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Tiempos de eclosión andina (I) ¡Viva la

Morenada de Puno!
Por Wilson García Mérida - Periodista Invitado - 13/02/2011

El pasado 8 de febrero, el canal TV Perú de Lima transmitió desde la ciudad de


Puno la entrada de La Candelaria, una fiesta patronal mucho más fastuosa y
multitudinaria incluso que la de Urkupiña. En ambas, como en todas las fiestas
donde el culto indígena y popular a la virgen María es expresión sincrética de antiguos
ritos precolombinos a la fertilidad de las deidades aymaras, las danzas son
prácticamente las mismas, con bellos matices regionales que reflejan la vasta riqueza
de la cultura andina.

Así como en el carnaval de Oruro o la fiesta cochabambina de Urkupiña o el


Gran Poder de La Paz, en la fiesta de La Candelaria de Puno se ven danzas que
nos son tan familiares como sicuris, tarqueadas, pinquilladas, kullawadas y
llameradas, entre las de formato 100% indígena, además de las infaltables
morenadas y diabladas en la vena más mestiza. Lo llamativo son las variantes
“peruanas” de aquellos ritmos quechua-aymaras.

Y no es que los peruanos nos han “robado”


nuestras danzas, como se sostiene muy
equivocada y ligeramente en nuestro país,
en tonos tan chauvinistas y mediocres
nada menos que desde entidades
gubernamentales como el propio Ministerio
de Culturas.
Parece estar suficientemente demostrado —mediante rigurosos estudios
etnológicos producidos por la excelente academia peruana— que la Diablada y
la Morenada no son necesaria ni exclusivamente de origen “boliviano”. Todas
estas manifestaciones tienen su verdadera raíz en el periodo colonial, por lo
que más bien es pertinente señalar que estas danzas son de raigambre
altoperuana. En el tiempo de la Colonia, los carnavales y las fiestas patronales eran
verdaderos saturnales para los pueblos indígenas, cuando se permitía parodiar
satíricamente a los conquistadores, a los señores de la gleba y a los curas. Los indios
se disfrazaban de capataces, de encomenderos y arzobispos. Esos disfraces y sus
acompañamientos musicales fueron evolucionando en el tiempo hasta alcanzar niveles
de sofisticación como en el caso de la Morenada y la Diablada.

La danza de los Morenos se bailaba en Puno ya en 1913 con sus


características todavía originarias durante la festividad de la “huaca”
Candelaria. Los Morenos eran indígenas ataviados con casacas recamadas de
oro y plata, pantalón corto y turbante ó chambergo guarnecido de plumas,
resaltando entre la multitud con sus colores chillones y el ruido monocorde de
las zampoñas, de los tamboriles... y de las matracas. “En el segundo lustro de los
años cincuenta del pasado siglo, los Morenos devinieron en Morenada, cuando los
grupos de Sikuris fueron reemplazados por las bandas y cuando se hicieron algunas
mejoras en el vestuario. En esa transformación se contó con influencia boliviana”,
reconocen los etnólogos peruanos.

En nuestra columna de la próxima semana, reflexionaremos acerca de cómo ciertas


autoridades bolivianas —todavía republicanas con dejo colonial— cometen la
inmoralidad de pretender reprimir la libre danza de la Morenada en el Perú, con la
tonta perorata de que esa construcción colectiva estética andina es exclusivo
(y excluyente) “patrimonio de Bolivia”.

http://www.lostiempos.com/lecturas/v...94_222732.html

http://www.lostiempos.com/lecturas/varios/varios/20110213/tiempos-de-eclosion-andina-i-viva-
la-morenada-de_112794_222732.html

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