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LA HERMENÉUTICA

El lenguaje es la morada del ser y la casa donde habita el hombre, el gran intérprete
que responde a esa llamada y que en ella y desde ella desvela la inconclusión de su
propio decir.

El término hermenéutica deriva del griego "hermenéuiein" que significa expresar o enunciar un
pensamiento, descifrar e interpretar un mensaje o un texto.

Etimológicamente, el concepto de hermenéutica se remonta y entronca con la simbología que


rodea a la figura del dios griego Hermes, el hijo de Zeus y Maya encargado de mediar entre los
dioses o entre éstos y los hombres. Dios de la elocuencia, protector de los viajeros y del
comercio, Hermes no sólo era el mensajero de Zeus. También se encargaba de transmitir a los
hombres los mensajes y órdenes divinas para que éstas fueran tanto comprendidas, como
convenientemente acatadas.

El hermeneuta es, por lo tanto, aquel que se dedica a interpretar y desvelar el sentido de los
mensajes, haciendo que su comprensión sea posible y todo malentendido evitado, favoreciendo
su adecuada función normativa.

Aristóteles escribió un Peri hermeneias que, como parte del Organon, versaba sobre el análisis
de los juicios y las proposiciones. Se trataba de un análisis del discurso, pues sólo desde el
interior del mismo la realidad se nos manifiesta. Por este motivo, la hermenéutica se constituyó
fundamentalmente en un arte (techné) de la interpretación dirigida, en el Renacimiento y
la Reforma Protestante, al esclarecimiento de los textos sagrados, dando lugar a la exégesis
bíblica, uno de cuyos principales investigadores fue Mattias Flacius. En esta misma época,
como consecuencia del Humanismo, la hermenéutica se aplicó a la literatura clásica
grecolatina, configurándose como una disciplina de carácter filológico y después, desde el
ámbito de la jurisprudencia, se ocupó de la interpretación de los textos legales y de su correcta
aplicación a la particularidad de los casos.

En el Romanticismo la hermenéutica se constituyó en una disciplina autónoma,


configurándose con Schleiermacher, en una teoría general de la interpretación, dedicada a la
correcta interpretación de un autor y su obra textual. Años más tarde, Wilhelm
Dilthey (1833-1911) amplió su ámbito a todas las "ciencias del espíritu".

Actualmente entendemos por hermenéutica aquella corriente filosófica que, hundiendo sus
raíces en la fenomenología de Husserl y en el vitalismo nietzscheano, surge a mediados
del siglo XX y tiene como máximos exponentes al alemán Hans Georg Gadamer (nacido en
1900), Martin Heidegger (1889-1976), los italianos Luigi Pareyson (1918-1991) y Gianni
Vattimo y el francés Paul Ricoeur (nacido en 1913). Todos ellos adoptan una determinada
posición en torno al problema de la verdad y del ser, siendo la primera definida como fruto de
una interpretación, y el ser (mundo y hombre) como una gran obra textual inconclusa que se
comporta de manera análoga a como lo hace el lenguaje escrito.

No obstante, la hermenéutica contemporánea más que un movimiento definido es una


"atmósfera" general que empapa grandes y variados ámbitos del pensamiento, calando en
autores tan heterogéneos como Michel Foucault, Jacques Derrida, Jürgen Habermas,
Otto Apel y Richard Rorty.

Características generales de la hermenéutica


1.Lingüisticidad del ser.

La hermenéutica aplica el modelo interpretativo de los textos al ámbito ontológico. La realidad


no es más que un conjunto heredado de textos, relatos, mitos, narraciones, saberes, creencias,
monumentos e instituciones heredados que fundamentan nuestro conocimiento de lo que es el
mundo y el hombre.

El ser es lenguaje y únicamente éste posibilita lo real, porque es el medio a través del cual el
"ser" se deja oír. Como diría Heidegger "el lenguaje es la casa del ser. En la morada que
ofrece el lenguaje habita el hombre". Por ello, el mundo, y lo que en él acontece, incluido el
hombre (Dasein), no puede ser pensado como una cosa que se encuentra frente a nosotros,
sino como nuestra propia ubicación, el lugar donde habitamos y desde el que comprendemos.

2. El ser es temporal e histórico.

El mundo no puede ser pensado como algo fijo o estático, sino como continuamente fluyente.
La realidad siempre remite a un proceso, a un desarrollo en el tiempo (historia), a
un proyecto que nos ha sido transmitido (tradición) y que nosotros retomamos. Por ello,
entender el mundo es tomar conciencia histórica de la vertebración que se produce entre
tradiciones y de la distancia que se da entre ellas. Como parte de una determinada realidad
histórica y procesual, nuestra visión del mundo será siempre parcial, relativa y contingente.

3. Precomprensión y "círculo hermenéutico".

El hecho de que no sólo los objetos de conocimiento sean históricos, sino también el hombre
mismo lo sea, nos impide valorar "neutralmente" la realidad. No existe un saber objetivo,
trasparente ni desinteresado sobre el mundo. Tampoco el ser humano (Dasein) es un
espectador imparcial de los fenómenos. Antes bien, cualquier conocimiento de las cosas viene
mediado por una serie de prejuicios, expectativas y presupuestos recibidos de la tradición que
determinan, orientan y limitan nuestra comprensión.

El hombre está arrojado a un mundo que le surte de una cultura y un lenguaje determinados
(facticidad) que delimita y manipula su conocimiento de la realidad. Ésta no surge de la
subjetividad, no es original de cada hombre particular, sino que está condicionada
históricamente, y se vertebra en la articulación entre pasado y futuro, esto es, en el diálogo
entre tradiciones.

Esto significa que cualquier pregunta prevé su respuesta y presagiamos o anticipamos de


antemano aquello que queremos conocer, por lo que se crea cierta circularidad en la
comprensión denominada "círculo hermenéutico", criticada por el cientificismo y la lógica
clásica como un error o petición de principio.

El círculo hermenéutico es para Gadamer un límite a cualquier intento de comprensión


totalitaria pero también es una liberación del conceptualismo abstracto que teñía toda
investigación filosófica. Esta limitación traduce fielmente la realidad como un decir inconcluso y
no acabado. Heidegger, sin embargo, concibe la circularidad de la comprensión más como una
oportunidad positiva que como una limitación meramente restrictiva. A través de la facticidad y
del lenguaje se produce el encuentro con el ser, que es el que, en última instancia, decide y
dispone del hombre.

Para Heidegger la hermenéutica es una ontología, no un método ni una gnoseología.


El Dasein, como parte del ser, es aquel que se pregunta sobre el ser, pero no lo crea ni lo
constituye ni apenas puede describirlo. Esta postura es claramente contraria al subjetivismo
propio de la filosofía moderna. Lo esencial es el ser, no el hombre.

4. Imposibilidad de un conocimiento exhaustivo y totalitario de la realidad.

Dado que el ser es lenguaje y es tiempo (evento) y puesto que el hombre como ser-en-el-
mundo está inmerso en el ser del cual pretende dar cuenta, se hace imposible un conocimiento
totalitario, objetivo y sistemático del mundo.
La pretensión de verdad de la hermenéutica es radicalmente distinta a la de las ciencias. La
verdad sólo puede ser parcial, transitoria y relativa, características que surgen de la
pertenencia del sujeto al ámbito de lo interpretable y de la individualidad irreductible de cada
ente singular (evento), entendiendo por éstos no sólo las "cosas", sino el hombre mismo.
Precisamente Gadamer afirma que la historicidad del ser consiste en "no poder resolverse en
autotransparencia".

5.La interpretación como ejercicio de la sospecha o restauración del sentido.

Para Paul Ricoeur la hermenéutica es una "filosofía reflexiva" que ha de dar cuenta del
conflicto entre las diferentes interpretaciones de los símbolos del lenguaje. Así, enraizada a la
filosofía de Nietzsche, que exigía a la filosofía la tarea de desenmascarar las fábulas ilusorias y
falsos valores de la conciencia (la moralidad), la hermenéutica supone el esclarecimiento de la
verdadera "intención" y del "interés" que subyace bajo toda "comprensión" de la realidad,
quehacer que se halla presente en la teoría y el método psicoanalítico (desenmascaramiento
de los deseos y pulsiones ocultos en el inconsciente) e incluso en las teorías marxistas sobre
la ideología.

Frente a esta tarea, Ricoeur reclama también una hermenéutica dedicada a restaurar el
verdadero sentido que contienen los símbolos, búsqueda que explicaría el progreso de la
conciencia.

Elena Diez de la Cortina Montemayor.

Guía El círculo hermenéutico


Editar 0 5…

EL CÍRCULO HERMENÉUTICO

Indicadores de logro:1. Explica los diferentes planteamientos filosóficos sobre la relación entre el
lenguaje, el pensamiento y la realidad.2. Sintetiza, a partir de las discusiones filosóficas, una
concepción sobre la función y la estructura del lenguaje.3. Critica concepciones de la realidad
difundidas por los medios de comunicación, con base en el análisis filosófico del lenguaje.

Introducción
Después de habernos introducido en la discusión contemporánea sobre el lenguaje, es
conveniente acercarnos sin intermediarios a algunos de los textos capitales de esos debates
filosóficos; pero para poder acceder al sentido que contienen, será de gran utilidad seguir los pasos
del método de interpretación filosófica por excelencia: la hermenéutica. De este modo, al mismo
tiempo que profundizamos nuestra comprensión de las distintas corrientes de la filosofía del
lenguaje, aprenderemos a utilizar el círculo hermenéutico, que nos servirá para interpretar mejor no
sólo textos de toda clase, sino además cualquier tipo de expresión cultural.

1. Los principios de la hermenéutica


La historia de la hermenéutica fue decantando algunos principios interpretativos que conviene
sintetizar, pues constituyen el trasfondo del círculo hermenéutico en cuanto método de
interpretación:
1. PRINCIPIOS DE LA HERMENEUTICA INTERPRETATIVA
a) Parte de que el ser humano es por naturaleza, interpretativo.
b) El círculo hermenéutico es infinito. No existe verdad, sino que la hermenéutica dice su verdad.
c) Es deconstructiva, porque sólo deconstruyendo la vida se reconstruirá de otra manera.
d) El sujeto no puede separarse del objeto.
El método hermenéutico buscará insertar cada uno de los elementos del texto dentro de un todo
redondeado. Donde lo particular se entiende a partir del todo, y el todo a partir de lo particular.
Así, pretende explicar las relaciones existentes entre un hecho y el contexto en el cual acontece. El
intérprete debe de desprenderse de su tiempo, de sus juicios personales e intentar lograr una
contemporaneidad con el texto de referencia y el autor mismo, interpretándolos

EL METODO HERMENEUTICO
- El todo explica la parte y la parte explica el todo.
- Es preciso comprender los prejuicios que tenía el autor del texto, lo que parecía obvio en la
mentalidad de su tiempo (horizonte del autor).
- Siempre interpretamos un texto desde nuestros propios prejuicios (suposiciones,
presunciones, conjeturas, sospechas) (horizonte del lector).
- Para interpretar se debe poner en diálogo los prejuicios del autor y los del lector
(suposiciones, presunciones, conjeturas, sospechas) (fusión de horizontes).
- El texto “forma” al lector (Wirkungsgeschichte) y el lector “reforma” el texto.
- Comprender un texto es también comprenderse a sí mismo.
- La comprensión de un texto nunca se termina.

METODO FENOMENOLOGICO

Será útil señalar aquí los ocho principales malentendidos entre los psicólogos que Giorgi (1984) trata de
corregir para alcanzar una buena comprensión del enfoque fenomenológico:

1. La fenomenología no es un retorno a la introspección, ya que trata con significados más que con hechos y
describe el mundo, no supuestos "contenidos internos".
2. La fenomenología no es meramente subjetiva sino que más bien desea entender lo objetivo en términos
de los actos subjetivos en los cuales aparece siempre lo objetivo y, por tanto, es relacional.
3. La fenomenología no es sólo vivencial, sino que trata de entender el mundo y sus objetos como son
experimentados internamente por las personas.
4. La fenomenología no es un mero estudio de casos individuales, sino que empieza con ejemplos concretos
como base para el descubrimiento de lo que es esencial y generalizable.
5. La fenomenología no es anticientífica, sino un modo de practicar una forma diferente de ciencia.
6. La fenomenología no es especulativa, sino descriptiva y reflexiva.
7. La fenomenología no se opone a los datos, aunque emplea la "variación imaginativa" de los datos
descriptivos. Siempre comienza con la experiencia concreta.
8. La fenomenología no es antitradicional, aunque difiera en ciertos aspectos de la psicología tradicional.
Desea y es capaz de dialogar con la psicología tradicional (págs. 13-14). (p. 170)

2. Orientaciones prácticas para hacer hermenéutica: el círculo hermenéutico


Gadamer insistía en que la
hermenéutica no se puede
reducir al seguimiento
mecánico de unos pasos,
sino que es más bien un
arte, una capacidad vamos
desarrollando cuando
seguimos el ejemplo de
otros intérpretes y cuando
los principios arriba
mencionados permean
nuestra sensibilidad de
lectores. Sin embargo, sí
es posible indicar un modo
de proceder que nos ayude
a familiarizar con esta
práctica. El siguiente
esquema puede servir:

1. Pre-comprensión:
Antes de leer un texto tenemos ya alguna idea o sentimiento sobre él, que actúa como “proyecto
de interpretación”; luego, una primera lectura del texto nos deja una comprensión inicial y nos lleva
a replantear el proyecto y cada nueva relectura modificará la comprensión previa. Es necesario
preguntar: ¿Qué idea tenemos del texto antes de leerlo? ¿Qué entendimos del texto en la primera
lectura? Al volver a leer, ¿qué nuevas ideas tenemos del texto? Cada pre-comprensión que se
haga debe escribirse.

2. Reconocer prejuicios:
En este paso debemos “tener un ojo agudo” y esforzarnos por identificar los prejuicios que surgen
en la lectura que hacemos del texto. A medida que vamos identificando los prejuicios, estos nos
van revelando algo significativo de nuestras vidas. Pero también es necesario reconocer los
prejuicios (o presupuestos) que tuvo el autor al producir el texto. Se trata de aquellas ideas que
eran obvias para el autor, pero no para nosotros y que, por eso, hacen que ciertos pasajes del
texto nos resulten oscuros. A este respecto es importante responder ¿Cuáles son los prejuicios,
nuestros y del autor, que identificamos en el texto? Cada prejuicio que se identifique debe
escribirse.

3. Fusión de horizontes y contextos:


Existe una distancia entre el tiempo en que fue escrito el texto y nosotros. En primer lugar,
debemos remitirnos a la situación histórica pasada (contexto) en que brotó el texto: ¿Qué datos
biográficos puedes investigar del autor? ¿En qué época fue escrito el texto? ¿Cuál es el contexto
histórico e ideológico del texto? En segundo lugar, no debemos olvidar nuestro tiempo ni nuestra
propia situación histórica y socio-cultural ni el horizonte de significados en el que vivimos, debemos
integrar el texto a nuestra época y preguntarnos ¿Qué relación tiene dicho contexto histórico del
autor con el nuestro? ¿Qué diferencias hay entre el contexto del texto y el nuestro? Integrar estos
dos contextos hace posible un horizonte común más amplio. Cada una de las respuestas a estas
preguntas debe escribirse.

4. Oír el texto:
En el cuarto paso debemos experimentar o sentir ese texto en su verdadera alteridad, es decir,
tenemos que oírlo con atención para dejarnos decir algo de él. Al oírlo aprendemos algo que no
sabíamos y enriquece el horizonte de significados de nuestra existencia. ¿Cuáles son esas nuevas
ideas que aprendí del texto? ¿Cuál es la idea más significativa del texto? Cada idea debe
escribirse.

5. Aplicar el sentido:
El quinto paso que debemos dar para alcanzar una comprensión correcta es el de aplicar en un
caso concreto presente de nuestra existencia el sentido que hemos alcanzado del texto. Pues al
aplicar ese sentido a una situación particular para hacerla comprensible logramos una prueba de la
validez de ese sentido que asegura su vigencia histórica. Es en el acto de aplicar el sentido de un
texto donde se logra confirmar su continuidad en el tiempo. Pero además logramos enriquecer ese
sentido general del texto en la medida en que la situación concreta en la que lo aplicamos nos
revela algo nuevo y diferente que no estaba contenido en el texto. ¿Hay ideas del texto que tengan
semejanza con alguna situación vital que yo esté viviendo? ¿Algunas ideas del texto se relacionan
con mi modo de ser, de actuar, de pensar? ¿Por qué? Cada idea que surja debe escribirse.

6. Interrogarse:
Finalmente, la comprensión del texto nos debe llevar a cuestionarnos. ¿Qué pregunta tengo para
hacerme a partir del texto? ¿Qué respuesta le doy a esa pregunta con base en el texto mismo?
Cada pregunta y respuesta debe escribirse.

ACTIVIDADES:

1. Rastrea en qué momentos de la historia de la hermenéutica surgieron los siete principios que se
plantean en la sección 3.
2. Compara las siguientes frases célebres de Wittgenstein, Heidegger y Gadamer.

Wittgenstein Heidegger Gadamer

“Los límites de mi lenguaje significan los límites “El lenguaje es la casa “El lenguaje es nuestra segunda
de mi mundo”. del ser”. naturaleza”.

TAREA:
Aplica el método hermenéutico, desarrollando los cuatro primeros pasos del círculo
hermenéutico, a uno de los siguientes textos (disponibles
en http://lenguajeyfilosofia.wikispaces.com/):

1. Primera sección del parágrafo 34 de Ser y Tiempo, de Heidegger.


2. Sección 5, IV de Aclaraciones a la ética del discurso de Habermas.
3. “¿Hasta qué punto el lenguaje preforma el pensamiento?” (Verdad y Método II, p. 195-
197), de Gadamer.

INSTANCIA (en tríos):


Escojan un discurso o un acto comunicativo que tenga lugar en la vida escolar o en la
escena política y analícenlo empleando los conceptos y tesis que descubrieron en el texto
filosófico previamente interpretado. También se tendrán en cuenta las ideas de
Wittgenstein (de sus dos períodos) y de Austin y Searle. El análisis debe entregarse por
escrito y ha de contener:
- Transcripción del discurso o texto analizado
- ¿En qué juego de lenguaje se inserta ese discurso?
- ¿Cuál es el acto ilocutivo de quien emite el discurso? ¿Qué perlocución se produce?
- ¿Qué relación hay entre esas palabras y la realidad? (¿el discurso describe la realidad,
la crea, la altera, la falsifica?)
- Confrontación con las ideas sobre el lenguaje del texto interpretado en la tarea.

No existen hechos, sino interpretaciones. (Friedrich Nietzsche)

FENOMENOLOGÍA

Corriente filosófica originada por Husserl. El término fenomenología surgió


en el pensamiento alemán a fines del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX. Husserl
toma el término de su maestro Carlos Stumpt, para referirse a una ciencia
filosófica fundamental.

La fenomenología es el estudio de los fenómenos tal como son


experimentados, vividos y percibidos por el hombre, es decir, estudia las
realidades tal como son en sí, dejándolas que se manifiesten por sí mismas sin
constreñir su estructura desde afuera, sino respetándola en su totalidad. Husserl,
acuñó el término Lebenswelt (mundo de vida, mundo vivido) para expresar la
matriz de este “mundo vivido, con su propio significado”.

Husserl se preocupó mucho por el proceso de hacer ciencia y por ello trató
de crear un método “fenomenológico” cuyo fin básico era ser más riguroso y
crítico en la metodología científica; el nuevo método se centraba en la descripción
y en el análisis de los contenidos de la conciencia. Este método refleja un
esfuerzo por resolver la oposición entre el empirismo, que enfatiza la importancia
de la observación, y el racionalismo, que enfatiza la razón y la teoría, y lo logra
describiendo el origen, en la conciencia, de todo sistema filosófico o científico.
Para lograrlo, Husserl prescribía abstenerse de los prejuicios,
conocimientos y teorías previas, con el fin de basarse en lo dado y volver a los
fenómenos no adulterados. La fenomenología eidética de Husserl consiste en
descubrir los significados no manifiestos, analizarlos y describirlos (M. Zichi y A.
Omery, 1994). La fenomenología descansa en cuatro conceptos claves: la
temporalidad (tiempo vivido), la espacialidad (espacio vivido), la corporalidad
(cuerpo vivido) y la relacionalidad o la comunalidad (la relación humana vivida).

El énfasis primario de la fenomenología está puesto en el fenómeno


mismo, es decir, en lo que se presenta y revela a la propia conciencia y del modo
como lo hace; no desea excluir de su objeto de estudio nada de lo que se le
presenta a la conciencia, acepta lo que se presenta, así como se presenta; y este
punto de partida es puesto como base debido a que el hombre solo puede hablar
de lo que se le presenta en su corriente de conciencia o de experiencia.

Desde el paradigma fenomenológico, las preguntas de quien investiga


siempre se dirigen hacia una comprensión del significado que la experiencia
vivida tiene para la persona. Especialmente importante resulta que el
investigador llegue con el participante sin ideas preconcebidas y abierto a recibir
cuanto este exprese.

Etapas y pasos
Etapa previa Clarificación de los presupuestos
Primer paso: Elección de la técnica o procedimientos
apropiados
 La observación directa o participativa
 La entrevista coloquial o dialógica
Etapa
descriptiva  La encuesta o el cuestionario
 El autorreportaje
Segundo paso: Realización de la observación, entrevista,
cuestionario o autorreportaje. Reglas negativas y reglas
positivas
Tercer paso: Elaboración de la descripción protocolar
Primer paso: Lectura general de la descripción de cada
protocolo
Segundo paso: Delimitación de las unidades temáticas
naturales
Tercer paso: Determinación del tema central que domina cada
unidad temática
Etapa
estructural Cuarto paso: Expresión del tema central en lenguaje científico
Quinto paso: Integración de todos los temas centrales en una
estructura particular descriptiva
Sexto paso: Integración de todas las estructuras particulares en
una estructura general
Séptimo paso: Entrevista final con los sujetos estudiados
Discusión de los resultados
Existen otras orientaciones metodológicas, como el feminismo, la narrativa
testimonial y grupos focales, que comparten la orientación fenomenológica
general básica (Martínez, 2006).

Norelyn26 de octubre de 2016, 11:51

Martínez, M. (2006). Ciencia y Arte de la Metodología Cualitativa. (2a. ed.). México:


Trillas.

Martínez, M. (2008). Epistemología y Metodología Cualitativa en las Ciencias


Sociales. México: Trillas.

Taylor, S. y Bogdan, R. (1987). Introducción a los Métodos Cualitativos de


Investigación. Barcelona, España: Ed. Paidós.

Álvarez, J y Jurgenson, G. (2003). Cómo hacer Investigación Cualitativa


Fundamentos y metodología. México: Ed. Paidós.
La fenomenología consiste en remontarse por intuición hasta las esencias que posibilitan las
captaciones ordinarias; así por ejemplo, hacer la fenomenología del amor no consistirá en
describir experiencias concretas y realistas del amor, sino las vivencias necesarias para
experimentar el amor como un valor.

"La fenomenología echa mano de la descripción de lo que aparece, pero de aquello que surge
con evidencia apodíctica. Deja entonces de lado la explicación de las cosas por los primeros
principios y por las causas, y establece que es la intuición intelectual el procedimiento propio
de la filosofía, pues no se puede aceptar nada con evidencia apodíctica si no se capta
directamente en su manifestación donde el objeto aparece".

Descripción neutra se refiere a la descripción del objeto presente sin asociarlo con ideas o
creencias corrientes e ingenuas acerca de su existencia real. La aceptación de esa existencia
real es necesaria en la vida cotidiana pero no en el rigor filosófico, esto no quiere decir que
se niegue tal existencia, pero tampoco que se afirme, simplemente se permanece en una
postura neutral.

El Centro de la Fenomenología y su Objeto Principal. Son las esencias, dejando de lado


que es simplemente fáctico o contingente o singular, interesándose sólo por ese centro o
unidad de características que se entrelazan. Pero estas esencias no son de cualquier tipo sino
que son aquellas que caracterizan las vivencias o sea, a los modos de captar por la conciencia
algún objeto.

La Reducción. El término central utilizado por Husserl en su fenomenología es el término


Reducción o Apojé, que en resumen, es la operación mental por la cual se coloca entre
paréntesis o se prescinde o se deja fuera de consideración, algún dato que ordinariamente se
presenta.

El apojé intenta centrar la atención en un objeto determinado pero dejando de lado


intencionalmente algún dato que generalmente perturbaría la atención y el rigor deseado.
Husserl menciona muchos tipos de apojé pero los principales son:

Apojé Filosófica: Consiste en poner entre paréntesis toda teoría filosófica y todo presupuesto,
con el fin de enfocar la atención únicamente en los objetos. Husserl considera que no se
aprende filosofía estudiando a los filósofos sino yendo directamente a los objetos; además
piensa que es necesario dejar de lado los principios lógicos, pues de lo contrario tendríamos
que caer en largas discusiones acerca de su validez.

Apojé Fenomenológica: Consiste en colocar entre paréntesis todo lo accidental, fáctico y


contingente, para enfocar en el objeto solamente lo esencial, lo necesario, lo a priori.

Apojé Eidética: Es el que hasta ahora había practicado Husserl para llegar a una
fenomenología pura como intuición de las esencias, constituyendo las diversas ramas de
conocimientos eidéticos. Se reduce al fenómeno a su estructura esencial, poniendo entre
paréntesis todos los elementos individuales y contingentes, todo lo que no es dado en la pura
esencia del fenómeno; muy similar a la abstracción tradicional.

La Intencionalidad. Es una propiedad esencial de la conciencia por la cual ésta se tiende


hacia un objeto, gráficamente se podría representar como una flecha tendida hacia el objeto.
La conciencia no debe entenderse entonces como una substancia sino como una actividad,
como un estar lanzado hacia la conciencia, es siempre conciencia de, y cada tipo de objeto
tiene siempre un tipo de intencionalidad.

En este tema Husserl distingue entre Noesis que es el aspecto subjetivo de acto de conocer,
mientras que el Noema es el aspecto objetivo, o sea, lo captado en el conocer, aunque ambos
polos son necesarios en la fenomenología puesto que ésta consiste en pasar del noema a la
noesis correspondiente, que en ese momentos e vuelve noema puesto su contenido es lo que
se quiere analizar en ese nuevo acto
David López
OCT172011

Filósofos míticos del


mítico siglo XX: Husserl
admin

Husserl. Un gran filósofo cuya gigantesca obra quizás todavía no ha sido leída y
pensada por nadie en profundidad (bueno, quizás nadie lo ha hecho del todo con
ningún gran filósofo). Está todo por ser leído y pensado otra vez. Todo.

Husserl es un filósofo que yo quisiera haber leído más, más tiempo, con más sosiego,
con más rigor. Lo que ofrezco a continuación son sensaciones provisionales, tímidos
esquemas que espero mejorar algo con los años.
Me parece que Husserl simplemente quiso ver. ¿Ver qué? Los “fenómenos”: lo que
se manifiesta ante nuestra conciencia. ¿Es nuestra?

Y para ver eso -esas cosas- quiso poner todas las creencias entre paréntesis, no para
negarlas sin más, sino para que no impidieran la visión. Ver… Ni más ni menos.

Desde los planteamientos que estoy desarrollando en mi diccionario filosófico (“Las


bailarinas lógicas”) cabría decir que Husserl, aunque fue un estudioso enamorado de
esas bailarinas, finalmente les pidió por favor que se sentaran, que se apartaran, para
poder contemplar con serenidad el lugar donde todas ellas bailan: la infinita pista de
baile: nuestra conciencia subjetiva. Esa pista de baile sería, creo, para Husserl, la
única realidad evidente. Y la realidad absoluta. Siempre está ahí, acogiendo
bailarinas lógicas.

Pero, ¿de dónde vienen esas bailarinas lógicas capaces de vertebrar un mundo
entero?

Husserl, al principio, quiso ir a “las cosas mismas”. Quiso liberarse de toda verborrea
metafísica. Aspiró a una ciencia radical que ofreciera un conocimiento limpio e
indubitable, más limpio e indubitable que el que daba por verdadero la propia ciencia
físico-matemática (demasiado ingenua, objetivista, dogmática, esquematizadora,
alejada de la vida de verdad). Y, al final, terminó Husserl contemplando su propia
sala de baile: eso que, desde su propio Lebenswelt -su propio mundo vital-, él
denominó conciencia transcendental. Subjetividad absoluta. Esa sería quizás la
única “cosa misma”. Lo único que hay.

Pero antes de llegar a tanto, Husserl contempló esencias, arquetipos: las formas
típicas como se presentan los hechos en nuestra conciencia. Porque habría algo
robotizado en el espectáculo de nuestra vida, tanto interior como exterior. La
existencia de arquetipos identificables, describibles, nos permite clasificar todo lo
que nos ocurre: un hecho psíquico (o emocional si se quiere) lo denominamos
“esperanza”, otro lo denominamos “tristeza”, otro “nostalgia”, otro “pasión sexual”
otro “lago”. Impresiona sin duda la estructuración arquetípica de nuestro ver y de
nuestro sentir.

Son arquetipos. Robots metafísicos que vertebran nuestra mente y nuestro corazón.
Pero yo daría mi Filosofía entera a cambio de que no se retiraran nunca algunos de
ellos (como el arquetipo “hijo”, por ejemplo).

Las obras completas de Husserl – más de 40.000 folios escritos taquigráficamente-


fueron rescatadas de la destrucción nazi por un franciscano: Hermann Van Breda.
La lucha de este franciscano por salvar los textos de Husserl, por conservarlos y por
iniciar su publicación creo que es sintomática de algo especial. ¿Por qué ese interés?
¿Qué ofrecían los textos de Husserl a un franciscano? No lo sé. Espero tener tiempo
algún día para investigarlo. Si alguien quiere ir empezando, que tenga en cuenta esta
obra:

Jörgen Vijgen: Hermann Leo Van Breda (Biographisch-Bibliographisches


Kirchenlexicon (BBKL), Band 25, Norhaussen, 2005, 1405-1407.

¿A qué se puede llegar, finalmente, si se realiza la reducción fenomenológica? ¿Qué


queda? ¿La conciencia subjetiva absoluta? Pero, ¿qué es eso? ¿Dios? ¿Eso que yo he
denominado “Dios metalógico” en mi diccionario? [Véase aquí].

Algo sobre su persona y sobre su vida

Un concepto fundamental del “último” Huserl es “Lebenswelt” [“mundo-vital”, o “de


la vida”]. Se trataría del mundo asumido sin más por el ser humano no filosofante.
El mundo-vital de Husserl, tal y como lo narran los -siempre míticos- textos de que
dispongo, y mostrado como flujo temporal, fue más o menos así:

1859-1938. Nace en Prossnizt (Moravia, actual República Checa). Segundo hijo de


una familia judia. Pertenecer a esta raza (si es que hay razas de verdad) le costaría
luego muy caro. Estudia Matemáticas, Astronomía, Física y Filosofía en Leipzig. En
Berlín estudia Matemáticas con el famoso matemático Karl Weierstrass. Se doctora
en Viena. Allí estudia Filosofía con Brentano.

La influencia de Brentano en Husserl es decisiva (sobre todo su concepción


intencional de la conciencia… la conciencia siempre se refiere a algo distinto de sí
misma). Husserl se convierte en Privatdozent en Halle. Allí adquiere fama gracias a
su obra Investigaciones lógicas.

En 1887 se bautiza en la iglesia evangelista. Lo hace junto a su prometida: Malvine


Steinschneider.

En 1891 publica Filosofía de la aritmética. Esta obra llama la atención de Frege, uno
de los grandes lógicos del momento.

Muere su hijo en la primera guerra mundial. 1916. Husserl comienza su carrera como
profesor en Friburgo. En 1918 funda la Freiburger phänomenologische
Gesellschaft [Sociedad fenomenológica de Friburgo].

En la última fase de su vida Husserl se centra en el concepto de Lebenswelt [Mundo-


vital]. Y acomete una dura crítica de las -antivitales- perspectivas de las ciencias
naturales, que serían las responsables de la crisis de sentido que padecería la
modernidad.

El 6 de abril de 1933 Husserl es suspendido de su cargo en la universidad de Friburgo


por decisión del ministro de Educación del gobierno nazi. Heidegger [Véase],
antiguo discípulo de Husserl, sucede a su maestro en el cargo e ingresa en el partido
nazi. Es un capítulo muy oscuro y desagradable en la vida de uno de los grandes
filósofos del siglo XX (Heidegger). El caso es que a Husserl, grande entre los grandes,
se le prohibió incluso el uso de la biblioteca de la universidad, por ser judío.
Mezquindad. Ortega y Gasset [Véase], que había introducido muy pronto a Husserl
en España, visitó al gran filósofo en 1934. Momento terrible en ese gran país de
Filosofía.

Husserl muere en 1938. En 1939 aparece el franciscano (Hermann Van


Breda). Estaba realizando un trabajo de doctorado cuyo tema era la reducción
fenomenológica en Husserl. Y fue a por los escritos del gran filósofo. Van Breda
consiguió sacarlos de Alemania gracias a la ayuda de su propio gobierno. Luego fue
capaz de protegerlos en mitad de la segunda guerra mundial. Y, ya llegada la paz, dio
comienzo a un proceso de edición que todavía no ha terminado. Son más de 40.000
folios. Esa galaxia de símbolos filosóficos se denomina ahora “Husserliana” y lo está
publicando el Instituto Superior de Filosofía de la Universidad de Lovaina (una
preciosa universidad, por cierto).

Algunas de sus ideas fundamentales

1.- La fenomenología. Fue Spiegelberg quien habló por primera vez del “movimiento
fenomenológico”. Husserl fue su fundador. Estaríamos ante uno de los movimientos
cruciales del pensamiento filosófico del siglo XX. Una gran aventura del
pensamiento y del sentimiento. Se trataba de ir a lo concreto, a “las cosas mismas”,
para ver de verdad lo que hay, superando la fe en la ciencia físico-matemática y
superando también una Filosofía apoyada en conceptos no evidentes. Y, a partir de
ahí, construir un sólido edificio filosófico (radicalmente “científico” en realidad). Se
trataría de poner en cuestión -entre paréntesis- mucho más de lo que ponía en
cuestión el credo cientista, el cual no problematizaba sus dogmas (como el de la
objetividad del mundo exterior, por ejemplo).

2.- El fenómeno. Es lo que aparece ante la conciencia. Pero no como contrapuesto a


la cosa en sí, en sentido kantiano. Lo que aparece -el azul/verde de lago italiano, por
ejemplo- es ya la cosa misma, no reflejo ni efecto de una realidad escondida tras lo
fenoménico. Husserl afirmó que todo había que cogerlo, gnoseológicamente, como
se presenta en la conciencia. Fue un estudioso de Maya.
3.- Hechos y esencias. La intuición eidética. Husserl estuvo atento a los fenómenos
que se presentan en la conciencia. Y consideró que todo lo que se presenta en esa
sala lo hace de un modo típico. El objetivo del filósofo sería contemplar esas formas
típicas de aparición: esas “esencias”: ese kosmos noetos platónico convertido a su vez
en -legítima- sombra de la caverna. A través de los hechos, y tal y como se presentan
en la conciencia, cabría ver ese cielo eidético. Husserl no pensó esas esencias como
reales, pero tampoco como externas, objetivas. Yo, al menos, no sé muy bien dónde
las ubicó. Se habla de un “tercer reino”. El caso es que cabría contemplar esos
arquetipos, esas esencias, desapasionadamente, como desde fuera (Schopenhauer,
por cierto, consideró esa contemplación de ideas como un placer similar al que nos
espera en la gloria eterna).

4.- La “epojé”. Significa “suspensión” en griego. Suspensión de los juicios sobre la


verdad. Husserl utilizó este término como puesta entre paréntesis. Es un método, un
camino, hacia algo. Algo que se supone muy deseable y muy necesario. Es un
desocultamiento. Es un desnudar bailarinas lógicas hasta dejarlas convertidas en la
-sacra- nada que son en realidad. La “epojé” tiene cierto parecido con la duda
escéptica de Descartes (de hecho a Husserl hay que entenderle desde Descartes y
desde Kant). Pero no se trataría tanto de dudar -de un escepticismo radical, que por
otra parte Descartes no practicó- sino de silenciar el juicio: dejar las verdades en
suspenso, todas, pero sobre todo las que conforman la actitud “natural” de la tribu
donde, por otra parte, vive y siente el propio filósofo. Esas creencias son útiles,
irrenunciables, pero el filósofo fenomenólogo no quiere partir de ahí: necesita
evidencias radicales para ver lo que hay de verdad. La “epojé” -o “reducción
fenomenológica”- finalmente solo permite la evidencia de una sola realidad: que hay
conciencia. Sin más. Nada más. Una conciencia subjetiva que lo abarca todo. Nada
menos.

5.- “Lebenswelt” [Mundo-vital]. Lo señalé antes: estaríamos ante el concepto


fundamental del último Husserl. Lo desarrolló en su obra Die Krisis der
europäischen Wissenschaften und die transzendentale Phänomenologie [La crisis
de las ciencias europeas y la fenomenología transcendental]. Sería el mundo
“circundante vital” que se considera válido de forma natural. Las ciencias modernas
habrían surgido de ese mundo. Y habrían olvidado ese origen. Ingenuamente. El
mundo-vital no sería un hecho, sino un horizonte de hechos… y ahí ubicaría los
hechos esa ciencia que no es consciente de su propia limitación. De su propia
ingenuidad. Estudiar ese “mundo-vital” sería una fenomenología también. Habría
que desenterrar ese mundo antes de la reducción fenomenológica. Habría que saber
dónde sentimos y pensamos. Yo diría que se trataría de un estudio del propio hechizo
colectivo -del sueño en red- en el que está ubicado todo filósofo… y desde donde debe
iniciar su labor investigadora. Aquí cabe una conexión con el trabajo de Moore
[Véase]. Este filósofo también quiso ver -ver- el mundo normal en el que vivía, y
creyó que lo encontraría reflejado, con mucha nitidez, en el lenguaje corriente.
Husserl no tuvo una visión estática del “mundo-vital”. Creyó en que era cambiante.
Cabría decir desde Wittgenstein [Véase aquí] que esos “mundos” -hiperreales para
el pensar/sentir no filosófico- serían, cada uno de ellos, el fruto genésico de un
determinado juego del lenguaje: de una determinada coreografía de bailarinas
lógicas.

Voy a concluir muy provisionalmente este texto con una sensación. Creo que Husserl
estuvo fascinado por los dos niveles de sabiduría que presupone el concepto “Apara-
vidya” [Véase]. En el nivel inferior cabría contemplar el propio mundo y sus
hechizos. Y cabría ubicarse y vivir en él con plenitud: jugarle, con sentido de lo
sagrado incluso.

En el nivel superior cabría “contemplar” -sin dualismo posible- la propia conciencia,


la propia subjetividad omniabarcante: la verdad radical. Estamos ante un auto-
conocimiento abisal que, una vez más, incinera nuestras frases en la fabulosa
hoguera de la Mística [Véase]. Para llegar a esa visión habría que despejar del todo
nuestra pista de baile. Nuestro cielo.

Vivir bajo un cielo completamente despejado. Sin protección. Dicho de otra forma,
desde otra metáfora: estar, en silencio, sentado, en la pista de baile infinito, con todas
las bailarinas sentadas, quietas, transparentes.

Es probable que Hermann Van Breda estuviera dispuesto a vivir ahí, y a dejarse
incinerar -a dejarse ser uno- con el sol (con el Dios) que él amaba como franciscano.

Yo, en este momento, no renunciaría del todo a mi onírico “mundo-vital”, ni a sus


dolientes arquetipos ideales, ni siquiera por ese cielo azul. Hay arquetipos como
“hijo” o “amigo” o “amor de pareja” por los que vale la pena seguir
hechizado. Eternamente si fuera necesario.

David López

Sotosalbos, 17 de octubre de 2011

El método fenomenológico en Investigación Cualitativa


MÉTODO FENOMENOLÓGICO EN INVESTIGACIÓN
CUALITATIVA

ASESORÍA PARTICULAR EN INVESTIGACIÓN PSICOLÓGICA


http://www.ludoterapia.mx/servicios/asesoria-en-investigacion

DIGITALIZADO DE:
MARTÍNEZ, Miguel (1996) Comportamiento Humano. Nuevos Métodos de
investigación. Ed. Trillas: México. SEGUNDA PARTE. MÉTODOS ESTRUCTURALES.
Cap. 8. El Método fenomenológico Pp.167-188.

El método fenomenológico

Fundamentación teórica
El objeto de este capítulo es presentar una breve fundamentación teórica y la estructuración básica de las
principales etapas y pasos de la metodología fenomenológica, especialmente en su aplicación a las áreas
psicológica y educativa.

Las realidades cuya naturaleza y estructura pueden ser observadas, al menos parcialmente, desde afuera
podrán ser objeto de estudio de otros métodos. En cambio las realidades cuya cuya naturaleza y estructura
peculiar sólo pueden ser captadas desde el marco de referencia interno del sujeto que las vive y experimenta,
exigen ser estudiadas mediante el método fenomenológico. En este caso, no se está estudiando una realidad
"objetiva y"externa" (como ordinariamente se califica), igual para todos, sino una realidad
cuya esencia depende del modo en que es vivida y percibida por el sujeto, una realidad interna y personal,
única y propia de cada ser humano. Por tanto, no se le puede introducir por la fuerza en el esquema conceptual
y método preestablecidos por el investigador, ya que, posiblemente, se destruiría su naturaleza y esencia
peculiar.

La fenomenología y su método nacieron y se desarrollaron para estudiar estas realidades como son en sí, por
lo cual se permite que éstas se manifiesten por sí mismas sin constreñir su estructura desde afuera, sino
respetándola en su totalidad.

La fenomenología es el estudio de los fenómenos tal como son experimentados, vividos y percibidos por el
hombre. Husserl acuño el término Lebenswelt (mundo de vida, mundo vivido) para expresar la matriz de este
"mundo vivido, con su propio significado". (p.167)

Husserl se preocupó mucho por el proceso de hacer ciencia, y por ello trató de crear una fenomenología y un
método fenomenológico cuyo fin básico era ser más riguroso y crítico en la metodología científica; para
lograrlo, prescribía abstenerse de los prejuicios, conocimientos y teorías previas, con el fin de basarse de
manera exclusiva en lo dado y volver a los fenómenos no adulterados. Su "leitmotiv" en la investigación
fenomenológica fue: "ir hacia las cosas mismas", en el cual se entiende por "cosas" lo que se presenta a la
conciencia. Heidegger, por su parte, precisa que la fenomenología es la ciencia de los fenómenos y que
consiste en "permitir ver lo que se muestra, tal como se muestra a sí mismo, y en cuanto se muestra por sí
mismo" (1974, 233-252).

El énfasis primario de la fenomenología está puesto en el fenómeno mismo, es decir, en lo que se presenta y
revela a la "propia conciencia y del modo como lo hace: con toda su concreción y particularidad; y esto no
sólo tiene su estructura y regularidad, sino una lógica que es anterior a cualquier otra lógica.

Si la vida psíquica consiste en un fluir permanente de impulsos, sentimientos, percepciones, conocimientos,


etc., que, a su vez, determinan el comportamiento, resulta lógico que la investigación psicológica tome esta
realidad, así como se da de hecho en la persona, como su objeto específico de estudio.

La fenomenología no desea excluir de su objeto de estudio nada de lo que se presenta a la conciencia; sin
embargo, por otro lado, desea aceptar sólo lo que se presenta y, precisamente, así como se presenta. Y este
punto de partida es puesto como base debido a que el hombre sólo puede hablar de lo que se le presenta en
su corriente de conciencia o de experiencia, y además porque, como afirma Laing, "su conducta es una función
de sus vivencias".

Esto indicaría el rechazo a los postulados del realismo, empirismo y positivismo por impedir el verdadero
acceso a "lo real y auténticamente psicológico", es decir, al "mundo vivido". En efecto, no existe una
"geometría de la vivencia", ni una "ciencia en la que los fenómenos vivenciales pudieran deducirse de un
sistema de axiomas y de conceptos definidos con anterioridad" (Dartigués, 1975, pág. 43).
Husserl señala que siempre existe en nosotros un "ambiente de vida presupuesto", un "medio vital cotidiano",
y explica "cómo este mundo de vida funge constantemente de trasfondo, cómo sus dimensiones valorativas
prelógicas son fundacionales para las verdades lógicas, teóricas", y refiere todo conocimiento teórico a este
trasfondo vital natural (Bollnow, 1976, pág. 42). Para Husserl, la fenomenología es la ciencia que trata de
descubrir las "estructuras esenciales de la conciencia"; debido a ello, el fin de la fenomenología no es tanto
describir un fenómeno singular cuanto descubrir en (p. 168)

él la esencia (el éidos) válida universalmente, y útil científicamente. Esta "intuición de la esencia"
(Wessenschau) no es un proceso de abstracción, sino una experiencia directa de lo universal que se revela y
se impone con evidencia irresistible. La esencia, aunque aparece sólo en las intuiciones de los seres
individuales, no se reduce a ellos, pues en cierto modo se encuentra fuera del tiempo y del espacio, es decir,
no está ligada al tiempo y al espacio. Así, el investigador no se limita al estudio de casos, aunque parte de
ellos, sino que su meta consiste en alcanzar los principios generales mediante la intuición de la esencia; su
método no es, por tanto, idiográfico, pero tampoco nomotético; está entre los dos.

La diferencia que hay entre el método fenomenológico y el hermenéutico estriba en que el hermenéutico
trata de introducirse en el contenido y la dinámica de la persona estudiada y en sus implicaciones, y busca
estructurar una interpretación coherente del todo, mientras que el fenomenológico respeta plenamente la
relación que hace la persona de sus propias vivencias, ya que, al tratarse de algo estrictamente personal, no
habría ninguna razón externa para pensar que ella no vivió, no sintió o no percibió las cosas como dice que lo
hizo. Podemos conocer cómo nos sabe a nosotros el chocolate, pero nunca cómo le sabe a otra persona si ella
no trata de decírnoslo; y, aun cuando nos lo diga, esa experiencia no es plenamente comunicable.

El método fenomenológico se centra en el estudio de esas realidades vivenciales que son poco comunicables,
pero que son determinantes para la comprensión de la vida psíquica de cada persona. Podemos decir que el
método fenomenológico es el más adecuado para estudiar y comprender la estructura psíquica vivencial que
se da por ejemplo, en un condenado a muerte o a prisión perpetua, en un acusado y condenado injustamente,
en la soltera que llega a ser madre contra su voluntad, en el enamorado, en el drogadicto, en la pérdida de un
ser querido, en un atraco criminal o en una violación, en el que se queda inválido o solo en la vida, en el que
padece una enfermedad incurable, en el nacimiento del primer hijo, en la experiencia de una conversión
religiosa, en tener que tomar una decisión grave sin razones en pro o contra, en vivir la "crisis a mitad de la
vida", y muchas otras situaciones más.

En el estudio de todas estas situaciones, el procedimiento metodológico será oír detalladamente muchos
casos similares o análogos, describir con minuciosidad cada uno de ellos y elaborar una estructura común
representativa de esas experiencias vivenciales. Ciertamente, la simpatía, de que tanto nos habla Max
Scheller, o la empatía de Rogers, serán un modo de conocimiento que nos ayudará a comprender esos estados
que nosotros no hemos vivido (p. 169)

y que quizá jamás viviremos. Podemos, mediante un cierta vivencia vicaria, aproximarnos de algún modo a
esas realidades.

En estos casos tendríamos una aplicación del método fenomenológico en sentido estricto. En sentido amplio,
se aplica en las investigaciones psicológicas, sociológicas, educacionales, etc., en que se pone el énfasis en
partir de una descripción de la conducta
humana lo más desprejuiciada y completa posible, y se siguen después los pasos normales señalados más
adelante.
Hay muchas orientaciones y procedimientos metodológicos que se presentan con otros nombres, pero que
condividen fundamentalmente la base fenomenológica, sin nombrarla. Siempre que se parta de un inicio sin
hipótesis, se trate de reducir al mínimo la influencia de las propias teorías, ideas e intereses y se haga un gran
esfuerzo para captar toda la realidad que se presenta de manera vivencial a nuestra conciencia, estamos en
la orientación fenomenológica.

Será útil señalar aquí los ocho principales malentendidos entre los psicólogos que Giorgi (1984) trata de
corregir para alcanzar una buena comprensión del enfoque fenomenológico:

1. La fenomenología no es un retorno a la introspección, ya que trata con significados más que con hechos y
describe el mundo, no supuestos "contenidos internos".
2. La fenomenología no es meramente subjetiva sino que más bien desea entender lo objetivo en términos
de los actos subjetivos en los cuales aparece siempre lo objetivo y, por tanto, es relacional.
3. La fenomenología no es sólo vivencial, sino que trata de entender el mundo y sus objetos como son
experimentados internamente por las personas.
4. La fenomenología no es un mero estudio de casos individuales, sino que empieza con ejemplos concretos
como base para el descubrimiento de lo que es esencial y generalizable.
5. La fenomenología no es anticientífica, sino un modo de practicar una forma diferente de ciencia.
6. La fenomenología no es especulativa, sino descriptiva y reflexiva.
7. La fenomenología no se opone a los datos, aunque emplea la "variación imaginativa" de los datos
descriptivos. Siempre comienza con la experiencia concreta.
8. La fenomenología no es antitradicional, aunque difiera en ciertos aspectos de la psicología tradicional.
Desea y es capaz de dialogar con la psicología tradicional (págs. 13-14). (p. 170)

La metodología fenomenológica, además, no sólo nació de una mayor exigencia de rigor científico, sino que
este rigor en la sistematicidad y crítica la acompaña siempre. Debido a ello, se realizan todos los pasos de tal
manera que la investigación pueda ser objeto de un diálogo entre la comunidad de científicos y estudiosos;
es decir, que cualquier lector, al adoptar el mismo punto de vista del investigador -a partir de sus mismos
presupuestos-, pueda llegar a ver o constatar lo que éste vio o constató.

ETAPAS Y PASOS

Etapa previa: Clarificación de los presupuestos

En general, el hombre inteligente no suele fallar en su lógica o argumentación; pero acepta con facilidad -en
forma tácita, no explícita- ciertos presupuestos que determinan el curso de su razonamiento o investigación.
Por esto, es necesario reducir los presupuestos básicos a un mínimo y tomar plena conciencia de la
importancia de aquellos que no se pueden eliminar.

Entre los presupuestos relacionados con el tema que se desea estudiar, habrá ciertos valores, actitudes,
creencias, presentimientos, intereses, conjeturas e hipótesis. Es necesario hacer patentes estos puntos de
partida y precisar su posible influencia en la investigación.

La fenomenología sostiene que una investigación seria, filosófica o científica, sólo puede comenzar después
de haber realizado una estricta y cuidadosa descripción que ponga entre paréntesis (en cuanto sea posible)
todos los prejuicios. En este sentido, la fenomenología es, ante todo, una propedéutica de la verdadera ciencia
-como lo ilustra MacLeod (1970)- que trata de asegurar un riguroso punto de arranque, pues ninguna
investigación es mejor que su punto de partida.

En nuestro caso concreto, la estructuración de la metodología fenomenológica que se presenta a continuación


tiene también un marco de referencia teórico, que es el siguiente:

1. La epistemología se basa en la primera parte de esta obra, en la fenomenología de Husserl (1962), en la


filosofía existencial de Heidegger (1972) y en la psicología fenomenológica de Merleau-Ponty (1975, 1976).
2. La concepción psicológica (implícita) del hombre se fundamenta en la doctrina de la Gestaltpsychologie
(descrita en (p. 171)
M. Martínez, 1982) y en las teorías de la personalidad de G. Allport (1966), A. Maslow (1970) y C. Rogers
(1972).
3. La secuencia de las etapas y pasos de la metodología fenomenológica se fundamenta, parcialmente, en los
estudios de A. Van Kaam (1966), H. Spiegelberg (1976), A. Giorgi
(1975) y D. Kuiken (1981).

En relación con la validez y confiabilidad del modelo teórico propuesto, un examen y análisis cuidadosos y
profundos harán ver que responde, en un nivel satisfactorio, a los criterios convencionales: posee amplia
comprensión, notable simplicidad y parsimonia, buena coherencia lógica interna, refutabilidad y relevancia
heurística.

Desde el punto de vista práctico, su aplicabilidad y eficacia se están demostrando -en diferentes versiones que
coinciden básicamente- en campos tales como el aprendizaje, el estudio de la estructura de la personalidad,
áreas patológicas, toma de decisiones y, en general, en todos los estudios de las experiencias vivenciales
(Giorgi A. y otros, 1971,1975, 1979, 1983; Colaizzi P. F., Fischer W. F. y Von Eckartsberg R. en Valle R. S. y King
M., 1978). Tan sólo en el Programa de Doctorado en Psicología de la Universidad de Duquesne (Pittsburgh,
Pa.), de las 80 tesis doctorales presentadas en los últimos 20 años, más de 50 han sido realizadas con el
método fenomenológico.

Etapa descriptiva

El objetivo de esta etapa, que se realiza en tres pasos, es lograr una descripción del fenómeno en estudio que
resulte lo más completa y no prejuiciada posible y, al mismo tiempo, refleje la realidad vivida por cada sujeto,
su mundo y su situación, en la forma más auténtica. Una buena descripción es una conditio sine qua non para
poder realizar una investigación digna de respeto, lograr conocimientos válidos y no embarcarse por un
camino de ilusión, engaño y decepción.

Primer paso: elección de la técnica o procedimiento apropiados. El enfoque fenomenológico descarta en


forma casi total y absoluta los experimentos, entendidos en sentido estricto, que se hacen para el
conocimiento de las realidades humanas, ya que siempre crean una nueva realidad artificial, alterando en
esencia !a natural, que es la que deseamos conocer. Por otra parte, los métodos fenomenológicos siempre se
han caracterizado por ser una protesta contra todo tipo y forma de reduccionismo. (p. 172)

Resultarán muy útiles, sin embargo, todos los procedimientos que permitan realizar la observación repetidas
veces: grabar las entrevistas, filmar las escenas, televisarlas, etc. No obstante, será esencial que no perturben,
deformen o distorsionen con su presencia la auténtica realidad que tratan de sorprender en su original y
primigenia espontaneidad.
En la práctica, la "observación fenomenológica" -que servirá para recoger los "datos" sobre los cuales se hará
luego la descripción protocolar- se puede realizar mediante:

1. La observación directa o participativa en los eventos vivos (tomando notas, recogiendo datos, etc.), pero
siempre tratando de no alterarlos con nuestra presencia.
2. La entrevista coloquial o dialógica con los sujetos en estudio o, cuando éstos son muy niños o impedidos,
con las personas que poseen mayores conocimientos e información al
respecto: padres, maestros, etc. Con anterioridad, esta entrevista deberá estructurarse en sus partes
esenciales para obtener la máxima colaboración y lograr la mayor profundidad
en la vida del sujeto; conviene grabarla, filmarla o televisarla para disponer después de un rico contenido que
facilite el análisis y la descripción (véanse normas sobre la entrevista en las págs. 132-133).
3. La encuesta o el cuestionario, parcialmente estructurados, y abiertos y flexibles en el resto, de tal manera
que se adapten a la singularidad de cada sujeto particular.
4. El autorreportaje, a partir de una guía que señale las áreas o preguntas fundamentales a ser tratadas.

Estos procedimientos no son excluyentes, sino que, más bien, se integran en la práctica.

Segundo paso: Realización de la observación, entrevista, cuestionario o autoreportaje. El proceso de la


observación fenomenológica, la realización de una entrevista, la preparación y aplicación de un cuestionario
o la relación de un autorreportaje, tendrá presente, ante todo, como precaución y alerta, las siguientes
realidades:

• Que nuestra percepción aprehende estructuras significativas.


• Que generalmente vemos lo que esperamos ver.
• Que los datos son casi siempre datos para una u otra hipótesis.
• Que nunca observamos todo lo que podríamos observar.
• Que la observación es siempre selectiva. (173)
• Que siempre hay una "correlación funcional" entre la teoría y los datos: las teorías influyen en la
determinación de los datos tanto como éstos en el establecimiento de las teorías.

Para que la observación sea "más objetiva" se aplicarán las reglas de la "reducción" fenomenológica:

Reglas negativas (para no ver más de lo que hay en el objeto y no proyectar nuestro mundo interno):

1. Tratar de "reducir" todo lo subjetivo: deseos, miras prácticas, sentimientos, actitudes personales, etcétera.
2. Poner entre paréntesis las posiciones teóricas: conocimientos, teorías, hipótesis, etcétera.
3. Excluir la tradición: lo enseñado y aceptado hasta el momento en relación con nuestro tema, el estado
actual de la ciencia al respecto, etcétera.

Reglas positivas:

1. Ver todo lo dado, en cuanto sea posible: no sólo aquello que nos interesa o confirma nuestras ideas, aquello
que nos es más importante vitalmente, aquello que andamos buscando o deseamos confirmar, etcétera.
2. Observar la gran variedad y complejidad de las partes.
3. Repetir las observaciones cuantas veces sean necesario; para ello tomar las precauciones que se indicaron
en el primer paso.

La puesta en práctica de estas reglas, como cualquier intento de una objetividad rigurosa, es muy difícil,
imposible de realizar con toda su pureza. Para lograr un buen nivel se requiere un grado considerable de
aptitud, entrenamiento y autocrítica.

En esencia, la observación fenomenológica, en sus diferentes formas, consiste en observar y registrar la


realidad con una profunda concentración y una "ingenuidad disciplinada". Abrir bien los ojos y mantenerlos
bien abiertos, mirar y escuchar con toda
atención y poner todos los sentidos en el asunto.

Antes de la realización completa de este paso, conviene hacer un estudio piloto con algunos casos, con el fin
de "afinar" los instrumentos, las técnicas o los procedimientos a utilizar en toda la investigación. (p. 174)

Tercer paso: elaboración de la descripción protocolar. Un fenómeno bien observado y registrado no será difícil
de describir con características de autenticidad. Resultará, en cambio, muy arriesgado tratar de hacerlo sin
que haya sido precedido por buenas observaciones, ya que todas las etapas posteriores se apoyarán en los
"protocolos" producidos por la descripción fenomenológica, la cual puede constar de relatos escritos y
grabaciones de audio y de vídeo.

El fin de este paso es producir una descripción fenomenológica con las siguientes características:

1. Refleje el fenómeno o la realidad así como se presentó.


2. Sea lo más completa posible y no omita nada que pudiera tener alguna relevancia, aunque en este momento
no lo parezca: éste no es el momento de juzgar el valor o el significado de las cosas; que aparezcan, hasta
donde sea posible, todos los elementos, partes, detalles o matices de las cosas; a veces resulta que un detalle
será después la clave para descifrar y comprender toda una estructura.
3. No contenga elementos "proyectados" por el observador: ideas suyas, teorías "consagradas", prejuicios
propios o hipótesis "plausibles".
4. Recoja el fenómeno descrito en su contexto natural, en su situación peculiar y en el mundo propio en que
se presenta. Las grabaciones de audio y de vídeo, por su gran riqueza de información, podrán formar parte
importante de la descripción fenomenológica.
5. La descripción aparezca realizada con una verdadera "ingenuidad disciplinada".

Esta descripción será el "protocolo" sobre el cual se centrará el estudio constituido por los pasos de la tercera
etapa, la etapa estructural. La descripción de un "buen" protocolo puede no tener más de 5 ó 6 páginas,
dependiendo de la naturaleza y complejidad del fenómeno descrito.

Lógicamente, una descripción con estas características exige mucha atención y cuidado, y bastante trabajo:
no es tarea que se pueda realizar con decisiones del tipo "más o menos"; por ello, las investigaciones de esta
naturaleza deben centrarse en el estudio de un número reducido de casos.

Etapa estructural

El trabajo central de esta etapa es el estudio de las descripciones contenidas en los protocolos. (p.175)

Los seis primeros pasos se hallan tan unidos y enlazados entre sí que es prácticamente imposible separarlos
por completo. La mente humana no respeta esta secuencia en forma estricta, ya que, en su actividad
cognoscitiva, se adelanta o vuelve atrás con gran
rapidez y agilidad para dar sentido a cada elemento o aspecto; sin embargo, por constituir actividades
mentales diferentes, conviene detenerse en cada una por separado, de acuerdo a la prioridad temporal de la
actividad en que ponen el énfasis.

La captación de nuevas realidades en esta etapa dependerá de la profundidad y lo completa que sea la
inmersión en el fenómeno descrito, del tiempo que dure, de la apertura a todas .as sutilezas existentes y de
lo fresca, límpida y sensible que se encuentre la mente.

La actividad mental se realizará de tal manera que "permita ver lo que se muestra (en nuestra conciencia), tal
como se muestra por sí mismo y en cuanto se muestra por sí mismo" (Heidegger).

Para lograr lo anterior, en esta etapa deben ponerse plenamente en práctica las reglas negativas y positivas
de la reducción fenomenológica expuestas en la etapa anterior, pues la mente humana está estructurada de
tal manera que tiene una inclinación, casi insuperable, a ver más de lo que hay en el objeto, debido a las
emociones, intereses, conocimientos, teorías y valores.

Primer paso: lectura general de la descripción de cada protocolo. A partir del hecho de que la descripción
protocolar sea lo mas completa posible y no contenga elementos espurios introducidos de manera
clandestina, subrepticia o inconsciente, esta vez el esfuerzo consistirá en "sumergirse" mentalmente en la
realidad ahí expresada, y hacerlo del modo más intenso. En otras palabras, el investigador revisará la
descripción de los protocolos (relato escrito, audio y vídeo), primero, con la actitud de revivir la realidad en
su situación concreta y, después, con la actitud de reflexionar acerca de la situación vivida para comprender
lo que pasa.

En este momento es necesaria una gran tolerancia a la ambigúedad y contradicción (que, quizá, sean sólo
aparentes), una gran resistencia a la necesidad de dar sentido a todo con rapidez, y una gran oposición a la
precipitación por categorizar las cosas de acuerdo con los esquemas ya familiares. Hay que "espantar", por así
decir, todo lo que no emerja de la descripción protocolar. De otra manera, no veremos más de lo que ya
sabemos y no haremos más que confirmarnos en nuestras viejas ideas y aun en nuestros propios prejuicios.

El objetivo de este paso es realizar una visión de conjunto para lograr una idea general del contenido que hay
en el protocolo. Serán necesarias muchas revisiones del mismo protocolo, y resultara (p.176)
imprescindible tratar de hacerlas siempre con la "mente en blanco". Lograda esta idea general del contenido,
se puede ir al segundo paso.

Segundo paso: delimitación de las unidades temáticas naturales. Tanto este paso como el quinto
(identificación de la estructura) constituyen los dos polos de una misma realidad. Debido a ello, están
íntimamente relacionados. El significado de una afirmación, proposición o declaración relevante del protocolo
es determinado por la estructura o gestalt de la que forma parte; pero la estructura cambia de naturaleza
según sea el significado que se le vea o atribuya a las sentencias particulares. Existe, por consiguiente,
una interacción, una interdependencia y, también, una dialéctica entre ambos polos. Sólo por razones de
orden nos fijamos primero en una y luego en otra.

De manera esencial este paso consistirá, como señala Heidegger, en pensar -meditando-sobre el posible
significado que pudiera tener una parte en el todo. Tal meditación requiere una revisión lenta del protocolo
para percatarse de cuándo se da una transición
del significado, cuándo aparece una variación temática o de sentido, cuándo hay un cambio en la intención
del sujeto en estudio. Podemos percibir esto en un protocolo cuando vemos que el sujeto en estudio pasa a
tratar o a hablar de "otra cosa".

Es así como se obtiene una delimitación de áreas significativas, que son las unidades temáticas naturales del
protocolo. Esta división nos da un grupo de unidades significantes o constituyentes de una posible estructura.
El "constituyente" no es un simple elemento,
es algo que tiene un sentido por su relación con una totalidad focal. Un protocolo puede tener pocas o muchas
unidades temáticas: eso dependerá de su naturaleza y constitución general.

Tercer paso: determinación del tema central que domina cada unidad temática. En este paso se realizan dos
cosas: en primer lugar, se eliminan las repeticiones y redundancias en cada unidad temática, simplificando así
su extensión y la de todo el protocolo; en segundo lugar, se determina el tema central de cada unidad,
aclarando y elaborando su significado, lo cual se logra relacionándolas una con otra y con el sentido del todo.
La expresión del tema central debe hacerse en una frase breve y concisa que conservará, todavía, el lenguaje
propio del sujeto.

La determinación del tema central es una actividad eminentemente creadora. El investigador debe alternar
continuamente lo que los sujetos dicen con lo que significan. Esta alternación le llevará fuera de los protocolos,
a contextos y horizontes que sólo tienen una conexión parcial con ellos. Los significados del contexto y
horizonte son dados con el protocolo, pero no se hallan en él. (p.177)

Por esto, el investigador debe ir más allá de los datos originales, pero, al mismo tiempo, tiene que estar en
ellos. El peligro es siempre el mismo: imponer teorías conceptuales a los datos, más que "dejarlos hablar".
Conviene tener siempre presente la frase de Merleau-Ponty y otros fenomenólogos: el hombre está
condenado al significado.

El proceso implicado aquí es un proceso de fenomenología hermenéutica, cuyo fin es descubrir los significados
que, en ocasiones, no se manifiestan en forma inmediata a nuestra observación y análisis. La clave maestra
para lograr esto es el estudio de las posibles intenciones, como veremos con mayor detalle en el paso quinto
sobre la búsqueda de las estructuras.

La metodología fenomenológica, en esencia, es dialéctica; debido a ello, se aconseja recurrir de vez en cuando
al mismo sujeto ir formante (siempre que esto sea posible), con el fin de que aclare el significado que tienen
para él algunos componentes del protocolo.
El investigador no puede presumir que siempre entenderá bien todo lo que el sujeto dijo o escribió. Esta
realimentación puede resultar muy clarificadora y prevenir muchas falsas interpretaciones, aumentando el
nivel de objetividad.

Cuarto paso: expresión del tema central en lenguaje científico. En este paso, el investigador reflexionará sobre
los temas centrales a que ha reducido las unidades temáticas (que todavía están escritos en el lenguaje
concreto del sujeto), y expresará su
contenido en un lenguaje técnico o científico apropiado (lenguaje psicológico, pedagógico, sociológico,
etcétera).

En otras palabras, en este paso se interrogará de manera sistemática a cada tema central qué es lo que revela
sobre el tema que se investiga, en esa situación concreta y para ese sujeto, y la respuesta se expresará en
lenguaje técnico o científico.

Es en este punto donde la presencia, la acción y la influencia del investigador se hacen más evidentes, pues
son necesarias para interpretar la relevancia científica de cada tema central (Giorgi, 1975). Véase una
ejemplificación de los últimos tres pasos en el cuadro 8.1.

Quinto paso: integración de todos los temas centrales en una estructura descriptiva. Este paso constituye el
corazón de la investigación y de la ciencia, ya que durante el mismo se debe descubrir la estructura o las
estructuras básicas de relaciones del fenómeno investigado. Esta estructura, gestalt o forma, constituye la
fisonomía individual que identifica ese fenómeno y lo distingue de todos los demás, incluso de aquellos que
pertenecen al mismo género, especie o categoría. (p. 178)

Cuadro 8.1. Ejemplificación del segundo, tercero y cuarto pasos.

La estructuración de una gestalt en nuestra mente es, en parte, un fenómeno espontáneo, y su integración
sigue las leyes de la formación de una "buena gestalt", pero tiene también su parte activa en cuanto despierta
nuevos análisis, observaciones, reflexiones explícitas e intentos de integrar aspectos no relacionados. Esto se
puede observar en la manera en que la personalidad de alguien desconocido toma forma en nuestra mente;
comienza por nuestras primeras impresiones, por las observaciones de sus movimientos, sigue por la audición
de su voz, etc. Lo importante es que la estructura surja básicamente de los datos del protocolo, que sea fiel a
las vivencias del sujeto estudiado y que no se le obligue a entrar en ningún sistema teórico preestablecido.

Rogers (1968) piensa que el mejor instrumento a nuestra disposición para descubrir una estructura es el
organismo humano, ya que "cuando opera libre y no defensivamente es, quizá, el mejor instrumento científico
existente, y es capaz de percibir una estructura mucho antes de poderla formular de manera consciente" (pág.
63).

Podemos resumir -con base en este mismo autor (1968, pág. 64)-- el proceso de descubrir las estructuras
asumiendo que toda ciencia se basa en el reconocimiento de una gestalt o realidad escondida, percibida
borrosamente. Esta gestalt o estructura se presenta dando sentido a fenómenos desconectados, y es tanto
más adecuada cuanto más libre esté de la influencia de los valores culturales y de los valores científicos
anteriores, y cuanto más se base en el aporte de todos los sentidos, en las intuiciones inconscientes y en la
percepción y captación cognoscitivas. Esta percepción de una estructura de relaciones es, quizá, el corazón
de toda verdadera ciencia. Einstein señala que "este juego combinatorio parece ser el rasgo esencial del
pensamiento productivo" (Hadamard, 1945, págs. 142-143).

A veces, en este punto, en lugar de guiarse por una reflexión fenomenológica, se trata de seguir un análisis
intencional (identificación de la intención que anima la acción y toda la conducta), ya que la referencia
intencional constituye la estructura básica del fenómeno y la clave para comprenderlo (véase Martínez M.,
1982, cap. 11).

Husserl concentró su atención en el referente intencional porque lo creía la estructura básica del fenómeno.
Este estudio consiste en poner una atención sistemática en los aspectos paralelos del acto intencional y del
referente intencional, y en qué forma se corresponden uno a otro. La intención es la estructura básica y, por
tanto, la clave del conocimiento de una persona, porque la intención con que perseguimos un objetivo
coordina y orienta mu (p.180)
chas motivaciones, sentimientos, deseos, recuerdos, pensamientos y conductas hacia esa meta.

La determinación de una estructura incluye también la identificación de sus principales propiedades o


atributos. Esto se lleva a cabo mediante una operación que Husserl llamaba la libre variación en la fantasía,
eliminando ciertos componentes o sustituyéndolos por otros. Si la omisión o sustitución no afecta una
estructura posible, quiere decir que ese componente omitido o sustituido no es esencial para ella. Si la afecta
fundamentalmente (básicamente) quiere decir que es relativamente esencial. Si no sólo afecta, sino también
destruye la configuración total hasta el punto que sus componentes están en completa incompatibilidad entre
sí, el componente omitido o sustituido es de absoluta y esencial necesidad para esa estructura o esencia.

La descripción es siempre selectiva: es imposible agotar todas las propiedades, especialmente las propiedades
de relación, de un objeto o un fenómeno. La selección constituye una necesidad, pero también una virtud.
Nos obliga a concentrarnos en las características centrales y decisivas de un fenómeno y a dejar lo secundario
o accidental.

La convalidación de una estructura se realiza relacionándola con el protocolo original, es decir, averiguando
si hay "elementos “o "aspectos" en el protocolo que no se han tenido en cuenta en la estructura, o si ésta
propone cosas que no están de alguna manera en el
protocolo. En este punto puede haber discordancias en una estructura o entre varias de ellas. También aquí
resulta necesaria una cierta tolerancia a la ambigüedad, pero conviene proceder con la sólida convicción de
que lo que aparece, quizá, como inexplicable de manera lógica, puede ser real y válido existencialmente. Hay
que rechazar la frecuente y perniciosa tentación de ignorar datos o temas que no "encajan" o de generar
prematuramente una teoría para eliminar la discordancia conceptual.

Sexto paso: integración de todas las estructuras particulares en una estructura general. La finalidad de este
paso es integrar en una sola descripción, lo más exhaustiva posible, la riqueza de contenido de las estructuras
identificadas en los diferentes protocolos. Este paso equivale, más o menos, a determinar la fisonomía grupal,
es decir, la estructura fisonómica que caracteriza al grupo estudiado. El proceso de esta operación adicional
no difiere, en principio, de los procedimientos usados en los casos particulares. La formulación deberá
consistir en una descripción sintética, pero completa, del fenómeno investigado, enunciado en términos que
identifiquen de la mejor forma posible, sin equívocos, su estructura fundamental. (p.181)

Describir es afirmar una conexión entre una cosa o realidad y todas las demás denotadas o connotadas por
los términos en uso. La descripción por negación (afirmar que no es esto o lo otro) es la más simple e indica
la unicidad o irreductibilidad de un fenómeno. Las otras dos formas son la analogía y la metáfora, las cuales
son muy sugestivas, pero tienen muchos riesgos, pues con facilidad se transfieren más elementos y
estructuras de los que inspiraron la analogía o la metáfora.

Concretamente, aquí, la descripción consistirá en "superponer", por así decir, la estructura de cada protocolo,
que representa la fisonomía individual, con la de los demás, con el fin de identificar y describir la estructura
general del fenómeno estudiado, la cual representa la fisonomía común del grupo. El procedimiento es,
entonces, idiográfico y nomotético al mismo tiempo.

La orientación fenomenológica -según la doctrina aristotélica y aun el mismo Bacon- considera que a lo
universal se llega no mediante el análisis de elementos aislados de muchos casos particulares, sino por medio
del estudio a fondo de algunos casos ejemplares para descubrir y comprender su verdadera naturaleza, la cual
encierra lo universal que, en último análisis, es signo de lo necesario. Los grandes aportes que en el presente
siglo ha hecho Piaget a la psicología se lograron siguiendo básicamente esta línea de pensamiento y de acción.

Husserl afirma que la finalidad del método fenomenológico es lograr pasar de las cosas singulares al ser
universal, a la esencia. Esto se alcanza mediante la intuición eidética, es decir, la visión intelectual del "eidos"
(esencia), lo cual hace que ese objeto, fenómeno o realidad, sea lo que es y no otra cosa.

Puede ayudar mucho a completar la descripción de la estructura general el tener presente que toda conducta
humana, comúnmente, tiene una dimensión octaédrica, es decir que para comprenderla en forma exhaustiva
habría que ilustrar las ocho caras siguientes: quién, qué, dónde, cuándo, cómo, a qué nivel, a quién y por qué.
Al final de la etapa "Discusión de los resultados", veremos con mayor detalle este punto.
Una descripción fenomenológica completa de la vivencia experiencial es imposible. Incluso el lenguaje
descriptivo que se use será siempre tentativo. El vocabulario y la sintaxis de tal lenguaje quizá deberán ser
dictados por las características de los fenómenos mismos en cuestión.

La riqueza de los resultados puede agruparse no sólo para formar la estructura general, sino también en
reportajes ilustrativos o sinopsis individuales para ser utilizados en foros, círculos de estudio, instituciones
educativas, etcétera. (p.182)

Séptimo paso: entrevista final con los sujetos estudiados. Este paso final consistirá en realizar una o, varias
entrevistas con cada sujeto para hacerles conocer los resultados de la investigación y oír su parecer o sus
reacciones ante los mismos. Al comparar estos resultados con su vivencia y experiencia personal, podrán
aparecer aspectos omitidos, ignorados o, también, añadidos. Lógicamente, todo nuevo dato relevante que
emerja de estas entrevistas puede ayudar a mejorar la descripción final del producto de la investigación. Este
procedimiento cooperativo y dialógico posee una gran importancia y una función especial de realimentación
para aclarar y perfeccionar el conocimiento logrado.

Discusión de Ios resultados

El objeto de esta etapa es relacionar los resultados obtenidos en la investigación con las conclusiones de otros
investigadores para compararlas, contraponerlas, entender mejor las posibles diferencias y, de ese modo,
llegar a una integración mayor y a un enriquecimiento del "cuerpo de conocimientos" del área estudiada.

En la metodología fenomenológica, la discusión de los resultados sigue un camino muy diferente al del método
científico tradicional. En este último, la medida de variables aisladas, la correlación de las dimensiones y su
diferencia significativa es el criterio básico para señalar relaciones, hablar de dependencia, formular
generalizaciones empíricas e interpretaciones causales derivadas de los promedios de grupos anónimos, creer
en causas y efectos, etc. La medida es una clase de descripción que parece apropiada para explicar las
realidades cuantificables, característica de las ciencias naturales. Debido a ello, el enfoque causal y
determinista -que trata de descubrir una secuencia lineal y mecánica de influencia es el que guía toda la
búsqueda de la conexión de eventos y fenómenos. En este tipo de explicaciones, la matemática, con su alto
nivel actual de sofisticación, tiene el papel principal.

La metodología fenomenológica no se restringe a esta clase de explicaciones, ya que nada expresan acerca
del proceso, ni de cómo o por qué suceden las cosas; dichas explicaciones simplemente señalan una secuencia
lineal. Es más, en relación con los fenómenos humanos, se piensa que no son explicaciones suficientes y que,
en ocasiones, fallan por completo como tales. En efecto, no puede aislarse una variable en la vida humana y,
menos aún, controlarla en forma rigurosa, sino mediante una manipulación artificial de la situación y el
aislamiento de la experiencia fuera de su contexto natural. Las variables no son personas. Es lógico que, al (p.
183)
hacer esto, no se puedan generalizar las conclusiones o que se llegue a deducciones erróneas y, a menudo,
contradictorias.

Todo esto hace pensar que la perspectiva cuantitativa ha vuelto absoluta la mensurabilidad en forma
indebida. En cuanto a las ciencias humanas, no se ha respondido todavía a la pregunta de si la cuantificación
de los datos es una necesidad, un mero hábito o, simplemente, algo que se aplica porque es accesible
computacionalmente.
Muchas investigaciones científicas buscan una técnica para medir un fenómeno, y después determinan su
significado con base en la dimensión, cuantía o volumen de esa medida. En el enfoque fenornenológico, se
puede decir que el significado es la verdadera
medida. Esto es, se va directamente al significado del fenómeno por un método que explora de manera
sistemática y directa el significado, sin pasar por la medida. No es que la dimensión de una cosa (su tamaño,
volumen, nivel, peso, etc.) no tenga importancia; 13 que se afirma es que puede no tener importancia; y a
menudo no la tiene, ya que algo pequeño y hasta insignificante en apariencia, puede tener un papel
determinante y decisivo.

Para entender el significado de una conducta debemos entender su significado funcional, y para entender el
significado funcional de todo acto conductual hay que entender su relación con el todo. Ahora bien, sólo una
descripción cuidadosa puede hacer explícita, de manera adecuada, la forma en que un acto de conducta
"encaja" en el contexto de una situación y así descubrir su significado. Esta operación se opone por completo
a la del análisis con que muchas veces se trata de "interpretar" los datos. Tal análisis frecuentemente consiste
en separar, dividir, aislar, atomizar y hasta viviseccionar una realidad. Desde el punto de vista fenomenológico,
este camino se considera el menos fecundo y el que más aleja de una verdadera comprensión.

Habrá que tener en cuenta todas estas ideas, y muchas otras más, a la hora de comparar nuestros resultados
con los de otras investigaciones.

Llegamos, de esta manera, a establecer los dos conceptos que nos parecen fundamentales para la
comprensión de la conducta humana: la estructura y la función. Estos dos conceptos, bien entendidos y
aplicados, podrían dirimir incontables controversias entre posiciones opuestas, y también ayudar a superar el
viejo problema del dualismo cartesiano entre mente y cuerpo. En el enfoque fenomenológico, ambos
conceptos se integran en la vida auténtica y real. La estructura está compuesta por una red de "elementos"
que pierden su condición de tales al unirse entre sí en forma interdependiente, y al relacionarse con ella
'mediante el (p.184)
desempeño de una función. El cuerpo se une a la mente en esta forma: las partes corporales se integran y
crean la estructura mental cuando se unen entre sí y con el todo, desempeñando una función.
De esta manera, se puede entender la conclusión a que ha llegado Rothschild -desarrollada con amplitud en
neurofisiología y psiquiatría- de que "la mente es el significado del cuerpo" (Polanyi, 1969, pág. 222).

Resulta evidente que una buena investigación psicológica, pedagógica, sociológica, etc., debería terminar
delineando la "estructura psicológica, pedagógica, sociológica, etc., general" del fenómeno estudiado. Ello
arrojaría mucha luz sobre la naturaleza relacional de las realidades humanas.

El procedimiento orientado a lograr estas estructuras y la búsqueda del significado y la función de cada
elemento cambian radicalmente el paradigma básico de la investigación, ya que exigen actitudes y métodos
diferentes de los usados cuando es la medida la que determina todo el proceso. En los últimos tiempos,
Rychlak (1977) ha abogado por una tradición completamente diferente en la ciencia, la tradición dialéctica,
más que la tradición demostrativa, la cual ha dominado la escena de la psicología y de otras ciencias humanas.
A. Moreno (1981) analiza y propone un enfoque semejante en una profunda y perspicaz síntesis sobre la
ciencia, el conocimiento y la verdad. Ciertamente, al tratar de descifrar un significado a partir de la bipolaridad
dialéctica "sujeto-objeto", estamos usando un nuevo modo de pensar y de construir teorías.

En síntesis, desde el punto de vista práctico podemos decir, con Rolf von Eckartsberg (Valle R. S. y King M.,
1978, pág. 196), que la comprensión de la acción humana y sus motivos es algo similar a la comprensión de
una historia que se narra, ya que la vida humana es una historia que puede ser narrada. Una historia no llega
a tener pleno sentido si no se responde a un mínimo de preguntas necesarias. Aristóteles exigía seis elementos
o dimensiones para explicar, analizar y evaluar bien la tragedia (drama, personajes, pensamiento, melodía,
dicción y espectáculo), y en la Edad Media se hicieron famosos los siguientes versos escolásticos, en
hexámetro, que señalaban las interrogantes que había que contestar al tratar un tema:

Quis, Quid, Ubi (quién, qué, dónde)


Quibus Auxiliis, Cur, Quomodo, Quando (con qué medios, por qué, cómo, cuándo)

Para ampliar y explicitar un poco más estas dimensiones, podemos afirmar que, al responder las ocho
preguntas-dimensiones (p.185)
que siguen, quedarían suficientemente esclarecidos los constituyentes del drama de la acción humana, y, al
mismo tiempo, ayudarían mucho a completar y perfeccionar la descripción de la estructura general de que se
trató en el sexto paso:

Ver fig. 8.0

Eckartsberg sugiere la imagen de octaedro regular -una doble pirámide opuesta por la base (véanse figura 8.1
y 8.2: Fig. 8.1. Estructura del proceso de un evento vivencial. Fig. 8.2. Imagen octaédrica de la realidad
psicologicosocial. ) como una figura ideal para simbolizar las ocho caras de esta estructura esencial de todo
evento humano. El estudio del significado de dichas dimensiones, caras o facetas, en su interdependiente y
simultánea acción, daría una comprensión muy exhaustiva de los constituyentes de toda vida psicológica
humana, por supuesto, muy superior a una simple y lineal explicación "causal".

Para obtener una ampliación de los conceptos de confiabilidad, validez y explicación en el método
fenomenológico, consúltense los postulados 18, 19 y 21, en el capítulo 6, y también lo que se expresa al
respecto al tratar el método etnográfico en el capítulo 10.

Es evidente que una conducta humana estudiada en todas estas dimensiones presenta el estudio más
concreto y empírico que se pueda imaginar, pues trata de captar en toda su realidad y con todos sus matices
lo que esa conducta es y significa desde su marco de referencia interno, sin constreñirla a entrar en categorías,
esquemas o teorías extraídas de otras realidades. Naturalmente -como ya señalamos e ilustramos en la figura
7.4, al tratar del método hermenéutico-dialéctico-, también aquí, cuanto más ampliemos la extensión
(generalización de la muestra estudiada) (p.187)
Menor será la comprensión (Conjunto de notas o características que forman la estructura).

Por otro lado, los hallazgos logrados con esta metodología se prestan a ser comparados y contrapuestos con
las conclusiones de otras investigaciones cuyos autores hayan seguido otro método igualmente riguroso,
sistemático y crítico. (p.188)

Les compartimos el siguiente material ORIGINAL (respetar citar la fuente) un octaedro para recortar,
resumiendo el proceso de las 8 preguntas para encontrar estructura y significado de una experiencia.
FIN

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