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El 66% de los chicos de la secundaria


pública no aprende a escribir.
Entrevista al director del Servicio de Investigación sobre la Lengua de la UNSa
Francisco Fernández: “Los textos de los estudiantes que llegan a la universidad dan
mucho que desear”

¿Los chicos escriben cada vez peor o esto es solo una sensación?
No leo normalmente textos de niños de la primaria; pero sí aquellos que producen los
estudiantes que llegan a la universidad a comenzar su primer año. Estos, en general, dan
mucho que desear respecto a su formación en la redacción. A muchos de ellos hay que
ayudarles a elaborar una redacción correcta. Esta es una realidad que, aunque no
estuviéramos de acuerdo, debemos asumirla en la universidad y suplir, del modo que sea,
esa falencia, sobre todo en la carrera de Letras, en la que se preparan para ser profesores de
Lengua para la secundaria.
No creo que sea una falsa sensación el hecho de que los chicos vengan con una mala
preparación de la secundaria. Sin embargo, el problema no es solamente atribuible a ese
nivel. Por lo tanto, sería deseable que los ministerios de educación encararan, para el futuro,
una tarea muy minuciosa en el área de lengua, de modo que los alumnos, al menos, salgan
con una mínima capacidad de comprender y escribir textos simples.
Por otra parte, los maestros pero especialmente los profesores, se ven obligados para
mantener mínimamente a una familia, a no brindar el tiempo necesario para preparar sus
clases, puesto que, en su mayoría, deben trabajar con unas sesenta horas de cátedras para
subsistir. Esto no les da la posibilidad de corregir los trabajos medulosamente. Estas y otras
dificultades conspiran para que su tarea en el aula no tenga la calidad necesaria.
¿Por qué cree que sucede esto? ¿al chico le cuesta asimilar las normas ortográficas?
La falta de lectura atenta contra una buena redacción por parte del chico. Muchos
estudiantes van al aula sin haber cumplido con los deberes que les dieron para hacer en su
casa; otros los realizan en su domicilio al mismo tiempo que disfrutan de un programa
televisivo, lo cual no es saludable para la atención que debe prestar a su tarea. De este
modo, la asimilación de las normas y de la práctica ortográfica y gramatical se convierte en
una utopía.
¿Cuáles son los errores más comunes que observa?
Lo más grave es no diferenciar, cualitativamente hablando, la escritura de la conversación
informal. A esto también contribuye el cultivo del llamado “chat” que, dada la necesidad de
una comunicación muy espontánea y de vinculación directa, sin la presencia de la cortesía y
el tratamiento diferenciado, va deformando paulatinamente el poco interés que puede tener
el chico para escribir mejor. Por otra parte, se ha flexibilizado la enseñanza de la gramática
a lo mínimo posible, como para que el alumno se sienta motivado a estudiar y aprender.
Esta falta de lectura, y de una enseñanza más perseverante y activa por parte del docente,
incide drásticamente en la dificultad, por parte de los chicos, para expresarse por escrito de
un modo adecuado. Entonces, lo que más escasea en la redacción es un uso medianamente
adecuado de la puntuación, por ejemplo. Por otra parte, los errores ortográficos están al
orden del día y la escasa competencia para elaborar una redacción coherente y entendible.
¿En qué influye en una persona tener una escritura dificultosa?
Principalmente, en que escriba y se comprenda ella a sí misma, pero que no lo haga con una
buena comunicación y, por ende, que no sea comprendido por los demás. O bien que lo sea,
pero con mucha dificultad por parte de quien lo lea. Es decir, los errores ortográficos y
gramaticales convertirán a su escrito en un instrumento ineficiente de comunicación. Esto,
además del rechazo social que puede recibir, eventualmente, por ese descuido.
¿Qué opinión le merecen las nuevas formas de comunicación (mensajes de textos, los
140 caracteres por twitter, el chat) y de qué manera influyen en la escritura?
Ya había adelantado que las nuevas técnicas digitales de comunicación son una realidad que
llegó para quedarse entre nosotros. Es decir, no podemos estar en contra de ella; al
contrario, debemos aprovecharlas para que nuestra comunicación se potencie y se haga más
fácil.

Sin embargo, esa aceptación y uso debe producirse de un modo adecuado, sin permitir que
se mezcle, esa manera de escribir con abreviaturas consensuadas en la red, con nuestra
escritura formal o cuidada, la cual no debe perder las características que le son (y siempre
lo fueron) propias. Además, en Internet existen unas mínimas reglas denominadas en
español “netiquetas”, tomada del francés “netiquette”. Esta palabra puede ser traducida
como “etiquetas de la red (net)”. Estas normas mínimas buscan que haya en la red un
mínimo de respeto entre los interlocutores, dentro del nivel informal de comunicación. En
una palabra: estas formas son positivas siempre que seamos capaces de utilizarlas de un
modo adecuado, sin dejar que influyan en nuestra escritura más formal y cuidada.

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