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Definiendo la

personalidad y
la identidad
digital

Redes Sociales y
Nuevas
Tecnologías

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Definiendo la personalidad y la
identidad digital
Sobre el estudio de la personalidad se han detenido numerosos autores,
provenientes, a su vez, de diversas disciplinas: filosofía, psicología, teología,
derecho, sociología, etc. Pero existe cierto consenso en señalar que la
personalidad es una organización dinámica del ser humano gracias a la cual
se producen sus ajustes, de naturaleza única, al medio ambiente. Es la
personalidad la que permite identificarnos y reconocernos y ser reconocidos
como nosotros mismos, según nuestro propio e individual yo. Además, es
gracias a la personalidad que la persona humana logra organizarse y ordenar
el conjunto de estímulos que provienen del medio que constituye su
contexto.
La personalidad es única para cada persona y constituye lo más esencial de
su yo interior. Pero esta personalidad no se muestra de una vez y para
siempre sino que se va adaptando (por eso es dinámica), cambiando e
interactuando a través de la identidad.

La identidad de cada persona es un aspecto subjetivo y reflexivo que es


experimentado por cada individuo. La identidad es la imagen que cada uno
tiene de sí mismo. Esta imagen se va construyendo a partir de la imagen que
los demás poseen de este individuo, y esto hará que los demás también actúen
en función del modo como le perciben.

Por lo tanto, existe una identidad “situada” en la visión de sí mismo y una


identidad “procesual” que deviene de las contribuciones del entorno social.
Ahora quisiéramos detenernos a estudiar el modo como se construye la
identidad online y analizar la forma en cómo se desarrolla una identidad, un
rol, una comunidad y diferente clase de interacciones sociales
pluridireccionales, ubicuas, hasta lograr definir una marca personal.
La primera pregunta que debemos formularnos es: ¿quiénes somos en
Internet? Ello nos llevará inmediatamente a reconocer cuáles son nuestras
fortalezas, nuestras debilidades y, potencialmente, pensando en nuestro
futuro, quién queremos llegar a ser. Podemos hacer un listado que nos
permita objetivar nuestra personalidad, es decir, ver más claramente cuáles
son nuestras características.
 ¿Qué me gusta?
 ¿Qué he aprendido?
 ¿Con quiénes me gusta interactuar?

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Una vez que hayamos respondido a estas preguntas acerca de nuestras
preferencias, será más fácil construir nuestra identidad digital.
Aquí es importante advertir que es preciso contribuir de manera decidida a
la delimitación de nuestra identidad virtual, ya que ello forma parte de
nuestra responsabilidad en un medio social. De lo contrario, nuestra imagen
se irá conformando solamente por lo que los demás interpreten, perciban y
decidan acerca nuestro.
En efecto, cuanto mayor sea el grupo social en el que nos manejemos, más
importante será la construcción de nuestra identidad y reputación. Y dicha
situación se vuelve mucho más compleja y delicada en Internet.
La llegada de Internet a nuestro escenario experiencial acortó distancias,
amplió nuestro círculo de amigos y conocidos, nos permitió liberarnos de
algunos límites impuestos en la presencialidad y nos abrió universos de
información y conocimientos impensados por otras vías. Y todo ello tuvo un
gran impacto en el proceso de generación de la identidad personal y la
reputación online.
Al respecto, se debe considerar que el modo en cómo se genera la identidad
y la reputación en el medio digital no es el mismo que en el mundo físico y
concreto. Algunos autores indican que estas diferencias obedecen a las
siguientes características:
 En primer término, lo que se publica en Internet permanece en el tiempo
y se convierte en disponible para otros usuarios. Y aunque a veces alguna
herramienta desaparezca, es bueno que quienes trabajamos en la red
partamos de este supuesto.
 En segundo lugar, el mecanismo privilegiado de difusión en Internet es el
compartir. Por lo tanto, lo que se publica puede ser replicado por otra
persona y luego por otra, y más tarde por otra, y al mismo tiempo por
otras muchas más hasta hacer de dicha publicación una expansión viral.
 Gracias a Google, cualquier contenido publicado en Internet puede ser
buscado, localizado, copiado y enlazado a diferentes herramientas. Ello
hace muy difícil ocultar información pero al mismo tiempo permite
construir reputación al facilitar que cualquier usuario pueda acceder a
nuestras acciones, opiniones, imágenes, etc. Un buen ejemplo de ello
está ocurriendo mientras escribo este módulo ya que observo que han
aparecido esta semana dos notas en periódicos en los que se menciona
que, antes de tomar un empleado, las empresas buscan información en
Internet acerca del candidato que están entrevistando.
 Como en Internet existe un tráfico de información importante, en el que
existen muchas opiniones, la reputación se vuelve cada día más
dependiente de terceros, es decir, de aquello que los demás perciben.
Por lo tanto, la construcción de la reputación es también un acto
colaborativo.

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 Por último, la aceleración en el proceso de diseminación y disponibilidad
de la información es tan importante que cualquier proceso de
construcción de identidad y reputación debería cuidar muy bien esta
condición.

Curva de construcción de la reputación

Figura 1: Curva de la construcción de la reputación

Fuente: elaboración propia

En síntesis, la reputación se construye con esfuerzo, dedicación y tiempo, de


un modo similar ya sea en el medio digital como en el real. Igualmente, la
reputación puede declinar y hasta arruinarse. Lo nuevo de Internet es
percibir el modo en cómo puede impactar en esta construcción dos de sus
caracteres más notables: la disponibilidad y la inmediatez de la información
que provee.

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Redes sociales para construir una marca personal

Algo muy importante para definir nuestra marca digital refiere a preguntarnos
si será lo mismo pertenecer a cualquier red social. Todas tienen sus diferencias,
sus énfasis, su modo particular de facilitar y disponer la información que se
coloca en ellas. Y también, en todas existe un cierto sello otorgado por el tipo
de acciones que se desenvuelven en ellas.

Diríamos entonces que el tipo de actividad a desarrollar en una red social es


también parte de la identidad online y que, a partir de ella se puede definir
la marca personal.
Un segundo elemento que influye en el momento de definir en qué redes
interactuaremos refiere a la pertenencia y la lealtad. Sí, aunque no existan
límites territoriales fijos, hay un sentimiento de pertenencia que nos
identifica con ciertas redes y, por ello, nos hace seguidores de ellas. A esto
se le denomina pertenecer a una comunidad virtual, en la que nos
comprometemos a compartir, colaborar, permanecer y, por tanto, también
a ser parte de ellas.
De allí que exista una plena relación entre nuestra marca y el tipo de redes
en las que decidimos interactuar. Por tanto, la definición de la marca
personal requiere identificar qué, cómo y dónde se va a comunicar en
Internet e ir construyendo esa presencia paulatinamente, reconociendo la
forma como se va conformando la reputación digital.
Hasta hace unos pocos años, el diseño de una imagen gráfica o del logo, lo
eran todo. Más tarde fue el momento de otorgar mayor importancia a los
contenidos, el ensamble de texto e imagen, las fotografías y así, hasta llegar
a la incorporación del video. Sin embargo, el volumen de interacciones
sociales y la masividad que ha asumido la participación y la conversación en
la red, han desdibujado aquellos elementos iniciales. Ocurre que la
honestidad, la transparencia y la capacidad comunicacional constituyen
atributos positivos que cada día son más requeridos.
Por tanto, hoy es más importante el trato humano, el lenguaje empleado y
el estilo de conversación que se implanta en una red social, que sus logos o
diseños e ilustraciones. Esto significa que será muy importante construir
nuestra marca personal:
 Cuidando el lenguaje de nuestras intervenciones.
 Estableciendo una “buena” relación con los demás.
 Atravesando nuestro estilo con los valores de la honestidad y la
transparencia.
 Fundamentalmente, siendo conscientes de que existe una inteligencia
colectiva conformada por sujetos activos y en diálogo abierto.

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Selección adecuada de nickname, username, entre otros
Nuestra identidad en Internet se conforma también a través de elementos
visibles que hacen a nuestra presencia online. Esta presencia se concreta por
medio del uso de un nickname, un ID o username, el nombre de un dominio.
En cualquier caso, la actitud más inteligente será buscar una dirección o un
nombre que tengan tres condiciones:
 Que sea fácil de recordar.
 Que sea nuestra marca en la web.
 Que permita integrar y crear identidad en todas las redes en las que
participemos.
Por ejemplo, podemos asumir nuestro nombre como marca personal o crear
una frase representativa de nuestra propuesta como “dominio web” para
luego emplear la misma, en asociación, en las demás redes:

Figura 2: Ejemplo de selección adecuada de nickname, username y dominio

Juan
Beltrán

juanbeltran@ www.juanbeltran @juanbeltran


gmail.com .edu.ar

Juan
Beltrán

Fuente: elaboración propia

La forma más sencilla de identificar una marca es a través de su dirección de


dominio, por ejemplo, “http://ejemplo.com”. El .com nos hace pensar
inmediatamente que estamos ante el nombre de un dominio de Internet y
ante una marca que se aloja en la red. El nombre de un dominio está
constituido generalmente por un nombre personal o bien, por una frase que
condensa y representa la naturaleza de las acciones o los servicios o la
persona que ha creado el sitio web. Este dominio puede tener hasta 63

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caracteres y finalizan con una extensión que identifica su tipo (com., edu.,
org., gov., etc.) o su país (Mx, br, arg, etc.). Cualquier persona puede registrar
su dominio con su propio nombre, siempre y cuando éste se encuentre
disponible, el cual tendrá una vigencia temporal y acotada al período de
contratación.

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Referencias
AAVV, (2011). Identidad Digital y reputación online. En Cuadernos de Comunicación
EVOCA 5. Madrid: Evoca Comunicación e imagen.

Elosegui, T. (2012). Cómo ordenar tu identidad digital. Recuperado de:


http://tristanelosegui.com/2012/12/17/com o-ordenar-tu-identidad-digital/

Godoy Luque, I. (2012). Consejos para registrar un dominio. Recuperado de:


http://ignaciogodoy.wordpress.com/2012/07/17 /consejos-para-registrar-un-
dominio/

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