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El gran palacio de la mentira (Honestidad)

Todos los duendes se dedicaban a construir dos palacios, el de la verdad y el


de la mentira. Los ladrillos del palacio de la verdad se creaban cada vez que
un niño decía una verdad, y los duendes de la verdad los utilizaban para
hacer su castillo. Lo mismo ocurría en el otro palacio, donde los duendes de
la mentira construían un palacio con los ladrillos que se creaban con cada
nueva mentira. Ambos palacios eran impresionantes, los mejores del mundo,
y los duendes competían duramente porque el suyo fuera el mejor. Tanto,
que los duendes de la mentira, mucho más tramposos y marrulleros, enviaron
un grupo de duendes al mundo para conseguir que los niños dijeran más y
más mentiras. Y como lo fueron consiguiendo, empezaron a tener muchos
más ladrillos, y su palacio se fue haciendo más grande y espectacular. Pero
un día, algo raro ocurrió en el palacio de la mentira: uno de los ladrillos se
convirtió en una caja de papel. Poco después, otro ladrillo se convirtió en
arena, y al rato otro más se hizo de cristal y se rompió. Y así, poco a poco,
cada vez que se iban descubriendo las mentiras que habían creado aquellos
ladrillos, éstos se transformaban y desaparecían, de modo que el palacio de
la mentira se fue haciendo más y más débil, perdiendo más y más ladrillos,
hasta que finalmente se desmoronó. Y todos, incluidos los duendes
mentirosos, comprendieron que no se pueden utilizar las mentiras para nada,
porque nunca son lo que parecen y no se sabe en qué se convertirán.

Anónimo
El toro y el ratón (perdón, humildad)

Un día, un ratoncito asomo la nariz fuera de su agujero y vio que un gran toro
pastaba apaciblemente, apenas a una docena de metros de distancia. Retozón,
como siempre, el ratoncito se acercó a él por detrás y él le propino un ligero
mordisco en el pie. El toro lanzón
un aterrador mugido y echó a correr por él campo, desgarrando la hierba y
mirando a su alrededor, como si buscara a un enemigo.
El ratoncito corrió detrás de él, porque no quería perderse esa diversión. -
¡Alguien me ha mordido el pie! – Bramó el toro-. ¡Alguien me ha mordido el pie y
no descansaré hasta descubrirlo! ¡Simplemente, no lo toleraré! – ¿Te dolió
mucho? - preguntó el ratoncito, asomando con mucha precaución la cabeza por
entre un montón de hierba, -No- dijo el toro, con más suavidad-. Realmente lo
hizo, noble toro – chilló el ratoncito-. Aunque solo soy un ratón, obtuve una
victoria sobre cuatro cascos, un poderoso cuerpo y un par de cuernos. Y
meneando la cola, escapó. El toro miró el sitio donde había estado el ratón y
después de un momento, se alejó confuso. –Debí comprender que ninguna
persona importante se atrevería a atacarme –se dijo, esforzándose en recuperar
la dignidad perdida-. Después de todo, solo era un ratón.
Anónimo.

¿Cómo se sintió el ratón después de haberle hecho la travesura al toro?


¿Qué aprendió el toro con la travesura que le hizo el ratón?
¿Qué nos enseña el cuento?
¿Qué valor(es) encontramos en el cuento?
¿En qué situación has aplicado el PERDÓN?
¿Cómo te sientes después de perdonar a una persona que te ofendió u
ofendiste?
¿Después de que ofendes a una persona le pides PERDÓN
Las ranas y los niños (Respeto)

Como una lluvia de balas, las piedras caían con violencia sobre las pequeñas
ranas que se soleaban sobre las hojas de los nenúfares que flotaban en el
estanque. Los animalitos se sumergían rápidamente o se ocultaban en el barro,
para huir de los terribles golpes. Pero los niños, empeñados en aquella
travesura, arrojaban una piedra tras otra, y los romos proyectiles cruzaban los
aires zumbando. -¡Deteneos! ¡Deteneos! – suplicó una de las ranas, mientras
saltaba a buena altura sobre un nenúfar, para eludir una piedra que volaba-.
¡Deteneos! ¡Nos estáis hiriendo! ¿No los comprendéis?
Pero los niños seguían riéndose, dedicados en cuerpo y alma aquella diversión.
El granjero, que apareció en aquel preciso instante, vio lo que sucedía y,
recogiendo un puño de piedras, comenzó a apedrear a los niños, con tiros bien
dirigidos. Cuando las piedras lastimaron sus desnudas piernas, los niños se
echaron a llorar de dolor y suplicaron al granjero que no les tirara más.
-¿Por qué he de detenerme? - replicó el -. ¿Os habéis detenido vosotros cuando
apedreabas a las ranas? Luego hizo una pausa y agregó sabiamente: -¡Ya lo
veis! Lo que divierte para unos, puede causar dolor para otros.

Anónimo

Actividad para reforzar el valor educativo


Nombre: Te trato por lo que leo.
Objetivo: Fomentar el respeto a los demás.
Participantes: Todo el grupo.
Materiales: Etiquetas con actitudes negativas y positivas.
Desarrollo: Se dividen el salón en grupos cada grupo tendrá que organizar un
evento, por ejemplo, una fiesta, quermes, etc., a cada integrante del equipo se
les asignaran actividades para la organización del evento según la etiqueta que
traiga en la frente, el primer equipo que logre tener su evento planeado en
determinando tiempo gana.
Conclusión o cierre: Se reunirá el salón una vez que se terminó la actividad y
por equipos compartirán su experiencia de trabajar en grupo, la organización de
su evento y lo más importante como se sintieron con los cargos de acuerdo a su
etiqueta.
El tesoro oculto (Trabajo en equipo y compañerismo)

En el aire se sentía la densa fragancia de las uvas, y las hileras de racimos


colgaban pasaderamente bajo las atestadas ramas. Era un viñedo esplendido y
muy bien cuidado. Las uvas, redondas y purpúreas, reventaban de tan maduras.
-¿Cómo hacéis para obtener uvas tan esplendidas? –preguntó el granjero del
valle próximo, a los tres hermanos que las cuidaban.
El mayor descansó un instante sobre su azadón y respondió. – Cuando nuestro
padre yacía en su lecho de muerte, nos llamó a su lado y nos dijo que el viñedo
nos pertenecía a los tres. Y nos encargó que trabajásemos sin descanso, para
encontrar un valioso tesoro enterrado en el suelo, alrededor de las vides. –
Durante algún tiempo, trabajamos día y noche con las azadas, hasta revolver
toda la superficie de la granja- intervino el segundo hermano. – ¡Ya lo veo! -
exclamó el granjero-. El delicioso fruto que obtenéis ahora es el tesoro oculto.
Realmente, la laboriosidad misma es un tesoro. Y se inclinó sobre la rama, para
arrancar uno de los tentadores racimos que se ofrecían generosos.

Anónimo

Actividad para reforzar el valor educativo


Nombre: El tesoro oculto
Objetivo: Reforzar el valor educativo inmerso en el cuento.
Participantes: Todo los integrantes del grupo.
Materiales: Pañoletas y diferentes objetos que no sean riesgosos para esconder
Consignas de partida: Se acomodan a los niños en equipos y cada equipo
tendrá que encontrar lo que se les asigne después de esconderlos en
determinado tiempo y lugar.
Desarrollo: El que está dirigiendo la actividad organiza pequeños equipos con
los niños mostrándole a cada equipo lo que les tocará encontrar. Por
determinado tiempo el dirigente de la actividad les tapa los ojos a los niños y
esconde en diferentes lugares los objetos asegurándose de que los niños no
vean donde los ha escondido una vez hecho esto los equipos comienzan a
buscar lo que les tocó.
Conclusión o cierre: Cada uno de los participantes expresaran ante todo el
grupo sus experiencias vividas.
Poniéndole el cascabel al gato (Compañerismo)

Desde hacía mucho tiempo, los ratones que vivían en la cocina del granjero no
tenían que comer. Cada vez que asomaban la cabeza fuera de la cueva, el
enorme gato gris, se abalanzaba sobre ellos. Por, fin se sintieron demasiado
asustados para aventurarse a salir, ni aún en busca de alimento, y su situación
se hizo lamentable. Estaban flaquísimos y con la piel untada sobre las costillas.
El hambre iba a acabar con ellos. Había que hacer algo. Y convocaron una
conferencia para decidir qué harían. Se pronunciaron muchos discursos, pero la
mayoría sólo fueron lamentos y acusaciones contra el gato, en vez de ofrecer
soluciones al problema. Por fin, uno de los ratones más jóvenes propuso un
brillante plan. – Colguémosles un cascabel al cuello del gato- sugirió, maneando
con excitación la cola-. Su sonido delatara su presencia y nos dará tiempo de
ponernos a cubierto. Los demás ratones vitorearon a su compañero, porque se
trataba de una idea excelente. Se sometió a votación y se decidió, por
unanimidad, que eso sería lo que se haría. Pero cuando se hubo extinguido el
estrépito de los aplausos… y por ser más viejo que todo los demás, sus
opiniones se escuchaban siempre con respeto. – El plan es excelente- dijo-. Y
me enorgullece pensar que se le ha ocurrido a este joven amigo que está aquí
presente. Al oírlo, el ratón joven frunció la nariz y se rasco la oreja, con aire
confuso.
¿Quién será el encargado de ponerle el cascabel al gato? Al oír esto, los
ratoncitos se quedaron repentinamente callados, muy callados, porque no
podían contestar a aquellas preguntas. Y corrieron de nuevo a sus cuevas...
hambrientas y tristes.

Anónimo

Actividad para reforzar el valor educativo


Nombre: Llegando a la meta junto con mis compañeros.
Definición: Consiste en retomar el mayor número de pañoletas sin que nos
toquen con el balón.
Objetivos: Potenciar el trabajo en pequeños grupos reconociendo el valor
inmerso en el cuento.
Participantes: Todo el grupo.
Materiales: 4 Pañoletas y un balón.
Consignas de partida: Se forman dos equipos, el que comenzará la actividad
se coloca en una de las esquinas formándose en fila india y en la otra esquina
las 4 pañoletas que quedaran enfrente de ellos. El otro equipo se sitúa
relativamente cerca de sus contrincantes con 2 o más balones que considere
necesarios la dirigente.

Desarrollo: El juego comienza cuando el dirigente de la actividad da la señal


para empezar y el equipo que comenzará se coloca en su lugar y los jugadores
del otro equipo se coloquen relativamente lejos del equipo contrario. El equipo
que inició por orden tendrá que ir y recoger todas las pañoletas que están en el
otro extremo, en determinado tiempo mientras que el equipo contrario hace todo
lo posible por evitarlo obstruyéndoles el paso botando el balón. Se cambian los
papeles para que el siguiente equipo participe siguiendo la misma dinámica.
Gana el equipo que en total alcance a tomar el mayor número de pañoletas o
todas, en determinado tiempo.

Conclusión o cierre: Los niños se sientan en el suelo en círculo para compartir


sus experiencias tanto en equipo como individual encontrando las ventajas y
desventajas de trabajar en equipo o solos.
El león y el ratón (Amistad)

El sol de la tarde caldeaba las flores y todos los animales estaban tendidos,
durmiendo cómodamente la siesta: todos, salvo el ratoncito, gris, que retozaba
en la danzarina luz y en la sombra. Tan feliz se sentía en aquella dorada tarde
estival. Pero… ¡ay! Persiguió de manera tan alocada su propia cola?, que choco
con el gran león.
El tonto ratón creyó que solo había chocado con el tronco del árbol, y hasta que
se topó con la nariz del gran león y sintió el aliento del gran animal, no
comprendió lo que había hecho. El rey de la selva se movió como si sintiera un
cosquilleo en la nariz y, abriendo un ojo vio al ratoncito gris, inmediatamente,
puso la pata sobre la larga cola del animalito. El ratón chilló, con terror – ¡no, no
rey León!- ¡te suplico que tengas piedad de mí, quita tu pata de mi cola y
déjame ir! Pero el león se limitaba a aturdirlo con otro rugido. - ¡oh rey de León!
¡Si me sueltas, algún día te salvare la vida! -. Varias semanas después, el
ratoncito, al corretear de nuevo entre los arboles del bosque, oyó un bramido de
dolor que llegaba al otro lado de la arboleda. Siguió la dirección del ruido y vio a
su amigo el león firmemente atrapado en la trampa de un cazador. Ahora le
tocaba al gran rey de los animales tirar y forcejear. Pero cuanto más intentaba
liberarse de la red, tanto más se enredaba en ella. El ratón advirtió en seguida lo
que sucedía y empezó a roer las mallas de la red hasta que, a los pocos
minutos, el rey de la selva quedo en libertad.

Anónimo

Actividad para reforzar el valor educativo

Nombre: Elaborando un pequeño detalle para mi mejor amigo/a del salón.


Definición: Consiste en que cada uno de los niños elabore lo que sea de su
preferencia con los materiales, para el compañerito que el considere su mejor
amigo/a del salón.
Objetivo: Reconocer y valorar el significado de la amistad en alguno de sus
compañeros rescatando el valor inmerso en el cuento.
Participantes: Todo el grupo.
Materiales: Hilo para pulsera o resorte de hilo, cuentitas, chaquira, para decorar
la pulsera, aguja de plástico.
Consignas de partida: Cada niño dispondrá del material que el desee para
elaborar su detalle, una vez que lo hayan terminado todos, se le dará a el
amigo(a) que el elija.
Desarrollo: se le entrega el material a cada niño, la maestra tiene que estar al
pendiente de que el niño no se lastime y tampoco a su sus compañeros con la
aguja mientras elabora el detalle que prepara para su amigo una vez que lo
hayan terminado todos se recoge el material. La maestra les pide que formen un
círculo para que cada niño le valla entregando al compañero que el eligió lo que
elaboraron.
Conclusión o cierre: a cada uno de los participantes se les preguntará cuál era
su concepto previo de la amistad antes de comenzarla y en qué cambió al
finalizar la actividad. Preguntándoles cómo se sintieron en cada uno de los
papeles que desempeñaban en ese momento.
A correr… (Amor, valentía)

Cuentan que cierto día, estaban en el bosque un caballo y su pequeño hijo,


ambos gustaban de correr sin rumbo fijo, solo por el placer de sentir el cálido
aire sobre sus cabezas. Padre e hijo disfrutaban mucho de estas carreras y el
compartir sus conversaciones que tanto bien hacia a ambos, siempre tenían
pláticas de lo más amenas y realmente existía una comunicación constante
entre ellos.
Una mañana, salieron como era su costumbre a correr, estaban muy felices
porque era un día espléndido, cuando de repente el pequeño caballo tropezó y
cayó rodando, su padre se detuvo de inmediato volviendo sobre sus pasos para
ver que le había sucedido a su pequeño hijo. Se acercó a él para averiguar si se
encontraba bien, y el pequeño no lograba levantarse, muy asustado le dijo a su
padre: - Siento que no podré volverme a levantar, me siento muy lastimado de
una pata.
- Hijo, debes levantarte, acaso ¿Te has roto algo?- Padre, le dijo el caballito,
creo que no me he roto nada, sin embargo, un caballo nunca se cae y cuando lo
hace, le resulta sumamente difícil levantarse. - Hijo, estás equivocado, algunos
animales como nosotros caen, pero vuelven a levantarse y tú te levantarás,
porque tú no tienes nada roto, tu voluntad hará que te levantes y vuelvas a
caminar y a correr como siempre lo has hecho, no permitirás que tu mente te
haga tomar una decisión equivocada, creyendo que porque has caído no podrás
levantarte, además, yo te ayudaré a hacerlo, porque yo precisaré de tu ayuda,
cuando caiga y necesite levantarme igualmente.
- Pero padre, ¿cómo podría yo ayudarte a levantar si soy tan pequeño? - Hijo no
se necesita fuerza física para dar esa clase de ayuda, solo se requiere un gran
amor, esa es la clase de ayuda que necesitamos, sentirnos apoyados por
nuestros seres más queridos, y yo te amo mucho y por esa razón te digo que te
levantes, porque todavía tenemos muchos caminos que recorrer juntos. Y
nuestro pequeño caballito, se levantó, se sacudió el polvo, empezó a caminar
junto a su amado padre y pronto empezaron a correr como era su costumbre.
CAERSE no es lo importante, lo importante es LEVANTARSE cuantas veces
sea necesario.

Anónimo

Actividad para reforzar el valor educativo


Nombre: Carrera de obstáculos.
Definición: El niño superará todos los obstáculos que se encuentren a su paso
buscando la mejor estrategia o forma para hacerlo.

Objetivos: Fomentar la seguridad y confianza en sí mismo, aparte de refinar el


valor inmerso en el cuento por medio de la actividad.
Participantes: Todo el grupo.
Materiales: Lo que la encargada de la actividad considere para colocarlos como
obstáculos dentro de la sala, dejando espacio entre uno y otro.
Consignas de partida: La encargada tendrá que animar y conseguir que el niño
logre pasar el obstáculo, no importa el tiempo que se tarde y los intentos que
tenga que hacer para lograrlo.
Desarrollo: Se acomodan los objetos dentro del lugar donde se llevará a cabo la
actividad con cierta distancia unos de otros. Cada niño uno por uno y de forma
ordenada los tendrá que pasar como él pueda sin amontonarse ni apurar al
compañero que está participando.
Conclusión o cierre: Los niños tendrán que compartir, cómo fue que superaron
los obstáculos, qué sensaciones tuvieron antes, durante y después de hacerlos.
El arco iris y el camaleón (Perdón y humildad)

Un camaleón orgulloso, que se burlaba de los demás por no cambiar de color


como él. Pasaba el día diciendo: ¡Qué bello soy!. ¡No hay ningún animal que
vista tan señorial! Todos admiraban sus colores, pero no su mal humor y su
vanidad.
Un día, paseaba por el campo, cuando de repente, comenzó a llover. La lluvia,
dio paso al sol y éste a su vez al arco iris. El camaleón alzó la vista y se quedó
sorprendido al verlo, pero envidioso dijo: ¡No es tan bello como yo!.
¿No sabes admirar la belleza del arco iris?: Dijo un pequeño pajarillo que estaba
en la rama de un árbol cercano. Si no sabes valorarlo, continuó, es difícil que
conozcas las verdades que te enseña la naturaleza. ¡Si quieres, yo puedo
ayudarte a conocer algunas!.
¡Está bien!: dijo el camaleón. Los colores del arco iris te enseñan a vivir, te
muestran los sentimientos. El camaleón le contestó: ¡Mis colores sirven para
camuflarme del peligro, no necesito sentimientos para sobrevivir! El pajarillo le
dijo: ¡Si no tratas de descubrirlos, nunca sabrás lo que puedes sentir a través de
ellos!
Además puedes compartirlos con los demás como hace el arco iris con su
belleza. El pajarillo y el camaleón se tumbaron en el prado. Los colores del arco
iris se posaron sobre los dos, haciéndoles cosquillas en sus cuerpecitos. El
primero en acercarse fue el color rojo, subió por sus pies y de repente estaban
rodeados de manzanos, de rosas rojas y anocheceres.
El color rojo desapareció y en su lugar llegó el amarillo revoloteando por encima
de sus cabezas. Estaban sonrientes, alegres, bailaban y olían el aroma de los
claveles y las orquídeas. El amarillo dio paso al verde que se metió dentro de
sus pensamientos. El camaleón empezó a pensar en su futuro, sus ilusiones,
sus sueños y recordaba los amigos perdidos. Al verde siguió el azul oscuro, el
camaleón sintió dentro la profundidad del mar, peces, delfines y corales le
rodeaban. Daban vueltas y vueltas y los pececillos jugaban con ellos.
Salieron a la superficie y contemplaron las estrellas. Había un baile en el cielo y
las estrellas se habían puesto sus mejores galas. El camaleón estaba
entusiasmado. La fiesta terminó y apareció el color azul claro. Comenzaron a
sentir una agradable sensación de paz y bienestar.
Flotaban entre nubes y miraban el cielo. Una nube dejó caer sus gotas de lluvia
y se mojaron, pero estaba contento de sentir el frescor del agua. Se miraron a
los ojos y sonrieron. El color naranja se había colocado justo delante de ellos.
Por primera vez, el camaleón sentía que compartía algo y comprendió la amistad
que le ofrecía el pajarillo. Todo se iluminó de color naranja. Aparecieron árboles
frutales y una gran alfombra de flores.
Cuando estaban más relajados, apareció el color añil, y de los ojos del camaleón
cayeron unas lagrimitas. Estaba arrepentido de haber sido tan orgulloso y de no
valorar aquello que era realmente hermoso. Pidió perdón al pajarillo y a los
demás animales y desde aquel día se volvió más humilde.
Análisis para reforzar el valor educativo
¿Qué era lo que no admiraban del camaleón?
¿Qué fue lo que le enseñó el pajarito al camaleón?
¿Qué fue lo que provocó cada uno de los colores en los animales?
¿Qué era lo que mostraría el arcoíris al camaleón?
¿Por qué se volvió humilde el camaleón?
¿Qué aprendió el camaleón?
¿Por qué les pidió perdón al pajarito y los demás animales?
¿Por qué se puso triste y le salieron lágrimas al camaleón?
¿Qué valor nos enseñan los personajes?
¿Cómo se sentían con cada uno de los colores del arcoíris?
Las palabras mágicas (Humildad, perdón)

Mariana era una niña caprichosa y engreída. Creía tener derecho a todo lo que
se le antojaba. Le perteneciera o no. También creía ser la más hermosa, la más
inteligente, la mejor de todas las niñas. Por esa razón pensaba que todos
deseaban estar con ella, jugar con ella y pasar el tiempo con ella. Y por esa
razón debían estar sumamente agradecidos.
También podía contestar de mal modo sin pedir disculpas o burlarse de los
demás sin medir las consecuencias. Como cuando uno de sus amigos se cayó y
ella en lugar de ayudarlo se largó a reír. Un hada que pasó justamente y vio lo
que sucedía, decidió darle una lección. Mariana debería aprender las palabras
mágicas. El hada tocó a sus amigos con su varita y ellos rápidamente se
cansaron de su actitud veleidosa y pizpireta, y decidieron no salir más a la
vereda. Se quedaron jugando detrás de la reja en el jardín de su casa.
Mariana salió y no los vio. Le llamó la atención que no pasaran a buscarla. Justo
a ella que garantizaba la diversión y ahora tenía una nueva bicicleta color rosa
tornasol. -¡Qué tontos! Pensó. Y Salió a dar vueltas alrededor de la manzana. Al
pasar por la reja vio a todos sus amigos disfrutando bajo un árbol. Entonces les
dijo-¡Tengo una bicicleta nueva! Pero los amigos no la escucharon. Gritó más
fuerte-¡Ey, Aquí estoy yo! pero los amigos parecían estar sordos.
Volvió preocupada a su casa, y le pidió a su mamá una muñeca nueva.-Quiero
una muñeca Barbie vestida de playa. El Hada también tocó con su varita a sus
padres. -Pero si tienes veinte muñecas. Juega con esas. Respondió la madre. -
Ya te dije que quiero una vestida de playa. -Pues no. Dijo la madre por primera
vez, ya que nunca le había negado nada.
Mariana se pescó una rabieta, se tiró al piso pataleando y gritando. Pero su
madre hizo oídos sordos hasta que se calmó. Se encerró en su habitación a
estudiar la lección para el día siguiente. La aprendió a la perfección para dejar a
todos boquiabiertos. Pero el Hada madrina, también sacudió su varita sobre la
maestra y los compañeros.
Cuando llegó el momento de tomar la lección, la maestra pidió que levantaran
las manos y Mariana la levantó rápidamente al grito de –¡Yo, yo, yo! La maestra,
parecía no verla ni escucharla. Todos los que levantaron la mano, dieron su
lección, menos Mariana que se revolvía de rabia en su pupitre.
Volvió a su casa muy triste. Jamás le había pasado algo así. Y no sabía cómo
hacer para revertir esta dificultad. Pensó y pensó sin encontrar la solución del
problema que la afectaba. Mientras dormía el Hada se le apareció en sus
sueños y le enseñó la importancia de las palabras mágicas: ¨PERDÓN¨, ¨POR
FAVOR¨ Y ¨GRACIAS¨.
Al día siguiente Mariana le pidió PERDON a su mamá por la rabieta y le dio las
GRACIAS por la nueva bicicleta. Fue a visitar a sus amigos y les pidió POR
FAVOR que abriera la reja para jugar con ellos, y sus amigos la dejaron pasar.
Luego les dio las GRACIAS por invitarla. Luego le pidió PERDON a uno de sus
amigos por haberse reído cuando se cayó dolorido en la vereda, Y él la perdonó.
En el colegio, pidió POR FAVOR que le permitieran dar su lección y la maestra
la felicitó.

Anónimo
Análisis para reforzar el valor educativo
¿Qué características tenia Mariana?
¿Por qué el hada en sueños le enseñó las palabras mágicas?
¿Cuáles eran las palabras mágicas que aprendió Mariana?
¿Tú usas las palabras mágicas cuando es necesario?
¿Por qué los niños se cansaron y se quedaron detrás de la reja del jardín?
¿Qué fue lo que hizo para poner en práctica las palabras mágicas?
¿Qué palabras mágicas usas con mayor frecuencia?
¿A quiénes le pidió perdón, les dio las gracias y por favor?
¿Qué fue lo que le pasó a Mariana para que llegara triste a su casa?
¿Qué nos enseña la lección que tuvo Mariana?
Los clavos y el amor... (Amistad y amor)

Había un niño que tenía muy mal carácter. Un día su padre le dio una bolsa con
clavos y le dijo que cada vez que perdiera la calma debería clavar un clavo en la
cerca de atrás de la casa. El primer día el niño clavó 37 clavos en la cerca...
Pero poco a poco fue calmándose porque descubrió que era mucho más fácil
controlar su carácter que clavar los clavos en la cerca. Finalmente llegó el día
cuando el muchacho no perdió la calma para nada y se lo dijo a su padre y
entonces el papá le sugirió que por cada día que controlara su carácter debería
sacar un clavo de la cerca.
Los días pasaron y el joven pudo finalmente decirle a su padre que ya había
sacado todos los clavos de la cerca..., entonces el papá llevó de la mano a su
hijo a la cerca de atrás... Mira hijo, has hecho bien... pero fíjate en todos los
agujeros que quedaron en la cerca... Ya la cerca nunca será la misma de
antes... Cuando dices o haces cosas con coraje, dejas una cicatriz como éste
agujero en la cerca...
Es como meterle un cuchillo a alguien, aunque lo vuelvas a sacar, la herida ya
quedó hecha... No importa cuántas veces pidas disculpas, la herida está
ahí...Una herida física es igual de grave que una herida verbal... Los amigos y
amores son verdaderas joyas a quienes hay que valorar... Ellos te sonríen y te
animan a mejorar... Te escuchan, comparten una palabra de aliento y siempre
tienen su corazón abierto para recibirte... Demuéstrales cuánto los quieres...

Anónimo

Actividad para reforzar el valor educativo


Nombre: Entregando el corazón.
Objetivos: Reafirmar el valor educativo inmerso en el grupo.
Participantes: Todo el grupo.
Materiales: Un corazón (de cartulina o algún otro material) por participante, un
cd o casette que servirá como música de fondo, debe tener canciones que
hablen de la amistad.
Consignas de partida: Cada niño elaborará su corazón para la persona que el
designe entregárselo.
Desarrollo: Cada persona buscará una pareja, con quien intercambiará el
corazón que se le entregó. Le dirá cuánto significa para él su amistad y lo que
sienta decirle en ese momento.
Lo mismo hará su pareja. Esto lo harán con todos, después el que está
manejando la actividad toma tres sillas (o las necesarias) las coloca frente a los
jóvenes y les explica:
"tomaré algunos jóvenes al azar y los sentaremos aquí, vendaremos sus ojos y
cada uno vendrá y les dirá algo al oído... alguna palabra de aliento, o algo que
les gusta de ellos" Las sillas deben estar separadas y el líder debe asegurarse
que los que están vendados no puedan ver nada. Cuando todos hayan acabado,
elige otros más, hasta que todos participen.
Conclusión o cierre: Se acomodarán los niños en círculo para compartir cada
uno sus experiencias en el desarrollo de la actividad.
Los malos vecinos (Sinceridad)

Había una vez un hombre que salió un día de su casa para ir al trabajo, y justo al
pasar por delante de la puerta de la casa de su vecino, sin darse cuenta se le
cayó un papel importante. Su vecino, que miraba por la ventana en ese
momento, vio caer el papel, y pensó: - ¡Qué descarado, el tío va y tira un papel
para ensuciar mi puerta disimulando descaradamente!
Pero en vez de decirle nada, planeó su venganza, y por la noche vació su
papelera junto a la puerta del primer vecino. Este estaba mirando por la ventana
en ese momento y cuando recogió los papeles encontró aquel papel tan
importante que había perdido y que le había supuesto un problemón aquel día.
Estaba roto en mil pedazos, y pensó que su vecino no sólo se lo había robado,
sino que además lo había roto y tirado en la puerta de su casa. Pero no quiso
decirle nada, y se puso a preparar su venganza. Esa noche llamó a una granja
para hacer un pedido de diez cerdos y cien patos, y pidió que los llevaran a la
dirección de su vecino, que al día siguiente tuvo un buen problema para tratar de
librarse de los animales y sus malos olores. Pero éste, como estaba seguro de
que aquello era idea de su vecino, en cuanto se deshizo de los cerdos comenzó
a planear su venganza.
Y así, uno y otro siguieron fastidiándose mutuamente, cada vez más
exageradamente, y de aquel simple papelito en la puerta llegaron a llamar a una
banda de música, o una sirena de bomberos, a estrellar un camión contra la
tapia, lanzar una lluvia de piedras contra los cristales, disparar un cañón del
ejército y finalmente, una bomba-terremoto que derrumbo las casas de los dos
vecinos…
Ambos acabaron en el hospital, y se pasaron una buena temporada
compartiendo habitación. Al principio no se dirigían la palabra, pero un día,
cansados del silencio, comenzaron a hablar; con el tiempo, se fueron haciendo
amigos hasta que finalmente, un día se atrevieron a hablar del incidente del
papel. Entonces se dieron cuenta de que todo había sido una coincidencia, y de
que si la primera vez hubieran hablado claramente, en lugar de juzgar las malas
intenciones de su vecino, se habrían dado cuenta de que todo había ocurrido por
casualidad, y ahora los dos tendrían su casa pie…
Y así fue, hablando, como aquellos dos vecinos terminaron siendo amigos, lo
que les fue de gran ayuda para recuperarse de sus heridas y reconstruir sus
maltrechas casas.

Anónimo
El hada fea (Respeto)

Había una vez una aprendiz de hada madrina, mágica y maravillosa, la más lista
y amable de las hadas. Pero era también un hada muy fea, y por mucho que se
esforzaba en mostrar sus muchas cualidades, parecía que todos estaban
empeñados en que lo más importante de un hada tenía que ser su belleza.
En la escuela de hadas no le hacían caso, y cada vez que volaba a una misión
para ayudar a un niño o cualquier otra persona en apuros, antes de poder abrir
la boca, ya la estaban chillando y gritando: - ¡fea! ¡bicho!, ¡lárgate de aquí!.
Aunque pequeña, su magia era muy poderosa, y más de una vez había pensado
hacer un encantamiento para volverse bella; pero luego pensaba en lo que le
contaba su mamá de pequeña: - tu eres como eres, con cada uno de tus granos
y tus arrugas; y seguro que es así por alguna razón especial…
Pero un día, las brujas del país vecino arrasaron el país, haciendo prisioneras a
todas las hadas y magos. Nuestra hada, poco antes de ser atacada, hechizó sus
propios vestidos, y ayudada por su fea cara, se hizo pasar por bruja. Así, pudo
seguirlas hasta su guarida, y una vez allí, con su magia preparó una gran fiesta
para todas, adornando la cueva con murciélagos, sapos, arañas y música de
lobos aullando.
Durante la fiesta, corrió a liberar a todas las hadas y magos, que con un gran
hechizo consiguieron encerrar a todas las brujas en la montaña durante los
siguientes 100 años.
Y durante esos 100 años, y muchos más, todos recordaron la valentía y la
inteligencia del hada fea. Nunca más se volvió a considerar en aquel país la
fealdad una desgracia, y cada vez que nacía alguien feo, todos se llenaban de
alegría sabiendo que tendría grandes cosas por hacer.

Anónimo
La joven del bello rostro (Humildad)

Había una vez una joven de origen humilde, pero increíblemente hermosa,
famosa en toda la comarca por su belleza. Ella, conociendo bien cuánto la
querían los jóvenes del reino, rechazaba a todos sus pretendientes, esperando
la llegada de algún apuesto príncipe. Este no tardó en aparecer, y nada más
verla, se enamoró perdidamente de ella y la colmó de halagos y regalos. La
boda fue grandiosa, y todos comentaban que hacían una pareja perfecta.
Pero cuando el brillo de los regalos y las fiestas se fueron apagando, la joven
princesa descubrió que su guapo marido no era tan maravilloso como ella
esperaba: se comportaba como un tirano con su pueblo, alardeaba de su esposa
como de un trofeo de caza y era egoísta y mezquino. Cuando comprobó que
todo en su marido era una falsa apariencia, no dudó en decírselo a la cara, pero
él le respondió de forma similar, recordándole que sólo la había elegido por su
belleza, y que ella misma podía haber elegido a otros muchos antes que a él, de
no haberse dejado llevar por su ambición y sus ganas de vivir en un palacio.
La princesa lloró durante días, comprendiendo la verdad de las palabras de su
cruel marido.
Y se acordaba de tantos jóvenes honrados y bondadosos a quienes había
rechazado sólo por convertirse en una princesa. Dispuesta a enmendar su error,
la princesa trató de huir de palacio, pero el príncipe no lo consintió, pues a todos
hablaba de la extraordinaria belleza de su esposa, aumentando con ellos su
fama de hombre excepcional. Tantos intentos hizo la princesa por escapar, que
acabó encerrada y custodiada por varios guardias constantemente.
Uno de aquellos guardias sentía lástima por la princesa, y en sus encierros
trataba de animarle y darle conversación, de forma que con el paso del tiempo
se fueron haciendo buenos amigos. Tanta confianza llegaron a tener, que un día
la princesa pidió a su guardián que la dejara escapar. Pero el soldado, que debía
lealtad y obediencia a su rey, no accedió a la petición de la princesa. Sin
embargo, le respondió diciendo: - Si tanto queréis huir de aquí, yo sé la forma de
hacerlo, pero requerirá de un gran sacrificio por vuestra parte.
Ella estuvo de acuerdo, confirmando que estaba dispuesta a cualquier cosa, y el
soldado prosiguió: - El príncipe sólo os quiere por vuestra belleza. Si os
desfiguráis el rostro, os enviará lejos de palacio, para que nadie pueda veros, y
borrará cualquier rastro de vuestra presencia. Él es así de ruin y miserable. La
princesa respondió diciendo: - ¿Desfigurarme?
¿Y a dónde iré? ¿Qué será de mí, si mi belleza es lo único que tengo? ¿Quién
querrá saber nada de una mujer horriblemente fea e inútil como yo? - Yo lo haré
- respondió seguro el soldado, que de su trato diario con la princesa había
terminado enamorándose de ella.
Para mí sois aún más bella por dentro que por fuera. Y entonces la princesa
comprendió que también amaba a aquel sencillo y honrado soldado. Con
lágrimas en los ojos, tomó la mano de su guardián, y empuñando juntos una
daga, trazaron sobre su rostro dos largos y profundos cortes… Cuando el
príncipe contempló el rostro de su esposa, todo sucedió como el guardián había
previsto. La hizo enviar tan lejos como pudo, y se inventó una trágica historia
sobre la muerte de la princesa que le hizo aún más popular entre la gente.
Y así, desfigurada y libre, la joven del bello rostro pudo por fin ser feliz junto a
aquel sencillo y leal soldado, el único que al verla no apartaba la mirada, pues a
través de su rostro encontraba siempre el camino hacia su corazón.

Anónimo

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