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ESTUDIOS
La protección de los refugiados
por causa de la guerra
y la respuesta de la Unión Europea
Cristina Gortázar rotaeChe 391
El ejercicio de la memoria
y los caminos de la reconciliación
Gonzalo Gamio 433
LA FAMILIA
De considerar categorías abstractas
a escuchar a personas concretas.
El acceso a los sacramentos de los
católicos divorciados vueltos a casar
Pablo Guerrero, Sj 451
LOS LIBROS
Recensiones 469
SalTerrae
Revista de Teología pastoral
de la Compañía de Jesús en España
Fundada en 1912
Año 105
Número 1.222
MAYO 2017
DIRECTOR:
José Ramón Busto Saiz, sj
Maldonado, 1 / E-28006 Madrid
Tfno.: + 34 915 759 848
E-mail: jrbusto@salterrae.es / revistasalterrae@salterrae.es
CONSEJO DE REDACCIÓN:
Antonio Allende (Editorial Sal Terrae)
Ana Berástegui Pedro-Viejo (Universidad Pontificia Comillas)
Junkal Guevara (Facultad de Teología de Granada)
Diego Molina (Facultad de Teología de Granada)
José Mª Rodríguez Olaizola (Editorial Sal Terrae)
Pedro Rodríguez Panizo (Universidad Pontificia Comillas)
Abel Toraño Fernández (Pastoral Universitaria - Salamanca)
Javier de la Torre (Universidad Pontificia Comillas)
COLABORADORES HABITUALES:
Dolores Aleixandre - Patxi Álvarez de los Mozos
Lola Arrieta - Adela Cortina - Cipriano Díaz Marcos
José Mª Fernández Martos - Jesús García Herrero
Joaquín García Roca - José Antonio García Rodríguez
Pedro José Gómez - José I. González Faus
Luis González-Carvajal - Juan Antonio Guerrero
Pablo Guerrero - Daniel Izuzquiza - Mariola López
Luis López-Yarto - Juan Manuel Martín Moreno
Xavier Melloni - Fernando Millán
Jon Sobrino - Gabino Uríbarri
389
PRESENTACIÓN
La revista sal terrae dedicó el número de febrero de este año a los ne-
gocios de la guerra. este número de mayo, que hemos querido dedicar a
las víctimas de la guerra, viene, pues, a completar la perspectiva de aquel
mirando la guerra no desde las causas egoístas que contribuyen a produ-
cirla, sino desde la perspectiva de las víctimas que la sufren. Con la in-
tención de poner de relieve la imprescindible justicia a que las víctimas
tienen derecho y las condiciones ineludibles para hacer posible la supe-
ración del trauma vivido y, con ella, la reconciliación y el perdón.
el primer artículo, salido de la pluma de Cristina Gortázar rotaeche, es-
tudia si la protección internacional aplicable a los refugiados por causa
de la guerra es suficiente y eficaz en el derecho vigente. Se fija especial-
mente en el modo en que la unión europea y sus estados miembros
afrontaron la denominada «crisis de los refugiados» de 2015.
sonia Herrera sánchez se aproxima en su trabajo a la violencia sexual
contra las mujeres utilizada como arma de guerra en los conflictos ar-
mados contemporáneos, haciendo hincapié en las causas estructurales
que perpetúan la desigualdad de género y el control sobre el cuerpo de
las mujeres y cómo se exacerban en contextos de alta violencia.
el daño a las víctimas causado por la violencia en las guerras y en otros
conflictos no cesa cuando la violencia se apaga, sino que sus víctimas lo
continúan viviendo y sufriendo a lo largo de la vida e incluso a lo largo
de generaciones. Verónica Nehama Masri nos habla de las violencias so-
portadas por su familia y cómo los traumas provocados se transmiten de
una generación a otra, hasta que, en algunos casos, las víctimas son ca-
paces de hacerlos aflorar y cómo la memoria expresada y contada puede
ayudar a su superación.
Finalmente, Gonzalo Gamio Gehri nos habla del nexo que se da entre el
esclarecimiento de la memoria y el proceso de reconciliación en socieda-
des que han afrontado conflictos armados o interrupciones autoritarias
y traumáticas del orden democrático. ese trabajo de rememoración es
una tarea pública, cuyo ejercicio es condición necesaria para la acción de
la justicia y el consiguiente esfuerzo posterior de reconciliación.
Dentro de la serie dedicada a la familia, este mes Pablo Guerrero aborda
la cuestión del acceso a los sacramentos de los católicos divorciados vuel-
tos a casar, a la luz de la amoris laetitia, que propone un camino perso-
nalizado de discernimiento, conversión y acercamiento al evangelio.
ESTUDIOS
Resumen
el presente artículo –además de repasar y repensar algunos conceptos– pretende
estudiar si la protección internacional aplicable a los refugiados por causa de la
guerra es suficiente y eficaz en el Derecho vigente. Por otra parte, aspira a revi-
sar los errores cometidos por la Ue y sus estados miembros en el afrontamiento
de la denominada Crisis de los refugiados de 2015. Por fin, intenta presentar
algunas propuestas que podrían (re)orientar el actual proceso de reforma legis-
lativa del sistema europeo Común de asilo (seCa), en la idea de que la Ue
no restrinja la protección a los refugiados por causa de la guerra o la violencia
generalizada.
PaLabraS CLaVe: refugiados contemporáneos, Convención de Ginebra,
DiDh (Derecho internacional de los Derechos humanos), protección re-
gional, SeCa.
Abstract
this article –besides reviewing and rethinking some concepts– aims to analyze
whether the international protection applicable to refugees on account of war is
sufficient and effective in existing law. Furthermore, it aims to look back over
the mistakes made by the eU and its Member states when tackling the so-called
refugee crisis of 2015. lastly, it attempts to put forward proposals that could
(re-)direct the current legislative reform process of the Common european
asylum system (Ceas) towards the idea that the eU should not restrict protec-
tion of refugees on account of war or widespread violence.
Key WorDS: contemporary refugees, Geneva Convention, ihrL (interna-
tional human rights Law), regional protection, CeaS.
–––––––––––––––
1. Introducción
2. Refugiados convencionales
versus refugiados y desplazados contemporáneos
4. Inter alia, Pontifical Council for justice and Peace and Cor unum, refugees: a
Challenge to solidarity, 1992.
5. Lo cual se compadece mal con que el hecho de que el asilo es una categoría ju-
rídica que todo estado podría utilizar para proteger más allá de la categoría de
refugiado ginebrino.
6. Non-refoulement es una regla de Derecho internacional general (fuertemente
consagrada también en el ámbito regional europeo) que contiene la prohibi-
ción absoluta de devolver, expulsar o poner a un extranjero por cualquier me-
dio al albur de la jurisdicción del estado que le persigue o en el que su vida,
integridad o derechos humanos fundamentales corren un grave riesgo.
7. Por citar solo los más útiles a tales efectos: «Pacto internacional de Derechos
Civiles y Políticos», 16 de diciembre de 1966, res. a.G. 2200 a (XXi), n.u.,
21 Ses.; Doc. u.n. a/6316 (1966), 999 S.t.n.u. 171; y «Convención contra
la tortura y otros tratos o Penas Crueles, inhumanos o Degradantes», de 10
de diciembre de 1984, res. a.G. 39/46, n.u., 39 Ses., Doc. n.u. a/39/51
(1985), 1465 S.t.n.u. 85.
8. en europa, el instrumento más destacable es, sin duda, el Convenio europeo
de Derechos humanos para la protección de los derechos humanos y de las liber-
tades fundamentales (CeDh), de 4 de noviembre de 1950, 213 S.t.n.u. 221.
viembre de 2016). en los últimos meses, las cifras han mejorado: el 28 de fe-
brero de 2017 las reubicaciones alcanzan a 13.546 personas; no obstante, esta
cifra representa sólo el 14% del compromiso total. Com (2017) 202, Final re-
port from the commission to the european Parliament, the european Council and
the Council tenth report on relocation and resettlement, brussels, 2 march 2017.
19. Com (2016) 120 final Comunicación de la Comisión al Parlamento europeo, al
Consejo europeo y al Consejo «restablecer schengen», bruselas, 4 de marzo de 2016.
20. el tribunal de la ue se ha declarado recientemente «carente de competencia
para resolver los recursos de tres solicitantes de asilo contra la Declaración ue-
turquía», por considerar que «ni el Consejo europeo ni ninguna otra institu-
ción de la unión han adoptado la decisión de celebrar un acuerdo con el Go-
bierno turco [...] Dicho acuerdo habría sido alcanzado por los jefes de estado o
de Gobierno de los estados miembros de la unión y el Primer ministro turco»:
tribunal General de la ue, autos del tribunal General en los asuntos t-192/16,
t-193/16 y t-257/16 nF, nG y nm / Consejo europeo, Luxemburgo, 28 de
febrero de 2017.
21. Com (2016) 270 final 2016/0133 (CoD) Proposal for a regulation of the eu-
ropean Parliament and of the Council establishing the criteria and mechanisms for
determining the Member state responsible for examining an application for inter-
national protection lodged in one of the Member states by a third-country natio-
nal or a stateless person (recast), brussels, 4 may 2016.
22. Véase: m. WaGner – P. baumGartner – a. DimitriaDi – r. o’DonneLL –
a. KraLer – j. PerumaDan – j. SChLotzhauer – i. SimiC – D. yabaSun,
«the implementation of the Common european asylum System»: eP Policy
Department C, Pe 556.953, 2016.
23. e. GuiLD, «Does the eu need a european migration and Protection
agency?»: International journal of refugee law 28/4 (2016): 585-600.
24. e. GuiLD – S. Carrera, «rethinking asylum distribution in the eu: Shall we
start with the facts?» CePs Commentary, 17 june 2016.
25. Para información actualizada sobre la reforma del SeCa y sus diferentes pro-
puestas, véase: addressing migration in the european Union ePrs | european
Parliamentary research service Members’ research service February 2017; en lí-
nea: http://www.europarl.europa.eu/ePrS/migration_Compendium_2017.
pdf (Consulta 5 de marzo de 2017)
7. Conclusiones
29. Communication from the Commission to the european Parliament and the Coun-
cil on a more effective return policy in the european Union. a renewed action
Plan. Com (2017) 200 final, brussels, 2 march, 2017.
30. Conclusions de l‘avocat Général, M. Paolo Mengozzi, présentées le 7 février 2017
(1) affaire C-638/16 (PPu) X, X contre État belge; en línea:
http://curia.europa.eu/juris/document/document.jsf?text=&docid=187561&
pageindex=0&doclang=Fr&mode=lst&dir=&occ=first&part=1&cid=6643
02 (Consulta el 5 de marzo de 2017)
Resumen
el presente artículo pretende aproximarse al fenómeno de la violencia sexual
contra las mujeres, utilizada como arma de guerra en los conflictos armados con-
temporáneos, desde una mirada retrospectiva y haciendo hincapié en las causas
estructurales que perpetúan la desigualdad de género y el control sobre el cuerpo
de las mujeres y que se exacerban en contextos de alta violencia. asimismo, se
aborda la necesidad imperiosa de una nueva narrativa sobre este fenómeno po-
limórfico que abarque toda su complejidad y promueva un discurso constructi-
vo que emane de las propias experiencias de resiliencia de las supervivientes.
PaLabraS CLaVe: violencia sexual, guerra, género, mujeres, conflictos.
point of view and emphasizing the structural causes that perpetuate gender in-
equality and control over women’s bodies, which is exacerbated in highly violent
contexts. In addition, this article addresses the imperative need for a new nar-
rative regarding this polymorphic phenomenon that takes on its full complexity
and promotes constructive discourse deriving from survivors’ own experiences of
resilience.
–––––––––––––––
Introducción
Un fenómeno proteico
29. http://www.feminicidio.net/articulo/guatemala-condena-hist%C3%b3rica-
violencia-sexual-y-asesinato-mujeres-mayas
30. y. aGuiLar, «La violencia sexual durante el conflicto armado interno en Gua-
temala y la necesidad de recordar para construir memoria colectiva desde las
mujeres»: encuentro de salud Mental en Guatemala 2005 y Ponencia elaborada
para el Congreso de lasa (2006): 1-24, p. 5.
36. http://www.reforma.com/aplicacioneslibre/preacceso/articulo/default.aspx?
id=87588&urlredirect=http://www.reforma.com/aplicaciones/editoriales/edi
torial.aspx?id=87588
37. y. aGuiLar, op. cit., p. 16.
38. Ibid., p. 13.
39. K. thomaS, «Violencia sexual: arma de guerra»: revista Migraciones Forzadas
27 (2007), p. 16.
Un horizonte lejano
49. m. Gómez y Patiño, Paz: femenino, singular. ¿Una beatería feminista o una
aportación femenina?, Servicio de Publicaciones de la universidad de Córdoba,
Córdoba 2005, p. 41.
50. r. L. SeGato, op. cit.
51. Se recomienda consultar el siguiente documento: m. meSa (coord.), Balance de
una década de paz y conflictos: tensiones y retos en el sistema internacional. anua-
rio 2010-2011, icaria, barcelona 2010.
dejarme llevar por esa ira de sentirlas tan próximas? ¿Cómo puedo
tratar de que aprenda a vivir –como lo he hecho yo, como todas he-
mos hecho– en un cuerpo violable, sin sentir que es un despropósi-
to? ¿Cómo podemos ser mujeres libres de realizar nuestros deseos
–cómo enseñar a serlo– conociendo la posibilidad de la violación y
la muerte físicas, y no solo simbólicas?»52.
resulta ineludible intensificar los esfuerzos en cuanto a la rendición de
cuentas, el registro de la memoria histórica de víctimas y supervivientes,
los programas restaurativos y las garantías de no repetición, porque «la
violación en tiempos de guerra no es inevitable»53; pero el cambio sus-
tancial pasa por la educación en igualdad entre mujeres y hombres, por
una pedagogía del consentimiento y una deconstrucción de las relacio-
nes de poder asimétricas que sustentan la dominación masculina y la dis-
criminación de lo femenino. Solo así lograremos atisbar siquiera la posi-
bilidad de desterrar ese «despropósito» del que hablaba Grau. Solo así las
mujeres dejaremos de vivir en «cuerpos violables», en cuerpos perma-
nentemente en guerra sin trinchera.
TRANSMISIÓN TRANSGENERACIONAL
DEL TRAUMA
Verónica Nehama Masri*
Resumen
la mente tiende a rehuir lo doloroso para arrinconarlo en el subconsciente, pero
la memoria individual, heredera tenaz de la memoria colectiva, que finge olvi-
dar para recuperar la paz social, impide enterrar las tragedias, que acaban por
aflorar. la mayoría de los supervivientes del Holocausto, que los judíos llama-
mos Shoá, tardaron 40 años en contar su martirio, y el resto nunca habló para
preservar a sus hijos del dolor que les roía las entrañas. a pesar de no haber po-
dido hacer la catarsis de su duelo, mis padres nos enseñaron a confiar en el fu-
turo y en nuestros semejantes.
PaLabraS CLaVe: holocausto, trauma, justicia, memoria.
yo fui uno de esos mizrahim, pero nadie se molestó en conocer nuestra his-
toria. ningún estado, salvo israel, se ofreció a acogernos; ningún gobierno
envió dinero para ayudarnos; y, por supuesto, el mundo no emitió conde-
nas hacia los países que convirtieron en apátridas a los hebreos, que vivían
pacíficamente entre sus compatriotas musulmanes y cristianos.
Dos acontecimientos relacionados con mi condición de judía, uno vivi-
do y el otro contado, marcaron mi trayectoria vital. yo no era conscien-
te de la identidad que latía en mi interior y que me obligaron a asumir.
De manera irracional, siempre temí el rechazo y me esforzaba por ser
aceptada, mostrando actitudes conciliadoras e incluso complacientes.
tenía la impresión de ser el elemento discordante, porque mi nombre y
mi lugar de nacimiento resultaban exóticos en el medio universitario de
la españa de los años sesenta y suscitaban una curiosidad morbosa que
se diluía una vez exprimida la naranja informativa. Sin saberlo, intenta-
ba exorcizar el dolor que me hirió con apenas diez años, cuando mi fa-
milia fue expulsada de nuestra patria. el segundo suceso me golpeó el día
en que cumplía 61 años. Descubrí que soy una superviviente indirecta
del holocausto y supe que nada en mi vida había ocurrido por casuali-
dad. agradecí el silencio protector de mis padres, pero comprendí que
olvidar a las víctimas significa asesinarlas por segunda vez. mi deber era
Los judíos vivían bien en sus tierras de acogida, donde eran un motor
cultural y económico; pero al estancarse el crecimiento, surgieron nacio-
nalismos y odios raciales que alcanzaron incluso a quienes vivían al mar-
gen de sus comunidades creyéndose integrados. Descubrieron que basta
ser percibido como judío para serlo, que la judeidad se pega al alma, y
que es mejor asumirse que exponerse a la vergüenza del rechazo y el do-
lor del escarnio.
egipto era un crisol de nacionalidades, razas y religiones donde los ex-
tranjeros gozaban de un estatus especial e injustas prebendas que lleva-
ron al derrocamiento de la monarquía. La arrogante aristocracia de la
cultura y el dinero –un esquema típico de las sociedades coloniales– era
un polvorín que debía estallar.
La guerra de Suez, perdida en 1956, lleva la rabia de nasser al paroxis-
mo y pone fin a la entente secular. Los «extranjeros» son deportados, y
los judíos violentamente expulsados. Poco importa que hablen árabe,
vistan la galabeyah y adoren a su patria. Son escoria, y deben marcharse.
La incautación de sus capitales ayudará a cerrar las heridas, pues las ri-
quezas generadas en egipto pertenecen a los egipcios. Funcionarios co-
rruptos y violentos apalean, saquean y obligan a los desgraciados a salir
del país. ¿hacia dónde? ¿Con qué dinero? a nadie le importa. el precio
del pasaje, evidentemente, no figura entre las prebendas.
Los mizrahim fuimos arrojados a la nada, con una maleta de ropa usada
como único bagaje. muchos fueron conducidos de la cárcel al barco, es-
posados, heridos, piojosos y enfermos. un hermano de mi madre se negó
a exiliarse, creyendo que su pasaporte egipcio aseguraba el respeto de sus
derechos: había nacido en alejandría, se ponía tarbush, el fez egipcio, y
¡se apellidaba masri, que significa «el egipcio»! Lo encerraron en el cam-
po de tura, de donde lo rescató la Cruz roja cinco años después, mo-
Las onGs que funcionan son las de misioneros y religiosos que se ocu-
pan tanto de necesidades materiales como educativas y espirituales.
el diminuto estado de israel fue la salvación de 650.000 inmigrantes,
que ayudaron a construir una sociedad próspera y pujante. es una lec-
ción valiosa que debemos recordar, porque todos fuimos extranjeros al-
guna vez. Los «préstamos de honor» fueron devueltos con creces, porque
se preservó la dignidad de los desgraciados al no convertirlos en mendi-
gos. una década más tarde, con mejor o peor fortuna, todos estábamos
instalados, y no se nos ocurrió exigir derecho de retorno o indemniza-
ciones. no tuvimos la ocurrencia de quejarnos, cerramos la herida... y
caímos en el olvido.
hoy, con 85 millones de habitantes, egipto es el país con mayor pobla-
ción musulmana, donde los cristianos coptos están obligados a conver-
tirse o son asesinados. el antisemitismo nunca viaja solo. Los judíos son
el canario de la mina, pues detectan la bolsa de grisú; pero cuando ago-
tan el manantial de hebreos, los xenófobos atacan a otros grupos, porque
el fanatismo resucita los peores fantasmas de la intolerancia. el mal se ex-
tiende con mayor eficacia por la inacción de los indiferentes que por la
acción de los verdugos, y la frase del pastor niemoller está de actualidad:
«no hice nada cuando vi perseguir a los negros, porque yo no era negro,
ni a los comunistas, ni a los curas, ni a los homosexuales, ni a los judí-
os... hoy, que me toca a mí, no queda nadie para defenderme». La pri-
mera lección que debemos enseñar a nuestros hijos es la empatía, que ge-
nera misericordia y fomenta la justicia.
el segundo punto de inflexión en mi vida fue descubrir que era una su-
perviviente indirecta de la Shoá y que existo porque el azar o la suerte im-
pidieron que mi padre fuera víctima del horror que aniquiló a 47 miem-
bros de su familia. Salónica, su ciudad natal, tuvo la desgracia de caer en
manos de los nazis, quienes asesinaron al 98% de los 60.000 judíos.
mi abuela paterna hablaba ladino y lloraba a menudo por su madre y sus
hermanicos muertos. Pero en mi alejandría natal nadie nos habló de las
víctimas envueltas en un sudario de olvido voluntario que parecía defi-
nitivo. mis hermanos y yo vivimos en la inopia hasta cinco años después
Séneca afirma que los grandes dolores son mudos. acostumbrados a ser
chivos expiatorios, los supervivientes decidieron callar y tardaron cua-
renta años en hablar de su martirio, porque era demasiado doloroso re-
cordar en un mundo que deseaba olvidar. Los testigos e historiadores ar-
gumentaban la simple y llana obediencia para justificar atroces crímenes
de lesa humanidad y sostenían que la gente ignoraba la hecatombe que
se desarrollaba bajo sus ventanas. Como si fuera posible no ver a los des-
graciados que recorrían los caminos, dejando a su paso una estela de ca-
dáveres sin sepultura, último ultraje a los israelitas, cuya ley exige ser en-
terrados en una fosa individual. nadie oía los lamentos; nadie olía el
hedor del humo ni se preocupaba por conocer el origen de las cenizas
que tapizaban un suelo que no merecía ser fertilizado por ellas. Cuando
se rasgó el velo, descubrimos que, para extenderse, el mal necesita, ade-
más de la acción de los perpetradores, la connivencia pasiva de los ob-
servadores. Para nuestros padres era demasiado tarde, y ni siquiera nos
dejaron mostrar nuestro agradecimiento por su generoso silencio. ator-
mentados por el irracional sentimiento de culpa por seguir vivos, nos li-
braron del rencor justificado que los corroía, pero nos regalaron la posibi-
lidad de confiar en el género humano, de trascender la desgracia y de amar
nuevas tierras y personas, aun sabiendo que podían volver a traicionarnos.
mi padre escogió emigrar a Venezuela, donde fuimos muy felices duran-
te nueve años, hasta que decidió cerrar el ciclo de su diáspora personal,
«regresando» a la desconocida españa, la tierra de sus antepasados, don-
de recuperó unas raíces que, lejos de estar secas, produjeron una hermo-
sa cosecha.
Se dice que conocer la historia impide repetirla. tristemente, ya no lo
creo. Los constantes genocidios y los fanatismos asesinos muestran que
la historia es una espiral que vuelve al mismo punto de odio, en la mis-
ma abscisa, añadiendo apenas una cota a la ordenada. nuestra obligación
es al menos denunciar las infamias para no exonerar a los verdugos, res-
catando y transmitiendo el sufrimiento de quienes nos ofrecieron una
infancia llena de amor y de esperanza. así mismo, debemos aprender de
los valientes que, a pesar de su propio desamparo, ayudaron a sus her-
manos a soportar el suplicio. ocuparse de los demás impide lamentarse
de manera estéril. es imprescindible también destacar las luces que sur-
gieron en ese «piélago de horror», como lo denomina imre Kertesz. al-
gunos juStoS anónimos, y otros como raúl Wallenberg o el español án-
gel Sanz briz, salvaron a miles de desgraciados, arriesgando su propia
existencia. De cada situación se pueden extraer lecciones vitales que de-
bemos ofrecer a quienes tenemos la obligación de formar.
el tiempo es un bálsamo que cura las heridas, si bien las cicatrices per-
manecen. La virulencia de los sentimientos disminuye, pero el dolor no
pierde su filo cuando las consecuencias persisten. Quienes jamás recupe-
raremos la pléyade de abuelos y padres muertos, o los tíos, hermanos y
primos que nunca podrán nacer, porque su raíz fue segada, arrastramos
una pesada herencia inserta en nuestra memoria genética, que determi-
na de manera inconsciente nuestra personalidad e influye en nuestras vi-
das y en la manera de criar a nuestros hijos. y, sin embargo, la esperan-
za es tenaz. hacer el bien y amar se circunscriben al ámbito limitado de
familiares y amigos, mientras que el odio permite al mal extenderse con
eficacia y rapidez, especialmente en un entorno tapizado de redes infor-
240 págs.
P.V.P.: 16,50 €
este texto inédito de 1975, encontrado entre los papeles de Carlo maria
martini, es como un «manual de la vida interior» que nos ayuda a mirar-
nos por dentro, identificar nuestras inquietudes, defendernos del «mor-
disco del espíritu negativo» y hacer frente al estado de «desolación espiri-
tual» que siempre acecha a quien desea seguir el evangelio. martini hace
una exhortación a la confianza, sobre todo cuando se cae en los tentácu-
los de las fuerzas oscuras del maligno, porque «volverá la serenidad; solo
debemos esperar a que reaparezca el sol interior, la luz del alma, con una
disposición paciente, resuelta y valiente».
Resumen
este ensayo se propone discutir el vínculo existente entre el esclarecimiento de la
memoria el y proceso de reconciliación en sociedades que han afrontado conflic-
tos armados o interrupciones autoritarias del orden democrático. el autor exa-
mina el trabajo de la rememoración como una tarea pública, una actividad de-
liberativa e intersubjetiva, cuyo ejercicio es condición esencial para la acción de
la justicia, tanto punitiva como reparadora. se defiende la estrecha conexión éti-
ca y política entre el concepto de reconciliación y la satisfacción del derecho a la
memoria, a partir de una reflexión en torno al trabajo de la Comisión de la Ver-
dad y reconciliación de Perú. en la parte final de este ensayo se destaca el sur-
gimiento de una literatura testimonial del conflicto peruano, que plantea cami-
nos posibles para la dimensión interpersonal y cotidiana de la reconciliación.
PaLabraS CLaVe: memoria crítica, reconciliación, justicia transicional, dere-
chos humanos, Comisión de la Verdad y reconciliación.
–––––––––––––––
Voy a examinar en las líneas que siguen la conexión ética y política en-
tre memoria y reconciliación en el contexto de los proyectos de justicia
transicional, tomando en consideración las interrogantes señaladas más
arriba. recurriré al pensamiento de los grandes teóricos de la memoria crí-
tica –especialmente en el terreno de la filosofía, la teología, y las ciencias
sociales–, pero tendré ante los ojos la experiencia del Perú –mi país de ori-
gen–: el trabajo de la Comisión de la Verdad y reconciliación (CVr), en-
tidad pública a la que el gobierno de transición peruano encargó la tarea
de esclarecer el conflicto armado interno (1980-2000). el Perú sufrió vein-
te años de violencia subversiva y represión estatal; este conflicto se cobró
la vida de aproximadamente 69.280 personas. el 90% del número de
muertos y desaparecidos corresponde a población campesina. el 75% de
las víctimas no hablaba castellano como lengua materna.
La CVr estudió a fondo el conflicto armado interno desatado por el Par-
tido Comunista del Perú «Sendero Luminoso», una organización maoís-
ta que declaró la llamada «guerra popular» contra el estado peruano en
1980, usando métodos terroristas como parte de su estrategia militar.
tiempo después, un segundo grupo subversivo, el movimiento revolu-
cionario «túpac amaru» –de inspiración guevarista– participaría en el
conflicto. en los primeros nueve años del conflicto, el estado peruano
–a través de sus Fuerzas armadas y su Fuerza policial– siguió una estra-
tegia represiva, para luego asumir un trabajo de inteligencia menos vio-
lento y considerablemente más eficaz. La CVr sostiene que «Sendero
Luminoso» fue el principal perpetrador de crímenes contra los derechos
humanos durante los años del conflicto (Conclusión n. 13). Señala asi-
mismo que las Fuerzas armadas del Perú asumieron una sacrificada de-
fensa de la sociedad frente a las huestes subversivas (Conclusión n. 53),
pero indica que, «en ciertos lugares y momentos del conflicto», perpe-
traron crímenes contra los derechos humanos (Conclusión n. 55).
Levi sostiene que los «auténticos testigos» son los «hundidos», aquellos que
precisamente sufrieron con toda su dureza la experiencia de la crueldad y
la injusticia, de modo que su desaparición y su ausencia hacen explícita la
gravedad de la violencia padecida. ellos no estuvieron aquí para hacer me-
moria de la tragedia padecida. Los «salvados» han logrado permanecer con
vida por diversos motivos –incluso a partir de situaciones cuestionables–;
los «salvados» han sobrevivido para contar lo que los «hundidos» vivieron.
Deben dar a conocer aquello que no debe ser olvidado.
«Los supervivientes somos una minoría anómala, además de exigua;
somos aquellos que, por nuestras prevaricaciones, nuestra habilidad
o nuestra suerte, no hemos tocado fondo. Quien lo ha hecho, quien
ha visto a la Gorgona, no ha vuelto para contarlo, o ha vuelto mudo
[...]. ellos son la regla; nosotros somos la excepción»6.
5. LeVi, Primo, los hundidos y los salvados, Península, madrid 2015 pp. 75-76.
6. Ibid., p. 78.
11. GaViLán, Lurgio, Memorias de un soldado desconocido, ieP, Lima 2012, p. 49.
12. Ibid., p. 169.
13. FLoreS Lizana, Carlos, Diario de vida y muerte. Memorias para recuperar hu-
manidad, CaDeP / CbC, Cuzco 2004 p. 272.
14. Ibid., p. 196.
15. aGüero, josé C., los rendidos. sobre el don de perdonar, ieP, Lima 2015, p. 115.
ciones de malos agentes del estado que cegaron la vida de sus padres, en
lugar de capturarlos y llevarlos ante un tribunal imparcial que los juzgue
y sentencie con rigor. el autor ha sido víctima de estigmatización social,
situación ante la que se ve forzado a ocultar información acerca de su pa-
sado y de su identidad. a veces el silencio puede ser autoimpuesto. Sin
embargo, el problema fundamental no es ese. La pregunta crucial aquí
es cómo conducir la vida a pesar de lo sufrido. más allá de los procesos
legales que exige la justicia punitiva y el diseño institucional que requie-
re la reconstrucción del orden democrático, el hecho es que muchas per-
sonas que han recibido heridas en el cuerpo y en el alma durante los años
del conflicto (y después) tendrán que coexistir, compartir esta tierra. Son
fruto de diversas historias, pero tienen que discutir y construir una me-
moria común –una memoria fidedigna y rigurosa de lo vivido- y tomar
decisiones sobre cómo vivir juntos en el mundo ordinario. es la pregun-
ta por la clase de reconciliación que está en nuestras manos llevar a cabo.
agüero reivindica aquella disposición ética que describe como el «acto de
rendirse», es decir, deponer toda actitud de rencor frente a los demás. in-
cluso renunciar a todo anhelo de venganza frente a los antiguos perpe-
tradores, pues la tarea de procesarlos y sancionarlos está únicamente en
manos de los organismos de justicia. «rendirse» equivale a entregarse a
una dinámica de escucha y acogida del otro, de modo que pueda desa-
rrollarse una auténtica comunicación con él, con todas sus tensiones y
dificultades. este ejercicio comunicativo es harto difícil y requiere una
notable honestidad y evidente coraje. este proceso de reconciliación in-
terpersonal implica participar en una conversación genuina con los de-
más, en la que cada uno pone sobre el tapete su historia, sus expectati-
vas, sus inquietudes frente a la violencia y el dolor vividos. el historiador
es enfático al aseverar que no sabemos hacia dónde nos llevará esa conver-
sación –no existe una «meta» que programar de antemano–; la reconci-
liación es el proceso mismo –el ejercicio del diálogo en el que nos en-
contramos genuinamente como personas– antes que el resultado.
Se trata de un desafío bifocal de gran relevancia para la calidad de nues-
tra vida en común. La CVr formuló los elementos cruciales del proce-
so de reconciliación política y social, un proceso que involucra la recu-
peración pública de la memoria, el esfuerzo por la justicia (sanción y
112 págs.
P.V.P.: 9,00 €
es del todo evidente que hoy son muchas las personas que abordan con gran
desconfianza el anuncio cristiano de la resurrección de la carne y la vida eter-
na. ahora bien, esta problemática no hace referencia tan solo a la última fase
de la existencia humana, sino que suscita la pregunta por la vida y el sentido
de la vida antes de la muerte. Con este punto de partida, los tres capítulos
de este libro presentan la actualidad de la escatología cristiana, mostran-
do cómo las realidades últimas arrojan luz sobre las realidades penúltimas
de la vida y nos brindan orientación y estímulos para configurar con
acierto nuestra existencia.
LA FAMILIA
Resumen
tras el proceso sinodal y la publicación de amoris laetitia, se ofrece a los católi-
cos divorciados vueltos a casar la vía del discernimiento, que constituye un ca-
mino completamente coherente con el sueño del papa: la conversión pastoral de
la Iglesia. esta conversión que nos propone el papa suena a proceso, respeto a la
conciencia, discernimiento (es decir, búsqueda honesta de la voluntad de Dios),
gradualidad, personalización, paciencia..., pero, sobre todo, suena a evangelio.
PaLabraS CLaVe: comunión divorciados, discernimiento, conversión pastoral.
Church. this conversion proposed by the Pope emanates process, respect for con-
science, discernment (that is to say, an honest search for the will of God), gradual-
ness, personalization, patience... but, above all, it emanates Gospel.
Key WorDS: communion for the divorced, discernment, pastoral conversion.
–––––––––––––––
«Sinceramente, no entiendo cómo mentes tan preclaras
dicen que la exhortación de Francisco sobre la familia
es ambigua. Dice claramente lo que quiere decir. Lo
que pasa es que dice lo que algunos no pueden aceptar,
porque no lo entienden».
– Card. Fernando sebastián, CMF
448; iD., «¿el abrazo que no llega?: atención pastoral a católicos divorciados
vueltos a casar»: sal terrae 1.096 (2005) 965-974. ambos están escritos con
anterioridad al reciente proceso sinodal y a la publicación de amoris laetitia.
también puede resultar de utilidad la lectura de: P. Guerrero, Mucho más que
dos. acercamiento pastoral a la pareja y la familia, Sal terrae, Santander
20172,141-200, que incorpora ya la riqueza aportada por la exhortación de
Francisco.
5. Cf. W. KaSPer, teología del matrimonio cristiano, Sal terrae, Santander 20142, 130.
[...] ahora nos detendremos sólo en el capítulo Viii, dado que hace
referencia a «orientaciones del obispo» (300) en orden a discernir so-
bre el posible acceso a los sacramentos de algunos «divorciados en nueva
unión». Creemos conveniente, como obispos de una misma región
pastoral, acordar algunos criterios mínimos. Los ofrecemos sin per-
juicio de la autoridad que cada obispo tiene en su propia Diócesis
para precisarlos, completarlos o acotarlos.
mente cada caso. Por ejemplo, especial cuidado requiere «una nue-
va unión que viene de un reciente divorcio» o «la situación de al-
guien que reiteradamente ha fallado a sus compromisos familia-
res» (298). también cuando hay una suerte de apología o de
ostentación de la propia situación «como si fuese parte del ideal
cristiano» (297). en estos casos más difíciles, los pastores debemos
acompañar con paciencia, procurando algún camino de integración
(cf. 297, 299).
8) Siempre es importante orientar a las personas a ponerse con su con-
ciencia ante Dios, y para ello es útil el «examen de conciencia» que
propone amoris laetitia 300, especialmente en lo que se refiere a
«cómo se han comportado con sus hijos» o con el cónyuge aban-
donado. Cuando hubo injusticias no resueltas, el acceso a los sa-
cramentos es particularmente escandaloso.
9) Puede ser conveniente que un eventual acceso a los sacramentos
se realice de manera reservada, sobre todo cuando se prevean si-
tuaciones conflictivas. Pero al mismo tiempo no hay que dejar de
acompañar a la comunidad para que crezca en un espíritu de com-
prensión y de acogida, sin que ello implique crear confusiones en la
enseñanza de la Iglesia acerca del matrimonio indisoluble. La co-
munidad es instrumento de la misericordia, que es «inmerecida,
incondicional y gratuita» (297).
10) el discernimiento no se cierra, porque «es dinámico y debe per-
manecer siempre abierto a nuevas etapas de crecimiento y a nue-
vas decisiones que permitan realizar el ideal de manera más ple-
na» (303), según la «ley de gradualidad» (295) y confiando en la
ayuda de la gracia.
Somos ante todo pastores. Por eso queremos acoger estas palabras del
papa: «invito a los pastores a escuchar con afecto y serenidad, con el
deseo sincero de entrar en el corazón del drama de las personas y de
comprender su punto de vista, para ayudarles a vivir mejor y a reco-
nocer su propio lugar en la iglesia» (312).
Querido hermano:
Conclusión
tad, con respeto y cariño hacia la conciencia personal, con deseo de cu-
rar heridas. esto hace que no todas las personas divorciadas vueltas a ca-
sar puedan comenzar este proceso. Pero esto significa también que no
todo sacerdote ni todo agente pastoral sabe, debe y puede acompañar es-
tos procesos.
De lo anterior se deduce también que es preciso acompañar y formar a
los sacerdotes (y agentes de pastoral). Francisco es meridianamente cla-
ro: «considero urgente la formación en el discernimiento personal y co-
munitario, en nuestros Seminarios y Presbiterios».
también se nos recuerda que recorrer estos caminos supone «acompañar
a la comunidad para que crezca en un espíritu de comprensión y de aco-
gida, sin que ello implique crear confusiones en la enseñanza de la igle-
sia acerca del matrimonio indisoluble». junto con b. häring, todos los
cristianos, pero especialmente los que tenemos alguna responsabilidad
en la iglesia, por pequeña que esta sea, deberíamos preguntarnos con la
mano en el corazón y con el corazón cerca del Señor si «la exclusión de
los sacramentos de la iglesia de unas personas que se han separado sin
culpa por su parte, y viven en un segundo matrimonio humanamente
bueno, [...] puede hoy en día aportar algo en orden a reforzar la lealtad
al vínculo indisoluble del matrimonio o fortalecer a los cristianos frente
a la tentación»6.
La vía del discernimiento es consciente de la dificultad a la hora de apli-
car otras soluciones que se proponen; incluso llega a reconocer que al-
guna de esas soluciones, en determinados casos, no solo es difícil, sino
potencialmente dañina para la estabilidad de una nueva relación que se
ha manifestado estable en el tiempo.
el camino que Francisco invita a recorrer a parejas de personas divorcia-
das vueltas a casar es un camino largo, que no tiene un final prefijado,
que implica un discernimiento que se ocupa de cada caso y que en nin-
gún caso supone defender soluciones indiscriminadas. Pero es un cami-
104 págs.
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anselm Grün nos invita a leer estas reflexiones sobre el nuevo comienzo.
tal vez –dice– te reconozcas en algunas meditaciones o ejemplos. atréve-
te a empezar de nuevo. Pero no dejes que el nuevo comienzo se convier-
ta en un peso que te echas a la espalda cada día. Cuando experimentes que
cada mañana vuelves a empezar, tu vida se transformará. no sentirás la
presión de tener que hacerlo todo de nuevo, sino que verás tu vida con
ojos nuevos y en tu interior descubrirás fuerzas que te guiarán en la di-
rección correcta: hacia la vitalidad y la libertad, hacia la paz y la amplitud,
hacia la esperanza y el optimismo, y hacia un amor cada vez más grande.
144 págs.
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La misericordia no es debilidad, sino fuerza: la fuerza de Dios y la fuente
principal de donde hemos de beber para llegar a ser verdaderamente hu-
manos. La iglesia tiene la tarea de reflexionar sobre el ser cristiano desde
la perspectiva de la misericordia divina. no se trata de entender lo cris-
tiano como un añadido a lo humano, sino como su pleno desarrollo en el
ámbito de la gracia de Dios. no hay contradicción alguna entre ser hu-
mano y ser cristiano, pues el Dios uno es el creador y redentor de todas
las personas, el origen y la plenitud de la vida. Por eso la misericordia for-
ma parte de lo esencial de la condición humana.
LOS LIBROS
RECENSIONES
Gómez CaSaS, m., eva encadenada. Violencia sexual contra las mu-
jeres en el mundo, San Pablo, madrid 2016, 266 pp.
La periodista marta Gómez nos hechos, y proponiendo una solu-
ofrece un texto sobre la violencia se- ción: borrar del mapa el machismo
xual contra las mujeres en el mun- que origina este tipo de violencia.
do, que es una recopilación de las La autora nos muestra que la
atrocidades a las que la mitad de la propia cultura es una trampa para
humanidad está expuesta solo por las mujeres y que el mayor depreda-
haber nacido con género femenino. dor para ellas son los hombres que
«a las mujeres se nos ha castigado las ven como objetos o como «pie-
siempre por el sexo y con el sexo», zas» que cobrarse para satisfacer sus
afirma la autora. deseos y sentirse más hombres. Da
el libro es una recopilación de lo mismo que formen parte de su
todo un catálogo de horrores, abu- familia y que convivan en el mismo
sos y violencias que se producen hogar, o que se encuentren en zonas
contra mujeres y niñas en todo el de guerra o en campos de refugia-
mundo. aborda realidades tan dis- dos. en todos los escenarios la vícti-
tantes como una comunidad hindú, ma es una mujer, y el agresor un
una comisaría mejicana, un inver- hombre que utiliza su posición de
nadero de almería o un campo de poder para llevar a cabo la agresión.
refugiados africano, con el denomi- marta Gómez nos ofrece también el
nador común de la desigualdad, mapa para encontrar la ruta hacia la
caldo de cultivo de la violencia se- paz, la convivencia y la igualdad, un
xual. entra de lleno en la realidad mapa en el que el camino ha de ser
de la violencia sexual contra las mu- recorrido por toda la sociedad, no
jeres aportando datos y testimonios, por determinados hombres dispues-
denunciando la invisibilidad, la im- tos a comportarse de forma violen-
punidad y el silencio que en mu- ta ni por las mujeres que están cer-
chas ocasiones rodean estos terribles ca de ellos.
112 págs.
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este libro es el resultado de tejer juntos el hilo del lenguaje de ignacio de
Loyola en su Contemplación para alcanzar amor y el de la escritura. De-
trás de sus palabras resuena la Palabra, y por debajo de sus expresiones se
pueden reconocer las de aquellos que intentaron reflejar en sus escritos la
experiencia de su encuentro con Dios: desbordamiento por su amor inau-
dito, estremecimiento ante su presencia, asombro por su cercanía, grati-
tud por sus dones, deseo apremiante de responder a través de la propia
entrega. estamos ante un texto plantado como un árbol junto al manan-
tial de la escritura, recibiendo su savia y nutriendo ahí sus raíces para que
sus ramas nos inviten hoy a sentarnos a su sombra.