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CUADERNOS del Congreso por la Libertad de 1a Cu1tura.
Revista bimestra1. París, NÚillero 15, noviembre-diciem-
bre 1955.
Historia de los ecos de un nombre
FOR lOR GE LUIS BOR GES
AISLADOS
en el tiernpo y en d espacio,
un dias, un sueño y nll hombre que
está loco, y qne no 10 ignora, repi-
ten una oscura declaraC'Îón; referir y
pesar esas palabras, y sus clos eeas, es el
fin de est a página.
La ]eccîón original es f8.l11osa T,a rp~js-
tra el capItulo tercero del segundo libro
de l\loisés, l1amada Éxodo. Leemos ahí
que el pastor de ovejas, Moisés, autor y
protagonista dcllibro, pregl1ntó aDios Su
Nombre y Aquelle dijo : Soy EI Que Soy.
Antes de examinar estas misteriosas pala-
bras qnizá no h nelgue recordar que para
el pensaIlliento 11lágico, 0 primitivo, 108
nOlllbres no son sÍnlbolos arbitrarios sino
parte vital ele 10 que definen (I). Así, los
aborigenes de Australia reciben Hombres
secretos que no deben oír 10s inclividnos
de la tribu vecina. Entre 105 antiguos
egipcios prevaleció una costulubre anå-
loga ; cada persona tedbia dos n0111bres :
el nombre pequeño que era de todos
conocido, y e1 nombre verdadero 0 gran
nombre, que so tenIa oculto. Según la
literatura funeraria, son much os 105 peli-
gros que corre el alma después de la muertc
del euerpo; olvidar su nombre (perder
su identidad personal) es aeaso el mayor.
También importa conoeer los vereladeros
nombres de los dioses, de los elemonios
y de las puertas del otro mundo (2). Es-
eribe Jacques Vandier : Basta saber el
<<
lO
nombre de Ùna divinidad 0 de una ('natura
divinizada para tenerla en su poder )),
(La religion égyþtiem,e, 1949). Pareja-
Inente, De Quincey nos recuercla que era
secreto el verdadero l10mbre de Rama;
en los Últimos elías de la Républica, Ouinto
V,llcTÎ" Sor:::mc con12ti~ el .:mc:i1..:giü ùç
revelarlo, :.y 'nlluió ejecutado...
EI salvaje Deulta su 110lnbre para que
a éste no 10 sometall a operaciones lllági-
cas, que poclrían inata!. enloquecer 0
esc1avizar a su poseedor. En los eoneeptos
ele calumnia y ele inj uria perdura csta
supersticióll, 0 su s0111bra; 110 toieranlOs
que al sonido de nuestro 1l011lbre se vincu-
len eiertas palabras. Mauthner ha analizado
y ha fustigaclo cste hábito menta1.
lVIoisés preguntó al Señor cuál era Su
n0111bre : no se trataba, 10 hemos vista,
ele una curiosidad de orden filológico,
sino de averigLlar quièn era Dias, 0 111ás
precisamente, qué era. (F:n 01 siglo IX
Erigena escribiría que Dios no sabe quien
(1) Uno de 105 diálogos platónicos, el Cratilo,
discute y parece negar una conexi6n necesaria
de las palabras y las cosas.
(2) r~08 gnó:::;ticos heredarOll 0 rede:::;cubrieron
esta singular opinion. Se formó así un vasto
vocabulario de Hombres propios, que BasiHdes
(segÚn Ircnco) redujo a la palabra cacof6nica
o cic1ica Kanlakau, suerte de l1ave lU1Îversal
de todos 10s delos.
 es 11i que es. porqne 110 es Ull qné ni es
Ull quién.)
é Oué interpretaciolles ha sl1scitado la
trelllellda contestacióll que escuchÚ i\Ioi-
sés) SegÚll la teología cristiana, Soy Ei
Que Soy dec1ara que sólo Dios existe real-
lllentc 0, eomo enseñÖ el 2\laggid de l\Ies-
ritch, que la palabra yo sólo lmecle ser
VfOlll111ciac1a por Dins. La doetrina de
Spi1loza, que haec de 1a extcllsión y del
pensamiellto 11leros atribl1tos de una. Sl1S-
tancia etcrna, que es ] )i05, bien puec1e
Ser U11a 1118gi1ificación de esta idea.
{( Dios sí cxiste ;
nosotros somos 10:-1 q He
110 existimos )), escribiÒ U11 lnejicano,
análogamente.
Scgt111esta priIllen-i interpretacióu, Soy
1:'/ Q'ue
Soy, cs una a1ìnnaci6n onto1Ô-
gica. Otros han entendiclo que 1a re5-
pl1esta elude 1a preguuta; Dios no c1íce
(luiéll es, porque c110 exceclcría 1a C0111-
pre11sión de su interlocutor
humano. 1\1ar-
tín Buber indica que Ehyeh asher chyclt
Pllec1e tradncirsc ta1l1bién
por Soy cl que
sere! 0
por Y'o estaré dÓndc ')-'0 estaré. IVIoi-
sés, a 111ancra de 105 hechiceros egipcios,
JORGE...LFIS BORGES
habría preguntaùo a Dins cómo se llamaba
para tenerlo en 5U poder : Vios Ie habría pÚb1icamente y C'l1tOIJCeS Shakespeare inte_t"-
contestado, de hecho 1-/ ay COWiJcrso
puccio
vÍenc y Ie pone en Ia boca palabras que
contigo, þcro nuâíana 'l'/~vestir cllal-
qu-ier form,a, j' tUl1Ûn:én las fotln-as de fa ret1ejan, como en un espejo "caíclo, aque-
ILls otras que la divinidad dijo en 1a 111011-
pl'csÙ;n, de fa. iN,jusÛCÙl j-' de fa ad('lcr-
}'" a apitdllJ pero he dt~ conteI'
sidad. Eso lee11los en el Gogu-nd J.11agog (3).
taña: no sere!
)' bebcr y dOfnÛr como un. caPitdn ; esta
Jlu1tiplicado por las lengnas hl1111<1l1a::-; eaSel que 503' me hard l'i7}ir. Así hab1a
Jell bin de'/' ich bin, F go su.m q-ui SiUn.,
ParoHes y bruscamente deJa de ser nn
-

I mn that I am e1 sentencloso Hombre

-

,
de Dios, el nombre qne a (lespecho de C011S-
tar de ll1uchas palabras, es más in1pcnc-
trahle y l11ás finne que 105 que: constan
de una sola, creció y reverberó por 105
::;iglos, hasta qne en 1602 \Villiam Sha-
kespeare escribió una comedia. En esta
comedia ent.revcmos, asaz lateral mente, a
l1n soldado fallIarrón y cobarde, a un 1niles
gloriosus, que ha logrado, a favor de una
estratageula, ser asceJldido a capitáll. La
.
trampa se descubre, d hû1ubre es degradado
(3) Huber OVas ist de./, llIrJ'/tsch?, 1938) escrihe
que yivir es pcnetrar en una extraña habitacióll
del espiritü, cuyo piso es el tablero en el
que
jugamos un juego inevitable y desconodclo
contra un aclver.sarÎo camhiant(' y a
<:f',pantoso.
persollaje cOllvenciollal de la farsa cÒlnica
y es un hombre y todos los hOlubres.
I-{a Última versiÔn se produjo hacia
mil sctecientos cnarenta y talltos, en
uno de 10s aîíos qne duró la larga agonÍa
de S,vift y quc acaso fllerOll para é1 un
solo installte insoportable, una forma de
1a eternidad del
infierno. De inteligencia
glacial y de oelio glacial había vivido
Swift, pero SiCll1pre 10 fas~inó 1a idiotez
(como fascinaría a Flaubert), tal voz por-
clue sabía que en e1 ('onfín la 10Ctua estaba
esperándo1o. :En la tercera parte de Gulli-
'cer 1111aginó COll 1uil1ucioso aborrecimicllto
tlna estirpe de hombres decrépitos e i11n10r-
tales, entregaclos a débiles apetitos que
ì'CC<:S 110 pueden satisfaccr, incapaces de
COl1-
versar can SltS semejantes, porque 121

II

CllTSO JeI liempo ha. moditkaJo el len-
guaje, y Je leer, porque la memoria no les
akaula de 1111 reuglÒll a otro. Cabe sospe-
char que Swift imaginó este horror porque
10 teulía, 0 aeaso para conjurarlo mági-
camente. En "7"7 habia dicho a Young,
el de los Night Thoughts: " Soy como
c~e árbol ; empezaré a nlOTir par 1a copa J).
JYIás (lue en 1a sllcesión de SllS clías,
Swift
perclura para nosotros en l111aS pacas
frases terribles. Este carácter sen tendoso
Y sOlnbrío sc exticnclc a veees a 10 dicho
sobre él, como si quienes 10 juzgaran no
quisieran ser 111C1105. ({ PCl1sar Cll él cs C01110
pensar en 1a fl1ina de un gran ilnperio ))
ha escrito Thackeray. Nada tan paté-
tico, sin embargo, C011lO su aplicacióll de
las misteriosas palabras de Dios.
La sordera, cl vértigo, cl temor de la
Jocnra y i'Ìnalmcnte 1a idiotez, agravaroll
y fueron profundizalldo
la TIlclancolía
(k Sv"ift. I<:ulpezó a perder la InelllOria.
No Cjueria usar alltcojos, no podia leer
y ya cra illcapaz de escribir. Suplicaba
todos 105 días a Dios que Ie enviara Ia
muertc. V llTJ8 tarde, viejo y loco y ya
111Oribundo, Ie oyeron repetir, no sabenlOs
S1
con rcsignadôn) con dcsesperaC'Îón.
() COU10 quieu se atì.nna y se anda en su Ínti-
ma esenc1a invulnerable: Soy lo q'lfe soy>
SO}' 10 que
soy.
Sere! 1l1W- deS1)enlura, þero soy,
spntido Swift, y tamblén Soy una -parte
del 'IPniverso, fa'!. inC7'itable y n<'ccsan.a
I2
.
CUADERNOS
wnw [as otrasj y tanlbién Soy Io que Dios.
quiere q'ue sea, soy lo qUÆ me han hecho las
le~ves universales, y acaso 5er es ser todo.
Aqni se acaba 1a historia de la sentencÌa ;
básteme agregarj a 1110do de epílogo, 1as
palabras que Schopenhauer dijo, ya cerea
de la l11uerte, a Eduard Grisebach : {( Si a
veecs me he creido desdichaùo, elIo se
debe a una cOllfusiól1j a un error. :1\1e he
tOlTlado por otro, verbigracia, pOT un
suplente Cjue no [Juede llegar a titular, 0
pOI el aCl1saclo cn 1111 proceso pOI t1ifama-
ción, 0 por e1 el1atl1orado a q uien esa
lTlllChacha clesdeña, () par e1 enfcr1110 q ne
no pl1ede sa1ir de su rasa, 0 pOl' otras
personas que adoIcccn de análogas mise-
rias. No he sido esas personas; eIIo, a 10
SUlllO, ha siclo 1a tela de trajes que he ves-
tWo y que he desechado. i Ouién soy re-
almente ? Soy el autor de El mundo
comO como representació1t soy
1.!oluntad y
elCj ueha dado una respuesta al enigma del
Ser, qne ocupará alas pensadores de 105
sig10s futuros. Ese soy yo, i. y quién po-
,dria dist'utirlo en 105 años que aÚn me
qlleclan de vida? Precisanlente por haber
escrito El 17~undo cmno votuntad Y COJHO
I'epresentaáón, Schopenhauer sabia lllUY
bien q ae ser un pensac10r es tan ilusorio
C01110 ser un enfenno 0
un desc1eùado y
['1
que era otra casa, profunda111ente.
Otm cosa ; la voluutad, la oscura raÎz
hahrá de ParoIIes, 1a cosa que era S'ívift.
J 0 R OE I, U I S B 0 R G E S