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Hasta 1994 fue materia de interpretación y discusión entre los constitucionalistas argentinos si la Constitución Nacional establecía que los
municipios eran autárquicos o eran autónomos.
La autarquía significa que un ente u organismo determinado tiene capacidad para administrarse a sí mismo, de acuerdo a una norma que le
es impuesta. La autonomía es no solamente la capacidad de administrarse por sí mismo, sino también la de dictarse sus propias normas por
las que ha de regirse, como también la de gobernarse por autoridades elegidas.
A partir de 1957 las provincias argentinas comenzaron a reconocer expresamente en sus constituciones la autonomía de sus municipios, e
incluso su facultad constituyente para darse sus propias cartas orgánicas.
La sentencia del 21 de marzo de 1989 de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina (Caso Rivademar)3 interpretó que los
municipios eran constitucionalmente autónomos, fundando tal criterio en ocho razones:
Este fallo y los reconocimientos de las constituciones provinciales fueron recogidos en la reforma de la Constitución Nacional de 1994 que
consagró la autonomía de los municipios argentinos.
Cada provincia dicta su propia constitución, conforme a lo dispuesto por el art. 5° asegurando la autonomía municipal y reglando su alcance y contenido
en el orden institucional, político, administrativo, económico y financiero.
Sin embargo, no todas las provincias han reformado sus constituciones para adecuarlas a lo establecido en la materia por la reforma
constitucional de 1994. Para octubre de 2014 un total de 20 provincias han reconocido en sus constituciones la autonomía municipal,
restando Mendoza y Santa Fe que no han reformado sus constituciones después de 1994 y la de Buenos Aires que sí lo ha hecho pero no se
adecuó al mandato de la Constitución Nacional. La provincia de La Pampa no faculta a sus municipios a dictar cartas orgánicas.
Institucional: se refiere la posibilidad de dictar su propia carta orgánica obteniendo "plena autonomía". Si no puede hacerlo es una
"autonomía semiplena", que es el caso de la provincia de La Pampa. Se dan también casos donde las cartas orgánicas deben ser
aprobadas por las legislaturas provinciales: Chubut requiere que la primera carta orgánica de un municipio sea aprobada por la
legislatura provincial, mientras que Neuquén y Salta también todas sus reformas.
Administrativo: se refiere a la capacidad de gestionar servicios públicos, obras públicas, poder de policía, etc.
La mayoría de las provincias optó por establecer requisitos poblacionales para permitir el dictado de cartas orgánicas. Los municipios que no
dictaron su carta orgánica se reglan de acuerdo alas respectivas leyes orgánicas municipales de cada provincia.
Sin embargo en la reforma de 1994 se reconoce expresamente en el art. 123 que compete a las
provincias REGLAMENTAR el alcance de tales "autonomías" municipales, lo que automáticamente
las convierte en autarquías municipales.