Sei sulla pagina 1di 6

El Karma es el juez de nuestros actos, es la energía transcendente e invisible que

se deriva de nuestros comportamientos y que va acumulando consecuencias y


pagos conforme a ellos. El Karma nos dice en esencia que las fuerzas que
pusimos en movimiento hace diez minutos o hace diez vidas volverán a nosotros.
Íntimamente ligado a las reencarnaciones venideras, se convierte en la energía que
usaremos para limpiar el alma hasta que alcancemos la perfección. Mientras
que el Karma simboliza la responsabilidad y el pago por nuestras acciones, y
la reencarnación es la evolucion del Universo que nos ofrece la oportunidad de
seguir avanzando.

Según esto, nosotros tenemos la libertad de comportarnos como queramos desde


la primera encarnación y, en consecuencia, acumularemos esta energía. La
creación de Karma bueno y malo e intencional o no intencional dictará lo que
tenemos que enfrentar y resolver en la vida. Nuestra primera meta es aprender, a
través de la experiencia, a ser mejores.

Así, la Ley del Karma no da lugar a la casualidad y en ella encierra 12 leyes que
dictaminarán cómo responderemos por nuestras acciones, pensamientos y
sentimientos.
“¿Existe una máxima que debería ser la base de las acciones que uno
toma a lo largo de su vida? Seguramente es la máxima de la
compasión: no hagas a otros lo que no quieras que te hagan a ti”
-Confucio-
1. La gran ley del karma o la ley de causa y efecto:
Hemos crecido con esta ley muy presente aunque no lo sepamos. Según
ella, aquello que sembremos es lo que cosecharemos. Lo que ponemos en el
Universo es lo que vuelve a nosotros. La energía negativa enviada a otros volverá
de nuevo a nosotros, pero eso sí, 10 veces más potente. El Karma es el juez de
nuestros actos que nos ayuda a reflexionar sobre nuestros sufrimientos.
Así, y dejando a un lado este enfoque espiritual dicho principio cuenta con una
gran correspondencia psicológica. Pensemos por ejemplo en ciertas dinámicas
comportamentales. En ese padre autoritario, en esa madre controladora o en ese
amigo que traiciona o escampa rumores. El efecto de todos estos actos es
evidente en muchos casos: la distancia, el necesitar dejar a un lado ese foco que
en un momento dado nos dio solo sufrimiento e infelicidad.
Reflexionemos por tanto en dicha correspondencia. En la causalidad existente
entre nuestros actos y sus consecuencias.

2. Ley de la creación
La vida requiere que participemos de ella. Somos uno con el universo dentro y
fuera, somos parte de la corriente de nacimiento de la naturaleza y nuestras vidas
se reproducen como el resto de ciclos naturales. Lo que nos rodea nos da pistas
sobre nuestro estado interior. Crea las opciones que quieras tener en tu vida.
Dentro del budismo cada uno de nosotros somos plenamente responsables de
aquello que hacemos. El Karma nos da la libertad suficiente para que seamos
capaces de crear la realidad que deseamos. Sin embargo, más tarde seremos
jugzados en base a esas elecciones tomadas, a ese tejido diseñado en base a
nuestras acciones.

3. Ley de la humildad
Lo que te niegas a aceptar, te va seguirá ocurriendo. Este principio tan conocido
de las leyes del Karma es algo que vemos con muchas frecuencia en nuestra
cotidianidad. Todos de algún modo, presentamos ciertas realidades internas que
no queremos ver. En nosotros habita el egoísmo, el apego excesivo hacia lo
material o incluso nuestra dependencia absoluta hacia ciertas personas.
Ser humildes es ser capaz de ver al realidad aunque no nos guste. Implica mirar
hacia nuestro interior para ver todas nuestras heridas, defectos y debilidades. Solo
quien es capaz de verse con autenticidad es capaz a su vez de ejercer un cambio.
Y ese avance, ese logro debe partir desde la ley de la humildad.

4. Ley del crecimiento


Donde quiera que vayas, siempre estarás tú. Para que poder crecer con
autenticidad somos nosotros los que debemos cambiar y no las personas, los
lugares o las cosas que nos rodean. Algo así, llevar a cabo ese principio tan básico
requiere un gran esfuerzo. ¿La razón? Nuestra sociedad no nos ha educado según
la ley del crecimiento. Somos ese mundo obsesionado en mirar al exterior, en
ansiar lo que no tenemos, en envidiar lo que tiene el otro. Somos entidades
pasivas que esperan a que los demás cambien para ajustarse a nuestras
necesidades.
Solo tendremos control sobre nosotros mismos cuando seamos capaces de
crecer desde el interior. Dejando a un lado el contexto, aceptando a los que nos
rodean por lo que son y no por lo que nos gustaría que fueran. Si procuramos
ejercer cambios en el propio ser nuestra vida también cambiará. Y esto ha de
hacerse con cuidado para que redunde en un beneficio kármico.

5. Ley de responsabilidad
¿Asumes la responsabilidad de cada una de tus acciones? La felicidad de los tuyos
depende de lo que hagas, de lo que digas o no digas, de tus silencios, de tu
presencia o tu ausencia. Eres responsable de tus elecciones, de tus errores y de
tus éxitos. Según las leyes del Karma todo aquello que nos sucede es un reflejo del
propio interior.
Queda claro no obstante que hay cosas que escapan a nuestro control. Cuando
menos lo esperamos llega la adversidad. Ahora bien, en estos casos lo que cuenta
es tu actitud hacia esos acontecimientos. El modo en que respondes también
determinará su efecto. Así que hazlo, sé responsable de tu persona, de tus
palabras, acciones y reacciones.

6. Ley de la conexión
El propio universo se inscribe en las cosas más pequeñas. En las casuales, en
todo encuentro, en todo acto, decisión, es una elección personal. Todas esas
dinámicas según las leyes del Karma están conectadas. Porque todo lo que existe
está engarzado como una pulsera de cuentas. Si una perla se mueve moverá a las
siguientes, si una se rompe las demás también se desprenderán.
Asimismo, cada paso que damos es el resultad de nuestro pasado. Nuestras
decisiones presentes afectan a las futuras. Nada queda libre, ningún eslabón
queda suelto en nuestra existencia… Ser capaces de percibir la ley de la conexión
nos permitirá ser más consecuentes (y prudentes) en cada uno de nuestras
decisiones.
Ni el primer ni el último paso son más o menos importantes porque
ambos son necesarios para realizar la tarea. Todos estamos conectados
en pasado, presente y futuro.

7. Ley del enfoque


No se puede pensar en dos cosas al mismo tiempo. Tienes que ir subiendo
peldaño por peldaño, poco a poco. Cuando perdemos el norte en nuestra brújula
despertamos a la inseguridad y a la ira.
Asúmamoslo, este es también otro de nuestros temas pendientes. El propio Daniel
Goleman nos recuerda la importancia de entrenar la atención como si de un
músculo se tratara.
Nuestra realidad está llena de misterios, de oportunidades y rincones donde se
encuentra la felicidad. Solo quienes están atentos de mente y corazón conectarán
con aquello que el universo les tiene reservado. Ahora bien, aquellos que miren el
mundo solo a través de la carencia, de materialismo y a través del deseo de
posesión, rara vez entenderán el misterio de la casualidad. La magia de la vida.
Enfocarse es mirar el mundo desde el corazón. Ajustar nuestra mirada a lo que
nos envuelve es conectarse a la realidad con sabiduría.

8. Ley del dar y de la hospitalidad


Quien es capaz de dar a los demás aquello que es suyo, ofrece también parte de su
energía: hace nuestro universo más amplio y receptivo. Ofrecer y acoger son dos
principios vitales en la humanidad, aquello que nos hace grandes, aquello que nos
hace nobles.
Porque estos dos actos se llevan a cabo mediante la humildad y ese enfoque
descalzo de egoísmos donde ser capaces de acoger al otro como parte de uno
mismo.
La ley del karma nos dice que esta energía también retorna a nosotros. Quien
ampara, acoge y es capaz de dar al final también recibe.
Tarde o temprano ese acto de nobleza nos recompensará como merecemos,
9. Ley del aquí y ahora
Mirar hacia atrás y vivir anclados en el pasado es lo que nos impide disfrutar del
presente. Debemos aprender a centrarnos en lo que sucede en este mismo
instante, en el aquí y ahora. Ahora bien ¿cómo lograrlo? Somos esa sociedad
ocupada y e hiperconectada. Estamos pendientes de múltiples estímulos y el
presente, se desdibuja del horizonte ante tantas presiones, informaciones y
ansiedades.

En este punto es necesario aplicar también la ley del enfoque. Algo que nos enseña
muy bien prácticas como el Mindfulness.
Solo cuando aprendemos a entrenar nuestra atención en el momento presente,
podemos apreciar mejor el instante y ser conscientes de todo lo que sucede.

10. Ley del cambio


La historia se repite hasta que aprendamos las leccionesnecesarias para cambiar
nuestro camino.
Esto es lo que nos dice una de las leyes del Karma más relevantes. Ahora bien, la
pregunta sin duda es la siguiente ¿cómo saber si estamos en nuestro camino?
¿cómo intuir que no estamos cometiendo los mismos errores pasados?
La ley del cambio es también la ley de la responsabilidad. Cada paso que demos,
cada elección tomada debe hacerse desde la bondad y la humildad. Sin hacer daño
a otros, sin ir en contra también de nuestras necesidades y esencias. Algo así se
lleva a cabo desde el auto-conocimiento. Porque solo cuando seamos capaces de
entendernos a nosotros mismos pondremos en marcha esos cambios que
edificarán nuestro verdadero destino.

11. Ley de la paciencia y la recompensa


Todas las recompensas requieren de un esfuerzo inicial.
Nada llega porque sí, nada acontece solo porque el destino o la suerte lo desee.
Así, y aunque en ocasiones puedan sucederse esas mágicas casualidades, dichos
acontecimientos responden a una causa inicial. Somos nosotros mismos los
arquitectos de nuestro presente, nosotros quienes edificaremos nuestro futuro.
Algo así implica esfuerzo, implica voluntad y determinación.
La mayor gratificación es la que llega finalmente tras aunar paciencia y
persistencia.

12. Ley de la importancia e inspiración


El valor de algo es el resultado directo de la energía y la intención que se pone en
él.
Cada contribución personal es también una contribución a la totalidad.
Las contribuciones mediocres no tienen ningún impacto en la totalidad, son tan
comunes que se anulan entre ellas. Debemos ser capaces por tanto implicarnos en
todo aquello que llevamos a cabo, en dotarnos de esa inspiración que erige
grandes sueños y que tarde o temprano los hace realidad.
Si le damos importancia a cada objetivo propuesto e invertimos en ese propósito
los mejores recursos personales, la magia acontecerá.
El destino cobrará realidad.
Las 12 leyes del Karma
Creas o no en la filosofía kármica, lo cierto es que a veces parece que de lo único
que podemos estar seguros es de que la primavera o el invierno volverán pero, en
verdad, como dijo Voltaire, “no es más sorprendente nacer dos veces y no una;
pues todo en la naturaleza es resurrección”.

Potrebbero piacerti anche