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MONOGRAFICO Moor serve sus Joana 20) Unversat d alnea, ot97205metocesi00¢ ‘ral ecbido 1703/7007, ceptade04/09/207, DESMONTANDO LA RETORICA DE LA MEDICINA ALTERNATIVA CORTINAS DE HUMO, ERRORES, CONSPIRACIONES Y DISPARATES EE eed La medicina alternativa tiene una gran prevalencia social, promovida por grupos bien organizados que han desarrollado una retérica rebuscada para justificarse frente a la ausencia de pruebas. Este articulo analizara algunos de estos argumentos, en ocasiones falacias (ad populum o ad ignorantiam), otros estilos de razonamiento (como las teorias de la conspiracién) y confusiones en torno a con- ceptos cientificos (como el efecto placebo 0 la autoridad cientifica) El objetivo es poner de relieve la pobreza retérica de los defensores de la medicina alternativa, con especial énfasis en los peligros para el consumidor. Palabras clave: medicina alternativa, falacias, homeopat La medicina alternativa esti repleta de ejemplos de pensamiento ildgico, Si un pensador erftico habla con acupuntores, homeGpatas, naturSpata, quiroprécticos u ‘otros tipos de médicos alternativos,o si estudia los mu- chos articulos sobre el tema o escucha alos pacientes de terapeutas alternativos, llegard a la conclusién de que abundan la falacias y las ideas extrafias. Quiz el lector se pregunte qué es la medicina alternativa, {Existe una alternativa a la medicina? La respuesta a esta ultima pregunta es «no»; Ja respuesta a la primera es algo més comple. Lo que habitualmente conocemos como «medicina alternativay, y lo que algunos estudios sobre 1 tema llaman «MAC» (medicina alternativa y complementaria), es tun conjunto de pricticas ofrecidas ala sociedad bajo el supuesto de que tienen los mismos efectos cu- rativos que la medicina basada en la evidencia, pero sin haber proba- do su efectividad (cuando la medicina alternativa prue- ba su efectividad, es rebautizada como «medicina»). El factor diferencial entre ambas prdcticas se encuentra en la garantia epistémica de cada una de ellas y en la ga- rantia que offecen a sus usuarios. cluye la quiropractica, el reiki, las flores Ta acupuntura,la aromaterapia, *LA RETORICA DE LA MEDICINA ALTERNATIVA CONSTITUYE UN CONJUNTO DE CARACTERISTICAS QUE NOS PERMITEN DETECTAR EL FRAUDE MEDICO= pseudociencia, argumentacién. las medicinas eusnticas o Ia antroposéfica, en algunos ccasos con caracteristicas sectarias y centradas en en- fermedades muy especfficas como el edncer. Algunos ejemplos de estos tiltimos casos son la nueva medicina ‘germénica y sus derivados, como la biodescodificacién 6 la bioneuroemocién espafiola, Aunque todas ellas se presentan como téenicas de sanacisn, algunas son més pseudocientificas y otras, més cercanas al pensa- miento paranormal. Por ejemplo, las razones por las «que mis de la mitad de espafioles conffan en la homeopatia (Fun- dacidn Espaifola para la Ciencia y la Teenologia [FECYT], 2017) “incluso la consideran més cien- tifica que Ia economia (FECYT, 2015) deberfan ser diferentes a las de los usuarios de la sanacién por Ia oracién, puesto que la ho- ‘meopatia retine de forma mucho mas explicita los requisitos para ser una pseudociencia, y su reté- rica deberia ser diferente (Blancke, Boudry y Pigliueci, 2017; Hansson, 2009), Las organizaciones que promueven el escepticismo hhan denuneiado publicamente las carencias éticas de la MAC y Ia ausencia de evidencias que la apoyen, ade- ms de los constantes casos de vietimas de las pseudo- terapias y de la reaparicién de enfermedades ya erradi- ccadas, pero lo cierto es que la popularidad de la MAC Nom.95 METODE 79 MONOGRAFICO sigue siendo muy alla, La Unién Europea llev6 a cabo tun proyecto para estudiar el fenémeno en distintos pat- ses: 145.000 médicos utilizan MAC, existen 160.000 proveedores de MAC fuera de la medicina profesional, cerca de 65 proveedores de MAC por cada 100.000 habitantes, comparados con los 95 profesionales médi- cos para la misma cantidad de poblacién, y cerca de un 30% de la poblacién europea utiliza estas téenicas con frecuencia (CAMbrella, 2012). El gobierno espaffl lle~ 6 a cabo su propio estudio, en el que se estimaba que tun 23% de los espafioles consume medicina alternati- va (Ministerio de Sanidad, Politica Social e Igualdad, 2011), una cifra menor que la del informe europeo, que legaba hasta el 31 % para este pais en concreto (CAM- brella, 2012). Las tenicas més utilizadas en Espaiia son el yoga, la acupuntura, el quiromasaje y la homeo- patia (el informe espaitol incluye una lista de 139 téc- niicas de MAC con sus respectivas explicaciones, algo. que podria resultarle interesante al lector). ‘A continuaciGn, analizaremos gran parte del discur- so de los defensores de la medicina alternativa (DMA). La ret6rica y los argumentos que ulilizan para conven- cer al piblico constituyen un corpus de caracteristicas que nos permiten detectar el fraude médico alld donde se presente, puesto que la retGrica de la ciencia, basa- da en la prudencia y en evidencias solidas, es radical- mente diferente. La ret6rica es el arte de convencer y, para algunas personas, todo vale a este fin. Algunos de estos argumentos son falacias formales, otros son falacias informales y otros representan sesgos del pen- samiento (como las teorfas de la conspiracisn), pero todos indican que no deberfamos dejar nuestra salud en manos de los DMA. BE APELAR A LA POPULARIDAD Los DMA nos dicen que, si millones de personas utili- zan cierta terapia, podemos tener la seguridad de que es efectiva y que no presenta riesgos —un claro ejemplo de. lo que se conoce en teorfa de la argumentacién como falacia ad populum-. Esta talacia ignora el hecho de que una ereeneia puede ser incorrecta; aunque la com- partan muchas personas, una practica, una costumbre una tradicién pueden estar equivocadas. Desde luego, Ja popularidad de una terapia no es un barémetro fable para conocer si es elicaz. La historia de la medicina estd repleta de ejemplos que demuestran lo peligrosa que puede ser esta falacia. Las sangefas, purgas y curas con mercurio fueron, cada una en su momento, pricti- ceas comunes que se pensaban eficaces (y, aun asf, no sabe duda de que han matado a més pacientes de los, que han curado). Si siguiéramos la I6gica de los DMA, ¥ permitigramos que la medicina degenerara en un 80 Num.95 METODE Alexander Beideman Lo homeopatiacontempla los horrres de la ‘alopatia, 1857, Olea sobre lento, 77x65 cm, Un argument pas Cularmente seductor de lor defensores dela mecicins ateratva fe que era es mis compari cua stencén media convenconl “LA POPULARIDAD DE UNA TERAPIA No ES UN BAROMETRO FIABLE SOBRE SU EFICACIA» MONOGRAFICO cconcurso de popularidad, pondriamos en peligro todos los logeos importantes que se han aleanzado en los tlti- mos 150 aifos. Pero esta ¢s una estrategia de marketing muy comin para algunas empresas como Boiron, que, en lugar de apelar a unas pruebas que no existen (Mathie et al., 2017), apelan al nivel de satislaccién de los consumidores de ho- ‘meopatia. «Ocho de cada diez (82%) personas que con- suumen medicamentos homeopaticos se muestran satise- ‘chas © muy satisfechas con los resultados obtenidos,y esta cifra alcanza el 99% en el caso de los pacientes que los cconsumen con mayor regularidad. Si, ademés, tenemos fen cuenta que el 87% de los usuarios recomendarta la homeopatiaa sus familiares y amigos, podemos decir que Tahomeopatia es una terapéutica cada vez mis conocida y aceptada en Espatia», comentan fos autores de un artfculo {que presenta un claro conflicto de intereses —Ios firmantes son empleados de Boiron (Diaz, Moreno y Balmy, 2012)~ {Son fiables estos resultados? Por supuesto que no. ;Son reales estos resultados? Quién sabe. «Estar satisfecho» no ADMINISTRAR PLACEBOS A PACIENTES ENFERMOS PUEDE SER TANTO INMORAL COMO PELIGROSO» cs sindnimo de haber recibido un buen tratamiento médi- co, ;Son estos resultados relevantes? ;Deberfan hacernos cconsiderar la posibilidad de consumir homeopatia? No, la ‘medicina no es una democracia Muchas formas de medicina alternativa tienen una larga historia, y los DMA ulilizan este dato para con- vvencer al publico de su valor. Segtin ellos, cualquier tra- tamiento que ha resistido el paso del tiempo debe ser cficaz y seguro. Después de todo, la gente no es estipida: {por qué habrfan de seguir utilizando dichos tratamien- 10s sino funcionan © provocan dafios? Algunos DMA incluso consideran la «prueba del tiempo» més relevante que cualquier evaluacién objetiva de eficacia terapéuti- cca, Una larga historia se convierte en una prueba més cconcluyente que cualquiera que pueda proporcionar la ciencia, Pero para promover una mayor aceptacién de su terapia, los DMA no recurren solo a opiniones e histo- ria,a menudo se sirven también de la autoridad, Pueden, por ejemplo, indicar que un servicio nacional de salud en particular apoya su modalidad especitica; o que, en China, la acupuntura recibe el apoyo del gobierno; que una respetada franuicia nacional de farmacias vende sus productos; que la familia real © alguna otra celebri- dad utiliza su tratamiento; o que ganadores del Premio Nobel la apoyan, ete. MONOGRAFICO Hergate dele presdecencie Puede que estas afirmaciones sean ciertas, pero no se puede inferir de ellas que el tratamiento en cues- tin valga necesariamente la pena. El hecho de que cualquier persona o institucién, por muy respetada, {que esta sea, alabe o adopte algo podria simplemente ilustrar que ineluso gente que ha recibido una buena educaciGn © instituciones importantes pueden come- ter en ocasiones los errores més tontos y obvios. La ciencia no es elitista en lo que se refiere a la torpeza, La OMS ha aceplado el reiki como una intervencién médica vilida en algunos documentos, por ejemplo, para tratar el dolor en pacientes con sida (Organi- zacién Mundial de la Salud, 2001). No hay pruebas de que el reiki tenga un efecto en el dolor mas all del efecto placebo (Lee, Pittler y Ernst, 2008), y este caso constituye una grave Falta de estindares 4 7G cientificos por parte de la OMS. Pero, aunque : podamos criticar su decisién, el reiki esté en tun documento de la OMS, y eso es lo que im- porta para los DMA. Conspiraciones, autismo y bulos: por qué I LAMALDAD DE LA MEDICINA BASADA EN LA EVIDENCIA, ‘Cuando los DMA no pueden evitar admitir que su tratamiento es inefcaz, suelen insstr en que esto en realidad no importa. De acuer- do con esta difusa linea de pensamiento, el mecanismo del efecto tiene una importancia secundaria; lo Gnieo que cuenta de verdad es ayudaral paciente por cualquier medio posible. A primera vista, esta hipétesis parece légica y compasiva. Sin embargo, ignora varios puntos importantes. Administra placebos a pacientes enfermos puede ser tanto inmoral como peli- ‘groso, Algunas formas de medicina alterativa no son en absoluto inocuas, sino que pueden provocar graves efectos secundarios (Niggeman y Grier, 2003). El neumotérax y las infeeciones son los efectos adversos mas comunes de la acupuntura (Ernst, Lee y Choi, 2011). También existen interacciones nocivas entre ‘algunas hierbas medicinales y medicamentos rece- tados (Izzo y Emst, 2005), © daios provocados por los propios componentes de esas hierhas medicinales (Posadzki, Watson y Emst, 2009) La falta de control de las medicinas herbarias y tradicionales también supone un serio riesgo para los ecosistemas, por la posible introduccisn de componentesilegales y por la eaza de animales protegidos (Byard, 2016; Byard, Musgrave, Maker y Bunce,2017) ‘Ademés, para provocar una respuesta placebo, no es necesario administrar un placebo. Si un médico le dda un tratamiento eficaz a su paciente con empatia y 2 Nom.95 METODE ‘Trump apoya a los antivacunas Las conspiraciones son tipicas det negacionisme cientiico.Un buen sjemplo e el caso de los anivacuras, que suelen apelar «una con= ‘abulacin entre as frmachutcas, los médcosy el gobiera pars esconder el pelt de ls vacunaciones ‘compasi6n, generard una respuesta placebo ademas de Ja respuesta al tratamiento efectivo que ha elegido para su paciente, Dar Gnicamente un placebo, por lo tanto, priva al paciente de los beneficios de un tratamiento ‘con efectos terapéuticos especificos. En otras palabras, administrar terapias placebo implicarfa normalmente ‘engaifar al paciente y negarle algo cuya contribucign es importante para que se recupere (esto, ciertamente, no ¢s solo inmoral sino también potencialmente dafinc). Un argumento particularmente seductor para los DMA es que la medicina alternativa es intrinsecamen- te ms compasiva que la atencién médica convencional. Este argumento tiene un eco instantineo en un piblico {que est muy familiarizado con el médico agobiado, de tiempo siempre Timitado y que a menudo no responde particularmente bien a las preguntas ni se anticipa a las preocupaciones de sus pacientes. Es cierto que muchos terapeutas alternatives tienen muy buenas intenciones y acostumbran a cultivar una rel ‘cin terapéutica amable y empética ‘con sus pacientes, algo que bien podria ser potencialmente iil. No ‘obstante, extrapolar de esto el he- cho de que las terapias alternativas son eficaces 0 titiles es poco més ‘que una ilusién egoista. No hay nada intefnsecamente cruel en Ia medicina convencional, nies cierto que la medicina alternativa tenga unos valores excepcionalmente no- bles. La compasisn, la empatia y una buena interaccién, ‘entre el paciente y el médico no pertenecen exclusiva mente a ninguna rama de la medicina. Todo lo contrario, son el sello distintivo de toda buena alencién sanitaria, ‘con independencia de su orientacisn filoséfica, ideolégi- ca 0 terapéutica I DESHACERSE DE LA CARGA DE LA PRUEBA, Uno de los principios fundamentales de la l6gica y la teorfa de la confirmacién es la carga de la prueba (Pi- sliucci y Boudry, 2014). La carga de la prueba es la base del razonamiento probabilistico (bayesiano) y se refiere ‘a quign debe aportar la evidencia. Pese a las complica clones epistemol6gicas del concepto, debemos pedir las pruebas a quienquiera que proponga la existencia de una ‘entidad o proceso, en lugar de pedirselas, al menos en primera instancia, a quien niega su existencia (por esto, ‘es por Io que no ereemos en hadas ni unicornios). En el Ambito de la salud, es imprudente, peligroso y podria- mos decir que poco ético dar el beneficio de la duda a lerapias que no han sido suficientemente investigadas. En benetficio de los pacientes, deberfamos emplear solo *EL VALOR DE UN ‘TRATAMIENTO NO ESTA DETERMINADO POR SU RIESGO ABSOLUTO SINO POR EL EQUILIBRIO ENTRE RIESGO Y BENEFICIO» MONOGRAFICO Los defensores de la medicina alternatva ce sven 3 menudo t Bien dela autoriéag. Por ejemplo, pueden argumentar que un sev so nacional de salud en particular apoya su modaldad espectiea {que una respetada franculia nacional de farmacias vende sus pro ductor. tratamientos avalados por prucbas sélidas. Esto quiere decir que debe- ‘mos considerar todas las interven- cones ineficaces ¢ inseguras hasta que dispongamos de datos que ddigan lo contrario. Sin embargo, a muchos DMA les gusta hacer bin- ccapié en que la ausencia de eviden- ia de un efecto no constituye una prucha de la ausencia del efecto (una falacia conocida como argu ‘mentum ad ignorantiam). En otras palabras, solo porque no exista evidencia de la efectividad o seguridad de cier- to tipo de medicina alternativa, no podemos aceptar que ¢s ineficaz 0 peligrosa, EI principio es, por supuesto, teéricamente correcto: rho hemos identificado vida en otros planetas, por ejem- plo, pero no podemos estar seguros de que no exista la vida extraterrestre. No obstante, las conclusiones que algunos DMA sacan de este principio son falaces, Les ‘gusta argumentar que es razonable y del mayor inte- rés para los pacientes seguir utilizando el tratamiento en cuestidn (Ben-Arye, Frenkel, Klein y Scharf, 2008), Curiosamente, las personas que utlizan este argumento suclen ser las primeras que critican los intentos de los cienttficos de evaluar esos mismos métodos que ellos abrazan con tanta pasién, Lejos de disminuir el niimero total de terapias sin base evidencial en la rutina sanita- ria, este enfoque las incrementarfa de forma dristica. Si identiticamos que unos tratamientos earecen de eviden- cia, tenemos el deber de someterlos a prucbas; y hasta ‘que tengamos los resultados, deberfamos dudar de su uso en la rutina clinica, y esto es precisamente lo que ‘ocurre con la medicina asada en la evidencia, MONOGRAFICO erga delpreudeciencie tra versiGn de este argumento, esta vez como falacia tu quoque, ald al hecho de que una de las causas mis frecuentes de enfer tmedad es el dato causado por los tratamientos coavencionaes, en especial por los medicamenios recetados. En comparacin con el nimero y seriedad de los efectos aaversos alribuibles a los medica- mentos, dice el argumento, aque- Tos que causa ta medicina ater nutiva son infnitamente menores. Ello implica, por supuesto, que Jos investigadores deberfan dear de preocupar a la genle con sus opiniones sobre a seguridad de al ‘gunas terapias alternativas. Es, sin dda, correcto que los resgos de algunos tratamiento convenciona- Jes son mucho mayores que los de Ja mayoria de terapias alernativa Ja quimioterapa tiene mis efectos secundarios que In aromaterapia, por ejemplo, Pero esto es una pero- grullada y es completamente ire- Jevante. El valor de un tratamiento no esté determinado por el riesgo absoluto que conlleva sino por el equilibrio entre riesgo y beneficio. Si un tratamiento puede pote mente salvar vides, como ocurre con la quimioterapia, incluso los Fiesgos sustanciles quedan com- pensados por el posible benefico. Si, por el contrario, una terapia no tiene ningtin beneli- cio probado (0 el benelicio es fnfimo), como ocurre con muchas terapiasaltemativos, cualquier riesgo, por pe- aquefio que sea, pesa mocho posible benefice. I TEORIAS DE LA CONSPIRACION, Las cosmovisiones irracionales suelen incluir un consi- derable componente de paranoia. Podemos definir una tworfa de la conspiracién como una ereencia poco in- Formada que atribuye la causa Gitima de un suceso, © ka ‘ocultacién de un suceso al piblico general, a una trama secreta, ilfita y malintencionada urdida de manera con- junta por muchos agentes. Este tipo de teorfas y com- plejos persecutorios son la forma preferida de algunos DMA de explicar por qué la medicina convencional sigue ignorando su iluminada aproximacién a la aten- cidn sanitaria, Los DMA afirman, con una regularidad 84 Num. 95 METODE *SE SENALA A LOS ONCOLOGOS Como CONSPIRADORES: DESPIADADOS QUE APLASTAN CUALQUIER “CURA” ALTERNATIVA PARA ™4 EL CANCER» Lozriesgor de algunos tratamientoxconvencionales zon mucho mayores cue lor de la mayor's de rapa ltermativas. Pera sium tratamientonms apresiva puece porenciaimente salvar vida, ‘come ecure cn la quimloteripl, incluso los eigos stances quedan compensades par el infalible, que existen fuerzas ocul- tas que reprimen su consagrada sabiduria, La industria farmacéu- tica -Big Pharma- esta implicada fen la mayorfa de los casos como et principal villano. Esta perversa tra plica que la industria farma- ‘céutica sabotea sistematicamente a Ta medicina alternativa porque, sie! verdadero valor de la medicina al- ternativa fuera del dominio pablico, pperderia un flujo sustancial de beneficios. Las conspira- cones son tipicas del negacionismo cientifico. Por ejem- plo, el escepticismo sobre las vacunas o el sida tiene un ‘gran componente conspirativo (Jolley y Douglas, 2014; Lewandowsky, Gignac y Oberauer, 2013). Por supuesto, hay conspiraciones reales, pero esta in- terpretacién de los sucesos se torna en un serio problema ‘cuando se convierte en una cosmovisién desadaptativa (Dagnall, Drinkwater, Parker, Denovan y Parton, 2012), yy los DMA nunca consiguen aportar evidencias convin- ‘centes para justificarla, Muchos sectores de la industria farmacéutica casi no se ven afectados por la industria de Ta medicina alternativa. Otros sectores buscan formas de sacar provecho de ella, por ejemplo, comercializando suplementos dietéticos «naturales». Junto al archivilla- no Big Pharma, suele aparecer como segundo enemigo la profesiin médica, Se sefiala a los oncélogos en par ticular como conspiradores despiadados que aplastan ‘ebcecados cualquier «cura» alternativa para el cincer. in embargo, cualquier oncélogo estaria encantado de tener acceso a tratamientos més efectivos contra el ccincer, independientemente de su origen en el campo de la medicina alternativa o en cualquier otto. UN COMENTARIO FINAL SOBRE LA FALSA EQUIDISTANCIA Vivimos tiempos en los que Ia correccién politica nos leva de forma regular a buscar el punto medio en areas en las que este simplemente no existe, Los periodistas son particularmente propensos a postrarse de esta ma- nera ante la ortodoxia ideolégica. Por ejemplo, un pe- riodista especializado en temas de salud que escribe un. articulo sobre la homeopatia podria presentar con esme- 1 todos los datos sobre lo poco verosimil que resulta la IWgica en que se basa la homeopata,y la falta de pruebas ue le atribuyan un valor consistente y replicable para el ‘tratamiento de una enfermedad. Pero, obediente ante el espiritu de los tiempos del relativismo cultural, el perio- dista también se sentria obligado a equilibrar el texto ‘con informacién del «otro lado» ~es decir, con citas de lun homespata que afirme que la ciencia no puede saber- Io todo y que su experiencia personal es mis importante {que los datos cientificos-. Por supuesto, esto seria justo si existiera un «otro lado» razonable cuyos argumentos tuvieran peso y sustancia, Si, por el contrario, el «otro lado» carece de solidez. equivalente, esta insistencia en el equilibrio produce la impresidn errcnea de que existe tun debate cientifico vilido entre dos hipstesis equipara- bles, cuando en realidad la ciencia en torno a este tema eva mucho tiempo decidida, El debate sobre si la Tie ra es plana o esférica est tan zanjado como el relacio- nado con la homeopatia y con otras reas de la medicina alternativa, Imagine que National Geographic publica run articulo «equilibrando» el conocimiento cientiico existente con las opiniones de un miembro de la Socie- ‘dad de la Tierra Plana, ¢Quién se lo tomarfa en serio? Y sin embargo lo aceptamos regularmente en los debates sobre medicina alternativa. @ Bew-Arje,E, Frenkel M, Klin, A & Scharf. 200, Anas toward Inepraion of complementary aod aerate metciae is gmat) ‘Se Perspectives of pst, poyscans and complementary pritio~ rs, PallentEacation and Counseling, 73), 398-402 ot 709016) pec eoriion lance, 8, Boudry, M.A ipucl, M. (207, Why do rational bei ri nee! The eal evloion of pssdorence. Theis, BX, Dyan RW. 2018, raion] mdiies ad pie emtncton Another Side t erase Wife iavestigion. Forensic Selence, Medicine ad Pathog, 2), 28-121 do 191097024 0914-4 yar 8 W. Musgrave Maker, ©. Busce, M (207, Wht rks do rl prose pose othe Avera commit? The Media! ura of Ausra, 2062, 86-90. di 0.569476. 006% MONOGRAFICO Hergate dele presdeciencie CcAMbela (2012, CAMPretla Documents and reports. Cosiads ex: Dag N, Doskater K, Pater A Dotan, A, & Paste, M. 2015) ‘Conpiray theory an copie syle A wore: Frontiers in Pico ogy 6,29. do 1034p 2018.00206 Diaz, 6. 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