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Anotaciones previas

Lo normal en los hogares cristianos es recibir la confirmación en cuarto o quinto de primaria. Si nos
encontramos con jóvenes estudiantes de secundaria que no se han preparado para este sacramento y
a veces tampoco han hecho la primera comunión, lo primero que hay que pensar es que en sus
hogares no ha habido ninguna atención a la recepción oportuna de los sacramentos y que, por tanto,
con toda seguridad, provienen de hogares de muy poca vida y formación cristiana. De ahí que el
énfasis de esta cartilla sea la evangelización a través de un intenso proceso, kerigmático, litúrgico y
comunitario centrado en el anuncio de la Buena Nueva, que provoque en los jóvenes una decidida
opción de vida cristiana. Esto debe ser tenido en cuenta por los catequistas y por la parroquia al
momento de implementar este proceso, tanto en la parroquia, como en los colegios de la parroquia.
En razón de que quienes van a recibir esta preparación son, en su mayoría, estudiantes que pasan la
mayor parte del tiempo en los colegios, se buscará distribuir el tiempo de modo que haya siquiera una
tanda de preparación en el primer semestre y otra en el segundo. Adviértase, sin embargo que se
requiere de al menos 16 semanas con una intensidad de dos horas semanales, para realizar todo el
proceso de preparación. Es por eso conveniente comenzar en marzo la primera tanda y a comienzos de
agosto la segunda, de modo que se pueda realizar la celebración del sacramento en junio y en
noviembre a más tardar.
La estructura de los contenidos está elaborada de tal manera que permita el desarrollo de jornadas de
preparación, tipo convivencia, de al menos cuatro horas de trabajo constante y se pueda igualmente
amoldar a encuentros semanales de dos horas académicas (aproximadamente 90 minutos). Cualquiera
de las dos formas o combinaciones de formas puede ser implementada por los catequistas según las
conveniencias y las circunstancias lo permitan. En el plan se sugiere una organización que combina
sesiones de aula y convivencias o jornadas, pero los catequistas pueden organizarlo de otra manera, la
que más convenga al grupo de preparación.
Los temas y contenidos, sin olvidar el objetivo principal de preparar al sacramento de la confirmación y
a la iniciación cristiana, han sido seleccionados de acuerdo con los problemas y situaciones que en
general viven los jóvenes y las jóvenes. Corresponde a cada catequista, en su ambiente, adaptar aún
más los temas y contenidos a la realidad juvenil de su parroquia. Temas transversales, propios de una
catequesis, evangelizadora, que no deben faltar a lo largo de la preparación son, el sentido de la vida,
el proyecto de vida, la felicidad, la familia y la comunidad.
Siguiendo la línea de otros procesos de preparación a los sacramentos, se ha de buscar la manera de
que, terminada la preparación y celebrado el sacramento, los jóvenes sean conducidos a otra
expresión de vida comunitaria y eclesial más permanentes. En algunos casos el mismo grupo de
preparación podría continuar reuniéndose como comunidad juvenil e integrarse a la pastoral juvenil
diocesana. Si esto no es posible en el colegio, debe hacerse un seguimiento a los jóvenes para que
cada uno en su parroquia pueda ser acogido y vinculado a la pastoral juvenil.
Se propondrá al final, en un anexo, un itinerario especial para novios (jóvenes o adultos) que con
ocasión de su próximo matrimonio deben prepararse para la confirmación. Ese anexo busca combinar
la preparación a la confirmación con los encuentros de preparación próxima e inmediata para el
matrimonio y podría servir, con algunos temas adicionales para novios que tampoco hayan hecho su
primera comunión.
En la cartilla se sugieren encuentros con los padres de familia. En esto se debe insistir: en que
efectivamente se realicen estos encuentros y en que sean los padres de familia y no “representantes”
los que acudan a estos encuentros. Los encuentros no son para organizar la celebración o la fiesta sino
para evangelizar o comenzar a evangelizar a los padres, tratando de introducirlos a procesos de
evangelización para adultos en la parroquia. Una manera entre muchas, de interesarlos es diagramar
un pequeño boletín en el que se resuman los contenidos de las catequesis que han recibido sus hijos y
se haga una propuesta de trabajo para padres e hijos en la casa. Este trabajo se puede poner en
común en el encuentro de padres y ese es ya un contenido para profundizar en el encuentro con los
padres. A estos encuentros, ojalá, asistan también los padrinos.

ENCUENTROS Y CONVIVENCIAS DE PREPARACION


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¿QUIEN SOY YO?


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Presentarse, conocerse e identificarse
Las preguntas fundamentales
Persona humana
Vida cristiana (conciencia del bautismo, Comunión y vida cristiana en general)
¿QUIEN QUIERO Y PUEDO LLEGAR A SER?
La felicidad ¿Qué es?
Mi proyecto de felicidad
Confirmación y proyecto de felicidad
Vida cristiana y proyecto de felicidad
Dios tiene un plan para mi
¿QUIEN SOY YO PARA DIOS, QUIEN ES EL PARA MI?
La creación
La creación del hombre y de la mujer
SEMANA 2

Análisis y consecuencias del texto bíblico


Matrimonio y familia
Trabajo y vida
¿QUÉ QUIERE DIOS DE MI?
Las cuatro relaciones fundamentales: religiosa, social, personal, ecológica
La vocación. Primera aproximación al discernimiento vocacional.
EL PECADO, LA GRAN FRUSTRACION
Análisis del texto bíblico de la caida (estudio bíblico, durante la primera hora.
SEMANA 3

Consecuencias del pecado en las cuatro dimensiones: religiosa, social, personal y


ecológica: el egoísmo, la gran trampa.
¿Podemos escapar a esta realidad con nuestras solas fuerzas?
¿Quién nos librará de esta realidad (El protoevangelio)
PRIMER ENCUENTRO DE PADRES DE FAMILIA
EL PLAN DE SALVACION 1: Antiguo Testamento
SEMA-

AULA
NA 4

Las grandes etapas del plan de salvación y su significado


EN

Tipificación de dos grandes experiencias salvíficas:


Abraham y el Exodo
EL PLAN DE SALVACION 2: El Nuevo Testamento
Anuncio del Kerigma
CONVIVENCIA (preferiblemente)

El cumplimiento de las promesas del A. T.


La conversión: los pobres acogen el reino
Jesús, su palabra y su obra, su muerte y su resurrección
LA IGLESIA: COMUNIDAD DE LOS QUE CREEN EN CRISTO Y LO VIVEN
SEMANA 5

Pentecostés y nacimiento de la Iglesia


Los discípulos salen a evangelizar (id y enseñad)
La confirmación nos hace testigos y misioneros
La confirmación nos incorpora plenamente a la Iglesia
EVANGELIZACION Y EXPANSION DE LA IGLESIA
Del anuncio del evangelio surgen nuevas comunidades
La Iglesia crece por todo el imperio y se irradia al mundo entero (breve síntesis de
la historia de la Iglesia)
Ser y misión de la Iglesia hoy: El Concilio Vaticano II
Evangelización del mundo de hoy: la familia, el trabajo, la política, etc.
LA VIDA CRISTIANA EN COMUNIDAD
El conocimiento de la Palabra en la comunidad cristiana (leccionario y lectio
divina)
SEMANA 6

EN AULA

La celebración de la liturgia en la comunidad (especialmente la Eucaristía)


La Oración cristiana (salmos, padre nuestro, oración mental, oración vocal)
La vida moral: No basta con creer sino que hay que vivir lo que se cree (los diez
mandamientos)
El testimonio cristiano: no basta con ser cristiano. Hay que parecer y aparecer
como cristiano
INICIACION A LA VIDA DE ORACIÓN
conv
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ANA

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Taller sobre la oración y las formas de oración


7

Los sentidos en la Oración


Las diversas formas de oración
Necesidad de la oración y la espiritualidad

SEGUNDO ENCUENTRO DE PADRES Y PADRINOS

EL ESPIRITU SANTO
SEMANA 8

EN AULA (Opcional)

El Espíritu santo en los profetas y en la historia de Israel,


El Espíritu Santo en Jesús
El Espíritu santo en los apóstoles
El Espíritu y la santidad en la Iglesia
El Espíritu Santo en los carismas de la Iglesia
MARIA, MADRE DE JESUS, MODELO DE VIDA EN EL ESPÍRITU
SEMA-
NA 9

El camino de María y el camino del cristiano en la comunidad


María madre de la Iglesia
El culto de la Iglesia a la santísima Virgen María (orientaciones)
CON RECAPITULACION
SEM
ANA
10

VIVE Repensar un proyecto de vida a la luz de la fe


NCIA
SEM
ANA ENSAYO DEL RITO, BOLETAS DE CONFIRMACION, CELEBRACIÓN PENITENCIAL
11

CELEBRACION DEL SACRAMENTO DE LA CONFIRMACION

PRIMERA SEMANA
¿QUIEN SOY YO? ¿QUIÉN QUIERO Y PUEDO LLEGAR A SER?
MOTIVACION
Es el primer encuentro de catequesis. Muchos de los presentes somos vecinos de barrio, estudiantes
del mismo colegio y hasta compañeros de curso. ¿Qué tanto nos conocemos? ¿Qué tanto te conoces?
Hagamos un primer ensayo. Se pueden poner dentro de una bolsa los nombres de todos los asistentes.
Se saca un nombre y a todos se les pide que recuerden todo lo que sepan de esa persona cuyo nombre
acaba de salir. Después de unos instantes, se saca otro nombre y se le pide que diga todo lo que sepa
del compañero que salió antes: nombre, edad, barrio donde vive, número de teléfono, fecha de
cumpleaños, aficiones, principales cualidades y defectos, dificultades y problemas por los que está
pasando, etc. El ejercicio se puede prolongar por el tiempo que se desee. Probablemente lleguemos a
una conclusión: Poco o nada nos conocemos. Se invita al grupo a hacer un análisis de la dinámica y a
sacar conclusiones.
Terminado el ejercicio anterior se puede hacer otro ejercicio: En una bolsa se colocan todos los
nombres y en la otra papeletas iguales pero en blanco, sin ningún nombre escrito. Se saca un nombre
de la primera bolsa y se pide, lo mismo, que cada uno piense todo lo que sepa de esa persona. Luego
se saca de la otra bolsa una papeleta y se finge leer en ella el mismo nombre que salió de la bolsa
anterior: la idea es que quien salió hable todo lo que sepa de sí mismo. Se puede hacer el ejercicio con
dos o tres personas más. En este caso se deja hablar a la persona sobre sí misma primero con
preguntas fáciles: su nombre, su signo zodiacal, sus aficiones, su fecha de nacimiento etc, pero a un
cierto momento se le pregunta sobre su futuro: ¿Qué quiere llegar a ser? ¿Cómo piensas llegar a lo
que quieres ser? ¿Qué sentido tiene tu vida? ¿Para qué vives? ¿para qué estudias? ¿por qué la gente
sufre y se enferma? Etc. Se trata de demostrar que hay preguntas fundamentales de nuestra vida a las
que no damos respuestas coherentes, o simplemente no nos parece importante responder, pero
cuando la vida nos plantea esos interrogantes de modo urgente no estamos preparados para
responder. Responder a esas preguntas fundamentales es responder a lo que somos, realmente y a lo
que queremos y podemos llegar a ser. Estos encuentros de preparación al sacramento de la
confirmación quieren ayudarnos a profundizar en esas difíciles preguntas que son fundamentales para
nuestra vida y nuestra felicidad.

DESARROLLO DE LA CATEQUESIS
La catequesis puede comenzar narrando la historia de Diógenes y la parábola del rico insensato de
Lucas 12, 13-31 (Cartilla 1, Tema 4.1 pág. XX) y desarrollando las ideas allí expresadas, profundizando
un poco más en la problemática, ya que ahora estamos ante un grupo de jóvenes y no un grupo de
niños. Es importante poner a pensar a los jóvenes y decirles que la vida no se puede vivir
superficialmente, que la vida presenta muchas dificultades y problemas a los que debemos aprender a
dar respuestas verdaderas y auténticas.
Hay que dar tiempo suficiente al ejercicio de motivación, por ejemplo dedicando toda la primera hora a
las dinámicas y concluyendo ya con una presentación más formal y toda la segunda hora a la historia
de Diógenes y la necesidad de responder a los grandes interrogantes de la vida.
Es posible que surjan muchos interrogantes y que los jóvenes quieran afanosamente tener ya una
respuesta. Hay que decirles que poco a poco en la medida que se desarrollen los encuentros de
catequesis iremos obteniendo respuestas, hay que tener mucha paciencia y no faltar a ningún
encuentro porque cada encuentro desarrolla un interrogante fundamental. No asistir a los encuentros
es dejar vacíos, que luego nos salen caros en la vida.
Hay que dejar tiempo, así sea poco, para hablar de la felicidad y de un proyecto de felicidad que
responda a la naturaleza y a la dignidad de la persona humana, haciendo una valoración crítica de los
proyectos de felicidad que la mayoría de personas, jóvenes y adultos, llevan adelante. La idea es que
el ser humano merece más que esa felicidad tan pobre que la sociedad nos pinta y que en estas
catequesis vamos, con la ayuda de Dios a diseñar un proyecto de felicidad verdaderamente ambicioso
y atractivo.

ACTIVIDAD DE INVESTIGACIÓN
Cada uno debe poner por escrito en su cuaderno de catequesis, la respuesta, lo más completa posible
a las dos preguntas: ¿Quién soy yo realmente? ¿Quién quiero y puedo llegar a ser? Y a la pregunta
¿Qué es lo que Dios quiere de mi?. Para eso se invita a leer y meditar el texto bíblico de la creación
(capítulos 1 y 2 del libro del génesis), que será el tema del próximo encuentro. Ojalá traigan muchos
interrogantes sobre ese relato para compartirlos en el próximo encuentro.

TEXTO BIBLICO
Lucas 12, 13-31

CANTO
LA FUERZA ESCONDIDA (No. 277) o MUERTE Y VIDA (330)

ORACION
Recitar el salmo 8 (llevarlo fotocopiado o en cartulina grande para que todos lo puedan rezar
despacio). Buscar el salmo 8 en la Biblia y seguir orando con él todos los días hasta el próximo
encuentro. ¿Será posible aprenderlo de memoria?

SEGUNDA SEMANA
¿QUIEN SOY YO PARA DIOS? ¿QUIÉN ES DIOS PARA MI?
MOTIVACIÓN
Se comienza con un resumen de la catequesis anterior, especialmente si hay personas nuevas hay que
hacerlo un poco más extenso. Se pide a alguno o algunos que lean lo que hayan escrito en la actividad
de investigación que quedó la semana anterior. Terminada esta actividad se procede a leer el relato de
la creación y se abre un debate sobre el tema: Dudas, interrogantes, impresiones. El debate se va
llevando hacia una reflexión sobre el sentido de la creación, es decir, a la luz del texto bíblico, tratar de
explicar por qué Dios creó el mundo, por qué y para qué creó al hombre: ¿Cuál es el mensaje
fundamental que nos quiere dar la Biblia con el relato de la creación.

DESARROLLO DE LA CATEQUESIS
Se puede comenzar la catequesis volviendo a leer el salmo 8 y cantando alguno de los cantos
propuestos para esta catequesis. El mensaje final al que podemos llegar analizando el texto bíblico y
analizando también, a la luz de los descubrimientos científicos es que Dios creó al hombre y le dio su
imagen y semejanza, únicamente por amor. Su infinito amor lo llevó a crear un ser que llevara algo de
este mundo material y algo de la divinidad y así tomó barro (un elemento material) y le insufló aliento
de vida, alma espiritual, inmortalidad (elemento espiritual). Resultó así el ser humano (hombre y
mujer), cuerpo material y alma espiritual íntima e intrínsecamente unidos: el ser humano no es ni
solamente cuerpo, ni solamente espíritu, sino cuerpo y alma perfectamente unidos en una sola
identidad. Ya es una maravilla que Dios haya creado un ser de esas características y resulta más
maravilloso cuando nos ponemos a contemplar el misterio de la vida y especialmente el misterio de la
vida humana: cómo nos vamos formando durante nueve meses en el vientre de nuestra madre, cómo
nacemos, cómo vamos creciendo y aprendiendo a pensar, a sentir, a valorar, a decidir, a usar nuestra
libertad, etc. Nos quedamos maravillados ante el funcionamiento de cada uno de nuestros órganos,
desde los más sencillos hasta los más complicados. Más nos asombramos cuando reflexionamos sobre
la capacidad de nuestra mente: capacidad para pensar, para raciocinar, para recordar, para
argumentar, para clasificar y organizar sistemáticamente los conocimientos, para transmitirlos a otros
y que ellos los comprendan sin que tengan que empezar de cero. Nos quedamos boquiabiertos ante las
maravillas que nos descubre la psicología: los sentimientos, los aprendizajes, los conflictos y sus
soluciones, la vida interior, la superación de las dificultades, etc. etc.
¿Y todo esto por qué y con qué fin? Se puede abrir otro pequeño debate en torno a estas preguntas:
¿por qué me creó Dios y con qué fin?
Probablemente en el debate surjan muchas posiciones, fruto de lo que los estudiantes hayan oído en
clases o en programas diversos de televisión o hayan leído en algunas revistas o periódicos: desde las
que afirman que el hombre fue creado por Dios hasta los que asegurarán que no hay ningún Dios y
que el hombre vino al mundo por casualidad o por simple evolución de la materia. En caso tal se deja
que discutan sobre el tema sin terciar para ninguno de los extremos de la discusión. Esas discusiones
nos ayudan a los catequistas a conocer cómo piensan realmente nuestros jóvenes y así les podremos
ayudar mejor.
La Biblia y el catecismo de la Iglesia nos orientan sobre el fin de la creación y el fin de la humanidad.
El relato bíblico nos habla de un Dios que día tras día va sacando cosas de la nada y del caos y luego
las va decorando y embelleciendo y cuando ha terminado todo y lo tiene bien bonito es entonces
cuando crea al hombre y le entrega todo y luego crea a la mujer para que amando el hombre sea
realmente feliz. Si analizamos el mundo y el universo descubrimos, a la luz de la astronomía, de la
cosmología y de la astrofísica que todo obedece a un plan y un diseño de la mente creadora: Como si
Dios tuviera un propósito en mente. Es como si Dios estuviera desde el primer día de la creación
pensando en el hombre y la mujer para hacerles un regalo estupendo cuando los creara: No hay otra
explicación: Dios crea el mundo porque ama al hombre y crea al hombre para que conozca cuánto Dios
lo ama. Este es también el secreto de la felicidad: Dios no ha creado hombres y mujeres para que
sufran y les vaya mal, ni para tener a quién castigar y a quién prohibirle cosas, no: Dios creo al
hombre y la mujer para que fueran felices en el amor: amor a Dios, amor a los semejantes.
Examinemos brevemente algunos de los elementos que el texto bíblico nos sugiere y que contribuyen
a nuestra felicidad:
1. El amor. Amar y ser amados es una de las claves fundamentales de la felicidad. Todo en el
universo reclama amor y Dios ha dejado un mandamiento, el primero de todos, al que toda la
naturaleza, si se somete, encontrará en él la clave de su realización plena. El ser humano está
programado para amar y ser amado y en la medida que cumpla esa programación será feliz.
2. El matrimonio. Dios celebra el primer matrimonio de la historia humana casando la primera pareja,
bendiciéndola y encomendándole el cuidado de la vida y del universo. Cuando la pareja humana
obedece esa norma impuesta por Dios y se mantiene unida a Dios como Adán y Eva en el Jardín de
Edén, se hacen cada día más felices y hay armonía en el universo.
3. La familia. Dios crea la pareja humana, la bendice y le ordena ser fecundos y multiplicarse. El fruto
del amor de la pareja son los hijos. Cuando los hijos crecen en un ambiente familiar que se somete
a la ley de Dios, ese ambiente les va ayudando a ser felices y a considerar importante su
contribución a la felicidad de los demás en la familia y en la sociedad, porque la familia es la célula
básica de la sociedad.
4. El trabajo. Dios ordena al hombre y a la mujer llenar la tierra y someterla. El trabajo no es una
maldición sino una manera de colaborar en la obra de Dios, perfeccionándola, transformándola y
embelleciéndola, de tal manera que la creación y la naturaleza sigan perfeccionando el diseño
original de Dios creador.
5. El sometimiento a los mandamientos: “Pueden comer del fruto de todos los árboles del jardín,
menos del árbol que está en el medio. Si comen de él morirán”. Si el hombre y la mujer llegan a
quebrantar el mandamiento de Dios morirán, pero si observan y cumplen los mandamientos serán
felices. Ese es otro gran secreto para nuestra felicidad.
Estos cinco puntos, por ahora responden a la pregunta: ¿Qué es lo que quiere Dios de mí? De esa
manera el tema de hoy podemos resumirlo así: DIOS ME CREO PARA QUE FUERA FELIZ, CREÓ EL
MUNDO PORQUE ME AMA Y QUIERE MI FELICIDAD Y ME DIO SUS MANDAMIENTOS PARA QUE
SIGUIÉNDOLOS CON AMOR A EL Y A LOS DEMÁS SEA FELIZ, HAGA POSIBLE LA FELICIDAD DE LOS
OTROS Y TODOS JUNTOS HAGAMOS DEL MUNDO Y DEL UNIVERSO UN PARAÍSO Y LO VAYAMOS
EMBELLECIENDO Y PERFECCIONÁNDOLO PARA ENTREGARLO A DIOS AL FINAL DE LA HISTORIA.

SEGUNDA PARTE DE LA CATEQUESIS


LOS FUNDAMENTOS DE LA FELICIDAD HUMANA
Nuestra felicidad no depende únicamente de que amemos y seamos
amados. Hay personas que sufren desamor y sin embargo logran
superarlo y ser felices; tampoco depende nuestra felicidad de que
seamos casados, viudos o solteros, ni de que tengamos trabajo o
estemos desempleados. Todas esas cosas contribuyen a nuestra
felicidad pero no son absolutamente indispensables.
La antropología fundamentada en la Biblia, también nos ayuda a
comprender cómo está el ser humano programado para la felicidad.
Según la antropología el hombre es fundamentalmente un ser en
relación. ¿Qué quiere decir eso? Quiere decir que en la medida en que
aprendemos a relacionarnos en esa medida desarrollamos más
nuestra condición humana. Nuestras relaciones fundamentales son
cuatro, representadas en el gráfico:
 Relación con Dios (es decir “RELIGIOSA”)
 Relación con los semejantes (es decir FAMILIAR, SOCIAL)
 Relación conmigo mismo (AUTOCONOCIMIENTO, REFLEXIÓN)
 Relación con la naturaleza (ECOLÓGICA)
En la medida en que haya un equilibrio y armonía en esas cuatro
relaciones, en esa medida somos más humanos y, por lo tanto, más
felices, en la medida en que falla alguna de esas cuatro relaciones en
esa medida comienza a fallar nuestro proyecto de felicidad.

TEXTO BÍBLICO
Génesis capítulos 1 y 2

CANTOS
POR ESO HAY QUE CANTAR (No. 377), Y VIO EL SEÑOR (559)

INVESTIGACION
Por grupos, releyendo el texto bíblico van a encontrar cómo la Biblia nos presenta las cuatro relaciones
en el caso de Adán y Eva. Terminada la investigación por grupos se comparten las conclusiones y el
catequista complementa lo que crea más conveniente.
Luego en la casa cada uno va a tratar de responder la siguiente pregunta: ¿A la luz de lo visto en el
tema, qué es lo que quiere Dios de mí? ¿Cuál es mi vocación fundamental y cómo puedo irla realizando
en mi vida?

RECURSOS COMPLEMENTARIOS
Presentar un breve documental sobre la vida o sobre el desarrollo de los niños, o sobre el cosmos y las
actuales investigaciones y hacer un pequeño foro sobre el tema.

DIALOGO Y DEBATE
Los temas de diálogo propuestos durante la motivación y la catequesis

ORACIÓN
Salmo 8

TERCERA SEMANA
LA CAIDA DEL HOMBRE EN EL PECADO Y LA FRUSTRACIÓN DEL
PROYECTO DE FELICIDAD
OBJETIVO
Presentar la experiencia del pecado no tanto como una mancha moral o un quebrantamiento de un
orden impuesto sino como un mal muy profundo que destruye nuestra dignidad y nuestra misma
condición humana.

MOTIVACION
Después de la oración inicial se comparten brevemente los trabajos de investigación y se hacen las
aclaraciones que sean necesarias. Si siguen llegando jóvenes nuevos se presentan y se hace
nuevamente una síntesis de los temas anteriores.
A continuación, se dividen los jóvenes en grupos y cada grupo va a tratar de escenificar en una breve
dramatización varios proyectos de felicidad, por ejemplo, el que pone su felicidad en tener mucho
dinero, el que pone su felicidad en el placer, en el éxito social o deportivo o artístico, el que pone su
felicidad en viajar mucho y tener muchas mujeres en cada sitio y pasarla bien, el que pone su felicidad
en el grupo de amigos de parranda o en la farra y el licor, etc… otros que sugieran ellos. Se puede
complementar alguno de estos dramas con la irrupción de un hecho inesperado que frustre el proyecto
de felicidad, por ejemplo un accidente, o la muerte o contraer una enfermedad peligrosa, etc. Vueltos
al salón, cada grupo hace su representación y la explica. Terminadas las presentaciones se hace un
debate sobre el tema de la felicidad y los obstáculos para alcanzarla.

DESARROLLO DE LA CATEQUESIS
El debate anterior se va orientando poco a poco hacia una constatación del hecho de que todo el
mundo quiere ser feliz, pero a la postre casi nadie logra serlo realmente y a tratar de preguntarnos por
qué le sucede esto a la mayoría de las personas: ¿Cuál es la causa de que llevemos dentro un impulso
irresistible hacia la felicidad y terminemos muchas veces frustrados en nuestros proyectos?
Cuando se ha tocado el tema y se ha logrado inquietar bastante a los jóvenes, se les dice que vamos a
tratar de buscar en la Biblia la respuesta que Dios nos da. Para ello vamos a leer dos lecturas bíblicas y
les vamos a prestar mucha atención:
PRIMERA LECTURA: Carta de san pablo a los romanos 7, 7-25
SEGUNDA LECTURA: Génesis 3, 1-24
Se pide a los jóvenes hacer un tiempo de silencio y reflexión y tratar en su reflexión de encontrar el
mensaje central de las lecturas en relación con el tema que se está debatiendo; en seguida se permite
participar a los que quieran libremente compartir su reflexión con el grupo. En esta parte de la
catequesis hay que procurar lograr un clima de silencio, profundidad y seriedad que permita a la
Palabra de Dios hacer su obra.
Si se ha logrado hacer bien esta parte, lo que sigue será muy fácilmente comprendido por los jóvenes.

SEGUNDA PARTE DE LA CATEQUESIS


EL PECADO: LA GRAN FRUSTRACIÓN
La Palabra de Dios nos da una respuesta clave. Un carro para que funcione correctamente y no ponga
problemas debe ser usado adecuadamente y debe recibir mantenimiento permanente. Si sucede lo
contrario el carro se vara cada rato y nos da más dolores de cabeza que satisfacciones. La mayoría de
las veces las cosas se nos estropean porque les demos usos inadecuados, las sobrecargamos de
trabajo o abusamos de ellas empleándolas en lo que no se debe. En el encuentro anterior veíamos
cómo todo en el hombre está pensado para que se realice, para que sea feliz, y veíamos también
cuáles eran las condiciones para poder ser felices. En los dramatizados de hoy nos dimos cuenta de
que un gran número de personas hacen las cosas porque quieren ser felices pero no logran ser felices
porque los proyectos de felicidad son inadecuados y equivocados: en muchos proyectos de felicidad las
personas incluyen acciones que van contra la voluntad de Dios manifestada en sus mandamientos, o
que van contra la unidad familiar, o que van contra el respeto a la naturaleza y por ese camino es
apenas lógico que ninguno logrará alcanzar la felicidad y en cambio, sí, un tremendo cansancio y
frustración. Eso les pasa mucho a los jóvenes que piensan que serán felices el día que se puedan
emborrachar y montarse en una moto a toda velocidad después de una noche de tragos y vicio y
terminan en la clínica o en la funeraria sufriendo y haciendo sufrir a las personas que los aman y
frustrando tantos proyectos hermosos de felicidad y tanto porvenir.
¿Qué nombre le pone la Palabra de Dios a esta realidad? La llama PECADO. San pablo nos decía que el
pecado nos lleva a obrar en contra de nuestros proyectos y deseos de bien y que necesitamos ser
liberados de esa esclavitud del pecado para lograr ser felices.
La experiencia del pecado aparece descrita en el capítulo 3 del libro del génesis en la caída de Adán y
Eva. Observemos algunos hechos que aparecen claramente en el texto bíblico y que nos iluminan
sobre la realidad del pecado y la frustración que él nos trae.
 El pasaje hay que leerlo en confrontación con el tema
anterior que nos presentaba a Adán y Eva felices en el jardín
Edén en plena comunión de amor con Dios, con la naturaleza
(jardín, animales), consigo mismos y el uno con el otro (“esta sí
que es carne de mi carne y hueso de mis huesos”).
 Aparece alguien misterioso y malévolo, envidioso de la
felicidad del hombre: Satanás, el ángel caído que se había
rebelado contra Dios, urde un plan para hacer caer al hombre y
la mujer y destruír en ellos la felicidad y lo logra, poniendo al
hombre y a la mujer en contra de Dios y de sus mandamientos.
El pecado se gesta en un diálogo de Eva con el diablo en forma
de serpiente y culmina en un acto de abierta rebeldía contra
Dios: Comieron del árbol del que Dios les había prohibido comer
y con ese gesto demostraron que rompían con Dios y a partir de
ese momento ellos decidirían su camino y su felicidad.
 Inmediatamente se rompen las relaciones con Dios y con
sus mandamientos;
 Como consecuencia se rompen las relaciones con el otro.
Adán acusa a Eva y le echa la culpa de todo: prefiere que Eva se
hunda con tal de él salvar su pellejo. Se les acabó el amor y
comienza el egoísmo.
 Se rompen las relaciones con la naturaleza: los animales ya
no son amigos del hombre sino competidores por la
supervivencia y la tierra produce sólo espinas y malezas
produciendo a duras penas el pan; el trabajo se convierte en
una lucha pesada y maldita.
 Y, como si fuera poco, el ser humano queda preso de sí
mismo, pierde su identidad, se encierra en el egoísmo: ya no
sabe quién es él ni quien es el otro.
En definitiva: el pecado es la peor tragedia que le ha podido
ocurrir al ser humano, ya que, destruido el hombre en su misma naturaleza, mientras esté en el
pecado, todo lo que emprenda está condenado al fracaso, dejando sinsabores, angustias, amarguras, y
mucha frustración.
Además, el pecado destruye la sociedad. De allí, en la Biblia comienzan a aparecer pecados cada vez
más desastrosos: Caín mata a su hermano Abel, la torre de Babel rompe la comunión y la unidad del
género humano y de allí, la rueda del pecado sigue rodando y destruyendo todo a su paso, como
ocurre actualmente en nuestro país.
Lo peor de todo es que el pecado convierte al hombre en esclavo, como nos decía san Pablo. ¿Quién es
esclavo? El que hace lo que no quiere y lo hace aunque no quiere hacerlo, está condenado a hacerlo. O
sea, que el pecado nos condena a actuar en contra de nuestra felicidad, aunque seguimos aspirando a
ser felices. Es como una rueda sin fin: Quiero ser feliz, hago lo que creo que me hará feliz, pero como
procede del pecado no soy feliz y sin embargo sigo haciendo lo que creo que me hará feliz pero no me
hará feliz. ¿Vale la pena una vida así? ¿Qué habrá que hacer para escapar de esta terrible esclavitud?
La misma Biblia, en el capítulo 3 del génesis que hemos leído (v. 13) nos trae ya una respuesta de
parte de Dios: “Enemistad pondré entre ti y la mujer, entre tu linaje y su linaje: él te pisará la cabeza
mientras asechas tú su calcañar”. De cuál linaje de la mujer está hablando De Jesucristo, el hijo de la
Virgen María, la Mujer, la nueva Eva. De esto hablaremos más adelante. Entendemos por qué San
Pablo dice: “¡Pobre de mi! ¿Quién me librará de esta realidad de muerte? ¡Gracias sean dadas a Dios
por Jesucristo nuestro Señor” (Rm 7,24-25).

DIALOGO Y DEBATE
Los temas propuestos a lo largo del encuentro.
INVESTIGACIÓN
¿Hizo Dios algo para sacar a la humanidad de esa situación? Averiguarlo y traer la respuesta.

CANTO
ORACION DEL POBRE (No. 355)

TEXTOS BIBLICOS
Génesis 3, 1-24; Romanos 7, 7-25

OTROS RECURSOS
Recortes de periódico que documenten los estragos del pecado en la sociedad

ORACION
Enseñar el YO CONFIESO y el ACTO DE CONTRICION. Ojalá se aprendan de memoria.

AVISO IMPORTANTE
REUNIÓN DE PADRES DE FAMILIA Y PADRINOS
Antes de continuar el próximo tema, o en la fecha más próxima posible hay que citar a los padres y
padrinos para una reunión. Antes de que los jóvenes se dispersen hay que elaborar con ellos la
invitación a sus padres y padrinos, con el lugar, el día, la hora y la probable duración de la reunión. Es
importante preparar con los jóvenes su participación en el encuentro de padres y padrinos, si es
necesario seleccionar a los que van a hablar en la reunión en nombre de todo el grupo de jóvenes.
Es muy importante que para los próximos encuentros traigan una Biblia, pues se va a trabajar
intensamente con la Biblia.

PRIMERA REUNIÓN CON PADRES Y PADRINOS


OBJETIVOS
Esta reunión busca un primer contacto con los padres de familia y los padrinos para compartir con ellos
la experiencia que se está viviendo con los muchachos. La reunión no debe ser excesivamente larga
para no espantarlos y que no vengan a la próxima reunión que se programe.

DESARROLLO DE LA REUNIÓN

Oración breve
Ensayo de algunos cantos
Presentación de los asistentes
LECTURA BÍBLICA : Romanos 7,7-25
Breve reflexión personal sobre la lectura. Si alguno de los asistentes desea dar un eco, se deja un
espacio para la participación.
EXPLICACIÓN DE LA LECTURA (catequista o sacerdote). Durante esta explicación se retoman los
puntos principales de los encuentros que se han tenido con los muchachos, haciendo una síntesis muy
viva que sea al mismo tiempo una catequesis dirigida a los padres, como una primera evangelización.
Esta catequesis no debe ser muy larga pero sí muy contundente y llamando a todos a la conversión.
Hay que acentuar muy especialmente la parte del pecado vista no como una falta moral solamente
sino como una grave tragedia de la humanidad, causante de todos nuestros males y sufrimientos.
EXPERIENCIAS DE LOS JÓVENES. Se le da la palabra a los jóvenes para que participen libremente
diciendo cómo se están sintiendo hasta ahora en la preparación, qué es lo que más les ha ayudado y
qué esperan ellos de sus padres y padrinos, de los compañeros y de los cateq uistas y la parroquia.
EXPERIENCIAS DE LOS PADRES DE FAMILIA. Se pide que algunos padres de familia hablen: Cómo
están viendo a sus hijos, qué cambios han visto en ellos, qué esperan de ellos mismos como padres o
padrinos, qué esperan de sus hijos y qué esperan de la catequesis y de la parroquia.
CONCLUSION DEL SACERDOTE O DEL CATEQUISTA. Interviene el sacerdote o un catequista para
dar su experiencia en nombre de todo el equipo: Cómo se han sentido, qué esperan de los muchachos
y qué esperan de los padres de familia y los padrinos. Es el momento de invitar a una mayor
participación en la Iglesia, ojalá vinculándose a experiencias comunitarias formativas, a la asistencia a
la misa y la frecuencia de los sacramentos y a mejorar la vida espiritual del hogar. Se les dice que los
jóvenes una vez confirmados necesitan vincularse a los grupos de su parroquia para no echar a perder
todo lo que se ha sembrado y que ellos deben apoyarlos. Se da la fecha y el tema del próximo
encuentro y con una oración se puede concluír.
ORACION FINAL Y DESPEDIDA. Si hay tiempo se hacen oraciones espontáneas y se concluye con la
oración del padre Nuestro. Estas oraciones son un buen termómetro para que los catequistas vean qué
tanto impacto causó la reunión en los asistentes. Si hay manera se puede ofrecer un refrigerio sencillo
y un recordatorio, que los anime al sentir la Iglesia cercana a ellos.

CUARTA SEMANA
EL PLAN DE SALVACION (PRIMERA PARTE)
ANTIGUO TESTAMENTO
OBJETIVOS
Dar a conocer y profundizar en la Biblia y la palabra de Dios como plan de salvación: Comprender que
Dios no queda indiferente ante la tragedia del pecado sino que traza un plan para salvar al hombre.
Realizar talleres de encuentro con la palabra a partir de modelos, con el fin de inducir modelos de
lectura de la Palabra de Dios.

MOTIVACION
Tal como en 1.4 de la cartilla para niños (pág. )

DESARROLLO DE LA CATEQUESIS
Se desarrolla la primera parte de la catequesis como en 1.4 de la cartilla para niños, especialmente los
apartados DESARROLLO DE LA CATEQUESIS, ACTIVIDAD 1 Y ACTIVIDAD 2. El lenguaje tiene que ser
adaptado para los jóvenes. Es posible que el grupo de jóvenes tenga ya muchos conocimientos de la
sagrada Biblia, en ese caso el desarrollo se hace menos expositivo y más dialogado; sin embargo es
también probable que la gran mayoría del grupo nunca haya tenido en sus manos una Biblia ni sepa
nada sobre ella: en este caso hay que ir desarrollando las ideas más despacio y constatar que se están
asimilando. Lo más importante es que quede claro que Dios trazó un plan para salvar a la humanidad
de la tragedia del pecado y ese plan, que aparece narrado en la Biblia, Dios lo inició llamando a
Abraham y empezando con él y continuando con sus descendientes fue realizando una historia de la
Salvación que, con la venida de nuestro Señor Jesucristo en el Nuevo Testamento, abarca a toda la
humanidad, porque Dios quiere que todos los hombres se salven, pero no a las malas sino con el libre
consentimiento del hombre, llamado a la salvación.

SEGUNDA PARTE DE LA CATEQUESIS


ESTUDIO BÍBLICO O LECTIO DIVINA SOBRE ABRAHAM.

Introducción
Se explica que un estudio bíblico, llamado también «lectio divina» es una forma de acercarnos a la
Biblia para encontrar en ella la Palabra de Dios, que es palabra para toda la humanidad y también para
nosotros y por eso no se hace como cualquier otro estudio sino en ambiente de oración. Este ambiente
está favorecido por la decoración del salón. Cada familia cristiana debería tener en sus casas un
rinconcito para la oración, la reflexión personal y la lectura de la Palabra de Dios. Por eso comenzamos
con una oración en la que invocamos al Espíritu Santo, el Maestro interior que nos enseña a
comprender las escrituras.
Después de hacer la oración se introduce un poco la figura de Abraham como el hombre escogido por
Dios para iniciar con el y sus descendientes un plan de salvación que va a culminar con la venida de
Nuestro Señor Jesucristo, en quien se realizan todas las promesas.
Este estudio sobre Abraham lo vamos a hacer guiados, para aprender. Luego ellos tendrán que hacer
personalmente o con la familia un estudio sobre el Éxodo, como se indicará más adelante.
Nos ubicamos en el capítulo 12 del libro del génesis (los capítulos 4-11) nos narran cómo el pecado y
la maldad van cundiendo por todas partes y van destruyendo la obra de Dios, hasta el punto de que
Dios tiene que destruir la humanidad y reiniciar una historia con Noé, pero la maldad vuelve a
enseñorearse, y la humanidad ya ni se comprende: el egoísmo y el orgullo dividen al género humano
(torre de Babel). Es entonces cuando Dios llama a Abraham.
Leamos la forma como Dios llama a Abraham: Se lee Génesis 12,1-9.
¿Pero quién era Abraham? Leamos Génesis 11, 27-31 y Judit 5,5-9
Resaltemos:
 Abraham no busca a Dios, es Dios quien busca a Abraham.
 Abraham era viejo, su esposa Sara era estéril, no tenían ni hijos ni tierra y tenían que vivir con los
parientes para protegerse. Esto significaba que no eran felices pues no habían podido realizar los
ideales de vida de aquella época. Esto es muy importante.
 Dios le hace una promesa: “De ti haré una gran nación” o sea que le está prometiendo hijos y
tierra en cantidades. Dios le está ofreciendo la felicidad y no le pide a cambio nada, sino
únicamente fiarse a alejarse de la seguridad que le brindan los parientes y la casa. Su seguridad
estará únicamente en Dios.
 Abraham se fía y sale de Ur: la fe comienza con un acto de obediencia en el que se arriesga.
 Abraham comienza un largo camino que dura 25 años, en el que a veces se fía, a veces duda, a
veces se equivoca, pero poco a poco va aprendiendo a fiarse de Dios (después ustedes pueden leer
todo eso en los capítulos 13,14,15 y 16 del génesis).
Vayamos al momento en que Abraham tiene un gran sufrimiento porque el hijo tenido con una esclava
le trae muchos problemas. Dios se le aparece, le explica por qué le ha pasado todo eso y hace con él la
alianza de la circuncisión y luego en Mambré se le aparece en forma de tres ángeles y le promete un
hijo nacido no de una esclava sino de Sara, su esposa estéril: Leamos Génesis 17 todo y Génesis 18,1-
14.
¿Qué lecciones sacan ustedes de esta lectura? (se puede dejar que participen libremente y se
complementa, especialmente resaltando la importancia de la alianza con Dios que para nosotros se
selló en el bautismo y para Abraham en la circuncisión, la incredulidad y la risa de Sara, que se parece
a la nuestra cuando no le creemos a Dios sus promesas).
Finalmente nace Isaac (leamos Génesis 21) Isaac significa varón de la risa o hijo de la risa, porque
Sara se rió de la promesa y Abraham se rió de alegría (comparemos con Juan 8,56: Abraham se rió,
pensando en ver mi día, lo vio y se regocijó”. ¿Por qué dirá eso Jesucristo?).
Pero aquí no termina la historia: leamos Génesis 22, un poco difícil de entender ¿verdad? ¿Qué es lo
que más les sorprende de este dramático capítulo?
Se orienta poco a poco el diálogo a la comprensión de que el camino de fe tiene muchas pruebas y
Abraham tenía tanta fe que incluso esa prueba, aparentemente tan absurda, la superó obedeciendo a
Dios, porque, como nos enseña san Pablo, Abraham pensó siempre bien de Dios, nunca dudó, es decir
nunca pensó que Dios le estaba jugando una broma pesada, sino que ese Dios que había sido tan
bueno con él, algo haría, o algo bueno tenía pensado y por eso se fue decidido a sacrificar a su hijo.
Digamos, finalmente que el carnero que apareció entre las zarzas y que fue sacrificado en lugar de
Isaac, es figura de nuestro Señor Jesucristo, el Hijo unigénito de Dios. Este sí que fue sacrificado en la
cruz (el leño), por todos nosotros, porque en él se cumplieron las promesas de Dios.
Al final, dependiendo del tiempo, se puede dar un tiempo para aplicar la palabra a la vida de cada uno
(lo que llamamos “eco”a la Palabra), se hacen oraciones espontáneas y se concluye con un canto.

ACTIVIDAD E INVESTIGACION
Los jóvenes van a hacer en sus casas, solos o con la familia si quiere participar, un estudio sobre
Moisés y la historia del éxodo. Conviene dictarles o llevar fotocopiada la siguiente guía:

1. Buscar un lugar para orar, llevar la Biblia, invocar al Espíritu Santo


2. La familia de Abraham (biznietos de Isaac, descendientes de los hijos de Jacob) se encuentran
esclavos del Faraón, rey de Egipto. José, hijo de Jacob y primer ministro de Egipto –otra historia
verdaderamente interesante (Génesis 37 y ss. —los había llevado allí para salvarlos de una hambruna
y después de 400 años de residir allí otro Faraón que ya no se acordaba de José los somete a
esclavitud: Leamos Exodo 1,8-22. En este contexto de dura esclavitud y control de la natalidad nace
Moisés que es salvado de ahogarse por una hija de faraón que lo educa y lo adopta como hijo (leer
Exodo 2,1-10). Moisés conoce su verdadero origen y se mete en problemas, por eso tiene que huír a
Madian donde conoce a Jetró y se casa con una de sus hijas. Un día mientras cuidaba los rebaños de
jetró, Dios se le aparece y lo llama (leer Exodo 3,1-20). Moisés pone resistencia pero finalmente
vuelve a Egipto y con la ayuda de Aarón se enfrenta al Faraón por medio de terribles plagas que Dios
le permite realizar y logran sacar al pueblo de Israel de Egipto (leer 12,21-42). Los Egipcios van detrás
para hacerlos volver pero Dios permite que el mar de paso a los Israelitas mientras que en él se ahoga
el ejército de los egipcios (leamos Ex. 14, 1-31).
3. Tratemos de responder algunas preguntas:
 ¿Quién era Moisés?
 ¿En qué condiciones estaba el pueblo de Israel?
 ¿Por qué Dios está empeñado en sacar a ese pueblo de la esclavitud de Egipto y llevarlo a una
tierra prometida?
 ¿Qué significado le podemos dar a Egipto?
 ¿Qué significado le podemos dar al paso del mar rojo? ¿Por qué?
 ¿qué mensaje especial encuentras en estas lecturas para tu vida?
 ¿Cómo podría irse haciendo realidad ese mensaje? ¿Cómo piensas aplicarlo?
NOTA: Ojalá las respuestas se pongan por escrito para compartirlas en el próximo encuentro. El
estudio se puede hacer en una sola sesión o en varias, poco a poco; es muy importante que hagamos
esta experiencia y que la intentemos luego con otros pasajes de la Biblia. Los próximos encuentros los
dedicaremos al Nuevo Testamento.

TEXTOS BÍBLICOS
Los propuestos en el tema

CANTOS
TU PALABRA ME DA VIDA (No. 517), ESPÍRITU SANTO VEN (No. 206)

ORACION
La experiencia se realiza toda en ambiente de retiro y oración.

AVISOS
El próximo tema será convivencia a la cual es necesario llevar la Biblia, papel, lapicero y algo de
merienda para compartir entre todos.

QUINTA SEMANA
EL PLAN DE SALVACION (SEGUNDA PARTE)
EL NUEVO TESTAMENTO Y LA COMUNIDAD CRISTIANA

MOTIVACION
Comenzar compartiendo las experiencias de la actividad que realizaron en su casa y la
respuesta a las preguntas. Puede el catequista de una forma muy breve recordar que
además de Abraham y el Exodo, todo el A. T. es la historia del pueblo de Dios en el que Dios
va cumpliendo las promesas hechas a Abraham y a sus descendientes a través de los
jueces, los reyes, los profetas, los sabios, los poetas y de todos los acontecimientos vividos
desde Abraham hasta san Juan Bautista, durante cerca de 1800 años El catequista saca
unas brevísimas conclusiones y felicita al grupo por el trabajo realizado.
Recordemos que se trata de una convivencia. Hay que llevar juegos y actividades lúdicas
preparadas y dedicar buenos espacios a la lúdica. La convivencia tiene que ser una
experiencia muy vivencial y agradable para los jóvenes y la misma experiencia de
comunidad que se les está invitando a vivir debe queda en su memoria como una
experiencia agradable.
El núcleo central de la convivencia es la experiencia de discipulado y de iglesia-comunidad.
Esto debe ser tenido en cuenta durante todo el rato que dure la convivencia.

DISCIPULADO Y COMUNIDAD CRISTIANA (CONVIVENCIA)

OBJETIVO
Presentar a Jesucristo y el N.T. como realización máxima y cumplimiento del plan de
salvación. Todas las promesas del A.T. hallan su respuesta en Jesucristo.
Presentar la Iglesia y la experiencia de comunidad cristiana como la forma más concreta de
realizar el discipulado cristiano o seguimiento de Cristo, desde el siglo primero hasta hoy.
Inquietar a los jóvenes por medio de una metodología de convivencia para que deseen vivir
experiencia de comunidad.
DESARROLLO DE LA CONVIVENCIA
1. Oración breve y cantos
2. Ambientación (presentación del trabajo, recogiendo el AT)
3. Taller de discipulado
4. Merienda
5. Taller de comunidad

TALLER DE DISCIPULADO
Se dividen los jóvenes por grupos y se les entrega el documento. El número de grupos
dependerá del número de jóvenes, entre más grupo mejor, pues el contenido que cada
grupo trabajará quedará menos extenso.
Antes de ir los grupos a trabajar el catequista presenta el Nuevo Testamento como
cumplimiento del Antiguo y hace un anuncio del Kerigma de siquiera 20 minutos (ver cartilla
para niños, tema 2.1). Este anuncio del Kerigma debe culminar en una invitación a ser
seguidores de Jesús como lo fueron los apóstoles y los demás discípulos de que nos hablan
los evangelios. Para saber como es ese seguimiento de Jesús vamos a trabajar con un
documento que nos servirá de guía (a cada grupo se pueden entregar dos o tres copias del
documento). El documento se va a trabajar por grupos, cada grupo un o unos aspectos del
discipulado que luego entre todos vamos a tratar de unificar. Los discípulos y seguidores de
Jesús que aparecen en el Nuevo Testamento, especialmente en los Evangelios son el modelo
de cristiano para nosotros, por eso vamos a intentar conocer esa experiencia para poderla
realizar hoy, en nuestras propias circunstancias.

DOCUMENTO SOBRE EL DISCIPULADO1


Al leer los evangelios encontramos como se emplean indistintamente la palabra discípulos
(ver Mt 10,1; 11,1) o apóstoles (ver Mt 10, 2-4) para designar a los doce llamados por
Jesús. No obstante, conviene descubrir las connotaciones de cada una de estas palabras,
para ver lo que se esta diciendo en ese momento de las personas a las que se le atribuye.
Discípulos son aquellos que escuchan y contemplan a Jesús siguiéndolo y
esforzándose por conformar sus vidas a la del maestro (Mt 10,24-25; Lc 6,4). A este
grupo pertenecían un amplio número de personas, el evangelista Marcos lo expresa diciendo
que “eran muchos los que le seguían” (ver Mc 2,15). Bajo esta denominación nos
encontramos a los 72 enviados (Lc 10,1), a Leví (ver Mc 2,13ss), al amplio numero de
mujeres que le acompañaban y le servían (ver Mc 15,41; Lc 8, 2-3). En este gran número
de personas que seguían a Jesús tenían un papel preponderante y especial los doce.
La palabra apóstol proviene del griego y significa enviado o mensajero; los evangelios
engloban dentro de este grupo a los Doce seguidores más próximos a Jesús.
Toda persona que quiera ser fiel seguidora de Jesús, debe hacer suya estas dos realidades:
discipulado y apostolado. Por la primera, uno se adhiere a una persona que le conforma la
vida a un nuevo estilo entender y vivir la realidad del mundo presente, y en cuanto a la
segunda, la persona es enviada a una misión concreta dada por el mismo maestro para
llevar este nuevo “modus vivendi”, aprendido y vivido, a los demás.
El discípulo-apóstol tiene como característica principal conocer a Jesús para después
ponerse al servicio del Reino de Dios.
Veamos algunos aspectos de este discipulado:
1.- La Vocación

1
Adaptado De DIOCESIS DE VALLEDUPAR. Pequeñas Comunidades Eclesiales Diocesanas: Convivencia inicial,
etapa de Iniciación, etapa de discipulado, etapa de comunión y participación, etapa de misión. Valledupar,
2004.
Lo que cuenta para llegar a ser un discípulo de Jesús no son las aptitudes intelectuales y ni
siquiera morales; es un llamamiento, cuya iniciativa corresponde a Jesús --en la que
volveremos más adelante- (Mc 1,17-20; Jn 1,38-50), y a través de él al Padre, que da a
Jesús sus discípulos (Jn 6,39; 10,29).
2.- Adhesión personal a Cristo
Para ser discípulo de Jesús no se requiere ser un hombre superior; en efecto, la relación que
une al discípulo y al maestro no es exclusivamente, y ni siquiera en primer lugar, de orden
intelectual. Él le dice: “Sígueme”. En los Evangelios, el verbo seguir expresa la adhesión a la
persona de Jesús (ver Mt 8,19ss). Seguir a Jesús es romper con el pasado, con una ruptura
total si se trata de discípulos privilegiados. Seguir a Jesús es calcar la propia conducta en la
suya, escuchar sus lecciones y conformar la propia vida con la del Salvador (Mc 8,34ss;
10,21; Jn 12,26). A diferencia de los discípulos de los doctores judíos, que una vez
instruidos en la ley podían separarse de su maestro y enseñar a su vez, el discípulo de Jesús
se ha ligado no a una ley o doctrina, sino a una persona: no puede abandonar al que en
adelante es para él más que padre y que madre (Mt 10,37; Lc 14,25ss).
3.- Ser testigos de las palabras y obras de Jesús
Todos en calidad de discípulos debemos aprender del Maestro al que seguimos.
Debemos ser testigos de las palabras y obras de Jesús y de las reacciones de los oyentes de
su época en las que predominó el rechazo, para que nosotros sepamos acoger en todos los
momentos y circunstancias de nuestra vida la novedad que él nos trae.
Todos hemos recibido gratuitamente conocer el misterio del Reino de Dios (ver Mc 4,11)
revelando en Jesús (ver Mc 9,1). Este don implica la tarea de ir profundizando cada día más
en él hasta llegar a conocer la identidad de Jesús y su forma de actuar.
4.- Conocer a Jesús
Mc nos señala a todos los discípulos una doble meta:
a.- Conocer el mesianismo de Jesús (ver Mc 1,1).
b.- y su divinidad (ver Mc 1,1).
a.- El Mesianismo de Jesús.
Para conocer el mesianismo de Jesús debemos adquirir una nueva mentalidad ante la
realidades de la vida, un corazón bien abierto a unos nuevos horizontes de comprensión y
no caer en las dificultades (ver Mc 1,36; 4,13.40; 6,52; 7,18; 8,17-21) en las que cayeron
la gente se su época. Ellos esperaban un Mesías con toda una serie de características que le
habían llegado por sus tradiciones, y al ver como algunas de estas características no
encajaban en la persona de Jesús, no lo aceptaron. La clave no está en hacernos una idea
de Mesías y aplicársela a Jesús sino en ver en la persona de Jesús unas características
propias que hacen de él un Nuevo Mesías que rompe con los esquemas de su sociedad. Por
ello nosotros debemos reconocer en Jesús al autentico Mesías, al enviado por Dios para
salvar a Israel (8,29) y por tanto a la Iglesia, que es el nuevo Israel.
La segunda parte del evangelio de Marcos (ver Mc 8,31-10,52), presenta a Jesús subiendo a
Jerusalén y anunciando por tres veces su muerte y resurrección, anuncio que explica el
modo de su mesianismo el cual no es comprendido por sus discípulos, mesianismo que no
parte de la gloria de la transfiguración de la cual se le prohíbe hablar a los tres escogidos
(Pedro, Santiago y Juan) sino del que nace de la cruz y que será reconocido por el centurión
romano (ver Mc 15,39). Éste es el gran peligro que corremos hoy en día, querer seguir a
Jesús por la fuerza de sus palabras y prodigios, pero no partiendo de la cruz de cada día.
b.- La Divinidad de Jesús.-
La divinidad de Jesús no fue reconocida durante su ministerio público, dado que las personas
de su época no tenían los valores propios del «pensar de Dios» (Mc 8,33). Aquí nos
encontramos de alguna manera con el mismo problema del apartado anterior: Sus
contemporáneos tenían una idea de la Divinidad que no era posible aplicársela a un hombre
terreno. Para ellos el Mesías debía ser rey; el cual era considerado como el lugarteniente de
Dios en la Tierra, era el Hijo de Dios, pero no con la categoría que Jesús se aplica a si
mismo, mucho más elevada que la de sus compatriotas. Podríamos decir que ellos ven en
este rey Mesías a la divinidad pero de una forma rebajada. Tanto ellos como nosotros
debemos romper nuestra idea de Dios. No queriendo aplicarle a Jesús una divinidad
preconcebida por nuestros esquemas mentales. Sino perdiendo estas ideas y observando la
forma de ser de Jesús captar que así es como es Dios: Dios es como Jesús.
5.- Las actitudes que nos invita Jesús a vivir
La Divinidad y Mesianismo de Jesús parten de un estilo de vida que queda reflejado en unas
actitudes y en el discurso magistral del sermón del Monte.
Los evangelistas nos las muestras partiendo de la experiencia genuina cristiana: la pasión
muerte y resurrección de Jesús, las cuales condicionan la propia vida y la de la fraternidad.
Las actitudes propias del cristiano recogidas y vividas por Jesús son:
Acoger la experiencia de la cruz (ver Mc 8,34) en cada momento presente olvidándose
uno de sí mismo para mostrar la libertad que tenemos como Hijos de Dios.
Vivir unidos fruto de quienes tienen un corazón fraternal (ver Mc 10,1-12).
Hacerse como niños, reconociendo la propia limitación ante Dios y los hombres, para
poder acoger el Reino, que ahora se hace presente en la vida fraternal, de tu familia, de la
Pequeña Comunidad, y entrar en él (ver Mc 10,15).
Actitud de servicio y generosidad, renunciando a la ambición en la comunidad (ver Mc
9,34); relativizar todo tipo de bienes sabiéndolos poner al servicio del Reino (ver Mc 10,17-
31).
Disfrutar de la plena libertad, abandonando la propia «vida» en manos de Dios.
Vivir para realizar la voluntad de Dios, abandonando todo afán de poseer y dominar, de
querer ser reconocido y valorado por los que te rodean para engrandecer tu ego.
Todas estas actitudes se encierran en un único precepto: “Amaos los unos a los otros como
yo os he amado”.
6.- Una Comunidad centrada en Cristo
Debemos ser un grupo de personas que tienen como centro de sus vidas a Jesús, es decir,
que con su vida de unidad y fraternidad son un testimonio para los demás, poniendo sus
vidas al servicio del Reino. Por ello deberíamos preguntarnos sobre nuestra capacidad de
servicio en los diferentes ámbitos en los que nos movemos: mi Pequeña Comunidad, la
Parroquia, la Diócesis.
Somos un grupo escogido por Jesús, Por ello no es de extrañar que en la comunidad o
parroquia nos encontremos personas bien diferentes que quizá nunca se escogerían entre
ellas mismas, pero que viven unidas a pesar de las diferencias porque han sido convocadas
por Jesús a vivir una nueva realidad que transforma sus vidas.
Por lo tanto, la misión a desarrollar nos viene de nuestro seguimiento a Jesús procede de la
iniciativa gratuita de Jesús que nos llama (ver Mc 1,16-20; 2, l3s; 3,13-17). Hemos sido
llamados para seguir a una persona que tiene un proyecto salvador, el Reino de Dios (ver Mc
1,18; 2,14.15; 6,1; 8,34; 9,38; 10,21.28.32.52; 15,41); los discípulos son los seguidores de
Jesús (ver Mc 9,38; 10,32), lo cual implica inseparablemente identificarse con su misión al
servicio del Reino.
Los discípulos no sólo deben estar unidos íntimamente a Jesús, sino también entre ellos,
formando una nueva fraternidad, una Pequeña Comunidad, que es la familia que
encontrarán los que lo dejan todo (ver Mc 10,28-30), y que tiene el valor de ser el primer
signo de la presencia del Reino. Ahora bien, esta Pequeña Comunidad es auténtica cuando
sus componentes hacen la voluntad de Dios (ver Mc 3,35) y viven en actitud de servicio y de
compartir, excluyendo todo afán de dominio y de poseer.
Por todo lo anterior, la Pequeña comunidad tiene carácter misionero, porque por una parte
es un grupo-signo, cuya sola existencia está proclamando lo que Jesús quiere, y por otra
porque colaboran con él en su obra (ver Mc 3,9; 4,35s). Es una tarea que han de realizar a
pesar de que muchas veces los demás no crean que esto es posible, pues en ello se juegan
su futuro (ver Mc 4,21-25).
Los miembros de Pequeña comunidad representados en los discípulos, así como la Jerarquía
en los doce apóstoles, han de comprender y asumir el camino de muerte y resurrección de
Jesús. Han de ir con ánimo a la misión a pesar de las dificultades, y a veces hasta
persecuciones, ya que éste fue el ambiente normal de la actividad de Jesús, y en muchas
ocasiones, también lo es ahora (ver Mc 4,17. 21-25. 35-41; 6,45-52; 8,34-38; 10,29s;
13,9-13).
La Iglesia primitiva fue a la misión y dio testimonio, a pesar de las muchas incomprensiones
que encontraron durante el camino. Debido a este testimonio muchas personas acogieron la
fe. Nosotros también debemos dar testimonio en la misión, llamando a todos los sedientos
de Cristo, a compartir sus vidas en una Pequeña Comunidad.

TRABAJO DE GRUPOS
Cada grupo debe primero leer de una forma rápida todo el documento y, luego, suponiendo
que son 6 grupos, a cada grupo se le asigna un número de cada uno de los seis apartados
para leer su contenido y cada una de las citas bíblicas que allí aparezcan. Todos los grupos
deben también leer la introducción con sus citas bíblicas y luego hacer una síntesis de lo que
significa hoy ser seguidor de Jesús, es decir ¿Cómo se puede vivir hoy esa característica del
discípulo? Un miembro de cada grupo hace una síntesis que se compartirá con los demás
grupos. El catequista aclarará los conceptos que resulten ambiguos o poco claros.

TALLER DE COMUNIDAD
Antes de ir al segundo taller, recordemos brevemente, lo que había pasado con el hombre a
partir de la terrible experiencia del pecado. Habíamos dicho que el hombre y la mujer habían
sido creados para la felicidad porque en su estructura humana estaba programado para
relacionarse con Dios, con los demás, con la naturaleza y consigo mismo y que la causa por
la que el ser humano después de la experiencia del pecado, no podía llegar a ser feliz
aunque lo anhela con todas sus fuerzas es que el pecado ha roto esas relaciones: al pecar

rompemos la relación con Dios (rebeldía, pecado), la relación con los demás (egoísmo,
individualismo y la reunión con el mundo (destrucción, contaminación). Hemos dicho que
Dios trazó un plan para salvar a la humanidad y que en la plenitud de los tiempos vino
Jesús, el Hijo eterno de Dios, el cual con su predicación, con sus milagros, con su
encarnación, su muerte, su resurrección y su ascensión, restituyó las relaciones con Dios,
enseñándonos a llamar a Dios “papá”; restituyó la relación con los demás enseñándonos a
perdonar y a amar más allá de la muerte y del pecado y restituyó nuestra relación con el
mundo y la naturaleza enseñándonos a construir un mundo nuevo y una sociedad distinta en
la que es posible de nuevo el amor, el verdadero amor, una amor que respeta al otro, que
no trata de poseerlo, que lo ama sin ningún interés, tal como nos enseña el himno a la
caridad.

Como fruto de esta nueva manera de ser surge la comunidad cristiana: Veamos cómo es esa
comunidad cristiana. A cada grupo se le da un texto para que lo analice y nos diga
características de la comunidad cristiana a la luz del texto:
GRUPO 1: Mateo 18, 15-35
GRUPO 2: Mateo 20,20-28
GRUPO 3: Juan 13, 1-15. 34-35; 17, 20-21
GRUPO 4: Hechos 2, 42-48
GRUPO 5: 1 Cor. 12, 4-26
GRUPO 6: 1 Cor 13, 1-13
Los grupos analizan las características y las llevan a la plenaria. Así entre todos
encontraremos los rasgos de una auténtica comunidad cristiana.

DEBATE
Te gustaría pertenecer a una comunidad como la que acabamos de encontrar? ¿por qué?
¿Conoces alguna comunidad que busque esos ideales? ¿Cuál? ¿te gustaría pertenecer a ella?

CONCLUSION DEL TEMA


Después de la resurrección del Señor, los apóstoles salieron a anunciar la alegría de la
resurrección y la salvación (Kerigma). Dondequiera que los apóstoles llevaban esta noticia,
muchas personas se interesaban, se convertían y entraban a formar parte de pequeñas
comunidades que se llamaron la Iglesia. La palabra Iglesia, del griego EKKLESIA, del
hebreo KAHAL, significa congregación, reunión. En principio significaba a aquellos que se
reunían como fruto del anuncio de la Buena Noticia. Poco a poco esos grupos fueron
organizándose mejor y pasaron a ser pequeñas comunidades, presididas por un obispo o un
presbítero, que oraban, celebraban y vivían con mucho entusiasmo la vida que nos enseño
el Señor y nos transmitieron los apóstoles. Esas comunidades se expandieron con su
anuncio, primero en el antiguo imperio romano, luego en lo que hoy es Europa, en los países
nórdicos y en los países eslavos. En el siglo XIV comienzan grandes expediciones
exploratorias a la china y a la india y allí van misioneros, en el siglo XVI se descubre el
nuevo continente y hasta nosotros llegan misioneros a anunciarnos el evangelio. En 1563
fray Luis Vero y fray Pedro de Palencia llegan a lo que hoy es Valledupar y así nace la Iglesia
en Valledupar. En 2005, llegan catequistas a nuestro colegio o parroquia y nos traen el
anuncio del evangelio… ¿Y nosotros, a dónde lo llevaremos? ¿Cómo lo llevaremos?. La
Iglesia es una aventura maravillosa en la que vale la pena embarcarse. ¿Quieren de verdad
embarcarse ustedes en este viaje lleno de experiencias maravillosas? Piénsenlo bien, antes
de que reciban el sacramento de la confirmación por el que recibirán el Espíritu santo que es
el que hará de ustedes jóvenes misioneros, testigos de Jesucristo para los demás.

CANTO
Himno a la caridad: SI ME FALTA EL AMOR (No. 480), IGLESIA PEREGRINA (No. 259).

ACTIVIDAD
Visitar el grupo juvenil u otra comunidad de la parroquia y tratar de vincularse a ella. Contar
a los padres y hermanos la experiencia vivida en la convivencia y tratar de reflexionar sobre
esta experiencia para compartirla en el próximo encuentro.

CONCLUSIÓN DE LA CONVIVENCIA
Para terminar la convivencia se hace una pequeña evaluación, la oración final, la bendición y
se invita para el próximo encuentro que será en el aula.

SEXTA SEMANA
LA VIDA CRISTIANA EN COMUNIDAD

OBJETIVO
Presentar las principales realizaciones de la vida cristiana en comunidad, como consecuencia
de lo experimentado en la convivencia.
Iniciar en el conocimiento de la oración, la liturgia y la moral comunitarias y la necesidad del
apostolado.

MOTIVACION
Se comienza compartiendo entre todos la experiencia de la convivencia: lo que más les
gustó y por qué y sugerencias para próximas convivencias.
A partir de este compartir de experiencias se presenta la Iglesia y la comunidad cristiana
como un convivir con hermanos de distinta edad, gustos, cultura, estados civiles, etc. y la
maravilla de que Jesús es capaz de unirlos en una comunidad, siendo tan distintos.

DESARROLLO DE LA CATEQUESIS
Partamos Del principio que ya hemos aprendido: el ser humano no está hecho para vivir
solitario sino para vivir con otros, para convivir, pues el ser humano es un ser de relaciones.
Jesucristo ha venido a reconstruir lo que el pecado había destruido y por eso podemos hacer
comunidades. La primera comunidad, algo pequeña, es la familia. En la familia aprendemos
a estar con otros, a compartir, a pensar en los demás, a relacionarnos con otras familias y
otras personas y compartir con ellas espacios y dificultades, momentos de alegría y
momentos de dolor (cumpleaños, navidad, enfermedades, lutos), hacemos amistad con los
hijos de los vecinos y nos tratamos a veces muy bien, a veces con dificultades e
incomprensiones. Después, cuando vamos a la escuela o colegio, encontramos muchos
compañeros y compañeras con los cuales nos relacionamos a diferentes niveles: el curso, el
grupo de danzas, el equipo de deportes, los compañeros más amigos, etc. Más adelante
cuando salgamos a estudiar o a trabajar fuera frecuentaremos otros círculos y trataremos de
hacer comunidad con ellos.
Pero ninguna de esas experiencias es comparable con la experiencia de una comunidad
cristiana como la que formaron los apóstoles con el Señor. Si somos realmente discípulos de
Jesús debemos pertenecer a una comunidad cristiana e identificarnos con ella, ya que la fe
cristiana se vive y se expresa mejor en comunidad.
Hecha esta introducción, se dividen nuevamente en cuatro grupos (pueden también ser ocho
o más grupos, aunque varios grupos estudien un mismo tema. Esto enriquecería los
aportes). Cada grupo, a partir de un texto bíblico va a identificar una tarea de la comunidad
cristiana y el compromiso que cada miembro asume en esa tarea para con su comunidad.
vamos a centrar ese compromiso en cuatro tareas: la oración, la liturgia, la moral, la
transformación del mundo y la sociedad. Al regresar el grupo lee el texto bíblico, comparte
lo que ha trabajado el grupo y luego se deja participar a otros para que aporten al tema y el
catequista resuelve las dudas o las cosas que hayan quedado en el aire.

GRUPO 1: LA COMUNIDAD ORA (Texto bíblico: Lucas 11, 1-13). Tema de fondo: ¿Qué
oramos y cómo debemos orar los cristianos?. El grupo debe desarrollar el tema de la manera
más completa posible después de leer el texto y reflexionar sobre él. Se pueden consultar
otros textos, por ejemplo: Mateo 6, 1-18 y las notas de la Biblia de Jerusalén. Componer
una breve oración sobre el tema.

GRUPO 2: LA COMUNIDAD CELEBRA (Texto bíblico: Apocalipsis 19,1-10): Tema de fondo:


la liturgia cristiana es una celebración: ¿Qué hacemos generalmente cuando alguien cumple
años o se casa o se gradúa? ¿Cómo, dónde y con quienes celebramos estos
acontecimientos? Qué parecidos y diferencias encuentras entre la lectura que se ha hecho y
esas celebraciones? Componer una breve oración sobre el tema.

GRUPO 3: LA COMUNIDAD VIVE (moral cristiana) (Texto bíblico: Mateo 7, 1-5 y 12-27)
Tema de fondo: No basta con creer, no basta con rezar, hay que vivir lo que creemos y
oramos: ¿Crees tú que hay cristianos que no viven lo que dicen creer? Pon algunos
ejemplos; ¿Tú crees que es fácil vivir lo que se cree? ¿Cómo?; Cuáles son las consecuencias
de creer una cosa y vivir otra? ¿En alguna parte de la Biblia y del evangelio se nos explicita
lo que debemos vivir y cómo lo debemos vivir? (serviría leer: Éxodo 20, 1-17; Mateo 5,17-
19). Componer una breve oración sobre el tema.

GRUPO 4: LA COMUNIDAD TRANSFORMA EL MUNDO Y LA SOCIEDAD (Texto bíblico: Mateo


5,13-16; Mateo 13,33; Mateo 25, 31-45). Tema de fondo: Compromiso social y político de la
comunidad cristiana: ¿Qué significado tiene la comparación que hace Jesús entre la
comunidad cristiana y la sal, la luz y la levadura? ¿Cómo puede un cristiano ser sal, luz y
levadura en el mundo de hoy? Componer una breve oración sobre el tema.

SEGUNDA PARTE DE LA CATEQUESIS


Cuando los grupos han trabajado exponen su tema, se abre un corto debate en el que
participan todos. El catequista, si lo ve necesario, organiza un poco las ideas y complementa
lo que crea que hizo falta decir, tratando de no hacer una exposición larga, sino en ambiente
de diálogo con los jóvenes. He aquí algunas ideas que pueden servir al catequista:

La comunidad ora
Todos nosotros vivimos en familia y nuestras relaciones pasan por distintos momentos que nos
hacen reaccionar de modo diferente. Recordemos por ejemplo cuando éramos más pequeños
cómo nos relacionábamos con nuestro papá: a veces sentimos por él ternura y cariño y le
dirigimos palabras dulces; otras veces nos hemos equivocado y le hablamos con temor; otras
veces necesitamos algo y se lo pedimos con confianza...así es la oración a Dios: la oración nace
de un corazón agradecido, respetuoso, entusiasmado, admirado, etc. la oración es nuestra
respuesta en palabras y actitudes a lo que Dios hace diariamente por nosotros.
A lo largo del día, el cristiano, consciente de la constante compañía de Dios, reserva momentos
para dialogar con ese Dios: al levantarse, al entrar a una Iglesia, al comer, antes de irse a
acostar; además durante el día hay momentos u ocasiones en que necesitamos consultar a
Dios, suplicarle, bendecirlo: son los momentos de oración personal. La oración personal puede
ser vocal o mental: la oración vocal consiste en repetir con los labios palabras de súplica, de
bendición, de acción de gracias bien sea estando solo o con otros, por ejemplo cuando rezamos
el rosario; la oración mental es llamada también meditación y consiste en contemplar desde el
corazón las maravillas de Dios sin pronunciar palabras, pero teniéndolo totalmente presente; la
oración mental se hace al mismo tiempo con el pensamiento, la imaginación, la emoción y el
deseo. Sobre este tipo de oración haremos una convivencia próximamente.
Además de los momentos de oración personal, los cristianos frecuentemente se reúnen para
orar: se trata de la oración comunitaria o familiar: por ejemplo cuando se reza el rosario en
familia o cuando se acompaña una procesión orando y cantando.
Lo importante de la oración no son las palabras que digamos ni la cantidad de palabras que
utilicemos sino la intensidad del sentimiento y la actitud del corazón; algunas de las
características de la oración podrían ser descritas así:
 La oración ha de ser humilde, " Dios resiste a los soberbios" (l Pe.5,5) y pone sus ojos en
el humilde. Por eso nuestra oración debe ser hecha sin pretensiones y sin exigencias a Dios.
 La oración debe ser constante y perseverante. La constancia indica un amor duradero y no
un sentimiento fugaz.
 La oración es fundamentalmente para alabar y dar gracias, más que para pedir, aunque a
Dios también le agrada que le pidamos lo que necesitamos con tal de que lo hagamos con
sencillez y humildad.
 La oración debe partir de la conciencia de ser hijo de Dios y por tanto hermano de los
demás hombres: Dios no escucha la oración de uno que guarda rencor y no perdona a sus
enemigos.

La Comunidad celebra
Así como en la familia los grandes acontecimientos los festejamos con una celebración,
también en la comunidad cristiana los grandes acontecimientos se resaltan con una
celebración. En la Biblia, a lo largo de las catequesis nos hemos encontrado con una gran
celebración que realiza el pueblo de Israel para conmemorar la salida de la esclavitud de
Egipto: la fiesta de la Pascua. También Jesús celebró con sus discípulos la fiesta de la pascua y
en ella instituyó el sacramento de la Eucaristía, como ya vimos en otra catequesis. De igual
modo, a lo largo de este camino de preparación al bautismo nos hemos encontrado con una
serie de celebraciones, en las cuales hemos orado, hemos cantado, y nos hemos encontrado
con el Señor que nos salva. Al igual que los apóstoles y que el pueblo de Israel el encuentro
con Dios que nos salva lleva a la comunidad cristiana a celebrar en la liturgia.
a. ¿ Quién celebra? En la celebración de la Iglesia intervienen Dios Padre que nos da la
salvación, Jesucristo mismo que se hace presente y el Espíritu Santo que actualiza esa
salvación que celebramos y la hace eficaz en nosotros; celebra también la Iglesia triunfante
(Todos los salvados que están en el cielo), la iglesia purgante y la Iglesia entera. Por eso la
celebración litúrgica no es una acción privada de un grupo sino acción de Cristo total y de la
Iglesia entera.
b. ¿Cómo celebrar? La celebración litúrgica es un entretejido de signos, gestos, símbolos y
actitudes armoniosamente dispuestos para recibir la salvación de Dios y responder a esa
salvación mediante un culto de alabanza. Entre todos esos elementos hay que destacar las
palabras que se pronuncian, bien sea fórmulas sacramentales, oraciones públicas y privadas, o
proclamaciones de la Palabra de Dios; hay que destacar también los signos celebrativos, por
ejemplo, las flores, los ornamentos, los manteles, los vasos y objetos sagrados y el decoro y
dignidad del lugar donde se celebra, así como la presentación de quienes forman la asamblea
celebrante; El canto y la música tienen en la celebración litúrgica un grande valor de alabanza y
adoración, ya que las expresiones artísticas a veces dicen mucho más que los simples
conceptos; otro elemento del culto cristiano digno de destacarse es el iconográfico, es decir, las
imágenes sagradas que acompañan la celebración. Las imágenes no son objetos de idolatría
como algunos falsamente acusan sino estímulos para la oración, la contemplación y la
imitación.
c. ¿Cuándo celebrar? Todo momento y toda ocasión son propicios para la celebración. La
Iglesia sin embargo, en su milenaria experiencia ha señalado unos ciclos, días y momentos
privilegiados de especial significación. Así por ejemplo se ha originado el llamado "año litúrgico"
que desarrolla en el curso de un año todo el misterio de Cristo. La fiesta de la pascua y la
Eucaristía dominical son el eje y el quicio de todo el año litúrgico y el origen y fuente de todo el
culto cristiano. Durante el día la Iglesia está recuperando para todos os bautizados la llamada
"liturgia de las horas" es decir el rezo de los salmos a lo largo de la jornada.
d. ¿Dónde celebrar? El culto de la nueva alianza no está circunscrito a determinados lugares,
ya que toda la creación, salida de las manos de Dios, es santa y es un don de Dios al hombre.
Los cristianos, sin embargo, construyen edificios aptos para reunirse y dignos del tipo de
reunión que allí se celebra: Los templos o Iglesias. Templo porque allí se actúa la salvación de
Dios, allí está presente Dios; e "iglesias" porque allí se reúne la Iglesia a dar culto al Dios Padre
Todopoderoso. Dentro de la Iglesia hay también sitios "especiales" que revisten una
importancia particular: El altar, el tabernáculo, la sede, el ambón, etc.

La comunidad vive
Cuando seamos bautizados se nos impondrá una vestidura blanca que es signo de la vida
nueva que vive el cristiano. Mediante el bautismo nuestra vida queda "consagrada" a Dios, es
decir que ya no podremos comportarnos de cualquier manera sino como viven los hijos de Dios
(1 Jn. 2, 3-6; Rm 12, 1-2). El cristiano se conoce por su vestidura blanca, es decir por su
comportamiento de hijo de Dios. El mal cristiano se llama cristiano pero no vive como cristiano
y se hace mucho daño a sí mismo ya que arriesga su propia salvación, y hace daño a los
demás puesto que puede escandalizar con su comportamiento.
Veamos algunos ejemplos de cómo el cristiano contrasta en su comportamiento con la
mentalidad de los malos cristianos y de los no cristianos. Hagámonos unas preguntas y
tratemos de responderlas:
¿Qué es lo que nos permite distinguir a un cristiano de uno que no lo es? La gente dice muchas
respuestas pero solo una es verdadera y todas las demás falsas o por lo menos parcialmente
verdaderas, es decir, que, aunque dicen algo de verdad no dicen toda la verdad.
1. la gente dice: "Yo sí soy cristiano porque creo en Dios". La fe en Dios no es un distintivo del
cristiano pues hay muchos que no son cristianos y creen en Dios, por ejemplo los musulmanes
o los judíos, luego el creer en Dios no significa necesariamente ser cristiano.
2. Otro puede decir que es cristiano porque reza mucho y hace muchas prácticas de piedad
como novenas, promesas, devociones, etc. Desafortunadamente no solamente los cristianos
rezan. Más bien rezan poco si los comparamos con los musulmanes o los judíos. Además dice
el Señor: "No todo el que me dice «Señor, Señor» entrará en el reino de los cielos", por tanto
no basta con rezar para creer que uno es cristiano sino que hace falta hacer la voluntad del
Padre que está en los cielos.
3. Otro puede decir que es cristiano porque es buena persona, porque le hace bien a la gente,
no roba, no mata, no le hace mal a nadie, pero eso tampoco es ser cristiano pues hay muchos
agnósticos y ateos que son filántropos verdaderamente ejemplares y sin embargo no son ni se
confiesan cristianos.
"por sus frutos los conoceréis", dice el Señor, es decir que lo que nos acredita como cristianos
son los frutos que demos, lo que nuestro comportamiento muestre a los demás.
El cristiano tiene unos criterios frente al trabajo, frente a la vida, frente al sufrimiento y frente a
la muerte, frente a la moral, la economía y el dinero, frente a la política, frente a la educación
de los hijos y frente a la sexualidad que son inconfundibles. El catequista pone algunos
ejemplos concretos de cada uno de estos enunciados y los anima a desear vivir así la vida, ya
que solamente mediante el «Decálogo» sabemos lo que Dios quiere de nosotros y lo llevamos a
la práctica con la ayuda de los Sacramentos y de la oración.
Repasemos los diez mandamientos y fijémoslos bien en nuestra memoria.

La comunidad ayuda en la transformación del mundo y la sociedad

La comunidad cristiana está compuesta por hombre y mujeres que se relacionan


constantemente con miembros y grupos de comunidades humanas y hasta religiosas
diferentes. La comunidad cristiana no puede ni debe aislarse, como si fuera una comunidad
intocable e incontaminada; por el contrario, no solo es inevitable sino necesario ese
contacto. El señor ha dicho: “No te pido que los guardes del mundo, sino que los preserves
del maligno” (Juan 17,15). La presencia de la comunidad cristiana en el mundo es necesaria
para que el mundo se salve y esa presencia no es pasiva sino muy activa. Así nos enseña el
Concilio Vaticano II: (GS 41)”
Es cierto que la misión confiada por Cristo a la Iglesia no es de orden político, económico o
social. El fin que le asignó es de orden religioso. Pero precisamente de esta misma misión
religiosa surgen una función, una luz y energías, que pueden servir para constituir y
consolidar la comunidad humana según la Ley divina. Además de que, cuando sea necesario,
cuando lo aconsejen las circunstancias de tiempo y lugar, puede ella, y aun debe, suscitar
obras destinadas al servicio de todos, principalmente de los necesitados, como son, por
ejemplo, las obras de misericordia y otras semejantes. La Iglesia reconoce, además, todo
cuanto de bueno se encuentra en el actual dinamismo social: sobre todo, la evolución hacia
la unidad, el proceso de una sana socialización y de la solidaridad civil y económica. Porque
la promoción de la unidad se relaciona con la íntima misión de la Iglesia, puesto que ésta es
«en Cristo casi como un sacramento o señal e instrumento de la íntima unión con Dios y de
la unidad de todo el género humano». Así enseña ella al mundo que la verdadera unión
social externa surge de la unión de las mentes y de los corazones, esto es, de aquella fe y
caridad que son el fundamento de su unidad indisoluble en el Espíritu Santo. Porque la
fuerza que la Iglesia puede comunicar a la actual sociedad humana consiste en la fe y
caridad llevadas a la vida práctica, no en un dominio exterior ejercido por medios
exclusivamente humanos.
Y como, además, en virtud de la naturaleza de su misión no está ligada a ninguna forma
particular de civilización humana, ni a ningún sistema político, económico o social, la Iglesia,
precisamente por esta su universalidad puede llegar a ser el vínculo más estrecho que
unifique entre sí a las diferentes comunidades y naciones humanas, con tal que éstas a su
vez tengan confianza en ella y reconozcan de modo efectivo su verdadera libertad para
cumplir esta su misión propia. Por eso la Iglesia advierte a sus hijos, pero también a todos
los hombres, que con este familiar espíritu de hijos de Dios, superen todas las discordias
nacionales o raciales y den firmeza interior a todas las legítimas asociaciones humanas.
Las comunidades cristianas colaboran pues en todo lo que tiene que ver con un
mejoramiento del mundo y la sociedad, de la cultura y de la ciencia, sin renunciar ni opacar
el Evangelio, pero dentro de un diálogo, sincero y creativo con otras fuerzas de la sociedad.
Por eso los cristianos hacemos política, nos metemos en sindicatos y asociaciones,
colaboramos en la educación, apoyamos las iniciativas por la paz y por la construcción del
mundo, participamos en proyectos culturales y científicos y pedimos que otros colaboren con
nosotros si las iniciativas son nuestras. Un ejemplo claro de esta colaboración es la Pastoral
Social diocesana y parroquial.

TEXTOS BÍBLICOS
Los propuestos para los grupos en el tema

CANTOS
ARRIÉSGATE (No. 56); HOMBRES NUEVOS (No. 250)

ORACION
Se leen las cuatro oraciones compuestas por los grupos y se concluye con el Padre nuestro.

ACTIVIDAD
Conocer quiénes lo conforman y como funciona el COMITÉ PARROQUIAL DE PASTORAL
SOCIAL y tratar de vincularse a alguna de sus actividades.

AVISOS
El próximo tema será convivencia a la cual es necesario llevar la Biblia, papel, lapicero y algo de
merienda para compartir entre todos. Que quede claro el lugar y hora de llegada.

SEPTIMA SEMANA
INICIACION A LA ORACION
Convivencia

Objetivos
 Introducir en la oración personal.
 Profundizar y practicar en algunos de los elementos ya vistos sobre la oración.
 Conocer Algunas formas de oración personal y comunitaria

METODOLOGIA
Hay que hacer lo posible para que este tema sea desarrollado en una convivencia de por lo
menos cinco horas de trabajo continuo. Como en toda convivencia es bueno preparar
actividades lúdicas que vayan haciendo ameno y agradable el trabajo de los grupos.
La convivencia no inicia con la oración de los salmos sino con una serie de talleres que
introducirán al joven poco a poco en el sentido y el espíritu de la oración. Según el tiempo lo
permita, el criterio del catequista y las características del grupo se seleccionan o se adaptan los
talleres que más convengan2.
Los padres de familia y padrinos que deseen pueden asistir a esta convivencia. A los que vayan
se les cita para el próximo encuentro de Padres de familia.

ESQUEMA DE LA CONVIVENCIA
1. Motivación y ensayo de canto.
2. Guía para el desarrollo de los talleres.

2
Adaptado de: ALEIXANDRE, Dolores y BERRUETA, Teresa. Iniciar en la oración. Madrid:
CCS, 1.993. P. 11-17.
3. Desarrollo de los talleres (estos pueden ser desarrollados en pequeños grupos, o, si el
grupo no es muy numeroso, el catequista va explicando e induciendo los ejercicios. Ver
anexo).
4. Tema: Formas de oración
5. Recitación de la hora media (para una mejor participación el catequista provéase de
fotocopias de los salmos correspondientes).
6. Fin de la convivencia (si se ha previsto se puede compartir una merienda).

TALLERES

LOS SENTIDOS EN LA ORACION.


Orar es una cosa que siempre nos supera. No se aprende a orar más y mejor porque nos
esforcemos en aplicar técnicas y en gastarle tiempo. El maestro de la oración es el Espíritu
Santo y él nos ayuda para que cuando oremos lo hagamos de una forma consciente y pensada.
Los cuatro talleres que siguen son una invitación a prepararse a la oración desde los cinco
sentidos: la vista, el oído, el tacto, el gusto y el olfato. Los sentidos son las puertas que
tenemos que abrir para que pueda pasar toda la riqueza que Dios nos quiere comunicar: son
talleres sencillos, de pronto llenos de cosas ordinarias y por eso mismo cercanos a la vida
desde la cual nos podemos disponer para un diálogo profundo y sincero con Dios.

1. EN LA ORACION ES NECESARIO SABER MIRAR


Nadie es maestro de oración para enseñar a otro: solo Jesús sabe el secreto de cómo dirigirse
al Padre. Lo que hacemos los hermanos es empujarnos tímidamente unos a otros, darnos la
mano y acercarnos a él para decirle: "enséñanos a orar".
Con la oración nos puede ocurrir como ocurrió al hombre de la parábola, que cuando entremos
en ella encontraremos un tesoro que había estado por años enterrado dentro de nosotros sin
que nos hubiéramos dado cuenta. Cuántas veces hemos intentado orar y nos hemos
desanimado: "es difícil", "no sé como hacer", "no tengo tiempo", "no encuentro un lugar
tranquilo", "no consigo concentrarme"...
Es que hemos buscado el tesoro lejos de nuestro campo. Olvidamos lo más sencillo y original:
que la oración es ante todo un encuentro de personas y que nos bastaría revivir cualquiera de
estos encuentros para saber cómo orar: intentemos orar sin salir de nuestro campo,
despertando las posibilidades de oración que hay dormidas en nosotros, abriendo nuestros ojos
para reconocer al caminante que nos acompaña y entendiendo que nuestro corazón ya
presentía su presencia.

Oremos con la mirada


"Vio Dios lo que había hecho y era muy bueno" (Gn.1,3). Trata de dar un paseo o de recorrer
alguno de tus caminos habituales intentando buscar la bondad y la belleza ocultas en todo lo
que existe: mira atentamente las personas, las cosas, la naturaleza y repite internamente: "Vio
Dios que todo era bueno". Fíate más de la mirada de Dios que de la tuya, deja que Dios eduque
tu mirada.
Lee Mc. 10,46-52. Trata de escuchar como si fuera la primera vez. Párate en cada momento de
la escena, tratando de reproducirla interiormente; siéntete tú mismo como si fueras el ciego
Bartimeo, oye el murmullo de la gente, presiente la cercanía de Jesús, grítale desde el fondo de
tu corazón: "Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí". Cuando sientas que él se detenga, dile
entonces: "Haz que yo vea".
Al terminar este ejercicio párate un momento y pide que tus ojos se dejen contagiar por la
manera de mirar de Jesús y trata de mirar a la gente como lo haría él, tratando de adivinar en
sus expresiones lo que se esconde detrás: cansancio, indiferencia, preocupación, sufrimiento...
Si deseas podrías poner por escrito tu experiencia en un cuaderno en el que puedas revivirla
posteriormente.

2. EN LA ORACION ES NECESARIO SABER ESCUCHAR:


A Dios le gustaba jugar al escondite con sus profetas: Elías se encontraba en una fuerte crisis.
Dios le ha puesto una cita en el Monte Horeb; Elías prepara su discurso pero no sabe que Dios
quiere enseñarle algo que él todavía no ha aprendido: Dios usa una pedagogía que es como un
juego: engaña a Elías y finge aparecer en el viento, en el terremoto, en el fuego...Elías tiene
que afinar su oído para adivinar y distinguir el eco de la voz de Dios, hasta que lo reconoce en
el rumor de una brisa suave. ¿Quién ganó el juego? Quizá Dios porque consiguió enseñar a
Elías a familiarizarse con su voz, quizá Elías, que se llevó en el corazón una palabra que lo
envió de nuevo a arriesgar su vida, a pesar de la crisis...
1 Reyes 19, 8-15
También nosotros nos jugamos la vida en la escucha: los cristianos somos hijos de un pueblo,
el pueblo de la Biblia, para el cual escuchar y obedecer son la misma cosa: el que escucha de
verdad sabe también responder filialmente.
Tenemos que aprender el lenguaje de Dios. Orar es ponernos a la escucha, como María en
Betania, sentada sosegadamente a los pies de Jesús, con el gozo de sabernos poseedores de la
bienaventuranza: "Dichosos los que escuchan la palabra de Dios" (Lc. 8,21 y Jn 2,5).

Aprendamos a orar escuchando


Proponte ahora entrar en el juego de descubrir entre las voces la voz de Dios que te habla.
Afina tu atención y tu oído para escuchar a los demás y tratar de entender aquello y sólo
aquello que te están diciendo. Presta sobretodo atención a las pequeñas cosas y a los
acontecimientos del día, pues en ellos hay también un eco de la voz de Dios. Trata ahora de
recordar algo que te haya impresionado durante el día y pregúntale a Dios: ¿Qué me estabas
diciendo? ¿Qué me querías decir?
Lee ahora Marcos 7,31-37. Entra de nuevo en la escena. Siente que tus oídos están cerrados y
que Jesús pone sobre ellos sus manos. Pídele con fuerza que te abra los oídos y te enseñe a
escuchar. Vamos ahora a proclamar despacio un salmo. Entre frase y frase dejemos un silencio
para repetir interiormente las palabras del salmo, intentando hacerlas nuestras y tratando de
aprendernos aquella frase que responda a nuestra inquietud, situación o necesidad.
Proclamar el salmo 42-43 (41-42).
Escribe, si deseas, tu experiencia y compártela luego con el grupo.

3. EN LA ORACION ES NECESARIO SABER TOCAR


"Un espíritu no tiene carne y huesos como veis que yo tengo" (Lc.24,39).
"Mete tu mano en mi costado" (Jn.20,27).
"Lo que contemplamos y tocaron nuestras manos acerca de la palabra de vida, os lo
anunciamos." (Jn.1,1)
Si estas frases no llevaran entre paréntesis la cita bíblica correspondiente, escandalizarían, a
más de un cristiano. Por una vieja herencia de la filosofía, tendemos a rechazar de lo religioso
toda referencia a lo material. Nos sentimos más cómodos cuando nos hablan del alma, del
Espíritu, de los ángeles, que cuando escuchamos palabras de realidades que se pueden tocar.
Si hiciéramos una encuesta para elegir entre estas dos frases:
- El cristianismo se refiere a lo Espiritual.
- El cristianismo se refiere a lo material.
Seguramente la mayoría de cristianos rechazarían la segunda y muy pocos decidirían que lo
que hay que poner es una "Y" entre las dos frases.
Nosotros heredamos la Biblia de un pueblo que vivía un gozoso contacto con lo material porque
en él (el fuego, el pan, la roca, el aceite, la sal, el trigo, el agua...) escuchaba también a Dios.
El Evangelio es una llamada apremiante a entrar en una relación nueva con el universo
material que nos rodea ... entonces aprenderemos que las cosas son un puente que nos
conduce hasta Dios y que sobre este puente podemos pasar orando.

Aprendamos a orar con nuestras manos


Ahora vamos a sentarnos en grupo en torno a una mesa sobre la que se ha colocado pan (ojalá
un solo pan grande). Estamos por un minuto en silencio, dando gracias a Dios por la vida y por
lo que nos da para nutrirla.
Luego se lee Jn. 20,19-29.
Enseguida se va pasando el pan y cada uno parte un trozo y lo da al que está a su lado.
Cuando todos tengan su trozo de pan se les invita a mirar y a tratar de evocar todo lo que ese
pan significa para ellos: el don gratuito de la vida, el alimento que la nutre, el tener para
compartir, Dios que se hace pan en la eucaristía, Etc. Quien desee lo puede compartir en voz
alta.
Enseguida se invita a hacer un gesto de ofrecimiento en el que cada uno exprese lo que quiere
ofrecer de si mismo a los demás en ese momento. Finalmente se parte lentamente el pan y se
come. Al final se ponen de pie y se reza o se canta el Padre Nuestro.

4. EN LA ORACION ES NECESARIO SABER HABLAR Y SABER CALLAR


La sabiduría popular siempre ha sospechado de las muchas palabras: "Obras son amores y no
buenas razones"; "del dicho al hecho hay mucho trecho"; "a buen entendedor, pocas palabras
bastan"; también Jesús se fía poco de las palabras: "no basta decir Señor, Señor para entrar
en el Reino de Dios" (Mt.7,21); "cuando recéis, no charléis mucho como los gentiles que se
imaginan que por su palabrería van a ser escuchado." (Mt. 5,7).
También a nosotros nos cansan los discursos largos y hasta las largas oraciones que
aprendimos de niños; pero, si bien, la palabrería está devaluada, no lo está la PALABRA. El ser
humano necesita expresarse, comunicarse, dialogar.
Tal vez muchas veces lo que decimos y lo que vivimos no coincide, como cuando usamos
fórmulas carentes de significado, como "esta es su casa", "siempre a sus órdenes", etc., que si
el otro las tomara en serio nos causaría mucho fastidio. Lo mismo nos puede ocurrir en la
oración: si decimos, por ejemplo: "Padre Nuestro" o "hágase tu voluntad", pero nuestra
preocupación es únicamente nuestro éxito o nuestros asuntos y confiamos únicamente en lo
que nosotros podemos proponernos, o si decimos "perdónanos como nosotros perdonamos"
pero no olvidamos los rencores ni pensamos ceder un milímetro ante el que nos ha ofendido,
hemos vaciado de contenido nuestra oración y nuestras palabras no significan nada.
Necesitamos por eso volver a estrenar las palabras de la oración, volver a sentir su seriedad,
estar atentos para no pronunciarlas en vano y saber que es mejor la sencilla oración del
publicano "Señor ten Compasión de mi que soy un pecador" que cualquier otra oración que no
corresponde a la verdad.
La Biblia está también llena de silencios cargados de plenitud: Job. 40,3; Lam.3,26; Jn.21,12;
Lc.2,51.....
Jesús habló mucho por los caminos de Palestina pero la gente entendía mejor el lenguaje de
sus manos cuando curaba o el de sus pies cuando iba a casa de los pecadores, pero llegó el
momento en que ni las palabras ni los gestos de cercanía fueron suficientes y por eso escogió
el lenguaje más elocuente: el de la entrega: el pan roto y la sangre derramada.

Aprendamos a orar desde el silencio


Un medio sencillo y muy eficaz para conseguir una actitud de silencio es centrarse en la propia
respiración. Procura hacerlo profunda y sosegadamente expresando por medio de tu
respiración tu deseo de Dios y tu abandono en él y repitiendo al mismo ritmo de tu respiración
una jaculatoria breve, por ejemplo la oración del ciego, que ya habíamos repetido
anteriormente, o la oración del publicano.
Leemos luego en grupo el salmo 139 (por lo menos hasta el versículo 18): trata de asimilar en
el silencio el hecho de ser conocido por Dios hasta el fondo de las entrañas, abandonando todo
sentimiento de preocupación o desconfianza.
El encuentro puede terminar haciendo una oración ante la imagen de la Virgen María
pidiéndole que nos enseñe a hacer silencio de creyentes. Al final se reza o se canta el Ave
María.

TEMA: FORMAS DE ORACION

a. La oración de alabanza y de acción de gracias

Esta primera parte vamos a hacerla de pie pues esa es la actitud del que está contento y
resucitado. Hay varios modos de expresar nuestra gratitud y nuestra alabanza a Dios y eso es
importante pues la oración no es solamente para pedir cosas a Dios sino también y sobretodo
para agradecerle y bendecirlo por todo lo que diariamente hace por nosotros. Cada uno va a
pensar por un momento qué tiene hoy para agradecerle a Dios y luego lo vamos a decir en voz
alta a todos los amiguitos. Se hace un momento de silencio y luego se pide a cada niño que
diga sus motivos de agradecimiento a Dios.
Ahora sí nos ponemos de pie y vamos a dar gracias y bendecir a Dios. Lo vamos a hacer de
tres maneras.
1) Un canto de alabanza acompañado de palmas. Cantamos y aplaudimos a Dios y si
tuviéramos más instrumentos los tocaríamos para agradecer al Señor. Se canta un canto de
alabanza o de acción de gracias.
2) Una alabanza a Dios con nuestras propias palabras. Los niños que deseen hacen una
pequeña oración de acción de gracias por los motivos que tienen para agradecer a Dios.
Cuando cada niño ha terminado su oración los demás en coro dicen: "TE DAMOS GRACIAS
SEÑOR".
3) Un salmo responsorial de acción de gracias. En los salmos encontramos todos los
sentimientos que el hombre tiene hacia Dios. Hay muchos salmos de acción de gracias y
nosotros vamos a darle gracias a Dios con uno de ellos: el salmo 148.
En este salmo incitamos a todo el universo a bendecir al Señor, creador de todo cuanto existe;
cantamos en él las grandezas de Dios proclamadas por la naturaleza y por los seres vivientes.
Todos los seres, hasta los ángeles del cielo son invitados a entonar un cántico de alabanza al
Supremo Hacedor.
El catequista lee una estrofa en su libro y los niños responden en voz alta (o si es posible
cantando) un estribillo de alabanza, por ejemplo «alabado seas mi Señor, alabado seas mi
Señor».

b. Oración de petición y de súplica

A Dios se le puede pedir todo lo que queramos o necesitemos para nosotros mismos, para
nuestros familiares y amigos. Más que pedir cosas, que hoy las tenemos y mañana se acaban,
debemos pedirle a Dios lo que verdaderamente necesitamos y sirve para nuestra salvación.
Se pide a los niños que piensen en silencio qué es lo que necesitamos verdaderamente para
nuestra salvación; Se les invita a decir en voz alta lo que pensaron y se les ayuda a expresarlo
mejor. Al final debería resultar que necesitamos muchas cosas: el perdón de Dios, la fe, la
perseverancia, el amor a su palabra, descubrir nuestra vocación, etc.
Entre las muchas posibilidades de oración de súplica vamos a hacer un ejercicio de petición de
perdón a Dios. Lo haremos en la misma forma que en la primera parte: cantaremos un canto,
haremos un breve examen de conciencia y luego expresaremos nuestras súplicas de perdón y
concluiremos con un salmo de petición de perdón.
1) Canto de petición de perdón: Lo haremos de pie pero sin acompañamiento de palmas para
expresar así el sentimiento de súplica. Se puede cantar "hoy perdóname" (No. 192) u otro
similar.
2) Puestos de rodillas expresaremos (los que deseen) una oración de petición de perdón, pero
antes haremos un minuto de silencio para que cada uno piense de qué tiene que pedir perdón a
Dios. Pasado el minuto, se les invita a ponerse de rodillas explicándoles que esa es la actitud
del penitente, del que se humilla ante Dios porque necesita su misericordia y su perdón.
Estando de rodillas se deja que los que quieren hagan en voz alta oraciones de súplica de
perdón, a las cuales todos responden diciendo: "TE LO PEDIMOS SEÑOR" o "PERDONANOS
SEÑOR".
3) Salmo del reconocimiento del pecado: Vamos a rezar el salmo 32 que forma parte de un
grupo de siete salmos llamados penitenciales. Este salmo refleja la experiencia amarga de
alguien que vivió en el pecado, reconoce su error y pide perdón a Dios. A lo largo del salmo el
que lo reza va experimentando el perdón y la misericordia y por eso el salmo termina con una
nota de alegría y de acción de gracias. El catequista lee despacio el salmo y los niños
responden a cada estrofa con un estribillo o un versículo cantado, por ejemplo: "PERDON,
SEÑOR, HEMOS PECADO".

TEXTOS BIBLICOS
Los que aparecen en el tema

CANTOS
Ensayar a cantar algunos salmos

ORACION LITURGICA
Habría que llevar los salmos de la hora intermedia fotocopiados y enseñar a rezar los salmos
por coros para una buena participación. Antes de cerrar con la Oración del Padre nuestro se le
hace una monición explicando brevemente su sentido

EVALUACION
Antes de concluir se puede hacer una evaluación de la convivencia con el grupo.

AVISOS
Avisar del próximo encuentro de padres de familia y redactar con los jóvenes la invitación
para los padres y los padrinos.

SEGUNDO ENCUENTRO DE PADRES Y PADRINOS

Este encuentro se desarrolla tal como viene programado en la pág. 55 de la cartilla para los
niños, con los mismos objetivos y los mismos temas, junto con la hoja de trabajo de la
página 58.

SEMANA 8
EL ESPIRITU SANTO AYER, HOY Y SIEMPRE

Este encuentro también es conveniente realizarlo en forma de convivencia o jornada larga


de trabajo y también pueden ir los padres de familia y los padrinos. Se desarrolla tal como
aparece en la pág. 28 de la cartilla para niños y adaptando los temas al lenguaje de los
jóvenes.
Si queda tiempo se puede profundizar un poco más en el tema sintetizando algunos de los
conceptos más importantes que se desarrollan en los temas 2.1, 2.2, 2.3 y 2.5 de la cartilla
para niños. Si se hace esta profundización, el catequista debe preparar muy bien la síntesis
para no hacer el tema demasiado pesado.

AVISOS
Se dice que el próximo tema no será convivencia sino un encuentro en el aula.

SEMANA 9
MARÍA, MADRE DE JESÚS Y MODELO DE VIDA EN EL ESPÍRITU

OBJETIVOS
 Descubrir la figura de la Santísima Virgen María como modelo de esposa y madre
que cumple la voluntad de Dios.
 Comprender el puesto preeminente que la Madre de Dios tiene en la Iglesia, en la
Comunidad y en la vida del cristiano.
 Encontrar en María el perfecto modelo de vida cristiana.
 Dar orientaciones para el amor y el noviazgo a la luz del Evangelio de las bodas de
Caná

MOTIVACION
En el salón habrá una imagen (cuadro o bulto) de la Virgen María adornada con flores y
luces, en lugar destacado y visible.
Nuevamente se dividen en 3 ó 6 grupos
 GRUPO 1 (y 4)
Textos: Isaías 7, 14-16 y Mateo 1,18-24
Pregunta: ¿Por qué decimos que María es madre de Jesús y madre de Dios?
 GRUPO 2 (y 5)
Textos: Juan 19, 25-27 y Hechos 1, 6-14
Pregunta: ¿Por qué decimos que María es madre de la Iglesia?
 GRUPO 3 (y 6)
Textos: Juan 2, 1-11
Pregunta: ¿Por qué decimos que María es madre de los cristianos?
Terminado el ejercicio vuelven los grupos, leen los textos bíblicos que se les asignaron y
leen la pregunta y la respuesta que han dado a ella.

DESARROLLO DE LA CATEQUESIS
Dios elige a una niña del pueblo de Israel, como había profetizado Isaías y la preserva de
todo pecado, preparándola así para ser la madre del Salvador. Cuando se cumple el tiempo
de preparación (Antiguo Testamento), Dios envía al Arcángel Gabriel hasta la casa de María
para anunciarle su elección. María acepta libremente y entonces el Espíritu Santo desciende
sobre ella y ella, llena del Espíritu, concibe una criatura, que será Hijo de Dios e Hijo de
María. A causa de este hecho María sufrirá muchas persecuciones e incomprensiones pero
permanece fiel a su promesa de ser la esclava del Señor y junto con san José, su esposo,
elegido también especialmente por Dios para ser padre de Jesús en la tierra, cumplen el
designio de Dios dedicándose totalmente a procurar que el divino niño crezca en estatura y
en gracia ante Dios y ante los hombres.
María, pues, además de ser modelo de mujer obediente a Dios, es modelo de esposa y
modelo de madre. Todos los niños y las niñas que en el futuro vayan a formar sus hogares y
a tener hijos y educarlos, deben aprender estas actitudes de María y san José, modelos de
esposos y modelos de padre y madre, ya que fueron los padres terrenos del mismo Hijo de
Dios.
María es, además, la madre de la Iglesia. Jesús mismo la entrega al “discípulo” es decir a
sus seguidores, como madre y el discípulo la recibe en su casa. Todo cristiano es hijo de
María y debe aprender a comportarse como tal, aprendiendo de ella a vivir la fidelidad, la
obediencia y el amor a Dios a toda prueba. Cuando la Iglesia nació, en Pentecostés, allí
estaba la Virgen María, la madre del Señor, como escuchamos en la lectura, porque ella es
la madre de la Iglesia y el modelo al que la Iglesia aspira a llegar, ya que la Iglesia es
también madre y pedagoga, como lo está siendo ahora mismo con estas catequesis.
En las Bodas de Caná, María se nos revela como verdadera madre de los cristianos, atenta a
sus necesidades, pronta para escuchar sus necesidades e interceder ante su hijo por sus
otros hijos, los cristianos. ¿Correspondemos nosotros a ese amor de nuestra Madre
comportándonos como verdaderos hijos suyos?

SEGUNDA PARTE DE LA CATEQUESIS


MARÍA EN LAS BODAS DE CANA INTERCEDE A FAVOR DE DOS JÓVENES NOVIOS
Es bueno, ahora que ustedes, jovencitos y jovencitas empiezan a enamorarse, decir una
palabra sobre el noviazgo cristiano y la importancia de vivirlo, bajo la guía y protección de la
Madre del Salvador nuestro, el Señor Jesús.
Volvamos a leer despacio el texto de las bodas de Caná a ver que mensaje especial
encontramos en el texto.
Después de leer el texto se pregunta quién quiere participar y de deja que los jóvenes,
libremente se expresen a propósito del mensaje que les deja el episodio.
Luego el catequista explica el pasaje: El Evangelio que hemos proclamado nos sitúa en el
contexto de una boda. El primer milagro de Jesús (san Juan nos habla de “signo” en lugar de
milagro) se realizó en una pareja joven que tenía problemas en su matrimonio, por
intercesión de la Virgen María. Profundicemos con algunos detalles en este pasaje del
evangelio que cae de perlas al tema que venimos tratando.
El protagonista es ciertamente Jesús, pero el evangelio nos deja ver en segundo plano una
figura muy importante: la Virgen María. Así ha pasado en estas catequesis: En todas hemos
hablado de Jesús, en su nombre hemos sido llamados a la conversión, con su ayuda y su
fuerza hemos iniciado un proceso de conversión, pero hoy nuestra mirada se dirige a esa
figura que, aunque está en segundo plano, no deja de ser importante para la vida familiar.
María tiene una palabra de intercesión muy precisa y muy certera, dirigida a su Hijo: “no
tienen vino” y otra palabra también breve y precisa dirigida a los servidores (tal vez nos
representen a nosotros los catequistas): “haced lo que él (mi Hijo) os diga”.
De fondo hay en el evangelio una exhortación dirigida en aquel tiempo a la pareja de Caná,
y hoy a ustedes y a nosotros,: Dejemos que en nuestros enamoramientos y noviazgos
intervenga la Virgen María y su hijo Jesucristo. Estas catequesis pretenden iniciar en nuestra
pareja una renovación y es justo que invitemos a Jesucristo y a la virgen María a la
renovación de nuestros compromisos. No podemos dejarnos orientar únicamente por
nuestros sentimientos o por las costumbres de los demás jóvenes. La Virgen está interesada
en ayudarnos en el noviazgo, ella da un dulce sabor de vino a nuestras relaciones afectivas,
ella no tiene interés en “aguar” los noviazgos y los enamoramientos.
“No tienen Vino”. El vino alegra el corazón del hombre (salmo 103 [104],15). No tener vino
significa no tener alegría, como les pasa a tantas parejas que han perdido la alegría del
primer amor: está en crisis su relación, no tienen vino, no tienen alegría, han perdido el
entusiasmo. ¿será este el caso de alguno de ustedes? El noviazgo debe ser un largo
aprendizaje del amor, que no se reduce únicamente a las pasiones sexuales; el amor, como
vimos hace algún tiempo es la esencia de nuestra felicidad y por eso mismo la experiencia
del noviazgo debe ser calmada y siguiendo ciertas reglas: No apresurarse a tener relaciones,
fortalecer virtudes como la paciencia, la comprensión, la capacidad de sufrimiento, el saber
compartir y muy especialmente alejar el egoísmo. Es en estos campos, fundamentales para
un buen noviazgo y un muy buen matrimonio, en los que la Virgen María nos quiere ayudar:
no pensemos nunca que ella nos va a defraudar.
“Haced lo que él (Jesucristo) os diga”. Este es el consejo de la Virgen a los que hayan
perdido la alegría o estén a punto de perderla. ¿Qué es lo que él nos ha dicho? Todo el
evangelio es lo que él nos ha dicho. El consejo de la Virgen es que para encontrar la solución
a las dificultades por las que atraviesa el matrimonio y la familia, abramos el evangelio, lo
escuchemos y lo pongamos en práctica, como el hombre que edificó su casa sobre roca
(Mateo 7,24-27). Para poner en práctica el Evangelio, la Virgen nos dejó un itinerario
trazado que es el que veremos en seguida.
“el agua de las tinajas se convirtió en vino”. No se trata de un favorcito que le hizo Jesús a
esos pobres recién casados. Se trata de una Palabra de Dios para todos los novios y los
casados de la tierra: Jesús es capaz de convertir el agua en vino: lo insípido en dulce, la
tristeza en alegría, la muerte en salvación, la decepción en esperanza. Ese vino nuevo,
sacado del agua, es también el vino de la Eucaristía. El maestro de ceremonias advierte que
ese novio ha dejado el mejor vino de último, al contrario de lo que solían hacer los novios en
aquel tiempo, que el vino de mejor calidad lo ponían al comienzo y el más malito lo dejaban
para cuando ya los invitados tenían la lengua adormecida, y como está ocurriendo con
muchos jóvenes novios que el vino sabroso lo beben en el noviazgo y el vino agrio les queda
para el matrimonio: el vino de la incomprensión, los celos, los resentimientos, los
desencantos, los sufrimientos. Por estos motivos fracasan tantos matrimonios. Para que un
matrimonio no fracase hay que vivir un noviazgo como Jesús quiere, o sea, sin quebrantar
los mandamientos ¿entienden?
María, modelo de mujer y de esposa intercede por los novios y por los esposos que se
pongan bajo su protección.
María es, además la mujer dócil al Espíritu Santo, hasta el punto de poner toda su vida, su
proyecto de vida, en manos del Espíritu Santo: ella es la esposa del Espíritu, la que ha dado
a luz el salvador concebido en ella por obra y gracia del Espíritu Santo, la que hizo que
Isabel y Juan en el vientre de Isabel se llenaran del Espíritu, la que al lado de los apóstoles
en Pentecostés, en un lugar discreto e inadvertido, se deja llenar del Espíritu en el
nacimiento de la Iglesia, al igual que se llenó del espíritu antes del nacimiento de Jesús.
Los cristianos amamos, veneramos y honramos a la Santísima Virgen porque gracias a ella,
que durante nueve meses gestó a Jesús, que lo dio a luz en un pesebre, que lo siguió, luego
como fiel discípula y que sigue protegiendo la santa Iglesia y manifestándose a favor de ella
y de la Evangelización.
CANTO
Escoger entre los muchos cantos marianos, los más adecuados para el tema.

ORACION
Aprender bien el Ave María y la salve. Ojalá aprendan a rezar el santo rosario.
AVISOS
El próximo encuentro es convivencia. Se debe prever todo para avisar a los muchachos lo
que deben llevar y lo que deben preparar. Es de desear que esa convivencia vayan los
padres de familia. Se puede elaborar una tarjetita de invitación.

DECIMA SEMANA
RECAPITULACION: REPENSAR EL PROYECTO DE VIDA
Convivencia

La convivencia se hace de acuerdo al modelo presentado en la cartilla para niños (pág. 84 y


ss.), adaptando el lenguaje a las actuales circunstancias y recordando que allí se habla de
recién confirmados, mientras que en este programa para jóvenes, el proyecto de vida se
comenzará antes de la celebración de la confirmación.

UNDECIMA SEMANA
ACTIVIDADES Y CELEBRACIONES PREVIAS A LA CELEBRACION DEL
SACRAMENTO
Se siguen las instrucciones de la cartilla para niños (pág. 55 y ss.). Como aquí ya se tuvo el
encuentro con los padres y padrinos, se hace más participativa la celebración penitencial con
ellos, aunque no todos puedan recibir la absolución. Es el momento oportuno para dar una
palabra de aliento a estos padres y padrinos que viven situaciones difíciles y de ofrecerles la
ayuda pastoral de la parroquia. Volvemos a insistir en que todo lo relacionado con la
información y las boletas debe hacerse unos días antes de la llegada del Obispo y no ese día.
En esto hay que seguir educando a la gente.

CELEBRACION DEL SACRAMENTO DE LA CONFIRMACION


Guiarse Por las indicaciones dadas para la unidad III de la cartilla para niños (pág. 63)

ANEXO: PREPARACION PARA LA CONFIRMACION DE NOVIOS QUE SE VAN A CASAR


Y NO ESTAN CONFIRMADOS

Estos novios reciben antes, después o contemporáneamente la catequesis para el matrimonio en la


que se incluyen necesariamente los temas de las semanas 5 y 6
Estos novios tendrán en la parroquia algunos encuentros de preparación próxima al matrimonio
durante los tres meses previos. En estos encuentros se desarrollan los temas de las semanas 1-4.
En consecuencia la preparación de estos novios, integrada a la preparación para el matrimonio
quedaría así:
1. Síntesis recapituladota de las semanas 1-4 : una sesión
2. Temas de semanas 7,8,9 y 10: cuatro encuentros
3. Ensayo del rito, boletas, confesiones, etc. Una sesión
TOTAL: Seis sesiones de preparación.

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