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ALCMEON 6
Curva de autoevaluación sexológica su
aplicación en sexología forense
Prof. Dr. Juan C. Romi

Summary
An emphasis is placed on psychiatric, and clinical sexology knowledge so that
both may be applied in legal sexology. After reviewing the basic principles,
and classifying sexual disorders, the author suggests that a battery of tests be
resorted to so that a self-assessment curve is obtained-thus offering a
personality profile, and a sexological profile of assistance for a sound
diagnosis.
Key Words: Sexology
Sexological self-assessment
Sexual behavior

ALCMEON Vol. 2, Nº 2: 241-266, 1992

I. Introducción
El médico legista requiere tener conocimientos actualizados de psiquiatría y
sexología clínica para dar respuestas idóneas a los interrogantes que plantea la
sexología forense en estos momentos.

El sexólogo clínico debe contar en su labor pericial con conocimientos de


medicina general, de psicopatología en especial y de sexología en particular.
Todo peritaje psicosexológico requiere un exhaustivo examen de la
personalidad del actor y hacer un diagnóstico sexológico correcto (se debe
conocer la nosología sexual), para poder expedirse el perito con idoneidad
sobre el caso a investigar.

En los últimos años hemos ideado una forma de mensurar por autoevaluación
las tendencias que presenta el perfil de personalidad de un individuo y como
las mismas se expresan a nivel de su relación de pareja (perfil sexológico). A
la curva que surge de tal aplicación la hemos denominado «CURVA DE
AUTOEVALUACION SEXOLOGICA» que consta de dos escalas: 1 ) Perfil
de personalidad (tendencias) y 2) Perfil sexológico (pareja).
La curva de autoevaluación sexológica se ideó para ser utilizada como un
examen complementario (test) para corroborar o discrepar con el examen
clínico directo de la personalidad que se realiza al actor y su pareja desde el
punto de vista sexológico y el cual según nuestra experiencia se muestra
eficaz para completar el examen pericial a nivel psiquiátrico y sexológico.

En esta comunicación y por razones de espacio sólo se hará una breve revisión
de algunos conceptos sexológicos básicos que sirven para el diagnóstico
clínico sexológico de la perturbación sexual que puede padecer el examinado.
Luego se desarrollará el concepto de personalidad y sus alteraciones
psiquiátricas y por último se describirá la aplicación práctica de la curva de
autoevaluación sexológica como examen complementario al diagnóstico de
personalidad y al tipo de perturbación sexual según el mayor o menor grado
de genuinidad ó sintomaticidad.

II . Conceptos sexológicos básicos


A) Sistema sexual (SS)
Se entiende por «sistema» el conjunto de cosas que ordenadamente,
contribuyen al logro de un determinado objetivo. Se denomina «sistema
sexual» al conjunto de áreas que interactuando ordenadamente contribuyen al
logro del estudio del comportamiento sexual humano.
Ver Cuadro I
H. Segu, denomina al sistema sexual «organización sexual psicológica» y
describe las alternativas que puedan surgir en cada área:
Ver Cuadro II
El área biológica es la universalmente más estable dentro del SS, ya que el
sexo es la estructura con la que se nace, caracterizado por el individuo como
un sentimiento íntimo de pertenencia a uno de los dos sexos (macho o
hembra) o ambivalencia (identidad de género) y expresado morfológicamente
a través de la función propia y específica de los genitales (genitalidad), es
decir, es la parte orgánico-fisiológica (biología) de la sexualidad. Tal
uniformidad morfológica, da universalidad al género de la especie humana
(homo sapiens). Se puede deducir por lo tanto, sin inconvenientes qué
características son normales y cuáles anormales, siguiendo las estructuras
anátomo-funcionales de los aparatos genitales del varón o de la mujer.

En el área psicológica, no ocurre lo mismo que en el área biológica ya que no


son posibles, la universalidad de las pautas sociales, ni la uniformidad de las
corrientes doctrinarias psicológicas. En términos generales, se acepta
cómodamente que la sexualidad del recién nacido no es igual a la del niño, a
la del adolescente, a la del anciano; es decir, que existen variantes evolutivas
en el desarrollo de la personalidad del individuo, por lo tanto, según las
escuelas psicológicas, la sexualidad puede madurarse, diferenciarse,
discriminarse, etc., independientemente de la edad cronológica del individuo.
En el área sociológica, se observa que cabalga entre el sexo y la sexualidad,
pudiendo modificar mucho más a la sexualidad, que al sexo. Desde el punto
de vista cultural el sexo puede ser respetado (casi en la totalidad de los casos)
o modificado (pocos casos), ej.: circunscisión peneana, mica, etc., y por
razones por lo general de origen religioso. En cuanto a la sexualidad puede ser
adaptada o adecuada, o inadaptada e inadecuada; según el grado de aceptación
a las pautas normativas de una cultura dada.

B) Los fundamentos de la conducta sexual humana


Dentro del SS se reconoce una vertiente biológica (sexo) y una psicosocial
(sexualidad).
1. Sexo
(deviene del latin sexus: dividir).
Son las conductas orgánicas (biológicas) que caracterizan y distinguen un
macho de una hembra. Por lo tanto, se denomina así a todas las características
morfológico-funcionales, que determinan que una persona sea macho o
hembra. Tiene por finalidad básica la reproducción.
2. Sexualidad.
Es la capacidad funcional del sexo (Sexo en función), abarca toda la vida del
individuo (desde el nacimiento hasta la muerte). Tiene por finalidad básica el
placer (función psicológica o erótica), utiliza la genitalidad (Sexogenitalidad),
como alternativa reproductiva o no. De esta manera es la raíz psicosocial del
SS, se aprende y condiciona, se expresa diariamente por conductas. Es decir
por lo dinámico y cambiante de sus expresiones, admite distintas lecturas de
acuerdo a modelos de escuelas psicológicas que la investigan, por lo que se
debe analizar, cada una y todas, con un criterio integrativo a través del método
científico.
La sexualidad, es entonces, el conjunto de funciones del sexo, que se
manifiestan individualmente (conductas) producto del ser sexuado que la
determina, la historia psicológica que la condiciona y las normas ético-
sociales que la regulan, durante toda la existencia del ser humano.
3. Genitalidad.
Es todo lo concerniente a la morfología y el funcionamiento fisiológico y
patológico de los aparatos genitales del varón y la mujer. Es decir, la función
propia y específica de los órganos genitales (género) macho o hembra. La
genitalidad puede ser estática (identidad de género, sexo morfológico o
genital) y dinámica (soporte orgánico-funcional de la sexualidad). Esto último
es un aspecto de la sexualidad, es la expresión sexual de los genitales, que se
logra a través del desarrollo biológico, hecho que acontece en la pubertad con
la irrupción del nivel hormonal gonadal, que completa la aparición de los
caracteres sexuales secundarios y con ellos la máxima aptitud genital. Este
hecho biológico se completa con la maduración psicológica y la adaptación
cultural del individuo, de manera que la genitalidad es parte importante de la
sexualidad, pero no su equivalente. La identidad de género es la conciencia
«de s~ mismo» como macho o hembra, es un sentimiento íntimo de
pertenencia a un sexo determinado.

Las escuelas psicológicas dinámicas como el psicoanálisis, hablan


evolutivamente de «etapa de genitalidad», cuando se ha alcanzado este nivel
de desarrollo sexual psicológicamente, es decir, ha culminado, luego del
período de latencia, la «etapa pregenital» o inmadurez.

C) Diagnóstico de la diferenciación sexual


Si se sigue el esquema anterior se puede observar que en la diferenciación
sexual (dimorfismo) intervienen factores que dependen del sexo, de la
sexualidad y de la genitalidad. Se puede sintetizar así:
Ver Cuadro III

En el sexo se reconoce diferenciación a) genética (ya sea cromosómica o


cromatímica) b) gonadal, c) gonadotrófica, d) hormonal prenatal o
hipotalámica, e) ósea, f) morfológica (clínica, fenotípica o genital).
En la sexualidad se observa: a) civil jurídico o legal, b) de crianza y vestido,
c) psíquico o de orientación libidinal.
En cuanto a la genitalidad, a) hormonal puberal, b) gamético, c) de identidad
sexual o de género.
La madurez o diferenciación sexual del individuo no depende de la edad
cronológica sino de la posibilidad de sortear los diferentes obstáculos sociales
que se le van presentando en el transcurso de su historia vital.
Todas las escuelas psicológicas aceptan que no es lo mismo sexualmente un
recién nacido que un adulto, esta conclusión obvia, apuesta a la idea de que
necesariamente el individuo humano forja su personalidad sexual a expensas
de su desarrollo emocional y de los avatares culturales que sufre en su proceso
de aprendizaje.
Así se reconocen distintos momentos en su evolución psicosexual que son
independientes de su edad cronológica. Se describen: una etapa autofílica
(placer consigo mismo), una isofilia (identificación placentera c/el mismo
sexo) y una heterofilia (placer con el otro sexo).

D) Motivación de la conducta sexual


En todas las sociedades, existen motivaciones PARA LA EXPRESION DE
LAS CONDUCTAS SEXUALES. En la adquisición, organización y
manifestación de dichas conductas, intervienen factores biopsicosociales que
determinan las distintas motivaciones. Partiendo del concepto de SS, se
desarrollará la estructura histórica de la personalidad sexual del instinto
humano.
A través del área biológica el SS expresa el dismorfismo sexual (sexo), a nivel
cerebral, genital, etc., configurando la identidad de género, es decir lo que
genéricamente el individuo «ES»: macho o hembra.
A nivel psicosocial el SS expresa el papel sexual, es decir, el rol que le asigna
al individuo la sociedad, de acuerdo a las pautas de Cultura a la que pertenece,
de manera que, el individuo al nacer debe identificarse sexualmente de
acuerdo a su género con la sexualidad que le asigna su cultura (familia,
sociedad) a través, de roles masculinos y femeninos, los "moldeadores"
ambientales (aprendizaje-educación) normatizan las funciones que el
individuo debe "actuar" (Sexualidad de asignación).

De la mayor o menor concordancia entre el sexo morfológico o genital (área


biológica) y la sexualidad de asignación (área psicosocial del SS) surgirá la
identidad sexual del individuo (alrededor de los 3 años). I a identidad sexual
es un sentimiento íntimo y personal de pertenecer a tal o cual sexo y la
factibilidad de concordar las expectativas que la cultura a la que pertenece
espera de él.
Si existe indefinición surgirá un sentimiento confuso de ambivalencia,
conflicto que deberá enfrentar y/o esclarecer en el decurso de su guión
personal (desarrollo de la personalidad). I a identidad sexual posibilita que el
individuo «se sienta» varón o mujer.

El desarrollo de la personalidad sexual se establece por un guión personal, es


decir, la motivación interna que acompaña históricamente al individuo a
través de la cual establece su orientación sexual. La orientación es la
capacidad de «sentir atracción» por «objetos sexuales». La interacción entre el
guión con el deseo sexual despierta la relación con «el otro». Los «objetos»
sexuales humanos que despiertan atracción a un sujeto pueden ser; él mismo
(sujeto-objeto) lo que define la orientación autosexual; una persona del mismo
sexo (orientación homosexual); una persona del otro sexo (orientación
heterosexual) o indistintamente del mismo o del otro sexo (orientación
bisexual). Todo ello configura un patrón conductual más o menos estructurado
o estable (conducta sexual). I a conducta sexual es la forma de manifestar
(implícita o explícitamente) la sexualidad por parte de un individuo.
Ver Cuadro IV

III. Diagnóstico de la personalidad


Para poder analizar este punto debemos conocer si tras una perturbación
sexual se esconde básicamente una alteración de la personalidad. La
sexualidad no escapa al ser humano, por lo tanto cuando nos encontramos ante
una perturbación sexual, cualquiera sea su nombre, lo primero que tenemos
que preguntarnos es qué alteración de la personalidad presenta el individuo a
investigar. Es necesario, para hacer comprensible esta postura, enunciar
algunos conceptos básicos de cómo llegar a la delimitación de la personalidad.

Comenzaremos con el concepto de individuo. Se entiende por tal todo


ejemplar concreto de una especie cualquiera de seres vivos. Esto supone cierto
grado de unidad y organización interna. Así «individium» es unificado en sí
mismo, por consiguiente distinto del resto. Es decir, el individuo tiene una
individualidad y está organizado de tal forma que tiene un organismo y un
psiquismo intrínsecamente unificado, siendo el hombre el que ha alcanzado el
más alto grado de perfección.

Todo individuo interacciona en un medio. En este se distingue un ambiente:


objetivable físicamente (ej.: el habitat) y un mundo, psíquicamente subjetivo
(ej.: vivencias y experiencias, etc.).

De la interacción hombre-medio surge en el individuo la posibilidad de


adquirir el rango de persona, ya que es el único ser vivo que está capacitado
para desarrollar dotes de ser racional (es el único que puede pensar que
piensa) y autónomo (puede lograr escapar del determinismo biológico y hacer
uso libre de lo personal) por lo que podemos decir entonces que personalidad
es a persona, lo que individualidad es a individuo en un nivel más
jerarquizado.
Se entiende por personalidad: el estilo de vida común a todas las conductas o
de un número predominante de ellas que hacen identificable a una persona de
otra. Por lo tanto, en una personalidad bien integrada se advierte «un estilo
propio», un sello particular que la diferencia de la otra. Se reconoce en la
personalidad una parte estática o aptitud, dada por lo biológico del ser y una
parte dinámica o actitud dada por lo psicosocial. La personalidad se expresa
por conductas ya sean explícitas o implícitas. La personalidad interacciona
permanentemente con el medio, en este caso a través de un micromundo: la
familia y un macromundo: la sociedad generando un proceso de
retroalimentación entre dos polos: la asimilación y la transmisión. La
personalidad «asimila» lo exocultural haciéndolo endocultural, es decir, la
sociedad que le preexiste le «trasmite» al hombre a través de las generaciones
su carga cultural, su mensaje codificado por pautas que éste debe asimilar
aprendiéndolas y aprendiéndolas. Por lo tanto, la personalidad se desarrolla
históricamente en base a su propia capacidad y la interacción con lo
sociocultural. De ello dependerá el grado de adaptación o adecuación a las
pautas normativas y el grado de valoración judicativa y ética que la misma
asuma. Ahora estamos en condiciones de comprender los conceptos de
adaptación e inadaptación que describimos anteriormente, ya que los mismos
se dan como consecuencia de la mayor o menor interacción entre la
personalidad del ser humano y el medio sociocultural donde se mueve,
independientemente del juicio de valores crítico de la personalidad que se
investiga o las pautas normativas de la sociedad en cuestión.
Ver Cuadro V y VI

IV. Conductas sexuales adecuadas e inadecuadas

1. Criterio de salud sexual (OMS)


La OMS en 1975 establece el criterio de Salud Sexual como «La integración
de los elementos somáticos, emocionales, intelectuales y sociales del ser
sexual». Se deducen de ello dos motivaciones y un fin:
Ver Cuadro VII

b) FIN: «es logro del bienestar sexual por medios que enriquezcan y potencien
la personalidad, la comunicación y el amor».

2. Conductas sexuales adecuadas


Si se sigue el concepto de SS en sus tres áreas: La biológica, al servicio de la
reproducción, la psicológica del placer y la social de la interacción y la
comunicación y el concepto de bienestar sexual de la OMS se tiene como
conductas adecuadas las que cumplen en mayor o menor grado con las
siguientes premisas:
Ver Cuadro VIII
3. Conductas sexuales inadecuadas
Ver Cuadro VIII

4. Clasificaciones de las perturbaciones sexuales


Existen tres clasificaciones actuales de valor internacional que intentan
agrupar nosográficamente las perturbaciones sexuales. Ellas son, la OMS
(sección V de la ICD 10), la DMS III R (AXIS I y II de la Asociación de
Psiquiatras Americanos APA), y la WORLD ASSOCIATION OF
SEXOLOGY (WAS) 1 988. Para los fines prácticos de alcance de este trabajo,
sintetizaremos dichas clasificaciones, en los siguientes puntos:

Nomenclatura de las perturbaciones sexuales (#)


Por el Prof., Dr. Juan C. Romi (1990)

I) Cuantitativas (Disfunciones sexuales OMS y VMS III R)


A) Por defecto
1. Mixofobias
Evitación sexual o Aversión Sexual (DSM III R).
Alteraciones sexuales dolorosas (DSM III R)
2. Rechazo sexual
2.1 Femenino (dispareunia, vaginismo).
2.2 Masculino (dolor eyaculatorio-coitalgia).
3. Anestesia sexual
Anafrodisia o Ausencia del deseo sexual.
3.1 Deseo sexual Hipoadivo (DSM III R).
3.2 Disminución o pérdida del deseo sexual (OMS)
4. Hipoestesia sexual
4.1 Insatisfacción Sexual femenina
4.1.1. Dificultades en la excitación (déficit de lubricación)
4.1.2. Dificultades orgásmicas(anorgamia)
4.2. Insatisfacción sexual masculina
4.2.1. Dificultades en la excitación (disfunción erectiva o impotencia) 4.2.2.
Trastornos del orgasmo (orgasmo inhibido, eyaculación precoz, retardada,
aneyaculación, etc.)

B) Por exceso
1. Erotomanía
2. Hiperestesia sexual
2.1. Verdadera (hipergenitalidad ):
SATIRIASIS
EDEOMANIA {
NINFOMANIA

2.2. Espuria (hipererotismo): donjuanismo, mesalinismo, altruismo sexual,


etc.)

3. Respecto a la edad
3.1. Infantiles
3.2. Seniles
3.3. Paradojas Sexuales: Pedofilia o paidofilia, Efebofilia o Lolismo -
Gerontofilia.

C) Síndromes de Incompatibilidad de pareja


1. Matrimonio no consumado
2. Disfunción sexual selectiva
3. Incompatibilidad Sexual propiamente dicha
3.1. Del orgasmo coital
3.2. De la velocidad coital
3.3. De la frecuencia coital

II. Cualitativas (Desviaciones OMS o Parafilias DSM III R)


A) D.I.P. (Deformación de la imagen de la pareja)
1. Respecto al modo
1.1. Autosexual (Ipsación)
1.1.1. Autoerasia psíquica o autoerotismo (polucionismo, enuresis,
seudolismo)
1.1.2. Autosexualismo o narcisismo.
1.1.3. Quitoerasia (manual o instrumental)
1.2. Homosexualidad egodística
masculina: Uranismo (homofilia), pederastia o sodomia.
femenina:Lesbianismo ó sadismo (homofilia) tribadismo.
1.3. Bisexualismo: Ambisexualismo
1.4. Heterosexuales: incesto
2. Respecto al objeto
2.1. Simbólico: Fetichismo o idolismo.
2.2. Utilización de ropas del sexo opuesto: Travestismo o Deolismo
2.3. Ser viviente: vegetal (dendrofilia), animal: (zoofilia o bestialismo humano
(inspeccionismo o pornoscopia, telefonismo)
2.4. Necrofilia (ser muerto).
2.5. Suciedad (misofilia).
2.6. Instrumentos: clismafilia, olisbos, vibradores, maniquis, etc.
2.7. Excrementos: coprofilia (heces) urofilia u ondinismo (orina).
2.8. Secreciones o humores: menstruofilia, vampirismo, plialinismo,
sudorofilia.
2.9. Inanimados: monumentofilia o pigmalionismo.
2.10. Relatos: Erotolalia (contar), Audiolagnia (escuchar).
2.11. Romper ropas: Clastomania.
2.12. Peligro: Quinunolagnia.

B) D.A.S. (Deformación del acto sexual)


1. Onanismo o coito interrumpido
2. Oralismo o lambitus
2.1. Penilinguo (coito per-os): felacio, irrumatio.
2.2. Cunilinguo
2.3 Anilinguo
3. Analismo: autosexual, homosexual, heterosexual (pedicación)
4. Uretralismo: autosexual, homosexual, heterosexual .
5. Cópula Inter fémora: axilar, vestibular, narvasadata.
6. Petting.
7.Estesiopatias sexuales: mironismo o voyerismo, escoptofilia o mixoscopía,
otolagnia o escuchismo, renifleurismo u osmolagnia, picacismo, froterismo o
haptolagnia.
8. Exhibicionismo.
9. Algolagnia: activa (sadismo):, pasiva: (masoquismo, duololagnia).
10. Pluralismo sexual: sucesivo: (divorcio) simultáneo (prostitución, triolismo,
swinger), parafilias múltiples.
11. Delitos sexuales: (violación, estupro, conducta sexual ofensiva, etc.).

III) Anomalías de los caracteres sexuales o de género


1. Del proceso de diferenciación sexual
1 .1. Alternaciones genéticas (Turner, Kiinefelter, etc.)
1.2. Intersexualismo (hermafroditismo, seuciohermafroditismo).

2. De la identidad sexual
2.1. Alteraciones conductuales (marimacho, afeminado)
2.2. Transexualismo

5) Definiciones
a) Disfunciones sexuales: Son las perturbaciones cuantitativas por
desequilibrio en más o menos de deseo o apetito sexual y de la capacidad
funcional (rendimiento). El rasgo esencial es la exaltación o la inhibición del
deseo (más frecuentemente el bloqueo) y de los cambios psicofisiológicos que
caracterizan el ciclo completo de la respuesta sexual humana. Es decir las
alteraciones del deseo, la excitación y el orgasmo, tanto en el varón como en
la mujer.

b) Desviaciones o parafilias: Se configuran cuando se necesita sustituir las


conductas sexuales adecuadas en circunstancias en que éstas son posibles por
cualquier tipo de expresión sexual que determinan para ese individuo la única
manera para poder excitarse en forma sistemática y preferencial. Es decir los
medios se convierten en fines, en forma reiterativa, configurando un patrón de
conducta rígido que adquiere un carácter opresivo (pérdida de la libertad)
impidiéndole a la persona tener opciones libres entre alternativas. Por lo tanto
lo que configura la parafilia no es el «que» de la expresión sexual, sino el
«cómo» se instrumenta.

V. Alteraclones de la personalidad
El diagnóstico de la alteración o no de la personalidad dará el grado de
genuinidad o sintomaticidad de la perturbación sexual, así como la evolución,
el pronóstico y el eventual tratamiento (ver esquemas adjuntos)

Esquema 1
Esquema 2
Esquema 3

VI. Curva de autoevaluación sexológica- sus fundamentos

La «Curva de Autoevaluación Sexológica» (C.A.S.) consta (ver figura) de dos


escalas:
1. Perfil de personalidad (tendencias)
2. Perfil sexológico (pareja)
La primera prueba describe rasgos de cuya evaluación surgen perfiles de
personalidad como patrones de conducta característicos. Para el lo se han
dispuesto 12 pares de tendencias antitéticas, por ej.: tranquilidad/ansiedad,
optimismo/pesimismo, comprensión/intolerancia, etc., que deben ser
autoevaluados por el actor en una escala porcentual de O a 100%, teniendo en
cuenta que se encuentra en la base de la tabla el rasgo negativo.
La segunda prueba está confeccionada de la misma manera sobre la base de
16 pares de manifestaciones antitéticas, cuya expresión traduce carcterísticas
de interacción de la pareja por ej.: atracción/rechazo, excitación/inhibición,
complementación/rivalidad, etc.

Ambas pruebas el perito las toma a cada miembro de la pareja por separado,
es decir, primero se le solicita al actor que se autoevalúe como cree que es,
con referencia a sí mismo (perfil de personalidad) y cómo cree que se
manifiesta con referencia a su pareja (perfil sexológico), luego se le solicita
que haga lo propio en relación a cómo cree que es su pareja con referencia al
perfil de personalidad y el perfil soxológico en otras dos curvas.
Posteriormente se solicita (por separado) a su pareja que realice un
procedimiento similar. Como resultado de ello obtendremos una información
cruzada, es decir, dos pares de curvas hechas por el actor y otras dos pares
hechas por la pareja. Por ej.: Juan x Juan (a nivel personal y de pareja) y de
María x Juan (a nivel personal y de pareja) y otra de María x María (a nivel
personal y de pareja) y de Juan x María (a nivel personal y de pareja). De las 8
curvas en total resultantes se podrá observar el grado de concordancia y
disidencia entre las dos autoevaluaciones subjetivas propias y del otro y a su
vez el grado de correlación con el examen objetivo hecho por el perito de cada
uno de los miembros de la pareja.

Como un método proyectivo permite confirmar y descartar hechos, evaluar


simulaciones y disimulaciones, observar mensajes encubiertos, agresiones,
niveles de autocrítica, etc., con lo cual la evaluación pericial objetiva contará
con un aliado elemento de medida complementario del examen clínico
psicológico sexológico.
Las consignas que se le dan al actor son las siguientes: frente a él le
presentamos ambas fichas y le explicamos que nos tendrá que hacer una
evaluación personal de distintas manifestaciones del comportamiento de él y
de su pareja. De acuerdo al nivel de comprensión del actor se le van dando las
diferentes opciones con las aclaraciones pertinentes si no le es totalmente
claro el significado del par antitético. Una vez comprendida la pregunta, el
actor evalúa a su criterio qué valor porcentual le asigna, por ej.: al correlato
control/impulsividad, supongamos que contesta que considera que es 70% de
impulsivo; se sobreentiende que es 30% de controlado. Entonces, ponemos
una cruz sobre la línea vertical del cuadro control/impulsividad en la
coordenada 70. Luego si se pregunta lo mismo sobre las consignas
decisión/temor y nos responde que es 20% de temeroso, se entiende que se
considera que es 80% decidido, colocamos entonces una cruz sobre la línea
vertical del cuadro decisión/temor a nivel de la coordenada 20 y así
sucesivamente.

Luego uniendo las cruces surgirá una curva que va a permitir ciertas
reflexiones. Así las curvas «bajas», es decir, las más cercanas a la base de los
cuadros son más «positivas» que las «altas» (más cerca de la parte superior
del cuadro) y responden a situaciones más «negativas».
No obstante ello se deberá estudiar en profundidad a nivel individual y grupal
los cuadros o sectores ya que ellos van a puntualizar diferentes características
del perfil de personalidad, por ej.: altos porcentajes de ansiedad, represión,
control temor, meticulosidad, etc., pueden ser compatibles con caracterísitcas
obsesivas-fóbicas; o un porcentaje bajo de atracción, alto de apatía, inhibición,
insatifacción y rutina con bloqueo verbal (V) y corporal (C), pueden traducir
una disfunción sexual selectiva por incompatibilidad sexual de pareja, etc.
Así evaluando las diferentes curvas se observarán las distintas concordancias
que se expresan, lo que permitirá evaluar con razonable certeza el diagnóstico
de situación de lo que está sucediendo, así como las discordancias también
permiten sacar importantes conclusiones y servir de apoyo al examen pericial
encomendado.

Planilla 1
Planilla 2

VII. La peritación sexológica


Se debe recordar que cada perito (sexólogo y psiquiatra) por formación sobre
todo psiquiátrica se halla frecuentemente inmerso (por lo menos en la inmensa
mayoría de los casos) en una corriente doctrinaria psicopatológica dada, que
tiene una metodología de acción particular que surge dispar cuando no
opuesta, a otra corriente del pensamiento, creando serios inconvenientes para
la obtención de un código científico común en la explicación del acontecer del
hombre con dificultades sexuales en el caso a peritar.
Surgen así los distintos modelos de la investigación, desde los organicistas
que ponen énfasis en lo genético, lo neurofisiológico, lo bioquímico, etc., del
tradicional criterio médico-biologista; pasando por las corrientes psicológicas-
dinámicas, que buscan motivos psicopatológicos en determinadas situaciones
históricas, conscientes e inconscientes, las fenomenológicas que intentan
explicar y comprender el vivenciar del hombre en su esencia y existencia,
otras como las conductistas que hacen hincapié en el aprendizaje de las
conductas, hasta aquellas que se afirman en la importancia de lo sociocultural,
lo comunicacional, etc., como son las corrientes de tinte sociogenéticas, con
todas las variantes que las mismas presentan.

En medio de toda esta problemática psicosexológica, el perito no debe olvidar


que es un asesor de la justicia y por lo tanto el juez requiere objetividad,
demostración y fundamentación de lo que se expone parcialmente. Por tal
razón consideramos de capital importancia el dignóstico clínico del actor (el
¿qué? del caso) que no puede traer mayores controversias ideológicas, si el
perito es idóneo en el tema, luego se puede especular con el ¿por qué?, se
llega a la conclusión (cada escuela y de acuerdo a su doctrina dará su
explicación).

Por todas estas razones pensamos que en una pericia sexológica se deben
reconocer al estudiar el caso tres factores:
a) La configuración sindromática
Conjunto de signos y síntomas semiológicos que, dispuestos en una
ordenación determinada permiten reconocer y diagnosticar una situación o
patología dada (patogenia).
b) La estructura de las manifestaciones
Cada persona investigada manifiesta su problemática de una manera
individual (estilo particular) lo que configura un patrón de conducta personal
(patoplastia).
c) El modelo a utilizar
Cada perito de acuerdo a la formación doctrinaria psicopatológica que
sustente tendrá un criterio particular para evaluar el caso a resolver, por lo
tanto, caso-actor-perito forman un tripode de límites no siempre precisos en el
campo de la psicopatología sexológica.

Por tal razón, proponemos a los fines sexológico-forense el siguiente esquema


operativo que responde a estos interrogantes:
1) ¿Qué?: tipo de perturbación sexual presenta el actor o el sujeto a examinar
(recordar clasificación de las perturbaciones sexuales).
2) ¿Dónde?: en una determinada personalidad (diagnóstico semiológico
clínico de la personalidad y la curva de autoevaluación sexológica como
examen complementario).
3)¿Cómo?: evolucionará, qué pronóstico y eventual tratamiento o
rehabilitación tendrá el actor de acuerdo a la alteración detectada.
4) ¿Por qué?: se tratará de explicar su etiopatogenia de acuerdo a las
diferentes teorías psicopatológicas que el examinador sustente.
Se puede contar así con los elementos idóneos que permitan realizar en cada
caso clínico-sexológico-forense un buen diagnóstico de personalidad y lograr
a través de un método claramente objetivo deducir el grado de mayor o menor
genuinidad o sintomaticidad de la perturbación sexual en cuestión.

Resumen
El autor destaca la importancia de los conocimientos en psiquiatría y
sexología clínica para su aplicación en sexología forense.
Luego de explicar los conceptos básicos y clasificar las perturbaciones
sexuales, propone el empleo de una serie de pruebas que suministran una
curva de autoevaluación: así, se logra un perfil de personalidad y un perfil
sexológico que son de utilidad para un diagnóstico correcto.

Palabras claves: sexología


autoevaluación sexológica
conducta sexual

Bibliografía
Pulse F5 para regresar
1. Abraham - Passini: Introducción a la Sexología Médica. Grijalbo,
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