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CURSO DE FORMACIÓN DE
TERAPEUTAS GESTALT
Autor/a:
Sergio Huguet
Psicólogo / Terapeuta Gestalt
Miembro del Equipo Terapéutico y Docente del ITG
Tabla de Conten
Pág.
I. Resumen ……………………………………………………………………………………………………..... 4
X. Anexos ……………………………………………………………………………………………………........ 38
Anexo 1. Bibliografía recomendada para la consulta ……………………………………....... 38
Psicologia IV Ilo-Peru Página 2 de 38
Universidad Jose Carlos Mariategui
Lista de il
Pág.
El Análisis Transaccional es una teoría de la personalidad y de las relaciones humanas con una
filosofía propia, desarrollada por Eric Berne (1910-1970). Su filosofía se basa en el pensamiento
humanista, parte de una serie de principios o postulados básicos que comparte y coinciden con la
Terapia Gestalt. El primer principio considera, que todos los seres humanos nacen bien. Un
segundo principio, es que todas las personas tienen un cierto potencial humano determinado por
los condicionamientos genéticos, circunstanciales, de salud, y sociales de origen y procedencia,
pero que ciertamente, este potencial se puede desarrollar. El tercer principio, es que todas las
personas pueden cambiar para el logro de la autonomía, ya que todos cuentan con los recursos
necesarios para hacerlo.
Berne (1972) plantea que existen diferentes estados Del Y o (entendiendo estado del yo, como un
sistema de emociones y pensamientos acompañado de su correspondiente patrón de conducta), y
que éstos pueden clasificarse en tres grandes grupos: Padre, Adulto y Niño. Asimismo, mantiene
que toda persona comparte los tres estados, lo que diferencia a unos de otros, es que su estilo de
comunicación se centra en uno o en combinaciones de ellos. Estos patrones se manifiestan tanto
internamente (pensamientos y sentimientos), Como externamente (lo que se habla y lo que se
hace). Posteriormente, se añade el segundo orden que se incluye la división del Padre en crítico y
nutritivo, y el Niño en libre y adaptado, este último subdividido a su vez, en sumiso y rebelde.
El Niño, es la parte de la personalidad del individuo que aporta (si se trata adecuadamente) la
espontaneidad, la creatividad, el entusiasmo, la habilidad, el afecto natural y la vivacidad de
cuando se es niño. También puede ser una manifestación de la personalidad atemorizada,
vergonzosa, mal humorada, exigente, desconsiderada, e incluso cruel como también se es de
niños, a veces. Es la parte más genuina de cada persona y permanece en cada quien desde el
nacimiento hasta la muerte; se considera la parte desde la cual se ha de desarrollar la
personalidad adulta autónoma.
Berne (1972), define el estado del yo padre como: una serie de sentimientos, actitudes y pautas
de conducta que se asemejan a los de una figura parental. Es una colección de códigos de vida
pregrabados, prejuzgados y prejuiciados. Cuando una persona está en un estado del yo Padre,
piensa, siente y se conduce como uno de sus padres o alguien que tomo su lugar.
Igualmente, Berne (1972) define el estado del Y o Adulto como: caracterizado por una serie
autónoma de sentimientos, actitudes y pautas de conducta adaptadas a la realidad actual. Es el
estado del Y o desde el cual, la persona es más capaz de objetivar la realidad de las cosas, de las
personas y de los acontecimientos, es decir, los hechos, las cifras, los datos objetivos. Igualmente
es más capaz de escuchar y de auto-escucharse, de interrogarse e interrogar.
En cada ocasión, uno de los tres estados del Y o, va llevar el control del comportamiento de la
persona. Él es el que tiene el control ejecutivo de la personalidad en ese momento. Los otros
estados del Y o pueden estar conformes o no con la forma en que el Ejecutivo está llevando la
situación. Si no lo están, con posterioridad, hay algún tipo de secuela emocional como: culpa,
vergüenza, resentimiento, apatía, etc.
El objetivo del tratamiento con Análisis Transaccional, es conseguir lo que Berne (1972) denomina,
el control social del comportamiento sintomático, impulsivo o estereotipado; es decir, conseguir
que la mayor parte del tiempo sea el Y o Adulto el que tenga el Poder Ejecutivo.
De esta forma, se puede decir que toda comunicación es una sucesión de transacciones, es decir,
un intercambio tras otro. El análisis de las transacciones permite un acercamiento muy sofisticado
de lo que está pasando entre dos o más personas cuando éstas, están en una interacción social, o
de lo que está pasando en el proceso interno de una persona entre sus tres estados del Yo. Es
decir, permite el estudio de las transacciones sociales y de las transacciones internas. Según Berne
(1972), las transacciones se pueden clasificar del siguiente modo:
Transacciones Cerradas: Se refiere a aquellas que constituyen los diálogos internos de cada
persona. Son transacciones internas que no se transmiten al exterior. El emisor y el
receptor son uno mismo.
Un juego psicológico es una serie de transacciones ulteriores que se inician con un cebo, en las
que se implican las personas de forma repetitiva, que conducen a un final previsible dentro del
guión de cada persona que participa y en el que al final del juego, las personas experimentan
sentim ientos parásitos y terminan pensando ideas que refuerzan sus creencias de guión. Los
juegos se aprenden en la infancia y/o adolescencia y se repiten en etapas posteriores. En el
estudio de los juegos psicológicos, se pueden encontrar tres posicionamientos básic os o posiciones
existenciales, son tres formas de estar en el mundo que constituyen lo que Karpman citado por
Marchand (2005) llama el triángulo dramático. Los roles son los siguientes: Victima, Perseguidor y
Salvador.
El Análisis Transaccional es una corriente que se encuadra dentro de los modelos humanistas,
compartiendo por tanto, muchos principios y postulados filosóficos con la Terapia Gestalt. El
motivo de incluirlo en este curso de formación, viene dado por la gran capacidad de estructuración
y claridad respecto de los procesos de interacción entre las personas, léase comunicación, a través
del estudio de las transacciones, aspecto éste que da nombre al modelo.
De igual forma, se incluye por la gran comprensión que brinda, respecto de lo que se ha dado en
llamar y que tanto ha popularizado el Análisis Transaccional como los son, los juegos psicológicos.
Juegos y manipulaciones con las que los terapeutas se ven enfrentados a diario en las sesiones de
psicoterapia.
Que las personas se familiarice con la rica y abundante terminología utilizada en el Análisis
Transaccional, pudiendo así servirle como un marco de referencia y comprensión de los
procesos relacionales frente a los que se encuentra a diario.
Un segundo principio en que se basa el Análisis Transaccional, es que todas las personas
tienen un cierto potencial humano determinado por los condicionamientos genéticos,
circunstanciales de salud, y sociales de origen y procedencia, pero que ciertamente, este
potencial se puede desarrollar. Las limitaciones externas al desarrollo humano, y sobre todo
las limitaciones internas decididas tempranamente, producen la infelicidad, la auto-limitación
de las habilidades personales para resolver problemas y enfrentarse a la vida y en definitiva,
la patología.
El tercer principio del Análisis Transaccional, es que todas las personas pueden cambiar para
el logro de la autonomía, ya que todos cuentan con los recursos necesarios para hacerlo.
Estos recursos, pueden ser personales o relacionales, e incluyen la posibilidad de tomar
nuevas decisiones más auto-potenciadoras.
El Dr. Eric Berne, es originario del barrio judío de Montreal. Estudia medicina y cirugía en la
Universidad de McGill (Montreal). Posteriormente se traslada a EE.UU. incorporándose como
psiquiatra residente en la Universidad de Yale. En 1941, empieza su formación psicoanalítica
en el Instituto Psicoanalítico de Nueva York, haciendo su análisis con Paul Federn. Durante la
Segunda Guerra Mundial se integra en el cuerpo médico de la armada de USA, y en esa
época inicia su reflexión crítica sobre la psiquiatría y el psicoanálisis.
De acuerdo con Giardino (2008), empieza a organizar grupos terapéuticos durante los años
1945 y 1946 e inicia su análisis didáctico con Erikson. Elabora su modelo a partir de sus
observaciones en la psicoterapia de grupo a principios de los años cincuenta. Siempre es
respetuoso con las teorías psicoanalíticas en las que se ha formado. Organiza regularmente
seminarios en San Francisco (California ), con un grupo de colegas, para compartir sus
experiencias como terapeutas de grupo y con vis tas a desarrollar un modelo de Psiquiatría
Social basado en el estudio de las interacciones entre las personas, al que denomina Análisis
Transaccional.
Berne se ocupa del psicoanálisis ortodoxo durante quince años. En su libro: Análisis
T ransaccional en Psicoterapia , usa la metáfora de la manzana y su corazón relacionando el
análisis estructural con el psicoanálisis. En este sentido Berne (1961) afirma que: el análisis
estructural es sólo la manzana de la cual la psicodinámica es el corazón. Los estudiantes
serios verán que ese corazón entra y se ajusta perfectamente dentro de la manzana.
Igualmente, Berne (1961) explica uno de los motivos que le llevaron a distanciarse del
psicoanálisis ortodoxo: Por razones que en ese entonces eran muy valederas, la atención de
Freud se desvió de las consideraciones estructurales hacia el área de la psicodinámica, y esto
resultó eventualmente en un esquema estructural que era más conceptual que clínico.
Según Cuadra y Boneda (2000), al buscar en la literatura científica una confirmación de sus
hallazgos sobre el análisis estructural y transaccional, Berne tiene la satisfacción de descubrir
que está siguiendo los pasos de dos de sus maestros Paul Federn (1871–1950) y Wilder
Penfield (1891-1976), neurocirujano de la Universidad de McGill de Montreal, el cual en 1951
empieza a publicar sus experiencias referidas a los resultados obtenidos de la estimulación
de la corteza temporal de algunos pacientes con débiles corrientes eléctricas, teniendo como
resultado que debido a este estímulo eléctrico se suscitan recuerdos lejanos, acompañados
de sus sentimientos, que hasta ese momento habían estado fuera del campo de la
consciencia del paciente. De modo que las experiencias olvidadas y borradas de la
consciencia , siguen influyendo a lo largo de la vida.
Berne (1972) plantea que existen diferentes estados del Yo (entendiendo estado del Yo, como un
sistema de emociones y pensamientos acompañado de su correspondiente patrón de conducta), y
que éstos pueden clasificarse en tres grandes grupos: Padre, Adulto y Niño (cuando se refieren a
estados del Y o, Padre, Adulto y Niño se escriben con mayúsculas).
Asimismo, mantiene que toda persona comparte los tres estados, lo que diferencia a unos de
otros, es que su estilo de comunicación se centra en uno o en combinaciones de ellos. Estos
patrones se manifiestan tanto internamente (pensamientos y sentimientos), como externamente
(lo que se habla y lo que se hace).
Con el modelo de los estados del Yo, se puede hacer un diagrama estructural al cual se le
denomina anális is estructural de primer orden, como se muestra a continuación:
P
A
N
Fuente: Santillna, S. (2009).
Posteriormente, se añade el segundo orden que se incluye la división del Padre en crítico
y nutritivo, y el Niño en libre y adaptado, este último subdividido a su vez, en sumiso y rebelde.
Junto al Análisis Estructural, se encuentra el Análisis Funcional de los estados del Yo, es decir, el
estudio de las manifestaciones conductuales de las estructuras del Yo, tal y como se
observan exteriormente (lo que alguien hace y dice y además de cómo lo hace). Es el análisis de
cómo la persona funciona en la relación con los demás y su propio entorno; en otras palabras,
cómo actúa como Padre, como Adulto y como Niño, en su relación con los otros.
Para analizar el contenido y función de cada una de estas estructuras o los estados del Y o, es
necesario recordar, como se ha comentado anteriormente, que un Estado del Y o es un sistema de
emociones y pensamientos acompañado de su correspondiente patrón de conducta que son
plenamente experimentados por el ser, no sólo roles. Pueden considerarse como manifestaciones
fenomenológicas de tres partes distintas de la estructura del Aparato Psíquico del individuo.
Estas partes son lo que Berne (1972) llama Órganos Psíquicos y supone que son tres: La
Extereopsique, la Neopsique y la Arqueopsique o; el Padre, el Adulto y el Niño, los cuales se
describen a continuación:
5.1 El Niño
Berne (1972) define el estado del Yo Niño, como una serie de sentimientos, actitudes y
pautas de conducta, que son reliquias de la propia infancia del individuo.
Se puede decir que cada persona lleva dentro un niño o una niña. El niño o la niña que ha
sido. En este sentido, Berne (1972), afirma:
"...el Niño es un estado del Yo que es una reliquia arcaica de un periodo temprano
significativo de la vida. Así, cuando estamos en el estado del yo Niño, nosotros actuamos
como el niño que una vez fuimos. No estamos sólo haciendo una escena; nosotros
pensamos, sentimos, vemos, escuchamos y reaccionamos como un niño de tres, cinco u
ocho años de edad ”
Todos los niños son únicos, el Niño de cada uno es diferente al del resto. Este estado del Y o
Niño, no es igual en cada época de la infancia y, si es un estado del Y o fijado, también
puede tener pautas comunes durante mucho tiempo o incluso toda la vida.
El impulso vital con el que nace un niño, le impulsa a actuar de una manera natural para
vivir, expresarse, explorar, aprender, crecer y desarrollarse como persona. Para ello, necesita
el complemento de la función de un padre o de una persona parental que le acoja, acepte,
respete, oriente y encauce para desarrollarse y ser él o ella misma.
Por otra parte, si este niño se expresa de una manera impulsiva, egoísta, grosera y de
un modo que ignora a los otros o la realidad objetiva, en este caso se denomina
conducta de Niño Natural Negativo o Inmaduro.
El otro modo, es funcionar como Niño Adaptado con conductas que tienden a
adaptarse a las normas y expectativas procedentes de los otros, del Padre interno o
del Padre social externo. El niño, desde el mismo momento de su nacimiento, e incluso
desde el instante en que fue engendrado, está sujeto a los distintos avatares y
vicisitudes de la vida. Cualquier decisión de la madre como tomar o no una medicación
en el embarazo, comer de unos u otros alimentos, fumar o tomar drogas, estar
nerviosa o tranquila y hasta decidir que nazca o no, va a influir determinantemente en
su vida. Continuamente está en inter-relación con su medio.
5.2 El Padre
Todos han tenido padres o han sido criados por personas que hicieron de padres y que han
tenido, en la infancia, adolescencia y algunas veces más tarde, una gran influencia. Cuando
son adultos, las personas se pueden percibir a sí mismas, pensando, sintiendo, hablando o
comportándose como alguna de esas figuras parentales, cuando están solos, pero sobre
todo en sus relaciones con algunas otras personas.
Berne (1972), define el estado del Y o Padre como: una serie de sentimientos, actitudes y
pautas de conducta que se asemejan a los de una figura parental. Es como una grabadora
de cinta. Es una colección de códigos de vida pregrabados, prejuzgados y prejuiciados.
Cuando una persona está en un estado del Y o Padre, piensa, siente y se conduce como uno
de sus padres o alguien que tomo su lugar.
El estado del Y o Padre es, en la vivencia interna, el banco de datos interiorizado, la certeza
que tiene la persona sobre lo que se debe hacer en la vida. En algunos aspectos funciona
como un magnetoscopio o magnetófono donde se graba, de modo que se tiene disponible, y
así en determinados momentos, se reproduce interna y externamente, un repertorio de
grabaciones con los tratos recibidos del entorno, en especial en la propia infancia; con lo que
se debe hacer, con lo que es válido hacer en cada situación. Es lo que se ha introyectado de
la cultura, de las tradiciones, de las normas, de los valores, de la concepción del mundo y de
la vida, tomado del medio social en el que se ha crecido.
La función de los padres con los niños, y en general de las figuras parentales, es cuidar, orientar
y encauzar a las personas a su cargo para desenvolverse en este mundo en cada situación.
Las maneras de comportarse como Padre en relación con el entorno y consigo mismo, se
pueden agrupar en dos modos conductuales típicos, como se describen a continuación:
5.3 El Adulto
Berne (1972), define el estado del Y o Adulto como: caracterizado por una serie autónoma de
sentimientos, actitudes y pautas de conducta adaptadas a la realidad actual. Es el estado del
Yo desde el cual, la persona es más capaz de fotografiar u objetivar la realidad de las cosas,
de las personas y de los acontecimientos, es decir, los hechos, las cifras, los datos objetivos.
Igualmente es más capaz de escuchar y de auto-escucharse, de interrogarse e interrogar.
Cuando la persona está en el estado del Y o Adulto, funciona como una computadora
humana. Opera en los datos que colecciona y guarda o usa para tomar decisiones de
acuerdo a un programa basado en la lógica. En el tratamiento de la información, desde el
estado del Y o Adulto, el individuo opera como un sistema lógico y racional, como un
ordenador inteligente, analizando la información recogida del exterior, por medio de los
sentidos corporales, y del interior, es decir, del cuerpo y de los otros estados del Y o.
Una vez recogida esta información, la persona la clasifica, analiza, organiza, saca
deducciones lógicas, evalúa las opciones, estima las probabilidades de éxito de cada una de
ellas, toma decisiones razonables y convenientes en la situación presente, pone en práctic a
las decisiones, las revisa y las ajusta si es preciso.
Cuando alguien está en el estado del Y o Adulto, usa el pensamiento lógico para resolver
problemas, asegurándose de que las emociones del Niño o Padre no contaminen el proceso.
Ser un ser humano maduro o crecido, no es lo mismo que estar en el estado del Y o Adulto.
Los niños pequeños pueden estar en su Y o Adulto y a
l s personas crecidas bien ajustadas
pueden usar su Y o Padre y su Yo Niño todo el tiempo.
El Y o Adulto computa todos los datos que se le alimentan. Si los datos están al día, entonces
las respuestas del Adulto serán propicias y más efectivas que las soluciones del Padre. Si los
datos son incorrectos, la computadora del Adulto produce respuestas incorrectas.
Una función muy importante del Y o Adulto es predecir resultados y proveer una crítica
basada en hechos de la efectividad de la conducta de las personas en la persecución de las
metas que eligieron. Esta función crítica basada en hechos, es diferente de la función basada
en valores del Padre Critico.
Cuando una persona se encuentra en el estado del Y o Adulto, tiene más habilidades para
recoger todas las informaciones necesarias para tomar una decisión, sin ideas preconcebidas
ni ilusorias. También tiene más capacidad de estrategia y de negociación para actuar con
competencia y eficacia.
El estado del Y o Adulto, se experimenta como la voz de la razón aquí y ahora. Desde el
estado del Y o Adulto, la persona cuida de sí misma y de los otros con objetividad y de
manera actualizada, teniendo en cuenta las circunstancias de la situación, las necesidades y
sentimientos propios y ajenos y la ética propia.
El sistema nervioso no está completamente desarrollado cuando la persona nace y hasta los
doce años que aparece el pensamiento abstracto, puede decirse que no existe totalmente el
Adulto. A esta edad se hace funcional plenamente.
Las manifestaciones del estado del Y o Adulto, no son tan previsibles como las de los estados
del Yo Niño y Y o Padre, dado que es un estado adaptado oportunamente a la situación
presente aquí y ahora, siempre cambiante. No obstante, los comportamientos bajo el control
del Adulto tienen la cualidad de ser más autónomos y menos automáticos que los de la
persona en el estado Padre o Niño.
Algunos indicadores de conducta frecuentes cuando una persona está en el estado del Y o
Adulto son: la serenidad dentro de la emoción, la escucha atenta, el uso de preguntas que
buscan información, una mirada directa, etc.
En cada ocasión, uno de los tres estados del Y o, va llevar el control del comportamiento de
la persona. Él es el que tiene el control ejecutivo de la personalidad en ese momento. Los
otros estados del Y o pueden estar conformes o no con la forma en que el Ejecutivo está
llevando la situación. Si no lo están, con posterioridad, hay algún tipo de secuela emocional
como: culpa, vergüenza, resentimiento, apatía, etc.
De esta forma, se puede decir que toda comunicación es una sucesión de transacciones, es decir,
un intercambio tras otro. Las interacciones de las personas están compuestas de transacciones las
cuales tienden a producirse en cadena, de modo que cada reacción es a su vez, un estímulo que
puede tener o no una respuesta.
De acuerdo con Gomar (sin fecha), el objetivo del análisis transaccional es lograr una mejor
comprensión de cómo las personas se relacionan entre sí, de modo que mejoren la comunicación y
las relaciones humanas y ofrezcan medios efectivos para resolver conflictos.
El análisis de las transacciones permite un acercamiento muy sofisticado de lo que está pasando
entre dos o más personas cuando éstas, están en interacción social, o de lo que está pasando en
el proceso interno de una persona entre sus tres estados del Y o. Es decir, permite el estudio de las
transacciones sociales y de las transacciones internas.
Según Berne (1972), las transacciones se pueden clasificar del siguiente modo:
Se refiere a aquellas que constituyen los diálogos internos de cada persona. Son
transacciones internas que no se transmiten al exterior. El emisor y el receptor son uno mismo.
Esto se representa en la ilustración 2.
P
A
N
Fuente: Vallejo, O. (2001).
Es complementaria aquella transacción cuya respuesta es recibida por el mismo estado del
Yo que ha ocasionado el estímulo y, a su vez, proviene del estado del Y o que lo ha recibido.
Es decir, gráficamente la flecha o vector parte desde un estado del Y o de la persona que
inicia la comunicación, hasta otro de quien la recibe; entonces se dice que la respuesta de
éste, va desde el mismo estado recibido y hasta el mismo del que se ha emitido. Pueden
ocurrir entre dos estados del Y o cualesquiera. Son las transacciones más sencillas en donde
la relación es paralela. Mientras la comunicación se mantiene a este nivel puede proseguir
indefinidamente. Berne (1972) califica como transacción complementaria aquella que es
apropiada, cabe esperar y sigue el orden natural de la s relaciones humanas saludables. Esto
se representa en la ilustración 3.
P P P P
A A A A
N N N N
La regla es: cuando se da una ruptura en la comunicación, una transacción cruzada lo causo.
La Primera regla de la comunicación, según Berne (1972), es que la comunicación seguirá
llevándose a cabo sin tropiezos mientras las transacciones sean complementaria s, es decir,
que la comunicación puede seguir, en principio, indefinidamente.
Una transacción es cruzada cuando la respuesta no vuelve del estado del Y o que ha recibido
el estímulo al estado al que lo ha emitido. Clínicamente es la clásica reacción de
transferencia. Así pues, es cruzada cuando la respuesta al estímulo es inesperada; se activa
entonces un estado inapropiado del Y o, se cruzan las líneas de transacción entre las
personas y estas optan por retirarse, alejarse o cambia r de conversación. Esto se representa
en la ilustración siguiente:
P P
A A
N N
E: ¿Qué hora es?
R: ¡Siempre me estás metiendo prisa!
En una transacción ulterior se envía más de un mensaje a la vez. Uno de ellos es abierto y
generalmente verbal: es el nivel social del mensaje. El otro es oculto, generalmente no
verbal: es el nivel psicológico del mensaje. Este tipo de transacción se denomina también
transacción dúplex y son usadas frecuentemente en política, en el flirteo, en las ventas, en
publicidad, siendo además la comunicación favorita de los padres de esquizofrénicos.
Como es difícil atender a dos estímulos al mismo tiempo, el estímulo social distrae al Adulto,
pero el Niño o el Padre quedan influidos por el psicológico, que si no llega a la conciencia del
Adulto, no puede ser enfrentado del modo conveniente y por ello engancha un programa
interno negativo.
Es importante entender que lo que ocurre después de una transacción ulterior, está determinado
por el nivel psicológico y no por el nivel social, por lo que si se desea comprender el
comportamiento, es necesario prestar atención al nivel psicológico de la comunicación,
pues el nivel ulterior va a dar más información que el nivel abierto.
Una razón importante por la que alguien dice una cosa queriendo decir otra, es porque
generalmente le avergüenzan los deseos y sentimientos de su Niño o su Padre. Sin embargo,
puede actuar estos deseos y expresar estos sentimientos a la vez que aparenta estarlo
haciendo de manera diferente. Por ejemplo, una persona puede usar un sonriente sarcasmo
en lugar de una expresión directa de su ira, o cuando se asusta puede contra atacar en vez
de admitir su propio miedo.
Cuando una persona desea atención u amor frecuentemente finge indiferencia, y le cuesta
trabajo darlo o aceptarlo. De hecho, puede pasar que ya alguien no sepa qué es lo que su
Niño realmente quiere por tener la vida inmersa en medias verdades y engaños. Asimismo,
ya no se espera que las personas sean completamente honestas, por lo que realmente
nunca se sabe, si es posible confiar en lo que los demás dicen.
P P
A A
N N
Es: ¿Qué has hecho con mis calcetines?
Ep: ¡Siempre desordenas mis cosas! Rs: s: nivel social /
Los he puesto en el cajón p: nivel psicológico
Rs: Siempre me criticas
Un subtipo es la transacción ulterior doble, en la cual están involucrados en total cuatro estados
del Y o. Dos para el emisor y dos para el receptor. Es lo que comúnmente se denomina
Según Berne (1972), la transacción de la horca. Es un tipo especial de transacción ulterior en
la que un estímulo que comporta una conducta destructiva para la propia persona,
recibe una respuesta que refuerza el contenido perjudicial. Por ejemplo:
6.5 Redefinición
Implica, como el mismo término indica, redefinir o volver a definir los términos del mensaje
del emisor, su transacción de origen. Puede hacerse por ejemplo cambiando simplemente el
tiempo verbal en el que ha sido realizado el mensaje. Por ejemplo, si alguien le pregunta a
un amigo que viene a casa por primera vez: ¿quieres tomar algo?, éste puede contestar con
Revisión Nº: 1. Diciembre de 2010 Sergio Huguet Página 27 de 38
Universidad Jose Carlos Mariategui
un: ¿Ya he tomado?, aunque la pregunta no era si había tomado, sino si ahora quería tomar.
Es una forma de evitar el contacto.
Para resumir, según Berne (1972), se puede afirmar que existen tres reglas de la
comunicación en el Análisis Transaccional:
En 1960 el análisis transaccional se convierte en una moda nacional en Estados Unidos, debido al
éxito como best seller del libro de Eric Berne: Games People Play (Los Juegos en los que
Participamos), dándoles nombres a cada uno de los juegos en función de las acciones que éstos
desarrollan. Así se encuentran juegos como: te agarre, patéame, yo solo trato de ayudar, etc.
Un juego psicológico es una serie de transacciones ulteriores que se inician con un cebo, en las
que se implican las personas de forma repetitiva, que conducen a un final previsible dentro del
guión de cada persona que participa y en el que al final del juego, las personas experimentan
sentimientos parásitos y terminan pensando ideas que refuerzan sus creencias de guión.
Los juegos están motivados por la ilusión arqueopsíquica de satisfacer necesidades arcaicas
insatisfechas en el momento de las decisiones del guión de vida.
Berne (1964) afirma que los juegos, así como el guión del que proceden y al que refuerzan,
pertenecen a los fenómenos transferenciales. El control del comportamiento es arqueopsíquico, y
es un intento ilusorio de reproducir las relaciones con alguien del pasado y conseguir las caricias o
la estructura que no se consiguieron en su momento.
El cebo es la parte oculta, inconsciente, del estímulo inicial que busca enganchar la parte
complementaria, sensible, del otro. Implica una descalificación. Todo juego empieza con una
descalificación. Si se confronta la descalificación, el juego se aborta. Los juegos son deshonestos,
conflictivos, repetitivos, dramáticos.
satisfacción de sus necesidades básicas tanto físicas como psicológicas, en especial las
necesidades de estimulación, de reconocimiento, etc.
Este proceso de adaptación consiste fundamentalmente en una serie de decisiones que toma la
persona sobre sí misma, sobre los otros y sobre la vida, en respuesta a los mensajes recibidos del
entorno humano en el que se desarrolla y a las condiciones de su existencia primera.
Estas decisiones adoptan la forma de creencias básicas cargadas de sentimientos asociados; son lo
que se denominan, según Berne (1964) posiciones existenciales o posiciones básicas. Aunque se
olvidan conscientemente, después tienen una fuerte influencia en el comportamiento,
especialmente en las relaciones con los demás, en las transacciones que el individuo entabla y en
el resultado de dichas transacciones.
a) Victima: que tiene una posición existencial en la que se percibe como: Yo estoy mal y Tú
estás bien, por lo que voy a hacer lo posible para que te hagas cargo de mí
c) Salvador: mantiene una posición de Yo estoy bien y Tú estás mal, pero voy a hacer lo
posible por encargarme de tu malestar. En este caso la posición existencial cambia, pues
plantea que Yo estoy bien, pero es un falso bienestar, pues la ayuda que ofrece está
sustentada por el malestar de percibir el malestar del otro. En definitiva se salva a sí mismo
a través o gracias a cuidar al otro.
Berne (1964), define el guión de la vida como: un plan de vida basado en una decisión tomada en
la infancia, reforzado por los padres, justificado por acontecimientos subsiguientes, y que culmina
en una alternativa elegida.
Uno de los motivos por los que las personas construyen el guión es porque necesitan estructura,
precisan poder anticipar los acontecimientos de la propia vida. Esto proporciona da seguridad y
ayuda a posicionarse en el mundo en un sentido global.
El guión representa una anticipación de cómo va a ser la vida en las diferentes áreas, hasta la
muerte. Dicha anticipación está basada en decisiones tempranas correspondientes a la etapa
preoperatoria del desarrollo infantil. La visión restringida de la realidad que tiene el niño, configura
el guión como un constructo insano, imitador de opciones personales que es causa de sufrimiento
en la vida adulta del individuo y que comprende disfunciones en elementos cognitivos,
emocionales y conductuales; la cura es la superación del guión de la vida. El análisis del guión de
la vida facilita a la persona, una forma alternativa de construir la realidad.
Según Berne (1964), las decisiones de guión son limitadoras porque están tomadas antes de los
siete años. La importancia particular de la etapa preoperatoria (desde los dos a los siete años) se
fundamenta en el hecho de que es en esta edad, cuando la mayoría de los niños toman la decisión
del guión, siguiendo así los resultados de Piaget.
De los dos a los siete años, el egocentrismo del niño salido del estadio sensorio-motor, toma una
forma nueva caracterizada por:
Bien la incapacidad para reconocer que puedan existir otras perspectivas cognitivas que no
sean las suyas;
Esto puede conducir al niño a creer en la unicidad de su perspectiva personal del momento, de ahí
su disposición a un pensamiento intuitivo y pre lógico: de modo que cree que todos y cada uno
piensan como él y que el mundo entero comparte sus sentimientos y sus deseos.
A la limitación fundamental del pensamiento de los niños pequeños, Piaget citado por Richmond
(1970) la denomina egocentrismo, que a la vez estructura y limita la experiencia del niño y la
forma en que la organiza.
Por ejemplo, la mamá pierde el autobús y se encoleriza en casa. Si el niño no dispone más que del
Pequeño Profesor (pensamiento intuitivo y prelógico), no toma en consideración los factores
causales objetivos y se pregunta: ¿qué es lo que yo he hecho para que mamá esté tan enfadada?,
en cambio, la persona adulta, reconoce que la cólera de la madre puede tener múlt iples razones y
de allí su pregunta sería: ¿qué ha pasado?, lo que es una acomodación a la situación.
Las decisiones de guión conducen a anticipaciones limitadoras que pueden incluir y abarcar toda la
vida del paciente. En este sentido, estas decisiones van a influir en la percepción, la manera de
interpretar cognoscitivamente, de sentir y de actuar sobre la realidad externa en el área de la vida
a la que afecta el guión.
Berne (1972), desarrolla esta técnica para diagnosticar el guión preguntando a los pacientes
directamente acerca de las creencias que tienen de lo que va a ser su vida; el método de Berne
consiste en escuchar el discurso del paciente y hacerle preguntas para facilitarle el contacto con su
mundo interno y permitiéndole así obtener información desde su parte más intuitiva y
preconsciente.
Otra técnica consiste en proponer al cliente una breve relajación tras la cual se le pide que imagine
que ha pasado mucho tiempo, de manera que él ya ha muerto y una persona que le conoció bien
ha escrito un libro sobre su vida. Este libro es una obra de teatro y él acude como espectador,
desde la fantasía, al estreno de la misma. Se le pide que imagine que su vida ha sido convertida
en obra teatral, que van a representarla, que imagine el teatro y los espectadores, viendo, por
ejemplo: ¿cuál es la primera escena de la obra?, ¿qué personajes aparecen?, ¿cuáles son los más
importantes?, ¿qué ocurre en la escena?, ¿cuál es el título de la obra?
También se le pide que imagine la última escena, que imagine ahora que es ya el final de la obra y
se representa el último día de su vida, preguntándole de esta forma: ¿qué edad tienes?, ¿dónde
estás?, ¿qué otras personas aparecen en la escena? ¿Qué ocurre en la escena?, ¿qué sientes
haber hecho?, ¿qué sientes no haber hecho?, ¿Tú has decidido el epitafio?, ¿qué quieres para tu
lápida, que te parece resume tu vida en una frase breve?, ¿cuál es esa frase?, ¿qué hace el
público al final de la representación?, ¿qué comentarios hacen sobre la obra?, ¿qué tipo de obra
teatral es (drama, comedia, tragedia, musical)?
Situar el momento presente del cliente dentro del contexto de su vida en conjunto,
incluyendo qué elementos de guión le inducen a hacer terapia, es decir, le producen
sufrimiento;
Cada persona tiene una identidad potencial, el Príncipe o la Princesa, que es la primitiva identidad
con la que todos nacen. Berne (1972) dice: todos nacemos Príncipes y Princesas, para hacer
referencia a esta identidad potencial inicial. En el mejor de los casos, si las necesidades básicas de
aceptación, amor, estimulación y reconocimiento se satisfacen adecuadamente, esta identidad
básica está llamada a desarrollarse en la identidad realista positiva característica del individuo
autónomo.
Se manifiesta en todas aquellas áreas de la vida en las que el individuo ha conseguido interiorizar
de su entorno, es decir, de los padres y demás figuras parentales, mensajes con el permiso o los
permisos apropiados para su autorrealización positiva y realista. Esto incluye integrar tanto sus
potencialidades como sus límites. El resultado es un conjunto de decisiones autopotenciadoras de
su identidad realista positiva.
En las áreas de la vida en las que la persona no ha recibido o no ha interiorizado los permisos
apropiados, el individuo interioriza una serie de mensajes apremiantes y/o limitadores que
contribuirán a elaborar su guión de vida; son los contramandatos y los mandatos.
La identidad psicológica negativa o de guión, el Sapo o la Rana, que ha sido realidad para el niño
en algún momento en aquellas áreas de la vida en las que ha recibido o percibido un mensaje
limitador, es decir, un Mandato.
Los Mandatos son mensajes más emocionales que verbales. Se envían y se reciben afectando a
áreas específicas de la identidad y el comportamiento natural de la persona. Robert y Mary
Goulding citados por Cuadra (2005), a partir de la experiencia clínica, identifican al menos doce
mandatos específicos:
i. No seas o No existas
ii. No seas tú, que puede tomar la forma de No seas del sexo que eres
v. No pienses, a veces referido a algo concreto y otras veces: No pienses como tú piensas,
piensa esto otro o piensa como yo
ix. No pertenezcas
xi. No sientas, que puede referirse a algo concreto o tomar la forma de: No sientas lo que
sientes, siente lo que yo siento
Todos las personas han recibido una cierta variedad de estos Mensajes, e incluso ha imaginado
recibirlos, y respecto de cada uno de ellos, cada quien toma decisiones. Son estas decisiones
tempranas dependientes frente a esos mensajes, lo que determina el tipo de auto limitación de
vida concreta que adopta el individuo dentro de la identidad de guión.
Berne, E. (1972). What Do You Say After You Say Hello?. Traducción al castellano por:
Patricio Escalante Gómez, bajo el título: ¿Qué Dice Usted Después de Decir Hola ?. Editorial
Grijalbo. Barcelona. 1999.