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En uno de los cerros llamado Tumatumani, vivía una familia muy pobre alejado
del pueblo, el que mantenía a la familia era el padre, llamado Renzo Gonzales,
quién trabajaba como leñador; pues recogía la leña y las vendía en el pueblo.
- ¡Veo en tu corazón que buscas algo con desesperación! ¿Dime cuál es?
- ¡Siii!, afirmó el leñador con mucha tristeza. Luego le contó todas las
penurias que pasaba hasta el momento.
- Al oír su historia le propuso. ¡Hacemos un trato!
- ¿qué clase de trato? Le respondió el leñador.
- ¡Un trato para hacerte rico!
- ¿Para hacerme rico? respondió el leñador asustado y confuso.
Escucha muy bien Renzo, te vas a llevar una parte de mi cuerpo de oro, con la
condición de que nadie debe de saber de mi existencia y lo más importante es
que tienes que traerme ofrendas cada media luna, le dijo el toro de oro.
Él, se veía muy cansado y contento trayendo bajo el brazo su gran tesoro.
- Esposa mía, hijos míos desde ahora nunca más pasaremos hambre, frio ni
tristeza, pues ahora ¡somos ricos! Exclamo nuestro amigo leñador.
Desde entonces la familia del leñador gozaba de mucha riqueza que le sobraba
la plata para comprar lo que quisieran; compraron una casa muy bonita, ropas
para cada ocasión, tuvieron animales en gran cantidad e inmensas chacras con
cosechas abundantes, desde entonces fueron una familia respetada por su
pueblo.
Un día cuando el leñador fue al pueblo se encontró con unos amigos que no se
veían desde la niñez, con ellos empezó a tomar licor hasta el anochecer y uno
de ellos le preguntó con mucha malicia tratando de sacarle el secreto al leñador
de cómo se volvió rico de un momento a otro, con solo ser un simple leñador;
estando ya tan borracho el leñador contó a sus amigos toda la historia que
había vivido para ser rico; al
terminar su
reunión el leñador
vio la luna y
recordó la
promesa que dio
al toro que le
convirtió rico;
entonces en su
estado en que se
encontraba el leñador
fue al cerro desesperado
llegando a él ingresó muy
apresurado y encontró al
toro, pero esta vez el toro lo
esperaba muy enojado y le dijo con mucha furia:
En ese momento el toro le lanzó un saco de trigos muy pequeños y le dijo que
debía de contar todo lo que había dentro del saco. El leñador muy asustado
empezó a contar y pasando cierto tiempo el toro le preguntó:
Luego de hablar el toro le lanzó el hechizo que desde ese momento el leñador
iba a perder todas sus riquezas y que acabaría siendo más pobre del que era
antes.
Renzo se convirtió en un alcohólico que bebía cada día, hasta que un día
decidió volver a la cueva donde encontró al toro de oro, convencido de poder
vencerlo y tener todo el oro, pero al ingresar a la cueva, el leñador sólo
encontró a un toro que un campesino del lugar perdió y este reacciono al ver al
leñador invistiéndolo y llegando a matar a nuestro amigo Renzo Gonzales el
leñador.
Desde entonces muchos amigos que beben hablan de nuestro amigo Renzo y
muchos salen por la noche buscando al toro de oro, muchos se vuelven medio
locos y otros no retornan, así pues, esta es la historia de nuestro amigo Renzo
Gonzales el que hizo el trato con el toro de oro que no pudo mantener su
promesa.
“No busques riquezas sin esfuerzo, pues en la vida nada es fácil de obtener,
sin hacer un esfuerzo”
AUTOR:
SEUDONIMO
NARRADOR DE CUENTOS