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LA INVESTIGACIÓN EN EL CAMPO COMUNICACIONAL EN EL ESCENARIO DE

LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN

Jenny Ampuero1

Las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (NTIC’s), han reconfigurado el


escenario planetario, convirtiendo al fenómeno comunicacional en el centro del debate. Llama la
atención la desproporcionada concentración de usuarios de la red de Internet (y las otras
tecnologías) en las regiones desarrolladas generando una gran brecha tecnológica y de acceso
mediático principalmente en regiones como el África, América Latina y el Caribe, aspecto que
va de la mano con el incremento de los índices de pobreza, la inequitativa distribución del
ingreso y la exclusión social.

Este fenómeno mediático ha sido denominado sociedad de la información y es entendido como


el resultado de la construcción de una sociedad neoliberal y exclusora, donde millones de
personas se han convertido en meros receptores de la ingente cantidad de información y
tecnología a beneficio de gigantescas corporaciones transnacionales.

Ahora bien, en este contexto, ¿cuál es el papel de la educación superior en países como Bolivia?
La respuesta de ensayo que proponemos es la construcción desde el aula, un mundo más justo,
equitativo e incluyente, a través de la formación de sujetos críticos y transformadores de la
realidad social, capaces de construir aquello que la UNESCO ha denominado como la sociedad
del conocimiento, o la “sociedad del saber” es decir, aquella en la cual la información es
utilizada de manera crítica e integral de la dimensión social, cultural, económica, política e
institucional desde una óptica pluralista y desarrolladora.

Y en este noble afán, la educación superior y en este caso de análisis específico, las carreras de
comunicación, deben centrar el esfuerzo en la producción / difusión de investigación en el
campo bajo una perspectiva crítica y acorde las necesidades sociales. Este es el elemento central
para transformar la “sociedad de la información” en “sociedad del conocimiento”. El reto está
en formar a los ciudadanos del mundo de mañana. Ciudadanos autónomos, críticos,
polivalentes, creativos, capaces. Y esto solo es posible a través del incentivo a la labor de
investigación.

Así, nuestra sociedad de la información tendrá que experimentar una revolución del
conocimiento que lo coloque de manera firme en las manos de la gente: coinvirtiéndola en
ciudadanos que piensen y decidan por sí mismos, y vean las diferentes culturas y enfoques, no
como una amenaza, sino como una oportunidad grata para el encuentro de las mentes.

En este contexto, la inserción de las nuevas políticas de la UAGRM para la titulación a través
de diplomados está llevando a exterminar la única posibilidad que tenemos los países de la
región a ser más propositivos y generadores de conocimiento a cambio de medidas de titulación
“facilista” y divorciada de la realidad nacional.

En un estudio realizado en el año 2004, nos percatamos que el 98% de la investigación en


comunicación provenía de los trabajos finales de grado. Ahora suponemos que esta cifra bajará
drásticamente el porcentaje.

1
Comunicadora social, docente titular de la carrera de Comunicación social, UAGRM.
De última, se comprende que existan estudiantes que no están capacitados o no quieran
enfrentar el reto de la investigación, pero también existen varios que así lo desean. Sin embargo,
la universidad no solo que ha instaurado nuevas modalidades de titulación (lejos de las
necesidades sociales), sino que además ha anulado las asignaturas en las que los estudiantes
concluían sus investigaciones para la titulación. La pregunta es, ¿Dónde vas Universidad? La
universidad pública al servicio del pueblo, está olvidando su principal rol en la sociedad.

Simón Bolívar afirmó que “la educación es la clave de la libertad”. En ausencia de un desarrollo
educativo adecuado, la participación ciudadana en la toma de decisiones resulta simbólica o
inexistente. Sólo la educación permite cultivar esa “soberanía personal”, que es garantía de una
auténtica participación democrática. Sólo si logramos hacer realidad el ideal de “educación para
todos, a lo largo de toda la vida”, realizaremos con éxito la gran transición de la cultura de la
fuerza, de la imposición, de la cultura de guerra y de violencia en la que estamos viviendo, a la
cultura de diálogo, de tolerancia y no violencia que propugnamos para el nuevo siglo, esa es la
cultura de paz, que es la razón de la UNESCO y de todo el sistema de las Naciones Unidas.

Dejemos las prácticas facilonas. Recordemos que la principal función de la universidad es la


generación de conocimiento, la dimensión de la investigación constituye la fuente principal del
status y prestigio académico. No enterremos nuestra única forma de enfrentar los retos que nos
impone el futuro.

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