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Subtemas:
Manejo de los distintos micrófonos
1.- Actitud ante el micrófono
2.- Cosas que debes evitar
3.- Tipos de micrófonos
Desarrollo:
Las actitudes o posturas ante el micrófono no deben ser de miedo o rechazo, ya que esto
constituiría un problema adicional. Hay que verlo como un apoyo importante, algo que te va a
garantizar que tu mensaje llegue a todos y que va a proteger a tu voz. Por tanto, el micrófono
será un problema o una solución dependiendo de cómo lo asumas. Recuerda, además, que esto
lo proyectarás hacia el público.
Cuida tu voz. Utilizar el micrófono hará que requieras un menor esfuerzo de la voz
para hacerte escuchar. Si la fuerzas, podrías sufrir de difonía o afonía, durante la
presentación o después.
Amplía el alcance. Te permite hablar a públicos numerosos, en grandes espacios o
cuando estos sean abiertos. Estos últimos hacen que la voz sin ayuda se pierda
fácilmente.
Te da más tiempo para hablar. Al no forzar la voz, podrás hablar
durante más tiempo. Algunos oradores se confían en su capacidad para
hacerse oír sin ayuda, para luego ser sorprendidos con que su voz
comienza a tener problemas por el esfuerzo realizado.
Poder realizar efectos con la voz. Puedes realizar tanto cambios en la voz (matices,
énfasis, etc.) como efectos de sonido especiales, como por ejemplo “Pum”, “Suas”,
“Bum”, etc. Si no abusas de ellos, podrán enriquecer tu expresividad.
Acercártelo demasiado a la boca. Esto puede provocar que tu voz se oiga más fuerte de lo
necesario y que ciertas pronunciaciones sean desagradables, como las consonantes P y B. Si se
le agrega que tengas miedo escénico, la respiración acelerada o los jadeos podrían escucharse
claramente.
Golpearlo para probarlo. Esto podría dañar el aparato, además de que genera un sonido
como un tambor que puede molestar a las personas. Es preferible probarlo con palabras, como
“Probando, sonido, 1-2-3”, o rozándolo con un dedo para verificar que todo funcione bien.
De mano
Sujétalo firmemente, sin exagerar en la presión del agarre. Esto evita que se caiga y
genere un ruido desagradable, además de provocar que se dañe.
Mientras hablas, si giras tu cabeza a la derecha o a la izquierda, debes
mover el micrófono y mantenerlo siempre frente a tu boca. De lo
contrario, tu público no escuchará parte de tu mensaje.
Evita la tendencia a bajar el micrófono en la medida que hablas.
Evita pasar frente a los altavoces; de hacerlo, crearás “feedback” el cual
es un sonido alto y desagradable.
Fijos
Ubica el rango en el que capta el micrófono. Este rango tiene que ver con la distancia
entre el aparato y tu boca y los movimientos laterales que puedas realizar. Prueba y
defínelo para que puedas asegurarte de que siempre te escuchen.
Como no puedes mover el micrófono, cuando mires a los lados debes girar un poco la
cabeza, de modo que el este quede entre tú y tu público. Esto garantiza que tu voz será
captada siempre por el micrófono.
Ten cuidado al gesticular, ya que podrías golpearlo con las manos o los brazos.
Aprende cómo se extrae del soporte y cómo se coloca. Verifica cómo se ajusta la altura
y la inclinación.
Manos libres
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