Sei sulla pagina 1di 1

35

que les sacaron de Egipto (1 R. 12.25-31). Establece sacer-


dotes que no eran descendientes de Leví, quizás de Aar6n. 24

En su reforma Jeroboam reaviva ciertas tradiciones del éxodo


y herencias cillticas cananeas. Su rebeldía es interpretada
por el deuteronomista como ruptura cdltica (1 R. 13.1ss).
El escándalo no se ve en lo político sino en lo teológico,
pues ya Ahías había consagrado a Jeroboam como rey sobre las

diez tribus y más tarde lo destrona como Samuel lo hizo con


25
Saul ( 1 R. 11.29-31; cf. 14.7-13). Jeroboam instituye la

fiesta en el octavo mes con el propósito expreso de rivalizar


anualmente con la fiesta en Jerusalén (1 R. 12.32,33), pre-
cisamente el mes bul cuando la construcción del templo de
Jerusalén había sido terminada (cf. 1.R. 6.38). No se

puede desconocer la táctica con que Salomón y Jeroboam mani-


pularon la fiesta para sus propósitos políticos. El primero

centralizó el poder político y cúltico de una tribu sobre las


demás desde Jerusalén. El segundo reedificó la anfictionía

para las diez tribus desde Betel, para que el pueblo no fuese
a Jerusalén a las celebraciones ni siguiera a Roboam, como ya
lo habla hecho en la concentración de Siquem ( 1 R. 12.1ss).
R. North expresa que no hubo cisma con el sur y que el motivo
de Jeroboam de realizar la fiesta como en Jerusalén fue pura-
26
mente econ 6mico. Pero, no podemos separar estos motivos de
los políticos ni estos de los religiosos. Esta táctica polí-
tica en torno a la fiesta surtió sus efectos en dos líneas:

24
J. Bright, op. cit., p. 244.
25 Ibid., p. 245.
26
R. North, "Jeroboam's Tragic Social-Justice Epic", en
Homenaje a Juan Prado: Miscelánea de estudios bíblicos y he-
braicos Ed. L. Alvarez y A. Hernández, (Madrid: C.S.I.C.,
1975), p. 210.

Universidad Pontificia de Salamanca

Potrebbero piacerti anche