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Declaro mi convicción de conducirme en todo tiempo conforme a los más elevados principios de
honestidad, moral, intelectual y material en el ejercicio de mi responsabilidad pública, de acuerdo
con los siguientes:
POSTULADOS BÁSICOS
1. Lealtad. Afirmo que todos mis actos se guían e inspiran por el amor a la Patria, sus
símbolos e instituciones; por el respeto a la Constitución y las leyes que de ella emanan; y
por la más firme creencia en la dignidad de la persona humana.
2. Vocación de Servicio. Entiendo y acepto que trabajar para El Estado como Servidor
Público, constituye al mismo tiempo el privilegio y el compromiso de servir a la sociedad,
porque los ciudadanos contribuyen a pagar mi salario.
3. Probidad. Declaro que todos los recursos y fondos, documentos, bienes y cualquier otro
material confiado a mi manejo o custodia debo tratarlos con absoluta probidad para
conseguir el beneficio colectivo.
4. Honradez. Declaro asimismo que he de actuar sin privilegiar ni discriminar a nadie a
través de la dispensa de favores o servicios especiales en el desempeño de mi cargo, ni
recibir beneficios ni remuneraciones adicionales a los que legalmente tenga derecho por el
cumplimiento de mis deberes.
5. Responsabilidad. Acepto estar preparado para responder de todos mis actos de manera
que el público en general, y la gente con que trato en particular, aumenten
permanentemente su confianza en mí, en El Estado y en nuestra capacidad de servirlos.
6. Competencia. Reconozco mi deber de ser competente, es decir, tener y demostrar los
conocimientos y actitudes requeridos para el ejercicio eficiente de las funciones que
desempeño, y actualizarlos permanentemente para aplicarlos al máximo de mi inteligencia
y de mi esfuerzo.
7. Efectividad y Eficiencia. Comprometo la aplicación de mis conocimientos y experiencias
de la mejor manera posible, para lograr que los fines y propósitos de El Estado se cumplan
con óptima calidad y en forma oportuna.
8. Valor Civil. Reconozco mi compromiso de ser solidario con mis compañeros y
conciudadanos; pero admito mi deber de denunciar y no hacerme cómplice de todo aquel
que contravenga los principios éticos y morales contenidos en este instrumento. .
9. Transparencia. Acepto demostrar en todo tiempo y con claridad suficiente, que mis
acciones como servidor público se realizan con estricto y permanente apego a las normas y
principios jurídicos y sociales.
ETICA Y MORAL PROFESIONAL
Este consiste en una serie de normas de comportamiento que son aceptadas por todos los
integrantes de la profesión y cuyo cumplimiento se sigue normalmente mediante juramento. Esta
es la razón de ser de los denominados códigos de ética profesional.
De acuerdo con la definición de ética y moral y estos códigos profesionales no son, propiamente
hablando, códigos de ética si no códigos de moral por cuanto no ofrecen una reflexión filosófica
sistemática sobre el comportamiento profesional sino simplemente unas reglas de
Conducta. Codifican una normativa y por tanto, son una expresión de lo moral o de la moralidad
de un grupo.
En toda esta práctica social, establecida para garantizar el buen ejercicio profesional, encontramos
varios aspectos positivos Como son:
La conciencia de la responsabilidad social que tiene el profesional en el servicio al cliente.
El compromiso público de observar las normas morales que la agremiación juzga necesarias para
el logro de un ejercicio profesional irreprochable.
El sentido de solidaridad entre todos los miembros de la misma profesión, con el fin de evitar
perjudicarse unos a otros.
Pero al mismo tiempo, hayamos algunos aspectos negativos que ensombrece las buenas
intenciones de los códigos morales entre ellos destacamos:
Las posiciones de privilegio y superioridad (segregación) que van generando conciencia de
impunidad jurídica y de autonomía moral en el gremio frente al rector de la sociedad. ·
La creación de un monopolio en la prestación de los servicios profesionales que asegura los
asociados ingresos económicos elevados y poder.
La función iluminadora de la ética se concretan las siguientes tareas que debe realizar frente a los
códigos:
· Analizar sus categorías claves y su estructura para identificar las exigencias concretas de las
normas.
· Valorar el alcance y las limitaciones de las normas de acuerdo con los principios axiológicos
propuestos en la ética general, válidos como orientación fundamental para todo ciudadano.
· Prolongar la intencionalidad moral de las normas hacia niveles de eficiencia que no se hayan
suficientemente explícitos o hacia campos de aplicación práctica que no sean tenidos en cuenta
por el código. Sólo así cumplirá su cometido la ética profesional.
El código moral no hace una reflexión sistemática sobre la moral de una profesión. La reflexión
sobre la validez de las normas establecidas la deben realizar: desde dentro, los miembros de la
profesión en actitud de la autocrítica permanente, y desde fuera, los miembros de la sociedad que
reciben los servicios de los profesionales; ambos apoyados metodológicamente por los filósofos
consagrados al desarrollo de la ética
AXIOLOGÍA MORAL DEL PROFESIONAL
El código moral profesional, nos ofrece un cuadro de valores que orientan a través de normas
concretas la vida del profesional. Pero dichos valores hay que colocarlos en un marco más amplio,
que es el marco del profesionalismo o la profesionalidad, entendido como fenómeno
sociocultural.
El fenómeno, que podemos denominar, de lo “profesional” ocupa un lugar central en la sociedad
actual; constituye sin lugar a dudas un rasgo cultural en ella. Ser profesional confiere un apetecible
status social en cuanto que proporciona, por lo general, un confortable y seguro nivel de vida
soportado al menos formalmente por la posesión de un bagaje de conocimientos científicos
propio de la profesión.
Entre un profesional y alguien que no lo es, existe una diferencia notable particularmente en la
sociedad es que aún se hallan en vías de desarrollo como es nuestro caso.El término profesional,
además de significar la cualidad propia de quien posee un título universitario y ejercer o está
capacitado para ejercer una profesión, significa también habilidad, destreza, perfección en la
realización de un trabajo.
A si encontramos expresiones como “lo hizo con profesionalismo”, “es un verdadero profesional”
“qué trabajo tan profesional” las cuales se pueden aplicar a cualquier tipo de trabajo actividad
aunque no corresponda una profesión en sentido estricto. Lo mismo puede trabajar con
profesionalismo el albañil que el arquitecto, el zapatero que el médico. Más aún se denomina a
veces profesionales a quienes ejercen algunos oficios o actividades que no son estrictamente
considerado profesiones por no poseer un campo sistematizado de conocimiento científico: hay
deportistas profesionales, profesionales del arte, vendedores profesionales entre otros. De este
modo vemos que el profesionalismo se ha convertido hoy en una especie de virtud.
La economía de libre mercado que el sistema capitalista ha logrado imponer a escala planetaria
hace de la competencia una de sus armas más efectivas. En el mercado libre los productos se
imponen unos sobre otros en abierta competencia en calidad y precio. Las empresas de
instituciones tienen que secundar esta lucha por dominar el mercado o al menos por sostenerse
en el punto y finalmente el trabajador profesional o no, empleado o independiente, se ve
sometido a esta misma competencia. En el caso del empleado, la empresa en que trabaja le exige
eficiencia y calidad es decir, le exige ser competente, para asegurar una producción de calidad si
no es así lo despide y busca un mejor empleado en el también libre, mercado laboral. Por su parte
el trabajador independiente ofrece directamente sus productos, mercancías o servicios en el
mercado, y por tanto se ve sometido él mismo directamente, a la ley de competencia ya que sólo
los profesionales competentes logran permanecer en el mercado.
5.- La justa exigencia de obtener no solo el prestigio profesional, sino también los medios
materiales (económicos) para llevar una vida digna. Ello no significa considerar a la profesión como
un negocio o, peor aún, convertirse en un mercenario y vender su trabajo y su conciencia a quien
mejor paga en el mercado.
La finalidad de la ética profesional
L a ética de una profesión, es el conjunto de normas en términos de los cuales la definimos como
buenas y malas.
El bien se refiere aquí , a que la profesión constituye una comunidad dirigida al logro de una cierta
finalidad.
La finalidad
La finalidad de formación ética profesional debe consistir en desarrollar en el futuro profesional el
conocimiento, la habilidad, la sensibilidad y voluntad para que cuando actué lo haga a nombre de
los intereses de la comunidad.
La formación ética del profesional no aspira a que el estudiante estudie ética sino a que se haga ético
en su profesión.Las condiciones de la formación ética
La tarea de fomentar el desarrollo ético del futuro profesional, y que conozcamos cuales son las
condiciones o factores que hacen posible que los seres humanos se desarrollen éticamente.