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A pesar de las dificultades para determinar qué se entiende por esclavitud, es posible distinguir
una serie de rasgos comunes que la identifican y diferencian de fenómenos estrechamente
vinculados a ella, como la servidumbre o la trata de personas. A partir del establecimiento de
estas particularidades comunes, se pueden señalar las formas de esclavitud existentes en el
siglo XXI. Siguiendo a GEORGINA VAZ, se observan una serie de características comunes en las
prácticas esclavistas sin necesidad de establecer una diferenciación entre la esclavitud
tradicional o antigua y lo que actualmente se conoce como esclavitud contemporánea o
moderna. En primer lugar, la noción de propiedad es un elemento común a todas las
definiciones de los tratados relativos a la abolición de la esclavitud. La Convención de 1926
alude al derecho de propiedad, señalando que sobre la víctima se ejercen los atributos propios
del derecho de propiedad, pero también establece que son víctimas de la esclavitud aquellos
sobres los que se ejerzan algunos de estos atributos. Ciertamente, en la actualidad no existe
compraventa de personas en los mercados públicos, si bien el ejercicio de la propiedad se
realiza a través del control sobre las víctimas utilizando la amenaza, la violencia u otro tipo de
coacciones (tanto físicas como morales) para mantenerlo. Este escenario resulta incluso más
peligroso que entonces, ya que los “propietarios” disponen del control absoluto de una persona
sin que exista un documento que refleje esta situación. De ello puede deducirse fácilmente la
complejidad de probar la existencia de este sometimiento durante un procedimiento judicial.
Relator Especial sobre la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la
pornografía. Por ejemplo, la reacción de la víctima ante la toma de decisiones puede ser un
indicador importante en la medida en que, en la mayoría de los casos, se ha visto privado de
elegir durante esa etapa de sumisión. Además, se ha de señalar que el control no solo es ejercido
sobre la propia víctima, sino también sobre sus objetos personales. En numerosos casos, la
correspondencia y las relaciones con el exterior le han sido prohibidas. En estas circunstancias
el consentimiento de la víctima para estar sometida a estos abusos no debería constituir un
factor determinante a la hora de esclarecer la existencia objetiva de la esclavitud. En la mayoría
de los casos los patrones se aprovechan del estado de pobreza o necesidad en el que viven las
víctimas o sus familiares. La cuestión del consentimiento es igualmente irrelevante en los casos
de esclavitud en los que se encuentran implicados menores. Un tercer elemento sería, por tanto,
la deshumanización de la persona debido al grado de explotación al que se encuentra sometida
durante el período de cautiverio. En este sentido, se ha de señalar que la Carta Africana sobre
los Derechos Humanos y de los Pueblos es la que mejor muestra esta relación. Así, la alusión a
la dignidad humana y al reconocimiento de su estatus legal constituye un elemento central de
la problemática relativa a la esclavitud. En este sentido, muchos autores que vinculan la
esclavitud actual con la globalización examinan con especial interés el fenómeno de la
deshumanización en el individuo. Conviene destacar, en este contexto, la importancia de las
medidas de asistencia y protección de las víctimas. Formas contemporáneas de esclavitud. La
Unión Europea ha adoptado un acuerdo con el fin de adoptar una directiva relativa al permiso
de residencia concedido a los nacionales de países terceros víctimas de inmigración clandestina
o de trata de seres humanos que cooperen con las autoridades compitentes. Por un lado, el
Estado debe establecer una serie de mecanismos legales en aras de proteger a los extranjeros
que se encuentren ilegalmente en el país y hayan sido víctimas de prácticas esclavistas,
otorgándoles, por ejemplo, una autorización provisional de residencia. De este modo, se
potencia no solo la cooperación de las víctimas con la justicia, sino la propia denuncia. Además
de la protección legal, la mayoría de las víctimas requieren asistencia psicológica, médica y/o
social. Las medidas patrocinadas por el Estado en este sentido son incipientes, por lo que
adquieren gran relevancia las asociaciones de ayuda a las víctimas y otras iniciativas
procedentes de la sociedad civil. Finalmente, como cuarta y última característica común a la
esclavitud se puede señalar la alineación de la libertad, tanto de movimiento como personal. La
negación de todo patrimonio, así como la exclusión familiar y cultural, son rasgos comunes en
este tipo de prácticas. Durante esta etapa, la víctima carece de vida privada y se le obliga a
residir en casa de su “dueño” o en su lugar de trabajo. Además, el desconocimiento de la lengua
del país en el que reside representa un gran obstáculo para la víctima, lo que anuncia una
manifestación de alienación social. Estos cuatro elementos se perciben en las variadas
tipologías de esclavitud existentes en la actualidad. Se ha de señalar, además, la convivencia de
las prácticas ancestrales esclavistas con nuevas formas de explotación. Las antiguas prácticas
esclavistas se mantienen hoy en día en lo que se conoce como esclavitud prendaria. 29 En este
tipo de sometimiento, la persona puede nacer esclava, ser apresada o ser vendida; el patrono
suele reivindicar su propiedad. Los hijos del esclavo suelen ser tratados también como una
propiedad que el patrono puede vender a su antojo. A veces, estos esclavos son ostentosos
objetos de consumo. Esta forma de esclavitud suele darse con más frecuencia en el norte y oeste
de África, así como en algunos países árabes, aunque representa un porcentaje muy reducido
de esclavos en el mundo moderno.Un segundo tipo ampliamente extendido es la esclavitud
doméstica, concretamente infantil en países como Marruecos, el Golfo Pérsico y el Medio
Oriente, el Caribe y el África Occidental, y mayoritariamente femenino en el caso de Europa y
Estados Unidos. En algunos casos, las víctimas son reclutadas en sus países de origen por
agencias o traficantes para ocupar un empleo de estas características en el extranjero, aunque,
debido a los costes del viaje, se verán endeudados durante un período ilimitado en los países
de destino. El Líbano, los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí son los principales destinos
de migrantes procedentes del sur y este de Asia, así como de la India y de África del este. La
mayoría de las personas que llegan a Europa para trabajar como esclavos domésticos son
originarias del sureste asiático; sobre todo de Filipinas, Sri Lanka, Indonesia y la India. Otra
modalidad de esclavitud, tradicional y actual al mismo tiempo, es la denominada explotación
sexual. Se trata de la imposición de un control o poder absoluto de una persona sobre otra sin
ánimo de lucro mediante el uso o la amenaza del uso de la fuerza. Este tipo de explotación suele
producirse, por ejemplo, en tiempo de conflicto armado u ocupación hostil, lo que constituye
una grave violación del derecho internacional humanitario. El concepto de esclavitud sexual
guarda Formas contemporáneas de esclavitud. Características 36 El Estatuto de Roma del
Tribunal Penal Internacional incluye en su definición de crímenes de lesa humanidad,
cometidos como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil,
“prostitución forzada, embarazo forzado, esterilización forzada u otros abusos sexuales de
gravedad comparable” . En las disposiciones del Estatuto de Roma relativas a los conflictos
armados que no son de índole internacional se indica que los “actos de violación, esclavitud
sexual, prostitución forzada, embarazo forzado o cualquier otra forma de violencia sexual que
constituya también una violación grave del artículo 3 común a los cuatro Convenios de Ginebra”
están prohibidos como crímenes de guerra la estrecha relación con el de prostitución forzosa,
aunque es una forma distinta de explotación sexual. Existe la prostitución forzosa cuando una
persona es prostituida contra su voluntad, es decir, cuando se ve obligada bajo coacción o
intimidación a realizar actos sexuales a cambio de dinero o de un pago en especie, ya se
transmita ese pago a terceros o lo reciba la propia víctima de la prostitución. Las normas del
derecho internacional humanitario establecen claramente que la prostitución forzosa es un
delito internacional, aunque esa práctica haya sido utilizada como instrumento de las guerras
modernas con aparente impunidad. Mientras se mantiene el debate sobre si en algunas
circunstancias debería tolerarse la prostitución de adultos, la explotación sexual infantil se
encuentra específicamente prohibida en la Convención sobre los Derechos del Niño, en
particular “a) la incitación o la coacción para que un niño se dedique a cualquier actividad
sexual ilegal; b) la explotación del niño en la prostitución u otras prácticas sexuales ilegales; c)
la explotación del niño en espectáculos o materiales pornográficos” .Sin embargo, según datos
de UNICEF, entre un 30% y un 35% de todos los trabajadores del sexo de la zona del sudeste
asiático tienen entre 12 y 17 años. En México, por ejemplo, la agencia de servicios sociales
informa de que existen más de 16.000 niños y niñas que ejercen la prostitución, y son los
destinos turísticos las zonas donde más abundan. En el contexto europeo se puede señalar el
ejemplo de Lituania, donde se estima que entre un 20% y 50% de las prostitutas son menores.
Se conocen casos de niños y niñas de apenas 11 años que ejercen la prostitución. Se han dado
casos de niños y niñas internados en centros de menores que han sido utilizados para la
filmación de películas pornográficas. “Rompamos las cadenas de la esclavitud infantil”, de 2007.
En este informe, SAVE THE CHILDREN revela las ocho formas más frecuentes de esclavitud
infantil: trata infantil, explotación sexual con fines comerciales, trabajo infantil forzoso por
endeudamiento, trabajo forzoso en la mina, trabajo forzoso en la agricultura, niños soldados,
matrimonio infantil forzoso y esclavitud doméstica. Un ejemplo de la utilización de niños
soldados en la actualidad lo documenta AMINISTÍA INTERNACIONAL con relación al conflicto
de la República Democrática del Congo. “La Abolición de la Esclavitud y sus Formas
contemporáneas”, En el anexo adjunto al final del proyecto se detalla de manera pormenorizada
los tipos de prácticas esclavistas por países más comunes en la actualidad. En relación con los
menores, el problema de la esclavitud se generaliza e intensifica. Así, la organización Save the
Children calcula que hay en la actualidad 218 millones de niños y niñas trabajadores en el
mundo, con edades comprendidas entre los 5 y los 17 años. Más de la mitad de ellos, unos 126
millones, realizan trabajos peligrosos y unos 8 millones y medio están atrapados en las peores
formas de trabajo ilegal, degradante y peligroso, en condiciones consideradas como esclavitud.
Una modalidad especialmente grave dentro de esta categoría es la utilización de menores en
los conflictos armados. Se estima que hay 300.000 niños soldados que participan en más de 30
conflictos armados en todo el mundo. Con estos datos se constata, por tanto, la propagación del
trabajo infantil en todo el mundo debido, por un lado, a los inferiores costes que supone y, por
el otro, a la docilidad y habilidad manual para realizar ciertas labores. Además de estos tipos de
esclavitud, existen muchos otros, como la venta de niños, los matrimonios forzados y venta de
mujeres, la trata de personas, el tráfico de órganos humanos o ciertas prácticas de mendicidad.
Debido a las limitaciones de la investigación, se han señalado y analizado de manera concreta
aunque superficial varios casos en aras de ilustrar esta problemática en la sociedad actual.
INSTRUMENTOS INTERNACIONALES PARA LUCHAR CONTRA LA ESCLAVITUD Instrumentos
internacionales para luchar contra la esclavitud Como consecuencia de la envergadura de las
violaciones de los derechos humanos que suponen las prácticas esclavistas en la actualidad y
debido a la extensión e implicaciones internacionales que conllevan, se requiere una respuesta
global que complemente las medidas regionales, nacionales y locales para luchar contra esta
lacra. Ahora bien, la gran variedad de mecanismos e instrumentos que existen para combatir la
esclavitud, a pesar de ser cuantiosos debido a la antigüedad y gravedad de la materia, adolecen
de lagunas e incoherencias que dificultan su aplicación. Como se ha visto en el primer apartado
de la investigación, el uso de una terminología inadecuada es el punto de partida de una
variedad de problemas que dificultan el análisis y la búsqueda de soluciones apropiadas en el
ámbito internacional. En el marco de las Naciones Unidas existen varios mecanismos
destinados a analizar la problemática de la esclavitud y a paliar sus consecuencias. A pesar de
que son muchos los procedimientos especiales vinculados a las diferentes tipologías señaladas
en el apartado anterior, se hará una expresa alusión a los órganos específicamente dirigidos a
examinar las formas contemporáneas de esclavitud. En 1974, el Consejo Económico y Social
autorizó a la Subcomisión de Promoción y Protección de los Derechos Humanos que
estableciera un Grupo de Trabajo sobre la Esclavitud, compuesto por cinco miembros para que
examinaran los acontecimientos relacionados con la esclavitud, la trata de esclavos y las
prácticas esclavistas, el apartheid y el colonialismo, la trata de personas y la explotación de la
prostitución ajena. En 45 Relator especial sobre la trata de personas, especialmente mujeres y
niños; el relator especial sobre la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños
en la pornografía; el relator especial sobre las formas contemporáneas de racismo,
discriminación racial, xenofobia y formas conexas de intolerancia; el relator especial sobre la
violencia contra la mujer, sus causas y consecuencias; el representante especial del secretario
general sobre la cuestión de los niños en los conflictos armados; el relator especial sobre los
derechos humanos de los migrantes; el representante especial del secretario general sobre la
cuestión de los derechos humanos y las empresas transnacionales y otras empresas
comerciales; el relator especial sobre los pueblos indígenas y el experto independiente sobre
cuestiones de las minorías. Este órgano pasa a denominarse Grupo de Trabajo sobre las Formas
Contemporáneas de Esclavitud y se reúne durante una semana al año de manera regular antes
de cada período de sesiones de la Subcomisión hasta 2006.46 Además de supervisar la
aplicación de las convenciones sobre la esclavitud y examinar la situación en distintas partes
del mundo, el Grupo ha analizado de manera específica un tema concreto vinculado a la
esclavitud para prestarle especial atención cada año. Por ejemplo, en su último período de
sesiones, celebrado del 8 al 11 de agosto de 2006, el Grupo de Trabajo examina con carácter
prioritario los aspectos de la prostitución relacionados con los derechos humanos. En ese
período de sesiones, el Grupo de Trabajo también analiza con detenimiento las distintas
opciones para asegurar que el futuro mecanismo de asesoramiento especializado al Consejo de
Derechos Humanos relacionado con las formas contemporáneas de la esclavitud cumpliera
efectivamente su mandato. En este sentido, el Grupo de Trabajo estima pertinente la creación
de un relator especial que, de manera permanente, siga cumpliendo con su función, esto es,
servir de foro internacional para las organizaciones no gubernamentales (en adelante, ONG) y
las víctimas de la esclavitud y las prácticas análogas, así como continuar su contribución a la
sensibilización de la comunidad internacional, proponiendo recomendaciones al respecto. En
su sexto período de sesiones, el Consejo de Derechos Humanos aprobó la Resolución el 28 de
septiembre de 2007, y nombró por un período de tres años a un relator especial sobre las
formas contemporáneas de la esclavitud, incluidas sus causas y consecuencias. Durante su
mandato, la relatora se centrará. Por la el Consejo de Derechos Humanos decide prorrogar
todos los mandatos, mecanismos, funciones y responsabilidades de la Comisión de Derechos
Humanos, entre ellos el Grupo de Trabajo sobre las Formas Contemporáneas de Esclavitud.