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Científicos españoles identifican seis proteínas

que predicen la evolución del cáncer de mama más


agresivo

 Los investigadores han establecido una relación entre un patrón


proteico y su respuesta a los fármacos
 Han conseguido describir las señales bioquímicas predominantes
en pacientes con tumor triple negativo

Los científicos han conseguido hacer una asociación entre tumor y


pronóstico centrándose en las proteínas y no en los
genes. THINKSTOCK
Bajo la denominación de cáncer de mama se engloban tres tipos que
presentan diferente pronóstico y respuesta al tratamiento, y el más
agresivo y desconocido es el llamado triple negativo. Ahora, científicos
españoles han logrado crear el primer 'atlas' que incluye seis proteínas
dominantes vinculadas al tumor.

Así, gracias a que "se ha puesto orden" en este cáncer de mama, los
investigadores han conseguido establecer una relación entre un patrón de
proteínas determinado y un pronóstico o respuesta a fármacos, e
identificar nuevas dianas farmacológicas, para las que en algunos casos ya
existen medicamentos en la práctica clínica.

Hasta ahora se sabía que el cáncer de mama triple negativo se debe a


numerosas mutaciones que actúan conjuntamente y en combinaciones
únicas para cada caso, pero no se habían descrito señales bioquímicas
predominantes y repetidas en las pacientes.

Por contra, en los otros dos subtipos de cáncer de mama, los que
expresan receptores -proteínas- de hormonas femeninas (hormono-
dependientes) y los que contienen niveles exacerbados del receptor HER2,
sí se había logrado y ya existen tratamientos específicos que eliminan en
gran medida las células tumorales.

La heterogeneidad por tanto del triple negativo ha impedido definir


factores pronósticos y predictivos, lo que ha provocado que la
quimioterapia convencional siga siendo la principal opción.

"El triple negativo es como un cajón desastre y para poder tratarlo


racionalmente primero hay que poner orden, y eso es lo que hemos
hecho", señala a Efe Miguel Ángel Quíntela, director de la Unidad de
Investigación Clínica de Cáncer de Mama del Centro Nacional de
Investigaciones Oncológicas (CNIO) y autor principal de este estudio que
se publica en la revista Nature Communications.
Identificación de seis quinasas
Para conseguir este "atlas" bioquímico, los investigadores no se
detuvieron en analizar los genes implicados en este tipo de cáncer, sino
que optaron por escudriñar las proteínas que estos generan. Así, lograron
identificar seis quinasas -un tipo de proteína- cuyo estado funcional -si
están activadas o no- predice la evolución del cáncer.

La búsqueda se hizo en muestras de tumores de 34 pacientes y los


resultados se validaron con 170 pacientes: aquellas pacientes en que
ninguna de estas quinasas estaban activas habían tenido un 95% de
probabilidad de curarse, o al menos, de no haber recaído doce años
después del tratamiento, detalla el CNIO en una nota de prensa. En
cambio, basta con que solo una de las seis quinasas estuviera activa para
que el riesgo de recaída se multiplicara por diez.

Algunas de estas proteínas habían sido estudiadas antes, pero "hasta


ahora no había ninguna razón para fijarse en ellas": ahora se sabe que
estas seis quinasas juegan un papel clave en este cáncer. Estas seis
proteínas se pueden inhibir farmacológicamente y contra tres de ellas,
según Quíntela, ya hay fármacos en uso -utilizados por ejemplo para otros
tumores como el melanoma-.
Experimentos en ratones y modelos celulares
Para comprobarlo, los investigadores hicieron experimentos en ratones y
modelos celulares y probaron, en concreto, la actividad antitumoral de 15
combinaciones de dos medicamentos cada una, en diez modelos
diferentes -en total 150 situaciones distintas-: lograron un efecto
terapéutico superior al de la suma de los efectos terapéuticos de cada
fármaco por separado en el 99,3% de los casos.

El siguiente paso, por tanto, será llevar estos experimentos a ensayo


clínico para lo que, según Quíntela, ya están en conversaciones con las
distintas farmacéuticas.

Pero no solo, los científicos también quieren, y ya trabajan en ello, que el


análisis de estas proteínas pueda hacerse en los hospitales de forma que
en el futuro sea una prueba clínica tan habitual como lo es hoy el análisis
del perfil genético de cualquier tumor.

"Mirando las quinasas y no los genes conseguimos hacer una asociación


entre tumor y pronóstico, por lo que por primera vez hemos puesto orden
en este tumor y, en un futuro, podremos orientar a las pacientes hacia
uno o varios fármacos específicos y no que todas sean tratadas de la
misma forma, como en la actualidad", concluye Quíntela.

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