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ISSN. 0716 - 9108 Revista de Historia DEPARTAMENTO DE CIENCIAS HISTORICAS Y SOCIALES FACULTAD DE EDUCACION, HUMANIDADES Y ARTE UNIVERSIDAD DE CONCEPCION CONCEPCION 1993 ANO 3 - VOL. 3 - 1993 Revit de Historia Universidad de Concepcion N°3 1993 155 LA GUERRA CIVIL DE 1891 EN CONCEPCION Andrés Medina Aravena* I. INTRODUCCION El objeto del presente trabajo es entregar una relacién que muestre de qué forma la sociedad de Concepcién fue afectada por el conflicto entre el Presidente Balmaceda y la mayorfa del Congreso en 1891. Este hecho hist6rico ha sido.enfocado desde diferentes vertientes, encon- tdndose anélisis que abarcan ya sea, factores politicos, sociales, econdmicos 0 militares y que han sido expuesto tanto en defensa de una u otra de las posiciones que chocaron en defensa de sus ideales e intereses. Nuestra intencién es determinar los antecedentes politicos y sociales que existfan, circunscribir y analizar los hechos bélicos ocurridos en la provincia, determinar la accién desarrollada por el gobierno provincial, la importancia que a provincia asume al entrar el conflicto en su fase final y, para concluir, conocer la reaccién social que se produce en la ciudad luego de Placilla. No es aventurado considerar que el conflicto de 1891 -expresién concreta del accionar humano, con sus inspiraciones, ideales y pasiones- exacerbé hasta el m&ximo la separacién de nuestra sociedad, en un evento que cubrié de su- frimiento, destruccién y luto a una nacién que, hasta ese momento, prometfa transformarse en una potencia regional pero que, al término del conflicto, pagé caro la soberbia de sus deres y terminé transformada en una entidad de segundo orden Hevando en su interior cl drama de 1a desunién y el rencor fratricida. Il. ANTECEDENTES Podemos seftalar que Concepcién, al iniciarse 1a década de los noventa, €s una provincia que crece demogréficamente, contando con una poblacién aproximada a las ciento setenta mil personas, repartidas en los Departamentos de Concepcién, Talcahuano, Puchacay, Coelemu, Rere y Lautaro. Su actividad principal es la agricultura, especialmente el trigo que se saca del interior por los puertos de Talcahuano y Tomé, alo que se agrega, una actividad minera ¢ industrial que muestra un desarrollo bastante acelerado, tanto en el 15, Universidad de Concepeién. Prolesor do Hstora da Chie, Departamento de Clancas Hiséicas y Soc 156 carbon, textiles y el nuevo dique construido en Talcahuano, existiendo ademés, un activo comercio interno que ha revertido el establecimiento poblacional, ‘especialmente en la capital provincial que cuenta con aproximadamente 41 mil habitantes, de los cuales, 28 mil se consideran urbanos, incluyendo las poblaciones de Santa Juana y Penco y 13 mil rurales'. En el aspecto social, Concepcién aiin muestra una sociedad con rasgos aristocréticos basada en la existencia del latifundio como base de familias tra- dicionales, hereditarias de 1a antigua sociedad militar que habfa protegido la frontera del Biobfo. A esta estructura se habfan integrado inmigrantes y ello trata el surgimiento de un nuevo sector social basado en el comercio, la industria y las profesiones liberales, iniciando un cambioen la mentalidad tradicional penquista que no ha muchos afios atrés, habfa visto en accién a hombres como José Hipélito Salas, Obispo de la didcesis y ardienté enemigo de los aires de secularizacién que invadfan 1a sociedad chilena. Los cambios de mentalidad se reflejaban en el terreno politico, y es ast como de los parlamentarios de la provincia, entre senadores y diputados, titulares y suplentes -15 en total- encontramos un solo conservador, 5 radicales y 9 liberales, el afio 18902, Ahora bien, no deja de resultar sintomético el indicar ya en la perspectiva del conflicto de 1891, que de los 15 parlamentarios, s6lo dos aparecen apoyando al Presidente, uno se muestra en una posicién neutra y los doce restantes en mayor ‘omenor grado se muestran como opositores a Balmaceda y partidarios de la acci6n del Congreso. Seflalemos también dentro de los antecedentes, que el afio 1890 Ia didcesis penquista habfa recibido un nuevo pastor, Plécido Labarca, que habfa contado con el beneplicito del Gobierno ante quien habfa jurado su aceptacién al cargo de Obispo® En el 4mbito social, y refiriéndonos a las familias de mayor prosapia e importancia dentro de Concepcién, encontramos que hacia 1890 se declaran abjertamente opositoras al Presidente las siguientes: Castell6n, Plummer, Serrano, Ferrer, Rioseco, Manzano, Moller, Ibieta, Méndez, Gundelach, Prieto Luco, Unzueta, Lamas, Benavente, Rozas y Martinez por mencionar sélo a algunas, encontrando una sola familia de estirpe, los Zafartu que se hallaba dividida en sus preferencias politicas*. No deja de resultar interesante a nuestro juicio citar, como antecedente del ambiente politico que se vivfa hacia 1890, las expresiones vertidas por un regidor P49. 119. Arenivo Municipalidad de Concepestn. 1951 Santiago ion. 1057 Santiago. a Tplsia on la Revelucon de 1831" pp. 275-214. Ravsia Misia: U. Caen NY 14 4 leardo Cor Mancer. “Reccerdos se 1991* impania Nascimento 1944, Santiago, Pags. 34-98 36, fetranso Campos Hari Hone Ge Concapean r880-87"Eaxora Users, Eisen, Yee Sanlage ag. 204 157 en la sesién municipal de recepcién al nuevo Intendente de Concepcién, don Guillermo Carvallo indicando que: "las circunstancias en las cuales se producfa Ja asuncién del nuevo Intendente resultaban particularmente dificiles por existit en el vecindario muy justos motivos de desconfianzas, por cuanto la politica del Presidente les merecia la m4s franca reprobacién y resultaba l6gico desconfiar de un funcionario que venfa a servir la funesta politica que tan justamente alarmados mantenfa los énimos". ‘Terminaba este regidor indicando que: "sin embargo justo es reconocer que, hasta este momento, ningin acto del Intendente existfa en servicio de la politica presidencial habiéndose mantenido prescindente como era su deber"’. Anotemos que dichas palabras no fueron contestadas seguin el Acta de dicha sesién municipal, inalmente en esta relacién de antecedentes ocurridos en Concepcién Previos al conflicto se hace indispensable referirse a la visita que en diciembre de 1890 realiz6 a la ciudad el Presidente Balmaceda, El objetivo del viaje fue la inauguracién en Talcahuano del dique seco de carena mAs grande del Pacifico, puerto al cual arrib6 por via maritima el 16 de Diciembre’. Su estada en Concepcién y el puerto estuvo plagada de incidentes y, de hecho, existié el intento de agredirlo por turbas organizadas, tanto a su legada 1a zona, como al terminar un banquete ofrecido en su honor. Lo anterior motivé violentos incidentes entre fuerzas de policfa y manifestantes, involucréndose en los incidentes funcionarios administrativos -entre otros el Gobernador de Tal- cahuano, Salvador Sanfuentes, de quien tendremos ocasién de referimnos exten- samente més adelante-, los que debieron afrontar agresiones, en su intervencién Para evitar que Balmaceda fuera golpeado’. Todo lo anterior, nos muestra un ambiente que no es en absoluto favorable al Poder Ejecutivo y que es motivado entre otros factores por: la lucha contra el intervencionismo presidencial en las elecciones; contra el intento de hacer del Ejecutivo el actor omnipresente y protagénico de la vida nacional; el recuerdo de la gesti6n balmacedista por separar la Iglesia del Estado, con el subsecuente ataque a los conservadores, que mantenfan vivo el sentimiento que ello les habla Producido; en fin, el individualismo y soberbia del Presidente que Hegaba au- mentado a la sociedad penquista colocéndola objetivamente en una postura de oposicién, olvidando las acciones de obras piiblicas y desarrollo que esta admi- nistracién habfa desarrollado en el Sur de Chile y que tenfa como monumento de construccién al viaducto de Malleco, LUbro Actas Muncipaldas de Concepci6n 1860-1891. Pags. 231.992. Archivo Municipaidad de Concepcién, Francisco A. Encina. “Hsia de Chie. T. XIX. Ea, Nascimento 1904 Gamtiago, Pag. 22 Manuel Ziniga M. (Rocoplacar"Anfocadanieereaivon a ssonnate de Selvadcr Sanivenes®, Encuadernacion Loe andes” 1892 Mendota, Page. 14-15 158 III, INICIO DEL CONFLICTO La guerra civil se inicié en 1a primera semana de Enero de 1891, en ese lapso se defini6 el apoyo del Ejército al Ejecutivo y de la Armada al Legislativo, en tal sentido, creemos necesario, analizar una situacién que resulta particular mente interesante en la provincia de Concepcién. El dia 2 de Enero, y luego que Balmaceda habfa decretado la vigencia para 1891 de los presupuestos del allo anterior, entregard su puesto el Jefe del Batallén de Zapadores de Concepcisn, fundéndose en que se habfa atropellado, por parte del Ejecutivo, 1a Constitucién y las leyes*, Esta situacién movilizé en el acto a funcionarios de Gobierno, se trasladé ala zona el Subinspector de Ejército, las fuerzas del Batall6n fueron redistribuidas ‘en otras ciudades, el Comandante fue destituido y se le ordené trasladarse en forma inmediata a la capital Evidentemente, no podfa tolerarse trizaduras en lo que se consideraba la base monolitica de apoyo al Gobierno como era el Ejército, sin embargo, lo interesante de la situaci6n anterior que, culmind con el arresto en Santiago del Comandante Alamos es que, antes de presentarse a su superioridad conferencié con jefes revolucionarios?. Lo anterior, unido a: declaraciones efectuadas por un oficial de la policia de Concepcién, en el sentido que, para el dfa 8 de enero se preparaba un levantamiento popular en la provincia, con el apoyo de fuerzas policiales"®; la suposicin de los dirigentes de la revolucién de que se producirfa un pronunciamiento favorable de la guarnicién de la provincia- por lo cual, habfan enviado, como primera medida, al Esmeralda a Talcahuano" y el conocimiento de la existencia de una Junta Revolucionaria en Concepcién -integrada, entre otros, por Victor Lamas, Juan Castellén y el general Gregorio Urrutia- que se encontraba preparando, desde hacia algin tiempo, la resistencia a Balmaceda en intimo contacto con organizaciones similares en Santiago y Valparaiso, nos induce a pensar que se consideraba factor importante la sublevacién de la proviricia, para los planes del sector congresista en la perspectiva de terminar répidamente con el Gobierno". Sin embargo, no ocurrié lo esperado, Concepcidn no se plegé a la Revo- lucién y ello motivé un cambio de escenario del conflicto al dirigirse la fuerza congresista al Norte para establecerse en Iquique, donde podrfa contar con los 8 Joaquin Rodriguez Bravo, Baimacoda y el conticio. 3025, Seniago. Pag. 25. 9 Joaquin Rodguer 6, Ob. cl Pag. 27 10 Ure Soletuses 1090-1891. Areva Munte 1 Congress y ot EjecutiveT. I. Impronta Gorvantes 1925, Santiago. Pag. 41 ‘Marina (Sep. 021) 1967 fo Gariar Hoos. 1094 Pari 159 ingresos provenientes del salitre, a la vez que lograrfa el enganche de trabajadores que formarén una incipiente fuerza terrestre, que ird recibiendo el aporte de J6venes provenientes del centro y sur del pafs conformando el nivel de oficialidad, los cuales, algunos meses después, tendrén la responsabilidad de enfrentarse a las experimentadas fuerzas del ejército de Balmaceda, A lo anterior debemos agregar, como antecedentes importante en el inicio del conflicto, la necesidad, por parte del bando congresista, de controlar los yacimientos de carbén que se encuentran en Arauco, ello entregaba un nuevo motivo para el viaje del Esmeralda, el cual debfa intentar el control de dicha zona. En ese predicament y luego de haber fracasado el alzamiento en Concep- ci6n, la nave recibiré a bordo al general Gregorio Urrutia, miembro del Comité revolucionario penquista y se dirigiré a Lebu donde desembarcar4 una pequefia fuerza encabezada por Urrutia, que intentaré establecer una administraci6n re- volucionaria en el lugar. Sin embargo, 1a Intendencia de Concepcién, en cono- cimiento del hecho, enviard al coronel Garcfa Videla con una fuerza militar destinada a recuperar la zona y, ante la superioridad de los adversarios, Urrutia deberd reembarcarse y, en definitiva, el Esmeralda, sin haber logrado los grandes ‘objetivos buscados -alzamiento de la guarnicién y control del carbén- retornard la zona central, evando alguna cantidad de nuevos reclutas, fundamentalmente de Lebu. Este episodio -la presencia del Esmeralda- es el tinico que con cardcter bélico tuvo como escenario la provincia, y si bien no implica mAs que unos cuantos disparos intercambiados en Talcahuano y Lebu despertaron una honda inquietud en distintos sectores de 1a sociedad. No podrfamos dejar de mencionar en tal sentido un testimonio que al Fespecto encontramos entre los religiosos jesuitas de Concepcién, los cuales, el dia lunes 12 de enero de 1891, escriben: "Los padres misioneros regresaron a casa: Vinieron de Lebu con el Obispo después de 4 dfas de misién, tuvieron que suspender la misién a causa del pénico’producido por Ia toma de Lebu por los restauradores del orden constitucional"®. EI comentario merece, a nuestro juicio, dos alcances, primero, respecto al ambiente de "pénico" que se vivid en Lebu, Io que nos demuestra que existi6 un nivel de enfrentamiento armado entre las fuerzas balmacedistas y las que desembarcaron de la nave, conmocionando a los vecinos, y, lo que pensamos resulta mds sugerente, la asignaci6n a las fuerzas congresistas del cardcter de restauradores del orden constitucional por parte de los religiosos. Igualmente nos permite vislumbrar de qué manera un testigo en la provincia de Concepcién determina el origen del conflicto, concluyendo que la Constitucién 13 Libro Diario 1800, Archivo San Ignacio, Concepei. Pag. 19% 160 ha sido violada por el Presidente y que el Congreso se encuentra empefiado en la tarea de devolver al pafs el orden constitucional perdido, No podemos generalizar esta opinién, pero creemos que si lo unimos a los antecedentes ya expuestos, estamos mostrando una tendencia definida para apreciar la situacién politica que se iré haciendo cada vez més uniforme en la sociedad penquista. Desde otra perspectiva, conviene indicar que iniciadas las hostilidades y establecida la Junta de Gobierno en Iquique, la opinién publica penquista recibirg, primero con estupor, que gradualmente se iré transformando en resistencia, una serie de decretos emitidos por el gobierno, asf podemos mencionar: el que concentra en Balmaceda la suma del poder piiblico; el que suspende el funcio- namiento de las Cortes de Apelaciones; el que prohibe el traslado de particulares, de una provincia a otra; el que suspende el funcionamiento de las Municipalidades; el que prohibe el funcionamiento de locales piblicos, luego de las 20.00 horas; el que impide la circulaci6n, luego de esa hora, de més de 2 personas juntas; cel que prohibe a los conservadores inscribir hipotecas a las ventas de propiedades pertenecientes a personas comprometidas en el movimiento revolucionario"s; el que remueve a funcionarios piblicos que se entiende intentaron apoyar a las fuerzas de Urrutia, espectficamente en Concepcién y Lebu; la convocatoria a las, elecciones presidenciales y. en fin, la convocatoria a elecciones de un Congreso yente que modifique 1a Constitucién de 1833. Si lo anterior trajo consigo una creciente oleada de rechazo al Ejecutivo -que si bien no se manifests en forma publica, multiplicé subterréneamente, el niimero de opositores- 1a forma como se desarrollé la gestiGn de 1a Intendencia de Concepcién, contribuyé avin en mayor grado, aconformar una imagen definitiva de las condiciones politicas en las cuales se desenvolvié 1a provincia durante la Guerra Civil IV. ACCION DE LA INTENDENCIA DE CONCEPCION En los primeros dias de Enero asumi¢ la Intendencia don Salvador Sanfuentes Velasco, quien ya se habfa visto mezclado en incidentes callejeros durante la visita que recientemente habfa efectuado a la zona el Presidente. Su cardcter impetuoso y soberbio, su juventud, (29 afios) y la falta de madurez. para apreciar con moderaci6n la situacién de una provincia conflictiva € importante, resultaron los elementos que decidieron la posici6n que, en defi- nitiva, asumirén las instituciones tradicionales y més prestigiosas de Concepcién. 14 Fanor Velasco (Memorias) Revolicén de 1691. imprenta de Pisiones 2 Eicon, 1925 Santiago, Pag. 161 No pretendemos juzgar, ni calificar la tarea que desarrollé él Intendente si bien, pensamos que su pasién y lealtad por la causa balmacedista explican su Proceder y también su final, pero, consideramos, que es necesario realizar una relacién lo més detallada posible de lo que fue su gestién. ‘Ya como Gobernador de Talcahuano, ante la presencia en la zona de una Comisién de 1a Camara de Diputados presidida por Carlos Walker Martinez el ato 1890, Sanfuentes habfa tenido un altercado con sus integrantes al negarles el derecho de fiscalizar el trabajo de 1a administracion que dependfa del Poder Ejecutivo's Una vez a cargo de la Intendencia, asumié a plenitud el cumplimiento de los decretos emanados del Poder Ejecutivo, extremando el rigor para Ilevarlos @ cabo, en una provincia que, de acuerdo con los antecedentes ya latamente considerados, pod{a ser considerada como anti-balmacedista. Es por esta circuns- tancia que su nombre ha figurado como uno de los ejecutores mas déspotas y despiadados de una politica de represién y violencia, que muestra en Concepcién los siguientes episodios: La Corte de Apelaciones de Concepcién fue cerrada y su Presidente don Lisandro Martinez estuvo en prisién en més de una ocasién, originandose en el momento de su clausura, escenas de violencia al interior del recinto judicial por la acci6n de fuerzas policiales que respondian a instrucciones de la Intendencia'®, Las propiedades mineras y agricolas de los personajes de la provincia identificados con el movimiento revolucionario fueron objeto de expoliaciones, destruccién y ocupacién, todo lo cual, tal vez, inmerecidamente, fue cargado a ‘Sanfuentes”. La Intendencia de la provincia se vio involucrada en, al menos, tres incidentes que afectaron a extranjeros (un argentino, dos italianos y un norte- americano), los cuales reclamaron proteccién a sus respectivos ministros que entablaron reclamaciones diplomaticas por el comportamiento de Sanfuentes'*, No se actud, de acuerdo con los antecedenies recogidos, con el tacto suficiente y, en forma relativamente corriente, se apelé al castigo corporal (azotes) con personas de distintos sectores sociales, generando un profundo resentimiento. En el mismo sentido no sélo se apresé a hombres, sino también se dio el caso de una respetable dama penquista, dofta Ramona Andrew vda. de Mathieu, quien fue apresada, junto con su hija y yerno, siendo conducida a la cércel al 15 Manvel Zuniga M. Ob. et. Pag. 14 16 Acusaciones al Ministrio Viewha Piuabas rene durant al uci ante el Senado, imprerta Nacional 1899, Santiago 17 anor Velasco, Ob_ et Pg, 159. Francisco Anton Eneina La Revolucion 60 1691 La Presidencia de Balmaceda T- Ee. Nascimanio 1962, Samlago. Pag, 173, rsidenta Balmacoca. Ee, Nascent 1940, Saniago, T. I, Pgs. 289-284-261. Peg. 159. Feo. Encina, Ob et, ag, 474 162 no ubicarse el paradero de un hijo, activo participante del sector congresista, todo lo cual, aumenté 1a animadversi6n contra el Intendente, La Iglesia de Concepcién sufrié también las consecuencias de la labor desarrollada por 1a autoridad administrativa al ser ocupados recintos de 6rdenes, religiosas -domnicos, jesuitas- por fuerzas militares que iniciaban su concen- tracion en la ciudad de Concepcién. Si bien lo anterior podfa explicarse como una situacién de emergencia transitoria, los testimonios existentes muestran una actitud prepotente y burlona de parte del Intendente, que se enajené la voluntad de muchos religiosos. En este mismo aspecto, cabe seftalar que el Dean de la Catedral de Concepeién fue encargado y sufrié extranamiento por conductas proclives al bando revolucionario®, El Club Concepcién, orgullo de 1a sociedad penquista, fue clausurado y destinado a cuartel de tropas, apropidndose, sin inventario, de todo lo existente _y-dejando tras esta ocupacién, una gran destruccién.*. La Imprenta del diario El Sur, opositor al gobierno, fue clausurada y sus ‘elementos, repartidos en establecimientos del mismo rubro pertenecientes a partidarios del gobierno™. EL Liceo de Concepcién, también fue cerrado y su establecimiento destinado a cuartel®, EI Teatro Concepcién fue clausurado por orden del Intendente, al considerar que servfa para efectuar reuniones de cardcter politico™. Y quizés, lo que en definitiva tuvo importancia estratégica, la Hamada “recluta", vale decir, el reclutamiento forzoso de hombres en edad de portar armas, que fue efectuado de una manera coercitiva, asi.en las ciudades y los campos eran primeramente tentados con el sistema de primas con dinero, 0 atrayéndolos con diversiones 0, por tiltimo, y lo més usado, capturdndolos con violencia en ladiferentes faenas que se desarrollaban -ferrocarriles, labores del campo, adoquinados, € incluso, en las iglesias de los pucblos*, EI método seguido no garantizaba, de ninguna manera, que los reclutados de tal forma respondicran ante el desaffo de una accién armada, situacién que, incluso, fue detectada por amigos de Balmaceda, el cual, a pesar de los avisos, no hizo ninguna modificacién en el sistema de enganches*, En definitiva, en Concepeién, la aplicacién de la Recluta significé la huida 19 Feo, Eneina, OD. ct, Pag. 174 20 Carios Oviedo, 08. ci, Pag. 296. Ob. st Pag. 123 ‘pct Bag. 382 bei Pag 27 26 re Notas Municpaiéad ge Concepcion 1850-1891, Pag, 195, Docreto Intencencia do Concepcién N? B77 ‘chive Municipaldad ee Concepcion 25 Lioro Aleaidie Municpaldaa ce Concepcén, 1891. Pag. 97. Archivo Muniipaldad eo Concopcin. 26 Ricardo Cox. Ob. ei, Pag. 04 lease Saise, Ob ch, Pag. 129, 163, de muchos hombres en edad activa, con el consiguiente encarecimiento y de- tencién de los trabajos, lo que determind una fuerte carestfa y la modificacién, Por otra parte de los habitos de vida, por cuanto se busc6 salir de las ciudades y pernoctar en los fundos donde no se estaba tan vecino a los contingentes Policiales que desarrollaban actividades de mucho control social (allanamientos, control en horas limites de trénsito) y también de reclutamiento”. En la tarea de aplicar medidas restrictivas, podemos seflalar que no s6lo los catGlicos fueron afectados, se sabe también que masones y presbiterianos recibieron prisién, huyeron 0 se escondieron de 1a persecucién implacable que el joven intendente desarroll6*. Incluso 1a Primera Compaffa del Cuerpo de Bomberos de Concepcién, capitaneada por un voluntario de apellido Lamas -congresista, que debié huir -fue declarada en receso y su cuartel ocupado por contingentes militares hasta elmes de agosto, fecha en la cual la divisién de Concepcién se puso en movimiento rumbo al centro del pais. Finalmente, creemos que retrata fielmente la pasién con que se manej6 la administraci6n provincial, un decreto firmado por Sanfuentes que sefiala 10 siguiente: 1) Todo partidario de 1a revolucién de cualquier edad, sexo o condicién, que desee prestar servicios a su causa, podré trasladarse libremente a Iquique con pasaje liberado. 2) Después de este aviso no se admitira excusa de ningin género a los revolucionarios que, habiendo tenido conocimiento de él, incurrieren en faltas graves contra el orden piblico™. Evidentemente, nadie se presenté en 1a calidad que el decreto solicitaba y ello motivé el inocente comentario en la prensa adicta a Balmaceda -Correo del Sur- de que nadie en la provincia querfa sacrificarse por la causa congresista, tuaci6n que, sin embargo, resultaba obvia, habida cuenta de los procedimientos represivos que se utilizaban. En todo caso, resulta cierto, el hecho que en la zona no se manifestaron tuaciones -durante los ocho meses que duré el conflicto- de resistencia orga- nizada, lo que justificaba la opinién que en Santiago se tenfa de la accién de Sanfuentes en el sentido que su energia y mano de hierro habfan hecho huir a los opositores y que se mantenfa en la provincia un silencio completo'donde nadie 4 Concepcion 1891. Pag. 36. Archivo Muniipalidad de Concepcion, 28 Juan Oni2h"Los evangetos ya Polica en Chet Memoria nda para optaral Grado de Licenciado on Edveacion imencion Historia y Goograla, 1991, Universigad ge Concepcion, Pag. 24 Faner Volasco, Ob. cP. 47, 29 Francisco Zapatta Siva. Cuerpo de Bomberos de Concepeién, Imprenta Accén 1959, Concepcion. Pg. 67. 50 Fanor Velasco, Ob. chy Pag. 475 164 se atrevia a salir a la calle”, V. AGOSTO 1891 El mes de Agosto se planted como el perfodo decisivo en el conflicto, al saberse los planes de las fuerzas congresistas de moverse hacia el centro del pafs para definir la guerra. Esa apreciacién motiv6 el traslado de Julio Baflados -Ministro de Guerra subrogante- a Concepcién, para observar la preparacién de la divisin del Ejército acantonado en la provincia, que era considerada vital en la concentracién de fuerzas que'los estrategas balmacedistas pensaban realizar. La impresién que Bafiados tiene al observar las fuerzas de la provinci es la siguiente: "el 7 de Agosto le faltaban a la division Concepcién: ambulancias, carabinas y sables para casi toda la caballerfa, caftones para la artillerfa, caballos para gran parte de la caballerfa, mulas para servicio sanitario, para parque y artillerfa; armamento menor para artillerfa, cananas, caramayolas, para casi toda la divisi6n, uniformes, botas y frazadas para mAs de un tercio de la divisién, rifles uniformes para un quince por ciento, y varios otros articulos indispensables para salir a campafia, no se habfan realizado ejercicios por brigadas ni por divisiGn, el clima habfa aumentado las bajas y habfa mAs de quinientos soldados enfer- mos"", De lo anterior, podemos concluir que si bien, la accién de control empren- dida por la administracién provincial result6 efectiva, 1a atencién prestada ala preparaciOn y apertrechamiento de una fuerza considerada vital, resultaba de- sastrosa ya que no podfa pretenderse formar, y preparar en dfas, Io que no se habfa realizado en meses. La divisiGn estaba al mando del comandante Daniel Garcia Videla y la componfan las tropas de Concepcién, Tomé, Talcahuano, Coronel, Lota, Arauco, Lebu, Cafete y Puchacay, que fueron organizadas en tres brigadas. En caballerfa se organizaron dos regimientos, disponiéndose que uno quedara de Guarnicién en la ciudad y el otro, al mando del Intendente, Salvador Sanfuentes, Coronel de Guardias Nacionales formarfa parte de las fuerzas alistadas para trasladarse al centro del Pais. El 20 de Agosto, esta fuerza se moviliz6 por via férrea -constantemente asediados por montoneros- hacia Santiago, no interviniendo en el desastre de Concén. Posteriormente, la fuerza de la divisién Concepcién participé en Placilla, 31 Fanor Velasco, Ob. e, Pag. 174 122 Julio Banados, Ob. cit, Pag 461 165 aunque algunas tropas desertaron, entre ellas, las que iban a cargo de Salvador Sanfuentes, el cual, no pudo participar en la accién decisiva y debié emigrar a Mendoza™. Conviene seftalar que, entre las fuerzas balmacedistas, hubo Jefes y Oficia- les que actuaban en connivencia con las flierzas congresistas, y de esta relacién, se sabe de al menos un oficial de la Divisién Concepcién, el Jefe del batallén Imperial, Gregorio Silva, que se encontraba en situacién de emboscado™. VI. CONSECUENCIAS La noticia del triunfo de las fuerzas congresistas se supo en Concepcién €129 de Agosto, el Gobierno Provisorio designé a Victor Lamas como Intendente de la Provincia, produciéndose masivas manifestaciones de apoyo a Baquedano, Urrutia y Ia Armada. Vuelve a circular.el diario El Sur con los equipos que tenfa el Correo del Sur. Por otra parte, turbas se dirigen a la cArcel liberando a los reos de carécter Politico que allf se encontraban. Los sentimientos que se denotan son de repudio a los militares acantonados ena ciudad, al partido liberal derrotado y a los funcionarios que Balmaceda habia designado, con especiales referencias al ex-Intendente Sanfuentes. EI 6 se Septiembre, el Obispo de Concepcién celebré un Tedeum en la Catedral, y Ia invitacién a tal evento seftalaba lo siguiente: "Profundamente Feconocidos a los inmensos y seftalados beneficios con que la Divina Providen ha querido favorecernos, concediendo a nuestra Patria querida, ademas de la dulce Paz, por la que tanto, y de tanto tiempo atrds suspiramos, el restablecimiento del orden legal y constitucional de la Repiiblica, hemos dispuesto se cante un solemne Tedeum en accién de gracias", Con posterioridad al 11 de Septiembre se celebraron en la Catedral de Concepeién, honras fiinebres, a las cuales, el Obispo invit6 en el siguiente tenor: "Después de haber cumplido con nuestro deber de gratitud para con el Dios de los Ejércitos por los inestimables beneficios recibidos, un sentimiento natural del coraz6n agradecido, nos obliga a interponer nuestros clamores ante la Bondad infinita del Padre de las Misericordias, en favor de nuestros queridos her- manos quecon tanto espiritu de abnegacién y sacrificioy patriotismo,derramaron en el campo del honor su preciosa sangre para la salvacién de nuestra patria", La lectura de estas dos invitaciones emitidas por el Obispo Labarca, 38 Jo Benados, Ob, ci, Pag. 510 ‘34 Ju Banados, Ob. c.. Pag. 508 135 Carlos Oviege, Ob. et, ag. 298, 136 Carlos Oviedo, Ob. et, Pag. 20% 166 agregadas @ las situaciones ya comentadas, que afectaron a organizaciones re- ligiosas, como también a miembros del Partido Conservador, nos llevan a con- siderar que la actitud de la Iglesia en Concepcién fue de apoyo soterrado a la ‘causa congresista, Independientemente del hecho que los juicios emitidos por el Obispo son 4 posteriori del descenlace del conflicto, existe un hilo conductor, expresado en el concepto de respeto a la constitucién y las leyes que ya se mencionaban en los comentarios efectuados por los jesuitas al comenzar el conflicto. Ademés, se debe sumar a esta actitud inicial, los malos tratos inferidos en el transcurso del conflicto a érdenes religiosas y el extrahamiento del Dean de la Catedral, todo lo cual hace que se produzca, al término del conflicto, un abierto respaldo de la Iglesia de Concepcién al nuevo Gobierno. Entre las consecuencias més notables quie afectan a los actores del conflicto a nivel provincial, debemos hacer ‘mencién al asesinato cometido en Mendoza, en la persona del ex-Intendente Salvador Sanfuentes, a quien habfamos dejado cerca de Quilpué, al ser abandonado por las tropas del Regimiento Husares de Concepeién, las cuales desertaron pasdndose al enemigo e impidiéndole participar en la instancia decisiva del conflicto. Luego de esta desgracia, Sanfuentes huy6 a Mendoza, en donde se unié @ otros refugiados politicos del bando balmacedista. Luego de entrar en un polémica periodistica con el Consul de Chile en jicha ciudad, Sr. Toro Zelaya, se iniciaron gestiones para realizar un duelo entre ambos, sin embargo, la situacién se torné confusa al producirse incriminaciones piblicas entre Sanfuentes y los padrinos del cénsul- dos argentinos, Castex y Navarro- que habfan participado en Chile por el bando congresista. El episodio culmina en la casa de Sanfuentes, cuando después de un agrio intercambio de palabras, Castex y Navarro balearon a Sanfuentes y a un acom- Pafiante, a resultas de lo cual, el ex intendente fallecié al cabo de pocas horas. El incidente policial involucré a un diplomético consular y a refugiados, generdindose una violentapolémica que era una consecuencia l6gica del apasionamiento existente entre los partidarios de uno y otro bando. No deja de Hamar la atenci6n, un telegrama enviado por vecinos de Concepcién al Cénsul en Mendoza que sefiala: "Los vecinos de Concepcién desean que los seflores Castex y Navarro sean defendidos por abogados de reconocida compe- tencia, y siendo su honorario, de cuenta de este vencindario. Dignese usted elegir el abogado que crea, reiine las cualidades convenientes, Pedro Benevante-Rafael Zerrano-Andrés Sanhueza-Andrés Lamas”. Creemos que resulta conclusivo el gesto de los firmantes -miembros de la alta sociedad de Concepcién- al solidarizar con los asesinos del ex-Intendente. 37 Manuel Zoniga, Ob. ct, Pag. 148 167 Las odiosidades generadas estaban plenamente vigentes y, pensamos que su maxima expresién es lo seflalado. Podrfamos agregar como manifestaciones de represalia, el despido de funcionarios y la investigacién de la conducta de otros que habfan participado en el gobierno de Balmaceda. Con posterioridad, ser4 presentada una acusacién parlamentaria al minis- terio Vicufia, 1a cual ser4 tramitada el ano 1893 en el Congreso, donde, eviden- temente, con la ausencia de 1a mayorfa de los inculpados, el bando vencedor lanz6, sin mayor réplica, una gran cantidad de acusaciones en contra de funcionarios del régimen caido, personalizéndose la situacién de Concepcién, en forma es- pecial, en Ja persona del difunto Intendente. VII. CONCLUSIONES 1, Antes de comenzar el conflicto de 1891, existfan antecedentes politicos que permitfan asumir un clima pro-parlamento de la gran mayorfa de la sociedad penquista. 2. Si bien es cierto, por el régimen electoral vigente, los ciudadanos con derechos politicos eran, no més de cinco mil, en una poblacién estimada en 170 mil; el conflicto generado afecta, en forma masiva a los penquistas, independiente de la situacién de cada uno de ellos. 3. El impacto social afecté a las instituciones més representativas de la provincia, inclindndolas, en general, hacia una actitud de condena al Poder Ejecutivo y de respaldo al Legislativo. 4, La motivacién central no se plantes en la provincia en términos eco- némicos ode dependencia respecto a North, sino que, fundamentalmente, se ocup6 de la inconstitucionalidad en que habfa cafdo Balmaceda y la tiranfa en que sumfa a la poblacién. 5. La administracién de Sanfuentes -independientemente de los excesos que pudieron cometerse por su responsabilidad directa-no significé mayor respaldo al Ejecutivo y, por el contrario, le granjed una creciente oposicién. 6. La labor del Intendente fall6 en un aspecto fundamental en la estrategia de un conflicto armado, al descuidar la preparacién de una divisi6n que entrarfa 4 participar en los momentos decisivos del conflicto. 7. Por la condicién de provincia proveedora de hombres para enrolarse en las filas de ambos bandos, se produjo una fuerte disminucién de mano de obra con la consecuente paralizacién de la actividad econmica. 8. La provincia, como tal, s6lo fue testigo de hechos de violencia en el comienzo de la campaita con la presencia en sus costas del Esmeralda, y en el mes de Agosto, cuando surgié la accién de montoneros que amenazaban las vias férreas y los puentes de la ruta entre Concepcién y Talca. 9. El clima de pasién se exacerbs al maximo, provocando divisiones y 168 Fencores que tuvieron su exponente maximo en el asesinaio en Mendoza del ex intendente Sanfuentes y la solidaridad que mostraron con los culpables carac- terizados vecinos de Concepcién. 10. El resultado final, aparejado a persecuciones y venganza, no aport6 nada en beneficio del desarrollo provincial y mostr6, en definitiva, lo estéril de un conflicto fratricida que s6lo dejé destruccién y muerte en la sociedad, de- bilitando el poder de Chile como nacién,

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