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Dios no es un Caprichoso, Simplemente

Dios es Justo

El que Dios haya puesto a Cristo por encima de todo y de todos (Fil
2:9), y que todas las cosas le adoren únicamente a Él (Ap 5:13) no es
un capricho de su parte, sino que simplemente Él (Dios) es JUSTO.
Justicia es darle a cada quien lo que le corresponde, en éste sentido
a Cristo le corresponde por derecho intrínseco e inherente, por derecho
natural, toda adoración y gloria, por el solo hecho de ser quien es, o
sea, ser Dios. Como dijo alguien alguna vez:
“Aun los hombres no hubieran sido salvos por Dios, y en efecto echados todos al infierno,
aun allí, estos deberían adorarle con sus labios, de todo su corazón, mente y fuerzas,
porque Dios no necesita hacer nada para que la gloria deba de ser dirigida hacia Él. Por
ser quien es, ya la merece, la obra redentora en la cruz es solo un motivo más dentro de
muchos motivos para darle la gloria a Él”.

Todo país que sea una república y tenga una constitución posee
Derechos Fundamentales plasmados en dicha constitución. Los derechos
fundamentales son aquellos derechos inherentes a la persona,
reconocidos legalmente y protegidos procesalmente, es decir son los
derechos humanos positivisados. Nuestro país, la República Dominica al
tener una constitución que la rige y ordena jurídicamente también
posee derechos fundamentales, y en su artículo 37 y 38 nos habla de
dos derechos fundamentales, los cuales son el derecho a la vida, y el
derecho a la dignidad humana. Para que usted pueda disfrutar de
dichos derechos solo tiene que ser una persona, un ser humano, solo
tiene que nacer en este país. Usted no tiene que hacer nada para que
esos derechos le sean respetados o contemplados, pues a usted le
corresponden dichos derechos por el sólo hecho de ser una persona.
A esos derechos algunos juristas le denominan derechos inherentes a
las personas, los cuales, por el mero hecho de ser un humano le
corresponden. De igual manera, Dios tiene derechos intrínsecos e
inherentes a su Persona, y uno de ellos es ser adorado por todo y por
todos.
Por el sólo hecho de Él ser Dios, le corresponde toda adoración. Y Él
no tuvo que morir por nosotros en una cruz para que eso le
correspondiera, la cruz es una razón más para hacerlo. (Algo intrínseco o
inherente es algo que viene ligado a algo o alguien, algo que no puede ser
separado de ti de ningún modo y de ninguna manera aunque se intente, y es algo
que no obtienes ni pierdes, pues siempre es parte de ti).

Si Dios no actuara con Cristo de la manera en que lo hace, Dios sería


injusto, se negaría a sí mismo, y no sería Dios. De ahí mismo se
desprende el hecho de por qué Dios es tan celoso con Su Gloria, con
Su Nombre, y con Su Fama. Al punto que ha jurado por su propia vida, al
decir que un día todos los hombres le rendirán adoración a Él,
independientemente de quién sea (Ro 14:11). Eso es justicia, ya que Dios
es el único ser inherentemente digno de recibir toda la atención y
gloria de las criaturas, el no hacerse así sería una injusticia, sería un
pecado, y Dios es el Juez acabado en perfección para permitir eso, Él es la
misma ejemplificación de la justicia, y de ninguna manera permitira que su
Hijo sea pasado por alto."Dios es juez justo... Sal 7:11". Por ello es que el
hombre peca no solo por el hecho de cometer la acción de actuar en
contra de Dios, sino que también peca por cometer la omisión (no
actuar) de no glorificar y adorar a Dios. El hombre que no rinde su
vida a Dios, comete injusticia, pues no le está dando a Dios lo que le
corresponde por derecho intrínseco, lo cual es todo.
Por lo cual, Dios no actúa caprichosamente al poner a Cristo como el
centro de todo, sino que Él simplemente actúa con Justica. Cuando
Cristo dijo: “Amaras al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu
alma y de toda tu mente” no estaba pidiendo algo descabellado, no
estaba ni siquiera pidiendo algo. Él estaba dando un mandato, una
orden, simplemente estaba pidiendo lo mínimo que requiere Dios de
nosotros, lo básico, lo cual es todo nuestro ser desbocado en una
adoración sincera y de corazón hacia Él. Vivir amando a Dios con todas
nuestras fuerzas, toda nuesta alma, y todo nuestro corazón, no es vivir un
cristianismo radical, eso es cristianismo básico.
Amar a Dios con todo tu corazón, toda tu alma y toda tu mente no
te convierte en un súper cristiano, y tampoco te hace alguien especial,
solo estás cumpliendo con tu deber. Por eso Jesús dice: “Así también
vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos
inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos”. (Lc17:10).
Dios no actúa caprichosamente, todo lo que hace lo hace con un motivo
puro, santo y lógico. Cristo es el centro de todo, porque eso es justo, el
merece serIo, pues Él es Dios.
Todas estás cosas se deben de tener muy en cuenta debido al contexto
social en el cual nos ha tocado vivir. Una sociedad que promueve a grito de
jubilo sus derechos, que se contemplen y que sean respetados, hombres,
mujeres, homosexuales, ancianos, y niños por igual, todos buscan que sus
derechos sean respetados y garantizados. No obstante, los derechos de los
hombres inician, donde terminan los de Dios.
"Todos los llamados de mi Nombre; para GLORIA MÍA los he creado, los formé y los hice."

ISAÍAS 43:7

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