Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
¿QUÉ ES?
El hecho de sentirse triste, “deprimida”, de tener pensamientos negativos o dificultad para
dormir no significa necesariamente que usted sufra una depresión. Los momentos de
“depresión”, de tristeza, de duda o de cuestionamiento forman parte de la vida.
A lo largo de la vida y en relación con los acontecimientos que nos van sucediendo, las personas
experimentamos una amplia gama de sentimientos, del más triste al más optimista. Dentro de
esta variedad de emociones, la tristeza, el desánimo y la desesperación son experiencias
humanas normales. Estas disminuciones en el estado de ánimo no deben confundirse con las
que experimenta una persona deprimida.
La depresión es en España la enfermedad mental más diagnosticada, con una prevalencia1 del
5,2%. Además, si se le añade el trastorno mixto ansioso-depresivo, las estadísticas aumentan
considerablemente. Según la Organización Mundial de la Salud, las mujeres son más propensas
que los hombres a la depresión y a la ansiedad, con casi el doble de posibilidades de sufrir un
episodio a lo largo de su vida.
Existen varios tipos de trastornos depresivos, los más comunes son el trastorno depresivo grave,
el trastorno distímico y la depresión menor:
Trastorno depresivo grave. También llamado depresión grave, se caracteriza por una
combinación de síntomas que interfieren con la habilidad para trabajar, dormir, estudiar, comer,
y disfrutar de las actividades que antes resultaban placenteras. La depresión grave incapacita a
la persona y le impide desempeñarse con normalidad. Es posible que un episodio de depresión
grave ocurra solamente una vez en de la vida de una persona, pero mayormente, puede volver
a aparecer durante las diferentes etapas de la vida.
1
Organización Mundial de la Salud. (2017). Depresión y otros trastornos mentales comunes: estimaciones
globales de salud.
Depresión menor. Los síntomas de la depresión menor son similares a los de la depresión grave
y la distimia, pero son menos graves y/o generalmente duran menos tiempo.
Algunos de estos factores pueden actuar bastante antes de que se presente la depresión,
“preparando el terreno”, y se les conoce como factores de riesgo o de vulnerabilidad. Por
ejemplo, el hecho de tener un padre o una madre que hayan sufrido depresión, aumentaría el
riesgo de poder verse afectada por esta enfermedad; del mismo modo, el haber vivido
acontecimientos traumáticos o conflictivos graves en la familia durante la primera infancia, está
asociado con un mayor riesgo de depresión en la edad adulta.
Otro grupo de factores actúan justo antes de la depresión, la desencadenan, y se les conoce
como factores precipitantes. Por ejemplo, la pérdida de un ser querido o una ruptura amorosa.
La psicoterapia puede ser la mejor opción para tratar la depresión leve y moderada. Pero, es
posible que para los casos graves de depresión o para ciertas personas, la psicoterapia no sea
suficiente, por lo que la vía más efectiva consiste en la combinación de ambos métodos.
También se pueden acompañar los métodos tradicionales con las terapias de medicina
alternativa o complementaria (MAC), algunas de las cuales pueden ayudar a mejorar los
síntomas de la depresión, como pueden ser la actividad física regular, que aumenta los niveles
de químicos del cerebro que controlan el estado anímico (muchos estudios muestran que todos
los tipos de actividad física, incluso yoga y Tai Chi, ayudan a mejorar la salud mental de las
mujeres)2; y la fitoterapia que consiste en la utilización de plantas medicinales que aportan
beneficios al organismo, siempre bajo la estrecha supervisión de un especialista3.
2
Harner, H., Hanlon, A.L., Garfinkel, M. (2010). El efecto del yoga Iyengar en la salud mental de mujeres
encarceladas: un estudio de factibilidad (versión en inglés). Nursing Research; 59(6): 389-99.
3
Piera, M. (2003). Fitoterapia, psicoterapia y depresión. Farmacia Profesional. 17(9): 56.
✓ Comience a hacer actividades o ejercicios físicos moderados. Vaya al cine o a algún otro
evento o actividad que solía disfrutar. Participe en actividades religiosas, sociales o de
otro tipo.
✓ Asígnese metas realistas.
✓ Divida las tareas grandes en tareas pequeñas, establezca algunas prioridades y haga lo
que pueda cuando pueda.
✓ Trate de pasar tiempo con otras personas y elija un amigo/a o un familiar de confianza
como confidente. Trate de no aislarse y deje que los demás la ayuden.
✓ Su ánimo mejorará poco a poco, no de inmediato. No espere salir de su depresión en un
"abrir y cerrar de ojos". Frecuentemente, durante el tratamiento de la depresión, el
sueño y el apetito comenzarán a mejorar antes de que desaparezca su estado de ánimo
deprimido.
✓ Posponga las decisiones importantes, tales como casarse, divorciarse o cambiar de
trabajo, hasta que se sienta mejor. Hable sobre sus decisiones con otras personas que
la conozcan bien y tengan una visión más neutral de su situación.
✓ Recuerde que los pensamientos positivos reemplazarán a los pensamientos negativos a
medida que su depresión responda al tratamiento.
➢ Fecha - Si usted siente que su estado de ánimo está cambiando para peor, anote la fecha
y la hora en el registro de sus pensamientos. Esto resaltará si hay momentos concretos
en los que su estado de ánimo está más afectado, haciéndole ver que éste no es
permanente.
➢ Emociones - Anote exactamente cómo se siente en este punto. Puede escribir acerca de
la ira, la tristeza, la ansiedad, irritabilidad o cualquier cosa que sienta. Califique esta
emoción con una nota de “0 a 100”, donde el 50 significa que usted tiene un grado
moderado de la emoción y el 100 significaría el grado máximo.
➢ Los pensamientos automáticos - Anote las ideas exactas que le vinieron a la mente
cuando su estado de ánimo comenzó a cambiar. No importa lo extrañas que sean,
escríbalas y dele una calificación de “0 a 100” según el grado en que crea que esa idea
puede ser cierta. Una calificación de 0 significa que usted siente que este pensamiento
es absolutamente falso y 100 significa que a usted no le cabe duda de que este
pensamiento es cierto.
➢ Resultado - Ahora escriba en una escala de “0 a 100” hasta qué punto se cree su
pensamiento original, después de pensar sobre él racionalmente. También debe anotar
cómo se siente después de pensar en la situación racionalmente y la tasa de sus
emociones en una escala de “0 a 100”. Se trata de comprobar que al dar otra explicación
también sentimos de otra manera. Lo último que debe tener en cuenta es lo que
realmente puede hacer ahora para mejorar la situación.