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UNIVERSIDAD A ~ ~ ~ N ~ M ~ M E T R O P O L I T A N A

DMSIÓN CIENCIAS SOCIALES Y H U M A N I D A D E S


LETRAS HISPÁNICAS

SEXUALIDAD Y PODER EN LOS PERSONAJES DE UNO SONABA QUE


ERA REY, DE ENRIQUE SERNA

TESIS QUE PRESENTA ELALUMNO

ENRIQUE MONTAÑEZ ORTIZ


94222385

PARA LA OBTENCIdN DEL GRADO DE


LICENCIADO EN LETRAS HISPÁNICAS

ASESORES
MARINAMARTÍNEZANDRADRE
SANDRA LORENZANO
SERGIO RENÉ LIRA CORONADO

ABRIL DE 2000
INTRODUCCION 3

CAPITULO I i3

CAPITULO 11 39

CAPíTULO Ill 68

CONCLUSION€S 81

blBLlOGRAl=íA 99
Los narradores del fin de milenio tienen que lidiar con el impacto de los medios

de comunicación e n las personas que serán sus posibles lectores. E n la década de

los ochenta y subsiguientes, la novela de pretensiones cultas y reflexivas libra una

batalla contra las exigencias de un mercado editorial cada vez más feroz y que

“ofrece a este mismo público una literatura coyuntural y de reflejos emotivos

inmediatos; poco propensa, además, a exigirle a ese lector atención intelectual y

análisis críticol’.l

La novela de los setenta, Hugo Hiriart, Guillermo Samperio, Bernardo Ruiz, entre

otros, se encargó de cimentar los motivos y tendencias literarias que se trabajarían

en la década siguiente con mayor solidez. La novela mexicana en los últimos veinte

años, pese a que se anunció la muerte mundial de la novela por la aparición del

video y del internet, es de una abundancia importante, sus estilos -según Abreu-2

temas y enfoques son de lo más variados y considerables. Novela nacional que

bien supo librar una de las crisis “más certeras de lahistoria de México:

devaluaciones espectaculares, cracks económicos y financieros, derrumbamiento

del esquema del Partido de Gobierno, L../ y, en los últimos años, crímenes políticos

sin precedentes”.3

1
Gabriel Tmjillo Muiroz. “La narrativa mexicanafinisecular”.,en La Jornada Semanal(México, D.F.),
núm.252, p.18-23.
2
Alvaro Ruiz Abreu. “Novela de la crisis y crisis de la novela.”,en Nexos(Méxic0,D.F.), niun 241, p.183-
192.
3
Ibid.,p. 184.

3
La narrativa contemporánea, entonces, será -en su mayoría- una vasija en donde

se mezclarán amboselementos, el de la crisis económicanacional y el d e la

avanzada tecnológ-ica. El propio Abreuseñala que unode los rasgos más

definitorios de esta literatura es la hibridez en sus géneros, donde se entrelazarán

el ensayo, el reportaje , la crónica, el discurso radial, el televisivo, etc.

Y es allí donde se encuentra a un escritorcomo Enrique Serna, quien

experimenta justamente con los dosaspectos anteriores definitorios para los

escritores finiseculares. Serna hace suya lapo&tica del radio y la televisión, en Uno

soñaba que era particularmente, para llevarla al campo de lo literario, en donde


rey

se encargará de subvertirlo satíricamente para desnudarla de su retórica hueca y

deleznable dejándola en lahipocresía que las caracteriza. También toma como

objeto de su pensar narrativo a la realidad mem’cana, denunciando sus diversos

infiernos cotidianos mediante el ejercicio magistral del humor y la ironía para ser

más contundente en sus críticas, m*como de lo grotesco: ‘y..] creo que la imagen -
puntualiza Sema- de una época tan dura comola que se vive actualmente en

M é x h a parhr de los ochenta, requiere de un manejo de lo grotesco para acercarse

a la descripción d e la realidad”.4

Laobra de Enrique Serna (C. de México 1959) ha venido a cimbrar el medio

literario nacional, no sólo por su indiscutible oficio y calidad como narrador, sino

por la posicióndeliberadamente polémica que asumefiente a los círculos

intelectuales d e la literatura en México. Con este autor, aparece el “acontecer”

literario como un corpus digno de atención y, sobre todo, de ferozm*tica.A Serna, le

interesa mucho desenmascarar todo el transfondo hipócrita que, para él, suele

darse alrededor de lacreaciónliteraria, es decir, el ejercicio de lacrítica, las

4
La Jornada Semanal, núm. 158, junio de 1992.

4
presentaciones de obras, lo amañado que resultanlasbecaspara lacreación

artistica, etc. Lo anterior es llamado por 61 mismo comola canalla literaria ese

“medio que por lo común hacia el exterior es muy diplomático, muy cortés, donde

siempre hay muchas caravanas de un escritor a otro, pero que en privado es muy

dado a la maledicencia y a hacer una critica verdaderamente lapidaria”. 5

En esto,precisamente, radica el logro literario de Serna, es decir, llevar al campo

de la literatura los diversos vicios en que caen los miembros que la detentan en

nuestro país; para ello, recurre a la ironía, a la sátira, al humor, elementos que

maneja con destreza y que lo han llevado a encontrar su propio lugar dentro de las

letras mem’canas de los últimos diez años; aunque no termina siendo del todo

aceptado por la m’tica literaria nacional debido a su cardeter, como ya lo hemos

visto, de dinamitero y desnudador de lo que él mismo ha llamado “LaRepública de

las Letras”. Era de esperarse que se ganara la antipatia de no másde un

representante oficial de la cultura nacional.

La temática que aborda Serna, en consecuencia, en cada una de sus novelas y

cuentos (Señorita México (I 995), Uno soñaba que era rey (I 990), Amoresde

segunda mano (I 996)) El miedo a los animales (I 995)) y Las caricaturas me hacen

llorar (I 998 -ensayos-) es, fundamentalmente, la denuncia social y la crítica hacia

las instituciones y medios de comunicación que rigen, de alguna manera, nuestra

realidad; incluso algunos aventurados periodistas o reseñadores de libros, lo han

llegado a comparar conBalzac y Alejandro Dumas6, en cuanto a que es un

excelente radiógrafo de las costumbres nuestras de cada día, es decir, escenarios,

personajes, oficios, y la recreación del lenguaje que según se requiera.

5
Unomásuno, 7 de noviembre de 1995.
6
Eduardo Mejía. “Alejandro Dumas y Serna”,en Revista Mexicana d e Cultura, 25 de febrero de
1996. El Financiero, 28 de octubre de 1993.

5
Ciertamente, estos temas novelescos de oitica hacia l a s instituciones públicas

como las que se encargan del bienestar social, de la justicia, de la cultura, así

como la de la misma iglesia, no son de nueva aparición en la literatura mem’cana,

lógicamente; de hecho, podemos considerar a Serna como el depositario o

continuador indirecto delas preocupaciones narrativas de algunos autores,

también mem’canos,como Jorge Ibargiiengoitia o Rosario Castellanos7, sólo por

mencionar a algunos.

Sin embargo, la intención literaria de Enrique Serna, como lo ha señulado en

varios medios periodísticos, no es la de retratar personajes que tengan su referente

real inmediato; más bien, le interesan las actitudes de este tipo de personajes,

conductas que sí son verijicables en la cotidianidad.

Así, pues, su obra narrativa se perjila hacia el juego del espejo social, esto es,

que nosotros, como parte de la sociedad contemporánea mexicana, nos veamos a

través de la novela serniana tal cual somos: “Trato, entonces, de presentarle un

espejo donde pueda ver /la sociedad] su deformidad. Valle Inclán decía que el

esperpento es mostrarles un espejo cóncavo a las personas, y eso es lo que he

tratado de huceY.8 El autor tiene la idea de novela como un a&jicio para

posesionarse de la realidad; la novela paraSerna debe mostrar “situaciones

Concretas de la existencia”. Enpocaspalabras tiene que ser realista y no

I
Es innegable que Serna comparte con Castellanos una especial preocupación por la condición sociallade
mujer. Aunque no asuma Serna una posición muy clara y abierta de defensa hacia el género femenino,
sí es
posible notar que enla mayoría desu creación narrativa aparecen mujeres cuya vida oprimida y frustrada se la
deben tanto a hombres comunes como lasainstituciones que rigenbajo conceptos masculinos. La denuncia es
diáfana, no podremos decir que Sernase propone con esto desarrollar un alegato feminista, pero los hechos
están ahí.
8
Javier Delgado. “Vivimos una encrucijada moral”, en Unomcisuno, abril de 1996.

6
costumbrista: “El adjetivo costumbrista me parecepeyorativo. Yo diría que mi

novela se insm’be dentro del realismo”.g

En la segunda novela de Enrique S e m , Uno sodaba que era rey (obra espeapea

a tratar), hay una visión panorámica -que no totalizadora- de la sociedad mexicana

de los ochentas; a diferencia de Señorita Mexico en donde se cinc3 a la

problemática social y personal de Selene ex participante de un concurso de belleza.

La oítica social que ejerce el autor en Uno soñuba que era rey abarca dos

franjas muy marcadas y antagónicas de la realidad nacional: una que esla clase

desprotegida e n donde se desempemn los personajes de Carmen Osuna y su hijo

el Tunas, así como D a m i h Pliego; y la otra es la de la clase pudiente,profesional,

representada por Marcos Valladares, su familia y sus amigos. Ambos sectores del

país son presentados por


Serna d e una formaesperpéntica, como el propio autor lo

ha señalado, en donde no distan mucho uno del otro en cuanto a las cualidades

h u m a m negativas que los caracterizan; no obstante sólo dos personajes parecen

salvarse a ese cuadro bizarro: Carmen y el Tunas, un tanto por servíctimas -hasta

cierto punto- de causas ajenas a ellos, como se verá en el desarrollo del trabajo, y

otro por ser los únicos que muestran tener una moralidad exenta de traiciones que

puedan infnngirse hacia ellos mismos.

Ahora bien, lo que nos proponemosinvestigar en la creación de Enrique Serna es

larelación que tienen los personajes de Uno soñaba que era rey con algunas

instituciones representativas de nuestra realidad nacional: la iglesia, la familia, los

medios de comunicaci&n,entre otras. Dichas instituciones ejercen un claro poder

9
Julio Aplar. “La realidad rebasa las fabulacionesmás absurdas”, enSuplemento Sábado n.948,en
UnomásUno, 2 de diciembre de 1995.

7
considerando la óptica de Foucault y -por momentos de Freud- sobre la conducta de

los ya mencionados Carmen Osuna, Damián Pliego, y Jorge Osuna, el Tunas.

Estos personajes están inmersos en una situación económica sumamente dificil y

apremiante. Carmen está a expensas de lo que su marido, primeramente, pueda

darle con trabajos eventuales poco remunerados; después, al ser abandonada por

Jorge -padre d e l Tunas-, tiene que trabajar como sirvienta en una cantina de mala

muerte en pos deun salario mísero y grande en vejaciones.

Damián, por su parte, labora w m o boletero en el cine Mariscala. Su vida es

similar a su sueldo: rutinario, inmóvil, resquebrajado. Vive tragándose las

injusticias del sindicalismo corrupto que domina a la empresa donde labora, el cual

no puede darle la casa para su madre que tanto anhela, y también se halla en

apuros por no poder cubrir los fituros gastos que representará la muerte de su

progenitora.

Jorge Osuna, el Tunas, es producto del matrimonio desintegrado: vago,

drogadicto, miembro de una bandita de niños en su misma situación. Limpia

parabrisas en los semáforos, y eventualmente


asalta a los transeúntes

despistados desu colonia. E s un niño, sin embargo, nunca ha tenido una auténtica

infancia; las necesidades propias de su marginalidad no le han dado tiempo de

conocerla.

Los tres sujetos narrativos enumerados no tienen una conciencia social que los

haga reflexionar sobre su realidad económica. Se analizará si en Damián -como

parece en una primera lectura- hay un poco de inconformidad con respecto a su

condición de clasemediero bajo, o sólo se queda en visos. E n realidad, el asunto no

pasa de un enojo con los líderes sindicales d e l Mariscala; asume su suerte de

explotado y su vida continúa como siempre.

8
El verdadero dramatismo de los tres personajes enumerados no se hulla en su

dificultad socioeconómica, sino en el aspecto sexual de cada uno. De hecho son los

iinicos en los que el narrador ahonda profisamente e n su individualidad sexual,

incluso podríamos decir -quid d e la tesis- que su problematización en ese rubro de

la conducta humana se sobrepone a su tremendismo social, acarreándoles

verdaderas desgracias y llevándolos hasta el límite de poder considerarlos como

caracteres trágicos.

Las instituciones que ya hemos mencionado juegan un papel importante en l a s

actitudes sexualesque asumen los personajes tratados; por


ello nos detendremos a

analizar de qué manera, tales micropoderes influyen en sus conciencias

normativizando o dominando el accionar personal en ese campo biológico que debe

ser, supuestamente, libre y autónomo, así como identificar qué consecuencias trae

consigo la injerencia de dichos poderesen la vida de Carmen, Damián y el Tunas.

El estudio que procede estará dividido en tres capítulos. E n el primero que lleva

por título: "Carmen Osuna: Entre el pecado y el deseo" se estudiarán las relaciones

de Carmen con las dos figuras masculinas que son determinantes en su vida.

Primeramente se verá la relación religiosa que mantiene con el padre Gervasio, que

hemos identificado como la de un panoptismo espiritual siguiendo los principios

teóricos que sobre esa estructura represora elabora Foucault. También se

analizarán los problemas de conciencia que le trae consigo su vida sexual

conflictuada por el acto de la confesión católica y la moral patriarcal que le es

introyectada en esta relación aCarmenOsuna,y que la afectará en toda su

individualidad.

Después pasaremos a tratar larelaciónmarital de ese personaje con Jorge

Osuna y los múltiples enfentamientos que tiene con él debido a sus conflictos

9
religiosos, y a la serie de irresponsabilidades y conductasagresivas que tiene

Jorge para con Carmen. Así como los rasgos personales de ella que la llevan a la

histeria y a una especie de prostitución; ambos aspectos, como haremos notar,

terminan llevándola a experimentar un odio delirante hacia su cuerpo.

En el segundo capítulo llamado “Damián Pliego: entre el ser y el deber ser” se

identificará la homosexualidad reprimida del personaje, a qué puede corresponder

y dequé manera se manifiesta; de paso, haremos notar, brevemente, la

repercusión histórica del homosexualismo y el momento justo de su condenación

cultural y social. Asimismo se tocarán los elementosextraños que hay en la

relación amorosa de Damián y Carmen, donde nunca hay un deseo fisiw mutuo ni

emocional; también su excesivo apego con su madre, razón familiar por la que

creemos que no se atreve a asumir su inclinación sexual, y la implicación que tiene

su represión sexual en la manera e n que silencia a los demonios de la culpa que lo

atormentan una
vez que experimenta placer como voyeur de escarceos

homosexuales en su lugar de trabajo.

En lo concerniente a Jorge Osuna hijo, alias el Tunas, escudriñaremos la

frustración sexual que siente por no alcanzar todavía la madurez corporal para

ejercer su sexualidad. Veremos, entonces, la incongruencia que se du en 61 siendo

que mentalmente ya se siente apto para practicar las relaciones sexuales, peroa h

no hay respuesta biológica de su cuerpo infantil. Frustración que representa la

mayor preocupación del niño y le será de suma importancia acabar con ella, m

obstante que se enfrenta a condiciones más apremiantes, podríamos pensar, como

lo son su precariedad económica y la marginalidad social que le rodea.

La angustia sexual d e l Tunas se ve aumentada por una realidad cargada de

pornografia al alcance de todos; por eso es que uno de los objetivos de este tercer

10
capitulo, titulado: “JorgeOsuna el Tunas: L a s incongruencias entre desarrollomco

y mentalidad sexual.”, será el de evidenciar el papel del medio social en el

desarrollo sexual infantil. A su vez, estudiaremos la problemática que tiene el hijo

de Carmen con las figuras paternas que se le van presentando, primero la de su

padre que lo atormenta imaginariamente -en sueños- y después la del amante de

su madre -Damián-. Figuras que, por supuesto, están estrechamente


ligadas con el

orden, la autoridad, la estabilidad, etc.; el Tunas intentará rehuir de ambas al

hacerse creer q u e m creado por sí mismo, reniega violentamente de su padre y de

su madre, se dirá que es producto de una uausencia sangrante” y “padre de si

mismo”. Este último punto será tratado desde la perspech’va d e l psidlogo Otto

Rank, sus teorías acerca de la emancipación, de la “voluntad”,etc., que no están

muy alejadas de los deseos de destruir todo uínculo familiar por parte de Jorge

osuruz.

Y será bajo las teorías de Michel


Foucault, principalmente, expresadas

especialmente en Historia de la sexualidad y Microfisica del poder, en que se

desarrollará nuestra investigacibn; consideramos que las teorías vertidas en esos

estudios se adecuan perfectamente a los fines por nosotros buscados. Foucault

habla de unadiversidad de micropoderes, entre ellos están la escuela, la familia, el

estado y la iglesia, que coinciden en la necesidad de someter a la sexualidad

humana, desean que ese aspecto sea normatiuizado de acuerdo con principios

socialmente legalizados, econbmicamente rentables y políticamente manipulables.

Por consiguiente, el sexo se convierte en un espectro dominado por una serie

infinita de vigilancias, prohibiciones, reglamentaciones, y patrones de conducta que

-irremediablemente- se imponentanto a hombres como a mujeres; veremos,

11
entonces, de qué manera las instituciones señaladas por Foucault inciden en el

accionar sexual de los personajes elegidos de la narrativa de Enrique Serna.

Asimismo, Sigmund Freud ”entre otros muchos teóricos de la psicología que

veremos- también reconoce la severa vigilancia social que existe sobre el ejercicio

de la sexualidad; por ello, también nos vemos en la necesidad de considerar sus

estudiosparanuestra tesis. El psicoanalistavienés dice: “No es arriesgado

suponer que bajo el imperio de una moral sexual cultural pueden quedar expuestas

a ciertos daños la salud y la energía vital individuales”. Los ensayos que se

tomarán de la extensa teoría fieudiana serán La moral sexual <<cultural>>y la

nerviosidad moderna, de la que hemos extraído la cita, y Lasperversiones

sexuales. Finalmente, también se empleará material teórico concerniente al estudio

estructural literario, se tomará a Oscar Tacca y Roland Barthes como principales

teóricos de la fenomenolog-iade los personajes literarios; esto, para no descuidar el

aspecto fundamental d e l estudio que nos proponemos desarrollar; la riqueza y el

interés literario de una obra que comienza a ser importante como la de Enrique

Sema.

12
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13
Desde los orígenes del universo narrativo de Enrique Serna, es decir, Sefwrita

México (1995),ya se comienza a entrever una preocupación por la sexualidad de

sus personajes,
sexualidad que siempre acarreará dificultades;
incluso se

desarrolla una teoría sexual de transgresión y acatamiento


respecto a la

normalidad que presupone este ámbitohumano, como veremos adelante, que

seguirá a lo largo de casi toda la obra del autor que nos ocupa. Algunos de los

personajes de Serna, generalmente los protagonistas, se distinguen por vivir una

sexualidad llena de conflictos y ciertas veces poco ortodoxa, como ya desde la

novela primera se pone de manifiesto.

Tal es el caso de SeleneSepúlveda, mujer productodel adulterio entre su

madre y su tío paterno, quien sólo consigue el placer sexual pleno con su primo

M u r o . Ambos se aman pero saben que su relación es tabú, anormal; y de ahí se

desprenderá la gran tragedia amorosa de la protagonista que la sigue hasta su

muerte; de hecho Selene era consciente de su transgresión sexual gozosa y “sabía

por experiencia que los amores de verdad, las pasiones arrebatadoras, tomaban

un cauce muy distinto al de la melcocha legalizada”.l

Lo anterior será elsenderotortuosopor donde andaránla mayoría de los

personajes de Serna, es decir, el conflicto psicológicoy moral de su sexualidad

enfrentada a lo introyectado como “socialmente aceptable”. Los personajes, por

consiguiente, se internarán en un remolino feroz de culpas y remordimientos, en

el cual saldrán siempre derrotados.

Con respecto a la problematización sexual que significa el ajustar el mandato

sexual natural del cuerpo a lo correcto social y moralmente,el propio Enrique

Sernaha escrito: “Según Bataille,eldía que desaparezcan las prohibiciones,

’ Enrique Sema. SeñoritaMéxico, Plaza y Valdés, México, 1995 (Platino),p. 153

14
tambiénmorirá el erotismo. Probablemente el sexo se volvería un desahogo

mecánico si los escrúpulos y las culpas desaparecieran de la noche a la mañana

por arte demagia.”z

Lo dicho por Serna ya comienza a perfilarnos directamente hacia los temas que
nos proponemos analizar, es decir, la coerción de las instituciones sociales sobre

la conductadelospersonajesseleccionados;además del gozo extraño que

experimentan éstos al servíctimas de laculpa y elremordimiento que les

imponenideológicamente esas organizaciones sociales (la iglesia, la familia, los

medios de comunicación,entreotros) que innegablemente son portadores de

poder, en mayor o menor medida, sobre todas las conciencias.

Enlahistoria deCarmen Osuna,uno de lospersonajescentrales de Uno

soñaba que era rey, hay dos figuras masculinas que tendrán una completa y

decisiva injerencia a lo largo de su vida. Tanto con el padre Gervasio como con

Jorge Osuna, hombre con el que vive, mantiene


relaciones
sumamente

conflictivas que al final representan su total desgracia moral, fisicay emocional.

Ambas relaciones de la madre del Tunas no son independientes, más bien a

una le corresponde laotra,es decir, la vida conyugalque lleva con Jorge

(específicamente el lado sexual) es la que propiciará el encuentro problemático

con el padre Gervasio. Problemático en el sentido de que Carmen Osuna, por vía

del cura de su pueblo, constantemente se está cuestionando su actividad sexual

de pareja marital.El punto nodal del “desajuste”entre Carmen y el dogma

religioso, representado evidentemente por Gervasio, es el


placer;
aspecto

puntilloso que le acarrea severos transtornos emocionales al personaje


femenino.

Enrique Serna. “Virginidades relativas” en Lajornada semanal (México D.F.), núm. 1 11, p. 19

15
La iglesia, por obra del padre Gervasio, como es históricamente sabido se encarga

devigilar estrechamente el ejerciciosexual de su grey.Aspecto que a Michel

Foucault le parece totalmente paradójico debido a que, como él mismo declara,

¿Cómo podemos explicarnos que una institución que a lo largo del tiempo se ha

encargado de tratar de anular la sexualidad fuera de un fin reproductivo, sea la

principal promotoradeque se hable deello en su liturgia confesional? “La

pastoral cristiana -apunta Foucault- h a inscrito como deber fundamental llevar

todo lo tocante al sexo almolino sin fin de la palabra”.3

Esa “intromisión” eclesiástica es la que motivará la lucha entre el goce sexual,

que irremediablemente acompaña al


acto
carnal, y el
deber religioso de

reprimirlo. Entre Carmen y el padre Gervasio, se desarrolla un vinculo de

vig-ilante y vigilada, aproximándose este lazo a una especie de“panoptismo

espiritual”. Debemos entender


por panoptismo esa creación
arquitectónica

carcelaria inventadapor Bentham que consistía en:

[...]unaconstrucción en forma de d o ; en el centro, una torre, ésta, con anchas


ventanas que se abren en la cara interior del anillo. La construcción periférica está
dividida en celdas, cadauna de las cuales atraviesa toda laanchura de la
construcción. Tienen dos ventanas, una que da al interior, correspondiente a l a s
ventanas de la torre, y la otra, que da al exterior, permite que la luz atraviese la
celda de una parte a otra.4

El vigilante se sitúa en latorre teniendo un total control de las personas que se

encuentran en las celdas periféricas, esto gracias alefecto de contraluz que

Michel Foucault.Historiade la sexualidad, t. 1, Siglo XXI, México, 1998,p.29.


Michel Foucault. “El panoptismo”, en Vigilary castigar, Siglo XXI, México, 1976,p.203,

16
sobradamente permite tener bien observados a losreclusospor medio de su

silueta.Elcontrol es total, no hay actividad humana de los convictos que el

vigilante no pueda verificar. Foucaultpiensa que ese tipo de celdas permite

“inducir
enel detenido un
estado consciente y permanente de visibilidad

(vigilancia) que garantiza el funcionamiento automático del poder”.5

El paralelismo entre la relación de Carmen y el padre Gervasio se sostiene en

cuanto a que el propio Foucaultcree que esa maquinariapanóptica seha

extendido a todas las relaciones humanas, y que todos nosotros somos uno de

sus múltiples engranajes, en donde una de las partes siempre ejerce poder sobre

la otra; por ejemplo, en este caso, iglesia-feligreses.

No se antoja descabellado, por consiguiente, imaginar al sacerdote en la torre

vigía y a Carmen en una de las celdas; no siendo otra la actividad a vigilar sin

compasión, por parte del cura, que la que ya hemos mencionado: su sexualidad.

Dicho sistema panóptico tiene como razón la de introyectar en el recluso un

sistema de vigilancia desmedido, inclusose puede prescindir de la figura del

vigilante y el sujeto seguirá sintiendo su presencia rectora; logrando con esto que

ellosmismos, en su mente,seanlosportadores de esa miradarepresora

inextinguible.

En Cannen sucede algo análogo. El padre confesor funciona como la imagen

rectoraenclavadaen su psique,dispuesta a surgiren el momentoenque la

madre del Tunas mantiene relaciones sexuales con su marido para no permitirle

que extraiga goce alguno del acto:

[...]Por dentro quería que me tirara (Jorge) y por eso me dejaba jalonear
hasta que nos caíamos al suelo, a un sueloque ardía como si tuviera

Ibid.,p.204

17
carbones encendidos y yo le gritaba suéltame, nos v a a ver el niño y 11 cree
que tú estás muerto, suéltame, pero entre grito y grito más me abrazaba
con 11 y entonces se aparecíausted, padre. ¿Yo? Sí, usted, perono así
como se viste, iba de sotana, llevaba una biblia en la mano y me gritaba:
Carmen tienes debajo de ti una cama de gusanos, levántate pecadora,
levántate perdida, el suelo es una gusanera, el suelo es sucio, el suelo e s
fango y putrefacción, pero yo no quería levantarme[...p

Carmen siempre vivirá a la sombra del padre Gervasio, el poder que detenta

sobre su conciencia es demasiado fuerte como para hacerlo a un lado; penetra

todo su cuerpo y llega a modificar su conducta paratodos sus días.

El medio histórico para que la iglesia domine la conciencia de sus practicantes

es la confesión. Este sistema medular de la institución cristiana es el principal

medio de represión sobre los instintos naturales de los individuos que profesan

tal religión. El pecado al que más le dedica atención y seguimiento celoso es al de

la carne; la actividad sexual de los feligreses será regulada a través de esta parte

de la liturgia.

Una de las tesis importantes de la obra de Foucault dice que el sexo para poder

ser controlado tuvo que convertirse en discurso:

Este proyecto de una "puesta en discurso" del sexo se había formado hace mucho
tiempo, en una tradición ascética y monktica. ( s i n embargo) El siglo XVII lo
convirtió en una regla para todos. Se dirá que, enrealidad, no podia aplicarse sino
a una reducidísima élite (...) Pero lo importante, sin duda, es que esa obligación
haya sido fijada a l menos como punto ideal para todo buen cristiano7

Enrique Sema. 1Jno soñaba que era rey,Plaza y Valdés, México, 1990,p.63. Las citas que haré en eldesarrollo de
este trabajo acerca deesta novela, sonde esta edición; de aquí enadelante, dichas citas i d n acompañadas del
número de la página entre paréntesis.
Michel Foucault. Historiade ..., p.29.

18
Entonces, el sexo más que estar censurado en los últimos tres siglos, está

codificado mediante un lenguaje “depurado y moralmente aceptable; y eneste

sentido la práctica sexual seconvierte en “el secreto”, en lo más sagrado, en tabú

socialdelcual todo mundo conoce, sospecha, aduce, pero del quenadiedebe

revelar , manifestar o ejercer su práctica enforma escandalosa y pública.

El punto de encuentro entre el Padre Gervasio y Carmen no puede ser otro que

el de la confesión. Por medio de esa comunicación, el sacerdote le transmite toda

una serie de valoresmorales que siempre se dirigen a la represión del placer

natural del sexo que tiene con su pareja: “Nuestra cultura -dice Freud- descansa

totalmente en la coerción de los instintos”.8

Carmen está atrapada en la irracionalidad de la moral patriarcal que le exige,

no importando a qué costo, disociar el placer de la relación sexual:

Carmen era feliz y estaba en paz con su conciencia. Cumplía en la cama de una
manera indolente y marcial, se resignaba a que Jorge “hicierauso de ella” como lo
había recomendado el padreGervasio;con la luz apagada y reprimiendo sus
exclamaciones de placer para no manchar el “sagrado vínculo espiritual que debía
prevalecer siempre sobre la unión de los cuerpos”. (p.68)

Los encuentros que tiene en el confesionario son como los h a teorizado

Foucault, es decir,
la utilización del “discurso del
placer“
por
medio
de

“estrategias discursivas”, estavez por parte del cura, que no hablen directamente

del acto.

El guíaespiritual de la madre del Tunas la interrogaconcienzudamente,

práctica esejuego hipócrita de la moral cristiana que,por una parte, desea

Sigmund Freud, “La moral sexual <<cultural>>y la nerviosidad moderna”, enObras Completas, Biblioteca
Nueva, Madrid, 1981,p.1252.

19
silenciar y anular todo lo que se refiera a sexo9, y por otra, extraer hasta el más

mínimo detalle del contactocarnal: “[...]no lebastaron(al padre


Gervasio)

descripciones
eufemísticas de sus pecados; pidió detalles (¿Gozabas más

bocarriba o bocabajo?), aclaraciones (¿Ayudaste a endurecer elmiembroviril?),

cifras (¿Cuántas veces recibistesu líquido?)”.lO

Lo anterior, por otra parte, que puede parecer serio y grave, por el hecho de

que puede conflictúar a no más de una persona en la vida real, es tratado por

Enrique Serna con gran dosis de humor (aspecto estilístico de suma importancia

en la obra del autor que porrazones de interés teórico paraestetrabajo no

tocaremos) y que le ayuda a evitar la moralización tendenciosa y absurda o en

“[...]discursos que por su reiterada


aparición
caerían en lo absurdo e

inverosími1”;ll a la par que le permite sondear actitudes humanas perfectamente

reconocibles.

La moral femenina que pervive hastanuestrosdías, perpetuada porloque

llamaFoucault como mimopoderes (la iglesia, la familia,etc.), sebasaen el

reforzamiento de conductas de abnegación y sacrificio, así como la de reprimir el

derecho al goce de su sexualidad -como ya lo hemos visto-.

Lasinstituciones o poderes sociales como mecanismos represivos de los

sujetos a su alcance, por tanto, coinciden en la urgencia de someter la sexualidad

a una normatividad socialmenteaceptable y legalizada, de acuerdocon el

contexto históricamente dado.

Es bajo el mandato de un lenguaje depurado -nos dice Foucault- que elsexo ya no puede ser nombradode manera
directa, pero sí es tomado a cargo y acosado, por laiglesia, mediante esediscurso que pretendeno dejarle ni
oscuridad ni respiro.
10
Ibid.,p.69.
11
Edilberto Aldan Ahedo. “Uno chemaba que era rey”,en El universal(México, D.F.) 26 de abril de 1990

20
Y a vimos cómo el padre Gervasio se refería a que no se debe experimentar goce

en el campo del sexo para no ensuciar el vinculo espiritual del matrimonio. De

aquí podemos inferir cuál es lafunción que la sociedad le atribuye a dicha unión,

es decir, un nulo valor sexual debido a que su fin -obligatoriamente- será el de la

procreación y afianzamiento de bienes materiales. Su valor, por consiguiente, sólo

es social.12

La iglesia le impone a la mujer, dentro del matrimonio, la figura de madre

antes que de amante de su pareja sexual y sentimental. La maternidad es el

Único asideroquedebetener el instintosexual femenino, más que eso, es el

Único sentido socialmente legítimo y bien visto:

Recordemos, ante todo,que nuestra moral sexualcultural restringe también el


comercio sexual aun dentro delmatrimonio mismo, obligando a los cónyuges a
satisfacerse con un número por lo general muy limitado de concepciones. Por esta
circunstancia no existe tampoco en el matrimonio un comercio sexual satisfactorio
más que durante algunos años, de los cuales habrá de deducir, además, aquellos
periodos en losque la mujer debe ser respetada por razones higiénicas13

Este tipo de sexualidad, en las sociedades capitalistas, es a lo que Foucault le

llama “maquinaria reglamentada del placer“; es pues, una “tecnología de poder“

queno exclusivamente e s represivasino quefuncionaen forma “positiva y

productiva”:

La familia conyugal la confisca [a la sexualidad de fin placentero, digamos]. Y la


absorbe por entero en la seriedad de la función reproductora. En torno al sexo,
silencio. Dicta la ley la pareja legítima y procreadora. [...I Del hecho mismo parte
un principio de explicación: si el sexo e s reprimido con tanto rigor, se debe a que

12
Vid..José JoaquínBlanco. Funcicin de media noche, Era, México, 198 1 , p.71
13
Sigmund Freud.Op.Cit., p.1256.

21
es incompatible con una dedicación al trabajogeneraleintensiva [para el
capitalismo]; enla época en que se explotaba sistemáticamente la fuerzade
trabajo, ¿Se podía tolerar que fuera a dispersarse en los placeres, salvo aquellos,
reducidos a un mínimo, que le permitiesen reproducirse?l4

Todo lo anterior es precisamente lo que hace mella en la conciencia de Carmen

Osuna; la atormenta constantemente sin respiro. Tal es el poder que el padre

Gervasio, como sinécdoquede la iglesia, cierne sobre s u personalidadque,

incluso, adquiere tintes desquiciantes y grotescos: “Al quedar preñada Carmen

pisó el segundo peldaño de la culpa. Había engendrado a espaldas de Dios [es

decir, con una participación sexual placentera y activa], llevaba un soplo de la

tierra metido en el vientre y s u castigo sería parir un gusano”(p.98).

El conflicto que Carmen experimenta con el ejercicio de su sexualidad es tan

grave que inclusive trasciende s u condición social también problemática y dificil;

llena denecesidades económicas apremiantes. En u n principio tiene que

sobrevivir con los sueldos que su marido, Jorge Osuna, puede darle producto de

trabajoseventuales y malremunerados. Una vez que es abandonada por él,

consigue un trabajode limpieza en unacantina del centrode laciudad,

Cervecería Neptuno; el trabajo es miserable y demúltiples vejaciones “[...]su

trasero fue un territorio asediado por los pellizcos de la clientela”(p.65). Nunca se

manifiesta en Carmen alguna queja de s u realidad social adversa y marginal; el

personaje carece de conciencia de clase, está más preocupada por evadir las

insinuaciones de los hombres y por s u limpieza espiritualdeacuerdo con la

moral impuesta por s u fe; terriblemente aprendida del cura de supueblo, siempre

vigilante.

14
M. Foucault. Historia de la..., p.9,12.

22
El acto confesional entre los dos personajes llega a un punto en que a Carmen

le causa severos daños emocionales. El padre Gervasio no cesa en su ob2igaciÓ.n

de inculcarle a la madre del Tunas, que no sólo en la relación sexual ella no debe

dejarse sentir placer,sinoque,también,debe estarencaminada al acto dela

perpetuación de la especie exclusivamente. Esta finalidad sexual religiosa es, sin

duda, la máxima norma dogmática que


la Institución eclesiástica, católica en este

caso, lesobliga a sus feligreses.

En relación a dicha norma ideológica Freud señala, con mucho sentido común:

"[...]atender el hecho de que el instinto sexual del hombre


no tiene

originariamente como fin la reproducción, sinodeterminadasformas de la

consecución del placer".l5

Carmen se hallaen esa encrucijada; entre la culpa y el placer. Por un lado

están las exigencias sexuales de un marido que la desea todas las noches, y por

otro, la figura autoritaria del confesor que ella lleva introducida en su conciencia,

quien le pide continencia.

Este conflicto de los individuos o lastre de culpa y represión sexual, nos dice

Foucaultl6, es resultado de la herencia cultural judeo-cristiana. Aunque esta idea

de que la naturaleza del sexo se dirija exclusivamente a la procreación, para ello

utilizando una serie infinita de vigilancias, prohibiciones, reglamentaciones y

normas de conducta que se impone a los hombres y mujeres desde la infancia, no

es inicialmente untemacristiano sino estoico. El cristianismo -como señala

Foucault-se vio obligado ha retomarla alquerer integrarse a lasestructuras

sociales del imperio romano donde se practicaba lafilosofía estoica.

15
S. Freud. Op.Cit.,p.1253.
16
Michel. Foucault. Microfiicadelpoder, La Piqueta, Madrid, 1992, p. 160

23
Pero¿También se le impone al hombre esta clase de reglamentación sexual

vista hacia Carmen?

En ningúnmomento del capítulo dedicado a lahistoria deCarmen y su

matrimonio notamos que el cura Gervasio lesugiera a ella que leaconseje a

Jorgeno tenerplacersexual para no condenarse; es más, nisiquiera éstese

somete alguna vez al proceso confesional.

Y es aquí donde aterrizamos en otra de las investigaciones de Michel Foucault;

los problemas de la moral a lo largo de la historia, que será el requisito

indispensable para poder vislumbrar el funcionamiento de la sexualidad, el deseo

y el placer. Categóricamente señala que la moral imperante en cualquier contexto

socio-histórico, nunca se hadirigido a favor de las mujeres:

Se trata de una moral de hombres: una moral pensada, escrita, y enseñada por
hombres y dirigida a los hombres, evidentemente libres. Por consiguiente, moral
viril en la que las mujeres sólo aparecen a título de objetos o cuando mucho de
compañeras a las que hay que formar, educar yvigilar, mientras están bajo el
poder propio[...]17

Carmen no e s libre de ejercer plenamente su sexualidad, recaen sobre ella toda

una serie de valores sexistaspatriarcales que terminarán por dominarlae

impedirle su realización como ser humano integro.

La luchaentrelas dos Cármenes seda con mucha frecuencia. Una desea

atrincherarseen la pulcritudespiritual que le imponía su creenciareligiosa,

entregarse a las solicitaciones venéreas de su marido con la mayor continencia

posible.

l7 Michel Foucault. Historia de la sexualidal, t.2, Siglo XXI, México, 1998, p.24

24
La otra pugna por deshacerse de todo complejo moral a la hora de la práctica

carnal, dudando, así,de toda la verborreareligiosa:

[...]se amaban mansamente sobre la cama, pero en medio de toda esa felicidad iba
creciendo la semilla de la lujuria.. .] ahora en el cuerpo de Carmen. ¡Qué ganas
tenía de un revolcón en el suelo! Era justo y necesario, era su deber y salvación
revolcarse siempre y en todo lugar pero ¿Cómo decírselo a Jorge? Dando vueltas a
ese dilema perdió el sueño y el apetito [...I Una noche de verano, harta de arder a
solas, recibió a su marido en pantaletas y mientras le servía la cena ensayó las
poses más provocadoras, sin conseguir siquiera un piropo. Se fueron a dormir a
la tediosa cama y al pocotiempoJorge roncaba. Entonces Carmen cometió la
locura de tirarlo a l suelo[ ...I en un movimiento brusco y sorpresivo al que Jorge
[...]respondió por acto reflejo con una erección fulminante. (p.70)

Esta parte de la novela es sumamente importante porque es una de las pocas

ocasiones enque Carmen valientemente transgredelacarga ideológica de

pasividad sexualque le confieren la iglesia como institución social de mayor

poder de penetración,aun actualmente, en nuestrasociedad mexicana.

Y esto es precisamente lo que hemos tomado como una de las tesis sexuales

más importantes quedesarrolla Serna en s u obra; es decir, el verdadero placer se

encuentra en la transgresión ” a lo normal”, a lo sexualmente establecido. Así lo

demuestra el resto de s u creación literaria: la ya mencionada Sefiorita Méxko,

Amores d e segunda manola, en donde en cuentos como “El alimento del artista”,

“La extremaunción”, “La gloria de la repetición”, entre otros, queda demostrado. O

en El miedo a 20s animales19 , la vida sexual de Maytorena, por ejemplo.

Serna, no sabemos hasta qué punto es


consciente de ello al escribir s u obra,

18
Enrique Sema. Amores de segunda mano,Cal y arena, México.1996.
I?
Enrique Sema. El miedo a los animales,
Joaquín Mortiz, México, 1995.

25
desarrolla con lo anterior, lo que Foucault también teoriza: “[...]la represión ha

sido, por cierto, el modo fundamental de relación entre poder, saber y sexualidad,

no es posible liberarse sino a un precio considerable: haría falta nada menos que

una transgresión de las leyes, una anulación de las prohibiciones[ ...]”20

Sin embargo, Carmen esun personaje tan complejo, de acuerdocon la

clasificación literaria que plantea Tacca21 en cuanto a no ser un carácter unívoco,

de una misma linealidad psicológica durantetodalaobra,puesuna vez

terminado su breve acto de libertadsexual se embrollaen un torrente de

culpabilidad y remordimiento que la abate: “Al despertar Carmen tuvo el primer

conocimiento de lo que para ella sería un fenómeno recurrente: a mayor gozo en

el suelo, mayores eran sus crudasmorales[ ...]”(p.70). De hecho, la mayoría de los

personajes de Serna “a menudo están carcomidospor la culpa, porel desfase

entre sus sentimientos y el medio putrefacto donde se desenvuelven”.22

Carmen, por tanto, obtiene mayor placer al hacerlo en el suelo (suelo como

símbolo
de la caída
espiritual, de lo infernal; del pecado). Hay una

sobreexcitación al saber que está incurriendo en lo que su confesortanto ha

intentado prohibirle, es decir, la práctica activa y -sobre todo- placentera de su

sexualidad . Casi puede decirse que a mayor control y prohibición en el aspecto


sexual hay mayor incidencia hacia tales represiones sociales; incluso el propio

Foucault lo menciona: “Respecto al sexo [no obstante la inmensa necesidad de

vigilancia y coerción institucional


sobre ill,la sociedad más inagotable e

impaciente bien podría ser lanuestran.23

Foucault. Historia de la...,t. 1, p.1 O.


?’ Oscar Tacca.“Los personajes”, enLas voces de la novela, Gredos, Madnd, 1973.
22
Frédenc-Yves Jeannet. “Sarcasmo y compasión de Sema”,en Sábado (México, D.F.)núm.963.
23
M. Foucault, Historia de..., t. 1, p.44.

26
Pero de esa momentánea liberación de prejuicios por parte de Carmen surge

otro nuevo problema. Al dejar de creer que peca, que tiene por fin la tranquilidad

de conciencia requerida por ella para el acto carnal sin culpa, sus relaciones se

enfrian; a Jorge ya nole excita que s u mujer esté libre de conflictos de culpa: “Un

día (Jorge) sorprendió a Carmen levantándose del suelo a la mitad del festin.

<<¿Qué te pasa? ¿Qué tienes?>>. <<Es que ya no te pones dura>>(p.70)

Al confesarle esto al cura casi la excomulga por s u comportamiento sexual, “el

insulto más grande a Dios”; Carmen jura no volver a gozar, el miedo al castigo

divino es máspoderoso.

Por consiguiente, ella, en esta lucha interna de deseos, no es capaz de salir

avante; triunfa esa Carmen dominada completamente por el dogma cristiano. Los

personajes de Serna, como ya lo vimos, se atreven a subvertir la reglamentación

institucionalizada de la sexualidad,pero otros la acatan y ahí se cifra s u tragedia

sexual; tal es la suerte deCarmen. Escuchemos a Freud sobre este punto:

Más tarde, cuando la mujervence ya la demoraartificialmente impuesta a su


desarrollo sexual, llega a la cima de su existencia femenina y siente despertar en
ella la plena capacidad de a m a r , se encuentra con que las relaciones conyugalesse
han enfriado hace ya tiempo, y, como premio a su docilidad anterior, le queda la
elección entre el deseo insatisfecho,la infidelidad o la neurosis.24

La manera en que Serna trabaja


literariamente la historia deCarmen Osuna es

por demásinteresante. El autor siempre buscala recreación deconductas

identificables en la sociedad que retrata; incluso se compara a Serna como un

nuevo Dumas o u n Balzac de la realidad mexicana.25

24
Sigmund Freud.Op.Cit., p. 1258.
25
Eduardo Mejía. “AlejandroDumas y Enrique Serna”, enRevistaMexicanade Cultura (México D.F.), 25 de
febrero de 1996, p. 14.

27
Cierto e s que senota en Sernauna profundapreocupaciónsocialen su

temática narrativa, pero su reflexión sobre el acontecer social de nuestro país va

más allá de ser una moderna picaresca o un costumbrismo ramplón como lo han

querido simplonamente encasillar algunos reseñistasde sus libros.

Su quehacer literario se acampa sí en lo común, pero dentro de un realismo

sincortapisas, sin metáforasedulcoradas, contodolo grotesco que siempre

resultamos seren nuestra diario vivir nacional:

El adjetivo costumbrista [-a Serna] meparecepeyorativo. Yo diría que mi


novela se inscribe dentro del realismo, pero como vivo en un país avergonzado de
su realidad, cualquieracercamiento a ellaestá malvistopor el estubzishment
cultural, que enestecaso imita a las élites económicas. En las novelas
costumbristas sólo hay tipos. Para caracterizar a un personaje, yo no puedo
prescindir de lo que en é1 es típico, pero trato de ir más allá.26

La novela, entonces, será el artificio que el autor utiliza para posesionarse de la

realidad, una suerte de “espejo” social que mostrará las situaciones cotidianas lo

más fiel posible; “Serna reivindica para la literatura un valor ante todo práctico,

concreto; vigoriza la práctica literaria con el criterio de un nuevo decir que debe

permanecer en el aquí y en el ahora”.27

El narrador del que hecha mano Serna en Uno sofiaba que era reg, es un

narrador heterodiegético o extradiegético, como señalaría Tacca28, es decir, fiera

de la acción dramática de los personajes. Y esta técnica le sirve, según la teoría

de Tacca, para dramatizar el conflicto entre un individuo y la sociedad, artilugio

26 Julio Aguilar. “La realidad rebasa las fabulacionesm á s absurdas”, entrevista a E.Serna en Sábado (México.
D.F.), núm.948.
27
Antonio Marquet. “Enrique Sernay la figura del lector”, enSábado (México, D.F.), núm. 1022, p.5.
28
O . Tacca, Op.Cit., p.22 l.

28
eficaz que ha sido eficaz a lo largo de la literatura, y que vemos cumplirse en el

asunto entre Carmen y la religión.

nos es presentado por ese


El personaje de Serna hasta ahora tratado, Carmen,

narrador heterodiegético por una r&n muy importante. No es capricho literario

del autor el trabajar lanovela por medio de ese contador de las acciones, sinoque

cumple con la finalidad de obtenerla mayor veracidad en la vida de los

personajes. De paso este mismo curúcter , utilizado como técnica o como medio,

le posibilita a Serna la fiscalización d e ese complejo social que está tratando y,

desde luego, crearse a raíz de él su muy particular visión de mundo.

Existe un recurso narrativo al que Tacca llama el “doble registro”29, y consiste

en un “verdadero desdoblamiento entre narrador y per-sonaje”, donde &te último

rememora situaciones
importantes de su pasado que siempre son

importantísimas para la configuración de su “yo”actual. Sin embargo, este no e s

el caso de la novela de Serna, él no lo emplea por la simple razón de que puede

prestarse a ‘intereses oscuros por


parte del propio personaje; se pueden

enmascarar u omitir hechos “comprometedores”


por los propios sujetos

narrativos: “El conocimientode uno mismo (trasladándolo a lospersonajes de

cualquier obra dada) e s tan dificil porque, en primer lugar, el hombre, encerrado

enlos límites estrechos de su subjetividad, no puede salir de sí mismo para

juzgarse”.30

Por tal motivo el narrador deSerna no le da lavoz a sus personajes para que

cuenten su propio pasado, intentando con ello la tan deseada autonomía del

sujeto narrativo de la obra. Es el sujeto de la enunciación el que nos informa

Ibid., p. 138.
29
30
Ibid, p.204.
sobre los años anteriores de los personajes al momento presente de la narración.

Cabe mencionar aquí que el manejo de los tiempos dota de una estructura, a la

obra literaria que nosocupa,más o menos compleja. Desdeluego el recurso

estilístico empleado por Serna no es innovador, pero sí algo complejo y, sobre

todo, atractivo.

Al menos en este caso de la historia de la madre del í%nus, los tiempos de la


narración están fragmentados, discurren no de manera lineal y convencional. Se

mezcla el pasado deCarmen con su presente y viceversa. El capítulo dedicado

mayoritariamente a ella, “Gruñidos”, comienza con una analepsis que nos

permitirá entrar de lleno en la situación conflictiva y tensa del cura Gervasio y su

confesora; casi podríamos decir que arranca elcapítulo in medias res: “ ¿Qué

clase de sueño? Explícate hija. Es queme da pena, padre. Habla ya que tengo

mucha gente
en la cola. Era Jorge, padre, soñé que se
metía
en mi

cama[...]”(p.63).

Posteriormente, un párrafo adelante, la narración se sitúa en el presente de la

acción literaria: “ L a húmeda melena del trapeador se arrastraba como un pulpo

entre las mesas de la cervecería Neptuno.”(p.64). Y así durante todo el capítulo

IV, aunque no siempre corre ese mismo orden, también sucede que del presente

se imbrique hacia el pasado. La narración, por tanto, no resulta tediosa y exige

una reconstrucciónreceptora por parte del lector potencial.

Volviendo a lo que Freud planteaba, acerca de los daños irreversibles de las

mujeres después de haber visto sometido su instinto sexual a cualquier clase de

represiónfisica o mental, veremoscómo en Carmen (una vez que se imponen

sobre ella, ya totalmente, los dogmas y “consejos” del padre Gervasio) se reflejan

actitudes anormales, enfermizas, histéricas.

30
Así, una extraña obsesión se observa en Carmen, mientras realiza s u trabajo
enla cervecería. Hay una fijación irracionalpormantener el piso del lugar

extremadamente limpio, neurosisque bien puedeser el efecto colateral más

palpable en su personalidad después del influjo ideológico determinante de la

iglesia: “[...]cada mosaico irradiaba un halo de pureza celestial pero Carmen veía

manchas, cientos de manchas pequeñas y necias que la obligaban a pandear

como una pértiga el palo del trapeador.”(p.64). Pareciera que la madre del Tunas

canalizara su idea religiosa de suciedad espiritual al piso, es decir, el piso de la

cantina ensuciado constantemente por los hombres como s u alma manchada -

también por un individuo masculino- que debe ser, a toda costa, limpiada hasta

la brillantez.

En Carmen, se albergaun rencor poderoso hacia todo lo que represente sexo u

hombres.Prácticamente el desmedido trabajo que se impone y s u austeridad

fisica la convierte en un güiñapohumanoqueya sólo es capazdeexpresar

“gruñidos”:

A veces gruñíaporque la proximidadde loshombres, su transpiración y su


insolencia vulneraba la zona más réproba de sí misma.[...] Su lucha por afearse y
avejentarse había sido tan exitosa que nadie recordaba ya la época en que su
trasero fue un territorio asediado por lospellizcas de la clientela.[...] L a cara se le
había hecho pétrea de tanto apretar las mandíbulas. [,..]Avergonzada de tener
cuerpo, se enconchaba como un caracol dentro de la bata azul marino que usaba
en horas de trabajo. [...]Laconstante inclinación de la espalda le había torcido el
cuerpo hacia delante y ella exagerabaesa postura como si quisiera besar el suelo.
(p.65,66).

Tales actitudes de Carmen la aproximan a las características más importantes

de las mujeres consideradas como histéricas. Se convierte en mujer histérica al

31
aceptar pasivamente las valoraciones sociales de la masculinidad, en este caso,

las que tienen que ver con la sexualidad, representados aquí -evidentemente- por

el padre Gervasio; en lugar de asumir libremente toda su naturaleza sensual.

Pero más allá de parafrasear a Otto Weininger, atendamos lo que él entiende

como histerismo:

La mujer mediante la educación y el trato, se ha apropiado de todo un sistema de


representaciones y valoraciones que es ajeno a ella, o pormejor decir, ha
obedecido mansamente a l a s influenciasdel hombre; entonces se precisa una
enorme sacudida para que pueda ser desalojadoel gran complejo
psíquico
aferradofuertemente a su espíritu, y llegue a ser sustituidopor ese estado de
apatía intelectual, de <<abulia>>
característico del histerismo.31

Carmen, como ya lo dijimos,manifiesta una completa repulsión hacialos

hombres y hacia todo lo que implique carnalidad, contacto fisico. Pero eso no es

más que una treta psicológica muy propia de su estado histérico; es decir, ella

quiere hacerse creer que aborrece el acto sexual, aunque enelfondo sabe muy

bien que lo desea,esto como consecuencia -diríaWeininger-de su naturaleza

original: “De nada le habían valido penitencias, oraciones y actos de contrición.

Seguía extrañando la dulzura, elvértigo, la turbia calidez de sus noches enel

suelo[...]“(p. 66)

Un síntoma más de las mujeres bajo el estado del histerismo es que suelen

dirigir su rabia de insatisfacción sexual hacia sí mismas. Ya comentamos de qué

manera Carmen atenta contra su cuerpo,reniega de él y Io somete a un régimen

de abstención en todos los niveles. No sólo ya no se permite cuidado personal

alguno: “[...]Carmen parecía la negación del mar,un bloque de tierra próximo a

31
Otto Weininger. Sexoy carkter, Península, Barcelona, 1985, p.256

32
desmoronarse[...]"(p. 66), sino que llega a la anulación sexual de por vida; incluso

cuando conoce y va a vivir con otro hombre, Damian, no existe ni la más mínima

referencia en la novelade contacto fisico entre ambos,aspecto al que nos

referiremos en el capítulo destinado al propio Damian Pliego.

Los problemas de Carmen se ven agravados por la clase de vida que le da su

primera pareja, Jorge Osuna; de


hecho el propio narrador lo califica

lapidariamente como el "que sería su marido y torturador"(p.67).

Mientras que Carmen allá en su pueblo y con la ayuda de su confesor lucha

con los demonios de su cuerpo en pos de salvar su alma manchada por el pecado,

su marido se entretiene con otra mujer, laCoralillo, a la que incluso lleva a vivir a

la casa de Carmen. Posteriormente Jorge los abandona, a ella y al hijo de ambos,

desaparece todo un año, tiempo en que Carmen no hace sino extrañarlo y dolerse

de su ingratitud.

El abandono que sufre Carmenprovoca que se leagrave el problema de

conciencia que ya venía acarreando desde las confesiones con el padre Gervasio,

e s decir, la diariafluctuacióntormentosa de estar entre la maternidad y la

prostitución; línea divisoria que cada vez se le hace más invisible y la sumirá, sin

remedio, en el estigma moral de puta.

Estigma que parece intrínseco a la naturaleza femenina de Carmen, debido a

que jamás vemos que el cura de su pueblo le aseste directa o indirectamente tal

adjetivo. Todo parece indicar que esa división femenina, madre-puta, ya le viene

introducida desde sus primeros años en el inconsciente:

Hubo una rabiosa pelea en la que Carmen repitió varias veces que no era una
puta. Peroenelviaje a Salvatierra recordó los consejos de su confesor, hizo un

33
balance condenatorio de su vida y bajó del camión convencida de que sí era una
puta, y aún peor, puta reincidente, pues había tenido la oportunidad de corregirse
y sin embargo seguía empantanada en los deleites carnales, faltándose el respeto a
si misma y al niño que llevaba en unacanasta. ( p.70,71)

Justamente, en el personaje de Carmen, se pone de manifiesto el problema

cultural de la división femenina de la que hablábamos anteriormente: si ya se

sabe madre, <Es correcto que goce de la sexualidad sin culpas por no cumplir con

la función reproductora del acto?; de ser así ¿Esto la convierte automáticamente

en una puta?

Y a desde los griegos existíanconsideracionesmorales en torno al “buen

funcionamiento”delasexualidaddentro del matrimonio. Foucaultpone como

prueba de lo anterior el “alegato” atribuido a Demóstenes llamado Contra Neem,

en donde se nosdice que “Las cortesanas existen para el placer; las concubinas,

para los cuidadoscotidianos; las esposas, para tener una


descendencia legítima y

una fiel guardiana del hogar“. 32

Consecuentemente, a la mujer dentrodel matrimonio le está vedada la práctica

sexual que no lleve consigo la finalidad reproductiva; por tanto, el placer del acto

carnalestá disociado del matrimonio. La problematización de este hecho se

complica con la llegada de la iglesia cristiana, o lapastoralcristianapara

Foucault, puesto que el matrimonio, a diferencia de como lo percibían los griegos,

tiene como principal regla ladela monogamia. La situación,entonces,se le

complica también al otro miembro de esa unión sacraporque:

32
M. Foucault. Historia de la.... p. 132.

33
el hombre se encontrará impedido de ir a buscar cualquier otra forma de placer
queno sea la que debe adquirir con la esposa legítima, y este placer planteará
[además] un número considerable de problemas, ya que la meta de la relaciones
sexuales no debe ser la voluptuosidad sino la procreación.””

Carmen sabe muy bien que las relaciones sexuales que sostiene con Jorge no

estánencaminadashacia la futura concepciónde hijos, sino que es la mera

práctica de la aphrodisia 34, razón por la cual siente que está pasando al “polo

opuesto” de la feminidad que es la prostitución; sentimiento moral del personaje

que e s confirmado por Weininger: “Para la madre el coito es el medio para un fin;

la prostituta? en cambio, tomafrente a 11 una posición particular en cuanto aquél

constituye el objeto por sí mismo”.35

Pero no sólo Carmen piensa que esuna “puta”. Ellapropicia, de alguna

manera, que su marido la trate como tal, pues se da a la tarea de buscarlo aun

sabiendo que para Jorge ya no representa absolutamente nada, y su intención no

es otraque mendigarle el contacto sexual:

Esa mañana fueron a sepultar sus viejas glorias a un hotel de avenida Legaria.
Como Jorge no llevaba un quinto Carmen tuvo que pagar el cuarto, ignorando que
a partir de entonces compraría el amor de su marido. &Z la penetró sin amor, d e
prisa y brutalmente, como si f i e r a un trozo d e carne muerta. Cua,ndo cesaron sus

jadeos, Carmen sintiid que habia cometido algo peor que un adulten‘o, un acto d e
bestialismo casi. (pp.74 y 75)[Las cursivas son mías].

33 Ibid., p. 133.
34
Lo venéreo, las “cosas” o “placeres del amor”, los “actos de l a came”, las “\roluptuosid3des”. Adjetivo
sustantivado que Foucault toma de los griegos.
35
Op.Cit., Weininger, p.227.

35
La búsqueda de esos encuentros sexuales no son más que para atormentarse y

castigarse subiéndose "puta". Carrnen ya para este momento se halla sumida por

completo en los laberintos de la culpa y la autoflagelación, sus actos se dirigen

hacia el aumento de su vejación como individuo. Incluso el propio narrador nos

dice que ella experimenta sentimientos de placer al someterse a las humillaciones

de su marido:

Hallaba placer en el castigo y alivio en la falta de ternura, creía en la purificación a


madrazos, en el sometimiento al macho como vía purgativa del pecado original, y
aunque se arrepentia de su flaqueza y originalmentedeploraba su confusión se
dejaba gobernar por ella culpando al destino de hakrla emputecido al extremo de
pagar con gusto los doscientos o trescientos pesos que Jorge le pedía prestados
cada vez que salían del hotel. (p.75)

Por lo anteriormente expuesto, se estará de acuerdo en que el tratamiento

dado por el autor a su personaje femenino, en esta última parte tratada, sí puede

analizarse, de acuerdo con las actitudes que asume Carmen, como una prostituta

no consumada, es decir, no callejera.

Gran parte de las mujeres que se prostituyen, puntualiza Estela Welldon36, no

recurren a esa actividad


por razones
económicas,
sino
por problemas

emocionales. Unode las motivos, que señalala psicóloga, de quelasmujeres

entreguen sus cuerpossinreservas deningún tipo, es la necesidad de ser

amadas.

Vemos en la obra que Carmen toma a su cuerpo como el último recurso para

que su marido vuelva con ella, sabe que la situación e s insoportable pero

%
Estela V.Welldon. Madre. virgen,puta, Siglo XXI, Madrid, 1993, cap.6, pp.128-156.

36
considera -inconscientemente- que s u corporeidad es lo Único valioso que tiene

para ofrecer. Pero una vez que no lo consigue cae en la degradaciónqueya

mencionamos antes.

Carmen está fuera desí misma, se encuentra en una


confusión emocional y en

un estado de baja autoestima terrible: “sabía que ahora Jorge la despreciaba,

pero el amor, la carne y el orgullo se le habían hecho u n lio”(p.75), somete a s u

cuerpo a un abandono marcado y a toda clase de riesgos (,el maltrato fisico por

parte de Jorge Osuna, en este caso), características propias de la mujer que se

prostituye.

De puta quiere pasar a santa. Si es el cuerpo el principal objeto de s u

desgracia, entonces hay que aborrecerlo: “[Odiaba] el hecho de tener glándulas

traidoras, la desgraciade no haber nacido con la ropa puesta, de no ser asexual y

plana, como las muñecas con que jugaba de niña, sino un


trozo de carne lleno de

orificios peludos, hediondos, carnívoros”(p.77). Carmen pasa a tener conductas

perversas, según la teoría de la misma Welldons7, en cuanto a que atenta de

manera sistemática contra su propio cuerpo. Se flagela a diario, se sume en una

carrera de fanatismoreligioso excesivo:

Se convirtió en una campeona de la mortificación carnal. Además de prohibirse


pensar en Jorge Osuna, disciplinó su cuerpo con baños de agua helada y fajas
alámbricas que le hacían ampollas en la cadera. Dejó de conversar con las putas
del Neptuno, se aficionó a las Epístolas de San Pablo, evitó verse desnuda bajo la
regadera[...] Se propuso educar al Tunas con el máximo rigor, hacerlo un santo si
era posible, y a la menor falta empen5 a prodigarle golpizas, regaños con citas
bíblicas1...](p.77,78)

37
Ibidem., p.42.

37
La tragedia de Carmen está consumada. De aquí en adelante, su vida se diluye

entre amarguras y vejaciones que pronto le infringirá su próxima pareja, Damián;

relación que resulta por demás extraña por las condiciones devidaen que se

encuentraéste, particularmente la relación emocionalquemantienecon su

madre (situación que se expondrá en el capítulo siguiente).

Carmen siemprepermanecerá doloridamente a lasombra de las figuras

masculinas, Jorge, el padre Gervasio, Damián Pliego, y más adelante la de su

propio hijo “el Tunas”.

Sus últimos días, antes de que termine la acción de la novela, serán de una

servilidad insostenible, Damíán y su madre la toman como a una sirvienta sin

derecho a sueldo, creen que resulta pagada por el hecho de que Damián la haya

recogido con todo y su hijo drogadicto. Además tiene que cargar con el rencor del

mismo Tunas hacia ella. Para Carmen la felicidad le será por siempre un espacio

inexplorado, ajeno: “A ella,católicaydecente, sólo le quedaba secarse por

dentro[ ...]”.(p. 78)

38
GnFlTUlO II

39
Eltratamiento de lospersonajes dentro de la creación literaria ha venido

evolucionando con el paso deltiempo. En el primer intento por estructurar y

sistematizar el acontecer literario, como lo fue la Po6ticu de Aristóteles, la noción

de personaje es todavía
algo vaga
y
secundaria; el sujeto narrativo está

circunscrito
enteramente al concepto de acción: “Puede haberfábulassin

<<caracteres>>, dice Aristóteles, pero no podría habercaracteressin fábula”1.

Este enfoque, como acota Barthes, fue retomado por los teóricos clásicos.

Tiempo más adelante el personaje fue tomando un lugar más importante;

comenzi> a problematizarse “internamente” en mayor medida conforme fueron

surgiendo nuevas tendencias teóricas de pensamiento, de las cuales la novela se

fue enriqueciendo.

Así, pues, el personaje dejó de ser más que un nombre, un agente de E


a acción,

para ascender a una consistencia psicológica que lo pudiera convertir en un

“individuo”: “Una
<<persona>>,
en
una
palabra,
un
<<ser>>
plenamente

constituído[. ..I; el personaje ha dejado de estar subordinado a laacción,ha

encarnado de golpe una esenciapsíco1Ógica”z.

Y, a decir de varios estudiosos de la psicología, el escritor literario “posee la

(envidiable) capacidad de comprender a los individuos lo suficiente, como para

recrearlos humanamente antes deconvertirlos en personajes”8.

Ruitenbeek afirma que, con la llegada del psicoanálisis, la literatura moderna

se ha visto doblemente influenciada; por una lado a dado nuevas ópticas al lector

y al crítico literario para acceder a un nivel de comprensión de ella. Y, por el otro,

’ Roland Barthes.Análisis estructural del relato: Premia, México, 1982, p.22.


LOC. cit.
Juan V. Rocabert, Pablo C. Corona, José Camacho E.,&al., Psicoanálisis de la creación literaria, AP.M.,
Mdxico, 1983, p.103.
“el conocimiento del psicoanálisis (y el conocimiento obtenido mediante la

vivencia personal del tratamiento


analítico) ha ayudado a novelistas y

dramaturgos a comprender a la persona humana, y a presentar de ella una

versión más completa”4. A estodebemossumarlequeen la novelallegan a

filtrarse cuestiones muy personales de la vida delos autores: obsesiones,

ansiedades,deseos sólo materializables dentro de la ficción, etc. ”La novela

(entonces] puede ser vista de un lado, como el crisol donde se vuelca la fantasía

del autor mezclada con su propio material biográfko infantil[.. .] traducido ahora

al lenguaje escrito”5

No es nuestra intención demostrar qué tanto hay de material autobiográfko,

por parte de Serna, en Uno soñubu que era rey; pero lo que sí nos incumbe es el

trabajo narrativo del que se vale el autor para presentamos a los personajes, en

el caso de este capitulo a Damián Pliego.

Enrique Serna no desarrolla a este carmter de acuerdo a los intereses de los

teóricos estructuralistas como Propp, sólo por mencionar a alguno; es decir, no

configura a Damián literariamente para que en él se observe “una tipología

siempre fundada[...I en la unidad de las acciones que el relato les impartía”6

El querertomar a Damián como un “agente de la acción” dentro de una

relación actancial de destinador-objeto-sujeto-oponente-destinatario

empobrecería, a nuestro juicio, el trabajo del autor, dado que ese personaje es de

una
esencia psicológica muy rica y compleja. Por consiguiente, nuestro

acercamiento a Damián Pliego será desde un ángulo psicológico; esto, sin

pretender dar un completo perf3 psicoanalítico de ese ”ser“, pero sí utilizando

4
HendrikM. Ruitenbeek. Psicoancjlisisy literatura, F.C.E.,
Mtxico, 1975, p.9.
Juan V. Rocabert, et.al., Op.cit.,p. 103.
‘Barthes, Op.Cit.,
p.23.
varias conceptualizaciones de la disciplina mencionada para intentar

desmembrar su personalidad.

La introspección en los mecanismos psíquicos de Damián nospemitira

establecer su tragedia personal,que está más vinculada a losterrenos delo

sexual que a los delo social, como enun primer momento pudiera parecer.

Precisamente eso de que la represión, y su consecuente insatisfacción sexual se

sobreponga trágicamente a toda su problemática económica, e s el punto nuclear

de todo nuestro trabajo; como a continuacihn quedará demostrado.

La situación social, por otra parte, que enmarca toda la acción de Uno sottuba

que era rey es deunapremioeconómico considerable. Realidad nacional que,

claro, afecta a unos personajes más que a otros. Tal es el caso de Damián Pliego;

clasemediero bajo condenado a un empleo que brinda muy pocas oportunidades

de ascenso. En é1 se aprecia con mayor notoriedad, con relación a los otros dos

personajes de esa franja marginal que serían Carmen y su hijo el T u r n , una

inconformidad social que lo aqueja diariamente sin llegar a ser su preocupación

más lacerante como se irá viendo conforme avance el capítulo.

Damián ha sido el boletero del cine Mariscala por más de veinticinco años; la

esterilidad de ese empleo se le ha metido hasta en los huesos.El sueldo que

recibe,incluso,ya tienerasgos de su propia personalidad: es gris, rutinario,

mediocre, inmóvil y, sobre todo, resquebrajado. El resentimiento social que

siente, se ve agravado por el hechode que la mafia sindical que maneja los

destinos de los trabajadoresde esa empresa, distribuye corruptamente uno de los

privilegios más anhelados por cualquier empleado que haya laborado un tiempo

importante, es decir, el de una casa propia otorgada por Infonavit.


Damián, a pesar de que cumple con el requisito temporal de antigüedad para

ello, no es de los “elegidos”por los delegados sindicales para recibir tal derecho.

La causa es que todavía no es un hombre casado; sin embargo, “él sabía que todo

era mentira y quiso denunciar el caso de un proyeccionista joven y soltero, primo

del líder de la sección, que ya tenía casa, pero el delegado se había cansado de

discutir y lo interrumpió para pedir la quinta ronda de cervezas”(p.85).

Una de las intenciones de Serna, como ya se ha dicho, es lade alimentar a su

creación novelística de la realidad más inmediata que nos circunda; su novela,

entonces, es producto de la profunda crisis que ensombrece el acontecer social

del México de la décadade los ochentas.

Así queda asentado por Ruiz Abreu:

La novela del periodo 1978- 1997 h a proliferado en mitad de las crisis máscerteras
de la historia de Mbxico: devaluaciones espectaculares,cracks económicos y
Gnancieros, derrumbamiento del esquema del Partido de Gobierno, aparicibn de
otros protagonistas del aparato político, renacimiento de la Esperanza social y: en
los últimos años, crímenes políticos sin precedentes, y la “rebeliónde Las
Cañadas”. L a novela de este “nuevo” país .se h a producido bajo la doble mirada de
una crisis pavorosa de la que nadie está exento: lo mismo el artista plástico que el
escritor, el poeta y el filólogo. el periodista y el músico.7

La sociedad se erige en esta novela como un freak decadente, falto de ideales,

que destila corrupción, hipocresía, traiciones personales y ajenas. Y éSta será la

ciudad por dondeDamián arrastrará toda sufmstraciónsocial, el rencor y la

insatisfacción que le provoca saberse un explotado sin posibilidades de acceder al

“triunfo”rápido que promete la publicidad descarnada de las avenidas céntricas:

7
Alvaro Ruiz Abreu. Op.Cit., p. 184.
Tenía las venas del cuello hinchadas de furia. Sus dedos rabiosos apretaron el
asa de la lonchera y echó a caminar[ ...I L a nueva excavación lo agredía m& que
l a s anteriores, por ser deteléfonos. El notenía dinero para poner uno en su
departamento[...I la instalacióncostaba doscientos mil pesos. ¿Quién podría
pagarlos en esa mugrosa colonia?[. ..] Antes vivía en igualdad con sus vecinos pero
con esos edificios de lujo a la vuelta de la esquina su pobreza se le había vuelto
insoportable.[. ..] iQue se guarde sus millones! ¿Cree que no los tendría yo sin en
lugar de cuidar a m a m á me hubiera largado de la casa como él hizo?[ ...I El joven
de toga y birrete que triunfaba en el anuncio de la escuela comercial Tajín parecía
responder a sus preguntas con un rotundo si. (p.182,184)

Damián es un hombre que lleva una vida doble; unaeslaquemuestra

públicamente y otra es la que surge en


momentos muy especiales. El Damián que

deambula por la l u z es ascipticamente risible y a la vez chocante: “La digna calva

de Damián, el globo de su abdomen y el sudor amantequillado que resplandecía

en su frente le daban un aspectodeciudadano modesto y orgulloso de su

integridad moral”(p.82-83). La atraccibn que sienteCarmenpor i l se debe,

precisamente, a s u saludable conducta; bebe agua mineral en lugar de cerveza:

“Nunca se habríafijado en él a no serpor ese detalle de sanidad”.(p.83)

Sin embargo,mantiene ungusto desmedido por la notaroja; el festínde

sangre y crímenes absurdos del Alama! le había servido, por más de veinte

años, para ratificar “que su mundo, el que compartía con su mamá, era como

una isla de virtud en medio de la cloaca urbana”(p.88).Además, tal periodismo le

ayudaba a escamotear, cuando más lo necesitaba, s u realidad económica adversa

y vejante: “Que al cácaro le daban propinas por exhibir trailers de películas

mientras él se jodía con un sueldo que no le alcanzaba ni para cigarros ¿Cómo

negarlo? Pero nunca tendría u n hijo con pies de chivo ni se suicidaría después de

violar a su nieta.”(p.88).
Pero también existe el otro Damián; el que se mueve entre la oscuridad, el que

se sumerge en las profundidades del anonimato para husmear actos sexuales

contranahrra, extraños y, por ende, despreciobíes.

Las entrañas de un cine de barrio como el cine MariscuZa, se transformarán en

la capilladonde se ofician actostransgresoresde sexualidad;espacio que le

servirá a Damián para evocar s u s deseos más íntimos y escondidos:

[...]había entrado a la sala semivacía de la tercera función con el aparente


prop6sito de ver la película. Su estrategia consistía en detectar con una mirada de
búho a l a s parejas homosexuales de las últimas tilas[.. .] Elegía siempre a los más
jóvenes, y se arrellanaba en una butaca re1ativament.e cercana , donde pudiera
verlos bien sin estorbar sus juegos[ ...I Si ellos, nerviosos, volteaban a verlo con
insistencia, éI fingía estar atento a la pantalla como un espectador más. “Me
tienen miedo pero están calientes ¿Verdad? Síganle hijos de puta, al fin que yo
estoy pintado”. Creyhdoloun joto inofensivo, los muchachos reanudaban su
tenso intercambio de caricias, y al oír el roce de ropas en la oscuridad, los
murmullos mal reprimidos y las respiraciones febriles, Damián sentia un ansia
incendiaria de masturbarse. (p.88-89j

Este personaje se mueve en dos espacios fundamentales para su vida: el cine

dondelaboray s u casa. Esta primera estructura espacia28 tiene una especial

significación para él puesto que se constituye como la extensión misma de su

inconsciente; es en la oscuridad del Mariscala donde Damián puede descargar

s u s deseos reprimidos. El código tipográfico que se maneja ahí es completamente

sexual; el lugar no sólo es un espacio cerrado sino también “anónimo”, adhac

para liberar, dentro de una sociedad que condena los placeres no masculinos,

una sexualidadque se carga como un lastre. Es en esta primera relacih de

personajeespaciodonde el interior oprimido de Damiánaflora; el espacio

Angel0 Marchese. “Las estructuras espaciales del relato”, en La nurrutologia hoy, R.Rada Oropeza (d.).
La Habana: anc y literatura, 1989.
simbólico del cine se ajusta muy bien a la psicología del personaje: “El espacio

estápues, seleccionado y filtrado por una actitud perceptiva queserá del

narrador o, porque i..l lo delega, de un personaje”.”

La proxemia que
elabora
se la
en novela para
que
acompañe,

compositivamente, al personajetambién es dual.Damiánfluctúaentre el

”adentro” y el “afuera”; el espacio abierto siempre es adverso, trata de no acceder

a él, de hecho, sus únicas salidas son paradirigirse a otros entornos cerrados: de

su casa al trabajo, del trahajo a s u casa. Eventualmente rompe con esa rutina y

se interna más en la uzonadeafuera”,inasible para el;acornpai5a a Carmen

hasta su casa, sin embargo, se constata que no es


su lugar vital puesto que sufre

de una agresión:

Al llegar a la gasolinería se detuvo, exhausto, a tomar un respiro. Apenas se


recuperaba cuando escuchó el ruido de un bote pateado que le provoco terror. De
una rápida carrera llegó al mercado morelos. El corazón le brincaba en el pecho
como una rana. Oy6 pasos detrás, pasos terribles y metdicos. <<Es un ratero: te
viene siguiendo, córrele>>[...I ¿por qué a mí, Dios?[ ...I ¿por qué si los putos son
ellos? Pero eraitvhtil. esta noche todo lo traicionaba. sus piernas, Diosi ...) y el
corazónque se. le contrajo como una esponja cuando sintió la punta deun
picahielo en la espalda. -Suelta la feria o aquí te mueres. abuelo. (p.93).

La dicotomía entre el espacio “interno” positivo y el espacio “externo” negativo

estámuyclara. Damián se desplaza mejor en losámbitoscerrados; el cine

Mariscala, entonces, se compone de la deixis positiva que habla Greimas“), donde


Damián no sólo encuentra protección, también obtiene una satisfacción sexual,

como va lo hemos visto.

Prm D3mi5n E 3 S610 se regr3cijalra w;lsal~llrh~.\nrin..;e


sieniin í.estigr_l :3jenn <te1

placer de los otros; también con el tiempo desarrolló "una coda vengativa" en

contrade los jóvenesquemanifestaban su deseo sexualenesa condición

escondida. U n a vez que satisface su pasión oculta, siente la necesidad de acallar

los remordimientos que martillem su conciencia. Para exculparse de la conducta


..
f p e ;iSllrnlCr,y ql!e 61 cree inr:nlrrec.?:4, <IenlJnci23.,cf)r! tot:d hipocresia, n:$."iss
1 2 s L- - -~
-1- -~

de
homosexuales: "La delación significaba un restablecimiento
del
orden

trasgredido al masturbarse. Con ese acto de justicia no sólo quedaba libre de

culpa sino más puro que antes, más honesto, másviril y más digno de recibir el

beso de su madreal llegar a casa"(p.90)

,tt-2-il,mente il_ esta parte a.na!Pntira de la na.ma.c%n, h&la mnrl1rios snbre


- I .

<%%c.. - -. ." ~. " ya

cuáles la situación social de una sexualidad como la practicadaen el cine

Mariscala. Damián y Carmenpresencianladetención policiaca delamisma

parejadehomosexuales; como si el hecho mismo de seractuantes de una

sexualidad diferente a la del "dominio público" fueradeterminanteparaser

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C>?.T<f-Z?,. ;*T- s?F\e%;?jl;.)

Son jotos. De seguro les quiere sacar dinero.Así nunca van a escarmentar."(p.82)

Dentro de una sociedad como la que refleja la novela, es decir, poco tolerante

con las conductas sexuales que le son extrañas y, moralmente, inaceptables; los

miembros dei monosexudismo, en est.e caso, se vean obligados a practicar s u s


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convertir R los cines.


incompatible con una dedicación al trabajo general e intensiva; en la época en

que se explotabasistemáticamente la fuerza de trabajo,zse podía tolerar que

fuera a dispersarse en los placeres, salvo aquellos, reducidos a un mínimo, que le

permitiesen reproducirse313

El asunto homosexual h a tenido sus polémicassociales y moralesdesde la

antigüedad. Aun y cuando la homosexualidad no era condenada socialmente

dentrode lacultura griega, sedabandiscusiones filosóficas entomo a la

“problematización” que representaese deseo: u A tal punto -explica Foucault-

parecía que estas dosinclinaciones[laheterosexual y la monosexual]eran

igualmente verosímiles una como la otra y que podían coexistir perfectamente en

un mismo individuo”.l4

De hecho, los griegos no consideraban una dualidad o doble estructura en el

deseo; no se puede hablar, por consiguiente, de una bisexualidad, tal y como la

conocemos ahora, entre ellos. Simplementeporque la inclinaciónerótica hacia

uno u otro sexo de cada individuo era vista, señala Foucault, solamente como la

prueba de la riqueza natural del apetitosexual. No se concebía, dice Foucault

textualmente,
dosapetitos
distintos
distribuidos en individuos distintos o

enfrentados en una misma alma; másbien se veían dos maneras de tomar placer,

de lasqueuna conveníamejor a determinados individuos o a determinados

momentos de la vida.15

La tolerancia de los griegos porelplacer homosexual vamásallá de una

simple aceptación común y corriente; tal prácticaera libre y sustentada en

derechos legales, “salvo circunstancias particulares”. El poder de las instituciones

13
Loc. cit., p. 12.
l4 Michel Historia de la..., V01.2,p.173.
Foucault,
15
Ibid.. p.175.
sociales de entonces, a diferencia de las actuales que son puestas en evidencia en

la novelade Serna, eran totalmente benignasconla sexualidad “homo”: “Más

aún, encontraba sólidos apoyos en distintas instituciones (militares o

pedagógicas). [incluso] Tenía sus cauciones religiosas en los ritos y fiestas en los

que se clamaba en su favor a las potenciasdivinas que debían protegerla”.l6

Sin embargo, toda esa permisividad de la cultura griega hacia la inclinación

homosexual, no estaba exenta de ciertas conductas antitolerantes por parte de

los que no congeniaban con dicha forma del placer erótico. Algunas actitudes de

los hombres dominados por una sexualidad completamente dirigida hacia los de

su propio sexo, como el marcado afeminamiento o la facilidad de los jóvenes para

entregarse al acto, eran objeto de burla continua.

CuentaFoucault, en ese mismo apartado,queesasburlas eran llevadas,

incluso, al campo del arte: Aristófanes y algunos autores cómicos las utilizaban

para saciar el ansia de buen humor de sus espectadores. “Parece pues que esta

práctica, aunque admitida y corriente, estaba rodeada de apreciaciones diversas y

atravesadaporunjuego de valoraciones y desvaloraciones bastante complejo

como para hacerdificilmente descifrable la moral que lo gobernaba”.

La homosexualidad comienzaa ser objeto de más estudio fdosófico dentro de la

misma Grecia clásica, e inicia, también, a tener problemas éticos severos. Si bien,

el propio Foucault, en un lapso de su análisis, se declaraimposibilitado para

indicar exactamente en quémomento el placer entre hombres se enfrascó en una

serie de cuestionamientos morales,de valores, de exhortaciones, de exigencias,

etc. Pero sí identifica a Platón como uno de los precursores de la sutanizución del

deseo homosexual:

’‘ M.Foucault. Op.Cit., p.175.


En cuanto a Platón, no e s necesario suponer que, partidario en su juventud del
amor masculino, se haya enseguida “corregido” hasta el punto de condenarlo en
sus últimos textos como una relación “contranatura”. Hay que observar más bien
que, al principio de las Leyes, cuando opone la relación con las mujeres como un
elementode naturaleza y la relación entre hombres (o entre mujeres) como un
efectode la incontinencia (akrasia), se refiere al acto mismo del acoplamiento
(previsto
por la naturaleza con el fin de la procreación) y piensa enlas
instituciones que son suceptibles de favorecer o de pervertir las costumbres de los
ciudadanos.17

Pero de qué manera evoluciona la intolerancia hacia los actos homosexuales;y,

sobre todo, de qué manera llega al occidente, y en particular a nosotros. Foucault

no nos dice más sobre este punto; no obstante, M. Mielil8 rastrea los orígenes del

tabú homosexual hasta nuestrosdías.

Comienza dando un someropanorama de la actividad homosexualen la

antigüedad, algo ya hasta cierto punto visto en Foucault, y cita a Freud para ello:

“fue una manifestación frecuentisima, y casi una institución,encargada de

importantes funciones, en los pueblos antiguos en el cenit de su civilización”.1g

También cita a otros psicólogos como Thorkil VangaardyRobert J. Stoller

quienes en una investigación “histórico-antropológica”descubren que

el acto homosexual era utilizado formalmente, públicamente y religiosamente a fin


deque la virilidad fuese transmitida de un hombre a un muchacho y para
establecer entre losamantes adultos el vínculode una honorable virilidad.
[Asimismo] describen las costumbres de algunas tribus australianas, enlas cuales
los ritos iniciáticosy la circuncisión v a n acompañadas de relaciones homosexuales
entre adultos y muchachos”20

l7 Ibid, p.204.
18
Mario Mieli.Elementos de crítica homosexual, Anagrama, Barcelona, 1979.
‘’lbid., p.91.
20
Ibid, pp.91-92.

51
De acuerdo con Mielí,el tabú antihomosexual tiene s u origen en la cultura

“bíblica”, siendo -a decir del propio autor- que los antiguos hebreos fueron los

primeros en condenar lahomosexualidad en la historia.

Sólo así podemos explicamos cómo tal condena del “amor masculino” haya

llegado hasta nuestros suelos; siendo, nuestra cultura, una depositaria directa

de la hebraica, que después devino en cristiana y sería la que -propiamente-

recibimos.

Pero el problema de la represión homosexual no termina ahí; Mielí, menciona

que no siempre entre los hebreos se maldijo la práctica sexual entre hombres: “La

Biblia haceremontar el cataclismo deSodoma a la épocadeAbraham (la

cronología basada en datosbíblicos sitúa a Abraham en torno al año 2.000 antes

de Jesucristo). Sinembargo, no parece que el tabú homosexual se haya afirmado

en los hebreos en u n tiempo tan remoto”.21 Y citando a John Lauritsen, nos

explica de cuándo data la


fobia homosexual:

[...]el tabú antihomosexual sólo llegó a aiirmarse en los hebreos después del exilio
babilónico: precedentemente, la homosexualidadnosólo era aceptada, sino que
estaba investida de importantes funciones religiosas; en efecto-dice Lauritsen-,
los prostitutos homosexualesfueron en un tiempo sagrados y ejercían su arte
amatorio en el templo.22

Ahora bien, el acto de la delación de Damián que comete sobre la pareja en el

cine Mariscala, es fundamental para empezar a establecer la complejidad de s u

sexualidad. Y a habíamos dicho, páginas arriba, quecon esa denuncia intenta

enmascarar sudeseo homosexual; denuncia que tiene u n trasfondo de represión

sexual transparente y típica.

Ibid., p.93.
“ Ibid, p.94.

52
Damián es un homosexual reprimido, vive tortuosamenteencerrado entre el

hacer lo correcto socialmente o entregarse delleno a su inclinación libidinal.

Inconscientemente se
sabe un elemento interactuante de una sociedad

prominentemente heterosexual e intolerante con la sexualidad que contradiga la

anterior. Sin embargo, lasfantasías homoeróticas enél son muy marcadas,

inclusoyapertenecen a la esfera delo consciente: busca plenamente esos

escarceos homosexuales para satisfacerse. No obstante, despuésde esto, hay una

reprobación personal que tiene que ver con las exigencias de normalidad sexo-

social que trae injertadas en la psique.

La realidad social de la novela, que se nos muestra por vía de Damián, teme

tanto a la diferencia sexual que, necesariamente, tiene que reprimirla; pero no

sólo condena el contacto fisico de cuerpos del mismo sexo, también: “Condena

cualquierfantasía o pensamiento de claro contenido homoerótico(asíquelos

pensamientos
y
fantasías gay -especialmente
los de los hetero. ..- deben

permanecer secretos)”.23 Vemos cómo en el caso de Damián esto es muy claro,

nada más que él es supropio juez y castigador.

Es tan grande su angustia sexual, acentuada con el paso del tiempo, que se ve

en la obligación de crearun mecanismoque le permitarestituir lasupuesta

heterosexualidad a la que quiere hacerse creer perteneciente. Tal mecanismo no

es otro que la agresión hacia la pareja que, sin duda,Damián envidia por el

hecho de haber asumido su inclinación erótica sin mayores complejos:

Así puede suceder que un homosexual inducido a sentirse culpable por el sistema
porquetransgredeel tabú antigay, intente de algún modoredimirsefrente a la

23 Ibid., p.97.

53
sociedad, adecuándose a sus restantesreglas, convirtiéndose en conservador y
reaccionario, represivo y mortífero a su ve2.24

El propio Mieli nos explica que el sentimiento de culpa, que en este casoincide

enDamián por haber gozado con la sexualidadprohibida, es productodela

censura y la violencia que interioriza la sociedad heterosexual en todoslos

individuos. “Falsa culpan que se convierte en el “sicario” personal, producto del

sistema represivo, encargado de carcomer al homosexual latente ymanifiesto:

[...]culpa [que]v a unida a la transgresión de los resultados en que ha finalizado la


represión,sufiida de niños, de la propia homosexualidad, quede adultos se
convierte en autorepresión (con coacción por la repetición), en el marco de la
actual deformación del individuo a través de la educación edípico-patriarcal. Y es
también reforzadopor la culpabilización del sexo y del cuerpo operada por la
cultura judeo-cristiana.25

No está por demásrescatar el pasajedondeDamián realiza la ‘crónica”

masturbatoria de la felación entrelapareja gay del cine, paraextraerotras

características de la severa represión en


el personaje:

El d e pelo chino ya subió los pies en el respaldo, nomás falta que se quite l a s botas
el muy maricón, y ahora el otro se agacha, míralo qué rico se la está mamando. Ya
ni la chingan estos putos, qué tal si sube una familia y los ve... e e r o qué le pasa,
carajo?, #or qué se detiene? Ah, está quitándose algo de la boca, debe ser unpelo
que se le atoró en los dientes, sí, eso es, qué pendejo, yo en su lugar me lo hubiera
tragado; y ahora vuelve a su vicio el pinche cerdo, muy bien, acábate la mamila,
m‘aturita, y a ver si revientas con toda esa leche que tragas[...](p.89)
Era importante, siento, no soslayar esta parte debido a la violencia verbal y

denigratoria que emplea Damián al dirigirse a los amantes; a la vez que hace

24
Ibid, p.134.
Ibid, p.134

54
explícito su deseopor llevar a cabo una relación de ese tipo.Ambos aspectos

concuerdan teóricamente con el “cuadro sintómatico” del homosexual que Mieli

desarrolla en su obra ya demasiado recurrida por nosotros, y que responde a la

tipificación sexual con que Serna quiere dotar a su personaje.

H a quedado claro que Damián es dominado por un impulso homoerótico muy

fuerte,y que, sinembargo, hace todolo posible para evadirlo. Puesbien,la

conducta que sobresale del fragmento citado de la novela, refuerza aún más la

condición homosexuallatente del personaje, quien ensuafán por censurarla

“acabamuchasveces por exteriorizarla bajo forma de insulsosadismo, de

agresividad gratuita [...I esteplacer [elde condenaral castigo losamoríos

homosexuales] es, enel fondo, satisfacción en negativo del deseo reprimidode

hacer el amor con el marica: <<no puedo ir con él porque soy normal; por tanto le

pego, le robo, lo denuncio[...]”.26

La serie de masturbacionesque, a lolargode sus años en el Mariscala,

Damián ha experimentado, hablan de la tortuosidad con que el personaje vive su

sexualidad. Los problemas de conciencia que le causan son más dolorosos que,

incluso,su condición de trabajador explotado; conforme avanza la novela es

notorio como la preocupación social de un triste asalariado sin posibilidades de

mejora económica, se diluye en pos de dejar “crecer“ la quemante angustia sexual

que orilla a Damián a la insatisfacción erótica que arrastrará a lolargode su

vida. Una vez más el fantasma de la tragedia sexual que ronda enUno soñaba que

era rey, se hacepresente y marca a otro personaje, al igual que a Carmen.

Ibid., p.169.

55
La represión, en estecaso del deseohomosexual, dentro de la “cultura de

poder”, como la
llama Carlos Castilla27, es sumamente “útil” para
las

instituciones encargadas de aplicarlas puesto que “el aprendizaje de la represión

sexual conlleva, o complica, el aprendizaje de lasumisión total alsistema, al

estatuto, al sistema de valores y normas del estabZishment“.28

Ahora bien, lo que cabe señalar es que la represión sexual es completamente

asumida y practicada por el individuo hacia sus mismos deseos, aun a pesar de

los múltiples sufrimientos que esto conlleva, por el hecho de que “toda norma es

una suerte de represión, pero sólo a través de la aceptación de la o las normas el

individuo es integrado en el grupo social caracterizado por tales normas”29; y por

tal motivo, como ya se hadicho, Damián al pertenecer a una sociedad masculina

y falocrática, tiene que acatar la serie de reglamentaciones sexuales


que

moralmente éstaordena; delo contrario pasaríaal grupo de los marginados

sexuales y losdespreciados sociales.

Para nuestros fines, por otra parte, de investigación, no podríamos dejar de

atenderla especial relación quesostieneDamián con su queridísima madre.

Parte sustancial de la yoidad del personajesehallasustentadapor la figura

materna; dándose conello una relación, siguiendo la teoría delpropio Castilla,

del tipo objetal. Enesaclase de relación el objeto, enestecasola madre de

Damián, e s subjetivizado “Esto es debido al hecho de que la relación con él [con

el hijo, con Damián] ha supuesto un tipo de proyección sobre el objeto, el cual es

aprehendido como parte integrante del yo. Por eso el objeto es <<mío>>...”30

” Castilla del Pino, Op.Cit.,p. 107.


28
Ibid, p. 102.
29 Ibid, p. 103.
30
Ibid., p.22.

56
Damián, al casarse sus hermanos, se hizo totalmente cargo de su madre; lo

que no hace sino acentuar la mutua dependencia entre ambos. Doña Mercedes

llega, incluso, a ser una extensión de la propia persona de Damián:

había envejecido junto a ella y amaba entrañablemente todas sus manías[...I La


muerte de mamá, que a sus ochenta no podia estar muy lejos, era un pensamiento
que Damián rehuía enfrentar abiertamente[...I ¿Qué haría sin ella?¿Cómo
soportaria su ausencia si la necesitaba más que la comida y el agua? ¿Quién le
daría calor y confianza en sí mismo?(p.86)

El lazo metálico que une a Damián con su madre, e s decir, ese compromiso

total de “relación objetal” e s experimentado de una forma dolorosa y angustiante,

como hemos visto en la cita, ante el temor de que se pueda romper ese vínculo

con el “objeto”. Tales sufrimientos de Damiánsesobreponen a su dificultad

social, esta esprecisamente su principal preocupación existencial.

Su sexualidad se ve afectada, también, con el hecho de la inevitable pérdida de


la madre; unavez que conoce a Carmen rápidamente la empieza a idealizar como

el sustituto perfecto de ese objeto próximo a terminársele: “El gruñidofue para

Damián[.. .] una clave de reconocimiento. Eraun gruñido igual a losque su

madre, doña Mercedes, prodigaba por docenas


frente al televisor“.(p.85)

Tiene que aceptar vivir con una mujer, siendo que jamás entre él y Carmen hay

dejos de deseo sexual, en virtud de utilizarla para que


cumpla
con sus

necesidadesexistencialesque mamá poco a poco dejaba de cubrir: “Muerta

mamá, Carmen ocuparía su lugar. Era la única mujer capaz de llenar ese vacío:

Carmen calor de hogar, Carmen paño de lágrimas,Carmenbáculo para su

vejez”(p.185).

57
Damián aunque no asuma su homosexualidad conscientemente, hay muchos

hechos que lo delatan, no sólo el del encuentro con la pareja en su trabajo; ahora

también el quenonecesite a Carmen como parejasexualyamorosa. No hay

nunca muestras desentimentalismo carnal, muchomenoscaricias, de ningún

tipo, entre ellos.

Su relación se da por entera conveniencia; Damián no consigue a una mujer,

se hace de una madre sustituta. Carmen, por su parte, logra obtener al hombre

que sus conflictos religiosos necesitaban, es decir, completamente asexuado; por

lo menosen lo que a relación heterosexualrespecta. Incluso Damián llega a

sentir una agresiva aversión a que se le mezcle en amoríos con Carmen: “tragaba

saliva como un avestruz tuberculoso. <<Vaya escenita y enfrente de mis

compañeros. Van a creerquesomos amantes o algo así>> No podía poner en

peligro su reputación de hombre íntegro”(p.187-88).

El idilio que sostiene Damián


con su madre,
incluso de proporciones

románticas, se deja entrever al pensar que si se atreve a llevar a Carmen a su

casa, doñaMercedes podría ofenderse o celarse a tal gradodepodermorir: Si

me la llevo a casa sería mi esclava toda la vida, nunca me acabaría de pagar esa

deuda de gratitud. Pero no, a mamá no le puedo hacer eso”(p.192).

En la psique de Damián ronda el miedo de que su “relación objetal” llegue a su

fin; terror que =emerge en forma de ansiedad, de constante preocupación ante la

posibilidad de que acaezca, de celos ante la eventualidad de que alguien nos la

sustraiga, etc.”31

El psicoanálisis tradicional nos lleva a plantear cuáles son las condiciones del

caracterológicos que marcan a cualquier


núcleo familiar para descubrir los rasgos

31 Ibid., p.32.

58
sujeto. Será en esa subsociedad donde las maladaptaciones de la personalidad

tendrán su origen.32 Hemos visto cómo Damián sostieneunestrecho círculo

afectivo con su madre, y podemos asegurar que ello se ha venido dando desde la

infancia. Precisamente una de las características que nos marca el psicoanálisis

de la escuela de Freud para explicarnos los “orígenes familiares” de la actitud

homosexual es esa, lade la extrema intimidad de la madre con su hijo:

L a madre RIA (de relación intima apegada) ejerce una innuencia para crear un
apego intenso en su hijo por medio de su preferencia hacia él y por su seducción
por un lado y por el otro ejerciendouna actitud inhibit0ria(...) En muchos casos, el
hijo era el individuo más importante en su vida y el marido estaba habitualmente
reemplazado por el hijo como su objeto amoroso. 33

En la historia de Damián queda completamente corroborado lo anterior. Nunca

escuchamos a la madre hablar de sus otros hijos; tampoco hay reclamos porque

no la visitan, ni siquiera hace por saber de ellos. Tal parece que con la atención

de Damián le basta. Asimismo no percibimos alguna referencia sentimental por la

ausencia del marido de doña Mercedes; sólo lo vemos cuando la narración, de

manera experimental por parte de Serna, cambia la naturalezay se adentra en el

estilo del lenguaje cinematogrdko. Un narrador


que se imbrica
con una

cinecámarayescudriña, intrusamente, enun paneo la casa delos Pliego:

“Acercamiento a uno de Damián (un retrato) en su niñez, vestido de marinerito y

orgulloso de sus bucles. Lo estudiamos un momento y luego vemos elde sus

padres en foto de recién casados por el almidón, ella joven y muy tiesa, él pasado

de los treinta[ ...]”(p.223).

32 Harvey J. D a h Paul R.Dince, et. al. Homosexualidad. Un estudio psicoanalítico, Pax-México, 1986.
33
Ibid., p.64.

59
Antes de continuar se debe advertir que las condiciones familiares que se están

tomando en cuenta parapoder ir a los orígenes de la homosexualidad de Damián,

no son, ni con mucho, la causa exacta ni comprobada para afirmar que de ahi

puede derivarse la conducta homosexual. El mismo Freud34 se encargó de dejar

bienclaro queaúnnoes posible señalar con pruebascontundentes a qué

aspectos vitales responde la homosexualidad.

La explicación de la “inversión” se intentó dar desde dos puntos de vista o

líneas de investigación: una es la de inversión congénita; es decir, la tendencia

hacia el mismo sexo porcuestionesdeinnatismo, a manera de “información

genética”. La otra es lade inversión adquirida; e s decir, en la que se señala una

impresión sexual traumática en los primeros años de vida del individuo, y que

desemboca -posteriormente- justo en eso, en lainclinación homosexual.

Sin embargo, ambas teorías no hanpodido ser completamente comprobadas, y

homosexualidad no han sido teorizadas.


aún hoy en día las causas exactas de la

Entonces,retornando nuestroanálisis,la relación familiar delaque proviene

Damián, no es sino una ligera aproximación a los posibles elementos afectivos y

psíquicos que resultaron en s u conducta sexual.

Sinduda,doña Mercedes ha tenido muchoqué ver enla sexualidad

conflictuada de Damián. Ha utilizado s u “potestad maternal” para sustituir sus

propias carencias afectivas; no es extraño pensar en el ejercicio de poder dentro

de la misma familia: “La familia nuclear con s u s subsistemas contiene elementos

de poder y s u s guías ejercen las prerrogativas que la posición de poder les da[ ...I

34
Sigmund Freud. “Las aberraciones sexuales”, en Obras completas, t.II, Biblioteca Nueva, Madrid 1981.

60
Conmuy pocas excepcionestodoslospacientes estuvieron expuestos a una

imagen de poder ligada al sexo”. 35

Elnúcleo afectivo que sostiene Mercedes con suhijo, tiene tintes muy

marcados de maternidad “perversa” ya que: “Por extraño que parezca,


la

maternidadconstituye un medio para que algunasmujeres ejerzanactitudes

perversas y perversoras haciasu progenie[...]”.S6 Esa “cualidad” del núcleo

familiar, como las que vienen después, pueden ser inferidas por nosotros como

lectores, como partícipes en la construcción de la obra literaria, yen ello radicaría

un poco l a aplicación de la Teoríu de la recepción Dicha teoría surge como una

forma integral, según dicen sus expositores, de ver a la obra literaria; es decir,

tomando en cuenta al creador, al texto ya quien lo recibe: el lector. Ingarden dice

que la obra literaria es un complejo esquemático que tiene una serie de “puntos

de indeterminación”, estospuntos son lascaracterísticas que nose dicen de

determinado personaje o situación: “Llamopunto de<<indeterminación>> al

aspecto o al detalle del objeto representado del que, con base en el texto, no se

puede saber con exactitud como está determinado el objeto correspondiente”37.

Justamentelaspartes de indeterminación que hallamos en esta novela

estudiada son las que se refieren a varios acontecimientos dentro de la relación

entre Mercedes y el Damián anterior al que se nos da en el presente de l a obra.

Serna “silencia” esos acontecimientos tal vez no de suma importancia estilística

paraél, pero sí para el enfoque analítico que nosotros le estamos dando al

personaje.El relleno de esos puntos no dichos por el narrador responde a la

35
Harvey J. D a h Paul R. Dince, et. al., Op. Cit., p. 178.
36 Estela V. Welldon, Op.Cit., p.77.
37
Roman Ingarden, “Concretizacióny reconstrucción”, en En busca del texto. Teoría de la recepción
literaria, Dietrich Rall comp., UNAM, México, 1987, p.33.

61
influencia sugestiva que el mismo texto provoca, Ingarden “a esta determinación

complementaria la nombra concretización de los objetos representados”38

Pasemos,
pues, a la concretización de esas zonas de “indeterminación”

fundamentales para seguir explicándonos la problematización sexual de Damián

Pliego. Doña Mercedes, nunca demostró interés enqueDamián lograra una

identificación sentimental con su padre; una madre mmal debe, de acuerdo con

la teoría de Welldon, promover o encaminar a su hijo hacia la “desidentificación”

conella,puesto que el niñodebe,necesariamentepara la maduración de su

libido, “intentarrenunciar a la seguridad y elplacerde la intimidad que le

concede la identificación con la madre, y debe formar una identificación con el

padre[...]”.39

Doña Mercedes cumple cabalmente con algunas de las caracteristicas propias

de la madre dominante, sobreprotectora y castradora. La madredeDamián se

mueve sólo en el espacio de su casa, lugar que se transfigura en elrincón

“uterino”predilecto de Damián. Es sólo ahí donde se siente protegido y alejado de

las inmundicias de una sociedad que se descompone moralmente, como bien lo

puede comprobar él mismo al revisar semanalmente los escaparates truculentos

de Alarma!.

Con esto nos estamos situando en el segundo “estado narrativo” donde existe

Damián. En su casa, Damián experimenta el retorno a l vientre materno; allí es

donde su madre extiende sus tentáculospara acogerlo y, de paso,serella el

centro de atención. El mundo social de Pliego se restringe exclusivamente a la

persona materna;el tiempo que pasan juntos esexcesivo y deviene en una suerte

38 Ibid., p.36.
j9 Ibid., p.80.

62
de matrimonio tabú, edípico, que ninguno de los dos desea romper. El hogar, por

tanto, “representa a lo conocido, comprensible, protector[ ...]”M;perfecta antítesis

de esta otra topología narrativa, la de esa sociedad violenta, injusta, el %fuera”

representa lo extraño, lo incierto, lonegativo.“Lottman ha demostrado que la

obra literaria está construida sobre un principio de oposición binaria, es decir,

sobre mundos antitéticos que siempretienen una realización espacial[. ..]”41

Esta segunda d&s positiva que halla Damián una vez más en un lugar

cerrado, tiene mayor importanciapara él porque se convierteenel “espacio

utópico” porexcelencia; es ahí donde interioriza el mayor placer, principal

característica de ese espacio.

La predilección, por otro lado, dedoda Mercedes por Damián es muyclara,

incluso por encima del recuerdo de su esposo: “Pero el smoking lleva corbata de

moñito zno? Sí, claro, y ésas ya vienen hechas, así eran las que usaba su papá.

Se veía tan guapo con ellas ... Y Damián ha de verse mejor porque tiene el cuello

más largo. íQué ganas de haberlo visto!”.(p.258)

Una más de las caractensticas de la madre sobreprotectora es el trato infantil

que Mercedes todavía sostiene con su hijo: ‘<<Lo dejé desamparado cuando más

me necesitaba, pobrecito, ¿cómo se sentirá en el teatro? Debe de haber mucha

gente famosa, reporteros, actrices, cantantes, fotógrafos que lo han de marear

con tantas luces. E1 no está acostumbrado a esas peloteras. Es

timido ...>>”.(p.
258)

40
Marchese, Op.Cit.,p.326.
41
Ibid., p.329.

63
Tales actitudesmaternasdentro del triángulo familiar (madre-padre-hijo)

conforman la pauta “tradicional” para queel hijo desarrolle, a corto o largo plazo,

Conductas homosexuales severas.

Estela Welldon, en la obra que ya hemos venido trabajando, expone que el

problema de la maternidad perversa está “celestinada” por la propia sociedad.

Debido a que

[...]toda nuestra cultura respalda la idea de que las madres tienen un completo
dominio sobre sus bebés; así fomentamos las mismas ideas que, a su vez, explota
la madre perversa. Al alabar tan ciegamente la matemidad, de tal manera que el
hecho de que algunas madres puedan actuar de forma perversa queda excluido,
no ayudamos ni a la madre, ni a sus hijos, ni a la sociedad en general.42

El personaje de
doña Mercedes todavía puede
ser
más explotado

psicológicamente, puesto que Serna crea, en la novela aquí tratada, personajes

dotados de una sexualidad tipificada, sexualidad tipo que perfectamente puede

ser comprobada social y clínicamente. Por lo menos así lo demuestran los tres

personajes hasta aquíanalizados(Carmen,Damián, y Mercedes) quienesson

fácilmente encuadrables
dentro
delos
márgenes referenciales del estudio

psicosexual.

Para seguir analizando la función materna de Mercedes que, de alguna forma,

propició la homosexualidad de Damián, debemos suponer situaciones que en la

novela no se tratande manera explícita.

Sin necesidad de forzar en demasía el texto, creemos que Damián perdió a s u

padre en la infancia más primaria. Se debe suponer, por consiguiente, que tiene a

42 Zbid., p.101-102.

64
su madre registrada mentalmente como un ser asexuado, incluso puede decirse

que alcanza la consideración filial de puritana.

Este tipo de madresqueno utilizan, dentro de sus métodosde control y

explotación43, técnicassexuales, y que más bien sus actitudesyconductas

pudieran ser señaladas como antisexuales, tienen -paradójicamente- un efecto de

inhibición comprobada
en el desarrollo heterosexual de sus hijos; como

claramente sucede con Damián. Dichas madres “Implementaban el control con

una gran variedad de técnicas, incluyendo la obediencia, provocación de culpa y

expresiones de disgusto cuando no les eran satisfechas sus demandasI.44 Esto

último dificilmente puede ser comprobado en la novela; sin embargo, no resulta

del todo descabellado en la actitud de una madre como Mercedes.

La excesiva protección que su madre prodiga a Damián, trasciende el ámbito

hogareño para expandirse, simbólicamente, hasta el exterior pormediode la

bendición. Artilugioreligioso que ”nosólo significaba encomendarlo a Dios, era

como envolverlo en su propia carne para que caminara por la calle tibiamente

protegido por mamá, sin tener el peligroso contacto con las pieles ajenas”(p.258).

Tal pareciera que la bendición con que es recubierto “epidérmicamente” Damián

antes de salir de esa “crisálida ventral” en la que le han convertido su casa,

realmente venía funcionando,puestoque el díaqueno se la dio, muere

trágicamente.

El tratamiento que recibe este personaje es, por parte de Serna, crudo y sin

contemplaciones; el autorno siente ningunacompasión hacia él, de hecho, la

suerte final de Damián es de un estado personal verdaderamenteaberrante,

43
Harvey J. Dain, Paul R.Dince, Et,al.Op. Cit., p.92.
44
Ibid.,p.91.

65
termina sus días devorado por una miseria moral que casi llega a la cúspide de

haber recibido, junto con Carmen, el premio que no merece el Tunas. Incapaz de

resolver su conflicto de culpa, siempre acosado por el terror de un día perder a

su madre, devorado por una sexualidad que m debe ser, Damián prácticamente

ha agonizado a lo largo de su vida; su muerte no representa ninguna sorpresa, lo

Único que hace es coronar su desgracia humana.

La narrativadeEnriqueSerna por lo quehemos venido observando, en

especial el drama de los personajes en Uno sofiaba que era rey, se acerca a un

estilo naturalista más que de proporciones melodramáticas: “Unosoitaba que era

rey es unanovela que alcanza buena dosis de efectividad en la descripción de los

personajes, inmersos siempre en el sueño delo inmediato y prisioneros de las

circunstancias[. ..] Lo que predomina es una actitud de desencantoante una

realidad innegable[ ...]”.45 El narrador que presenta Serna para esta novela, trata

de mantenerse alejado emocionalmente de las situaciones de sus personajes, su

punto de vista es lo más imparcial posible, acercándoseasí a los preceptos

cientificistas de la narrativa naturalista; incluso el propio Sema a manifestado

que realizó toda una “tarea de campo” para lograr mayor registro realista de los

temas urbanos que le interesaron para su desarrollo novelístico, cumpliendo con

ello otro de los objetivos naturalistas, la de la experimentación para acceder a la

objetividad: “En Uno soñaba que era rey sí me fui a observar algunas zonas de la

ciudad para poder describir. El trabajo de investigación más bien sehace en

novelas históricas o en novelas reportajes. Observación de la conducta sí, pero no

requiere de investigación, sino de sensibilidad e intuición”46

45
José F. Conde Ortega. “Enrique Serna:Uno sofiuba que era rev”, en UnomásUno,6 de enero de 1990.
46
Serna en Lajornada
Miguel Hernández Cabrera. “Una literatura del escarnio”, entrevista a Enrique
semanal,núm. 158, junio de 1992.

66
Asimismo, las tragediasemocionales y la derrota final de personajes como

Carmen Osuna y Damián Pliego, dan a laliteratura de Sernauncarácter

esperpéntico que le viene muy bien a los


deseos
autorales
de
revisar

“quirúrgicamente”a la ciudad de México; es decir, explorarla con el tono idóneo,

con un realismo claro y directo, sin caer nunca en deslices moralistas.

67
CnFlTlJlO Ill

68
La vida
de
Jorge Osuna, alias el Tunas, se fragmenta
en
dos niveles
existenciales: uno es el de la realidad y el otro elde la ensoñación. Hijode un
matrimonio desintegrado, del cual nunca conoció a su padre y vive con su madre,
se dedica a vagar junto conotrostresniños quecomparten su marginalidad
social y su gusto por el escape tóxico que regentea la drogadicción:

Inhalar. Protegido por una escdandra de plástico, Jorge Osuna hunde la cara en
las aguas medicinales del cemento. Las manos que sostienen el antifaz de la
tiniebla se desmayan vencidas por una lasitud tibiay bienhechora. Es como si una
bola de estambre se le desenredara en las venas. Mira en su interior un tropel de
imágenes enfermas, desvaídas, que se mueren antes de ver la luz discursiva: pelos
que bajan del cielo comocopos de nieve negra, césped negro y peinable, pelos en la
sopa y sopas depelo. Pensadas con la nariz y licuadas en el caracol de las
neuronas, conservan el perfume de las intuiciones olidas. (p.9)

El Tunas es el producto neto de la educación que se adquiere en las grandes


aulas de las calles de una colonia Morelos que representa una enorme arena de

combate,en donde te haces rudo o terminas devoradopor losleones de una

sociedad cruel, entramado social que tiene como principal ley la del Talión,y

como cualidad suprema la de la indiferencia y el desencanto.

Jorge Osunatiene doce años, sinembargo,el entorno social agresivo y de

pocas oportunidades económicas reales para sostener un nivel de vida digno y

saludable, le ha raptado su infancia: "Su cuerpo tienedimensionesinfantiles,

pero no esunniño, tampoco unenano adulto,quizás algocomo unanciano

encogido"(p. 10). Para medianamente sostenerse y, de repente, ayudar a su Madre

que es afanadorade unacantina decrépita del centrodelaciudad, trabaja

limpiando parabrisas en los semáforos y, eventualmente, asalta a los transeúntes

despistados desu colonia.

69
E s muy simbólica la primera aparición que tenemos del Tunas en la novela;

asciende de una especie de Bunlcer en donde se da cita, juntocon sus amiguitos,

para practicar el ritual del abotagamiento sensorial propiciado por los químicos

del cemento. A tientas emerge a la superficie para, a manera de una rata citadina

tóxicamente
exacerbada,
atestiguar incrédulo y
sumamente desconfiado su

espacio vital,
en donde tendráquelibrar cotidianos enfrentamientos para

salvaguardar la existencia.

Los paliativos con que Jorge subsana suprecariedad socioeconómica, serán los

de laensoñación,ese nivel existencial del quehablamos 4 principio, yasea

influenciado por las sustancias que inhala o por la simple necesidad, en sano

juicio, de confeccionarse una realidad paralela que, obligadamente, tiene que ser

mejor a la que palpa a diario.

Cuando Sigmund Freud decide incurrir en los ámbitos de la creación literaria,

movido por el placer que experimenta como lector de ella, descubre que detrás de

todaobraartísticahayun soporte onírico insoslayable que se compone de

símbolos y metáforas muy particulares. En consecuencia, el artista o creador es

un ser insatisfecho en la medida en que busca la fantasía poética para recubrir

sus deseos no materializados: “[...]cuando el hombre deja de ser niño cesa de

jugar, no hace más que prescindir de todo apoyo en objetos reales, y en lugar de

jugar, fantasea. Hace castillos en el aire; crea aquello que


denominamos

ensuefios o sueños diurnos’’,l

Nuestra intención en este capítulo no es la de elevar a Jorge Osuna al nivel de

creador poético, pero sí la de remarcar su necesidad vital de sueños diurnos, que

surge debido a la crudeza de su realidad totalmente marginaly adversa. Las

1
S. Freud. “El poeta y los sueños churnos”, en Obras Completas, Biblioteca Nueva, Madrid 1981, p.1344.

70
insatisfacciones que sufre el Tunas, podemos imaginar, sonmuchísimas; van

desde las económicas hastalasmásintimas y fisicas, como más adelante se

expondrá.

Constantemente Jorge Osuna se sumerge en las profundidades diáfanas del

sueño diurno redentor; no haysituación del día que no le motive a crearun

“castillo en el aire”. E s particularmente significativo el soliloquio que mantiene al

contemplar en un charco pestilente a los cientos de ajolotes que nadan por ahí; el

Tunas expone, de manera muy clara, su situación personal:

[...]Laneta les tengoenvidia, mugrosos ajolotes. Ahí en el charco nadie los


molesta, no hay tira ni ley, h a de ser chido rolarla como ustedes, nadar en agua
tibiecita y cochina, qué agasajo, sin que nadie los venga a jalar de las patas y les
suelte acá un rollo sobre los delitos contra la salud y ustedes se tengan que callar
aunque no sepan qué chingados es eso[...](p.97)

La necesidad tortuosa que experimenta Jorge al querer huir de su situación

apremiante, está llevada a sus últimas consecuencias en este pasaje de la novela,

donde, como puede verse, a través de su “envidia onírica” hacia esos animales tan

insignificantes, coloca a su yo en un plano de suerte existencial inferior a ellos;

situación narrativa que no excluye cierto humor negro por parte del autor, humor

que, como ya hemos dicho en repetidas ocasiones, le sirve a Serna para evadir

una falso pastiche de denuncia social cargado de moralina. Incluso e s ahí donde

raramente podemos observar que se dice, conscientemente, a sí mismo lo crudo

que resulta ser un limpiaparabrisas,no sin cierto dejo de dolor: “[...]que se venga

el juez conmigo a chingarse limpiando parabrisas toda la tarde, a ver si no le

daban ganas de alivianarse con el chemo”.(p.98)

71
Aquel rasgo de la personalidad del Turns que apuntábamos al principio, es

decir, la de la infancia reprimida, primeramente por el entorno social y después

por él mismo, se hace patente en el capítulo titulado: “El tunas quiere un globo”.

En donde, una vez más, asistimos a otra ensofiación por parte del personaje que

estudiamos.

Este capítulo estátan bien estructuradodramáticamenteque bien puede

tomarse como un cuento integro; la rapidez y la contundencia con que desarrolla

la situaciónemocionalpor la que pasa el Tunas, hace que el capítulo, para

nosotros,sobresalga de todos losdemás. El propio Enrique Sernaasí lo ha

externado en algunas entrevistas: “Creo que en mis novelas, por ejemplo en Uno

soñaba que era rey, loscapítulos están muybien redondeados, de hechoson

cuentos y se pueden considerar aisladamente aunque formen una unidad”.2

El Tunas, en el capítulo mencionado,libra unabatallainterna de mucha

importancia parasu yoidad Enteramenteenclavadoenlos infiernos de un

trabajo como el suyo, el de lava parabrisas en un semáforo de la avenida Fray

Servando, tiene que lidiar, más que convivir,con los otros personajes citadinos

que intentan ganarsela vida a costa de quien se deje:

[...]el Tunas, tiene todo el melodrama comprimido en los ojos y siente verdaderas
ganas de llorar cuando el taxista le grita por segunda vez: <<iYa te dije que no
estés chingando!>>. Hijo de su ruletera madre, piensa el Tunas, amenazado por el
brazo musculoso que sale de la ventanilla y se alza como una catapulta. Tiene
alfileres de rabia en las sienes, pero baja del cofre y se disciplina con tal de sacarle
algo. <<Aunque sea deme para un taco>>. <<Paraun taco ...has de querer para un
toque>>(p.159).

César Güemes. “En nuestro p a í s no hay escritores profesionales”, entrevistaa Enrique Sema enEl
Financiero, México D.F., 7 de enero de 1994.

72
Condicióndevidadificil que le motiva, obligadamente, a recurrir sin mayor

tardanza a los sueños diurnos. Ensoñacionesque lesirvencomo instrumento

maquillador de su realidad miserable,yson propias de la llamada “ficción

romántica” en donde, a decir de Ontañón de Lope, “[...]el héroe se consuela de su

destino mediocre construyendo una grandeza personal totalmente imaginaria, por

medio de la cual anulael mundo insatisfactorio recurriendo a su fantasía”.s

Y en verdad que son heroicas sus aventuras oníricas; Jorge, en la fantasía de

este capítulo, crea una situación límite a partir de que observa la salida de un

carro de bomberos por la avenida en donde labora: “El Tunas persigue el carro

con lamirada,subeal estribo de moscay viaja escondido hasta el sitio del

incendio”(p.157). Peligro donde él saldrá victorioso y condecorado gracias a que

logra controlar el incidente y salvar a una “viejita”. Con tal aventura el Tunas no

hace sino paliar su insignificancia existencial;ademásdeque en ellas se

manifiesta una petición inconsciente de atención cariñosa y valorativa hacia su

persona, ambos aspectos que son nulos en la


relación con su madre.

Es en esta parte de la noveladondeJorge Osuna sepultará su infancia para

siempre. Infancia escondida que de pronto se asoma para ilusionar con tener un

globo; deseo que, sin embargo, se ve sometido, primero, por no poder reunir el

dinero necesario para adquirirlo, y después por esa necesidad de un canibalismo

propio que lleva a Jorge a debatirse consigo mismo y eliminar sus impulsos

infantiles. El globo que anhela el Tunas no es más que el símbolo de su propia

infancia: volátil, indefenso, pero a la vez inocente; por ello es que su globo, en ese

afán de hacer desaparecer sus “niñerias”, debe ser “[...]un grano con pus, una

3
Paciencia Ontaííón deLope.“La interpretación de los sueiios y la literatura”, en Plural, España, 1988, p.60.

73
teta cancerosa, un rencor hueco, una lágrima de gas, un vientre hinchado de

silencio y luto, es unantiglobo[...]”(p. 155)

El capítulo termina con una imagen sobrecogedora y llena de ironía; una vez

que por fin logra conseguir el globo deseado: “el Tunas enciende un cigarro que le

sabe a gloria yaplicala brasa enrojecida en la epidermis delglobo.Con la

explosión desaparece
también
la
sonrisa”(p.161). Con esto se escinde por

completo el Jorge que quiere ser adulto y el Jorge que es niño; el Tunas le da las

últimas puñaladas a su moribunda infancia: el cigarro suple el lugar placentero

que podría haber significado el objeto infantil lleno de gas.

Las situaciones oníricas que recrea Jorge Osuna son muy significativas para

explicar el proceso mental que vive en sus escasos doce años. Para ello habremos

de recurrir,primeramente,alelemento principal que interviene en la última

ensoñación
nombrada,
la del incendio. A h í , como ya se dijo, Jorge,

valerosamente, le salva la vida a una anciana. Justamente ese factor inconsciente

de la “salvación” ha sido observado, por su repetición en ciertos individuos, en los

estudios de Freud dedicados a la neurosis: “Conforme a las leyes que rigen la

expresión de las ideas inconscientes, la<<salvación>> puede variar de significado

según sea fantaseada por un hombreo por una mujer”.4

En este caso asistimos a la petición angustiosa que se manifiesta de manera

latente en la psique del Tunas: la aparición de una madre. Freud “objetiviza” esta

recurrencia en los sueños o fantasías conscientes, como la exigencia dolorosa de

lo que se carece: “Cuando un hombre salva en sueños a una mujer[. ..I quiere ello

I
S. Freud. “Ensayo sobre la vida sexual y la teoría de la neurosis”, enObras Completas, Biblioteca Nueva.
Madrid 1981, p.967

74
decir que la hace madre, lo cual equivale, según las observaciones precedentes,

hacerla su madre”.s

Lo anterior se puede comprobar, sin ponernosen un tonomelodramático

puestoque la novela no lo permite, intuyendo cuáleshan sido las relaciones

familiares de Jorge, particularmente las que sostiene con su madre. Carmen

Osuna, como lo hemos visto, consume su tiempo vital como afanadora de la

cervecería “Neptuno”, por consiguiente, el Tunas ha pasado la mayor parte de su

infancia al cobijo de un micro espacio citadino prodigioso en vicios, en

enfrentamientos, donde impera la corrupción, y donde el cariño y el sentimiento

nosonartículosdetrueque diario. El sitio donde vive está carcomidopor la

ilusión hiriente de un primer mundo de opulencia y gozo antela realidad

abofeteante del subdesarrollo más nítido.

Enningún momento de la accióndramática de la novela, observamosque

Carmen recubra con ternuramaternal la dermisescaldada de unniñoque

respira, a diario, la lucha de la sobrevivencia en los suburbios. Incluso para ella,

el Tunas representa, por herencia, la figura que le ha destruido la vida, es decir,

la de su marido: “el Tunas caminó con sus pasitos de recién andante hacia un

puesto de algodones de azúcary estuvo fastidiándola con chillidos hasta

conseguir que le comprara uno, lo que habría de lamentar toda la vida, pues al

ver los hilos rozados en la boca del niño se dio cuenta de que tenía los labios de

su padre[ ...I bastante sufría ya con el parecido fisico entre los dos[ ...]”(p.73 y 78)

Enconsecuencia,la necesidad que expresa el Tunas, inconscientemente, es

comprensible. Jorge Osuna, en esa ambivalencia existencial en la que se halla, no

Ibid.. p.967

75
reclama jamás en el plano de la realidad las atenciones afectuosas de su madre;

todo lo contrario, se muestra agresivo e intolerante ante ella.

Dentro de la misma imaginería del Tunas deambulan figuras de autoridad que lo

atormentan; casi siempre las fabrica cuando está dominado por los efectos de las

sustancias tóxicas, y no cuando fantasea en su juicio normal.

Sus alucinacionesse ven entorpecidas cuandoirrumpe el fantasma de su

padre, al que sólo conoce por una fotografia.Además ronda por ahí mismo la

persona de Damián Pliego, ahora pareja de su madre:

Depronto la boca se abre, descubriendo unos colmillos deTerodáctiloque


amenazan devorar al Tunas: cruz, cruz, que se vaya Damián y que venga Jesús,
atrás ti0 atrás, [...I yo te hice y te deshago, te aluciné y te desalucino ... La
invocación borra el diabólico retrato pero en su lugar v a formándose otra cara de
líneas angustiosamente
imprecisas. [...I Trata matarlo
de con
rápidas
inhalaciones, pero las bocanadas depegamentoperfeccionan la imagen, le dan
cuerpo, movimiento y una ubicación exacta: la del vagón del metro donde Jorge
Osuna creyó ver a su difunto padre. (p.16- 17)

El Tunas, como hemos podido ver, siente una corrosiva aversión ante cualquier

persona que denote autoridad, y, mayormente, cuando el poder de esta persona

puedatenerinjerenciaen él. Sin embargo, el sentimiento queexperimenta al

recordar a su padre, visto por él en un vagón del metro aun y cuando su madre

siempre le dijo que había muerto, e s antagónico. Una vez más sus sentimientos

se parten ante el punto de vista bifocal, que venimos manejando: el de lo real y lo

imaginario que conviven en el ser de Jorge.

En esta introspección tóxica, y por tanto ficticia, del Tunas, puede notarse un

sentimiento de recuperación del padre que prácticamente le fue arrebatado por

Carmen; con el hecho de traerlo a su mente cae, de nueva cuenta en el tópico

76
onírico de la salvación, aspecto que permite dilucidar un poco qué relación filial

guarda, aunque esta seaa “distancia”.

Freud explica quebajoestossentimientosencontrados, de amor-odio, se

“construye(.. .) la fantasía de salvar a su padre de un peligro de muerte, quedando

así en pazcon él,fantasía quesuele desplazarse luego sobre la figura del

emperador, elrey uotra elevada personalidad, quedando asícapacitadapara

hacerse consciente e inclusopara ser utilizada en la creación poética”.6

Y se dice que el sentimiento se troca antagónico porque una vez que se hace

consciente el deseo de recuperar al padre, predomina en el individuo el rechazo

hacia este; incluso es dominado por la idea rebelde de “<<NOnecesito nada de mi

padre y quiero devolverle todo lo que le he costado>>”.7

Cuando el Tunas sale de su letargo químico, y focaliza su relación padre-hijo,

es cuando surge en é1 el sentimiento negativo hacia su progenitor; no sólo lo

detesta, sino que llega a negarlo bajo la mentira que se repite cien veces: Nací de

una “ausencia sangrante”, soy producto de mí mismo: “[...]Sincho, yo no voy a


dejar que un muertito me diga un día pos sabes qué yo soy tu padre y sabes por

qué, porque yo te hice, ne1 qué, lo vuelvo a matar aunque ya esté muerto, yo me

hice sólo[ ...]“(p.


99).

Esta relación insana entre el Tunas y sus padres deviene en un objetivo muy

propio de la pubertad del individuo. Con la negación de sus progenitores y con el

creerse padre de sí mismo, Jorge busca su autonomía y lucha por conseguir la

emancipación filial. La manera en que adopta Jorge esta tarea psico-biológica es

de una total agresividad; no excluye de susdeseos,tantoconscientes como

Ibid.. p.966.
’ Ibid.,p.966.

77
inconscientes, el del asesinato como via rápida ydirectapara la toma de su

libertad: “La rebeldía emerge como manifestación de la necesidad imperiosa de

afknación personal frente a personas e instancias sociales que persisten en el

empeño de mantener al adolescente vinculado y privado de la autonomía que ya

comienza a necesitar“ .*

Losmáximos niveles de rabia alcanzados por el Turns soncuandomuere

realmente su padre. Ambos sentimientos, el del amor y odio hacia él, se mezclan

para terminarfortaleciendo al del coraje y el rencor paterno para siempre:

Ocupado en recrear el asesinato, el Tunas oyó la vozde Carmen como un bisbeo


que venía de muy lejos. No le bastaba con leer y releer la noticia: quería estar en la
construcción abandonada, sentir que disparaba él, tener mérito en la muerte que
lo había liberado de un lastre invisible. <<A mí me tocabatronarte perome
agandayaron, qué transas. ¿Y tú porqué te dejaste? ¿No quemuypicudo? ¿No
que muy mi padre? Pura madre[ ...](p.194-195)

La actitud violenta de Jorge ante todo y todos los que lo rodean es producto de

una profundainsatisfacción;yano sólo semanifiesta enel recurso de la

ensoñación, ahora pasa a invadirlo en todo su accionar vital. El Tunas sufre una

lacerante frustración social y familiar (a nivelde sentimientos afectivos, como

quedó expuesto), que se sintomatiza en rebeldía, a manera de una respuesta o

mecanismo de defensa que busca anular esa situación personal: “Rozenzweig, en

sustrabajos sobre la frustración,parte de laclásica hipótesis de que toda

frustracih desencadena una respuesta agresiva[. ,.] [cuya] dirección[. ..] son los

otros (sociedad, familia)”.9

a Francisco Secadas y Gonzalo Serrano. Pszcolog‘aevolutiva, Ceac, Barcelona, 1981, p.41.


Ibid., p.42.

78
La libertad o emancipación “sanguínea” por la que pugna nuestro personaje,

tiene que lograrse sobrepasando, necesariamente, el “obstáculo” de la familia. La

emancipación debe de contemplarse en términosglobales y no particulares.

La autonomía personal ambicionada por el Turns no se debe reducir sólo a la

lucha con el ámbito familiar; sin embargo, “para la mayoríade los adolescentes la

familia es el principal obstáculo en el camino hacia la emancipación porque esta

ha sido hasta ahora el principal apoyo y refugio de su vida”.lO

Esa danosa búsqueda por la consecución de la libertad que se observa en la

conducta sentimental de Jorge, es tomada por Otto Rank11 como el factor

determinante en la ascensión evolutiva de cada individuo. Contrariamente a las

teorías de laescuela freudiana, Rank cree que, en laluchainterna detodo

adolescente, el asunto de la independencia con respecto a los lazos familiares se

sobrepone a todas las necesidades de indole sexual.

El eje teórico de los estudios de Rank es la voluntad, concepto que 11 entiende

como “un factor positivo, una fuerza que forma activamente el sí mismo y

modifica el medio”12. El adolescente,por consiguiente, estará avocado a la

conformación integra de su personalidad, de su yo que le ayudará a asumir su

madurez;
y en este periodo
de formación del “sí mismo”, el paso de la

dependencia a la independencia se convierte en el objeto principal del desarrollo

de la personalidad que elindividuo debe lograr: “El establecimiento de su

independencia volitiva, cosa que la sociedad valoriza y exige, llega a ser una tarea

importante pero dificil para el adolescente en desarrollo”.13

10
Ibid., p.43.
” R.E. Muss. Teorías de la adolescencia,Paidos,México. 1993.
12
Ibid., p.43.
l 3 Ibid., p.44.

79
El propio Rank afirma que la ansiedadlibertaria lleva a una situación de

relacionesinterpersonales muy peculiar; elindividuo jamásintentaentablar

vínculos emocionales reales y fuertes,puestoque estos lo situaríandenueva

cuenta en una interactividad personal de dependencia amorosa.

Y eso es, justamente,lo que podemos observar en la vida del Tunas. Su relación

con la “Caguamita”no estásostenida por lazos sentimentales,más bien por

vínculos de necesidad para intentar a través de ella su tan deseada madurez

sexual. Llama la atención, una vez llegado a este punto, como, a la par de Jorge

Osuna, la “Caguamita” también siente necesidad por librar rápidamentela niñez,

viste ropa grandísima, vestidos de su madre, yutensilios anacrónicos:

La Caguamita guardóelbotín enel bolsodeplásticoazul marino con elque


parecía una secretaria en miniatura ...I Ademásdebolso, la Caguamita usaba
tacones de señora , o más bien se subía en ellos y los arrastraba, como ahora,
esquivando las grietas de la acera parano irse de bruces.”(p.96)

Es como si ambos renegaran de su infancia; la niñez resulta como un estado

deleznable dentro de este marco citadino de violencia y rapacidad. No obstante a

que en Jorge senotauna urgencia violenta por arrancar contodaunión

sentimental que lo haga ver como un niño propicio para darle cariño y cuidado,

su principal preocupación ontológica se halla dentro de la demarcación delo

sexual.

Hemos mencionado que el personaje sí se sabe en una situación social grave;

sin embargo, la asume como propia y como un elemento más de su condición

personal de siempre estarenlaluchacontra algo o alguien. No percibimos

realmente en 11 una concienciasocialque le permita sentirrencorcontraun

sistema de desarrollo económico dispar y siempre en contra de los intereses de

80
las clases más desprotegidas. Es más hiriente para el Tunas su realidad fisica de

infante no apto aún para la cópula sexual; por esto sí se lamenta en demasía, y lo

ve como una afrenta social.

En lo anterior radica, precisamente, su “tragedia sexual”; en la de un pubis sin

ningún vello, en
la de un órgano sexual que no
termina
por
madurar

completamente. La “tragedia” aumenta porque su mente le lleva años de ventaja

sexual a su composición fisiológica; el Tunas, por consiguiente, seencuentra

empantanado en un anacronismo doloroso entre cuerpo y mente, y ve esto como

una traición del tiempo:

- ¡Nocuenta con nada, ni siquiera con pelos!


- ¡Ni siquiera con pelos!
-repite el padre, apuntando con su habano a la
entrepierna del novio.
Avergonzado, herido, herido en su orgullo, el Tunas huye del implacable trío[...]
Afuera no sabe a dónde i r , todas las calles le parecen hostiles. Da lo mismo qué
rumbo tome, la mancha de su pubis sin mancha lo perseguirá por doquier. Un
impulso masoquista lo conduce a unos baños devapor.Gordos con pelos,
ancianos con pelos, pelos con pelos... ¡Dios e s injusto! Así no tiene sentido vivir.
Más vale un suicidio honroso que soportar con los brazos cruzados la traición del
tiempo. (p.23-24).

Elpersonaje deJorge Osunaestáestructurado de acuerdo a mecanismos

psicológicos tipicos del proceso adolescente para el fortalecimiento de su

individualidad. En esta etapa las evoluciones sexuales que se dan en el cuerpo,

como es sabido,son de suma importancia: “En la pubertad,losimpulsos

sexuales d o r a n y provocan la
subordinación de todos los
instintos y

componentes sexuales a la supremacíade la zona genitaY.14

14
Ibidem., p.32.

81
Los cambios biológicos que sesucitan en el cuerpo tienen una injerencia

directaen la seguridad emocional del pubescente a lahora de formarse una

imagen de sí mismo, y de cómo aparece ante la mirada de los otros miembros del

grupo o comunidad: “Todo


ello adquiere una máxima importancia, puesla

seguridad [como hemos dicho] y el afianzamiento personal pueden provenir, en

buena parte, de sentirse aceptado fisicamente, de ajustarse al modelo prevalente

en su entorno”.15

La crisis sexual del Tunas, entonces, está dada por el desa@te de su cuerpo

incapaz todavía para el acto copulativo, siendo que su medio social, de

hacinamiento y promiscuidad, está regido por una itica sexual masculina que

prácticamente obliga a Jorge a sumirseen el papel de depredador sexual; el

Tunas cree que el “titulo” de hombrereal y valedero sólo puede obtenerse

mediante el logro de la relación sexual.

La precocidad o el retraso en la madurez psico-sexual tiene diferente valor de

acuerdo al género de la persona, para la mujer la precocidad es desfavorable;

mientrasquepara el hombre la madurezvenéreatardía es tomada como

ofensival6, e, incluso, para el í?.mas,como algo imperdonable:

Pero qué tal si el juez me dice, no, pos alviánate con tu chava, échate un acostón
en vezde atascarle al cemento Zeh? Sena más peor todavía porque ni modode
contestarle pus fijate que no tengo pelos ni nada y mi chava e s una morrita igual
que yo, ni chiches le han salido, por eso no cogemos, nomás hacemos la finta ...
uuy no, eso nel, mejor que no te deje hablar la ley, capaz que se enojaba el juez y
me mandaba mucho a chingar a mi madre[ ...](p.98)

l5 Francisco S a d a s - G.Serrano, Op.Cit.,p.3 1


16
Ibid., p.32.

82
La obsesión sexual del Tunas se conflictúa aún más por lo que hemos dicho del

entornosocio-culturalen dondevive. No es posible, para Jorge, adquirir una

conciencia sexual dentro de lo normal en un medio ríspido donde no se habla ni,

muchomenos,seeducasexualmente; donde lasdudas sobre eseaspecto

humano, lejos de resolverse, aumentan. Aunque, paradójicamente, la sexualidad

en esos espacios está a la ordendeldía:pornografia al por mayor, escándalos

sexuales entre parejas y amantes, etc. De hecho, el propio Jorge proviene de una

familia que entró por varios años en truculencias sexuales, como las ya tratadas

en el capitulo uno.

Allison
Davies desarrolla el concepto de socialización para explicarse la

conducta propia del ser humano correspondiente alentorno fisico del que es

parte integral. Textualmente define sociulización como “el proceso por el cual el

individuo aprende y adopta los modos, ideas, creencias, valores y normas de su

cultura particular y losincorpora a su personalidad”.17

Por lo tanto, el proceso de “socialización” por la que atraviesa nuestro personaje

es adversa; su realidad no se sujeta a las teorías de stundarización psicosocial

que expresan algunosestudiosos del tema, debido a que en la realidad donde está

creciendo Jorge, no se encarga de definir y, consecuentemente de transmitir, esos

rasgos de conducta aceptables para el desenvolvimiento común de los individuos;

aspecto que Davies presupone como existente en toda sociedad.

Jorge Osuna, entonces, e s lo resultante de la sociedad degradada en que vive;

sabe muy bien cuáles son los engranes de la corrupción por los que transita la

realidad nacional, él mismo ejerce el vicio y la violencia de que se componen los

aconteceres diarios. Inclusive esa creación paralela de su existencia, como lo son

17
R.E. Muss. Op.cit., p.137.

83
sus fantasías, también están contaminadas por esa sordidez citadina, en mayor

parte, por el grado de corrupción institucional que se vive:

¡Es una charola de la Policía Judicial! ¡Es loque necesitaba para vengarse del
mundo! [..,I Siempre h a envidiado a los dichosos portadores de esas credenciales.
íCuántashistorias h a oído sobre sus poderes mágicos! Basta mostrarlaen la
puerta de un cabaret para obtener una mesa y una fichera de pista; es un arma
infalible para robar automóviles, con ella se pueden cometer asesinatos,
violaciones y secuestros, traficar droga, orinar encima de la ley, hacer
fortuna[...](p.24).

En este mismo pasaje de la novela se puede observar una vez más la fijación

obsesiva del Tunas por


conseguir la madurez fisiológica de su aparato

reproductor; la escena es de una hipérbole grotesca llena de humor, tonoque

consigue, ante el lector, aligerar el sufrimiento pubico del Tunas por su carencia

de vello en esa zona:

-Las piernas de mi hija, jovencito ...


En esta ocasión el que da la sorpresa e s el Tunas. En vez de responder, se
baja los pantalones y coloca la credencial frente a su sexo. Una cerrada mata de
pendejos le brota de las ingles. La tia deja caer su monóculo en la taza de té, la
madre de Isela sufre un síncope, su marido se traga el puro. iQUé linda e s l a
venganza! Pero algo grave la empaña: los pelos siguen saliendo sin control; bajan
por sus muslos como un batallón de hormigas, avanzan por el suelo y enroscan a
las piernas de Isela, que
piden
auxilio mientras la pelambre continúa
extendiéndose hasta enredar en su laberinto la mesa del
comedor, la
vitrina[...](p.26).

No existe otro camino para Jorge que el adentrarse en las condiciones que le

marca su sociedad; condiciones que le permitirán formar parte activa del medio

vital adulto, dejando con ello el anonimato que al parecer se vive durante la niñez.

84
La emancipación de la que hablamos unas páginas atrás, e s sólo un elemento

para conseguir un cierto protagonismo social; pero el factor determinante con el

que conquistará, finalmente, el Tunas su realidad es la completud fisiológica

para el contacto sexual. De ese aspecto tan preciado, en un contexto novelístico

donde la sexualidad es de suma importancia, pende su “proceso de socialización”;

es decir, su aceptación, prestigio y valor como elemento de un grupo sociocultural

dado.

Ese proceso de socialización, como lo llama Allison Davies, produce una

“ansiedad socializada”, elemento subyacente de toda forma de conducta

relacionada con las metas, los valores y las normas de determinada clase sociaP8,

que en el caso deJorge se manifiesta también de manera sexual. La ansiedad

socializada del Tunas depende exclusivamente dellogro“carnal”, de conseguir

una vez por todas el tan anhelado orgasmo; para así empezar una prestigiosa y

popular carrera de promiscuidad. Esto Último, a decir del propio Davies, será la

gratificación socialque se le determina socialmente, en este caso a Jorge, con

respecto al nivel de cultura en que se halla.

El incremento en la utilización de la fantasía como instrumento reparador de

situacionesrealesinaceptables, lleva, paulatinamente,-según Anna Freud- a

tomar conductas agresivas cada vez más peligrosas, donde -incluso- se puede

llegar a cometer algún crimen. 19

Jorge está en la fase crítica de la prepubscencia; etapa de gran neurosis que es

acompañada por un sentimiento de culpa y deinferioridad queproblematizan

aún más los estados emocionales en transición del niño. El sentimiento de

’*Ibid., p.139.
19
Ibid., p.39.

85
inferioridad que expresa el flrnas no está exenta de las preocupaciones sexuales

que lo envuelven; el no poder accederal corpus venéreo queparece regir

cualitativamente a su entorno social, hace que se sienta disminuido como entidad

biológica; está entotaldesventajaante las exigencias de una realidad que, al

parecer, se mide por las proezas copulativas.

Dicho estado transitorio de la infancia a la adolescencia, en lo que respecta a

los impulsos agresivos cada vez enaumento,tambiénestán reflejados en la

psique de Jorge. El odio acumulado a través de los años por las carencias, tanto

afectivas como económicas, por la necesidadde salir diariamente a defenderse del

pasoaplastante de la realidad microsocial de la familia Osuna;así como la

transformación psico-fisiológica de todo individuo a esa edad, hacen que el Tunas

cometa lo que tiene quecometerpor amor propio, es decir, el asesinato de la

figura represora que tiene más cercana, puesto que no pudo llevarlo a cabo en su

propio padre porque “sele adelantaron”, el amante de su madre: Damián Pliego.

Con ese acto de justicia patológica Jorge excluye de su vida todo lo que pueda

significar orden, autoridad, responsabilidad; además de que cada vez se acerca

más a latan ambicionadaemancipación. Asimismoel término del desarrollo

genital trae consigo también el fm del proceso psicosexual de ese periodo

vivencial detodo niño; y una vez que se consigue lo anterior “el torbellino de

rudeza, agresividad y perversión se desvanece como una pesadilla”20

Ese suceso en la vida de Jorge no lo llegamos a presenciar, sólo somos testigos

de que su camino existencial parece aclararse una vez que el primer vello pubico

hace su milagrosa aparición:

2o Ibid, p.40.

86
Es la hora en que la noche alcanza su mayor espesura y los animales exiliados en
la ciudad, perros o gatos, hombres y ratas de sulfürica sangre, hacen el amor para
matar el insomnio. Los coches
pasan pero ya no se van solos, alguien
trasnochador y digno de fe, borracho por ventura, los maneja sin prisa de llegar a
ninguna parte. Hora de vestidos que se rasgan, coladeras cantantes y paseos de
caminantes locos en los que sólo está despierta la llama de la inconformidad. A
esa hora el Tunas sienteun escozor entre las piernas. Se lleva la mano al pubis y
tropieza con un prodgio. Es un pelo, sincho, un hermoso pelo que vibra en sus
manos como una pértiga, un pelo robusto que se ganó con sangre y nadie podrá
quitarle nunca: el pelo de la resurrección. Exhalar.

Rosalba Campra, por otra parte, plantea en su trabajo La ciudad en el discurso

literario que “La literatura impone una reinvención de las ciudadesquela

realidad le propone”21; así pues, contamos con una Praga de Kafka, un Buenos

Airesde Borges, etc. Sin embargo, elMéxicode Sernanoes exclusivo de él,

nosotros como lectores podemos identificar y testificar que el espectro de ciudad,

a nivel de realidad, que propone, e s totalmente palpable.

Precisamente esa es unade sus cualidades como un escritor interesante ya que

“posee un amplio poder de registros sociológicos y psicológicos que le permiten

recrear zonas sociales y paradigmas individuales reconocibles en las miasmas y

síndromes de la urbe”.22

Uno soñaba que era rey es unanovela que nos muestra unretablo sociocultural

de cada uno de los múltiples sectores que componen al México en pleno proceso

neoliberal:

País del collage y el pastiche de su herencia histórica expresada en sus creencias,


usos, costumbres, mestizajes y roces cotidianos, de las paradojas del Ziberalismo y

21
Rosalba C a m p . La ciudaden el discurso literario, SYC, núm.5, Buenos Aires, 1994, p.20.
22 Omar González. “Y en un momento quiso un pastel”, en Unomúsuno, México D.F., 16 de junio de 1990.

87
de la democracia en que descansan las instituciones económicas y políticas y la
estructura del poder, de la pseudocultura queimponen los massmedia, del
consumismo, del subdesarrollo, de la creciente norteamericanización, y del folklore
abigarrado que vive y padece la [...] Ciudad de México en el ocaso del siglo x x . Z c 3

La relación entre el personaje y su autor tiene que ver precisamentecon lo

anterior; aspecto que nos sirve para identificar la función narrativa del Tunas en

laobra que analizamos. Jorge será elVirgilio suburbanoquenos introducirá

dramáticamenteenloslaberínticos mundos del contexto nacional endonde se

desenvuelve la tramade la novela.

Dentro de la novela, como afirma Tacca24, se pueden distinguir dos formas de

utilización de lospersonajes.Una es tomaral propio personaje como tema

central, e s decir, que toda la obra se desenvuelva a partir de él; que sea éste la

sustancia importante del mundo a explorar.

El otro enfoque que distingue Tacca es eldel personaje Ucomomedio,como

técnica”, en el que fungirá, ya no como centro sino, como artífice de la narración

para la revisión del mundo por parte del autor. Estos últimos personajes, pues,

dejarán de ser el tema mismo de la novela para pasar a ser fuentes informadoras

que nos ayuden a desentrañar la realidad abierta por la novela.

En la segunda característica es donde podemos situar a Jorge Osuna. El tunas

es un personaje que le sirve a Enrique Serna como instrumento explorador de

toda una realidad nacional, como ya ha quedado dicho,llena de contrastes,

carencias, hipocresía, corrupción, y desigualdades sociales poco enmascarables.

Aspectos que son ridículamente reducidos por el personaje más esperpéntico de

23 Ibid.
24 O. Tacca. Op.Cit., p. 130.

88
obra,
la Marcos Valladares, prominente
empresario de los medios de

comunicación, quien cree


que dichas condiciones son fácilmente salvables

mediante una risible ideología capitalista:

Iba [Marcos Valladares] por Diagonal de San Antonio tratando de rebasar a un


Ruta 100 cuando sintió en la nuca el aguijón de una mirada colectiva. Si algo
detestaba de manejar en la Ciudad de México era la gente que lo veía desde los
camiones[ ...I De aquellos óvalos negruzcos, semejantes a fósforos amotinados en
una cajetilla móvil, brotaba una rabia gelatinosa que se pegaba a l a s ventanas del
carro[...l. Se tranquilizaba[...]explicándose las causas de la envidia y el
resentimiento con generalizaciones sobre ”los defectos ancestrales del mexicano”
que habían llegado a él a través de películas, Best sellers, y programas de
televisión. En esa escuela de costumbrismo cívico-cínico había encontrado las
claves para entender y analizar la miseria que circundaba su Mercedes.¿Qué
culpa tenía él de que la pereza, el ai se va, la apatia y el complejo de inferioridad
viajaran comprimidos en un camión respirando su propia pestilencia?[.. .] ¿Cuándo
aprenderían a ser productivos y responsables? Oportunidades para superarse
había de sobra, el problema era lamentalidad de toda esa gente. (p.57-58)

Jorge es el que vive más directamente las inclemencias de una ciudad poco

sensible; él es el que habita los últimos infiernos de una sociedad donde “la

simulación y el egoísmo se dan en todas las clases: los medios, el fanatismo y la

falta de una verdadera educación también la padecemos todos, ricos y pobres, de

izquierda y derecha”.25

El T u r n es el encargado de desnudar, indirectamente, la hipocresía de

instituciones sociales que tienen una importante injerencia ideológica en México,

como lo sonlosmedios de comunicación electrónicos. Doblemoral y falso

compromiso nacional quequedanencarnados en el fraudulento y vergonzante

Vicente F.Torres. “Enrique Serna: El ocaso de la p e r a dama y Uno soilaba que era rey”, en Unomásuno,
México D.F., 10 de febrero de 1990, s.p.

89
premio para gente marginada llamado, pestilentemente, Quo Melius nlac; donde

queda demostrado el alejamiento de la realidad social de los medios con respecto

a la situación de las
clases
más desprotegidas tanto
económica como

culturalmente.

Radio Familiar, empresa de Marcos Valladares, es el parangóninstitucional

encargada de propagar toda una visión oficialista que quiere dotar de idealismo y

romanticismo a lacruda vidade un país queatraviesapor una crisissin

precedente histórico en todos los niveles. Escamoteo de la realidad que responde,

claramente, a los intereses más reaccionarios y conservadores de una sociedad

pudiente, representada
-mayomente- por
la familia de Valladares, pero

envilecida aún más que su contraparte proletaria.

El concurso para premiar, entre muchos, un acto heroico infantil a llevarse a

cabo durante el tradicional aniversario de los Niños Héroes, cuyo premio consta

de un millón de pesos y un viaje a Roma para conocer al Papa, es el eje narrativo

en donde convergerán las dos historias principales de la novela. Es decir, la de la

familia Osuna y la de Marcos; unidas por la desgracia y por la irresponsabilidad

en el asesinato del padre de Jorge.

Una vez más, Enrique Serna utiliza como Leitmotiv un concurso, ya empleado

en su primerobranarrativa SeñoritaMéxico, paramostrarnos el gradode

decadencia moral que pervive en las entrañas de toda una ciudad que se desgaja

en conductas fraudulentas yde un descreimiento cabalgante.

Sin embargo,suponemosque la intención de Sernaesalejarse lo más que

pueda de lanomenclatura tradicional del melodrama que “como tantos otros

90
géneros mitificantes, parte de la desviación y el sufrimiento para al final redimir y

recompensar a sus personajes, Sernaprefiere la retórica del naturalismo[ ...]”.~CI

El narrador de Uno sonaba que era rey no siente una especial simpatía hacia

ningún personaje de la novela; situada la obrapor completo bajo las condiciones

esperpénticas con lasque desde un principio trabajó el autor, y como ha quedado

ya referido en su momento, todos los seres que se dan cita narrativamente no

salen bien librados moralmente. Las tragedias personales de esosseresse

acumulan, la del intelectual que traiciona sus convicciones e ideales al trabajar

rastreramenteen una empresa de comunicación cuasi gubernamentaly al

escribir una editorial para el capital. La del mismo Valladares con sus problemas

de conciencia y sus corruptelas autosantificadoras; y ya no hablemos de las de

Damián y Carmen, en eso radica el carácter esperpéntico, en cuanto a que nadie

se sobrepone a las inmundicias intrínsecas: “todos los habitantes de esta ciudad

comparten una atmósfera y una respuesta: el valemadrismo y la necesidad de

apurarlos momentosinmediatossin pensaren el maiiana porque puede ser

peoY.27

No obstante, aunque el narrador no experimenta ninguna inclinación sobre sus

individuos narrativos, el autor sí siente una similitud de características con

respecto a su personaje el Tunas:

Una actitud un poco rabiosa ante la realidad [habla Serna], inconformidad,


satisfacción, rebeldía. Y también un conflictodeoposición ante la familia.Creo
que ahí me estoy haciendo una especie de psicoanálisis, porque en El Tunas se

José Hornero. “Los espejos de Serna”, en El Semanario. México D.F


’’ José Francisco C. Ortega. Op.Ci.t

91
refleja un ansia de liberación de yugos familiares[...] Es un ansia de liberación
tanto paternacomo política yeconómica.28

Jorge Osuna es el que al final muestraunactodetotalhonestidad al no

aceptar el inmerecido premio; e s el Único que medianamente se salva del cuadro

grotesco de los caracteres interactuantes en lanovela:

Tiene urgencia [Jorge] de ver a su madre, quiere desengañarla y probarle que un


gandaya como 11 no puede recibir un premio para pendejitos ejemplares. <<<Yoa
qué horas le chillé a la maestra Salgado? Ese fue otro hijo suyo que le nació, a él
que le den el premio, no a m í , luego acá la banda se cotorrea, míralo, e s el erue de
los putos, ne1 cuál erne[...] que dizque se siente orgullosa de m í , chale, si el premio
fue de pura chiripada, me cayó como ladrillazo, madres, pero a ella le gustan los
ladrillazos, los ve caer y no se quita, es pendeja o se hace o las dos cosas, no s é ,
por eso ya me quiero desafanar[,..](p.305)

Termina victorioso, ha matado al odiado compañero de su madre; a su padre,

desafortunadamente, otro lo mató pero igual está fuera de su vida. Se vengó de

su madre al no sumarse a la farsa del recibimiento del premio y, lo que es mejor,

ya comienza a poblarse supubis devellos queapuntanhacia el alba de un

renacimiento, de una nueva vida ya dentro del plano total y satisfactorio de la

ejercitación sexual adulta.

28
en Unomúsuno, México. D.F.,
Ignacio Trejo fuentes. “La bondad pervierte a la literatura- Enrique Serna”,
20 de julio de 1991.

92
Con esta novela, Enrique Sema parece que quiere demostrar una de las
tantas caras dramáticas que sueletener la literatura:lanovelacomo
mímesis de la realidad, de su irrefrenable abigarramiento impuro y fugaz.
La literatura, por quénodecirlo, muchas veces juega a parecerse a un
periódico; sí, a un periodicucho de la vida por las que en sus ocho columnas
drena la cotidianidad baja y estrujante de unarealidad tortuosa.
Así, Serna a lo largo de su obra narrativa abre el marco espectral de la
Ciudad de Méxicocomoepígono de una torre de Babel cada vez menos
comprensible; ciudad resquebrajada que funciona COMO el espejo moral de
todo un conglomerado social en pleno descensohumanitario.
Por esos cuadros citadinos trastabillean personajes que casi se caen a
pedazos debido a su desmedida hipocresía, a su corrosivo rencor, y a un
revanchismo y oportunismo social que, de tan exagerado que en ocasiones
es, más que volverse una denuncia social seria, por parte del autor, se nos
presenta como una gran farsa dramática, con tonos de un humor incisivo
que logran proporcionarle a las acciones frescura; a la vez que esquiva una
solemnidad sociológica que era de esperarse ante talestemas.
Dice Claudio MagrisI que quizá nunca como en nuestra época la literatura
ha reclamado y desarrollado una función cognoscitiva, que en el periodo
entre el fin de siglo y los años treinta (‘la gran estación cultural del siglo
XIX, la frontera más avanzada alcanzada por la literatura”) escritores como
M u d , Joyce, Proust, Svevo, Mann, Brock Faulkner y otros, le exigieron a la
narrativa ese conocimiento del mundo. Sólo una novela, continúa diciendo,
que cargase sobre sus hombros esas problemáticas, es decir, mostrando

’ Claudio Magris. “Literaturay formación de la personalidad”, en El semanario cultural, El Novedades


(México, D.F.) 24 de octubre de 1999, p.4.

93
cómo viuían los hombres ese mundo disgregado, podía y puede atrapar el
sentido de la realidad y de su disolución.
Enrique S e m no está muy alejado de esa conceptualización en torno a la
creación novelística; él ha manifestado que, de alguna manera, el escribir le
ayuda a entender la conducta humana, que escribe no de lo que sabe sino
para tratar de explicarse la realidad, que, para seguir el orden lógico,
representa Eo desconocido, lo inasible.
Precisamente el sondeo de las actitudes humanas e s uno de los puntos
nucleares en toda la obra de Serna. La conformación de personajes no sólo
“redondos” sino complejos, algunos en demasía, es lo quepodemos
subrayar como elemento de suma importancia en la creación “serniana”.E n
realidad, tantolas novelas como los cuentos delEnrique Serna, están
sustentados dradticamente m& por el trabajo
narratológico de los
personajes que por la relevanciade la anécdota.
Novelas como Uno soñaba que era rey, Señorita México, o los cuentos de
Amores de segunda mano así lo demuestran; tal vez en El miedo a los
animales el motivo se sobre ponga, por momentos, al cuadro grotesco de los
“sujetos narrativos”, pero, finalmente, ellos son los pilares estructurales (y
memorables) de la obra.
En consideración a lo anterior es que hemos decidido analizar, a lo largo
de todo el trabajo precedente, el accionar de tres personajes que cumplen
con un mismo patrón “existen&aln,e s decir, el del conflicto socio-sexual.
Tanto Carmen, como Damián y “el Tunas”, son “seres”escindidos; viven
en un eterno dilema intimo, el de entregarse a sus naturales instintos de
búsqueda de placer o el de la insatisfacción sexual motivada por el yugo
moralista de instituciones, ya determinadas por nosotros, con un especial
grado de incidencia en su proceder.
La vida de tales figuras narrativas fluctúa en dos niveles, en lo que
representan hacia el “exterior” y lo que viven en sus “adentros”personales.
Carmen Osuna, por ejemplo, e s una mujer que toda su vida se enfrascó en
la paradoja del placer y el pecado; su naturaleza la convocaba al goce de

94
una relación sexual plena con su marido, sin embargo los ardores de su
concienciareligiosa, ayudados por los dogmas lacerantes de un vigilante
celoso e incisivo como lo es elPadreGervasio, digno representante de la
institución religiosa por antonomasia, la llevaron a lapenitencia perpetua de
la culpa.
Carmen, en el presente de la narración de Uno soñaba que era rey, e s la
perfecta figura de la represión; la ha vencido el peso de las confesiones,
aduana católica donde sus antojos carnales no Beron capaces de sobrevivir
a la impositiva moral masculina que se esparce desde el púlpito.
Mujer que por haber experimentado el goce de los cuerpos en conjunción
se cree manchada para siempre, e s impura, e s una puta reincidente; esa
cruz marcada con carbón la despeñaenuna neurosis de ascetismo
exacerbado, llegaa flagelarse, mantiene un afánde limpiezaridículo y
simbólico en la cantina donde trabaja; aborrece su cuerpo, Eo esconde
celosamente ante las miradas imaginarias de los demonios con carne de
hombre, hasta que queda reducida a un guiñapo humano.
La imagen que muestra Carmen, por tanto, es la de la santa, la de la
mujer que ha renunciado a los placeres perecederos para alojarse por
siempre en las bondades estériles de latranquilidad de conciencia; paz
espiritual de apariencia externa que en ocasiones se ve subvertida por el
arrepentimiento que tiene ella misma por haber sacrifleado su pasión, su
derecho al placer corporal, el constructo intimo. Carmen ha visitado el
infierno y el cielo, pero ni uno e s mejor que el otro.
Damián, por su parte, colinda con los pesares de Carmen; el señor Pliego
que camina rumboa su trabajo es un ser intachable, ha dedicado
solemnemente toda su vida al cuidado de su madre, no cede ante ningún
vicio, del trabajo a su casa, de su casa al trabajo. La imagen de ciudadano
modelo parece que le viene bien; sin embargo, en su interior se le calcina
otro Damián, un señor Pliego con una sexualidad tormentosa, e s un “sucio
mirón” deparejashomosexuales que se meten al cine Mariscala a
prodigarse caricias clandestinas.

95
El señor Pliego que se mueve en las tinieblas, el que m se deja mostrar
ante los ojos de los demás, e s un homosexual reprimido que para acallar las
voces de su inclinación venérea cometela delación restauradora, aunque
sea pasajera, desu virilidad heterosexual cada vez másdolorosa.
Damián e s víctima, sin saberlo a ciencia cierta, de todo un aparato social
que no está dispuesto a aceptar, por el bien de su moral añeja, placeres que
le resulten extraños; la intolerancia social hacia el homosexualismo ya le
está dada a Damián por default, e s parte del contexto “cultural”en donde
nació y ha vivido. Por ello e s que él mismo e s su principal juez y verdugo; la
intolerancia que tiene introyectada se potencializa al ser aplicada a sí mimo;
el sentimiento de culpa que viene después de que se masturba al espiar los
juegos eróticos de los que sí han sabido asumir su condición sexual, es
aplastante y nada indolora.
El Damián verdadero m e s el que pasea por las calles del centro de la
ciudad con la pesada máscara de la paz interna, sino el que arrastra sus
miserias sexuales, el cobarde que no estádispuesto a gozarcomo su
naturaleza sexual se lo pide. Damián es un ser tremendamente resentido
con la vida, se ha hecho cargo de su madre pero porque sus hermanos se la
aventaron; vive miserablemente de un trabajo envilecedor, e s ninguneado
por los miembros de su sindicato, odia a los demás y se odia él mismo. El
grado de fmstración social m tiene parangón con el sexual; este personaje
acaba sus días siendo preso de la apariencia, renuncia a su sexualidad por
hacer lo socialmente correcto. Su tragedia personal radica en ello, en el
holocausto de su sentir erótico por la vejante moralidad heterosexual y
masculina que impera, como suelo inamovible, en nuestra sociedad.
Por últim, Jorge Osuna, “el Tunas: e s el personaje que viene a cerrar el
triángulo familiar de la muela. El nifw es el depositario directo de la
descomposición del medio social en que se mueve; al igual que su madre y
Damián, también su vida transcurre fragmentada en dos: en lo que
aparenta exteriormente y lo que realmente vive en su interior.

96
El “Tunas” conoce muy bien la ley no declarada en la Ciudad de México: la
corrupción y la violencia; e s un niño, como ya vimos, que se droga junto con
sus compañeros de barrio, trabaja en los semáforos, participa en las peleas
callejeras de su colonia, además de que ocasionalmente se dedica a asaltar.
Pero no es su condición social lo que le lastima, su mayor preocupación es
de indole sexual; sufre por que aún no alcanza la madurez sexual que le
permitatener u n contacto sexual completo con su noviecita de esquina.
Jorge, al ser producto de su medio, se siente, como ya se explicó mejor en su
momento, con la obligación ineludible de “cumplir como el hombre que es”,
incluso reniega todo el tiempo de su realidad infantil y su mayor obsesión e s
que le aparezca vello en el pubis; mientras nu sucede eso su vida transcurre
de manera dolorosa e insoportable.
La similitud del patrón existencia1 entre los tres personajes tratados, nos
llevó a defender la tesis de que los conflictos sexuales de cada uno de ellos
se sobreponen a los problemas que una realidad socioecónomica tan crítica
y feroz, en todos los sentidos, les llega a poner de frente. Hemos dicho que
Enrique S e m intenta comprender el entramado de las actitudes humanas
que se dan en un cerco social como el del México d e los ochentas; ciudad
que para esos años sufria, como ya se dijo también, una de las crisis más
severa hasta ese entonces conocidas. Perocorno hemos venido viendo, el
problema central de los individuos narrativos creados por el autor, reside en
su geografia interna, en su constitución psico-emocional, y no enlas
adversidades económicas de un país en pleno descenso porel tobogán del
empobrecimiento.
El pesimismo deSerna, por consiguiente, es de doble filo. Por una parte lo
que aqueja, sin duda, al actor social e s su realidad económica precaria; y
por otra parte, está la situación sexual de cada uno de ellos, que gana en
importancia a la primera. Entonces, de esto podemosextraer lo que parece
ser la premisa ontológica de lanovela Uno sofiaba que era rey: el
constreñimiento y la coacción del hombre por la injerencia directa, en todos

Y7
los niveles de su vida, de un poder social (llámese iglesia, familia, entorno
vital, etc.)pre&icioso, corrupto y represor.
El “hombre serniano” no
goza de libertad, está presoen las fauces deurn
sociedad con estructuras morales rígidamente predeterminadas; pero más

que moral e s una moralina social pestilente que degrada al individuo que,
sin tener otraopción conductual, tiene que ceñirse a la sene de valores
lesivos que se separan deella.
El sacrificio de “humanidad”que tanto Carmen como Damián y, enmenor
medida, “el Tunas” hacen, tiene todo el carácter de una derrota personal
muy cruda; finalmente, los dos primeros personajes terminan asumiendo
todas las consecuencias que les acarrea el no querer, o poder, separarse de
la alienación moralque les dicta su sociedad. Damián y Carmen poco a poco
se uan oscureciendo a lo largo de lanouela;conforme van aceptando el
automatismo de lo que el poder de las instituciones considera como lo
“normal social”, van construyendo su tragedia personal: acaban siendo el
eco monstruoso y vil de sus pasiones cegadas.
No así Jorge Osuna; él tiene un f i n a l diferente, aunque no exento de cierto
pesimismo socarrón por parte de Serna. El “Tunas”alcanza el amanecer
después de haber naufragado en la pesadilla que representa la realidad
dramútica de Uno soñaba que era rey; termina sostenido, milagrosamente,
a un vello púbico que se muestra como astro rey para encerrar la negrurade
su anterior vida semisexual.

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