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Pensar la escuela más allá de la escuela1

António Nóvoa
Universidade de Lisboa

Resumen
El artículo se organiza en dos partes. En la primera parte se explican tres procesos definito-
rios de la historia contemporánea de la escuela en la transición del siglo XIX al siglo XX: 1) la
producción del modelo escolar; 2) la consolidación de los sistemas nacionales de enseñanza; 3) la
emergencia de la modernidad pedagógica. En la segunda parte, nos interrogamos sobre estos tres
procesos, sugiriendo la necesidad de repensarlos críticamente a partir de las realidades del tiempo
presente. Así, se defiende: 1) el fin del “modelo escolar” y la apertura de nuevas posibilidades edu-
cativas; 2) la reorganización de los sistemas nacionales de enseñanza en el marco de la renovación
de la educación como espacio público; 3) la adopción de una concepción radicalmente nueva de la
pedagogía.
Palabras clave: Escuela de masas; Espacio público de la educación; Modelo escolar; Modernidad
pedagógica; Sistemas nacionales de enseñanza.

Abstract
Thinking school beyond school
The article is organized into two distinct parts. In the first part, I analyze three processes that
define the contemporary history of schooling in the transition from the nineteenth to the twentieth
century: 1) the production of the school model; 2) the consolidation of national education systems;
3) the emergence of contemporary pedagogical thinking. In the second part, I suggest the need for
a critical rethinking of these three processes according to the realities of current times. Thus, it is
argued: 1) the end of the “school model”, opening-up new educational possibilities; 2) the reorgan-
ization of national education systems as part of the renovation of education as a public space; 3)
the adoption of a radically new conception of pedagogy.
Keywords: Mass schooling; Public space of education; School model; Pedagogical modernity;
National education systems.

El título puede parecer un tanto extraño subrayando tres procesos distintos: 1) la len-
y precisa una explicación. Se pretende pen- ta producción de un “modelo escolar” que
sar la escuela más allá del “modelo escolar” se establece y se difunde, mundialmente, en
que se convirtió en dominante en el trans- la segunda mitad del siglo XIX; 2) la cons-
curso del último siglo. Así, en la primera trucción de los grandes sistemas nacionales
parte, de carácter histórico, se explica de qué de enseñanza, en el marco de la expansión
forma se llegó a la escuela que tenemos hoy, de la “escuela de masas”2 (obligatoriedad

1 La traducción del portugués de este artículo ha sido realizada por Julio Mateos.
2 “Escuela de masas” es, tal vez, la mejor traducción para el concepto mass schooling. Se trata de explicar el
proceso de expansión de la escolaridad obligatoria en el siglo XIX. Es preciso no confundir este concepto
con la “masificación de la enseñanza”, que tendrá lugar en la segunda mitad del siglo XX.

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escolar) y de la proclamación de los Estados- la escolarización y la lectura, entre la esco-


nación; 3) la emergencia de una moderni- larización y la difusión del libro impreso.
dad pedagógica, fuertemente asentada en el François Furet y Jacques Ozouf han mos-
principio de formar ciudadanos racionales y trado de qué forma, a partir del sigo XVI, los
razonables (responsables). reformadores protestantes impusieron a to-
En la segunda parte, referida al presente dos la obligación de leer los textos sagrados,
y al futuro, se trata de inquirir críticamente sintetizándolo con una frase que llegó a ser
sobre esos tres procesos y se defiende que es célebre: «Lutero hizo necesario lo que Gu-
necesario: 1) ir más allá del “modelo esco- tenberg había hecho posible» (1977, p. 77).
lar” y encontrar nuevas formas de educar y Progresivamente, se definieron lógicas
de aprender; 2) resistir a las distintas formas institucionales basadas en la constatación
de privatización de la enseñanza, pero tam- de que las familias no tenían competencias
bién a la rígida estatalización de los sistemas ni tiempo para ocuparse de la instrucción de
de enseñanza a través de dinámicas de re- sus hijos. Se estableció el estatuto de exterio-
fuerzo de la educación como espacio públi- ridad de los padres de los alumnos en rela-
co; 3) abrir nuevos horizontes pedagógicos, ción a la organización escolar; en realidad, la
sustituyendo una pedagogía de la razón y doctrina educativa incluía, a veces de modo
de la responsabilidad por una pedagogía de explícito, elementos de control moral y re-
la creación y de la inteligencia. ligioso de las familias a través de los niños
Este texto forma parte de un esfuerzo escolarizados (Hutmacher, 1981).
para pensar críticamente los problemas de La creación de un nuevo orden pedagó-
la educación y para movilizar formas de re- gico, fundamentado en un control adminis-
sistencia a evoluciones que van en el sentido trativo y moral, implica la existencia de un
de su fragmentación o de su privatización. concepto de disciplina hasta entonces des-
No adopto actitudes defensivas, que buscan conocido. La invención de la “clase” y del
justificar lo injustificable, sobre todo aque- “currículo” es consecuencia de la genera-
llos rígidos esquemas de regulación buro- lización de una relación pedagógica con la
crática o profesional en el campo educativo. infancia. Se construyó así, poco a poco, el
Es preciso abrir horizontes, ir más allá de la tránsito de formas individualizadas de en-
escuela que tenemos a la hora de pensar la señanza al agrupamiento de alumnos que
escuela que queremos. aprenden juntos gracias a dispositivos de
encuadramiento cada vez más complejos.
La cuestión de la “clase” y de su organi-
Primera parte: breve historia zación está en el centro de los debates peda-
de la escuela gógicos que definen el modelo escolar. Una
de las entradas más interesantes del famo-
so Dictionnaire de pédagogie et d’instruction
La lenta producción del modelo escolar primaire (1880-1887), coordinado por Ferdi-
nand Buisson, está dedicada a este concep-
La escuela es producto de un proceso to: «La clase designa una sección de la es-
histórico y adquiere su forma definitiva en cuela, una reunión de alumnos que forman
la segunda mitad del siglo XIX. En su clásico un grupo diferenciado bajo la tutela de un
trabajo, Towards a theory of schooling, David maestro, correspondiendo a un cierto grado
Hamilton nos presenta las principales fases de enseñanza por encima y por debajo del
de esa historia, concluyendo que «tal vez no cual se encuentran otras clases. Así, es fun-
sea exagerado afirmar que, en el plano in- damentalmente en relación con la organiza-
ternacional, la escuela fue concebida por el ción pedagógica como la palabra clase debe
cristianismo y desarrollada por el capitalis- ser definida» (Buisson, 1882, p. 403).
mo» (1989, p. VII). Quiero resaltar el trabajo de sistematiza-
Para los argumentos que pretendo ex- ción y normalización que se hará, también,
poner en este artículo, me interesa llamar en las escuelas normales, término que fue
la atención sobre la íntima relación entre consagrado para denominar las escuelas de

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formación de maestros. Fue en estas insti- pués de él: «¿Cuál es la primera condición
tuciones donde ganó adeptos el método si- de la política? La educación. ¿Y la segunda?
multáneo –enseñar a muchos como si fuera uno La educación. ¿Y la tercera? La educación»
sólo. Como explica E. Brouard, en una de (p. 358). También Gabriel Compayré, po-
las voces del Dictionnaire de Buisson, la en- siblemente el más influyente educador y
señanza simultánea permite que «cada uno pedagogo de esa época, escribió en la nue-
tenga su parte y todos la tengan por entero»; va edición del Dictionnaire de Buisson: «La
«a través de este método, treinta, cuarenta, principal característica de la pedagogía del
cincuenta alumnos y hasta más, disfrutan siglo XIX es que los hombres de Estado asu-
todos de la enseñanza sin pérdida de tiem- men como primera responsabilidad la mejo-
po» (1887, p. 2.788). ra de la instrucción pública. La enseñanza se
Al final del siglo XIX, cuando se habla de vuelve asunto de Estado, un servicio públi-
escuela, ya todos se refieren a este “modelo co» (1911, p. 1.550).
escolar” que se convirtió en dominante en el La historia del Estado docente –expresión
mundo (Nóvoa, 2006). Mediante el uso de que Gabriel Compayré utiliza– es funda-
conceptos diferentes, como cultura escolar mental para comprender el proceso de esco-
(Chervel, 1998; Julia, 1995) o forma escolar larización. La escuela será uno de los instru-
(Vincent, 1980) o gramática de la escuela mentos principales para forjar una solidari-
(Tyack & Tobin, 1994), la historiografía ha dad nacional, en el marco de la invención de
analizado la producción de una idea de es- una ciudadanía que se establece en el plan
cuela que se llegó a convertir en hegemóni- del Estado-nación y que sirve de justifica-
ca. Como dice, irónicamente, David Tyack ción para una política de homogeneización
nos enfrentamos a The one best system, esto cultural (Röhrs, 1992).
es, traducido literalmente, el mejor y único El sistema de enseñanza se convierte
sistema. A partir de ese momento se hace en el lugar de producción de una nueva
prácticamente imposible imaginar cualquier ciudadanía que se aleja de sus tradiciona-
otra forma de educar. les filiaciones para abrazar el principio de
La producción del modelo escolar debe identidad nacional. John Meyer, Francisco
ser analizada conjuntamente con otro proce- Ramírez y Yasemin Soysal (1992) defienden
so que la acompaña y que le da sentido: la la tesis de que el Estado-nación es, él mis-
apertura de la escuela a todos los grupos so- mo, un modelo cultural transnacional en el
ciales. A lo largo del siglo XIX la imposición seno del cual la escolarización de las masas
del principio de la escuela obligatoria inscri- es uno de los principales dispositivos para
be a la institución escolar como una referen- estrechar la relación entre los individuos y
cia central de la civilización y del progreso. El el Estado.
desarrollo de los sistemas nacionales de en- En la segunda mitad del siglo XIX, el
señanza es fundamental para comprender el principio de la escuela para todos parece am-
modelo escolar en la doble perspectiva de pliamente consensuado. Jules Simon inclu-
su organización interna y de su influencia so afirma que «ya no es necesario demostrar
en las sociedades en transición del siglo XIX la necesidad de tener escuelas, por todo el
al siglo XX. mundo y de buena calidad, pues esta nece-
sidad es comprendida por todos, ricos y po-
bres, sabios e ignorantes» (1865, p. 4).
La consolidación de los sistemas nacionales Pero una gran distancia separa las inten-
de enseñanza ciones de las realidades. No es extraño, por
ello, que se desarrollaran, en este periodo,
La consolidación de los sistemas nacio- grandes aparatos estadísticos que buscaban
nales de enseñanza se hace en paralelo con comparar los progresos de la educación en
el desarrollo del proyecto sociopolítico de el mundo. Las grandes exposiciones univer-
afirmación de los Estados-nación. sales eran lugares donde estos documentos
Luego en 1846, Jules Michelet formula ganaban gran visibilidad, influenciando a
una pregunta que muchos repetirán des- educadores y políticos (Nóvoa, 2006).

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A título de ejemplo, pueden citarse dos del siglo XX, en concreto en el marco de la
largos relatos presentados en la Exposición Escuela Nueva (New Education Fellowship).
de Viena en 1873: el Rapport sur l’instruction La Educación Nueva desarrolla prin-
primaire à l’Exposition Universelle de Vienne en cipios que se convertirán en dominantes
1873, de Ferdinand Buisson, y el Rapport sur en cuanto a la forma como concebimos la
l’instruction primaire et l’instruction secondai- educación y como nos relacionamos con los
re, de Émile Levasseur. niños. Estos principios son fruto de largos
La construcción de los sistemas nacio- trabajos, realizados, sobre todo, desde la
nales de enseñanza y la expansión de la psicología y la psicopedagogía3, a partir de
“escuela de masas” son procesos de gran finales del siglo XIX, que informan no sólo la
complejidad. Es necesario comprender los vida escolar, sino también –y eso es muy im-
esfuerzos de los Estados y de otras institu- portante– sobre las relaciones de los padres
ciones que organizaban la “oferta escolar”; y de la sociedad con los niños.
pero también es preciso comprender los fe- La pedagogía se organiza, históricamen-
nómenos de resistencia y de adhesión a la te, como una ciencia del “gobierno de las
cultura escolar y de progresiva creación de almas” que tiene como cimientos la razón y
una necesidad social: «Antes de que exista la responsabilidad, esto es, la formación de
la escuela, y para que ella exista, es preciso seres humanos razonables y responsables.
que esa necesidad sea sentida en el cuerpo En el cambio del siglo XIX al siglo XX, se
social: por arriba, por la Iglesia, por el Esta- asiste a una transformación de gran calado
do o por los dos; por abajo, por la propia so- en las concepciones de la sociedad y del in-
ciedad, es decir, por sus comunidades. Las dividuo, así como en la forma de gobernar
dos voluntades, de arriba y de abajo, no son el “alma” de los niños, consagrando el prin-
incompatibles; pero tampoco están necesa- cipio de que los alumnos deben ser “libres”
riamente vinculadas» (Furet & Ozouf, p. 70). y “activos” (Nóvoa, 2002). Esta evolución es
Para elucidar el proceso de escolariza- congruente con la idea de que los ciudada-
ción de masas y de construcción de los gran- nos deben ser “autónomos” y “emprende-
des sistemas estatales de enseñanza es fun- dores”, definiendo el auto-control y el au-
damental articular estas diferentes miradas: togobierno como características del alumno
por arriba, por abajo, desde fuera y desde modelo o del ciudadano ejemplar.
dentro. A partir de este momento, educar y edu-
car-se se vuelven inseparables. En un texto
de gran importancia, Émile Durkheim expli-
La emergencia de la modernidad pedagógica ca muy bien este doble movimiento:
«A veces se oponen la libertad y la autoridad como si
La producción del modelo escolar está
estos dos factores de la educación se contradijesen y se
íntimamente ligada a la expansión de la “es- limitasen mutuamente. Pero esta oposición es falsa.
cuela de masas”, llevada a cabo en el seno Los dos términos se complementan en vez de excluirse.
de los sistemas nacionales de enseñanza, La libertad es hija de la autoridad, porque ser libre no
pero también con la emergencia y difusión es hacer todo lo que se quiere, sino ser maestro de sí
mundial de la modernidad pedagógica. mismo. Ahora, es justamente para dotar al niño de este
Son tres procesos que transcurren en pa- auto-control que sirve la autoridad del maestro. La au-
toridad del maestro no es más que un aspecto de la au-
ralelo y se alimentan mutuamente. Ensegui- toridad del deber y de la razón. El niño debe ser enseña-
da expondremos brevemente los principios do para reconocer la palabra del educador y someterse a
rectores de la modernidad pedagógica, tal su ascendiente; sólo así él sabrá, más tarde, encontrarla
como ésta se perfila en las primeras décadas en su consciencia y reconocerla» (1911, p. 536).

3 Al respecto, es muy interesante consultar la primera edición del Dictionnaire de pédagogie et d’instruction
primaire, coordinado por Ferdinand Buisson. Los cuatro volúmenes publicados entre 1880 y 1887 contienen
numerosas entradas que revelan la importancia que las disciplinas psicopedagógicas adquirieron en el
debate educativo (Dubois, 2002).

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Libertad y autoridad, deber y razón, superior. Es posible. Pero nada nos garantiza que sea
auto-dominio, encontrar la palabra del edu- así. Sólo nos queda una alternativa: analizar lúcida-
mente lo que pasa» (Reboul, 1974, p. 15).
cador en la propia consciencia: he ahí una
serie de términos que ilustran la idea mo-
derna de pedagogía. La expansión de la es- La cita de Olivier Reboul ilustra la re-
cuela de masas fue acompañada por una ge- currencia de un “discurso de la crisis” que
neralización de la relación pedagógica con atraviesa el pensamiento sobre la escuela a
la infancia, dentro y fuera de la escuela. Son lo largo del siglo XX. Sus palabras nos si-
dos procesos diferentes, pero que se nutren túan ante la necesidad de un análisis lúcido
mutuamente, conduciendo a la creación de y bien informado.
dispositivos de encuadramiento de los ni- Como contribución a esa reflexión, pro-
ños. Todos los niños pasaron a ser tratados curaré interpelar críticamente a las tres rea-
como alumnos. lidades que he presentado históricamente
En este sentido, es imposible compren- en la primera parte: el modelo escolar, los
der la modernidad pedagógica sin un aná- sistemas nacionales de enseñanza y la mo-
lisis del papel que van a desempeñar las dernidad pedagógica. Así, argumentaré, en
ciencias sociales, aún en su origen, en la esta segunda parte, que hoy estamos ante la
configuración de modalidades, hasta en- necesidad de repensar el modelo escolar, de
tonces desconocidas, de gubernamentalidad renovar la educación como espacio público
(Foucault, 1969). y de elaborar una concepción radicalmente
La razón pedagógica es parte integrante nueva de la pedagogía.
de una ingeniería social que es portadora de
dinámicas de progreso y de cambio: un pro-
greso asegurado mediante la racionalidad El fin del modelo escolar
de la ciencia; un cambio que se cree posible
planificar y controlar. Se trata de formar el En 1970, Ivan Illich público un célebre
ser racional y razonable. Los nuevos modos libro. Deschooling society hace una crítica al
de regulación y de formación de individuos “modelo escolar”, proponiendo una “socie-
tienen como fundamento racionalidades dad desescolarizada”. La historia ha corrido
(psicológicas, sociológicas, pedagógicas) en dirección contraria a las expectativas de
que son también tecnologías de transfor- Illich. En los últimos cuarenta años hemos
mación de las personas y de las sociedades asistido a un crecimiento sin precedentes de
(Rose, 1998, 1999). los sistemas escolares, que fueron invadien-
La pedagogía contribuyó al estable- do todos los espacios y todos los tiempos de
cimiento de una nueva relación entre el la vida. El reiterado llamamiento a la edu-
gobierno del Estado y el gobierno del su- cación y a la formación a lo largo de la vida
jeto, un sujeto que debe mostrar cualida- (lifelong learning) es el episodio más reciente
des de “auto-disciplina, de auto-control y de un largo proceso de escolarización de la
de auto-motivación” (Popkewitz, 1997, p. sociedad.
19). Es esta modernidad pedagógica la que Y, sin embargo, las perspectivas de Ivan
influye fuertemente en las concepciones de Illich ganan hoy una renovada actualidad,
la educación, de la escuela y del aprendi- por la vía de la revolución digital que está
zaje que se convirtieron en dominantes en transformando nuestras vidas, la escuela y
el siglo XX. los procesos de aprendizaje. Hay una abun-
dante literatura sobre los temas de la infor-
mación y del conocimiento, de la comunica-
Segunda parte: el presente futuro ción y del aprendizaje, de la relación y de las
redes sociales. Me permito solamente dejar
«Nuestra civilización está en crisis. Y la señal más
evidente es, sin duda, el colapso de nuestra educación.
constancia de una sintética reflexión de un
Por primera vez en la historia, el hombre se muestra filósofo que ha analizado estas cuestiones
incapaz de educar a sus hijos. (…) Es posible que este con gran inteligencia y sensibilidad, Michel
desorden sea, en realidad, la transición hacia un orden Serres. En una de sus últimas obras, Petite

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poucette, explica que las nuevas generaciones las, fruto de una importante innovación en
son totalmente diferentes de las precedentes, la segunda mitad del siglo XIX, pertenece
debido en gran parte a la “revolución digi- al pasado y hemos tenido dificultades para
tal”: «Sin que nos hayamos dado cuenta, un concebir nuevos espacios apropiados para
nuevo humano ha nacido, en un periodo conocer y aprender.
corto, desde los años 70. (…) No teniendo la Si los educadores no son capaces de una
misma cabeza que sus padres, él o ella saben reflexión atrevida y creativa, transformado-
de manera diferente» (2012, p. 13). ra, entonces es probable que las escuelas se
En ese sentido, continúa Michel Serres, vuelvan lugares inútiles y sean sustituidas
parece extraño que continuemos intentando por otras formas de enseñanza y de edu-
educar de la misma manera: cación. Estas formas comienzan a aparecer
por medio de lógicas de “tecnologización”
«Estamos ante jóvenes a los que pretendemos enseñar y de “privatización”, a través de redes, de
con lógicas que datan de una época que ellos ya no re- tecnologías y de plataformas varias que
conocen: edificios, patios, aulas, anfiteatros, campus,
bibliotecas, laboratorios, hasta conocimientos… lógi-
tienen como soporte estructuras familiares,
cas que datan de un tiempo y que están adaptadas a religiosas y comunitarias. Pero es evidente
una época en que los hombres y el mundo eran lo que que están socavando la dimensión humana
ya no son» (2012, p. 17). y pública de la escuela.
El problema que tenemos delante es sim-
Del mismo modo que la escuela (o mo- ple. Cómo disponer nuestras energías para
delo escolar) es, en gran parte, fruto de la el cambio y la transformación al servicio de
escritura y del libro, también la revolución una profunda renovación del modelo esco-
digital traerá, inevitablemente, nuevas for- lar, preservando las dimensiones humanas
mas de organizar la educación y los apren- y públicas, pero sin aferrarnos a lógicas y a
dizajes. Esta reflexión nos lleva incluso más principios que se han vuelto obsoletos.
lejos, obligándonos a reconocer los cambios Tenemos un deber de resistencia frente a
en la vida, en las relaciones sociales, en la fortísimas tendencias que buscan poner en
manera de pensar, de ser y de conocer de las cuestión la escuela pública. Pero nuestras
nuevas generaciones. formas de resistencia no pueden ser confun-
En gran medida, la revolución digital didas con la defensa de una escuela unifor-
nos libera para la invención, para la crea- me y burocratizada, incapaz de responder a
ción, para la “inteligencia inventiva”. La los grandes problemas de la contemporanei-
cuestión ya no es el conocimiento en sí, sino dad. Los mejores momentos de la pedagogía
la forma como nos apropiamos de él y como fueron siempre aquellos en que los educa-
con él nos relacionamos, o de lo que de él dores conseguían anticipar el futuro. Es lo
hacemos, como lo transformamos. que se espera de un pensamiento crítico so-
No hay crítica más fuerte de un modelo bre la escuela.
escolar que la que se apoya en las tres carac-
terísticas del teatro moderno: lugar, tiempo
y acción. La educación era llevada a cabo La renovación de la educación como espacio
en un determinado lugar (el edificio escolar), público
durante un tiempo determinado (el horario
escolar) y según una determinada acción Si el modelo escolar está cuestionado,
del maestro (didáctica). Hoy esa trilogía está también lo están los sistemas nacionales de
muy cuestionada. enseñanza. La “crisis de la escuela” ha dado
Los dos conceptos que, simbólicamente, origen a diversas reacciones que buscan “re-
presenté como ilustración de modelo escolar coger” o “proteger” a los niños en espacios
–la clase y el currículo– están desajustados privados, justificadas ora con argumentos
frente a la realidad contemporánea y a los sociales (ausencia de valores y violencia cre-
procesos de conocer y de comunicar de la ciente en las escuelas), ora con argumentos
generación del “pequeño pulgar”. También académicos (enseñanza deficiente y profeso-
la configuración arquitectónica de las escue- res mediocres).

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Es preciso no construir una unidad ar- Personalmente, defiendo que se debe re-
tificial en torno a corrientes y perspectivas novar la educación como espacio público, lo
que tienen orígenes y motivaciones muy que implica interrogar críticamente no sólo
distintas (Carnoy, 2000; Gorard, Fitz & Ta- el modelo escolar sino también las formas
ylor, 2001). La combinación de un indivi- de intervención del Estado en la educación.
dualismo asentado en ambientes familiares En el actual contexto de crisis del Esta-
y religiosos con una lógica competitiva y de do de Bienestar (y del modelo social en el
mercado se ha revelado muy poderosa e in- que se originó) se hace necesario reforzar
fluyente. Pero no ha conducido a un único la dimensión pública de la escuela pública,
plan de acción. Más bien al contrario. lo que obliga a reafirmar sus valores funda-
Las opciones en juego se insertan en una cionales ante la expansión internacional de
reflexión más amplia sobre los procesos de una vulgata neoliberal que ve en el servicio
recomposición del papel del Estado en la público el origen de todos los males de la
administración de la acción pública y en educación y en su privatización la única al-
sus formas de gobierno. Esta recomposición ternativa (Ravitch, 2010).
puede tener varios sentidos, desde formas Pero tal afirmación no debe ocultar la
más extremas de privatización de los servi- transformación de las formas organizati-
cios públicos o de creación de “cuasi merca- vas que sirvieron en el pasado, y que ya no
dos” educativos, basados en la concurrencia sirven: por un lado es necesario recrear la
y la “libre elección”, hasta formas de regu- escuela como espacio público de decisión
lación más mitigadas basadas en la contrac- colectiva, no aceptando los monopolios pro-
tualización y en la evaluación de resultados fesionales y burocráticos que la dominan;
(Barroso, 2005). por otro lado, es fundamental que el Estado
Por eso, la cuestión de la privatización es continúe asegurando, tal y como le compete,
hoy, en tiempos de crisis económica y de de- las condiciones para la dimensión pública
clive del Estado de Bienestar, algo que está a de la escuela, sin que eso signifique un mo-
la orden del día. Como afirma Whitty (2001), nopolio del Estado sobre el sistema nacional
estamos ante directrices que se apoyan en de enseñanza (Ball, 2012).
un descenso de la “previsión estatal”, en una Me parece imprescindible reforzar el es-
reducción de los “subsidios procedentes de pacio público de la educación, pero ello no
fondos públicos”, en una mayor “desregula- significa mantener, tal cual, la organización
ción” y una “transferencia de servicios hacia de los actuales sistemas de enseñanza.
el sector privado”. Por un lado, me parece que la escuela de-
Tales tendencias se concretan, obvia- bería abrirse a una pluralidad de iniciativas
mente, en los cheques escolares (educational (locales, asociativas, cooperativas), desarro-
vouchers), que son la modalidad más cono- lladas en el marco de una narrativa pública de
cida de “elección educativa”, o las escuelas la educación, procurando evitar las tenden-
concertadas (charter schools), que varios au- cias burocráticas y corporativas, pero sin caer
tores consideran la alternativa más radical en una visión fragmentaria de los alumnos
de transformación del sistema educativo como clientes y de las escuelas como “servi-
(Hassel, 1999). cio privado” (Castells, 1996; Touraine, 1992).
Las relaciones entre lo público y lo privado Por otro lado, juzgo que la educación de-
están cambiando, sin que eso signifique for- bería ser repensada como un espacio públi-
zosamente una privatización global del sis- co, democrático y participativo, en el marco
tema de enseñanza. Se constata una hibrida- de redes de comunicación y de cultura, de
ción de lo público y lo privado y la compleji- arte y de ciencia. Dicho de otra forma, vol-
dad de sus relaciones. Los sistemas públicos viendo una vez más a Ivan Illich (1970), creo
tienden a volverse cada vez más flexibles y que el futuro pasa por la capacidad de re-
adaptables a la diversidad de los intereses cuperar prácticas antiguas, de socialización
privados; y la oferta privada tiende a hacer- y “convivencialidad”, formulándolas en el
se cada vez más homogénea y regulada por contexto de nuevas modalidades culturales,
el Estado (Barroso, 2000). de conocimiento y de educación.

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Este sentido de renovación de la edu- dad” porque estamos ante una ruptura del
cación como espacio público nos permitirá pacto histórico que permitió la consolidación
traspasar la crisis actual, sin caer en divisio- y la expansión de los sistemas públicos de
nes y fragmentaciones, en lógicas de “co- enseñanza y constituyó uno de los grandes
munitarización” y de “privatización”. Nos signos civilizatorios del siglo XX. “Sin socie-
permitirá, en fin, continuar con el empeño dad”, porque hoy, para muchos alumnos y
de una escuela como institución pública, para muchas familias, la escuela no tiene sen-
como lugar de inclusión, de diversidad y de tido alguno, no se inscribe en una narrativa
creatividad. coherente desde el punto de vista de sus pro-
yectos personales o sociales. No conseguire-
mos ir muy lejos en nuestras reflexiones si
Una concepción radicalmente nueva no comprendemos el alcance de esta doble
de la pedagogía ausencia de sociedad, que, paradójicamente,
proyecta sobre los profesores un exceso de
En 1995, el filósofo Neil Postman publicó expectativas y de misiones (Nóvoa, 2002).
un libro con un sugestivo título: The end of La modernidad pedagógica, de la razón
education. En él argumentaba que la educa- y de la responsabilidad define un tiempo
ción pública depende de la adopción de na- histórico que se prolonga desde el final del
rrativas compartidas y de la recusación de siglo XIX hasta el inicio del siglo XXI. Esta
narrativas que conducen a la alienación y a herencia hoy forma parte de nuestra manera
la separación: de entender la educación. Pero necesita ser
renovada de acuerdo con una lógica de crea-
«La cuestión esencial no se encuentra en la informáti- ción y de inteligencia.
ca, en los exámenes, en la evaluación de los profesores,
Las problemáticas de la creación, tal y
en la dimensión de las clases u otros aspectos de la ges-
tión de las escuelas. El problema reside en dos puntos como las define Michel Serres (1991), son
y sólo dos: la existencia de narrativas compartidas y hoy esenciales para la reflexión pedagógica
la capacidad de estas narrativas para dar un sentido y para la organización del trabajo escolar. La
inspirador a la educación» (1995, p. 18). educación como creación cultural cambia
nuestras concepciones pedagógicas de “acto
A lo largo del siglo XX, concepciones racional” a “acto creativo”. Al mismo tiem-
pedagógicas, psicológicas y sociológicas de po, se refuerza la dimensión colaborativa
la infancia se fueron mezclando con “ideo- del trabajo escolar y pedagógico, así como el
logías de salvación”, alimentando la ilusión uso de las redes como dispositivo de comu-
de la escuela como lugar de “redención nicación y de aprendizaje.
personal” y de “regeneración social”. En Las lógicas de creación se amplían a tra-
el mismo tiempo histórico, la dejación por vés de las lógicas de la inteligencia. Al utilizar
parte de las familias y de las comunidades este concepto quiero abrir tres horizontes pe-
de sus funciones educativas y culturales iba dagógicos. El primero se refiere a la necesidad
transfiriendo a las escuelas un exceso de mi- de sustituir una “pedagogía de la seducción”,
siones. Para superar el “currículo tradicio- muy presente en el siglo XIX, por una “peda-
nal”, sucesivas oleadas de reformas han ido gogía de la consciencia”, por un esfuerzo de
añadiendo nuevas técnicas y conocimientos, distanciamiento, de lucidez y de compren-
así como un sinfín de programas sociales, sión. El segundo se refiere a un movimiento
culturales y asistenciales. reciente en el área de las neurociencias, y que
Una sociedad sin escuelas, propuso Illich. un escritor portugués definió recientemen-
Escuelas sin sociedad, es lo que constatamos te al hablar de un artista amigo suyo: «tie-
nosotros cuarenta años más tarde. “Sin socie- ne los sentidos dentro de la inteligencia»4.

4 La frase es del escritor António Lobo Antunes y fue pronunciada en el elogio que hizo al artista Júlio Po-
mar, el 19 de junio de 2013, durante la ceremonia en que se le concedió el Doctorado Honoris Causa por la
Universidad de Lisboa.

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Pensar la escuela más allá de la escuela

El tercero se refiere a “inter-ligar”, una de las una de entre las muchas instituciones so-
etimologías de la palabra “inteligencia” que ciales que promueven la educación. En tal
hoy cuenta con más resonancias en el apren- sentido, la renovación pedagógica es inevi-
dizaje. tablemente dependiente de otra concepción
Merece la pena volver, de nuevo, a Mi- del modelo escolar y de un reforzamiento
chel Serres, cuando afirma que: del espacio público de la educación.
«Las ciencias cognitivas muestran que la utilización
* * *
de la net, la lectura y la escritura en la punta de los
dedos, la consulta de Wikipedia o de Facebook no esti-
mulan las mismas neuronas ni las mismas zonas cor- «No se puede pensar fuera de las posi-
ticales que la utilización del libro, de la pizarra o del bilidades de la lengua en que se piensa». La
cuaderno. Los jóvenes de hoy pueden manipular varias frase es de un escritor portugués, Vergilio
informaciones simultáneamente. Ellos no conocen, ni Ferreira (1192, p. 9), y merece nuestra aten-
integran, ni producen síntesis de la misma forma que ción. Necesitamos ampliar nuestra lengua,
nosotros, sus mayores. Ellos no tienen la misma cabeza
que nosotros» (2012, pp. 12-13).
esto es, nuestros instrumentos críticos de
pensamiento y de acción.
De cara a estos cambios es urgente “in- Para pensar la crisis, necesitamos dotar-
ventar novedades inimaginables”, también nos de nuevos instrumentos teóricos y me-
en el plano pedagógico. No podemos con- todológicos, que nos permitan abrir nuevos
tinuar reproduciendo los mismos modelos, entendimientos e inteligibilidades. Resistir
basados en un tiempo que ya no es el nues- no es defender la situación que existe, sino
tro, dirigidos a jóvenes que ya no piensan luchar por una escuela que responda a los
ni actúan como nosotros. Hoy, el cambio ideales públicos, de democratización, de in-
pedagógico está dificultado por el colosal clusión y de diversidad, que estuvieron en
peso de las estructuras involucradas en los su origen.
sistemas de enseñanza: estructuras políticas En la primera parte de este texto, he
y burocráticas, carreras docentes, especialis- intentado, de manera muy sintética, esta-
tas universitarios, instituciones de forma- blecer las bases de la escuela tal y como la
ción de profesores, currículos, programas de conocemos en el presente, articulando tres
enseñanza, manuales escolares, tecnologías procesos interrelacionados: 1) la produc-
educativas… ción del modelo escolar; 2) la consolidación
En este sentido, es imposible concretar de los sistemas nacionales de enseñanza y
una lógica de cambio sin, al mismo tiempo, la expansión de la “escuela de masas”; 3) la
acabar con las excesivas ilusiones que mar- emergencia de la modernidad pedagógica.
caron el siglo XX. Las ideologías de salva- Esta triple realidad, que define la historia
ción a través de la escuela ya habían sido contemporánea de la escuela, requiere ser
denunciadas por Ortega y Gasset: revisada y repensada en profundidad.
Es lo que he tratado de hacer en la segun-
«Esto nace de un error fundamental que es preciso da parte, abriendo el pensamiento al presente
arrancar de las cabezas, y consiste en suponer que las futuro, explicando de qué manera: 1) el mo-
naciones son grandes porque su escuela –elemental,
delo escolar está duramente cuestionado en
secundaria o superior– es buena. Esto es un residuo
de la beatería idealista del siglo pasado. Atribuye a la particular por la “revolución digital” que in-
escuela una fuerza creadora histórica que no tiene ni troduce nuevas relaciones en el conocimien-
puede tener» (1940, p. 65). to y en el aprendizaje; 2) los sistemas nacio-
nales de enseñanza han de ser remplazados
Pero no por eso dejaron de hacerse do- por diversas formas de presencia y de parti-
minantes en la forma de pensar la escuela. cipación en el contexto de un reforzamiento
Por ello, la redefinición de la pedagogía del espacio público de la educación; 3) la mo-
implica la redefinición del mismo papel de dernidad pedagógica tiene que ser actualiza-
la institución escolar. La escuela debe librar- da mediante nuevos conceptos y realidades
se de una visión regeneradora o reparadora que la definan a partir de la creatividad y de
de la sociedad, asumiendo que es solamente la inteligencia, en sus múltiples significados.

Con-Ciencia Social, nº 17 (2013) - 35 - pp. 27-37 / António Nóvoa


Pensar la escuela más allá de la escuela

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con su simplicidad, nos pueden ayudar a FURET, F. & OZOUF, J. (1977). Lire et écrire.
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