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A. La legislación de Israel
2. La frase "sin más daño (BJ), "sin causarle ninguna lesión" (NEB),
parece que significa a la letra "y no hay cura"; esta última palabra, sin
embargo, estaría usada eufemísticamente por "daño", desgracia,
accidente". Su sentido por tanto es "y no hay daño", pero se debe
sobrentender sin duda "otro", dada la multa que se impone. En el verso
siguiente, el 23, el inciso paralelo significa por tanto: "Pero si hay
daño", o mejor aún, "pero si hay (otro) daño".
2. Las frases hebreas "y no hay (otro) daño" y "si hay (otro) daño", que
el original deja ambiguas, aunque parezca más probable que las
refiera a la madre, la traducción griega, al utilizar el participio neutro,
las interpreta sin lugar a duda del feto.
3. Al inciso final del verso 22, que como indicamos es oscuro, los
traductores griegos lo entendieron en el sentido de que la multa
impuesta no debe ser arbitraria ni exagerada. Vemos pues que la
Septuaginta ha puesto más énfasis en el feto abortado, al que ha
hecho el centro de la ley.
b) Las leyes asirias del Imperio Medio: Los Asirios estaban relacionados
con los babilonios en muchos aspectos de la vida: Lengua, religión,
cultura, etc.. No es pues de extrañar que sus leyes coincidan también
en muchos puntos, aunque dado el carácter asirio, se advierte en ellas
una mayor severidad. Las leyes asirias relativas al aborto se
encuentran en los párrafos 21 y 50 al 53 de la tableta A. Vamos a
darlas también en traducción.
c) Las leyes hititas: Aunque el Imperio Hitita tuvo menos influjo sobre
Israel por hallarse más alejado tanto geográfica cuanto
cronológicamente, puede sin embargo ser interesante conocer también
su legislación en la materia. En sus leyes encontramos las
disposiciones siguientes:
(17) "Si alguien hace abortar a una mujer libre pagará diez siclos de
plata si está en el décimo mes, cinco siclos de plata en el quinto mes,
y dejará su hacienda como fianza". Esta misma ley tiene una versión
posterior que estipula el pago de veinte siclos de plata en toda
hipótesis.
(18) "Si alguien hace abortar a una esclava, pagará cinco siclos de plata
si está en el décimo mes". Una versión posterior estipula que el pago
será de diez siclos.
Conclusiones
a) El nacimiento de Isaac (Gen 17, 15-21; 18, 9-15; 21, 1-7). El relato
es demasiado conocido para detenernos en su presentación.
Subrayamos solamente esa relación íntima que contiene entre Dios, y
la concepción y nacimiento del hijo de la promesa, aún desafiando las
leyes de la naturaleza.
d) La vocación del Siervo de Yahveh (Is 49, 1-6): Se trata del pasaje en
el que el autor de la segunda parte del libro de Isaías, llamado
generalmente el Déutero-Isaías, describe la misión de ese personaje
misterioso que él califica como el Siervo de Yahveh. Coincide en su
punto central con la vocación de Jeremías que acabamos de
considerar, pero tiene algún matiz diferente que señalaremos después
de leer el texto: "Escuchadme, islas; atended, pueblos lejanos: Estaba
yo el en vientre, y Yahveh me llamó; en las entrañas maternas, y
pronunció mi nombre. Hizo de mi boca una espada afilada, me
escondió en la sombra de su mano; me hizo flecha bruñida, me guardó
en su aljaba y me dijo: `Tú eres mi siervo (...), de quien estoy
orgulloso'. Mientras yo pensaba: En vano me he cansado, en viento y
en nada he gastado mis fuerzas; en realidad mi derecho lo defendía
Yahveh, mi salario lo tenía mi Dios. Y ahora habla Yahveh, que ya en el
vientre me formó siervo suyo, para que le trajese a Jacob, para que le
reuniese a Israel - tanto me honró Yahveh, y mi Dios fue mi fuerza -. Es
poco que seas mi siervo y restablezcas las tribus de Jacob y conviertas
a los supervivientes de Israel, te hago luz de las naciones, para que mi
salvación alcance hasta el confín de la tierra".
4) Conclusiones
D. Conclusión