Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Definición
TDAH son las siglas de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad. Se trata de un trastorno
de carácter neurobiológico originado en la infancia que implica un patrón de déficit de atención,
hiperactividad y/o impulsividad, y que en muchas ocasiones está asociado con otros trastornos
comórbidos.
ETIOLOGIA
Aunque la causa no está completamente aclarada, parece evidente que se trata de un trastorno
multifactorial con una base neurobiológica y predisposición genética que interactúa con factores
ambientales. Las hipótesis sobre la etiología abarcan diversas áreas: genética conductual y
molecular, factores biológicos adquiridos, la neuroanatomía, bioquímica cerebral, neurofisiología,
neuropsicología y el entorno psicosocial.
La descripción que hoy podríamos calificar de científica se debe al médico británico sir George
Frederick Steel y a su famosa referencia a Phill el inquieto en 1902.
SIGNOS Y SINTOMAS
FALTA DE ATENCION
HIPERACTIVIDAD
IMPULSIVIDAD
Presentación
predominante Presentación combinada
Presentación hiperactividad / déficit de atención e
predominante de falta de impulsividad. hiperactividad /
atención.
impulsividad.
Estos síntomas pueden manifestarse con una intensidad variable en cada paciente y pueden
presentarse de forma independiente. Por lo tanto, el perfil sintomatológico de los afectados variará
en intensidad y en presentación (en función de los síntomas predominantes)
HIPERACTIVIDAD
Es probablemente uno de los síntomas más fáciles de reconocer, por su evidencia y por ser el más
conocido por el público en general2.
La persona que padece hiperactividad se caracteriza por qué:
La hiperactividad puede manifestarse de forma distinta en las diferentes etapas de la vida, aunque
la descripción de los síntomas sí que permanece igual para niños y adultos.
En el Proyecto PANDAH se realizó una encuesta poblacional en la que se detectó que en la sociedad
en general ha surgido la tendencia a trivializar el trastorno, utilizándose de forma superficial el
término “hiperactivo” para personas o estados puntuales (“Este niño es hiperactivo”, para describir
que no para quieto).
DÉFICIT DE ATENCIÓN
Los síntomas de falta de atención son probablemente los más difíciles de percibir en edades
infantiles. Sin embargo, es posible que sea uno de los principales motivos de consulta entre los
adultos con TDAH.
La persona que padece déficit de atención se caracteriza por qué:
tiene dificultad para mantener la atención durante un tiempo prolongado
no presta atención a los detalles
presenta dificultades para finalizar tareas
le cuesta escuchar, seguir órdenes e instrucciones
es desorganizado en sus tareas y actividades
suele perder u olvidar objetos
se distrae con facilidad
no concluye lo que empieza
evita las actividades que requieren un nivel de atención sostenido
cambia frecuentemente de conversación
presenta dificultades para seguir las normas o detalles de los juegos
El déficit de atención suele aparecer generalmente cuando se inicia la etapa escolar, debido a que
se requiere una actividad cognitiva más compleja. Por lo general, persiste de forma significativa
durante la adolescencia y la edad adulta.
IMPULSIVIDAD
La impulsividad es probablemente el síntoma menos frecuente de los tres síntomas nucleares del
TDAH.
La persona que padece impulsividad se caracteriza por qué:
es impaciente
tiene problemas para esperar su turno
no piensa antes de actuar
interrumpe constantemente a los demás
tiene respuestas prepotentes: espontáneas y dominantes
tiende a “toquetearlo” todo
suele tener conflictos con los adultos
La impulsividad se refiere fundamentalmente a la dificultad para pensar las cosas antes de actuar.
Esto supone un gran problema, ya que el paciente puede ponerse en peligro y vivir situaciones
conflictivas principalmente en la edad adulta.
El TDAH “puro” es poco frecuente. Cuando hablamos de TDAH “puro” nos referimos a que el
trastorno se presente sin ningún otro trastorno asociado (comorbilidad). De hecho, se estima que
el 70% de los pacientes con TDAH presentan alguna comorbilidad o trastorno psiquiátrico
asociado.
Es importante tener esto en cuenta, ya que cuando el TDAH está asociado a otros trastornos
comórbidos, el diagnóstico es más complicado, la evolución de los síntomas empeora y la respuesta
al tratamiento puede ser menor.
REGIONES CEREBRALES
Varios estudios de neuroimagen cerebral han demostrado que hay varias regiones cerebrales
afectadas en niños con TDAH.
La corteza prefrontal: encargada de la función ejecutiva como planificar acciones, iniciarlas, darse
cuenta de los errores y corregirlos, evitar distracciones por estímulos irrelevantes, ser flexible si las
circunstancias cambian…
El cuerpo calloso: sirve de comunicación entre los dos hemisferios cerebrales, para asegurar un
trabajo conjunto y complementario.
Los ganglios basales: implicados en el control de los impulsos al coordinar o filtrar la información
que llega de otras regiones del cerebro e inhibir las respuestas automáticas.
El cíngulo anterior: se encarga de la gestión afectiva y del manejo de las emociones.
Los estudios realizados indican que el TDAH produce problemas en los circuitos reguladores que
comunican dos zonas cerebrales: córtex prefrontal y ganglios basales. Estas áreas se comunican a
través de la dopamina y la noradrenalina. Al tener una liberación deficitaria de estos
neurotransmisores y un alto nivel de recaptación de las mismas, se altera la neurotransmisión,
afectando a la atención, el estado de alerta, la memoria de trabajo y el control ejecutivo.
La disminución del metabolismo sináptico de los neurotransmisores produce las siguientes
consecuencias:
Disminuye la atención
Disminuye la capacidad de iniciar y continuar actividades
Dificulta la memoria de trabajo (o memoria a corto plazo)
Dificulta la neutralización de estímulos irrelevantes
Dificulta la capacidad para bloquear respuestas inadecuadas
Dificulta la planificación de actividades complejas
Dificulta la organización
Incrementa la actividad física
Incrementa la impulsividad
SINTOMA DE TDAH
Presentan cóleras frecuentes, pataletas, rechazan las órdenes de los adultos, se niegan a
cumplir las peticiones que se les hacen, molestan a la gente de su entorno, se muestran
muy susceptibles cuando se les molesta y le echan la culpa de sus errores a los demás.
Pueden ser rencorosos y vengativos. En España se estima que entre un 9,7% y el 16,5% de
los escolares padecen este trastorno2. Entre la población con TDAH, la prevalencia de
comorbilidad con TND está entre el 40% y 50%.
Trastorno Depresivo
Se caracteriza por un estado depresivo crónico, que se manifiesta la mayor parte del día la
mayoría de los días. En niños y adolescentes, pueden estar irritables y presentar mínimo
dos los siguientes síntomas: pérdida o aumento del apetito, falta de energía, baja
autoestima, dificultades para concentrarse, insomnio o hipersomnia.
Los síntomas de la depresión pueden fácilmente confundir al observador, puesto que la
agitación se puede confundir con hiperactividad y el retraso psicomotor con la falta de
atención. La prevalencia de este trastorno es de un 26,8%
Trastorno de Ansiedad
Los niños con TDAH que presentan mayor nivel de déficit de atención tienen más problemas
asociados a trastornos de aprendizaje, que los que son hiperactivos-impulsivos. Se estima
que afecta al 20% de los niños con TDAH
TRATAMIENTO
El tratamiento del TDAH debería ser multimodal e individualizado, teniendo en cuenta al paciente
y a su familia. El objetivo del tratamiento multimodal es disminuir los síntomas al mismo tiempo
que se reducen las complicaciones derivadas del trastorno y el impacto negativo que puede tener
en la vida de los pacientes y de su entorno.
Según los resultados de los estudios realizados, el tratamiento farmacológico sería el método más
efectivo para reducir los síntomas nucleares del TDAH (déficit de atención, hiperactividad e
impulsividad)1, y el tratamiento psicológico (conductual y psicoeducativo) ayudaría
fundamentalmente a la mejoría de las funciones ejecutivas2 (habilidades cognitivas como empezar
tareas, organizarse, planificar cosas…).
Y es que se ha demostrado que educar al paciente y a la familia sobre el trastorno, adaptar el
entorno a las necesidades de cada persona y mejorar las habilidades de abordaje de los pacientes,
padres y educadores, pueden ayudar a obtener buenos resultados en el tratamiento del TDAH,
cuando se combina con una intervención farmacológica.
UN TRATAMIENTO INDIVIDUALIZADO
Como ya hemos señalado, el tratamiento del TDAH debe ser individualizado. ¿Qué significa esto?
Que el tratamiento no es estándar para todos los pacientes. Sino que se debe adaptar a las
necesidades de cada uno de ellos. Se debe valorar la intensidad de los síntomas del Trastorno por
Déficit de Atención e Hiperactividad, su contexto familiar y social y/o si existen otros trastornos
psiquiátricos comórbidos asociados.
Por ejemplo, según lo estipulado en la Guía de Práctica Clínica sobre el TDAH en Niños y
Adolescentes:
El enfoque Conductual, postula que los síntomas del TDAH son patrones de conducta inadecuados
que pueden mortificarse, como cualquier otro desorden de conducta, a través de la variación de
estímulos ambientales (antecedente y consecuente de una determinada conducta), según el
principio del Condicionamiento Operante.
Postulan que cada acción es producto de variables ambientales, por lo tanto, la terapia se focaliza
en la conducta y en las contingencias reforzantes, haciendo menos probable la ocurrencia de la
respuesta no deseada mediante la alteración de las variables ambientales de que es función.
Refuerzo positivo: Consiste en dar un estímulo verbal o material cuando el niño ejecuta una
conducta esperada, no prestando atención a aquellas respuestas inadecuadas.
Auto-Recompensa: es el darse refuerzo uno mismo, luego de una ejecución exitosa. Primeramente
el refuerzo es administrado por el adulto, quién fija con el niño criterios para recibir refuerzos en
forma contingente y en proporción creciente de metas. Luego se enseña al niño a autoadministrarse
refuerzos de modo similar a como lo hizo el adulto. Se enseña al niño a «fijar» sus propias metas,
cumplirlas y premiarse por ello.
Recompensa social: esto se asocia a la idea de crear un medio ambiente alentador y recompensarse,
ya sea, a través de sonrisas, o comentarios tales como "estás haciendo un muy buen trabajo", "se
ve que realmente te estás esforzando".
Tareas para la casa: El propósito de consignar actividades para realizar en casa es que el niño aplique
lo asimilado a otras situaciones.
Modelaje: El niño aprende por medio de la observación e imitación de las conductas de otros
modelos) y de las consecuencias de éstas. El modelo realiza las actividades y resuelve los problemas
usando autoinstrucciones, exhibe el proceso de pensamiento reflexivo al enfrentarse a una
situación problemática, mostrando en ocasiones una perfecta ejecución (modelo de maestría) y en
otras comete errores con el fin de demostrar estrategias para hacer frente a las dificultades, fracasos
y frustraciones que conduce la ejecución errónea (modelo de superación).
Juego de Roles: Esto consiste en actuar una situación que requiere ser resuelta y usar las estrategias
cognitivas aprendidas, generando soluciones alternativas para esa circunstancia particular.
El terapeuta ayuda al niño a comprender, que en los contextos sociales problemáticos, es necesario
crear múltiples cursos de acción, considerando los límites reales de éstos y los beneficios
potenciales, tanto emocionales como conductuales.
Contrato de contingencias: Es un acuerdo entre dos o más personas, que determinan las
responsabilidades de cada uno en relación con un determinado objeto o actividad.
Programa de economía de fichas: El alumno o grupo curso pueden ganar fichas o puntos por realizar
determinadas conductas. Los puntos se contabilizan y cuando se completa cierta cantidad, los niños
pueden cambiarlos por un premio o actividad que hayan elegido de antemano.
Es necesario resaltar que, mientras una variedad de programas de contingencia externa son
efectivos en reducir acciones inadecuadas en la sala de clases y producir progresos en el trabajo
pedagógico, los efectos de estas estrategias no se mantienen luego de finalizado el tratamiento y
no se generalizan a otras conductas o situaciones (Kendall y Wilcox, 1979; Friedling y O'Leary, 1979).
AUTISMO
Rutter (1968) discrepo en lo referente al contacto afectivo tomando como rasgo primario a
las alteraciones lingüísticas y después al contacto afectivo.
En 1980 se lo considero al autismo como un “trastorno generalizado del desarrollo” con la
finalidad teórica de alejarlo definitivamente de las psicosis
El DSM-IV estableciendo como rasgos primarios a los factores socioafectico como los
cognitivos y conductuales intentando recoger de esta forma las diferentes concepciones
que se tenían del autismo.
DEFINICION
Se define como SINDROME Y NO COMO UNA ENFERMEDAD, con disfunción neurológica crónica
con fuerte base genética que desde edades tempranas se manifiesta en una serie de síntomas
basados en una tríada. El grado de gravedad, forma y edad de aparición de cada uno de los criterios
va a variar de un individuo a otro.
El autismo es un trastorno del desarrollo que persiste a lo largo de toda la vida. Se hace evidente
durante los primeros 30 meses de vida y da lugar a diferentes grados de alteración del lenguaje y la
comunicación, de las competencias sociales y de la imaginación.
Estos individuos también presentan actividades e intereses de carácter repetitivo y estereotipado,
movimientos de balanceo y obsesiones insólitas hacia ciertos objetos o eventos. En algunos casos
existen individuos que pueden llegar a ser agresivos contra sí mismos y contra los demás. Son pocos
los casos de autismo que tienen la capacidad suficiente para vivir con un grado importante de
autonomía, la mayoría requiere de gran ayuda durante toda la vida.
FACTORES
Factores genéticos
Existen numerosas evidencias que hacen pensar que los factores genéticos tienen un papel
importante entre las causas del autismo. Por ejemplo, los parientes cercanos de personas autistas
presentan con mayor frecuencia síntomas autistas o similares al autismo.
Los estudios de gemelos constituyen otro indicio de que el componente genético influye en el origen
de la enfermedad. Si uno de los gemelos es autista, la probabilidad de que el otro también lo sea es
superior a la media. Concretamente, el 95% en el caso de gemelos monocigóticos y del 23% en los
gemelos dicigóticos. También los hermanos sanos de pacientes con autismo muestran con
frecuencia características autistas: su desarrollo mental y lingüístico suele estar limitado en
comparación con niños sanos.
Se sospecha que hay entre cuatro y diez genes implicados en el desarrollo del autismo, lo que
explicaría las cuatro formas diferentes que adopta la enfermedad. En el caso del síndrome de Rett,
que afecta exclusivamente al sexo femenino, se ha logrado hallar la causa genética: las mujeres que
lo sufren presentan una anomalía en un gen (MeCp2) del cromosoma X.
Factores ambientales. Pueden intervenir antes y durante el parto. Los que tienen mayor evidencia
de aumentar el riesgo de autismo son:
Edad avanzada de los padres en el momento de la concepción (tanto de la madre como del
padre).
Enfermedades de la madre durante el embarazo que desencadenan importantes reacciones
inmunológicas.
Prematuridad extrema, con muy bajo peso al nacer.
Dificultades durante el parto, en particular aquellas en las que hay privación del suministro
de oxígeno al cerebro del bebé.
Tratamiento para la epilepsia (tratamiento con ácido valproico durante la gestación).
Exposición a altos niveles de pesticidas y contaminación del aire de las madres
embarazadas.
Dentro de los factores ambientales, las vacunas se han descartado como factor de riesgo de
autismo.
Es importante tener en cuenta que estos factores, por sí solos, no causan autismo. Es con la
combinación con factores de riesgo genéticos que pueden aumentar modestamente el riesgo.
Si bien las causas del autismo son complejas y aún no se conocen por completo, sí que se sabe con
certeza que el autismo no lo causa una mala crianza, por lo que la comunidad médica entiende el
autismo como un trastorno de origen biológico.
Epilepsia
Alteraciones neuroquímicas
Alteraciones de la función inmune
CLASIFICACION
Se diferencian 5 grandes tipos de autismo, por lo que las personas que lo padecen pueden situarse
en cualquier punto del espectro:
Autismo.
Síndrome de Rett.
Síndrome de Asperger.
Trastorno desintegrado infantil o síndrome de Heller.
Trastorno generalizado del desarrollo no especificado.
Autismo
Es un trastorno que habitualmente comienza durante los 3 primeros años de vida, siendo los
padres los primeros que comienzan a identificar en su hijo comportamientos diferentes a los niños
de su edad. Algunos de estos síntomas extraños son: nula o muy escasa comunicación verbal, el niño
es muy poco sociable y solitario o no mostrar interés enidentificar objetos o llamar la atención de
los padres.
Síndrome de Rett
La característica diferencial de este tipo de autismo es que se presenta casi con exclusividad en
niñas y tiene carácter regresivo. Las personas afectadas comienzan a sufrir un proceso
degenerativo y progresivo del sistema nervioso que se manifiesta en forma de alteraciones en la
comunicación, la cognición y la motricidad (tanto fina como gruesa) alrededor de los 2 años. Estas
niñas tienen un desarrollo psicomotor normal, al menos en apariencia, hasta entonces. De cualquier
modo, diversos estudios demuestran que, incluso en el periodo asintómático, se produce una
reducción del tono muscular (hipotonia).
Síndrome de Asperger
Es el tipo de autismo más difícil y, en ocasiones, tardío de diagnosticar porque las personas
afectadas no tienen ningún tipo de discapacidad intelectual ni rasgo físico que lo identifique.
El déficit se encuentra por lo tanto en el campo de las habilidades sociales y el comportamiento,
siendo lo suficientemente importante como para comprometer seriamente su desarrollo e
integración social y laboral. Problemas de interacción social, falta de empatía, poca coordinación
psicomotriz, no entender las ironías ni el doble sentido del lenguaje y la obsesión con ciertos temas,
son algunas de las características más habituales en el Asperger.
Suele aparecer sobre los 2 años, aunque en ocasiones no se hace evidente hasta pasados los 10.
Coincide con los otros tipos de autismo en afectar a las mismas áreas (lenguaje, función social y
motricidad), pero se diferencia en su carácter regresivo y repentino, hasta el punto de que en
ocasiones el mismo niño se da cuenta del problema, mostrando su preocupación a los padres.
Es una etiqueta diagnóstica que se utiliza en aquellos casos en que los síntomas clínicos son
demasiado heterogéneos como para ser incluidos en alguno de los otros tipos. También se
presentan trastornos de reciprocidad social, problemas severos de comunicación y la existencia de
intereses y actividades peculiares, restringidas y estereotipadas.
DIAGNOSTICO DE TRASTORNO AUTISTA CRITERIOS (DSM-IV-TR)
A. Para darse un diagnóstico de autismo deben cumplirse seis o más manifestaciones de del conjunto de
trastornos (1) de la relación, (2) de la comunicación y (3) de la flexibilidad. Cumpliéndose como mínimo dos
elementos de (1), uno de (2) y uno de (3).
1. Trastorno cualitativo de la relación, expresado como mínimo en dos de las siguientes manifestaciones:
a. Trastorno importante en muchas conductas de relación no verbal, como la mirada a los ojos, la expresión
facial, las posturas corporales y los gestos para regular la interacción social.
c. Ausencia de conductas espontáneas encaminadas a compartir placeres, intereses o logros con otras
personas (por ejemplo, de conductas de señalar o mostrar objetos de interés).
a. Retraso o ausencia completa de desarrollo del lenguaje oral (que no se intenta compensar con medios
alternativos de comunicación, como los gestos o mímica).
c. Falta de juego de ficción espontáneo y variado, o de juego de imitación social adecuado al nivel evolutivo.
3. Patrones de conducta, interés o actividad restrictivos, repetidos y estereotipados, expresados como mínimo
en una de las siguientes manifestaciones:
a. Preocupación excesiva por un foco de interés (o varios) restringido y estereotipado, anormal por su
intensidad o contenido.
b. Estereotipias motoras repetitivas (por ejemplo, sacudidas de manos, retorcer los dedos, movimientos
complejos de todo el cuerpo, etc.).
Las señales a las que se deben prestar atención, tienen relación con dificultades del niño/a en la
adquisición de conductas o habilidades relacionadas con la socialización, la comunicación y
desarrollo del lenguaje, de la flexibilidad mental, además del desarrollo de la cognición y la
motricidad
En el período de 18 a 36 meses
b) No hace uso del juego SIMULADO, por ejemplo, hacer como si sirviera una taza de café usando
una cafetera y una taza de juguete
c) Presenta juego poco imaginativo, repetitivo o rituales de ordenar en fila, de interesarse sólo por
un juguete concreto, etc.
d) No utiliza el dedo índice para señalar, para indicar INTERÉS por algo.
Indicadores de alerta de autismo en las diferentes edades Sugerencias para la detección, derivación
e intervención temprana
De 3 a 5 años
a) Baja respuesta a las llamadas (requerimientos verbales) de los padres o adultos, o a otros
reclamos, aunque existen evidencias de que no hay sordera.
b) Dificultades para establecer o mantener relaciones en las que se exija atención o acción conjunta.
d) Retraso en la aparición del lenguaje que no es sustituido por otro modo alternativo de
comunicación.
f) Inquietud más o menos acusada que se traduce en correteos o deambulaciones “sin sentido” que
dificultan centrar la atención.
g) Pocos elementos de distracción y los que existen pueden llegar a ser altamente repetitivos y
obsesivos.
h) Dificultades para soportar cambios dentro de la vida cotidiana, por ejemplo, en los horarios o en
los lugares en los que se hacen determinadas actividades, etc.
l) Problemas de comportamiento que pueden ir desde los correteos o conductas estereotipadas del
tipo balanceos o aleteos, hasta rabietas de intensidad variable
A partir de los 5 años: comprobar si los síntomas anteriormente descritos están presentes o lo han
estado. Para aquellos casos del espectro autista más “leves” habría que comprobar a partir de esta
edad lo siguiente:
c) Juegos o actividades que, aun siendo propias de su edad, llaman la atención, por ser muy
persistentes, incluso obsesivas.
Ausencia de actividad gestual (señalar, decir adios con la mano, etc) a los 12 meses.
No dice frases espontáneas de dos palabras (no simplemente ecolálicas) a los 2 años.