Figuras literarias. Ejercicios.

Érase un hombre a una nariz pegado,

érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un pez espada mal barbado.

En el silencio sólo se escuchaba

un susurro de abejas que sonaba.

Abajo, el oro es rojo. Arriba, el oro es claro.

Abajo, son ensueños medievales, románticos.
Arriba, son anhelos aéreos, clásicos.

Sólo la luna sospecha la verdad.

Y es que el hombre no existe.

La cama tenía en el suelo y dormía siempre de un lado por no gastar las sábanas.

El agricultor español es de una mentalidad arcaica: pierde lo más, lejano y

trabajoso, por obtener lo menos, presente y voladero.

Hay recuerdos de cosas futuras como hay esperanza de cosas pasadas, y esto es
la añoranza.

La plaza tiene una torre,

la torre tiene un balcón,
el balcón tiene una dama,
la dama una blanca flor.

Que un hombre a hombros del miedo...

Quema el sol, el aire abrasa.

Socava el alto muro, la piedra agujerea...

Tú eras el huracán, y yo la alta

torre que desafía su poder.

No te verán mis ojos:

mi corazón te aguarda.

Es pálida su tez como la tarde,

cansado el oro de su pelo undoso,
y de sus ojos, el azul, cobarde.

¡Oh, llama de amor viva

que dulcemente hieres...

Acude, corre, vuela,

Traspasa la alta sierra, ocupa el llano…

Bachillerato Colegio La Inmaculada. Algeciras