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La Depresión – por Ricardo Rozados – extraído de: http://www.depresion.psicomag.com/ p.

La Depresión

Ricardo Rozados

Universidad de Buenos Aires


Instituto de Biopsiquiatría
Ciudad de la Paz 237
1426 Buenos Aires
Argentina
email: rozados@PsicoMag.com
Phone: ( +54 11) 4771 0730
Web site

Fields of Interest: Psychiatry (Transcranial Magnetic Stimulation)

http://www.depresion.psicomag.com/ Consultoría Internacional sobre Depresión para las Comunidades de Habla Hispana (CISD). Espacio
Web solidario para el paciente con depresión y su grupo familiar. Evaluación Psicométrica ,asistencia diagnóstica y orientación profesional gratuita Online

Comentarios Preliminares

Cada año, en Argentina, mas de 4 millones de personas .padecen de enfermedades depresivas. Estas cifras pueden ser sólo la punta del iceberg, ya que en
rigor, la cifra aumenta en forma permanente, quizás porque aumenta la capacidad para detectar los trastornos depresivos. La mitad de los enfermos de
depresión no consulta su problema con el médico El costo en términos económico es alto, pero el costo en términos de sufrimiento es incalculable. Los
trastornos depresivos interfieren con el funcionamiento cotidiano del paciente. Ellos causan dolor y sufrimiento no sólo a quienes lo padecen, sino también a
sus seres queridos. La depresión severa puede destruir tanto la vida de la persona enferma como la de su familia. Sin embargo, en gran parte, este
sufrimiento se puede evitar.
Aún cuando la gran mayoría (incluso quienes sufren de depresión severa) podría recibir ayuda .En este sentido le corresponde al familiar o al amigo concertar
la cita con un profesional. No es que la depresión sea una enfermedad nueva, pues ya Hipócrates (s. V a. de C.) se refería a ella describiendo los efectos de la
bilis negra, pero lo que sí es seguro, siempre refiriendose a occidente, es que nuestro modo de vida actual, tan despersonalizado, tan competitivo, tan
desarraigado, es un caldo de cultivo muy adecuado para que se generen las alteraciones que encuadramos como depresión.
Afecta en el mundo a unos 340 millones de personas. Catorce por ciento de la población mundial sufre algún tipo de depresión, tres por ciento de éste es
atendido en alguna institución hospitalaria; hay quienes logran superar el episodio de manera espontánea o con ayuda terapéutica, los que no, afectan su
entorno familiar, laboral y social, otros encuentran como única salida el suicidio.Constituye una de las más viejas y persistentes formas de sufrimiento
humano, llegando a ser la tercera enfermedad en frecuencia de presentaciones después de los trastornos músculo-esqueléticos y de las
enfermedades cardiovasculares.
Según todas las estimaciones se asiste en la actualidad a un constante incremento de la morbilidad por trastornos depresivos . Según la OMS en el año
2020, la depresión será la primera causa de baja laboral en los países desarrollados y la segunda enfermedad más frecuente en el mundo. La
depresión es un trastorno que afecta de 10 a un 20 % de la población. Se calcula que de cada cuatro personas que nacen, una pasará por un periodo
depresivo a lo largo de su vida, del que la mayoría, alrededor de un 80%, se recuperan a los dos o tres meses de tratamiento. Para evitar caer en la depresión,
los psiquiatras recomiendan, como medidas preventivas generales, mantener un ritmo de vida regular, sobre todo en la hora de dormir, hacer ejercicio,
fomentar la compañía y la comunicación, y evitar el estrés Es un estado emocional que se caracteriza por tristeza extrema, una percepción de vacío y
rechazo, y falta de estima propia. Las mujeres sufren más depresiones que los hombres debido a los cambios hormonales, que las hacen más frecuentes
durante los días previos a la menstruación, tras el parto y en la premenopausia, aunque también influyen otras razones sociales y de personalidad, como el
que sean consideradas en general más autocríticas.

Las personas solteras, divorciadas y separadas son más propensas que los casados o los que viven en pareja. Por extraño que parezca, enviudar
deprime menos que las separaciones y los divorcios.
La única que lleva al suicidio La mayoría de los sentimientos de depresión son reacciones a un hecho infeliz. Es natural tener algunos sentimientos de tristeza
después de una pérdida como la muerte de un familiar o después de una gran desilusión en el hogar o en el trabajo. La depresión prevalece más en las
mujeres que en los hombres y es especialmente común entre los adolescentes.
La depresión leve es intermitente y se caracteriza por abatimiento, tristeza y rechazo. Se pueden presentar episodios cortos de depresión u otros de cambios
de humor con los cambios hormonales, inclusive los que acompañan al embarazo o al síndrome premenstrual (SPM) y aquellos que se presentan poco
después del nacimiento de un bebé (depresión posparto). Otros factores biológicos que pueden precipitar los síntomas depresivos son la alteración del
sueño y la falta de luz solar durante los meses de invierno.
Los patrones de pensamiento alterados, que se caracterizan por sentimientos de inutilidad, desamparo y desesperanza son parte de la tríada cognitiva de
depresión y pueden ser un factor de riesgo para padecer esta enfermedad.
Parece que una tendencia a la depresión a menudo es genética pero las circunstancias estresantes de la vida por lo general juegan un papel más importante
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para generar episodios depresivos. Generalmente los problemas con la depresión comienzan con la adolescencia y son aproximadamente dos veces más
comunes en las mujeres que en los hombres.
Los trastornos apreciables en el proceso del pensamiento, la mala comunicación y la mala socialización, así como una disfunción sensorial indican la
presencia de depresión moderada.
Es la más temible y desconocida de las enfermedades, y la única que lleva al suicidio .El enfermo de depresión está muerto en vida, Si en cualquier
enfermedad de tipo terminal, ya sea cáncer o sida, lo único que deseas hasta el último instante es vivir, en la enfermedad de la depresión lo que deseas es
morirte. Es tal el sufrimiento interior, la angustia, el miedo y el terror que sientes por dentro, que deseas morir.
El enfermo es el gran incomprendido y no sabe lo que le está pasando .Tiene la sensación que se está volviendo loco, pero no es un psicópata, un
esquizofrénico o un paranoico, Sólo un diez por ciento de los casos puede considerarse agudo. Los niños también se ven afectados por este problema, pues
quince de cada cien enfermos tienen entre 3 y 14 años.

El dolor del alma.


Es un dolor inconmensurable que el paciente padece, generalmente referido a su pecho, en realidad al plano vital de su personalidad (alli donde se articula el
alma y el cuerpo), percibido como desgarrante, Es el mas fuerte de todos a lo que se añade la incapacidad de describirlo.
Los síntomas físicos y psíquicos convierten al depresivo en un enfermo difícil para familiares y amigos, incluso para algunos profesionales sanitarios que ven
en él un enfermo que no quiere curarse.
La depresión es una enfermedad molesta, difícil de comprender y la sociedad no está conciente de ella.
Es importante la terapia "tú a tú" que ofrecen los grupos de ayuda (Grupo AMAD), ya que son los propios pacientes los que toman parte activa en su
tratamiento y curación. Es un complemento a otras terapias y es una ayuda para familiares y amigos que, además de recibir información, participan
activamente en los grupos.
A través de mis años de experiencia, creo que una de las cosas que necesitan los depresivos es desahogarse, contar su historia, Esto en general no lo
pueden hacer ni en su casa, por incomprensión, ni en la consulta, por falta de tiempo. En estos grupos se da información completa a los familiares, y con esta
información viene la comprensión".

Depresión en Cuatro Dimensiones

La Organización Mundial de la Salud (OMS) explica el auge de la depresión por los cambios acelerados en la forma de vida, la desmembración de la familia y
la lenta ruptura con las tradiciones y las estructuras sociales.
La depresión produce un hundimiento del plano vital en cuatro dimensiones: humor depresivo, anergia (falta de impulsos), discomunicación, y, por último,
alteración de los ritmos vitales de sueño-vigilia y alimentación.
Veamos como Alonso Fernandez interpreta,las 4 dimensiones, con las que nosotros evaluamos también en nuestros paciente desde hace mas de 17 años.

En el estado de ánimo depresivo sobresale inicialmente el pesimismo o amargura, la desesperanza, la tristeza, el hastío de la vida o la falta de placer, las
preocupaciones morales o económicas, la hipocondría, las cefaleas, la opresión precordial y distintas sensaciones de malestar corporal.

En la anergia o vaciamiento de impulsos suele aparecer con mucha frecuencia desde el principio el aburrimiento o la apatía ( falta de ganas ), las cavilaciones
obsesivas la indecisión la disminución de la actividad habitual en los trabajos o diversiones, la abstemia o dinamia ( fatiga corporal ), y el apagamiento de la
libido sexual.

En el sector de la discomunicación los rasgos mas frecuentes inicialmente son la aflicción por cualquier cosa, el retraimiento social, las sensaciones de
soledad o aislamiento la irritabilidad, el abandono de las lecturas, radio o televisión y el descuido en el arreglo personal y en el vestuario.

En la dimensión de la ritmopatía o desregulación de los ritmos suele sobresalir inicialmente la hiposomnia precoz, media o tardía, el empeoramiento por las
mañanas, la perdida del apetito y de peso, la inestabilidad del estado subjetivo y objetivo a lo largo del día (oscilación circadiana de la sintomatología) El 50 %
de las fases depresivas comienzan con un trastorno del sueño.

Siempre que una persona joven, adulta o anciana (en niños es diferente) muestre por lo menos 3 o 4 trazos de este conjunto, sobre todo si pertenecen a la
misma dimensión y se mantienen como un mínimo 2 semanas, es preciso pensar seriamente que se este iniciando una depresión.

* La Depresión y su Diagnóstico Alonso Fernández F. Edit Labor 1988

Síntomas en Cuatro Dimensiones:

(Alonso Fernández)

Sintomatología básica para el diagnóstico de la depresión, distribuida en cuatro dimensiones

Humor Depresivo

1.Amargura o desesperanza, con tendencia al llanto,


con lagrimas o sin ellas
2. Incapacidad para experimentar placer y alegría.
3.Desvalorización o subestimación propia en forma
de ideas de indignidad o inferioridad; sensación de
incapacidad somática o psíquica; o sentimiento de culpa
4.Disminución del apego a la vida o ideas suicidas.
5.Opresión precordial.
6.Dolores localizados en la cabeza, la espalda o en otro sector

Anergia

1.Apatía o aburrimiento.
2.Cavilación sobre la misma idea o presencia de indecisiones.
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3.Falta de concentración.
4.Disminución de la actividad habitual en el trabajo y/o en las
distracciones.
5.Fatiga general o cansancio precoz.
6.Disfunción sexual o trastornos digestivos.

Discomunicación

1.Brotes e mal humor


2.Tendencia a afligirse por todo.
3.Retraimiento social
4.Aandono de las lecturas, la radio y la television.
5.Sensación de soledad o desconfianza.
6.Descuido en el arreglo corporal y en el vestuario.

Ritmopatía

1.Gran fluctuación de los síntomas a lo largo del día o notables díferencias entre la mañana y la tarde.
2.Pérdida de apetito y peso.
3.Crisis de hambre voraz.
4.Dificultad para conciliar el sueño.
5.Pesadillas nocturnas, sueños sombríos o despertar temprano.
6.hipersomnia durante el dia.

(Alonso Fernandez,1986):

La presencia de dos rasgos adscritos a la misma dimensión o de tres dispersos entre dos o más dimensiones, durante el plazo mínimo de 14 días,
constituye un testimonio suficiente para sospechar la existencia de un estado depresivo y consiguientemente ponerse en marcha de inmediato hacia la
consulta de un profesional de la salud. Con este enfoque tetradimensional, la sensibilidad para detectar cuadros depresivos experimenta una considerable
ampliación con relación a los criterios limitados a la esfera afectiva manejados en el modelo monovalente. Consiguientemente, así se evita la gran
acumulación de falsos diagnósticos negativos habidos cuando sólo se maneja una dimensión sintomatológica para efectuar la detección de la enfermedad
depresiva.

¿Qué es un trastorno depresivo?.

Todo el mundo atraviesa períodos de tristeza, de soledad o de infelicidad. Los acontecimientos cotidianos, y nuestras reacciones ante ellos, afectan a veces a
nuestra paz interior. AsÍ es la vida. Pero cuando estos sentimientos duran semanas o incluso meses, impidiendo que volvamos a adoptar una visión sana de la
realidad, es posible que nos hallemos ante una depresión. El trastorno depresivo es una enfermedad que afecta el organismo (cerebro), el ánimo, y la
manera de pensar. Afecta la forma en que una persona come y duerme. Afecta cómo uno se valora a sí mismo (autoestima) y la forma en que uno piensa. Un
trastorno depresivo no es lo mismo que un estado pasajero de tristeza. No indica debilidad personal. No es una condición de la cual uno puede liberarse a
voluntad. El depresivo está enfermo de su voluntad, y desgraciadamente los familiares y amigos, para estimularlos le piden “¡Tené Voluntad!”, lo que tortura
al paciente depresivo pues la enfermedad se caracteriza por ausencia de la misma (no pueden, no es que no quieran). Se les recomienda que salgan de
vacaciones, sin saber que el depresivo llevará su depresión en la maleta.

Las personas que padecen de un trastorno depresivo no pueden decir simplemente "ya basta, me voy a poner bien". Sin tratamiento, los síntomas pueden
durar semanas, meses e incluso años. Sin embargo, la mayoría de las personas que padecen de depresión pueden mejorar con un .tratamiento adecuado.
Características descriptivas y trastornos mentales asociados. Los sujetos con un episodio depresivo mayor se presentan a menudo con llanto, irritabilidad,
tristeza, rumiaciones obsesivas, ansiedad, fobias, preocupación excesiva por la salud física y quejas de dolor (p. Ej., cefaleas o dolores articulares,
abdominales o de otro tipo). Durante un episodio depresivo mayor algunos sujetos presentan crisis de angustia con un patrón que cumple los
criterios del trastorno de angustia. En los niños puede presentarse una ansiedad por separación. Algunos sujetos refieren problemas en las
relaciones personales, interacciones sociales menos satisfactorias o problemas en la actividad sexual. La consecuencia más grave de un episodio
depresivo mayor es la tentativa de suicidio o el suicidio consumado. El riesgo de suicidio es especialmente alto para los sujetos con síntomas
psicóticos, historia de tentativas de suicidio previas, historia familiar de suicidio consumado o consumo concomitante de sustancias. También
puede haber una tasa aumentada de muertes por enfermedades médicas. Los episodios depresivos mayores a veces van precedidos de algún
estrés psicosocial (p. Ej., la muerte de un ser querido, la separación matrimonial, el divorcio). El parto puede precipitar un episodio depresivo
mayor.
Los síntomas de un episodio depresivo mayor suelen desarrollarse a lo largo de días o semanas. Antes de que comience puede haber un período
prodrómico con síntomas ansiosos y síntomas depresivos leves, que puede durar semanas o meses. La duración de un episodio depresivo mayor
también es variable. Lo habitual es que un episodio no tratado dure 6 meses o más, independientemente de la edad de inicio.

Signos y síntomas

El síntoma más característico de la depresión es que el paciente se siente como hundido, con un peso agobiante sobre su existencia, sobre su vitalidadque
cada vez lo entorpece más y más para vivir en plenitud.

Los síntomas principales que la definen son:

Tristeza patológica: Se diferencia de la tristeza, que puede ser un estado de ánimo normal como la alegría, cuando alcanza un nivel tal que interfiere
negativamente en la vida cotidiana, tanto en lo social como en lo familiar y lo sexual. Aarece sin motivos o tras un acontecimiento significativo. Es una
sensación muy profunda, arrasadora. Tanto, que el paciente se siente "en baja", tal como si hubiera perdido el sabor, el placer de vivir. Se considera incapaz
de brindar amor o afecto, lo cual aumenta sus sentimientos de culpa. Un dato tremendo: el 15% de los deprimidos termina suicidándose.
Desgano y anhedonia: el sujeto se torna apático, no tiene ganas de nada (ni siquiera de vivir) y nada le procura placer
Ansiedad: es la acompañante habitual del deprimido, que experimenta una extraña desazón, como un trasfondo constante. Cuando la ansiedad prima en el
cuadro clínico, estamos frente a una depresión ansiosa. Por lo contrario, cuando predomina la inhibición, se trata de una depresión inhibida; quienes la
padecen son personas malhumoradas, irritables, agresivas.
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Insomnio: al paciente le cuesta conciliar el sueño y, además, se despierta temprano y de mal talante.
En algunos casos, que constituyen minoría, puede presentarse la hipersomnia (exceso de horas de sueño).
Alteraciones del pensamiento: imagina tener enfermedades de todo tipo; surgen ideas derrotistas, fuertes sentimientos de culpa, obsesiones. El
pensamiento sigue un curso lento y monocorde, la memoria se debilita y la distracción se torna frecuente.
Alteraciones somáticas: por lo común surgen dolores crónicos o erráticos así como constipación y sudoración nocturna. Se experimenta una persistente
sensación de fatiga o cansancio.
Alteraciones del comportamiento: el paciente tiene la sensación de vivir arrinconado, rumiando sus sinsabores. Puede estar quieto, de manos cruzadas, o
explotar en violentas crisis de angustia o en ataques de llanto por motivos insignificantes. Le resulta difícil tomar decisiones y disminuye su rendimiento en el
trabajo.
Modificaciones del apetito y del peso: la mayoría de los pacientes pierde el apetito y, en consecuencia, provoca la disminución de peso.
Pérdida del placer: en lo sexual, se llega a la impotencia en el hombre o a la frigidez en la mujer; también disminuye y tiende a desaparecer el contento en el
trabajo, en el deporte y en los juegos y otras actividades que anteriormente le eran gratificantes.
Culpa excesiva: siente con exceso la carga de una culpa inexistente, lo cual puede desembocar en delirios.
Pensamiento suicida: los pacientes presentan una preocupación exagerada por la muerte y alimentan sentimientos autodestructivos.
Disminución de la energía: se produce un cansancio injustificado, a veces con variaciones durante el día, muy a menudo más acentuado por la mañana. Las
personas afectadas suelen sentirse más fatigadas por la mañana que por la tarde.

Tipos de depresión

Los pacientes conocen a alguien que tiene depresión y piensan que tienen los mismos síntomas. Sin embargo, los síntomas de depresión varían mucho de
una persona a otra.Varían tanto que dos personas deprimidas pueden tener muy poco en común, mas allá del estado de ánimo deprimido.
Hay una buena razón para sentirse así, como por ejemplo luego de la muerte de un ser querido, la perdida de un trabajo, o una pelea con un amigo. Estos
síntomas son lógicos bajo esas circunstancias. Sin embargo, si los síntomas están interfiriendo con su vida diaria o siente que no puede deshacerse de ellos,
entonces busque ayuda. Aunque es común que la depresión comience luego de un acontecimiento estresante, a veces ocurre nomás porque si, sin causa
aparente. Si usted reconoce los síntomas mencionados arriba, entonces se trata de depresión, no importa como empezó o que lo causo.

Trastorno Depresivo Mayor

La depresión severa (Trastorno Depresivo Mayor) se manifiesta por una combinación de síntomas (vea la lista de síntomas) que interfieren con la
capacidad para trabajar, estudiar, dormir, comer y disfrutar de actividades que antes eran placenteras. Un episodio de depresión muy incapacitante puede
ocurrir sólo una vez en la vida, pero por lo general ocurre varias veces en el curso de la vida. La distimia, un tipo de depresión menos grave, incluye síntomas
crónicos (a largo plazo) que no incapacitan tanto, pero sin embargo interfieren con el funcionamiento y el bienestar de la persona, tiñendo de gris toda la vida
del paciente depresivo Muchas personas con distimia también pueden padecer de episodios depresivos severos en algún momento de su vida, esto es lo
que se conoce como Depresión Doble. (Trastorno Depresivo Mayor + Distimia).

Distimia

Me siento deprimido la mayor parte del tiempo, pero me las arreglo para funcionar en la vida diaria.
¿Existe ayuda para este tipo de depresión?
Sí. Trastorno distímico es un término utilizado en psiquiatría para describir una depresión en curso que no suele ser tan severa como un trastorno de
depresión mayor, pero que es crónica y puede durar varios años—y para algunas personas—que ha estado con ellas desde que se acuerdan.

Los síntomas pueden ser similares a los del trastorno de depresión mayor, pero más leves—es decir, menores en número y gravedad. El diagnóstico suele
hacerse cuando los síntomas han durado por lo menos dos años.

Las personas con distimia están en capacidad de trabajar y por lo general de conducir sus vidas, pero suelen ser irritables y sentirse crónicamente
descontentos con ellos mismos, así como tener dificultad para disfrutar las cosas y pensar que la vida no tiene mucho sentido

Trastorno Distimico

A. Estado de ánimo crónicamente depresivo la mayor parte del día de la mayoría de los días, manifestado por el sujeto y observado por los demás, durante al
menos 2 años. Nota: En los niños y adolescentes el estado de ánimo puede ser irritable y la duración deber ser de al menos 1 año.
B. Presencia, mientras está deprimido de dos (o más) de los siguientes síntomas:
1- Pérdida o aumento de apetito.
2- insomnio o hipersomnia.
3- falta de energía o fatiga.
4- baja autoestima.
5- dificultades para concentrarse o para tomar decisiones.
6- sentimientos de desesperanza.

C. Durante un período de dos años (1 año en niños y adolescentes) de la alteración, el sujeto no ha estado sin síntomas de los criterios A y B durante más de
dos meses seguidos.
D No ha habido ningún episodio depresivo mayor durante los 2 primeros años de la
alteración.
E. Nunca ha habido un episodio maníaco
F. La alteración no aparece exclusivamente en el transcurso de un trastorno psicótico crónico, como son la esquizofrenia o el trastorno delirante.
G. Los síntomas no son debidos a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (Ej.: una droga, un medicamento) o a una enfermedad médica (Ver
depresión asociada a otras enfermedades).
H. Los síntomas causan un malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.

Trastornos bipolares
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El trastorno bipolar o enfermedad maniaco-depresiva es una alteración de los mecanismos que regulan el estado de ánimo. Quienes la sufren
pasan alternativamente de la euforia o "manía" a la depresión, llegando a necesitar, en ocasiones, la hospitalización.Comienza usualmente en la
vida adulta. Aunque es menos común, puede ocurrir en la adolescencia y raras veces en la niñez. Esta enfermedad puede afectar a cualquiera. Sin
embargo, si uno o ambos padres tienen un Desorden Bipolar, hay mayor probabilidad de que los hijos desarrollen el desorden. La historia familiar
de abuso de drogas o de alcohol puede también estar asociada con el Desorden Bipolar en los adolescentes. No es tan frecuente como los otros
trastornos depresivos. Se caracteriza por cambios cíclicos en el estado de ánimo: fases de ánimo elevado o eufórico (manía) y fases de ánimo bajo
(depresión). Los cambios de estado de ánimo pueden ser dramáticos y rápidos, pero más a menudo son graduales. Cuando una persona está en la fase
depresiva del ciclo, puede padecer de uno, de varios o de todos los síntomas del trastorno depresivo. Cuando está en la fase maníaca, la persona puede estar
hiperactiva, hablar excesivamente y tener una gran cantidad de energía. La manía a menudo afecta la manera de pensar, el juicio y la manera de comportarse
con relación a los otros.
Puede llevar a que el paciente se meta en graves problemas y situaciones embarazosas. Por ejemplo, en la fase maníaca la persona puede sentirse feliz o
eufórica, tener proyectos grandiosos, tomar decisiones de negocios descabelladas, e involucrarse en aventuras o fantasías románticas. Si la manía se deja sin
tratar puede empeorar y convertirse en un estado psicótico (el paciente pierde temporalmente la razón).
Los adolescentes con un Desorden Bipolar pueden sufrir cambios de humor continuos que fluctúan entre extremadamente altos (maníacos) y bajos
(deprimidos). Los altos pueden alternar con los bajos, o la persona puede sentir los dos extremos al mismo tiempo. (mixtos).

Síntomas Maníacos

Los síntomas maníacos incluyen:

 cambios de humor severos en comparación a otros jóvenes de la misma edad y ambiente - o sentirse demasiado contento, o reírse mucho, o
estar demasiado irritable, enfadado, agitado o agresivo
 altas poco realistas en la autoestima - por ejemplo, el adolescente que se siente todopoderoso o como un súper héroe con poderes especiales
 aumento de energía desmedido y la habilidad de poder seguir durante días sin dormir y sin sentirse cansado
 hablar excesivamente - el adolescente no deja de hablar, habla muy rápido, cambia de tema constantemente y no permite que lo interrumpan
 distracción - la atención del adolescente pasa de una cosa a otra constantemente
 comportamiento arriesgado repetitivo, tal como el abuso del alcohol y las drogas, el guiar temerario y descuidado o la promiscuidad sexual.

Síntomas Depresivos

Los síntomas depresivos incluyen:

 Irritabilidad, depresión, tristeza persistente, llanto frecuente .


 Pensamientos acerca de la muerte o el suicidio .
 Disminución en la capacidad para disfrutar de sus actividades preferidas .
 Quejas frecuentes de malestares físicos, tales como el dolor de cabeza y de estómago.
 Nivel bajo de energía, fatiga, mala concentración y se queja de sentirse aburrido.
 Cambio notable en los patrones de comer o de dormir, tales como comer o dormir en exceso .

Existen tres tipos de esta enfermedad. En el trastorno de tipo I (el clásico) se produce una fase de manía tan acusada que el paciente requiere
generalmente hospitalización ya que las depresiones también son intensas. El paciente sufre alucinaciones e incluso delirios cuando se encuentra en
fase de manía, de tal manera que llega a creerse, por ejemplo, superdotado. Su conducta es totalmente desordenada.
En el tipo II aparecen depresiones intensas y fases de euforia moderadas que no requieren el ingreso hospitalario y se denominan hipomanía.
La tercera caracterización de trastorno bipolar se denomina ciclotimia y se define mediante la sucesión de hipomanías y fases depresivas, leves o
moderadas que hacen que quien las sufre parezca una persona inestable e imprevisible. No parecen tan graves como para acudir al médico a pesar de que
tienen tratamiento.
Los primeros síntomas del trastorno bipolar aparecen en la adolescencia. Desde este momento hasta que se implanta el primer tratamiento suelen transcurrir
unos diez años. Aún siendo una enfermedad crónica tiene terapia mediante antipsicóticos que pueden evitar la hospitalización, así como la tentativa de
suicidio. Una persona afectada por esta enfermedad que no reciba tratamiento, puede sufrir una media de cuatro episodios de manía seguida de depresión en
un período de diez años.
Los adolescentes con un Desorden Bipolar pueden ser tratados efectivamente. El Tratamiento para el Desorden Bipolar incluye por lo general la educación
e información al paciente y a su familia acerca de la enfermedad, el uso de medicamentos estabilizadores del humor tales como el litio, el ácido valproico y
la psicoterapia. Los medicamentos estabilizadores del humor a menudo reducen el número y la severidad de los episodios maníacos y ayudan también a
prevenir la depresión. La psicoterapia ayuda al adolescente a comprenderse a sí mismo, a adaptarse al estrés, a rehacer su autoestima y a mejorar sus
relaciones.

Formas de Presentación:

Depresión Ansiosa o inhibida en relación al nivel de actividad o conjunto de síntomas predominantes.

La depresión inhibida: donde el cuadro está dominado por un repliegue general del Yo, el paciente está recluido, adinámico, quieto, sentado o acostado
largas horas, indiferente a lo que lo rodea, lo cual no significa que haya carencia o disminución de la atención, sino que está totalmente dirigida hacia sí
mismo, hacia su temática depresiva, hacia su sufrimiento y a las meditaciones de su ominoso destino, con la rumiación constante de su autorreproche y culpa.
Todo lo que le aparta de su profunda introspección (palabras, incitaciones a distraerse, miedos) le molestan, si bien reclaman compañía, como una necesidad
intuída a su autoperceptible minusvalía. En ocasiones, hay una constante letanía, con palabra apagada impregnada de angustia y tristeza, pero siempre
dentro de la inhibición general de la personalidad.Hay un profundo desinterés hacia lo que no sea su temática constante; el apetito es muy reducido, la
preocupación por apariencia es escasa, la consideración a los problemas de la familia muy pobres, o si no, incorporados a su verbigeración mental como otro
factor agravante. Todo en él señala el agotamiento energético del Yo.
La depresión ansiosa: donde la inquietud hasta el límite a veces de la agitación, constituye la sintomatología típica.
En este caso, el deprimido no puede estar quieto; hay en él una hiperdinamia, una hiperquinesis constante. Se levanta, camina por la habitación, mueve el
cuerpo, se mesa los cabellos, retuerce las manos.
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Pide a Dios y a los hombres, un alivio a su padecimiento, con palabras monótonas, en ocasiones entrecortada por suspiros o sollozos. Por lo demás, el
pensamiento profundamente pesimista, como en el cuadro inhibido, es la temática constante.

Los síntomas de ansiedad son comunes en pacientes con depresión mayor, y los síntomas depresivos resultan frecuentes en los sujetos con trastornos de
ansiedad .

 Cuando un paciente presenta síntomas de ansiedad y depresión, debe hacerse todo lo posible para establecer el diagnóstico primario.
 Dado el potencial significativo de superposición con otros trastornos, el trastorno de ansiedad generalizada y el de angustia no deben
diagnosticarse durante un episodio depresivo.
 Los indicios para distinguir entre trastorno de ansiedad y depresión primaria incluyen humor predominante, edad de comienzo, patrones de sueño,
signos psicomotores, historia familiar, uso de sustancias, respuesta al ejercicio y efectos psicosociales.
 La depresión secundaria puede deberse a incapacidad progresiva asociada con un trastorno de ansiedad primario.
 En el paciente con ansiedad o depresión, el tratamiento debe iniciarse para el diagnóstico “que mejor se adapte” y dirigirse a los síntomas más
prominentes.
 Cuando no está claro el diagnóstico primario, un antidepresivo triciclico es muchas veces el fármaco de primera elección.
 En último termino, la precisión diagnóstica es el mejor fundamento para el tratamiento eficaz y el control a largo plazo de los trastornos de
ansiedad y depresivos.

Características comunes de ansiedad y la depresión .

 Trastornos del sueño.


 Cambios de apetito.

 Molestias específicas cardio pulmonares o gastrointestinales.


 Dificultad para concentrarse.
 Irritabilidad.
 Fatiga, falta de energía.

Si la depresión y la ansiedad o (angustia) son enfermedades como cualquier otra, es importante buscar ayuda profesional a tiempo.

Ya es hora de acabar con ese estigma de que la persona que va al psiquiatra es loca, más loca es aquella que no se preocupa por su salud mental, para
lograr una mejor calidad de vida y convivencia social.

Test de ansiedad: http://www.depresion.psicomag.com/test_ansiedad.php

Trastornos Afectivos Estacionales (TAE)

Entre el 5% y el 10% de los argentinos sentirá en los meses de otoño e invierno cansancio, desánimo y aumento de peso a medida que los días se acorten y
haya menos luz solar. Son los síntomas de la "depresión otoñal", para la cual es necesario realizar el tratamiento adecuado.
Es frecuente que al llegar la primavera la mayoría de las personas se sientan más vitales, realicen más actividad física, bajen de peso con dietas más livianas
y vean aumentados sus deseos de realizar actividades al aire libre. Por el contrario, cuando los días otoñales tienen menos horas de luz solar y baja la
temperatura ambiente tienden a ingerir comidas más copiosas, a subir de peso y a tener menos deseos de realizar actividad física. Algo semejante a lo que
sucede en la naturaleza, donde se observa una disminución en la actividad de las plantas y animales durante el otoño y el invierno. El TAE es generalmente
una enfermedad estacional crónica, recurrente que dura toda la vida. Se caracteriza por episodios recurrentes de depresión en ciertos meses del año que
alternan con períodos de estado de ánimo normal el resto del año. Generalmente las personas afectadas con TAE, se deprimen durante el otoño y el
invierno y se sienten mejor durante la primavera y el verano. También se conoce de casos no típicos en los que la persona se deprime durante el verano.
La mayoría de pacientes con TAE son mujeres cuya enfermedad por lo general empieza entre los 20 y 29 años de edad. Versiones más leves de TAE han
sido reportadas entre niños y adolescentes. Muchos pacientes con TAE han informado que tienen un pariente con una enfermedad psiquiátrica, con mayor
frecuencia un trastorno depresivo o abuso de alcohol severo.
Entre las características usuales de depresión de invierno recurrente se incluyen el dormir demasiado, antojos de carbohidratos y aumento de peso. Otros
síntomas incluyen las características usuales de la depresión, especialmente, una disminución en el apetito sexual, letargia, desesperanza, pensamientos
suicidas y retiro social. La depresión de verano recurrente también puede incluir insomnio, pero tiene mayor probabilidad de estar caracterizada por
reducción del apetito, pérdida de peso y agitación constante o ansiedad. La característica más común de los pacientes con TAE es la reacción que presentan
ante los cambios en la luz ambiental. Los pacientes que viven en diferentes latitudes observan que sus depresiones de invierno son más largas y profundas
entre más al norte o al sur vivan. Los pacientes con TAE a veces informan que su depresión empeora cuando el tiempo está nublado y/o el alumbrado interior
se diminuye. Es posible que la reducción de la cantidad de horas de luz afecte el equilibrio de ciertos compuestos químicos en el cerebro, dando lugar a
síntomas de depresión. Se ha mostrado que la luz fluorescente brillante (no ordinaria) revierte los síntomas depresivos de invierno de TAE en la mayoría de
las personas (Luminoterapia). Si un profesional de la salud mental hace un diagnóstico de TAE, deberá indicar terapia de luz. Una caja de luz consiste en luz
fluorescente de espectro total (sin los rayos ultravioletas nocivos) diseñada para proporcionar luz brillante a los enfermos. El profesional de la salud mental
instruirá al paciente de cómo y cuándo ha de emplear la caja de luz. Se emplea más comúnmente en la mañana. La duración e intensidad de exposición a la
luz se receta muy por el estilo a un régimenfarmacológico, y por lo general es un psiquiatra quien lo receta. Algunos pacientes pueden responder a los
medicamentos antidepresivos. La característica de este trastorno es su evolución cíclica con la reaparición de los síntomas en invierno (acortamiento
de los períodos lumínicos). Los síntomas son similares a los de la depresión mayor, aunque menos severos y suele presentarse un marcado
aumento del apetito por carbohidratos.
El equipo emisor de luz para Luminoterapia es útil a personas afectadas por disfunciones del ritmo circadiano, trastornos del sueño, estados de ansiedad y/o
depresión, producción hormonal (seretonina, melatonina y hormonas controladas por el Reloj Biológico del hipotálamo.
Desde que era adolescente, María. (34 años) sabe que cuando comience el otoño y la luz solar empiece a disminuir, la nostalgia invadirá sus pensamientos y
pronto también lo harán la angustia y la pena. Así se inicia su depresión de invierno que va acompañada de una agudización del sueño. "Entre mayo y julio
llego a mi casa y me acuesto al tiro. Y aunque haya dormido muchas horas, igual me cuesta levantarme y comenzar el día, así que evito las salidas
nocturnas”.Este panorama cambia radicalmente cuando aparece la primavera y comienza a oscurecer más tarde.María se puede levantar más temprano y
anda sin somnolencia en el día, a diferencia del período invernal. Porque el cambio de estación no sólo afecta su ánimo, sino también su hipersomnia
(necesidad de dormir más de diez horas), que se exacerba durante el invierno. Básicamente, lo que enferma a María y a muchas otras personas es la
disminución de la luz solar que se produce durante ese período. Un fenómeno que afecta principalmente a aquellas personas que viven más cerca de los
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polos, donde los períodos luminosos en invierno son menores. De hecho, se estima que en Estados Unidos 10 millones de personas sufren de depresión
estacional y que otros 25 millones padecen de versiones menos severas.En Argentina no se cuenta con estadísticas , pero se estima que la cifra sería
proporcional. Sin embargo, la disminución de luz solar no sólo afecta el ánimo de las personas, sino que también en algunos casos puede exacerbar los
síntomas y complicaciones de otros trastornos como la hipersomnia, el trastorno disfórico premenstrual (baja de energía) y la bulimia

Terapia Lumínica

La disminución de luz actúa como un agravante de los síntomas de estos trastornos. En el caso de la hipersomnia, que es un trastorno identificable a través
de exámenes de laboratorio, durante el invierno aumentan la cantidad de horas que la persona necesita dormir, lo que le limita aún más las actividades que
puede realizar y la pone en riesgo de accidentarse.

En las mujeres que sufren del trastorno disfórico premenstrual, sucede lo mismo: su ánimo y fuerzas bajan aún más y por períodos más largos, que pueden
ir desde la semana de la ovulación y terminar drásticamente al primer o segundo día de comienzo de la menstruación.
En caso de la bulimia (ingesta compulsiva de alimentos que luego se vomita), se observa la misma exacerbación de los síntomas e, incluso, se han
documentado unos pocos casos en que este trastorno alimentario se ha dado sólo en invierno. En estos casos, el agravamiento de los síntomas puede ser
tratado con luminoterapia, tratamiento que consiste en que las personas se expongan a la luz de una lámpara que emite una luminosidad parecida a la
solar, pero que filtra la luz ultravioleta. Deben ser lámparas especiales, porque como la luz entra por los ojos, no por la piel (como los equipos de solarium),
la luminosidad que emiten no debe dañar la córnea o la retina del ojo.
El tratamiento de luminoterapia en el caso de las exacerbaciones de bulimia, trastorno disfórico premenstrual e hipersomnia es complementario al prescrito
para tratar esas patologías.
Lewy y colaboradores observaron en 1980 que la secreción de melatonina (Homona del sueño) en el hombre puede ser suprimida por medio de luz artificial
brillante de intensidad considerablemente superior a la de la luz utilizada para la iluminación artificial común; posteriormente, varios grupos de investigadores
demostraron que la extensión de las horas de luz del día en las mismas condiciones era beneficiosa para los cuadros afectivos estacionales. Los dispositivos
de iluminación que se utilizan para el tratamiento constan de seis a ocho tubos fluorescentes de 40 watts montados sobre una superficie reflectora y
una pantalla traslúcida en el frente. Los pacientes son colocados de modo que enfrenten a la pantalla luminosa a una distancia de aproximadamente un
metro; de esta manera son expuestos a la cantidad de luz que recibirían si miraran el exterior a través de una ventana en un mediodía de verano, esto es,
alrededor de 2.500 lux. Durante todo el tiempo de exposición los pacientes deben mirar cinco segundos de cada minuto a la fuente luminosa. De preferencia,
esta exposición se debe hacer en las primeras horas de la mañana,. La intensidad lumínica será variable, oscilando ente 2.500 a 10000 Lux y durante un
período que variará entre 30 minutos, hasta 2 a 4 horas. Esta forma de administrar el tratamiento por la mañana produce la remisión del cuadro hacia el cuarto
o quinto día de tratamiento. También se han observado efectos beneficiosos al aplicarlo durante las horas de la tarde.El tiempo que la persona deba pasar
frente a la lámpara dependerá de la gravedad de su problema, pero éste siempre debe ser indicado por un médico.Una vez que se ha comprobado la eficacia
de la fototerapia en el paciente, éste puede comprar el aparato y hacer el tratamiento en su casa.Además de la luminoterapia, los médicos hacen una serie de
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recomendaciones que ayudan: aprovechar al máximo el sol de la mañana, comenzando las actividades del día con ejercicios o caminatas al aire libre. Dejar
las cortinas corridas para que el sol entre por la ventana apenas comience a salir. También, en el caso de los hipersomnes, se recomienda no permanecer
mucho rato en la cama después de despertar, así como evitar comer, leer o hacer otras actividades que se pueden desarrollar una vez levantados. Depresión
de invierno: Aparece en la mitad del otoño, dura todo el invierno, y desaparece con los brotes de la primavera. A diferencia de la depresión más común,
que se caracteriza por tendencia al insomnio y una disminución del apetito, la de invierno se evidencia por una hipersomnia y un aumento del
apetito,pero más selectivo, pues lapersona prefiere alimentos con un alto aporte calórico. Quienes tienen una mayor predisposición a padecer de este
tipo de depresión son las mujeres que están en la etapa pre o posmenopáusica, debido a que se encuentran en una etapa más sensible, y aquellas personas
que por sus trabajos no están expuestas a la luz del sol o bien que permanecen lejos de las fuentes de luminosidad natural. Se ha conseguido demostrar la
eficacia de la luminoterapia en todas las formas de depresión. Y en relación con el trastorno depresivo estacional, un grupo de investigadores finlandeses
ha podido establecer que a más horas de sol en verano, menos disforia estacional posterior. El modelo explicativo interrelaciona la melatonina, la vitamina D
y a la serotonina.
La cuestión de la luz ha suscitado ultimamente otros trabajos y comentarios. Un trabajo francés encontró que el 80% de los ciegos tienen problemas de
insomnio. La causa sería la falta de la referencia lumínica para organizar los ritmos circadianos de las personas ciegas. La pregunta del millón sería cómo es,
entonces, que algunos ciegos duermen bien. Entre las respuestas figura la posibilidad de que la luz pueda ser percibida por la piel, al menos en algunas
personas, algo que ya fue planteado en un artículo publicado en Science. No se sabe aún como actúa la fototerapia. Hay dos teorías para explicar su efecto
antidepresivo; una de ellas sostiene que lo logra al inhibir la secreción de la melatonina; la otra, que lo hace por medio de la corrección de ritmos circadianos
desincronizados.

Depresión oculta: un diagnóstico difícil

Existe una forma de depresión que se esconde bajo problemas físicos, cambiables de un lugar del cuerpo al otro, y situados en el marco de una fatiga
extrema. Se trata de la llamada depresión oculta una dolencia difícil de diagnosticar, porque los pacientes no hacen referencia a ningún sufrimiento
psicológico. Los signos de una depresión clásica son bastante conocidos. Pueden aparecer repentinamente o, al contrario, caracterizarse por una sucesión de
eventos depresivos que traducen la exacerbación de un mal vivir en lo cotidiano. Incapacidad de sentir placer, enormes dificultades para concentrarse, retardo
psicomotor e intelectual, todo en medio de una sensación de pesimismo y tristeza.
A la inversa, reconocer una depresión oculta no es tan simple. En la consulta, una persona evoca esencialmente problemas del cuerpo, y si el médico le
pregunta sobre la posible presencia de un sufrimiento psicológico, el paciente lo minimizará, incluso lo negará o lo incluirá en la cuenta de dolores diversos y
variados. Estudios realizados por médicos generales en Estados Unidos y en diferentes países de Europa han mostrado que el 50 por ciento de las
depresiones con expresión somática pasan inadvertidas. Los síntomas de una depresión oculta parecen ser los mismos de un enfermo al otro: dolor de
cabeza, de cuello, de hombros, a veces digestión difícil y, de manera constante, una inmensa fatiga que no cede con el descanso.
Como los signos psicológicos de una depresión clásica, estos signos físicos evolucionan durante el día. En general, los dolores son importantes al despertar.
Se siente tan fatigado que iniciar el día parece una misión imposible. Para un depresivo “clásico”, este inicio es extremadamente doloroso desde el punto de
vista psicológico; en la depresión oculta, es el cuerpo el que no responde. Afortunadamente, el estado mejora al final de la tarde, cerca de las 5 ó 6.
¿Por qué razones una persona expresa su malestar psicológico en su cuerpo? Simplemente porque, en algunos, el lenguaje del cuerpo es predominante en
relación con el lenguaje oral. Así, por ejemplo, muchas personas expresan un estrés profesional o un conflicto familiar con un dolor de espalda o de estómago.

Síntomas:

Discomunicacion y Aislamiento

Una medida de vitalidad de una persona podría consistir en averiguar la calidad y cantidad de sus relaciones sociales. Cuando estamos animados tendemos a
estar más expansivos, nos comunicamos más y mejor con las personas que nos rodean, tenemos interés en cuidar y mejorar el trato humano. Por el contrario,
la reacción más común estando desanimados es disminuir la búsqueda activa de contacto y des implicarnos (estar sin estar) en las relaciones que tenemos
por costumbre.

La tristeza invita a un repliegue hacia un intimismo, hacia el Yo herido, mientras que la alegría busca un tú o un nosotros con los que compartir, aumentar y
difundir la onda expansiva de la vitalidad interna.

El contacto humano, especialmente en un ambiente acogedor y armónico, realiza necesidades muy importantes de los seres humanos (condenados a ser una
especie social, mal que nos pese) tales como la necesidad de apego, seguridad, integración, reconocimiento, valoración e incluso de identidad (pertenecer a
un grupo, no ser un ``don nadie'' anónimo). Por consiguiente, alejarse es una forma de dar la espalda a estas necesidades, estar ausentes, perder el amarre
que "ser alguien para alguien" nos ata al mundo.

Con cierta frecuencia este aislamiento no sólo es un síntoma de depresión, sino que también ha sido en buena medida su causa. La falta de habilidades
sociales, especialmente para intimar y hacer amigos, las dificultades de carácter y maduración, hacen que nuestras relaciones resulten problemáticas o
insatisfactorias, pobres y decepcionantes. En otras ocasiones nos hemos visto obligados a empezar de cero por cambios de residencia, estado civil, trabajo,
muertes de seres queridos, las etapas que acaban y hasta los cambios culturales que no hemos podido digerir, todo ello puede producir en nosotros pérdidas
de identidad y vinculación que conllevan dosis de frustración, duelo y tristeza.

La persona deprimida es consciente de no estar en su mejor momento y por ello no resulta tan agradable a los demás. y no quiere ``hacer el papelón'' o ``ser
pesada'' o aburrida a los demás. Pero en cambio, en términos de egoísmo personal, es una de las cosas que más le pueden ayudar a recuperarse. Para ser
atrevidos cabe tener en cuenta que el grado de ``deslucimiento'' no es quizá tan impresentable como parece a primera vista -porque los demás tampoco son
tan exigentes que nos pidan estar arrebatados en un aura de genialidad constantemente-, y que nuestra capacidad de esfuerzo -aceptemos que sea costosa y
trabajosa para nuestro estado depresivo- es sin embargo posible, y podemos afanarnos al punto de ``parecer'' normales. Esta teatrito de hacer de normales
tiene la inmensa virtud de normalizarnos, de activar nuestro cerebro en la buena dirección.

Seguramente la capacidad de disfrute esté disminuida, y la dificultad de concentración haga que en ocasiones perdamos viveza y capacidad de tomar las
cosas al vuelo, pero no obstante el contacto humano nos calma y nos reconforta. No debemos ser tan escrupulosos ante nuestros amigos y conocidos que no
nos permitamos abusar un poco de ellos, imponiéndoles con la mayor normalidad posible nuestra presencia algo sombría: a cambio nos podemos
comprometer a devolverles lo que les quitemos cuando estemos recuperados, guardando una deuda de gratitud y reciprocidad en las ocasiones futuras en las
que ellos necesiten nuestro apoyo.

Alexitimia

El término alexitimia fue acuñado e introducido por Peter Sifneos en 1972, a partir de las raíces griegas a privativa –sin—, lexis, palabra y thimos, afecto (sin
palabras para los afectos). El acto de nombrar algo: un objeto, un ser vivo, un acontecimiento, un fenómeno, implica conocerlo para poder reconocerlo
después. Es frecuente que se piense que lo que se nombra se corresponda con una porción (un "segmento", diría Eco), de la realidad, entendida ésta como
aquello que existe u ocurre fuera de nosotros; sin embargo los seres humanos, quienes tenemos el privilegio de nombrar, hemos asignado nombres tales
como dragones, íncubos, serafines, a seres inexistentes; ovnis, a fenómenos disímbolos que se pretende son naves espaciales; telequinesia, al supuesto
fenómeno de mover cosas a distancia sin otra fuerza que la voluntad de un individuo especialmente dotado. En suma, poner nombres no significa
necesariamente que lo nombrado exista en realidad, en el ejercicio científico suele llamarse constructo a un concepto descriptivo o explicativo de un fenómeno
La Depresión – por Ricardo Rozados – extraído de: http://www.depresion.psicomag.com/ p.9

o proceso cuya naturaleza o mera existencia no había sido identificada ni dilucidada con antelación, y que con frecuencia forma parte de hipótesis mas
amplias.

Esto viene a cuento debido a que alexitimia es un constructo desarrollado a partir de la observación clínica de personas que muestran incapacidad para
identificar en sí mismas el componente afectivo de las emociones, y por tanto incapacidad de expresarlas verbalmente. En un principio las personas a quienes
se identificó como alexitímicas fueron pacientes que sufrían trastornos psicosomáticos, en el transcurso de los años se le ha relacionado con dependencia a
sustancias, con trastornos de la conducta alimentaria, personalidad antisocial y trastorno por estrés postraumático. Debe subrayarse que la alexitimia no
aparece en las clasificaciones psiquiátricas, y no es un constructo generalmente aceptado, pero ha demostrado tener valor heurístico puesto que ha dado
lugar a numerosas investigaciones.

características de la alexitimia

• Dificultad para identificar y comunicar sentimientos.


• Dificultad para distinguir afectos de sensaciones corporales.
• Escasa capacidad de simbolización: poca o nula fantasía y actividad imaginativa.
• Preferencia para ocuparse de eventos externos más que de experiencias internas.

De acuerdo con diferentes autores, a estas características básicas pueden agregarse las siguientes:

• Alto grado de conformismo social, que se puede confundir con "normalidad", pero que es un comportamiento rígido sujeto a reglas convencionales.
• Impulsividad: los conflictos se manifiestan en acciones irreflexivas, sin que el propio sujeto las relacione con las emociones subyacentes.
• Tendencia a establecer relaciones interpersonales estereotipadas, ya sea de dependencia o de aislamiento.

tipos de alexitimia

Sifneos postuló, en 1988, dos tipos de alexitimia: primaria y secundaria. La alexitimia primaria, de origen predominantemente biológico, es "..un defecto
estructural neuroanatómico o una deficiencia neurobiológica en la forma de anormalidades, debidas a factores hereditarios, que interrumpen la comunicación
entre el sistema límbico y el neocortex", y agrega que la especialización de los hemisferios cerebrales también juega un papel importante en la alexitimia
primaria, cuando hay una inadecuada comunicación entre el hemisferio izquierdo que se encarga de la elaboración y expresión del lenguaje articulado y el
hemisferio derecho que modula las emociones y le proporciona al lenguaje los aspectos prosódicos de entonación, coloratura, cadencia y melodía. De hecho
TenHouten y colaboradores (1988), demostraron que pacientes con sección del cuerpo calloso1 tienen dificultades de simbolización al contemplar una película
con tema sugestivo de muerte, esto se correlaciona con el registro electroencefalográfico en el que aparece una intensidad mayor de ritmo alfa en el lóbulo
temporal derecho, sugiriendo una pobre comprensión del film; una posible deficiencia de lenguaje interno, por la abundancia de ritmo alfa en lóbulos frontal y
temporal izquierdos, asociado a desincronización en el lóbulo parietal izquierdo, y mayor coherencia entre los lóbulos frontal derecho y parietal izquierdo y
frontal izquierdo y parietal izquierdo con respecto a los controles, sugieren inhibición interhemisférica de la expresión verbal. Cabe señalar que los sujetos con
sección del cuerpo calloso cumplieron con los criterios para el diagnóstico de alexitimia.

La alexitimia secundaria se origina por situaciones traumáticas en periodos críticos del desarrollo en la infancia, por traumas masivos en la edad adulta, por
ejemplo estar en campos de concentración o pasar por experiencias de guerra, ser víctima de secuestros, etcétera. También se ha estudiado la correlación de
alexitimia con algunos trastornos tanto somáticos como mentales. Son ejemplos de los principales trabajos sobre esta forma de alexitimia los realizados en
Japón por Fukunishi y colaboradores (1994), quienes estudiaron la presencia de alexitimia en pacientes con infarto de miocardio, encontrando que los casos
agudos mostraron índices mayores de alexitimia que los pacientes con infarto antiguo, lo que se puede interpretar como la utilización de mecanismos de
afrontamiento como la negación para minimizar la percepción amenazante. En Noruega, Norby y colaboradores encontraron que mujeres hipertensas de 40
años de edad presentan un nivel mayor de alexitimia que un grupo control de mujeres normotensas. En la India, Fernández, Sriiram y colaboradores (1989)
encontraron que en un grupo de pacientes con artritis reumatoide la incidencia de alexitimia es 27.5% mayor que en el grupo control. Los estudios de Smith y
colaboradores, en Suiza (1995); Porcelli y colaboradores, en Italia (1995) y Hartmann, en Alemania (1995), indican que pacientes con enfermedades
inflamatorias intestinales (colitis ulcerativa y enfermedad de Crohn) tienen mayores índices de alexitimia que los controles. También se hallaron alexitimia y
somatización en mujeres con síndrome premenstrual y en pacientes quemados con estrés crónico.

En cuanto a trastornos psiquiátricos, se ha estudiado la correlación de la alexitimia con el trastorno por estrés postraumático, depresión, trastorno de pánico,
anorexia, bulimia y adicciones. Krystal y colaboradores (1986) compararon pacientes con estrés postraumático (veteranos de Vietnam), pacientes
psicosomáticos y pacientes con trastornos afectivos y establecieron que el grado de alexitimia era mayor en los dos primeros grupos. Mc Ghee y
colaboradores (1992) reportaron un aumento en la relación noradrenalina-cortisol en pacientes con estrés post-traumático que mostraban alexitimia. Fukunishi
y colaboradores (1995) encontraron una correlación entre puntajes altos de alexitimia, escaso apoyo social y una respuesta adaptativa disminuida ante
situaciones estresantes. La relación entre alexitimia y depresión es motivo de controversia; de los numerosos trabajos al respecto se puede concluir que hay
mayor presencia de alexitimia en pacientes con depresión severa que en pacientes con depresión moderada, quienes prácticamente dan puntuaciones
semejantes a los controles sanos. Es necesario considerar que la anhedonia (incapacidad para experimentar placer) es un rasgo distintivo de la depresión, y
que en casos severos la tristeza es sustituida por indiferencia, lo cual podría explicar la puntuación alta en escalas de medición de alexitimia. Parker y
colaboradores (1993) consideran que la alexitimia es un rasgo relacionado con el trastorno por pánico, lo que explicaría la dificultad de estos pacientes para
relacionar sus crisis con experiencias psicológicas y la insistencia en atribuirlas a enfermedades somáticas graves; en estos estudios no se encontró relación
entre la alexitimia y otros trastornos por ansiedad tales como las fobias. En trastornos de conducta alimentaria, Laquatra y Clopton (1994), en una muestra de
308 mujeres con anorexia-bulimia y obesidad, encontraron que los puntajes de edi (inventario para la detección de trastornos alimentarios) y la escala tas
(escala para medir alexitimia) se correlacionaron. Groot y colaboradores (1995) estudiaron un grupo con bulimia nerviosa, antes y después de un tratamiento
intensivo de grupo; antes del tratamiento el porcentaje de alexitimia fue de 61%; después del mismo fue de 31%, en tanto que los controles sólo mostraron 5%
de alexitimia. En los casos de individuos con adicciones (alcohol, otras sustancias, conducta sexual compulsiva, etcétera) se ha encontrado un 50% de sujetos
con alexitimia.2

medición de alexitimia

La medición psicométrica de alexitimia se ha realizado mediante diferentes escalas, adaptaciones del mmpi y pruebas proyectivas. La primera escala,
desarrollada por Sifneos y colaboradores, se denomina biq (Beth Israel Questionarie) y ha sido ampliamente usada, aunque tiene limitaciones. La escala tas
(Toronto Alexithimia Scale) diseñada por Taylor y Bagby ha probado ser la más confiable y actualmente es la más utilizada; Casullo y colaboradores (Buenos
Aires) adaptaron esta escala al español y se validó adecuadamente denominándola escala uba (por Universidad de Buenos Aires).

la terapia de la alexitimia

Las psicoterapias tradicionales de corte psicodinámico no han probado ser de utilidad para el manejo de la alexitimia; por otro lado pueden usarse técnicas
reeducativas asociadas al uso de psicofármacos (neurolépticos, ansiolíticos o antidepresivos) de acuerdo con la comorbilidad de cada caso.

Notas

1 La sección del cuerpo calloso es un tipo de cirugía que se utiliza en algunos pocos casos de focos epilépticos localizados en un solo hemisferio cerebral y
que ha permitido estudiar de manera experimental las funciones de los hemisferios derecho e izquierdo en el humano. Con base en estos estudios y en los
experimentos pioneros de Roger Sperry es que se ha desarrollado el concepto de asimetría cerebral.

2 La mayoría de los resúmenes de reportes clínicos fueron tomados del libro de Sivak y Wiater anotado en la bibliografía.

Bibliografía
La Depresión – por Ricardo Rozados – extraído de: http://www.depresion.psicomag.com/ p.10

Sifneos, PE., The prevalence of alexithimic characteristics in psychosomatic patients. Psychother, Psychosom, 22:255-253, 1973.

Sifneos, PE., Alexithymia and its Relationship to Hemispheric Specialization, Affect, and Creativity, Psychiatric Clinics of North America, Vol. 11, No. 3, 1988.

Sivak, R., y Wiater, A., Alexitimia la dificultad para verbalizar afectos, Paidós, Buenos Aires-Barcelona-México, 1997.

Taylor GJ., Bagby M., Measurement of Alexithymia, Psychiatric Clinics of North America Vol. 11, No. 3, 1988.

TenHouten, WD., Walter, DO., Hoppe, KD., and Bogen JE., Alexythimia and the Split Brain: Electroencephalic Correlates, Psychiatric Clinics of North America
Vol. 11, No. 3, 1988.

INTRODUCCIÓN

La palabra griega a-lexi-timia significa etimológicamente "ausencia de palabras para expresar las propias emociones". Fue introducida por Sifneos en 1972 en
su intento de crear un constructo que explicara la relación entre las características cognitivo-emocionales de un sujeto y la formación de síntomas en el mismo.
Este concepto partió de un esquema referencial psicoanalítico como forma de explicación del síntoma psicosomático. En este contexto, el síntoma
psicosomático se interpreta como el resultado de las emociones no expresadas que se manifiestan a través del lenguaje y simbolismo somático.

En la actualidad, existe consenso en considerar que la alexitimia es un constructo multidimensional que se manifiesta con los siguientes rasgos: 1) Dificultad
para identificar y describir los sentimientos; 2) Dificultad para distinguir entre los sentimientos y las sensaciones corporales del arousal emocional; 3)
Constricción en la vida simbólica, y 4) Un estilo cognitivo orientado hacia lo externo y concreto (Taylor, Bagby y Parker, 1997, 2000). Estas características
reflejan un déficit en la capacidad cognitiva para procesar y regular las emociones (Krystal, 1988; Lane y Schwartz, 1987; Martínez Sánchez, 1995, 1996; Páez
y Vergara, 1995; Taylor, 1992) que pueden ser interpretadas como rasgos o patrones de la misma (Martínez-Sanchez, Ato, Córceles, Huedo, Selva, 1998;
Porcelli, 1996).

Diversos autores sostienen que los rasgos o características alexitímicas tiene un destacado papel en la génesis y/o mantenimiento de los síntomas
psicosomáticos, ya que la alexitimia puede considerarse como factor iniciador y/o mantenedor del trastorno, además de factor pronóstico en la evolución de
diversas enfermedades crónicas (Klieger y Kinsman, 1980), así como factor pronóstico de mala respuesta terapéutica (Krystal, 1979).

Depresion y Auto-agresion

Mientras que la depresión, produce una dificultad para sentir sentimientos positivos (alegría, placer, goce, entusiasmo, deseo), por el contrario, deja intacta la
capacidad de sentir lo desagradable (un ruido molesto, una contrariedad, lo penoso y trabajoso, el trato hostil o áspero de los demás).

La modulación emocional está basada en un juego de pesos y contrapesos que nos ayudan a dar la respuesta justa: nos pisan el pie, eso nos molesta, pero si
evaluamos al responsable como inocente, con apariencia de buena persona, ello frena la reacción airada. En la depresión faltan unos ``frenos'' esenciales
para la ira y la rabia: sentir amor por uno mismo y por los demás. Vivimos las situaciones como si los costos fueran mucho más pesados que los beneficios, y
por ello dignos de la palabra más fácil y abundante en el depresivo: NO. No me gusta, no me interesa, no quiero.

La irritación que produce el más pequeño incidente o feo que nos hagan dispara en el deprimido una reacción desmesurada. Si la persona, antes de
deprimirse, era una persona bien educada, con unos principios morales y un comportamiento ejemplar, no la veremos agresiva en el sentido más burdo de
ponerse intemperante y ofensiva, ni menos aún pasar a la acción de agredir físicamente. En cambio, otros deprimidos, con dificultades previas a la depresión
de control del mal humor y que entraban en estado rabioso a la primera de cambio, duplicarán estas conductas estando deprimidos (al igual que esas mismas
personas tienden a sobrepasarse en estados alterados de conciencia como estando ebrios o cansados).

Cuando la persona, por su talante anterior, guarda las apariencias y no dirige la rabia hacia el exterior, la vuelve:

• [a] Un comportamiento auto-lesivo, auto-punitivo.


• [b] Un comportamiento agresivo-pasivo

El comportamiento [a] auto-agresivo consiste en hacerse daño a uno mismo. Cuando uno se daña hace a la vez de sujeto irascible, de verdugo ejecutor, y al
mismo tiempo de víctima pasiva -que es la parte que en realidad hace que la ira se transforme en dolor y tristeza. La auto agresión consiste en:

• insultarse y despreciarse constantemente (``soy imbécil'', ``estoy hecho un asco'')


• auto-críticas destructivas (``nunca ha valido para nada'', ``no soy capaz de reaccionar'')
• auto-evaluaciones negativas (``lo hago todo mal'', ``no doy pie con bola'')
• dejar de hacer cosas agradables (elegir el alimento menos sabroso, sentarse en el asiento más incómodo, no ir a ver la película que teníamos intención de
ver, renunciar a una visita o a un favor, consuelo o ayuda que nos ofrecen)
• llevar a cabo acciones de ``auto degradación'' tales como cortarse el pelo, ir con la ropa más lúgubre, poner música fúnebre en el tocadiscos, complacerse
en los estímulos que proporcionan pena y dolor (determinadas fotos y cartas, evocar recuerdos desagradables, traer a colación viejas ofensas)
• autolesiones (golpes, pellizcos, quemaduras) e intentos de suicidio.

El comportamiento [b] pasivo es una forma indirecta -y por ello mismo, generalmente inadecuada- de protestar y vengarse de los que han suscitado en
nosotros la ira desatada. Dejar una ventana abierta por descuido en pleno invierno, quemar la comida, ponerle demasiada sal o elegir el menú que sabemos
que menos le gusta a la persona diana, no hacer o hacer mal lo que habíamos prometido o en lo que nos habíamos responsabilizado (por lo tanto el no hacer
ni dejar hacer), olvidar tomar la medicación o no colaborar en la recuperación para que los demás se preocupen y no se vean aliviados o se vean ``castigados''
con nuestro empeoramiento, son algunos ejemplo de tácticas que la mayor parte del tiempo se llevan a cabo con nuestro sacrificio y nuestro dolor, y por ello
mismo nos quitan más que nos dan.

Insomnio

Hay un tipo de insomnio, un conjunto de costumbres diarias, que consiguen que la persona deprimida tenga un ritmo ``contracorriente'' de los demás. Cuando
los otros están frescos y despejados, el deprimido está en la espesa de las brumas matutinas, cuando los otros sucumben al cansancio y la modorra, el
resucita cual vampiro en la ciudad solitaria.

El aturdimiento tiene a veces cierta ventaja, porque amortigua la angustia que producen las tareas diarias -especialmente cuando el origen de la depresión
tiene mucho que ver con esas tareas- y permite un cierto vivir adormecido, un ``matar el rato'', un lograr que el tiempo exista menos, una disculpa perfecta
para que las cosas tengan un pobreza digna de repulsa y asqueada contemplación.

El apetito desaparece especialmente en las horas de comida, favorecido en esa ausencia por la presencia del picoteo extemporáneo, igual que apetece dormir
en las horas más intempestivas y aparecen algunas ráfagas de deseo erótico cuando nadie parece estar a tiro.

La regulación de los ritmos de vigilia y sueño ayudan a encontrarse en el mismo camino que las personas que nos rodean. Las actividades fisiológicas y los
impulsos naturales se ven favorecidos por el orden adaptativo en vez de verse perjudicados -disminuidos- por el desorden.
La Depresión – por Ricardo Rozados – extraído de: http://www.depresion.psicomag.com/ p.11

Regular las horas de sueño, de comida, de ejercicio, de lectura, etc. facilita enormemente la recuperación. No quiere decir esto que nos tengamos que volver
rígidos e inflexibles, sino que la flexibilidad es un lujo que uno se puede permitir sólo en el supuesto de que primero tenga una normalidad de funcionamiento.

Depresión y Malhumor

El malhumor es un malestar crónico, producto de una alteración de la química cerebral. Según los expertos, se saben los motivos anatómicos y fisiológicos
que lo generan y dicen que hay tratamientos para combatirlo.

Tiene un no para cada sí y un pesimismo para cada ilusión. Anda por la vida con la cara larga, las lentes grises y el enojo al día. Es el clásico malhumorado
"crónico", al que alguna vez se lo llamó chinchudo o alunado y hoy se destaca entre sus pares por amargo o mala onda. El personaje existe desde siempre. Lo
novedoso es que ese rasgo que jamás tuvo más peso ni respaldo que los comentarios populares, está empezando a sonar en los consultorios médicos y en
ámbitos científicos: hoy, el malhumor se está alejando de la mera reacción para acercarse a un padecimiento con fundamento orgánico, más cercano a la
depresión que al mal carácter.

"El malhumor, cuando se prolonga en el tiempo, se vuelve un padecimiento muy complejo. Deja de ser una simple reacción superflua ante un hecho puntual
para convertirse en un malestar crónico que afecta la vida de quien lo padece en varios sentidos: le impide disfrutar de cualquier situación agradable o
estímulo placentero, afecta su salud y deteriora sus relaciones interpersonales.El malhumor, en Argentina, se está volviendo una epidemia invisible. Lo
vemos en la calle y en los consultorios: cada vez vienen más pacientes con este problema", Hoy se conocen los motivos anatómicos y fisiológicos que lo
generan y hay tratamientos muy eficaces.

Al hablar de las causas del malhumor, los médicos ya no se refieren al desempleo, la crisis o el corte de ruta número mil. No cabe duda de que estos
disparadores empeoran las cosas, pero los especialistas están pensando en otros motivos: "Es un padecimiento que debe estudiarse en distintos planos,
porque tiene causas y consecuencias a nivel psicológico, neuroquímico, endocrino e inmunológico. Tiene que ver con un funcionamiento particular del
cerebro y con un déficit hormonal.
El malhumor es producto de una alteración de la química cerebral que repercute en el carácter. Para ser más claros: a quien lo sufre le falta combustible
para tener buen humor. Por eso los tratamientos con fármacos y psicoterapias resultan muy eficaces, Al recibir un caso así, la primera hipótesis de trabajo
que sobreviene es en el campo de las depresiones. En los adultos, se piensa en una distimia, que es una depresión crónica, que no tiene episodios graves
pero es prolongada y genera un gran sufrimiento.

Una de las características principales de quienes sufren este problema es su incapacidad de obtener placer (anhedonia). Pero la cosa no acaba ahí, porque
muy pronto la "víctima" convierte a su entorno en victimario: quien desparrama malestar contamina el ambiente y la gente empieza a alejarse. El
malhumorado se termina quedando solo, porque nadie quiere contagiarse el bajón. Además, porque nunca se sabe cómo va a reaccionar; su temperamento
se torna irascible y agresivo y genera peleas y discusiones constantes.

Científicamente, el mejor sinónimo de malhumor es lo que conocemos como disforia, un trastorno del ánimo caracterizado por un estado recurrente de
insatisfacción, ansiedad, irritabilidad e inquietud". Estas emociones están ligadas a un neurotransmisor llamado dopamina, asociado a la gratificación y la
saciedad. Por eso los tratamientos apuntan a recomponer su equilibrio cuando hay un desarreglo.

Desde el punto de vista químico, el placer depende de dos sustancias (la dopamina y las endorfinas), cuyos niveles son bajos en las personas que tienen
malhumor. No puede haber goce cuando no fluyen en determinadas dosis en el cerebro. Asimismo, hay un zona llamada amígdala, asociada a las emociones
negativas, que debe estar en calma para que haya placer.

Desde el punto de vista psicoanalítico, un malhumorado es alguien que no responde según sus ganas; no está en contacto con su deseo y vive en estado de
frustración. Además, vive en un espacio de agresión constante. Siempre se siente atacado o agredido, por lo cual se encierra y se pone a la defensiva. El
problema es que así como el humor contacta y socializa, el malhumor corta el lazo, aísla. Y quien no tiene humor no puede recibirlo. Y es una pena: el humor
permite satirizar situaciones duras. Es un condimento esencial para vivir mejor

Algunos signos para detectar el problema

Yo he vivido como alguien que nunca comió sal", comentó un paciente al psiquiatra. Y hubo otro que describió su malestar sin anestesia: "¿Vio ese tango que
dice de chiquilín te miraba de afuera? Bueno, yo soy ése, alguien que siempre vio, desde afuera, cómo los demás la pasaban bien. Nunca pude entrar". No
hubo más que decir. El diagnóstico estaba echado. "Hay una clave para entender a un malhumorado: la frustración, que es una especie de resorte interno que
va tensando todas las cosas", "Otros signos son la insatisfacción y la inseguridad, sentimientos que disparan la decepción, el reproche, la hostilidad". Convivir
con alguien así es cualquier cosa menos fácil. "Y hasta puede ser de pesadilla", "Un mufado le arruina el día a cualquiera; la pasa mal él y les complica la vida
a los demás". Aun así, los especialistas recomiendan entender que este malestar no es del orden de la voluntad. "Para acompañar y contener a alguien así
hay que tener un equilibrio muy particular. Lo fundamental es comprender que no sirve insistir con que esa persona se ponga bien, porque eso genera más
frustración. La ayuda debe ser profesional".

El cerebro y las emociones

Quedan, todavía, un montón de agujeros negros por descifrar, pero la ciencia arrincona los misterios del cerebro cada vez más. "El humor, como todo lo
anímico y lo emocional, tiene que ver con estados tan cambiantes que son muy difíciles de pesquisar. Y sólo se pueden estudiar con tecnologías muy
precisas, como la resonancia magnética funcional, que permite observar qué zonas del cerebro se activan ante cada emoción. De todos modos, todo está en
etapa experimental. Se está creando un nuevo mapa de las emociones del cerebro. Hoy podemos medir las sensaciones, registrarlas, y de esa manera
alejarlas de la mera reacción superflua. Nuestras emociones son orgánicas; tienen un sustrato bioquímico en el cual la memoria y la experiencia previa juegan
un rol preponderante", comenta. Es tanta la ansiedad por sumergirse en las lógicas cerebrales que las novedades sobre el tema son diarias. También se probó
que los correlatos neurales del amor romántico son diferentes a los del amor de pareja. Activan distintas zonas del cerebro vinculadas al placer". También se
demostró que cuando uno tiene enfrente una comida rica, colorida y calórica, se activa una zona muy distinta a la que se enciende ante un plato diet.
La Depresión – por Ricardo Rozados – extraído de: http://www.depresion.psicomag.com/ p.12

Los más propensos

No todos corren el mismo peligro de caer en las garras del malhumor. Hay personalidades más proclives a sufrir malhumor crónico: Las hipersensibles, porque
viven siempre en estado de alerta y tensión; las perfeccionistas, por sus altos niveles de exigencia y su frecuente insatisfacción; y las depresivas, por su
sentimiento recurrente de desesperanza. También las personalidades obsesivas son muy proclives al malhumor, sobre todo aquellas que tienen obsesión por
el orden y la simetría y se sienten contrariadas y hasta violentas cuando alguien cambia algo de lugar.

Caminar por una vereda angostísima repleta de gente, hacer equilibrio para no caer en un pozo, estirar como chicle el sueldo que no alcanza, pelear con la
cajera del súper por el precio de una oferta, sufrir el enésimo corte de una calle... La alegría —como sostuvo Albert Camus— está siempre amenazada,
"porque el bacilo de la peste no muere ni se va definitivamente". Pero encarar con humor los costados negativos de la vida —al estilo Woody Allen— es la
mejor manera de sobrellevarla. Después de todo, si hay algo humano, eso es la risa. Lo que nos diferencia de los animales.

Causas de la Depresión

La depresión puede ser de tipo reactivo (de afuera) o endógeno (de adentro). En el primer caso, constituye la respuesta hacia un estímulo externo que
ocasiona duelo -la muerte de un ser querido o la pérdida de un trabajo-; sin embargo, cuando éste no logra superarse, se transforma en depresión y pierde
relación con el estímulo inicial. En el segundo caso, se trata de procesos que nada tienen que ver con la realidad, la persona simplemente se deprime sin
existir una causa real. Una tercera postura es la que considera que en una depresión pueden estar implicados ambos factores, tanto endógenos como
exógenos, en distintas proporciones en los distintos pacientes. Realmente es difícil encontrar una alteración física que no afecte al estado de ánimo y
viceversa. El estado de ánimo y el cuerpo solo se pueden desgajar teóricamente.
La base bioquímica y neurofisiológica de ambos tipos, sin embargo, es la misma, siendo el tratamiento farmacológico similar para los dos casos.
Aunque no existe ningún antidepresivo que logre efectos antes de tres semanas, y ello parece deberse a la plasticidad del cerebro. Es necesario
que el fármaco actúe durante algún tiempo para que las neuronas modifiquen la actividad de los receptores de la membrana, y en ocasiones el
enfermo no puede esperar. Algunos tipos de depresión tienden a afectar miembros de la misma familia, lo cual sugeriría que se puede heredar una
predisposición biológica. Esto parece darse en el caso del trastorno bipolar. Los estudios de familias con miembros que padecen del trastorno bipolar en
cada generación, han encontrado que aquellos que se enferman tienen una constitución genética algo diferente de quienes no se enferman.
Sin embargo, no todos los que tienen la predisposición genética para el trastorno bipolar lo padecen. Al parecer, hay otros factores adicionales que
contribuyen a que se desencadene la enfermedad: posiblemente tensiones en la vida, problemas de familia, trabajo o estudio.
En algunas familias la depresión severa se presenta generación tras generación. Sin embargo, la depresión severa también puede afectar a personas que no
tienen una historia familiar de depresión. Sea hereditario o no, el trastorno depresivo severo está a menudo asociado con cambios en las estructuras o
funciones cerebrales: Disminución del metabolismo del área prefrontal izquierda del Cerebro. Situación que se normaliza luego de los diferentes
tratamientos.
Las personas con poca autoestima se perciben a sí mismas y al mundo en forma pesimista. Las personas con poca autoestima y que se abruman fácilmente
por el estrés están predispuestas a la depresión. No se sabe con certeza si esto representa una predisposición psicológica o una etapa temprana de la
enfermedad.
La Depresión – por Ricardo Rozados – extraído de: http://www.depresion.psicomag.com/ p.13

¿Cómo Curar la depresión?

Tratamiento de la Depresión

El tratamiento ha de ser abordado por profesionales de la salud, psiquiatras o psicólogos, y los métodos son diversos, según los casos. Si estamos ante un
episodio agudo de depresión o ante un período de progresivo deterioro, estará indicada la hospitalización. En depresiones graves puede estar indicado el uso
de terapia convulsiva, cuando no responde a otras intervenciones terapéuticas .El tratamiento médico con medicación es siempre adecuado, pues alivia un
sufrimiento innecesario. En todos los casos, la psicoterapia de apoyo es necesaria, en ella se ayuda al enfermo, en un principio a desahogarse, y
posteriormente a identificar y asimilar los eventos de su vivencia, que pueden estar implicados en el desarrollo y mantenimiento de su estado, para mediante
el entendimiento, la comprensión, la simulación, el aprendizaje y el cambio de determinados aspectos de la vida, prevenir futuros episodios. El primer paso
para recibir un tratamiento adecuado para la depresión consiste en un examen médico. Ciertos medicamentos, así como algunas enfermedades, por ejemplo
infecciones vitales, pueden producir los mismos síntomas que la depresión. El médico debe descartar esas posibilidades por medio de un examen físico,
entrevista del paciente y análisis de laboratorio. Si causas físicas son descartadas, el médico debe realizar una evaluación psicológica o dirigir al paciente a un
psiquiatra o psicólogo.

Una buena evaluación diagnóstica debe incluir una historia médica completa. ¿Cuándo comenzaron los síntomas, cuánto han durado, qué tan serios son?
Si el paciente los ha tenido antes, el médico debe averiguar si los síntomas fueron tratados y qué tratamiento se dio. El médico también debe preguntar acerca
del uso de alcohol y drogas, y si el paciente tiene pensamientos de muerte o suicidio. Además, la entrevista debe incluir preguntas sobre otros miembros de la
familia. ¿Algún pariente ha tenido depresión y si fue tratado, qué tratamientos recibió y qué tratamientos fueron efectivos?
Por último, una evaluación diagnóstica debe incluir un examen del estado mental para determinar si los patrones de habla, pensamiento o memoria se han
afectado, como pasa algunas veces en el caso de enfermedad depresiva o maníaco-depresiva.
La selección del tratamiento dependerá del resultado de la evaluación. Existe una gran variedad de medicamentos antidepresivos y psicoterapias que se
pueden utilizar para tratar los trastornos depresivos. La psicoterapia sola es efectiva en algunas personas con formas más leves de depresión. Las personas
con depresión moderada o severa más a menudo mejoran con antidepresivos. La mayoría obtienen un resultado óptimo con un tratamiento combinado de
medicamentos para obtener un alivio relativamente rápido de los síntomas y psicoterapia para aprender a enfrentar mejor los problemas de la vida, incluyendo
la depresión. El psiquiatra puede recetar medicamentos y una de las diversas formas de psicoterapia que han mostrado ser efectivas para la depresión, o
ambos, dependiendo del diagnóstico del paciente y de la seriedad de los síntomas.

Fármacos:

Medicamentos

Hay varios tipos de medicamentos antidepresivos utilizados para tratar estos trastornos .Estos incluyen los "inhibidores selectivos de la recaptación de
serotonina"(ISRS) que son medicamentos nuevos, los tricíclicos y los "inhibidores de la monoaminoxidasa" (IMAO). Los ISRS y otros medicamentos aún más
nuevos que afectan los neurotransmisores como la dopamina o la noradrenalina, generalmente tienen menos efectos secundarios que los tricíclicos. Algunas
veces el médico prueba una variedad de antidepresivos antes de encontrarse el medicamento o combinación de medicamentos más efectiva. Generalmente la
dosis se debe ir aumentando hasta que la medicación es efectiva. Por lo general, el efecto terapéutico completo de los medicamentos antidepresivos no se
observa inmediatamente. Hay que tomarlo en dosis adecuadas por 3 ó 4 semanas, y en algunos casos lleva hasta 8 semanas, para que se produzca el efecto
completo. Sin embargo a veces se empiezan a ver mejorías en las primeras semanas.
Es posible que el paciente se sienta tentado a dejar de tomar el medicamento prematuramente. Él puede sentirse mejor y pensar que ya no lo necesita. O
puede pensar que el medicamento no le está ayudando en absoluto. Es importante seguir tomando el medicamento hasta que éste tenga oportunidad de
actuar en el organismo. Algunos efectos secundarios pueden aparecer incluso antes de que se produzca el efecto antidepresivo.
Una vez que el paciente se sienta mejor, es importante continuar el medicamento por 4 a 9 meses para prevenir una recaída de la depresión. Algunos
medicamentos deben dejar de tomarse gradualmente (es decir reduciendo la dosis poco a poco) para dar tiempo a que el organismo se adapte y para prevenir
síntomas de abstinencia, los que se producen cuando algunos medicamentos se descontinúan abruptamente. En los casos de trastorno bipolar y depresión
severa crónica o recurrente, es posible que el paciente tenga que tomar el medicamento por un tiempo indefinido.
Al contrario de lo que algunas personas creen, los medicamentos antidepresivos no crean hábito. Sin embargo, como sucede con cualquier tipo de
medicamento recetado por periodos prolongados, los antidepresivos deben ser supervisados cuidadosamente por el médico para determinar si se están
dando en una dosis correcta. El médico debe verificar la dosificación y la efectividad del tratamiento en forma periódica.
Hay un pequeño grupo de personas que no responden a los antidepresivos usados más comúnmente (tricíclicos, ISRS y otros antidepresivos nuevos) y para
las cuales los IMAO son el mejor tratamiento. Las personas que están tomando esta clase de antidepresivos deben evitar determinados alimentos. Ciertos
alimentos contienen niveles elevados de la sustancia llamada tiramina (la que normalmente se encuentra en quesos fermentados, vinos y encurtidos o
alimentos en conserva de vinagre). Cuando el paciente toma un IMAO, estos alimentos deben ser estrictamente evitados, al igual que algunos medicamentos
como los descongestionantes que se toman para los resfríos y algunas alergias. La interacción de la tiramina con los IMAO puede ocasionar una crisis
hipertensiva (subida brusca y extrema de la presión arterial) que puede llevar a la ruptura de una arteria en el cerebro, es decir un accidente cerebro-vascular.
El médico debe proporcionar al paciente una lista completa de los alimentos prohibidos. El paciente debe llevar la lista consigo en todo momento. Las otras
clases de antidepresivos (tricíclicos, ISRS y otros antidepresivos nuevos) no requieren restricciones alimenticias.
Nunca se deben combinar medicamentos de ningún tipo--recetados, sin receta o prestados--sin consultar al médico. Cualquier otro profesional de la
salud que pueda recetarle un medicamento (por ejemplo el dentista u otro especialista) tiene que saber qué medicamentos está tomando el paciente. Aunque
algunos medicamentos son inocuos cuando se toman solos, si se toman en combinación con otros pueden ocasionar efectos secundarios peligrosos. Algunas
substancias, como el alcohol y las drogas de adicción, pueden reducir la efectividad de los antidepresivos y por lo tanto se deben evitar. Deben evitarse el
vino, la cerveza y las bebidas alcohólicas destiladas, por ejemplo tequila, gin, ron, vodka, Wisky y licores. A algunas personas que están tomando uno de los
antidepresivos nuevos, el médico puede permitirles el uso de una cantidad moderada de alcohol, si la persona no ha tenido un problema de alcoholismo.
Los sedantes o medicamentos ansiolíticos, que se dan para la ansiedad, no son antidepresivos. A veces son recetados junto con los antidepresivos, sin
embargo, por si solos no son efectivos para tratar la depresión. Los estimulantes, como las anfetaminas, no son efectivos para tratar la depresión.
Ocasionalmente se utilizan bajo estricta supervisión médica en personas que padecen al mismo tiempo de una enfermedad física y de depresión.
Las preguntas sobre los antidepresivos recetados y problemas que puedan estar relacionados con el medicamento, deben tratarse con el médico.
El litio ha sido por muchos años el tratamiento de elección para el trastorno bipolar por su efectividad para prevenir los extremos del estado de ánimo comunes
en este trastorno. Su uso debe ser supervisado cuidadosamente por el médico, ya que hay poca diferencia entre las dosis efectivas y las tóxicas. Si una
persona tiene un trastorno preexistente de tiroides, renal, cardíaco o epilepsia, el litio puede no ser recomendable. Afortunadamente, otros medicamentos han
demostrado ser útiles para controlar cambios de ánimo extremos. Entre estos se encuentran dos anticonvulsivos: la carbamazepina (Tegretol®) y el ácido
valproico (Depakene®). Ambos medicamentos han tienen una aceptación amplia en la práctica clínica. El ácido valproico ha sido aprobado por la
Administración de Alimentos y Drogas de los EE.UU. (Food and Drug Administration, FDA) como un tratamiento de primera línea para la manía aguda. Otros
anticonvulsivos que se empezaron a utilizar más recientemente son la lamotrigina (Lamictal®) y la gabapentina (Neurontin®). Se está estudiando qué tan
eficaces son éstos para el tratamiento del trastorno bipolar.
La mayoría de las personas con trastorno bipolar toman más de un medicamento (polifarmacia). Junto con el litio y un anticonvulsivo, el paciente puede
necesitar un medicamento para otros síntomas que se asocian frecuentemente con la bipolaridad: agitación, ansiedad, depresión e insomnio. Es de vital
importancia encontrar la mejor combinación posible de estos medicamentos para cada paciente. Para esto se requiere que el médico supervise el tratamiento
cuidadosamente.
La Depresión – por Ricardo Rozados – extraído de: http://www.depresion.psicomag.com/ p.14

Efectos Secundarios

En algunas personas, los antidepresivos pueden causar efectos secundarios que generalmente son leves y temporales (conocidos a veces como efectos
adversos). Por lo general son molestos, pero no graves. Sin embargo si se presenta una reacción o efecto secundario que es inusual o que interfiere con el
funcionamiento normal, el médico debe ser notificado de inmediato. Estos son los efectos secundarios más comunes de los antidepresivos y las formas de
manejarlos:
Boca seca: es útil tomar sorbos de agua, masticar goma de mascar, cepillar los dientes diariamente. Constipación: la dieta debe incluir cereales con
contenido alto de fibra, ciruelas, frutas y vegetales. Dificultad al orinar: vaciar la vejiga puede ser dificultoso y el chorro de orina puede no ser tan fuerte como
de costumbre; debe notificarse al médico si hay dificultad seria o dolor. Problemas sexuales: el funcionamiento sexual puede alterarse; si se vuelve
preocupante, debe conversarse con el médico. Visión borrosa: esto generalmente pasa pronto y no se requieren lentes nuevos. Mareos: conviene levantarse
lentamente de la cama o de la silla. Somnolencia o modorra diurna: esto generalmente pasa pronto. Una persona que se sienta somnolienta o sedada no
debe conducir ni operar máquinas o vehículos. Los antidepresivos más sedantes se toman generalmente al acostarse, para ayudar a dormir y minimizar la
somnolencia diurna.
Los antidepresivos más nuevos tienen diferentes tipos de efectos secundarios:

Dolor de cabeza: generalmente se pasa.


Náusea: también es pasajera, incluso cuando la sensación de náusea ocurre después de cada dosis, es solo por un rato.
Nerviosismo e insomnio (dificultad para dormirse o despertar a menudo durante la noche): estos pueden ocurrir durante las primeras semanas;
usualmente se resuelven con el tiempo o tomando una dosis más pequeña.
Agitación (sentirse inquieto, tembloroso o nervioso): si esto pasa por primera vez después de tomar el medicamento y es persistente, el médico debe ser
notificado.
Problemas sexuales: el médico debería ser consultado si el problema es persistente o preocupante.

Lo que se debe saber acerca de los antidepresivos.

No son tranquilizantes ni estimulantes. No son adictivos, no crean dependencia. Necesitan dos semanas o más para empezar a hacer efecto. No hacen
necesario el suspender la lactancia materna ya que entre los muchos antidepresivos disponibles existen algunos que no pasan a la leche materna y por tanto
no afectarán a su hijo en absoluto. Necesitan ser mantenidos durante al menos 6 meses tras la depresión para reducir el riesgo de recaída.

Terapias físicas:

Terapia electro-convulsiva (TEC o "Electro-shock").

Es útil, especialmente para los pacientes cuya depresión es severa o pone su vida en peligro y para los pacientes que no pueden tomar
antidepresivos. La TEC es a menudo efectiva en casos en que los medicamentos antidepresivos no proporcionan un alivio suficiente. En los
últimos años la TEC se ha perfeccionado mucho. Antes de administrar el tratamiento, que se hace bajo anestesia de duración breve, se administra
un relajante muscular. Se colocan electrodos en sitios precisos de la cabeza, para enviar impulsos eléctricos. La estimulación ocasiona una
convulsión breve (aproximadamente 30 segundos) dentro del cerebro. La persona que recibe TEC no percibe conscientemente el estímulo
eléctrico. Para obtener el máximo beneficio terapéutico se requieren varias sesiones de TEC, usualmente programadas con un promedio de tres
por semana. Por su parte, la TEC es el único procedimiento igualmente eficaz en el tratamiento de la manía yde la depresión. Pero no es lo
mismo mejorar un cuadro maniaco (en lo que puede ser esencial el poder sedativo, más o menos inespecífico, de un fármaco) que aliviar una
depresión o prevenir la aparición de nuevas fases. El concepto de timorregulador, pues, parece aplicarse con una cierta ligereza y más bien con el
ánimo de englobar las diferentes técnicas y los muy dispares fármacos utilizados en el trastorno bipolar. Con un concepto tan utilitarista, cualquier
sustancia o técnica es timorreguladora con tal de que se emplee con cierto éxito en el trastorno bipolar.

Estimulación Magnética Transcraneana (EMTr)

Es una de las herramientas mas recientemente adoptada por las Neurociencias que permite el estudio y tratamiento de determinados trastornos
psicopatológicos en el hombre Diferentes estudios con neuroimagenes funcionales indican la existencia de una disfunción frontal en el paciente
depresivo especialmente en la región pre frontal izquierda. La EMT es capaz de modular la excitabilidad cortical en función de la intensidad y
frecuencia utilizadas. En este sentido produce un efecto beneficioso en pacientes depresivos ya que la EMT incrementa la excitabilidad cortical
prefrontal izquierda. Esto se logra con la EMT repetitiva y no mediante la utilización de pulsos únicos. Permite la exploración, activación o
inhibición de las funciones cerebrales, de manera segura, específica, no invasiva e indolora. Se realiza en forma ambulatoria con el paciente
lúcido, sin aplicar ningún fármaco y una vez finalizada el paciente puede retomar sus tareas habituales, en el mismo sentido no necesita ser
acompañado a las sesiones terapéuticas. Su utilidad sería en los mismos casos en que fuera necesaria la TEC.Las diferencias prácticas y de
procedimiento entre ambas técnicas son sustanciales. La más importante está relacionada con la producción de crisis convulsivas. En este
sentido el propósito principal de la TEC sería inducir modificaciones, mediante la producción de convulsiones centro encefálicas, mientras que el
monitoreo EEG demuestra que la TMS no induce modificaciones post descarga que sugieran la presencia de una convulsión focal.
La mayor diferencia entre ambos procedimientos radica fundamentalmente en el estado del sujeto. Con la TEC el paciente recibe
anestesia general y requiere de parálisis músculo esquelético. Con la EMTr el paciente está lúcido, cómodamente sentado o acostado.
Por ser ambulatorio, puede retomar adecuadamente la rutina diaria sin supervisión profesional.
Hay muchas ventajas a favor de EMTr sobre la TEC, que incluyen la no utilización de anestesia y fundamentalmente la ausencia de
convulsiones. No sobrevienen además alteraciones cognitivas de relevancia clínica.

Comparación entre EMTr y TEC.

Se están realizando estudios sobre los efectos de la EMTr, comparados con la aplicación bitemporal de la TEC.Los efectos de ambos métodos
serían equivalentes respecto a la eficacia, según surge de estudios ramdomizados y cruzados, realizados en pacientes no respondientes a
diferentes terapéuticas previamente administradas.
Las diferencias prácticas y de procedimiento entre ambas técnicas son sustanciales. La más importante está relacionada con la producción de
crisis convulsivas. En este sentido el propósito principal de la TEC sería inducir modificaciones, mediante la producción de convulsiones centro
encefálicas, mientras que el monitoreo EEG demuestra que la TMS no induce modificaciones post descarga que sugieran la presencia de una
convulsión focal.
La mayor diferencia entre ambos procedimientos radica fundamentalmente en el estado del sujeto. Con la TEC el paciente recibe
anestesia general y requiere de parálisis músculo esquelético. Con la EMTr el paciente está lúcido, cómodamente sentado o acostado.
La Depresión – por Ricardo Rozados – extraído de: http://www.depresion.psicomag.com/ p.15

Por ser ambulatorio, puede retomar adecuadamente la rutina diaria sin supervisión profesional.
Hay muchas ventajas a favor de EMTr sobre la TEC, que incluyen la no utilización de anestesia y fundamentalmente la ausencia de
convulsiones.
No sobrevienen además alteraciones cognitivas de relevancia clínica.

Terapia naturista.

En los últimos años, el uso de hierbas para el tratamiento tanto de la depresión como de la ansiedad ha generado un gran interés. La yerba de San Juan o
Corazoncillo (St. John's wort o Hypericum perforatum), que es una hierba muy utilizada en Europa para el tratamiento de la depresión moderada, ha captado
recientemente la atención de los estadounidenses. La yerba de San Juan, una planta muy bonita y de crecimiento lento que se cubre de flores amarillas en el
verano, ha sido usada durante siglos en muchos remedios naturales y populares. En Alemania, el Hypericum se utiliza actualmente para el tratamiento de
la depresión más que cualquier otro antidepresivo. Sin embargo, la eficacia de esta hierba no se ha aclarado por que los estudios científicos que se han
llevado a cabo fueron a corto plazo y utilizaron varias dosis diferentes. La FDA hizo un anuncio oficial para la salud pública el 10 de febrero del 2000. En este
se afirma que la yerba de San Juan parece utilizar una de los procesos metabólicos usados por muchos otros medicamentos. Por ejemplo varios de los
medicamentos que se recetan para tratar problemas tales como las enfermedades del corazón, la depresión, las convulsiones, ciertos cánceres y para
prevenir los rechazos de transplantes. Por lo tanto, los médicos deben alertar a sus pacientes acerca de estas posibles interacciones farmacológicas.
Cualquier suplemento naturista se debe tomar únicamente después de consultar con el médico u otro profesional de salud capacitado.

Psicoterapias:

Depresiones y terapia sistémica.

Las depresiones en el ciclo vital, que pueden tomar en el inicio formas de crisis depresivas, aunque en su evolución, pueden devenir en estados depresivos.
Son aquellas que se producen en relación con la transición entre etapas del ciclo vital y acontecimientos inherentes a éstas (que no obstante pueden ser en
ocasiones inesperados). Son "previsibles pero no se pueden evitar".

Todas las problemáticas de depresión que puedan surgir aquí estarán en relación con dificultades de adaptación del individuo y de la familia. Surgirán
narraciones de tipo depresivo en las que posiblemente "cualquier tiempo pasado fue mejor" o "cualquier tiempo pasado fue peor" de cualquiera de ambas
maneras puede estancarse el proyecto vital individual y familiar.

Es el caso de aquella mujer que llega a nuestra consulta manifestando características síndrómicas de tipo depresivo, en relación con sentimientos de soledad.
Sus hijos ya no la necesitan, y su pareja de tantos y tantos años (de gratos recuerdos) sigue haciendo lo mismo que hacía años, antes de que ella se quedara
tan sola. O el caso de otra mujer que, en la misma situación se siente triste porque su proyecto familiar se ha terminado con la salida de sus hijos, nunca hubo
pareja, bueno si que la hubo, pero sólo recuerda los malos momentos.
Caso 3: "Me siento sola...".

Mujer de 45 años, casada hace 25, con dos hijos (una hija y un hijo). Su matrimonio no ha sido todo lo bueno que ella hubiera deseado. El responsable de ello
es su marido. Los hijos se están emancipando. La hija es actriz. El hijo este año se ha marchado fuera a estudiar. "Le echo mucho de menos". Su marido
sigue haciendo su vida de siempre. A ella la casa le viene grande. Su trabajo no la motiva. Se pasa el día llorando, se encuentra sola, triste y desamparada. La
vida no le dice nada y no ve salidas. "No tengo a nadie".

Sin embargo lo que parece una crisis depresiva en el ciclo vital, se complica. Hace un intento de autolisis, por ello, acude a consulta. Su tristeza, llanto y
desinterés por las cosas se torna en rabia. Achaca todos los males a su pasado "duro", con su familia de origen y con su matrimonio. Quiere separarse, pero
no puede. Tras el intento de autolisis, la hija ha venido a cuidarla (su trabajo se lo permite). "Desde siempre mis padres han estado como el perro y el gato".
"Se pelean y acto seguido mi padre me llama y me dice que va a marcharse de casa, pero que para eso yo tengo que ir a cuidarla".

En la entrevista a la pareja todo son recriminaciones del uno al otro, se echan en cara todo lo que pueden, discuten amenazan... hasta que ella llora, se hace
un silencio, llega la calma y preparación para el siguiente "asalto".
Una crisis depresiva en relación con el ciclo vital, se inserta sobre una situación estructural en la que aparecen "triángulos manipulatorios", constituyendo el
anclaje fundamental para las depresiones estructurales (neuróticas).

III. Las depresiones estructurales, que toman la organización de estados depresivos. Se repiten ("o nunca terminan de remitir") sin que ya nadie sepa los
motivos ni siquiera intente comprenderlos, generalmente ni el mismo terapeuta que huye "como gato escaldado" de tanta pelea, amenaza, discusión y tristeza
(en las mujeres), y tanto alcohol (en los hombres). El otro siempre tiene la culpa, hay una víctima y un victimario (se puede observar la incongruencia
jerárquica). Por supuesto ambos piensan que el otro debe de dar el primer paso. Pero el miedo es tal que ninguno se atreverá a darlo. La vida no tiene sentido
y cíclicamente terminan sus escaladas simétricas con "amenazas, gestos o intentos autolíticos". Es el campo abonado para la depresión llamada neurótica o
distímica ( el rótulo condiciona la definición y ésta al rótulo).

A nivel relacional de la pareja y de las familias de origen, es frecuente la existencia de triángulos de tipo manipulatorio que constituyen el anclaje fundamental
para las depresiones estructurales: "Cuando las pérdidas, duelos, separaciones se asocian directamente o indirectamente a situaciones de triangulación
manipulatoria, la tristeza se convierte en depresión, y deviene en un elemento relacional" (11).

No necesariamente se presenta esta situación en parejas, también puede darse en personas solteras con depresión en las que la narración, en muchas
ocasiones, se hace tan dominante que se confunde con la identidad; la primera aproximación terapéutica debe consistir en evitar esa confusión, y para ello la
herramienta fundamental a utilizar sería fomentar el paso de historias dominantes de claro matiz individual a historias en las que se abra el campo relacional,
creando posibilidades de verse, a través y con los demás de manera diferente, y formar así historias alternativas que surgirán de pequeñas
microtransformaciones narrativas, y que se irán amplificando y consolidando a nivel histórico-relacional.
Caso 4: "Distimia y alcohol".

Acuden a consulta en pareja. Así han ido a todos los sitios desde que se casaron "contra viento y marea". Al principio fue todo bien, tuvieron que luchar para
subsistir. Ahora han alcanzado un nivel socioeconómico desahogado, tienen un hijo de 10 años, y viven en su "tierra de siempre" con sus familias cerca.
Tienen problemas. Él bebe y cuando más embriagado está se vuelve vociferante y autoritario. Ella se angustia, se vuelve irritable, le persigue por los bares y
le recrimina en público su conducta. El no se encuentra a gusto. Cuando no bebe se convierte en su ser taciturno, acobardado, triste y huidizo del contacto
con la gente. Se encierra en su casa, llora por su impotencia y abandona todas sus tareas habituales. No necesita que le cuiden, sino que le dejen en paz su
mujer y también sus padres. Cuando bebe se convierte en déspota, se enfrenta a todo tipo de situaciones, se siente capaz... pero después se siente culpable
por su manera de comportarse. Su mujer se lo recrimina, y él no consiente en eso, se irrita, bebe, se va de la casa... hasta que todo llega a ser insostenible.
La Depresión – por Ricardo Rozados – extraído de: http://www.depresion.psicomag.com/ p.16

En ese punto buscan a alguien, padres paternos, terapeutas del alcohol, psicólogos, psiquiatras. Él es el agresor y ella la víctima. Llega la calma cuando todo
amenazaba con romperse otra vez. Vuelta a empezar. Ambos hacen buenos proyectos futuros.

Nunca se vio reconocido por sus padres. No aceptaron su matrimonio. Ahora aceptan a su mujer en la medida en que el se degrada más y más. Ella es su fiel
compañera que le ayuda en su misión...

IV. Las depresiones y la incapacidad/delegación: En determinados tipos de depresiones, en su inicio o bien a lo largo del tiempo, la historia de incapacidad se
prolonga. Se caracterizan por una total y absoluta falta de capacidad para obtener placer y desinterés por el mundo. En este caso, nosológicamente,
podríamos hablar de muchos tipos de depresiones que van camino de convertirse en "largas historias" individuales y familiares que obligan a todos los
personajes inmersos en la trama depresiva a interpretar sus papeles de acuerdo con ella. En estas depresiones puede ser determinante la existencia de la
"triangulación imposible" (11). Siguiendo a J. L. Linares: " Es el efecto de la paternidad deteriorada que cuando se combina con una conyugalidad armoniosa,
presenta un frente de rechazo y exclusión que compromete seriamente la nutrición emocional del hijo afectado. Y la carencia es tanto mayor cuanto,
precisamente, resulta imposible la triangulación dada la armonía que existe en la pareja parental".

Se puede incluir en este grupo las depresiones mayores, las bipolares, recurrentes, y algunas distimias de larguísima evolución (llamadas "endorreactivas").
En ellas es donde la faceta biológica toma especial relevancia en cuanto a la utilización de los antidepresivos. El problema radica en que se utilicen como
única herramienta y de manera mecánica sin abrir espacios terapéuticos en los que familia y deprimido puedan construir narraciones futuras alternativas en
las que la historia depresiva no sea dominante.

A medida que se constituye el cuadro y se prolonga en el tiempo los personajes del relato se adaptarán a sus papeles, así tendremos al depresivo-
incapacitado, al cuidador-protector, al médico-terapeuta, etc...

Tal vez estas sean las depresiones paradigmáticas en las cuales, con distinta intensidad y calidad, encontramos características que podemos ver en todas y
cada una de las múltiples depresiones incluidas en el "espectro depresivo".
Caso 5: depresión e incapacidad total. La necesidad de ser cuidado.

Desde la adolescencia tiene crisis depresivas. Se casó. Tuvo tres hijos. Ha casado a varios de ellos. Sólo queda una hija soltera que convive con el
matrimonio. Salpicando su historia y la de su familia, aparecen episodios depresivos de intensidad grave, incluso en algunas ocasiones con sintomatología de
orden psicótico. Casi siempre todos los intentos de abordaje han sido médico-biológicos, con buenos resultados a corto plazo, pero muy malos a largo plazo.
La familia se ha ido configurando entorno a las crisis que cada vez han sido " más largas y de mayor intensidad". Esta última va durando hacia los dos años.
No hace nada. Se siente triste, desesperada, tiene miedo de todo. En la casa su hija menor, soltera, ha tomado las riendas. Ha tenido que renunciar a un
trabajo en la capital, para quedarse cerca de sus padres y ocuparse del hogar. Tiene un novio con el que no se casa. Todos están "cansados" de ésta historia.
Quieren ponerle un final feliz, pero ya no se atreven a pensar ninguno. Se conformarían con "un poco más de lo mismo". "Si la depresión nos abandonara
durante un tiempo..." Todos han aceptado sus papeles: la depresiva desesperanzada que nada puede hacer, la hija que renuncia sacrificadamente a su
autonomía, el marido al que le ha tocado esta pena tan grande, el médico que da unas pastillas que hacen que el sufrimiento de todos se palie un poco, y
haga posible la espera de tiempos mejores...

Las cuatro variedades descritas anteriormente, pueden formar un "continuum". Pueden presentarse en relación con acontecimientos inesperados o del ciclo
vital y en la medida en que se van incorporando personajes a la historia (familiares, sanitarios, socioculturales) pueden constituirse en estructurales o
incapacitantes.
Dentro de las múltiples caras de la depresión, podemos identificar aspectos que son comunes a todas ellas en lo nosológico, lo interaccional-comunicacional,
lo evolutivo, lo histórico, mítico y vivencial, y en definitiva, en las narraciones sintomáticas.

Desde una perspectiva nosológica, podemos hablar de la tristeza que inunda los pensamientos y las conductas del depresivo. Esta se convertirá en la
manifestación emocional predominante (cuando no única), cerrando el paso a otras manifestaciones del sentir humano.

Otro aspecto fundamental es el sentimiento de incapacidad del depresivo que algunos asemejan al sentido por pacientes con problemas físicos (8). Sin duda
la faceta que acompaña a la sintomatología depresiva en la mayoría de las depresiones, es la "incapacidad para desenvolverse como antes de estar así". Esto
es algo que reclama el paciente, su familia, a veces ambos y en ocasiones ninguno. No nos parece casual que el recorrido de la depresión recurrente en todos
los tratados devenga hacia el empeoramiento progresivo de la sintomatología en los episodios, con mayores dificultades para las remisiones totales. Quizá
tenga que ver con la predominancia de la historia depresiva o tal vez con el consentimiento o acompañamiento por parte del entorno del depresivo o la familia,
que en vez de diluir la historia depresiva, la fomentan en virtud de aspectos técnicos y objetividades, olvidando los aspectos relacionales y de contexto,
produciéndose un efecto de alienación e incapacitación que reconfirmaría la historia depresiva. Se genera una dinámica relacional en la que el entorno del
deprimido reacciona inicialmente protegiendo, cuidando y aconsejando, para posteriormente recriminar la falta de actitudes positivas y de cara al futuro del
paciente, responsabilizándole de su estado y confirmando así al depresivo sus sentimientos de culpa, incapacidad y falta de interés por la existencia.

Terapia cognitivo conductual

La terapia cognitivo conductual , a diferencia de las terapias psicodinámicas, que se focalizan en los pensamientos inconscientes y ponen énfasis en la
catarsis, Se aboca a modificar comportamientos y pensamientos, antes que brindarle al paciente la oportunidad de simplemente descargar sus sentimientos.
Está orientada hacia el presente ,se investiga el funcionamiento actual y no hay mayores exploraciones del pasado, aunque por supuesto se hace una
historia clínica y se pone énfasis en los patrones disfuncionales actuales de los pensamientos y conductas; aunque últimamente algunos terapeutas
cognitivos, El énfasis de la TCC está puesto más en el “Qué tengo que hacer para cambiar” que en el “Por qué”. Muchas veces, el explorar expresamente y
conocer cuáles son los motivos de lo que nos ocurre no alcanza a brindar una solución y no es suficiente para producir un cambio. Se utiliza terapias a corto
plazo . Pone énfasis en la cuantificación, y se pueden medir los progresos obtenidos Desde la primera sesión se administran cuestionarios y planillas en los
que se evalúan los síntomas específicos, en su frecuencia, duración, intensidad y características. Esta medición es repetida periódicamente hasta la sesión
final, para tener una idea del cambio obtenido. La relación terapeuta-paciente es de colaboración y el enfoque es didáctico. Paciente y terapeuta se
comprometen a trabajar con un objetivo común. Los pacientes pueden aportar sugerencias y participar en el diseño de las tareas para el hogar. En muchos
casos, se utiliza la biblioterapia, que consiste en que el terapeuta recomiende o facilite libros, folletos o apuntes acerca del problema para que el paciente se
informe de lo que le sucede. Tiende a fomentar la independencia del paciente. Dado que este tipo de terapia busca lograr un funcionamiento
independiente, en ella se enfatiza el aprendizaje, la modificación de conducta, las tareas de autoayuda y el entrenamiento de habilidades intersesión. Además,
se refuerza el comportamiento independiente. Está centrada en los síntomas y su resolución. El objetivo de la terapia es aumentar o reducir conductas
específicas, como por ejemplo ciertos sentimientos, pensamientos o interacciones disfuncionales. El lugar de promover un, se definen objetivos concretos a
lograr y de esa forma es mucho más fácil evaluar o modificar los síntomas específicos y saber claramente lo que se quiere obtener o hacia adonde apunta la
terapia. Rechaza el principio de sustitución de síntomas. La falsa idea de sustitución, difundida por la escuela psicodinámica, que considera a un síntoma,
que considera a un síntoma como una solución económica, la única salida a un proceso neurótico subyacente que si se elimina surgirán otros, es cuestionada
por esta metodología. La meta de la TCC es eliminar, o al menos reducir los síntomas, y postula que si desaparecen, por ejemplo, por ejemplo, los síntomas
de pánico, inmediatamente también va a haber una mejoría en otras áreas, sin que aparezcan otros síntomas que los reemplacen. Pone el énfasis en el
cambio. Se le solicita al paciente practicar nuevas conductas y cogniciones en las sesiones, y generalizarlas afuera como parte de la tarea. Desafía la
La Depresión – por Ricardo Rozados – extraído de: http://www.depresion.psicomag.com/ p.17

posición del paciente, sus conductas y sus creencias. Activamente se lo confronta con la idea de que existen alternativas posibles para sus pensamientos
y patrones habituales de conducta, se promueve al autocuestionamiento. Se centra en la resolución de problemas. Al comienzo de cada sesión el terapeuta
indaga acerca de los problemas en los que el paciente focalizó su trabajo y cuáles necesita resolver en ese momento. Al concluir la sesión, le pregunta si ha
hecho algún progreso al respecto. Utiliza planes de tratamiento. Generalmente, la terapia utiliza planes específicos de tratamiento para cada problema, no
utilizando un formato “único” para las diversas consultas. Propone una continuidad temática entre las sesiones. En cada sesión se revisan las tareas
indicadas para la semana anterior, se estudia cuál es el problema actual y se planean actividades para la semana siguiente. Desmitifica la terapia. El plan de
tratamiento y el proceso terapéutico retiran el “velo de misterio” que cubre a casi todas las psicoterapias, al permitirle al paciente un libre acceso a la
información teórica o metodológica mediante la biblioterapia. Tiene una base empírica y trabaja con la participación activa del paciente. Las tesis
cognitivo-conductuales han sido ampliamente comprobadas respecto de su eficacia para tratar una variedad de trastornos. Es decir, más que simplemente
decir que funciona, esta comprobado que funciona

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