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PREFACIO DEL AUTOR Ete libro es Ia introduecién de otro tituledo Ross y au tiempo. Pienso que, para conocer a fondo la Tiranta, es menes- ter estudiar les muckedumbres de donde salié, como para com. prender a éxtas, preciso es también tomarlas de cuerpo cero, es tecir estudiarlas desde que se delinean en ta colonia y el virre noo hasta nuestros dias, que cobran un nueio aspecto. Esta es 1 razin de Tos dos eapitalos finales, complemento necesario para ‘conseguir la impresiin de conjunto. Mirendo con esa amplitad fl tan decanted periodo de nuestra Breve historia politica, a wt ‘én mental perférien-adquiere mds ancho diémetro, y al abar- carlo tan de bullo, xe hecho trascendentl en Tos anales del Rio de la Plata, obsiene ol relieve de una parcepeién estereoseépiea, omando sw ubicacién Uigion y se nataral funcin en Ta bistérica dde nuestro desenvolvimiento politico. La juncién de la plebe ar- (gentina cs len importante como wage oscura todavia. La he» ‘mos condanada sin oirla, mal aconsejados por ese antropomor Tismo hstérieo politico, que not obliga a asimilar @ una persona 0 figure Kelriea esclasivaments, as fuersas ciegas que discu- ren en las entrafas de la sociedad 7 que cumplen su destino sin odios ni cariios. Que haye eolaborado 0 producido heckos Condenables, no quiere decir que fuera menos eficar como agente de remotos benelicis en la economia de este orgonismos que ro por ser social o politico deja de tener, como todos, une fisio logia, en la que los agentes tsicas que’ guarda en su seno, si Vien producen acciones nocivos, dejan, a voces, der, un bene- fieio qua se aprecia més tarde. Tabria que decir con Shakespeare en su Enrique V: There is some soul of goodness in things evil, would men observingly distil it out, ete. BL virus que destraye le enfermedad que consume @ los erganismos veletudinarios pe- 8 {AS MULETTUDES ARGESTINAS de desperter en los teidos vigorotos la vida que dormita en Ia inercia de un intercambio lento y apocado por la falta de nate: rales estimulos. Como ya lo ha dicho la Fisiologia: favorebles 0 ‘ovis, segin la cireunstancia de su empleo, medicamentos 0 venenas, segtin las dosis, tl ex Ta funcion de los virus conoch- dos, tal es también, como trataremos de demostrarlo, le de las ‘muttiudes en la historia del Rio de la Plata. CAPITULO 1 BIOLOGEA DE LA MULTITUD ‘Sosa: El exud de In tito oa Ia ora ergetiaa. Sa papel ollie peo estado, Su stratus pecan. Cindicin del ombre de fRhulstad” Analotos plies. Untormid de tendecas. Sens Iiged delay pleber em malted. Su Imagini, oIntligteiy sue pe one EL lombrecerbna. Sos afisdede y valeclas milipls To hacen home gemine de le mchedambres Proceso Plslflco ea Sain de liude, Ft estudio de la mulitad en In historia de Amévice, y par- ticularmente en Ta del Rio de la Plata, esté ain por realizarse, yy serfa curioso determinar con la exactitud posible, cadl ha sido fu papel en ol dessrrllo de nuestro orgenismo politic, es decir, tstudiar su bialogia, como ahora se dice, tratindose de le vide ¥ derenvolvimiento de lo infinitamente paqueie. La mulitud, como entidad social o politica, es do antigua dats, aun cuando dige Le Bon quo apenas hemos entrado en la fra de las turbas, ya. que antes, segin dl; silo so constituian en las horas de crisis. Posiblemente en otros puchlos no tuvieron el influjo que parecen tener hoy, que es ls época do las influn- cae coletivas; pero si se estada Ia historia, rastreando sus psros fen Tes acontecimientos mis calminants, se verd que sx iatlyjo rmuy lejos de ser desprecfble. Por To qe a nosotros toca, hemes vivido ereyendo més en ls acci6 personal de Tos grandes hombres, que en Ta de las mul- titudes, cayo peril, por elerio bien vago y difuso en nuestros Iibeos y leyendas, apenas ee dibuja en las raras obras de algu> nos hisloriadores, sin embargo, en ciertas Epaess, como en los 30 José 1, nanos mest io, fue soberana. y ona Potente. Como dice Carlyle, no siempre ie relacion de lo que el hhombre ha vetficado aquf’ abajo, es la historia de los grandes hombres iscando en Iss crénicas ¢ historias la acca de Ia mulitad, ‘erémosla ejercer su influencia desde que comienza en el Rio de Ja Plata Te organizacién de le sociedad hasta pisar los tiempos ‘moderns. Tres puntos hay alli que estudiar con respecto a su fisiologia: 1° Ja mulitud en sf su organiascién, compesicion y papel en los diversos acontecimientos: 2° los hombres que pro. fwden de ella y son en toda su peicologia, su expresién genting, ‘una proyecciéa individual de su alma y de su genio; 3° los do, minedores de la multitud, los que, surgidos ono de elle, han tenido calidades de cierto orden que les ba permitida domi arly disigirlas y, a veces, transformaras En determinadss circunstancas, una reuntén de hombres po eo caracteres nuevos y distintos de los que individual y ai amente tiene cada uno de ellos. Por una especie de ebdin de In personalidad consclente, que desaparece, diremos st, i day transformada, los sentimientos y las idess de todos tienden f ponerse a un mismo aivel y diapasén, « caminar ea une mis Airecsién, de tal manera que su oryanizado conjunto llega a cons. titir To que se ha llamado al alma de la mulitud, el alma cols » TUE, sungue transtoria, presente carecteres len netos precisos. Cuando esto sucede, la colestividad se convierte en lo que, a fai de expresién mejor, el Ienguaje corviete ha cla: Sificado de turba 0 muchedumbre organisada, multitud psicolé- fica, formando un solo ser sujeto a la ya conocida ley de la unided mental de las muchedumbres? Cualesquiera que sean los individuos que la componen, generelmente de una misma orge ‘mein mental, parecidos © no entre si, por el género de vide ‘que levan, “su cardcter o su inteigencia, por el solo hecho. de ‘star transformados en multitud, adguieren esa alma colectiva 2 Ctl, On Heroes (180), lecture I, page I (People's don). 2 Le Bes, Paycholgie de fates. | roLocts De 1A‘suuterup 3 no se tranaforman en acto ino oe Indivduon organndon ss. La mld ee un ser wlatvamente [ovlsionl consitido de elementos heterogéners en cierto sen. fifo, que por sm stants se nla, como ls ella eundo onstityen un cuerpo vivo y forman al seusiee un ser mee distinc”. Hay en realidad una verdadersacomodacinpsiquia, o que cxplica Ia dnints stain moral del nvidvo después’ que he Seldo del excataseno dl contgio y de In mogesion que expe imenlaba deat de esa prison ocl: si bien iets faci Sere ano mini bn rt un grado que rm vez se enounta en a indus aislad, fo {Pell poe nae ¢ calgon ta impo ae Al inno desonoce depuce que tora si modes sium ‘him do hombre comin. Ipetusiadl que, como se ha dicho, es Sb ise le mdieunirs gue eel ne pore endo Ta sogetn igus! para todon, se exagera a hace Tes proce. Por le sla creunsanin de formar parte de aqua, Hombre descends, = vers, muchos grados en ls ettla de ln civizaién, En tel caso, no dels bosae ai itligenia, nt ‘a, ni nada que fengt algo. qu ver con el guito y sreno Taciocnio, que cl prvlegi del hombre relleivo: es poo in tnt impaso vivo y agresivo, casi animelidad; por eo eh om ccesines, generco y heroin, pero nies memade bata y sn the, Sil hombre maderno de las tosiedades europea, que isla es ello y moderado, te muestra tan birbare cuando consti Imuchedumbre, ya of inginis imo seria las mulitides me leans fonades por eve slamento mie insta y vse, mis fujeo a los entsiasmos y lor heroines de les sere prt fron. Stn muchedumbre europea estan impreioabley seme 2 syost a. mastos cesta fin el soreto fren de la fuerza de inereia que da la eiviliracién scumulada inconscfentemente en el cerebro! ‘Todos los que con més © menos igual estructura, ssieaten dominades por una misma ides o sentisiento, ienden jane ‘arse arrstrados hasta un mismo lugar, hasta una auisina lle, como si la automética orientacién del impulso los gobernara; « proferi las mismas palabras, y lo que es tin més eurioso, hasta fectar igual actitudes, veificar gestos parecidos, cual’ si un hilo elétrico uniera los misculos de todos los rostos, Le emo: ‘in provoca el automatism. Bajo la influencia de un esado de ‘nimo penoso o alegre, la acitud del cuerpo re modifica y tiende igeneralmente a ponerse en flesi6n, en el primer caso, y en exten sin en el segundo. Los musculos del vostro, que ron ios que estén mis préximos a los centros nerviovos eerebrales, y que por ete hnecho seciben ripidamente el reflejo, son los més expresivos en su automatismo.® Basta para comprobarlo analizar les fisonomias de las perso: ‘as fotografindas instenténeamente, cuando consituyen ‘muche- dumbre, y cumdo la emocién de un hecho inesperado las sor- prende. Se comprucba por ese medio que los mismos misculos de Ia cara funcionan al propio tiempo, en el mismo décimo de segundo, en todos los espéctadores de tna gran multitid sujelos '@ anilogas emociones y eun a pesar de su visible heteroge- eldad.” El automatism provocado por las emociones vives es mis 0 smienos acentuado, segin el grado del desenvolvimiento meatal, y neceseriamente de su perfeccionamiento nervioso. Le vide re. fleja es el prvilegio, si asi puede lamarse, de los cerebros primi tives y elementals Bajo la accién de un proceso psicalégico euslguiera, un ni- mero dado de individuos que tengan igual predisposicién, expe- ‘imenta el mismo impolso; wna misma idea surge, inesperada al © ML Ph, Tite, Le fvigue ches ler dies ners 4 Elbuard Cayer, Bsressons de la phonons, ete, (Thien siotocta DE La suesrrD ” 3 parecer, un mismo sentinlento let conmueve la sensibildad, Hee vindolos en parecidas diecriones, Producido un hecho politico social, grande 0 pequefo, se slenten soictedos por una sccreta tendencia a buscarse para sea. tir y moverse en comin, como si el uno aecesitara del comple: ‘mento del otro: moléevlas dispertas antes y que, por obra de est muchas veces insignificante conmocién, van ripidaments @ con- fundire en virtud de la inexplcada y misteriosa ofinidad que Insc tantas cosas grandes en el orden orginico de la vida. Con sumida la faersa aeumuleda en sus recepticnlos motores y sen- tivos, 0 Tenado el propésito que los unia, el encanto se rompe, la separacién se opera, y los que antes habjan sido casi hermarios 0 miran con indiferencis al dia siguiente, 0 se rechassn, como sl se sorprendieran de haberse visto algune vez unidos por cusl- aquier Tazo. No hay més vinealo entre ellos que el tansitorio, aunque vigoroso, que los ha juntado en le comunidad del im: puko general y quo los puede llevar hasta el heroismo o hasta cl crimen, cuando conservan Ia cohesiéa y xesistenca, que es a dluréza en los euerpos. Por peculiares motivos de organizscién rental, fe grupo de personas te siente més conmoride que otro por el prurito de Ie seciin; poste una mayor tendencia a trans formar en movimiento una idea; les cosas morales lo encuentran ‘mis susceptible, y el menor acontecimienta, el més leve rumor, 4que a otros halla indiferentes, lo arroja a él en Ia vivisima pro. ‘urcidn del sonimbulo motor. Constituyen los principales nGcleos dle Ta maltitud: los sensitves, low neuréicos, los individuos eu yos nervios s6lo necesitan que Ie sonsacién’les roce apenas In ‘superficie, para vibrar en un prolongado ge Ja vigorosa impulsividad, que es In caracteristics de todas las rmuchedambres. Por eso éstas son impresionables y veleidosas como las mc jeres apasionadas, puro inconscient; fogosas, pero lenas de Juz fugiz; amantes ante todo de la sensaciin violets, del color ‘del hombre bello y de las grandes que la molkited es sensual, arebatada y llena de ‘el placer de lor sentidos. No raciocina, sents, Es ao syost at, mastos arezia poco inteligente; razona mal, pero imagine mucho y daformes {odo lo quiere grande, empuloso, porque vive en un perpetuo ‘gongorismo moral, ampliando y magnifieindolo todo ea propor. ones megalomaniacas. Enamoreda de Ia leyenda de cuyo color vive, todo se converte entre sus manos en etenta de hadas 0 en fantasas vesinicas; no porque tenga una sensiblidad artstica « facultades esttcas exigentes, sino porque caresiendo del contra: peso de Tas funciones superiores del eepcity, todo Jo enttegs ala sensscién y a la tendencis de supestciosa grandeza, en el sentido bajo de extensiin y superficie, que es lo que concibe #1 Jmaginacin susceptible, ‘La usin, que «2 In gran deformadora de las costs, 7 la ‘lucinacién, que es capaz de rear mundos de Ta nada, aun en el cerebro mie palurdo, son a menudo el recipiente en que terminan sus exaltaciones peculiares. Lo que toma entre sus dedos es para achatarl, estirarlo, deformarlo; por exo veis que de un clavo ex capaz de hacer una espada, de una escoba una erus, y de un val ager canturriador un Macits enamorado y daliente. Cuenta Sten- chal en su libro Z’Amour, quo en las minas de sel de Salzburgo, los muchachos arzojan en las profundidades de los socavones la rama de un drbol deshojado por el invierno; dos o tres meses después Ia retiran cubierta de eristalizaciones brillantes, como st slgin artista misterioso hubiera transformedo equel palo inerte en férea fantasia, No encontris viva analogia en el trabajo de ccistalizacién y arborescenca brilante que produce algunes veces Ja muchedumbre scbre In pobre rama de la mediocridad y de la inopeia? {En las propiedades y vietudes que atibuye al tartufo, fen el ropaje de brillantes colores con que viste los euerpos des. rados.y maculados? {En este arte, en fin, con que colors coronas en eabezes que han usado sombrero, lujosss armadaras 05 que sdlo han Hevaso harapos 0 raidas ‘Yo tengo mi teoria respocto de la composicién de Ix muiktud. ‘Me parece que se necesitan especiales aptitudes morales e inte: lectwales, una peculiar extrutara para alineatse en sus filas, para ‘dentifiarse con ella, sobre todo. Difieo en eso de Le Don y miotocis pe 14 worttua 35 de otros, que piensen que puede constiturls aquel sefor Todo-e ‘Mundo de que hablaba Bonet, cualquiera que sea sa composicion cerebral. Es cirto que en determinados casos sucede, pero por Toque a nosotros respecta, ‘general e2 que este const tuida por individuos anénimos; sin que esto quiera decir que fen contador eatos, personas de clerto nivel, convertidas en mul. titud, no obrasen como tal, sean se vera en el curso de este est dio, Individuos sin nombre representative en ningin sentido, sin fisonomia moral propia: el niimero de la sala de hospital, el Jiombre de le designacién usual en le milcia, és es su elemento El yeradero hombre de la mltitud he sido entre nosotros el in. dividuo humilde, de conciencis equivora, de inteligencia vaga y poco aguda, de sistema nervioso relativamente rudimenterio © Snoducado, que percibe por el seatimiento, que plensa con el co raain y 2 veoes eon el vient; en sume, el hombre euys menta- Tided superior evolucioua letamente, quedando reducida su vida cerebral a las facultades eensitivas. Un hombre instruido, cs de x, que ha almacenado instruecién, puede permanecer hombre de le multtud toda eu vida si no ha tendo fueraasinternas para ero Ieionar. Se ha quedado exclusivamente senstivo, y sensitivo sgrosso modo, que no hay que confandir eon el sensitivo en ef Sento artic, que es sinénimo de delicadera, de rapider y suti- Tidad de percepeién y de regularidad de inloreamabio eon los aps: ratos de arriba ‘Para que haya mullitud, et menester que exists, pues, com nidad de estracturs, cierta faclided de contagio, favorecida por ‘analogies fisiolgiens,cieria inminenoia moral, para que produ- ids une impresién, todos la reciban con igual intensidad trascendencia. Tal es Ia rasén por la cual se observa que, sin neossided de contacto masterial, 22 exablece entre sus compo neater la répida uniformided, el andlogo y general impulso que les reine y, como dije ya, Ios leva a la acc, en una direceén ‘comiin a un taismo pusto, y tal vex, sin sospecharlo, por el mis- ‘mo caming, Ahora, cuando ea un ambiente propicto hey con ‘acto matorial,roce de sus valencias morales, enlonces su fuerza de expmnsiin estalla como una mezcla explesiva, y Ia malitad 36 sosé at. manos rata se organiza mis formidable y amenatadors, ‘iene ati ln homoge neidad de una orquesta: de todas exas voces reunidas, con sus tin bres diferentes sin significcién particular, “surge la vox de un solo ser que canta su sentimiento y que truens eu pesién vibrante ‘su odio agresivo”. 2Por qué la multitud soré alterativamente birbara o heroics, sanguinaria o pindosa a la ver? Por qué una misma muche. ddumbre, y en virtud de qué eausas que nos sseapan, es aqui te meraria y arrojada, llé pusilinime y eobarde?... Debe pasar fen ella algo de lo que acontece en los cverpos: que sis propi dades resultan de Ta arquitectra de las moléculas: disimetias roraes, anilogas a las moleculares descubiertas por Pasteur. Los cidos tirtricos, para tomar el primer ejemplo” que viene a ls pluma, son cuatro; todos poseen iguales propicdades quimicas y 9s, los productos de descomposicién y la estructura son com pletamente idéntices, y sin embargo, uno deavia Ia loz polasizada 8 la derecha, otro hacia la inquierda, el tercero es inactive, pero puede desdoblarse en los dos primeres, y el timo también es inactivo y no puede desdoblarse. Le Bel y Van THoft explica- ron el hecho eon precisién diciendo que las disimetrias de las suby taneias dependian de la diversa coloestiin de los tomes que ‘constituyen sus moléeul ‘Los hombres también se combinan para formar Ia maltiua, como las moléculas para constituir los enerpos. Exite, indada Dlemente, una aiomicidad moral, como la capacklad de satura in de fos tomos que limita sus valencias, Hay hombres de po- x afinidad, que viven, o como el guia ljos dela tierra, 0 como tun misintropo lejos de la sociedad: no se confunden asocian on nadie, 0 lo hacen eon muy pocos; sa atomicidad es escasa, Porque se saturan pronto, Las wltimas pariculas de los cuerpos, que lamamos stomos, no tienen todas el mismo valor de com: Dinaciéns un tomo de potas, por ejemplo, se une a uno de cloro, para formar wn clorure; uno de plomo toma dos de cero; uno de antimonio toma tre y puede tomar hasta cinco. Esta ‘aptitd diversa que presentan Tos cuerpos simples para formar ‘combinaciones miso menos compl Ss ioLocts pe 1A axuxnzuD 3 ¥ que debe ser considereda como une propiedad particular, la ‘ionen los hombres entre si para tniree y asocarse de cirta pee ‘A exe hombre de las multitudes deberfamos mis bien lamarle el hombrecorbono, porque ea el orden politica o social deem pefia, por su fuerza de afinidad, la funeiones de aquél en la me- ‘iniea de los euerpos orginices. La afinidad del earbono por st ceongévere, tal es la causa de le varleded infinits, de In mulitad Jnmense de transformaciones del carbono, como la del hombre por sus iguales, para formar simples grupos unas veoes, verda- eras multitudes, otras, Nadie posee como al la fecuted matic el elemento carbono, esa Facultad que tienen sus Stomos de wniree ¥y remacharse los unos a Toe otros, para engendrar organisms tan variables en su forma, en sus dimensiones, en su solides® El calor de la pasién, la iritabildad que despierta un rentimiento hherido, el ardiente estimulo de Ie lucha, aumentan su sfinidad y Jas valencias dal contagio, como un flojo de chispas clétricas ol efluvio de la descarga obscura puede determinar combina ones entre tomes que permanecen sin acciin los unoe sabre Tos otros, en ls co Esa es, en brevisimo resumen, la fconomia de la multud ‘Més adelante eremos ampiaciones que son indisponsables ‘que complelsria eu inteessnte biologi, A, Wars, Le thiorieetaminu, CAPITULO VI ‘LA MULTITUD DE LAS TIRANIAS Sonam; Dieeniss bccn eatze Ins multe dels cindads y las de Tas camps. imp ca agitan Tat intra en ol ecucen Ge tenancipscién. Condiciones idigene dole peimers, La dese ml far, Chmo opera pare dealt y vigrear (nde los leet y eter 1a de inp edd, Peclaridadr do ertrary eles piers} put eos inpern.Yormadén del cao. Pussogin del setae” La ‘etude Tos iranian, Cis se tatforman en liad ls elos ‘egelares”Superirdad bills dele mochedusies del tor fare clin poles y sliciea.Rsasy los Uranaor atten Suptiordad de ‘null y rufa de ston Carktt dea lncha ons Ta eee Condiciones fisioligicas especiales fecilitaron a le multitud Ae los campos el ascendiente que aduitieron en los afcs pote- ores de la revoluctén, Las multitudes de donde selieron Art as, Ramirez, Rosas, Quiroga y todos los dems caudill dife- an antropolégicamente de las que se forman en las ciudades Yen Ia eampifa cireunvesine o suburbana, diremos asi, para di Finguinla de aquéll, mucho més alejada do los cntros poblados; Y por consiguiente mis bérbara y montarez. La de las capitals, fue Ia autora de la emencipacién. Mientras sus recursor ys fogreas se agotan en esa guerra, las cervles bandadas de la pam: pa y soledades del ltoral se reproducea silenciosamente, como los leporidos, en el medio fecundo de su vida libre y sin leyes En las grandes batallas do le Defensa, en'Suipacha, Sel ‘Tueunéa, Montevideo y Paraguay, ee desangra hasta ls anemia, Yy s0 extingue aquéla, en la fatigza irremediable que Te produce tanto esfuerzo. Luego so desparrama y se disuelve en los ejée 1 SULETEU DE Las mmastas 153 sitos de Chile, del Per y de Colombia: Mendors, San Juan y Sen Luis quedaron casi despoblades, después de la remonta del celéreito de los Andes, en 1819. San Luis, solo, contribayé con 2.185 soldados, de los cusles aul proximatente eran slteros, vic lides y por eonsigulentefisicamente aptos para Ia reproduceién.? En es proporcién las damés, que sélo se reservaron los que lt seleccidn militar habia rechazado por poco aptos para evar las ‘armas, arrostrar los pligros de la intemperie las inclemencias de las guerra, euyos rigores demandaban extremads resistenla, De ahi resullan las poblaciones ftizadas que aunque nerviosas Y alerts, nada pueden contra la debildad irritable del terror cL continuo deszeste de una senshilidad usade con abusiva pro- ‘gala, a seleccién militar de las guerras de Ia, emancipacién pre para el triunfo y predominio de las multitudes campesinas que Tuogo se erstaliza en la gran tirenie de don Juan Manuel. Calelo en mas do einticinco mil hombres hibiles, y en plena virilidad, los que davante In guerra de In independencia hasta el aio diez Yy nuove, mis o menos, hn muerto en les betallas y combates contra los espafioles, 0 que han deseriado 0 abandonado las ci ddedes por temor al servicio, Y si se tiene presente que segin el eenso del virrey Vert en 1778, la ciudad de Buenos Aires zo contsba arriba de 21.000 elmas, cfre que en 1801 ascendia, egin lo computaha exageradamente Azara, 40,000, que en 1810 el eenso que mandé lovantar Moreno, silo srrojaba 55.000, alinas, si se tenen en cuenta —decfa— todos esos daton,fcilmen: te se verin las proporciones que afectara la seleccién militar ejer- ida casi exclsivameate sobre las eiudades y los suburbios. ‘Mientras tanto, las agrupaciones del litoral y fronterias, de donde van 2 surgir ls muliudes de la anarquta, estin ajenas ‘8 exe proceso selestive, aunque, como vamos a ver més ade- ante, sujeas otros, que lejos de invalidarlas, mis bien las vigorza 1 Budo de alisumieno general presenado pore! gobernior Dupay, Lopes, tomo Vill, pi. 26 ast sos 26, mass scsi En al silencio del dilatado campo y del monte inipenetrable, ‘en In zona miloyenne on que vivian, otcilando entre el indlo en ‘completo salvajiamo y el habitante de la hibrida rancher tarde y vagamente empieza a partcipar del remoto iflajo de la ciudad, comienzan aquellas su répido.y hasta exuberante desen- volvimiento. Las tribus de Minaanes, Charrias, Jaro, et. n0 26 extinguen en el verdadero sentido fisioligion de la palabra, del mismo modo que no se pierde el oxigeno y el hidrogeno al trens- formarse en agua, bajo la accién de una corrente elétrcs. Tox das las montoneras (su mayoria por lo menos), si no procedian Go ali por lena transformacién biolbgies,tenfan in duda el dejo sore de Ia influencia de esa sangre. Sus borracheras homérias, Je igualdad sin clases, sus armas y el odio Ta ciudad, residen- ia del extranjero, es decir, del espaol, su color y hasta el tipo de su barbs, de su mane, de su ple, finalmente multtud de otros ‘earacteres sociles y antropolégics, etaban revelando su comin rigen? Se parecian como se parece la alfareria de los Minus nes a la de los Charvias porque proceden de una misma mano “Grupos embrionarios de choras sin més contacto con el smundo de los vivos que los indios Tapes y Taqueses de las el ‘vas dal Yuquery” —en cuya esperara se refugiaba extra y nic ‘merosa poblacin, daban al eundro el eardcter tan peculiar que Ilamé la atencién del eurioso Martigny. Por una o por otra razén, la turba aventurera y antisocial Inui ‘de los centros poblados 2 los campos, donde formaba mea- clas y mestizaciones helerogéneas con las indiadasturbulentas con Jas cuales mantenfan freeuente contacto, Loe desslmados monta- aces de las islas, en el enmaraiado. suelo de lee cuales no hhabian penetrado jamés las leyes niles autoridades cviles del ‘égimen colonial, hacian el pendant condigno de aquel otro cua- fro de la, naturaleza primitive. Les gentes que hebitaban las ceasuchas de paje y de construccién prebistérea que se agrup 2 Vea: L. B/ Manin, Apanes Kites sobre le peace de Baie ‘lay, oma, ps. P Ba Hsia dla Domine Sopa {La MULEHTUD Og LAs TmRANLAS 155 han en exasaldess,Heraben como todas las dems de ou especie, isladas en al inculto desarto de las tes regiones litraley una vida vegeativa y slvaje® Fl desemparo y la pobreza, teafan a todo cl pais sujeto al miedo y a la humillacién, y bajo esa atméstera deprsivs, degradadas Iss costumbres, incierta In propiedad, tem: bloross ¢ inerme le familia, si familia podia Wamarse aquel vivir irregular de la poligamia pampeana, se habia extingwid, poco a poco, todo desello de civiliseién y de orden. Segin un ‘istingulde publicists argentino, cuya perepicecia y preparacion son tan notoras, las masas incultas y hareposas, de donde debia Surgir el especto sangriento de la anarguée, se componian de wn derivado de las antiguas tribus Cuenoas y Charras, Guayeuries y Tapes, meseladas con geuchos meatizos tan salvajes como ella y deligados por entero del tipo europeo puro introducido por la conguista Hasta 1810, las leyes civles y administativas del régimen colonial no habian tenido tiempo de penctrar en tan va tisimas y enmaraiadas regiones que forman las fronteras de Co- rrienies, Entre Rios y el Estado Oriental, en el Paraguay y el Bra SL La propiedad civil no era respetada, ni siquiera conocida Femotamente; les tiertas careoian de desindes y eada uno poseia, Js que piraba hasta que otro més fuerte e la quitara’ ‘Da manera que se formé alli una poblacién completamente special, casi autéctona, porque se desenvolié sin contacto al: ‘guno con la ya exangle civilizacién de lav cludades; eran como ‘otro pais, como dos raras distintas que se jgnoraban les unas 2 las otras, por el alejamiento eolosal en que Tos tenia la absolata falia de viabilidad en campos extenssimes. Hoy mismo uno se asombra de que haya entre centros distintos de la repiblia, ta tos cients de leguas de tierras, cuyo seno ignoramos, a pesar de nuestros tlégeafos y ferrocarriles, jCémo estarian entances, en ‘que para salvar Ia distancia entre Cérdebs y Buenos Aires, neve 3 V.F, Lips Historie de le Rewlucién Argentina, tomo Vl, pH, 4-V.P. Lape, Historia dele Reeluin Argenting, ta Vs pip. 12 8 Viase también Prascaco Bou, Hitara de Dominaclén Bipaieta en el Uragucy; Lip, loo, cen 12. 156 rosé on. mancos ateyta sitibanse meses enleros? Asi se explica cfimo pudieron ser tan fexéticas, para las cludades, esas muchedumbres que. parecian Inaber brotado de entre la maleza de los eampos, a tal punto se ignoraban reciprocamente. Asi también se expliea que st siluta se confundiera con razén en le imaginaeién del eludadano, con Ta de las indiadas salvajes, En una memoris preventada a Ja sociedad de Antropologie de Paris, Durand (de Gros) puso en evidencia Ia diferencia de Indice celitico de los urbanoe y de los campesinos en lot depa. tamentos de Rode, Vilefanche, Millay Saint-Afciqu. El autor de ese descabrimiento cameti, como observa M. G. de Lapougue, um error buseando Ia interpretacin del fenémend en unt influencia doliocefalizante de la vida urbane, pero com ‘mayor estudio legé después, y al mismo tempo que Ammon y Lapougue, a descubrir la causa verdaders, es deci, le seleccién® Naturalmente, cuanto mis alejada del contacto utbuno sea esa Vide selvitica, mis grande seré la diferencia entre embas, La ineligencia tiene que ser necesariamente més torpe y erepuscu- lar, y todo lo que para el cludedano es claro, para aquél e ture big y confuso. ‘Calori hizo afos después, en Italia, observaciones ‘dénticas sobre la diferencia de indice de Tas poblaciones urbenas y rurales’ Jacobi indic6 bien cleramente también (1881) la in. ‘eneia selectiva de las ciudades. Para qué insstir més. Si esta diferencia existe entre individuos y poblaciones que, por la es- trechez del terrtorio puede devine que se tocan, jcusn grande no seria entre pueblos, que, separados por inmeasos territorfos Alesietos © inzcesibes, no estaben jamés en contacto! El aduar ¥ Ia tribu, con sus gritrias y sus desnudeces ingenuas, el meil el hombre prehistérico, era eoncretando In organizaciin de los litorales en esa época y on esas regiones tan inaccesibles a la planta efvilizadors del europeo, Sujetos a las mismas loyes que otros pueblos y otzesteibus, & Lapougu, Let lis fondomentlr de la dnthopoSeleere. Rese Seinaiane, sabes 0 de 19 4 Archi per Péntbropctoia, XVI, 218, 1A MOEZITUD DE LAs TIRANTAS 157 cuye betsln es eoacia leita que bservtte en fs Ion mis tio fenmence ‘No habiendoeostmbres nc wi cre > do la palabra, nl contol roc nt naa qua sa ln pelos, Ie remand el desordny ne por bern sno por ign: tania, debe str grande teceusiimene A us dian eas rupees ev vigor ysl dara dea nail extaor Shue, el mejoramieto del foo ye ealdad de at enpuje mae al?” A lsum eyes qu rgya para ts, pueat ot etl {kd do coicionn, La fcundidad elle ado Is txrsrdnnia ‘aed que lama i sein de Son Fax de ‘ears, poo tu dian paliggo ala nal lina argon ty oe a fsa dvs nee dl ote de Ay, oe cre connor nee somo is he te queen expeitnessengriensnprodacen, pon en palo in cluain europe, cone ea nism Teinpongs wa poelice y su ares mis acnlles® {Sed cst, como die Into de Lntroptoie ela soncs pte us dealt ve dn los bitberos dt porveny pro no lt btbarn de noble faa, come gerne, sow fr deretre pole de la Secon nse eee sas gers nies aes ee) oS ee eee ee ee eee nn ee ee eee ae oe 1G, Vacher de Lapeuse, Selections veils, 158 ost at. naios west virtud de Ta adelfogamia reglamenteda; y Ia sociedad caldea ha ‘uzado tanto mis por el mismo motive! Entre nosotros, las masss la practicaban por groseria de es tructura, mis que siguiendo un propésito politicos pero el resul: tudo era el mismo; la conservacién de cietiasealidades de vigor fisico y de cardcter para la guerra y las szarosts peregrinacio: nes que las lovaban de un extremo otro del teritorio. Ade- ‘mis, una selecoi6n favorable dabsles més supetioridad fsica to davia frente a le debilided progrosiva que la scleosion militar ‘ha produciendo en el hombre de las eiudades, Los j6venes defec tuosos, por ejemplo, que son mis comunes en estas altimas; los débiles y de nutriciin hereditariamente insuiciente y que consti- tuyen un factor tan importante en la excesiva morbilidad de los grandes centros urbenos, no se conoefan en las provincias més salvajes; el nifo que af egaba a I juventud, era porque habi tenido un caudal sulieiente de vigor pars resistc las vcisitudes de una existencia en que la alimentacién ex desigual y las fat gas y privaciones sin nimero. Ese vida semibirbars, expone al hhombre « Is humedad, a la Havia y al soplo de loe viens hela: dos; los individuos pobres © mediansmente comatituidos, que el scar protegis hasta Ia edad en que era menester carger las armas Y pelear con el tigre o con el toro alzado, pereian ripidamente ‘agobiados por ls Tach El estudio de Ins tribus de Ia América del Norte, hecho con cierto criterio cienttico, ha demostrado la enorme’ mortlided infantil experimentada antes de poder stminister la dite de los {guerreros necesarios para el mantenimiento de Ia tribu2® Ast y todo, jeuil seri su fecundidad evando In natelided permita el desenvolvimiento casi prodigioso de tales poblaciones? El estu- dio hecho en los Fidjianos, pueblo también muy belicaso, ha de- ‘nostro resultados parecidos, y en una gran pate del Africa los cexploradores han palpado los efectos de la selecién ejercida en trande escala, Las probabilidades de vivir estin en ravin directa © Miaper, Areisopiedeypienne 1 Darwia, La decendece de homme 1 aULTHFUD DE Las Tatas 159 el vigor fisico y de Ine. aptitudes belicoses y silo legan a la edad de ln reproguotién, lw que pretentan un sentmen® a ox diciones favorables y las probubilidades do adquirie una o mis ‘aujeres, igualmente bellas y fisicemente eptas* lo que asegura tuna posteridad vigorose. De manera que, no siendo ejerida la fancién reproductora sing por el mejor elegido en la mayoria de loe casos, la raza debia clevarse a una altura en que las eausas de deteriorinacién Inherentes al género de vida que levaban, sélo influirian con sus compensaciones regulares. El més diesto en el caballo, el mis sguapo y atrevido en la pelea singular, el mis gaucho, como se Alecia enlonces, sindo el que mejores mozas conguistebs, era el ‘que aseguraba mejor la perpeuilad y vigor de su raza: Ia elec: cin tenia un doble efecto, porque los individuos defectuosos de ‘aparecian sin heberse repreducido; y los mejores, colocados en condiciones que les aseguraban una posteridad tanto mis ebus- dante cuanto. que sus propias cuslidades materiales los elevaban por encima de las eontingenciasmutrtivas, Y se me ocurre preguntar: ;e50s hérberos fiicamente tan vigorosos en si musculature de hierro, no sportaron 1 contin: agente de sangre aséptica a las ciudedes exhausts, en las que la rayoria de ellos aabé después sus peregrinaciones accidentadas? 'No tengo documentaciu suficiente, no ya para recalver tan arduo problema de antropologia, pero ni siquiera para estu- iarlo con la suficiente profundidad. Pero verosimilmente, en lo ‘que respecta al fisieo, fueron, en parte, nuestros atcendientes Gini 0s como el piteantropus lo fue del hombre en edades remots. CCreunstancias especialis de medio y de época, produjeron #4 apa in: luego, cuando aquéllas cambiaron introduciendo condi- ones biologieas que les hiciera le edaptacién imposible, derapa retieron. A Tn geografie jurisien corresponde, como se sabe, It ‘una y le flora jurisica y a la disposicién mederaa del globo, Ja fauna y la flora modernas: eso por demasiado sabido es vulear En el intervalo, las transformaciones del medio y de las coudi- 2M Vea: Vacher de Lapougut, lo. et, pe, 20 160 sosé a8, manos asia . ‘ones de vide, han trafdo incesantes sustituciones, la. decadencia de las unas, el desarrollo de las otras. La extineién de los gram des souros juréscos ha precedido a lade las formas que nosotros Fhemos reemplazado, lo mismo que verosimilmente a nuestra vista fe forman les que un dia nos reemplazarin a nosctros.® so gran movimiento y entrevero de las meses vo, por tre parte, algo de Ia influenciz de las descargas elictricas y Je Jas grandes convulsiones de la atmésfer, tal vex la acc isi famente purficadora de los imponentes trastornot del mundo primitiv. El eiclin que sacude las capes profundas del ambien: fe, como el fro y penatrante viento que sopla de los deserts, trayendo toda la pureza perfumada de sus soledades, es un agente cticaz de renovacién vital en el alma de ese aire perezoso y que le parece a uno somnoliento, cuando rodes 2 las eiudades en un abrazo asfixiante. La Europa suministra genershnente poco va- por de agua a su atmésfera, ol aire que la cubre necesita que las grandes corientes se lo traigan del ootano como una bendl- idn, y ea su trayecto, si no en sit origen mismo, esos colossles ‘movimientos encuentran circunstancias propiiss que le imprimen Te ogitacin y la vida. ara ver las corrieutes saladables del sud- este llegan sus costas, dice Davy, sin haber experimentado Ta accién do tormentas y borrascas antes de legar ali, Exte periodo de nusstra evolucién tiene exe mérito, 0 mejor dicho, esa earacteritioa politica: incorpora considerables masas al sentimiento de la nacionalidad a que eran ajenas hesta enton- ees. Le anarguia desempedS wna doble funcién en nuestra eco: noma social: determiné por el choque y los contactos que son conoid, tan saludable asimilaciin y rovalvié todo el fondo ve- husto determinando el movimiento de transformacién que lo hizo en parte desoparecer. En las regiones da América en donde no se produjo, se ve que ain conservan en todas sus instituciones Yy en las costumbres Ia fisonomia colonial que les es ten pecaliar todavia, 4 ML, Sevoden, Reowe Siege jlo de 1097, n 2 14 aULeiTU DE Las snawias iL ‘al es, Hgeramente esbozada, le estructura de les poblaio- res en que se formé la mutitd de las trans. Las indiadas consituian, puede decise, su tejido conjuntco, cuyas facultades nutriivas daban a la multitud tan especial ac: pecto; eran el elemento bullicioso y-andarieyo, y por una de ftor asociaciones a la manera microbiana, duplicaban su viru: Tencia y le excesva tendencia deambulatoria que es la peeuliai dad de la tribu. Cuando se pusiaron por primers ver en contecto ‘on ls poblaciones semicultas, ninguno tenia Wes de nada y los rue la poseian elemental, la habian casi perdido al contacio de fquel medio barbarizado, en donde de alos ateis pernoctabes Poseian apenas une vaga nocién de In independencia, 2 cayas Tuchas fueron ajenos: y cuando en sus primeras corzenias lega- ron a eruzar sus armas con las tropas de las eiudades, creyeron pelenr contra los soldados del legendario preboste eal ji fiero del rey, que muchos de ellos habfan conocido en épora remota, y que de ver en cuando “aparesia por las sends y en crucijadas del pas, ahorcendo bandidos salleadores segin = Tbuen entender y juzgae”. No tenlan, por otra parte, ni el mis PPequefio centimiento de la nacionalidad, ni menos, pera qué te- Delile, idea de aguel famostsimo gobierno federativo que esc tores evanzados, por no llamarles con otro nombre, les han atri- Dude. Menos habian de conocer, por consiguient, los colores dela bandera nacional, simbolo por el cual hasta el mismo Rosas, ‘que lo transforms sacrlegamente, no tuvieron ol menor respeto. Recuérdese, en prutba de esto, que ba sido posteronmente pecu- ide de Ts multitades de este periodo, a ereacién de handeras y libaros extravagantes que han desapsresida despuis. Artigas fre6 uno con grandes franjas coloradas, Quiroga otro con cala- veres blancas en finebre fondo negro, y Rosss, uno mis extraio an, que puso en manos del viejo Bruno para que lo iara como insignia frente » Montevideo. Cémo se puseron ea contacto con los centros pabledos? Qué fuerza 0 qué propésito grande © pequefo las empojé ha ia ellos? Principian por las grandes corridas de avestruces, que en la 182 José at, Rantos atest ida dal campesino trajinante, constituyen un sabraso entreten Imiento cuando se verifian en alegres partidas de veinte y de treinta camaradas, Luego las batides de animales vacunos y yer guarizos on mayor escala, no silo como diversia, en las que Toman parte numerossimas partidas parecdas a ejéreites por su magnitud, sino también como negocio Iueretivo y medi ‘mental de vivir. Las cuereadas asolan mais adelante las es cis, que el Pacto de Octubre habia dejado bajo la jurisdic el gobernador militar de Montevideo, dando abundante cosecha a vagabunda turba, que va, cada ver mis, aeredndose al eater fo o a la choceria fronteria, medio abandonados, Comienzen ali su codicia y sus sérdidos apetitos a peribir las frueiones an- ticipadas del saqueo; despiértaae luego en el cerebro embotado nuevas sensiciones y necesidades en presencia de loe vinos y de los licores violontamente estimulantes para aquellas sensib ‘dades poco eercitdas; los trapos con exceso coloreades, los sombreros pintorescos, las camisetas y chiripaes novedosos, y la variada orfebreri, que lena de metales falaces cl cuerpo, pue bila la imaginacién del campesino de imigenes de poderio y de riquezas magnifices, que scaben por despertar en su_atolon rads mente, la tendencia que los precipita sobre las ciudades 2Propésitos politicos? —gTostintos oscuros, vagas aspiracio. nes de organtzacién, como fue instinto el de Ine otras multtu- des por Ia independencia? Nada de eso. Simples correrias de vagos y bohemios, que se convierten en multtud inconsciente después; jy sl hicieron alguna vex prosa sin saber, defendiendo laine, como lamaha el coronel Herefié.a las gracionas tendencies federales de Remi ree, fue por Iss mismas razones que Facundo Quiroga ce echS la calle sable en mano para defender la religin eatélica que nadie ateeaba! Conocido el camino y puestos incidentalmente en contacto ‘con los pueblos de adeniro, las multitudes comsienean m orga arse, El més caracterizado envia su mensaje al rancho inme- ‘into para solicitar al paisano y © sus hijos, dos, tres, 0 los que puedan concucrir; éte, a su compadre 0 aparcero, que no 1A MULETTUD DE LAS sinanias 163, dist una legua de su casa y que por gratitud de regalos y prés tamos de cabalos © de otra cost, se siente movido a acomp Farle. A ellos se reine el hijo mayor o el sobrino de otro vectno fronterizo, el acarreador que vage por la eomatea sin oeupacion eonocida y las hombres tin trabajo y sin objetivo ea la vida, estimulados por Ta grata perspectiva de la tropilite de eaballos ‘ajanos, que en tiompos turbios andan errantes y sin duos exi- gentes; en seguida se agregan los que por algin otro motivo tienen que salir del pago, los que sienten el aguijén de su espi- itu aventurero, los cuatreros y los que desean andar por nece- sided de sus misculos, los desertores y los inconsclentes, por Seguit los otros que ton tus amigos, sus parienter 0 simple- ‘mente conocidos: obedecen al impulso que paulatinamente va rmoviendo a cada ano, Caminan juntos Comunicéndose las ime presiones y estableciendo un principio de comunidad; el alimea- {fo que uno obtene lo comperte con el otro: del agua que con: fgve con trabsjo un desconocido de todos, partcipan muchos, lo que establece un vinculo y un superioridad; asi va naclendo Ja comunidad del hambre, de la sed, de todas las emociones ele- rmantales, que esteblecerd mis tarde Ia solidarided general que hace hacerlos hasta cierto punto indesructibes TTodos van empujados por méviles puramente personales, pa- Sones estrecha, nectsidades urgentes de la vida, pequedon seni rientos hosiles o simpiticos, impulses que en ls mayoria de los fsaoe nacen de cat alma medular que, con un poco de compli: tidad de las mis bajas esferas cerebrales, hacen del hombre, en Aeterminadas circunstancias, el eninal razonador de que habiabs Pfugger. Ninguno sabe, ni el pais en que vive, ni Ie forma de gobierno que lo rige, ni si el hombre que lo mands es espaol © turco, rey, presidente, director o triunviro, Ninguno conoce jefe ° eaudilo todavia, autorided alguna que lo obligue, pensamiento que se cleve un poco por sobre las necesidades clementales de Ja vide infr-corticl y que lo eche en un partido més bien que en otro. Y, por fin, ninguno pregunta a dnde van y a qué, porque fl que anda detrés va sigulendo al de adelante por alguns de ls zones expuestas; Ios dos, al que va a su cabecers, y todos, la 164 Jost au, manos stein secrete atraceién del pobledo, de Ia estancia ric, de la pulperia tentadora que con brazos abiertos en Ins soledades del desierto Jes brinda los primeros sabores de Ia cvilizactén, las primeras sugestiones en Ia charla aptitosa de todos los di. Ast van en grosindose los grupos y distibuyéndose recfprocamente los ele rmantos morales de la difundida sugeston, que discuriendo des. puts por los grupos més grandes aprietan los vinoulos que més tarde van e consituir el alma coleetiva de la mulitud Lo que lamarfamos Ia filogenia del eaudille, © menear, es centonces cosa sencilla. Ta superioridad comiensa establecerse por ls de circunstancias fortuitas y casuals; por la posestin de cali- des muchas veces puerles e insignificantes, Se pricipia por tener un buen eaballo, o muchos buenos eaballos de carrera y de paseo; ese eaballo y ete jinote ideal que hablan tanto al sen- tido plistico elemental del gaucho, y que le sugiere, aunque vega, ls sensacion esteeoseSpiea de la magnitud, djéndele apreciar de sierta manera particular la visién de bulto y sus goces pecaia: ves. Luego, cumdo se tiene un especto hermoso,-o cuando menos fisicamente’promineate y lamativo, el buen eaballo completa Ia ‘mpresién escltaral que’ aquélla produce y que encierra para cllos la verdadera ides de superiorided, Pasa en Ia retina de la agente inedueada, con el color muy vivo, lo que con la. vision ‘tereosedpica: que le desporta sensaciones agradables ideas de arandezas y do plenitd (el megslomaniace viste de vivos colo ‘res como el salvaje). Prodticese, al parecer, un screcentamiento de ta claridad, por To que las sombras y los rasgos oscaros per ‘manecen relativamenteatrés; la impresién de volumen y eapesor ssumenta sl transmitirse al receptor defintiva en la cotteza de Ia sireunvolueién oespital, y lo que es como dos, ee recibe alli ‘como sels, porque falta exe control intelectual que transite 1a ‘mpresién’y reduce la seneasién e sus verdaderas proporciones, Aalejando en lo_posible le slusién éptica, que es en el primer aso frocente!® presencia 1 Vea: Hint Love plastioue 1 MULETYUD DE LAs smanias 165 Los que conocen a fondo lo que ers Ta vida en los campos ce tiempos en que el inolvidable don Francisco no habia surgido ain eomo producto de la hibridacfén moral del napalitano y del gaucho, sabrin aquilatar la importancie que tendris.entonees pra la mulkiutd esa cireunstancia, al parecer puerl, de tener los mejores eaballos, de ser un artiste en el lazo y en las bolas y de poseer prendas de mucho valor en el trje yen el apera. La ida del alr penenl y delirious bblidedey, sarge de ali, porque se supone que aquel flix posecdor Ins ha abtenido por medios violenlos o por dadivas de In suerte, que es deidad poderocisima y supersticiosemente aorada por la multitud; toda ver que I idea del trabajo y del ahorro no entra en su czrebro por ningin resquicio, y puesto que es aquél el medio inieo que ellos eoneiben para obteneria. Tie imaginacién, de suyo poeri, y, naturalmente, exaltada, ‘agrega un poco de ey cosecha; la visiém alvcinada, ve de oro los hotones de compasicin del rico tirador, las zarandsjas de la co- poss ferreteria de su traje;y In fantasia, eon otro poco de temor y de viveza ereadora, le atribuye hechos y cosas que per- tenecen a otro y que él no ha pensado realizar, Intenciones vivesas en donde no hay sino estrily callado reposo de su flaca alicia. Si a esto se agrege que el Hombre sex un poco de cali. dled, 0 como don Juan Manuel nio decentey vico, eunque, como 41, Sin asomo de valor personal, la dominactin’y van como un médano ereciendo, mo por obra propi cl acarreo de les auras populares que scumulan caprichosamente los estratos de Ia falst montada. Lo demés lo verifica Ix costam- bre, que concluye por consagrarl; el hébito scabs por adeaiar en ol cerebro cl nimero de oélilas neosaris para esa inconscien- ca dal sentimiento.y de la inteligencia, y asi como el clétigo ‘que hece teinta fies que dice dos mists diarias, tiene el auto- ‘matismo de la uncién y del fervor oportano, hesta con teraura de vor y miradas de contriciin, aun euand los territorioe cere bales de la conciencia andea por lejanos y contradictorios pen- samientos, asi también le multitud admire por eostumbre, obe ece y se somete, porque la repeticin de actos iguales Te han 166 rosé a4, manos esta creado el mecanismo reflejo de le obediencia y de Ta. admirs- Usa misma operaciin repetida a menudo, ensefia la Fisio (9, trazando un eamino determinado en el sis Tas inctaciones del mismo género. Al contrario, largo tiampo sin realizar esta operacién, ciertas partes de la senda trazada se destrayen por el repoco, el hibito se pierde y al olvido se pronuncia. ‘Al legar a clerta altura In sugestin comienss & venir tam- biga del caudillo hacia Ia multitud. Pero la corriente reciproca, e una ley constante en su circulaciéu que pocss veces se infringe. En otras ocasiones, ella e establee de la multtad be ia el cauillo, sobre todo evando éete apenas comienza a sero y 1 formarse; y con frecuencia acontece que persiste durante todo dl cielo de su accién sin que It reeiproca tenga lugar. Entonces mple instrumeato pasivo, porque Ia ausencia dd facultades sugestivas y de otras cose, lo hace ineste para la sirculacién de retorno, Esta ley que. pascha con Liniers y con Belgrano, dos instramentos completamente déciles, desprovistos de 2, espfritus demasiado simples y con ribetes de una ‘abulia visible en el carécter, para poder devolver transformado lo que recibian de la muchedumbre, Cuando ésta le retiré al pric mero sus poderes, dejé de ser su idolo y su héroe para conver tirse em el eandoroso mairtir de una tragedia en que llevé le parte menos lucide. Belgrano fue el simbélico instrumento del heros mo de la maltitud en Salta y Tueumin; pero ast que ésta co- rmienza’a dejar de serlo, para convertirse en ejrcito, se estrella ileapugio y Ayohume, demostrendo que en Tae primerae in tervino alguna fuerza que no ers sa talento nisi etraegia, sino el alma calurosa de aquélla. Con Rosas sucedia Io con: trario, circunstancia que eslablece su superioridad como eau ilo: data ale mld y rin dels elite era ‘completo. Por otra parte, lat grandes y vacias frases cortientes en las ‘pocas de convulsién con las que se perturban tento la concien- cia y el buen gust, y en que se ‘raga sin mascar, ayedan Ia obra 14 MOLETTUD DE 14s miRanlas 167 el eaudillo y mantienen encantada, quiero decir hipnoizade, a It multitud, cuando se sabe hacer de tan migieo jnstrumento un uso conveniente. Las frates que para ella tenen tanto jugo, y que vienen circulando en el documento oficial, en el periédien en la nota lens de rasgos de plums, hirientes para la imaginacién del pobre juez de pas, 0 del risticn comandante del campo en la proclama insubstancial, pero de una Iteratura ocilando entre fl melodrama y I aleluya, e insinuaban rampantes y eautelosas fen aquellos bajos fondos intelectusles, como en su propia que- teacia, Tocqueville hace notar en una de sus obras, que el tr hajo del Consulado y- del Imperio habia consistido, sobre todo, fen disfrazar con palabras nuevas ln mejor parte do les institu clones del pasado, es decs, reemplazar palabras que evocan fi ‘es imagenes en in mente de las muchedumbres, por otras, caya hovedad y exotiamo impiden toda operacién de critica intelec tua, La Tieratura de lot eaudillos de las tianias, consist en fveaterlas para disimular Ia vaciedad de propéstos el mismo tiempo que engafarla con el brillo de sus oropeles, impresio- ‘nindola con cierto sabor cxbalitco sugestivo. Como’ e menudo cede que ni el mismo inventor las entende, paresfan tener mé- tito oculte, eomo a modo de conjures, de ua valor moral tras- fendente para la mediocre Tucider de ex expritu: asi es que feumda una frase o una palabra, como la sente jederacin, ef protector de las pusblos libres, el humor perturbedor de le pol tion de Toe uniarios,prendia en el campo propicio de la compla- lente eredulidad general, el éxito estaba stegurado, Un dia del afo 1840 (no recuerdo fijamente cuil), el juer dle paz de Sen Vicente, sor Soneira, recibe del gobierno, y por medio de wn rapidisimo chasgue, una nota en la que entre otras frases habia Gste: “Tor ealoajes wutarios hen manchado la his- toria". Bajo el peso de aquel extraio y fugitive relémpago de ocuencia oficial, manda redactar otra nots y con igual urgeo- cia la envia al jue de par de Chascomis, quien al reciirla con- Cobids en estos tirminos: “parieipo @ usla que en el dia de la Jecha los unitrios han manchado lz historia laa al curs se sausquia pare informarse sobre si debe o no trar eohetes 168 ost. mascos stesta voladores, sgin lo habia ordenado el Restaurador en oficlo de 20 de enero de 1889, cuando noticias graves 0 placeateras llega. rai al pueblo. El eure, después de breve pero medura rellexién, informa; se lanzan los coheles, conmiévese al vecindario. del tranquilo pusblito y como la constiucién de los tiempos era ple- tégena, se organiza la multitud, va, viene, inunda los tendajo- res y boliches modest de la plaz, entra ¥sele del jurgados so ‘tienen los vecinos, como las hormiges al encontrarse, en tuo interrogatorio, y, naturalmente, indignados por la gran infa- mia de los uniiaris. Y convencidos de que es meneser esta ‘mentarlos sigue Ia nota cirulando por loe pueblos eircunvecinos, ‘wuola on alas del miedo y de la duds, corre por toda Ta cam: pis, hasta que transformada vuelve © su punto de partida en Ja forma que lo indica La Gaceta Mercantil de marzo del mismo fo, insertando este curloso documento avatar de la mencionada ‘orden. Por cierto que’ enciorra més filosafis que lodas lav ras clucubraciones de los historiadores americanos: “View In Federacién! jMusran los saluajes, axquerosos, inmundes unitaios! Participo « V. E. que al dia 15 han sido tomados en el puesto dela “Adela” Ios salvajos anitatios Pablo Accra, Luciano Gr ‘lin y Emeterio Gil que han manchado la hstoria'y quo se remi. ten en tal calidad 2 esa ciudad a las drdenes de V- F. Saluda 2 V. E. a quien Dios guarde por muchos eos, Apolinario Que- sada, juea de pez Gon ese erterio procedieron en muchos easos, y con él der ‘maron rios de sangre; en nombre y en virtud de sugestiones pro fndas, ocasionadas por frases y simbolos que no enfendieron jnmés En la psicologis del eaudillo argentino, hay un personaje des precindo injustamente por los historiadores contemporéaeos. Es al seeretario 0; como le Haman los gauchos, el esribano, el tra: moyista de la comedia euyo brazo no se percibe por los expecta: ores, demasiado absorbidos por la sccién principal. Oculto en tee-bastdores o bajo Te concke del consueta, derrama sus fuidor, ¥ con frecuencia es ol que tira do les euerdas que manejan las fsottudes de aquél, Por lo menos, toda le parte literaria le per La auuerru De Las nants io tenece, y fuera de lo que puede ebtenerte de intino y de privado fen Ia cancfleria pampeans, seria inoarrie en grave ertor queree jnzgar a los caudillos por su correspondencia oficial, sus procla mas y sus protocols. {Con decir que algunos de ellos no sabien ni leer! De manera que el escribano, que por regla general no era tonto, sabia, desde el principio, insinaarso en el expiritn del famo por un hibil manejo de aus latines y une eonstante exhibic én de las lecturas indigestas que for cidado tenia de condimentarlas, adolando el paladsr, un poro ambiciose, aunque nada fino, del sefor. ‘Su piroéenice estaba Tena de Tuess y fosforeencias Hamativar; su tisea de bronces y tambores, aunque eportunamente quejumbross, con trigioas te rriblequeos de vor, euando les desgracies de Ia patria, infalts bles, hacian su salida al son de vitmos corlimbicos, tan eémicos como vives y enérgicos eran éstos en la tragedia antigua, Lago de confeccionada la rumbosa comunicacién, manifesto 0 proci ‘ma encomendads, venie la lectura, en In que a menudo estaba el truco de la magnetizacin; leetura hecha con arte y expesales intenciones, levantando la Yor, alternativamenteairada o doliente en los pirrafos que lo requiieran; con mavimientos de prediea- dor, af donde Ts accién de la simple letura o Is mises par ticular de alguna tirada patrition no produjera el efecto expe- ado. Veifieada In eaptscién, ol famoso sectetario mojabe la pluma, y eon la trigiea aportura con que el inolvidable don Modesto Vazquez ofrecia ol chocolate en el deamt de marra ‘1 ponia al dedo en el lugar elegido y exclamaba: firme agui, general! (todos los caudillos eran geneteles), V. E. les da un tolpe terrible a los enemigos de le Patria... Después, quedibale al Hbertador analfabato, la beata rumia- cidn de las frares mis ruidosas y acarameladas, que por mucho FT generat don Fresco Ramirez yor Marin Tie a, per garlataba mls hin que eesti “Sy Sony i nan Esplin ey fue Westy sree” "Virsa ‘eo I, pe. 7) vo 056 98, manos aya has veces eran sinceres, porque las conveniencias impradentes do otros hombres y de otros intereses Ie fomsentaban aquella bi. pertrofia de su personalidad opeca, y nu asi como cscuta y con fusa percepeién les hacia creer en’ misiones providencales, re vuelta en su virgen y atolondrado cerebro con otros mil suldos raion, Después de todo es no habia con el area ni pee pole, attbcién 0 conttcién que ls sntsfaciee, ge. ero © estado de coats que fuera vnble para semejate por Sona lao del sire vicindo que le invflre ene eat 9 care in intemperancia de non calaboradres ition Ast foe cone le consti, que ten lninosamente habia dbo da abo 19, y cay formacion. concur noabls, fue rechaatla por ellos, no por federal uniaria, sino Pere ea splot cnn pin a feel ean go Gori, “que empiera a ser secogida como un juco por Ja historia”.!* : =P 7 fe {as neocacionesabietas por el gobierno de Payrredén pa- ra procurr la unin argentine frente al pligto de a iveson 4k" general Lecor,escllaron ante esa enor jnftucion de Anigas, que prtendie que todos los recuse do la ncion to Puseran a rus drdenes sn condiciones sin seacorporar la pr inca oriental La indignscin de Artigas a cnsecmnia los mangos que le aribuia'a Pueyredén, fomsba formas diirimbh Gas al pasar por le puma en perp deri tment toma tien, del padre Monterroso, fale wena, de vulgaris lstras, pero que tena, sain hstoriadores hie fnformades “lave de tradi los ofion de, see, balagmo. su vanide, en traces Sonantes y sin eentida”. Tenia que ver el entsimo sine del Protector de Tor pueblos libres en presencia dela aes dels crcario, en cuya lectura mercldbance abit Ta forme del eimico espaol de cufo anliguo y les geteaaciones desnontacas de un fadioinqusidor emborechado en una orga de chicha La intereneén dl culo en ln pocaliar Herat, 2% Anllineda, Rood, om La Biblatca, pe. 290, mayo de 1091 1a MULITTU, DE 14s TRANS m alia reduciee alguna pintoresce postdate con el infltable digamele de todos los gauchos que dictan cartas; si bien, a set téerto To que cuenta 1a erdniea viperina de aquellos tempos, el tgeneral y protector, Hevado de su indignacién patristien, pido tn dia ce agregara a una comunieacién @ Pueyrredén este tere ble digumele de ten atroz naturaliemo: digamele que si no me ‘manda el dinero le voy a hacer cortas las 6... Felinmente para Tas letras argentinas, el fraile,exta vex discrete, sustituySla. por cotta frase que sitisfizo amplismente al generalisimo y donde Ia fecion dl “escribano” esti integra y vivaz pintada como quien fice en pointe séche, Ella sola beste para el singular proceso: “Dest 'V. Ey ds ltr de cova ton pobre pene. iniento, ;que de los Jragmentos de sus ratinas padré cimenterse flgin dia el alto enpitolio que simbolice nuestra degradacién.”™ Ta multtud, compecta ‘mis que munca, dominsba bejo el taando de Artigas todo el ltoral. Santa Fo, Corrientes, Entre Rios y la Banda Oriental extaban bajo el imperio de sus capri ches, No hay que olvidar, como ya hemos dicho, y como dato de fu especial palologia, que no eran ells las que obodecian a Artigas ya los otros caudllos conocidos sino étos a las multi tudes, cediendo a sus eaprichos y veleidades, a sus necesidades fe impultos. El meneur de que habla Le Bon, si bien tiene influen- ‘ia y_poderes sogestvos sobre ella, ejerce como a tal mientras fo contrarie las tendencias predomiaantes, y no lo hace, porque fgeneralmeate sale do su seno: es cflula que result Ieatacién del mismo protoplasma; no tiene otra misién que ir Gelante Ta mayoria de las veces, dando en cierto modo forms fala fuerza y apetitos que eitalan y dirigen la masa en virtud de Instintos obecuroe que raras ocasiones parecen orientarla con sin gular fijexs, Como el navegante que corre la tormenta, dtige hasta cierto punto su barca, pero sélo dentro de los empujes ‘aprichos del viento que es quien traza el verdadero itinerarto, 1 Mite, Historia de Baeroo, sta de Arias Pucyeedéa, de 23 de sovemire de 1816, too I, plgia 157 Pablcada tame por ls Bfeme- ‘idogaia de Zine. nm rosé a: manos steyla ‘Tan es ast, que fuera de las multitudes o contra ella, esos mise mes cauiilos prepotentes, algunos particularmente, eren esx. les e inocuos; dessparecian en le mis completa cbscutidad, ‘Tal ‘sucedi6 con los résulos eatrerrianos, “que se promuneiaron pot Ia unién nacional y.pretendieron con los mismos elementos del esorden que aceuclillaron, operer una revolucién militar y- polis reaccionando contra Ia revolucién social que ellos mismot hhabian iniciado brutalmente y que eran impotentes para con trarrestar. Hereti, el més poderoso exudillo de la Mesopotamia, el primero que dio en ella el grito andrquico levantando su pen «dn, el que habia hecho eapitular a Viamonte en Santa Fe y\ de. rrotado ln primera expedicién nacional contra Entre Rios (1814), que al pronunciarse por la unin nacional era el drblro de am. bas. mérgenes dal Perané, al servicio del orden fue una mast inerie, un estorbo, cuando no un peligro” En Corrientes’ las muchedumbres imperaban en una forma tirénica y sangrienta, puede decise. Constituida la provincia en tstado de Ia Unién en 1813, vuelta a la obediencin del gobierno nacional en el mismo aio, conquisteda a sangre y fuego por les ‘bandas artigueias en 1815, y en pugna constante con los indios risioneros, que ocupaban sus inmediaciones a las érdenes del cacique Andrecit, formaba paste de la liga federal de que Art se lamabe “Protctor™#* Le provi de Sant Fe, desi ada de Buenos Aires, se habia dado un gobierno propio, con formas municipales, y un caudillo absolato, surgido de la muli- tud tambin, pero mis tomplado y més hamano que Artigas. Des. puis de la ineasiéa del general Viamonte, que resteblect alli el ‘predominio de Buenos Aires, sobrevino Ia resceiin sobre los hom Iies de las ciudades que derrbé al gobernador Tarragona, suce- igadole el ser don Mariano Vers, hombre de algiin valet, bajo ccuyos auspicios tuvo lugar el rechaza de la invasion de’ Diae Vélet. “Entre Rios era como socieled, més elemental todavia, dividide topogrifamente en tcibue pastorss y militares, gober. 1 Mise, Hise de Bearer, tm 2%, pie. 18 2% Die, Historie de Belen tm pie. 188 La ULITIOD De Las Tavis 13. ‘nada por régulos independienes entre sf, sin mis cohesién que Ta del teritorio, ni mis vinculo que el del caudilo prepotete que daminabe cada localidad”, vivia el estado de. mulliud y Imoviase bajo el imperio de la sensbilidad irritable del Ktoral ‘que daba s todot una especie de tono general uniéndolos bajo fin tasmo padrén pricelégico. La regién del Parané habia pro- Aducido al célebre don Eugenio Hered que, como dijimos, no sa- bia leer, y que tena sin embargo bajo su mando a otros cauillos eoundarios que también odiaban a letra de molde. El general ‘don Frenciseo Ramirer, igualmente surgido del comin alles, tan genuine meneur como Artigas, y tan leno de las miculas defects do lx mulitid, era el dueio de In provincia y tenia sa ceuarlel general en el arzoyo de In China” desde donde mandaba ‘dentro de Ia Hinea del extraio gobierno de muchedumbres que todos ellos habian fundado, Las otra provincias del Centro, det Norte y de Cuyo conervaben ain algin remoto vestigio de go- bierno en que el libro y In modesta escuela primitiva, ain eren respetados por el populacho analfabeto, Pero pronto ibe a desapa recer en la vordgine hasta el ulimo destello de cultura pars po- hese al mirmo aivel que los otros. | ‘Me asalta tna dud respeto de este general Ramirex. ;Cuil es-el Ramirea verdadero; el estadsta y hombre ilustrado de frac y corbata blancs del doctor Ruiz Moreno, probablemente me- Jioere y sin relieve, @ el Pancho Ramirez del doctor Lépez, seg tamente mis de acuerdo eon au cune politea y su medio social? De mis dsccsiones prolijas no me resulta el exzelentisimo gene- ral Ramires, porque seria un producto exétio de su ambiente. Un general constitucionalista, que moatara a caballo a Ia ingles ¥y que meditara la confecsion de eédigos y de leyes de irigacién, Ihubiera sido el Tadibrio y. le mofa de esa peculiar sociedad, y tno cl amor apasionado y maternal, como lo fue, de Tas mulitudes ‘tue lo hicieran sn distor. Los orintales buscan en la sastreria Tos medios de prestige @ Artigas y lo vsten con una toilette, Snneprochable, de general francés, Las repugna el poncho, aunque 1 Mus, Micon de Belgrano, tome 3, pig ia, rosé. rawos areyta ea més Iigico. Esta ver como otras el habito no hace al monje, Y toda la eriginalided del tipo genuino, desapareee para dar lugar ‘al moguilloge de Ia historia patrdtien falificada. Fuera dela ‘multtud que es su madre, y todo eu medio familia, Artigas, ‘Ramirer, Rosss, etc, son inexplcables tanto coma lo seria Corio Jano en medio de la sociedad movedien del directorio o del primer imperi ‘Los hombres reelmente eultos ¢ ilustrados que en aquellos tiempos existian repartides en mucho mayor mimero que hoy fen las capitales de provincia, los que aoostambrabemos lstnar luniversitarios, tenfan que combatic contra estos eaullos dela ‘multitud, en una forma desigual, en el tereno de una diplomacia indigena’ y peculiar. Sucediales lo que a las tropes veleranas regulares en presencia de 1a montonera. Se encontraban con une tictica que burlaba completamente toda In estrategia politica que hhahian aprendido en los libros, bebido en la universided y eo Jn vida politica durante diez afios de szares, Y como sus extrafios competidores, surgidos de las muchedambres, animados de sus fucreasvitales y con su misma estructura, poseon en esa circuns- taneia efiaces colaboradores, el pie fue pronto de estos, sin més ‘que aplcar Jos procedimientos elementals que tiene el animal sagaz para defenderse con tanto éxito de le jeunia perseguidora, [Ninguno tenga talento, ero posefan el ecreto de vibrar al unisono on Ia multtud, is madre comin, delante de euyas pasiones iben Y cuyas necesidades satisfacian ampliamente. Extinguida, o cuen do menos fatigada, la de las ciudades, que habia fracasado en la guerra emprendide en 1814 y 1815 contre Ia Banda Oriental, bandonada Is plaza de Montevideo, sendo vencida en Ia expe: dicién de 1814 contra Entre Rios y deshecha por Santa Fe, en donde las multitudes campesinas eren dueias del gobierno” que- ddaban sélo ellas dominando y hasta conaitayendo la mayoria, activa del pais. Posesionados de toda la repiliea y eon focos dd difusin difciles de extinguir, el contagio cundi6 necesaria- mente y la enfermedad se hizo generl. 20 te, Hltoria de Belgrano, BI gener Pucyrrdin o le pulls, smnificto de de mayo de 10), te 2 Pog 181, 14 MULTITUDE Las mmANtas 15, La multitud, con aquellos fuidos édicos de que hablebe el barén de Reinchenbach, o con algo parecido que debe poseer, tal su poder de contagio, comenss tocar los Gnicos ejects regulares que quedaban en pie. sos érganos de rectificaién de contrel politica y social, principinron a casr en el reblando- cimmiento y Ia anerquia, ¥ eémo se transforma en multitud un ejéreito que ha sido antes ejemplo de diseiplina y de moral...? Comiensa en el es piritu de las class un trabajo en virtad del cual los actos do ‘obediencia, que son: sstematicos inconscientes cas, se hacen cconscientes, y para: mejor expresar mi pensamiento, die que se Inacen cerebrales. Entoneas viene Ia eritica y la discusin, subte ries porque es timida todavia y ain no se exleriorian, en el logo animado de la cuadra, el anilisis de cada acto y de cads ‘movimiento del superior, la intarvencién de Is yolunted moral. Pasa con los actos de obediencia, segin eolijo, lo que con la marcha y otras manifestaciones rellejas, que son inconscentes y ppuramente medulares al estado de salad, pero cuando empiess & Intervenir el cerebro, cuando para verificarlos hay que pedir ol turilio de arriba, «© porque la enfermedad ya ht comenzado su obra de elteracién; Ie ataxia ha tomado cautelosaments posesion Aefinitiva de sus cordones prediletes, y las piernas van para un Tado, y los brezosy la cabera para el otro. El subalterao deja de ter tal, para convetirse en el compatero, el compafero en el ‘amigo; al vincolo de la diseplina es sustiido por el de la cama- raderfa y Ta infesién que prineipia de arribe @ abajo, de Ine clases a los soldados, vuelve de abajo 2 arriba, por una eitsula- iin més activa, en forma de violento desorden que al contacto de la trope, transformada en mulitud, ha tomado mayor viru: Tencia. Asi conviere aloe oficiales y a los jefes més eaballeosos yy sometides en el acabado ejemplar del montonero y del bohemio vagabundo. ‘Quertis, entre otros muchos, un par de ejemplos elocuentes? Recordad a ese gloioso general Paz, después de Ia desdichada ‘aventura de Arequito; y con caraceres menos acentuados en el contrast, al brioso de don Carles de Alvear, despuge de la dis 116 José at, nanos aryl peciin de sus belles planes de expodicién combinada al Peri. PPareceria imposible que el venceder de la Tablada, que era un rmonumento de discplina y de obediencis, pudiera haber sido contaminado; y necesita uno penetraree bien de su indole y de sit temperamento estructoralmente militar pare desee cuenta hasta ‘inde puede llegar el influjo de wna constitucién pletogencica ‘cuando acti sobre tales espiritus. “Yo fui victime en el negocio de Arequito”, solia docie el general en Tas eonversaciones de st vejex debonsria —"no hay cosa que mis me stormente que hablar ‘de eso” *— agregaba, posiendo melancdlicamente adusto y obs fro aquel noble rostro que tenia aoentiada la hermosa feilded de los corezones megnénimos. Arequito fue el primer foco que le anerquia del litoral dese- rrollé en las provincias del norte. Despude de exe desgraciado ‘cuntar del ejéreito en multiud, It noche extiende sus sombras piladosas sobre tantos dolores. ia agitucia de Tes pasionss que habia provocado la guerra; I angustia de les familia; el terror de low hombres comprome. Yidos en Ia politica; Ia indignecién del orgullo humillado; Iss recriminaciones contra los gobernantes que no habian sebido precaverso de los ruinosos resultados de la guerra y, finalmente, J nevesidad suprema de defenderse contra las turbes enemiges, animadas del deseo de exterminar y de convertr en un desierto Jas ciudades, Venaban do terror It mente de los que se tenian 8 por vietmas del derrambe.:® Casi todas las capitals vivian en estado de timidas multitudes y era esa Ia raén de su solidaridad undnime tanto para el dolor y el herolsmo como para las mis inconeeibles eaberdes. ‘Tanto a Buenos Aires como a los otros grandes poblados, pero especialmente # ella, se In vein ener freedentemente en le’ enor ‘mes desfalecimientos que sucedieron a Ia batalla de Cepeda: nos patrie fines... et duleia linguimus arsa, 0 en los soberbios 1 VF Lipes, Historia de fo Revelacn Argentine, tomo VIL HV. F Lips, Historia de te Revelacén argentine, tomo VIL pe ins 10 14 MOLETTUD DE 14s mRANtAs a cnardecimientos que precedieron a la caida de Alvesr. La ims Sinacién de todas, exaltada por el ajtreo febril de la anarquia, thria ancha puerta a las vsiones: La ilusién, que es el estado encorial més coma de Ia multitud, daba a las otras muchedam- Ines de le mntonera proporciones y atributes que le felitbaa, ‘obra @No se habia levado hasta describir en un pesiédico do le época, el traje fantistico que tralan turbes haraposas o deans das? No so afirmé por tetigas oculares, que después de la ‘errote del director Rondeau, as bandas del tétrico Pedro Camp- bell y los ochenta chilenos de Carrera, estaban incendiando sequeando los suburbios de Buenos Aires, euande no se habia movido del arroyo del Medio? ;Bsa misma multind de Is dads no creé con todos sus detalles al negro Tallo, al file CCaminos, con sus tereiblessortilesios, ya Juan Cucllo, euyas devas- taciones euburbiales =Slo existieron en su imaginacién irriteda por la sucesiin de tantas imagenes terrorfices? ‘Muchos de los prestigios de antafo, eaya causa no podemos Aescubrie hoy, y que entonces se tzibuien mértos y aptiides cexeepeionales ‘de lor eaudillos de més franclcana pobrezs, son la obra exclusiva de Ia visién fatigada de Ins multitudes de naes- tras cludedes, enfermas 0 agitadas, que tenian, como condicisn psicoligica matriz, una imaginacién repreentaiva podeross, act- ws, pero pueril y susceptible de ser vivamente impresionada, Las Jimigenes evoeadas en su esirita por un personaj, susitadas por tun hecho, © por acsidene, tenian la vivacided de las cosas reales. En tales condiciones Ise’ multitudes urbanas estén —segiin un psicslogo moderno— en el caso da una persona dormida, euya ‘azin momentineamente sorprendida crea en el epirty imigenes de una intensidad extrema, pero que se disipan pronto, cusndo pueden ser sometides al preciso control de otras facaltades 1e- actoras; y exando no sucede esto, subsisten, No conociendo, at siendo capaces de refleisn, xi do razonamientos, no sienten lo jnverosimil® En la historia, “la aperiencia he desampetiado 29 Le Ban, Peyhalape de fuer, $5 18 rosé. manos iteyta sienipre un papel mucho mis importante que la resided”; la ‘multitud, no pudiendo pensar “sino por imigenes; no se deja im. presionar sino por ellis, y slo las imigenes las aterrorizen, 0 Jas seducen convirigndose en lo tnioos méviles de sus aevioncs”, Hoy que estamos sustrados a las influenciae de entonces, yo + que como criticos no somos mulitad, nos chocen y nos parcera Jncomprensiles los inmeasos prstigios de Artigas de Tharra, de FRamires, y de otros caudills. En la multtud, el terror 0° sus ‘ransformaciones més comunes, la veneracién, que es una forme el miedo en ciertos espiritus,y el fanatisme, que es otza, crear deta nada simbolos y grandezts, tomando por base coses dele ables e insignificantes, La corbeta Berceau, y vlgame este ejemplo tan conocido, que navegaba de conserva con In BellPnle en cists expeditin cexploradors, habia desaparecido durante un temporal. De dénde vyenia 0 adnde iba, no lo reeuerdo bien, ni haoe al cuento, pero Lhshiendo conseguido librase del peligro y Usgedo a Santa Marie de Madagascar, los marinos de ésta regstraron intilmente todos los golf y aceidentes de Ia costa, hascando en vero a la com afc perdida. Fxaminando cada dia el horizoote, con la es ania de que, arrastrada fuore de su rombo por el temporel, volviera al puerto; habia transcurrido un mes en la mayor at siedad, y seguido « la esperaaze una dolorosa sngustia’ dice cl autor que copiames— cuando certs mafana el marinero de tope anuneié que divisaba al orsto un bareo desarbolado que erivaba hacia tierra. EI sol estaba resplandeciente y el cielo puro y despejado: ef sire caldeado vibraba en el horzoate. Todos losranteojos asestados en aquella direcién confirmaron la ree lided de esta primera noticia. Pero no era un barco, sino une ‘balsa eargada de hombres y remoleada por embarcaciones, en las ‘usles ondesban sefales de auxilio; las imégenes aparecian claras 4 bien defindas, las lineas se destcaben perfectamente distnta, ‘Todo el mundo, vietima de une slueinacién febil, pu, a bordo de Ia fragsta, observar los detalles de aquellaindercriptible cen ‘maritima, FE almirante Desfossés, que mandabe entoncst In estacia na: 1 smuurtTuD De Las ninanias x val de la Indi, mandé selir con tode premure al primer vapor tque te encontraba en Ia rads, en socarro de las religuis vi tes... Empeashe a decinar el di... le noche so acereaba ya, sin crepivulo, como aucede en los trplcos, cuando el Arquimedes Ilegé al punto de #4 misidn... detivose en medio de los restos flotantes'y ech sus botes al agua. Continusha viendo en torno ‘masas de hombres que se agitaban y elevaban los brazos, perc biase ya el sordo y confuio rumor de un gran nimero de voces mercladse con el ruido de Tor remos en el agua... Pero, toh terrible deslusiéa! de repente todo desaparese, cuando creian sbraar asus hermanos, arrancedos a una muerte clerta. No habia habido tal balsa. Al acerearee todo desapareci6 como wna ube flotante. Los botes penetrron por entre las espesas ramas de grandes érbolesdessrraigedos de Ia costa vena, y arrastrados on todo su follaje por las contracorrietes que suben al norte. Ast se desvanecid quella extraia vsisn, y se disipé In postrera ‘speranza, que un espejimo falaz habia evocado del fondo del como Ta eoloréads conseja que ica, en la tener tradicin y que he goradt tan enorme prestigio: exe hombre tan grande, ese politico diabs Nico, muchos de aquellas héroes de la leyenda, euyes hechos n0 podéis comprobar en ninguna perte, y que sin embargo tienen Zalees ten profundas en Ie admiracién de In moltitad, suclen ser fen muchos casos la balsa misteriosa que forjara la calurosa tasia de los tripulantes de In Belle-Poule. Sobre un teoxco que rnavega silenclso en el oofano, cubierto de ramajes falaces, a rultitnd urgida por In necesided de une tradiién, por la usta, le necedad ola tonteria, da vide @ hombres, los y ereen “ties, percibe tis movimientos, y hasta oye voces que cantan IMimnos o que maldicen y blasfeman, Le ha visto venir y he echo do sus botes al agua, ha visto ondear la bandera de socorro y hasta hubiers podido dibujar In proa alterose del misterioso es qife... Y, sin embargo, jnada! La espuma alegre 0 quejum a, Las mistrio del mar, 112 180 {osé ae. manos meta ‘rosa, que montada sobre la ola espest imprime a los objetos inanimides Tos movimientos de Ie vida; Ia nube andariega de tn dia de viento que aktenativamente toma las formes de ggantes ‘abalgaduras en precipitada fuga; de ejércitos interminables de aves enyas especies pertenecen & faunas desconocidas; de grandes rujeres blancas arroilladas, 0 de caras de sitiras « de santos inmensos como la extensién de la apurada visjera que le rélega nerviosaestira y eneoge a modo de un trapo ondulante; formas, ‘en fin, de todos los aspectos imaginables que la vision y el oido alterados por Ia ilusin epremiante ea el uinbral del deliio, pres. tan un soplo de vivisina lambre. Pura alucinacion, pura ilsions froneos y ramas, humo y viento, y mulitud de una prodigigea Imaginacin ereadora... Al legar el afio 1820, que fue como se sabe la época realmente tien de la desorganizscién nacional, la repiblica estaba di ‘ida en dos campos. De un lado todas las provinias del litoral coaligadss con sus caudillos a Ta cabera. -Attigas, por aquel en- tonees ecupado en su irrupeién sobre lat fronteras del. Brasil, obraba de acuerdo con ellas y amenazaba al: Congreso exigindo Ia caids del Directorio Las fuerzas de Santa Fe, Entre Rios y Conrientes se reconcentraban sobre ln frontara de Buenos Aires, Dréximas entrar en eampafs, Por su parte, el gobierno nacional eunia un ejéreito compuesto de elementor de la provincia de Buenos Aires, y, con el dicector supremo a la cabeza, marcheba 8 defender Ia jonters amenazada El ejérito auxiliar, honda- mente trabsjado por el estado del pais, se halaba completamente esmoraizado; las provincias del interior, moralmeate inurree. cionadas y profundamente conmovidas por le revolucion de Tueu min de fines del afo anterior, esperaban el resultado de le batalla pra tomar su actitud y en tal sentido se hacian trabajos prepa- Tatories, Salts, igualmente agitada, dentro de sus propics ele- ‘embargo las fronteras abandonedas del norte 5 Oso de Arig al Congreso on 27 de dcombre de 1619, eceras 2 ite, Historia de Balgron, tome Ut, we. 76 La SULTTTUD De Las TRNAS aa ‘destinada a peiderse en su mayor parte en Ia anarquia, que todo lo habia ponetredo ya, a disponia a repastr otra ver la cordillera ¥y emprender la expedicin del Bejo Peri, dando el sltimo adie 4 la patria moribunda en brazos de las tirenies locales, Ho abi el cuadro de In Repiblica, bien trio por cierto, y que una pluma disereta ha trazado con colores mada exagerador, La época era de perversién epidémica del sentido moral. No parecie extrafo que an hijo « quien Ramires le fusilra el pedre, por pueriles sospeches, continuara shviéndole con entusissno al frente de las milicias de Gualeguay."" La horea era un expecticulo relativamente freeueate, y el derecho de represlia, que es und forma legal del asesinato individval 0 colective, 26 practicaba con hhorrorosa freenencie. Diriase que la mulitud preparaba sis éx- ‘ganos y adiestraba sus faaltades generativas pare product, como final de tan drsmétion época, Ia eangrienta tragedia que términd en Caseros eon la comedia de un simulaero de gran batalla Cuentan las erénieas contemporineas que las cudedes, en un consiante ingomnio, vivian en le no interrumpida alucinacién de Ja panofebia. Pelotones extravagantes de haraposa multtud, en que habia indios, inlandses, expacles, chilenos y hasta mujeres, tbrias por el vértgo, eruzaban como vsiones lot suburbioe mean célicamente envuelae en las brumas de les tatdes de otofo fr y calladas, Como podian pasearte por todo el mbito de la Re- piblca sin grandes necesidades, porque no habian menester ni de administracién militar, ni de earros, ni de pesados bagaies, ‘como los ejézeitos regulares; wus excursionestenien un tote fan tistico, porque pasaban como meteoros de un lado otro, rip dos y dgiles sin que se les conocierafatigas o enfermedades, Eran ‘nmensos los campos desirtos que recorrian esas aves de ay cemigrantes; no habia una sola granja, ni semente plantado por el hombre; ni In més rudimentaria aldea en donde faquellos birbaros pudicren detenerse cuando los pereeguian Tos 27M. Ratz Moret BY gone Ramies pg. 7. 2 VF. Lipa lo. sit, tom Vp. 0, 12 sos 91. nanos auesis Alguna ver se acereaban a tentar fortune. Redesban un eam ‘pamento, como euando el inglis Pedro Campbell se atrevié con 1 general Paz, entonces eapitin de dragones:. se eproximaban sgolpedndose le boca hasta un tiro de lazo, y daban vuelta ime Giatamente, alejandose con una prudente preipitacién. El inte irlandés, con mil ochocientos hombres de tods menas y de fos mis pintorescos aspactos, rodes un dia el campo de los dr igones desplegendo un formidable aparato. Pero dos vompatias dd eazadores le hacen terrible fuego y elo, slertas y ligeros para tsquivar el peligro, dan vuelta a sus caballos y se “dlpersan como bbandadas de patos de Taguna” —segin la expresién apropiada el viejo autor de la Historia de le Revolucién Argentina, Sesenta soldados al mando de Paz, salen entonces como flechas lanzadas por un braze vigoroso y los sablean a su gusto en la vasa eat pila donde el pequefio erupo de Tos soldades parecia un punto cen el espacio comparado con la multtud que revoloteba y daba lrides por el hotizonte 9 A veces volvian sobre su rastro: advertan que eran superores| fen mimero al grupo diminuto de veleranos, y poniéndose en marcha trataban de aleananr al escuadrén que, grave y en solemne aposturs, retirsbese tangullamente a su expo... Pero, al ver- los detenerse y ofr en ef silencio del desert la voz vibrante de mando que grtaba jallo! sentisnse estremecer, y volvan nueva ‘mentee retirarse, para no insstir, mientras la luz del dia dumi- nnaba aquells figuras arrogantes, que no habfan conocido el miedo in Esa era —dlce el doctor Liper— la terrible milicia del slvae jiemo, que s le atrevien con inustada audacia a un gobierno ‘que contaba, a lo menos, con siete mil hombres que se-habian redido con fos ejéretes espaioles en Chile y en el Alto Peri, en Maps, en Tucumén y en Sslta. Y hay que devitlo, esos birbaros ‘qe inundaban la Repibliea eon sus bandas, demostraben ua arrojo sorprendente y morian con la rabis dp las feres3? Tenfan 2 LM, Pa Memorie pétamas. 9 VEE Lipa low ty tome Vl, ps 6, 1a MULITTUD DE 148 rinavias 183, sus peculiaridades, hesta en el traje y en la tetia, no ya slo en su condicién fundamental de mubitud. A veces eran curiose- mente pintorescos, otra abigarrados y eémicamenteestrafalrion, Solian tener el aspecto macizo y alegre de aquellos ecuadones de trombones que he pintado Alberto Durero en el famoro Triun/o de Masimiliano; otras recordaban los personsjes exGtieos que en sus jomortales grabados ha vaciado Pedro Brueghel, y que en tssumbless extravagantes y mumerosas asisten en macabras mezco- lanzas a la extracsion de “les pieres de té”, especie de sabbat ‘qwirirgico en que el genio extravagante de la excuele flamenea agotara toda su fecundidad pintando tipos. que Jenduxe Bosch, mejor que nadie, repredujo con inimitable Kip. ‘De repente el ferorslarido de mil bocas resonaba a las puer tas de una ciudad, eonmoriendo a los acongojados hahitantes, que sn haberse’ apenas repuesto de otros sacndimients ani ra una indiada 0 a veces “el regimiento de Pedro Camp bell resign reorganigado y compuesto cle indios tapes, armades de sable, fosil y pusel, que combatian a pie y a caballo y euya téctica legé a cousiderare incontrasable™. Andaban de un lado otro en repetidas y ripidas peregrinaciones, ya por Buenos ‘Sires, por Santa Fe o por Correntes; en ocasiones embareados en las iimprovisades escuadrillas que organiaaba el genio even tarero y turbulente de su jefe; @ veses por terra, infentes o eabe eros en eaballos semisalvajes como ellos; en pelotones 0 sislados, federales 0 unitarios, eon el gobierno nacional o con Artigas, no mportabe, lo que querian era peleer robsr, sin sujecién y sin Importrseles un ardite euil era le forma de gobierno se establesiara o la proviacla que se sobreponia. Y su esprita de combstividad los levaba a agredise ellos mismos, revelando ‘que no habia més vincolos de solidaridad que las pasiones bra- tales las necesidades nutritivas de una organizacion puramente pletbgena. Cuando veo a todas eras turbas desilar répidamente por el ‘campo de la visién mental, evoeadas por las descripciones vivaces ‘que nos han dejado escrtores artistas, so me zepresentan, mis ‘que las luchas sangrienlas de otras épocas de la historia, los ma ost at massos acesta combates que entre los cuadripedos y las aves en las épocas del alo nos ha deserito Darwin, Romanes y exe inteestnte de Leroy, Lcanor optimista de las aptitudes animales, A veces, la estructt 1a individual de alguno de sus caudillos me retrotrae involuntaria: mente al eurioso hombre de Neanderthal ode la Naulete, soliterio yy desnudo en la atméslera espesa, sobre el suelo. pantanoso, Ht Silex en Ta mano grosera y suculenta, buscando con ojos avidos y extraviados por el hambre alguna planta comestible on pista de tes hembras tan salvajes como é. En las horss tranquilas de tan mediodis de primavera gno habéis observado a las aves decom. bate, vestinse con sus plumas més vistoses ychilloas,sprestindose als batalla que debe darles Is poresin. que ansia su exaltado cerotismo periédico? Los péjaros que habitan les tépieos, y que or eso tienen necesidad de sefales especiales, y que. para set reconocidos en la espesura del bosque deben permanecer siempre Visibles, ofrecen con ese objeto sobre el cuerpo manchasbrillentes, arules, rojas y amavilles, que no perjudiean el cardcter generale mente’ protector de su plumaje. En los insectos, l principio de coloracién, destinada @ faci lita el reconocimiento ya aterrorizar al enemigo, ha debido contribuir para producir la sorprendente diversidad de colores y ‘manchas que nolamos en ellos y que faciltan su propésito. Multi tud de animales, como Ios insectos, toman formas, acttudes ‘movimiento expeciles, adoptan sonidos eatridentes y olores par ticalares, para intmidar al enemigo o reconocerse® para distin -guirse Its especies aliadas, las unas de lee otra, Las vagabundas multitudes, eran como aquellos, hijas de le naturaleze agreste y vada, que Ine babie —diré aci— amame tado, por lo que se complacian en imitarle y en descender hasta ella, con cierto placentero amor filial. Sus recarsos asemejibanse 1 los de las aves de rapa, a los de los insectos que acabemos de reeordar, los del resto do la animalidad inelta en cuya com nidad vivian retozande. Adoptahan sus colores mis vivos pata 3 Wale, Couleurs dee enimase ot des plants, en el Becniln's Megrin | EA MULEITUD DE Las uaias 185, reconocerse en el entrevero y en la noche: tomaban sus gritos y ‘us interjcciones guturales para intimidar, y a veces, bests soma. jnban determinados animales cuyos habitos y prticularidades ‘conocian como el mis consumado zoélogo3* ‘A fuerza de emplearlos y de vivir alejados de los centros po Dlados, entre las indiadas y los animales, conclayeron por berba- laarse mis, de manera que diez afos despaés de haber partido de sus reservorios naturales, en el Itoral de todo el Plata, eran ‘tan cerriles como antes © mis, si cabe. El alo 20 parece marear el comé de ascension en Ta eolumna de esa barbaric; Ie exube: rancia de la mulitud ha tocado el punto de su mayor plenitud, ‘produce In trania de Roses, que es Ia mis genuina exprsién de esa surabondance énergie, a que atribuye Darvin aquellos rmovimientos extravagantes, aquellos voidos répidos y enérgios, ‘aquel despertar de sus instintos bravios, que en virlud de una viva impulsin interna y de la enorme vitalidad a que ha llegado, se entrege Ia naturaleza ‘animada, en la época en que va a repro ‘duciese. ‘Las montoneras de Santa Fe, dicenos el hstoriador de general ‘Lépea, daban alaridos stroces durante la pees, o cuando se apro- ximaban al poblado: y « algunas compadias de sus improvise. dos regimientos llamibanles sus mismos eompaieros, ls Siriries, porque gritaban imitando a la perfecsién el gemido de eas aves ‘que abundan en la localidad; otros remedaban el grito de desco- rnocidos animales, y muchos lanasban sonidos extras, siviéndose de su propia gargants, o de extravagantes intrumentos de si invencion. Cuando don Estanislao Léper recolvié marchar contra Bustos, tratando de inutlizar planes estratégicos equivocos del general Balesrce (1818), levaba une cokumna de aspecto originale ¥ pintoreseo. Su escola, paticlarmente, compusta de dragons larmados de fosil y soblo, usaba por easco la perte superior de Ja cabeza de un burro, con Ins otejas paradas por erestin, Los it, lg, 12 P. Lasogs, Historia de Lp 196 José a8, mistos esis escuarones de gauchos que le acompafaban, vesidos de chips colorado y calrados eon hota de potzo, than provisos de lanza, tarabinas,fusil o sable, indstntamente, con bolesdoras a la ciat ture, y enarbolaban en el sombrero de pana de burro que use~ Dan, una pluma de avestruz, distintivo que desde entonoes prin cipié a ser propio de los montoneros* Pero lo que le debe un cardcter todavia mis peculiar y exético, era que los indios infal- tables en esos coros multiformes de Ia anarquia, levaban cucrnos y bocinas eon los que producian wna misica, si es permitido Tlamacla asi atronadora y maeabra, de wn ritmo mondtono y bes: tial, pero de un efecto maravilloso para las poblaciones, que los vlan alejarse répidamente, envueltos en la polvareda que levane laban los cascos de sus caballos. Ademés estaben armadoe de argos chuzos emplumados, “cubiertos en gran parte con, peles de tigres del Chaco y seguidor por Ia chusma de su tribu, cuya fncién militar era el merodeo” ‘oils elas se acerearon a las ciudedes, en un estado de igno- rancia y de oscura barbara, i no rayana aa del hotetote, sauy cerca de la del indio cere, cuya sangre y cuya indole habian tomade, en el contacto de su cobabitaciin dieria, um predominio nada despreciable. No se jusgue exagerado mi asete, porque en su mayoris, punto més, punto menos, y por lo que te rei 8 instituciones politics, no estaban lejoe de aquel ‘quien Dumont a'Uvville produjo profindo asotabro sl agua en ebullicién. La eultara elemental de la civiiacién 10 los habia aleado suficentemente todavia de los hibites y cov lumbres ds ese hombre primitive, euyo continuo codearse om sus vecinos de jerarquia 2oolégicn, les daba aspectos tan selvi- Vicos. Asi, pues, no ere extzalio que en sus borridos perils morsles encontréramos las supervivenelas, si no orgéaices y10T- fologicas, por lo menos sociales, que han dado tema fecando a -Massart y Vandervelde para ofrecernos un vivaz bro de antvo- a naturalera reclams al hombre y lo restituye a su sene, por Matar, Minis de Belgrano, tom 8, pg, 10, 1a auLrreUp De Las rimantas 187 este vivir fraternal con sus jnferionessooligios, de cuyos deze los isis toni setae conta le clin host ‘cope setimiento de Hered sin control se asiila pronto. yor ttn tandencie anime, que dome en i set. Tendeaca quo la calara silo amortigae, oy sogtn otros, ta, a ear ala cot ‘aided de au amencia‘n ln sucain da las gneracione, Lugo ‘ene cera tansmis6n mites e incoible de ln hibios y de las folineconer el hombre congue al animal para chert coe ‘umbres de soclabiidad humana, peo, en cambio, el animal so ‘poder dst hombre con Ia ayuda dl meio on alagos deat Terad brtal, desu potatlded, at como del trangia goce de tolos Tor derechos neturle, sin ninguna de las litclones (qe impooen las convenelones bumanes, Hy wna. recipocs in fiseneinen que el hombre perde camino en so natural ascensa, datenido por tan exeaa confrateraidal, el enimal gana lot Beselleln de ln eltva domesitdad y de las asciasiones a Pes cra mancomniiad de vide cosaole de especies diatina, dl noble desendinte de los verisbrados aracianos —como Te Tamassia Heel al hombre fal de ls mills aptindo que Je daria Ia eiviacin, so completa por el animal, que conleye or hacerseneresrio, no como ingttmento, sino como socio én Tes neceriader miltpler de ln vida Al principio ete ex com peer, complemento sty, rode inportatte enol mecaniamo de In soi niger en que vvet peo (veg steed To que x I bean ye genta en tole ssoclclon ene capecdades dksigules, cl mis fuerte conelaye por opr al mis debi Como shuren wn oninair fof, pateceria que codrpedo y bipedo uberanvividodeade el primer encuentro en ls rl slots en qu los ‘veroeentoncens nla naturale argen- tina, amon, inal bitbaro, fueron factors Srecuetes de esas tsoclaiones que inctaban Ia cariosidad de Geofroy Sant Hiaee Y por comighente notes genuinas dal eaado lal de. aqua foci y especialmente de Ta ned, que no pudo ser veneida 8 Meanie, Ls sages domesques. 188 sosé at. nawos acest por la todavia débil y seguramente anémniea eultsra argentina ‘Atociaciones, diré para dar mayor elaridad = mi pensamient, como las de ciertas plantar tropicsles de América, expuestas & Jos asltos y voracidades do las hormigat, a algunas de cuyes dades sa alin, slojéndolas y manteniéndoas, sea en el tronco © en las hojas, el limbo. bipinedo de euyas folios proximales terminan en una pequeta ampalla colmads de materias nul tivas. Es curiosa eas alianza: las estipulas han perdido complete: mente la funcién clorofiic, transformindose en espinas huecas, y sirven para slojar # las hormigas, que toman su alimentacisn, no silo én las porsiones terminales de los foliloe, sino también fn una glindula de néctarsituada sobre los peciolos®* La natu: aleza es siempre amable y contemporiaudora a pesar de est ly feror de a lucha por la vida Hay que fijarse en In peculiridad de semejantes alianass de los montoneres, porque llustran el eacter animal de su estructura psicolégica. Individuos de especies diferentes, pueden tener inter reses comunes, dndose ambos euenta y obrando en consecuencia; entendiéndose y ligindose por el vinealo de'una verdadera amistad ‘que traiga un mutuo cambio de servicios®™ En Ia lucha por el alimento, el montonero, que tiene In enseGanan de la necesidad, se ayuda del perro para eazar la yegua matrera y el novillo mon. taraz, y una ver conseguida, el ean razonable espera tranqui mente su parte abundante con la que el hombre consolida si slianza, Lego, sus servicios se extionden a una vigilancia escru- pilosa, en las avanzadas, durante el suaios a un verdadero reoo nocimiento del espia enemizo, que eree poderseintraducir furi- vamiente y que es sorprendido por el alerte insstente y ruidoso del fiel amigo. El caballo, ls aves, y toda Ia retorona grey de los campos, que no han sentido jamée el magnetismo de la domes- ticided, oman parte activa en las vciitudes de ese hombre de Ia raturaleza que seca fucrzas de It misma flaquers y de su impo- tencia contra le civlizacién vacilante. Catioso y sugestivo es ver 3 Deneor, Masi y Vandel, 1'Evltion regrenive, ple, 2. BT Mauer, Avenir ds capes yi. 58 14 SULETTUD De Las ‘RaNas 189 lL expontineo concurso que la vida en comin y que la participa dn en les mismas vicisitudes, les impone. El eaballo que rlincha ‘© que ronea asustado, que toma especiales actitudes o que dirige Tas orejas de cierto modo, de ellos slo conocido; el ero que pone el grto en el cielo a la aproximacién de cualquier forma humana, sguardando silencio cuando e+ planta amiga; Inr bandes slegres Y¥ decidoras de coruries que dirigen a la gente sabidora a las regiones de las ebundantes aguades, dan a esis arocinciones de hombres de nuestras campisas notes y armonias de un sabor primitivo, que el dulce y claro genio de Bernardino de Perro hubiera traducido en péiginas de inmenea ternura. En la vida agreste de la montonera argentina, la neturaleza préstle un concurso trascendental. Como erx su hija predilacta, Je hacia deposteria de mil eecretos que ignorebe el hsbitante

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