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TRAUMA ABDOMINAL ABIERTO: REVISION BIBLIOGRÁFICA A PARTIR DE UN

CASO CLINICO

RESUMEN: La región del abdomen ocupa uno de los primeros lugares en ser dañado por trauma.
Su abordaje diagnóstico y el resultado de su tratamiento son infuidos por múltiples factores. A
continuación conoceremos el caso de un paciente que sufre traumatismo abdominal abierto con
una evolución favorable, donde podremos comprender la utilidad diagnóstica de la ecografía y de
la actuación frente a estos casos.

PALABRAS CLAVES: Traumatismo abdominal- Trauma abierto- Ecografía - Punzocortante

INTRODUCCION

Podemos definir el traumatismo abdominal como la lesión orgánica producida por la suma de la
acción de un agente externo junto a las reacciones locales y generales que provoca el organismo
ante dicha agresión. Todo paciente con traumatismo abdominal puede presentar lesiones en
múltiples órganos abdominales y, por tanto, debe ser considerado como un paciente con
traumatismo grave, o potencialmente grave, desde el momento del ingreso en la unidad de
urgencias. Un tercio de los pacientes que requieren una exploración abdominal urgente tienen un
examen físico inicial anodino, por lo que hay que tener en cuenta que puede tener un
comportamiento impredecible y desestabilizarse en el momento más inesperado. Es importante
conocer el mecanismo lesional con el fin de anticipar las lesiones esperables.

REPORTE DE CASO

Paciente varón de 15 años que acude al servicio de emergencia por presentar un trauma abdominal
abierto por arma blanca 18 horas previo a su hospitalización, en la región de hipocondrio derecho
a 2 cm de la línea media con una profundidad de 6 cm aproximadamente. Al examen físico
presenta una presión arterial de 120/70 mmhg, FC: 80 lpm, FR: 20xmin y una temperatura de
36,8°C. Despierto, lucido, orientado en tiempo y espacio, ventilando espontáneamente, normo
térmico, piel normo crómica, al examen cardiopulmonar no presentaba alteraciones, en abdomen
se evidencia herida de 6 cm de profundidad que involucra piel, fascia, tejido celular subcutáneo
y se palpa que herida ingresa a cavidad peritoneal. Se le solicita Ecografía abdominal completa
donde se encuentra: Hígado de localización habitual, de forma conservada, de bordes regulares y
estroma homogéneo con dimensiones de lóbulo hepático derecho: 12,96 cm, colédoco: 4,3 mm
con ausencia de litiasis, vena porta de 10 mm, vesícula biliar de paredes delgadas con dimensiones
de 60 x 20 mm, Murphy ecográfico negativo, sin apreciación de imágenes litiasicas, sin liquido
perivesicular. Páncreas de localización, tamaño y forma habitual, de ecogenicidad conservada con
dimensiones de 21 mm en cabeza y 16 mm en cuerpo. Bazo de bordes regulares, parénquima
homogéneo, sin lesiones focales con dimensiones de 99 x 50 mm. Riñones de localización
habitual con líquido libre periesplenico en riñón izquierdo de 10 cc, con vejiga distendida por
contenido urinario anecoico, de paredes regulares y con ausencia de litiasis y masas. La ecografía
concluyo liquido libre en fosa iliaca derecha de 12 cc, fosa iliaca izquierda de 2 cc, espacio
rectovesical de 95 cc; haciendo un total de líquido intraabdominal de 119 cc.
Con estos parámetros paciente ingresa a sala de operaciones con diagnostico preoperatorio de
Trauma abdominal abierto; se le realiza laparotomía exploratoria donde se le encuentra
perforación de estómago a de aproximadamente 2 cm de profundidad ubicado a 2 cm por encima
de la curvatura mayor, con poca secreción hemática en espacio rectovesical, subhepático y
periesplénico, sin alteración de otras estructuras adyacentes. Se le realiza disección por planos,
con rafia de estómago con 2 puntos con seda 2,0 más colocación de parche epiploico, terminando
con el cierre por planos. Paciente tolera el acto quirúrgico sin problemas quedándose para
observación y evaluación posoperatoria.

Con indicaciones de suspensión de la vía oral, NaCl 0,9% 1000cc, Metamizol 2g, Tramadol 50
mg, Dimenhidrinato 50 mg, Ciprofloxacino 200 mg IV c/24h, metronidazol 500 mg IV c/8 h y
ranitidina 50 mg IV c/8h.

Paciente evoluciona favorablemente con escaza secreción del dren (10 cc), sin alteraciones de la
herida operatoria solo refiriendo leves molestias, y tolerando la vía oral; es dado de alta con
indicaciones de paracetamol de 500 mg cada 8 horas por 3 días.

DISCUSION

Las heridas por arma cortopunzante, son causadas por un objeto agudo que penetra la pared
abdominal, por lo cual el médico debe definir si el objeto penetró o no al abdomen, lográndose
mediante la inspección y palpación (palpando la perforación a través del peritoneo); el abdomen
es tal vez la única región en el cuerpo, donde una herida puede explorarse digital o
instrumentalmente, sin consecuencias a otros niveles. (2)

Si después de la exploración local digital o instrumentada, se descarta herida penetrante, y el


paciente no cursa con trauma contuso agregado, se puede indicar manejo para traumatismo simple
de tejidos blandos (lavado y sutura de la herida, profilaxis tetánica, evaluar necesidad de
antibióticos) y dependiendo de la evolución podrá egresarse. Los pacientes con heridas
penetrantes de abdomen por arma cortopunzante, con estabilidad hemodinámica y sin datos
clínicos de irritación peritoneal, deben mantenerse bajo vigilancia, dejarse en ayuno con
reposición intravenosa de líquidos a necesidades basales, y si desarrollan signos o síntomas de
compromiso visceral, deben ser intervenidos quirúrgicamente (laparotomía exploradora). (2)

Mediante la exploración física inicial, se logra identificar hasta 60% de pacientes que ameritan
cirugía, el resto habitualmente se detecta mediante examen físico repetitivo en las primeras 10 h
de acontecida la lesión, tiempo en que se manifiestan datos clínicos de lesión visceral o
hemorragia intraabdominal. En este período, los exámenes de laboratorio pueden mostrar
leucocitosis y/o disminución de la hemoglobina, asimismo, las radiografías de tórax y abdomen
pueden mostrar hemotórax, neumotórax, líquido libre en la cavidad abdominal, niveles
hidroaéreos o aire libre subdiafragmático. (3)

Después de un período de observación mínimo de 8 a 24 h, en el que el paciente no desarrolla


signos o síntomas de lesión visceral, debe probarse la tolerancia a la vía oral y, de acuerdo a ello,
valorar el egreso con indicaciones respecto a signos de alarma (vómito, fiebre, diarrea o dolor
abdominal). (3)

En su diagnóstico, la ecografía y la tomografía computarizada tienen papel fundamental, la


ecografía suele ser el primer estudio a realizar reportando lesión ocupante de espacio, localizada
en partes blandas, heterogénea y con áreas hipoecóicas alternando con otras hiperecóicas. La
tomografía abdominal muestra colección homo o heterogénea contenida dentro del músculo, con
zonas de hiperdensidad en las primeras horas. (3)

El tratamiento de elección inicialmente debe ser conservador mediante reposo, analgésicos y


antiinflamatorios, ya que la reabsorción del hematoma se logra en plazo medio de 20 días en 83%
de los casos, sin presentarse complicaciones. En caso de hemorragia activa y repercusión
hemodinámica, puede ser necesario el tratamiento quirúrgico. (3)

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

El abdomen es frecuentemente dañado por trauma; la evaluación y estabilización de los pacientes


con lesiones en esta región, son fundamentales en situaciones de urgencia.

El mecanismo y los patrones de lesión son variables; la exploración física repetitiva, así como los
estudios auxiliares de diagnóstico son los indicadores más confiables para determinar si existe
necesidad de realizar tratamiento quirúrgico.

BIBLIOGRAFIA

1- Vásquez Ríos J, Carpio Deheza, Gonzalo, et al. Manejo trauma abdominal penetrante por
arma blanca y arma de fuego, hospital universitario municipal “San Juan de Dios”.
Cirugía de Trauma. Revista Médica Luz Vida.2012: 3 (1):16-20.

2- Díaz-Rosales JD, Arriaga-Carrera JM, Enríquez-Domínguez L, Castillo-Moreno JR


Montes-Castañeda JG. Trauma penetrante abdominal: Comparativa de morbimortalidad
en heridas por arma de fuego y arma punzocortante. Cir Gen. 2010; 32:24-8.
3- Pinedo-Onofre JA, Guevara-Torres L, Sánchez-Aguilar JM. Trauma abdominal
penetrante. Cir Ciruj. 2006; 74:431-42.

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