Los «Problemas Económicos del Socialismo» de Stalin y el revisionismo
artículo de John B. Green
Publicado por el blog Universidad Obrera en agosto de 2018
Los pseudoizquierdistas sostienen, falsamente, que Stalin le dijo al proletariado
mundial en 1952 (en “Problemas Económicos del Socialismo en la URSS”) que la Unión Soviética superaría al capitalismo debido a que el capitalismo era incapaz de una mayor expansión y que todo lo que se requería era que la clase obrera internacional viviera en coexistencia pacífica con el capitalismo para lograr la victoria. Este artículo aborda estos argumentos. Falsamente, los pseudoizquierdistas afirman que Stalin dijo al proletariado mundial en 1952 (en “Problemas Económicos del Socialismo en la URSS”) que la Unión Soviética superaría a los países capitalistas debido a que estos eran incapaces de seguir expandiéndose y que todo lo que se necesitaba era que la clase obrera internacional coexistiera de manera pacífica con el capitalismo para vencer. Este artículo abordará dichos argumentos. Expansión y contracción económicas Stalin apuntó respecto a la cooperación entre los nuevos países socialistas lo siguiente: “Puede afirmarse que, dado ese ritmo de desarrollo de la industria, esos países pronto se pondrán a tal altura, que no necesitarán importar mercancías de los países capitalistas, sino que ellos mismos sentirán la necesidad de exportar las mercancías excedentes por ellos producidas. Pero de aquí se desprende que la esfera de explotación de los recursos mundiales por los principales países capitalistas (Estados Unidos, Inglaterra y Francia) no va a ampliarse, sino reducirse…” ¹ Es correcta, en 1952, la afirmación de que los países socialistas ampliaban su esfera, gracias a las ganancias de la posguerra en Europa del Este por la pérdida de estos mercados por parte del capitalismo y la ganancia de estos, por tanto, para la Unión Soviética y China, lo que les hacía ganar fuerza económica. El capitalismo sintió la pérdida de estos mercados y, en consecuencia, en 1952, dicha observación estaba totalmente justificada. Sin embargo, tras la muerte de Stalin el año posterior y la toma del poder por parte de los revisionistas jruschovistas, las cosas tomaron un rumbo diferente. En 1952, como señalaba Stalin, los países capitalistas perdían mercados y se contraía, mientras que, por el contrario, los países socialistas aumentaban su esfera económica y es absurdo pretender negar que la esfera de explotación de los recursos mundiales por parte de los países capitalistas no se contrajo durante los años cincuenta. Este proceso se inició cuando diversos países de Europa oriental se unieron al bloque económico soviético, lo que produjo, durante un lago periodo, a dicha contracción de la economía capitalista y, en consecuencia, al desarrollo de la Unión Soviética y China y su expansión económica. Stalin estaba, por lo tanto, en lo correcto. Es cierto que el capitalismo tiene sus ciclos de auge, caída y nuevo auge, marcados por las guerras. Pero Stalin se estaba refiriendo a la nueva situación provocada por el nuevo bloque socialista en desarrollo. Stalin afirma en “Problemas Económicos del Socialismo en la URSS” que su anterior fórmula referente a la estabilidad de los mercados capitalistas estaba caduca, debido a las nuevas condiciones económicas mundiales. El capitalismo logró recuperarse años después de la Segunda Guerra Mundial, e incluso, posteriormente, estableció mercados incluso en los países “socialistas”. Pero Stalin era marxista-leninista, y no adivinaba el futuro. Los hechos posteriores (incluido el ascenso de los revisionistas en los países socialistas) provocaron nuevos cambios en la economía global, y estos cambios se reflejarían posteriormente en la teoría. Por lo tanto, argumentar que Stalin estaba equivocado por los acontecimientos que ocurrieron de forma posterior es, simplemente, absurdo. ¿Estaba acaso Lenin equivocado por seguir el camino de la revolución, mientras que los mencheviques estuvieron en lo correcto, solo porque posteriormente Rusia es un país capitalista? Por supuesto que no. Las circunstancias cambiaron tras la muerte de Stalin. El curso económico que siguieron los revisionistas tras la muerte de Stalin se describe al detalle en el libro La restauración del capitalismo en la Unión Soviética de W. B. Bland. (en la web de Communist Party Alliance se puede consultar). Las políticas revisionistas incluían la abolición de la planificación económica socialista y la introducción del mercado “socialista” y de políticas que favorecieron la expansión del capitalismo. Esto exigía una reevaluación desde la teoría marxista-leninista de las perspectivas que se tenían hasta ese momento. Stalin tenía razón en el análisis que hizo de esa situación concreta en ese momento concreto y al extraer las conclusiones pertinentes de ello. Y, de hecho, esa tendencia de contracción del capitalismo continuó durante un tiempo tras la muerte de Stalin. Stalin, en sus conclusiones, no se estaba refiriendo al futuro lejano, ya que, como todo el mundo, no podía predecir todos los eventos que estaban por producirse. La teoría cambia a medida que los acontecimientos suceden. Por lo tanto, Stalin tenía razón, y el problema es de los pseudoizquierdistas y demás pensadores no dialécticos que le atribuyeron a Stalin ideas que nunca tuvo, tergiversaron las que sí desarrolló porque no las entendieron y les dieron un marco temporal para el que nunca fueron formuladas. Stalin no miraba una bola de cristal para adivinar el futuro, simplemente identificó una tendencia en base a las condiciones materiales de ese momento. La afirmación de que Stalin promovió la “coexistencia pacífica” revisionista Stalin nunca habló (y ciertamente no lo hizo en “Problemas Económicos”) de una política en que la clase obrera pudiera vivir en “coexistencia pacífica” con el capitalismo. Por el contrario, en “Problemas Económicos”, Stalin afirmaba que las guerras imperialistas son inevitables (difícilmente esto es un argumento a favor del proletariado sentándose a esperar) y también sostenía que la clase obrera no debe replegarse, sino que debe utilizar todas las condiciones favorables para tomar el poder. La coexistencia pacífica fue una política formulada por V.I. Lenin, y no se refería a la “coexistencia pacífica” entre la clase obrera y los capitalistas. Significaba que un país socialista procuraría tener una coexistencia pacífica con los países no socialistas, lo que llevaría a tener relaciones comerciales y diplomáticas con el mundo no socialista. Esta fue la política leninista que Stalin apoyó. Tras la muerte de Stalin en 1953, los jruschovistas intentaron imponer al movimiento comunista internacional su interpretación revisionista de la coexistencia pacífica. Mientras que para los marxista-leninistas, incluyendo Stalin, la coexistencia pacífica era una relación entre Estados, los revisionistas soviéticos deformaron esta política para buscar la paz entre las clases explotadas y explotadoras en el interior de los países, y la paz entre las naciones oprimidas y las naciones opresoras en las relaciones internacionales. El movimiento por la paz: Stalin sobre la inevitabilidad de las guerras Las pseudoizquierdistas afirman, falsamente, que Stalin en “Problemas Económicos” planteó una política que apostaba por que la clase obrera debería vivir en “coexistencia pacífica” con el capitalismo, porque “el capitalismo era incapaz de expandirse”. Pero solo hace falta leer las páginas 20-21 de ese folleto para refutar estas afirmaciones.
Lo que sigue es del texto “Problemas Económicos del Socialismo”:
“Pero de aquí se desprende que la inevitabilidad de las guerras entre los países capitalistas sigue existiendo. Se dice que la tesis de Lenin relativa a que el imperialismo engendra inevitablemente las guerras debe considerarse caducada, por cuanto en el presente han surgido poderosas fuerzas populares que actúan en defensa de la paz, contra una nueva guerra mundial. Eso no es cierto. El presente movimiento por la paz persigue el fin de levantar a las masas populares a la lucha por mantener la paz, por conjurar una nueva guerra mundial. Consiguientemente, ese movimiento no persigue el fin de derrocar el capitalismo y establecer el socialismo, y se limita a los fines democráticos de la lucha por mantener la paz. En este sentido, el actual movimiento por mantener la paz se distingue del movimiento desarrollado en periodo de la Primera Guerra Mundial por la transformación de la guerra imperialista en guerra civil, pues este último movimiento iba más lejos y perseguía fines socialistas. Es posible que, de concurrir determinadas circunstancias, la lucha por la paz se desarrolle hasta transformarse, en algunos lugares, en lucha por el socialismo, pero eso no sería ya el actual movimiento por la paz, sino un movimiento por derrocar el capitalismo. Lo más probable es que el actual movimiento por la paz, como movimiento para mantener la paz, conduzca, en caso de éxito, a conjurar una guerra concreta, a aplazarla temporalmente, a mantener temporalmente una paz concreta, a que dimitan los gobiernos belicistas y sean sustituidos por otros gobiernos, dispuestos a mantener temporalmente la paz. Eso, claro es, está bien. Eso incluso está muy bien. Pero todo ello no basta para suprimir la inevitabilidad de las guerras en general entre los países capitalistas. No basta, porque, aun con todos los éxitos del movimiento en defensa de la paz, el imperialismo se mantiene, continúa existiendo, y, por consiguiente, continúa existiendo también la inevitabilidad de las guerras. “Para eliminar la inevitabilidad de las guerras hay que destruir el imperialismo.” Precisamente: el “presente” (década de 1950) movimiento por la paz no es suficiente. Es necesario destruir el imperialismo. El “presente” movimiento por la paz no puede lograr eso. Stalin, en este pasaje, evidentemente no se refiere al movimiento comunista; es un error identificar el movimiento comunista de los años 50 con el “movimiento por la paz”. Creo que este es el error que la pseudoizquierda comete. Por lo general, usan esta cita para intentar justificar la incorrecta posición pseudoizquierdista sobre el concepto de Stalin de “coexistencia pacífica”. “Hay que destruir el imperialismo”, dice Stalin. Sí, en efecto. El movimiento comunista, para Stalin y para todos los marxista-leninistas, existe PARA DESTRUIR EL CAPITALISMO. El movimiento por la paz fue, como lo es hoy, una historia diferente, tal como lo explicó Stalin en el pasaje de “Problemas Económicos” al que se está aludiendo. La evaluación de Stalin del capitalismo en 1952 no estaba equivocada. Pero Stalin tampoco trataba de imponer una política orientada a que el proletariado viviera en “coexistencia pacífica” con el capitalismo. Esta es una alegación presentada regularmente por el enemigo de clase, y debe ser impugnada cada vez que sea expuesta por la pequeña burguesía, la socialdemocracia, los trotskistas y los pseudoizquierdistas. En el pasaje citado anteriormente, Stalin, de hecho, está sosteniendo que el movimiento por la paz, incluso teniendo éxito, podría, en el mejor de los casos, evitar una guerra concreta (es decir, no la que está a la vuelta de la esquina), posponerla temporalmente, etc. De hecho, Stalin está argumentando aquí que el movimiento por la paz no puede impedir la guerra imperialista. Stalin era absolutamente inequívoco a este respecto. Stalin escribió esto, acerca de las guerras, en la misma obra: “Algunos camaradas afirman que, debido al desarrollo de las nuevas condiciones internacionales después de la Segunda Guerra Mundial, las guerras entre los países capitalistas han dejado de ser inevitables… Estos camaradas se equivocan.” Stalin hizo públicas sus opiniones sobre la inevitabilidad de las guerras imperialistas en su disputa con Dimitrov, quien argumentaba que las guerras no eran inevitables. Los argumentos de Stalin en “Problemas Económicos del Socialismo” son parte de su disputa con esta fracción. La interpretación pseudoizquierdista de que, en su libro, Stalin no estaba dando una advertencia inequívoca de que la guerra es inevitable, es una lectura equivocada, basada en prejuicios pseudoizquierdistas. La parte citada tiene por objeto demostrar que el movimiento por la paz fue un movimiento limitado, con fines limitados. ¡Stalin no recomendaba que los comunistas se limitasen a esos objetivos! Esta intención es lúcidamente clara para cualquier lector imparcial. Los pseudoizquierdistas afirman que en “Problemas Económicos”, Stalin estaba hablándole al “movimiento comunista por la paz democrática”, de la que el PC británico era una parte importante. (Hago notar que dice “una” parte importante). ¿Qué clase de argumento es este? ¿Ese hecho hace que el movimiento pacifista británico, por no decir el movimiento por la paz mundial, sea una organización comunista? ¡Claro que no! En realidad, Stalin está diciendo esto claramente en el pasaje citado. Es obvio que el movimiento comunista y el “presente movimiento pro la paz” no eran la misma cosa. Stalin advertía de los límites del movimiento por la paz y señalaba la inevitabilidad de las guerras. La mentira de que Stalin abogó por la “transición pacífica” al socialismo “La dictadura del proletariado no puede surgir como resultado del desarrollo pacífico de la sociedad burguesa y de la democracia burguesa; sólo puede surgir como resultado de la demolición de la máquina del Estado burgués, del ejército burgués, del aparato burocrático burgués, de la policía burguesa… En otras palabras: la ley de la revolución violenta del proletariado, la ley de la destrucción de la máquina del Estado burgués, como condición previa de esta revolución, es una ley inexcusable del movimiento revolucionario en los países imperialistas del mundo.”² Stalin también fue claro sobre el tipo de partido necesario para lograr esta “destrucción de la máquina del Estado burgués”: “He aquí la necesidad de un nuevo partido, de un partido combativo, de un partido revolucionario, lo bastante intrépido para conducir a los proletarios a la lucha por el poder…”³ La opinión de que Stalin defendía una “transición pacífica” es falsa, basada en prejuicios pseudoizquierdistas. Para Stalin, no hubo “campañas de confusión”. Fue explícito al escribir sobre “la ley de la revolución violenta del proletariado… en los países imperialistas del mundo”. Y es en este contexto en el que podemos entender aquello de que “hay que destruir el imperialismo”. El “camino británico al socialismo” La publicación en 1951 de “El camino británico al socialismo” –que defendía que el socialismo podría establecerse en Inglaterra a través de la “democracia parlamentaria”– marcó la transición abierta del Partido Comunista de Gran Bretaña, su transición del marxismo-leninismo al revisionismo. El CBS fue enunciado por primera vez en forma definitiva por el comité ejecutivo del PCGB en 1951, con una enmienda aprobada en el XXII Congreso de 1952. Expresaba el ridículo punto vista revisionista de que: “…es posible ver cómo el pueblo se moverá hacia el socialismo sin más revolución, sin la dictadura del proletariado.” Tanto los partidarios como los detractores de “El camino británico al socialismo” en los años cincuenta, sostuvieron que este había sido “aprobado”. Pero, aunque fue publicado en su totalidad en Pravda, hay evidencia de que Stalin lo criticó. Se cita a Stalin calificándolo de “muy tímido”, que no era suficientemente crítico con el Partido Laborista británico, al que describía como el ala izquierda del Partido Conservador. No hay ninguna evidencia de que Stalin apoyara el CBS. ¿Los revisionistas “aparecieron de la nada” en Moscú? Los pseudoizquierdistas alegan que no hubo ningún atisbo de algún movimiento revisionista que se opusiera a Stalin y a los marxista-leninistas, en vida de Stalin. Sin embargo, desde 1930, hubo luchas entre los revisionistas y los marxista- leninistas en la dirección del PCUS. Stalin y los marxista-leninistas no siempre tuvieron la mayoría. Por ejemplo, a principios de la década de 1940, los economistas Eugen Varga y Nikolai Voznsensky publicaron –abiertamente– libros que defendían programas revisionistas, y fueron rápidamente aplastados por los marxista-leninistas. En este sentido, Bill Bland (W. B. Bland) planteó una serie de preguntas y sugirió una respuesta: ¿Por qué Stalin, que jugó un papel tan activo en el movimiento comunista internacional en la década de 1920, dejó de hacerlo después de 1926? ¿Por qué la publicación de las obras de Stalin, programada en dieciséis volúmenes, se quedó en el volumen 13 en 1949, cuatro años antes de su muerte? ¿Por qué no se pidió a Stalin que presentara el Informe del Comité Central ante el XIX Congreso en 1952? ¿Por qué los últimos escritos de Stalin se limitaron a temas como la lingüística y la crítica de una propuesta de libro de texto sobre Economía –temas que los revisionistas ocultos pudieron considerar inofensivos si Stalin no los hubiera convertido en ataques a las ideas revisionistas? Porque durante algunos años antes de su muerte, Stalin y sus camaradas marxista-leninistas no tuvieron la mayoría en la dirección de la Unión Soviética. Los revisionistas no “aparecieron de la nada”, estaban comprometidos en una lucha (por lo general oculta) en la dirección, y salieron a la luz después de la muerte de Stalin. El argumento que atribuye a Stalin el origen de las políticas revisionistas, planteado por los pseudoizquierdistas y los trotskistas, es simplista. También es algo cómodo, y pone a estos amables críticos en afectuoso acuerdo con la burguesía imperialista. Solo los anti revisionistas, los marxista-leninistas, pueden explicar cómo es que la Unión Soviética llegó a ser traicionada por el revisionismo.
•Notas: Problemas Económicos del Socialismo en la URSS “Los fundamentos del leninismo”, cap. IV, en Obras Completas, tomo 6, Moscú, 1953. pág 41 Ibíd., cap. VIII