los problemas de límites con Argentina lle, “quien obtuvo del Gobierno de Bolivia la
y Bolivia, que habían de alcanzar tan violenta concesión correspondiente para la explotación
intensidad durante todo el siglo XIX y lo que va de esta sustancia hasta 1842. El primer carga-
corrido del XX”. (Barros, 1970:146) mento que remitió a Europa el señor Latrille,
fue embarcado en el buque inglés “Horsburg”,
Durante su mandato, en 1842, declara propie- de más de 2.000 toneladas” (Arce, 1930:36).
dad del Estado a todas las covaderas que que- Al mismo tiempo, las guaneras explotadas por
dasen al sur del paralelo 23 y, al año siguiente, Latrille fueron Angamos y Orejas de Mar, am-
en 1843 crea la provincia de Atacama. Ob- bos lugares adjudicados por la prefectura de
viamente, Bolivia protesta y, “como no fuese Cobija. Igualmente, se comenzaron a explotar
atendida, declaro que se asociaba con el Perú las guaneras de Paquica, “las cuales pertene-
para la explotación del guano hasta el paralelo cieron hacia 1843 a los empresarios Guillermo
27, o sea, en pleno territorio chileno” (Barros, Billinghurst, Diego Barriolhet y Pedro Alessan-
1970:147). Desde entonces, los conflictos polí- dri” (Madariaga, 1996: 68).
ticos entre los Estados Nacionales del Pacífico
será esencialmente un asunto de orden econó- Posteriormente, se incorporan al negocio las
mico – comercial, vinculado a intereses crea- grandes compañías angloamericanas que con-
dos con potencias extranjeras que explotaban trolaban el mercado internacional del gua-
la riqueza regional. De esta manera, la expan- no, es decir, la firma Myers Bland y Gibbs–
sión de Chile hacia el norte confronta la he- Crawley, ambas manejaban en su totalidad la
gemonía del Pacífico con Perú, debido a que explotación y exportación de guano perua-
Bolivia, nunca contó con una escuadra naval no. La natural expansión de estas compañías
significativa en el Litoral, quedando a merced hacia el litoral boliviano significa una fuerte
de mercenarios y capitalistas especuladores competencia para las asociaciones de peque-
como López Gama, Henry Meiggs, Lucian Ar- ños y medianos industriales, sobre todo, en la
mand entre otras sociedades anónimas britá- adjudicación de los derechos de explotación
nicas, americanas y francesas, asociadas con y exportación a gran escala. No obstante, el
inversionistas sudamericanos. monopolio del comercio del guano era princi-
palmente británico y la flota mercante que lo
atendía, habitualmente era estadounidense, la
cual zarpaba desde Valparaíso; dejando sólo
GUANO DE ATACAMA, DISPUTA
a los gobiernos regionales la cobranza de los
QUE ANIMA UNA DISCORDIA
anticipos por concepto de explotación o el im-
FRONTERIZA
puesto de exportación.

El historiador Roberto Querejazu afirma que El posicionamiento económico de los contra-


las covaderas del litoral de Atacama “en un tistas del guano peruano fundamentalmente
principio fueron explotadas clandestinamente” ingleses y norteamericanos, en Bolivia esta-
(Querejazu, 1991:29) y la actividad guanera blece un procedimiento contractual frecuente
en Bolivia, propiamente tal comenzó en 1840. entre los intereses gubernamentales y las com-
Las primeras concesiones otorgadas por las pañías extranjeras. Esta relación comercial ba-
autoridades de Cobija en aquella época favo- sada en la entrega de préstamos o “anticipos
recieron principalmente a extranjeros “el fran- a cancelar con el producto de las participacio-
ANTESALA DE UNA DELIMITACIÓN FRONTERIZA REGIONAL:
HITOS DEL TRATADO DE 1866 133

nes del Estado” (Peñaloza, 1954:121) a cambio mente algunas covaderas en Mejillones y San
de contratos de explotación exclusivos y de Francisco de Paquica. En 1862 sus derechos
privilegios de orden monopólico en la expor- de explotación sobre Mejillones provocan un
tación, derivan hacia irregularidades y conflic- litigio con Matías Torres y un incidente fronte-
tos por incumplimientos y duplicidad de los rizo y diplomático entre Bolivia y Chile. Res-
mismos. pecto a los depósitos guaneros de Paquica,
López Gama sostenía “ser el descubridor” de
Los primeros contratos de este tipo serán sus- ellos; por lo cual siempre presentó reclama-
critos en 1842 con “Myers Bland Sansetenea y ciones ante las autoridades bolivianas por los
Co.”, cuyos privilegios de explotación abarca privilegios dados a “Myers Bland y Compa-
la costa boliviana, especialmente en torno a la ñía”. Sin embargo, durante la administración
bahía de Mejillones e islas adyacentes. De esta del general Mariano Melgarejo (1864 – 1871)
forma “los contratistas adquirían el derecho consiguió adjudicárselas mediante “un présta-
de exclusividad en la exportación de guano, mo de 16.000 pesos bolivianos para arreglar
teniendo el Estado boliviano el 70 por ciento las finanzas del puerto de Cobija” (Madariaga,
de participación en las utilidades liquidas de 1996:106).
la empresa” (Peñaloza:120) Posteriormente,
esta concesión fue traspasada bajo las mismas Visto los intereses económicos y la riqueza
condiciones a la firma “Gibbs e hijos” y, en que posee el Litoral de Atacama, los conflictos
1848, se prorroga “el precio de la tonelada de regionales serán la natural consecuencia de
guano, pagable a Bolivia por la exportación esta situación económica comercial que los
y explotación, en 7 pesos o reales (…) suma Estados Nacionales de Bolivia, Chile y Perú
que se reconocía al gobierno de Bolivia como fraguan durante sus relaciones bilaterales e
pago neto, deduciéndose previamente el sal- internaciones; las cuales provocan indiscuti-
do que, (…) había quedado en favor de los blemente incidentes limítrofes; especialmente
contratistas. La explotación debía limitarse a referido a la controversia por la región ubica-
las guaneras de San Francisco y el mínimum da, entre los paralelos 23 ° y 25° Latitud Sur.
de exportación debía ser de 6.000 toneladas”. En principio este asunto será tratado diplo-
(Peñaloza: 121) máticamente, a través de cambios de notas y
por publicaciones en uno y otro país en que
Cabe destacar que “Bolivia entre 1842 y 1848 se exponían los derechos que a ellos asistía
exporto 35.334 toneladas de guano hacia el sobre el desierto de Atacama. Mientras Boli-
exterior” (Pinto et al., 1995:60) En tanto las via señalaba “su límite en una línea fluctuante
empresas extranjeras que controlaban la ex- entre los grados 25 y 26, Chile se afirmó en los
plotación del guano boliviano, entre 1842 y derechos que le corresponden hasta el grado
1849 lograron “sacar 4.000 toneladas de las 23” (Cruz, 1966:43) Esta disputa, obviamente
Islas Cobre y Lagartos; 1.500 de Nampa, 1.500 genera conflictos colaterales y alienta poco a
de las Islas Santa María y Orejas de Mar; 6.000 poco vientos de guerra.
toneladas de Angamos y 40.000 de Paquica,
lo que hacía un total aproximado de 53.000 “Esta situación de hecho, no definida jurídica-
toneladas” (Madariaga: 101) mente, produjo inevitables choques, como en
septiembre de 1847” (Cruz, 1966:43), cuan-
En 1860 el empresario brasileño Pedro López do el 17 de ese mes, la barcaza boliviana al
Gama, inicia sus actividades en el litoral de mando de un capitán boliviano, escoltado por
Atacama, después de un breve período se 12 rifleros, venida de Cobija exigió al capitán
convierte en uno de los particulares más in- del bergantín chileno Martina, la presentación
fluyente y acaudalado de Cobija; ya que se de la licencia que lo autorizaba a incursionar
adjudica varias concesiones mineras, especial- en Mejillones “aguas territoriales de Bolivia”
134 TALTALIA, N° 10, 2017

obligando a la nave a retirarse del lugar; al EL INCIDENTE SPORTSMAN


día siguiente, el 18 de septiembre, en forma
de provocación y en celebración del día pa- En junio de 1857 el carguero Sportsman perte-
trio de Chile el capitán de la Martina “hizo dis- necía a Walker & Brother y Pierce & Compañía
parar salvas con los dos cañones de la nave” de Boston, Estado de Massachusetts (USA) a
(Tellez, 1989:69). Luego, el 20 de octubre, “se cargo del Capitán William Thompson; buque
presentaban en Mejillones, a las 11 de la ma- de 600 toneladas registrado en el puerto de
ñana, dos embarcaciones bolivianas, trayendo Nueva York; fue fletado en Valparaíso por la
a bordo a un capitán y un pelotón de soldados firma Alsop y Cía. De acuerdo a los términos
con “bayoneta calada”. El destacamento tomó del contrato de fletamento la nave tenía que
por asalto la guanera de Angamos donde la- cargar provisiones para Cobija, Mejillones,
boraban más de 20 peones chilenos bajo las Gualaguala, Gatico, Tames y otras localidades
órdenes del administrador Manuel Argumedo, de la República de Bolivia; para ello había de
al servicio del empresario Ramón Luis Toro. disponer su cargamento y aprovisionamiento
Las faenas fueron suspendidas, las instalacio- de mineral de cobre, guano, nitrato de soda,
nes ocupadas por los rifleros y el grueso de etc., para los Estados Unidos.
la cuadrilla chilena terminó encerrada en los
calabozos de Cobija, luego fueron expulsados Tras zarpar de Valparaíso el Sportsman viaja al
del litoral embarcándolos en la fragata británi- puerto de Cobija, donde obtiene licencia del
ca Cromwell” (Tellez, 1989:70). Posteriormen- Gobierno de Bolivia para hacer escala y co-
te, el 20 de diciembre de 1847, se hace sentir merciar en los puertos del Litoral, pero como
la reacción chilena mediante la intervención algunos puertos de la región no estaban habili-
de la fragata “Chile”, la cual toma posesión tados y carecían de fiscalizadores, lleva a bor-
de Mejillones, en nombre de la República do a un oficial de aduana boliviano. Enseguida
de Chile. La fragata capitaneada por Roberto toma rumbo a Gatico, donde se provee de car-
Simpson, ocupó rápidamente la bahía de Meji- gamento y sale hacia el puerto de Santa María,
llones, levantó la bandera chilena y construyó conocido como Bahía Constitución o Bahía de
un rudimentario fortín para prevenir una inten- Santa María. Después de haber cargado una
tona boliviana (Tellez, 1989:73) pequeña parte de guano, como 25 quintales,
el 19 de agosto de 1857 se presenta en la ba-
A los pocos meses, este precario atrinchera- hía, la corbeta Esmeralda, perteneciente a la
miento de piedras fue echado abajo por Boli- armada de Chile, al mando del Capitán José
via y sucesos como éstos, algo menores y es- Aniceto Goñi; quien manifiesta al Capitán nor-
porádicos, se fueron desarrollando sin graves teamericano, que la Bahía de Santa María, era
consecuencias entre ambos países en la costa territorio chileno y, por esta razón, estaba aco-
y en la faena guanera del Litoral de Ataca- metiendo un hecho ilícito, pues no contaba
ma; pero en 1857, transcurrido un decenio de con un permiso expedido por las autoridades
aquellos incidentes, ocurre un suceso que ten- chilenas, por lo cual la embarcación, la tripu-
drá proyecciones insospechadas para los acto- lación y su cargamento quedaban expuesto a
res involucrados en la región; obligando a uno una grave infracción, a menos que presentara
y otro, a tomar medidas concretas y solicitar una excusa aceptable a las autoridades chile-
apoyos internacionales para zanjar la cuestión nas. Por esta razón, se le exige al Sportsman se
fronteriza en el Despoblado de Atacama. presente en el puerto de Caldera para aclarar y
justificar su procedimiento.

El capitán Thompson rechaza la indicación,


disponiendo la descarga del mineral acopiado
ANTESALA DE UNA DELIMITACIÓN FRONTERIZA REGIONAL:
HITOS DEL TRATADO DE 1866 135

en Santa María e intenta abandonar el puer- sionario del Gobierno boliviano y vinculado a
to. Frente a esta operación, el Capitán Goni la firma Alsop, la misma compañía que había
advierte que no cuenta con la autoridad para fletado el Sportsman. Esta nueva controversia
juzgar la maniobra, pero le indica que sólo provoca una situación de gravedad entre am-
el asunto podría dirimirse en el juzgado de la bos países, incluso el gobierno de José maría
Gobernación de Caldera y ante la insistencia de Acha (1861-1864) en 1863 convoca a un
del Sportsman por evitar el traslado; la corbeta congreso extraordinario, cuya asamblea el 5 de
Esmeralda se ve en la obligación de remolcar junio, faculta al ejecutivo “para hacer la gue-
el buque norteamericano hasta Caldera; des- rra a Chile siempre que agotados los medios
pués de cuatro días llegan a dicho puerto, el diplomáticos, éste no devolviese los territorios
23 de agosto de 1857. ocupados últimamente” (Arguedas, 1992:231).
Ante un estado de inminente enfrentamiento,
La captura del Sportsman en la bahía de Me- la guerra con España (1864 – 1866) permite
jillones, el 19 de agosto de 1857 por parte de una pausa y abre caminos de entendimiento,
la Armada Nacional, ocasiona para Chile una debido al sentimiento americanista y de her-
larga controversia diplomática con Estados mandad sudamericana que genera este acon-
Unidos, que se resuelve recién a comienzo de tecimiento. La tregua entre los países del Paci-
siglo XX. En cambio con Bolivia va a significar fico Sur frente a la escuadra española permite
el origen de un proceso de largos alegatos y establecer conversaciones serias y concretas
negociaciones, cuyos sobresaltos y contrarie- hacia la fijación de un tratado limítrofe en for-
dades se tornan en ásperos desencuentros. ma e hitos fronterizos precisos en la región.
Tanto Chile como Bolivia, a partir de este in-
cidente intentan demostrar pruebas y títulos
que avalen sus argumentos limítrofes y captar
apoyos a su causa de posesión efectiva del te-
“LA MEDIANERÍA”
rritorio en disputa.
De esta forma llegamos al año 1866, fecha en
Obviamente, para Bolivia la incautación del que el mandatario boliviano Mariano Melgare-
Sportsman fue un “acto de piratería”, pues el jo y su par de Chile; José Joaquín Pérez deci-
buque carguero no estaba actuando clandes- den zanjar la diferencias limítrofes. El país del
tinamente, sino con licencia de las autorida- altiplano había sido aliado en la coalición que
des de Cobija y en conformidad a las leyes y opuso resistencia a la flota española, aquella
usanzas bolivianas. Además, se aprovecha el que en 1865 trató de imponer condiciones a
asunto para apoyar las demandas del gobierno su ex colonia del Perú. Un sentimiento ame-
de Estados Unidos y el de la empresa consig- ricanista hizo que Chile retrocediera desde el
nataria, afectada por el decomiso de la nave, paralelo 23, ubicados 17 kilómetros al norte
la tripulación y su cargamento. Durante esta de Mejillones, en las cercanías de Playa Gran-
época, este caso va a significar para la Canci- de, hasta el paralelo 24, unos 24 kilómetros al
llería altiplánica contar con cierta simpatía y sur de Caleta Coloso. Este fue el Tratado de
favor, por parte de la diplomacia norteameri- Límites entre Chile y Bolivia del año 1866, co-
cana hacia la postura de la soberanía real de nocido también como “de la medianería” (Go-
Bolivia sobre el Despoblado de Atacama y la bierno de Chile; 1875; 49 pp.)
cuestión limítrofe con Chile.
Este retroceso de 105 kilómetros lineales de
Posteriormente con el descubrimiento de gua- territorio por parte de Chile y su entrega a Bo-
no rojo en Morro Mejillones en 1862, por par- livia tuvo sus complejidades. La más impor-
te del chileno Juan López, surge la disputa con tante era el daño económico que sufriría el
el empresario brasileño López Gama, conce- país al dejar de percibir impuestos por los pro-
136 TALTALIA, N° 10, 2017

ductos exportados. Eso se amortiguó con esta Eso significó que en diciembre de 1866 en
“medianería” en la que Chile percibiría el 50 Mejillones y en “La Chimba” (o Peña Blanca,
por ciento de tributos. Bolivia entonces exigió porque aún no se forjaba el nombre Antofa-
reciprocidad, manifestando que si ellos tenían gasta) por mutuo acuerdo se arrió la bandera
que compartir los impuestos de un paralelo de chilena y se izó la boliviana. El 15 de diciem-
su territorio, Chile también lo hiciera. De esta bre de 1869 se comienzan a intercambiar no-
forma su zona económica se prolongó hasta el tas entre ambos Gobiernos, a fin de cumplir
paralelo 25, Paposo. con esta parte del tratado (Gobierno de Chile;
1870, pp. 65). Bolivia comisionó al coronel

Fotografía 1: Esta situación presenta actualmente los 3 hitos erigidos por la Comisión Pissis Mujia en 1870. Las foto-
grafías de los paralelos 23 y 25 son nuestras. En Paposo se puede apreciar a Anita Olivares y en Mejillones a Wilfredo
Santoro. La fotografía del paralelo 24 fue tomada de pantalla del programa “La tierra en que vivimos”, del documentalista
Sergio Nuño.

Juan Mariano Mujia mientras que Chile nom-


El referido tratado establecía en su artículo 1 bró al perito francés Amado Pissis. Este envía
–tras fijar como frontera el paralelo 24– que un presupuesto al ministerio respecto al costo
la demarcación sería realizada por “una comi- de los materiales y los servicios que requerirá
sión de personas idóneas y peritas” nombra- mientras que bautiza por primera vez los hitos
das en igual número por ambos países (Go- a levantar como “pirámides”.
bierno de Chile; 1875; 50 pp.). Tales puntos
serían los paralelos 23, 24 y 25. El paralelo 24, El 10 de febrero de 1870 la “Comisión Pissis
al sur de Punta Jara sería la frontera, mientras – Mujia” levanta el Acta que informa acerca
que los paralelos 23 y 25 demarcarían la zona de la instalación de tres hitos que demarcaban
donde los tributos por la explotación de guano la zona que sería fundamental en la historia
y otros minerales serían repartidos a medias de tres países. El 19 de mayo de 1870 dicha
por Chile y Bolivia. Es decir, entre los hitos de Acta como la confirmación que el trabajo de
los paralelos 23 y 25 y estaría la “zona de la los peritos estaba concluido es dada a conocer
medianería”. al ministro de RR.EE., Miguel Luis Amunátegui
(Gobierno de Chile; 1870, 71 pp).
ANTESALA DE UNA DELIMITACIÓN FRONTERIZA REGIONAL:
HITOS DEL TRATADO DE 1866 137

Excepto la del paralelo 24, que por motivos tricamente una zona cuyo impacto en el futu-
geográficos no pudo ser instalada en las cer- ro fue abiertamente desconcertante. En primer
canías, el trabajo fue bastante preciso. Esta pi- lugar, definió el territorio por el cual tres países
rámide quedó 4 kilómetros al norte del punto, (Chile, Bolivia y Perú) se irían a la guerra. En
por lo que Chile se amplió un poquito y Boli- segundo lugar, acotó el espacio geográfico que
via retrocedió. Desde ese tiempo se les cono- concentra toda la riqueza minera del Desierto
ció como las “pirámides demarcatorias” aun- de Atacama. Empezamos por el guano de Me-
que en realidad no son pirámides. De hecho jillones, que produjo furor el siglo XIX, segui-
no tienen nada que ver con pirámides. Son mos el mismo siglo con el fabuloso yacimiento
conos. O más bien fueron conos con una base de plata descubierto en Caracoles. También
de 1,5 metros de radio y una altura de 3 me- en ese siglo se comenzó la explotación del sa-
tros, enlucidas en cal roja. Cada una de estas litre y el cobre, que serían el sustento de Chile
“pirámides” tenía una placa de hierro que in- en el siglo XX y que en el caso del metal rojo
dicaba la dirección exacta del paralelo. Estas aún lo es. No podemos dejar de mencionar el
joyas patrimoniales aún se encuentran en pie litio, que amenaza abiertamente con su irrup-
tras 148 años como secretos guardianes. Sin ción económica en este siglo XXI. Un tercer
embargo casi nadie le ha prestado atención. elemento que le otorga valor a estas costas es

Fotografía 2: Estas fotos históricas son parte de la Biblioteca Nacional y aparecen en su extensión digital Memoria Chi-
lena. A la izquierda el paralelo 23, ubicado en Playa Grande, Mejillones y a la derecha, el paralelo 25, Paposo. Están
fechadas como correspondientes al año 1946 por lo que habrían sido tomadas 76 años después de su construcción
(Biblioteca Nacional de Chile; id BN 309104; id MC 00007968 y 00007968)

que define –sin buscarlo– el verdadero Desier-


Es tal la relevancia de este espacio de terreno
to de Atacama que provocó la guerra, es decir,
que aparece como definitivamente visionario.
el despoblado ubicado entre Cobija y Taltal.
Este simple trabajo de albañilería fijó milimé-
No olvidemos que en 1870 Antofagasta no te-
138 TALTALIA, N° 10, 2017

nía más de 4 años y Mejillones no superaba mentablemente ya no se hallaba. Daba la sen-


los 400 habitantes. Es decir, no eran más que sación que había sido retirada hace muy poco.
un incipiente inicio de la colonización criolla
de ese desierto. Hacemos presente que en este Investigaciones posteriores junto a Florentino
tramo habían oasis ya habitados, pero por su nos permitieron establecer que la información
naturaleza constituían una excepción. de Arondeau no era exacta. Este hermoso
monumento no fue instalado por los peritos
a bordo de la Esmeralda ni construido por su
tripulación. Todos los elementos indicaban
LO QUE QUEDA que se trataba de la “pirámide” Pissis – Mu-
jia construida en 1870. Buscamos indicios de
El 12 de septiembre del 2011 iniciamos jun- ese primer hito y no encontramos nada que
to a Florentino Novoa Saavedra una aventura se parezca, ni siquiera alguna acumulación de
patrimonial que nos llenó de emoción. Ir en piedras que sugiriera que hubo algo.
búsqueda del hito del Paralelo 23. La histo-
ria decía que había sido levantada por la Co-
misión Pissis – Mujia en 1870 y teníamos en
nuestro poder un libro donde el francés Jean
LA FRONTERA
Arondeau afirmaba haberla visto en 1820. En
tal texto narraba que era conocida por los Debieron pasar 8 años para acometer la bús-
mejilloninos, quienes le explicaron que había queda del hito más importante de este trío de
sido levantada por la tripulación de la “Esme- “pirámides”: el hito del paralelo 24. Esta vez
ralda”, en 1856. lo hicimos con el historiador Héctor Ardiles
Vega, en un trabajo conjunto entre el Consejo
Con las ventajas tecnológicas que nos ofrece Patrimonial de Mejillones y el Centro de In-
la computación, mediante Google Maps pudi- vestigaciones Históricas “Isaac Arce Ramírez”
mos establecer una zona tentativa, ubicada en (CIIAR). Contamos con el importante apoyo
pleno desierto costero. Carentes de moviliza- de la Armada de Chile y la participación de
ción ad-hoc abordamos un bus que se dirigía a dos asistentes de nuestras organizaciones: la
Tocopilla y nos bajamos a la altura del parale- consejera de Dibam, Ana Olivares y el socio
lo, para buscar caminando dicho monumento. del CIIAR Felipe Troncoso.

A las 11.38 dimos por fin con el imponente La información respecto a este hito era muy
monumento. Después de cruzar el desierto difusa. A nivel formal no existían muchos an-
desde la carretera hacia el mar comprobamos tecedentes. Sólo algunos datos respecto a las
sin mucho agrado que dicha “pirámide” se coordenadas que conseguí en una visita a las
halla a poca distancia de “Playa Grande”, un Biblioteca Nacional. Increíblemente lo más
lugar habilitado con una excelente carretera y concreto correspondía a un programa de te-
donde habríamos accedido cómodamente en levisión: “La tierra en que vivimos”, donde el
cualquier vehículo. También nos dimos cuenta documentalista Sergio Nuño recorre en heli-
que seguramente muchas personas la cono- cóptero la costa desde Taltal al norte y al lle-
cían, pero nadie sabía de su trascendencia. gar al paralelo 24 inicia la búsqueda del hito
y lo encuentra. Obviamente tal capítulo pasa
La pirámide de Playa Grande, en Mejillones, a engrosar nuestra lista de fuentes, aunque es
es sin lugar a dudas la que se ha mantenido evidente que Nuño no poseía ningún antece-
en las mejores condiciones. Se halla completa, dente histórico ni certeza con respecto a su
muy poco erosionada y hasta encontramos los búsqueda. Pero tenía un helicóptero y con él
tornillos que afirmaron la placa, la que sí la- encontró un hito.
ANTESALA DE UNA DELIMITACIÓN FRONTERIZA REGIONAL:
HITOS DEL TRATADO DE 1866 139

Fotografía 4: pesar de las adversas condiciones marinas


hicimos un acercamiento al inhóspito lugar donde se
halla el hito del paralelo 24, frontera entre Chile y Bo-
livia desde 1866 a 1879. Tripulan el zodiac el teniente
segundo, Diego Aguilera y el sargento primero Raúl Alva-
rez. En primer plano el historiador Héctor Ardiles, detrás
parte del co equipo, Wilfredo Santoro y Felipe Troncoso,
quienes se encontraban en la embarcación. En el pro-
Fotografía 3: Promontorio rocoso donde se ubica el hito montorio costero (círculo azul) se aprecia perfectamente
24 grados Latitud Sur, frontera entre Bolivia y Chile, tanto la “pirámide”.
en el Tratado de 1866 como de 1874 (fotografía tomada
por Héctor Ardiles Vega)

de las dos instituciones –CIIAR y Copat– el


Con el apoyo del Gobernador Marítimo de presidente de esta última institución. Wilfredo
Santoro Cerda y la consejera nacional de la
Antofagasta, capitán de navío César Cruzat
Dibam e integrante del CIIAR, Anita Olivares.
Zuñiga logramos cumplir la misión. A bordo
de la imponente lancha guardacosta (LSG) El hito del paralelo 25 se encuentra en Papo-
“Antofagasta” nos dirigimos al punto el sábado so y sin lugar a dudas, fue el más conocido.
21 de octubre de 2017. Con una tripulación de Al llegar a la apacible caleta se puede ubicar
11 personas al mando del teniente primero de de inmediato, porque se encuentra en una po-
Litoral, Fernando Diez Moreno más nosotros sición bastante central. Ha recibido un trata-
cuatro. Casi matemáticamente en las coorde- miento para hermosearlo que no es propio de
nadas establecidas por la comisión (que no un monumento nacional (que lo es por Ley,
era exactamente el paralelo 24) encontramos aunque no esté formalizado ante el Consejo
la pirámide. Nos acercamos en un zodiac pero de Monumentos Nacionales). Lo han pintado
las condiciones del mar hicieron imposible to- e instalado leyendas históricas que no son
car tierra. precisas. De hecho nadie sabe que se tratada
de una de las tres “pirámides” de la Comisión
Pissis-Mujia. Hay algunas lecturas que incluso
señalan que demarcó la frontera con Bolivia,
NUNCA FUE HITO FRONTERIZO lo que es absolutamente falso.

Por último nos lanzamos a la búsqueda de Tanto el CIIAR de Antofagasta como el Copat
la última “pirámide” de esta trilogía. En esta de Mejillones sostienen que este conjunto de
ocasión llegaron a Paposo, en representación hitos patrimoniales constituyen en su conjun-
140 TALTALIA, N° 10, 2017

to un monumento nacional por sí mismo. Más MADARIAGA, ARAYA, PATRICIO; Historia de


aún si delimitan una zona altamente históri- las guaneras y covaderas del litoral Norte: An-
ca en el ámbito nacional. Y, aún más, cuando tofagasta y Tarapacá 1840 – 1900; Santiago,
hermana a tres ciudades costeras de la actual Universidad de Santiago de Chile, Facultad de
II región, como son Mejillones, Antofagasta y Humanidades, 1996; pp. 68
Taltal, dándole coherencia y contextualización
a una historia regional y local. PEÑALOZA, LUIS; Historia económica de Bo-
livia II; La Paz Bolivia, s/ e, 1954; 456 pp.

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Revista Taltalia Nº 10 (2017), pp. 141-142

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“Notas”.
Rojas de Taltal publica y difunde contribucio-
nes originales e inéditas resultantes de inves- Notas de texto
tigaciones sobre temas de arqueología, an-
tropología social, historia, etnohistoria y otros Se acompañan en hoja aparte bajo el epígra-
tópicos de interés humanista, principalmente fe de “Notas” y sus llamados en el texto se
referidos a estudios sobre el territorio costero indican en forma consecutiva con números
del Norte del país. Quienes deseen publicar arábicos de modo superíndice. Estos últimos
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El texto digital debe ser enviado en procesador Las citas textuales deberán ir entre comillas y
de textos Word, con sus páginas foliadas, en claramente referidas a la bibliografía, según la
tamaño carta (216 x 279 mm), con márgenes siguiente formula: (Bermúdez 1968: 37-39).
de 3 cm en todas las direcciones de la página,
Si en el texto se menciona el autor, su ape-
fuente Times New Roman tamaño 12, e inter-
llido puede aparecer seguido del año de pu-
lineado sencillo. El escrito no superará las 25
blicación del título entre paréntesis y con el
páginas considerando resumen, abstract, tex-
número de página si la referencia lo amerita:
to, notas, referencias, figuras, tablas y anexos.
“Bermúdez (1969: 37) afirma que…”
Texto
Se citan hasta dos autores. Si son más de dos,
Incluye título en castellano e inglés del artí- se nombra el primer autor y se agrega et al:
culo, escrito en letra mayúscula; nombre del (Núñez et al. 2004: 150).
autor, filiación institucional si corresponde y
Aquellas citas que excedan 40 palabras -con
dirección electrónica. Luego un resumen de
un máximo de 80-, van sin comillas y a reglón
no más de 200 palabras en castellano e inglés;
seguido del texto (hacia arriba y hacia abajo),
además una serie de 4 a 8 palabras clave en
con sangría en su margen izquierdo. Al térmi-
ambos idiomas. Los títulos de Resumen y Abs-
no de la cita se indicará entre paréntesis la re-
tract irán en letra mayúscula, normal y sólo el
ferencia correspondiente (autor, año y página).
texto en inglés en cursiva.
Referencias
Los títulos del artículo deberán ser claros
y concisos. Para los títulos primarios se En hoja aparte y bajo el epígrafe de “Referen-
utilizará letra mayúscula, normal, alineados cias” debe incluirse un listado bibliográfico li-
a la izquierda; los títulos secundarios en letra mitado exclusivamente a aquellas referencias
142 TALTALIA, N° 10, 2017

utilizadas en el texto, en las notas al texto y en y Resistencia en América Latina (1960-1980),


los pies de ilustraciones, tablas y cuadros. Di- pp. 139-145. Editado por: P. Funari y A. Zaran-
cho listado va ordenado alfabéticamente por kin, Brujas, Córdoba.
autor y cronológicamente en el caso de dos a
más títulos por un mismo autor. Cita de tesis de grado:

Los datos editoriales de cada referencia deben GARRIDO, F. 2007. El camélido sagrado y el
estar completos y se ordenarán de la siguiente hombre de los valles: Una aproximación a la
manera: autor(es), año de edición, título, lugar Cultura Copiapó y sus relaciones a partir de
de publicación, imprenta o editorial y otros la alfarería. Memoria para optar al título de
datos cuyas características variarán según se Arqueólogo. Departamento de Antropología,
trate de una referencia a libro, artículo, revista, Universidad de Chile, Santiago.
etc. III) ENVÍO DE MANUSCRITOS
Los autores deberán ir en mayúscula. Sólo la Enviar una copia electrónica y/o impresa a:
primera letra del título deberá ir en mayúscula.
El título de revista, libro o monografía deberá Rodolfo Contreras N.
aparecer en cursiva. Se deberá consignar sola- Museo Augusto Capdeville Rojas
mente las iniciales de los nombres de los auto- Avenida Arturo Prat n°5
res; cuando haya más de un autor, solamente (55) 611891
para el primero deberá aparecer el apellido Taltal
antes que el nombre. Todos los artículos de museo.taltal@gmail.com
revista deben llevar el número de páginas.

Cita de revista:

CALLEGARI, A. 1997. Interacción entre el valle


de Copiapó y el Centro-Norte del Valle de Vi-
china (La Rioja). Estudios Atacameños 14:131-
142.

Cita de libro:

ZEMELMAN, H. 1992. Los horizontes de la ra-


zón. Uso crítico de la teoría. Editorial Anthro-
pos, Barcelona.

Cita de artículo en un libro o anales

LLAGOSTERA, A., R. WEISNER, G. CASTI-


LLO, M. CERVELLINO y M. COSTA-JUN-
QUEIRA 2000. El Complejo Huentelauquén
bajo una perspectiva macroespacial y multi-
disciplinaria. En Actas del XIV Congreso Na-
cional de Arqueología Chilena, Contribución
Arqueológica 5, pp. 46 –480. Museo Regional
de Atacama, Copiapó.

HABER, A. 2006. Tortura, Verdad, Represión,


Arqueología. En Arqueología de la Represión

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