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Estructura empresarial

La estructura empresarial sirve para determinar la titularidad de un negocio, así como localizar en cuales de
sus departamentos se desarrollan las actividades de control y mando. Es una forma de jerarquización y
reparto de responsabilidades y deberes dentro de un proyecto de carácter empresarial.
Las empresas llevan a cabo una estructuración con la que poder dividir las múltiples acciones o actividades
que realizan de manera cotidiana para que, de este modo ser capaces de delimitar sus áreas, establecer
cadenas de mando o responsabilidad y lograr una mayor cooperación y coordinación que les ayude a mejorar
su labor en conjunto. Es por tanto una herramienta útil y necesaria a la hora de fijar una estrategia
empresarial.
La estructura organizacional es la división de todas las actividades de una empresa que se agrupan para
formar áreas o departamentos, estableciendo autoridades, que a través de la organización y coordinación
buscan alcanzar objetivos.
Suelen diferenciarse
espacios en la estructura de
un proyecto empresarial en
los que se dividen tareas y
responsabilidades, estando
la Dirección, el Consejo de
Administración y los
Accionistas o dueños de la
empresa. A menudo puede
suceder que se compartan
identidades entre estos
poderes y una persona
pueda estar en varios grupos a la vez, como sucede especialmente en empresas con un número de
trabajadores pequeño.
Independientemente del tamaño de la empresa, es esencial el diseño e implantación de una estructuración y
un organigrama que delimite los espacios de trabajo en la compañía. Por otra parte, también esta estructura
debe tener la capacidad de adaptación a los cambios y evoluciones que la realidad empresarial exige en el
mundo actual, para poder seguir aspirando a la consecución de beneficios y buscar el crecimiento del
negocio.
Existen por lo tanto múltiples tipos de estructuración, dependiendo habitualmente de los fines u objetivos
que busque la empresa, los recursos de los que disponga y el sector económico en el que opere. Es
importante el modo en que se plantee la estructura ya que será determinante para la consecución o no de los
resultados esperados.
Una eficiente y correcta asignación de las responsabilidades en una empresa permite conocer las funciones y
obligaciones de cada uno de sus departamentos, sabiendo dónde se localiza cada uno de los procesos
productivos y facilitando el reparto de tareas y la especialización por el bien común.
Uno de los puntos más relevantes a la hora de establecer una estructura empresarial es la concepción de un
organigrama que dote de sentido y orden a una plantilla, diferenciando los puestos de sus componentes y su
posición respecto al resto de trabajadores atendiendo a sus funciones y responsabilidades mediante un
organigrama.
De forma gráfica un organigrama se encarga de representar visual y básicamente esta conjunción de puestos
y tareas en una empresa, que clasifica a los miembros de la dirección, localiza al máximo responsable
(habitualmente conocido como CEO o Consejero Delegado) y al resto de puestos de responsabilidad de
manera jerárquica.
Proyecto empresarial
Un emprendedor no monta su negocio de un día para otro porque le nace una idea de negocio. Ésta surge,
pero tras ello, hay todo un proceso de análisis, estudio y definición detallada de estrategias para llevar a buen
puerto el negocio.
El proyecto empresarial es precisamente ese documento donde se recogerán los objetivos y estrategias a
desarrollar. Sin embargo, contiene muchos más elementos imprescindibles.

¿Qué es un proyecto empresarial?


Ya tienes la idea. Pero ¿qué debes hacer a continuación? Es muy recomendable que, si quieres hacer las
cosas bien y con cabeza, diseñes y prepares un buen proyecto empresarial, para saber a qué atenerte y tener
en cuenta detalles que, de no hacer este análisis y estudio previo, se te podrían pasar por alto.

El proyecto empresarial es un documento de gran utilidad, que no sólo refleja los objetivos que pretendes
lograr, sino que será tu guía que seguir, sobre todo, en la fase inicial y que, posteriormente, te servirá como
instrumento de seguimiento y control. Se trata, en definitiva, de un estudio previo de viabilidad del negocio.

En cuanto al contenido del proyecto empresarial, ¿qué aspectos deben quedar reflejados?:

 Mercado. Antes de lanzarte al desarrollo de tu idea, debes hacer un minucioso análisis del mercado,
de una manera objetiva y realista. ¿Es coherente tu idea? ¿Saldrá rentable? ¿Hay mucha
competencia?
 Documentación y trámites administrativos. Los comienzos nunca fueron fáciles, y es mucha la
burocracia a la que has de enfrentarte. Estudia bien a qué organismos deberás acudir, cuál será la
documentación que te solicitarán, qué impuestos te afectarán, permisos y seguros que debes
contratar, etc. Es muy aconsejable que te apoyes en los servicios de un buen asesor: un mínimo
detalle que se te pueda pasar y hay probabilidad de que te multen
 Financiación. La inversión que requiere un negocio, por pequeño y sencillo que sea, es bastante y es
una de las principales trabas que frena a los emprendedores. ¿Con qué recursos cuentas? ¿Te puedes
valer de alguna subvención?

¿Para qué sirve un proyecto empresarial?


Redactar y disponer de un proyecto empresarial sirve, sobre todo, para analizar y estudiar la viabilidad del
proyecto que quieres llevar a cabo. Igualmente, servirá como plan de actuación y seguimiento, sobre el cual
basarse a la hora de tomar decisiones importantes.

Asimismo, el proyecto empresarial es la carta de presentación de tu empresa. Imagina que debes solicitar
un préstamo en el banco. Lo primero que te pedirán es tu proyecto empresarial o “business plan”. Debes
dedicar e invertir tiempo en su redacción. Piensa que ese documento será tu arma para convencer a posibles
inversores.

Contenido del proyecto empresarial

¿Qué no debes olvidar a la hora de elaborar y redactar tu proyecto empresarial? Hay varios elementos
básicos que cualquier negocio debe considerar, por pequeño que sea:

1) Identificación del proyecto: su nombre, ubicación y ámbito de actuación, así como la forma
jurídica que adoptará.

2) Persona promotora del proyecto: ¿quién está al frente del negocio? ¿Quién tendrá responsabilidad
sobre el mismo?

3) Descripción de la idea de negocio, señalando igualmente el sector de actividad.

4) Estudio del entorno, con sus correspondientes análisis PESTEL y análisis DAFO.

5) Plan de marketing, teniendo muy bien definidas las 4P del marketing mix: producto, precio,
promoción y distribución.

6) Plan de producción. Recursos y capacidades de las que dispongo, cómo se organizarán o con qué
proveedores contará tu negocio.

7) Plan de recursos humanos. Detrás de cada gran proyecto, hay grandes personas. El capital
humano es fundamental para que un negocio sea próspero. Ten claro quién conformará el equipo
directivo, qué puestos de trabajo se requerirán, etc.

8) Plan económico-financiero: cómo se financiará tu proyecto, cuál es la previsión de los resultados


económicos en un medio/largo plazo y cómo se rentabilizará el mismo.

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