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inter.c.a.mbio, año 6, n.

7 (2009), 207-240
ISSN: 1659-0139

Narrativas fundacionales
de fin de siglo

Ligia Bolaños Varela1

Recepción: 8 de julio de 2009 / Aprobación: 30 de septiembre de 2009

Resumen Abstract

El propósito del trabajo es po- The intention of the work is to


ner en relación, desde una pers- relate, from a synchronous pers-
pectiva sincrónica, cinco textos pective, five texts produced at the
producidos a finales del s.XIX en end of the 19th century in Costa
Costa Rica, Nicaragua, Hondu- Rica, Nicaragua, Honduras and
ras y Guatemala, procurando con Guatemala, trying to give space to
ello espacializar la construcción the construction of certain narra-
de ciertas narrativas de la nación. tives of the nation. Are of interest
Interesan los procesos de mode- the processes of modeling, the
lización, las consideraciones del considerations of the regional spa-
espacio regional en la elaboración ce in the elaboration of national
de espacios nacionales, el esta- spaces, the establishment of cer-
blecimiento de ciertas fronteras tain borders that are superposed
que se superponen a las fronteras to the territorial borders, the ads-
territoriales, las adscripciones y criptions and constructions of pla-
construcciones de lugares comu- ces common or drifted apart from
nes o distanciados de enuncia- statement, and some dynamics of
ción, y algunas de las dinámicas writing that are re-measured from

1 Docente de la Escuela de Filología, Lingüística y Literatura de la Universidad de Costa Rica. Investigado-


ra del Programa Hacia una historia de las literaturas centroamericanas. Centro de Investigación en Iden-
tidad y Cultura Latinoamericanas, de la misma Universidad. Correos electrónicos: lmaria_bolanos55@ 207
hotmail.com y lbolanos@rectoria.ucr.ac.cr
Ligia Bolaños Varela

escriturales que se redimensionan major precisions of the cultural


a partir de mayores precisiones de and literary fields.
los campos culturales y literarios.

Palabras claves Key words

Narrativas fundacionales / siglo Narratives of the nation / 19th cen-


XIX / literatura / Centroamérica tury / literature / Central America

0. Introducción

U
no de los esfuerzos realizados por la crítica literaria y los histo-
riadores de la literatura ha sido el de establecer aquellas obras
que, ubicadas en los contextos nacionales son consideradas
como las primeras obras de la narrativa nacional.2 En este sentido hay
varias preocupaciones que se desprenden de esos estudios: la necesi-
dad de establecer un punto de partida que pueda servir para identificar,
dentro de un continuum, el inicio de una literatura que, por una parte
permita reconocer la conformación de un sistema literario particular que
diferenciándose de escrituras anteriores, se convierta en piedra funda-
cional no solo de una práctica concreta, sino también de referentes cul-
turales precisos que son de vital importancia para la elaboración de los
discursos identitarios. En consecuencia, también se logra con ello plan-
tear una periodicidad mediante la cual es posible proponer la presencia
–muchas veces en simultaneidad-, de verosímiles críticos que eviden-
cian, en un momento preciso la recurrencia de movimientos literarios
tales como romanticismo, realismo, costumbrismo y la consolidación de
uno de los géneros que cobra mayor importancia en los siglos XIX y XX:
la novela.

La referencia a ciertos contratos discursivos va a relacionarse también


con la existencia de aparatos e instituciones culturales que dan especifi-
cidad y contribuyen al proceso de autonomización del campo literario. Se
incorpora en esta línea de discusión la formación del lector, las casas edi-

2 “Las palabras de la cultura fundan, definen, diagnostican y proyectan el territorio, su destino y la forma que
deberá tomar la nación, el todo impositivo del estado que vaticina, para Domingo Sarmiento, por ejemplo, la
208 posibilidad del orden y de la ley como realización”. ] Mosca Stefanía. “Fundadores: ¿Cultura o naturaleza?”,
en: Estudios. Revista de Investigaciones Literarias. Caracas. Año 3, Núm.5, enero-julio. p. 69.

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toriales, la modelización escritura- El propósito de este trabajo


ria, las redes de circulación; todos es poner en relación, desde una
ellos elementos que facilitan el aná- perspectiva sincrónica, cinco tex-
lisis de la recepción de los textos. tos producidos a finales del s.XIX
en Costa Rica, Nicaragua, Hondu-
La existencia de estas condi- ras y Guatemala, procurando con
ciones hace posible plantear con ello espacializar la construcción de
propiedad los estudios literarios en ciertas narrativas de la nación.5
Centroamérica ya que constituyen
material suficiente para pronun- Interesan los procesos de mo-
ciarse a favor de que las tensiones delización, las consideraciones del
en la construcciones de verosími- espacio regional en la elaboración
les literarios – entendidos dentro de espacios nacionales, de alguna
de literaturas de ficción-, se con- manera el establecimiento de cier-
solidan teniendo como punto de tas fronteras que se superponen a
inicio el último tercio del s.XIX.3 las fronteras territoriales, las ads-
cripciones y construcciones de
En la línea de investigación que lugares comunes o distanciados
he ido desarrollando, me interesa de enunciación, y algunas de las
discutir estos textos relacionados
con “literaturas/escrituras de fun- mensiones diferentes. Una visión”historicista”
de esta “definición” añadiría que esa articula-
dación”, en el entendido de que ción, esto es, la producción o la operatividad
este tipo de escrituras no es ex- y vivacidad de las ideologías, varía para dis-
tintas circunstancias históricas; y, sobre todo,
clusivo ni excluyente del siglo XIX, que puede haber circunstancias históricas en
y se manifiesta más bien como las cuales no sea posible en absoluto, lo que
podría definir nuestra situación en la crisis ac-
una forma de articulación de dis- tual”. En Fredric Jameson. El postmodernismo o
cursividades y textualidades.4 la lógica cultural del capitalismo avanzado. Bar-
celona: Paidós, 1991, p. 119. La propuesta de
escrituras de fundación se construye, pues, alre-
3 Entre otros los estudios de Álvaro Quesada, dedor de esa necesidad y posibilidad de inventar
Luis Gallego Valdés, Rafael Heliodoro Valle, formas de articulación entre la experiencia vivida y
Helen Umaña, Arturo Arias, Albino Chacón, el conocimiento ‘científico’, se instaura pues en el
Werner Mackenbach, Patricia Fumero, Valeria campo de la construcción de sentidos.
Grinberg, Patricia Vega, Iván Molina, Cañas
Dinarte, Francisco Rodríguez, etc, permiten 5 De acuerdo con Arturo Arias, “(…) la literatura
mediante los trabajos realizados afirmar la jueg(a) un papel central en la constitución de
consolidación no sólo de una discursividad li- una cultura nacional que homogenice las dife-
teraria, sino también de la conformación. de las rencias, estatizándolas en un espacio simbóli-
instituciones que las posibilitan. co meta-ideológico que cree símbolos nacio-
nales para uso cotidiano y disfrace hasta cierto
4 Refiriéndose a la construcción de mapas punto la naturaleza ilusoria de la nación” Arias,
cognitivos Jameson señala como: “En otras Arturo.”la literariedad, la problemática étnica y
palabras: la fórmula de Althusser señala una la articulación de discursos nacionales en Cen-
brecha, una falla entre la experiencia vivida y el troamérica”. En Zimmerman Marc y Gabriela
conocimiento científico; la misión de la ideolo- Baeza Ventura, Coord. Estudios culturales
gía es, pues, de alguna manera, la de inventar centroamericanos en el nuevo milenio. Edición 209
una forma de articular entre sí estas dos di- Especial LACASA Publications, 2007, p. 145.

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dinámicas escriturales que se re- protagonistas de la ciudad letrada


dimensionan a partir de mayores republicana en construcción.
precisiones de los campos cultu-
rales y literarios. Esta perspectiva alude a la Cen-
troamérica histórica, sin que por tal
De acuerdo con estudios litera- razón se niegue su constitución íst-
rios, desde la segunda mitad del si- mica, geopolítica y literaria que in-
glo XIX, la determinación de lo litera- cluye Guatemala, Belice, El Salvador,
rio y de lo literario nacional tiene otro Honduras, Costa Rica y Panamá.7
referente, el poético, que se recoge
en la serie de Parnasos centroame- I. De autores, obras,
ricanos y en Liras nacionales.6 producciones y
circulaciones
La selección de las obras y sus
autores posee otro interés y es la
Las obras escogidas son las si-
proximidad de la escritura con los
guientes: Los Nazarenos de José
procesos de construcción nacio-
Milla, 1867; Amor y constancia de
nal referidos a los acontecimientos
José Dolores Gámez 1878; Una
de la Federación Centroamérica y
isla desierta en el Caribe. La isla
las luchas morazánicas. Las ten-
del Coco, de D. Liévre, 1893; An-
siones inciden en la participación
gelina de Carlos F. Gutiérrez, 1898
de los sujetos históricos como
y Misterio, de Manuel Argüello
Mora, 1898.
6 Batres Jáuregui, A. Biografías de Literatos Na-
cionales. Ed. Academia de Guatemala. Guate- En la selección de dichas
mala. 1889; Fernández Guardia, Ricardo. “El obras intervienen varios criterios
nacionalismo en literatura” en El Heraldo de
Costa Rica. San José. N° 720, 24 de junio de que responden a las necesidades
1987; Gagini Carlos. “El nacionalismo en litera- de la investigación y a los objeti-
tura” El Heraldo de Costa Rica. San José Año
VIII N° 2337, 29 de junio de 1894; García, J. vos del presente trabajo.8
M Parnaso centroamericano. Colección 15 de
setiembre Biblioteca de Guatemala de Cultura
Popular. 1° edición 1882; Mayorga Rivas, R.
7 Cf. Hall Carolyn y Héctor Pérez Brignoli. His-
Guirnalda salvadoreña Colección de poesías
torical Atlas of Central America. University of
de los bardos e la República de El Salvador,
Oklahoma Press: NORMA , 2003.
precedidas de apuntes biográficos y juicios crí-
ticos sobre cada uno de los autores). Prólogo
8 Para el estudioso de la literatura costarricense
Dr. Tomás Ayón. Ed. Imprenta Nacional San
M.L. Álvaro Quesada Soto, en Uno y los otros.
Salvador 1884-1886; Uriarte J. R. Galería poé-
San José: Editorial de la Universidad de Costa
tica centroamericana. Colección de poesías
Rica, 1998 “Publicada en San José de Costa
de los mejores poetas de la América del Cen-
Rica en 1899, esta obra (El Problema de Máximo
tro, Guatemala (Tres volúmenes) 1888; Varios,
soto Hall) debería ser considerada cronológica-
Honduras literaria. Colección de escritores en
mente la primera novela costarricense, de no ha-
prosa y verso precedidos de apuntes biográfi-
ber sido escrita por un guatemalteco. La acción
210 cos por Rómulo E. Durón. Tipografía Nacional.
de la novela se desarrolla en Costa Rica aunque
Tegucigalpa 1896.
tiene proyección centroamericana y sus persona-

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En estos momentos es preciso 1900), y son consideradas


establecer algunos de los puntos de como las primeras novelas de
partida que se utilizaron como pre- la tradición literaria nacional en
misas para la selección y análisis: el caso de Costa Rica, Hon-
duras y Nicaragua. En el caso
• La pertenencia a géneros dis- de José Milla, es reconocido
cursivos que comportan ya por la crítica literaria como el
una determinación particular, iniciador de la novela en Cen-
si se consideran los énfasis de troamérica. Se ha seleccionado
manera un poco tradicional, Los Nazarenos, por estar la es-
es posible reconocer en ellos critura de la obra más próxima a
elementos de la novela román- los intereses de este estudio.
tica (Misterio, Angelina), ele-
mentos de la novela histórica • Tanto Argüello Mora como Do-
(Amor y constancia y Los lores Gámez y Carlos Gutié-
Nazarenos), y el relato de via- rrez, se encuentran dentro del
jeros abundante durante fines grupo de intelectuales de sus
del XVIII y el XIX. respectivos países, cuentan
con una obra importante ya re-
• Las obras están escritas en las conocida. En el caso de José
últimas décadas del XIX (1860- D. Gámez (1851-1918) publica
Historia de Nicaragua (1889),
que es considerada por Pablo
jes y conflictos se proponen representar un ámbi-
to continental (…) Por otra parte, aunque la obra
Antonio Cuadra como una de
se ubica en Costa Rica, la acción se traslada a un las primeras escrituras siste-
futuro utópico y más que las costumbres nacio-
nales o la vida regional, El Problema plantea, des-
máticas de la historia de Nica-
de el título- la discusión acerca de conflicto que si ragua; por otra parte, Manuel
bien se refiere a la formación de una identidad na-
cional en un país latinoamericano, se aprehende
Argüello Mora (1850) Bachiller
con categorías ideológicas más bien abstractas y en Filosofía por la Universidad
generales.(…) El problema a que hace alusión el
título puede identificarse como el carácter incierto
de Santo Tomás, 1853 Licen-
y problemático que adquiere, en países sujetos ciado en Leyes por la misma
a un pasado colonial y a un presente neocolo-
nial, el ya de por sí complejo proceso que lleva
universidad (1857,) Doctor en
a la construcción de “comunidades imaginarias” Leyes por la Universidad de
y a la formación de una conciencia o identidad
nacionales.” (56-57) (…) El discurso nacionalista
San Carlos de Guatemala),
reproducía la enajenación originaria con los in- publica en 1860 Un drama
tereses oligárquicos y las necesidades propias
con los ordenamientos ajenos. El Problema de
en el presidio de San Lucas.
Soto Hall se inscribe dentro de los esfuerzos y Un hombre honrado. Las dos
dificultades por dar forma discursiva a ese pro-
yecto. Solo cinco años antes de la publicación
gemelas del mojón. Novelitas
de la novela, en 1894, había dado inicio la po- de costumbres costarricen-
lémica entre “nacionalistas y cosmopolitas”…
(57)
ses –colección de cuentos-; 211

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en 1898 Páginas de Histo- ción por entregas de Los Na-


ria. Recuerdos e impresiones. zarenos, el Dr. Albizúrez Palma
Además de una intensa parti- comenta: “Milla, siguiendo una
cipación en la vida política del costumbre de la época, publi-
país9. José Milla publica ade- ca su novela a través de folle-
más: Pie de luna. Cuadros de tines, pero manifiesta poseer y
costumbres (1865), La hija del manejar con acierto una visión
Adelantado (1866), Un viaje al de conjunto, de manera que,
otro mundo pasando por otras según añade Menton, “los per-
partes (1871), Memorias de sonajes principales, que son
un abogado (1876), Historia varios, forman una cadena”10
de América Central (1879), El
esclavo de Don Dinero (1881), En la publicación de Angeli-
Historia de un pepe (1882), El na cabe destacar que posee seis
Visitador (1897). ediciones, la última con un total
de 6.000 ejemplares en el 2007.
Tres de las novelas fueron Se citan como antecedentes dos
publicadas en un primer mo- relatos de Lucila Gomero de Me-
mento por entregas como fo- dina “Adriana y Margarita” 1893 y
lletín, Amor y constancia en el “Amalia Montiel” de 1893 y “Pági-
Termómetro “del N°1, corres- nas del corazón” (1897) y “Blan-
pondiente al 15 de febrero de ca Olmedo” de 1903
1878, al N°12, del 15 de junio
del mismo año, en las páginas Los elementos menciona-
4 y 5 de cada número” [Jor- dos evidencian una constitu-
ge Eduardo Arellano, Amor y ción del campo cultural y lite-
constancia. pág.8]. Misterio en rario, presuponiendo, dentro
Costa Rica Ilustrada. Revista de las escrituras del momento,
Quincenal de Ciencias, Artes y no sólo la evocación de mode-
Literatura. Año I, N° 18, del 15 los discursivos en boga, sino
de marzo (primera entrega), al también la construcción de las
N°24, del 27 de julio de 1888, narrativas de las “incipientes
y luego en el Año II, tomo II, naciones centroamericanas”.
N°2, del 10 de setiembre de Los escritores combinan la
1888 (última entrega) (Argüello escritura historiográfica y en-
Mora: 2004:xii) De la publica- sayística con la escritura de
ficción, manifestando una cla-
9 Argüello Mora, Manuel. Obras literarias e his-
tóricas. Biblioteca fundamental de las letras
10 Milla, José. Los Nazarenos. Guatemala: Edi-
212 costarricenses. Segunda edición. San José:
ción. Piedra Santa, 1987, p.9.
Editorial Costa Rica, 2007.

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ra separación de ambos regis- en relación con la circulación


tros al menos, tal y como está de los textos y la posicionali-
enunciado en los paratextos dad de los sujetos de produc-
mismos de las obras y con- ción, tomando en cuenta que
signado por la crítica literaria y en dichas décadas se definen
los estudios posteriores sobre y oponen importantes sectores
el ‘desarrollo cultural’ de cada que determinarán el curso de
país. la vida política del país, inclu-
sive participantes en conflictos
El relato de viajeros contri- armados de la época;
buye a establecer un punto de
comparación en relación con: • construcción y referencia al es-
pacio como lugar de localiza-
• mirada y/o punto de vista del ción de identidades;
narrador en cuanto a la cons-
trucción de las escrituras fun- • interacción de proyectos na-
dacionales; cionales y modelos de desa-
• construcción del campo cultu- rrollo de políticas exteriores,
ral y literario11, especialmente en el prólogo Carlos Meléndez
señala “Por la forma como
concluye su trabajo, puede
11 “Durante el período entre 1860 y 1914 se pro- deducirse que el propósito
duce en Latinoamérica un notable despliegue
de la literatura en tanto institucionalización de que movió a Liévre, a escribir
un discurso específico claramente discernible sobre la isla, era señalar su im-
de otros discursos existentes como por ejem-
plo el discurso político, jurídico, historiográfico portancia estratégica con res-
o científico. Esto significa para el campo de la pecto al proyectado canal de
narrativa que en los decenios respectivos va
formándose un discurso narrativo intencional- Panamá y la conveniencia de
mente literario, el cual, por su parte, es aco- que Francia se posesionara lo
gido por el público bajo reglas de recepción
también literarias. (…)La institucionalización de más pronto posible de ella, en
un discurso literario propio en Latinoamérica momentos como aquellos en
corre parejas con poderoso proceso de mo-
dernización económica en el continente. Sa- los que la previsión valía más
bido es que este proceso va desarrollándose, que cualquier otra cosa”12.
con notables desfases en algunas regiones, a
partir del último tercio del siglo (…) Mientras el
propósito de entretener predomina en géneros
narrativos como la novela de folletín, en otros
12 D. Liévre. “Isla del Coco” (América)”. Según
va a reclamarse una función ya no sólo didácti-
informe de…. Versión en castellano de Jor-
ca sino también cognoscitiva.” “Apropiaciones
ge y Maruja León y editado en Los viajes de
de realidad en la novela hispanoamericana en-
Cockburn y Liévre por Costa Rica. Presenta-
tre 1860 y 1914.” de Hans Jüergen Ille, Klaus
ción realizada por Carlos Meléndez. San José:
Meyer-Minnernann, Katharina Niemeyer, en
Biblioteca de Autores costarricenses Editorial
Hans-Otto Dill et alii, Apropiaciones de realidad
Costa Rica, 1962. p. 1.
en la novela hispanoamericana de los siglos
XIX y XX. (Ed.) Frankfurt (Main) Vervuert. Ma- 213
drid: Iberoamericana, 1994, pp. 909-911.

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II Abordaje to de enunciación y al mismo


tiempo, cuestiona el proceso
En su reciente trabajo Historias cognitivo como tal.15
híbridas. La nueva novela histórica
Se inscribiría el trabajo dentro
latinoamericana (1985-2000) ante las
de los análisis sobre la construc-
teorías posmodernas de la historia,13
ción de las narrativas de la nación,
Magdalena Perkowska propone
la referencia a géneros discursi-
atender aspectos tales como:
vos como novela histórica, relato
de viajeros, escrituras románticas
• la relación entre literatura e
y articulaciones discursivas; tam-
ideología que durante los años
bién dentro de los procesos de
setenta y ochenta “crean un es-
articulaciones textuales que se
pacio común de enunciación”;
producen antes y durante el pe-
en el caso particular del abor-
ríodo de producción de los textos
daje de los textos selecciona-
seleccionados.
dos, el análisis de los espacios
de enunciación, compartidos
o no, permitirían aprehender el III . De lo que se narra:
carácter de las narrativas fun- entre historias de amor
dacionales; por otra parte, y amores patrios
• esta investigadora se interro- Introducción
ga también por la definición
del “espacio declarado como
“histórico por la tradición, la Amor y constancia: des-
convención y el poder” que ha plazamientos y rutas de
sido y es replanteado por las independencia16
novelas históricas contempo-
ráneas en América Latina.14 José Dolores Gámez
Perkwoska, de esta manera
también se construye un “es- De lo que se narra nos lo dice
pecífico contrato genérico que la introducción de la novela, y en
involucra el proceso cognitivo, ella se declara el programa que
dice del referente, del suje- va desarrollarse a lo largo del

13 Perkowska, Magdalena. “Historias híbridas. 15 Idem., p. 36.


La nueva novela histórica latinoamericana (
1985-2000) ante las teorías posmodernas de 16 Todas las citas textuales se toman de Gámez,
la historia”. Ed. Nexos y diferencias. N°19 Ibe- José Dolores. Amor y Constanza. Biblioteca
roamericana Vervuert, 2008. Nacional Rubén Darío. Primera edición diciem-
214 bre de 1997. Nicaragua. Se anota en el trabajo
14 Idem, p. 42. la página al interior del texto.

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relato, la siguiente es una selec- verdaderos caballeros del si-


ción de algunos de sus párrafos glo XVIII, llegada la noche, se
dónde se evidencian los énfasis situaban a las puertas o venta-
más importantes: nas de sus amadas en donde
a la plácida luz de la luna, pulsa-
“Granada, una de las más an- ban sus vihuelas y cantaban los
tiguas ciudades de la Améri- acentos de su amor.
ca Central, situada a orillas
del Gran Lago de Nicaragua, (…)
es el lugar en que se suce-
den los acontecimientos con Tal era Granada, y tales sus
que damos principio a nues- costumbres en tiempos de
tra narración. nuestros tatarabuelos.
Los hijos de aquella época,
(…) que por desgracia sobrevivie-
ron hasta la nuestra, semejan-
Colocada al pie del majestuoso tes a los moros de Granada la
Bombacho, rodeada de visto- célebre, deploraban con ver-
sas colinas y verdes praderas, dadero dolor aquellos buenos
arrullada además por las bri- tiempos de gloria y de ventu-
sas del lago sobre cuya super- ra, perdidos desde el momen-
ficie plateada se levantan las to en que probamos la fruta
pintorescas isletas, Granada, del árbol prohibido, la terrible
verdadero panorama viviente manzana de la libertad que
a los ojos del viajero, era para nos hizo iguales sin tener en
nuestros abuelos la soñada cuenta que unos habían naci-
tierra prometida del pueblo do para señores y otros para
judío, porque en ella, encon- siervos.
trando el lujo y los goces de la
Antigua Patria, lograban tam- Perdónesenos que atrevida-
bién los que les proporciona- mente hayamos sacudido el
ba aquella espléndida escena polvo del olvido que parecía
de la naturaleza. sepultar para siempre estos
recuerdos, y el cual hubiése-
(…) mos dejado en su lugar, si la
relación que vamos a princi-
Granada, semejante a la de la piar, no nos hubiese exigido,
madre Patria, también era la para mayor claridad, seme-
ciudad del romanticismo. Te- jante profanación.” (9-11).
nía trovadores; y sus galanes, 215

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(Los subrayados son míos) salir, al principio de esta relación, a


situarse al atrio de La Merced, en
Personajes, motivos y ca- donde Juan llegó a media noche
racterizaciones se introducen a avisarle que había logrado alistar
en el primer capítulo, y tal la las bestias y que podían partir: le he-
estrategia de las cajas chinas, mos visto también montar y seguir el
a partir del segundo capítulo se camino de Masaya y le acompaña-
insertan una serie de aconteci- remos en un largo viaje” (87).
mientos, historias y relaciones
que le dan contenido, contex- El viaje en búsqueda de Beatriz
to e historicidad a la trama. termina en el capítulo XII, cuando
pasadas las peripecias de su parti-
“Estábamos en el año de cipación en la guerra, sale en bus-
1828. Daban el toque de áni- ca de la protagonista que, obligada
mas en el Convento de San por su padre, se ha desposado con
Francisco, cuando de una Cástulo Rodríguez, Secretario de
casa inmediata salió un hom- Aycinema y hombre de gran signi-
bre embozado hasta los ojos. ficación entre los serviles” (85). “Tal
(…) [pág.13] nos sucede con la escena senti-
mental que tuvo lugar en aquellos
En la fecha en que se su- momentos entre aquellos amantes
ceden los acontecimientos que se veían milagrosamente reuni-
que acabamos de referir esta- dos después de tantos años de se-
ba encendida una encarnizada paración y amargura. (…) Lágrimas
guerra civil que encabezaba abundantes corrieron por las mejillas
Cerda y Argüello. de ambos; y por las de Juan que,
apartado en un rincón lloraba a más
(…) no poder” (102).

Quizás por esto mismo Juan El viaje comprende la participa-


había tomado tantas pre- ción del personaje en las luchas que
cauciones, mientras su amo, se llevan a cabo entre federalistas
como él le decía, esperaba (liberales) y conservadores (serviles),
impaciente en el atrio del con- y es en relación con dicho conflicto
vento el instante de poder par- que se desarrolla el hilo central de la
tir”. [pág.19] obra. Los personajes se encuentran
asociados a un grupo o el otro, des-
La secuencia del protagonista de su ubicación dentro de la socie-
se retoma in media res: “Bien em- dad nicaragüense:
216 bozado en su capa le hemos visto

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Narrativas fundacionales de fin de siglo

“Tal vez extrañará a alguno de Sociedad letrada que “re-sien-


nuestros lectores que en el año te” la colonización y el período de
de 1828, cuando estaba proscri- tránsito hacia la constitución de
ta hasta la palabra “Don” aplicada las repúblicas reconociendo un
para los nombres propios, y en espacio centroamericano que se
que todos se daban el tratamiento definirá, a partir de esos momen-
de ciudadano, aparezca saludado tos, en relación con la particulari-
el desconocido con los serviles dad de cada espacio provincial, y
términos de Amo y de merced. en relación con la gran extensión
Esto era debido a que en Granada del subcontinente. Se asume de
los negros esclavos, emancipados esta manera un espacio colonial
por el decreto de la Asamblea Na- compartido y diferenciado que
cional Federal, jamás, sin duda por elabora, a partir de sus condicio-
la costumbre o por reconocimiento nes particulares, los procesos fun-
a sus bienhechores, quisieron tratar dantes de la organización política.
de otro modo a los blancos.
“Aunque en ninguna otra parte de
En la fecha en que se suceden la América española fueron más
los acontecimientos que acabamos bárbaros que en Centroamérica
de referir estaba encendida una en- los abusos del tiránico sistema co-
carnizada guerra civil que encabe- lonial de España, y aunque su celo
zaba Cerda y Argüello” (19). 17 político nos prohibía tener ningu-
na clase de comunicación con el
17 En relación con la distinción de clases y el con- mundo, excluyendo rigurosamen-
flicto central, Francis Kinloch señala “El recha-
zo de “los de abajo” a las jerarquías sociales y
al sistema de castas, que había empezado a
aflorar en el ocaso del régimen colonial, emer- Vice-Jefe del estado respectivamente.”(64-67).
gió con violencia en el vacío de poder abierto “En el contexto de la guerra federal de 1826-
por la Independencia. La secular rivalidad entre 1829, librada entre conservadores-centralistas
las principales familias criollas, originada en sus y liberales autonomistas, Argüello y De la Cer-
disputas por el control de los órganos de poder da asumieron posiciones opuestas. Pronto,
local, favoreció desde temprano la movilización estalló una nueva y más cruenta guerra civil,
política de los marginados –la plebe-, como se que culminó el 27 de noviembre de 1828 con
les llamaba de manera peyorativa. La ciudad el fusilamiento del primer Jefe de Estado de
de Granada fue el principal escenario de este Nicaragua. Luego del triunfo de Morazán en
momento. Un bando estaba conformado por 1829, Nicaragua vivió casi una década de rela-
las familias Sacasa, Chamorro, Zavala, Barrios, tiva paz, bajo las administraciones de Dionisio
Alfaro, Arana y Avilés; el otro tenía como figu- Herrera y José Zepeda -ambos miembros de la
ras más visibles a Juan Argüello, Manuel Anto- red familiar del nuevo Presidente de la Repúbli-
nio de la Cerda y Miguel Lacayo” (…) La guerra ca Centroamericana. Sin embargo, el asesina-
civil se prolongó hasta enero de 1825, cuando to de Zepeda en enero de 1837 y el fracaso de
el gobierno federal envió una fuerza pacifica- la expedición militar de Morazán en contra del
dora al mando de Manuel José Arce. Bajo el caudillo guatemalteco Rafael Carera, abrió una
arbitrio del general salvadoreño, se conformó nueva coyuntura”. (68). Kinloch, Tijerino, Fran-
el primer gobierno de la Nicaragua indepen- cis. “Identidad y cultura política” (1821-1858).
diente, presidido por Manuel Antonio de la Nicaragua: Fondo Editorial Banco Central de 217
Cerda y Juan Argüello, EN CALIDAD DE Jefe y Nicaragua, 1999.

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te de nuestras playas la emigración acción principal, sin embargo la


extranjera, no fue posible evitar la narración se extiende, de 1519
introducción a nuestro suelo de [“Aquel era el célebre puerto en el
las ideas nuevas que con la rapi- que el conquistador Hernán Cor-
dez de la electricidad, salían de los tés hizo su primer desembarco
cerebros de la juventud francesa a el año de 1519”,pág.98] a 1842
conmover el patriotismo de todos [ cuando se hace referencia a la
los corazones humanos. muerte de Francisco Morazán
[“Empero, traicionado también por
La América del sur que tuvo la glo- dos amigos en cuyo honor confió,
ria de producir un Miranda, que en fue fusilado en la plaza de San
Francia unió sus nombres a los del José, en el aniversario del gran
drama… (30). día de la patria, el 15 de setiembre
de 1842”] Queda así explícito el
El espacio privilegiado dentro referente temporal y espacial que
de la narración lo ocupa la ciudad sirve de marco en la novela. Las
de Granada, en su descripción pri- coordenadas espacio temporales
va el establecimiento de la centra- se inscriben de esta forma como
lidad del relato; es decir, desde ahí procesos de verosimilitud que dan
se traza el recorrido por el espacio contenido a la novela histórica.
centroamericano, recordando con (Pons, María Cristina: 1996)
ello el tránsito de la plaza colonial a
la plaza republicana (Rojas Mix: La La narración tiene sentido pues,
Plaza Mayor). De una de las ciu- en la medida en que se justifica re-
dades ‘más antiguas’ de América construir un recuerdo, precisar los
Central durante los tiempos colo- acontecimientos de la época mo-
niales (“recordando a los domina- razánica y establecer los funda-
dores españoles castellanos algo mentos de la república liberal. Es
de la poética ciudad española del en este sentido que la adscripción
mismo nombre [pág.9]), a la asi- al género de novela histórica tiene
milación de dicha centralidad con relevancia ya que se está constru-
la naciente república, así “Grana- yendo ‘la verdad de un pasado’ y
da, semejante a la Patria, también los fundamentos de un presente
era la ciudad del romanticismo” que está en crisis. De acuerdo con
[pág.10], en ella se preserva el Francis Kinloch “El 30 de abril de
orden colonial católico y al mismo 1838, representantes de los cua-
tiempo se encuentra el nuevo orden tro Departamentos de Nicaragua
impulsado por la ilustración. reunidos en Asamblea, declararon
disueltos los vínculos de su co-
218 De 1828 a 1830 se sucede la munidad política con la República

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Federal de Centro-América, y la permite evidenciar los movimien-


definieron como un Estado libre, tos realizados en el texto. Los des-
soberano e independiente. No plazamientos constituyen también
obstante, en el mismo documen- una manera de representar las
to, los diputados reconocieron, apropiaciones.
de manera solemne, pertenecer
a la “Nación” centroamericana, Manuel Briceño es el personaje
y expresaron su compromiso de que integra, en su travesía, los di-
reunirse con los demás Estados versos espacios de la novela y en
del istmo bajo un nuevo pacto, el que convergen las rutas de in-
acorde con los principios de un dependencia con su búsqueda de
“verdadero federalismo” (…) Ante Beatriz: de Nicaragua a México.
la posibilidad de que el General
Francisco Morazán intentara res- “El embozado” –‘niño Me-
tablecer su autoridad en el istmo lico’ -1828. “Año séptimo
por la vía de las armas, Nicaragua de nuestra independencia”
se alió con Guatemala y Hondu- Convento San Francisco,
ras para derrotarlo. En marzo de Granada….plazuela Los
1840, después de nueve meses Leones… plaza principal
de acoso militar, Morazán partió o real…arroyo de la Adua-
hacia Sudamérica, en compañía na….camino de Masaya,
de treinta de sus más cercanos alcanza las tropas liberales
colaboradores”18 que se dirigían a la capital
cuando Morazán estaba
en suelo guatemalteco,
Manuel Briceño: acompaña a Morazán en
regresiones y anticipa- la toma de Guatemala…..
México(búsqueda de Bea-
ciones en la ruta de
triz- 1830, grito de libertad
independencia contra Iturbide),…peregri-
nación por todos los pue-
En la construcción del espacio, blos de la República’ , es
y con el propósito de establecer en Veracruz donde contrae
las redes construidas, la presen- la fiebre amarilla, en Tax-
tación de las rutas que adquieren tepec se dirige a la Sierra
importancia dentro de la novela, de Misteca donde encuen-
tra finalmente a Beatriz,….
18 Kinloch Tijerino, Frances. Identidad y Cultura
Guatemala, donde contrae
Política (1821-1858). Premio Nacional de His- nupcias.
toria “Jerónimo Pérez”, 1999. Managua: Ban- 219
co Central de Nicaragua, 1999, pp. 68-70.

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“Briceño, entre su amor y aceptación del reconocimiento-


su patria, optó por ésta, te Iturbide como único Gobierno
tanto más cuanto que con- de Nicaragua [39]), del que sale
servaba la esperanza de como caudillo Ordóñez y en se-
ganar más tarde la volun- gundo Briceño (relato de la vida
tad del padre de su ama- de Ordóñez [47]. Éxito de las tro-
da” (52) pas de liberales, saqueo de barco
y regreso de Briceño a la hacienda
La organización temporal y na- Las Cañas, en Chontales.
rrativa transcurre entre regresio-
nes (recuerdos) y anticipaciones, La ruta de la indepen-
al contar los orígenes del protago- dencia en el contexto político
nista -Manuel Briceño-, se esta- centroamericano se desdibuja
blecen también vinculaciones con de la ruta amorosa, y priva la
el contexto de los procesos inde- narración sobre “los aconte-
pendentistas. Briceño, nacido en cimientos políticos de la inde-
1793, seguidor de Washington, pendencia centroamericana”:
Lafayette, Miranda, San Martín y San Salvador, no reconoce a
Bolívar, anteceden el primer grito Iturbide, resiste los ataques del
de independencia de Centroamé- ejército de Filísola, se anexa a
rica en 1811, que es secundado Estados Unidos del Norte en
por Cerda, Argüello, Espinoza, diciembre de 1823 con el pro-
Robledo, Cordero, Molina, Ben- pósito de protegerse, sin em-
daña, Castillo, Gómez, Parrilla, bargo es tomado por tropas
Montiel, Guerrero…..desterrados mexicanas. “San Salvador y
a Cádiz o a Omoa y por interce- Granada se distinguieron prin-
sión d e su padre pasa a Trujillo y de cipalmente, en aquellos acia-
ahí a Granada en 1817. En Granada gos tiempos, por el valor y
-en 1820- muere su padre; Manuel patriotismo de sus hijos” (61).
ya enamorado de Beatriz, decide Caída de Iturbide, las autorida-
participar con “los patriotas grana- des de León celebran un acta
dinos que, vejados y oprimidos, por el 17 de abril de 1823 y hacen
Carrascosa ansiaban el momento excitación a Granada, Coma-
de su independencia” (35) yagua, Tegucigalpa y Costa
Rica para que envíen sus re-
En 1820 se planea una cons- presentantes. (62). El carácter
piración en una casa de Jalteva, indisciplinado de las tropas de
conspiración debida a los acon- Ordóñez y la participación de
tecimientos de Iturbide (relato de Sacasa rompe el contrato de
220 la participación de leoneses en la los dos gobiernos y da inicio a

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la situación actual de Nicara- próxima a concluir por el fraccio-


gua: “Teníamos, pues, encen- namiento y la discordia, un hom-
dida la primera guerra civil, bre de talento raro, de genio vivo,
tras la cual debía venir la larga de maneras francas y agradables,
serie de revoluciones que han apareció en la escena. Su bravura
entorpecido el adelanto de en los combates, su elocuencia en
Nicaragua. Dos partidos han la tribuna, su habilidad en la diplo-
ensangrentado nuestra patria macia y la elevación de sus ideas
desde su Independencia. Han llamaron desde luego la atención
sido clasificados con diversos de todos y muy especialmente la
nombres; pero en la época a del partido liberal que lo proclamó
que nos referimos, se llama- su Jefe.” (79)
ban serviles y liberales” (63).
(…) Las rutas independentistas y la
búsqueda de Beatriz, se unen en
Somos imparciales: ambos ban- la narración en Guatemala, cuando
dos causaron nuestras contien- 1829 Morazán y el Coronel Briceño
das; ambos también contribuyeron “se presentaba a las puertas de Gua-
a nuestra dicha, los unos procu- temala pidiendo rendimiento” (90).
rando el orden la conciliación y la
justicia; los otros lanzando el país La centralidad de Granada se
a las ideas nuevas y libres que hoy conforma, entonces a partir de su
resplandecen en nuestra patria y importancia como lugar de primer
forman nuestra mayor gloria” (65) “grito de independencia”, fortaleza
de los liberales. Coinciden en este
En 1823 la Asamblea Nacional sentido, el lugar de la enunciación
Constituyente dio nombre de Pro- del relato con el lugar de proclama
vincias Unidas de Centroamérica de los liberales en Nicaragua y el
“a las que formaban el antiguo espacio centroamericano, con el
Reino de Guatemala y declaró…”, establecimiento de las rutas de los
con la excepción de Chiapas que personajes principales. Si el enun-
quedó desmembrada y se unió ciador se declara “imparcial” la
con posterioridad a México y co- elección del bando donde privan
bra relevancia la figura de Francis- “las ideas nuevas y libres que hoy
co Morazán: resplandecen en nuestra patria y
forman nuestra mayor gloria”, re-
“Cuando Centroamérica, llena de sulta evidente.
ignorancia, de odios y preocu-
paciones, parecía entregada al Ricardo Pasos Marciaq, en su
desorden más completo y estar novela Julia y los recuerdos del 221

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silencio 200619, se ocupa de la y abuelos Cabistán, así como de


sociedad granadina y nicaragüen- muchas otras familias con hem-
se de aquel entonces. La narra- bras extraordinarias en sus senos,
ción se elabora a partir del relato nunca han dicho nada sobre las
de la familia de los Cabistanes, es- mujeres de Nicaragua? ¿Es que
pecialmente en torno a las mujeres realmente no existieron nunca?
de la familia entre las cuales destaca ¿Es que nunca han sido reales?
como personaje principal Julia.20 ¿Es que, en realidad no cuentan
para nada?”21
“-¿Qué se hizo todo ese mundo
europeo también vivido por las in- Sin entrar propiamente en el
contables damiselas granadinas análisis de la novela de Pasos, se
que iban al extranjero, año con evidencia en el desarrollo de las
año, a Filadelfia, a Nueva York, y a dos novelas, al menos, ese des-
París o Londres? ¿En dónde que- plazamiento del lugar de selección
dó toda esa impronta? ¿Por qué de la memoria histórica.
Granada nunca ha dejado de ser
la gran aldea que es, aferrada a Inscritas ambas dentro del gé-
unas costumbres e ideas que ya nero discursivo de ‘novela históri-
son las del resto del mundo, y que ca’, de la narración de un aconte-
ya ni siquiera lo son tampoco del cimiento, puntual y la centralidad
resto de los países centroamerica- de la ciudad de Granada, se pasa
nos? ¿Porqué los libros de historia a la narración de un espacio so-
y los innumerables artículos perio- cial, cultural y político donde per-
dísticos de los señores Ayón en sonajes y acciones se entrelazan
su tiempo, y actualmente los de dando espesor al relato. Es en la
Gámez tan reconocidos y ga- construcción de las subjetividades
lardonados ambos en Granada, femeninas y masculinas en la co-
y supuestamente conocedores tidianeidad, que se producen los
de sus ancestrales tatarabuelos acontecimientos históricos. Inte-
resa relatar los conflictos políticos,
sin embargo éstos se producen
19 Pasos, Marcia Ricardo. Julia y los recuerdos del
silencio. 3a Ed. Managua: Hispamer, 2006. Pri- en universos que los contextuali-
mera edición 2000 y Segunda edición 2002. za y les confiere profundidad. Es
20 Cf. González, Victoria. “Mujeres somocistas: pues un esfuerzo por plantear una
“La Pechuga” y el Corazón de la Dictadura narrativa de la totalidad, sin que
Nicaragua (1750-1990), en Rodríguez Sáenz
Eugenia. Entre silencios y voces. Género e His- signifique la totalidad histórica, re-
toria en América Central. Editorial de la Univer- cordando con ello, lo que Vargas
sidad de Costa Rica, INAMU. pp.197-216. Se
analiza no precisamente el período en estudio,
222 sin embargo es posible vislumbrar la compleji- 21 Pasos, Marcia Ricardo. “Julia y los recuerdos”,
dad de la temática. Op. cit., p. 235.

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Llosa denominó la novela total, género discursivo como tal.23


con pretensión de evocar la com-
plejidad y diversidad, sin suponer MISTERIO. Concentra-
por ello que se trata de la repre-
ción urbana y relacio-
sentación histórica total, sino de
los diferentes aspectos que com- nes epistolares.
ponen la realidad misma.
Manuel Argüello Mora
La no participación y la dis-
tancia en la composición de los En el estudio introductorio ela-
campos de enunciación, enrique- borado por el Dr. Juan Durán Luzio
ce la multiplicidad de focos. Una (2004: xxiv-xxxv), se advierte la
narrativa de lo nacional que expo- centralidad del espacio noveles-
ne, desde ciertos intersticios, la co, “El espacio urbano inmediato
complejidad de un período de la desplaza, gracias a los realistas, el
historia de Nicaragua. cosmos exótico que le precedía:
el centro civil, el barrio, la calle y
“La escalada represiva con- la sala de la casa se convierten
tra los diarios opositores en Ma- en puntos de focalización dilectos
nagua, Rivas, León y Granada, para el narrador, como la taberna,
era inusitada e increíble. Nunca la pensión, la esquina nuclear de
antes, durante treinta años – la villa. En este sentido, afirmamos
murmuraba la gente asustada y que Risas y llantos (Misterio) es
dolida- se había atentado contra una novela josefina, y sobre San
la libertad de expresión con tan- José y, a la manera de Eugenie
ta desfachatez y prepotencia. Se Grandet, ya desde su frase inicia
querían silenciar a toda costa las busca también el mismo tipo de
críticas y quejas que se hacían precisión urbana”.
contra la corrupción adminis-
trativa y el enriquecimiento ilícito En las novelas estudiadas, el
que los miembros del gabinete, Prólogo y/o Advertencia, Apela-
parientes y allegados al Presi- ción directa al lector, forma parte
dente estaban cometiendo”22 importante de los programadores
de lectura, y en ellos se anuncia
Es interesante observar en am- parte del programa narrativo. “A
bos textos las estrategias de ve- mis lectores”, es el título con se
rosimilitud y las modificaciones del inicia la publicación original de la

23 Cf. Perkowska, Magdalena. Opus cit; Arias Ar-


turo, “La literariedad, la problemática étnica … 223
22 Idem, p. 189.
, Op. cit., pp. 142-156.

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novela, del 15 de marzo de 1888, está centrada no en la opacidad


y de acuerdo con Durán Luzio del discurso literario, sino en la
(2004: xli) aparece también en la capacidad de representación que
reedición de 1899. De extensión por medio de éste se realice de
no mayor de una página, funciona, un referente concebido como na-
al igual que en los demás casos cional. “No llega mi vanidad hasta
como parte del contrato del géne- creer que esos cuentecitos hayan
ro discursivo y como parte funda- sido bien recibidos por su mérito;
mental del verosímil crítico. De esa bien sé que solo se han leído por-
apelación directa debe destacarse que son los primeros que tienen
la denominación de “novela nacio- un colorido nacional” (xli).
nal”, que participa de dos com-
ponentes básicos: por una parte Si en Amor y constancia la ur-
se construye dentro de un género gencia era de “rememorar”, de
que se declara como la “mas fácil “rescatar del olvido” sucesos de
tarea de los aficionados a la litera- importancia para la colectividad,
tura: la novela”; y por otra, la esco- en la advertencia que hace Argüe-
gencia es aquella novela que “no llo Mora, se enuncia como primor-
sólo divierte, sino la que enseña e dial ensayar “algo más formal, en
instruye y más que todo la novela donde se puedan describir nues-
nacional” (xli). Y la instrucción tie- tras costumbres con más ampli-
ne que ver con la posibilidad de tud y oportunidad…” (xli). Desde
aventurarse a un nuevo contrato ese lugar de enunciación es posi-
de lectura, siempre y cuando en ble “neutralizar” la conformación e
este contrato, donde participan identificación de espacios comu-
lector y escritor se tome en cuenta nes de enunciación con los grupos
“la indulgencia del público” y tam- de poder, entre los cuales y con los
bién la pericia de quien ha incur- cuales se desarrolla gran parte de
sionado en la escritura literaria: el la vida de Manuel Argüello Mora.
tránsito del relato corto a un relato Como programación de lectura,
de mayores extensiones para la se establece un contrato abier-
elaboración de la novela. De esta to; el énfasis recae en el término
manera, habrá que presuponer la describir, y no en la articulación de
formalización del campo literario y una trama que quiere contar parte
diversos verosímiles escriturales de una historia nacional. Intervie-
que construyen los sistemas lite- nen aquí elementos de verosímil
rarios a los cuales el autor hace de género, intergenerecidades,
referencia. además de la pretensión de que,
al asumir experiencias escriturales
224 La importancia de la escritura anteriores -con reconocido méri-

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to- es posible salvaguardar posi- las circunstancias en que se escri-


ciones enunciativas comunes, en bieron no podrían entrar en ningún
un intento por profesionalizar y género de pormenores.” 24
fundar modelos escriturales y vi-
siones de nación. Trabajo de imaginación con
fundamentación en hechos his-
En la “Advertencia” a la edi- tóricos y recordatorio de trabajos
ción de 1867 de Los Nazarenos, literarios anteriores que van dirigi-
José Milla establece su programa dos al horizonte de espera del lec-
de escritura y de lectura “Nuestras tor. Ubicación del lugar de enun-
antiguas crónicas, publicadas o in- ciación con respecto del pasado
éditas, dan noticia sucinta de gra- virreinal y posicionamiento dentro
ves perturbaciones que ocurrieron de una tradición escritural, en don-
en el Reino, durante la presidencia de la distinción del registro histó-
del conde de Santiago de Calima- rico y del registro ficcional acusa
ya, con motivo de las desavenen- el manejo de fuentes y el de es-
cias y duelos entre dos familias trategias literarias ya conocidas. La
nobles: las de los Padilla y los Ca-
explicitación del contrato del género
rranza. Las pocas palabras que en-
contramos en esos documentos,
discursivo y compresión de ciertas
respecto a los dos bandos que en dinámicas textuales se evidencian
aquellos tiempos se hicieron cru- en ambos programas de lectura.
da guerra, y la noticia harto breve
también, que da el padre fray José En la interpelación a los lecto-
García en su Historia Bethlemítica, res, el texto de Argüello Mora fina-
impresa en Sevilla en 1723, acerca liza con la indicación de ciudad y
de don Rodrigo de Arias Maldona- fecha, contribuyendo con ello a la
do, han servido de base a esta no- verosimilitud del texto. Compues-
vela. (…) Escribiendo una novela y ta la novela por 28 capítulos sin
no una historia y siendo desgracia-
títulos, se cierra con un epílogo,
damente tan reservado y concisos
nuestros cronistas, especialmente
tal la usanza en “Amor y Cons-
en todo aquello que tocaba con las tancia” y la “Conclusión” en “Los
personas que ejercían autoridad e Nazarenos”.25
influencia en el Reino, nos hemos
creído autorizados en esta obra, En la representación urbana del
como lo hicimos en La hija del
Adelantado, a hacer enteramente 24 Milla, José (Salomé Gil). Los Nazarenos. Terce-
un trabajo de imaginación, con los ra edición. Guatemala: Piedra Santa. p. 13. (1°
Ed.: 1980, seg. Ed.:1982, tercera ed. 1987),
escasos datos que suministra la subrayado mío.
ligera y muy descarnada relación
que contienen las crónicas, que 25 Argüello Mora, Manuel. Misterio. Editorial Uni-
versidad de Costa Rica. Colección Retorno. 225
por su naturaleza y objeto y por 2004. p. 1

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San José de la época se procura Desde esta perspectiva, es so-


construir un espacio novelesco lamente la novela guatemalteca la
que, si en las primeras referencias que reivindica su génesis con base
que de él hace una de las prota- en documentos históricos, lo que
gonistas, conforme avanza la tra- plantea la coexistencia de varios
ma y participan de ella otros per- verosímiles que entran en diálogo,
sonajes, va elaborándose como y que justificaría la ‘aparente ambi-
espacio privilegiado en el texto. güedad’, en los estudios literarios,
evocando con ello modelos escritu-
Tal y como se presenta en la rales que concurren en dicha época
novela Amor y constancia, la cen- y/o, en el establecimiento de moda-
tralidad del relato la ocupa la ciu- lidades particulares a la producción
dad capital, y es a partir de ella que literaria nacional.
se tejen los demás hilos de la his-
toria. En La formación de la narra- “Misterio es uno de los rela-
tiva nacional costarricense (1890- tos de Argüello que mejor pueden
1910). Enfoque histórico-social, de ilustrar lo sintetizado antes. San
Álvaro Quesada (1986), se indica José en la penúltima década del
como “En la literatura costarricen- siglo XIX son el marco espacial y
se consideramos – como se men- temporal de la historia, cuyos per-
cionó anteriormente- a las novelas sonajes pertenecen a la burgue-
y crónicas histórica de Manuel Ar- sía local, algunos empobrecidos,
güello Mora, publicadas en 1898 y y otros aspirantes a tal clase. (…)
1899, precursoras de este género En el texto de Argüello –como
literario. Argüello Mora no recurre, en el de Magón- la familia opera
como lo harán los otros cultiva- como un mecanismo de inclusión/
dores del género, al documento exclusión, que organiza incluso
histórico, y a la reconstrucción de las relaciones políticas. El texto
épocas que el autor no conoció. define un espacio en el que no
Argüello se basa en sus recuerdos caben los individuos solos y en el
y rememora hechos históricos en que los pobres son infelices. Por
los que él participó en su juventud, otro lado, lo anterior se relaciona
relacionados casi todos con los con la dinámica de incorporación/
avatares políticos de su tío Juan exclusión de nuevos miembros
Rafael Mora”.26 de las élites locales, cuyo meca-
nismo fundamental pasaba por el
26 Quesada Soto Álvaro. La voz desgarrada. La matrimonio”.27
crisis del discurso oligárquico y la narrativa
costarricense (1917-1919). San José, Cos-
ta Rica: Editorial Universidad de Costa Rica. 27 Carballo, María Elena et alii. La Casa Paterna.
Colección Identidad Cultural. San José Costa Escritura y Nación en Costa Rica. Colección
226 Identidad Cultural Ed. Universidad de Costa
Rica, 1988. p. 135.
Rica, 1993, pp. 97-98.

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Los personajes ‘tipo’ se rela- na positivista de Augusto Comte.


cionan entre sí mediante síntesis Es en este contexto histórico que
epistolares que ratifican la impor- surge y se desarrolla en Honduras
tancia de la ciudad letrada en los una corriente literaria que ya ha-
comienzos de la nación. bía cumplido su ciclo en Europa:
el Romanticismo (…) La obra que
ANGELINA tránsitos inaugura esta nueva vertiente de
entre el espacio urbano la literatura vernácula es Angeli-
na, de Carlos F. Gutiérrez, editada
y rural
por primera vez en 1898-, aunque
con rigor, ya había habido otros
Carlos F. Gutiérrez intentos (…) Angelina es pues,
cronológicamente, la primera no-
Angelina se introduce direc- vela nacional si nos atenemos a
tamente en relación con el con- las características específicas del
texto socio-político del momento: género, ya que los relatos mencio-
“En 1876 asume la presidencia de nados de Lucila Gomero de Medi-
Honduras Marco Aurelio Soto. Se na (anteriores a su obra cumbre,
inicia así el período de la Reforma Blanco Olmedo, de 1903) no se
Liberal, que significa la apertura ajustan por entero a tales requeri-
del país al exterior y el progreso en mientos, según se desprende del
todos los órdenes: jurídico, eco- juicio anteriormente citado” (II).
nómico, político, social y cultural” Si para las novelas anteriores
(10). Se destaca como programa se hace referencia a un contexto
enunciativo, la adscripción al pro- literario cercano a la definición del
yecto político-ideológico que se género novela histórica, en ambos
comienza a construir a principios casos encontramos la referen-
del s.XIX y el grupo de intelec- cia a un contexto literario mucho
tuales que asumen una posición más preciso. En el caso de la no-
preponderante, se asocian in- vela de Manuel Argüello Mora, el
mediatamente a la conformación estudioso Dr. Juan Durán indica
del sistema literario de la época: “Cincuenta y cuatro años de edad
“Aparece en esas circunstancias, tenía Manuel Argüello Mora cuan-
un grupo de intelectuales cuya fi- do decide dar a las páginas de la
gura más destacada es la del doc- revista Costa Rica ilustrada los ca-
tor Ramón Rosa, “Ministro Univer- pítulos iniciales de su novela Risas
sal” de Soto. Tanto este ideólogo y llantos; el resto de la obras fue
de la Reforma Liberal como quie- redactado a medida que apare-
nes lo siguen, basan sus análisis cían las entregas posteriores para
de la realidad social en la doctri- ese mismo periódico josefino. Así 227

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nacía la primera novela publicada nos no evidencia componentes


por un autor nacional. Corría en de relación histórica que permitan,
el mes de marzo de 1888 y el país ni por la temática, ni por las estra-
disfrutaba de una época de pros- tegias narrativas, una relación con
peridad y apertura cultural gracias
el discurso histórico fundante de
a la secularización de la sociedad,
narrativas de la nación. Las coor-
generada por las leyes implemen-
tadas en la acción de los grupos denadas espacio-temporales se
liberales”. (ix) proponen como parte de la dié-
gesis, sin que por ello se insista
Compuesta por XVII capítulos, en recursos de verosimilitud que
es una novela corta de 41 páginas, acerquen el texto a los procesos
que se desarrolla en torno a un en- históricos de Honduras. Cobra en
cuentro-des-encuentro amoroso, este contexto, mayor importancia
vinculando los tres protagonistas: las programaciones del estudio
Angelina, Julián y Felipe. Dos de introductorio que permite hacer la
ellos comparten una situación de relación entre las propuestas polí-
orfandad que une sus vidas en el ticas del momento y las posibilida-
seno de una familia que, en tiem- des de enunciación.
pos de inicio del relato: “la prospe-
ridad fue habitual en su casa; que El relato, tal y como se identifi-
poseyó en aquellos tiempos y aún ca en el contrato de género como
mucho después considerables un recurso recurrente, se inicia
bienes de fortuna: ganado vacuno con la llegada de un visitante a la
y caballar, extensos y fértiles terre- casa donde se suceden los acon-
nos y algún dinero efectivo; pero tecimientos. “Con la usual frase
que acontecimientos inesperados “nos dan posada” llegamos una
le trajeron a menos, salud y fortu- tarde del mes de noviembre, mi
na, hasta dejarla en el triste esta- criado y yo, al corredor tendido
do en que se encontraba” (2). de una casa de campo situada en
el confín de una meseta verde y
Tanto Angelina como Julián sonriente, extendida a los pies de
son aceptados por la familia y vi- una hermosa y elevada montaña
ven sus primeros años ‘bajo la (…) (1) De muy mala voluntad sa-
protección de los padres adopti- tisfizo la dueña de la casa curio-
vos’, la presencia de Felipe viene a sidad, refiriéndome la historia de
interrumpir las relaciones primarias aquel desgraciado. Bien sería más
establecidos en los tiempos de la de medianoche cuando terminó el
infancia. A diferencia de las no- relato de la vieja, el cual encontré
velas anteriores, la trama de esta tan interesante, que desde enton-
228
novela no se inscribe, o por lo me- ces pensé formar un librito basado

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Narrativas fundacionales de fin de siglo

en aquella conmovedora historia. todavía. Dicen que los locos al-


Hoy he emprendido la compen- canzan larga vida…..” (41).
diosa tarea, confiando en que lo
interesante del argumento, más Dentro de los críticos literarios,
que otra cosa, llamará la atención Helen Umaña observa, como un
de los lectores” (4). avance de la época el manejo del
erotismo entre Julián y Angelina;
Al igual que en los relatos ante- ambos llevan vida en común hasta
riores, la diégesis parte de un pre- el momento en que Julián se ena-
sente que genera una narración mora de Angelina, pero Angelina
insertada en un momento en que se enamora de Felipe. Estos últi-
ya se plantea una distancia y es mos contraen matrimonio, Julián
desde ese presente que se gene- después de realizado el matrimo-
ra el lugar y el espacio de enun- nio- rapta a Angelina quien mue-
ciación. Se inicia al anochecer y re. Julián loco, es amarrado a un
finaliza pasada la medianoche. árbol.28
El narrador introduce el otro re-
lato que se desplaza del campo, La mención de lugares, fechas
casa ubicada en la montaña, a la y otros marcadores de verosimili-
ciudad- lugar donde vive la pareja tud se encuentran casi ausentes
de protagonistas. Los aconteci- en el texto. Relevante es pues el
mientos ocurren en el campo se desarrollo de los amores de Ange-
oponen en ritmo, comunicación lina. La coincidencia de los luga-
y actividades a la vida en ciudad. res de enunciación, puede hacer-
En esta, Angelina expresa nostal- se a partir de: oposición campo
gia por su infancia en los espacios ciudad, distancia del narrador en
abiertos, que son espacios cono- relación con el lugar que ocupa la
cidos y compartidos con Julián historia narrada, identificación con
La secuencia de apertura del re- la casa paterna en decadencia,
lato es una regresión de 30 años metaforización ya mencionada en
con la llegada de Julián a la casa obras de la literatura costarricen-
de los padres adoptivos que se se. La distancia del narrador en
convierte – en tiempos de bonan- relación con estos aspectos, que-
za -en casas refugio- para los pro- da establecida desde el inicio del
tagonistas. relato, construyendo de esta for-
ma la complicidad con el tiempo y
“Allí, pegado contra aquel poste perspectivas del lector.
hundido en el suelo, había vivido
mucho tiempo; allí lo vi yo quien
28 Umaña, Hellen. La novela en Honduras. Gua-
sabe si en estos momentos exista temala: Ed. Letra Negra, 2003.
229

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Ligia Bolaños Varela

“La Isla del Coco”: Mira- “15 de setiembre de 1869”30, se


das de reconocimiento convierte en una posibilidad de
explotación de territorios y rique-
en el Relato de viajes de
zas naturales:
D. Liévre. 1893
“¡Una isla desierta! ¿Quién no
Publicado en 1893 con el títu- ha soñado con pasearse en el
lo “Une ile déserte du Pacifique, tranquilo reposo de las selvas so-
l’ile de ‘Cocos? Ámerique”, en el litarias? Yo he tenido hace poco
Bulletin de la Société de Géogra- la oportunidad de realizar este
phie Comerciale du Hávre, págs. sueño. Yendo de San Francisco a
233-258.29 este relato presenta Panamá, me detuve por un azar
una perspectiva bastante diferen- feliz, en la Isla del Coco, un punto
te en cuanto a la exposición de sobre el mapa, un bouquet de ver-
las demás obras. El propósito es dor en medio de los mares”31(….)
pues, aproximarnos a una mane- De cualquier lado que se le abor-
ra diferente de visualizar y repre- de, la isla presenta el aspecto de
sentar el territorio a partir de una un lujurioso macizo de verdor que
‘imagen territorial’ surgida no des- levanta encima de las olas un zó-
de la enunciación ‘nacional’, sino calo de abruptos acantilados. ”32
de la mirada de un viajero. Isla en
posesión de Costa Rica desde el Al igual que en los primeros
año 1853, y cuya ‘bandera’ fue textos del descubrimiento, la Isla
colocada de manera simbólica el del Coco se representa como el
lugar de lo posible, sin embargo,
en el relato de este viajero se in-
29 D. Liévre “Isla del Coco”…, Op. cit. En esta
edición, del relato de Cockburn, lamentable- sertan, particularizándolo, otras
mente se recoge solo la narración destinada modalidades que son ajenas a las
a Costa Rica. De ese relato Ramón Luis Ace-
vedo señala lo siguiente: “John Cockburn vi- relaciones producidas en la Colo-
sitó a Centroamérica un siglo después. Este nia33: por una parte la textualiza-
marino escocés del que se sabe muy poco,
recorrió desde Honduras hasta Panamá. Pasó ción de las Américas y el desarro-
de Londres hasta Panamá en el 1731; fue ata-
cado mientras navegaba en la Costa atlántica
de Centroamérica y naufragó junto con varios 30 Meléndez, Carlos. Presentación. En D. Liévre
compañeros.(…) Esta narración autobiográfi- “Isla del Coco. (América)”. Op.cit., p.12.
ca, que revela curiosas coincidencias con Los
infortunios de Alonso Ramírez, está repleta 31 D. Lievre “Isla del Coco”…, Op. cit. p. 107.
de pequeños incidentes, algunos muy perso-
nales, que avivan el libro .Cockburn narra en 32 Idem. p. 117.
forma sencilla y espontánea, como un simple
marinero, pero demuestra un agudo sentido de 33 De acuerdo con Juan Carlos Solórzano, el re-
observación y muchas dotes naturales como lato de Liévre, se inscribiría dentro del proceso
narrador. En: Acevedo, Ramón Luis. La novela de producción de informes, relatos, diarios de
230 centroamericana. Universidad de Puerto Rico: la Europa de la época “En ese contexto, es
Río Piedras, 1982. p. 37. interesante destacar el hecho de que los ima-

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Narrativas fundacionales de fin de siglo

llo de la cartografía son evocadas ofrece su aislamiento y de su fun-


para certificar la ausencia de dicha cionalidad para las “naciones ma-
Isla34, su no referencia es por una rítimas” que buscan “ asegurarse
parte garantía de la protección que a través de los mares una cadena
ininterrumpida de puertos donde
sus navíos mercantes o barcos
gotipos elaborados por el eurocentrismo de
los viajeros y escritores del Viejo Continente de guerra puedan encontrar, en
penetraron, a su vez, en América e influyeron cualquier tiempo, el carbón nece-
en el imaginario nacional-literario de las milites
políticas y literarias latinoamericanas, las cua- sario; desde este punto, la Isla del
les aventuraron notablemente su visión racista Coco aún no ha perdido su im-
durante el siglo XIX”. En Marr Wilhelm. . In-
troducción de Juan Carlos Solórzano Ed. Uni- portancia. Mañana, como otrora,
versidad de Costa Rica2004, pág.xiii. Werner se encontrará en una de las más
Mackenbach hace referencia a los imagotipos
en su artículo sobre El Arpa y la sombra, que de grandes vías marítimas del mun-
acuerdo con Werner Mackenbach , a partir de do y debemos estar listos, para el
una propuesta inicial de Gustav Siebenman se
compondría de 11 imagotipos:1.“proyección día lejano, pero seguro, en que el
sobre el Nuevo Mundo de mitos de la Antigüe- Canal de Panamá sea abierto al
dad y de la Biblia, 2. América como lugar de
utopía, 3. la leyenda negra, 4. América como Comercio”.35
el Dorado y tesoro de incontables riquezas;
5.América como continente de barbarie, cani-
balismo y naturaleza perversa, 6.América como De manera semejante a las re-
región exótica de naturaleza extensa y solitaria, laciones coloniales, interesa la des-
7.América como lugar del buen salvaje y ama-
zonas; 8.los americanos como mejores seres cripción de la fauna, la flora, el cli-
humanos que los europeos degenerados; ma, la configuración orográfica y el
9.América como continente saqueado por los
europeos y el capitalismo (imagotipo evocado tipo de suelos, tal el discurso de las
en las teorías de la dependencia y desarrollo), historias naturales, el narrador pro-
10. América como lugar de la alteridad, como
concepto antropológico, y 11. los americanos pone un viaje a lo largo de la isla,
considerados como seres humanos inferiores y mediante su posicionalidad en el
en comparación con los europeos civilizados,
expresión de un racismo más o menos abierto océano establece rutas comerciales
y declarado contra los indígenas y los mesti- que no sólo darían salida a produc-
zos” (30-31”). En Mackenbach, Werner, “El
Arpa y la sombra, la Conquista y destrucción tos como la madera, sino también
del espacio americano”, en Alejo Carpentier. vinculan los espacios americanos.
INTERSEDES. Revista de las Sedes Regiona-
les de la Universidad de Costa Rica. Volumen
V. Número 9 2004 Editorial de la Universidad Ante la pregunta: “Pero si la
de Costa Rica., 2004, pp. 57-66.
isla es tan rica, ¿cómo después
34 La mención de obras como Mapamundi de de tres siglos de haber sido des-
Jehan Cossin, Universale Descripttione di tutta
la Terra Conosciuta, Nouveau Mudo de André cubierta, no ha habido nadie que
Thevet, mapas de Th. Bry, Histoire Universelle haya venido aquí a revelar las ri-
des Indes Orientales et Occidentales, de Wyt-
fiet, Mercator y su Atlas Minor son algunos de quezas escondidas?36
los textos que sirgven de referencia al marino
para la ubicación o no de la Isla del Coco, po-
niendo de esta manera en circulación obras de 35 Idem, p. 116.
importancia cartográfica para la época. Lievre, 231
Op.cit, pp. 1098-1111. 36 Idem, p. 132.

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Una de las razones es la com- debemos sacar provecho: nunca


plejidad en la explotación de la es demasiado pronto para actuar,
tierra, ya que: “ Un colono, para otras veces demasiado tarde”38
tener éxito aquí, necesitaría mu-
cho capital, no sólo para poder Con las palabras anteriores
esperar tres o cuatro años a que se cierra el relato de Liévre, en la
la tierra le rinda al céntuplo lo que construcción de un espacio ame-
haya sembrado (….) Pero la inicia- ricano vinculado, vía la explotación
tiva privada no podría ensayar, el de sus recursos a los mercados
Estado puede y debe emprender- internacionales.39
lo, puesto que el Estado tienen la
manera de esperar más pacien- IV. De verosímiles críti-
temente la enumeración de sus cos y de reconstruccio-
trabajos, y sobre todo porque sus
nes históricas
actos tienen un móvil superior al
de una ganancia inmediata.”37
A manera de conclusión, nos
parece importante indicar algunos
Es más esta iniciativa estatal
elementos recurrentes:
formará parte de un futuro próxi-
mo que tienda a unir los cuatro
4.1
puntos de las tierras conocidas:
Por una parte y como se ha-
bía indicado en la introducción, los
“Estamos listos, pues, desde
textos analizados son considera-
ahora, para el día, lejano sin duda,
dos por la crítica como parte del
en que el Canal de Panamá será
canon nacional es más, en algu-
abierto, y asegurémonos para el
nos de los casos como iniciadores
porvenir comunicaciones inde-
del mismo y aunque las calidades
pendientes entre nuestras colo-
literarias sean discutibles, es po-
nias de las Antillas y las posesio-
sible insertarlos dentro de la pro-
nes de Oceanía. No poseemos
ducción literaria centroamericana
en esa ruta más que Clipperton,
que, elaborando narrativas de la
un islote rocoso de mucho menos
ventajas que la Isla del Coco. Re-
cordemos que Inglaterra ocupó 38 Idem, pp. 133-134.
Adén en 1838 y Perim en 1855,
39 Según Walter Mignolo “ If, as Quijano and Dus-
bastantes años antes de que el sel claim, modernity is not a European pheno-
Mar Rojo fuera unido al Mediterrá- menon, then modern colonialism has different
rhythms and energy according to its spatial
neo. Es unas enseñanza de la que and historical location within the modern/colo-
nial world system”. En Mignolo, Walter. Local
232 Histories/ Global Designs. Princeton Studies in
37 Idem, p. 133. Culture. 2000.

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Narrativas fundacionales de fin de siglo

nación40, generan procesos im- americanos, la novela hondureña


portantes de mitologización41 y de (…)Un examen detallista y riguroso
homogenización42. La excepción de la novela Angelina nos permite
es el relato de viajes, ya que evoca, detectar en ella abundantes fallas
más bien, los procesos de transna- de orden técnico, tales como: des-
cionalización de nuevo cuño que se cripciones cursis, elaboradas con
producen en el siglo XIX. términos sumamente generales y
abstractos; reiteraciones inútiles,
En el texto Angelina,“En el gé- desaciertos semánticos, adjetiva-
nero narrativo se produce, con el ción desgastada e inexpresiva. No
advenimiento del Romanticismo, es, pues, perfección formal lo que
un fenómeno singularmente im- debemos esperar de esta obra
portante en el desarrollo de las (…). Tampoco debemos buscar
letras nacionales: nace, merced en ella profundidad psicológica ni
a los influjos europeos e hispano- un rico sustrato filosófico o mo-
ral.” De acuerdo con Julio Esco-
40 “En este sentido, no es importante demostrar to, la estudiosa concede su valor
si las hazañas que canta los textos son exac-
tas, o si sus “verdades históricas” son fieles o
porque dicha obra “Representa,
meros inventos. De hecho, Renan asegura que en alguna forma, la infancia de
“interpretar mal la propia historia forma parte
de ser una nación” (en Hobswam, 1997:20).
nuestras letras, existentes siem-
Ya que la finalidad de este trabajo no es la de pre a pesar de los autosuficientes
comprobar los hechos, el interés no reside en
saber lo que fue ni cómo fue, sino más bien
que las niegan, y la primera faceta
cómo se entiende, cómo se imagina, cómo se romántica, la limpia, con que nos
le da sentido a través del discurso, como un
tenaz esfuerzo de organización y significación
iniciamos” (págs VI).
del cual es capaz la literatura (Rama, 1984)”.
En Randazzo Francesca. Honduras, patria de
la espera. Ensayos sobre nación y poesía. Ed.
Para María Elena Carballo e inves-
Configuraciones, Colección, 2006, p. 24. tigadores, “Como se verá adelante,
41 Nack Beatriz. La mitologización de la historia
el texto de Argüello, con pretensio-
latinoamericana. Serie Conferencias. Publica- nes literarias (el caso de Misterio), se
ción del Centro de Investigación en Identidad
y Cultura Latinoamericanas. (CIICLA), Facultad
acerca más al folletín: los personajes
de Letras, Vicerrectoría de Investigación. Uni- no interesan como tales sino como
versidad de Costa Rica. 1993. tipos que ilustran situaciones pre-
42 De acuerdo con Subercaseaux: “El ideal asimila- concebidas, son elementos ilustrati-
cionista de los estados-nacionales del siglo XIX
tendió a negar la diferencia cultural, de hecho
vos y no productivos del texto. En el
este ideal convirtió la diferencia cultural en una habla del narrador abundan los este-
desventaja. La construcción de las naciones la-
tinoamericanas se dio por lo tanto con una diná-
reotipos y los tópicos. El relato se ca-
mica altamente homogenizadora y unicultural”. racteriza por su poca complejidad, el
En “La construcción de la nación y la cuestión
indígena”. En Grinor Rojo et allí. Nación, Estado
final esperado, conocido o anticipa-
y Cultura en América Latina. Ediciones Facul- do. A diferencia de una concepción
tad de Filosofía y Humanidades. Universidad de
Chile. Serie ESTUDIOS, 2003.
de lo literario como descubrimiento o 233

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Ligia Bolaños Varela

indagación, para Argüello la literatura Caso contrario es la lectura


es un pretexto o un medio de ilustra- que de Milla realiza Albizúrez Pal-
ción de verdades conocidas por el ma cuando dice: “Aún cuando, en
narrador a priori.”43 opinión de David Vela, la vocación
del historiador asoma con fre-
De Amor y constancia Jorge cuencia en el estilo de Milla, esta
Eduardo Arellano comenta que: “En tendencia no es, ni mucho me-
realidad, la obra es breve: sesenta nos dominante; por el contrario,
páginas tamaño carta, a doble es- un mérito de Milla como novelista
pacio sumó su transcripción. Y no consiste en conceder libre juego a
es gran cosa, es decir, “la novela his- su imaginación, y por ello vemos
tórica y de costumbres nicaragüen- en Los Nazarenos una novela de
ses” prometida por Gámez Pero más de trescientas páginas sus-
hay algo de eso: descripciones de tentada sobre una endeble base
fiestas populares y religiosas – tanto históricamente aprovechada por
del siglo xviii como del xix-, comidas el narrador.”46
y vestuarios, etc., predominando
el contexto y los hechos históricos Valoración común: recupera-
en los doce capítulos en que se ción de fragmentos o ‘totalidades’
divide”.”44 “Una novela de costum- de las naciones centroamerica-
bres, más cercana del folletín que nas. El criterio de validación pare-
de la verdadera ficción, predomina ce concentrarse en la apropiación
desde Amor y constancia (1878) de las “imágenes” que se constru-
de José Dolores Gámez, el primer yen del pasado colonial, y con las
intento novelístico de un nicara- cuales es posible elaborar discur-
güense (…), por lo general cargada sos de lo nacional. La centralidad
de cursilerías y sin ninguna asimila- de los espacios narrativos se ubi-
ción de las corrientes literarias de la ca en las ciudades, construyendo
época, más bien anacrónicamente periferias y redes que apoyan la
romántica, son sus características convergencia en los polos de ejer-
evidentes”.45 cicio del poder.

43 Carballo María Elena, et al. La Casa Paterna. Es- En ellas emergen las voces
critura y nación en Costa Rica. San José, Costa
Rica: Editorial de la Universidad de Costa Rica.
portadoras del proyecto liberal, y
Colección Identidad Cultural, 1993. p. 96. sus personajes y acciones van a
44 Gámez, José Dolores. Amor y Constancia. Pri-
condensar representaciones del o
mera edición. Nicaragua: Biblioteca Nacional de los proyectos políticos en ges-
Rubén Darío, 1997. p. 7.
tación.
45 Arellano, Jorge Eduardo. Panorama de
234 a literatura nicaragüense. Editorial Nueva
Nicaragua,1982, pp. 132-133. 46 Milla, José. Los Nazarenos, Op. cit. p. 10.

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Narrativas fundacionales de fin de siglo

4.2 Lejos de sumergirse en un cul-


La concurrencia de varios vero- to del pasado como camino para
símiles críticos tales realismo, cos- evadirse del presente, la reescritu-
tumbrismo, romanticismo, relatos ra del pasado implica la apertura
históricos, folletín podría indicar de un debate sobre el lugar des-
una indeterminación discursiva, y de el que se escribe la historia y
también, una búsqueda escritural sobre sus consecuencias éticas y
y apropiación de modelizaciones políticas.47
vigentes; de alguna manera pue-
den ser considerados como espa- Sin preconizar muchas veces
cios escriturales de tránsito. una adscripción explícita a mode-
los conformadores de las identi-
En relación con la escritura de dades centroamericanas, pode-
la novela histórica contemporá- mos decir, junto con Arturo Arias
nea es posible diferenciar el lugar que: “Nuestro punto de partida se
desde el cual se identifica el es- ubica en la noción de que los es-
pacio histórico, baste la siguiente tados nacionales, al constituirse,
reflexión para establecer un punto imitaron la razón occidental. Es
de comparación en cuanto a la decir buscaron construir identida-
elaboración del verosímil: des nacionales sobre la base de
ciertas discursividades literarias,
“La historia oficial, entonces, espacio donde podemos ubicar
preocupada por canonizar y esta- las ficciones fundacionales….”48
blecer una genealogía de próceres
inmaculados presenta versiones En las obras analizadas, la re-
reductoras y maniqueas del pasa- presentación del espacio nacio-
do, más preocupada por consa- nal se realiza dentro de los límites
grar que por conocer. provistos por el régimen colonial,
privilegiando con ello las extensio-
Las novelas históricas (contem- nes que se ubican, especialmen-
poráneas), en cambio, a través de
la polifonía, la intertextualidad y la 47 Grinberg Pla, Valeria. “La novela histórica de
apertura de la narración histórica finales de siglo XX y las nuevas corrientes his-
toriográficas”. En Istmo Revista Virtual de estu-
al ámbito de lo particular, local y dios literarios y culturales centroamericanos. 2”
cotidiano logran recuperar y for- (julio-diciembre) http:www.wooser.edu/istmo.
pp. 27-29.
mular aspectos del pasado nacio-
nal censurados o simplemente no 48 Arias, Arturo. “La literariedad, la problemática ét-
nica y la articulación de discursos nacionales en
tenidos en cuenta por irrelevantes Centroamérica”. En: Marc Zimmerman y Gabriela
por los tratados históricos tradi- Baeza Ventura, coord. Estudios culturales centro-
americanos en el nuevo milenio. Edición Especial
cional: LACASA. Publications 2007, p. 143.
235

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Ligia Bolaños Varela

te, dentro de las márgenes de los cultural, al igual que en sus repre-
procesos expansivos hacia el inte- sentaciones artísticas/literarias, la
rior de los países centroamerica- región caribeña de Centroamérica
nos. Así, la figuración del espacio siempre ha sido marginada.
centroamericano se expresa den-
tro de los límites de la jurisdicción Este Caribe centroamericano
colonial, trazando las rutas de ha sufrido tradicionalmente una
procesos emancipatorios, las lu- doble exclusión: por un lado, des-
chas morazánicas y las redes es- de la perspectiva centroamericana
tablecidas; la incorporación de los de tierra firma, ha ido excluido de
territorios y espacialidades hacia los proyectos político-culturales
las zonas caribes de los diferentes – especialmente a partir de la In-
países queda, pues, fuera de la re- dependencia y la construcción
presentación territorial del espacio de los Estados-nación- como es-
nacional. pacio de no lugar, no cultura, no-
civilización.”49
La centralidad nacional, y en
consecuencia la centralidad cen- BIBLIOGRAFÌA:
troamericana –se concentra en
las capitales y ciudades de mayor
CORPUS:
importancia a partir de los mode-
los de asentamiento español du-
Argüello Mora, Manuel. Misterio.
rante la época colonial; podemos
Editorial Universidad de Cos-
afirmar, junto con Werner Mac-
ta Rica. Colección Retorno.
kenbach que “Desde el primer
2004.
contacto entre el “Viejo Mundo” y
la región que en la actualidad lle-
D. Liévre. “Isla del Coco” (Améri-
va el nombre de Centroamérica o
ca)”. Según informe de…. Ver-
América Central (a partir del cuar-
sión en castellano de Jorge y
to y último viaje de Cristóbal co-
Maruja León y editado en Los
lón en 1502), la costa del Caribe
viajes de Cockburn y Liévre por
centroamericano ha sido durante
Costa Rica. San José: Bibliote-
siglos una puerta de entrada para
ca de Autores costarricenses
los europeos: desde los primeros
Editorial Costa Rica, 1962.
conquistadores bajo el signo de la
cruz y la espada, pasando por los
incontables viajeros, aventureros,
comerciantes, piratas, tratantes de 49 Mackenbach Werner, Rolando Sierra y Magda
esclavos y científicos. Sin embar- Zavala. Historia y ficción en la novela centroame-
ricana contemporánea. Honduras: Ediciones Su-
236 go, en la historia política, social y birana, 2008 (abril) p. 107.

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Narrativas fundacionales de fin de siglo

Gámez, José Dolores. Amor y problemática étnica y la articu-


Constancia. Primera edición. lación de discursos nacionales
Nicaragua: Biblioteca Nacional en Centroamérica”. En Marc
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Ventura, coord. Estudios cul-
Gutiérrez Carlos F. Angelina. 2a turales centroamericanos en
Ed., 6ta. Reimpresión. Estudio el nuevo milenio. Edición Es-
preliminar de Sara Rolla. Tegu- pecial LACASA. Publications
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