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TEMA 8: LA SEGUNDA REPÚBLICA

1. De la monarquía a la república.
Tras la dimisión de Primo de Rivera, Alfonso XIII nombró jefe de Gobierno al general
Berenguer. Se iniciaba así un período conocido humorísticamente como la
"Dictablanda" en el que se trató de volver a la situación previa a 1923. Sin embargo la
oposición fue muy fuerte (Pacto de San Sebastián firmado con la intención de derrocar a
la monarquía; sublevación militar republicana en Jaca) y Berenguer dimitió el 14 de
febrero de 1931 dando paso a un nuevo gobierno presidido por el almirante Aznar.
El nuevo gabinete convocó elecciones municipales para el 12 de abril, unas elecciones
municipales que se acabaron convirtiendo en un plebiscito sobre la monarquía: El
triunfo aplastante de los republicanos en las ciudades provocó la abdicación y el exilio
de Alfonso XIII y la proclamación de la II República el 14 de Abril de 1931.

2. Gobierno Provisional.
Tras la proclamación de la II República, inmediatamente se formó un Gobierno
Provisional presidido por Niceto Alcalá Zamora (que fue presidente del Comité
Revolucionario resultante del Pacto de San Sebastián) y formado por republicanos de
izquierda y derecha, socialistas y nacionalistas. No obstante, este gobierno
provisional tuvo que responder desde un principio al ansia general de reformas, de
forma que adoptó las primeras medidas para la reforma agraria, laboral, militar y puso
en marcha el Estatuto provisional de autonomía de Cataluña.

Finalmente, en junio de 1931, tuvieron lugar las elecciones a Cortes Constituyentes.


Las urnas dieron una clara mayoría de la coalición republicano-socialista. La nueva
Constitución, aprobada en diciembre de 1931, introdujo novedades muy importantes
como el sufragio universal masculino y femenino. Otras características son:
Soberanía popular, extensa declaración de derechos y libertades, división de
poderes (Legislativo en manos de cortes unicamerales; Judicial en manos de tribunales
de justicia; Ejecutivo, presidente de la República con escasos poderes y Jefe de
Gobierno nombrado por el presidente pero con la aprobación de las Cortes), derecho de
las regiones a establecer Estatutos de Autonomía, e importantes reformas en lo
relativo a la religión, como separación de Iglesia y Estado, libertad de conciencia y
cultos (Estado laico) y desaparición del presupuesto del clero.

3. Bienio Reformista (1931–1933)


Tras aprobarse la Constitución, se inició un nuevo período con un gobierno presidido
por Manuel Azaña y formado por republicanos de izquierda y socialistas con Niceto
Alcalá Zamora de Presidente de la República.

El gobierno republicano-socialista emprendió un amplio programa de reformas en un


contexto económico desfavorable, marcado por el ascenso del paro. Estas reformas
fueron principalmente agrarias (fracasaron, provocando la decepción en el
campesinado), laborales (iniciadas por Largo Caballero, encontraron la oposición de los
empresarios), militares (tenían como objetivo principal acabar macrocefalia; fueron mal
recibida por algunos sectores, que las consideraron una agresión al poder del ejército:
oposición de la derecha) y educativas (construcción de escuelas y contratación de
maestros).
Sin embargo, el Gobierno tuvo que hacer frente a importantes problemas. Por un lado,
la gran depresión causada por el crack del 29 llegó a España provocando una coyuntura
económica desfavorable. El paro ascendió y la conflictividad social aumentó.
En lo que respecta a la oposición del Gobierno, la derecha estaba bastante
desorganizada pero la izquierda revolucionaria no dio tregua al nuevo gobierno. De esta
manera, la CNT, con más de un millón de afiliados, siguió una línea totalmente radical.
Incidentes como el de Casas Viejas, donde acabaron muriendo campesinos anarquistas,
fueron mermando a un gobierno que también tuvo que soportar previamente un intento
de golpe de estado encabezado por Sanjurjo.
Finalmente el gobierno, muy debilitado, acabó convocando elecciones en noviembre de
1933, unas elecciones para las cuales la derecha se había reorganizado y por el contrario
la izquierda se encontraba muy fragmentada.
Como nuevos grupos de Derecha destacaron el CEDA, Renovación Española (Calvo
Sotelo), y la Falange Española (José Antonio Primo de Rivera).
Las elecciones dieron la victoria a los conservadores: Partido Radical de Lerroux y la
CEDA de Gil Robles

4. El Bienio Conservador (1933-1935)


Tras las elecciones, el gobierno quedó presidido por Lerroux mientras que la
presidencia de la República le siguió correspondiendo a Niceto Alcalá Zamora.
Lerroux se vio así obligado a iniciar lo que los grupos de derecha reclamaban, una
política de rectificación de las reformas del bienio anterior, de manera que quedaron
paralizadas las reformas agrarias, militares y educativas. También se procedió a la
conciliación con la Iglesia católica. Esta política de rectificación afectó también a los
Estatutos de autonomía, provocándose así enfrentamientos con los nacionalistas.

La decisión de paralizar las reformas llevadas a cabo en el gobierno anterior provocó la


radicalización del PSOE de la UGT que se materializó en la aparición de huelgas y
conflictos. Ante esto, la CEDA endureció su posición y reclamó una mayor
contundencia. Al final, consiguió acceder al gobierno después de que Lerroux accediera.
Este hecho fue muy mal visto por la izquierda, que lo consideró como un peligroso
acercamiento al fascismo. Las huelgas y las manifestaciones volvieron a incrementarse.
Destacó por encima de todas la revolución de los mineros en Asturias, que acabó siendo
reprimida de manera brutal por la Legión al mando del general Franco. En Cataluña la
revuelta tuvo un carácter más político y se consumó con la proclamación de la
República Catalana (Lluís Companys).
El balance de la Revolución de Octubre de 1934 fue aterrador: más de mil trescientos
muertos, treinta mil detenidos, entre ellos Companys, Azaña, que no había apoyado el
levantamiento, y los principales dirigentes del PSOE como Prieto o Largo Caballero.

La crisis definitiva vino con un escándalo de corrupción, el escándalo del Estraperlo,


que afectó a altos cargos gubernamentales y que precipitó el fin de la legislatura y la
convocatoria de nuevas elecciones a Cortes en febrero de 1936.

5. Frente Popular (Febrero-Julio 1936)


En un contexto de crisis económica internacional y de triunfo de los extremismos en
Europa con el triunfo de Hitler y la consolidación de la dictadura de Stalin en la
URSS, la lucha política se radicalizó en nuestro país. En este contexto, las candidaturas
que se presentaron a las elecciones de febrero de 1936 fueron el Frente Popular, que
agrupaba a todas las izquierdas, una coalición de derecha formada por la CEDA y
Renovación española, y la Falange y el PNV que se presentaron por su cuenta.
La victoria fue para el Frente Popular, que baso su triunfo en las ciudades periféricas
mientras que la derecha triunfó en el norte y en el interior.
Manuel Azaña ocupó en esta ocasión el cargo de presidente de la República, mientras
que la presidencia del gobierno le correspondió a Casares Quiroga. Dicho Gobierno
estuvo formado exclusivamente por republicanos de izquierda, sin la participación del
PSOE. Por tanto, este nuevo gobierno, nacía ya debilitado.
El nuevo gabinete inicio su acción reformista que se tradujo en una amplia amnistía
para los presos de la revolución de octubre de 1934, en el restablecimiento del estatuto
catalán, en la reanudación de la reforma agraria, en la tramitación de nuevo estatutos de
autonomía, y en el alejamiento de Madrid de los generales más sospechosos de
golpismo.
Mientras, y a consecuencia de la radicalización de la sociedad, se sucedieron los
enfrentamientos violentos callejeros entre grupos falangistas y milicias socialistas,
comunistas y anarquistas.
Por su parte, la conspiración militar contra el Gobierno avanzaba, tanto desde el lado
político (Gil Robles, Calvo Sotelo, J.A. Primo de Rivera), como desde el lado militar
(Franco, Varela y Mola, que se convertiría en el “director” del golpe).

El detonante se produjo cuando, como respuesta al asesinato por parte de la derecha del
teniente Castillo, miembros de la izquierda asesinaron a Calvo Sotelo: El 17 de julio de
1936 el ejército de Marruecos iniciaba la rebelión contra el gobierno de la República.
El triunfo parcial del golpe desencadenó la guerra civil.

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