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El sujeto del apetito sensible

Gustavo Bitocchi

RESUMEN: Nos preocupa indagar sobre la sujecibilidad del apetito sensible. Para esto,
primeramente, distinguiremos el alma como forma del alma como motor, para luego
introducirnos en esta última temática. En seguida de esto pasaremos al tratamiento más
específico de la sujecibilidad en sí del apetito sensible. Aquí consideraremos
primeramente la organicidad del sujeto. Se hará necesario considerar al corazón como el
órgano propio y luego las soluciones tomistas actuales al problema que consideran al
sistema nervioso central como el sujeto más apropiado y adecuado. En toda nuestra
investigación subyacerá una opción de filosofía realista, pues nuestra fuente será
principalmente TOMÁS DE AQUINO, sobre todo en sus obras Sobre el movimiento del
corazón y las Cuestiones disputadas Sobre el alma, en especial los artículos 8 y 9.
Asimismo, queremos decir que la presente investigación no se agota desde una filosofía
tomista ni desde un planteo exclusivamente filosófico. Por el contrario, creemos que
abre caminos para plantear problemáticas interdisciplinarias con la Psicología
Cognitiva, la Biología y la Medicina. Pero también creemos que excede la
consideración metafísico-antropológica para alcanzar cuestiones que hacen referencia a
una Filosofía de la Mente (o Neurociencia).
PALABRAS CLAVES: Apetito Sujeto Corazón Sistema Nervioso.

ABSTRACT. We are concerned about the investigation of the subject towards


sensitivity. In order to do this, firstly, we distinguish the soul as form from the soul as
motor, so that then we could learn about the latter. Shortly afterwards, we would debate
about the subject in detail. At this point, we would consider firstly the subject as such: it
would be necessary to consider the heart as an organ in itself and the present thomist
solutions to the problem that that regards the central nervous system as the appropriate
and adequate subject. In all our research one option of realist philosophy, could be
included throughout, since our source would mainly be THOMAS AQUINAS, mostly
his works De motu cordis and Quaestiones disputatae de anima, especially in the
articles 8 and 9. In the same way, we would like to say that present investigation does
not only include neither a thomist philosophy not an exclusive philosophical point of
view. On the contrary, we believe that it opens roads to set interdisciplinary problems
with Cognitive Psychology, Biology and Medicine. But we also believe that it exceeds
the metaphysic-anthropological consideration to reach issues that make reference to
Mind Philosophy (or Neuroscience).
KEYS WORDS: Tendency Subject Heart Nervous System

1. El dinamismo del alma. El alma como motor del cuerpo

Distinciones. Nos interesa distinguir el alma como forma del cuerpo, del alma
como motor del cuerpo. Es frecuente, que en la consideración del alma como forma se
minimice o se suprima a la del alma como motor, lo que conlleva a una
despreocupación por el operar u obrar del almai. Si bien afirmamos rotundamente lo
fundacional de toda consideración metafísica en la explicación del hombre como unión
sustancial y creatura materio-formal o hilemórfica, no dejamos de ver que tal vez trajo
una despreocupación por aspectos (filosóficos) extra-metafísicosii y hasta extra-
filosóficosiii. Sin dejar de afirmar la superioridad del apetito intelectivo por sobre el
sensitivo, y del dominio, difícil pero posible, del intelectivo sobre el sensitivo,
entendemos que el apetito sensible o afectividad no ha sido suficientemente considerado
en tanto éste dice relación con un órgano como sujeto, quizás por un prudente temor a
caer en un materialismo que llevó muchas veces, o a afirmar, o a considerar de hecho
cierta anorganicidad de la sensibilidad, contrariando lo que pasa en el mundus del
hombre. En el mundusiv del hombre la sensibilidad dice relación con lo orgánico.
Y así, en la explicitación del alma como motor, queremos indagar sobre varias
temáticas: La parte por la cual el alma mueve al cuerpo (indagándolo como organismo
en cuanto dice connotación y denotación con el alma), y el sujeto tanto del apetito
sensible como de los sentidos. Y por último la relación parte y sujeto.v
Aspectos. Podemos considerar el alma bajo dos respectos. Uno, más bien
estático, por el cual el alma actualiza una materia primera o matriz primordial. Aquí el
alma se une a una matriz primordial imprimiéndole ser, existencia: existencializa al
cuerpo. Otro, más bien dinámico, por el cual el alma mueve al cuerpo y le permite
realizar operaciones: motoriza al cuerpo.
Una materia informada espiritualmente es un cuerpo humano existente y
operante. “A lo segundo debe decirse que aunque el alma sea forma en cuanto es acto, y
también motor por estar en acto, y por ello es forma y motor en razón de lo mismo, con

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todo, uno es el efecto en cuanto forma, y otro en cuanto motor, y por esto cabe
distinguirlos.” (TOMÁS DE AQUINO - Cuest. Disp. Sobre el alma a.8 ad 2ª)

Connotación. El alma actualiza a la matriz primordial en un único acto, y en este


acto único el hombre ya es y puede operar, enlaza ser y obrar; y por lo tanto lo
motoriza, lo mueve. Se da esto de una manera connotada. No hay, numéricamente
hablando, dos actos sucesivos, sino sólo uno por el cual un cuerpo organizado es y
opera. El hombre es y opera, es existente y operante. En cuanto actualiza dándole el ser
a la materia, es decir como principio constitutivo esencial, el alma se comporta como
forma; y en cuanto principio de operaciones el alma se comporta como motor.
Denotación. El alma como forma es una consideración metafísica, en donde la
referencia al hombre como ser hilemórfico es fundamental y fundante del alma como
motor. El alma como forma es primera metafísicamente hablando, es fundante del alma
como motor. Y esto es así pues al actualizarse la materia por la forma, la perfecciona a
aquélla no sólo en el ser y sino también en el obrar. Si bien hay un solo acto hay dos
efectos diversos: y el segundo se denota del primero. “Por eso, como el cuerpo tiene ser
por el alma como forma, así se une al alma inmediatamente en cuanto el alma es forma
del cuerpo. Pero en cuanto es motora, nada prohíbe que exista algún medio en tanto que
una parte es movida por el alma mediante otra.” (TOMÁS DE AQUINO – Coment. al
Libro del alma, L. II, lectio 1, n.234)
La unión. En el alma como forma, ésta se une a la materia primera sin que medie
absolutamente nada: es una unión directa. En el alma como motor, en cambio, lo hace
por medio de algo: es una unión indirecta. Tenemos, pues, que el alma como forma se
une directa e inmediatamente al cuerpo todo, y que el alma como motor se une
indirectamente y mediando algo, pues ‘nada lo prohíbe’, también al cuerpo todo.

“[...] como forma, se une al cuerpo sin medio alguno, pero como motor, el alma
se une a él por un medio. Y esta opinión se desprende de la doctrina de Aristóteles (De
Anima, II, 1 312ª 20-22, 29) según la cual es forma sustancial del cuerpo. (TOMÁS DE
AQUINO - Cuest. Disp. Sobre el alma a.9 c.vi), y
“No obstante, hay algo que puede llamarse medio entre el alma y el
cuerpo, sino en cuanto al ser, al menos en cuanto al moverse y en orden a la
generación. (TOMÁS DE AQUINO – II CG 71).vii

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Por esto hacemos esta distinción: el alma como forma y el alma como motor.
Hay, como dice Coreth, una doble función del alma en sentido estricto: es principio de
vida tanto espiritual como corporal. viii
En cuanto al alma como forma, reiteramos enfáticamente que nada hay entre el
alma y el cuerpo y esto está fundado en la teoría hilemórfica, pues no hay entes físicos
en los cuales haya algo entre la materia y la forma. Aquí la forma se adviene a la matriz
primordial dándose un cuerpo orgánico. En otras palabras, entre el alma, en cuanto
forma, y la materia primera, no hay medio alguno. La materia in-formada o ‘formada’
(como se quiera expresar esta unión) o la forma materiada o materializada nos da
directamente el cuerpo.
Esta composición materio-formal del hombre puede profundizarse aún más, pero
no es nuestro propósito. Y sabiendo que muchas explicitaciones pueden llevar al error
de considerar que el alma está ‘a la espera de un cuerpo’ o un cuerpo ‘a la espera’ de un
alma’ es que afirmamos contundentemente que no es asíix .
Relaciones. El alma como forma es un principio por el cual es, en cambio al
alma como motor es un principio por el cual se mueve. Tenemos pues dos tipos de
relaciones: alma (forma)-cuerpo como una relación entitativa y alma (motor)-cuerpo
como una relación operativa.

a) El cuerpo como móvil. Ahora, así como distinguimos alma-forma de alma-


motor tendremos que hacer una nueva distinción. La forma perfecciona a la materia en
el ser y en el operar. Nos abocaremos a considerar el aspecto dinámico: el
perfeccionarse, en donde en el operar/obrar intervienen partes del cuerpo. Al binomio
alma-forma/materia primera, le sigue alma-forma/alma-motor, y ahora nos encontramos
con alma-motor/cuerpo-móvil. Motor y móvil por sí mismos no constituyen algo uno,
pues uno mueve y otro es movido. Pero constituyen algo uno en virtud de que el alma es
forma del cuerpo por un único acto. El alma en cuanto está actualizando genera dos
efectos: uno como forma y otro como motor. Y a su vez como motor se desprende un
móvil: el cuerpo, pero no como dos cosas sino siendo algo uno de suyo, pues el
movimiento es un acto común del motor y del móvil. x “A lo tercero debe decirse que
motor y móvil no forman algo uno de suyo (per se) en cuanto tales, sino que, un motor
que es el alma, y de algo móvil que es el cuerpo, se hace algo uno de suyo (per se), en
cuanto que el alma es forma del cuerpo.” (TOMÁS DE AQUINO - Cuest. Disp. Sobre
el alma, a.8 ad 3ª).

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Aunque podemos hablar con verdad de dos partes: la parte motora y la parte
móvil. Partes, decimos, impropiamente hablando, pues no son dos cosas. “A lo sexto
debe decirse que dicho argumento concluye que el alma o el animal se divide en dos
partes: una, que es como cuerpo móvil, y otra que es motora. Lo cual es verdad.”
(TOMÁS DE AQUINO - Cuest. Disp. Sobre el alma, a.8 ad 6ª)

Ahora bien, esta parte móvil tiene, ahora sí, partes propiamente hablando, que
trataremos a continuación.

b) Las partes del móvil. El móvil tiene partes que deben responder a las
diversas operaciones. Pues bien el motor debe moverlas adecuadamente,
ordenadamente. El motor (alma) al moverlas ordenadamente, de algún modo, se une a
las demás partes, se une desde el movimiento que genera. Permite inter-actuar (entre-
actos) a las distintas partes del cuerpo reconociendo un motor que las mueve. Pero en
esto tenemos que barrer de nuestra mente toda imagen mecánica del interactuar entre las
partes. “A lo decimotercero [...] el alma mueve las demás partes del cuerpo como motor
de las mismas; y por ello mediante él el alma se une a las demás partes del cuerpo
como motor de las mismas [...].” (TOMÁS DE AQUINO – Cuest. Disp. Sobre el alma,
a.9 ad 13ª)

c) El orden entre las partes. Pero, como hay multiplicidad de partes xi, se hace
necesario que este operar se dé ordenadamente (según un orden), y esto ocurre pues el alma se
relaciona con el cuerpo a modo de motor que genera el movimiento, y el cuerpo con el alma a
modo de móvil. Hay motores y móviles ordenados. Habiendo un motor generante (el alma) hay
un móvil que le sigue, pero este móvil, a su vez, es motor respecto del próximo móvil. Y así en
una secuencia de: cuerpo, espíritus (en el sentido de vehículos de virtudes que veremos más
adelante), virtudesxii (o fuerzas orgánicas que trataremos también más adelante) miembros y
órganos. Y todo se inicia en las potencias del alma. Más allá de la actualidad de las distinciones
entre partes que enunciamos, queremos rescatar el orden instrumental que se inicia en el alma
(como principio) y termina en el órgano y de aquí a otro órgano (como fin). “En cuanto al
moverse, porque en el movimiento con que el alma mueve al cuerpo hay cierto orden de
motores y movidos. Pues el alma realiza sus operaciones mediante las potencias. De donde la
potencia mueve al cuerpo; mediante el espíritu, los miembros, y, por fin, mediante un órgano, a
otro órgano.” (TOMÁS DE AQUINO – II CG 71)

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Como el alma ejecuta todo movimiento a todas y cada una de las partes del
cuerpo, debe existir un orden entre las partes para que haya un orden entre las
operaciones.xiii Esto es, existe orden instrumental, que es el orden de las operaciones
entre sí. Y las operaciones perfeccionan al hombre, lo completan acercándolo a una
completud más acabada y más próxima al mundus. Y esto viene del alma como motor.

[...]Y puesto que la forma perfecciona a la materia no sólo en cuanto al


ser sino también en cuanto al operar, por esto es necesario que aunque haya una
sola forma, las diversas partes del cuerpo sean perfeccionadas por esa misma, y
cada una según su operación. Según esto, también es necesario que exista un
orden entre las partes según el orden de las operaciones, como se ha dicho en la
respuesta; pero este orden proviene de que el cuerpo se relaciona con el alma
como motor”. (TOMÁS DE AQUINO - Cuest. Disp. Sobre el alma, a.8 ad 14ª)

d) La parte primera. Establecido un orden entre las partes surge la necesidad,


en ese mismo orden, de una parte primera movida por el alma como motor, originante
del movimiento en cuestión. Y a partir de esa parte primera el alma se conecta con las
demás partes siempre según sus operaciones. “[...]. Así, pues, entre el alma como motor
y principio de operaciones y todo el cuerpo, existe cierto medio, porque el alma,
mediante alguna primera parte del cuerpo ya movida por ella, mueve a las demás partes
a sus operaciones [...]. (TOMÁS DE AQUINO - Cuest. Disp. Sobre el alma, a.9 c.)

Hay una parte primera y anterior a todas las demás por naturaleza, para que el
resto de las partes puedan operar según sus potencias. “Más siendo necesario que haya
un orden instrumental según el orden de las operaciones entre sí, y entre las diversas
operaciones del alma unas [partes] son anteriores naturalmente a otras, es necesario que
una parte del cuerpo mueva a otra para que esta última opere.” (TOMÁS DE AQUINO
– Cuest. Disp. Sobre el alma, a.9 c.)

En este orden instrumental hay pues, unas partes que son anteriores a otras y
entre las anteriores hay una que es primera. Entre el alma, como motor, y el cuerpo con
sus partes ordenadas, como móvil, encontramos ‘una parte del cuerpo’ que inicia este
orden instrumental: esa parte es un órgano. Por este órgano el alma ejecuta las
operaciones. Todas ‘las demás partes’ se mueven a consecuencia de la primera.

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“A lo cuarto debe decirse que tratándose de aquella operación del alma
que es la del compuesto, no hay medio alguno entre el alma y cualquier parte del
cuerpo, pero existe una parte del cuerpo por la que el alma ejecuta primero las
operaciones que median entre el alma en cuanto principio de tales operaciones, y
todas las demás partes del cuerpo que participan de dichas operaciones.”
(TOMÁS DE AQUINO - Cuest. Disp. Sobre el alma, a.9 ad 4ª)

Cuál es la ‘primera parte’. Sto. Tomás sostiene que esa parte es el corazón,
literalmente hablando. Y así nos hemos tropezado con el corazón, como “la primera
parte del cuerpo ya movida por el alma” que mueve toda operación de todas las partes
del cuerpo. El corazón es un instrumento del alma en cuanto motor, es el primer
principio del movimiento.xiv” [...] el alma mueve mediante el corazón a otros miembros a sus
operaciones vitales”. (TOMÁS DE AQUINO - Cuest. Disp. Sobre el alma, a.9 c.)

Más adelante insiste: “ Debe decirse que el corazón es el más importante


instrumento por el que el alma mueve las demás partes del cuerpo; y por ello mediante
él, el alma se une a las demás partes del cuerpo como motor de las mismas, aunque
como forma el alma se une a cada parte del cuerpo por sí sola e inmediatamente.”
(TOMÁS DE AQUINO – Cuest. Disp. Sobre el alma, a.9 ad 13ª)

El corazón es principio de todo movimiento, desde él se generan todos los


movimientos ordenadamente para que ordenadamente pueda operar, y así vuelve a
insistir en el polémico De motu cordisxv. Ahora, el corazón, no sólo es principio de
todo movimiento sino también fin. Además “lo que se mueve mediante órganos está allí
donde el principio y el fin son el mismo” dice Sto. Tomás citando a Aristóteles xvi. Pero,
¿qué tipo de movimiento? El tipo de movimiento es casi-circular, es semejante al de
los cuerpos celestes, pues está compuesto de tracción-impulso. El movimiento del cielo
es circular y continuo y es el principio de todos los movimientos del mundo. Pero el
movimiento que genera el corazón es “como un círculo”.xviiSto. Tomás, en esto, sigue a
Aristóteles. Aristóteles es contundente. Su afirmación estaba basada en datos empíricos
interesantes y laboriosos pero no concluyentes para la ciencia actual.

A la pregunta inicial: ‘si es el corazón esa primera parte que mueve al resto?’
Diremos que, según Sto. Tomás siguiendo a Aristóteles, sí. Nos quedaremos, por ahora,
con esta respuestaxviii.

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2. El sujeto de la sensibilidad.

a) El corazón.

Ahora bien, el corazón era considerado no sólo aquella parte del cuerpo por el
cual el alma, en tanto motor, ejecutaba movimientos en el cuerpo, sino también era el
sujeto donde inhería el apetito sensible. El corazón era el sujeto de la afectividad
sensible.
Es frecuente que, por afirmar no sólo la espiritualidad del alma sino cómo en el
hombre su sensibilidad está de algún modo espiritualizada, se caiga en el error de creer
que la afectividad sensible sea a-orgánica como el entendimiento y la voluntad. Otro
tanto suele ocurrir con el conocimiento sensible referido a los sentidos internos.
Que el apetito sensitivo radica en órgano lo vemos por:
1. Por la observación.
2. Por la correlación entre el apetito sensitivo y los sentidos xix
3. Por experiencia interna. El hombre antes de ser sensitivo es un ser vegetativo.
El apetito sensitivo se inclina, tiene inclinaciones que tienden a satisfacer su faz más
primaria: la vegetativa. Conoce sensiblemente y apetece, y apetece para nutrirse,
conservarse, generarse en todo esto. La faz intelectiva no está ausente, pues puede decir
sí o no a estas inclinaciones según su libertad. Tiene dominio imperfecto, es ‘señor’ de
estas inclinaciones pero no absolutamente.
Hoy ya no es sostenible que el corazón sea ‘la parte por la cual el alma como
motor ejerce el movimiento hacia los otras partes del cuerpo’ y que sea ‘el sujeto de la
afectividad sensible’ Ya no lo es, pero lo no es de un modo absoluto, pero sí lo es de un
modo relativo o indirecto.
¿Cuál es, entonces, el órgano del apetito sensitivo? Habrá uno de modo
indirecto: el corazón y otro de modo directo.

b) El corazón como órgano indirecto.

La experiencia nos sirve a modo de testimonio para afirmar las relaciones entre
el corazón, orgánicamente considerado, y las pasiones, transmutación corporal de por
medio. Además, de modo indirecto, las relaciones entre el corazón y la vida racional. Y

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así, ciertas pasiones trasuntan en lo corpóreo de un modo más enérgico que otras
afectando al corazón indirectamente.
Esto nos permite afirmar que, el corazón tiene que ver con el apetito sensitivo y
las pasiones al menos de un modo indirecto. El órgano del apetito sensitivo no es el
corazón, sólo tiene existe una relación indirecta. Hay otro órgano y éste otro influye
sobre aquél (el corazón)xx. El corazón no es el órgano del apetito sensitivo ni ‘la
parte...’, es, nada más y nada menos (¡), el órgano de la vida vegetativa, el órgano
principal de la circulación de la sangre. Es en el corazón donde repercute ‘la actividad
de la sustancia nerviosa’xxi.
No es el corazón, el órgano de la afectividad, pero está implicado
indirectamentexxii. No es el corazón, pero el hombre experimenta, ‘siente’
modificaciones en él cuando está afectado sensiblemente’:

“Se admitía que el corazón era el órgano propio de las facultades


sensitivas, especialmente de los apetitos, sencillamente porque en los actos de
apetecer el hombre experimenta simultáneamente ciertas modificaciones del
corazón.” Juan Cruz Cruzxxiii.

Millán Puelles, en su célebre Fundamentos de Filosofía nos dice que el corazón


es ‘el órgano manifestativo de la apetición sensible y de sus operaciones’ y que éstas, a
su vez, se reflejan o repercuten en él.xxiv

c) El sistema cerebro-espinal como órgano directo.

Pero todavía no hemos dicho cuál es el órgano de la apetición sensible.


Actualmente, se sostiene que el sistema cerebro-espinal es el órgano de la apetición
sensible. xxv
Pues bien, el órgano de la apetición sensible es el sistema nervioso cerebro-
espinal, y más ‘precisamente’ las células nerviosas psicomotrices, pues disponen el
movimiento del psiquismo inferior, de la afectividad sensible. Y así también Coreth
insiste con las células cerebralesxxvi.
Otros autores, Brennan por ejemplo, hablan de una ‘base fisiológica de los actos
sensitivos’, pero también indica que es el sistema cerebro espinal que incluye
obviamente el cerebro y la médula espinal, principalmentexxvii. Y precisa aún más, e
indica el sistema nervioso como el sustrato o estructura material. Y según Mons. Blanco

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el órgano de la sensibilidad afectiva es el paleoncéfalo o hipotálamoxxviii. Matices de por
medio, el sistema cerebro-espinal es el órgano en cuestión.
Finalmente, Juan Cruz Cruz, y señala que las sensaciones provocan reacciones
centrífugas para que el ‘animal’ busque su bien. Y esto por medio del sistema nervioso.

“Hoy la biología podría indicar que ese primer principio de movimiento


es el sistema cerebro-espinal: las reacciones centrífugas estimuladas por las
sensaciones -reacciones por las que el animal busca su propio bien- provienen
precisamente del sistema nervioso, determinable como órgano y sede de los
apetitos.” Juan Cruz Cruzxxix.

Nos queda claro que, la apetición sensitiva es una potencia que radica en órgano,
y este órgano es el sistema cerebro espinal. En el punto siguiente podemos ver también
la relación que tiene con las potencias cognoscitivas sensibles.
Sto. Tomás, al referirse a los sentidos internos sobre todo, ha indicado al cerebro
(‘sicut medici’) como el órgano del conocimiento sensible interno y ha indicado, lo cual
nadie tiene la menor duda, la sujecibilidad orgánica de los sentidos externos. En cuanto
a los sentidos internos ha indicado inclusive distintas partes del cerebro en cuanto a su
‘localización’xxx.
Veamos, el cerebro está más desarrollado que en otros animales para poder
operar sensiblemente de un modo más adecuado con respecto al entendimiento. Lo
producido por los sentidos internamente tendrá más perfección si el órgano es más
perfecto y en consecuencia dará la posibilidad de una mayor intelección y volición.

“...en proporción a su cuerpo, el hombre, tiene más desarrollado el


cerebro, ya para dar más libertad a las funciones de las potencias sensibles
internas, que son necesarias para la acción del entendimiento como quedó dicho
en q.84, a.7.; ya para que la frialdad del cerebro compensase el calor del
corazón, que debe ser intenso (por razón de su estatura recta)...” I q.91 a.3 ad 2ª.

Además, para el recto operar de los sentidos internos es necesaria una adecuada
disposición del cerebro además de un desarrollo más perfecto. Por otra parte, esto se
conjuga con las disposiciones particulares de cada cuerpo, lo que indica un presupuesto
de subjetividad en la comprensión a partir de lo corporal.

“[…] Por otra parte, si alguien quiere además considerar las


disposiciones particulares del cuerpo humano, se encontrará con que hay tal
orden en ellas, que en el hombre se encuentran los sentidos ordenados del mejor

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modo posible. De este resulta que para una adecuada relación de las potencias
sensitivas interiores, como la imaginación, la memoria y la cogitativa, es
necesaria la adecuada disposición del cerebro. Por eso el hombre posee un
cerebro más grande que el de los restantes animales, en cuanto a la proporción
de su cuerpo,...” (TOMÁS DE AQUINO – Cuest. Disp. Sobre el alma, a.8 c.)

3. Conclusiones.

Podemos abordar fenomenológicamente al hombre como una unidad bio-psico-


socio-espiritual (o vegeto-sensitivo-racional) y así referirnos a factores constitutivos
ordenados jerárquicamente de un modo piramidal, y así enumeramos distintos tipos de
factores: orgánicos, psicológicos, sociales y espirituales (o vegetativos, sensitivos y
racionales). Lo orgánico constituye la base fisiológica, es la unidad funcional, la
centralización del sistema nervioso y la identidad física.xxxi Estos factores son el
sustento y base de toda la pirámide, de ahí que cualquier deterioro físico repercuta en
todo el hombre, en toda la pirámide. La desestabiliza. Lo orgánico implica una
referencia directa al principio material del hombre. Pues los factores primarios son los
orgánicos, que en la pirámide están abajo y tienen una gran importancia cuantitativa,
son el sustento material literalmente hablando, y cómo dañándose este sustrato se va
desmoronando o inclinando toda la pirámide hasta que deteriorada completamente
colapsa el compuesto todo. Y la totalidad incluye tanto la vida interior como el
organismoxxxii.
Además, contrariamente a lo sostenido históricamente por Platón, en donde sólo
se considera el alma como motor, entendemos que el apetito sensible o afectividad no ha
sido suficientemente considerado en tanto éste dice relación con el sistema cerebro-
espinal como sujeto. Aunque la voluntad tenga dominio sobre el apetito sensitivo, este
dominio no es perfecto y total. Y así la debilidad en las inclinaciones sensitivas puede
ser mejor entendida si profundizáramos sus implicancias orgánicas aunque sin querer
justificarlas. Por tanto, reafirmamos que la primera parte por la cual el alma como motor
mueve al cuerpo como móvil es el sistema cerebro-espinal (células psicomotrices) y no
el corazón. No obstante podemos considerar al corazón como un ‘órgano indirecto o
manifestativo’ del apetito sensible.
Además podemos afirmar que tanto el sujeto de la apetición sensitiva como del
conocimiento sensitivo es también el sistema cerebro espinal, pero haciendo hincapié en
el cerebro en el caso de las potencias cognoscitivas internas.

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Queremos recordar que el sujeto último tanto de la apetición sensitiva como del
conocimiento sensitivo del hombre es el compuesto (y debemos afirmar que por la
voluntad, en última instancia el alma mueve al cuerpo), el inmediato es el sistema
cerebro-espinal, por medio del cual el alma (motor) mueve al cuerpo (móvil) de un
modo instrumental, además de que “no sólo el sistema nervioso” sino también:
“glándulas, tejidos y órganos que intervienen en la fisiología de la emoción”.xxxiii
Podemos concluir que, al igual que los sentidos del hombre, el apetito sensitivo
es por naturaleza compuesto, pertenecen al cuerpo y al alma, pero dependen
inmediatamente en sus operaciones de la estructura o sustrato material o del factor
somático, es decir, de la disposición de la materia y en especial del sistema cerebro-
espinal. Y que, el alma en tanto forma, se une al cuerpo in-mediatamente, en cambio,
en tanto motor, se une mediatamente, ‘por medio’ de un instrumento: el sistema cerebro-
espinal.
Gustavo Bitocchi
Lic. y Prof. en Filosofía -UNSTA
 UNSTA-Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino-Facultad de Filosofía
 Universidad Austral. Facultad de Ingeniería
 Seminario Arquidiocesano de Mercedes-Luján
bitocchi@gmail.com; gbitocchi@austral.edu.ar

Bibliografía específica
TOMÁS DE AQUINO
o Coment. al Libro del alma. ARJÉ, Bs.As., 1982.
o Cuest. Disp. Sobre el alma. EUNSA, Pamplona, 1999.
o Del movimiento del corazón, Athanasius/Scholastica, Bs.As., 1994.
o Suma Contra Gentiles. BAC, Madrid, 1964.
o Suma Teológica. BAC, Madrid, 1964.

Bibliografía de consulta
J. ARREGUI/ J. CHOZA – Filosofía del hombre, Rialp, Pamplona, 1992.
Guillermo BLANCO – Curso de Antropología Filosófica. Educa, Bs.As., 1ª Ed.
2002.
R. BRENNAN – Psicología tomista. Ed. Científico Médica, Barcelona, 1959.

12
CHOZA, J. – Manual de Antropología Filosófica, Rialp, Madrid, 1998.
Octavio DERISI – La doctrina de la inteligencia de Aristóteles a Sto. Tomás. Club
de Lectores, Bs.As., 1980
Etienne GILSON – De Aristóteles a Darwin (y vuelta). Ensayo sobre algunas
constantes de la biofilosofía. EUNSA, 1976, Pamplona.
Philipp LERSCH – La estructura de la personalidad. Scientia, Barcelona, 1971.
D. MERCIER – Psicología (Vida orgánica y vida sensitiva. Vida intelectiva o
RACIONAL) ANACONDA, BS.AS.1942.
YEPES STORK, R. / ARANGUREN ECHEVARRÍA, J. – Fundamentos de
Antropología (Un ideal de la excelencia humana). Eunsa, Pamplona, 1ª Ed. 1996.

13
i
Y esto, tal vez, se deba a una ‘metafísico-dependencia’ exacerbada ya enraizada en el modo de concebir las cosas en
parte del pensamiento filosófico realista.
ii
Sobre todo desde una Filosofía del Lenguaje pero también desde una Filosofía de la Mente (o Neurociencia).
iii
Desde la Psicología Cognitiva, la Biología y la Medicina podemos plantear toda una problemática interdisciplinaria.
iv
El hombre como un pequeño mundo. Completo, en este contexto de investigación, es incluir todo lo que el hombre es
y todo lo que el hombre es, es todo lo que el mundo y Dios son, pero potencialmente.
Lo corporal, en tanto límite, nos permite ser/estar y operar en el mundo y así interactuar con él (entenderlo y sentirlo),
nos permite entrar en contacto con otro límite. Se encuentra al mundo y frente a él, se reconoce semejante.
Así el hombre ocupa un lugar especial entre los seres vivos, es una especie de síntesis del universo en escala reducida.
No es ni ángel ni bestia, pero es ángel y bestia de un modo interactuante. El hombre tiene un intelecto (ángel) tan
profundo como se lo permita su ‘delicada’ y ‘frágil’ constitución biológica (bestia)
Los clásicos y primigenios cuatro elementos de la vieja Física (tierra, agua, aire, fuego) pretendían explicar de un modo
completo la realidad total del mundo material, y éste es el principio que rescatamos. Con minor mundus (pequeño
mundo) nos referimos al hombre como un ser en el cual se reúnen, por un lado, la completa y total variedad de la
realidad material (es decir, los viejos cuatro elementos imbricadamente considerados) siempre en lo que a corporal o
constitución biológica se refiera y, por otro lado, a las sustancias espirituales, en cuanto a su alma racional: “...el
hombre... está en cierto modo compuesto de todas las cosas. Tiene del género de las sustancias espirituales: el alma
racional. De la semejanza de los cuerpos celestes: el equilibrio sintético por la gran armonía de su complexión. Y de los
(cuatro) elementos, según su sustancia. Y esto de tal modo que los elementos superiores predominan según virtud como
son el fuego y el aire, pues la vida consiste principalmente en lo cálido, que es el fuego, y en lo húmedo, que es el aire:
más los elementos inferiores dominan en él según su substancia. De otro modo, no podría haber equilibrio en la mezcla,
si los elementos inferiores que son de menor virtud, no abundasen en el hombre en volumen; y así se dice que el cuerpo
del hombre fue formado del barro de la tierra, porque barro se llama la tierra mezclada con agua... Y por esto mismo se
dice el hombre mundo pequeño o microcosmos, en cuanto todas las criaturas del mundo se hallan contenidas en él.”Iq.
91, a.1. c.
El término latino ‘mundus’ provino del griego ‘cosmos’. Para los griegos el cosmos era un todo bellamente ordenado.
Habla de una unidad en la que se da todo de alguna manera. Desde lo corporal, se da la mixtura de todos los elementos,
y desde lo no-corporal se da la presencia de una forma espiritual que lo informa. Es decir, todo lo que existe en la
realidad, existe en el hombre: lo elemental (los elementos o lo material) y lo extra-elemental (o lo espiritual-divino). Lo
elemental sugiere una proporción y compensación entre las partes (superiores e inferiores) análoga a otros cuerpos más
perfectos. Lo extra-elemental se manifiesta en el alma espiritual como un reflejo imperfecto del Espíritu Divino. Por
esto el ‘hombre es en cierto modo compuesto de todas las cosas’.
v
Tanto en la profundización del alma como motor como en la posterior del cuerpo como complexión, haremos
consideraciones referidas a lo biológico. No pretendemos que estas consideraciones tengan un rigor biológico o médico.
Nos interesa, por el contrario, que aporten un rigor en cuanto a los principios, pues en ellos queremos basarnos para
establecer conclusiones. No obstante esto, muchas apreciaciones no dejan de ser adecuadas y correctas si se traducen (o
retraducen) o se actualizan al vocabulario de la Biología actual. Lo cual mostraría, de alguna manera, la urgencia de una
renovada complementación entre el mundo de lo filosófico y el mundo de las ciencias positivas y particulares.
vi
Cfr. II CG 71 “El alma humana se une inmediatamente al cuerpo”.
vii
Además: “A lo decimotercero [...] el alma mueve las demás partes del cuerpo como motor de las mismas; y por ello
mediante él el alma se une a las demás partes del cuerpo como motor de las mismas, aunque como forma se une a cada
parte del cuerpo por sí sola e inmediatamente.” TOMÁS DE AQUINO - Cuest. Disp. Sobre el alma, a.9, ad 13ª.
viii
“... en el hombre 'espíritu' es simultáneamente 'alma’; es decir, el principio espiritual e inmaterial, que al propio
tiempo anima y vivifica al cuerpo humano y que es, por tanto, el principio vivificante de toda la vida corporal.
Únicamente en este sentido puede hablarse de un alma espiritual. Con este concepto se expresa ya una doble función del
alma en sentido estricto; es principio de vida espiritual y corporal." E. CORETH – Qué es el hombre. Herder,
Barcelona, 1985; Cap. 3, #2.
ix
I q. 92 a.4 ad 3ª y; Cuest. Disp. Sobre el alma, a.9 c.
x
II CG 57.
xi
“Por otra parte, un cuerpo vivo, en cuanto es orgánico, consta de partes heterogéneas y cada una de ellas cumple una
función distinta de las restantes. Desde el punto de vista de las características físicas irreductibles entre sí, puede verse
la organicidad del cuerpo vivo como una especialización de las partes en función de esa pluralidad de características.” J.
ARREGUI / J. CHOZA –Filosofía del hombre (Una Antropología de la intimidad, Rialp, Pamplona, 1992; p. 129.
xii
Espíritus, como vehículos de virtudes y las virtudes como fuerzas orgánicas. Ambos los trataremos más adelante. A
este tipo de espíritus lo designaremos spiritus para evitar equívocos.
xiii
TOMÁS DE AQUINO - Cuest. Disp. Sobre el alma, a.8 ad 14ª.
xiv
“Éste [el corazón] era visto como el primer principio del movimiento en el animal.” Juan CRUZ CRUZ - Estudio
preliminar y revisión en TOMÁS DE AQUINO - Cuest. Disp. Sobre el alma, p. XLIV (Eunsa, Pamplona, 1ª Ed. 1999).
xv
“El movimiento del corazón es ciertamente el principio de todos los movimientos que se dan en el animal.”, Del
movimiento del corazón, corpus, p. 45. Edit. Athanasius). Y aquí Tomás cita a ARISTÓTELES- Sobre las partes de los
animales III, 4, 666 a 11-13: “Parece que los movimientos de lo agradable y lo triste y lo absolutamente de todo sentido
comienzan aquí, o sea, en el corazón, y aquí terminan.”
xvi
TOMÁS DE AQUINO – Sobre el movimiento del corazón (De motu cordis), respuesta, p. 47. Y ARISTÓTELES -
Sobre el alma III, 10, 433 b21-22.
xvii
TOMÁS DE AQUINO – Coment. al Libro del alma. L. III nn. 832 a 835.
xviii
“Observó que el corazón: a) Se encuentra aproximadamente en el centro del cuerpo, b) En el huevo en incubación,
los primero síntomas de vida eran los movimientos del corazón, c)Una avispa vive aún después de decapitada, d) El
corazón de una tortuga, o el de una rana, continuó latiendo luego de haber sido extraído del cuerpo, e) Por otro lado, el
cerebro: Es insensible al tacto; parece estar desprovisto de sangre; aparentaba hallarse ausente en la mayor parte de los
animales ‘sin sangre’ “ L. COONEN – La génesis de la biología, Ed. Columba, colección esquemas, Buenos Aires,
1962; p. 72. El autor cita a Aristóteles- Sobre la generación de los animales V, 1. Más allá de lo curioso, son
argumentos muy débiles para la Biología actual pero sin duda tenían años de observación en animales e inclusive en
hombres. Ya sea con la práctica tanto de la disección como de la vivisección. Queremos decir con esto que, a pesar del
error, éste no proviene de un juicio rápido y sin fundamento. Había motivos para pensar que fuese el corazón ese órgano
en cuestión.
xix
“Luego la voluntad sensitiva, diferente de la voluntad intelectiva, está también intrínsecamente relacionada con un
órgano; para abreviar: es una facultad orgánica.” [...] “¿Cuál es este órgano, puesto que el apetito sensitivo reside en un
órgano?” Cardenal D. MERCIER – Psicología (Vida orgánica y vida sensitiva. Vida intelectiva o racional), Anaconda,
Bs.As.,1942; pp. 285 y 286.
xx
“La experiencia sirve de testimonio de las íntimas relaciones existentes entre el corazón y las pasiones (y, por vía de
consecuencia indirecta, entre el corazón y los sentimientos más elevados del alma). Las emociones penosas tienen como
efecto moderar las pulsaciones del corazón, que se traducen por la palidez del rostro, el aplanamiento general del
organismo. Y, al contrario, el gozo y la esperanza aceleran las pulsaciones cardíacas, activan la marcha de la circulación,
favorecen la afluencia de la sangre a los órganos y nos producen la sensación de bienestar y vitalidad”. Card.
MERCIER – Psicología...;pp. 287/8.
xxi
Card. D. MERCIER – Psicología…; pp. 288/9. “... los actos de percepción, las apeticiones, las emociones están
ligados de modo intrínseco a la actividad de la sustancia nerviosa y solamente pueden tener relación indirecta con el
tejido muscular del corazón.”
xxii
“Es decir las variaciones de la actividad nerviosa afectan al corazón y éste a su vez repercute en el cerebro. Las
contracciones del corazón, tratadas por Sto. Tomás como movimiento circular, no dependen directamente del cerebro.
La ciencia ha mostrado que el corazón aislado del organismo continúa latiendo durante cierto tiempo. Pero “la
intensidad y la regularidad de las contracciones cardíacas están constantemente influidas por el centro cerebro-espinal”
Card. D. MERCIER – Psicología… ; p. 289.
xxiii
En estudio preliminar y revisión en Cuest. Disp. Sobre el alma de TOMÁS DE AQUINO, p. XLIV.
xxiv
“... pues [el corazón] si no es su órgano propio [el de la apetición sensible], constituye al menos un cierto órgano
manifestativo de ella y de sus operaciones (estas, en efecto, se reflejan en él).” A. MILLÁN PUELLES – Fundamentos
de Filosofía, Rialp, Madrid, [1ª Ed. 1955]; p. 351/2.
xxv
“Pero hoy se sabe que no es el corazón, sino el sistema cerebro-espinal, el órgano de esos movimientos, y
concretamente, las células nerviosas psicomotrices; ...” A. MILLÁN PUELLES – Fundamentos… ; pp. 351/2. Muchos
autores afirman, entre ellos Mons. Blanco, que fueron los árabes quienes indicaron al cerebro, en lugar del corazón,
como sede de la sensibilidad. Mons. BLANCO – Curso de Antropología Filosófica, Educa, Bs.As. , 1ª Ed. 2002; p.
325/6.
xxvi
“Aún cuando existan actos espirituales, como pensamientos, juicios, voliciones, que en su constitución esencial ya
no están internamente determinados por un acontecer material, sino que lo trascienden de raíz, sin embargo están
siempre y necesariamente condicionados por el sustrato material; sólo con la condición de que las células cerebrales
estén sanas, podemos pensar y desarrollar otras operaciones espirituales. De este modo el cuerpo es el medio e
instrumento con que el espíritu se realiza sí mismo. Sólo en este medio toma conciencia de sí y puede realizarse.” E.
CORETH – Qué es… ; p. 205/6.
xxvii
“El fundamento fisiológico de la vida sensitiva del hombre es el sistema cerebro-espinal. Su parte central consta de
un cerebro y de la médula espinal. “ R. BRENNAN OP – Psicología tomista, Ed. Científico Médica, Barcelona, 1959,
p. 130. Y “Los sentidos del hombre son naturalmente compuestos. Perteneciendo al cuerpo y al alma dependen
inmediatamente en sus operaciones de su estructura material, y especialmente del sistema nervioso” , p. 161.
xxviii
“En nosotros, los dos lóbulos cerebrales radican en un tálamo, debajo del cual hay un cuerpo que después sigue
como médula, a principios del siglo XX Sherrington (1857-1952, médico inglés, obtuvo en 1932 el premio Nobel de
Medicina por sus investigaciones sobre la fisiología del sistema nervioso) y otros descubrieron que ese cuerpo
hipotalámico está ligado al estar despierto o dormido, y a la expresión de los estados emocionales (pasionales). Por
consiguiente, y tomado de una manera global, podríamos decir que el hipotálamo es el órgano de la sensibilidad
afectiva...” Mons. BLANCO – Curso de…, p. 326.
xxix
Véase la nota 23.
xxx
Mons. Octavio DERISI afirma que el conocimiento dependende causalmente del órgano material: del ojo, del oído,
etc., y del sistema nervioso en general. Cfr. Fundamentos metafísicos del orden moral, Educa, Bs. As. , 4ª Ed.1980,
Cap.4 # 5; y también I q.77 a.5. y II CG 57.
xxxi
Héctor MANDRIONI - Introducción a la Filosofía, Kapelusz, Buenos Aires, 1964, Cap.8.
xxxii
"Si, por lo tanto, queremos dar un cuadro completo del hombre viviente y concreto, debemos decir que tanto el
organismo como la vida interior están singular y recíprocamente organizadas en un todo; el hombre es una unidad
inseparable resultante de la integración de una multiplicidad de partes que culmina en un vértice que la resume y
armoniza. "(A. GEMELLI./G. ZUNINI-Introducción a la Psicología, Miracle, Bs.As., 1955; Cáp.15, #1)
xxxiii
“Lo mismo que los sentidos, nuestro apetito animal es una facultad psicosomática. Está radicada en el todo o
compuesto, lo cual quiere decir que pertenece tanto al alma como al cuerpo [...] El factor psíquico es la inclinación del
apetito hacia su objeto propio. El factor somático comprende, no solo el sistema nervioso, sino también las glándulas,
tejidos y órganos que intervienen en la fisiología de la emoción.” (El texto sigue hablando de la fisiología de la
emoción). E. BRENNAN – Psicología... , p. 184.

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