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Resumen: Controles y experimentos en el trabajo de campo.

Por motivos de practicidad, les recomiendo que ustedes lean la introducción (hasta el
primer subcapítulo); pero, en general, habla sobre los diferentes puntos de vista en
cuanto a la necesidad de controles y experimentos, de cómo estos se relacionan también
con los dos enfoques que se buscan de la antropología, que ya hemos visto antes:
ciencia natural o humanidades. Nos da también su punto de vista sobre estos puntos de
vista, y habla sobre el incremento de los métodos cuantitativos, y de su relación con el
tema de la lectura. Resumiré de manera sencilla, anotando cuando el autor sugiere
ejemplos como base a sus argumentos.
Lo marcado en rojo serán las páginas en donde se encuentren los ejemplos.
Inicia explicando a qué se referirá cuando hable de “controles” (ecuaciones personales,
del trabajo de campo hecho n grupo, y de las técnicas de campo, grabaciones, fotografías,
etc.) y de “experimentos” (proyectos de investigación, los problemas de investigación y
los reestudios).
Subcapítulo: Controles.
Aquí define el término «control» como “cualquier técnica que permita la disminución de
las probabilidades de error en la observación, recolección e interpretación de los datos
de campo.”. Menciona que los diferentes métodos pueden ofrecer diferentes grados de
control.
Subsubcapítulo: La ecuación personal.
Dado que la mayoría de las investigaciones están hechas por un solo individuo, este
necesariamente impregna a todo el proceso de sus propias concepciones, disminuyendo
la capacidad objetiva de su trabajo. (Ver cita pp. 104, Nadel).
Para lo que, Lewis, resalta algunos “primeros pasos” para desarrollar algún tipo de
control en la ecuación personal. El primero sería concientizando a los estudiantes sobre
la historia de la disciplina, el método científico, y dándoles un amplio conocimiento sobre
las diferencias culturales que existen, así como de los errores que se han cometido
anteriormente.
Citando a Lombard, habla que para alcanzar ese nivel de objetividad, uno como
investigador necesita conocerse bien, así como a sus prejuicios, sus sistemas de valor,
sus debilidades y fortalezas.
En Nadel encuentra “cómo solucionar el problema del factor subjetivo” (ver cita pp.104-
105).
Subsubcapítulo: Expediciones de campo en grupo.
Las cataloga como “una medida adicional de control en el trabajo de campo”.
Habla de tres tipos de expediciones principalmente: las de marido y esposa, las de
maestro-discípulo y las de enfoque multidisciplinar.
La primera, menciona, asegura “contra el peligro de obtener sólo un punto de vista
masculino sobre la cultura.”. Así como las ventajas de obtener puntos de vista distintos
como una contribución a la metodología. Pero que su utilidad recae en las diferencias de
personalidad, etc.
La segunda, dice, supondría “un sistema de comprobaciones y equilibrios entre puntos
de vista”, pero que su elemento de control se daría a partir de qué tan consciente estuvo
organizada la investigación (da de ejemplo las investigaciones estadounidenses en
México, pero que por ser gringas, redujeron el elemento de control).
La tercera, la multidisciplinar, sugiere otro elemento de control al unir especialistas de
distintas áreas, los cuales ofrecerían “un punto de vista nuevo, una tradición diferente, y
técnicas diferentes” (Ver ejemplos pp. 106-107, Bureau of Agricultural Economics y
Fosters). Concluye que una evaluación al grado de control de estas investigaciones
multidisciplinares está más allá del alcance del artículo, pero si destaca algunas de las
críticas que reciben (Ver último párrafo pp.107).
Subsubcapítulo: Las técnicas de campo y el problema del control.
Inicia enlistando los “famosos procedimientos del trabajo de campo antropológico”, que
son: observación, participación, uso de informadores, obtención de censos, proyección,
registros de genealogías, estudios de casos, autobiografías, etc.; y que todos ofrecen
ciertos grados de control en las observaciones. Sin embargo, resalta que hay una
aparente “escasez de innovación en las técnicas de investigación”.
Es por eso que menciona las más importantes: mayor atención al muestreo, mayor uso
de inventarios y cuestionarios, uso de más informadores, la especialización en la
investigación, uso intensivo de fotografías, grabación de entrevista, y estudios sobre
familias.
A continuación, centrándose en la cuantificación y en observaciones objetivas, da una
lista de los trabajos de campo en donde se utilizan más o casi nada.
 Estudios de economía, mayor cantidad de cuantificación en el trabajo de campo,
principalmente pautas de trabajo. Ver ejemplo pp. 108-109.
 Estudios de organización social, poco frecuentes. Ejemplo de Kluckholn, pp. 109,
segundo párrafo.
 Estudios sobre cultura y personalidad, han fomentado el uso de tests psicológicos
como forma de control, pero que los psicólogos han empezado a dudar de su validez.
Por lo que sugiere tener precaución ante los estudios antropológicos que los utilizan.
 Ciclos de vida. Lewis dice que las monografías etnográficas son flojas en este tema,
“en cuanto a observaciones sistemáticas o controladas”. No obstante han habido
excepciones, pero que suelen ser sobre una fase, y no de la totalidad. Ejemplo de
Kluckholn, pp.110, segundo párrafo.
 Descripciones de relaciones interpersonales. Poco desarrollo del enfoque
cuantificativo, debido a que no existen variables significativas, ni formas de medición.
Regresando a las nuevas innovaciones en las técnicas, habla de la fotografía y de la
grabación de entrevistas. Dice para la primera que permite “registrar y describir
objetivamente los datos de campo”, pero que los antropólogos “las usan de manera
anticuada”, solo como medio ilustrativo. (Ejemplo de un buen estudio centrado en la
fotografía, pp. 110, cuarto párrafo).
Para las grabaciones, dice que “es difícil generalizar sobre el efecto del magnetofón en
la situación de la entrevista”. Argumenta que las reacciones de tanto el entrevistado como
el entrevistador varían demasiado. (Ver segundo párrafo, pp. 111). Pero que presenta
varias ventajas, la más importante, es “la documentación precisa y de palabra por
palabra”, y la de ser una herramienta en la preparación de los estudiantes. Las
desventajas que ve son la ardua tarea de transcripción y las dificultades mecánicas.
Subcapítulo: Controles y experimentos en el diseño de una investigación y
problemas de investigación.
En este subcapítulo, Lewis se centra en el método comparativo de la antropología como
el que más se acerca al experimento. Dice: “estudiamos las variaciones a medida que se
producen, comparándolas y correlacionándolas.”(pp. 112)
Luego, separa sus aplicaciones en cuanto que “podemos comparar instituciones o modos
de comportamiento” de la siguiente manera: 1) una sola comunidad en un tiempo
determinado; 2) diferentes comunidades de una sola cultura en un tiempo determinado;
3) dentro de una solo comunidad o cultura en tiempos diferentes; 4) diferentes culturas;
y 5) comparar culturas enteras.
Después, menciona que la mayor parte de los trabajos se centra en una sola comunidad,
y que los proyectos de investigación basados en comparar culturas diferentes son
poquísimos. También, agrega que el grado de control de las monografías etnográficas
va de la mano “del tamaño de la comunidad”. Siendo las de menor tamaño las que suelen
ser más precisas.
Continua diciendo que “gran parte de las investigaciones hechas dentro de una sola
comunidad… utilizan en gran medida el método comparativo cuando los investigadores
estudian las interrelaciones entre los aspectos diferentes de la cultura o cuando
investigan problemas o hipótesis.” (pp. 113). Da de ejemplo los estudios sobre el
liderazgo político o religioso. Y que los estudios de campo considerados experimentales
de una sola comunidad deben ser muy pocos (Da tres ejemplos, pp. 113-114, párrafo 3).
Habla de que también son muy pocas las biografías múltiples y completas de una
comunidad vistas desde un proyecto de investigación comparada. Y menciona que los
“estudios intensivos de familias” muestran “el uso del método comparativo en las
investigaciones de campo” (Ejemplo, pp. 114, Roberts, tercer párrafo).
“Hay numerosos diseños de investigación que incluyen más de una sola comunidad o
cultura y que emplean un método en cierto modo experimental o centrado en un
problema”, da de ejemplo una investigación para comparar los efectos de las diferentes
administraciones entre dos pueblos indios blackfoot separados entre EUA y Canadá (pp.
114-115, último párrafo).
Menciona también que el uso de la historia como control en los diseños de investigación
ha dado buenos resultados. (Ejemplo de estudios afroamericanos de Herskovits, pp. 115-
116, último párrafo).
Y termina el subcapítulo diciendo que “aún es prematuro predecir el futuro de estos
métodos más modernos”.
Subsubcapítulo: Reestudios.
Este último subcapítulo habla de la necesidad que ve el autor para los reestudios, así
como los tipos de estos, y algunos ejemplos ya existentes.
Al principio, menciona que la reacción hacia los datos antropológicos “ha ido desde una
credulidad extrema hasta una actitud de sospecha paranoica”, donde vuelven a surgir
los defensores de los dos enfoque de la antropología. Los humanistas, “tienden a ser
escépticos sobre el valor metodológico de los reestudios”. Argumentan que el ser
humano se puede equivocar, y que podemos darnos cuenta si algo está mal al
compararlo. Y “los que profesan mayor fe en los métodos objetivos”, tenderán a defender
los reestudios, argumentando que es importante aprender de nuestros errores y de que
se necesitan pruebas empíricas basadas en hechos.
Incluye Lewis que podríamos obtener una teoría de la observación a partir de los
reestudios, pudiendo valorar cual es el factor que desempeñan en la ecuación personal,
las personalidades y las variables culturales o ideológicas.
Para esto, Lewis distingue cuatro tipos de reestudios:
1. Con el propósito de reevaluar un trabajo anterior
2. El mismo investigador u otro regresa a una comunidad para estudiar un cambio
cultural
3. Se regresa a estudiar un aspecto no estudiado antes
4. Desde una nueva perspectiva, se estudia más intensamente una comunidad.
Agrega, “todos los reestudios añaden algo.”.
Sin embargo, confiesa que no es una tarea fácil, ya que las comunidades cambian, y no
es posible determinar hasta qué punto son en realidad cambios en la cultura. Y que
muchos cosas dependerán de los datos cuantitativos, de qué también están organizados
y de cuántos hay.
Lewis destaca que el no conoce ningún reestudio del primer tipo, pero considera un
ejemplo lo más cercano posible que, sin embargo, el plan original no era este. (Ver
ejemplo, pp. 119).
También habla de que los reestudios permiten construir sobre las líneas de base que los
estudios anteriores fueron marcando, facilitando el trabajo antropológico. Y que los
reestudios hechos por los mismos investigadores, pueden ayudar a los controles.
(Ejemplos, pp.120, tercer párrafo).
Dice que la mayor parte de los reestudios son del tercer y el cuarto tipo, pero que
sorprende que no se evalúan los trabajos anteriores, y que no explican el porqué de las
diferencias de los resultados.
A continuación, Lewis destaca tres reestudios que se han sido críticos con los datos
anteriores, y es con estos con los que concluye su artículo. Recomiendo los lean.

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