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Índice
Antecedentes ideológicos
Causas
Estados Generales de 1789
Asamblea Nacional
Asamblea Constituyente (1789-1791)
Toma de la Bastilla
El Gran Miedo y la abolición del feudalismo
Pérdida de poder de la Iglesia
Composición de la Asamblea
Camino a la Constitución
Desde la Fiesta de la Federación hasta la Fuga de
Varennes
Últimos días de la Asamblea Constituyente
La Asamblea Legislativa y la caída de la monarquía
(1791-1792)
Guerra de Austria y Prusia contra Francia
La «segunda Revolución»: Primera República
francesa
La Convención (1792-1795)
Ejecución del Rey y Primera Coalición contra
Francia
El reinado del Terror
El Directorio (1795-1799)
Napoleón y la toma del poder
El Consulado (1799-1804)
La bandera francesa y los símbolos de la Revolución
La Declaración de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano
Las mujeres y la Revolución francesa
Véase también
Notas y referencias
Fuentes
Bibliografía complementaria
Enlaces externos
Antecedentes ideológicos
Los escritores ilustrados del siglo XVIII, filósofos, politólogos, científicos y economistas, denominados comúnmente philosophes, y
a partir de 1751 los enciclopedistas, contribuyeron a minar las bases del Derecho Divino de los reyes. La filosofía de la 'Ilustración'
ha desempeñado pues un rol significativo en el giro que tomaron estos eventos históricos pero su influencia debe relatarse de modo
más matizado: acordarle demasiada importancia a los preceptos filosóficos nacidos durante ese siglo se revelaría como una carencia
mayúscula de fidelidad historiográfica.
La corriente de pensamiento vigente en Francia era la Ilustración, cuyos principios se basaban en la razón, la igualdad y la libertad.
La Ilustración había servido de impulso a las Trece Colonias norteamericanas para la independencia de su metrópolis europea. Tanto
la influencia de la Ilustración como el ejemplo de los Estados Unidos sirvieron de «trampolín» ideológico para el inicio de la
revolución en Francia.
Causas
3
En términos generales fueron varios los factores que influyeron en la Revolución:
un régimen monárquico que sucumbiría ante su propia rigidez en el contexto de un mundo cambiante, y que, tras
varios intentos de adoptar medidas destinadas a atajar la crisis política y económica, capituló ante la violenta
reacción de la nobleza;
una aristocracia (la nobleza y el alto clero) aferrada a sus privilegios feudales, que bloqueó todas las reformas
estructurales (de Machault, de Maupeou, de Turgot) que se intentaron implantar desde la Corte;
el auge de una clase burguesa nacida siglos atrás, que había alcanzado un gran poder en el terreno económico y
que ahora empezaba a propugnar el político. Su riqueza y su cultura la había elevado al primer puesto en la
sociedad, posición que estaba en contradicción con la existencia de los estamentos privilegiados, nobleza y clero;
la exasperación de las clases populares urbanas y del campesinado, empobrecidos por la subida de los precios –en
particular de los cereales y del pan, base de la alimentación— y por el incremento continuo de los impuestos y
derechos señoriales y reales. El diezmo que cobraba el clero, apenas servía para mantener el culto y socorrer a los
pobres. El campesinado contestaba además el origen de la propiedad de los derechos y servidumbres feudales
(recogidos en los llamados «libros terriers»), que les parecían abusivos e injustos;
la expansión de las nuevas ideas ilustradas;
la regresión económica y las crisis agrícolas cíclicas (la que estalló en 1788 fue la más violenta de todo el siglo
XVIII), agravados por las malas cosechas en los años que precedieron a la Revolución;
la quiebra financiera provocada por los vicios del sistema fiscal, la mala percepción y la desigualdad de los
impuestos, los gastos de la Corte, los costes de las guerras, y por los graves problemas hacendísticos causados por
el apoyo militar a la guerra de Independencia de los Estados Unidos . Esta
el apoyo militar a la guerra de Independencia de los Estados Unidos
. Esta
intervención militar se convertiría en arma de doble filo, pues, pese a
ganar Francia la guerra contra Gran Bretaña y resarcirse así de la
anterior derrota en la guerra de los Siete Años, la hacienda quedó en
bancarrota y con una importante deuda externa. Los problemas fiscales
de la monarquía, junto al ejemplo de democracia del nuevo Estado
emancipado precipitaron los acontecimientos.
Desde el punto de vista político, fueron fundamentales ideas tales como las expuestas
por Voltaire, Rousseau, Diderot o Montesquieu (como por ejemplo, los conceptos de
libertad política, de fraternidad y de igualdad, o de rechazo a una sociedad dividida, o
las nuevas teorías políticas sobre la separación de poderes del Estado). Todo ello fue
rompiendo el prestigio de las instituciones del Antiguo Régimen, ayudando a su
desplome.
Desde el punto de vista económico, la inmanejable deuda del Estado fue exacerbada
por un sistema de extrema desigualdad social y de altos impuestos que los estamentos El Tercer Estado cargando al
privilegiados, nobleza y clero no tenían obligación de pagar, pero que sí oprimía al Primer y al Segundo Estado.
resto de la sociedad. Hubo un aumento de los gastos del Estado simultáneo a un
descenso de la producción agraria de terratenientes y campesinos, lo que produjo una
grave escasez de alimentos en los meses precedentes a la Revolución. Las tensiones, tanto sociales como políticas, mucho tiempo
contenidas, se desataron en una gran crisis económica a consecuencia de los dos hechos puntuales señalados: la colaboración
interesada de Francia con la causa de la independencia estadounidense (que ocasionó un gigantesco déficit fiscal) y el aumento de los
precios agrícolas.
El conjunto de la población mostraba un resentimiento generalizado dirigido hacia los privilegios de los nobles y del alto clero, que
mantenían su dominio sobre la vida pública impidiendo que accediera a ella una pujante clase profesional y comerciante. El ejemplo
del proceso revolucionario estadounidense abrió los horizontes de cambio político entre otros.
El tercer impacto de los Estados Generales fue de gran tumulto político, particularmente por la determinación del sistema de
votación. El Parlamento de París propuso que se mantuviera el sistema de votación que se había usado en 1614, si bien los
magistrados no estaban muy seguros acerca de cuál había sido en realidad tal sistema. Sí se sabía, en cambio, que en dicha asamblea
habían estado representados (con el mismo número de miembros) la nobleza (Primer Estado), el clero (Segundo Estado) y la
burguesía (Tercer Estado). Inmediatamente, un grupo de liberales parisinos denominado «Comité de los Treinta», compuesto
principalmente por gente de la nobleza, comenzó a protestar y agitar, reclamando que se duplicara el número de asambleístas con
derecho a voto del Tercer Estado (es decir, los «Comunes»). El gobierno aceptó esta propuesta, pero dejó a la Asamblea la labor de
determinar el derecho de voto. Este cabo suelto creó gran tumulto.
El rey Luis XVI y una parte de la nobleza no aceptaron la situación. Los miembros del Tercer Estamento se autoproclamaron
Asamblea Nacional, y se comprometieron a escribir una Constitución. Sectores de la aristocracia confiaban en que estos Estados
Generales pudieran servir para recuperar parte del poder perdido, pero el contexto social ya no era el mismo que en 1614. Ahora
existía una élite burguesa que tenía una serie de reivindicaciones e intereses que chocaban frontalmente con los de la nobleza (y
también con los del pueblo, cosa que se demostraría en los años siguientes).
Asamblea Nacional
Cuando finalmente los Estados Generales de Francia se reunieron en Versalles
el 5 de mayo de 1789 y se originaron las disputas respecto al tema de las
votaciones, los miembros del Tercer Estado debieron verificar sus propias
credenciales, comenzando a hacerlo el28 de mayo y finalizando el 17 de junio,
cuando los miembros del Tercer Estado se declararon como únicos integrantes
de la Asamblea Nacional: ésta no representaría a las clases pudientes sino al
pueblo en sí. La primera medida de la Asamblea fue votar la «Declaración de
los Derechos del Hombre y del Ciudadano». Si bien invitaron a los miembros
del Primer y Segundo Estado a participar en esta asamblea, dejaron en claro
El Juramento del Juego de Pelota, obra
sus intenciones de proceder incluso sin esta participación. de Jacques-Louis David.
Toma de la Bastilla
El 11 de julio de 1789, el rey Luis XVI, actuando bajo la influencia de los
nobles conservadores al igual que la de su hermano, el Conde D'Artois,
despidió al ministro Necker y ordenó la reconstrucción del Ministerio de
Finanzas. Gran parte del pueblo de París interpretó esta medida como un auto-
golpe de la realeza, y se lanzó a la calle en abierta rebelión. Algunos de los
militares se mantuvieron neutrales, pero otros se unieron al pueblo.
La noche del 4 de agosto de 1789, la Asamblea Constituyente, actuando detrás de los nuevos acontecimientos, suprimió por ley las
servidumbres personales (abolición del feudalismo), los diezmos y las justicias señoriales, instaurando la igualdad ante el impuesto,
ante penas y en el acceso a cargos públicos. En cuestión de horas, los nobles y el clero perdieron sus privilegios. El curso de los
acontecimientos estaba ya marcado, si bien la implantación del nuevo modelo no se hizo efectiva hasta 1793. El rey, junto con sus
seguidores militares, retrocedió al menos por el momento. Lafayette tomó el mando de la Guardia Nacional de París y Jean-Sylvain
Bailly, presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, fue nombrado nuevo alcalde de París. El rey visitó París el 27 de julio y
aceptó la escarapela tricolor.
Sin embargo, después de estos actos de violencia, los nobles, no muy seguros del rumbo que tomaría la reconciliación temporal entre
el rey y el pueblo, comenzaron a salir del país, algunos con la intención de fomentar una guerra civil en Francia y de llevar a las
naciones europeas a respaldar al rey. Estos fueron conocidos como losémigrés («emigrados»).
Composición de la Asamblea
Véanse también: Izquierda y Derecha.
En una Asamblea que se quería
plural y cuyo propósito era la
redacción de una constitución
democrática, los 1200
constituyentes representaban las
diversas tendencias políticas del
momento.
El 27 de agosto de 1789 la Asamblea publicó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano inspirándose en parte en
la Declaración de Independencia de los Estados Unidos y estableciendo el principio de libertad, igualdad y fraternidad. Dicha
declaración establecía una declaración de principios que serían la base ineludible de la
futura Constitución.
Camino a la Constitución
La Asamblea Nacional Constituyente no era sólo un órgano legislativo sino la encargada de redactar una nueva Constitución.
Algunos, como Necker, favorecían la creación de una asamblea bicameral en donde el senado sería escogido por la Corona entre los
miembros propuestos por el pueblo. Los nobles, por su parte, favorecían un senado compuesto por miembros de la nobleza elegidos
por los propios nobles. Prevaleció, sin embargo, la tesis liberal de que la Asamblea tendría una sola cámara, quedando el rey sólo con
el poder de veto, pudiendo posponer la ejecución de una ley
, pero no su total eliminación.
El movimiento de los monárquicos para bloquear este sistema fue desmontado por el pueblo de París, compuesto fundamentalmente
por mujeres (llamadas despectivamente «Las Furias»), que marcharon el 5 de octubre de 1789 sobre Versalles. Tras varios incidentes,
el rey y su familia se vieron obligados a abandonarVersalles y se trasladaron al Palacio de las Tullerías en París.
Durante 1790 se produjeron movimientos antirrevolucionarios, pero sin éxito. En este periodo se intensificó la influencia de los
«clubes» políticos entre los que destacaban losJacobinos y los Cordeliers. En agosto de 1790 existían 152 clubes jacobinos.
A principios de 1791, la Asamblea consideró introducir una legislación contra los franceses que emigraron durante la Revolución
(émigrés). Se pretendía coartar la libertad de salir del país para fomentar desde el extranjero la creación de ejércitos
contrarrevolucionarios, y evitar la fuga de capitales. Mirabeau se opuso rotundamente a esto. Sin embargo, el 2 de marzo de 1791
Mirabeau fallece, y la Asamblea adopta esta draconiana medida.
El 20 de junio de 1791, Luis XVI, opuesto al curso que iba tomando la Revolución, huyó junto con su familia de las Tullerías. Sin
embargo, al día siguiente cometió la imprudencia de dejarse ver, fue arrestado en Varennes por un oficial del pueblo y devuelto a
París escoltado por la guardia. A su regreso a París el pueblo se mantuvo en silencio, y tanto él como su esposa, María Antonieta, sus
dos hijos (María Teresa y Luis-Carlos, futuroLuis XVII) y su hermana (Madame Elizabeth) permanecieron bajo custodia.
Tras esta masacre, las autoridades cerraron varios clubes políticos, así como varios periódicos radicales como el que editaba Jean-
Paul Marat. Danton se fugó a Inglaterra y Desmoulins y Marat permanecieron escondidos.
Mientras tanto, la Asamblea había redactado la Constitución y el rey había sido mantenido, aceptándola. El rey pronunció un discurso
ante la Asamblea, que fue acogido con un fuerte aplauso. La Asamblea Constituyente cesó en sus funciones el 29 de septiembre de
1791.
Este gran número de diputados se reunían en los clubes, germen de los partidos políticos. El más célebre de entre éstos fue el partido
de los jacobinos, dominado por Robespierre. A la izquierda de este partido se encontraban los cordeleros, quienes defendían el
sufragio universal masculino (derecho de todos los hombres al voto a partir de una determinada edad). Los cordeliers querían la
eliminación de la monarquía e instauración de la república. Estaban dirigidos por Jean-Paul Marat y Georges Danton, representando
siempre al pueblo más humilde. El grupo de ideas más moderadas era el de los girondinos, que defendían el sufragio censitario y
propugnaban una monarquía constitucional descentralizada. También se encontraban aquellos que formaban parte de «el Pantano», o
«el Llano», como eran llamados aquellos que no tenían un voto propio, y que se iban por las proposiciones que más les convenían, ya
vinieran de los jacobinos o de los girondinos.
En los primeros meses de funcionamiento de la Asamblea, el rey había vetado una
ley que amenazaba con la condena a muerte a los émigrés, y otra que exigía al clero
prestar juramento de lealtad al Estado. Desacuerdos de este tipo fueron los que
llevaron más adelante a la crisis constitucional.
El gobierno pasó a depender de la Comuna insurreccional. Cuando la Comuna envió grupos de sicarios a las prisiones, asesinaron a
1.400 víctimas, y pidió a otras ciudades de Francia que hicieran lo mismo, la Asamblea no opuso resistencia. Esta situación persistió
hasta el 20 de septiembre de 1792, en que se creó un nuevo cuerpo legislativo denominado Convención, que de hecho se convirtió en
el nuevo gobierno de Francia.
La Convención (1792-1795)
El poder legislativo de la nueva República estuvo a cargo de la Convención,
mientras que el poder ejecutivo recayó sobre elComité de Salvación Nacional.
Se redactó en 1793 una nueva Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano, y una nueva constitución de tipo democrático
que reconocía el sufragio universal. El Comité de Salvación Pública cayó bajo el mando de Maximilien Robespierre y los jacobinos
desataron lo que se denominó el Reinado del Terror (1793-1794). No menos de 10 000 personas fueron guillotinadas ante
acusaciones de actividades contrarrevolucionarias. La menor sospecha de dichas actividades podía hacer recaer sobre una persona
acusaciones que eventualmente la llevarían a la guillotina. El cálculo total de víctimas varía, pero se cree que pudieron ser hasta
40 000 los que fueron víctimas del Terror.
En 1794, Robespierre[cita requerida] procedió a ejecutar a ultrarradicales y a jacobinos moderados.5 6 7 Su popularidad, sin embargo,
comenzó a erosionarse. El 27 de julio de 1794, ocurrió otra revuelta popular[cita requerida] contra Robespierre, apoyada por los
moderados que veían peligroso el trayecto de la Revolución, cada vez más exaltada. El pueblo, por otro lado, se rebela contra la
condición burguesa de Robespierre que revolucionario antes, ahora persigue a
Verlet, Leclerc y Roux[cita requerida]. Los miembros de la Convención lograron
convencer al «Pantano», y derrocar y ejecutar a Robespierre junto con otros líderes
del Comité de Salvación Pública.
El Directorio (1795-1799)
La Convención aprobó una nueva
Constitución el 17 de agosto de
1795, ratificada el 26 de septiembre
en un plebiscito. La nueva
Constitución, llamada Constitución
del Año III, confería el poder
ejecutivo a un Directorio, formado
por cinco miembros llamados
Charlotte Corday tras asesinar a directores. El poder legislativo sería
Marat, obra de Paul Baudry. Napoleón liderando a sus tropas en
ejercido por una asamblea
la Batalla del puente de Arcole.
bicameral, compuesta por el
Consejo de Ancianos (250
miembros) y el Consejo de los Quinientos. Esta Constitución suprimió el sufragio universal masculino y restableció el sufragio
censitario.
El Consulado (1799-1804)
La Constitución del Año VIII, redactada por Pierre Daunou y promulgada el 25 de
diciembre de 1799, estableció un régimen autoritario que concentraba el poder en
manos de Napoleón Bonaparte, para supuestamente salvar la república de una
posible restauración monárquica. Contrariamente a las Constituciones anteriores, no
incluía ninguna declaración sobre los derechos fundamentales de los ciudadanos. El
poder ejecutivo recaía en tres cónsules: el primer cónsul, designado por la misma
Constitución, era Napoleón Bonaparte, y los otros dos sólo tenían un poder
consultivo. En 1802, Napoleón impuso la aprobación de un senadoconsulto que lo
convirtió en cónsul vitalicio, con derecho a designar su sucesor
.
Otro símbolo de la Revolución francesa es el gorro frigio (también llamado gorro de la libertad), llevado en particular por los Sans-
culottes. Aparece también en losEscudos Nacionales de Francia, Haití, Cuba, El Salvador, Nicaragua, Colombia, Bolivia, Paraguay y
Argentina.
El himno «La Marsellesa», letra y música de Claude-Joseph Rouget de Lisle, capitán de ingenieros de la guarnición de Estrasburgo,
se popularizó a tal punto que el 14 de julio de 1795 fue declarado himno nacional de Francia; originalmente se llamaba «Chant de
guerre pour l'armée du Rhin» («Canto de guerra para el ejército del Rin»), pero los voluntarios del general François Mireur que
salieron de Marsella entraron a París el 30 de julio de 1792 cantando dicho himno como canción de marcha. Los parisinos los
acogieron con gran entusiasmo y bautizaron el cántico como «La Marsellesa».
El lema Liberté, égalité, fraternité («Libertad, igualdad, fraternidad»), que procede del lema no oficial de la Revolución de 1789
Liberté, égalité ou la mort («Libertad, igualdad o la muerte»), fue adoptado oficialmente después de la Revolución de 1848 por la
Segunda República Francesa.
Bandera de Francia.
La declaración sin embargo excluyó a las mujeres en su consideración de ciudadanas Declaración de los Derechos del
Hombre y del Ciudadano.
y se olvidó de las mujeres en su proyecto igualitario. Dos años más tarde de la
redacción de la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano la activista
política Olympe de Gouges escribió la Declaración de los Derechos de la Mujer y la
Ciudadana (1793) que se convierte en uno de los primeros documentos históricos que plantea la equiparación jurídica y legal de las
mujeres en relación a los varones.11
El 30 de septiembre de 1793 se prohibieron los clubes femeninos. En 1794 se insistió en la prohibición de la presencia femenina en
cualquier actividad política y en mayo de 1795, la Convención prohibió a las mujeres asistir a las asambleas política ordenando que
se retiraran a sus domicilios bajo orden de arresto si no cumplían lo prescrito.14 Finalmente el Código Napoleónico aprobado en
15
1804 consagró la derrota femenina en la lucha por laigualdad, libertad y fraternidad que la revolución significó para los varones.
Véase también
Cronología de la Revolución francesa
Debate historiográfico sobre la Revolución francesa
Descristianización de Francia durante la Revolución
Estados Generales
Guerras Napoleónicas
Historia de Francia
Ideologías de la Revolución francesa
Irreligión en Francia
Napoleón Bonaparte
Revoluciones burguesas
Anexo:Cronología de Francia
Notas y referencias
1. Michel Vovelle. Introducción a la historia de la Revolución francesa (https://es.scribd.com/doc/165772018/100/LA-RE
VOLUCION-FRANCESA), Cap. I Nacimiento de la Revolución, 1. La crisis del Antiguo Régimen, pág. 11-23.
Editorial Crítica, Barcelona, 2000, 224 págs,ISBN 84-8432-086-3
2. 100 fiches d'histoire du XIXe siècle (http://books.google.es/books?id=pIWUJejLnS0C&pg=P A9&dq=r%C3%A9volutio
n+fran%C3%A7aise+d%C3%A9but+de+l%27%C3%A9poque+contemporaine&hl=es&sa=X&ei=WYRjVLvQEu7fsA T
AhYKQAw&ved=0CDAQ6AEwAg#v=onepage&q&f=false), Sophie Kerignard. Editions Bréal, 2004, 334 págs. ISBN
9782749503400. Introducción pág. 9. Consultado el 12 de noviembre de 2014. (en francés)
3. Albert Soboul. Compendio de la historia de la Revolución Francesa, Cap. I La crisis de la sociedad y Cap. II Prólogo
de la Revolución burguesa: la rebelión de la aristocracia (1787-1788). Tecnos, 1994, 464 págs. ISBN
9788430905522.
4. François Mignet, History of the French Revolution from 1789 to 1814, capítulo II, From the Night of the 4th of August
to the 5th and 6th of Octobre, 1789 (De la noche del 4 de agosto a los 5 y 6 de octubre 1789), en línea en
historion.net [1] (http://historion.net/history-french-revolution-1789-1814/chapter-ii-night-4th-august-5th-and-6th-octob
er-1789?page=2&quicktabs_2=1), consultado el 11/10/2010.
5. Georges-Jacques Danton#La revolución
6. Hebertistas#Los hebertistas después del juicio de 1794
7. Enragés#Historia
8. Historia del escudo de París (Histoire du blason de París) (http://jacques.cuny.pagesperso-orange.fr/Pages/PHistoir
e.htm), artículo de Robert Louis, consejero técnico de la Sociedad francesa de heráldica y sigilografía. En
jacques.cuny.pagesperso-orange.fr, consultado el 6/10/2010 (en francés)
9. En la página oficial del Senado francés, senat.fr, consultado el 7/10/2010 [2] (http://www.senat.fr/questions/base/198
9/qSEQ890906457.html)(en francés)
10. La France maritime (http://books.google.fr/books?id=BY1WAAAAMAAJ&pg=PP5&dq=%22la+france+maritime%22
+%22tome+premier%22#v=onepage&q=%22la%20france%20maritime%22%20%22tome%20premier%22&f=false)
por Amédée Gréhan, ediciones Postel, 1837, páginas 116-120, consultado el 7/10/2010 (en francés)
11. «Histoire des femmes. Les femmes et la Révolution de 1789 : un espoir pour les femmes. Luttes et revendications,
Militantes et revendications des femmes en 1789. Histoire des femmes et République, Florence Brissieux, Aurore
Rubio» (http://www.thucydide.com/realisations/comprendre/femmes/femmes2.htm). www.thucydide.com. Consultado
el 9 de noviembre de 2016.
12. Olympe de Gouges. «Pronostic sur Maximilien Robespierre par un animal Amphibie» (http://www.olympedegouges.e
u/pronostic_max.php). www.olympedegouges.eu. Consultado el 9 de noviembre de 2016.
13. Valadés, Patricia Galeana de (1 de enero de 2004). Los derechos humanos de las mujeres en México (https://books.
google.es/books?id=WVohBVU4vYYC&pg=PA195&lpg=PA195&dq=Pronostic+de+Monsieur+Robespierre+pour+un+
animale+amphibie&source=bl&ots=JT cw0UAsAp&sig=TejBOq_7-O3zz7FaBVBTIXWCQls&hl=es&sa=X&ved=0ahUK
Ewiwipu1spzQAhXE2BoKHcItBfsQ6AEIST AH#v=onepage&q=Pronostic%20de%20Monsieur%20Robespierre%20po
ur%20un%20animale%20amphibie&f=false). UNAM. ISBN 9789703212378. Consultado el 9 de noviembre de 2016.
14. Eduardo Montagut. «El papel de la mujer en la Revolución Francesa» (http://www.nuevatribuna.es/articulo/historia/p
apel-mujer-revolucion-francesa/20160307120958126162.html) . Nuevatribuna. Consultado el 9 de noviembre de
2016.
15. Caine, Barbara; Sluga, Glenda (24 de junio de 2000). Género e historia: mujeres en el cambio sociocultural europeo,
de 1780 a 1920 (https://books.google.es/books?id=owkFKNvhKXgC&pg=P A39&lpg=PA39&dq=codigo+napoleonico+
y+las+mujeres&source=bl&ots=ZtxpSCf9GE&sig=PPY0uIo90qFZcn2FxlXsyZNs2HI&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwitl7
uGtJzQAhVJvRoKHUnlCKMQ6AEIPTAF#v=onepage&q=codigo%20napoleonico%20y%20las%20mujeres&f=false) .
Narcea Ediciones. ISBN 9788427713215. Consultado el 9 de noviembre de 2016.
Fuentes
Este artículo incorpora material de las siguientes fuentes bajodominio público:
Bibliografía complementaria
Calatrava Escobar, Juan: Estudios sobre la Revolución Francesa y el final del Antiguo Régimen. Tres Cantos: Akal,
1980. ISBN 978-84-7339-504-5
Chartier, Roger: Espacio público, crítica y desacralización en el siglo XVIII. Los orígenes culturales de la Revolución
Francesa. Barcelona: Editorial Gedisa, 1995.ISBN 978-84-7432-509-6
Cobban, Alfred: La interpretación social de la revolución francesa. Madrid: Narcea de Ediciones, 1971. ISBN 978-
84-277-0003-1
Furet, François: La revolución a debate. Madrid: Encuentro, 2000.ISBN 978-84-7490-558-8
Kropotkin, Piotr: Historia de la Revolución Francesa
Reichardt, Rolf E.: La Revolución Francesa y la cultura democrática: la sangre de la libertad. Madrid: Siglo XXI,
2002. ISBN 978-84-323-1081-2
Soboul, Albert: La Francia de Napoleón. Barcelona. Crítica. 1993.ISBN 978-84-7423-564-7
Soboul, Albert: La revolución francesa. Vilassar de Mar: Oikos-Tau, 1981. ISBN 978-84-281-0485-2
Souchal, François (1993).Le vandalisme de la Révolution. Nouvelles Editions Latines.ISBN 9782723304764.
Vovelle, Michel: Introducción a la historia de la Revolución Francesa. Barcelona: Editorial Crítica, 2000. ISBN 84-
8432-086-3
Enlaces externos
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La Revolución francesa(en inglés).
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