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RELACIONES HUMANAS

Para ser un gran triunfador, hoy como estudiante y mañana como profesional, ante todo,
tienes que mantener unas buenas relaciones humanas con tus semejantes.
Relaciones Humanas son los sinceros deseos de compartir y de llevarse bien con los
demás con sutileza. Son los procedimientos necesarios para mantener la armonía y unidad con
nuestros semejantes, mediante relaciones pacíficas y dentro de un profundo respeto por
todos; evitando así, toda clase de conflictos que puedan surgir en el convivir diario. ¿Cómo?,
es la pregunta que surge.

Invitando al prójimo a compartir un mutuo bienestar con buenas acciones, en unión,


comprensión, concordia y afecto. Viendo siempre sólo lo bueno y positivo de la gente.
Fijándote mucho más en las cualidades de tus compañeros, amigos o familiares y menos en
sus defectos. “Es de necios ver los vicios ajenos y olvidar los propios”, afirmaba Cicerón.
“Antes de decir el mal de los demás, hace falta mirarse bien a sí mismo”, decía Moliére.
“Vale más tratar de los males nuestros que de los ajenos”, sentenciaba Séneca. Conoce y habla
primero de tus faltas que son una lacra humana que te hace quedar mal; y, aunque tengas
tiempo, jamás te preocupes de los otros. Ningún hombre tiene la capacidad moral para juzgar,
criticar o condenar al prójimo, porque no conoce perfectamente a nadie ni tampoco
comprende sus motivos.
Si te olvidas de los errores de media humanidad harás amigos; pero, si por el contrario,
divulgas aumentando lo que ves y oyes, perderás amistades y desunirás a los que se llevaban
bien. Precursor de las discordias es el que con su lengua imprudente juzga demasiado a los
demás. Quien dice todo lo que quiere, oirá también todo lo que no quiere. El que tiene casa
de vidrios, no tire piedras al vecino. Pero, ¡Cuántos son los que ejercitan más la lengua con
maldad, que sus almas con bondad!

No hables mal de nadie ni aun de tus propios enemigos. El que cierra su boca y se muerde
sus labios vivirá libre de angustias y temores. Preocúpate en lo posible de ti, de modo que no
tengas tiempo para criticar y desacreditar al prójimo. Las palabras que salen del hombre son el
espejo de su imagen. Antes de ser criticón, primero tienes que mirarte bien tu mismo, para
que no mates de la risa a unos; y no des pena, lástima y repugnancia, a otros.

* En el barrio donde yo residía en mi juventud, había una dueña de casa enferma del alma, que
le decían bruja, cuya lengua se unía con sus orejas, no porque era una oradora o quizá una
candidata de elección popular en plena campaña política, sino por su vicio de ofender y
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criticar al prójimo. Vecinos, inquilinos, parientes ni sus mismos hijos le soportaban a esta
dama ignorante con complejos de pelucona. Esta señora se envanecía, presumía de su estirpe
fundamentada en sus antepasados y en la supuesta riqueza de sus padres, pero nunca dijo que
ellos eran analfabetos que no sabían leer ni escribir, y en vez de firmar, ponían la huella digital.
Esta mujer no sabía que el ser humano es noble por su sabiduría y por sus actos; no por el
dinero, los apellidos o la belleza exterior. Cuando iba a realizar algún trámite en alguna
institución, exigía a las demás personas que hacían cola, que le cedan el primer puesto, por su
linaje. Ella no sabía, que es la nobleza que sale del corazón, mucho más importante que la que
se recibe de los ascendientes. Yo me río de esta clase de gente acomplejada, cuando recuerdo
a los mulares presumidos, cuando alguien les pregunta, quienes son sus padres, ellos
responden diciendo que sus abuelos fueron el caballo y la yegua, nunca, que sus padres son un
caballo y una burra.

El barrio, por su mal proceder, en asamblea general decidió, por unanimidad, que por cada
ofensa a sus moradores, le pintarían de negro, un ladrillo visto de la fachada de su casa. No
me van a creer, en una semana, la parte frontal del inmueble estaba completamente pintado.
Un hijo que era sacerdote, y el único que le tenía paciencia, pues, los demás la habían
abandonado a su suerte para siempre, acordó con su madre, que en vista de su mal
comportamiento con la gente, por cada virtud que demostrara en el futuro, él, personalmente
se encargaría de quitar la pintura.

Pasaron dos años, y muy a pesar suyo, la señora orgullosa, racista y con complejos de
superioridad, no por enmienda ni por condescendencia, sino, por conveniencia personal,
demostró a su hijo que ya no ultrajaba a nadie; por el contrario, trataba de ser buena con sus
semejantes, ante lo cual, el cura, limpió con thiñer las manchas negras.

Entonces, la madre dijo:

_He cumplido con mi palabra y tú con la tuya, ya ves hijo, como he cambiado, ahora soy
una mujer virtuosa, la casa quedó como nueva_

Y el hijo manifestó:

_Así es mamá, pero ya no tiene el mismo esplendor y brillo que tenía antes de tu mal
proceder con tu familia y con tus semejantes; jamás será igual a lo que originalmente fue, pues,
aun quedan vestigios de manchas como las que habrán en tu alma; por más que te arrepientas
y te retractes, éstas persistirán en tu interior hasta que te mueras. En cuanto a los ofendidos,
ya dejaste sembrado la intriga.
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Sé prudente, encamina tus conversaciones siempre hacia lo honesto y útil. Escoge con
mucha prudencia el momento oportuno para contar algo. Antes de opinar de los demás,
pregúntate, ¿será verdadero lo que voy a manifestarte? o afirmaré ciertas cosas de las que
pueda arrepentirme; ¿será provechoso para ti decirte esto o lo otro?; ¿será indispensable que
tú sepas lo que voy a expresarte? No toda verdad es para ser dicha, existen algunas que es
mejor cerrar la boca y callar; guarda silencio hasta que tengas necesidad de hablar.

Convéncete que por el poder de la lengua, de la vida a la muerte no dista mucho, hay un
solo paso. Prudencia también es no pronunciar palabra cuando se está dominado por la
cólera, por una nostalgia o por una alegría envidiable.

El éxito en tu vida estudiantil, social y profesional dependerá de la calidad de relaciones


humanas que sin temor a la deslealtad o la traición tengas con el prójimo. Nada es más
reconfortante para una persona, como la cortesía, la unión, la concordia, el afecto, el respeto
y cariño de sus semejantes; entonces, conquístala con tu conducta. No trates de transformar a
la gente que habita en el mundo, porque es muy numerosa, ni a los miembros de tu familia;
empieza por cambiar primeramente tú. Solamente cosechan sentimientos de consideración y
simpatía los que siembran con sus principios morales, valores y virtudes, unas buenas
relaciones humanas. José Ingenieros expresaba: “Los hombres que están inclinados a
simpatizar con los demás son los mejores instrumentos de la armonía social”. Quien es
amable en el trato es más apreciado y querido por todos.

En este pequeño periodo de vida, hemos sido engendrados para la convivencia humana,
mas no para las continuas disputas entre sí, perdiendo un precioso tiempo fugaz, entre
hipocresías y maldades; es decir, empeñados en el engaño y sufrimiento de amigos,
compañeros, superiores, etc.; en vez de pasar en un gozo mutuo. Ciertamente, a salvo no
estaremos en la tierra, a no ser por la lealtad, fidelidad, cuidado y respeto recíproco, así como
por la ayuda compartida. La tranquilidad nuestra depende de las relaciones humanas que
tengamos, pero, se requiere que éstas sean practicadas por cada uno de los integrantes de la
sociedad, para que sea completa la felicidad de todos. Séneca decía: “El hombre es un animal
social, engendrado para el bien común”.

En este planeta hay tantos valores, virtudes y defectos, como personas; por eso, vive con
ellos adaptándote a sus diferencias antes que a sus semejanzas contigo; jamás te vas a
encontrar con alguien que tenga una actuación u opinión idéntica a la tuya, pues el común
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denominador es la diversidad. Sólo los buenos sentimientos y actitudes unen a la gente, pero,
no basta solamente con tener grandes cualidades, sino, es necesario saber emplearlas bien en
pro del prójimo. Cada día acércate más y más con buenas acciones a tus amistades,
compañeros y a todos que por algún motivo te encuentres distanciado. Si tienes que felicitar a
alguien por sus méritos profesionales o deportivos, hazlo, sin ninguna conveniencia ni
esperando recibir algo a cambio, sino, porque es un acto de justicia demostrar cuán justo eres
desinteresadamente.

Que virtud más grata devolver favor por favor, cariño por cariño; mas no las ofensas por
ofensas. Sólo de alguien de alma noble y grande y de corazón virtuoso, es perdonar los
agravios e injurias, y, dar amor por odio. ¿Acaso los que viven en el rencor y en la venganza
no tienen otra alternativa para el resto de sus días? No hay lugar ni tiempo en que el hombre
sea tan querido y respetado por sus congéneres, sino, donde y cuando cultiva unos buenos
principios morales, valores y virtudes. Que hermoso sería que el mundo entero practicara las
relaciones humanas para el bienestar común de sus semejantes.

No hay rostro más hermoso que el amistoso. La bondad del corazón se manifiesta en el
semblante, pues, su alegría rebosa en el talante risueño. Quien conserva una cara amable y
sonriente, llena de felicidad a los demás. Pero, Montalvo observaba: “Querer reír de todo, en
todas partes y a cada instante, es pobreza de espíritu”. Cuando a una vecina le preguntaron el
por qué a ella le iba tan bien con sus hijos que son tan amados y considerados por los demás
dijo: Fácil, primero, les enseñé a sonreír; segundo, a respetar; tercero, a obedecer; y cuarto, a
ser honrados.

Procura hacerle a la gente menos difícil y conflictiva la vida. No mentalices ninguna maldad
contra tus camaradas o acompañantes, ya que ellos confían ciegamente en ti. Solamente los
falsos e hipócritas traicionan a un amigo; y los que además son crueles, hasta a sus mismos
familiares cercanos.

No hagas a nadie algo que para ti no quieres. No te aproveches de la bondad de tus


semejantes. No seas prepotente y abusivo con el que no tiene dinero ni lo necesario para
vivir, ni con el de poca fuerza, poder o resistencia; el uno, porque es pobre, y el otro, porque
es débil. No vivas ni te rías de los humanos, convive y sonríe con ellos.

Si tú no te entrometes en los demás, ellos tampoco se meterán contigo. No participes en


riñas que no te competan, sino cuando sea por solidaridad con el que no puede defenderse
porque es endeble. No seas testigo comedido contra nadie, a no ser que haya orden judicial y
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cuando seas requerido por autoridad competente, no te apresures a contestar hasta que el juez
acabe de interrogar ni tampoco respondas a una pregunta dirigida a otro declarante, no a ti.
Siempre di la verdad, porque si crees que respondiendo con falsedades vas a ayudar a alguien,
estás equivocado; realmente él o ella, a salvo estarán con tu veracidad que finalmente
prevalece y la mentira con su autor perece. El farsante no debe ser admitido en la familia, la
sociedad ni en el cielo.

Vive con tus amigos, compañeros y familiares como si el Creador te viera y oyera.
Apréciales como a ti mismo y no les seas desleal ni siquiera con el pensamiento, para que ellos
no hagan lo mismo contigo. A este mundo vinimos como hijos de Dios, entonces, como tales
caminemos juntos, dándonos la mano, y no uno delante de otro. El que dice que adora al
Todopoderoso y desprecia a sus semejantes es un vil mentiroso, pues, quien no quiere a sus
congéneres que son sus hermanos y a los que les puede ver y oír; tampoco ama al Padre
Eterno, a quien ni le mira ni le escucha.

En todo lugar y tiempo la muerte está junto a nosotros; entonces, vivamos en paz.
Practiquemos las relaciones humanas, seamos sociales y hagamos amistades, ya que cuando
dos amigos andan en compañía, verán, entenderán y harán mejor las cosas, venciendo
cualquier obstáculo que encuentren en el camino, porque cuando el trabajo es compartido no
hay pendiente demasiado empinada.

*Un árabe al morir llamó a su único hijo y le consultó cuántos amigos había adquirido en su
vida, y éste le respondió que calculaba que tenía al menos ciento; entonces, aquel le recordó
las palabras del filósofo:
_No alabes a un contertulio hasta que lo hayas sometido a prueba_; y añadió: _Si en
toda mi existencia, con ser mucho mayor de edad que tú, sólo tuve medio camarada, ¿cómo es
que tú tienes ciento? Vete a tantear a todos para saber si puedes considerar alguno como
“body” perfecto_
_ ¿Y cómo crees que puedo comprobarlos?_ Preguntó el vástago.
Contestó el padre:
_ Introduce en un saco un becerro muerto hecho pedazos para que se vea manchado
de sangre por fuera: cuando llegues a la casa de un “pana” dile: He matado sin querer a un
hombre; te suplico que lo entierres en secreto, porque nadie sospechará de ti y podrás
salvarme_
Hizo el hijo como el autor de sus días le mandara; el primero con quien se encontró, al
saber lo que le ocurría le habló:
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_ ¡Carga el muerto a tus espaldas! Como causaste el daño, recibe tu merecido. En mi


casa no entrarás_
Lo mismo hizo uno por uno y todos le dieron la misma respuesta. Volvió junto a su
progenitor y le contó lo que le había ocurrido. Le explicó éste:
_Te sucede lo que declaró el sabio: “Muchos son los que se cuentan como amigos,
pero pocos en la necesidad”. “Nunca sabréis quienes son vuestros “brothers” hasta que caigas
en la desgracia” Preséntate al medio amigo que yo tengo y a ver que te expresa_
Así lo hizo el descendiente, en efecto, y le expuso la misma historia que a los otros.
Aquel manifestó:
_ ¡Entra en mi casa! No es este secreto que deba comunicarse a los vecinos_
Mandó salir a su mujer con toda su familia y se dispuso a enterrar el presunto cadáver,
cavando la sepultura. Cuando el primogénito vio que lo tenía todo preparado, le conversó la
verdad de lo ocurrido y le dio las gracias. Después volvió a su residencia y refirió a su papá
cuanto había hecho, y éste le dijo:
_De tal hombre leal exclama el filósofo. ¡Este es el verdadero amigo, el que te ayuda cuando
todo el mundo te abandona!_ (Pedro Alfonso)

La adulación.-
En el tema de las relaciones humanas no puedo pasar por alto, el hablar sobre la adulación,
vicio que está en todas partes, contra el cual, tú, yo y todo el mundo debemos estar siempre
prestos, porque jamás nos veremos libres sino con una tinosa habilidad y sobre todo con
mucha prudencia.

Quien con su actitud falsa, al hablar con palabras más dulces que un panal de miel busca
algún provecho, se llama lisonjero. Hay quienes son sumamente tolerantes con el prójimo
cuando hay de por medio un interés particular, esto no se llama condescendencia, sino
conveniencia personal. Un adulador siempre se acerca disfrazado de virtuoso con
demostraciones de afecto, pero, la maldad que esconde en su rostro hará que termine
atacándonos. Los labios mentirosos de los zalameros siempre disimulan la verdadera intención
que tiene su voz. De la adulación y servilismo de la gente que halaga y adula con una
humillación propio de esclavos tenemos que estar siempre atentos, porque en el momento
menos pensado te clava la puñalada; pues, jamás hay lisonja sin el estoque final. Más favor te
hace quien te corrige tus deficiencias, que quien te alaba por valores y virtudes que tú no los
tienes. Pitágoras advertía a sus alumnos: “Si no tienes un amigo que te corrija tus defectos,
búscate un enemigo que te haga tan gran favor”.
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Personalmente detesto todo lo que huele a halago, porque el adulón es la persona servil de
la más baja pureza que mima y ofende. Aprende a precaverte de los alabadores, porque son
los primeros en darse cuenta de nuestras debilidades, y no desperdiciarán el momento
oportuno para sacar su provecho; las lenguas de estos malandrines son más peligrosas que las
serpientes y alimañas más venenosas. Preguntado Diógenes sobre qué animal muerde más
perniciosamente dijo: “De los bravíos, el calumniador; de los domados, el adulador”. Es mejor
caer en las garras de los cuervos, que en las manos de los que halagan demasiado por interés;
ya que las mencionadas aves de color negro, mientras tú estés con vida no te atacarán, porque
éstas comen a los muertos; por el contrario, los bípedos elogiadores devoran a los vivos sin
dar lugar a defensa alguna.

Quienes se encuentren en medio de lisonjeros, así como los pollos dejados entre los
gavilanes, están en constante peligro; pues, tanto los unos como los otros, no son otra cosa
que enemigos en espera del momento oportuno para tenderles una trampa a sus pies y darles
el golpe mortal. Es preferible enfrentarse ante un cocodrilo devorador, que encontrarse con
un zalamero cuando está ideando alguna traición en su corazón, pues, por más que te diga
expresiones afectuosas, no hay que confiarse en él, porque no hay maldad que no tenga cabida
en su alma.

En mi época de niño, mi abuelo me aconsejaba: “jamás confíes en el adulador, más aún si


ya saliste ileso de algún peligroso ataque de éste, porque serás nuevamente víctima de otra
agresión, y esta vez pueda que ya no tengas la misma suerte”.

La cólera.-

Dios nos creó para que vivamos como hermanos; realmente salvos no podremos estar los
seres humanos a no ser mediante el afecto, el respeto y el amor de sus integrantes. Mientras
en este mundo permanezcamos y en medio de los hombres estemos, con sensatez, tranquilos
y en paz lo poco que nos quede de vida, disfrutemos; para ninguno ni aun para nuestro peor
enemigo ni perjuicios ni maldad ni peligro anhelemos. Si nos enfermamos que no aparezca
alguien que desee nuestro empeoramiento o fallecimiento; y, cuando hayamos muerto, para
nadie nuestro cadáver sea repugnante.

¿De qué nos sirve a los terrestres si engendrados como fuimos para una vida corta,
perdamos tan breve existencia entre arrebatos y enfados, dedicándonos al suplicio y tortura de
nuestros semejantes con toda nuestra prepotencia? En esta época, en que no hay nada que
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esté demás ni el tiempo sobra para malgastarlo inútilmente, ¿por qué nos agredimos
mutuamente y amargamos nuestros días?

La cólera es un vicio salvaje y pernicioso del alma que influye negativamente en los
individuos, y por ende, en sus relaciones humanas; razón por la cual, no hagas nada mientras
estés encolerizado ni siquiera contestes el saludo a nadie.
La ira es la pasión fuerte, incapaz para el discernimiento de lo justo y de lo verdadero, que
hace perder el dominio de niños, jóvenes, adultos y ancianos, y cometer violencia física y
verbal; entonces, evita la furia desmesurada, porque te puede engendrar una locura transitoria,
que terminará acabando con tus relaciones afectivas familiares y sociales. ¡Qué gran virtud es
evitar el mayor de los males de varones y mujeres: la rabia, que aquí o allá, en donde esté causa
daño! Ciertamente, que el iracundo ha caído en la peor de las crueldades y la que sobrepasa
todos los defectos humanos.

Los alterados y furiosos fácilmente se enojan y remueven sus malas intenciones planeando
la satisfacción de sus perversas ideas, dando rienda suelta a todo lo que en sus momentos
tranquilos ocultan. Los rencores que tú guardes por toda la vida, serán una carga muy pesada
que te impedirá que seas feliz.

Las causas del coraje muchas veces son algunas mentiras con apariencia de verdad; son las
suposiciones de un abuso, de un insulto; son las sospechas que nos dejamos llevar, así como
las interpretaciones maliciosas de una actitud o palabra ajena, a todo lo cual no debe dársele
crédito fácilmente.

En un acto social, cultural o deportivo, si tú eres ubicado en un lugar de menor honor o


jerarquía terminas por enfadarte con tu anfitrión. ¿Acaso más importante o más insignificante
te hace a ti una silla o una butaca? No le recibiste con buen gusto ni le miraste con buenos
ojos a quien acerca de tu familia, de tu profesión, de tu físico o de tu talento ha hablado mal.
Tú no eres más porque te alaben ni menos porque te critiquen.

Los insensatos y los ignorantes de la verdad se irritan del crudo invierno con sus
torrenciales lluvias, de la sequía, del excesivo calor o frío, ¿por qué?, si estos fenómenos
naturales así como supuestamente nos afectan, así mismo nos benefician, ya que fueron
creados por el poder Divino para nuestro provecho y bienestar, mas no para perjudicarnos.

Qué hay más estupidez en el hombre que acumular bilis y luego arrojar contra sus
congéneres, animales u objetos: unos con expresiones vulgares nada cultas, otros con gritos y
ademanes, y algunitos con crueldad en su obrar. ¿Por qué chillas? ¿Por qué vociferas? ¿Quién
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por sus incontenibles iras en contra de sus semejantes no se desprende de todo lo bueno,
admirable y respetable que en sí tiene toda dama y caballero de bien?

* A menudo nos quejamos de que es difícil e incluso imposible llevarse bien con cierta clase
de individuos. Esto puede ser verdad. Pero muchos de estos seres no son tan malos, sino
solamente estrafalarios, y conociéndose bien por fuera y por dentro y sabiendo tratarlos
acertadamente, sea sin terquedad, sea sin demasiada bondad, es fácil hacerles entrar en razón.
Así lo logró un criado con su amo.

Sucedía que a veces no podía acertar en nada y tenía que aguantar mucho a pesar de estar,
en general, libre de culpa. Y así, un día ocurrió que el amo llegó a casa muy disgustado y se
puso a comer. La sopa estaba demasiado caliente o demasiado fría o ninguna de las dos cosas,
pero lo que fuera, bastaba y sobraba, el señor seguía enfadado; así que cogió el plato con su
contenido y lo tiró al patio por la ventana abierta.

¿Qué hizo el criado? Sin pensarlo más, tiró también al patio la carne que acababa de poner
en la mesa, después el pan, el vino y, por último, el mantel con todo lo que había encima.

_ ¡Desalmado! ¿Qué te ocurre?_ dijo el amo. Y se levantó de la silla hecho un basilisco.

Pero el criado contestó fríamente:

_ Perdóneme usted si no he adivinado sus deseos. No pensé sino que quería comer hoy en
el patio… el aire es tan agradable, el cielo tan azul, y ¡mire que flores tan bonitas aquellas del
manzano y qué alegría la de las abejas a la hora de la siesta!

El amo reconoció su falta y al ver la hermosa tarde de primavera, su frente ceñuda se


despejó y sonrió disimuladamente ante la repentina salida de su criado, pues en su corazón le
agradecía la buena lección. (Johan Peter Hebel)

Te pregunto: ¿Qué motivos tienes tú para que en la calle y en público, es decir, en la


sociedad, seas muy condescendiente y no te moleste nada; mientras que en casa, al interior del
hogar, seas mal genio y protestón, incomodándote por cualquier cosa? Te sugiero que cuantas
veces pretendas pelear con alguien por tu irascibilidad, compárale inmediatamente contigo,
mide las armas con las que preparas la agresión; si la víctima está en superioridad o igualdad
de condiciones, prosigue con tus airados planes y a ver como te va; caso contrario, frena, para
esos impulsos endiablados.

Otra inquietud. ¿Entre la ira y la injuria con qué te quedas? A decir verdad, más daño causa
la primera que la segunda, pues, de ésta su alcance es sabido, no va más allá de ofensas o
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insultos, pero, hasta donde te ha de llevar la rabieta, es impredecible, es incierto. Por favor,
antes de enloquecerte, primero ponte en el lugar en el que está la persona contra quien tú estás
rabioso.

Solamente a los racionales nos ha sido concedido la prudencia, la justicia, la fortaleza, la


templanza; mientras que los animales no tan sólo de estas virtudes humanas han sido
excluidos, sino también de los vicios. Las fieras después que se han enfurecido con toda saña,
y una vez que han superado sus malas pulgas, enseguida, se tranquilizan, comen, juegan,
reposan, duermen; mientras los hombres ¿qué?, ¿después de qué tiempo recobran su paz?

Recomendaciones para evitar la cólera.-


Lo que haga o diga la gente no conviene verlo ni oírlo todo, pues, de mil agrados lo
creemos y antes de calmarnos nos enfadamos. ¿Acaso, muchas cosas de las que tú ves y oyes,
también, no lo has cometido tú? Los defectos que pertenecen a otros de frente ante nuestros
ojos y lengua los tenemos, los miramos, los analizamos y los aumentamos; y, a las espaldas los
ponemos los nuestros para presumir de no poseerlos. Muchas cosas nos pasarían inadvertidas
si las ignoraríamos. ¿No quieres ser irascible? No seas curioso, no indagues más de lo
prudente, así sean palabras mal intencionadas. Quien mucho averigua acerca de lo que se ha
dicho en su contra, terminará amargándose, pues, la interpretación a su manera hará que algo
que se dijo dirigido a él, aparezca como ofensa. Hay que darnos siempre un plazo: los días
esclarecen la verdad. Créeme, la mayoría de las veces, leves son las cosas por las que nos
encolerizamos salvajemente, incluso, nos enardecemos con seres inocentes.

Es recomendable no admitir y excluir la iracundia que dominarla; y si ya entró en tu vida,


hay que expulsar y erradicar por distintos procedimientos. Muchas ofensas tómalas en broma
y no te disgustes para que no seas el hazme reír de tus semejantes. Hay que extirparse la
suspicacia, la suposición, la mala fe, defectos sumamente peligrosos. Venturoso es solamente
quien se siente libre de temores, preocupaciones y sospechas. Suspicaz es la persona propensa
a desconfiar o a ver mala intención en los actos de otros. Nadie podrá vivir bien entre
suspicacias.

Cuando estés “cabreado” serénate y abre tu alma a la razón y a los consejos, y verás las
cosas de diferente manera. Por favor, no admitas a la ira como parte integrante de tu
existencia; destrúyela apenas te des cuenta de su presencia. ¡Cuánto mejor es desviarse hacia
otros rumbos! A mucha gente le perdonaríamos si primero empezáramos por considerar el
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caso, antes que ponernos rabiosos; pues, mientras más tiempo permanezcamos así, más
congéneres serán nuestras víctimas. Un minuto de un hombre tranquilo y bondadoso vale más
que todo un siglo de uno de temperamento irritable.

Si no te funciona los consejos anteriores; el último, a algunos iracundos les benefició


mirarse en el espejo, pues, les asustó y les sorprendió semejante transformación que
experimentaron en su cara, ya que ni ellos mismos se reconocieron, puesto que la cólera salta
y se refleja en el amenazador rostro. El furor nada bueno y productivo trae consigo.

EL FRACASO

Fracaso es cuando no se dan o fallan los resultados que se esperaba o se tiene resultados
adversos o frustración de una cosa, de un plan, un fin o una meta. Jamás tengas terror al
fracaso porque terminarás sucumbiendo ante él. El golpe con un objeto contundente derriba a
uno solo, pero el miedo si lo tienes dentro de ti y no te deshaces, pronto se te adueñará, te
dará contra el suelo, te aniquilará junto a los que te siguen y el triunfo se te escapará. En
medio de la derrota demuestra ser grande e inalterable, tener firmeza de ánimo para tomar
aliento y sin perder tu seguridad salir adelante con más ganas de vivir, de bregar y de ver tus
anhelos hechos realidad.

En los momentos de adversidad no te amedrentes ante nada, no dejes quebrantar tu


espíritu ni te hundas; por el contrario, pon coraje para soportar los acontecimientos fortuitos
o trabas que se te presenten, elévate sobre aquéllos. Todo esto no son más que pequeños
inconvenientes temporales que también pasarán y muy pronto serán historia. Despréndete de
los malos hábitos, ya que éstos son la puerta abierta al descalabro total. Ten seguridad en todo
lo que hagas, porque con ella podrás mover hasta las mismísimas montañas y hacer hasta
verdaderos milagros; no seas señorita o joven de poca confianza ni jamás dejes escapar la fe,
porque es preferible que pierdas el éxito antes que la fe, pues perdido ésta, ya no tienes nada
más que perder.

Las fuerzas con que cuentas recién las sabrás en que medida y cantidad las tienes, cuando
las pongas a prueba enfrentándote contra toda clase de obstáculos y dificultades. Los
problemas de este mundo tienes que soportarlos y vencerlos, pues, solamente quienes
sobrellevan los desastres y se sobreponen de sus caídas luchando contra todo riesgo,
finalmente consiguen el éxito. De las desgracias saca una lección y aprende a aguantar los
contratiempos con la cabeza erguida, porque no hay nada mejor que resistir, lo que no se
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puede evitar.
Recibe con serenidad los contrastes de la vida, es una vergüenza rendirse ante ellos. De los
reveses, si sólo te han arañado, pero no te han causado heridas, te podrás recuperar
inmediatamente si no tienes la mentalidad de perdedor. Ni enmudezcas ni te desmayes;
permanece de pie con gran estabilidad ante cualquier tornado que te sobrevenga y mientras
más fuerte seas, más rápido podrás deshacerte de los impedimentos, temores y peligros
actuales y de los que vendrán.
En los momentos en que te encuentres preocupado por la frustración de tus propósitos,
cuando te salgan mal las cosas y ya no puedas más, nada de lloriqueos, toma un receso
prudente y date aliento que es muy necesario en todas las acciones arduas. El ánimo es la
decisión de hacer un esfuerzo y mantenerse firme en los propósitos a pesar del peso de la
carga. Ten esperanza en el porvenir, ya que ésta es una virtud, es una fuerza interna que nunca
se extingue, que te da entusiasmo para seguir bregando contra los embates del infortunio.
Las caídas no son tan fuertes si las sabemos contrarrestar, pues, los males nos atormentan
no por su fuerza ni por su número, sino por nuestra flaqueza. Tienes que instruirte en
fortalecerte contra los golpes del azar tan pronto éstos se presenten, en eso consiste tu
verdadero valor. Dios ha dado a sus hijos la suficiente capacidad para que pueda vencer las
calamidades hasta alcanzar el éxito.
La mala suerte y las desdichas jamás son eternas, ya que luego te llegará el bienestar, el
triunfo, como dice el refrán popular: “no hay mal que por bien no venga”. Además, las
desilusiones te servirán para que aprendas a sufrir las desgracias, para que luego seas
moderado en la felicidad sin confiarte mucho.
Nunca te desesperes ni dejes que tus proyectos o ideales se trunquen por más resbalones
duros que tengas. Decídete, donde fallaste pon cimientos nuevos con bases sólidas que
resistan sin ceder; redobla tu valor, avanza, no retrocedas y cumple con tus aspiraciones. Es
nuestra imaginación la que nos hace palidecer y padecer. Enfréntate al destino así te
encuentres perdido, pues las dificultades no son tan grandes e invencibles como nos pintan.
Montaigne decía: “Ver con los ojos y tocar con las manos los peligros antes de asustarse por
ellos”.
Sólo las personas que temen aflojarse ante los avatares no pueden tolerar los
contratiempos. Enfréntate a los reveses sin temor y con mucha madurez. En los momentos de
bancarrota jamás te debilites ni física ni moralmente; adelante, no dejes que las contrariedades
te dominen.
No pierdas tus sueños, tus anhelos e ideales de una vida mejor ante el primer tropiezo,
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porque Dios no creó a nadie para la ruina; por lo que, ante una derrota, sin perder tu
autovaloración ni tu autoestima, con tu gran intelecto sigue adelante sin decepcionarte,
siempre da un paso más, y si éste no es suficiente, da otro y unito más, como las olas del mar,
hasta que consigas cristalizar tus ideas y metas. Para saber cuánto has progresado, mira dónde
estuviste ayer. Sólo con anhelos firmes y bien fundamentados irás prosperando rápidamente,
dejando tras de ti mucho camino.
Cuando fracases toma al lobo por las orejas y afronta decididamente a las situaciones
difíciles, examina dónde te equivocaste y rectifica. Pon en práctica tu valor tenaz, y demuestra
que nada es imposible conseguir con tenacidad; avanza con ímpetu y verás que no habrá
poder humano ni sobrenatural que te haga detener ni retroceder, porque no hay problema
alguno en el destino de los hombres que sea superior a sus fuerzas, pues, con su inteligencia y
voluntad puede resolver lo irresoluble.
Los desastres son pruebas para medir tus capacidades. No pierdas la cabeza cuando veas
un obstáculo frente a ti. Nada es imposible, existe un medio eficaz para triunfar; infinidad de
cosas hay en las que la perseverancia sobrepasa toda dificultad. Pon empeño en tus proyectos
aunque te sientas tentado por abandonarlos y serás mejor cada día. Da un giro de 180 grados,
empieza de nuevo, persiste, redobla tus esfuerzos y llegarás al éxito, porque no hay nada en el
mundo tan difícil y arduo que no pueda ser vencido por el niño, joven o adulto perseverante;
ni nada que el espíritu humano no lo supere con un trabajo tenaz.

* LAS RANAS.- ¿Sabía usted que nuestros aborígenes, de la lecha sólo elaboraban quesos,
y los batracios caminaban? Veamos. Cierto día, un grupo de ranas estando jugando y croando
en unos pastizales observaron que una mujer sacaba de las vacas un líquido blanco; luego, su
contenido lo vaciaba en un recipiente grande. La curiosidad llegó a las ingenuas ranitas,
quienes en un momento de descuido de la señora se introdujeron al interior del utensilio y
dentro de él quedaron. Nadaban y nadaban y ahí mismo quedaban.

La ordeñadora, al darse cuenta que los animalitos se encontraban dentro del envase,
comenzó voz en cuello a injuriarles, les decía de todo, hasta de qué han de fallecer.

_Sapísimas, acaban de echar a perder la producción del día_ gritaba

Ante tanto escándalo vinieron más personas, y, todos, al unísono, maldecían a las intrusas.

_Y ahora ¿qué hacemos? Estamos completamente perdidas, no nos queda otra alternativa
que esperar la muerte _ sentenciaba una de ellas y se puso a llorar.

Ranaclaudia, la más grande dijo:


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_Mira amiga, en la vida hay que luchar con virilidad contra cualquier clase de dificultades,
hasta vencerlas, porque es prohibido a las ranas deprimirse y desfallecer ante cualquier
tropiezo.

Una ranita adolescente afirmó:

_Los humanos suelen decir que hay lágrimas para sus desdichas_

Ranaclaudia expresó:

_Eso para ellos, porque son unos cobardes; para nosotras, nada de lágrimas ni de
desesperación_

_Entonces, ¿Qué hacemos?_ Preguntó una de las traviesas.

Ranaclaudia contestó:

_ Todo lo contrario. Cuando te pasen cosas como éstas, pon un rostro risueño sin que se
advierta en él un mínimo rasgo de nostalgia, y, con serenidad, tranquilidad y un
pensamiento positivo sigue adelante, luchando contra todos los obstáculos que encuentres
en tu vida, sin detenerte un solo instante, peor dejarte vencer_

La ranita adolescente sugirió:

_Entonces, saltemos para que este líquido blanco se riegue y el tanque quede seco_

Ranaclaudia:

_No seas ingenua, ¿saltar dijiste?, pero si nunca habíamos hecho eso, es imposible; igual,
nada ganaríamos, porque de todas formas quedaríamos en el fondo del recipiente; no nos
ahogaríamos, pero nos moriríamos de hambre, ya que nunca podríamos salir de aquí_

_Entonces ¿Qué hacemos?_ inquirió por ahí alguien.

Ranaclaudia respondió:

_Sigamos nadando. Cuando tengas que soportar destinos amargos, no te dejes vencer,
levanta tu espíritu, y con la fuerza de nuestras patas, manos y ánimo, como dicen los políticos,
vamos, hasta la victoria siempre.

_ ¿Para qué? ¡Ya no aguanto más! ¡Me doy por vencida!_ dijo otra.

Ranaclaudia pidió de favor:

_Amigas, no se den por vencidas, no se desesperen, aprendan a sobrellevar las desgracias


que se crucen en sus destinos, ya que las “sapos” somos más fuertes que los infortunios_
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Mientras las indefensas ranitas curiosas luchaban contra la muerte; la encargada del ordeño,
su marido, hijos y vecinos, cogieron un palo cada uno de ellos y comenzaron a pegarles.

_Fallecer asfixiada creo que es menos doloroso_ afirmó una ranita cobarde, dejó de nadar y
palmó.

Las otras, para no recibir los golpes comenzaron a saltar de aquí para allá, y en cuestión de
un par de horas, el líquido se transformó en algo sólido, y el mayordomo descubrió así la
fórmula para hacer mantequilla, por lo que informó a su patrón, quien llegó a ser un próspero
industrial de los derivados de la leche; y los batracios, por su parte, aprendieron a vivir
saltando. Alegres, las ranas dieron un brinco por encima de los presentes que los miraban
sorprendidos, y en cuestión de segundos, se volvían reunir con las demás de su grupo que se
encontraban en los alrededores, a lo que una de ellas interrogó:

_ ¡Increíble! ¡Lo veo y no lo creo! ¿Cómo hicieron para salvarse de morir ahogadas o
apaleadas?_

Ranaclaudia contestó:

_ Si bien es cierto que no se puede rehuir de los obstáculos; no es menos cierto que si se
puede vencerlos, luchando contra viento y marea, porque si cedes serás vencido y jamás
llegarás al éxito.

La virtud segura para conseguir lo que tú quieras es la perseverancia, que te ayuda a desafiar
agotamientos y riesgos. Recuerda: ¡Tú naciste para cosas grandes! ¿Por qué detenerse? Quien
cae y levanta tiene más mérito que el que jamás ha tropezado. Abre los ojos, mira a los
grandes triunfadores y piensa en las cosas que ellos emprendieron lo consiguieron después de
varias caídas que jamás les hirieron, caminando por vías duras y difíciles, pues, en este planeta
no hay terreno preparado para ir de un sitio a otro que esté limpio de piedras, pantanos,
vidrios y espinas. Si andas por caminos libres de impedimentos no llegarás a ningún lugar, y si
consigues algún pequeño indicio de triunfo, éste se perderá tan pronto como llegó, porque
una gloria conseguida fácil y rápidamente pronto se termina.
Sé constante en tus propósitos porque aún te quedan más trabas de las que ya has
controlado. Vuelve a la actividad fracasada, y sin desmayar ni un solo instante lucha
incansablemente. Ante la derrota, sé fuerte interiormente para que puedas tolerar su dolor;
intenta una y otra vez y alcanzarás hasta lo imposible, porque no hay peor error que el de no
ser insistente, pues, dejando a un lado la apatía, que hace que todo sea difícil e imposible, y
poniendo mucha acción, conseguirás todo lo que tú quieras. A propósito de vagancia, que es
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la madre de todos los vicios, Benjamín Franklin anunciaba: “La pereza anda tan despacio que
la pobreza no tarda en alcanzarla”. Por eso, los que somos de espíritus renovados,
concebimos a la ociosidad como una vida agonizante, enemiga invencible para todo el mundo,
menos para nosotros.
Cuando fracases, podrás perder todo, menos el honor, porque la dignidad levanta al
hombre de sus más grandes ruinas sin siquiera un raspado. En los momentos difíciles de tu
existencia, nunca pierdas tu prestigio, tu personalidad ni tu autoridad moral; porque ahí sí
serás un frustrado que no te levantarás jamás.
No olvides, que lo fácil alguien ya lo hizo, lo difícil está por hacer y lo imposible está por
vencer con mucho valor, fortaleza, perseverancia y esperanza en el porvenir.

MENTALIDAD POSITIVA

Todo tiempo no dedicado al cultivo de la mente es perdido. El colmo de la estupidez del


hombre que desprecia su vida, es no desarrollar su inteligencia vía mentalidad positiva, para
proyectarse como un triunfador. Quienes somos eficaces tenemos un derecho sobre los
demás, esto es, ser grandes vencedores.
Es muy triste observar a las personas que tienen miedo a plena luz del día, -cuyos ojos se
habituaron a la oscuridad eterna-, cuando se hacen sus análisis individuales, comparando lo
que hasta ahora han hecho, con lo que debieron haber efectuado, tienen un saldo negativo
convertido en tinieblas, ya que, los momentos perdidos sin producir nada, es mayor a los
instantes que utilizaron realizando algo.

“La razón concentra al hombre en sí mismo, le repara de todo lo que le fatiga y le aflige”
Afirmaba Rousseau. Quien vive en medio de pobrezas y miserias no tiene por qué quejarse de
su suerte, puesto que en su raciocinio y en su capacidad intelectual tiene la solución. Enfermo
que se muere a pesar de tener la medicina en su velador, no merece compasión de nadie ni
que tampoco le acompañen a su velatorio y entierro.

“No suelen ser nuestras ideas las que nos hacen optimistas o pesimistas, sino que es nuestro
optimismo o nuestro pesimismo, el que hace nuestras ideas” decía Miguel de Unamuno. Hay
jóvenes que reniegan de su suerte recordando para sí y para los demás sobre su desgracia o
amargándose que unos nacen con estrella, otros estrellados; pues, según ellos, en todo lo que
emprenden inmediatamente encuentran un sin número de obstáculos que les impide llegar a la
meta; y como conformistas que son, inventan su propia esperanza consoladora manifestando,
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que si Dios les hace triste el paso por este mundo, quizá sea para ser recompensados con algo
mejor, después que mueran; esto les tranquiliza, les serena y les ayuda a no lamentarse.

No hagas nada hasta que llegue el momento oportuno, espera pacientemente ese instante, y
aprovéchalo. La vida no es cuestión de suerte o no. Tú, él, ella, yo somos los únicos
responsables de nuestros actos, cada quien es su propio arquitecto que diseña su destino,
mejor si es sobre sólidos cimientos perdurables. Las coyunturas no son eternas, ésta es tu
oportunidad de ser un triunfador más y un fracasado menos. No interesa si eres joven o viejo;
si eres adolescente, que mejor, porque tu mente aún es dócil y modelable, en consecuencia,
está apta para aprender, asimilar y dirigir todos sus recursos cerebrales hacia el éxito; y si eres
de la tercera edad, no te preocupes, porque a pesar de las molestias que sientas en el cuerpo
por el peso de los años, no percibirás ninguna en el alma, si tienes una mentalidad positiva.

La mayoría de los seres humanos eligen una existencia más de perdedores que de ganadores,
pues, una gran parte de sus días se pasan adormecidos entregados a la rutina, sin el más
mínimo intento de llegar a la perfección ni aspirar a lo imposible, porque según ellos todo les
pesa mucho como para que puedan resistir. Se quejan de sus frustraciones, ¿ y cómo quieren
no haber fallado si desde que tenían uso de razón la primera dificultad fueron ellos mismos?,
pues, tomaban cómodamente en sentido contrario, el camino de la victoria que seguían las
personas exitosas. Se lamentan que por ser pobres han sido despreciados por sus semejantes;
que cuando más necesitaban ayuda de sus congéneres, menos esperaban obtenerla, pues, no
había quien les extienda la mano, y si alguien lo hacía, estaba cerrada, hecho puño. ¿Acaso
hiciste algo para progresar?

Si tu caso es éste, la culpa es sólo tuya, pues, tu destino no debe depender de nadie, sino
solamente de tu cabeza. Un varón o una mujer valen por mil cuando los órganos de los
sentidos, tronco y sus respectivas extremidades son movidos y guiados por un cerebro en total
funcionamiento. ¡Adelante! ¡Ánimo! joven, señorita, ustedes pueden, con la frente en alto
caminen hacia delante; para atrás, ni para tomar viada. No hay fatiga para los que luchan con
energía, ñeque.

* Yo conozco a muchísima gente que siempre se anda lamentando ante los primeros
tropiezos o derrotas que tienen al emprender en algo, entre ellos, un buen amigo llamado
Máximo, quien cierto día me invitó a almorzar y se dio el siguiente diálogo:

_ Luis, he perdido una vez más otro día de mi corta existencia, la suerte no está
conmigo_
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_ No digas eso, no seas pesimista_ le dije.

Y así la conversación continuó.

Máximo: _ Todo me ha salido tan mal, que ya no puedo decir es el principio del fin,
sino, es el final de mi desafortunado transitar en mi país, debo morirme, ya no aguanto más_

Yo: _Si es así, si crees que ya vas a fallecer, trata de aprovechar el tiempo que te queda,
no diciendo frases negativas, al menos ese es mi consejo_

Máximo: _ Amigo, gracias por tu recomendación, entonces, ¿Qué hago?_

Yo: _ Escúchame bien, ser conformista es cómodo, solamente tienes que no producir
nada; lo duro es ser exitoso. Vegetar es fácil, sólo debes comer, beber y respirar; vivir para
triunfar es cuesta arriba, tienes que hacer lo mismo, y sobretodo, luchar incansablemente
hasta empezar a hacer lo que temías efectuar; pues, todas las cosas parecen difíciles de
ejecutar, imposibles de conseguir, mientras lo parezcan, mientras no se intente comenzar_

Máximo: _ Luis, cuánto te agradezco por tus palabras motivadoras, pero tengo terror a
continuar…_

Yo: _Te comprendo, yo se que el miedo es natural en el individuo, pero hay que saberlo
vencer virilmente cuando lo tengas cara a cara_

Máximo: _ ¿Cómo? ¡Asesórame!_

Yo: _De una manera serena, porque lo que entra por los ojos, si es algo negativo es lo
más tremendo; y cuando lo veas venir de lejos, no le pares bola, hazte el desentendido, no
huyas ni aparentes preocupación poniendo tu cara pálida_

Máximo: _Tienes razón_

Yo: _Tu temor será más grande, en cuanto contemples más de cerca o en mayor
magnitud aquello que te atemoriza_

Máximo: _Ya me estás tranquilizando_

Yo: _ No hay nada tan vergonzoso en el mundo, como un adulto miedoso, indeciso,
dudoso, que siente pavor por todo: ya de lo que dejó de hacer, ya de lo que tiene que
realizar_

Máximo: _Sigue, por favor, continúa_

Yo: _“Un solo minuto de vacilación puede perder al hombre, si en ese minuto coincide
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la oportunidad”_

Máximo: _ ¡Oh, que gran verdad! ¡que bellas palabras! Tú pareces un gran filósofo_

Yo: _Nada de eso, lo que te acabo de decir me aprendí de José Ingenieros_

Máximo: _ ¿Cuál ingeniero dijiste?_

Yo: _No te hagas el chistoso, olvídate y continuemos con el tema. Te iba diciendo…,
¡adelante!, deja a un lado el pánico y el horror que sólo son tuyos y de nadie más, y a ganar,
porque un día de un estudiante vencedor que no tiene recelo a nada, vale más que un siglo
de un profesional perdedor que siente desconfianza de todo, comenzando por él mismo_

Máximo: _Yo no quiero que mis hijos me digan ¡¡¡FRUSTRADO!!!_

Yo: _Entonces, haz caso a lo que te estoy diciendo y no me interrumpas_

Máximo: _Continúa_

Yo: _Para llegar al éxito debes tener la grandeza de ánimo para sufrir, perseverar y
aprender a vencer a las dificultades, al miedo y al terror_

Máximo: _ ¿Y si estoy de suerte?_

Yo: _Si llegares a triunfar por una deferencia particular de la fortuna, sin sortear el
menor obstáculo, para conservarlo tendrás que vencer muchas y grandes contrariedades_

Máximo: _ ¡Oh Dios!_

Yo: _Nunca te sientas seguro cuando te sonría la fortuna, solamente sácale provecho
hasta cuando esté contigo. Yo te pregunto: ¿Quién puede considerar alguna cosa firme en
este mundo en el que todo es inestable o creer duradero algo en esta vida en la que todo es
transitorio? Prepárate y aprovecha la mínima ocasión que se te presente. Saluda a la familia
Hasta siempre. Chao.

Hoy, mi amigo es dueño de una próspera industria del calzado en Ambato y su esposa de
una fábrica de cuero que le provee de la materia prima a su marido. Siempre ha estado
agradecido por mis consejos, y en gratitud a ello, me hizo padrino de su primer hijo, quien
está cursando el último año de administración, y será él, quien tome la batuta de las dos
empresas.

Hay personas, que a pesar de su corta edad, sus currículum vitae están llenos de múltiples
logros y grandes hazañas; mientras que otras, no tienen ni la más mínima idea de empezar a
efectuar algo digno de un ecuatoriano, sin darse cuenta, cuán vergonzoso es que por su
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incapacidad no realicen algo, que los demás ejecutan felices y contentos. Cierran sus ojos ante
nuevos horizontes, como lo hace el búho con los suyos, frente a la presencia del sol.

El pensar con mentalidad positiva te fortificará en la adversidad y te servirá para desafiar


todos los males que se te presenten, así como también, te ayudará a sacar de los fatales
contratiempos sus mejores beneficios; ya que, después de luchar contra todo infortunio,
siempre la recompensa es algún bien o provecho. El que sufre un revés hoy, seguro ganador
será mañana, si mira bien los obstáculos que tiene que superar y los convierte en retos hasta
llegar a la cima. Testimonio de lo que te digo nos contaron grandes hombres, que por
experiencia propia, nos transmitieron que los inconvenientes no causan ningún mal, si eres
positivo, ni tampoco te ha de quitar las ganas de resistir y seguir insistiendo hasta llegar al
máximo. En los momentos difíciles, no te olvides de mantener la cabeza fría y la mente
serena; nada de retroceder, peor aún abandonar el puesto, pues, los verdaderos triunfadores
son los que en los momentos favorables llegan al éxito, y en las calamidades también, y con
más fuerza.

Alejandro Magno, que en asuntos castrenses admiraba mucho a Homero, su vida la dedicó
a las conquistas. Empezó muy joven, a los 33 años. Era de excelentes virtudes como: la
justicia, templanza, liberalidad, cumplimiento de sus palabras, amor a los suyos y humanidad
con los vencidos, admirablemente formado para la bondad; como soldado destacaba su
diligencia, paciencia, previsión, disciplina, sutileza, magnanimidad, resolución y ventura, en
todos estos aspectos, el mayor de los hombres, está por encima del propio César. Hombre de
gran arrojo y pericia militar, cuando llegaba a las costas de algún país a conquistarse, daba la
orden de que todas sus embarcaciones fueran quemadas delante de sus subalternos, a quienes
les decía: “la única alternativa para regresar a casa es en los barcos de los vencidos. No hay
otro camino que ganar o ganar”.

LA INTELIGENCIA.- CÓMO DESARROLLAR Y HACIA DONDE DIRIGIR TU


CAPACIDAD INTELECTUAL.-

La inteligencia es la capacidad que cada persona tiene para entender una cosa. El
talento del hombre no es una cualidad innata, sino el resultado de dedicación, constancia y
tiempo; de ahí que tú serán tan inteligente como desees serlo, sólo depende de ti, pues,
mientras más uses tu intelecto, éste se desarrollará en alto grado. La sabiduría sustituye a la
riqueza, por lo que, a tu existencia guiada por tu sapiencia, habilidad y experiencia sácale
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provecho para salir adelante, obteniendo triunfo tras triunfo hasta llegar al éxito total. La
victoria o fracaso en la peregrinación por este mundo, es el resultado de las decisiones que tú
tomes, y depende fundamentalmente de tus actitudes y comportamientos frente a las
oportunidades que Dios y el tiempo te brindan.

No seas un genio para decir y un incapaz para hacer: todo tu potencia mental y energía
positiva en conjunto, sin importar cuánto lo tengas, sino como lo empleas, utilízalos para
ejecutar todas las metas que te propongas, porque la vida no es digna de ser vivida sin
propósitos. Jamás subestimes tu poder intelectual pensando que los grandes objetivos por más
difíciles que parezcan no los podrás conseguir.

Aprovecha tu preparación para ayudar y sacar de apuro a tu familia y a la sociedad, en la que


debes incluir el servicio a los más pobres y sencillos de la tierra; pero, jamás te ufanes de tu
erudición ni trates de desairar a los que no han tenido la suerte de ser como tú. Tu mente
úsala sólo para crear cosas y actos positivos, sin causar malestar a nadie. Sé ingenioso y saca
ventaja de todo, pero, destierra la corrupción, y cuida de que tu provecho jamás sea en
perjuicio de otro, porque cuando lo mejor se corrompe, se convierte en lo peor; esto es, el
abuso del talento conduce a la perversidad extrema.

* Tres hermanos, cuando murió su padre tuvieron un gran problema en la repartición de


uno de los bienes dejados por su progenitor. Las seis casas, se adjudicaron dos, a cada uno. El
automóvil Mercedes Benz le vendieron, y el producto de la venta se dividieron entre ellos. El
problema se dio cuando tuvieron que distribuirse 35 toros; pues, a Alejandro el difunto le dejó
la mitad, a Ramiro un tercio y a Carlos la novena parte.

Se sentaron los tres consanguíneos, y con calculadora en mano realizaron la operación


matemática, quedando así: Alejandro 17.5; Ramiro 11.66, y Carlos 3.88. Esta asignación no les
gustó a ninguno de los herederos, pues, todos querían recibir reses enteras, mas no
fraccionadas. Cundo estaban en plena discusión, llegó la inteligencia y les preguntó:

_ ¿En qué dilema se encuentran?_

Los beneficiarios les expusieron sobre el enigma en que estaban enfrascados; a lo que ésta,
les habló así:

_Queridos amigos: todo hombre debe proveerse de seso para entender o de soga para
ahorcarse. Permítanme ir hasta mi casa y volver en cinco minutos, yo les resolveré vuestro
asunto fácilmente_

Se fue, y en pocos instantes, regresó trayendo un toro, al que le encerró en el corral con los
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otros treinta y cinco.

_Con éste, tenemos 36 en total, ¿verdad?_

_Así es_ ratificaron los tres hermanos.

_Alejandro, según ustedes, debía recibir 17.50; amigo, entra al corral y sácate 18; a Ramiro le
iban a entregar 11.66, pues, ahora se llevará 12; y, a Carlos que le iban a dar 3.88, le autorizo
retirar 4_

Después de que cada uno cogió su ganado, en el corral sobraron dos cuadrúpedos. La
comedida procedió a retirar al que trajo de su casa, y al otro, lo tomó como su propina por
haberles hecho la repartición a entera satisfacción de los ñaños, quienes, después de
agradecerle fueron a casa felices y contentos con su respectivo hato.

La inteligencia al despedirse declaró:

_Espero que ésta sea la primera y última vez que les soluciono una dificultad, para la
próxima ocasión, háganle trabajar al cerebro de ustedes_

La perspicacia sin la bondad del alma, sin la inspiración por el bien, es un mal que debes
descartar desde este instante; por eso, da ejemplos de moderación y grandeza haciendo todo
lo que tu buena formación moral te dicte.

Solamente el hombre tiene la facultad de pensar, conocer y experimentar; tu preparación


debe ser teórica y también práctica, puesto que los conocimientos no son del que los tiene,
sino del que los ejecuta. Tú no eres sino lo que sabes y aplicas en base a la razón, de ahí que,
todo lo que leas, sepas o aprendas, no lo confíes a tu memoria sino que ejércelo.

Con el entendimiento el ser humano puede dominar hasta los fenómenos naturales, pues,
su inteligencia puede más que la fuerza bruta; por lo que tú, con tu infinito genio, toma tus
propias decisiones y haz dentro de los parámetros morales y legales todo cuanto tú quieras,
siempre y cuando sean cosas llenas de virtud y sin influencia ni presiones de ninguna
naturaleza.

Vivir es estudiar más, para ignorar menos. Dejar de ilustrarse es renunciar a crecer. Aprende
todo lo que deba cultivarse, busca lo que se puede encontrar, que lo demás ya Dios lo
proveerá. Tienes que investigar y preguntar mientras no sepas, porque el peor de los males es
la incultura, ya que por desconocimiento, se actúa al revés de lo que es mejor. Un día de una
persona instruida vale más que toda una vida de un ignorante; entonces, practica preceptos
saludables que te ayudarán a vencer las pruebas más duras y numerosas dificultades que se
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atraviesen en tu camino. Recuerda: aprender es como remar contra corriente, si no avanzas,


retrocedes y vuelves a la orilla donde iniciaste.

* Eduardo, un campesino de la costa y su vástago llegan a la ciudad y se dirigen a un colegio


particular.

_Buenos días, señorita_ dijo.

_Buenos días, caballero_ contestó la secretaria.

_Deseo saber cuánto cuesta la inscripción y la pensión por todo el año de mi hijo_
preguntó el pueblerino.

_Quinientos dólares_ le respondió la amable funcionaria.

_ ¡Tanto!_ exclamó el paisano, _Con ese dinero yo puedo adquirir un burro_

_Hágalo señor, y así tendrá dos, con la única diferencia de que a este pollino sólo le faltará
la cola_ expresó la oficinista.

_ ¿Y qué ganaré, si en vez de comprarme un asno le matriculo en el colegio al muchacho?_


interrogó Eduardo.

_Pues, la ventaja que en su casa no habrá un solo jumento. Y cuando su joven cabalgue
sobre cualquier borrico no se montará un burro sobre otro_ afirmó la rectora que estaba
escuchando el diálogo.

_Disculpe licenciada que mi guambra y yo seamos ignorantes_

_No se preocupe, por esa misma razón tiene más obligación de educarse. El
reconocimiento de la ignorancia es síntoma de raciocinio. ¿Qué decide?_

El hijo que oía atentamente toda la conversación manifestó:

_De aquí en adelante sólo habrá un burro en mi casa, el que mi papá usa para su trabajo, y
cuando yo le monte será un jinete sobre un asno_ y añadió: _Por favor señorita,
matricúleme_

_Me gusta que hables así; pues bien, dime tus nombres y cuántos años tienes_ indagó la
secretaria.

_Dimas Goyo Zambrano, para servirle a usted y a mi Ecuador querido; y tengo doce años
cumplidos en el pasado invierno_

_ ¿De dónde eres?_


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_Bueno, yo soy como dice la india María, ni de aquí ni de allá; mejor dicho, ciudadano del
mundo_

_ ¿Cómo se llaman tus padres y dónde naciste?_

_Los nombres de ellos ni el de mi recinto se sabrá en este colegio ni en ninguna parte, hasta
cuando yo sea digno de mis ascendientes y de mi terruño_

_ ¿Y cómo les piensas honrar a tus antecesores y pueblo que te vio nacer?_

_Con mi formación moral y académica: siendo un varón de bien, un buen bachiller y un


excelente profesional. No vendré al colegio solamente para calentar los asientos, sino para en
cada asignatura saber más cada minuto, para equivocarme menos cada hora. Pienso que son
mis estudios los que me harán glorioso y noble, por eso, sacaré provecho de mi cabeza,
nutriéndole de algo nuevo e interesante, hasta llegar a convertirme en un individuo de grandes
dotes intelectuales y mucha experiencia, a través de mis propias vivencias y no de las lecciones
de la gente_

Sólo los ineptos e incapaces dicen que no pueden sobresalir por su habilidad o creatividad,
porque creen que las grandes metas son exclusivamente para inteligentes, grupo del cual se
excluyen ellos. Únicamente los tontos y torpes son esclavos y verdugos de sí mismos, viven en
la ignorancia absoluta e incultura total.

Hay muchas personas que hojean una obra, pero muy pocas las que verdaderamente saben
leer. Aumenta tus conocimientos cultivando el hábito de la lectura; identifícate con los libros,
sácales algún provecho, alguna enseñanza, siempre busca algo nuevo que redunde en tu
progreso, en tus actuaciones y en tus conversaciones; por cuanto, éstas serán más interesantes
y beneficiosas, porque los diálogos con nuestros semejantes que se auto educan, siempre serán
atractivos y útiles. Sé un buen conversador escuchando y entendiendo, pero jamás participes
de malas pláticas, ya que éstas corrompen a cualquiera.

Un texto abierto es el cerebro erudito y la voz del que escribió, que habla de todo, inclusive
de la vida misma. No interesa ni tu edad ni desde cuándo dirijas los ojos y mires con atención
a determinado tratado, lo que importa es que sepas usar tu entendimiento para asimilar su
mensaje, que enriquecerá tu vida interior y exterior. Las publicaciones útiles te inculcan
buenas costumbres, por eso, después que ojees el contenido de sus páginas, escribe el
resumen, que al hacerlo es como si hubieses repasado dos veces. Confiésame lo que lees y te
diré como piensas; infórmame cuanto lees y sabré tu instrucción; si no lees nunca, no
entiendes nada, has renunciado a vivir. Edmundo de Amicis anunciaba: “El destino de
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muchos hombres depende de haber tenido o no biblioteca en su casa paterna”

Uno de los grandes placeres que tenemos en el camino hacia la muerte, es la oportunidad
para ser discípulo de un buen libro que alimente las ideas, enriquezca y capacite el espíritu
para las actuaciones diarias y le recupere de la fatiga del trabajo o del estudio. No hay ejemplar
que no enseñe algo nuevo, que no despierte con sus diversos temas tu raciocinio.

Cada cual se hace libre según varíe sus lecturas, y su libertad no será completa, sino
mientras siga evolucionando su pensamiento, siendo un autodidacta formado en la biblioteca,
que es el altar de la cultura, donde se encuentran nuestros grandes amigos y compañeros que
hacen independientes y completos a quien sin mucho esfuerzo los da una leída.

Habitúate a la lectura y cultivarás tu inteligencia; practica el deporte y mantendrás sano el


cuerpo; ejercita el alma con valores y virtudes y serás feliz hasta el último instante de tu
jornada en este planeta.

LA RESPONSABILIDAD

El hombre responsable es el que se esfuerza por cumplir con su obligación y pone cuidado
en lo que hace; vive sin depender de nadie ni intelectual ni moralmente; de pereza y
mediocridad está libre, sólo tiene buenos y útiles hábitos para su desarrollo interno, externo y
de la humanidad. Si todavía no eres responsable, pero vas en camino hacia este bien,
despertando en ti actitudes de madurez, es saludable; persevera y serás parte del grupo
privilegiado de los triunfadores; no intentos tibios de cumplimiento, cuyas mínimas
aportaciones talvez tengan pequeña importancia, si embargo, no es sino una virtud en proceso
de realización, que no sabemos si llegará a cristalizarse.

La sociedad finca sus esperanzas políticas, sociales, culturales, deportivas, morales, etc., en
una juventud exigente consigo misma. La responsabilidad debe ser parte integrante de la
existencia de un joven, la misma que si no la adquiere en su época, de adulto sufrirá
constantemente sus consecuencias. El estudiante debe ser por naturaleza humana cumplidor,
dirigiendo sus actos, costumbres y hábitos hacia el sentido de la exigencia, virtud que le hará
que cada día sea mejor, y en consecuencia, sirva de ejemplo para los que le rodean; y cuando
no lo sea, el porvenir que le espera no es nada positivo, sino al contrario, son pasos previos al
fracaso.

Son los resultados los que cuentan en la vida de las personas. Los que progresan y llegan al
éxito estudiantil y profesional son quienes desde que tuvieron uso de razón cultivaron sus
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obligaciones con tal intensidad que hoy no tienen contratiempos para llegar a donde se
proponen. Encaminarse por las sendas diligentes con el deber es bueno; ser un hombre
responsable en todos los actos, es lo ideal, pues a éste, después de realizar todo lo provechoso
que tiene que hacer, le sobra horas para todo; al irresponsable, le falta tiempo para él mismo.

Los adolescentes sin compromisos serios es algo inconcebible, son como un reloj sin
manecillas, son ceros a la izquierda, sin valor, no sirven para nada. Son estorbos para ellos
mismos, para sus compañeros, para sus profesores y para sus semejantes. Siempre están
haciendo mal o aplazando sus actividades diarias para quizá en el futuro hacer mejor. Jamás
cumplen en lo que se les confía que hagan, por eso, nunca triunfan. El joven pierde preciosos
días cuando su vida no la encuadra dentro de la responsabilidad; pues, no sirve para su
progreso, el de su familia y el de la sociedad. Es preferible no hacer nada, si no se hace
eficientemente. Algo seguro tienen los irresponsables: su fracaso, ya que un adulto
consecuencia de una juventud atolondrada, no tiene otro fin.

* A finales del siglo veinte, durante el inicio de un gobierno nefasto para la economía de los
ecuatorianos, Marcia, decidió terminar con su industria dedicada a la confección de ropa y
calzado; llamó a sus obreros y les informó:
_Señores, este es el último mes que ustedes van a trabajar para mí, pues, el próximo, cierro
la empresa. Solamente vamos a producir el pedido hecho por Mister Smith y luego recibirán la
liquidación correspondiente_
Los empleados después de escuchar a su jefa y antes de ir a sus respectivos puestos hicieron
escuchar su voz: El capataz de la sección ternos para damas y caballeros manifestó:
_Nosotros vamos a dedicarnos con mucho cuidado y atención para que en el extranjero
recuerden siempre lo “made in Ecuador”_
El del departamento de vestidos que tenía el mismo criterio expuso:
_Mis compas también, porque tenemos la obligación de responder por nuestros actos;
además, voy a solicitarle al señor gerente, que me permita poner una etiqueta con mi nombre_
El del grupo de ropa infantil se sumó a los dos anteriores. Y así, casi todos los asalariados
decidieron poner el máximo de su capacidad en la elaboración de las prendas. Como no hay
en el mundo dos criterios iguales, el de la rama de calzado adujo:
_No compañeros, veinte años me he pasado sudando a cambio de unos cuantos sucres.
Hoy no tengo nada que perder ni a la compañía le importa si el producto es de óptima calidad
o no; después de todo, el contrato con el gringo ya está firmado y cancelado; en consecuencia,
laboraré a medio gas y como salga, sin seguir los mejores procedimientos como siempre lo
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hacía_
Un operario de indumentaria deportiva expresó:
_Estimado amigo, tu punto de vista contrario al de nosotros no nos va a hacer variar
nuestra resolución, pues, los sensatos jamás cambiamos de opinión; haz lo que tú quieras,
pero yo prefiero renunciar en este momento, antes que terminar mi carrera laboral de una
manera deshonrosa_
_No seas imbécil, siquiera ahora hagamos lo que nos da la gana_ insistió el rebelde.
Otro de los asistentes habló:
_No nos grites ni nos trates mal, yo podría estar en esta reunión las 24 horas, si así sería el
caso, siempre y cuando el respeto sea mutuo; serénate y haz que la razón triunfe, pero creo
que esta noble palabra lo único que te causa es disgusto. ¿Por qué, por lo menos, al final dejas
de hacerle caso al vicio que nunca te permitió disfrutar de tu jornada laboral? Acepta el
consejo que te doy_
Llegó el anunciado día y Marcia nuevamente convocó a sus subordinados y les dijo:
_Caballeros, gracias por haberme acompañado eficientemente todo el tiempo que
estuvieron en esta industria; por favor, pasen por tesorería retirando las liquidaciones
correspondientes; y en vista de que ya no nos volveremos a ver más, he decidido, como
agradecimiento de mi esposo, mis hijos y el mío, donarles todo lo que cada quien produjo este
mes, es decir, se pueden llevar para sus casas, intercambiar entre ustedes o venderles en el
mercado interno_
El zapatero, al escuchar las palabras de la propietaria se sentía pena y lástima por él mismo,
pues, con nadie pudo canjear sus zapatos ni tampoco comercializarlos por su pésima calidad.
Se conformaron con ponérselos él, su esposa e hijos, algo que no les duraba más de una
semana, ya que se desbarataban rápidamente.
Los trabajadores responsables, después del trueque tuvieron para ellos: ternos, vestidos,
ropa infantil y deportiva, y lo que ya no necesitaban lo negociaron a buen precio en la ciudad,
en vista que los productos gozaban de un bien ganado prestigio.
Recuerda, tienes que ser responsable toda tu existencia sin que ninguna circunstancia te
haga actuar al contrario. Increíble pero cierto, en los colegios hay un antagonismo constante,
entre los estrictos que se fundamentan en la honestidad, cumpliendo a cabalidad con sus
deberes de estudiante y que cosecharán los frutos de las semillas que hoy siembran; y los
inconscientes que viven de argumentos nada valederos, justificaciones y excusas tontas que no
les beneficiarán en sus estudios; por el contrario, tendrán que atenerse a las nefastas
consecuencias futuras.
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EL JOVEN TRIUNFADOR

En la vida tenemos dos alternativas: avanzar o retroceder. El gran Emperador César, decía:
“Las empresas grandes no han de deliberarse, sino han de ejecutarse”.

Las veces que tú pretendas hacer algo, decídete oportunamente, y, una vez pronunciado el
“sí”, mídete inmediatamente contigo mismo, es decir, analiza tu capacidad intelectual y con lo
que te preparas, esto es: recursos humanos, financieros, materiales, y sobretodo que haya
afinidad entre tus metas y tu profesión. Ningún hombre sabe de lo que es capaz hasta que lo
efectúa o por lo menos lo intenta. Es imposible que prosperes si no te decides y empiezas o
no tengas la mínima intención de ejecutar tus proyectos. La confianza en tu imaginación y en
tus fuerzas propias, es el primer secreto para llegar al éxito; pues, ¿quién podría limitar o
frenar el ingenio de las personas? Pero, no hay que conformarse con tener grandes cualidades,
sino que debes poner en práctica dichos atributos, haciendo hoy más y mejor, es decir,
superando en cantidad y calidad, a lo que realizaste ayer.

Hasta hoy no he conocido a alguien que haya nacido con la corona de la victoria en la
cabeza, pero si a muchos que en el transcurso de su existencia han llegado a ser exitosos.
¡Aquí, ahora o nunca! Sé un triunfador a tiempo, empezando temprano a elaborar las cosas,
determina lo que quieres y persevera en ello, dando todo cuanto puedas dar; di: esto lo ejecuto
¡YA! hasta concluirlo; jamás digas: comenzaré otro día, ¿o acaso no comprendes que no eres
inmortal?, que cada segundo vas hacia la muerte. Escúchame por favor… No aplaces nada,
porque la vida se te va. Para conseguir las metas propuestas, es indispensable desterrar para
siempre, la palabra “mañana”.

Todo negocio o empresa al principio es pequeño, pero, la continuación con constancia y


mucho trabajo lo hace grande. Nada hay tan difícil e inalcanzable que el espíritu optimista del
hombre no lo supere; y, con valor, talento y perseverancia lo convierta en éxito.

LA GRANJA.- Ramón, mi buen compañero de colegio, una vez graduado de ingeniero


comercial se puso una granja. Joven, con poco dinero, pesimista, temeroso y conformista
empieza con 10.000 pollos. Sin experiencia en el negocio ni en su profesión tiene sus primeros
tropiezos, pues, algunas aves se murieron de frío, a otras se olvidó de vacunarlas, y así por el
estilo. Comienza a dar pie atrás. Su último chance: hablar conmigo. Así lo hace y se da el
siguiente diálogo:

Ramón: _ Ñaño, otra vez será, mejor me pongo pollos asados_

Luis: _No señor. Quien quiera alcanzar el fin que se propone, siga un solo camino sin
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alejarse de la ruta, y no ande dudando, lamentando o experimentando de aquí para allá. Por
andar de un lado para otro, unos recién comienzan cuando otros ya terminan.

Ramón: _Entonces, ¿qué hago? Vender todo para recuperar lo invertido o emplearme en
alguna empresa_

Luis: _No amigo, nunca hay que desistir ante la primera dificultad, porque la capacidad
intelectual del hombre es infinita y puede hacer todo lo que se proponga_

Ramón: _Mi cabeza creo que se hizo sólo para poner sombrero_

Luis: _ No desconfíes de ti mismo. Todo lo que temas en la vida ni es nada grave ni difícil,
sino es tu idea al fracaso la que te asusta_

Ramón: _Que buena retórica, pero no me convencerás, porque soy un frustrado


empresarial, ya no tengo ni un centavo y estoy al borde de la quiebra, voy a quedarme en la
calle_

Luis: _Los temores y miedos son solo pensamientos negativos que destruirán tus planes, y
en consecuencia impedirán que vayas tras el éxito y por ende progreses_

Ramón: _Así será, pero… me doy por vencido_

Luis: _Nada de desistir, sino solamente insistir con mucha paciencia y no llegarás al fracaso.
Elige entre ser un cobarde perdedor desistiendo o un valiente triunfador insistiendo_

Ramón: _Me tiene sin cuidado que me digan cobarde perdedor o valiente triunfador. Hasta
aquí llegué y punto_

Luis: _Al cerrar el negocio habréis mancillado el honor tuyo y el de tu familia que se han
caracterizado por ser excelentes comerciantes e industriales_

Ramón: _Y a mi que me importa mi fama o la buena opinión de la gente_

Luis: _El honor es el sentimiento más activo en el corazón de un varón o una mujer_

Ramón: _Así será, pero creo que esto no va conmigo_

Luis: _Recuerda que solamente está derrotado el que cree estarlo, y quien no espera vencer,
ya está vencido. El hombre triunfador es el que con mentalidad positiva dice: “con toda mi
capacidad mental, con la ayuda de todos mis sentidos y con la confianza y seguridad en mi
mismo, yo puedo hacer esto y todo lo que me proponga”. Es tu decisión mi querido
Ramoncito, hasta pronto_ Un apretón de manos y dos palmadas en la espalda fue la
despedida.
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Ramón decidió hacerme caso y comenzó de nuevo. En la actualidad, su empresa que a nivel
nacional produce 10.000 pollos diarios, es administrada por su esposa. Siempre me llamaba y
me pedía consejos, hasta que no supe más de él. Hoy en día es el más grande vendedor de
ventiladores en los polos norte y sur, y de calefactores en el África ¿Cómo lo hace?, no se,
pero esa es la verdad.

ESPÍRITU TRIUNFADOR.-

Espíritu es el ánimo, el valor, el vigor natural y la virtud que alienta y fortifica al cuerpo para
obrar. Jamás permitas que se doblegue, se ablande, se decaiga y se enfríe junto con tu cuerpo,
tu espíritu; mantenlo en movimiento, elévalo y afírmalo siempre, a fin de que todo aquello que
es producto de su impulso se convierta en hábito.

Nadie es dueño de ti. Sé jefe de tu propio destino fabricándote personalmente. Ocúpate de


tu persona y de conocerte más a ti mismo que a los demás: es un deber difícil, pero inevitable.
“Quien anda por el mundo sin preocuparse de sí mismo y deja que las circunstancias le vayan
formando como ellas quieran, pronto se habituará a cualquier orden de cosas” J.G. FICHTE.
El hombre es el resultado de sus exclusivas acciones y de sus relaciones humanas, y sólo él,
puede cambiar su destino. Se tu propio amigo con prudencia y respeto, llevando una vida
mejor que la gente vulgar, común y corriente, y verás que todo el mundo te admirará.

Para tener días seguros y felices tienes que depender de ti y no de la gente, evitar todas las
cosas que hace y le place al vulgo, así como alejarte de todo terreno resbaladizo y peligroso,
porque te conducirá al borde del precipicio. No obres por imitación ni hagas lo que realizan
aquellos que tomaste por modelo equivocado, porque terminarás siendo una oveja más del
rebaño dirigido por cualquier cabeza, menos la tuya. Sé el responsable de labrar tu presente y
futuro con tu propio apoyo, porque quien se sostiene con la ayuda de otro, se puede caer y
quien sabe si podrá levantarse.

Para entender el verdadero significado de la vida, tienes que vivir orientado y dirigido por ti
mismo; siempre optimista y alegre, renovándote de nuevas fuerzas para salir adelante, con una
firme seguridad y una inamovible confianza; sin equivocaciones, porque equivocarse es peor
que cometer un crimen.

Sé el único ejecutor de tus actos sujetándote a la razón, pues, ésta te enseñará lo que tienes
que hacer y de que manera para que no tropieces con obstáculos. No te falles, levanta tu
espíritu, ordena tus hábitos y desarrolla tu imaginación y personalidad; ya que la falta de
identidad, hace al hombre incapaz de sobresalir. Cuando actúes hazlo de buena fe, con
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claridad y sinceridad, y al hablar, encamina tu conversación a lo prudente y útil, para que en tu


interior no haya ningún tumulto ni remordimiento.

Realízate a partir de hoy saliendo de las tinieblas y del anonimato en que te encuentras
empantanado, asimilando y ejecutando cosas buenas. Justifica tu existencia amando y
trabajando con lo mejor que tengas dentro de tu alma; no reposes mucho ni tampoco sueñes
demasiado, porque el soñar es la ruina humana. Llénate de cualidades para que éstas sean
admiradas y asimiladas por tus semejantes; sé firme, seguro, vigoroso y fortalecido, y jamás te
preocupes por las cosas temerosas, y si éstas vienen, las sabrás vencer.

Características del hombre triunfador:


El hombre triunfador es talentoso, ilustrado, perseverante y sobretodo, tiene una gran
capacidad creativa y muchos ideales, porque sabe, que todo lo que se mueve en el mundo, son
por las máquinas inventadas por las ideas del humano. La vida no es digna de ser vivida, sino
cuando se fundamenta en objetivos; quien no tiene metas ni aspiraciones, pero, si penas y
miserias, no debe estar aquí.
El hombre triunfador actúa ateniéndose a las leyes morales, los valores, las virtudes y los
hábitos de cortesía; y sus fines siempre están inspirados en hacer el bien, de una manera
perfecta, para que repercutan positivamente en él y en los demás.
El hombre triunfador es noble, tiene cabida sólo para lo beneficioso o favorable y rechaza
todo lo que atente contra los buenos principios. Hace las cosas de cualidades positivas con
agrado y firmeza, en tanto que las malas, ni por la fuerza ni en contra de su voluntad;
concuerda lo que dice con sus palabras y lo que realiza en sus obras. Rechaza lo defectuoso,
desacertado o inconveniente, y al elegir algo, piensa en lo que más le conviene, escogiendo lo
provechoso y huyendo de lo dañino.
El hombre triunfador es honesto, a pesar de que sabe muy bien, que quien se conduce por
las sendas de la honestidad, es víctima de los malos y perversos. Es digno de ser amado y
respetado, y cultiva los buenos sentimientos para unirse con la gente, por eso, es amigo de sus
semejantes. Es desinteresado, porque sabe que el interés no forja uniones duraderas. Detesta a
las personas groseras, torpes, incultas, insensatas y descorteses. Jamás se deleita en cosas bajas
e innobles, sólo se siente atraído por las grandes, a las cuales las exalta al máximo.
El hombre triunfador es escrupuloso. No es petulante. Es generoso, pero con cautela,
porque sabe que no hay virtud que tanto se gaste por sí misma, como la generosidad. Es
modesto, pues conoce muy bien que la modestia es poder que lleva al éxito. Cuando alguien le
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adula, se libra del lisonjero con prudencia y mucha habilidad, porque intuye que los que están
en compañía de aduladores, están solos y abandonados a su suerte.
El hombre triunfador es vigoroso de espíritu y tiene la grandeza de ánimo para mantenerse
erguido ante los reveses y azares de la vida, sin retroceder ni un solo milímetro. Sabe luchar
contra todos los avatares, sobrepasar las pruebas duras y soportar todo lo que los otros temen,
sin asustarse ante nada, pero, sus actuaciones son con cierta prudencia, de acuerdo a lo que le
dicte su razón. Quienes suelen volver hacia atrás fácilmente ante el primer tropiezo, es
preferible que no den un solo paso adelante, porque todo es tiempo perdido.
El ingenio del hombre triunfador es ilimitado, no porque sea superdotado o tenga sus
cualidades intelectuales que sobrepasen de lo normal; sino, porque tiene una fantástica
imaginación y capacidad creativa, pues, saca con facilidad de la nada un mundo a la primera
oportunidad que se le presenta. Siempre se hace un propósito de lo que quiere, y, con
perseverancia sale adelante, culminando todo lo que comienza, hasta llegar al éxito.
El hombre triunfador no busca con los demás, sino consigo mismo, todo lo que quiere
conseguir, ni tampoco ve fuera de él, los medios para ejecutar lo planificado. Siempre vive
actuando y no pensando en actuar; jamás espera que le digan lo que tiene que hacer, sino que
toma la iniciativa, ejecutando las cosas que sabe que son las mejores en base a la razón y
entendimiento. Una vez puesto en marcha con mucho entusiasmo, no hay poder humano ni
sobrenatural, que le haga detener en lo que él emprenda.
El hombre triunfador en todo tiende hacia la perfección, llevando una vida paralela entre lo
que dice y lo que ejecuta. Es precursor de nuevas formas de mejora y progreso. Buscando el
bien supremo, siempre realiza las cosas correctas y adecuadamente, sin errores ni defectos,
según el modelo que considere estupendo. En él, la calidad no es circunstancial, es el resultado
de un constante esfuerzo por superarse cada día; tampoco la excelencia es accidental, sino es
una cualidad muy específica que le distingue de los demás. Es afanoso a la excelencia y rebelde
a la mediocridad, sabe que al mínimo descuido pagará su propia culpa. Admira y emula a los
grandes hombres, con el vivo deseo de igualarlos y pasarlos, y se aleja de los vulgares y
mediocres.
El hombre triunfador jamás está a la zaga de nadie, siempre va adelante, por la vía del éxito,
a paso de vencedores, aprovechando su talento y su valor para superar los grandes obstáculos
y graves peligros que encuentre en el camino. Jamás se amilana ante la envidia, las injurias, las
necesidades, la injusticia ni ante las maldades de la gente, porque sabe lo que es él y hasta
dónde puede llegar; nosotros no sabemos ni lo que somos ni lo que podemos ser.
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¿Por qué el hombre triunfador siempre llega a lo que otros no y acierta donde los demás
yerran?
Porque permanece despierto y pensando, mientras los demás duermen o se divierten.

Porque sólo confía en él mismo, pues, si se fía en los demás, puede fracasar.

Porque sabe que la valentía y fortaleza de ánimo, que son las más importantes de las
virtudes, significan: fuerza, energía y valor que les sirven para soportar y vencer a la
adversidad, a los acontecimientos fortuitos, así como a no asustarse de las cosas temerosas, y a
esperarlas con valor, sin huir afrentosamente.

Porque todas las cosas lo hace con constancia y firmeza, sin proferir en las desgracias
palabras de lamento; por el contrario, siempre tiene grandeza de ánimo para sufrir y derrotar a
los contratiempos y nuevas dificultades. Nunca da pie atrás, solamente marcha con paso
victorioso, y daría hasta su vida, con tal de llegar a la cima.

Porque sabe que nada es tan difícil como lo pondera la fama.

Porque soporta las molestias y obstáculos no sólo con valor, sino con tranquilidad y
optimismo, sin desesperarse ni poniéndose a llorar, pues, conoce que al tiempo borrascoso le
sigue la calma, a la tristeza la alegría. No hay nada mejor que soportar virilmente, lo que no se
puede evitar humanamente.

Porque no se maravilla de los éxitos, ya que ningún triunfo le parece grande; así como
tampoco se preocupa de los fracasos, porque antes que la preocupación, está la prevención de
los males.

Porque aguarda los momentos favorables y está prevenido para los adversos; desafía el
peligro cuando es menester, y lo evita, si es posible.

Porque sabe recibir los acontecimientos prósperos con prudencia, gratitud, humildad y
moderación; y con serenidad, a la vez que con fortaleza, los desfavorables, sin vacilar ni
hundirse.

Porque en la buena o mala fortuna es modesto y tranquilo, ya que ni en su apogeo se


alegrará demasiado ni en la desgracia sufrirá hasta desfallecer; por el contrario, pone más
ganas para volver a subir al lugar de donde se ha caído, superando con facilidad los instantes
de aprietos.

Porque resiste los golpes del azar con una gran calma y valentía, trabajando incluso en la
calamidad, sorteando todos los obstáculos que se le presenten. Pase lo que pase, jamás da el
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brazo a torcer.

Porque nunca se deja dominar por nada ni nadie: una vez decaído su ánimo, después no
tendrá confianza ni en sí mismo ni en las cosas seguras.

Porque sabe que el entusiasmo es salud de su cuerpo trabajador y de su espíritu triunfador.

Porque a la competencia le tiene respeto, pero no miedo; pues, entiende que ésta es como
el fuego que le quemará, pero no lo suficiente, hasta vencerle. La competencia no hace ningún
mal, su presencia tan temida que te pone preocupado no acabará con tu negocio, al contrario,
te hará más eficiente. Y si a pesar de haber sido golpeado por tu rival, te mantienes en pie,
créeme, de seguro te recuperarás y llegarás al éxito.

Porque cuando consigue un triunfo no lo toma como una cima, sino solamente como un
peldaño, siempre quiere subir más, cree que a pesar de haber caminado bastante, todavía le
queda mucho que recorrer.

Porque no hay peligro nuevo para él, siempre está preparado para todo, incluso para los
acontecimientos fortuitos; jamás dice: no conté con ello; siempre analiza, calcula, previene, y
hasta en los buenos momentos presiente que puede haber algo desagradable.

Porque está al tanto que la fatalidad siempre ha dado paso a una fortuna más próspera:
muchas personas primero han tenido que caerse, para luego levantarse con más ahínco, más
positivas, más grandes y más victoriosas.

Porque para saber cuánto ha prosperado, siempre piensa y se pregunta a sí mismo, si hoy
desea lo mismo que ayer.

NO VALE PARA SER UN GRAN TRIUNFADOR

El que teme al trabajo, detesta las humillaciones que en la relación laboral puedan darse,
pero le encanta el dinero.

El que solamente se propone objetivos limitados.

El que cierra los ojos cuando se encuentra al frente de cualquier peligro, igual como lo hace
el avestruz, cuando mira al cazador dirigiéndose hacia él; creyendo el animal, que así estará
sano y salvo.

El que es incapaz de trabajar solo, sin alguien quien le guíe; pero, si seguir gustoso dirigido
por cualquier cabeza, menos la suya.
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El que va de aquí para allá, no para en ninguna parte, sólo está errante y perdido, y así no
podrá conseguir ni una cosa ni otra ni nada seguro y permanente.

El que se pasa de un trabajo a otro, no precisamente por mejorar su condición económica y


social, sino huyendo por su falta de voluntad para ejecutarlo o porque ya se aburrió en el
anterior. Jamás hace algo con decisión y firmeza.

El hombre incapaz de acción que jamás arriesga algo, a toda cosa teme y a nada aguarda.

El que intenta hacer muchas cosas a la vez, no prospera en ninguna, y en todas fracasa.

El que aspira mucho y no puede nada.

El adulto de hoy, que en su época de adolescente fue un cobarde que no supo dominar los
obstáculos que encontró en su camino, luchando contra ellos con pasos firmes y seguros. Si
de joven que tenía todas las energías a su disposición no triunfó; ¿qué podría conseguir ahora
que ya le pesan los años?

El que el día anterior come y duerme, aduciendo que al siguiente día puede que se acabe el
mundo.

*Un rey tenía tres hijos, y como a todos quería por igual no sabía a cual de ellos dejar el
trono al morir. Cuando se le acercó la hora de la muerte, los mando venir ante su lecho y les
dijo:

_Queridos hijos, he pensado algo que os quiero decir: el más vago de vosotros me sucederá
y será rey_

_ Padre_ dijo el mayor, entonces el reino me pertenece, pues soy tan vago que si me hecho
a dormir y me caen gotas en los ojos, nada hago para poder dormir.

_Padre_ dijo el mediano, el reino me pertenece, pues soy tan vago que cuando estoy
sentado al fuego para calentarme prefiero quemarme los pies antes de retirar las piernas.

_Padre_ dijo el menor, el reino es mío, pues soy tan vago que si tuviese que ser ahorcado y
me hubiesen echado ya la soga al cuello y alguien me pusiese un cuchillo en la mano para que
la cortase, antes me dejaría ahorcar que levantar la mano hasta la soga.

Cuando el padre oyó esto dijo:

_Tu has alcanzado el máximo y serás rey. (J.L. y W.K. Grimm).


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EL ÉXITO

El éxito es el resultado favorable y feliz de una acción, acto, suceso o de cualquier índole.
Los inconvenientes con que el hombre tropieza en toda iniciativa son innumerables. La
victoria se consigue comprometiéndose con uno mismo, con gran talento y con un poco de
fortuna; aspectos que te ayudarán a luchar contra los grandes obstáculos y graves peligros que
encuentres en tu trayecto, pero que finalmente terminarás venciéndolos. El triunfo no se
obtiene con ilusiones o con sueños, sino con sangre y mucho sudor.

Cada día mira adelante, hacia la meta, buscando el camino que no son muchos ni cortos, y
avanza firme y serenamente, sin dudar ni detenerte un solo instante, porque un viaje queda
incompleto o adelantas poco, si se hace alto a medio itinerario, y la distancia que te separe de
los que continúan caminando hacia la cima será inalcanzable. Si no hallas la vía correcta, con
la confianza en ti mismo abre la tuya y llegarás muy lejos, porque quien va por un buen
sendero, mejor aún, si es el propio, llega a un término feliz, y quien anda fuera de él o
siguiendo rutas ajenas, jamás llega al final.

La cúspide no se consigue al principio, sino al final del recorrido, después de vencer


muchos escollos con esfuerzo y sacrificio, y cuidando de no cometer los mismos errores.
Transita por caminos correctos, con paso firme, porque si tomas uno equivocado o recorres
varios no esperes un buen destino. Las dificultades que encuentres en el largo y rudo periplo,
conviértelos en retos y adelante, hasta llegar a lo más alto.

El éxito se busca, pensando en grande, mirando alto y lejos; no se hereda ni se endosa; no


se alcanza inmediatamente, sino que es cuestión de tiempo, porque si es de rápida
consecución es proclive al desplome y termina cuán pronto se consigue. La cumbre se logra
después de una lucha constante, sistemática e inteligente contra todas las trabas, haciendo las
cosas perfectamente con los cinco sentidos, trabajando incansablemente sin desmayar un solo
instante, sobre bases bien cimentadas que resistan de principio a fin.

De todos los males de la humanidad, la vagancia es la peor.

* EL ESCLAVO MAIMUNDO. Su amo mandó al esclavo Maimundo una noche para


que cerrase la puerta, pero él no se pudo levantar de tanta pereza que tenía, y dijo: que la
puerta estaba cerrada.

Al día siguiente, le dijo su amo:

_Abre la puerta, Maimundo_


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Y él contestó:

_Señor, ya sabía yo que tú querías que hoy estuviera abierta la puerta y por eso no quise
cerrarla anoche_

Entonces comprendió el señor que por pereza no la había cerrado y dijo:

_Levántate y haz tu trabajo, que ya es de día y el sol está alto_

A lo que Maimundo contestó:

_Señor, si el sol ya está alto, dame de comer_

Dijo el señor:

_ ¡Ah, malvado siervo!, ¿es que quieres comer de noche?_

El criado:

_Pues, si es de noche, déjame dormir_

En otra ocasión, le dijo su amo a media noche:

_Maimundo, levántate y mira si está lloviendo_

Pero, Maimundo llamó al perro que dormía en la parte de afuera de la casa, y cuando
acudió, le tocó las patas y vio que las tenía secas, por lo que dijo al amo:

_Señor, no llueve_

Otra vez, el dueño preguntó a su criado durante la noche, si estaba encendido el fuego en el
hogar, él, llamó al gato y lo tocó para ver si estaba caliente o no; como vio que estaba frío,
dijo:

_Señor, no hay fuego en la casa_

(Disciplina Clericalis, de Pedro Alfonso)

Al triunfo se llega con moderación, prudencia, honradez, cumplimiento, esfuerzo,


sobretodo, arriesgando y luchando infatigablemente sin desistir en ningún momento; no
esforzándose un día para ser bueno, sino bregando toda la vida para ser grande. En la cima
estarás, cuando pongas voluntad, afán, decisión y perseverancia, requisitos que te sabrán
sobreponer y vencer cualquier barrera. La firmeza del ánimo es el secreto para llevar a cabo
los propósitos más difíciles y las empresas más arduas. Haz que tu energía positiva sea
invulnerable en todos tus actos, y que nunca te falte interés ni para vivir.

No postergues nada por temor a la competencia, porque finalmente ésta no se evita y


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solamente dilataste el inicio de tus proyectos en perjuicio tuyo, posponiendo la cosecha de los
frutos, si las semillas hubiesen sido sembradas a tiempo.

Cuando llegues al éxito no te conformes con éste, multiplícalo y amplíalo una y otra vez
sobrepasando los anteriores; pero ten mucho cuidado, se moderado en la prosperidad, porque
la gloria a veces no sólo que nos hace perder la cabeza, sino que nos sacude como un sismo y
nos entierra como un deslave.

No tengas ambiciones desmesuradas, porque quien mucho abarca poco aprieta. No des el
segundo paso antes del primero, si de golpe subes algunos peldaños desordenadamente, te
caes. Algunos ambiciosos se perdieron y fracasaron por su desmedida ansia, la misma codicia,
al apropiarse de ellos, les dijo no, y les puso fuera de todo alcance.

Cuando estés en la cúspide y mires a cuantos llevas la delantera, recuerda que de nada debes
cuidarte tanto, como de no ser arrogante con tus competidores, amigos o compañeros que no
tuvieron la suerte de ser como tú. No te olvides de tus orígenes al tocar la cumbre; la
embarcación que en el río parece grande, en el mar apenas se la ve como una sombra.

Consigna de todos los días: “Jamás permitiré que el miedo nazca y crezca en mi espíritu;
caso contrario, a donde quiera que vaya me seguirá, y, en cualquier parte estará impidiéndome
que llegue a la gloria. Venceré y saldré adelante haciéndome insustituible, y, a mí, vivo o
muerto me ha de recordar todo el mundo como un gran triunfador, perpetuándome en la
memoria de la humanidad”.

NO A LOS VICIOS
Ciertas enfermedades son hereditarias, otras se transmiten por contagio del cuerpo;
mientras que el alma, sus vicios difunde a los más cercanos, especialmente al cónyuge, a los
hijos, a los hermanos, a los compañeros.

Por lo general, toda persona tiene dos facetas: la una bien clara, que está regida por
principios morales, valores y virtudes y que lo muestran a todo el mundo; y la otra, bastante
oscura, llena de libertinaje que no indican a nadie.
Para no tener esa parte sombría, tienes que fortalecerte ante la presencia de cualquier
defecto, y decirle no a las inmoralidades, porque de los mismos seudos placeres brotan causas
de dolor interminables que acabarán contigo. Cuando hayas sido corrompido por los falsos
goces estarás completamente perdido, ya que, donde hubo muchos desenfrenados encantos,
así haya una aparente tranquilidad, siempre habrá algo que te hará temer: allí, lo que te va a
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causar daño, no falta. Por favor, se cada día mejor, aprende a distinguir entre lo que quieres
conseguir y te conviene escoger, y no te arrepientas; a lo que debes evitar no vayas ni a palos;
así mismo trata de deshacerte de algunas imperfecciones y encamínate por la vía de la moral,
antes que sea demasiado tarde y la maldad ya esté enraizado en tu interior. Créeme que no es
nada difícil.

Los vicios no se hicieron para los triunfadores. Séneca decía: “Vuelvo más avaro, más
ambicioso, más corrompido; hasta más cruel y más inhumano por haberme mezclado con los
hombres” Descarta de tu vida toda clase de enviciamientos como: la mediocridad, la vanidad,
el orgullo, la cólera, la arrogancia, el placer, la codicia, la avaricia, la pobreza y jamás te rindas
ni te dejes dominar, porque con tantas lacras dentro de ti estarás completamente destrozado.
Persíguelos sin desmayar hasta desaparecerlos, misión difícil pero no imposible, porque éstos
casi no tienen fin. Sácalos con toda raíz de tu corazón y cerebro, y si no puedes, arráncalos
con todo que las consecuencias son funestas. Muerto el perro, se termina la rabia.

LA ABUELA

Mi abuela cuando ya estaba por morir llamó a sus hijos, nueras, yernos y nietos, para dar sus
bendiciones y al mismo tiempo aconsejar a todos.

_Maten a las semillas y a las flores para que no haya fruto_ empezó hablando.

_No entendemos mamacita, dijo mi padre_

Abuela: _En esta ocasión no me refiero a las plantas, sino a los vicios. Quiten de sus vistas
el semillero de la perdición, porque una vez nacidos y aunque les destruyas en flor, algo
negativo les salpicará, ¿qué decir si le hubieses permitido sobrevivir y crecer?_

_No seas exagerada mamá; sólo son semillas o flores inofensivas de formas y colores
vistosos y con aroma_ sostuvo mi tío Rodrigo.

Abuela: _Todo lo que nace es débil y frágil, pero hay que tener mucho cuidado desde el
momento de la inoculación, porque de este diminuto con apariencia de inofensivo, se
desarrollará defectos grandes y peligrosos, y mientras más crezcan, difícil será encontrar el
remedio_

_El libertinaje en mí no tendrá cabida_ aseguró mi tía Jacqueline.

Abuela: _ En asuntos de vicios es más fácil entrar que salir; y, en corrupción, tan fácil es
caer en ella como difícil levantarse y huir_
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_ ¿Ni aún con tratamiento médico y psicológico?_ preguntó mi papá

Abuela: _Ni la medicina podría aniquilar a los graves, intensos e interminables dolores que
causan los desenfrenos_

Yo manifesté:

_Por mi parte, al primer presentimiento de algún defecto lo exterminaría en un dos por


tres_

Abuela: _Eso se dice. Créeme Luis, niños, jóvenes y adultos nos hacen creer que sienten
repugnancia por los vicios, pero cuando ya tienen uno adentro, no muestran
arrepentimiento ni enmienda_

_ ¿Y si por algún medio se cura de estas lacras?_ intervine nuevamente.

Abuela: _Difícil, habría que ver, pero te recuerdo mi querido nieto: que no hay curación
donde no se aleja la perversión_

_Lo entiendo; y pensar que muchos seres van a la tumba sin rectificar su mala vida_ metí
pico por última vez_

Abuela: _No puedo concebir que una persona lleve tanto tiempo un mal sin que en ningún
momento reflexione, ni que su razón y conciencia no le despierten para que se libre de ese
defecto; y por el contrario, lo tenga enraizado a sabiendas de lo peligroso que es tenerlo
dentro de él_

_ ¿Acaso, será que no se dan cuenta de las lacras que llevan dentro?_ le interrogó mi mamá.

Abuela: _Algunos por costumbre de la perdición no se dan cuanta de la fealdad de la


maldad, somos débiles en defendernos de su invasión; por el contrario, procuramos
hacernos de más depravaciones cada día_

Yo que estaba muy interesado en la conversación, opiné:

_ Si no hay médicos ni psicólogos para su curación, por lo menos la conciencia y la razón


deberían actuar_

Abuela: _Luego que se abandona el camino de la razón, los vicios entran por sí solos. La
debilidad humana del que ha caído en sus garras, encuentra placer en no realizar algo para
destruirlos o alejarse del enviciamiento, y queda sin ánimos para decir ¡no!, abandonado a su
suerte_

_ Entonces, ¿qué debería hacer?, madre, ¿Cómo debería actuar?_ consultó mi tío Manuel.
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Abuela: _Destruyendo con todo, al primer síntoma de su presencia, no dejándote contagiar,


antes que te sacuda y te arrastre_

_ ¿Cómo?_ le preguntó mi hermano menor, que también estaba escuchando la


conversación.

Abuela: _Párate hoy, mañana será demasiado tarde; porque si se introducen, después difícil
será que salgan. Cierra la puerta, ahora, para que no entren, porque después ni abrirás la
puerta ni partirán_

_ ¿Qué más abuelita?_ fue mi última participación.

Abuela: _Domina los vicios en sus inicios, para que ellos no te dominen ni te zarandeen una
vez desarrollados_ Acabó de decir esto, y la abuela murió. Nunca más estará la buena
ancianita para aconsejarme.

Cuanto mal causa la ira. No hay que encolerizarse para mostrarse enérgico. Procura que la
gente antes que temerte te respete, ¿cómo? Mostrándote apacible y amable. Lo más hermoso
en el ser humano es cuando mantiene tranquila y en paz su alma; en cambio, lo más
monstruoso, terrible, criminal y cruel es su cólera en contra de sus semejantes.

A él, contra quien tú estás enojado y la muerte le deseas, no te preocupes, sea que tú estés
tranquilo o enfadado, él palmará, no porque tú ansíes su defunción ni porque esté enfermo,
sino simplemente porque está vivo; y si aquel es bueno, ten la plena seguridad que jamás
expirará, ya que el virtuoso vive aun después de fallecido; algo más: cuando alguien se va al
más allá, no hace más que precederte en el viaje sin retorno, pues, aunque te espante, tú
también debes partir algún día sin que nadie lo anhele, sino simplemente porque el nacer es
empezar a morir.

Con un corazón noble, las pequeñas y grandes contrariedades aprendamos a llevar, pues, en
tanto nos damos la vuelta y miramos atrás, apenas hay tiempo para darnos cuenta que la
muerte se nos hace presente o está muy cerca, que no tenemos oportunidad ni para
despedirnos de nuestros seres queridos. Cuando alguien nace, viene con previo aviso; pero, el
momento que aquel se vaya para siempre, nadie lo puede pronosticar: su partida es
impredecible.

Cuán diabólico es el ser humano que se enfurece y comete agresiones de palabra y obra
dirigido a sus familiares, vecinos, amigos, demostrando de esta manera que es de peor
condición que los irracionales, pues, no hay animales de la misma especie por más feroces que
sean, que se devoren entre sí, ya que el león no traga al león; solamente el hombre come al
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hombre, probando así, que para causar daño es poderoso, pero, para hacer el bien muy débil.

Hay algunitos que cuando han llegado a tener un pequeño indicio de triunfo, ya creen haber
alcanzado la gloria, y no es así; se vuelven tan vanidosos que por todas partes andan diciendo:
vanidad, ayúdame a no valer tanto, quiero tener menos cualidades para efectuar algo, no ser
muy útil para la sociedad ni tan capaz de realizar las cosas bien hechas sin ayuda de otro.
También se hacen orgullosos, sin darse cuenta que su estupidez les puede llevar al fracaso,
porque la soberbia anuncia y precede a la decadencia y caída de las personas, y cuando estén
por los suelos, se quedarán completamente solos, víctimas de su tonto engreimiento.

Dos más de todos los males de la humanidad son: la codicia y la avaricia, cuyos titulares
desesperados por el dinero, son arrastrados por un desmedido e incontrolable apetito de
riquezas y una interminable búsqueda de bienes materiales incapaces de saciedad; según ellos,
la moneda es el único y gran provecho del hombre, incomparable con nada en el mundo. El
inigualable y exclusivo bien para estas personas está alrededor de todo lo que sea lucro
personal, solamente piensan en la utilidad financiera y en la opulencia; y jamás intentan hacer
algo para que sus almas sean buenas, dignas de un humano. Estos individuos, antes que la
preocupación por el billete, deberían pensar en el enriquecimiento interno con valores y
virtudes, hasta alcanzar su perfeccionamiento total.

* Después del terremoto que acabó con la mitad de la ciudad de Ambato a mediados del
siglo XX, los miembros de la cruz roja ecuatoriana y los del cuerpo de bomberos, los primeros
días realizaron tareas de rescate de los heridos; luego, habiendo transcurrido una semana
después del siniestro, continuaron con la búsqueda de cadáveres, cuando de pronto llegó el
ministro de Bienestar Social y Ayuda Humanitaria para evaluar el suceso, al ver los cuadros de
muerte y desolación, y percibir el olor nauseabundo, declaró a la prensa: “Yo no haría lo que
estos señores están realizando ni por todo el billete del mundo”. El comandante de la casaca
roja que veía la entrevista periodística dijo: “señor, nosotros tampoco lo hacemos por dinero,
porque tanto los miembros de la cruz roja como los bomberos somos voluntarios, no
ganamos sueldo, todo esto lo hacemos por solidaridad con el prójimo y amor a nuestra
ciudad”

La codicia es una ciega ambición que convierte a los codiciosos en los más despreciables de
los racionales, porque, para conseguir satisfacer sus desmedidos fines monetarios se valen
hasta de cualquier medio ilegal e inmoral, pues, la acumulación de sus capitales, en la mayoría
de los casos no son producto de su esfuerzo físico ni intelectual, ni el resultado de sus
actividades personales honestas, sino del perjuicio de los frutos del sacrificio ajeno, sin
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importarles atentar contra el patrimonio del prójimo.

La codicia es enemiga de la felicidad humana, es el comienzo de su desgracia, de su


infelicidad, porque una vez contagiado por esta enfermedad, luego, será muy difícil encontrar
el remedio. ¿Por qué? porque para este ciudadano, por mucho que tenga, jamás le será
suficiente, siempre deseará reunir más; trabaja tan sólo para amontonarse de dólares;
olvidándose de lo que ya ha recibido hace cálculos de lo que tiene que coger. Abarca mucho,
sin saber que la misma codicia por ser ingrata será su propio castigo, poniéndole finalmente
fuera de todo alcance pecuniario.

La avaricia es el afán desordenado de adquirir y atesorar riquezas, así como de coleccionar


bienes. No es en la pobreza, sino en la abundancia donde nace el ansia de rodearse de fortuna.
Para el avaro, nunca su peculio es demasiado, siempre está pensando en acrecentarlo, sin
importarle cómo, pues, ninguna ganancia satisfará sus aspiraciones económicas; olvidándose
de gastar en sus necesidades más elementales, todos los días se aferra a lo que tiene; sufre y se
desespera pensando cómo obtener más; y si la suerte no le hace perder nada, todo lo que no
adquiere es una pérdida. Mientras más acumula, más quiere, sin reflexionar que no hay peor
estupidez que llenarse de algo que nunca ha de disfrutar.

Muy vergonzoso es que quien posea bastante billete sea tacaño, y muy encomiable el pobre
que sea generoso.

Según el avaro, es muy vergonzoso no tener amontonado bastante moneda, sin imaginarse
que la avaricia es uno de los defectos más execrables del hombre que tanto daño le hace a
éste, pues, atenta contra su paz y su bienestar; porque todo lo que adquiere, en vez de traerle
una verdadera felicidad, cada día es atormentado según la cantidad de propiedades que tenga y
las que deba conseguir, hasta convertirse en un pobre miserable, en un pobre diablo, con el
permiso de Satanás.

Desde que el adulto muy equivocadamente creyó que la codicia y la avaricia son virtudes,
comenzó a honrar, a custodiar y a rendir culto al dinero, y a descuidar de la bondad de su
alma; en consecuencia, su honor y su dignidad cayeron a ras de tierra.

Mediocridad significa de calidad media. Cuando alguien te quiera llevar por los caminos de
la mediocridad dile: acaso eres lo suficiente poderoso para enseñar a ser mediocre a quien no
tiene ni la más mínima intención de aprenderlo. No seas mejor que los malos triunfando ante
éstos, ni más fuerte que los débiles o que éstos se rindan ante ti que eres superior en fuerzas.
¿Qué pensarías si LDU, el mejor club de fútbol profesional del Ecuador, campeón de la copa
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libertadores de América, ganaría un cuadrangular parroquial o si Jéfferson Pérez, campeón


mundial en su especialidad, hiciera alarde de su velocidad en marcha en una competencia
barrial. Ningún mérito hay, si tú completamente sano compites con lisiados y cojos y ganas la
competencia; y si al término de la misma eres felicitado por aquellos contrincantes, no hay
motivo para enorgullecerse, sino para reflexionar y decir: creo que me equivoqué de
competencia.

El mediocre cree que ha llegado a la cima cuando se alegra al ser aplaudido y alabado por
gente igual o peor que él. Por favor, no te enorgullezcas cuando los mediocres te feliciten; no
seas grande al lado de pequeños.

Cuanta desesperación siento cuando veo que alguien al emprender algo lo hace con lentitud,
es decir, avanza poco, no prospera nada, no recorre lo necesario para aproximarse a la meta;
por el contrario, más se acerca al borde del fracaso.

Finalmente, descarta también de tu existencia la demasiada sinceridad y la extrema


generosidad, que sin moderación alguna, te llevarán a la ruina.

En conclusión, a los vicios hay que ponerles fin en el preciso instante que aparecen, porque
una vez que se originan, crecen y se propagan con la mayor facilidad del mundo. Si por
desgracia tuya han brotado, tienes que cerrarles el camino y aniquilarlos en los primeros pasos
que den, pues, si les permites que se desarrollen, luego será muy difícil expulsarlos o
reprimirles hasta excluirles de tu vida. Es mejor, no admitir el nacimiento de los defectos, que
combatir a los que se ha dejado surgir; ya que, por donde quiera que vayas, jamás podrás
disfrutar de tu tranquilidad.

Si hoy, en base de la razón, no tienes la suficiente voluntad, y no eres lo bastante fuerte,


para con todas tus energías hacer algo para quedar exento de enviciamientos impidiendo que
éstos nazcan; peor aún, mañana, vas a tener el valor para extirparlos de raíz y poner fin a los
que ya están adheridos a tu cuerpo y a tu alma, y que con gran rapidez se multiplicarán por
doquier.

LA CORRUPCION
Desde que el hombre se dejó cautivar por las tentaciones de la riqueza fácil, su prestigio y
su dignidad han quedado a ras de tierra. Con las excepciones del caso, desde el más pequeño
hasta el más grande han caído bajo la seducción del dinero producto de la corrupción: unos
por un insignificante lucro, otros por grandes cantidades. Que la fascinación del soborno que
por todas partes hay, jamás golpeen las puertas de tu casa honrada, y, si llegaren, no les
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permitas entrar, porque el billete conseguido por medio del cohecho degrada para siempre al
individuo y su familia. El honor es el sentimiento más preciado en las damas y caballeros que
poseen una sólida y firme línea moral, razón más que suficiente para que, antes de pensar en la
corruptela que mancillará tus nombres y apellidos, y en consecuencia será el bochorno de los
que tengan la desgracia de venir después de ti, primeramente piensa que el ejemplo de tu vida
debe estar reservado para tus descendientes. Es deber de todo buen papá y mamá no dejarles
herencia de putrefacción moral a sus hijos, sino, con sus manos esparcir semillas fecundas de
actitudes de integridad, que al germinar en sus almas, les servirá para orientarles a que
prefieran optar por el camino de los valores, antes que el de los falsos resplandores de
prosperidad que el cometer una infracción les traerá. De la medida de la rectitud y decoro de
los padres que es el cimiento eterno de todo hogar, depende el orgullo o la indignación de los
vástagos.
Yo se que es duro pasar las veinte y cuatro horas con necesidades, pero, no entiendo la
necesidad de ser corrupto. ¿Acaso no comprendes la satisfacción que tiene cualquier ser
humano que ajusta sus aspiraciones a su situación económica, y que sabe contentarse con lo
que tiene; y ser feliz no aumentando sus placeres, sino disminuyendo caprichos, de acuerdo a
los dólares que dispone fruto de su trabajo honesto? Si a pesar de vivir honradamente, uno
no está exento de problemas, ¿cuántos no serán los riesgos de la venalidad? ¿Quién puede ser
dichoso delinquiendo? ¿Qué felicidad puede esperar al que se dedica a la tarea de enriquecerse
a expensas de todos y de todo? La corrupción que crees que será tu alegría de hoy y mañana, a
lo único que te llevará es a la ruina y al escándalo eterno; es el precipicio al cual serás
arrastrado y acabarás en dolores interminables, de donde jamás retornarás, porque todo
progreso ilícito no tiene otro fin.

Con excepción de los que han trajinado incansablemente todo el tiempo; nadie tiene lo que
sin ninguna vergüenza ostenta, a no ser con el perjuicio de sus semejantes, de la empresa
privada o del estado.

No es raro encontrarse con gente que aparenta ser decente e inocente, que encubre sus
vicios de todos los que le conocen. En la sociedad en la que reside, oculta sus actuaciones
sucias, sin darse cuenta que en las personas que se hacen ricos ilegalmente, la inocencia y la
decencia son completamente nulas. Por donde hay fortuna producto del quebrantamiento a
las diferentes leyes, hay cloacas de una progresiva contaminación, donde se mezclan lo lícito
con lo prohibido. Por todas partes que hayan deshonestos, habrán voces que te querrán hacer
claudicar a tus máximas diciendo: esa honestidad de la que tan orgulloso te sientes, de nada te
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servirá, porque a cambio nada recibirás. Tú respóndeles manifestando: “hay unas opiniones
que hay que respetar y otras que se deben despreciar; vale más, tener poco con dignidad, que
bastante capital producto del soborno, y, aunque la suerte me sea adversa, jamás desistiré a
mis principios morales que siempre han regulado mi existencia”.

Cada semana es mayor el número de corruptos que se juntan entre sí y hacen amistad, que
el de los íntegros. Como a una orden de ¡ahora!, todos los días aumenta la cantidad de
vividores que por el dinero delinquen sin detenerse. Cuando estos delincuentes caen en manos
de la justicia, se defienden diciendo que lo que ellos hicieron no fue algo malo, sino una
equivocación, un error humano. Que precioso tiempo de esta vida breve pierde el varón o
mujer en esta clase de actos bochornosos.

Otra forma de corrupción es pedir o recibir regalos a cambio de algún “favor” en el servicio
público o privado. Hay sujetos que por halagos de un presente hacen todo lo contrario a lo
que las leyes y buenas costumbres ordenan. El obsequio es un medio de subsistencia para
jóvenes y adultos con no buenos principios éticos, que les impide rechazar el ofrecimiento, y
en consecuencia, conservar intachable su comportamiento.

Es innegable que es fantástico tener bienes, pero, multiplicarlos con fondos turbios, nunca
lo será. En este mundo que ya casi nadie hace lo que es correcto ni rechaza lo inmoral o
ilícito; donde es cosa rara ver un hombre recto, y a duras penas se encuentran ricos, cuyo
patrimonio no sea ilegítimo, sé tú la excepción: no tengas nada a fuerza de cohecho, evita sus
beneficios, porque donde cojas algo, por eso te cogerán; subirás económicamente y caerás
estúpidamente: No hay crimen perfecto.

Cada segundo ratifícate en la honradez, que te dará felicidad eterna e inalterable, a pesar de
que muy equivocadamente creas que como retribución solamente recibirás hambre; Jamás
digas: “prefiero mil veces seguir el mal ejemplo de los sinvergüenzas que progresan, antes que
el modelo de los incorruptibles que se mueren de inanición”. Solamente los que les gusta la
moneda fácil manifiestan: “la honestidad por más linda virtud que sea, en comparación con la
corruptela es sumamente débil; razón por la cual, en el siglo XXl, es lo peor que pueda
tomarse como conducta”.

Tú puedes ser millonario prudentemente, trabajando mucho hasta llegar al éxito total;
cuidado caigas en la tentación de la venalidad, pues, mil veces es preferible tener un rostro
apenado por la pobreza, que un alma manchado por la indecencia, ya que el individuo
mientras más deshonesto, más desdichado, es el más infeliz de la humanidad, aun en medio de
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toda el caudal mal adquirido. La falta de medios te servirá para saber quienes son tus
verdaderas amistades que se quedan o se alejan de ti dejándote en la soledad. En tiempos
normales, muchos son los seres humanos que se cuentan como amigos, pero, casi nadie en la
indigencia. Que satisfacción más grande para el ser humano jubilarse limpio, después de haber
realizado labores en lugares donde la putrefacción campeaba. Un jubilado austero transita sin
cuidado y muy tranquilo aun en medio de mil policías, en tanto que, el indecente, el solo mirar
un uniforme policial le pone inquieto y asustado.

No importa que cuanto más pobre te hagas, más despreciado seas; aléjate de la
podredumbre. Acepta mi recomendación, pero… ¿qué digo?, si a ciertos enfermos sólo hay
que indicarles los remedios, a otritos hay que hacerles tomar a la fuerza. Los virtuosos con los
corruptos jamás caminan juntos, ni aquellos se refugian o habitan con éstos, porque saben que
éste es un lugar que no le conviene a pesar de las supuestas ventajas que puedan obtener.

Lo mal adquirido el diablo se lo lleva, desaparece como el humo, se desvanece como el


vapor, se va como el agua entre las manos; nada es tuyo, inmediatamente te será quitado, y
encarcelado quedarás; además, solo y abandonado, apartado de tu familia y la sociedad, sin
tener con quien conversar ni siquiera contigo mismo, porque tu conciencia sabe de la calaña
que eres.

Cuando la corrupción se haya generalizado, y la mayoría de la gente haya optado por ese
camino; si tú no quieres ser igual que ellos, no efectúes nada indigno de una persona; huye,
aléjate, retírate, no pongas tus ojos en ella, sino sólo para enfrentarte; pues, si quedas bajo su
dominio no podrás vivir en paz, te pasarás de arriba abajo, de aquí para allá, sin saber qué
hacer; tarde o temprano, el peso de la ley te caerá y esto te hará más desgraciado todavía.

En la primera incitación, el soborno tiene que ser ahuyentado, cerrado el paso, caso
contrario, caerás tentado por él, para luego ser aplastado. Tiene que ser atajado en el mismo
instante de su presentación, porque, allá en donde esté o a cualquier parte que te lleve, la más
leve caída será el primer paso hacia tu final. Si te persigue, escapa y ponte a buen recaudo
siguiendo los pasos de la virtud.

Espero que en un futuro no muy lejano, todos se alejen de la corruptela una vez que hayan
comprendido que las seducciones leves preceden a las grandes, que redundarán en su propio
perjuicio. Pero, si tú persistes en la venalidad, nadie será capaz de desatar la cuerda que te
tiene sujeta a ésta. Aléjate del cohecho, no te dejes cautivar a pesar de que te encuentres
acorralado y creas que no tienes otra alternativa. Solamente los que son firmes en sus
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decisiones resisten cualquier clase de insinuaciones; y hoy, la victoria sería de la corrupción, si


tú no hubieses sabido vencerla.

Que en tu residencia, todas las festividades cívicas flamee la tricolor ecuatoriana, y el


emblema de la honradez en lo más alto de tu casa permanezca todos los días; porque en su
interior convive una familia precedido por un padre y una madre ejemplar, cuyas obligaciones
las cumplen decididamente, haciendo las cosas al tenor de sus principios.

En conclusión: transita por lugares bien iluminados que brillen con la luz de los valores; y,
jamás, por nada del mundo, tus pies se desvíen y te saquen de la buena vía de los virtuosos.
Camina siempre por la senda de los honestos que no tienen cómplices ni nada que temer, cuya
tea natural te hará ver todo lo negativo y nocivo que hay en este planeta, pero, si recorres por
rutas que están llenas de forajidos, éstas son tan oscuras que no te permitirán mirar el abismo
al que vas a caer y que será tu perdición, pues, nadie acudirá a socorrerte. Con tu sólida
formación moral no te canses de excluir, combatir y perseguir a la corruptela.

Sólo el hombre íntegro renuncia a toda clase de prebendas que atentan contra su dignidad;
pero, el facineroso también tiene la oportunidad de deshacerse del cordón umbilical que le
une con la delincuencia, y de huir a toda madre sin regresar a ver atrás, antes que su espíritu
pierda fuerzas y pocas ganas le queden para retirarse. ¡O abandonas la corrupción o
abandonas la vida! Acepta mi sugerencia. Escoge, piensa lo hermoso que es dejar huellas bien
marcadas de decencia, de principio a fin de tu existencia. Disfruta de tus últimos años
comiendo y bebiendo de tu jubilación, aunque poca, pero tuya.

Al final de este tema de la corrupción no escribo ninguna historia, porque a diario vemos
en los periódicos y en la Televisión noticias de infinidad de corruptos. Sí, pongo en tu
consideración lo que le sucedió al burro por deshonesto.

* Tarzán, después de un año que llegó a la selva, reunió a todos los animales y les dijo:

_Mis queridos cuates, todo este tiempo me he pasado observando que aquí en media de
tanta abundancia, nadie hace algo bueno, todos vegetamos comiendo y durmiendo. El elefante
tomó la palabra y dijo:

_ ¿Qué sugieres que hagamos, hombre mono?_ Y éste respondió:

_ Algo productivo, por ejemplo, podemos formar una empresa dedicada a la explotación de
panela y algodón, que la materia prima en grandes cantidades hay en esta zona y que no nos
da ningún provecho, y, luego lo llevaremos a las aldeas más cercanas para vender a los
humanos_
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Es así, como se constituyó la compañía denominada “Animalandia S.A.”, y Tarzán contrató


entre sus trabajadores al siguiente personal: al león para guardia de seguridad; a la chita para
que con su destreza baje los cocos de los árboles para el refrigerio de los otros contratados, y
además, para que con sus manos hábiles coseche algodón; al camello para que lleve la caña de
azúcar; al burro para que transporte la panela; y a la giraba, para que en su cuello lleve el
algodón y a la mona.

En efecto, la empresa con cinco camelladores inicia sus actividades: Tarzán hizo un trapiche
para la elaboración de la panela, y el fin de semana entre chistes y bromas se realizó el primer
viaje. El león encabezaba la delegación comercial cuidando de cualquier asalto, la mona con
sus manos hábiles cumplió responsablemente con sus labores; el camello en igual forma; la
giraba también; pero el burro que llevaba la panela se dio cuenta que antes de cruzar el río su
carga era demasiado pesada, pero después de salir del mismo se hacía liviana; entonces, en el
segundo viaje, dijo: “vivo que soy rápido que pienso”, con el pretexto de refrescarse un poco,
optó por quedarse más tiempo en el agua. Tarzán al darse cuenta de la jugada del asno, para el
siguiente viaje cambio de transportista, a la giraba le dio la panela y al jumento el algodón,
además, debía llevar sobre su lomo a un orangután que reemplazó a la mona chita; entonces el
burro con esa carga, al cruzar el primer río, ahí no más quedó, murió, no pudo salir por el
peso del algodón húmedo y con semejante gorila encima.

VIVE EL PRESENTE
Los años que Dios nos ha concedido para permanecer en este mundo no son muchos, por
el contrario, son pocos, con una duración breve por la velocísima rapidez con que transcurren
las horas; por eso, no pierdas el tiempo, y apresúrate a vivir exitosamente, teniendo cada
minuto como la única oportunidad para triunfar, sin descuidar un solo segundo, ya que la
ocasión dejada escapar, nunca la podrás recuperar.
Date prisa para ser un triunfador. Te recuerdo que tú, yo y todos los seres humanos no
somos inmortales; pues, mientras la vida nos huye, la muerte nos acecha. Cada año tenemos
doce meses menos a nuestro haber; cada mes treinta días quedan en el pasado; y cada día
veinte y cuatro horas ya no son nuestras. Cada hora morimos un poco, cada minuto perdemos
parte de nuestra duración, es decir, cada segundo nos acercamos a la muerte, porque desde
que nacemos vamos rumbo hacia ella.

La vida siempre es incompleta. Desde ya, todos los días recógelos y hazlos tuyos, pues, si
recurres al presente que sí existe porque lo estás viviendo, dependerás menos del futuro que
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no sabes si llegará o no. Planifiquemos diariamente nuestras actividades para ahora, no para
después. Jamás planees para una larga existencia. Yo, te aseguro que éste es el único día del
que realmente dispones, y quizá pueda ser el último, y si no lo es, talvez tengas unos pocos
más a tu haber, no muchos; pues, cada instante estamos más cerca de nuestro final, porque la
muerte siempre está merodeando al ser humano.

Esperanzado en el porvenir incierto perderás la posibilidad real que brinda la actualidad.


Los que pretenden destacarse en el futuro, jamás sobresalen. No dejes ningún proyecto para la
próxima semana, con el pretexto de tener más plazo y realizarlo mejor, con más energía;
procede este preciso instante, sin dejarte tentar para postergarlo, sin dubitaciones que
redundarán negativamente en tu contra; porque, cuando haya una nueva probabilidad en que
se podría ejecutar algo, ya no habrá cómo, pues, dejaste pasar inútilmente la que sí se pudo.

No reserves ni una milésima parte de tu vida para lo venidero. No dejes nada para mañana
porque quien sabe si serás capaz de obrar; actúa hoy, que este día pueda que sea el postrero de
tu existencia, en consecuencia, al Ecuador nunca más pertenecerás, pues, habrás partido
definitivamente de este planeta sin retorno alguno. Coyuntura que se pierde jamás se recupera;
y si no me crees, ¿dime, si estos momentos que estás leyendo mi libro se repetirán en iguales
circunstancias siempre? Dos o más veces puedes bajar al río, pero no al mismo al que bajaste
la primera vez.

Time is Money, dicen los americanos. Toda tu edad que estúpidamente hasta este rato lo
has perdido, no lo volverás a disfrutar jamás; por eso, espacio que tengas de aquí en adelante,
aprovéchalo efectuando todo lo que debas hacer, obteniendo mejores resultados posibles con
el mínimo esfuerzo, ingresos infinitos con pocos gastos. Ponte pilas.

Dios podrá absolverte tus pecados que por acción u omisión hayas cometido, pero, el
tiempo jamás te perdonará por no haberlo sacado provecho a todas las oportunidades que te
brindó. Hasta siempre, tu amigo y seguro servidor. Luis G. Alvarado H.
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LO QUE USTED DEBE SER PARA TRIUNFAR EN LA VIDA

 SER crítico y creativo.

 SER amante de su profesión y disfrutar de sus funciones.

 SER constante en su actualización profesional y tener disposición por la


innovación.

 SER capaz de tener liderazgo, especialmente en lo que se relaciona con los


derechos humanos.

 SER capaz para analizar y aplicar innovaciones tecnológicas.

 SER apto para trabajar bajo presión y estar predispuesto para laborar en equipo.

LO QUE ANHELO DE MIS LECTORES

 QUE demuestren un alto nivel académico en su desarrollo intelectual.

 QUE sean núcleos de nuevas culturas, con pensamiento crítico y creativo.

 QUE asuman una actitud de liderazgo poniendo en sus manos y corazones los ideales
de justicia social y las esperanzas de solidaridad, paz y amor de los pueblos que
anhelan disfrutar de su paso por este mundo.

 QUE demuestren capacidad de autocontrol y dominio de sí mismos.

 QUE sepan honrar su juventud con actitudes de respeto, alto sentido de


responsabilidad y honestidad.

 QUE aprendan a no conocer el odio ni que les atormente la envidia; cosechen las
flores de sus jardines y admiren las del ajeno.

 QUE tengan como un ideal de sus vidas, el de sumarse a la generación incontaminada.

 QUE no tuerzan sus caminos cediendo a tentaciones indignas, para no deshonrar su


juventud.
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 QUE inicien en la humanidad una fervorosa reforma ética, ideológica e institucional;


así como una formación de una nueva conciencia moral en sus semejantes.

 QUE descubran en sí mismos las fuerzas morales necesarias para triunfar en la vida.

 QUE cumplan con honor sus deberes éticos y cívicos.

 QUE sean jóvenes entusiastas y optimistas; con autonomía en la toma de decisiones;


de pensamiento, iniciativas y acción para labrar su porvenir.

 QUE sean jóvenes con inquietud renovadora; expuestos a equivocarse es preferible, a


un indeciso que no se equivoca nunca; pues los primeros pueden acertar, los
segundos, jamás.

 QUE anhelen con firmeza todo lo que puedan realizar con su propia energía.

 QUE tengan el afán de renovarse y el deseo de emprender obras dignas.

 QUE dejen a la generación que vendrá, más de lo que recibieron de la precedente.

 QUE den a su tiempo el valor más alto.

 QUE siempre defiendan que cuánto mayor es su mérito más precioso es su tiempo.

 QUE aprovechen el tiempo para multiplicar la dicha de vivir, aprendiendo que las
virtudes son más fáciles que los vicios.

 QUE cada hora vivan a plenitud, ampliando su experiencia, perfeccionando sus


costumbres, satisfaciendo sus inclinaciones, cumpliendo con sus ideales, defendiendo
los derechos humanos.

 QUE asuman actitudes positivas hacia el trabajo, convirtiéndolo de vergüenza en


honor, de sacrificio en alegría.

VALORES Y VIRTUDES PARA MIS ALUMNOS


 Bondad
 Compasión
 Humanitarismo
 Ternura
 Amor
 Amistad
 Fraternidad
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 Prudencia
 Responsabilidad
 Honestidad
 Integridad
 Justicia
 Lealtad
 Solidaridad
 Altruismo
 Filantropía
 Gratitud
 Respeto
 Fortaleza
 Templanza
 Paciencia
 Constancia
 Confianza
 Verdad
LO QUE USTED DEBE SABER PARA TRIUNFAR EN LA VIDA
 SABER que usted nació para cosas grandes.

 SABER arriesgar todo, porque no es que no nos arriesguemos a emprender algo


porque es difícil, sino que es difícil porque no nos arriesgamos.

 SABER que la pereza anda tan despacio que la pobreza no tarda en alcanzarla.

 SABER confiar sólo en usted mismo, pues, si se fía en los demás, puede fracasar.

 SABER que el entusiasmo es salud de su cuerpo trabajador y de su espíritu triunfador.

 SABER permanecer despierto y pensando mientras los demás duermen o se divierten.

 SABER actuar con firmeza en las decisiones por usted tomadas.

 SABER que en un solo minuto de vacilación puede perder la oportunidad de triunfar


en la vida, si en ese minuto coincide la oportunidad.

 SABER llegar a lo que otros no; y acertar donde los demás yerran.

 SABER que no suelen ser sus ideas las que le hacen optimista o pesimista, sino que es
su optimismo o su pesimismo, lo que hace sus ideas.
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 SABER que nada es tan difícil como lo pondera la fama.

 SABER ver con sus ojos y tocar con sus manos los peligros, antes de asustarse por
ellos.

 SABER que no hay problema alguno en su destino que sea superior a sus fuerzas,
pues, con su inteligencia, capacidad y voluntad puede resolver lo irresoluble.

 NO DEBE TENER temor a nada de lo que usted emprenda, porque quien es fuerte,
está libre de temor; quien está libre de temor, está libre de preocupaciones; quien está
libre de preocupaciones y con un trabajo constante llega al éxito.

 NO DEBE DEJARSE vencer por nada, pues, debe saber que una vez decaído su
espíritu, después no tendrá confianza ni en usted mismo ni en las cosas seguras.

 SABER que no es la fuerza de los brazos ni la habilidad de sus manos con las que
obtendrá la victoria, sino con la fuerza de su ánimo.

 SABER que la valentía y fortaleza de ánimo que son las más importantes de las
virtudes, significan: fuerza, energía y valor.

 SABER hacer todas las cosas con constancia y firmeza, sin proferir en las desgracias
palabras de lamento; por el contrario, siempre tener la grandeza de ánimo para sufrir y
vencer a los contratiempos y nuevas dificultades. Nunca dar pie atrás, al contrario,
marchar con paso victorioso y dar hasta su vida con tal de llegar al éxito.

 SABER que con la fortaleza de ánimo el humano se acostumbra a no asustarse de las


cosas temerosas y a esperarlas con valor sin huir afrentosamente.

 SABER que la fortaleza es la capacidad para soportar y vencer a la adversidad, a los


acontecimientos fortuitos y al temor.

 SABER que no hay peligro nuevo para usted, ya que, siempre debe estar preparado
para todo, incluso para los acontecimientos fortuitos, pues, jamás tiene que decir: “no
conté con ello”; siempre debe analizar, calcular, prevenir, y hasta en los buenos
momentos presentir que puede haber algo desagradable.

 SABER aguardar los momentos favorables y estar prevenido para los adversos;
desafiar el peligro cuando es menester y evitar si es posible.

 SABER que las caídas no son tan fuertes si las sabe contrarrestar, pues, los males le
atormentarán no por su fuerza, sino por su flaqueza.
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 SABER soportar las molestias, obstáculos y dificultades no sólo con valor, sino con
tranquilidad y optimismo sin desesperarse; pues, debe conocer que al tiempo
borrascoso le sigue la calma, a la tristeza la alegría. No hay nada mejor que soportar
virilmente, lo que no se puede evitar humanamente.

 SABER resistir los golpes del azar con una gran calma, valor y firmeza de espíritu,
trabajando incluso en la calamidad hasta vencer a todos los obstáculos que se le
presenten. Pase lo que pase jamás dar el brazo a torcer.

 SABER que con frecuencia, la fatalidad ha dado paso a una fortuna más próspera:
muchas personas primero han tenido que caerse, para luego levantarse con más
ahínco, más positivas, más grandes y más exitosas.

 SABER que la perseverancia es el camino seguro que le hará triunfar en la vida, pues,
sobrepasa toda dificultad.

 SABER alejarse de la corrupción, ya que, las tentaciones leves, preceden a las grandes.

 SABER rechazar la corrupción, aunque la fortuna le sea adversa; jamás desistir a sus
principios morales, que siempre han regulado su vida.

 SABER que jamás debe decir: “voy a renunciar a la honestidad que no me sirve sino
para seguir siendo pobre”.

 SABER que es preferible tener un rostro apenado por la pobreza, que un alma
manchado por la corrupción.

 SABER que en la buena o mala fortuna debe ser modesto y tranquilo; es decir, ni en
la prosperidad alegrarse demasiado ni en la adversidad sufrir hasta desfallecer; por el
contrario, poner más ganas para volver a subir al lugar de donde se ha caído,
superando con facilidad los instantes de aprietos.

 Que cuando consiga un triunfo no debe tomarlo como una cima, sino solamente
como un peldaño: siempre debe querer subir más.

 NO DEBE MARAVILLARSE demasiado de los éxitos, pues, que ningún triunfo le


parezca grande; así como tampoco se preocupe de los fracasos, porque antes que la
preocupación, está la prevención de los males.

 SABER recibir los acontecimientos prósperos con prudencia, gratitud, humildad y


moderación; y con serenidad, a la vez que con fortaleza, los adversos, sin vacilar ni
hundirse.
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 SABER respetar a la competencia, pero no tenerle miedo; pues, la competencia es


como el fuego que le quemará, pero no lo suficiente hasta vencerle reduciéndole a
ceniza.

 Que para saber cuánto ha prosperado, siempre debe pensar y preguntarse a sí


mismo, si hoy desea lo mismo que ayer.

ADEMÁS
Los jóvenes deben tener las siguientes cualidades:

 QUE tengan excelentes relaciones humanas, que sirvan para compartir con toda la
comunidad educativa, un mutuo bienestar, en unión y comprensión.

 QUE sólo vean lo bueno y positivo de sus semejantes.

 QUE se fijen mucho más en las cualidades de sus autoridades, profesores y


compañeros, y mucho menos en sus defectos.

 QUE en el colegio no hablen mal de nadie ni aun de sus propios enemigos.

 QUE sepan que no toda verdad es para ser dicha, existen algunas que es mejor cerrar
la boca y callar.

 QUE sean tolerantes con sus autoridades, compañeros, alumnos y padres de familia,
no por conveniencia personal, sino por condescendencia.

 QUE de adulación y servilismo estén libres.

 QUE estén libres de cólera.


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