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NARRATIVOS EN TERAPIA 1
CARLOS E. SLUZKI
Una familia consulta debido al comportamiento obsesivo-compulsivo reciente, más bien intenso, de un ama
de casa de 56 años, quien limpia incensantemente, incluso llorando, ya que no puede parar. En el curso de la
primera entrevista con ella, su esposo de 65 años y su hija de 19, se obtiene la siguiente información: su hija,
amiga cercana y aliada, está por dejar el hogar para ir a estudiar a una Universidad distante 3000 millas; su
esposo es un 'trabajólico', la señora no tiene muchos contactos fuera de la familia nuclear y hay poca
intimidad en la relación de pareja; ella nació en Irlanda y su esposo es de ascendencia griega.
Supongamos que la noche antes de la entrevista usted estuvo leyendo un libro sobre el ciclo de vida familiar.
Con ese modelo en mente, en el curso de la conversación terapéutica usted amplifica selectivamente datos en
relación con dicho modelo. En el curso del interrogatorio, la familia genera entonces un cuadro que calza con
el 'síndrome del nido vacío'. Usted explora tentativamente soluciones alternativas al problema y, al mismo
tiempo, la familia sensibilizada a este nuevo entendimiento de lo que les ocurre, acuerda la siguiente cita.
Sin embargo, puede que la noche previa usted estuvo releyendo material acerca de la pérdida y el duelo.
Usando ese lente, usted descubre que la conversación terapéutica ilumina información relevante para ese
modelo. La familia comienza entonces a hablar de la muerte de la madre de la esposa, que ocurrió en el
mismo periodo en que nació su hija favorita. Debido a esa relación temporal, el vínculo con su hija llegó a
ser inusualmente estrecho. Nunca se había hablado de la muerte de la madre y nunca se había 'trabajado' la
pérdida. En este punto de la entrevista, la paciente llora, la hija y el padre sollozan y los propios ojos del
terapeuta se mojan. Entre todos co-crean un ritual fúnebre para la madre de esta mujer que, por supuesto, es
necesario si la paciente debe dejar ir a la hija sin recurrir a los síntomas de un intento inconsciente por
retenerla. Todos sienten que usted ha dado en el clavo.
Sin embargo,¿ Qué sucedería si, en vez de las lecturas anteriores, usted hubiera estado revisando el clásico de
Minuchin (1974) "Familias y Terapia de Familia" ?. Probablemente usted notaría desde el comienzo de la
entrevista, la disposición en que se sientan los miembros, los límites de los subsistemas y las alianzas. Usted
1 Versión en español del artículo original en inglés Transformations: A Blueprint for narrative changes in Therapy. C. Sluzki, 1992. Family
Process, Vol. 31. Sept. 1992, págs. 217-230.
2 Psicólogo. Profesor Titular Escuela de Psicología, Universidad de Valparaíso. Magíster en Comunicación, Universidad de Chile. Doctor
(C) en Comunicación, State University of New York.
reaccionaría ante la organización estructural de esta familia y la fuerte coalición trans-generacional entre
madre e hija que ha llevado a la marginación del padre. Promovería una discusión acerca de las maneras de
mejorar el proceso de toma de decisiones dentro de la díada parental, en orden a facultar más al padre y
marginar más a la hija. Usted podría favorecer una conversación 'normativa' que incluya cómo ha sentido el
padre el aislamiento y cómo la hija se ha preocupado inapropiadamente del bienestar de su madre. Cada uno
se irá de la sesión con una descripción distinta del problema presentado y una nueva esperanza para el
futuro.
Sin embargo, las cosas pudiesen haber sido significativamente distintas, si 'la noche anterior' usted hubiese
leído, material sobre tópicos culturales en la terapia de familia (lo cual pudiera haber favorecido el desarrollo
de una conversación acerca del contraste entre expectativas sobre el matrimonio entre griegos e irlandeses); o
alguna literatura sobre ética relacional y privilegios (conducente a una discusión sobre deudas insolutas
antiguas, sacrificios y lealtades de familia); o un artículo sobre feminismo (que conduciría el discurso
colectivo al dilema existencial relativo al modo en que cada miembro de esta familia ha socavado cualquier
pequeño esfuerzo hecho por esta mujer para desarrollar "su propia voz".
¿ A qué se debe ?. ¿ Cómo es que las familias y los terapeutas son capaces de hablar con emoción, intensidad,
pertinencia, y convicción acerca de tal variedad de temas. ¿ Cómo es que cada una de estas hipotéticas
sesiones alternativas con esta familia habría generado una historia igualmente pausible que respondiera por
la naturaleza del problema y/o su raíz? Y, lo que es aún más sorprendente, ¿ cómo se puede haber generado
ese cambio a través de tantas avenidas conversacionales diferentes?.
La respuesta puede estar en un elemento común: en cada caso, familiares y terapeuta han construido una
historia alternativa plausible utilizando elementos de una o más de las historias que trajo la familia. Cada
narrativa o historia alternativa fue estructurada alrededor de un mito cultural o tema disponible; cada una
contiene un nuevo reparto de roles, temas, y secuencias de la trama; cada una tiene sus propias presunciones
y consecuencias lógicas, morales y de comportamiento. De manera concomitante con la transformación en las
narrativas, la historia original que contenía el problema pierde su dominancia; el problema es redefinido, se
transforma en un no-problema, o incluso en una bendición disfrazada. El problema presentado es ahora
receptivo a las soluciones, o pierde foco; se "di-suelve", (para usar el feliz término propuesto por Anderson y
Goolishian, en 1988). La consulta ha logrado su objetivo.
Nuestro mundo social se constituye dentro y a través de una red de múltiples historias o narrativas (la
'historia' de lo que nuestro mundo social es, se construye y sustenta en múltiples historias o narrativas, siendo
a la vez, una de ellas). Esta ecología de historias, con distintos grados de predominio en momentos y
contextos diferentes, establece los marcos dentro de los cuales tomamos conciencia de nosotros y los otros, en
que establecemos prioridades, afirmamos o rechazamos deberes y privilegios, colocamos normas para el
comportamiento apropiado o inapropiado, atribuimos significados, y ordenamos los sucesos temporalmente
(Gergen, 1982; Shoetter, 1984). Desde esta perspectiva, el idioma no es representacional; lo que nosotros
llamamos 'realidad' radica y se expresa en nuestra descripción de los eventos, la gente, las ideas, los
sentimientos y las experiencias. A la vez, estas descripciones evolucionan mediante interacciones sociales que
se van configurando a sí mismas mediante esas mismas descripciones; el discurso provee los confines dentro
de los cuales la acción social tiene lugar (Harre, 1984), una afirmación que repite la noción de Bateson de que
la Mente es social.
Cuando este enfoque construccionista acerca de la historias -o las narrativas- es aplicado específicamente a
conversaciones terapéuticas, permite una descripción del cambio terapéutico que, llevada a la práctica,
trasciende temas dominantes específicos (por ejemplo, el ciclo de vida familiar, pérdida y duelo, familia de
origen). Dentro de este marco, un encuentro puede definirse como terapéutico cuando, en su transcurso, hay
una transformación tal en las historias dominantes de la familia que pueden incluirse nuevas experiencias,
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significados, e (inter) acciones, perdiéndose el efecto temático 'nuclear', que tenía el set de historias vinculadas
al comportamiento sintomático-problemático.
El propósito del terapeuta es facilitar o promover dicho tipo de cambio en las historias específicas, o en la
relación entre ellas. Dado que las historias se ubican en el espacio compartido del consenso, los terapeutas
guiados por estos principios intentarán generar un ambiente conversacional que facilite cambios consensuales
y mantendrán una postura abierta acerca de su intento. Empatizarán con los dolores y disputas familiares y
mantendrán una postura de interés y curiosidad en relación a las ideas de la familia. Favorecerán una postura
optimista de connotación positiva, y contribuirán activamente para llevar la conversación terapéutica hacia
cambios en la historia colectiva.
¿ Cómo hace esto último el terapeuta ? En primer lugar, las historias -estructuras narrativas- son sistemas
semánticos auto-regulados que tienen un argumento (qué), personajes (quién) y un escenario (dónde y
cuándo). A su vez, estos componentes narrativos, se dan simultáneamente regulados por, y regulando el
orden moral (significado o tema principal) de la historia, enlazando efectivamente las interpretaciones
alternativas (Gergen y Gergen, 1986)3. Cada historia está, a la vez, anclada en una red compleja de narrativas
recíprocamente influyentes. Individuos, familias y colectividades más grandes, habitan este sistema de
historias múltiples y organizan sus vidas tomando decisiones alrededor de la narrativa dominante y en
concordancia con ella.
Para que las nuevas historias (o las nuevas relaciones entre historias) se consoliden en la conversación
terapéutica, deben evolucionar desde la historia familiar antigua conservando elementos de ella.
Generalmente, las historias transformadas son una recombinación de los componentes de la vieja historia a la
que el terapeuta, el paciente o la familia han introducido elementos nuevos (personajes, argumentos, lógica,
orden moral) como resultado, por ejemplo, de un interrogatorio circular que posibilita que lo nuevo vaya
siendo consolidado por todos los que participan durante la conversación terapéutica. La coherencia derivada
de la relación estructural entre los componentes y el anclaje narrativo, así como las restricciones provenientes
tanto desde el mundo histórico como del mundo material (restricciones culturales, de desarrollo y ejes
3 En la práctica diaria, a veces por razones derivadas de modelos-guía o por simple preferencia, la mayoría de los terapeutas de familia,
organizan el diálogo terapéutico alrededor de uno o más temas nucleares tales como el ciclo de vida familiar, familia de origen, polos de
autonomía-dependencia, etnicidad, temas de género, ética relacional, pérdida, duelo y otros. Estos temas operan como poderosos
imanes en tanto aquellos elementos en las narrativas de los pacientes que calzan con los temas dominantes del terapeuta van siendo
progresivamente destacados, hasta que llegan a ser pertinentes y relevantes para ambas partes y, por lo tanto, se convierten en un campo
fértil para las prácticas transformativas. De hecho, las preferencias temáticas de los terapeutas dan lugar a muchas de las 'escuelas" u
'orientaciones' en el campo de la Terapia Familiar y el énfasis hecho en este trabajo no refleja el modo en que la mayoría de los terapeutas
familiares hablaría o escribiría acerca de su trabajo.
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temáticos posibles/permitidos, es decir, mitos dominantes) limitan la manera en que las historias pueden
configurarse y transformarse. Una historia nueva demasiado diferente de la historia previa no será
reconocida por los consultantes como propia y la rechazarán como no pertinente. Sin embargo, si una historia
nueva es demasiado similar la antigua no será 'retenida' porque la vieja historia tiende a reconstituirse
mediante sus muchos vínculos con un mundo material que ya resulta familiar a los consultantes.
Cada encuentro es esencialmente idiosincrático porque la tela del proceso y el contenido de la conversación
se entreteje con contribuciones de todos los participantes. Sin embargo, cuando uno intenta analizar los
movimientos o secuencia de episodios que caracterizan la historia natural de una sesión, usando el punto de
ventaja de las narrativas, la mayoría de las consultas parece seguir un trazado que contiene los siguientes
elementos, general- mente en secuencia, y sin duda, entrelazados 4.
1. ENCUADRE DEL ENCUENTRO: Los primeros intercambios enmarcan el proceso, proponiendo y haciendo
evolucionar la dinámica de poder (quien tiene qué derechos para definir la naturaleza del problema y la
naturaleza y metas de la consulta; quien puede imponer qué sobre quien) y responsabilidad (quien puede
generar iniciativas; quien está encargado de proponer tomar resoluciones; en qué terreno está ubicado el
problema; quien monitoreará el proceso; quien obtiene el reconocimiento o la culpa por el problema y por
los cambios). Algunas veces, estos intercambios son explícitos, pero generalmente son implícitos,
transmitidos mediante 'dichos' chistes, bromas, arreglos de ubicación al sentarse, saludos y presentaciones
iniciales, preguntas tanto del terapeuta como del paciente y la familia, así como otras formas socialmente
reguladas de darle dirección al marco que contextualiza la conversación terapéutica como un proceso que
considera áreas de acuerdo colectivo.
4. REALCE (EJEMPLIFICACION) DE HISTORIAS NUEVAS: Una vez que el terapeuta nota que se ha hecho
viable (aunque sea ligeramente) una alternativa a las historias o relación de historias troncales (esto es, que la
conversación puede evolucionar hacia un nuevo consenso alrededor de corolarios morales y conductuales
alternativos) intentará ir mejorando selectivamente esas visiones alternativas, elicitándolas y validándolas
mediante comentarios y preguntas adicionales. El objetivo de esta parte del proceso es reforzar las historias
nuevas, o la relación alternativa entre historias, con una lógica sólida y una distribución más favorable de los
roles, los rótulos y las posturas morales, a fin de alcanzar un consenso preliminar acerca de ellas, la naturaleza
del problema y su resolución (disolución ?) como opciones que reemplazarán lo antiguo. Hablando
claramente, los terapeutas tenderán a favorecer historias o relaciones alternativas entre historias que creen
patrones, perspectivas esperanzadoras, opciones, influencia y códigos morales. 5
4 Este trazado sigue los pasos propuestos por Cobb (1991) en relación con los componentes de una consulta de mediación. Cobb
sostiene que, aunque la mediación y la terapia tengan diferencias distintivas, ambas requieren un manejo de los procesos de
comunicación en que emerge y es transformada la narrativa.
5 Pakman (1991) sugiere que la pertinencia de la historia nueva -una construcción nueva de la realidad- desarrollada en el curso de la
terapia puede evaluarse en base a tres parámetros: a) pragmático: las nuevas acciones observables hechas por el sujeto en las áreas
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5. ANCLAJE DE LAS HISTORIAS NUEVAS: El terapeuta puede elegir anclar más allá las historias nuevas,
mediante la recomendación de rituales post-sesión o tareas específicamente diseñadas para reconstituir y
reconfirmar las nuevas descripciones.
Lo anteriormente descrito puede causar la impresión que yo creo que 'el terapeuta realiza' esos pasos por
diseño. Pero no es así.
Desde mi punto de vista, la conducta del terapeuta está orientada por un conjunto de general posturas (por
ejemplo, franqueza, empatía, curiosidad, supuestos positivos) y directivas conceptuales (historias
privilegiadas, por ejemplo, sobre familia de origen, ciclo de vida familiar, pérdidas, secretos, cultura), pero el
proceso de la consulta 'sucede' de una manera más bien idiosincrática y es afectado por muchas variables de
la familia, del terapeuta, y del contexto. Sin embargo, la secuencia o 'bosquejo' reconstructivo propuesto más
arriba, le permite a uno investigar la sombra de un diseño que subyace a casi todas las sesiones conducidas
por un terapeuta sistémico.
Lo que no especifica esa secuencia es la forma en que las nuevas historias son favorecidas por el terapeuta, el
cómo la transformación de narrativas empieza a tomar lugar en la práctica, en el nivel material del discurso,
durante la conversaciòn terapéutica real. Para manejarse con estas preguntas, debe introducirse un nuevo
nivel de análisis, focalizado en micro-prácticas, que le permiten a uno especificar y operacionalizar procesos
vinculados al tercer paso del 'bosquejo', esto es, el 'favorecimiento de nuevas historias'. Lo que resta de este
artículo está dirigido a este punto.
MICRO-PRACTICAS TRANSFORMATIVAS
Las historias acerca de problemas, síntomas o conflictos, las mil y una historias y respuestas relativas a la
pregunta "¿ qué lo trae a usted a la consulta ?" o "¿ qué puedo hacer por usted ? se organizan alrededor de
personajes, con variados atributos, relaciones y viscicitudes; giran en torno a guiones, sucesos, eventos y
escenarios, respecto de los cuales los participantes tienen distinto peso y grado de influencia; las historias a
que refieren dichas respuestas, traen consigo corolarios éticos y de conducta, juicios de valor y consecuencias
ineludibles para los participantes. Además, las historias pueden ser contadas de un modo en que el narrador
y, complementariamente otros, se retrata (n) como protagonista, espectador, testigo, o intérprete de eventos
con grados variables de competencia y confiabilidad.
Las variables específicas a lo largo de cada una de esas dimensiones, se discutirán en forma detallada en las
próximas páginas, ya que ellas constituyen el locus de las micro-prácticas transformativas durante la terapia
(ver Tabla 1). Sólo con propósitos didácticos, se discutirá cada una por separado. Sin embargo, debe resaltarse
que la mayoría de estas dimensiones están conectadas intrincadamente, y que un cambio en cualquiera de
ellas afecta a todas las otras. A la vez, cualquier cambio en una historia puede afectar la posición relativa de
ella dentro de la compleja red de narrativas que constituye la realidad familiar e individual. De hecho, las
definiciones mismas de (y, por supuesto, los confines pragmáticos entre) muchas de las categorías en este
listado están lejos de ser mutuamente excluyentes- ni pueden serlo. 6
problema; b) ético: respeto por la autonomía de todos los miembros del sistema; y, c) estético: el movimiento desde el disconfort hacia el
bienestar para todos los miembros del sistema tanto en el dominio problemático como en sus dominios asociados.
6 Estoy consciente del riesgo que lo siguiente se interprete como recomendaciones estratégicas, es decir, como movimientos que deban
hacerse o líneas que deba seguirse. El lector ha de entender, sin embargo, que esta lista es reconstructiva más que prospectiva, es decir,
que es un intento de especificar movimientos del terapeuta durante el curso de la conversación terapéutica, dadas ciertas condiciones de
la historia, en el contínuo 'esto es lo que el terapeuta hace', más bien que 'esto es lo que el terapeuta debería hacer'.
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TABLA 1
TRANSFORMACIONES
DIMENSION CAMBIO
En el tiempo: Estática/Dinámica
Sustantivos/Verbos
A-histórica/Histórica
En el espacio: No-contextual/Contextual
En la causalidad: Causa/Efecto
En el relato Pasivo/Activo
Interpretaciones/Descripciones
Incompetencia/Competencia
I. TRANSFORMACIONES EN EL TIEMPO.
7 Algunos de los ejemplos usados para ilustrar las microprácticas, consisten en declaraciones, pero la mayoría son preguntas,
principalmente circulares. Esto no es sorprendente, ya que el interrogatorio circular es una las herramientas interventivas más poderosas
al servicio de una conversación transformativa. Una discusión más extensa sobre interrrogatorio circular, véase en Penn (1982, 1985) y
Tomm (1985, 1987, 1988).
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Shazer (1985, 1988). La suma de fluctuaciones hace más fácil llamar la atención sobre las
excepciones (¿ qué pasa cuando el problema no está presente?), sobre las competencias (¿ cómo se
las arregló entonces para reducir la intensidad del problema ?), y sobre los patrones y escenarios
alternativos (¿ qué hacen los demás cuando el síntoma es más (o menos) intenso ?).
Sin embargo, hay ocasiones en que el terapeuta puede querer hacer manifiesta una condición
constante que es oscurecida por las fluctuaciones. Esto puede hacerse destacando un denominador
común de las descripciones. El terapeuta podría decir, por ejemplo, "¿ ha encontrado usted un
tema común en todos los episodios de discusión ?". A la vez, la inclusión de una dimensión de
tiempo en una historia sin tiempo, la introducción de comparaciones entre entonces y ahora o, entre
ahora y el futuro, permite a los consultantes recuperar un sentido de evolución, una progresión de
sucesos que expande sus repertorios de descripciones e interpretaciones del problema, así como la
participación colectiva que tienen en su mantención.
Hay, sin embargo, historias que abundan en descripciones de acciones, pero carecen de cualquier
corolario global, como cuando el narrador describe gente repitiendo un tipo de acción, pero no
propone una denominación general. En esas circunstancias, puede ser preferible una
transformación que permita denominar globalmente. El terapeuta puede inquirir, por ejemplo, ...
considerando todo eso, ¿ cómo rotularía usted a sus padres, (o a usted mismo) ?". Una
denominación que acote la descripción puede alentar a los pacientes a asumir responsabilidad o a
tomar acciones terapéuticas bloqueadas por la forma descriptiva previa.
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II. TRANSFORMACIONES EN EL ESPACIO.
Si alguien se explaya sobre un suceso pasado, definido como la causa de la dificultad actual, el
terapeuta puede explorar si la dificultad existía de alguna manera antes de la ocurrencia de ese
evento. o explorar de qué manera los otros pueden haberse visto afectados por ese evento
(definiendo así la respuesta como idiosincrática y nó genérica). En correspondencia, cuando una
historia enfatiza los efectos de un problema, puede ser útil explorar las teorías del paciente acerca
de sus causas. Esto puede transformar la historia en una que contenga contextos de justificación o
responsabilidad, la que a su vez puede ser luego desestabilizada mediante una exploración en la
dirección opuesta.
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puede ser útil preguntar por dichas cualidades para organizar descripciones alternativas. El
terapeuta puede preguntar, por ejemplo: "En estas peleas con su madre ¿ quién era el adulto y
quien el niño ?; ¿ quién cuidaba a quien ?. Reposicionar al sujeto de la narrativa -entre historia
basadas en sí mismo y en otros- puede afectar la posición del relator como agente, es decir, como
actor responsable.
Las dos siguientes categorías son variaciones sobre el tema de los cambios entre atributos
intrínsecos y patrones interpersonales, y también ilustran un cambio entre sustantivo y verbo. Los
estoy incluyendo en este listado debido a su frecuente uso.
Nuevamente, esta transformación puede ser revertida, a saber, cambiando desde efectos a
intenciones si la especulación acerca del propósito puede introducir alternativas potencialmente
viables dentro de la historia actual. Demás está decir que el terapeuta puede optar por favorecer
cambios en la naturaleza del atributo más bien que un cambio desde la atribución al efecto.
Una transformación en la dirección opuesta podría ser útil si un rótulo sintomático le permite a uno
agregar una dimensión exploratoria o contextualizadora. Un comentario del tipo: "Y cómo podría
usted esperar pasarlo bien cuando usted está deprimido!", podría tener el efecto de neutralizar la
trampa silogística de la autotortura. "¡ Páselo bien !"
- ROLES / REGLAS: (cambios entre descripciones que consignan a la gente a nichos socialmente
sancionados e historias que incluyen reglas de interacción de las cuales los roles pueden ser una
consecuencia colectiva). Si una historia caracteriza a los individuos en términos de atributos de rol
(un padre severo, un jefe opresivo, un esposo dominante, una esposa sumisa, una madre intrusa,
una hermana protectora, un hermano cabeza de turco), el terapeuta podría preguntar, por ejemplo,
¿ hacia quien se comporta esta persona de esa manera ?. ¿ Era su madre intrusa también con sus
hermanas ?. ¿ Quién está de acuerdo con esa definición ?. ¿ Tu hermano también considera a tu
padre severo ?. También el terapeuta podría afirmar: " bueno, si usted es el malo, (torturador,
incompetente) en su familia, ¿ quién termina siendo el "bueno" ?". De hecho, una descripción
aislada de un rol depriva a la historia del patrón interpersonal del cual el rol es parte. Esta
transformación agrega contexto, remodela las responsabilidades, y enriquece el escenario. Sin
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embargo, hay roles definidos por nuestra cultura que pueden ser útiles de destacar como variables
no reconocidas dentro de una historia, a fin de aflojar las implicaciones. Así, un terapeuta podría
decir: "todo esto está bien y es bueno, pero ¿ quien asumió el rol de madre, y quién jugó a la hija?
Esto se refiere a los cambios axiológicos, es decir, a cambios en el orden moral evocado por la
historia. Esta transformación es un resultado frecuente, indirecto, de otros cambios en la narrativa,
que llevan a cambios en la atribución de valores a eventos o gente, y en la localización de los
atributos tales como bueno y malo, generoso y tacaño, sano y enfermo, lindo y feo, sabio e
ignorante, competente e incompetente. Sin embargo, este tipo de transformaciones también puede
ser el resultado directo de comentarios hechos por el terapeuta desde una postura de connotación
positiva, que implica o conduce a cambios dramáticos en los supuestos. Por ejemplo, si un
paciente describe de una manera auto-depreciativa su conducta enojadiza hacia sus hijos como
razón de consulta, el terapeuta puede optar por comentar: "se necesita mucha responsabilidad y
coraje para decidirse a consultar por conductas que son tan mal vistas" o, "a través de su vida
usted no tuvo ejemplos de paciencia y ternura, por lo tanto usted no es cruel, sino ignorante !"-
'ignorancia' es un atributo más suave que no está inmutablemente "grabado en el carácter", y puede
ser cambiado por medio de aprendizaje. Las siguientes sub-categorías amplían y ejemplifican este
punto.
- LOCO / ENFERMO: (cambios entre la atribución de locura -que implica cordura en otros- y
atribución de cordura, si es posible, a todos los participantes). El paciente afirma: "cuando bebo
me vuelvo loco"; a lo que el terapeuta puede comentar: "lo que usted me dijo que decía cuando
estaba borracho puede no haber sido agradable, pero a mí me hizo sentido", lo cual puede suprimir
la coartada de estar loco, y cambiar la historia en su totalidad.
- LEGITIMO / ILEGITIMO (cambios entre razonable e irracional, o entre lógico e ilógico). Una
mujer, en el curso de la consulta describe, con indignación, que su madre le dijo que ellas no se
llevarían bien si se fueran a vivir juntas a esta altura. El comentario del terapeuta, "una dama
bastante lúcida, su madre!". (en un contexto de confianza) hace pedazos el supuesto implícito acerca
de la "irracionalidad" de la madre", lo que permite re-examinar la descripción y los corolarios de ese
evento.
- PASIVO / ACTIVO: (cambios entre una historia en la cual el relator es el objeto y otros (o
incluso los síntomas) son actores, y una en la cual el relator es un agente y es por lo tanto,
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responsable). Si alguien describe una historia en la cual él o ella es la víctima, el terapeuta,
sabiendo que esa descripción elude la cuestión de actor-agente, puede preguntar: "¿ y usted qué
hizo en relación a eso ?" o "¿ y qué ha hecho usted en relación a eso en el pasado, que haya tenido
éxito?".
Una transformación desde el pasivo (víctima) al activo (agente) constituye una manera poderosa de
ampliar la historia. Este puede ser el caso, por ejemplo, cuando los pacientes se describen a sí
mismos como víctimas de síntomas, o de relaciones en las cuales la pasividad no ha sido impuesta
por fuerza física, opresión económica, o coacción ideológica. Sin embargo, esta postura pasiva
puede ser difícil de cambiar, si no indeseable, en historias en que el actor pasivo es un niño, una
mujer crónicamente azotada, una persona mayor débil, o alguien que sufre de dolor crónico, ya que
la descripción alternativa puede culpar a la víctima. Incluso más, en estos casos, puede necesitar ser
favorecido primero un apoyo a la descripción de pasividad o victimización a través de una
apreciación contextual de la carencia de alternativas en el momento, para poder reafirmar al sujeto.
Durante el curso de la discusión de esta dimensión, Raush (1990, comunicación personal) propuso
la interesante matriz que se presenta a continuación (ver tabla 2). Las historias en que el problema
es definido como externo y la solución es también contingente sobre una fuente externa, evocan,
gatillan, son evocados y gatillados por, culpa o indefensión. Las historias en las cuales el problema
es definido como interno, pero la fuente de la solución es descrita como externa por el narrador,
pueden conducir a la condena o la salvación. Las historias que son localizadas en el escenario
interno del individuo, y cuya solución se encuentra también dentro de él mismo, favorecen la
desesperanza y la culpa. Finalmente, las historias en las cuales el problema es definido como
externo al relator, pero éste es propuesto como agente de cambio, conducen a la acción.
TABLA 2
PROBLEMA
EXTERNO INTERNO
LOCUS
DEL
CAMBIO EXTERNO Culpa o indefensión Salvación o condena
Especificando la ubicación del agente y del problema en una historia, esta matriz permite precisar
el efecto temático favorecido por la historia. También permite inferir la dirección de cambio
favorecida por la mayoría de las descripciones de los terapeutas, en las cuales los relatores pueden
hacer algo en relación con los eventos que son externos a ellos.
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Una variación poderosa acerca del tema de esta transformación es la estrategia de externalización a
la manera propuesta por White (1986) y White y Epston (1990); ver también Tomm (1989). Consiste
en la descripción de la naturaleza de la relación entre el individuo o familia y el síntoma o problema
crónico que localiza a este último como externo al Yo y disociado de éste. Representa la situación
como una lucha entre el problema externalizado ("la lógica defectuosa", "el estilo de vida en-el-
rincón"), que trata de conquistar territorio mediante maniobras furtivas, tentaciones, y trampas, y el
yo individual o colectivo que cuenta con el terapeuta para ayudarle en el reconocimiento de
estrategias útiles dirigidas a domesticar y expulsar al intruso.
RECAPITULACION
Cada categoría propuesta en la lista de micro-prácticas define una dimensión de una narrativa, y
las transformaciones que pueden ser favorecidas cambiando una descripción hacia cualquiera de
los extremos de un parámetro. Mis descripciones omiten cualquier recomendación de empujar
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narrativas específicas hacia un extremo de cualquier dimensión específica. Mientras el terapeuta
puede tener en mente las amplias guías para una "mejor historia dominante" en la práctica
psicoterapéutica, en momentos críticos dentro de las sesiones, movimientos transformativos en
cualquier dirección dada y dentro de cualquiera de las dimensiones, son interrumpidos o alternados
con movimientos en la dirección opuesta. Esta desestabilización de una descripción dominante
puede tener el efecto de generar en los participantes un "hambre de claridad", que puede favorecer
la generación de consenso alrededor de nuevas narrativas. Sin embargo, en el curso de la mayoría
de las consultas terapéuticas, los terapeutas pueden elegir poner de relieve aspectos particulares de
historias cuando ellos estiman que la forma potencial de la nueva narrativa ampliará la gama y
calidad de opciones que tiene el paciente y la familia para resolver problemas. De hecho, la
dirección específica de la transformación de narrativas es contingente sobre el ajuste evolutivo entre
las historias, los estilos dominante y alternativo de la familia y, los propios modelos, idiosincracia y
estilo preferidos por el terapeuta. 8
Resulta innecesario decir que muchos movimientos transformativos favorecidos por los terapeutas,
mientras contribuyen a reorganizar la narrativa, están lejos de ser 'revolucionarios', puesto que las
historias alternativas ya han sido legitimadas por los propios pacientes también como dominantes.
Por ejemplo, mientras un paciente está entregando una descripción no-histórica de su problema
actual de exceso de ingesta alcohólica, el entrevistador pregunta por la historia familiar de ingesta
de alcohol (favoreciendo un sesgo histórico), y el paciente comenta, "como usted debe imaginar, mi
padre era alcohólico y, de hecho, él me enseñó a beber".
De este modo, tiene lugar un cambio de una descripción no-histórica a una histórica del problema,
pero sin contener ninguna novedad (al menos hasta entonces) desde la perspectiva del paciente. En
otras ocasiones, sin embargo, el mismo cambio puede abrir alternativas que, desde el punto de vista
del paciente/familia, son totalmente novedosas -por ejemplo, la evolución hacia la idea que el beber
lo hace ser su padre, cuya muerte siempre había rechazado.
Es importante reconocer que el proceso transformativo es afectado no sólo por los actos de discurso
del terapeuta, sino también por las experiencias de afianzamiento adicionales que pueden tener
lugar durante la sesión-tales como representaciones- o fuera de ella- tales como tareas y rituales-
que reconfirman la nueva historia, mientras contradicen y hacen insostenible la antigua. Es también
importante destacar una vez más que no es que "el terapeuta transforme"; más bien genera una
oportunidad para el cambio, pero la transformación es el resultado del proceso terapéutico total.
Finalmente, vale la pena recalcar nuevamente que esta taxonomía se centra sobre los componentes
intrínsecos de las narrativas, y no intenta ocuparse de manera sistemática del próximo nivel lógico
de complejidad dentro de este dominio, a saber, los sistemas de narrativas inter-influyentes en los
cuales se ancla cada historia.
CONCLUSIONES
El nivel de análisis acerca de las transformaciones que se ha propuesto en este ensayo, puede tener
poderosas implicancias como herramienta clínica, de entrenamiento y de investigación, porque
estas micro-prácticas residen en el centro mismo del diálogo transformativo de la terapia. Un
énfasis sobre estos procesos puede, desde mi punto de vista, enriquecer nuestra habilidad para
8 Una lúcida descripción acerca de lo singular de las intersecciones entre sistemas complejos-realidad del paciente/familia-realidad del
terapeuta, puede encontrarse en Elkaim (1985).
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especificar posteriores construcciones de teorías, práctica clínica, entrenamiento e investigación en
terapia sistémica basada en narrativa.
En términos de sus implicancias clínicas, esta descripción provee un nuevo nivel de detalle en el
mapa de un territorio que es central en la temática terapéutica. Por lo tanto, puede permitir al
clínico expandir su capacidad para desafiar la mayoría de las dimensiones de historias, más bien
que 'especializarse' en unas pocas. Uno podría aplicar este mapa, por ejemplo, a la práctica de
interrogatorio circular, porque le permite a uno discutir no solamente la forma específica de las
preguntas (Tomm, 1987, 1988) sino también el locus y la dirección de cambio específico en la
narrativa de los pacientes o familias.
A la vez, esta herramienta 1) puede permitir una nueva descripción micro-analítica de la conversación
terapéutica, y también un análisis de la "historia natural" de la terapia individual, de pareja o familiar, 2) nos
puede proveer con nuevas, y ojalá maneras heurísticamente útiles de estudiar lo que realmente tiene lugar en
la transformación de narrativas, incluido, pero no limitado a, el proceso de desarrollo de consenso, de
cambios, y las diferentes maneras en que las familias, parejas e individuos participan en el proceso de
terapia; 3) puede proveer también nuevas maneras operacionales de categorizar estilos y orientaciones de los
terapeutas, y la manera en que ellos responden o participan del proceso de terapia, 4) puede ofrecer
oportunidades de percatarse del ajuste entre los estilos de la familia y los del terapeuta y acerca del papel de
éste último en el proceso de cambio; y, finalmente, 5) puede permitir el desarrollo de una próxima generación
de herramientas conceptuales nuevas y más poderosas que acelerarán la defunción de las que nosotros
proponemos aquí.
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Hoffman (1981) ha destacado: "Hasta ahora la Terapia Familiar lo ha estado haciendo mejor en el
área de cómo-cambiar, más que en el área de qué-cambiar" (p.176). El nivel de análisis propuesto
aquí, define una región que en parte se superpone con el 'como' y el 'qué' y provee nuevas
percataciones acerca de una teoría de práctica que puede enriquecerlos a ambas. Adicionalmente,
este ensayo provee un punto de entrada para comenzar la exploración de las propiedades
sistémicas de un concepto básico del enfoque de la terapia construccionista de segundo orden: la
compleja ecología de narrativas que constituye nuestro mundo social.
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