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RESUMEN
MARCO NORMATIVO
• Código Civil: arts. 284, 324, 326, 333, 983, 984, 2014 y 2030.
• Ley que modifica el Código Civil, el Código Procesal Civil y la Ley Nº 26662 a fin
de reconocer derechos sucesorios entre los miembros de uniones de hecho, Ley
N° 30007 (17/04/2013): art. III TP.
Recibido: 11/08/2016
Aprobado: 15/08/2016
Introducción
El artículo 326 del Código Civil define la unión de hecho de la siguiente manera:
“La unión de hecho, voluntariamente realizada y mantenida por un varón y una mujer,
libres de impedimento matrimonial, para alcanzar finalidades y cumplir deberes
semejantes a los del matrimonio, origina una sociedad de bienes que se sujeta al
régimen de sociedad de gananciales, en cuanto le fuere aplicable, siempre que dicha
unión haya durado por lo menos dos años continuos.
La unión de hecho termina por muerte, ausencia, mutuo acuerdo o decisión unilateral.
En este último caso, el juez puede conceder, a elección del abandonado, una cantidad
de dinero por concepto de indemnización o una pensión de alimentos, además de los
derechos que le correspondan de conformidad con el régimen de sociedad de
gananciales.
Las uniones de hecho que reúnan las condiciones señaladas en el presente artículo
producen, respecto de sus miembros, derechos y deberes sucesorios, similares a los
del matrimonio, por lo que las disposiciones contenidas en los artículos 725, 727, 730,
731, 732, 822, 823, 824 y 825 del Código Civil se aplican al integrante sobreviviente de
la unión de hecho en los términos en que se aplicarían al cónyuge”.
Como se puede advertir de esta norma jurídica solo se permite aplicar normas de
sociedad de gananciales a las uniones de hecho que hayan durado por los menos dos
años continuos. En consecuencia, entendemos que no son de aplicación a unión de
hecho las normas de separación de patrimonios ni la posibilidad de que los
convivientes opten antes ni durante la convivencia por este régimen patrimonial del
matrimonio.
En todo caso existiendo ya una ley (Ley Nº 30007) que regula el reconocimiento
notarial y registral de las uniones de hecho que implica que ambos convivientes
concurran a un notario para registrar la unión de hecho, consideramos que debería
modificarse nuestra legislación con la finalidad de permitir que los convivientes –al
momento del registro notarial o en acto posterior al mismo–puedan optar por el
régimen de separación de patrimonios. De esta manera habría una equivalencia en
esta clase de derechos entre el matrimonio y la unión de hecho.
Consideramos, además, que esta Ley (Nº 30007) solo es aplicable a las uniones de
hecho reconocidas a partir de su vigencia. Esta Ley fue promulgada el 17 de abril de
2013 y tiene vigencia a partir de su publicación, tal como lo establece el artículo 109 de
la Constitución Política del Perú. Asimismo, el artículo III del Título Preliminar del
Código Civil señala que:
“Artículo 103.-
Pueden expedirse leyes especiales porque así lo exige la naturaleza de las cosas,
pero no por razón de las diferencias de las personas. La ley, desde su entrada en
vigencia, se aplica a las consecuencias de las relaciones y situaciones jurídicas
existentes y no tiene fuerza ni efectos retroactivos; salvo, en ambos supuestos, en
materia penal cuando favorece al reo. La ley se deroga solo por otra ley. También
queda sin efecto por sentencia que declara su inconstitucionalidad.
“El tercero que de buena fe adquiere a título oneroso algún derecho de persona que
en el registro aparece con facultades para otorgarlo, mantiene su adquisición una vez
inscrito su derecho, aunque después se anule, rescinda, cancele o resuelva el del
otorgante por virtud de causas que no consten en los asientos registrales y los títulos
archivados que lo sustentan.
Debemos tener en cuenta que hay varias clases de abandono: el abandono físico, el
abandono moral y el abandono económico. Por ello consideramos que cualquiera de
estos tipos de abandono debe ser pasible de protección para el conviviente que lo ha
sufrido debiendo modificarse la norma en el sentido de permitir la asignación de una
pensión de alimentos a aquel conviviente que tenga estado de necesidad y sufra de
abandono económico sin necesidad de acreditar el abandono físico.
Para la institución del matrimonio según el artículo 284 del Código Civil se protege al
cónyuge que actuando de buena fe contrae matrimonio con una persona casada y le
otorga a este los mismos efectos que un matrimonio válido disuelto por divorcio. ¿Por
qué no tener una norma similar en nuestro cuerpo legal para el caso de los
convivientes que han sufrido de un engaño frustrando su proyecto de vida por otra
persona que estando casada les impide acceder a los derechos propios de una
convivencia válida? consideramos que se debe incluir en nuestra legislación una
norma que le permita al cónyuge perjudicado que actuó de buena fe acceder a los
mismos derechos que los convivientes propios pues el derecho en todos los casos
ampara y protege la buena fe.
Por otro lado, no hay nada legislado respecto a la pérdida de gananciales atribuible al
conviviente que hace abandono del hogar convivencial o genera un rompimiento del
mismo.
Si bien es cierto es una forma de dar por concluida la unión de hecho, es menester
establecer una sanción pecuniaria para aquel que abandona el hogar por su culpa tal
como se establece para el caso del matrimonio en el artículo 324 del Código Civil que
dispone: “En caso de separación de hecho, el cónyuge culpable pierde el derecho a
gananciales proporcionalmente a la duración de la separación”.
Conclusiones
Finalmente, encontramos que la norma vigente no se ocupa del siguiente tema: como
hemos señalado precedentemente existen dos formas para reconocer la unión de
hecho, la primera es la judicial en la que una persona acude al órgano jurisdiccional a
fin de que se declare la unión de hecho habida con otra persona, la otra forma es la
notarial en la cual ambos convivientes acuden a registrar su unión de hecho ante un
notario, en ambos casos este reconocimiento se inscribe en el registro personal de los
registros públicos (inciso 10 del artículo 2030 del Código Civil).
Ahora bien ¿qué sucede en aquellos casos en los que se pone fin a la unión de
hecho? La ley no establece la forma de poner fin a esta inscripción registral. ¿Qué
pasaría si un conviviente abandona al otro y el abandonado quiere adquirir
determinados bienes o emprender un negocio? Evidentemente estaría limitado por la
inscripción registral de una unión de hecho que en la práctica ha dejado de existir.
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