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“AÑO DEL DIALOGO Y EL BUEN SERVICIO AL CIUDADANO”

TEMA:
SISA (sistema impositivo al servicio ambulatorio).

PROFESOR:

Edson Panta Quiroga.

CURSO:

Derecho Tributario.

ESPECIALIDAD:

Administración de Negocios

INTEGRANTES:
Tume Yenque ANDREA R.
Olortegui Guerra Kevin J.
García More Edwin J.
SISA (SERVICIO IMPOSITIVO AL SERVICIO AMBULATORIO)

ANTECEDENTES:

Sisa (impuesto)
Sisa es un tipo de tributo que se paga por razón de las cosas vendidas o mantenimientos que
constan de peso y medida.

Se deriva, según Sebastián de Covarrubias, del verbo hebreo sisah , que significa «quitar» o
«sustraer», lo que conviene muy bien a este tributo, porque del abasto o género se separa lo
mandado impuesto para su satisfacción.

En la Monarquía Hispánica del Antiguo Régimen, las sisas, más que un impuesto por sí mismas,
eran una de las formas de cobrarlos.

Para conseguir las cantidades comprometidas en un servicio votado por las Cortes era preciso
crear nuevas contribuciones, habitualmente impuestos sobre el consumo. El término sisas es
originario de Aragón, y se extendió a Castilla. En Aragón fueron los granos y la carne los
productos sometidos al impuesto, mientras que en Castilla se procuraba que fueran productos
de menor necesidad los recargados (los granos jamás fueron sisados).
LAS SISAS EN LA OBERNACIÓN DURANTE LA BAJA EDAD MEDIA
En este artículo se estudian los orígenes y las características de las sisas en la gobernación de
Orihuela, se hace un análisis del impuesto más importante municipal de la Baja Edad Media
valenciana.
La fiscalidad municipal ha suscitado poco interés en la historiografía valenciana, es por ello que
se ha realizado este estudio, sin salir de la época durante la cual surge, se presenta un estudio
en profundidad del primer impuesto del cual se nutren las arcas municipales del gobierno de
Orihuela durante los siglos XIV y XV, la imposición de las sisas sucede en el contexto de la
conquista de Cerdeña y de la ayuda financiera que recibió Jaime II por parte de las
municipalidades valencianas. El monarca le concedió la posibilidad de poder imponer una tasa
sobre la venta al detalle de productos de consumo, lo que implica que en el siglo siguiente tenga
un gran desarrollo. Las sisas componen la mayor parte de los ingresos municipales de la
gobernación de Orihuela.

En el s. XV, para el Consell de Orihuela la obligación más importante de carácter tributario era
el pago de la sisa sobre la compraventa de los productos alimenticios y básicos que se realizaban
en el término de la villa. Para el Consell el cobro de la sisa servía para sostener los gastos del
municipio, defensa, representación de las Cortes, enseñanza pública, etc.

La sisa era un impuesto municipal que gravaba la venta de productos de consumo al por menor,
en la elaboración y en el intercambio. Era una imposición indirecta que al no repercutir en el
consumo incidía en el nivel de riqueza, y perjudicaba al sector de la población que tenía más
dificultades para acceder a los productos básicos (pan, vino, carnes, pescado y aceite). Fue en
1364 con Pedro IV cuando se le concedió a Orihuela la facultad para poder imponer durante 20
años una sisa sobre el pan, vino, carnes, pescado y aceite.

Movimientos Artísticos

La Sisa era un impuesto aplicable a productos de primera necesidad. Consistía en entregar al


comprador una cantidad de género menor al que se pagaba, para hacer frente por parte del
vendedor al pago de impuestos o gastos locales, que debía entregar a los recaudadores. Así
sobre el vino se sisaba un ochavo (1/8) o un retrochavo ( 1/8 de los 7/8). La sisa se aplico sobre
el aceite, el vino, el vinagre, la carne, el azúcar. En
1632 se estableció la la sisa en los tejidos equivalente a del medio dozavo de la vara de medir.
En Castilla nunca se impuso la sisa sobre los granos (cereales) en cambió en Aragón los productos
sobre los que recayó la sisa fueron los cereales y la carne.
La sisa que cobran las municipalidades es ilegal

Vendedores ambulantes se sienten 'con derecho' porque 'pagan' a las municipalidades por el
uso de la vía pública, ese pago es la sisa'.

El tradicional cobro de ‘sisa’ que realizan casi todos los municipios del país es ilegal, aún cuando
algunos lo incorporan en sus TUPAs, este no tiene asidero en el Código Tributario ni otra ley
(aunque algunos lo citan erróneamente).

Su pago no le confiere al comerciante legalmente constituido o vendedor ambulante, ningún


derecho legal para ocupar la vía pública, de hecho esta, como su denominación lo indica, no es
de propiedad de la administración municipal aunque muchas municipalidades se atribuyen tal
derecho perjudicando a los vecinos de sus distritos.

Las municipalidades se ponen al margen de la ley atribuyéndose la propiedad de la vía pública


al cobrar derecho sobre el uso de la misma con la 'sisa'. Este ilegal impuesto nace en tiempos
ancestrales y no se refiere precisamente al uso de la vía pública.

En algún momento alguien trató de 'legalizar' este tipo de cobro asegurando que 'sisa' son las
iniciales de 'Sistema Impositivo al Servicio Ambulatorio', lo cual no tiene sentido alguno pues
como demostramos no se trata de un impuesto, tampoco califica como 'sistema' y menos como
un 'servicio', los ambulantes no son esto último.

Algunos municipios tratan de justificar el cobro de la 'sisa' por concepto de limpieza pública,
pero fácilmente tomaremos cuenta que las calles ocupadas por los vendedores ambulantes son
las más sucias del distrito, lo cual significa que el dinero recaudado por concepto de la 'sisa' no
se está empleando en la limpieza de estos lugares.

La sisa cuesta normalmente un sol, siendo un cobro ilegal, por lo general se utiliza como caja
chica de los alcaldes, por otro lado, al no existir un padrón de ambulantes, se desconoce
totalmente la cantidad exacta de lo recaudado, nadie sabe cuanto recauda una municipalidad
por 'derecho de sisa' pero se estima entre 5 y 20 MIL soles diarios lo obtenido por este ilegal
concepto. Nadie sabe que se hace con este dinero.

Los ciudadanos que se sientan afectados por este ilegal alquiler de las calles que realizan los
alcaldes pueden denunciar estos hechos a la Defensoría del Pueblo y al Ministerio Público a fin
de hacer valer su derecho a transitar libremente por las vías públicas.

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