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EL TÍO

Es una deidad de la cultura y tradición en Bolivia. Es considerado como el dios del inframundo en
Cerro Rico, Potosí, en dicho país. Existen muchas estatuas de este espíritu demoníaco en las minas.
El Tío gobierna los bajos mundos, ofreciendo a los mineros protección, pero también ruina y
destrucción a quienes no les hacen ofrendas.
Los mineros hacen ofrendas tales como cigarros, hojas de la coca o alcohol a las distintas estatuas.
Se cree asimismo, que si no se alimenta adecuadamente a El Tío, se tomará su propia venganza. Los
habitantes de Potosí sacrifican una llama en un ritual y esparcen su sangre a la entrada de las minas.
Los mineros de Cerro Rico son católicos y son creyentes tanto de Jesús de Nazaret como de El Tío.
El ser venerado por los mineros
El Tío según la mitología andina, es el ser al que los mineros veneran para que dicha deidad les brinde
fortuna en la explotación del mineral que obtienen de sus vetas.
Para el efecto los trabajadores mineros ofrecen al Tío de la mina, la tradicional ch’alla que comienza
rompiendo botellas de bebidas alcohólicas que se rocían por todos los rincones pidiendo que exista
mejores vetas, posteriormente se realiza la t’ikanchada que se refiere al adorno de los lugares y
herramientas de trabajo, con serpentina y mixtura.
El "Tío" según la cosmología andina minera, es conocido como el amo y señor de las profundidades,
muy diferente al diablo católico, pues se dice que cuida a sus creyentes, teoría propuesta por
historiadores e investigadores.
En muchos casos, la ch’alla se inicia con el sacrificio de una llama blanca, cuya sangre y entrañas son
ofrecidas al dios de la profundidad para que proteja a los mineros de cualquier peligro en su fuente
laboral como la caída de rocas, una explosión en interior mina u otro tipo de percances que se
presentan en este tipo de trabajo.
Según se conoció, actualmente en algunas minas se realiza la misma ofrenda todos los viernes
sacrificando entre dos a cuatro llamas blancas que representan la purificación del lugar.
El culto al Tío tiene relación con el Carnaval de Oruro porque se cree que es la reinterpretación del
hombre andino con el dios de los Urus denominado Wari o Huari y otras teorías aseguran que el Tío
está ligado con el semidios "Supay" término que se da al diablo en el idioma quechua.
A pesar de estas teorías, según la religión católica, el diablo está en el infierno y en las tinieblas a
quién se apoda como el Tío, quién pasó a las tinieblas de los socavones para ser amo de los minerales
preciosos, pero al contrario según la visión española es Wari, dios que surge de las entrañas de la
tierra para dar riqueza a los mineros
Todo lo anteriormente nombrado provoca un sincretismo religioso entre los diablos del Carnaval de
Oruro y la Virgen del Socavón, porque los mineros son parte de este dualismo, adorando al diablo y a
la vez por su fe y devoción a la Virgen del Socavón.
Actualmente
En la actualidad, el TIO es un protector de los mineros como dueño y amo de la mina de la vida de
ellos, como de los minerales, es el conquistador hombre blanco que a principios de la conquista fue
bienvenido no repudiado por ser un hombre diferente a los locales, tal vez era Wiracocha dioses del
más allá, pero estos dioses saqueaban, profanaban lugares sagrados, escalaban volcanes sagrados,
violaban, mataban animales como el Kuntur solo para demostrar que eran más fuertes e inmortales
que lo dioses indígenas, por tales barbaries estos eran dioses malos no benignos, suponemos que por
esto el Tío de las minas representa con sus barbas rubias y largas, como sus ojos resplandecientes
de diferente color el hombre blanco; como un dios maligno que al transcurrir del tiempo y sincretismo
religioso es el LUCIFER europeo, como amo y señor de las tinieblas del averno, por ser representado
tan perfectamente como tal, con sus cuernos de macho cabrío, como patas, cola y el resto cuerpo
humanoide, la mina misma tiene un olor de azufre como huele el mismo cuando hace apariciones al
cualquier minero que desea sus favores benévolas a cambio de encontrar los filones ricos de plata,
como un bello mancebo minero o una doncella bella mujer joven no olvidemos que este ser puede
cambiar de forma, Ejemplo: el pecado capital, la aparición de Satanás como serpiente a Adán y Eva;
o caso contrario de cuidar la vida de los “ckoya locos”.
Febrero corto pero loco, dice la frase común, por ser fiesta carnavalera el mundo anda al revés, por
ser mes de sexo, alcohol, peleas, engaños amorosos, muertes, asesinatos, es el mes de la carne o
lujuria, pero quien obra para que la gente se ponga así? El diablo o Lucy nombre, diminutivo de Lucifer
por tales acontecimientos el minero creo que el mes de febrero es el mes del Tío, razón principal que
el jueves de compadres en todo el Cerro Rico se realiza la CH’ALLA en interior mina, pero al Tío como
principal protector y benefactor del minero, como la “Vieja” o PACAHAMAMA como deidad femenina;
mujer o compañera del Tío que se lo representa con un falo enorme símbolo de fertilidad masculina,
que ambos procrean las vetas de plata tan ansiadas y soñadas por los mineros, para algún día
“claveen” (encontrar veta rica de plata) esta dualidad de macho y hembra en la religiosidad de los
“ministros” se mantienen imperecedero hasta hoy.
Si escudriñamos un poco más profundo en la tradición, costumbres, creencias y supersticiones
mineras, están los “aysas”, mineros que mueren en interior mina por derrumbes o los “kharakus” de
“sullus” de llama y ofrendas que van más allá de la imaginación humana, ambos actos o hechos
fortuitos y deliberados son solo para alimentar al TIO a cambio de seguridad y un rico filón de plata.
El minero no come ajo o algún alimento que contenga esta especia porque ahuyenta la plata o filón, o
si el minero sueña con animal canino además que es mordido por este, no ingresa a la mina por temor
a un accidente, pero lo contrario de estas malas creencias también hay otras muy positivas como: si
sueña el minero con serpientes o sapos el minero tiene la certeza y fe que encontrará una rica veta de
plata.

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