Resumen de Ecología Humana y Ecología ambiental: binomio clave

Los diversos desastres naturales que el mundo ha venido soportando llevan a reflexionar sobre
cómo el hombre está manejando el medio ambiente, replanteando la influencia de los seres
humanos en las causas de los mismos. Esta influencia: se pasa por alto cuando no se admite la
relación causa-efecto en algunos de estos fenómenos; se trivializa cuando se le resta
importancia a los excesos humanos que generan consecuencias negativas al ambiente; y se
hipertrofia cuando se hace al ser humano desmedidamente responsable de fenómenos
puramente naturales.

Debemos tener en cuenta que de la compenetración y sinergismo de la ecología ambiental con

la ecología humana saldrán las pautas para dejar de depredar al planeta y así lograr interactuar
con él en beneficio mutuo y de generaciones futuras. Cada una de las partes de este binomio
clave es fundamental para la subsistencia del mundo.

El mundo no humano está lleno de riqueza y diversidad, sin embargo la interferencia humana
actual en el mundo no humano es excesiva y está empeorando rápidamente. Debemos
entender que el hombre no tiene derecho a reducir esta riqueza, excepto para satisfacer sus
necesidades vitales. Necesitamos un cambio ideológico que se centre en apreciar la calidad de
vida más que en adherirse a un nivel de vida cada vez más alto. Ahora las personas que ya
reciben este precedente tienen la obligación de tratar de poner en práctica los cambios
necesarios.

Todo lo creado aparte del hombre se puede relacionar con este, relación que nunca debería
ser de dominio, sino de prudente administración y servicio recíproco. Esto hace que la
afirmación sobre la necesidad de reducir la población humana para garantizar el progreso se
muestre cada vez más inconsistente.

Cuando el hombre empezó la carrera industrial empezaron unos nuevos problemas, que ahora
estamos cosechando sus consecuencias. Los problemas ecológicos tienen su origen en la
industrialización. A partir de la revolución industrial el hombre comenzó una carrera tras el
progreso, que empezó a dejar desde muy temprano muchas víctimas. Con la aparición de los
motores, la atmósfera acogió los primeros desechos tóxicos que dieron origen al efecto
invernadero y oscurecimiento global.

Cuando hablamos de ecología humana es importante aclarar que no se trata de una extensión
de la ecología general, ya que tiene sus propias características y aplicaciones. La ecología
general estudia a la naturaleza en conjunto y las relaciones entre ecosistemas vivientes,
mientras que la ecología humana se centra en una especie que tiende a modificar el medio
para hacerlo más habitable y en sus relaciones interpersonales y culturales. También se
diferencian en la proyección: la primera mira más al origen de las especies y la segunda está
orientada al futuro del hombre. El descuido de la ecología general produce crisis ambientales y
con la negligencia de la ecología humana se producen crisis humanas y desastres culturales.
Por lo que es evidente que actualmente es más urgente la necesidad de desarrollar la ecología
humana centrada en el cuidado y la administración del mundo, empezando por el hombre
mismo, que haga posible una renovación cultural profunda. Esta transformación debe incluir
un cambio de mentalidad con nuevos estilos de vida.

Este binomio es necesario porque hay que defender la naturaleza física, pero antes y con
mayor razón es indispensable el reconocimiento y protección de la persona humana. Uno de
los elementos que ayuda en la ordenación racional de estas dos formas de ecología es la
solidaridad. Finalmente para lograr una adecuada articulación entre las ecologías humana y
ambiental son necesarios sólidos conceptos filosófico y antropológicos que aporten luces para
reflexionar de forma adecuada.