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ÁMBITOS DE CONCRECIÓN Y DE DECISIÓN CURRICULAR

Profesora Dra. Marta Brovelli

A los efectos de mayor comprensión de la complejidad que presenta el proceso de


elaboración curricular, resulta pertinente pasar a analizar otro aspecto del problema, que
tiene que ver con las sucesivas concreciones que el proceso mismo implica, y por lo
tanto los juegos de diferentes dinámicas sociales y de interpretaciones que van teniendo
lugar a lo largo del tiempo y de acuerdo con los espacios de construcción en los que
ocurre. Ello significa abordar lo que se denomina los distintos Ámbitos de decisión,
Niveles de concreción del Currículum o Ámbitos de Diseño, (Gimeno Sacristán,
1992)1.

Estos ámbitos y niveles de concreción se definen desde lo macro a lo micro, como:


Nivel de la Administración central; Nivel de la Administración provincial; Nivel
Institucional y Nivel de Aula o del profesor, correspondiéndole a cada uno de ellos
distintas funciones a ser desarrolladas, teniendo a diferentes actores como responsables.
Si bien se espera que los distintos niveles y ámbitos guarden relación y coherencia
entre sí, avanzando en niveles de especificidad, esto no implica una relación jerárquica
sino más bien de interdependencia, en donde la especificidad atienda a las
características y problemas de cada contexto de realización del currículum.

Este nivel de análisis de la construcción y del desarrollo curricular constituye una


problemática que se toca, o bien se puede decir que está ubicada en un borde que
comparte y se entrecruza con el campo de la administración y organización educativa.
Este último será el responsable de generar políticas que sean coherentes contribuyan al
proceso de elaboración curricular en esos diferentes ámbitos y niveles de concreción.

El siguiente esquema muestra estos niveles de decisión en la Argentina, de acuerdo a la


organización actual, indicándose también los documentos curriculares que corresponden
a cada una de ellos.

Ámbitos de decisión y concreción curricular

1 GIMENO SACRISTÁN, (1992) en Comprender y transformar la enseñanza, cap. IX.

1
Consejo
Federal
de Administración
Administración Provincial
Nacional Educación
Ministerio E.
Ministerio E.

C.B.C L.C.P.
N.A.P.

Proyecto D.C.I.
profesor

Aula
Instituciones
Profesor educativas

Propuest
a
editorial

Marta Brovelli: Ámbitos de decisión y de concreción curricular

1. Decisiones propias del ámbito macropolítico

A este ámbito le corresponden las decisiones de carácter más general acerca del Sistema
Educativo, buscando de normar acerca de las cuestiones comunes a todo el país a las
que deberán atender todas las jurisdicciones y las instituciones que de ellas dependan.
Siguiendo a G. Sacristán, podemos señalar como funciones propias de este ámbito
decisiones como las siguientes:
1. Especificación de los contenidos culturales (cultura común) con algún grado de
organización como áreas, bloques, etc. en nuestro país esta cultura común se ha
denominado Contenidos Básicos Comunes (CBC). Con posterioridad, por iniciativa
del actual Ministerio Nacional de Educación, Ciencia y Tecnología, el Consejo
Federal de Educación aprobó a partir del año 2004, los Núcleos de Aprendizaje
Prioritarios para cada uno de los niveles y ciclos del sistema educativo, con
excepción del nivel superior.
2. La distribución y secuencia de niveles, ciclos, modalidades, especialidades, etc. en
que se organiza el Sistema Educativo.
3. La correlativa organización de especialidades del profesorado
4. La ponderación de cargas horarias por niveles, ciclos, áreas, etc.
5. La distribución de conocimientos entre los alumnos, contenidos, tronco común,
opciones posibles para atender a la homologación e igualdad de oportunidades,
indicando márgenes de autonomía de los otros ámbitos.
6. Las formas de control que se van a ejercer para garantizar el cumplimiento de las
normativas y la calidad del sistema y el buen funcionamiento de las instituciones.

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7. Tipos de regulación e intervención en el sistema de producción de medios
didácticos, libros, etc.
8. Lineamientos básicos para la organización de planes de capacitación y formación
continua del profesorado.

Las políticas y acciones de diseño del curriculum en este ámbito pueden servir de
orientaciones en cuestiones pedagógicas como las referidas a posibilidades y
conveniencias de relacionar e integrar contenidos.

En el caso de nuestro país, cabe recordar que, respetando las características político-
institucionales de carácter federal, todos los documentos normativos que rigen respecto
de cuestiones organizativas y curriculares, cuentan con la aprobación del Consejo
Federal de Educación y correspondió a las administraciones provinciales la elaboración
de los Lineamientos Curriculares y Diseños Curriculares Provinciales, documentos a los
que les correspondía avanzar en los niveles de organización y especificación del
desarrollo curricular, previendo la proyección de estas decisiones para la práctica y para
asegurar la coherencia del proyecto educativo.

En la actualidad, ya nadie niega la necesidad de contar con políticas, acciones y


normativas que tengan que ver con decisiones del Estado respecto de cuestiones del
orden macrocurricular, tendientes a propiciar la cultura básica común para todos los
integrantes de un país, para la formación de sus ciudadanos. El problema a analizar
radica en cómo llegar determinar esa cultura común, es decir cómo se resuelve el
proceso de decisión y qué medidas de política curricular se toman. Estas medidas no se
agotan en la selección y distribución de los contenidos, que de por sí constituyen una
tarea fundamental, sino que también tienen que ver con la formación del profesorado y
con la actualización del profesorado y de los directivos de las instituciones educativas,
con la producción de materiales didácticos y de orientaciones metodológicas y referidas
a cuestiones relacionadas con la evaluación, tanto de los aprendizajes realizados por los
alumnos, como con el desempeño de la profesión docente y con las propias instituciones
educativas.

En conjunto de consideraciones realizadas, permiten comprender mejor el concepto de


currículum prescripto, percibiéndolo, no solamente como un texto pedagógico, sino
propiamente, como verdadero instrumento de las políticas educativas, de allí que
requiera para su análisis esta doble perspectiva: la pedagógica e instrumental y la
política.

2. Decisiones propias del ámbito institucional. El Proyecto Educativo Institucional


y el Diseño o Proyecto Curricular Institucional.

Los argumentos a favor del PEI son abundantes y suficientes para que se sostenga su
importancia como documento propio de cada institución educativa que hace tanto a la
cuestión identitaria como a la necesidad de atender a las características contextuales de
todo proceso educativo.

Muchas son las conceptualizaciones producidas acerca del PEI, sí estamos seguros de
que es posible afirmar que es un documento ideológico, que delimita valores, formas de

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participación, recursos, responsabilidades, etc. Elaborar el PEI es concretar el
currículum, por lo tanto, el diseño curricular institucional (DCI o PCI) es un trabajo que
requiere ser pensado con anterioridad al PEI. En realidad es “su corazón mismo”, ya
que de acuerdo a cómo pensemos que vamos a diseñar y concretar la educación en una
determinada institución será la organización y funcionamiento que de ella requeriremos,
siendo los docentes verdaderos protagonistas de las decisiones que se tomen.

Las diferentes argumentaciones pueden agruparse en dos grupos:

1. Desde la perspectiva política

Argumentos a favor de procesos de descentralización educativa y administrativa que


tienen que ver con formas de repartir el poder de decisión y de control y que, por lo
tanto llevarían a una profundización democrática del sistema educativo. Esta decisión
implica proveer y asegurar las condiciones necesarias para que este proceso puedan
cumplirse con eficacia: por ejemplo, ofrecer la capacitación específica a directivos y
docentes del sistema; favorecer formas de organización y de funcionamiento
institucional propicias para la concreción de las actividades propias de la elaboración
del PEI; etc.

A lo expuesto en el punto anterior cabe agregar el argumento referido al


reconocimiento de la autonomía institucional y a las bondades de generar procesos de
verdadera participación de los diferentes actores institucionales, que desde ya, hacen a
un mayor grado de responsabilidad en cuanto a la calidad de la enseñanza.

Políticas tendientes a asegurar mejor calidad de la educación, cuestión central en los


debates educativos actuales, que sin embargo, no parecen haber encontrado caminos
adecuados y efectivos. Es un tema complejo y conflictivo acerca del que no hay
verdaderos acuerdos. Nos preguntamos por ejemplo: ¿qué entendemos por calidad?
¿calidad para qué? ¿cómo atender a problemas contextuales con calidad? De lo que
podemos estar seguros es de que la descentralización y la autonomía institucional por sí
mismas no aseguran la mejor calidad, hay que poder ampliar y profundizar las
perspectivas de análisis y consecuentemente repensar las políticas y decisiones para
todos los ámbitos de concreción curricular.

Los argumentos anteriores pueden adquirir mayor fuerza y mejores posibilidades de


convertirse en parte de una realidad deseada en la medida en que se concreten políticas
que hagan al mejoramiento de las condiciones de trabajo de los profesionales de la
educación; que además, tengan acceso a formas de perfeccionamiento y capacitación
adecuadas; se establezcan y concreten formas de evaluación y de control de las
instituciones educativas.

2. Desde la perspectiva de la gestión y del funcionamiento institucional

El campo del análisis institucional y de la gestión brindan, en la actualidad, nuevos y


ricos aportes que permiten comprender e interpretar lo que sucede en las instituciones
educativas y analizar diferentes formas de gestión desde miradas enriquecedoras,
complejas, que permiten tomar conciencia tanto de cuestiones explícitas como de las
implícitas. Conceptos tales como: instituciones totales; cultura institucional; historia

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institucional; estilos pedagógicos; estilos de funcionamiento; etc., han revolucionado el
campo de análisis. Resta ahora, nada más y nada menos que cambiar realmente las
prácticas institucionales.

Favorecer formas de trabajo “colegiado”; crear situaciones de estudio y de debate


dentro de la institución; aprender a elaborar, desarrollar y evaluar proyectos; etc.
constituyen condiciones necesarias para cambiar las formas de socialización profesional
tradicionales. Para ello hay que procurar tiempos y espacios de trabajo docente que
vayan más allá de la tradicional tarea de dar clases.

La constitución de órganos directivos colegiados en los que las decisiones son


cuestiones compartidas, también favorece una nueva cultura institucional y formas de
gestión compartidas, más democráticas y ágiles, que traen como consecuencia un mejor
funcionamiento de la institución.

No es la intención de este trabajo “enseñar a elaborar el PEI”, sino la de mostrar las


relaciones entre la elaboración y desarrollo de este documento, propio de la
organización de las instituciones educativas, y el diseño curricular en este ámbito de
concreción. En tal sentido será necesario poder analizar las cuestiones antes
planteadas a la luz de las normativas jurisdiccionales y de la capacidad de decisión
que cada institución tenga o se decida a lograr.

Si nos permitimos platear que el funcionamiento institucional tiene que asentarse


sobre las siguientes tres ideas eje acerca del currículum, la institución y el
profesorado:

 El currículum como espacio de formación cultural y profesional integrado


y como transformación de los actores.

 La institución educativa como unidad formativa con identidad propia y con


capacidad de decisión pero siendo parte del sistema educativo del país.

 El profesor como profesional del currículum y de la educación, con


necesidad, derecho y obligación de capacitación permanente

El Proyecto Curricular Institucional (PCI o DCI) requiere previamente, de una


interpretación del diseño curricular elaborado en los otros ámbitos de concreción
mayores a los que debe responder, es por eso que es posible hablar de
“moldeamiento” de la propuesta oficial, en relación con las características de la
institución de que se trate y de su contexto e historia, es decir con su identidad. La
institución tiene que proyectar y dar a conocer cómo piensa cumplir con el mandato
social que le corresponde cumplir. Este el lugar, el espacio en el los directivos, a
partir de las políticas institucionales curriculares y los docentes comienzan a actuar
como “mediadores del currículum”, mediación que los docentes terminan de
concretar en su programación de la enseñanza para concretarla en el ámbito del aula.
El proceso es largo y complejo, demanda: tiempo, esfuerzo, capacidades puestas en

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juego en un trabajo profesional que requiere de reflexión, coherencia y compromiso
social, político, ético y pedagógico.i

Notas:
1) No se ha realizado en este documento un desarrollo respecto de la Propuesta Editorial,
considerada por Gimeno Sacristán como otro ámbito de concreción curricular, porque nos hemos
referido exclusivamente a los ámbitos oficiales, lo cual no significa desconocer la importancia
que la Propuesta Editorial tiene a la hora de tomar decisiones acerca de la enseñanza.
2) La programación a nivel de aula o Proyecto del profesor será tema a desarrollarse en otro
documento.

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